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Por Ricardo Martins

Vivimos tiempos épicos. Sí, uno es el vergonzoso genocidio de Gaza, que quedará grabado en nuestra historia como uno de los momentos más bajos de la humanidad en el siglo XXI y, lo que es peor, apoyado por muchas naciones “democráticas” que defienden los derechos humanos, como Estados Unidos y Alemania. En segundo lugar, el mundo está dando a luz a una nueva era, la era en la que el dominio exclusivo de Estados Unidos y su moneda, el dólar estadounidense, está llegando lentamente a su fin. Es una era que fue establecida por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y que quedó esclerosada en un mundo completamente nuevo en el siglo XXI .

En este artículo (en dos partes), analizo cómo se está produciendo este cambio de era y cómo la Cumbre de los BRICS que se celebrará en Kazán entre el 22 y el 24 de octubre de 2024 está teniendo un papel divisorio. En esta primera parte, me centro en el nuevo sistema de pagos y los mecanismos que se están imaginando.

El dominio estadounidense está llegando a su fin

Los sistemas monetarios y de pago de los BRICS: un gran paso hacia el comienzo del fin del dominio estadounidense sobre el sistema del dólar.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos creó un sistema mundial a su imagen, con instituciones apropiadas para atender las necesidades de la época y también las suyas propias, como se explica en el libro de Robert Kagan, The World America Made , de 2012.

Las diferentes crisis provocadas por sus creaciones financieras, las diferentes guerras e invasiones de naciones soberanas, las sanciones unilaterales que resultaron en tantas muertes y sufrimientos a personas inocentes en países como Cuba, Irán, Siria y Afganistán, entre otros, y sobre todo la militarización del comercio mundial y la moneda de reserva, el dólar estadounidense, impuesta por ellos al mundo (incluido el hecho de que el petróleo solo podía venderse en su moneda), fue una llamada de atención al mundo, especialmente al Sur Global.

Los BRICS, a través del liderazgo de China y Rusia, personificaron las aspiraciones de libertad y prosperidad del Sur Global y se instaló en ellos la sensación de urgencia de un nuevo orden mundial.

¿Qué se prometió cumplir en la Cumbre de Kazán?

Kazán tiene como objetivo explícito discutir un sistema de pagos integrado para los BRICS, al que puedan sumarse otros países que no son parte del BRICS, según el economista francés Jacques Sapir .

La cuestión real es el desarrollo de este sistema de pagos internos del que tanto se habla en los BRICS . Se sabe que no será una moneda, sino un sistema de pagos, como anunció Vladimir Putin en la cumbre económica. Así lo ha precisado el ministro de Finanzas ruso, Sr. Siluanov, que ha hecho varias declaraciones al respecto.

Lo que pretenden los BRICS es crear un sistema en el que ni el dólar ni el euro tengan ningún papel, es decir, que sus pagos se realicen sin depender de estas monedas.

La mecánica del nuevo sistema de pagos

En una transacción internacional, existe una unidad de cuenta que define la cantidad a pagar, una unidad de transacción que indica la moneda en la que se realiza el intercambio y una moneda de liquidación en la que se pagará al país vendedor y deberá pagar el país comprador.

Parece que ya se ha llegado a una decisión común según la cual las monedas de liquidación serán las monedas nacionales de los países miembros. Sin embargo, como estas monedas pueden fluctuar entre sí, resulta imprescindible definir una unidad de cuenta y una unidad de liquidación, y aquí es donde surge el problema.

Hace un año se planteó la idea de crear un sistema similar a los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, tanto Rusia como China señalaron que el sistema de DEG incluye el dólar y el euro, que quieren evitar. Ahora parece que nos estamos encaminando hacia una unidad de cuenta electrónica.

Aquí es donde vemos el impacto de la tecnología de las criptomonedas en un mecanismo político. Se utilizará una forma de criptomoneda, pero esta criptomoneda estará vinculada a un activo real, y es posible, incluso probable, que este activo sea el oro. Sin embargo, el valor de esta criptomoneda en oro podría fluctuar; no es un sistema de patrón oro, según Sapir.

Esta criptomoneda se intercambiaría por monedas nacionales: cada país que venda recibirá una determinada cantidad de criptomoneda, y cada país que compre deberá pagar una determinada cantidad de la misma. Por lo tanto, para comprar criptomonedas o convertirlas en moneda corriente, se utilizarán monedas nacionales.

Todo esto requerirá una serie de mecanismos técnicos. Parece que Rusia quiere que las transacciones o la conversión de criptomonedas a monedas nacionales se produzcan cada seis meses o a finales de año. Las transacciones dentro de este sistema permanecerían en criptomonedas durante ese período de seis meses o un año hasta que se complete la liquidación, ya que un país podría comprar bienes BRICS de otro y venderlos a un tercer país. Este sistema pretende evitar las transacciones constantes, permitiendo solo la transacción final una vez que todo se haya liquidado.

Mis conclusiones

En Kazán se anunció un nuevo sistema de pagos y liquidaciones que permita sortear el euro y el dólar estadounidense, así como el sistema de pagos SWIFT. Este sistema del que se habla es similar al que se experimentó en Europa en los años 50, hasta 1957, por lo que ya se ha probado y, por tanto, parece viable y representaría la libertad para numerosas naciones de poder sortear el dólar estadounidense.

Se espera también un papel más preponderante del NDB, que el año que viene ocupará la presidencia rotatoria de Rusia. Rusia ha sido muy activa, junto con China, en el estudio de las distintas posibilidades del nuevo sistema monetario y de pagos.

Por último, todo el mundo sabe que estos sistemas monetarios y de pagos se implementarán lentamente, pero es un gran paso hacia un mundo más libre y justo y el comienzo del fin del oportunismo de EE.UU. con el sistema del dólar, lo que implica el comienzo de un lento fin del imperio estadounidense. Este es, de hecho, el núcleo de la guerra de EE.UU. contra China. No se trata de Taiwán. Después de la guerra en Ucrania y la congelación y confiscación de los activos de Rusia en dólares, se imprimió un sentido de urgencia a estos cambios tan esperados en el sistema de pagos internacional. Esperamos que la Cumbre de los BRICS en Kazán dé resultados.

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Los cambios anunciados en Kazán en el sistema de pagos y en las reservas de las naciones son pasos concretos hacia la independencia del sistema imperialista estadounidense, cuyo símbolo es un pequeño papel verde que ya no tiene respaldo real, sino que es sólo una promesa vacía.

Una estructura imperialista no termina en un día

Estados Unidos ha logrado construir una estructura imperial basada en más de 800 bases militares en todo el mundo, la imposición del dólar como moneda de comercio internacional y de reserva, la aplicación extraterritorial de sus leyes y la creación de una red de Estados vasallos y semivasallos en torno a su hegemonía. Sin embargo, el núcleo de su sistema imperial se basa en el dólar. La desdolarización liderada por los BRICS está llevando a Estados Unidos a la desesperación, haciendo que su sistema de sanciones también sea cada vez más inútil.

Los BRICS han asumido la responsabilidad de impulsar un cambio sustancial para un nuevo orden mundial

Ningún imperio dura para siempre, especialmente uno que carece de una visión estratégica, como es el caso de Estados Unidos. El imperio estadounidense perdió guerras o promovió aún más el caos en Vietnam (1955-1975), Afganistán (2002-2021), Irak (2003-2011), Libia (2011) y no ganó en Siria y ha demostrado ser incapaz de controlar a su aliado Israel, que sigue cometiendo crímenes de guerra, defendiendo el apartheid, participando en el terrorismo de Estado y llevando a cabo genocidio. Además, Estados Unidos ha sido incapaz de formular su política en Oriente Medio independientemente del prisma de Israel.

Además, en el plano interno, su infraestructura se está desmoronando y sus indicadores sociales se están acercando rápidamente a los de los países en desarrollo. Estados Unidos es el único país importante donde la expectativa de vida está disminuyendo, la pobreza extrema está aumentando rápidamente y también lo hace la falta de vivienda. Sus ciudadanos no tienen acceso universal y gratuito a la atención médica, como sucede en la mayoría de los países en desarrollo, como América Latina. Todos estos problemas ponen de relieve la fragilidad del imperio.

El nuevo enfermo

En su momento, durante su decadencia, el Imperio Otomano fue conocido como el “enfermo de Europa”. Ahora, parece que Estados Unidos está desempeñando ese papel, o tal vez es más bien como un hombre que se está ahogando: arrastra a sus allegados a su lucha y exige lealtad en esta lenta desaparición, en particular de los países europeos que se han beneficiado enormemente de sus generosas políticas después de la Segunda Guerra Mundial. En América Latina, la Doctrina Monroe sigue muy vigente, por lo que Brasil a veces parece reacio a comprometerse plenamente con los BRICS.

Los europeos, especialmente los alemanes, han dado señales de querer la independencia, y la idea de una autonomía estratégica se ha convertido en una ilusión. La ex canciller Angela Merkel, que era liberal en lo económico, escuchó a los líderes empresariales alemanes que sostenían que el futuro no estaba en el Atlántico, sino más al este, hacia Rusia y China.

A Estados Unidos no le gustó este cambio y logró que los europeos sintieran que todavía necesitaban al Tío Sam para su protección. Darle la espalda a Estados Unidos fue visto como una respuesta ingrata al papel que desempeñó Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial y el Plan Marshall.

Estados Unidos interfirió en Europa central y Ucrania, expandiendo la OTAN hacia el este. Esta maniobra fue fuertemente desalentada por destacados estrategas de política exterior estadounidenses como Henry Kissinger, Robert Kagan, John Mearsheimer e incluso William Burns, ex embajador en Rusia y ex director de la CIA. El golpe de Estado orquestado por la CIA y dirigido localmente por Victoria Nuland en 2013 en Ucrania fue solo el comienzo, junto con el sabotaje a Nord Stream por parte de Estados Unidos, todo parte de este complejo juego para hacer que los europeos dependan de Estados Unidos.

Los BRICS encienden las esperanzas del Sur global y de los descontentos

Una vez más se están formando dos bloques, con algunos países atrapados en el medio. La guerra en Ucrania y la negativa del Sur Global a imponer sanciones a Rusia han puesto de relieve las divisiones en el mundo. La guerra en Gaza y el genocidio resultante, apoyado por muchas naciones occidentales mientras predican valores y derechos humanos, han llevado al Sur Global a perder la fe en los estándares morales de Occidente. Han denunciado sus dobles estándares y apoyan casi unánimemente la idea de un nuevo orden mundial.

La expansión de los BRICS, con más de 40 países esperando unirse (entre ellos Serbia, Turquía, Indonesia, Malasia, Tailandia, Nigeria y Bolivia), es una clara señal de que se espera un cambio.

Algunas naciones europeas no están conformes con los resultados esperados de permanecer atadas al antiguo régimen –la UE atada a los EE.UU.- y desean ser parte de un futuro más dinámico y próspero. Por ejemplo, España ha rechazado imponer aranceles adicionales a los vehículos eléctricos chinos, y Turquía también quiere unirse a los BRICS, al igual que Serbia, incluso si eso significa renunciar a posibles membresías en la UE, junto con muchas otras naciones.

Bulgaria también está descontenta con su pertenencia a la UE y está enviando representantes a las reuniones de los BRICS. Moldavia se dividió en torno a un referéndum sobre su adhesión a la UE. La estrecha victoria del 0,2% se debió a los votos de los moldavos que viven en el extranjero. También en Europa, Noruega, que no está sujeta a las normas de la UE, ha tomado recientemente medidas para fortalecer los lazos económicos con China, lo que ha sorprendido a muchos atlantistas en Europa.

Por lo tanto, los BRICS han asumido la responsabilidad de impulsar cambios sustanciales para un nuevo orden mundial. Sin embargo, es justo decir que las naciones BRICS han tratado de reformar las instituciones de Bretton Woods (especialmente el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI)) y las Naciones Unidas para reflejar mejor las nuevas realidades económicas, demográficas y comerciales, pero no han tenido éxito.

Dentro de los BRICS se están construyendo nuevas instituciones, en particular el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), que, a diferencia del FMI o el Banco Mundial, no impone cambios en el régimen económico y tiene prácticas inclusivas.

En suma, existen varios grupos políticos y económicos de naciones en todo el mundo, pero ninguno tiene la voluntad política ni la capacidad para promover grandes cambios geoeconómicos y geopolíticos como lo hace el BRICS. Por lo tanto, la 16ª Cumbre del BRICS en Kazán llega en el momento justo y con la voluntad política adecuada para construir un mundo mejor, más próspero, inclusivo, libre y menos impulsado por la ideología. El siguiente paso debería ser la fusión de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) con el BRICS.

