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El faltazo al BRICS, la suspensión del swap con China, las duras condiciones que impone el FMI y la falta de otros apoyos muestran la desprotección de nuestro país

Por Eduardo J. Vior
analista internacional

El pasado 29 de diciembre se supo que el presidente Javier Milei había informado a los cinco países miembros del BRICS que este lunes 1° de enero Argentina no se incorporaría al foro internacional. Ya previamente el Banco Popular de China (PBC, por su nombre en inglés) había suspendido la vigencia del swap de monedas entre ambos países. Para reparar en algo la dañada relación, nuestra Cancillería anunció ese mismo viernes la designación de un nuevo embajador ante China. Ya en el nuevo año, este martes 2 el gobierno informó que el jueves 4 se reunirá con una misión del FMI, para tratar la reanudación de los pagos del organismo, mientras que el multimillonario Elon Musk volvía a señalar su aprobación de las medidas del gobierno libertario. Sólo el magnate y la congregación judía Javad Lubavich aparecen públicamente apoyando al presidente Milei. Demasiado poco para mantener la gobernanza de un país de nuestras dimensiones y peso. ¿Cuánto y cómo puede sostenerse este esquema de poder ante las crisis internacionales que se avecinan?

2024: BRICS 10 er i gang - steigan.no
El gobierno de Javier Milei confirmó a fin de año que nuestro país no ingresará a BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La decisión fue formalizada a través de una misiva oficial enviada el pasado 22 de diciembre a su par de la Federación Rusa, Vladímir Putín, quien ocupa en 2024 la presidencia rotativa del bloque, y comunicada a los otros cuatro mandatarios de los países fundadores del grupo.

En dichas cartas el presidente fundamenta su decisión diciendo que “no se considera oportuno en esta instancia participar como miembro a partir del 1° de enero del 2024, ya que muchos ejes de la política exterior actual difieren de la anterior”. El texto insiste en subrayar la diferencia de orientación de la política exterior actual respecto a la anterior. No obstante, el jefe de Estado argentino ratificó a Putín y a sus colegas “el compromiso” de su gobierno “con la intensificación de los lazos bilaterales con su país, en particular el aumento de los flujos de comercio e inversión”.

En agosto pasado, gracias a la intensa presión de Lula Da Silva y Xi Jinping, en la Cumbre del foro en Johanesburgo fue aprobado el ingreso de Argentina como miembro pleno de ese bloque junto con Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Etiopía, Irán y Egipto. La incorporación debía efectivizarse este 1º de enero. Argentina fue el único país que rechazó el convite.

El desplante del libertario no hizo más que agravar la relación con China, ya bastante afectada por sus declaraciones altisonantes durante la campaña electoral. Como respuesta a la incertidumbre en la relación bilateral, inmediatamente después del balotaje del 19 de noviembre el PBC suspendió el intercambio de monedas vigente desde 2013. Dado que Argentina ya había gastado previamente todos los yuanes de libre disponibilidad para pagar las cuotas del préstamo del FMI, el BCRA se encontró sin fondos. En esta situación está todavía después de casi un mes de gobierno.

Por esta razón, al mismo tiempo que informaba el envío de la carta a BRICS, la Cancillería comunicaba el jueves 22 que el diplomático de carrera Marcelo Suárez Salvia será el nuevo embajador argentino en China. Es un funcionario del servicio exterior que ha estado al frente de la Dirección Nacional de Ceremonial del Ministerio y anteriormente fue embajador en Canadá (2016-17), jefe de gabinete de la canciller Susana Malcorra (2016), cónsul en Chicago (EE.UU.) y tuvo otros cargos diplomáticos en Italia y en misiones argentinas ante Naciones Unidas, entre otros destinos. 

Así, el gobierno argentino procura destrabar una de las quejas de China ante la demora en designar embajador. Sin embargo, es significativo que no haya mandado un representante político y haya optado por un especialista en protocolo, el área menos política de la Cancillería. Evidentemente, al tiempo que nos alejamos de BRICS nuestro gobierno rebaja el nivel de la representación en China. 

