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Por Pepe Escobar

La plutocracia cree que después podrán comprarlo todo por una miseria, mientras las moscas todavía ponen huevos en los cadáveres europeos.

Así que, como era de esperar, Le Petit Roi en París fue aplastado en las encuestas europeas. Ha convocado elecciones parlamentarias anticipadas, disolviendo la Asamblea Nacional en un acto de venganza pueril y ciega contra los ciudadanos franceses, atacando de facto a la democracia institucional francesa.

De todos modos, eso no significa mucho, porque los lineamientos de “libertad, igualdad, fraternidad” han sido usurpados durante mucho tiempo por una crasa oligarquía.

La segunda vuelta de estas nuevas elecciones francesas será el 7 de julio, casi coincidiendo con las elecciones anticipadas británicas del 11 de julio, y sólo unos días antes de la catástrofe urbana que arde lentamente que serán los Juegos Olímpicos de París.

Los salones de París arden con intriga sobre por qué el pequeño títere de los Rothschild con complejo de Napoleón está tirando todos sus juguetes del cochecito ahora porque no obtiene lo que quiere.

Al fin y al cabo, lo que realmente anhela es convertirse en un “presidente de guerra”, junto con el Cadáver en la Casa Blanca, Starmer en el Reino Unido, Rutte en los Países Bajos, la tóxica Medusa von der Lugen en Bruselas, Tusk en Polonia, sin tener que hacerlo. respuesta al pueblo francés.

Es casi seguro que Le Petit Roi enfrentará la perspectiva real de convertirse en un presidente saliente que necesita obedecer a un parlamento de derecha; Los rumores del Elíseo ya se sumaron al circo, dando la impresión de que podría dimitir (lo que luego fue desmentido). Aún así, si Le Petit Roi huye a la guerra contra Rusia, ningún ciudadano francés lo seguirá, y mucho menos el –lamentable– ejército francés.

Sin embargo, hay cosas más importantes en juego. Tras los – auspiciosos – mensajes revolucionarios dirigidos a la Mayoría Global que surgieron del foro de San Petersburgo  la semana pasada, basados ​​en la apertura y la inclusión, la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los BRICS 10 en Nizhny Novgorod tomó el relevo a principios de esta semana.

El Ministro de Asuntos Exteriores Lavrov destacó tres puntos clave:

  1. «Los países del Sur Global ya no quieren depender de los dobles estándares de Occidente y sus caprichos».
  2. «Todo el mundo sabe que los países BRICS ya sirven como locomotora de la economía mundial».
  3. «Nosotros [en la reunión de los FM de los BRICS] destacamos la necesidad de realizar esfuerzos consistentes para crear un nuevo orden mundial, donde la igualdad de los estados independientes será la clave».

Ahora compárelo con la cada vez más reducida reunión del G7 a finales de esta semana en Puglia, en el sur de Italia: la misma vieja canción, desde una “nueva y dura advertencia” a los bancos chinos (“¡No hagan negocios con Rusia o cualquier otra cosa!”) hasta vociferantes amenazas contra la asociación estratégica China-Rusia.

Y por último, pero no menos importante, conspiraciones adicionales para desviar intereses de los enormes activos rusos congelados/robados con la intención de enviarlos al país 404; La propia Toxic Medusa anunció que el país 404 recibirá 1.500 millones de euros de los ingresos procedentes de los activos rusos robados de la UE en julio, el 90% de los cuales para comprar armas.

En cuanto al subsecretario de Estado estadounidense, Kurt Campbell –el hombre que inventó el extinto “pivote hacia Asia” durante el mandato de la Harpía Hillary Clinton a principios de la década de 2010–, ya había adelantado que Washington sancionará a empresas y bancos chinos por las relaciones de Beijing con los militares de Rusia. complejo industrial.

Banderas falsas y simetría perfecta

Según varios parámetros, Europa está a punto de implosionar/explotar no con un estallido sino con un gemido agonizante en cualquier momento dentro de los próximos meses. Es crucial recordar que las elecciones anticipadas en Francia y Gran Bretaña también coincidirán con la cumbre de la OTAN el 11 de julio, donde el belicismo alimentado por la rusofobia alcanzará el paroxismo.

Entre los posibles escenarios, cabe esperar algún tipo de bandera falsa que se atribuya directamente a Rusia. Podría ser un momento de Francisco Fernando; un momento en el Golfo de Tonkin; o incluso un USS Maine antes del momento de la guerra entre Estados Unidos y España.

El hecho es que la única forma en que sobrevivirán estos “líderes” de la OTAN y su humilde agente del MI6 con una camiseta verde sudada en Kiev es fabricando un casus belli.

Si efectivamente eso sucede, se puede adelantar una fecha: entre la segunda semana de julio y finales de agosto; y ciertamente a más tardar la segunda semana de septiembre.

Octubre será demasiado tarde: demasiado cerca de las elecciones estadounidenses.

Así que prepárate para el verano de vivir peligrosamente.

Mientras tanto, The Bear no está precisamente hibernando. El presidente Putin, antes y durante el foro de San Petersburgo, explicó cuán “simétrica” será la respuesta de Moscú a los ataques de Kiev utilizando misiles de la OTAN (que ya están en curso).

Hay tres miembros de la OTAN que suministran misiles con un alcance de 350 kilómetros y más: Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Por lo tanto, una respuesta “simétrica” implicaría que Rusia proporcione a las naciones del Sur Global armamento avanzado, capaz de causar graves daños a los nodos del Imperio de las Bases.

Y aquí están los principales candidatos para recibir estas armas, como se debatió ampliamente no sólo en los canales de televisión rusos sino también en los pasillos del foro de San Petersburgo.

Asia Occidental: Irán (que ya los tiene); Siria (los necesita urgentemente); Yemen; Irak (sería de gran ayuda para Hashd al-Shaabi) y Libia.

Asia central, nororiental y sudoriental: Afganistán, Myanmar (estos dos estaban presentes en San Petersburgo) y Corea del Norte.

América Latina: Cuba, Venezuela y Nicaragua (basta ver la actual incursión rusa en el Caribe).

África: República Centroafricana, Congo, Etiopía, Somalia, Sudán del Sur y Zimbabwe (basta con mirar la reciente gira africana de Lavrov).

El señor Zircon te saluda.

Y eso nos trae la alegre cuestión de una fuerza naval rusa en el Caribe, encabezada por la fragata hipersónica armada con misiles Almirante Gorshkov y el submarino nuclear de Kazán.

El indispensable Andrei Martyanov ha observado  cómo el Gorshkov “lleva 32 Onyx, Zircon, Kalibrs y Otvet. Estos son los misiles de crucero más avanzados y mortíferos de la historia, con un historial de combate serio. Kazán, que es un SSGN de ​​clase Yasen, también lleva 32 VLS y, además, tiene 10 tubos lanzatorpedos que pueden disparar no sólo torpedos”.

Bueno, esta fuerza naval obviamente no está allí para iniciar la Tercera Guerra Mundial. Martyanov explica que “si bien ambos pueden atacar toda la costa este de Estados Unidos y Canadá, no están allí por esa razón. Dios no lo quiera, si se trata de una verdadera Tercera Guerra Mundial, hay muchos Bulavas, Avangards, Sarmats y Yarses para lidiar con este horrible asunto. No, tanto Gorshkov como Kazán están allí para demostrar que pueden llegar a cualquier barco de combate o buque de transporte marítimo estratégico que transporte cualquier conjunto de combate militar desde América del Norte a Europa en caso de que algún loco decida intentar sobrevivir a una guerra convencional con Rusia en 404. «

Lo que es aún más intrigante es que después de pasar un tiempo en La Habana, la fuerza naval permanecerá en el Caribe para una serie de ejercicios, y se le unirán otros buques de la Armada rusa. Permanecerán en estas aguas hasta el final de El verano de vivir peligrosamente. Por si acaso algún loco tiene ideas extravagantes.

Mientras tanto, la posible escalada hacia una Guerra Caliente en Europa continúa sin cesar, y la OTAN, a través de su epiléptica losa de madera noruega, cambia radicalmente las reglas establecidas de las guerras por poderes con un arrebato sin sentido tras otro.