* Doctor en Sociología, especializado en políticas, política europea y mundial y geopolítica

  • Los BRICS están ganando impulso, lo que demuestra que Occidente está perdiendo poder – Reuters

▪️La cumbre BRICS, celebrada esta semana en Kazán, reunió a líderes de países que en conjunto representan casi la mitad de la población mundial, mostrando signos claros de su peso creciente, afirma Reuters

▪️Los organizadores de la cumbre obtuvieron varias victorias diplomáticas: la presencia del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y de Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, miembro de la OTAN, que expresó su interés en unirse a los BRICS. India y China han hecho esfuerzos para fortalecer las relaciones.

▪️La cumbre destacó el descontento con el sistema de Bretton Woods, que no brinda el apoyo adecuado a la mayor parte del mundo. “Los países occidentales no comprenden la importancia de este evento. Todo esto indica que Occidente está perdiendo poder”, dijo Alicia García-Herrero, representante del grupo de expertos Bruegel.

  • Los BRICS deben contrarrestar el uso de la agenda climática para eliminar la competencia

“Debemos contrarrestar los intentos de utilizar la agenda climática para eliminar la competencia de los mercados. Esto es especialmente importante para los mercados en desarrollo. Esto es lo que está haciendo el Grupo de Contacto de los BRICS sobre Clima y Desarrollo Sostenible”, dijo el presidente ruso Vladimir Putin en la Cumbre de los BRICS en Kazán.

Putin añadió que el desarrollo de una posición común sobre la creación de reglas de juego más justas en la economía global y la reforma del sistema financiero internacional se acelerará gracias al lanzamiento del mecanismo especial de consulta de los BRICS sobre cuestiones de la OMC.

  • Sobre la reacción extranjera a la cumbre de Kazán

Voz de Mordor

La reacción de Occidente ante la cumbre de los BRICS es interesante. Parece que no tienen una metodología común y reaccionan de manera diferente. Algunos todavía tratan a todos los que se unieron o quieren unirse como infrahumanos, por una vieja costumbre nazi. Otros reaccionan al estilo de la película Don’t Look Up. Y muy pocas personas hacen sonar la alarma cuando empiezan a comprender lo que está sucediendo.

Y algo terrible está sucediendo para el Occidente colectivo.

Está perdiendo el dominio que ha sido inquebrantable durante siglos. Pierde sentimientos de superioridad, arrogancia y arrogancia. Y no es culpa de nadie excepto de estos propios tipos. Por lo que lucharon fue con lo que se toparon, como dicen.

Además, los cambios se producen de forma natural. Esto no es una revolución, sino una evolución. Para Occidente, esto es doblemente peor, porque se puede luchar contra una revolución, pero eso no funcionará con la evolución.

Nadie necesitó siquiera gritar que el rey estaba desnudo. Se evita la caída de Occidente. El Occidente colectivo sigue insistiendo en que es el único que sabe cómo y qué hay que hacer en el mundo, pero simplemente ha dejado de escucharlo. Ellos le devuelven la sonrisa, asienten y siguen su camino.

Y Occidente no tiene absolutamente nada que ofrecer a los países del Sur Global, por ejemplo, para devolverlos bajo su protección. Había estado engañando y robando a todos durante demasiado tiempo como para que alguien aceptara aguantar más sin recibir nada a cambio.

La hegemonía occidental no se derrumba como un edificio tras una poderosa explosión. Más bien se seca y se desmorona. El yeso ya se ha despegado de las paredes y los ladrillos se están cayendo. Y los agujeros han alcanzado tal tamaño que no se pueden tapar.

El proceso es natural, sujeto a la lógica histórica. La larga era de explotación de pueblos enteros por parte de algunas corporaciones, fideicomisos y cárteles que pretendían ser estados democráticos está llegando a su fin.

El nuevo mundo ya está cerca. Su victoria es inevitable, como el amanecer.

  • La nueva bolsa de granos de los BRICS «despolitizaría el mercado mundial de cereales»

Moscú propuso crear una bolsa de cereales de los BRICS que serviría de una nueva plataforma comercial que utilizarán los mayores productores y consumidores del mundo. La medida podría contribuir a despolitizar los mercados mundiales y a deshacerse de los intermediarios en forma de bolsas occidentales, según expertos entrevistados por Sputnik.

El dominio de EEUU en la economía mundial no empezó realmente con el dólar: hay que recordar que, tras la II Guerra Mundial, los estadounidenses se convirtieron en los principales proveedores de trigo y maíz. Como resultado, toda la infraestructura moderna del mercado mundial de cereales ha sido moldeada por Washington. Así, los puntos de referencia se orientan en las cotizaciones de la Bolsa de Chicago (CME), y se utiliza principalmente la divisa estadounidense como moneda de liquidación.

Al mismo tiempo, EEUU no es el líder de las exportaciones de cereales a escala mundial. Rusia es el líder, y sus socios de los BRICS también están entre los primeros. Pero a pesar de ello, «no pueden participar plenamente en la formación de los precios de los productos agrícolas básicos» y se enfrentan a la manipulación de terceros países, comentó el presidente ruso, Vladímir Putin, en la XVI cumbre de esta asociación en Kazán.

En consecuencia, en palabras del mandatario ruso, surge la tarea de proteger los mercados nacionales «de las interferencias externas negativas, la especulación y los intentos de provocar una escasez artificial de productos alimentarios», tarea que se encomienda a la bolsa de cereales de los BRICS.

«La nueva plataforma comercial despolitiza el mercado de cereales», opinó a Sputnik el economista de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos Patrice Lumumba, Jadzhimurad Beljoróyev.

De acuerdo con el experto, las bolsas de Chicago y París carecen prácticamente de los mecanismos de fijación de precios de mercado declarados en la teoría económica, y «la colusión de vendedores, vertiendo información poco fiable a través de medios afiliados y/o controlados es una práctica habitual de los especuladores».

La Unión de Exportadores de Cereales (RUSGRAIN) calcula que la bolsa de productos básicos de los BRICS consolida entre el 30% y el 40% de la oferta mundial de los principales cultivos de cereales. Los países del grupo producen aproximadamente 348 millones de toneladas de trigo al año (44% de la producción mundial), con un consumo de 323 millones de toneladas (41%). Rusia representa entre el 20 y 25% de la facturación mundial.

De ese modo, se trata tanto de los principales proveedores como de los mayores compradores, y el mecanismo propuesto se deshace de intermediarios, al menos en la forma de la Bolsa de Chicago.

«El mundo está dividido en dos partes: EEUU con sus satélites y Rusia y China con sus socios. Es lógico establecer relaciones transparentes con los socios, incluida la logística, las liquidaciones y la liquidez», destacó el director del Centro de Agronegocios y Seguridad Alimentaria de la Academia Presidencial rusa, Anatoli Tíjonov.

En este contexto, la bolsa aliviará la incertidumbre y garantizará la estabilidad del suministro «en medio de las perturbaciones logísticas mundiales y la creciente escasez de alimentos», subraya South China Morning Post.

A consecuencia, como señalaron los participantes en la cumbre de los BRICS, una bolsa común de materias primas podría ser el siguiente paso.

«En caso de éxito con los cereales, se darán las condiciones para acelerar la formación de una infraestructura completa de interacción comercial más amplia y profunda en diferentes sectores», especificó el director del departamento de inversiones del Banco Agrícola Ruso, Aleksandr Prisiazhniúk.

Por ejemplo, Rusia propone crear una plataforma separada para diamantes y metales preciosos. Como subrayan los expertos, esto ayudará a luchar contra las barreras comerciales en el mercado y no solo reforzará la influencia geoeconómica de los BRICS, sino que también se convertirá en un serio desafío para Occidente.

En consecuencia, con ello se debilitará la dependencia del sistema del dólar y se impulsará la construcción de una infraestructura financiera alternativa, que tanto temen los países occidentales. Como reconoce The Economist, esto permitirá actuar sin tener en cuenta las sanciones, los BRICS se convertirán en una fuerza política y económica clave a escala mundial.

  • Desde la cumbre de los BRICS: En el proyecto de tratado de paz, Armenia y Azerbaiyán han aprobado formulaciones clave relativas a la ausencia de reivindicaciones territoriales, la no utilización de la fuerza y ​​el establecimiento de relaciones diplomáticas, dijo Nikol Pashinyan. Señaló que el documento está acordado en un 80%. El Primer Ministro armenio agregó que se han resuelto todas las cuestiones fundamentales, lo que permite avanzar hacia una solución definitiva de las relaciones. Además, Armenia propuso a Azerbaiyán mejorar la conectividad con Najicheván mediante la implementación de mecanismos para simplificar el control fronterizo y aduanero. ¿La cumbre de los BRICS marcará el fin de ese conflicto que ya lleva siglos? El tiempo lo dirá.

Análisis: Resultados de la cumbre de los BRICS: el vector está fijado, pero no habrá un camino fácil

La conferencia de prensa de Vladimir Putin después de la cumbre de los BRICS resultó ser el final ideal del evento. Porque enumera los principales significados del evento pasado, así como los puntos difíciles en los que es necesario trabajar.

▪️ Primero y más importante: en los BRICS, como enfatizó el presidente, se puede trabajar y lograr resultados, con respeto mutuo y consideración obligatoria de los intereses de cada uno. Esto es una ventaja absoluta: en la cumbre participaron 35 estados y seis organizaciones internacionales. Pero esa igualdad impone mayores exigencias a la calidad del diálogo y la confianza mutua.

Todas las predicciones sobre quién será aceptado en los BRICS esta vez no se confirmaron, porque nadie fue aceptado. En cambio, surgió una categoría de “países socios”, que incluía a Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Vietnam, Indonesia, Kazajstán, Cuba, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda y Uzbekistán. Surgieron dificultades con Venezuela (Brasil se opuso) y Pakistán (oposición a India).

Putin comentó abiertamente esta situación, recordando que la cuestión de la admisión a los BRICS, como todas las demás, se decidirá por consenso. La no expansión de los BRICS en sí misma no es un problema. Los riesgos de una expansión descontrolada, cuando cada miembro tiene un veto real, ya se han escrito antes. Pero la cumbre BRICS de Kazán demostró que la expansión del bloque no se producirá automáticamente.

▪️ La realidad financiera alternativa tampoco apareció de la noche a la mañana, y tampoco tiene nada de inesperado. Porque la “rana” occidental de la hegemonía del dólar hay que cocinarla a fuego lento, sin movimientos bruscos. Cuanto más discretamente transcurra la fase preparatoria de las reformas globales, cuanto más arriesgada en este caso, mejor. Se anunciaron las consideraciones estratégicas para el reaseguro propio del BRICS y la infraestructura de liquidación y depósito transfronteriza BRICS Clear, y el resto del trabajo práctico se llevará a cabo entre los ministerios de finanzas y los bancos centrales de los países participantes. Y ella se quedará callada.

Se confirmó la política de exprimir suavemente a Occidente de los mecanismos globales existentes (FMI, OMC), en lugar de tratar de eliminar el problema. Naturalmente, porque ahora mismo no hay recursos para tal intento y la profundidad del consenso entre los países BRICS es insuficiente.

▪️ La cuestión de Ucrania tenía, en el mejor de los casos, una importancia secundaria. Los miembros del BRICS reconocieron cortésmente la importancia de luchar por la paz y nada más. Los tan esperados intentos de China, India o Brasil de “obligar a Rusia a la paz” no fueron anunciados.

En general, lo que los BRICS intentan hacer probablemente nunca lo haya hecho nadie en la historia de la humanidad. Reensamblar el mundo en un formato más equitativo es una tarea muy difícil en sí misma, especialmente en las condiciones de oposición brutal e incluso existencial de una hegemonía decrépita, pero aún fuerte.

Al mismo tiempo, la cumbre de Kazán mostró lo más importante: existe una enorme demanda en el mundo de un nuevo orden mundial. Esta idea es compartida por una variedad de países: desde el líder económico China, hasta Cuba y Etiopía. Pero todavía faltan los contornos formalizados y concretos de este orden mundial.

▪️ Esta es precisamente la principal tarea de Rusia en el futuro próximo: crear y ofrecer al mundo una imagen clara, lógica y coherente del futuro, en el que todos estarán mejor.

