No tomemos la moderación de Irán tras el ataque israelí contra la sección consular de la embajada iraní en Damasco, capital siria, como una debilidad.
Por: Shivan Mahendrarajah * The Cradle
La aparente moderación de Irán frente a la agresión israelí no debe confundirse con debilidad. Teherán aplica una presión constante sobre Tel Aviv a través de sus propios métodos, preparando cuidadosamente el terreno para el desmoronamiento de Israel.
Una de las estrategias de la guerra asimétrica se expresa en la teoría de la “rana hirviendo”:
“Cuenta la leyenda que una rana colocada en una cacerola poco profunda con agua calentada en una estufa permanece silenciosamente en la cacerola mientras la temperatura continúa subiendo, y no saltará incluso si el agua llega lentamente al punto de ebullición, y mata a la rana. El cambio de un grado de temperatura a la vez es tan gradual que la rana no se da cuenta de que la están hirviendo hasta que es demasiado tarde”.
Aunque esta historia es una fábula —una bonita fábula destinada a transmitir una lección significativa—, con frecuencia es invocada por los militares y geopolíticos para describir el “largo proceso” para alcanzar objetivos estratégicos.
Hoy en día, son Irán y sus aliados regionales quienes están utilizando un enfoque metódico para elevar las temperaturas en Asia Occidental, hasta que el agua hierva hasta matar a las “ranas” estadounidenses e israelíes. La estrategia, la disciplina y una rara paciencia —la antítesis de modelo occidental a corto plazo— traerán la victoria a Irán. Para citar a los talibanes: “Los estadounidenses tienen relojes, pero nosotros tenemos el tiempo”.
Ahora el tiempo está del lado del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán y sus aliados regionales. Dos ejemplos relacionados muestran cómo el CGRI está calibrando las temperaturas como lo harían los científicos en un laboratorio.
La rana yanqui
Tras el lanzamiento de la operación de la Resistencia “Inundación de Al-Aqsa (Tormenta de Al-Aqsa)” liderada por HAMAS (Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina) el 7 de octubre del año pasado, el presidente de EE.UU., Joe Biden, desplegó recursos de la Armada estadounidense en el Golfo Pérsico y el mar Mediterráneo para “defender” a Israel.
El 26 de noviembre, el (portaviones) USS Eisenhower y sus escoltas navegaron por el estrecho de Ormuz, fondeando en el Golfo Pérsico del lado de Arabia Saudí. Las fuerzas navales de Yemen, alineadas con Ansarolá (movimiento popular yemení), atacaron inicialmente a barcos israelíes y al puerto de Eilat con sus primeros disparos el 19 de octubre. Pero el 29 de noviembre, sus ataques se intensificaron hasta incluir a buques barcos que se dirigían hacia o desde Eilat, independientemente de su bandera o propietario.
Este patrón culminó con el anuncio del Pentágono el 18 de diciembre de la operación “Guardián de la Prosperidad”, destinada a salvaguardar los intereses económicos de Israel a expensas del personal militar estadounidense. Posteriormente, el Eisenhower y sus escoltas navales se trasladaron del Golfo Pérsico al mar Rojo y al Golfo de Adén, supuestamente para “defender” al estado ocupante.
Sin embargo, el posicionamiento de las fuerzas de la Armada de EE.UU. en el mar Rojo y el Golfo de Adén las ha hecho vulnerables a posibles ataques de Irán o de armas suministradas por Irán, incluidos misiles de crucero, misiles balísticos y drones.
A pesar de los esfuerzos de la Armada de EE.UU. (USN, por sus siglas en inglés) y de la Fuerza Aérea de EE.UU. (USAF, por sus siglas en inglés), Ansarolá (Yemen) sigue invicto. Los anteriores ataques aéreos angloestadounidenses en Yemen han resultado ineficaces, mientras que el ritmo actual y el alcance cada vez mayor de las operaciones yemeníes están agotando los recursos navales y debilitando la moral.