Las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) ya son capaces, a través de la OTAN, de destruir activos rusos tanto militares como civiles: almacenamiento de petróleo, aeropuertos, instalaciones energéticas, cruces ferroviarios e incluso concentración de tropas.

Todos y sus vecinos estarán esperando respuestas “simétricas”.

A todos los efectos prácticos, la decisión crucial ha sido tomada por la enrarecida plutocracia que realmente dirige el espectáculo: obligar a Europa a entrar en guerra contra Rusia. Ésa es la razón detrás de toda la retórica kabuki sobre un “Schengen militar” y una Nueva Cortina de Hierro desde el Ártico a través de los chihuahuas del Báltico hasta llegar a la rabiosa Polonia.

De hecho, la plutocracia cree que después podrán comprarlo todo por una miseria, mientras las moscas todavía ponen huevos en cadáveres radiactivos europeos.

Las opiniones de los contribuyentes individuales no necesariamente representan las de la Dossier Geopolitico.


Por Sergio Rodríguez Gelfenstein que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

El horror que producen las brutales acciones sionistas en Gaza y Cisjordania es expresión patente de la incapacidad de Occidente y del capitalismo  de proporcionar paz y desarrollo a la humanidad. El sionismo  se ha propuesto – en nombre de un supuesto mandato divino- barrer a los palestinos del territorio que les pertenece. Estos hechos son comparables con los crímenes más horrendos en la historia: el esclavismo, el señorío feudal y su plan de exterminio, los genocidios coloniales de Europa en África y América Latina y el Caribe, las dos guerras mundiales que incluyeron la barbarie nazi-fascista en su afán de aniquilamiento de comunistas, judíos y gitanos y el exterminio de los pueblos originarios durante la expansión estadounidense en el norte de América, 

A través de la mayor parte de la historia, árabes y judíos vivieron en paz y armonía en el Asia Occidental. Pero, a finales del siglo XIX, en el marco del inicio de la fase imperialista de Estados Unidos, el sionismo surgió como instrumento de usurpación y exterminio territorial del pueblo palestino. A partir de ese momento, no ha habido paz para ellos. La historia del siglo XX es la historia del despojo palestino por parte del sionismo.

El acontecer del siglo XXI, iniciado tras las acciones terroristas del 11 de septiembre de 2001, que Estados Unidos conoció de antemano, pero no evitó a fin de imponer un mundo unipolar bajo su hegemonía, tuvo en los años 2008-2009 un punto de inflexión cuando la crisis financiera impidió que la supremacía unipolar se extendiera por el planeta.

Unido a ello, China se había transformado en una gran potencia económica, financiera, científica y tecnológica y Rusia había salido del marasmo en que la sumergió el descalabro de la Unión Soviética de la mano de Gorbachov y Yeltsin. En 2012, Vladimir Putin retomó las riendas del poder en Moscú. El mismo año, Xi Jinping fue elegido secretario General del partido comunista de China.

Algunos dirían que es el destino, otros, que fueron las circunstancias, los marxistas podrían opinar que, en realidad lo que se produjo fue una confluencia dialéctica de causas objetivas y subjetivas, pero lo cierto es que en ese año 2012, se inició un proceso de inflexión estratégico en la historia de la humanidad, comenzando una era de construcción de un nuevo mundo orientado por otros preceptos y bajo otros parámetros.

Entre otras, algunas señales son : que el espacio euro-asiático está desplazando al Atlántico como eje de la política mundial; que la transformación y efectividad de la red de instituciones alternativas en materia de economía, finanzas, seguridad y diplomacia se conforman como mecanismo más óptimo que la ONU para solucionar controversias; que el crecimiento y ampliación de los BRICS (que ya superaron el PIB del G-7) señala un camino distinto hacia el progreso y el desarrollo en paz; que los avances de la ultra derecha en Europa (a manera similar al siglo pasado cuando se entronizaron Hitler y los nazis), van desplazando la ineficacia de la política tradicional del Viejo Continente, desmontando su aparente cara benéfica y civilizadora;  que la rebelión anti neocolonial de África, echa las bases para su definitiva y total independencia; que los avances indetenibles del desarrollo científico-tecnológico de China, en particular en el área espacial, expresan una capacidad superior en el uso de la ciencia como instrumento de superación de los grandes problemas de la humanidad; y, que el poder que le concede a Rusia, China e Irán su posesión única de misiles hipersónicos, cambian la ecuación estratégica global en materia bélica al dejar a los portaviones en una situación de total minusvalía combativa.

Es decir, un nuevo mundo se abre paso al futuro. En ese contexto, a Estados Unidos solo le queda la agresión, el conflicto y la guerra. Su presupuesto está orientada a eso. Agita a Ucrania contra Rusia, a Taiwán contra China y a Israel contra el eje de la resistencia e Irán. He ahí los tres escenarios principales de conflicto que Estados Unidos ha promovido para buscar su salvación a través del desarrollo de guerras que incrementen el gasto bélico en favor de su Complejo Militar Industrial.

Aunque aparentemente tenía todo bajo su autoridad, el desbordamiento del sionismo ha puesto en cuestión la capacidad de liderazgo de Washington. Y lo que es peor para ellos, está ocurriendo en el año electoral. La actuación de Estados Unidos está orientada a eso: garantizar la continuidad del gobierno demócrata. Lo demás no le incumbe

No le importa Palestina ni su pueblo. No le conmueve los miles de niños y mujeres inocentes asesinados, no les preocupa la destrucción de hospitales y escuelas, no les interesan los periodistas inmolados mientras realizaban su trabajo. Su famoso slogan de “libertad de prensa” quedó en un segundo plano en interés del poder, los mercados y la venta de armas.  

En el colmo de la hipocresía intenta acciones diplomáticas, cuando simultáneamente incrementa el envío de armas a la entidad sionista. Incluso ha construido un muelle para, supuestamente hacer llegar ayuda humanitaria, cuando en realidad lo que hizo fue facilitar la incursión de las fuerzas armadas sionistas como preludio de la masacre del campamento de Nuseirat en Gaza que produjo decenas de muertos y heridos.

Todos los días nos despertamos alarmados, nos persigue el fantasma que nos interroga acerca de ¿qué hemos hecho para evitar esta barbarie? ¿qué más podemos hacer? sabiendo que cualquier cosa será insuficiente porque no le podremos devolver a las madres sus hijos vilmente sacrificados.  Venezuela, el presidente Maduro y el gobierno han denunciado innumerables veces el genocidio sionista, no desde ahora, sino desde hace mucho tiempo atrás. Ya en 2009, durante el gobierno del Comandante Chávez, Venezuela rompió relaciones con la entidad sionista reafirmando nuestro total apoyo a la causa del pueblo palestino.

Ahora nos hemos propuesto desarrollar un seminario de alto nivel que, a través de un proceso de enseñanza-aprendizaje, permita que los participantes conozcan -desde posturas reflexivas- los argumentos que conduzcan a entender que en Palestina se está produciendo un nuevo holocausto en el siglo XXI, con la diferencia que  se hace a la vista y paciencia de las organizaciones internacionales creadas para evitarlo. 

Con este fin, durante los días 13 y 14 de junio  realizaremos en Caracas el seminario internacional “Un nuevo holocausto en el siglo XXI. El sionismo amenaza al mundo” con el objetivo de dar a conocer la barbarie de la agresión sionista en Gaza y la realización de un genocidio contra el pueblo palestino muy similar al que efectuaron los nazis contra los judíos, los comunistas y los gitanos en el siglo XX. Así mismo, nos proponemos establecer con claridad que Israel es un ente ilegal creado artificialmente por la ONU. También nos planteamos conocer el papel decisivo del eje de la resistencia en la lucha y el enfrentamiento al ente sionista. Finalmente queremos dejar patente la diferencia entre Israel, sionismo y judaísmo y su acercamiento distinto al conflicto.

Con la participación de 4 destacados ponentes venezolanos y 9 del exterior  debatiremos en estos días en cuatro paneles:

  1. Identidades judías e Israel.
  2. Israel, ente creado artificialmente.
  3. La agresión en Gaza viola el derecho Internacional, y
  4. La causa palestina, causa de la resistencia.

Este seminario va a aportar elementos de análisis y argumentos que permitan solidificar teórica y conceptualmente los instrumentos necesarios para apoyar y defender  la justa lucha del pueblo palestino, fortaleciendo en la práctica la militancia a favor de su libertad e independencia.

www.sergioro07.blogspot.com 

Las opiniones de los contribuyentes individuales no necesariamente representan las de la Dossier Geopolitico.