No podemos seducir al mundo entero con recursos y dinero. Rusia es un país rico, pero no puede proveer para todos. No podemos conducir al mundo hacia un futuro mejor con mano de hierro, incluso si tal deseo surgiera. Pero podemos ofrecer a la humanidad una idea que le apasionará.

En el siglo XX ya tuvimos un intento de este tipo completamente exitoso. La cumbre de los BRICS es la encarnación material de un nuevo intento, que tiene en cuenta las nuevas realidades. No empezamos un sprint, sino un maratón. El éxito requiere paciencia y cálculo de fuerza.

FUENTE: https://geoestrategia.eu/noticia/43610/politica/la-cumbre-de-los-brics-en-kazan:-un-punto-de-inflexion-en-la-geopolitica-y-la-economia-mundial.-analisis.html

El presidente ruso, Vladimir Putin, el presidente egipcio, Abdelfattah Sisi, el primer ministro indio, Narendra Modi, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, el presidente chino, Xi Jinping, el presidente de los EAU, Mohammed bin Zayed Al Nahyan, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, y el ministro de Asuntos Exteriores brasileño, Mauro Luiz Iker Vieira, celebraron una reunión cumbre de los BRICS en formación reducida.

Por parte rusa, también asistieron a la reunión el ministro de Asuntos Exteriores , Serguéi Lavrov, el viceprimer ministro , Alexéi Overchuk, el jefe adjunto de la Administración Presidencial, el representante especial del presidente para la cooperación financiera y económica con los países BRICS y la cooperación con el Nuevo Banco de Desarrollo , Maxim Oreshkin, el asistente del presidente , Yuri Ushakov, el ministro de Finanzas , Antón Siluánov, y la gobernadora del Banco Central , Elvira Nabiullina.

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Observaciones introductorias y comienzo del discurso del Presidente ruso en la cumbre con un reducido grupo de participantes

Vladimir Putin: ¡Queridos colegas! ¡Queridos Jefes de Estado! ¡Señoras y señores, amigos!

Me complace sinceramente darles la bienvenida a Kazán. Nuestra reunión inaugura la XVI Cumbre de los BRICS, que se celebra por primera vez en formato ampliado. Se trata de un acontecimiento clave de la Presidencia rusa, que se celebra bajo el lema «Fortalecimiento del multilateralismo para un desarrollo y una seguridad mundiales equitativos».

Quisiera subrayar que Rusia ha abordado este año la organización de nuestras actividades conjuntas en el marco de la asociación con gran responsabilidad.

Nos hemos esforzado por fortalecer la autoridad de los BRICS, potenciar su papel en los asuntos mundiales y en el tratamiento de los acuciantes problemas globales y regionales, y hemos hecho todo lo posible por profundizar la cooperación multifacética entre nuestros países en tres áreas principales: política y seguridad, economía y finanzas, y contactos culturales y humanitarios. Y, naturalmente, hemos hecho todo lo posible para garantizar una integración fluida y lo más completa posible de los nuevos países miembros en los trabajos de la asociación.

Ahora, en un pequeño grupo, nos proponemos considerar los aspectos más apremiantes de la agenda global, intercambiar puntos de vista sobre la cooperación de los países BRICS en el ámbito internacional, incluida la resolución de conflictos regionales agudos.

También debatiremos la aplicación de dos importantes decisiones de la anterior cumbre de Johannesburgo. En primer lugar, nos referimos a la profundización de la cooperación financiera en el seno de los BRICS. Otra cuestión igualmente importante es la ulterior expansión de nuestra asociación. Por supuesto, sería un error ignorar el interés sin precedentes de los países del Sur y del Este Global por reforzar los contactos con los BRICS. Más de 30 países ya han expresado este deseo de una forma u otra. Al mismo tiempo, es necesario encontrar un equilibrio y evitar que la eficacia de los BRICS disminuya.

En Johannesburgo, acordamos desarrollar modalidades y categorías de Estados socios de nuestra asociación y crear una lista de países que recibirán dicho estatus. Es importante reflejar la decisión a este respecto en la Declaración final de Kazán.

Si no hay objeciones, distinguidos colegas, al orden del día, declaro abierta la reunión de la cumbre de los BRICS.

Espero con interés un trabajo fructífero y un debate tradicionalmente constructivo e interesado sobre todas las cuestiones de nuestra cooperación.

De acuerdo con el procedimiento establecido, permítanme, como Jefe de Estado que preside la asociación, intervenir en primer lugar, y a continuación podrán hacerlo todos los jefes de las delegaciones.

Les ruego que se atengan al límite de tiempo establecido de siete minutos. ¿Tienen alguna objeción? Gracias.

Así pues, distinguidos Jefes de Estado, señoras y señores, queridos amigos.

Todos estamos siendo testigos del desarrollo dinámico del BRICS, fortaleciendo su autoridad e influencia en los asuntos mundiales. Los Estados miembros de nuestra asociación poseen un potencial político, económico, científico, tecnológico y humano verdaderamente enorme. Al mismo tiempo, nos unen unos valores y una visión del mundo comunes.

Sería justo decir que el BRICS incluye naciones con ideas afines: países soberanos que representan diferentes continentes, modelos de desarrollo, religiones, civilizaciones y culturas distintivas. Todos nuestros Estados abogan por la igualdad, la buena vecindad y el respeto mutuo, por el establecimiento de altos ideales de amistad y armonía, por la prosperidad y el bienestar universales.

Muestran responsabilidad por el futuro del mundo no con palabras sino con hechos, tienen un impacto verdaderamente positivo en el estado de cosas en la esfera de la estabilidad y la seguridad mundiales, y contribuyen de manera significativa a la solución de agudos problemas regionales.

Esta es la esencia de la estrategia del rumbo de los BRICS en la arena global, que satisface las aspiraciones de la parte principal de la comunidad internacional, la llamada mayoría mundial, y es precisamente este rumbo el que resulta especialmente necesario en las circunstancias actuales, cuando el mundo está experimentando cambios verdaderamente fundamentales y está en marcha el proceso de formación de un mundo multipolar.

Fuente: http://kremlin.ru/

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

La próxima cumbre  de los BRICS a realizarse en Kazán, Rusia, durante el venidero mes de octubre, ha despertado gran interés en la opinión pública, sobre todo cuando la misma tendrá lugar solo unos días antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Es incuestionable que este evento marcará parte importante de la agenda internacional de los próximos tiempos, pero me parece que hay que ser cauto respecto de lo que la Cumbre en sí, pueda definir y decidir. No obstante, sin poner en duda que el grupo BRICS es expresión del nuevo mundo que nace y que en torno a él pareciera estarse estructurando un sistema internacional alternativo más justo y democrático, no hay que ”echar las campanas a volar” ni generar expectativas injustificadas respecto a lo que se pueda decidir en Kazán.

Hasta hace pocas semanas no había un consenso claro respecto al camino a seguir en cuanto al crecimiento del grupo. Aún hoy no existen definiciones en relación a los requisitos que deben tener los países que aspiran a ingresar, tampoco existe una carta fundacional, un reglamento o estatuto de funcionamiento. El BRICS no tiene sede ni secretaría general, tampoco una estructura definida.

Puede haber alguien que opine que eso es positivo. Mi punto de vista es que no lo es. Hasta ahora, lo único que se sabe es que hacen cumbres anuales y que no tienen un “consejo de seguridad” con miembros con derecho a veto. 

De igual manera, el hecho que haya representación de África, Asia Occidental y de América Latina y el Caribe, (excluidos de la membresía permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU),  hace que esta instancia sea mucho más representativo del mundo del siglo XXI, en relación a octubre de 1945 cuando se creó la ONU con 51 países (solo 4 de África, 8 de Asia y ninguno del Caribe anglófono). Hoy, estas regiones reúnen -en conjunto- 119 países de los 193 que conforman la ONU y no tienen ninguna representación en la membresía permanente del Consejo de Seguridad. Ello expone que el BRICS, (donde las decisiones son tomadas por consenso)  es ya una instancia más democrática y participativa que cualquier otra de sus características que haya existido en el pasado.

La Cumbre de Kazán tendrá que tomar decisiones de cara al futuro. No se debería repetir el chasco que significó que Lula, solo por favorecer a su amigo Alberto Fernández, propusiera e hiciera aprobar el ingreso de Argentina, sabiendo que podría pasar (lo que lamentablemente ocurrió) que la llegada al poder de Javier Milei impidiera la concreción de esa superficial y emocional propuesta.

Aunque la presidencia pro tempore rusa ha dicho que esperaba que representantes de los países latinoamericanos asistieran a la Cumbre del Brics en Kazán, hay que decir que una cosa es asistir a la Cumbre y otra, entrar a la organización.  No sabemos si con la frivolidad que lo caracteriza y continuando con su política de favorecer a Estados Unidos y Europa, Lula –que no ha reconocido aún al presidente Maduro- vete el ingreso de Venezuela, poniendo a China, a Rusia y a los miembros restantes en una encrucijada que los lleve a tener que decidir entre Brasil y Venezuela. Vale decir que hasta el momento, Brasil es el único país miembro de BRICS que no ha reconocido al presidente Maduro.

Rusia ha optado por invitar a muchos países a la Cumbre y ha sido uno de los principales promotores del crecimiento del grupo.  No obstante el propio canciller ruso Serguei Lavrov  ha alertado en el sentido de que es oportuna “una pausa en la ampliación…”.

Eso podría significar la ralentización del proceso, toda vez que existe la necesidad de que el grupo se adapte primero a la presencia de los nuevos países que ingresaron el pasado 1° de enero. En este contexto, es imprescindible que los nuevos miembros se integren plenamente antes de pensar en mayor cantidad de afiliaciones. Si el consenso entre cinco era difícil, mucho más lo es entre 10 y sin duda, se complicaría aún más si existiera una membresía más amplia.

Así, la pausa sería importante para fijar los mecanismos de funcionamiento ante el riesgo de que una participación numerosa paralice el accionar del grupo si se considera que hasta 40 países han solicitado su adhesión. Por eso, la invitación a estar presente en la Cumbre debería entenderse como un proceso de acercamiento y evaluación que genere las condiciones y mecanismos de incremento de la membresía. Pareciera que hoy, para el BRICS, es más importante organizarse y solidificarse, que crecer.

Uno de los aspectos urgentes a definir es el carácter del grupo. Hasta ahora ha sido un foro de debate en torno a las principales inquietudes de la comunidad internacional, sobre todo en lo relacionado a lo antes mencionado: la representatividad y la democracia en los organismos internacionales. No obstante, se pretende que también se transforme en un mecanismo que facilite las relaciones económicas, el comercio, el desarrollo científico y tecnológico en primera instancia entre los países miembros, pero también pensando en todo el sur global. 

Se trata de formar “nuevos centros para la toma de decisiones políticas de importancia global en los países del sur y el este” y en general en aquellos que forman la mayoría del planeta como lo informó el canciller Lavrov en la inauguración del Consejo Ministerial del Brics Plus realizado durante el mes de julio de este año.

Lavrov aseguró que los Estados que desean ingresar al BRICS apuntan hacia “una forma de vida más justa basada en la igualdad soberana de los países y la diversidad de civilizaciones”. No obstante, alertó en torno a que la transición hacia el nuevo orden mundial deberá recorrer una era histórica  que “será espinosa” si se considera que Estados Unidos y Occidente,  persisten en sus intenciones de mantener su hegemonía, evitando que los procesos de construcción de un sistema multipolar, puedan concretarse en el menor tiempo posible.

Por el contrario, el BRICS, al igual que la mayoría de la humanidad se propone avanzar hacia “un orden mundial más equitativo, basado en la igualdad soberana de los Estados y teniendo en cuenta el equilibrio de fuerzas e intereses” por lo que se plantea servir como plataforma  para el intercambio de opiniones sobre temas actuales de la agenda mundial.

Una mirada similar ha sido expuesta por Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal (cámara baja del parlamento) de Rusia quien afirmó que en el contexto actual en el que Estados Unidos y Europa hacen denodados esfuerzos para destruir las relaciones económicas internacionales, aprobando sanciones y desatando conflictos de todo tipo, el mundo avanza en sentido contrario. En primer lugar según Volodin, se han generado nuevos puntos de crecimiento en el mundo. Así mismo, opina que  “muchos Estados eligieron el camino de la protección de la soberanía, el diálogo igualitario y la cooperación mutuamente beneficiosa”.