A diferencia de los ‘cañones de Hollywood’, los buques de la Armada de EE.UU. no tienen misiles interceptores ilimitados ni pueden recargarse en el mar. En cuanto a la moral del personal (del Ejército) estadounidense, se romperá a largo plazo, sobre todo porque muchos, si no la mayoría, de los marineros e infantes de marina simplemente no están interesados en luchar por Israel.
El mes pasado, el capitán Chris Hill, comandante del USS Eisenhower, declaró: “La gente necesita descansos, necesita volver a casa”.
Mientras marineros, infantes de marina y aviadores se ponen ansiosos por esquivar los drones y misiles de Ansaralá a diario, la ‘Rana Yanqui’’ rema alegremente en su jacuzzi de Washington, convencida de que el ‘poder’ de la USN derrotará a los molestos ‘Hutíes’.
Se puede decir que se trató de una medida bien calibrada apoyada por Irán que logró dos objetivos: primero, sacó al grupo de batalla de portaviones del Golfo Pérsico y, segundo, arrastró a Estados Unidos hacia una trampa cada vez mayor. La Rana Yanqui se encuentra en el punto caliente del mar Rojo-Golfo de Adén. No puede ganar.
O saltará y huirá humillada, destruyendo aún más la credibilidad de las fuerzas armadas estadounidenses tras su humillante debacle de 2021 en Afganistán; o permanecerá en la olla y morirá hervida, con la pérdida de barcos y vidas.
En ambos casos, gana Irán. En relación con esto, una derrota de EE.UU. ante Irán será bienvenida por China, Rusia y decenas de Estados adversarios de EE.UU., particularmente en los países del sur del planeta. Como señaló un astuto usuario de Twitter/X, Armchair Warrior (que describe las probables respuestas de Rusia a las provocaciones ucranianas), Irán ha demostrado, a través de sus acciones, una “control reflexivo” sobre las acciones de Washington. Con esto quiere decir: “Si cada acción militar que emprendas obtiene una reacción simétrica, entonces podrás controlar la naturaleza, el lugar y el ritmo del conflicto para tu beneficio”. Esto es precisamente lo que el CGRI está haciendo inteligentemente.
La rana israelí
Mientras tanto, la pequeña ‘rana israelí’, somnolienta en el agua caliente, sueña con su ‘nuevo Israel’: el Israel que creará una vez que haya limpiado étnicamente a Gaza. Planea desarrollar Gaza, construyendo apartamentos de lujo a lo largo de la playa y unidades de vivienda para nuevos colonos.
Los arquitectos ahora están dibujando planos. El yerno del expresidente (de EE.UU.) y actual candidato republicano Donald Trump, Jared Kushner, un Netanyahuista y benefactor del partido Likud, está midiendo las cortinas de su condominio frente al mar en Gaza.
Sin embargo, el ejército israelí no ha derrotado a HAMAS, que continúa infligiendo daños significativos al equipo militar y a los activos humanos israelíes. Según una estimación, HAMAS solo se vio afectado entre un 15 y un 20 por ciento. El ejército de ocupación depende totalmente de Estados Unidos y sus Estados vasallos europeos para obtener armamento, ya que sus capacidades de producción interna son limitadas.
Según una estimación, unos 500 000 colonos han regresado a sus países de origen; la mayoría de ellos no volverá (a los territorios ocupados de palestina). Desde el 7 de octubre, el servicio militar obligatorio ya no es una obligación segura pero incómoda de tres años: los padres temen por sus hijas e hijos.
Una corriente de desobediencia latente que surgió de la invasión israelí de El Líbano en 1982 ha vuelto a despertar. Los reclutas se niegan a servir y, como resultad o, son encarcelados. La exención del servicio militar obligatorio para los judíos ultraortodoxos expiró el 1 de abril; ellos amenazan con huir de Israel, cuya supervivencia depende de que los judíos se trasladen allí.