Por Yin Zhiguang CEPRID

El 24 de abril de 2024 sucedieron muchas cosas en este mundo. El gobierno colonial israelí continúa perpetrando masacres genocidas contra el pueblo palestino. La policía estadounidense arresta a profesores y estudiantes en campus universitarios que protestan pacíficamente contra el genocidio israelí. El Congreso estadounidense ha aprobado ayuda militar a Israel y otros países, y el Parlamento británico ha aprobado en secreto ayuda militar a Israel y el proyecto de ley de Ruanda para “deportar” refugiados.

«Es un buen día para la paz mundial». Después de firmar un proyecto de ley de «ayuda» exterior por valor de 95,34 mil millones de dólares, el anciano presidente Biden leyó esta línea preparada frente a la cámara. “La ayuda hará que el mundo sea más seguro”, continuará “el liderazgo mundial de Estados Unidos” y hará que “nuestros aliados sean más fuertes y más capaces de protegerse a sí mismos”.

Este proyecto de ley que puede «hacer del mundo un lugar mejor» incluye 60.060 millones de dólares en «ayuda» militar a Ucrania, que permitirá a los traficantes de armas estadounidenses vender más armas para llenar el vacío causado por «ayudar a Ucrania» en los últimos dos años. Y la reducción de los inventarios de armas estadounidenses. Entonces, no sé de quién es el “mundo que se ha convertido en un lugar mejor” con este proyecto de ley.

Además del dinero de «ayuda» gastado en su propio país, el segundo gasto más alto en el proyecto de ley es de 14.100 millones de dólares en «ayuda» a Israel. Además de este dinero, la financiación de «Ayuda a Israel» también incluye la eliminación de la financiación para la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente. Porque, según acusaciones israelíes, 12 miembros del personal de la organización internacional de las Naciones Unidas participaron en los «ataques» de Hamás.

Además, esta enorme cantidad de ayuda para lograr la «paz mundial» y hacer la vida «mejor» se incluyeron 4.830 millones de dólares para hacer que la región del Indo-Pacífico fuera «mejor»; se entregaron 2.440 millones de dólares a la región del Mar Rojo y luchar contra las fuerzas armadas hutíes en Yemen.

Justo cuando los caballeros en el Capitolio estaban ayudando en las operaciones de «autodefensa» de Israel, se descubrió una fosa común en la parte sur del área palestina de Gaza. En su interior había más de 300 cadáveres, muchos de ellos mujeres y niños. Esta fosa común se encuentra cerca del hospital Shifa en la ciudad de Gaza. Antes de esto, las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron violentamente y ocuparon el único hospital en funcionamiento en la ciudad de Gaza en «autodefensa».

El 21 de abril, después de que el ejército israelí se retirara de Khan Younis, los trabajadores sanitarios palestinos descubrieron múltiples cadáveres en el hospital Nasser.

Mientras los hombres en el Capitolio estaban ocupados creando «paz», la policía antidisturbios estadounidense fuertemente armada entró en las universidades estadounidenses y arrestó a más de 550 estudiantes. Su único crimen es pedir al gobierno de Estados Unidos que no siga apoyando el genocidio del gobierno israelí contra el pueblo palestino.

Mientras los caballeros del Capitolio de los Estados Unidos estaban ocupados haciendo que el mundo fuera «mejor», el Reino Unido, al otro lado del Atlántico, aprobó silenciosamente un proyecto de ley. A partir de ahora, el gobierno británico puede deportar «legalmente» a sus refugiados a Ruanda. Hay dos argumentos a favor de este proyecto de ley, uno se llama «humanidad» y el otro se llama «desarrollo».

Al igual que el proyecto de ley de «ayuda» estadounidense bajo la bandera de «paz» y «seguridad», el proyecto de ley británico llamado «Seguridad de Ruanda (Asilo e Inmigración)» pretende «proteger y disuadir a quienes pasan por la inseguridad y a los inmigrantes ilegales de entrar ilegalmente al Reino Unido”.

La base de este proyecto de ley es el acuerdo de «Asociación de Migración y Desarrollo Económico» firmado entre el Reino Unido y el gobierno de Ruanda el 13 de abril de 2022. Según el acuerdo, todos los refugiados que se considere que han entrado «ilegalmente» al Reino Unido serán deportados por la fuerza a Ruanda. A cambio, el Reino Unido proporcionará a Ruanda un «fondo de desarrollo de 370 millones de libras». Además, después de que el primer grupo de 300 refugiados sea repatriado a Ruanda, el gobierno británico pagará 120 millones de libras adicionales al gobierno de Ruanda. En los cinco años posteriores a la entrada en vigor del acuerdo, el Reino Unido tendrá que pagar hasta 171.000 libras esterlinas por cada refugiado enviado a Ruanda. Comparado con los casi 100,000 millones de fondos de «ayuda» en Estados Unidos, este negocio es simplemente insignificante.

El acto de enviar refugiados a terceros países desafía seriamente las normas internacionales de derechos humanos y del orden de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Trata a los refugiados como objetos de los que se puede deshacerse a voluntad, utilizando un método de eliminación de basura, transportando refugiados a terceros países y pagando una tarifa de «servicio» por hacerlo.

En un orden jerárquico de globalización capitalista, los países occidentales ricos pueden pagar a los países pobres una pequeña suma de dinero para que resuelvan todos los problemas que han creado. Antes de esto, Israel ya había utilizado el mismo método para enviar muchos «infiltrados» desde Eritrea y Sudán a Ruanda y Uganda.

La globalización y la modernización capitalistas prometen al mundo una utopía de libre flujo, prosperidad material, paz y belleza creadas por el mercado. Para la gran mayoría de la población mundial, esta utopía nunca ha existido y no puede existir. Es más bien una utopía para un pequeño número de países y un pequeño número de personas, esos caballeros sentados en la Colina del Parlamento, esos parlamentarios y caballeros con traje y corbata en el Parlamento británico, esos israelíes que apuntan con sus armas al pueblo palestino, esos que ocupan el capital. El 1% de las personas en la pirámide de riqueza global construyen una utopía basada en la carne, la sangre y la felicidad de todas las personas del mundo.

Esta utopía tiene otro nombre: imperialismo.

Los dos proyectos de ley de Estados Unidos y el Reino Unido representan el orden jerárquico global formado por el imperialismo mediante la coerción y la intervención. En esta estructura de orden, las personas se consideran consumibles sin voluntad y pueden ser manejadas, dispuestas y trasladadas a voluntad. Cuando ves a Israel «limpiar» a los palestinos de tierras palestinas, cuando ves a Estados Unidos enviando costosas armas estadounidenses a sus «aliados», cuando ves al Reino Unido transportando «de forma segura» a personas no deseadas a Ruanda. En ese momento, descubrimos que los «liberales» el «orden internacional» que nos había confundido durante décadas mostró su verdadero rostro: un orden global colonial-imperialista que comenzó a formarse durante la expansión global del capitalismo en el siglo XVI.

Este orden centrado en el mercado trata a las personas como un recurso y al “exceso de gente” como un obstáculo. Utilizar diversos métodos para coaccionar a las personas es la técnica básica de gobernanza de este orden centrado en el mercado. Este tipo de coerción va mucho más allá de trasladar a las personas de un lugar a otro, y va más allá de controlar y abandonar la vida de las personas. Básicamente, reproduce y refuerza las jerarquías entre un grupo de personas frente a otro, unos pocos beneficiarios del mercado frente a la gran mayoría, y una pequeña parte del mundo frente a una gran parte del mundo.

En la historia del capitalismo, esta coerción de los pueblos se manifiesta no sólo en la masacre de indios y aborígenes australianos, la esclavización de los africanos negros y la opresión de los trabajadores contratados chinos e indios, sino también a través de la guerra, la provocación, el intervencionismo y los refugiados. El trato y la masacre de los palestinos se extiende hasta el día de hoy.