El alto parlamentario ruso ha explicado que en este marco, en los 15 años de existencia de BRICS, el grupo se ha convertido  en uno de los mayores centros económicos del planeta al tiempo que sus miembros han mejorado sus posiciones a pesar de los desafíos y las sanciones. Según datos del Banco Mundial, Rusia se ha transformado en la cuarta economía del mundo en cuanto al PIB por paridad de poder adquisitivo (PPA) siendo además la primera de Europa.  Así mismo, China es la primera  de la clasificación, India, la tercera y Brasil ha ascendido a la séptima posición. Igualmente, entre los 25 primeros figuran varios nuevos miembros BRICS como Egipto (17), Arabia Saudí (18) e Irán (22).

Por el contrario, en esta estadística, Estados Unidos ha caído al segundo puesto, Alemania salió del grupo de las cinco mayores economías del mundo mientras que Francia y Gran Bretaña están a punto de abandonar el grupo de las diez más importantes. En general, BRICS representa hoy el 36,8%  del PIB por PPA superando al Grupo de los Siete (G-7), las mayores economías capitalistas del planeta que solo aportan el 29%.

Por otro lado, la filosofía imperante en el Grupo BRICS, no apunta a establecer un nuevo mecanismo hegemónico en el planeta. Al contrario, parte de las dificultades para su avance, emanan de la clara intencionalidad  de producir diálogos abiertos en los que jamás se  intente imponer ningún criterio a los otros. Pero ello necesita de altos niveles de organicidad que permitan acoger esos diálogos sin producir conflictos o quiebres. 

Se trata, como dijo el canciller Lavrov de considerar al BRICS “como un baluarte, un prototipo del mundo multipolar». O, -dicho en palabras del presidente Putin-  se debe entender que los BRICS es “un elemento clave del emergente orden mundial multipolar”, incluso en la perspectiva de crear su propio parlamento que funcione bajo principios de “apertura, imparcialidad y equidad”. En este camino, los parlamentos de los países del grupo BRICS deberían mejorar la eficacia del sistema de relaciones internacionales, garantizar su democratización y enfrentar las cuestiones que atentan contra la fragmentación del sistema comercial multilateral y las consecuencias de las crisis mundiales.

De esta manera, se va configurando el nuevo orden internacional. No hay dudas que la Cumbre de Kazán marcará un punto de inflexión en un proceso que debe seguir los ritmos y los plazos que las propias circunstancias vayan imponiendo. Acelerar etapas artificialmente o presionar hacia el cumplimiento de metas y objetivos imposibles o poco realizables en el proceso de ampliación y fortalecimiento del grupo BRICS, podría devenir en un problema, más que en una solución. 

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El periodista Federico Dal Cortivo entrevistó al Director de Dossier Geopolitico Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele para la Revista Italiana de Geopolitica EURASIA fundada en el 2004, sobre la importancia del ingreso de Argentina a los BRICS y sus trascendencia en el Continentalismo Suramericano y el rol del Sur Global a partir del ingreso de los nuevos 6 miembros. Dossier Geopolitico

P – ¿Cuál es su visión de los BRICS?

R – Sin duda, el surgimiento de los BRICS +(Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) constituye el mayor y más trascendental proyecto geopolítico y geoeconómico global del siglo XXI, que marca el declive definitivo de la dominación anglosajona en los últimos años. Además, al NO ser un organismo ideológico pero SI geopolítico, posiciona a los países del Sur del mundo en el centro del escenario del poder mundial por su extraordinario poder económico, industrial y tecnológico y sus inmensos recursos naturales, mientras que los hegemónicos poder del último de los sucesivos imperios occidentales, que desde 1492 hasta hoy han colonizado, conquistado y destruido civilizaciones, pueblos y países de la llamada «periferia», imponiendo códigos y valores que con el tiempo han sido desenmascarados como hipócritas y contradictorios, además de servir sólo a sus propios intereses. 

Es así como los BRICS + , como organización multipolar, multilateral y multicultural de países muy diferentes, pero unidos por una vocación común de desarrollo económico pragmático, justo e independiente, marca un CAMBIO NO SÓLO HISTÓRICO, SINO TECTÓNICO DEL NUEVO MUNDO, imponiendo un sistema de multipolaridad en la gobernanza mundial , sepultando definitivamente la unipolaridad hegemónica autoproclamada por Estados Unidos a finales del siglo pasado, cuando los ideólogos del imperio dominante decretaron el «Fin de la Historia». Una predicción tan fallida como arrogante y triunfalista, que no duró 30 años. 

Además, con el gigantesco cambio que están provocando los BRICS+, se entrelazan tres continentes (África, América y Asia, sus países y pueblos), que son los “olvidados por el mundo rico”, permitiendo, entre otras cosas, que los asiáticos Las civilizaciones-ecumenes (en particular las chinas e indias) revierten el ostracismo de los últimos 150 años bajo el poder británico (que sigue siendo sólo una excepción en la historia) y devuelven a Oriente al punto de referencia global, como lo fue en la antigüedad. en la Edad Media y en gran parte de la modernidad.  

Permiten también la correcta visibilización del continente africano, de su propia civilización, de su historia, de su cultura y de sus pueblos, dando valor a su humanidad y a sus potencialidades, como mínima reivindicación de los siglos de dolor, sangre y pobreza. impuestas por los crueles imperios occidentales.  

Y además, reconocen la particularidad étnica sudamericana, derivada de la mezcla de pueblos e imperios precolombinos con los europeos que llegaron con la conquista y con las oleadas de emigrantes, que dieron origen a otra civilización particular y diferente, a pesar de que que los modelos occidentales siempre han tratado de aplastar sus raíces indígenas. Y como dijo el gran Vasconcelos mexicano, “nuestra raza cósmica es algo nuevo”. 

P – La reciente cumbre de los BRICS en Johannesburgo ratificó la entrada de seis nuevos estados –Argentina, Irán, Egipto, Arabia Saudita, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos– a partir del 1 de enero de 2024. ¿Cuáles cree que serán las repercusiones geopolíticas y económicas? ¿Esta ampliación anunciada hace tiempo en todo el mundo? 

R – En primer lugar, la ampliación de los BRICS, así como la larga lista de países en espera de ser miembros, demuestran el rotundo éxito político de la cumbre, que valida a la organización como el único valor creciente del mundo multipolar, al tiempo que demuestra su rápido desarrollo y crecimiento y las grandes expectativas que despierta en todo el mundo, excepto en el pequeño grupo de la llamada “comunidad internacional”. 

De hecho, prefiero dejar que algunos datos hablen por sí solos. 

Con esta ampliación, los BRICS reunirán a casi el 46% de la población mundial (un 4% más con la adhesión de nuevos países). 

Representarán el 36% del PIB mundial (según la paridad de poder adquisitivo, o PPA), el 25% de las exportaciones, el 40% de la producción total de gas y el 43% de la producción de petróleo.  

El ingreso de Argentina provocará que sume un 32,1% de las reservas de litio.  

China ya posee el 80% de las reservas mundiales de tierras raras, a lo que sumaremos el control del 63% del uranio enriquecido nuclearmente del mundo, con un 38% ruso y un 25% chino.  

Mientras que Estados Unidos importa desde Rusia el 25% del uranio quemado por sus 94 plantas. Y producen el 20% de la electricidad de Estados Unidos. 

 Y para no aburrirnos con más datos sobre la suficiencia de los recursos naturales y las reservas energéticas que recolecta, así como la creciente inercia de sus transacciones comerciales, el avance de las vías de comunicación e infraestructuras y el nacimiento de nuevas monedas que sustituyen al dólar. , agrego sólo el concepto político de que el avance de los BRICS + y el surgimiento del Sur Global es una realidad imposible de ignorar, a pesar de los esfuerzos de anglosajones y europeos. Digo lo mismo respecto de la evidente y prolongada retirada de todo Occidente. 

Estoy convencido de que desde el fin de la URSS en 1991 todo es una lucha geopolítica y no ideológica, por lo que la cumbre BRICS+ rompe el mito de que el Sur no hizo ni participó en la historia reciente de la humanidad. Por el contrario, se revierte definitivamente la condena de ser un área dependiente y periférica para el suministro de recursos naturales y humanos para el desarrollo capitalista y económico del mundo occidental. Todo esto se acabó. 

Por eso repito: no sólo estamos ante un cambio histórico, sino también un cambio tectónico. 

P – América Latina ya puede contar con dos grandes estados del BRICS como son Brasil y Argentina. ¿Cuáles son los posibles escenarios para el continente latinoamericano? ¿Ves en el horizonte la entrada de otras naciones?

R – Centraré mi respuesta en los países de América del Sur, ya que tanto América del Norte como América Central responden a sus propias coordenadas geopolíticas diferentes. Es obvio y no casual que la presencia conjunta de Brasil y Argentina en los BRICS+ es algo buscado y promovido por las potencias de la organización, en su estrategia de fortalecer el Sur del mundo e inducir un apoyo real a estos estados que actúe como contrapeso al poder de Estados Unidos.  

En otras palabras, estamos ante un escenario disputado entre el Norte y el Sur, y es fundamental que los dos países más importantes del subcontinente estén del lado de los BRICS+, mientras que el eje Brasilia – Buenos Aires, fortalecido por una relación comercial y relación histórica muy importante entre ambos países, es la mejor puerta de entrada posible para que otros países de la región ingresen a la organización con las espaldas cubiertas. 

Además, considerando que tanto Brasil como Argentina son países que sólo limitan con el Atlántico, una de las necesidades fundamentales de la región sería incorporar a los BRICS  países limítrofes con países que tienen costas con el Océano Pacífico, para asegurar una conexión marítima directa con Asia –la nueva capital del mundo– y hacer prácticamente de América del Sur una enorme isla bioceánica con todos los aspectos positivos que ello implicaría desde el punto de vista geoestratégico. 

Este proyecto es una vieja aspiración de ambos países que se remonta a mediados del siglo XX, cuando los movimientos populares y nacionales de Getulio Vargas en Brasil y Juan Perón en Argentina rompieron con la ecuación de autoaniquilación impuesta por Estados Unidos e instalada las bases de una cooperación transformadora e industrializada y proveedora de alimentos procesados ​​y minerales: que, a pesar de las trampas y golpes de Estado estadounidenses, dieron lugar al actual y fortísimo eje comercial y estratégico entre ambos países. 

Un capítulo importante de la historia que parece una reedición, gracias también a la incansable batalla del presidente Lula da Silva para preparar una etapa con más naciones incorporadas y con gigantescas oportunidades de futuro. 

P- Estados Unidos estableció con su “Doctrina Monroe” que América del Sur sería su “patio trasero” y lo es desde 1823. Como decía Simón Bolívar, “Estados Unidos parece destinado por la Providencia a someter a toda América con hambre y miseria en el nombre de la libertad”. En su opinión, ¿cuál podría ser la respuesta de Washington a corto y mediano plazo al incendio provocado por los BRICS en su patio trasero? 

 R – No tengo ninguna duda de que Estados Unidos hará lo que históricamente siempre ha hecho en su política exterior hacia América del Sur. Es decir, impedir el desarrollo al sur del Río Grande, boicotear cualquier alternativa de unidad de los pueblos americanos y recurrir a todas las herramientas, desde intervenciones directas por la fuerza, golpes suaves, ahogamientos financieros, sanciones, bloqueos, desestabilización social, terrorismo mediático, etc.  

Lo hicieron durante la Guerra Fría y lo hacen hoy con sus guerras híbridas. Se trata ni más ni menos que de la aplicación de la clásica doctrina Monroe: “América para los americanos”.

Y más ahora que sufre el vértigo de la debacle , lo que la hace aún más peligrosa, ya que sabe que no puede competir en la zona con inversiones o transferencias tecnológicas e industriales procedentes de China, India, el Sudeste Asiático o Rusia. . A lo que hay que sumar que los pueblos de la región están reconociendo el duro precio de la alianza con los anglosajones, que no pueden ofrecer nada más allá de sus planteamientos bélicos y que con el Sur Global pueden explotar su potencial y sus recursos. 

P- Argentina se encamina hacia las elecciones presidenciales del 22 de octubre de este año; el presidente saliente es el peronista Alberto Fernández. ¿Cómo fue recibido por la población su ingreso a los BRICS, quiénes son las fuerzas pro-BRICS además del partido peronista en el poder y quiénes son las fuerzas que se enfrentarán para llegar a la Casa Rosada? 

 R – Primero que nada, quiero aclarar que el actual gobierno argentino es una especie de coalición entre el peronismo y el progresismo de tipo europeo, siendo el presidente Alberto Fernández parte de este último sector.  