Entre tanto, el poder ejecutivo argentino solicitó al Congreso Nacional la aprobación de un acuerdo con la República Popular sobre doble imposición, es decir, que empresas que ya tributen en el país asiático no lo harán en el nuestro. Se trata de una manera sencilla de autorizar la evasión impositiva desfinanciando a la vez a nuestro Estado.

Por otra parte, este martes se supo que el jueves 4 el jefe de gabinete, Nicolás Posse, y el ministro de Economía, Luis Caputo, recibirán a una comitiva del FMI para renegociar el préstamo de 2022 por 44.000 millones de dólares destinados a pagar el crédito otorgado por el organismo en 2018 al gobierno de Mauricio Macri. Al dar a conocer la noticia, el vocero presidencial Manuel Adorni indicó que en el encuentro se explorará el modo de retomar el acuerdo que “está virtualmente caído”, según dijo. Sin yuanes ni créditos privados, el gobierno argentino agacha la cabeza y acepta las órdenes de los burócratas venidos de Nueva York.

Sólo una personalidad extranjera apoya entusiastamente al gobierno de Javier Milei: Elon Musk. El pasado viernes 29 en la red X de su propiedad la cuenta @Endwokeness publicó un recuento de acciones ejecutadas por el gobierno libertario. Este repaso incluyó desde el polémico Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 hasta la llamativa prohibición del término “woke” (corrección política) en el ámbito militar argentino. La celebración de estas medidas provocó una breve reacción de Musk con un simple “Wow” que ratifica su apoyo al gobierno de Javier Milei y se suma al intercambio que tuvieron poco después del cambio de gobierno y a la mención que el presidente hizo de Starlink, cuando justificó la desregulación de la oferta de Internet.

Entre los magnates argentinos que sostienen el nuevo gobierno (Galperín, Eurnekián, Elsztain) sobresale el último. El propietario del hólding inmobiliario IRSA, representante de la congregación mística neocapitalista Javad Lubavich y vicepresidente del Congreso Judío Mundial, consiguió que el presidente Milei (quien se aloja desde hace 45 días en un hotel de su propiedad) designara a su ex gerente Nicolás Pakgojz para dirigir la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), la administradora de todos los inmuebles del Estado nacional. Elsztain fue también quien dio a Milei el contacto con Javad Lubavich. 


Javier Milei con Eduardo Elzstein

En suma, a principios de 2024 Argentina se ha distanciado de Brasil y China (sus dos principales socios comerciales), no ocupa el lugar que le corresponde entre sus pares de BRICS ni se preocupa por activar Mercosur, Unasur o CELAC, donde tendría una posición relevante que podría aprovechar económicamente. Tampoco mantiene relaciones fluidas con Estados Unidos u otras potencias occidentales. Hoy en día nuestro país carece de protagonismo internacional. Tanto más dependiente se ha hecho de unos pocos grupos rentísticos nacionales insertos en la economía mundial de casino. Para la gestión de la deuda externa depende completamente del FMI, cuya burocracia va a completar el crédito de U$S56.000 millones comprometido con Macri, por un lado para lavar su propia culpa implicando a nuestro país, por el otro para facilitar la conversión a dólares de la deuda interna del Banco Central y la fuga de ese préstamo adicional hacia paraísos fiscales.

El gobierno de Javier Milei tiene un proyecto colonial de sometimiento de nuestro país al capital financiero especulativo concentrado y de desquiciamiento de toda su estructura política, económica, social y cultural para que sea ingobernable por décadas. El caos que ha creado ya el DNU 70/23 es inmenso. Sin embargo, a pesar del saqueo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de ANSES (U$S53.000 millones) y del proyectado remate a precio vil de YPF y Aerolíneas, Argentina depende de diarias inyecciones de dólares para mantener el mínimo funcionamiento de la administración. Este plan, empero, requiere que la tasa de interés en EE.UU. se mantenga alta, para continuar la fuga hacia el dólar. 

La situación mundial se encuentra al borde del estallido. Si la defensa ucraniana se desmorona y el ejército ruso avanza, cuanto menos, hasta el Dniéper, no sólo el gobierno de Joe Biden va a ser duramente golpeado dentro de Estados Unidos, sino que Black Rock va a tener que dar cuenta a sus accionistas de las pérdidas concomitantes con la ocupación rusa de las tierras que recibió de Ucrania como garantía por sus préstamos de guerra. Probablemente quiera entonces resarcirse aumentando los beneficios de sus inversiones en Argentina.