Hoy en día, la deportación británica de refugiados a Ruanda se describe como un proyecto de «desarrollo económico». La «ayuda» de Estados Unidos a Israel y Ucrania también se considera una acción para proteger la paz global y los intereses económicos. De manera similar, este tipo de acción hegemónica sobre la base del desarrollo económico, la seguridad internacional y la estabilidad global fue también la autojustificación del imperio capitalista en los siglos XVIII y XIX.

La “deportación” británica de refugiados a Ruanda no es un invento nuevo. De hecho, la idea de procesar en el extranjero a personas de color, inmigrantes, refugiados e incluso a las personas más pobres de la sociedad es el modelo de gobernanza básico de los imperialistas coloniales.

La trata de esclavos en el Atlántico es el recordatorio más poderoso del movimiento forzado de personas. Los colonos enviaron a negros esclavizados a plantaciones coloniales lejos del continente, obligándolos a trabajar y construyendo sus propias «colonias de colonos» para los blancos. Además de la explotación económica de los esclavos, la expulsión física de los indios fue fundamental para la adquisición de tierras, la expansión y el establecimiento de los Estados Unidos.

En la propia Gran Bretaña, los colonos escoceses e ingleses comenzaron a apoderarse de tierras de los irlandeses a principios del siglo XVII. En las Tierras Altas y las Islas de Escocia, desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, los hegemones ingleses desalojaron por la fuerza a los agricultores arrendatarios escoceses. Estos métodos de limpieza iban desde obligar a los arrendatarios escoceses a trasladarse a tierras más pobres debido a la pobreza, hasta la muerte y obligarlos a emigrar a otras partes del imperio.

En los siglos XVIII y XIX, con el mayor desarrollo de la tecnología de navegación, enviar a criminales locales y gente pobre a colonias de ultramar se convirtió en una práctica común en los imperios capitalistas europeos. No es sólo un medio de castigar y disuadir a la población, sino también una manera importante para que el imperio capitalista maneje la polarización entre ricos y pobres y el gran número de pobres urbanos en el proceso de urbanización y modernización.

La más famosa de ellas fue la operación británica de transporte forzoso de criminales nativos a Australia. Esto no sólo refleja un método de «alivio de la pobreza» de estilo capitalista, sino también un medio de movilizar «mano de obra sobrante» para ayudar a Gran Bretaña a expandir sus colonias en el extranjero.

Dentro del espacio regido por este orden hegemónico, existen múltiples formas de acuerdos legales. En 1899, Ruanda pasó a formar parte «oficialmente» de la Colonia Imperial Alemana. Tras la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, Ruanda se convirtió en un «protectorado» de Bélgica bajo el «acuerdo» de la Sociedad de Naciones de ese momento.

En esta época, Ruanda estaba bajo un «gobierno indirecto» conjunto de Alemania y Bélgica. El llamado «gobierno indirecto» consiste en apoyar a un grupo de fuerzas procoloniales dentro de la estructura del orden social original de Ruanda y luego utilizar estas fuerzas para lograr el gobierno local. Esta lógica de gobernanza ve la jerarquía social como una herramienta necesaria de dominación. Las clasificaciones raciales se introdujeron en las colonias en respuesta a esta necesidad de dominio colonial. En este contexto, la división entre hutu y tutsi en Ruanda pasó de ser una relación de clase a una categoría racial esencialista.

El orden imperialista centrado en el mercado también transforma el espacio en un objeto a explotar. Para Alemania y Bélgica a principios del siglo XX, Ruanda era una tierra que producía cultivos comerciales como café y té. Para Gran Bretaña en el siglo XXI, Ruanda es un refugio para refugiados no deseados. Al igual que Estados Unidos, Ucrania es un mercado que consume Rusia y armas estadounidenses, y la región del Indo-Pacífico es la primera línea para contener a China y mantener la hegemonía económica global de Estados Unidos. Al igual que para Israel, Palestina es un lugar que necesita ser despejado. A los ojos de los imperialistas, las personas en estos espacios son obstáculos para las ganancias del mercado que deben ser movidos y eliminados por la fuerza.

¿Qué clase de grupo de personas, ante una tragedia de genocidio presenciada por personas de todo el mundo, dijo repetidamente que un mundo en el que se enviaran armas letales a los asesinos era un mundo «mejor»? ¿Qué clase de grupo de personas se esfuerza por convertir un viejo orden colonial-imperialista en un nuevo orden que sea libre, universal y promueva el desarrollo económico?

Quizás, hace unos años, la respuesta a esta pregunta no era tan clara, y las máscaras modernas del imperialismo todavía podían ocultar hasta cierto punto los rostros corruptos detrás de ellas. Así que ahora, bajo la sangre del pueblo palestino, bajo las protestas de profesores y estudiantes arrestados en Estados Unidos, sobre las llamas de la heroica autoinmolación de Aaron Bushnell y ante los ojos de los refugiados que fueron deportados por la fuerza a Ruanda, todas las personas del mundo que esperan con ansias el nuevo orden seguramente verán la respuesta. Definitivamente podremos ver el nuevo mundo que conduce al futuro que quizás aún no haya aparecido.

Yin Zhiguang es Profesor de Política Internacional, Escuela de Relaciones Internacionales y Asuntos Públicos, Universidad de Fudan

CEPRID

Por Níkolas Stolpkin CEPRID

Nueva arquitectura global en cierne

Quienes quieran ver el conflicto bélico en Ucrania como cualquier conflicto bélico, están muy equivocados. El desenlace podría traer grandes cambios. Cambios que podrían asemejarse a los ocurridos terminada la Segunda Guerra Mundial.

Ucrania es el epicentro de un movimiento tectónico significativo que podría abrir paso a una futura nueva arquitectura global.

Lo que hay que ver acá, no es a un «dadivoso» Estados Unidos, Reino Unido o una Unión Europea querer defender a un país débil de una potencia poderosa, eso sería caer en el simplismo.

El enfoque que debemos hacer es el de un Bloque Capitalista Occidental (EEUU, UE…) en descenso, queriendo frenar de plano el ascenso imparable del Bloque Capitalista Oriental (Rusia, China…) O bien, como el economista Michael Hudson definió en su momento, como el choque de dos sistemas económicos: «el capitalismo financiero neoliberal versus la industrialización socialista». El primero con tendencia unipolar, y el segundo con tendencia a un mundo multipolar.

Ucrania simplemente sería la oportunidad o la excusa para intentar frenar el tsunami oriental liderados por Rusia y China.

Todos sabíamos los proyectos que tenía Rusia para entregar gas barato a Europa. Estados Unidos sabía lo que podía significar el asentamiento potente y a largo plazo de los intereses de Rusia en Europa, sobre todo en Alemania, lo que afectaría a sus propios intereses en la región. Por lo que Estados Unidos tuvo que actuar, provocando primero el golpe de Estado en Ucrania (2014) y después preparando el terreno para la reacción rusa. Ellos sabían (EEUU) que al provocar la reacción de Rusia podrían llevar a cabo la contención firme de unos de los pilares principales del Bloque Capitalista Oriental y, al mismo tiempo, su ala militar más musculosa. No en vano vimos la respuesta poco diplomática e impulsiva del Bloque Occidental, al enviar armas para que los ucranianos «indefensos» se pudieran defender de los «invasores» rusos.

Los primeros paquetes de «ayuda» por parte del Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y los países de la Unión Europea -poco tiempo después de haberse iniciado la Operación Militar Especial rusa sobre suelo ucraniano (2022)-, se trató de «rifles, pistolas y ametralladoras», «ayuda humanitaria y logística militar», municiones «estrictamente defensiva», «equipamiento de defensa», «sistemas de armamento ligero antitanques de corto alcance», chalecos y cascos, misiles Javelin (antitanques) y Stinger (antiaéreo), lanzagranadas, etc. Ahora la ayuda hacia Ucrania ha «evolucionado» a una nueva etapa, ahora se trata de misiles tácticos de largo alcance (ATACMS), tanques modernos, aviones de combate, bombas de racimo, sistemas de defensa Patriot de largo alcance, lanzacohetes múltiples HIMARS… Y ahora que Ucrania -con un déficit reconocido de combatientes-, ha fracasado con llamar a combatir en el frente a los ucranianos que tuvieron que abandonar su país, ¿se les habrá de ayudar con soldados también?