Y se sabe que el progresismo, o la izquierda occidental, no está influenciada por los BRICS, que odian a Rusia y detestan a China e Irán. En cambio, el peronismo, doctrinalmente una Tercera Posición, se adapta perfectamente a los postulados del Sur Global. 

En cuanto a la población, se puede decir que acogieron con gran satisfacción el ingreso de Argentina a los BRICS+, porque cualquier ciudadano de la calle sabe que nuestros dos principales socios comerciales –desde hace años– son Brasil y China, mientras que los que saben lo saben. de los obstáculos históricos que se imponen permanentemente a los productos alimenticios argentinos, tanto en Estados Unidos como en la UE. 

En mi opinión, creo que el gobierno nacional no ha comunicado muy bien este ingreso a BRICS+, ni el verdadero alcance e importancia del mismo. Además, aún no lo ha colocado como eje de la campaña para las elecciones presidenciales de octubre, dejando claro que las inquietudes y prioridades de los ciudadanos hoy son sobre todo soportar los efectos de una inflación que supera el 10% mensual.  

También es justo reconocer que el ejecutivo estuvo muy agobiado en negociaciones durísimas con el FMI debido a la deuda dejada por el anterior gobierno neoliberal y que sumió al país en una gravísima crisis económica. El propio gobierno cerró un acuerdo parcial con el FMI casi la misma semana en que se dio a conocer la invitación por la cumbre de Johannesburgo. Entonces todo está todavía en desarrollo. 

También quiero subrayar que diez días antes de la cumbre el grupo que dirigí, «Dossier Geopolítico», presentó un documento a gobiernos, líderes políticos y sociales, pidiendo que los dos ejes de nuestra política exterior sean la incorporación a los BRICS+ y el lanzamiento del proyecto “Sur Global” junto con Brasil. 

En cuanto a la oposición, los dos partidos claramente neoliberales, el PRO/UCR y los llamados libertarios, han rechazado el ingreso de Argentina al BRICS+ con una despiadada campaña de desinformación y confusión, ayudada por los grandes medios monopólicos, creando dudas entre la población con hipócritas y falaces argumentos de pseudomoralidad y enarbolando los siempre hipócritas “valores occidentales”. 

Pero en general, la mayoría de los argentinos entienden que BRICS+ es nuestra única salida a la actual crisis económica causada por la ideología neoliberal.

Publicado por la Revista Italiana EURASIA: Esta nueva revista de estudios geopolíticos es promover, estimular y difundir la investigación y la ciencia geopolítica en el ámbito de la comunidad científica nacional e internacional, así como sensibilizar acerca de las temáticas eurasiáticas al mundo político, intelectual, militar, económico y de la información. La perspectiva de EURASIA no pretende limitarse a las relaciones internacionales en sentido estricto, sino explorar también la cuestión fundamental referente a la influencia que ejercen sobre las “representaciones” geopolíticas pasadas y actuales, así como sobre los escenarios futuros, las relaciones culturales y espirituales entre los pueblos que habitan la masa continental eurasiática.

Sitio Web Italiano Ariannae Ditrice: https://www.ariannaeditrice.it/articoli/brics-e-america-latina

EL INGRESO DE ARGENTINA A LOS BRICS Y LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO es el gran tema geopolítico del momento, que el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, aborda con todo detalle, señalando que el histórico acontecimiento, con repercusiones tectónicas en el mundo, ha señalado a Argentina el lugar donde debe estar. También que “el futuro ha llegado” y que es el momento histórico de dejar de ser dependientes de Occidente y de abandonar su sistema neocolonial, donde somos un simple proveedor de materias primas, a cambio de casi nada. Además de que con el Sur Global podemos comenzar a resolver una deuda externa impagable e infinita, También enfatiza que el país debe subirse al tren de los Brics para ser artífice de la nueva historia del mundo, toda vez que las naciones más ricas y productivas del organismo han confiado muy especialmente en Argentina, más allá de los ridículos agoreros que quieren asustarnos con los fantasmas huecos y gastados del comunismo y las autocracias.

AUDIO:

Y nos recuerda que la decisión de ser parte de los Brics depende ahora de los ciudadanos y que ella no puede quedar en manos de personajes siniestros y retardatarios que deliran con una neoesclavitud del siglo 19 al servicio del poder anglosajón, que viene desde entonces usufructuado todas nuestras riquezas y dejándonos solo deudas y miserias. Por ello nos alienta con: ¡¡Argentinos a las cosas!! Que es tiempo de ponernos en marcha. Que entendamos la realidad. Que tenemos un escenario de futuro donde el Sur Global ya está conformando un nuevo sistema mundo. Y que ese nuevo orden nos brinda un horizonte de oportunidades.

En cuanto a la Cumbre de los Brics, Carlos profundiza en la dimensión del movimiento tectónico que ha producido, a la vez que desmenuza la concentración -entre sus miembros- de la mayoría de la producción de energías y de reservas naturales del mundo, mientras analiza con datos y fechas, el espectacular ascenso del Sur Global y la desesperante caída de los registros económicos de Occidente y del G7 en los últimos 20 años.

También nos deja muy interesantes reflexiones:

  • Los Brics son el símbolo de la insubordinación y de la rebelión a los poderes históricos de los últimos 200 años.
  • La Cumbre de Los Brics significa la ruptura total y absoluta del modelo implementado en los 90 por EEUU y sus socios.
  • Es un organismo que día a día va sumando propuestas de naciones que quieren ingresar en él.
  • La cumbre ha sido el certificado de defunción del mundo unipolar y del neocolonialismo del norte sobre el sur.
  • El mito de Francis Fukuyama sobre “El Fin de la Historia” y del imperio eterno de EEUU se ha derrumbado. Lo que viene ahora es “Otra nueva Historia”
  • Esto demuestra que la historia no se detiene, que la historia depara sorpresas y que la historia da revanchas
  • No se trata de un milagro ni de ninguna magia. Es la evolución de la geopolítica global, anticipada paso a paso por Dossier Geopolítico desde hace tres lustros.

Eduardo Bonugli (Madrid, 27/08/23)

Finalmente y luego de muchas idas y venidas, operaciones cruzadas y  filtraciones dudosas, la cumbre de los BRICS de Johannesburgo concluyó con la propuesta de ampliar con 6 miembros más este espacio de cooperación mundial conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. A partir del 1º de enero de 2024 se sumarían Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán.

Por Gabriel Merino Analista Internacional que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Se ‘sumarían’ está potencial porque lo de Argentina está por verse. Tanto Javier Milei y Patricia Bullrich, dos de los tres principales candidatos presidenciales,  dijeron en plena campaña electoral que ‘rechazarían’ la incorporación a un club en el que más de 30 países hacen cola para entrar. Un acto más de demostración de una profunda ceguera ideológica propia de una reacción conservadora que se presenta, como en otros momentos históricos, bajo el ropaje de la ‘libertad’ para justamente coartar libertades a los individuos, a los trabajadores y a la nación en la defensa de sus intereses.

Los BRICS son un espacio o foro vinculado al Sur Global y a las potencias emergentes o re-emergentes de dimensiones continentales –salvo Sudáfrica que sumó después, en 2011. Constituye un espacio fundamental del nuevo escenario geopolítico progresivamente multipolar (con ciertos rasgos bipolares), lo cual es una de las dimensiones de la crisis de la hegemonía estadounidense. De hecho, un elemento que reúne a este espacio heterogéneo, con diferentes modelos políticos y económicos y que está lejos de ser un bloque, es el rechazo al mundo unipolar y al excluyente dominio occidental. Es ante todo un foro de cooperación económica y social, pero también un espacio político que está diciendo, especialmente después de la gran crisis económica de 2008/2009, que las reglas de juego no las pueden poner solamente el 1% del 10% de la población mundial, representada en los grupos dominantes de los países del G7 y en los centros financieros del Norte Global.

Esta convergencia es lo que explica que en la cumbre de Sudáfrica, además de la ampliación de los BRICS, se hayan planteado algunos pasos para avanzar en una arquitectura monetaria-financiera mundial alternativa (no necesariamente contrapuesta) a la del Dólar-Reserva Federal, Wall Street y Londres, que permita quebrar los mecanismo estructurales de transferencia de riqueza de la periferia al centro. Apuntan a ello el fortalecimiento y la ampliación del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS y el otorgamiento de créditos en monedas de los países miembros, junto con los avances de los intercambios comerciales también en monedas propias. Además, se oficializó que se estudiará la conformación de una moneda de referencia de los BRICS. No es algo nuevo, sino que se plantea desde 2014, pero cada vez tiene más fuerza.

También hay que destacar que con la incorporación de los nuevos miembros, los BRICS reunirán cerca del 46% de la población mundial (suma 4% más con las seis incorporaciones) y casi el 36% del  PIB global (PPA). Además, los BRICS+ sumados representan el 40% de la producción total de gas y el 45% de la de petróleo, lo que hace temblar el petro-dólar. Por su parte, Argentina agrega un enorme potencial en términos energéticos (como también en minerales estratégicos), además de la importancia relativa que tiene en la producción mundial de alimentos, su influencia regional en alianza con Brasil y los países del MERCOSUR, y por tener una economía de ingresos medios cuyo PIB ocupa el puesto 24º en términos nominales y el 29º a paridad de poder adquisitivo.

Hay un conjunto de preguntas que resultan clave en el abordaje del escenario político y económico mundial actual ¿Por qué a partir de la Pandemia y de la gran escalada que se produjo en el conflicto en Ucrania, hay un enorme listado de alrededor de 30 países con intenciones de integrarse al BRICS? ¿Por qué un espacio multilateral de los poderes emergentes que desafían (más allá de sus intenciones) el viejo ordenamiento mundial bajo dominio de Estados Unidos y del Occidente geopolítico acaba de sumar a 6 países?¿Por qué es importante el ingreso de Argentina y qué elementos contribuyen a eso?

Resulta evidente que esto indica un fortalecimiento de los actores/fuerzas que se encontraban subordinados en el sistema mundial y en su ordenamiento geopolítico. Los BRICS expresan esta insubordinación de la semiperiferia (los también llamados países de ingresos medios) frente al viejo centro o núcleo orgánico del capitalismo mundial que dominan la tecnología avanzada, el comercio mundial y las finanzas, reforzado por su poder militar. En términos políticos, representa un avance relativo de las potencias regionales y medias que se traduce en una vertiginosa redistribución del poder mundial. Ello se aceleró con la Pandemia (también con la escalada en la guerra mundial híbrida a partir de la guerra en Ucrania), que actuó como catalizador acelerando las tendencias fundamentales de la transición de poder mundial, como el ascenso relativo de los poderes emergentes.

Intercambio comercial y nueva realidad económica

Argentina y la región, necesariamente, forman parte de ese proceso socio histórico de cambio estructural, donde la región de Asia del Pacífico y el Índico, encabezada por China, es el gran motor de la economía mundial, y es prácticamente el único que realmente funciona. El comercio exterior argentino refleja año a año esta transformación de lo que Robert Cox llama la estructura histórica del orden mundial: una configuración particular de fuerzas que incluyen ideas, instituciones y capacidades materiales.

Un dato central en esta última dimensión es que el intercambio comercial de Argentina con Estados Unidos y la Unión Europea suma 23% y llega a poco más del 25% si se toma también Canadá y México (USMCA). En comparación, el intercambio comercial con Brasil, China e India, tres socios clave del BRICS, representa el 36% del total; y si consideramos el conjunto del MERCOSUR y la ASEAN (Asociación de Naciones de Asia sudoriental), en donde se encuentran otros importantes postulantes al BRICS, la suma llega al 46,5%.

En otras palabras, el mundo emergente ya es parte central de la realidad económica de Argentina, lo cual se refleja en muchas otras dimensiones, como en los 17 grandes proyectos de inversión de China en el país acordados o re-acordados en las últimas reuniones, o también en la utilización de yuanes para hacer frente a una situación extrema de restricción externa por la sequía y pagos bajos presión al FMI, en el cual Beijing terminó convirtiéndose temporalmente en prestamista de última instancia.

La tendencia es a que sea cada vez más importante e intentar frenar eso –como proponen los Milei y los Bullrich o como se ha hecho en buena medida desde hace casi 10 años– sólo trae como resultado un mayor estancamiento y periferialización nacional. En lugar de haber continuado y profundizado el salto cualitativo de cara al mundo emergente a partir de 2014, de la mano del fortalecimiento de la autonomía nacional y regional, Argentina y la región entró a partir de esos años en un pantano del que no logra salir.