Si EE.UU. e Israel atacan a Yemen, para restablecer el abastecimiento de petróleo para el segundo, el movimiento Ansar Alá y el ejército yemenita van a responder bombardeando los yacimientos en Arabia Saudita y Emiratos. Ante el brusco aumento del precio de los hidrocarburos que sobrevendría y el pánico que recorrería toda la economía occidental, es probable que las grandes corporaciones quisieran echar mano a Vaca Muerta. No basta para remplazar la oferta que se perdería, pero en pocos años podría aportar gran parte del gas faltante.

En caso de que las provocaciones norteamericanas en el Mar de la China Meridional desemboquen en un enfrentamiento con China, se vería afectada el comercio marítimo internacional y por consiguiente nuestros intercambios con la potencia asiática. Además del daño comercial que sufriríamos, es legítimo prever que, dado el alineamiento ideológico de nuestro gobierno con Occidente, Beijing exigiera entonces la devolución del swap.

Pueden pensarse otras hipótesis de conflicto. En todas ellas Argentina aparece aislada y a merced de los acontecimientos. Cualquiera de estos cimbronazos va a provocar peleas entre los bandoleros que han asaltado el poder, para protegerse y quedarse con los restos del naufragio. Sería bueno, entonces, que el movimiento nacional y popular no sólo mantenga su unidad, sino que deje de lado toda ilusión de sacar ventajas mediante negociaciones y afiance sus vínculos con los movimientos populares latinoamericanos y del Sur Global. En el siglo XXI la Geopolítica se ha vuelto una cuestión muy seria como para dejársela sólo a los gobiernos.

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

En 2015, Yemen, un país desconocido para muchos en Occidente, inició una guerra en defensa de su soberanía que estaba siendo amenazada por una alianza intervencionista liderada por Arabia Saudí.  El pueblo yemení tuvo que pagar con la vida de casi 400 mil de sus hijos para mantener su independencia. Muchas personas se han preguntado cómo ha sido posible que un país considerado el más pobre de Asia occidental haya sido capaz de resistir y vencer a una coalición formada por algunos de los países más ricos del planeta. 

Aunque el conflicto se ha prolongado por casi una década, parece haber llegado a una situación que podría llevar a un posible cese del mismo. Si bien se mantiene una situación tensa y acciones bélicas de diferente índole, ha habido una reducción de las acciones militares en los últimos meses.  Ya no es una guerra total, pero tampoco ha llegado la paz. Bajo mediación de China, Arabia Saudí e Irán se reconciliaron, allanando el camino para la superación de varios conflictos en el Asia Occidental y el norte de África. Aparentemente, el de Yemen es uno de ellos.

Ahora, tras la invasión israelí a Gaza, Yemen, junto al movimiento libanés Hezbollah y otras fuerzas revolucionarias árabes y musulmanas han asumido un papel activo en solidaridad con Palestina. Una vez más, Yemen ha sorprendido a todos al tomar decisiones que no solo tienen impacto local, también regional y global. De nuevo, el mundo se ha preguntado cómo ha sido posible que ello ocurriera. En dos entregas, voy a dar a conocer algunos elementos que le permitan a los lectores conocer a Yemen, saber de la histórica lucha y el heroísmo de su pueblo a fin de ayudar a entender el alcance y la dimensión de la decisión yemení de apoyar con todos los recursos a su alcance la justa lucha del pueblo palestino. 

 La república de Yemen está ubicada en un lugar estratégico del planeta, en una región de confluencia de rutas comerciales que conectan Asia, la zona oriental de África y el Mediterráneo. Su territorio, situado en las costas del mar Arábigo y a las puertas del mar Rojo, domina el estrecho de Bab el Mandeb, colocándolo en un lugar privilegiado del globo terráqueo  sobre todo a partir del siglo XX cuando, por una parte se descubrieron en la región grandes yacimientos de energía (petróleo y gas) y por la otra, al considerar el enorme crecimiento económico y desarrollo de Asia Oriental que transformaron a Yemen en paso obligado de la mayor parte del comercio mundial.