Es difícil de entender cómo un puñado de países «desarrollados» y «civilizados» -principalmente arrastrados por Estados Unidos-, estén apostando cifras exorbitantes a un seguro perdedor (Ucrania). ¿Cómo fue posible que la Unión Europea se dejó arrastrar a un conflicto que bien pudieron dejar que Rusia lo solucionara sin interferencias foráneas y, al mismo tiempo, salir beneficiados con los proyectos a largo plazo que se tenían planeado con Rusia? Objetivamente la Unión Europea está más colaborando con los intereses geopolíticos de Estados Unidos que de sus propios intereses. La situación beneficia más a Estados Unidos que a la propia Unión Europea. Estados Unidos y la OTAN (instrumento militar de Estados Unidos, y que aporta aproximadamente el 70% del gasto militar en la alianza) están empujando a la Unión Europea a una situación muy desfavorable que no se sabe cómo habrá de terminar, pero que deja a una Europa más dependiente de los Estados Unidos.

Nueva Guerra Fría

Se está configurando, al parecer, un escenario más de Nueva Guerra Fría que de un escenario de Guerra Directa. Dicho en otras palabras, estamos más cerca de una Guerra Fría que de una Guerra Nuclear o una «Tercera Guerra Mundial», aunque pueda parecer todo lo contrario en estos momentos. Lo que no quita que pueda haber ciertas amenazas de un bando o de otro para el famoso juego de la «contención», como en su momento las hubo (siglo XX). Ladrar, pero sin morder. Porque obviamente sabemos las consecuencias del peor de los escenarios, ¿no?

Sí, quizás estamos siendo muy «optimistas». Y es que una Tercera Guerra Mundial significaría una Guerra Nuclear segura.

Pero viéndolo desde esta perspectiva «optimista», una Nueva Guerra Fría significaría un «respiro» o repliegue estratégico favorable al Bloque Capitalista Occidental, que sabe que está perdiendo poder e influencia frente al Bloque Capitalista Oriental.

En Ucrania, más que nada, se está dando forma a la frontera norte que habrá entre el Bloque Occidental y el Bloque Oriental. Un punto que no deja de ser un avance sustantivo para Estados Unidos y sus ambiciones geopolíticas. ¿Un trampolín para en un futuro poder balcanizar a Rusia?

Si las apuestas a perdedor persisten, no creemos que el ganador quiera al perdedor tener suficiente espacio para seguir maniobrando y hacer daño. La eliminación del perdedor se hace imprescindible. ¿Qué hará Occidente cuando se quede sin un jugador al cual apostar?

Después de Rusia, China será el próximo

Con Rusia ya se quemaron todos los puentes. Únicamente faltaría quemar los puentes con China, para que pueda verse mejor el nuevo escenario de Guerra Fría. ¿Taiwán será la nueva «Ucrania» para China? Sería muy difícil, tratándose de una isla.

El asunto Huawei (empresa china) y la subida de aranceles a los productos chinos por parte de Estados Unidos (2018), podríamos situar el inicio de las fuertes hostilidades entre Occidente y Oriente, aduciendo «preocupación» a la Seguridad Nacional. Y todos sabemos que la Unión Europea tiende, en gran medida, a hacerse eco de lo que diga o haga Estados Unidos. En eso no hay discusión.

Y sería con la pandemia del COVID-19 (2020) que seríamos testigos de la existencia de rivalidades sustanciales con respecto al reconocimiento de ciertas vacunas. Las múltiples trabas que se instalaron en Occidente con respecto a las vacunas de origen chino o de origen ruso, dan prueba de ello. Lo que ya podía hablar de cierta rivalidad significativa dentro de Occidente con respecto a ciertas potencias de Oriente.

El conflicto en Ucrania (2022- ?) sencillamente aceleraría las rivalidades ya existentes entre el Bloque Capitalista Occidental y el Bloque Capitalista Oriental, con especial énfasis en Rusia: prohibición de las aerolíneas comerciales rusas dentro de la Unión Europea, prohibición a las agencias de noticias de origen ruso (RT, Sputnik), sabotaje del Nord Stream 1 y Nord Stream 2, los múltiples «paquetes de sanciones», la salida en masa de las empresas occidentales en suelo ruso, etcétera. Lo que no quiere decir que no haya presiones contra China también. Las han tenido significativamente, como ya se ha dicho, desde el año 2018 con el asunto Huawei y la subida de aranceles a los productos chinos. Pero a partir de la Operación Militar Especial en Ucrania se han intensificado, por ser China un aliado estratégico de Rusia.

En la práctica, Estados Unidos desea que China deje de exportar a Rusia «todo lo que se pueda usar en el conflicto». Está, por otro lado, el «exceso de capacidad industrial» de China, que no es otra cosa que la abrumadora competitividad china que desean frenar dentro de su espacio. Al mismo tiempo, Estados Unidos no deja que sus empresas tecnológicas (Intel, Qualcomm) puedan exportar sus productos a China, todo en nombre de su hiper-manoseada «Seguridad Nacional». Y ahora está la amenaza de prohibir en suelo estadounidense (y después quizá dónde… ¿Europa? ¿América Latina?) la aplicación exitosa de TikTok, a menos que los propietarios chinos la puedan vender a Estados Unidos.

La caída del Orden Mundial Unipolar

El Orden Mundial Unipolar se encuentra seriamente atrofiado y ha empezado a navegar desesperadamente fuera del orden que tanto habían promovido, como si se tratara de un niño que junto a sus «viejos amigos», obedientes, después de que enseñaran a jugar a los otrora «nuevos amigos», al ver que les estaba yendo mejor en el juego, intentan romper las reglas («sus propias reglas») y hacer «nuevas» de forma caprichosa para el beneficio de los que están perdiendo el juego y poder así sobrevivir.

Es así como nos encontramos después, con una serie de acontecimientos fuera de juicio: «congelación» o confiscación de activos (llámese robo), (ejemplos: Venezuela, Rusia, Irán…); sanciones o prohibición a Medios de Comunicación por ser supuestamente medios de «propaganda rusa» (¿»pluralidad»? ¿»libertad de prensa»?); amenazas de prohibición a redes sociales exitosas como TikTok, a menos que la puedan vender (llámese chantaje); prohibición de aerolíneas rusas o llenar de trabas a ciudadanos rusos para que no puedan visitar la Unión Europea (llámese rusofobia); prohibición a empresas para que no puedan exportar sus productos a China o Rusia, por ser supuestamente una «amenaza» a la seguridad nacional de Estados Unidos (¿»Libre Mercado»?), etc.

A lo anterior, hay que hacerse muchas preguntas. ¿Qué garantías, de ahora en adelante, puede haber para que un país pueda depositar sin que pueda haber la amenaza de «congelación» o confiscación de lo depositado en la esfera occidental? ¿Todo medio de comunicación relevante que sea crítico con las políticas del gran hegemón (Estados Unidos) será sancionado o derechamente prohibido? ¿Todo producto foráneo que sea exitoso dentro del Bloque Capitalista Occidental, habrá de ser prohibido o sancionado? ¿Qué empresas del Bloque Capitalista Occidental se le estará permitido hacer negocios dentro del Bloque Capitalista Oriental?

Tal como se está configurando todo, es difícil saber cómo habrá de quedar la denominada globalización o el denominado «Libre Mercado».

Mientras todo apuntaba a desembocar en un mundo multipolar, Estados Unidos y sus aliados, al verse «amenazados», se apresuraron a cerrar sus puertas para seguir sosteniendo su mundo unipolar basado en sus propios intereses.

Un punto clave en el nuevo escenario será China y toda su efervescencia global, ¿dónde quedará? ¿Toda su efervescencia global será reprimida? ¿Le cerrarán las puertas a China de la misma forma que le cerraron las puertas a Rusia? ¿La efervescencia global china irá en retroceso o en retirada dentro del mundo Occidental? ¿Qué pasará con la influencia china en América Latina? Las declaraciones últimas del Comando Sur pueden dar ya una idea de lo que podría pasar. ¿Los países de América Latina defenderán su soberanía y autonomía frente a las amenazas de Estados Unidos? ¿Estados Unidos querrá implantar nuevas dictaduras en América Latina para alejar la influencia del Bloque Capitalista Oriental, como si se tratara del pasado Bloque Socialista del siglo XX?