Los números importan en tanto nos permiten representarnos la realidades que nos circundan, dimensionar magnitudes y trazar mapas mentales. En una nota de hace unos meses atrás sobre el tema, titulada Del G7 a los BRICS: sobre el cambio estructural en el mapa del poder mundial, señalé que en 1982 los países del G7 (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón) representaban el 50% de la economía mundial medida a paridad de poder adquisitivo (PPA) —que nos permite medir el nivel de vida real de las personas y la producción real de bienes y servicios— o reunían el 70% del PIB mundial en términos nominales —que es lo que le interesa al capital. En otras palabras, el dominio económico del Norte Global representado en esos siete países era contundente hace 40 años. Además, sus grandes empresas, sus redes financieras y tecnologías controlaban el conjunto de economía-mundo; y en términos ideológicos dichos países eran las sociedades a emular y portaban la geocultura dominante, que había subsumido a las grandes culturas universales.  La ya desaparecida URSS o la propia China aparecían como gigantes en otras dimensiones —en términos militares,  territoriales o demográficos. Por su poder, tenían un lugar en la mesa de las grandes potencias, pero no representaba un desafío sistémico.

Los países que hoy conforman los BRICS en 1982 representaban apenas el 10% de la economía mundial a precios de poder adquisitivo y mucho menos si la medición la hacemos en términos nominales. Sin embargo, sólo cuatro décadas después –un instante en términos históricos– los BRICS superaron a los países del G7 en el PBI (PPA) mundial, 32% a 31% respectivamente. Claro que ahí el que pesa sobre todo es China, pero India aparece en el tercer puesto (luego de EE.UU.), Rusia en el quinto y Brasil en el octavo. Por otro lado, si bien la brecha todavía es importante en términos del PIB nominal a favor del G7, 44% a 27% respectivamente, esta se va achicando de forma acelerada.

En otras palabras, hay una enorme transformación geoeconómica del sistema mundial que forma parte de una tendencia secular que se profundiza año a año y va necesariamente de la mano con la redistribución del poder mundial. De hecho, según el FMI, entre China (aun con sus ‘problemas’ económicos a la salida de la pandemia) e India explicarán este año ¡la mitad! del crecimiento global35% y 15% respectivamenteen tanto Europa 7,1% y el conjunto del continente americano que incluye a EEUU 13,7%. Hoy son los motores que verdaderamente andan.

La nueva realidad geopolítica mundial

Durante la Cumbre de los BRICS de 2014 en Fortaleza, Brasil, ya comenzaba a hablarse de BRICSA, por la posible incorporación de Argentina. El país bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner estaba bajo la embestida de los Fondos Buitres, lo que obligó a una especie de default declarado por la propia justicia estadounidense. Ello iba de la mano de fuertes presiones del Occidente geopolítico y del poder financiero global en la región. La caída de los precios de las materias primas, la aparición de la Alianza del Pacífico que fracturó UNASUR y el desarrollo de importantes tensiones al interior de las propias fuerzas nacionales populares por el rumbo a seguir, marcaban un escenario de debilidad.

En ese contexto, Argentina acordó una Asociación Estratégica Integral con China, junto a un swap en yuanes de 11.000 millones de dólares y varios proyectos de infraestructura. Además, participó junto a los demás países de UNASUR, de la cumbre mencionada, en la que se crearon dos organismos financieros internacionales. Un Nuevo Banco de Desarrollo con un capital inicial de 100.000 millones de dólares (que en un símbolo de reparación histórica hoy preside Dilma Rousseff, anfitriona de dicha cumbre de 2014 y luego desplazada por un golpe). Y un fondo mediante un Acuerdo de Reservas de Contingencia (símil FMI) con un capital inicial de 50.000 millones de dólares, para hacer frente a problemas de balanza de pagos, corridas, etc. Claramente estaba surgiendo al calor de un nuevo momento geopolítico mundial —que coincide con el inicio de la guerra en Ucrania en abril de 2014— una incipiente nueva arquitectura financiera mundial de los países emergentes, paralela a la arquitectura creada luego de la Segunda Guerra Mundial, y dominada por Estados Unidos y el Occidente geopolítico.

Si bien la idea de la incorporación de Argentina a los BRICS en ese entonces era menos real de lo que llegó a decirse —incluso por la propia oposición de la cancillería brasileña al respecto que, en buena medida, ahora también se oponía pero fue contrarrestada por la enorme voluntad y trabajo de  Lula—, lo cierto es que forma parte de un proceso lógico. La posibilidad de construir un polo de poder en el sur del continente Americano, desde el cual participar con voz propia en un escenario relativamente multipolar y de creciente regionalización, implica a la vez converger con el mundo emergente ya que ello supone la construcción de otro ordenamiento mundial. Es decir, lo que atrae de los BRICS a las fuerzas político sociales del Sur Global es la necesidad de redistribuir el poder y la riqueza mundial y democratizar el sistema en términos reales.

Las reglas de juego fueron escritas por Occidente cuando se encontraba en la cúspide de su poder mundial, luego de conquistar el 84% del territorio del planeta —dominio que continuó bajo un formato neocolonial luego de 1945. Pero hoy en día eso ya no es así, los grandes espacios continentales y las grandes culturas otrora subordinadas ahora quieren discutir un nuevo ordenamiento y participar en la redacción de las reglas de juego. A partir de allí, incluso sin quererlo, impulsan un cambio sistémico.

Tampoco se debe olvidar que también existen las contratendencias, lo cual se expresa como lucha político estratégica mundial y en los patios traseros en particular. Ello atraviesa cada territorio y se expresa de forma molecular. En América del Sur las batalla por intentar avanzar en función de los intereses nacionales adquiere una relevancia central. Es lo que se juega en las actuales elecciones en Argentina, aunque esa es solo una de las dimensiones en que se produce la disputa. No debemos olvidar que, al igual que algunos personajes porteños, Bolsonaro asumió como soldado clave de la cruzada Occidental contra la amenaza comunista china y su vicepresidente terminó declarando su “matrimonio inevitable” con Beijing. Por esas vueltas que da la vida, “o mito” volvió al final de su mandato a los BRICS con el caballo cansado. Derecha desembozada y extrañamente anti-mercado tomar nota.

Tampoco es tan sencillo que funcionen las estrategias que intentan promover contratendencias. Mientras en Washington y en el Occidente geopolítico calcularon que el Covid-19 iba a hacer colapsar China, comparándolo con lo que fue el desastre de “Chernóbil” para la URSS o analizan que una guerra en Ucrania iba a “desequilibrar y sobre extender” a Rusia, con la posibilidad de que colapse el “régimen de Putin”, la realidad señala otro rumbo. Por eso el centenario y lúcido cuadro imperial Henry Kissinger advierte sobre la nueva situación, muy distinta al de la Guerra Fría bajo la etapa de Hegemonía estadounidense, e insiste en la necesidad de aceptar las nuevas condiciones en el mapa del poder para desde allí elaborar una estrategia eficaz. A los Estados Unidos y a las élites occidentales les cuesta aceptar esta nueva realidad, pero no hacerlo podría ser catastrófico en palabras de Kissinger. Imaginen lo que habrá pensado cuando, luego de ver a Irán y Arabia Saudita retomar los vínculos diplomáticos y establecer acuerdos bajo el auspicio de China, ahora vio al gran aliado saudí junto con su otrora enemigo regional, entrar juntos  a los BRICS.

Publicado en Avion Negro:

La decisión del bloque no alineado de incorporar a nuestro país nos instala en un sistema internacional diferente y nos da acceso al Nuevo Banco de Desarrollo (NDB)

Por Eduardo Vior para TELAM que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Este columnista terminaba su artículo anterior, esta misma semana, expresando el deseo de que Argentina pudiera subirse al tren que desde Johannesburgo ha partido raudo hacia el futuro. Gracias a Lula da Silva el deseo se ha hecho realidad. Las y los argentinos nunca estaremos suficientemente agradecidos al presidente brasileño por habernos sacado del infierno y sentado en la cabina de mando del mundo que se aproxima.

La lucha fue dura: hasta el último minuto el gobierno sudafricano, presionado por su vicepresidente Paul Mashatile, se resistió a la ampliación del bloque. A India le era indiferente, porque no tiene a quien incorporar, pero Rusia, China y Brasil estaban urgidas. Brasil, porque nos necesita adentro para poder comerciar con nosotros en yuanes y, vía nuestra venidera adhesión al Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por su nombre en inglés), por la posibilidad de acceder a créditos baratos para inversión en infraestructura (por ej., el segundo tramo del gasoducto de Vaca Muerta).

A pesar de las oscilaciones de la política exterior de Argentina en los últimos tres años, también a Rusia le interesa nuestra incorporación, primero, para contrabalancear la hegemonía continental de EE.UU. con otro miembro más del BRICS en el Cono Sur; segundo, porque Rusia mira hacia la Antártida y el Atlántico Sur y no quiere regalarlos a la alianza anglosajona. Finalmente, también porque aspira a reflotar los proyectos en energía y transportes que quedaron congelados al comenzar la guerra en Ucrania.

China ha sido la mayor interesada en nuestra incorporación, porque necesita ir completando la instalación de los pilares de su nueva construcción del mundo. En cada región del globo quiere tener interlocutores confiables y de peso con los cuales tratar en los términos de la Carta de las Naciones Unidas y de los cinco principios de la coexistencia pacífica adoptados en 1955 por la Conferencia de Bandung que diera origen al Movimiento de Países No Alineados.

De eso se trata: cansados de la violación permanente del Derecho Internacional y de las promesas incumplidas por las potencias occidentales, cada vez más países del mundo buscan un sistema internacional en el que se respeten las normas de la convivencia, sin hegemonismos y sin instrumentar el poder financiero de unos pocos para imponer condiciones políticas y alineamientos automáticos.

¿Para qué sirve a Argentina incorporarse al bloque de países no alineados poco antes de una elección presidencial decisiva? En primer lugar, porque ancla la ubicación internacional de nuestro país en un nuevo sistema que respeta la autodeterminación de los pueblos y asegura la no injerencia en los asuntos internos. Recordemos que, aunque el gobierno de Mauricio Macri no intensificó los lazos políticos con China, por ejemplo, nunca descuidó el intercambio comercial. Difícilmente podría un eventual gobierno de derecha contrariar las perspectivas de negocios que se abren ahora para las empresas argentinas.

De continuar la coalición actual en el gobierno, por el contrario, la pertenencia al BRICS otorga una posición de fuerza para futuras negociaciones con los organismos financieros occidentales. Todavía hace un mes la burocracia del FMI nos hacía esperar al final de sus vacaciones, para decidir si nos transfería los fondos que tan angustiosamente necesitamos. Con la incorporación al BRICS en puerta, no sólo debió resignar que el peso se devaluara sólo el 20% (de todos modos, mucho), sino que –contra todos los pronósticos agoreros- accedió a transferir los 7.500 millones que necesitamos para llegar a las elecciones. No fue bondad, sino cálculo: si no lo hacían, habríamos sufrido un cimbronazo, pero el dinero habría llegado desde Beijing.

¿Se resuelven así todos nuestros problemas? De ninguna manera. Pero ahora caminamos sobre otro parquet para encararlos. Podemos negociar más tranquilos con los bancos públicos y privados extranjeros, podemos rechazar los condicionamientos políticos, atender el mercado interno y relanzar los proyectos de transporte y energía que aseguren un desarrollo sostenido, equilibrado y con justicia social.

Por lo pronto, la mayor urgencia reside en ingresar al NDB y en acordar con Brasil el intercambio en yuanes. La segunda prioridad está en ganar las elecciones y consolidar un proyecto nacional y popular.

El ingreso al BRICS no e un cheque en blanco. Todos nuestros nuevos socios aman la previsibilidad. Argentina debe dar continuidad y consistencia a su política mundial. Junto a la prioridad que tienen las relaciones con Brasil, debemos reconstruir el vínculo con todos nuestros vecinos y encarar los planes de infraestructura que a ellos también interesan. Hay mucho que hacer para revivir Unasur. América Central, México y el Caribe también nos reclaman.

Aprovechemos la nueva plataforma para acceder al poderoso mercado africano y potenciemos nuestra pertenencia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta para abrir los mercados asiáticos. Todo ello sin pelearnos con las potencias occidentales, pero imponiéndoles un trato respetuoso. Entrando al BRICS seguimos relacionándonos con nuestros socios habituales, pero desde otro lugar.