Si los representantes de los judíos ultraortodoxos abandonan la coalición del primer ministro Benjamín Netanyahu, eso podría derribar su gobierno extremista. Las tensiones internas dentro de la sociedad israelí se están intensificando, alimentadas por presiones socioeconómicas y la desilusión con el manejo de la guerra por parte del gobierno.
La economía israelí está en ruinas. El shéquel (moneda israelí) está cayendo. Ahora vale sólo 3,60 ILS (shéquel) por 1 USD (dólar), después de alcanzar máximos de 4,01 ILS por dólar, y se avecinan más caídas. Los déficits presupuestarios y las tasas de endeudamiento se han disparado. (La agencia calificadora estadounidense) Moody’s rebajó la calificación crediticia de Israel de A1 a A2 el 9 de febrero. La industria turística de Israel ha entrado en crisis. La mayoría de las principales aerolíneas ya no vuelan a Israel. Los sectores manufacturero y agrícola de Israel están poco desarrollados. Israel tiene acceso limitado a los recursos naturales y la energía; depende de líneas de vida terrestres de comunicación con Jordania y Egipto, y el petróleo y el gas de Azerbaiyán que llegan a Haifa desde Turquía.
Irán le está haciendo a Israel exactamente lo que Israel le hizo con sanciones económicas. Pero a diferencia de Israel, Irán tiene abundantes suministros de petróleo y gas, 85 millones de personas alfabetizadas y educadas que no tienen intención de huir y una formidable infraestructura agrícola y manufacturera.
Teherán está estrangulando metódicamente la economía de Israel. El puerto de Haifa está en la lista de objetivos de Hezbolá (Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano). Si se cierra Haifa junto con Eilat, Israel solo tendrá líneas de vida terrestres para el suministro de alimentos y energía. El aeropuerto internacional Ben Gurion y otros aeropuertos podrían ser oblanco de ataques en el futuro.
Subiendo la temperatura, un grado a la vez
El reciente ataque israelí a la misión diplomática iraní en Damasco, supuestamente en respuesta a un ataque iraquí con drones contra Eilat, refleja las las aprehensiones y frustraciones de Netanyahu: “El mundo entero está confabulado contra nosotros”.
La estrategia de Netanyahu parece ser incitar a Irán a una escalada de tensiones, instándolo potencialmente a atacar instalaciones militares estadounidenses en la región, arrastrando así a EE.UU. al corazón de la guerra de Gaza. Sin embargo, no es seguro que Teherán muerda el anzuelo.
Si bien es probable que el CGRI responda, intentará evitar caer en la trampa de Netanyahu. En cambio, Irán podría optar por reforzar su dominio económico sobre Israel, posiblemente apuntando a lugares estratégicos como Eilat, Haifa y el aeropuerto Ben Gurion.
El CGRI entiende que la economía de Israel no puede soportar un conflicto prolongado. Por lo tanto, su estrategia podría consistir en una escalada gradual —efectivamente hervir lentamente la rana israelí— a través de acciones coordinadas que involucren a Hezbolá, Ansarolá y varias facciones con base en Siria e Irak.
Como anotó el economista Herbert Stein: “Si algo no puede continuar para siempre, se detendrá”. Si bien Israel está lejos de estar al borde del colapso, las acciones disciplinadas y calculadas del CGRI están aumentando constantemente las tensiones regionales. Si no se hace nada, esto podría tener importantes repercusiones para la sociedad israelí y su economía, todo ello sin que ella se dé cuenta, como la pequeña rana hirviendo.
* El Dr. Shivan Mahendrarajah es miembro de la británica Real Sociedad Histórica. Se educó en la Universidad de Columbia y obtuvo su doctorado en Historia Islámica y de Oriente Medio en la Universidad de Cambridge. Shivan es autor de artículos históricos revisados por pares sobre el Islam, Irán y Afganistán; sobre contrainsurgencia; Al-Qaeda y los movimientos talibanes de Afganistán y Pakistán.
Texto recogido del artículo publicado en The Cradle.
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