Estados Unidos y sus aliados, deberían aceptar que su época de dominio global está seriamente afectada y que deberían entrar en razón y aceptar el Orden Mundial Multipolar con el que se está abriendo paso el Bloque Oriental; que se abre camino no con las armas, sino con la cooperación, la integración, el respeto y la igualdad entre las naciones.

Los nuevos polos de poder no entran al terreno a destruir a los países que no quieran obedecer (Yugoslavia, Irak, Libia…). Tampoco se comportan como una centrífuga la cual debe absorber a los países en la «democracia», los «derechos humanos» o el «libre mercado» para que puedan «entenderse».

Estados Unidos debe entender que ellos solos no pueden hacerse cargo del mundo, y menos cuando emergen múltiples polos de poder.

La arquitectura global surgida después de la Segunda Guerra Mundial ha caducado. El actual desequilibrio existente en cuanto a la seguridad y la justicia ya es insostenible. No es posible que en pleno siglo XXI seamos testigos de múltiples ejemplos de inseguridad e injusticia. ¿Cómo el mundo puede tolerar aquello de «congelación» o confiscación de activos de países que han depositado su confianza en otros países? ¿Cómo es posible que seamos testigos de chantajes explícitos como el caso de TikTok en Estados Unidos? ¿Cómo es posible que los que fomentaron el «libre mercado» obliguen hoy a sus empresas a no exportar sus productos a países que también juegan al «libre mercado»? ¿Cómo es posible que los Grandes Medios de Comunicación no vean la injusticia cometida contra medios rusos como RT o Sputnik, la inclinación neonazi que ha tenido desde el principio los que defienden Ucrania de los rusos, o no puedan ver el actual genocidio que está cometiendo el Estado de Israel contra el pueblo palestino, cuyo principal auspiciador sigue siendo Estados Unidos? ¿De qué sirven estructuras u organizaciones como la ONU, OMC, OMS, CPI, … si somos testigos de todo lo anterior o más?

Níkolas Stolpkin es Analista político nacional e internacional – Political Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea.

CEPRID

Por Pepe Escobar

El Hegemón está calculando una guerra mundial para detener la multipolaridad. Apoya el genocidio de Israel en Gaza como un mal necesario para ganar con fuerza en Asia Occidental, pensando a quién le va a importar una vez que la guerra se haga global.

Esta semana se celebra el Foro Económico de San Petersburgo (SPIEF). Es una de las reuniones anuales más importantes de Eurasia. El tema general en 2024 es la «multipolaridad», muy apropiado teniendo en cuenta que este es el año de la presidencia rusa de los BRICS. La cumbre de los BRICS del próximo octubre en Kazán será crucial para trazar los contornos de la hoja de ruta hacia la multipolaridad en el futuro.

Ahí está el problema. Lo que nos lleva a la cuestión clave a la que se enfrenta la Mayoría Global: ¿Cómo podemos permitirnos soñar con la multipolaridad cuando estamos inmersos en Lo Impensable, reducidos al papel de meros espectadores, viendo un genocidio retransmitido 24 horas al día, 7 días a la semana en todos los teléfonos inteligentes del planeta?

La Corte Internacional de Justicia (CIJ), abiertamente imperfecta, al menos ordenó a los genocidas bíblicos que dejaran de bombardear Rafah. ¿La respuesta de Israel? Bombardearon Rafah. Peor aún, quemaron vivos a niños en tiendas de refugiados. Con misiles estadounidenses.

Y el genocidio continuará al menos hasta el final de este año multipolar, como alardea la inteligencia israelí. La Mayoría Global al menos ve claramente cómo funciona el «orden internacional basado en reglas». Sin embargo, eso no es un gran consuelo.

La orden de la CIJ de detener la carnicería de Rafah, más la iniciativa de la CPI de solicitar órdenes de detención contra altos dirigentes israelíes por crímenes de guerra en serie en Gaza, como era de prever, provocó un frenesí histérico en el combo Israel-EE.UU. unido por la cadera.

El meollo de la cuestión afecta a los verdaderos amos y gestores del Imperio del Caos y el Saqueo, mucho más que a sus humildes emisarios. Los amos no pueden permitir que ninguna institución afloje su control sobre la narrativa oficial.

La narrativa oficial es que «no hay genocidio en Gaza» y que no se han traspasado las «líneas rojas». Este es el dictado oficial del Occidente colectivo. No se permiten infracciones. Llegarán a extremos inconstitucionales para imponer un control narrativo total, con una férrea operación de relaciones públicas para envolver a todo el planeta en capa tras capa de estupor propagandístico.  

Contradiciendo ligeramente a Mao Zedong, el poder real no viene del cañón de una pistola (o de un misil nuclear hipersónico); viene del control narrativo, o lo que solíamos llamar «poder blando». La diferencia ahora es que el Hegemón ya no controla el poder blando. La Mayoría Global está perfeccionando, en tiempo real, sus propios contragolpes de poder blando.

Una sociedad sistémicamente sociópata

Los controladores de la narrativa todavía pueden borrar hechos clave de la opinión pública occidental, por ejemplo, sobre la limpieza étnica. Los árabes cristianos han sido objeto de una limpieza étnica sistemática en Palestina. A principios de la década de 1950, Belén tenía un 86% de cristianos, cifra que desde entonces se ha desplomado a un triste 12% en la actualidad. Los psicópatas bíblicos construyeron un muro alrededor de Belén, anexionaron tierras en beneficio de colonos judíos armados y limpiaron étnicamente a los cristianos.

Los estudios serios sobre el hiperetnocentrismo o el carácter sistémicamente sociópata de la sociedad israelí no ofrecen mucho consuelo cuando se trata de detener un genocidio.

Porque la herida es mucho más profunda. Alastair Crooke, ex diplomático con amplia experiencia sobre el terreno, no tiene parangón entre los occidentales cuando se trata de comprender los entresijos de Asia Occidental. 

En sus columnas y podcasts, aborda la principal herida que ha dejado al descubierto la guerra/genocidio de Gaza: el cisma, en el corazón de Occidente, entre un «proyecto de ingeniería social antiliberal» que se hace pasar por liberalismo y un proyecto para «recuperar los valores “eternos” (por imperfectos que sean) que una vez estuvieron detrás de la civilización europea».

Para agravar el problema, las estructuras de poder de Estados Unidos e Israel están unidas por la cadera. Y funcionan bajo una especie de lógica complementaria. Mientras que la versión israelí del saqueo se encarna en el colonialismo de colonos, el Hegemón -como explica brillantemente Michael Hudson- ha estado en una orgía de colonialismo financiarizado de búsqueda de rentas desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Y lo que Michael Hudson califica como el tinglado FIRE (finanzas-seguros-bienes raíces) se ha calcificado, como señala Alastair, en «un marco permanente para el sistema político y geopolítico occidental».

Por lo tanto, no es de extrañar que la Mayoría Global vea instintivamente el combo Israel-EE.UU. – portador de diferentes formas de explotación/explotación hasta el genocidio – como el epítome del colonialismo, ahora «suavizado» por una operación de control narrativo en un «orden internacional basado en reglas» sin sentido.

Tampoco es de extrañar que el genocidio de Gaza haya desencadenado una renovada ola anticolonial en toda la Mayoría Global.

Aún así, no es suficiente. Nadie está deteniendo realmente el genocidio. Eso sólo sería posible en la práctica infligiendo una devastadora derrota militar a Israel, con los vencedores dictando los términos de la capitulación. Eso no es factible -al menos no todavía- y contribuye a que los psicópatas bíblicos crean que pueden salirse con la suya. 

Un nuevo horizonte de sacrificios humanos

Andrea Zhok es profesor de Filosofía Ética en la Universidad de Milán y uno de los intelectuales italianos independientes más destacados. Zhok nos adentra en el callejón sin salida – apropiadamente trágico – que contempla ahora el Occidente colectivo.

Occidente bajo el Hegemón, dice, sólo tenía un Plan A. No había Plan B. Eso implica que Occidente seguirá aplicando todas las formas de Divide y vencerás contra las principales potencias euroasiáticas: Rusia, China e Irán. Zhok señala, correctamente, que India está sustancialmente bajo control.

Ese es el escenario de encrucijada en el que nos encontramos ahora mismo. De cara al futuro, se trata o bien de una guerra caliente abierta o bien de una serie de guerras híbridas entre las grandes potencias y sus vasallos: esencialmente, la Tercera Guerra Mundial.