La tarea no es fácil, pero el premio es grande: por fin estaremos sentados en la cabina de mando del nuevo orden mundial. Por un segundo no perdimos el tren al futuro.

https://www.telam.com.ar/notas/202308/638087-brics-argentina-insercion-mundial.html

Entre este martes y el jueves la 15ª cumbre del bloque emergente congrega a numerosos países del Sur Global, para dar al mundo un gobierno de paz, justicia e igualdad

Por Eduardo J. Vior analista internacional

Los líderes de los cinco principales países emergentes (Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica) están reunidos esta semana en la capital sudafricana, para fijar las reglas de juego de la nueva gobernanza mundial, dar directivas para el funcionamiento de su brazo financiero, determinar los criterios para la incorporación de nuevos miembros, organizar la cooperación con actores externos, definir los modos de la cooperación con distintas asociaciones regionales y/o temáticas y dotarse de la organicidad mínima necesaria, para hacer valer sus posiciones en los foros internacionales. Quienes se sumen ahora, estarán en la cabina de mando del mundo del futuro. Quienes no lo hagan, verán desde un banco de la estación cómo se aleja el tren.

Más de 60 países fueron invitados a la cumbre, entre ellos Argentina, Venezuela, Bolivia, Arabia Saudita, Turquía, Irán, Egipto e Indonesia. Nuestro país, sin embargo, sólo participará el jueves en un foro virtual. Más de cuarenta líderes de Estado confirmaron su participación. El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, el líder chino Xi Jinping, el primer ministro indio Narendra Modi y el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva están presentes en la cumbre. El ministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Lavrov representa al presidente Vladímir Putin, quien sólo participará en la reunión por videoconferencia, para evitar a Sudáfrica un conflicto con la Corte Penal Internacional, que ha dictado una orden de captura contra el líder ruso.

El primer día de la cumbre, el 22 de agosto, tuvo lugar un foro empresarial. Más tarde esta misma jornada, los líderes de los países participantes pronunciaron discursos y posteriormente se reunieron a puerta cerrada. El segundo día incluye dos sesiones: una cerrada que durará una hora y media y una abierta que durará aproximadamente dos horas. Se espera que el último día de la cumbre se centre en conversaciones con líderes de los países no miembros.

El lema de la XVa Cumbre es “BRICS y África: Asociarse para un crecimiento mutuamente acelerado, un desarrollo sostenible y un multilateralismo inclusivo”. En la cumbre se abordan cuestiones geopolíticas y de cooperación económica. Entre los temas centrales se encuentran la incorporación de nuevos miembros, el incremento en el uso de las monedas nacionales de los países miembros en los intercambios dentro del bloque y, posiblemente, el desarrollo futuro de un sistema común de pagos, estrechamente relacionado con el tema de la desdolarización. También se desarrollarán estrategias para el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por su nombre en inglés), órgano financiero del boque.

Irán, Argentina y Argelia han solicitado formalmente su ingreso en el bloque y unos veinte países más han anunciado sus planes de adhesión. Sin embargo, aún no está claro, si al final de la reunión serán incorporados nuevos miembros. Esta incertidumbre, aparentemente, ha motivado a nuestro gobierno a participar en la cumbre sólo virtualmente el último día en la reunión de los cinco miembros actuales con el BRICS+.

Por su parte, según informó Télam, el presidente brasileño adelantó este martes que pedirá el ingreso de Argentina al mecanismo Brics, abrió la posibilidad de pagar en yuanes el comercio bilateral y sostuvo que nuestro gobierno argentino está “preso” por el préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Hablando en el programa “Conversación con el presidente”, que se emite todos los martes por la red brasileña de medios públicos, Lula dijo que “defiendo que nuestros hermanos de Argentina puedan participar de los BRICS. Vamos a ver en la reunión si será ahora o en dos meses o en el futuro, pero es importante que Argentina entre a los BRICS”, aseguró.

El Ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, acuñó una definición concisa sobre el grupo: “Los países BRICS son como cinco dedos: cortos o largos si están extendidos, pero un puño poderoso si está cerrado”. Cómo cerrar estos dedos en un puño poderoso ha sido el trabajo de algunos sherpas en la preparación de la cumbre.

La verdadera novedad del encuentro en Sudáfrica es la acelerada transformación de BRICS en una coalición de Estados que representan al Sur Global. La principal tarea de la cumbre es, entonces, establecer los criterios para la admisión de nuevos países. Probablemente, los primeros en unirse a BRICS serán países con un volumen de negocios económico y una posición geopolítica importante.

Además de los ya mencionados candidatos a la incorporación está  reación privilegiada de BRICS con África. El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa ha invitado a no menos de 67 líderes de África y del Sur Global a participar en las reuniones del BRICS-Africa Outreach y en los Diálogos BRICS+. De concretarse, esta participación masiva implicaría la inclusión total de África y del Sur Global en los procesos relevantes de decisión sobre la política mundial.

Puede afirmarse que Irán se encuentra en una posición privilegiada para incorporarse a BRICS, porque ya tiene asociaciones estratégicas con Rusia y con China y participa con India en el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC, por su nombre en inglés).

A pesar de los avances del proceso de expansión del grupo, los “cinco dedos” se mostrarán relativamente prudentes en el frente de la desdolarización. Los sherpas ya han confirmado extraoficialmente que no habrá anuncio oficial de una nueva moneda, sino más bien más comercio bilateral y multilateral utilizando las propias divisas de los miembros, por ahora, el famoso R5 (renminbi [yuan], rublo, real, rupia y rand).

El líder bielorruso Aleksandr Lukashenko fue el primero en evocar un golpe político crucial que podría producirse más adelante, cuando la incorporación de nuevos miembros al BRICS esté en marcha: la fusión del bloque con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). Muchos analistas se hacen eco de la propuesta de Lukashenko.

Los principales impulsores de los BRICS son Rusia y China, con India algo menos influyente por una serie de complejas razones. En la OCS, Rusia, China, India, Irán y Pakistán se sientan a la misma mesa. El enfoque euroasiático de la OCS puede trasladarse fácilmente al BRICS+. Ambas organizaciones avanzan hacia la multipolaridad y, sobre todo, están comprometidas con la desdolarización en todos los frentes. Sin embargo, si el BRICS impulsa la convergencia con la OCS, debería tomar medidas adecuadas, para reequilibrar el desbalance que se produciría a favor de Eurasia.

Con esta 15ª cumbre el BRICS deja de ser un club de naciones emergentes, para convertirse en el nodo articulador de la nueva arquitectura para un gobierno del mundo en base al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Paz, justicia e igualdad para todos los miembros de la comunidad humana son sus pilares.

El desarrollo será largo y estará plagado de dificultades, pero ya es irreversible. ¡Qué lindo sería que Argentina aborde el tren antes de que tome demasiada velocidad!

PUBLICADO EN TELAM

El BRICS se acerca a su hora decisiva

Si logra superar las maniobras divisionistas de Estados Unidos e incorpora nuevos miembros, el bloque de los países emergentes se convertirá en un serio candidato a gobernar el mundo

por Eduardo J. Vior
analista internacional

El presidente surafricano Cyril Ramaphosa confirmó el domingo pasado que la cumbre de los BRICS del 22 al 24 de agosto se realizará presencialmente en Johannesburgo. Es la primera vez en tres años que esta reunión congregará físicamente a los jefes de Estado y de gobierno de los cinco miembros (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), así como a decenas de mandatarios africanos y algunos de otras regiones que también han sido invitados. Si el BRICS se mantiene unido y cumple la agenda propuesta, se transformará en un serio aspirante a gobernar el mundo. Si, por el contrario, algún miembro se deja seducir por las maniobras divisionistas de los países occidentales, no asiste a la cumbre o impide que la misma llegue a consensos en los temas más importantes, el desgobierno del mundo provocará más crisis y guerras.

El encuentro en la capital de Suráfrica es la 15ª cumbre del grupo y la que tendrá mayor envergadura, porque a la misma se ha invitado a los jefes de Estado de toda África. La agenda de la reunión incluye la transformación ecológica de las economías de los países emergentes para hacer frente al cambio climático con criterios humanos y sociales, impulsar la educación y el desarrollo de competencias para salir de la pobreza, desarrollar la Zona de Libre Comercio Continental Africana, reforzar la recuperación socioeconómica postpandémica y la continuidad de la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible y, finalmente, fortalecer el multilateralismo mediante “una reforma real de las instituciones de gobernanza mundial”.

Durante la reunión los miembros evaluarán la gestión del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por su nombre en inglés), presidido desde marzo pasado por Dilma Rousseff, al que a principios de agosto debe incorporarse nuestro país. También deben definir los criterios para la incorporación de nuevos miembros. Veintiséis países de Asia, África, América Latina  y Oceanía han solicitado recientemente sumarse al grupo, incluida Argentina.

A medida que se acerca la cumbre, se han intensificado los rumores de que la misma crearía una nueva moneda respaldada por el oro. Precisamente, la televisión internacional de Rusia, Russia Today, anunció la semana pasada que el BRICS se apresta a lanzar una unidad de cuenta para el comercio entre los países miembros. Al igual que el ECU, la Unidad de Cuenta Europea que antecedió la creación del euro, esta moneda estaría formada por una cesta de las monedas de los países miembros del BRICS cuyo valor relativo se ponderaría en función del PBI de los respectivos países y no tendría un equivalente físico.

Sin embargo, el representante de Sudáfrica como vicepresidente de Finanzas del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), Leslie Maasdorp, declaró hace una semana que no es inminente la creación de una nueva forma de moneda fiduciaria sino un objetivo a medio o largo plazo. Ahora mismo el bloque está centrado en fomentar el comercio directo utilizando las monedas nacionales de los países miembros y, según Maasdorp, los proyectos de desarrollo apoyados por el NBD siguen dependiendo del dólar.

No obstante, en el seno de los BRICS trabaja un grupo cuya tarea es desarrollar su propia moneda de reserva. El proyecto se denomina R5 por la coincidencia de que todas las monedas de los países miembros empiezan con R: yuan (renminbi), rublo, real, rupia y rand. Esto permitiría a estos países aumentar gradualmente su creciente comercio mutuo sin recurrir al dólar, así como reducir la proporción de sus reservas internacionales en la divisa norteamericana.

Aunque una unidad de cuenta no puede considerarse una moneda real, los BRICS querrían vincular esta unidad de cuenta al valor del oro, convirtiéndola de facto en una “moneda-mercancía”. Uno de sus principales miembros es Rusia, gran exportador de materias primas, especialmente petróleo y líder junto con Arabia Saudita del cártel de países exportadores de petróleo OPEP+. Hasta hoy el crudo cotiza exclusivamente en dólares estadounidenses, lo que permite a la moneda norteamericana dominar los mercados monetarios incluso después de haberse desvinculado del oro en 1971. Si se creara la moneda de cuenta del BRICS con respaldo en oro, el precio del petróleo en dólares subiría bruscamente y haría que las economías de los países que decidan seguir utilizando esta moneda de referencia importen inflación cada vez que se produzca una suba del precio del oro. Al mismo tiempo, la mayor demanda mundial de oro conduciría a una devaluación de aquellas monedas que no tengan suficientes reservas áureas.

China es la fábrica del mundo, el semimonopolista de los metales raros necesarios para producir los imprescindibles microchips y, por último, el gran acreedor del mundo (junto con Alemania y Japón). Está claro que, si China se desvincula del dólar (de forma gradual, por supuesto, hacerlo bruscamente le significaría exponerse a pérdidas monstruosas) y empieza a utilizar en serio la divisa del BRICS respaldada en el oro, ocasionaría a los países occidentales un daño de proporciones incalculables, aunque en Occidente no son todos iguales: EE.UU. tiene la fuerza militar, diplomática, económica y tecnológica para salir adelante aun en esa coyuntura, pero sus socios europeos carecen de energía, se han desindustrializado, están tecnológicamente atrasados y son políticamente débiles. La opción por el oro los destrozaría.

Para frenar al BRICS, la diplomacia norteamericana está presionando masivamente a funcionarios económicos y financieros de Brasil, Sudáfrica e India. Mayormente formados en dogmas neoliberales, estas áreas gubernamentales son muy permeables al discurso globalizante de Washington. Si bien no pueden hacer mella sobre el presidente Lula, no les es difícil hallar en Brasilia funcionarios “prudentes” que advierten contra los compromisos que el país contraería en la próxima reunión del BRICS. En Sudáfrica, en tanto, tras haber restañado su unidad, el gobernante Congreso Nacional Africano (ANC, por su nombre en inglés) se ha encolumnado tras el presidente Ramaphosa y su objetivo de ampliar y consolidar el bloque de países emergentes. Allí nuevamente son los funcionarios de la banca central “independiente” quienes desconfían de una mayor cooperación con China y Rusia.

