Poca vergüenza. Es la que ha demostrado el presidente de EEUU, Joe Biden, al confundir a los ciudadanos ucranianos con iraníes. Y también demuestra una falta de conocimientos mínimos sobre a dónde va EEUU a organizar sus guerras bajo el pretexto de defender democracias, pero cuyo verdadero interés es el expolio de recursos naturales ajenos.
A EEUU le da igual dónde invade
También desnuda una falta de interés real que roza la obscenidad, en los verdaderos intereses de esos países y sus poblaciones. Les da exactamente igual, si son ucranianos, iraníes, sirios, iraquíes o yemeníes.No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos, no sólo de líderes de EEUU, sino de Occidente en general. Y es que hace pocas semanas, ante la pregunta del canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, a su par británica, Liz Truss, de si reconocía la soberanía de Rusia sobre las regiones de Rostov y Vorónezh, la canciller del Reino Unido respondió: «nunca lo reconoceremos».La embajadora de Inglaterra en Rusia tuvo que sacarla de ese terreno vergonzoso de la soberbia que origina esa ignorancia, y explicarle que se trataba de dos regiones de Rusia.
El pasado los condena
También en su momento, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, hizo unas declaraciones que hacían referencia a este tipo de situaciones: «Es difícil mantener un diálogo con gente que confunde Austria con Australia. Pero no hay nada que hacer. Por lo visto, ese es el nivel de cultura política de determinada parte de la elite dominante estadounidense», dijo Putin en una rueda de prensa al finalizar la cumbre de los BRICS en la ciudad china de Xiamen en septiembre de 2017.Esas palabras del mandatario ruso aludían a un episodio protagonizado hace una década antes por el entonces presidente de EEUU, George W. Bush, quien confundió a estos dos países.Y ahora, ‘Sleepy’ Biden que suelta: «Putin puede rodear Kiev con tanques, pero nunca ganará los corazones y las almas del pueblo iraní».»Las élites dirigenciales norteamericanas han ido hacia un área de mediocridad de un nivel inconmensurable, fundamentalmente desde que pusieron a un cómico como Ronald Reagan. En adelante, las dirigencias que han encabezado el poder norteamericano han sido cada vez más débiles y más influenciables y más manejables por los gigantescos grupos de poder que realmente son los que administran el poder en EEUU», advierte el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.Según el experto, «todo esto debe llamar la atención, ante los acontecimientos que estamos viviendo que realmente, cómo hace un bando con otro para poder negociar con este nivel de capacidades que están demostrando, o los niveles de capacidades de las mismas dirigencias europeas que cada vez también son más mediocres y más decadentes», sentencia.El analista incide en que Alemania ha perdido muchísimo con la retirada de Angela Merkel.»Es evidente. La actual Administración parece más ser puesta por Washington que la votada por los mismos alemanes. Además, se pega un tiro en el pie porque aplica sanciones que la van a desfavorecer en esta competencia internacional que está ocurriendo con el tema de la energía», avisa Carlos Pereyra Mele.
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