Zhok muestra cómo Occidente bajo el Hegemón está ahora obsesionado con crear «heridas sistémicas» capaces de una destrucción cíclica. Para abrir estas «heridas» existen dos procedimientos principales: la guerra y las pandemias.

Sostiene que sólo «un nuevo horizonte de sacrificios humanos» es capaz de permitir que la «Verdad Última» de Occidente siga en pie sobre sus pies de barro.

De hecho, es este «nuevo horizonte de sacrificio humano» el que está condicionando la falta de respuesta -o peor aún, la legitimación- de Occidente ante el genocidio de Gaza. Y eso está corroyendo inexorablemente la psique europea desde dentro. Lo que solía llamarse civilización europea -ahora completamente vasallada por el Hegemón- puede que no se cure nunca del cáncer.

Por si estas pruebas y tribulaciones no fueran suficientes, mensajeros irracionales -bajo órdenes- se ocupan de acercarnos día tras día a una guerra nuclear.

Y algunos funcionarios de bajo rango incluso lo admiten, a bocajarro.  

Todo está aquí, en una conversación entre el juez Andrew Napolitano y los analistas Larry Johnson y Ray McGovern, durante la cual el primero se refiere a un correo electrónico que recibió de una fuente militar/inteligente. Esto es lo que le dijo la fuente:

Hoy he escuchado una extensa entrevista con un ex oficial de inteligencia de las FDI. Su posición era clara: «Estamos -dijo- apuntando hacia una guerra mundial» (la cursiva es mía). Israel, por tanto, no debería dejar de aplicar algunas de las medidas más radicales porque sus acciones se medirán retroactivamente en el contexto del brutal conflicto mundial que se avecina.

Esto debería verse como la explicación última de la escalada frenética sin pausa de los Hegemón/Vasallos en el frente entrelazado de las Guerras por Siempre -desde Gaza hasta Novorossiya.

Eso incluye el genocidio – y los derivados del genocidio, como la estafa del muelle de «ayuda» de 320 millones de dólares que ahora se ha convertido en chatarra en la costa de Gaza, devolviéndolo todo de nuevo al genocidio, ya que la estratagema del pan rallado de expulsar/enviar a los palestinos al extranjero ha fracasado miserablemente.

«Apuntando hacia una guerra mundial» deja todo tan claro quién dirige realmente el espectáculo. Y todo el mundo multipolar sigue siendo rehén.

Traducción al español para Geopolitika.ru
por el Dr. Enrique Refoyo
Fuente: https://thecradle.co/

EL FORO DE SAN PETERSBURGO FRENTE AL FORO DE DAVOS – JAVIER MARTÍNEZ

Se transmitió en vivo el 12 jun 2024 – JAVIER MARTÍNEZ – DMP GEOPOLÍTICA Todos los miércoles a las 21:00 horas de España (16:00 ARG/BRA/CHI, 15:00 BOL/VEN, 14:00 COL/EUA/PER, 13:00 CRC/MEX), Javier Martínez presenta su mirada sobre la geopolítica y la geoeconomía global. Javier Martínez

REUNIÓN DEL G7: SOL, PLAYA Y NADA MÁS – EDUARDO J. VIOR

Todos los viernes a las 19:00 horas de España (14:00 ARG/BRA/CHI, 13:00 BOL/VEN, 12:00 COL/EUA/PER, 11:00 CRC/MEX), Eduardo Vior presenta su mirada sobre la geopolítica y la geoeconomía global. Eduardo J. Vior

EUROPA VOTA PERO NO ELIGE es la clara sentencia de Eduardo Bonugli, colaborador de Dossier Geopolítico en Madrid, en su audio del Club de La Pluma, sobre las elecciones europeas del próximo fin de semana, en medio del avance inexorable de la extrema derecha. Y  denuncia que los comicios son una formalidad testimonial en cada país, porque las autoridades que mandan en Europa no surgen del voto popular sino de falsos consensos entre los países y las empresas más poderosas, que imponen un candidato “atado y bien atado” a un parlamento que es una tramposa alianza entre conservadores, liberales y socialistas. Es decir, que Europa es una Plutocracia, donde nada cambia, sea cual sea el resultado de la elecciones

Y en ese sentido, analiza que los temas fundamentales para el ciudadano europeo no solo no se debaten ni se plebiscitan, sino que quedan escondidos por la censura y la desinformación, como son:

·        -Endeudarse y apostar por la guerra con Rusia y China, como quiere EEUU.

·        -Pretender enviar a los europeos a morir en las trincheras bajo la bandera de la OTAN.

·        -Provocar y jugar con el botón nuclear como hacen también desde Europa.

·        -Negar el derecho a decidir si quieren seguir con la ruinosa política de la economía neoliberal.

·        -Ocultar del fracaso de la costosísima agenda verde.

·       – La dramática pérdida de la soberanía energética.

·        -De que “Los Mercados” pueden hacer desparecer la agricultura europea.

·        -De la irrelevante política exterior de la UE y su sometimiento a la estrategia de los anglosajones.

·        -De la manifiesta complicidad de Bruselas con la masacre en Palestina.

·        -Decidir por la represión violenta a los emigrantes, como único recurso del trágico problema, sin abordar la responsabilidad histórica de siglos de colonización.

Y finaliza con el vaticinio de que el voto de estas elecciones está cantado contra la emigración, confirmando que, tanto los partidos como los votantes, van a dar un claro giro a la derecha, aprobando unas medidas extremas que borrarán de un codazo, el falso relato sobre los derechos humanos.

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolítico

La recuperación de la segunda potencia latinoamericana le ha dado un peso continental y mundial  que el futuro gobierno deberá ampliar y consolidar, si pretende continuar con las reformas

Por Eduardo J. Vior
analista internacional especial para Dossier Geopolitico

Claudia Sheinbaum ganó el 2 de junio nuevamente la presidencia de México para la alianza Sigamos Haciendo Historia, encabezada por su Movimiento de Reconstrucción Nacional (Morena), con más del 58% de los votos y superó por cinco puntos el resultado obtenido por Andrés Manuel López Obrador (popularmente AMLO) en 2018. Además, su alianza conservó el gobierno de la Ciudad de México y ganó las gobernaciones de seis de los ocho estados en los que se elegía la máxima autoridad. Durante el último sexenio México se ha convertido en el primer inversor extranjero en EE.UU., su moneda se ha revalorizado sustancialmente contra el dólar y cinco millones de personas han salido de la pobreza. No obstante, todavía quedan 47 millones de pobres, los cárteles de la droga mantienen el control de importantes zonas del territorio nacional y los migrantes siguen atravesando el país desde la frontera sur hasta la del norte. 

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A partir del 1º de octubre la primera presidenta mujer en 200 años de historia deberá afirmar un nuevo liderazgo superando la pobreza y pacificando el país en medio de una aguda polarización entre los bloques de poder mundial que requerirá un cuidadoso equilibrio, para que la reconstrucción no se diluya por una abstinencia o una indeseada toma de partido que aislaría a México de alguno de sus múltiples -todos necesarios- interlocutores internacionales.

En su programa electoral Claudia Sheinbaum afirmó que su “política exterior seguirá los principios constitucionales de autodeterminación de los pueblos, no intervención y fraternidad con todos los pueblos del mundo”. Como demostró recibiendo el mismo día del triunfo al boliviano Evo Morales y al argentino Alberto Fernández, la futura presidenta mantendrá el alineamiento progresista del gobierno de la 4T. Para ello deberá definir la relación con El Salvador del reelecto Nayib Bukele, el modo de acompañar cómo estabilizar Haití sin plegarse al intervencionismo norteamericano, cómo garantizar la elección presidencial venezolana sin caer en partidismos, la presión sobre los gobiernos autoritarios de Ecuador y Perú y la distancia justa del gobierno de Javier Milei haciendo caso omiso de las provocaciones de éste para no dañar aún más la relación con Buenos Aires.