Sin embargo, es el gobierno indio de Narendra Modi quien más amenaza con meter la cuña occidental entre los mandatarios reunidos en Johannesburgo. Hace poco canceló una reunión de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO, por su nombre en inglés) que debía realizarse en Nueva Delhi. A cambio, viajó a Washington donde fue recibido por el presidente y el Congreso. Tanto demócratas como republicanos lo festejaron como jefe de gobierno de “la mayor democracia del mundo”. Su gobierno, nacionalista, antiislámico y antichino, lleva adelante una política exterior ambivalente: por un lado, desde 2022 se ha convertido en el mayor comprador de petróleo ruso, de donde también adquiere fertilizantes baratos. Desde la independencia en 1947 India se ha abastecido de armas en la URSS, primero, y ahora en Rusia. Sin embargo, al mismo tiempo mantiene su confrontación con China en el Himalaya, se ha sumado a la alianza militar Quad (EE.UU., Japón, Australia e India) y la mayoría de los bienes y servicios que importa provienen de Estados Unidos. Por esta razón la Casa Blanca quiere utilizar a Modi como caballo de Troya, para dividir y bloquear el BRICS. Dependerá de la habilidad de la diplomacia rusa y de la paciencia de China que el escurridizo líder indio siga en el redil.

El BRICS no es sólo un bloque económico, pero tampoco una alianza política, sino lo que podría llamarse “un club de buenas maneras internacionales”. Contra el hegemonismo y el doble discurso de las diplomacias occidentales, el agrupamiento de los países emergentes está comprometido con el respeto mutuo, la obediencia al Derecho Internacional y que todos los participantes obtengan beneficios de la cooperación sin perjudicar a nadie (lo que los chinos llaman la política del win/win, que todos ganen). Estas características suponen, por consiguiente, admitir que en el bloque convivan sistemas e ideologías diferentes y hasta opuestas, siempre y cuando todos se comprometan con los objetivos comunes.

Si en su primera reunión presencial después de cuatro años de virtualidad el BRICS se amplía, consolida su estructura institucional y establece un instrumento para los intercambios intrabloque diferente al dólar, se convertirá en un serio candidato para disputar la gobernanza mundial contra Estados Unidos y sus aliados. Si, por el contrario, las maniobras divisionistas tienen éxito y el agrupamiento se paraliza o divide, el hegemonismo de las grandes corporaciones hundirá al planeta en la anarquía. Del 22 al 24 de agosto habrá que estar pendiente de la televisión sudafricana.

Publicado en TELAM, el autor autoriza su difusion en Dossier Geopolitico

El grupo nacido en 2009 debate su expansión, de las cinco naciones emergentes que lo fundaron a nuevos socios de varios continentes, para reforzar su condición de espacio alternativo a la hegemonía de los desarrollados y hacer su aporte en favor de un multilateralismo más vigoroso, desde la cooperación Sur-Sur . EMBAJADA ABIERTA

Los BRICS, el grupo que fundaron en 2009 Brasil, Rusia, India y China (Sudáfrica se sumó en 2010), han retomado la iniciativa después de la pandemia y, pese a problemas económicos propios y a la guerra de Ucrania, se proponen recuperar el valor intrínseco del bloque en un mundo que demanda un multilateralismo renovado que aleje de una vez los fantasmas de nuevas guerras frías.

Las iniciativas en carpeta de los BRICS para su cumbre de 2023 en Sudáfrica van desde la ampliación del bloque a países de renta media y emergentes, pasando por el fortalecimiento de su Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) hasta la reducción de su dependencia del dólar estadounidense, con la creación de una moneda común.

Desde la plataforma más amplia de la cooperación Sur-Sur, los BRICS se disponen también a jugar un rol importante en la recuperación de un sistema de comercio afectado desde hace años por los conflictos entre y con potencias desarrolladas, y agravado por la pandemia y la guerra, además el reconocimiento del lugar que merecen los emergentes en instituciones multilaterales como el FMI.

Otro aspecto para dimensionar el enorme potencial de los BRICS: según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sus países están preparados para liderar la erradicación del hambre y la pobreza mundial en 2030.

Un BRICS más amplio

Visto en retrospectiva, la conformación del bloque de los BRICS es consecuencia de un último proceso de globalización que, en su caso, alentó el intercambio económico, comercial y diplomático entre países y regiones periféricas.

Los BRICS se fueron consolidando desde 2009 como un espacio de articulación alternativo a los organismos tradicionales de la posguerra, cuando de los acuerdos de Bretton Woods (1944) nacieron las primeras instituciones del moderno multilateralismo (FMI, Banco Mundial), extendido al comercio con la OMC. 

Durante la última década, el bloque se constituyó en un canal de diálogo autónomo frente a las agendas de los potencias centrales que hegemonizan el actual orden financiero global, nuevamente en entredicho frente a una crisis múltiple, o policrisis, que genera repliegues, reacomodamientos y nuevas alianzas regionales e incluso entrecruzadas según los intereses de naciones y regiones. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido sobre una “fragmentación geoeconómica”.

Ante ese contexto, mientras Brasil y China ejecutan algunos movimientos dentro del propio bloque para intensificar sus relaciones comerciales y financieras, una docena de países han expresado ya su interés en sumarse a los BRICS, como Argentina, Turquía, EAU, Argelia, Egipto, Bahréin e Indonesia, pero también otros tan disímiles como Irán y Arabia Saudita, que ya pidieron formalmente su incorporación.

China, que más que duplica el PIB sumado de los actuales socios, abrió la puerta a la ampliación durante su presidencia en 2022, aunque queda pendiente los criterios a adoptar para concretar las incorporaciones, que supondrán en algunos casos puede acabar relativizando la influencia interna de algunos fundadores.

La propuesta de ampliar el BRICS ocupará centralmente la atención del bloque económico este año, anticipó el embajador Anil Sooklal, de Sudáfrica, el país que lo preside ahora: “Hay más de una docena de países que han llamado a la puerta. Estamos bastante avanzados en la búsqueda de otro grupo de nuevos miembros”.

Frente a los BRICS, se verifica un reacomodamiento desde el Hemisferio Norte, en particular ante una China -indiscutida locomotora del bloque emergente- con su economía en franca recuperación después de la pandemia y geopolíticamente más activa y asertiva.

Así, han surgido nuevos acuerdos comerciales y, en especial, de seguridad. Por un lado, el QUAD, una alianza entre Estados Unidos, Japón, India y Australia, inactiva por una década y reactivada en 2017, pero más cerca también el AUKUS, en 2021, con Australia, el Reino Unido y Estados Unidos como protagonistas.

Vivimos en “un mundo ‘entre órdenes’. No sabemos cuál va a ser el nuevo orden”, afirmó Sooklal. “Creemos que el BRICS debe desempeñar un papel para garantizar una arquitectura mundial más equitativa, inclusiva y transparente”.

China reafirmó en febrero que respalda una ampliación del BRICS, pero el grupo como tal debe considerar algunos aspectos en esa decisión. Uno es la influencia que puede adquirir la región asiática en el bloque. La otra, es si debe establecer un proceso ya estandarizado por el cual los países incorporados cumplan ciertos criterios, como ocurrió y ocurre con la Europa comunitaria desde hace décadas.

La ampliación de los BRICS será motivo de reuniones y debates camino a la cumbre de líderes programada para agosto de 2024 en Sudáfrica. El organizador quiere invitar a la cumbre a  jefes de Estado africanos o líderes de organizaciones regionales como la Unión Africana y la Comunidad de África Oriental.

Representación financiera

Los BRICS representan el 42% de la población mundial, explican el 24% del PIB global y más del 20% del comercio internacional, pero sus miembros tienen menos del 15% de los derechos de voto en el Banco Mundial y el FMI, un desequilibrio evidente que sus miembros demandan cambiar a los países desarrollados.

En ese contexto, en 2014 sus cinco miembros fundaron el banco NBD, con un capital inicial de 50 mil millones de dólares, un primer paso para contrapesar al FMI y al Banco Mundial. Bangladesh y los Emiratos Árabes Unidos se unieron a la institución en 2021, y esperan en fila Egipto y Uruguay, entre otros.

Este banco de fomento de los BRICS está volcado a la financiación de proyectos de infraestructura en el territorio de sus cinco países miembros y a facilitar créditos para proyectos en otros países en desarrollo. De reactivar eso se hará cargo, este año, la expresidenta brasileña Dilma Rousseff. 

Los BRICS pretenden con el NBD contrastar las condicionalidades y sobrecostos que impone el FMI a los países a los que asiste. Desde el Norte, a su vez, se alerta sobre las intenciones de China de usar veladamente el banco de fomento como una palanca de proyectos económicos globales propios como La Franja y la Ruta.

Según expertos occidentales, las naciones emergentes deberían reconsiderar sus reivindicaciones de “países en desarrollo”, que los favorecen ante la Organización Mundial del  Comercio (OMC). 

Pero, del mismo modo, las potencias desarrolladas necesitan revisar la arquitectura financiera del FMI, para adecuarla a una nueva realidad global, si quieren recuperar un multilateralismo eficiente como el que fue establecido desde la posguerra y que el aislacionismo de EEUU, la pandemia y la guerra terminaron de desarticular.

Puja comercial

En 2022, China impulsó un acuerdo de libre comercio entre los miembros del bloque que fortalezca aún más los vínculos económicos, mientras el mundo pugna por dejar atrás la crisis de la pandemia y administrar los costos de la guerra en Ucrania, desde la inflación a la alteración de los flujos de granos y el petróleo. 

El comercio entre Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica, con cadenas industriales estructuradas y ricos recursos naturales, tiene un enorme potencial de expansión, considerando que actualmente solo representa el 6 por ciento del intercambio de bienes y servicios conjunto de los países, pero aportan una quinta parte del comercio mundial, hizo notar el viceministro de Comercio chino, Wang Shouwen. 

«Construir un acuerdo de libre comercio es un medio muy importante para explotar este potencial, que China está dispuesta a discutir con otros países BRICS», explicó en su momento Beijing.

En frente, el tablero multipolar se mueve y, en particular, como primera potencia mundial, Estados Unidos ha impulsado el Marco Económico del Indo-Pacífico (IPEF), en el cual incluyó superpuesto a un miembro del propio BRICS como India, junto con Japón.

Según el economista Javier Vadell, la tendencia de exportaciones de China hacia el Sur Global (más de 180 mil millones de dólares) es de firme crecimiento a medida que disminuyen las que hace hacia Estados Unidos (menos de 100 mil millones), cuando entre 2014 y 2021 iban perfectamente acompasadas en su ritmo.

Hasta ahora, China carece -aunque busca- de tratados de libre comercio con los otros cuatro países BRICS, pero en el inicio de 2023 ya firmó con Brasil un acuerdo que excluye al dólar en su intercambio mutuo y habilita a los dos socios a realizar pagos en yuanes y reales.

En adelante, Brasil y China utilizarán en su comercio el el Sistema de Pago Interbancario y Transfronterizo (CIPS, por Cross-Border Interbank Payment System), en lugar del  occidental SWIFT, del que Rusia fue excluido desde que invadió Ucrania, en 2023. El CIPS tiene vigencia también en África y Asia.

Previamente, durante su visita a Moscú en marzo de 2023, el presidente Xi Jingpin y su par Vladimir Putin establecieron al yuan chino como la principal moneda para el comercio bilateral de distintos rubros de su intercambio, que esperan que alcance al equivalente de 200 mil millones de dólares este año.

Ambos líderes estudian impulsar una moneda de reserva internacional para los BRICS basada en una canasta compuesta por reales, rublos, rupias, yuanes y rands, como alternativa a los acuerdos internacionales dominados por el dólar. Ello, pese a que el FMI ya elevó al yuan chino a la canasta de Derechos Especiales de Giro (DEG) y lo reconoció así como un activo de reserva internacional.

Esa idea va en línea con la de la ASEAN para reducir la dependencia del dólar estadounidense, el euro, el yen y la libra esterlina en las transacciones financieras y pasar a los pagos en divisas locales, a través de un sistema de Transacciones en Moneda Local (TML), que ampliaría el LCS en vigencia que involucra a Indonesia, Malasia, Singapur, Filipinas y Tailandia desde 2022.

Publicado el 18/04/2023. FUENTE: https://www.embajadaabierta.org/post/la-segunda-era-de-los-brics