En realidad, el mayor desafío que la nueva presidenta deberá encarar inmediatamente está en la frontera norte. El avance de las causas judiciales contra Donald Trump y la evidente senilidad de Joe Biden plantean un insólito panorama en el que ninguno de los dos candidatos llegaría a noviembre y, si lo hacen, encararía la elección debilitado y en un clima de crispación que desautorizará a cualquiera que pretenda representar a la superpotencia. Durante el sexenio de AMLO México ha impuesto respeto a los dirigentes norteamericanos, pero todavía tiene demasiados frentes abiertos. A medida que se debilita el poder de Washington, se diluye el perfil de la política migratoria. Cada uno de los cuatro estados fronterizos (California, Nuevo México, Arizona y Texas) aplica criterios diferentes al recibir a los migrantes que llegan a la frontera. La presidenta electa ha manifestado su voluntad de que sus vecinos del norte legalicen la inmigración del sur, ya que necesitan mano de obra, pero en un Estados Unidos profundamente ideologizado y polarizado nadie quiere aparecer negociando con los latinos.

Sheinbaum insiste asimismo en que EE.UU. y Canadá inviertan en los países de origen de la migración, pero la experiencia de varias décadas demuestra la falta de interés de los dirigentes de ambos países por políticas de win-win en las que todos ganen. Las inversiones han sido escasas, mayormente especulativas y dirigidas puntualmente a las áreas en las que las empresas canadienses y norteamericanas pueden obtener pingües ganancias sin generar empleos.

El futuro gobierno mexicano buscará aumentar la densidad tecnológica y la integración de las empresas norteamericanas relocalizadas en su territorio, especialmente en el fronterizo Nuevo León, pero también incentivar su instalación en el sureste del país donde ha hehco enormes inversiones en infraestructura. Durante la campaña electoral la candidata de Morena ha afirmado la necesidad de superar la maquila, para organizar cadenas de producción transfronterizas. Sin embargo, no sólo a los norteamericanos, sino también a los empresarios chinos deberá imponerles el mejoramiento de las condiciones de trabajo, para ajustarlas a los derechos sociales de la Constitución mexicana.

EE.UU. es incapaz o carece de la voluntad necesaria para afrontar su terrible epidemia de drogadicción. El mercado estadounidense de narcóticos mantiene una fuerte demanda que alienta a los cárteles mexicanos y atrae la importación desde otras regiones del mundo a través de México. Al mismo tiempo las autoridades norteamericanas permanecen pasivas ante el tráfico de armas hacia el sur.

En la medida en que crece la confrontación entre Estados Unidos y China, aumenta la presión de Washington contra la radicación de empresas asiáticas que usan el territorio de su vecino para exportar al norte aprovechando el tratado de libre comercio de América del Norte cuya próxima renegociación está agendada. México se ha convertido en el principal inversor extranjero directo en EE.UU. y no puede arriesgar una crisis comercial, pero tampoco quiere abrir sus fronteras sin reparos, como sucedía en presidencias anteriores a 2018.

Al mismo tiempo Sheinbaum tendrá que combinar una postura enérgica ante su vecino del norte con el cuidado de permanecer neutral en el enfrentamiento entre Biden y Trump. Probablemente la decisión sobre el perfil que se dará a la relación con EE.UU. defina la selección del futuro titular de Relaciones Exteriores.

Estas distintas áreas de la política exterior del futuro gobierno mexicano se reúnen bajo la consigna del fortalecimiento del liderazgo internacional de México. Para ello Sheinbaum se ha comprometido a mantener una mayor presencia en espacios multilaterales como la Asamblea General de Naciones Unidas, las Conferencias de las Partes, el G20 y la CELAC. Finalmente, México deberá hacerse más presente fuera del continente también, para evitar que la creciente confrontación entre las potencias del Norte y del Sur Global estrangule su espacio de maniobra.

Mucho para hacer, si la primera presidenta de México quiere profundizar la Cuarta Transformación. No basta con las reformas internas. Debe consolidar la posición de su país en un contexto internacional incierto y polarizado. En el sexenio pasado la reconstrucción del Estado y de la economía y el liderazgo moral de López Obrador aumentaron sustancialmente el peso internacional de México. Ahora, para seguir por el camino de su predecesor, Claudia Sheinbaum debe ampliar su radio de acción y su protagonismo.

Por Robert Steuckers

En una entrevista concedida para Hafsa Rahmouni de Al Jazzera, Robert Steuckers analizó, entre otras cuestiones, el conflicto de Oriente Próximo y la guerra en Ucrania.

y ensayista belga, uno de los referentes intelectuales para la Nueva Derecha europea, el ataque de Israel contra Irán, la réplica de estos últimos y las posibles acciones israelíes, se engloba «en un contexto histórico muy amplio y muy antiguo». «Las potencias marítimas británicas y luego estadounidenses tienen una estrategia recurrente: ocupar las tierras situadas en los extremos interiores de los mares interiores. Kuwait a partir de 1910 para impedir que el Imperio Otomano explotara su ventana sobre el Golfo y el Océano Índico (coto británico en aquella época). Israel recibió el encargo de vigilar la costa más oriental del Mediterráneo, en beneficio primero de Londres y luego de Washington. Irán, y tras él Rusia y China, se disputan esta función y preferirían ver la zona de Antioquía a Gaza (e incluso Suez) como un trampolín hacia el Mediterráneo», explica.

Con respecto al papel de Estados Unidos en general y de la administración presidida por Joe Biden en particular, Robert Steuckers considera que Washington teme «una hipertrofia imperial, ya sea porque sabe que la próxima presidencia estadounidense será trumpista y, por tanto, aislacionista, y que el belicismo de Biden no podrá desplegarse a tiempo, ya sea porque quiere ganar tiempo para consolidar su frente antirruso desde el Ártico hasta el Mar Negro, ya sea porque sabe que Irán dispone ahora de los medios para convertirse en un santuario. En este escenario tan preocupante, Europa será el blanco del conflicto».

En cuanto a la situación en Ucrania, Steuckers considera que este conflicto «fue diseñado para crear el caos en Europa y arruinar el motor industrial de Alemania. También fue diseñada para bloquear la dinámica euroasiática en un punto crucial, donde convergen las rutas multimilenarias de la gran masa terrestre euroasiática». «La cultura militar de las talasocracias favorece actualmente las guerras cortas, de un año o menos de duración. La guerra en Ucrania ha entrado en su tercer año. El impulso se ha estancado. El pueblo ucraniano está siendo desangrado. Sobre el terreno, la situación está congelada, como lo estuvo durante muchos años durante la Primera Guerra Mundial. Rusia ha resistido y, al parecer, permanecerá en las regiones rusoparlantes del este y el sur de la antigua Ucrania soviética. El escenario previsible es el siguiente los oblasts conquistados por el ejército ruso pasarán a formar parte de la Federación Rusa; Occidente impedirá la conquista de Odesa (ahora se habla de la entrada de unidades francesas en la ciudad o sus alrededores, información por verificar); Occidente intentará ganar terreno en el Mar Negro (un viejo objetivo bélico británico), tratando de satelizar Georgia y Armenia; la OTAN aprovechó el conflicto ucraniano para convertir el Báltico en un lago de la OTAN, con lo que Europa perdió la oportunidad de ampliar una zona no alineada en todo el continente a partir de dos Estados neutrales (Suecia y Finlandia) y, por último, el conflicto ucraniano ha abierto un vasto frente que se extiende desde el Ártico hasta el Mar Negro, amenazando los puertos rusos de Murmansk y Arkhangelsk (vitales durante la Segunda Guerra Mundial) y la ciudad de San Petersburgo, próxima a la frontera finlandesa», explica.

Por último, «Desde un punto de vista estratégico, el Occidente estadounidense, que ha eliminado el no alineamiento sueco y finlandés en el norte de Europa y ha permitido a la OTAN presionar a Rusia desde Murmansk hasta San Petersburgo y Kaliningrado/Königsberg, debería estar satisfecho con estos avances tan ventajosos. Sobre el terreno, en el Donbass, Luhansk, Crimea, etc., es previsible que Occidente acepte una solución coreana con un nuevo Telón de Acero al este del Dniéper. El putinismo no habrá sido derrotado ni eliminado como algunos esperaban. En cuanto a la era post-Putin, que inevitablemente llegará, no se sabe. La pelota está en el tejado de los europeos: ¿cuánto tiempo más aceptarán las políticas suicidas propugnadas por los servicios estadounidenses y cuánto tiempo más tolerarán los errores de los «jóvenes líderes globales» que los están arruinando?», concluye Steuckers.

Fuente