Las antiguas ciudades del territorio se unificaron en la antigüedad en el bíblico reino de Saba. Ya desde ese momento comenzó la lucha de los habitantes de la actual superficie yemení por su liberación e independencia, al tener que enfrentar al imperio romano en el siglo I de nuestra era. La poderosa Roma fue derrotada en su intento de dominación.

A diferencia del resto de la península arábiga, el actual Yemen poseía una vegetación prodigiosa que le proporcionaba grandes riquezas a su población por las grandes posibilidades de consumo y comercio que ofrecía. Así, se le atribuye al matemático griego Ptolomeo la denominación de Yemen como la “Arabia feliz”.

En el transcurso de la historia, los yemeníes tuvieron que luchar con himyaritas que desde su religión judía persiguieron a la mayoritaria población cristiana hasta la intervención de los etíopes en el siglo VI. El islamismo llego a la región durante el siglo VII comenzando a configurar una cultura que se sustentaba en la imbricación de variados saberes que hicieron grandes aportes a la humanidad.

No obstante, durante muchos siglos, Yemen se mantuvo al margen del desarrollo cultural y económico que estableció el islam. Fue en el siglo XV cuando el territorio del actual Yemen comenzó a cobrar valor estratégico. En su afán de expansión comercial, los europeos iniciaron la dominación de territorios a lo largo y ancho del planeta. Los primeros europeos en llegar a la región fueron los portugueses que dominaron al país a fin de controlar la vía marítima que les permitía el comercio de especies desde Asia a Europa a través del mar Rojo. 

 En el siglo XVI se inició la conquista otomana con la ocupación de algunos lugares en la costa del mar Rojo, mientras el interior del país y la costa sur permanecieron independientes, gobernados por un imán. Poco después los ingleses hicieron su aparición en la zona, al instalar un puesto de la Compañía de las Indias en el puerto de Moka en el mar Rojo.  

En el siglo XIX los británicos expandieron su presencia al ocupar todo el extremo sudoccidental instalándose en 1839 en Adén, el mejor puerto de la región al mismo tiempo que en 1872 los turcos consiguieron consolidar el dominio en el interior del país, para lo cual instalaron de facto una monarquía hereditaria en el nombre de un imán local. Esta división hizo de hecho, que Yemen se partiera en dos países

Hacia 1870, con la inauguración del Canal de Suez y la consolidación del dominio turco sobre el norte de Yemen, Adén adquirió nueva importancia para la estrategia global británica: era la llave del mar Rojo y, por lo tanto, del nuevo canal.

A principios del siglo XX, Turquía y el Reino Unido marcaron una frontera entre sus territorios, que pasaron a llamarse Yemen del Norte y Yemen del Sur, respectivamente.  En 1934 Inglaterra se aseguró el control de todo el sur del país, hasta la frontera con Omán. 

Durante la Primera Guerra Mundial, el Imán se alió con el Imperio Otomano y se mantuvo fiel a él hasta el fin de la guerra, cuando la derrota de los turcos, le permitió a Yemen recuperar su independencia en noviembre de 1918. No obstante, Gran Bretaña, tras reconocer la independencia de Yemen, en 192, convirtió a Adén en un protectorado y en 1937 en colonia. Una vez más los yemeníes tuvieron que recurrir a la lucha armada por la independencia. En 1940 surgió el movimiento nacionalista “Yemen Libre” para luchar contra el control del país por los imanes que se habían aliado con Gran Bretaña. 

La lucha tomó caminos separados en el norte y en el sur. En 1962 en el norte se creó la República Árabe de Yemen mientras, mientras que en el sur, el Frente de Liberación Nacional, creado en 1963, tomó Adén en 1967 y proclamó la independencia, iniciando una revolución socialista.

Yemen del Sur pasó a llamarse República Democrática Popular del Yemen, clausuró todas las bases británicas en 1969, tomó control de la banca, el comercio exterior y la industria naval, al mismo tiempo que emprendió una reforma agraria. En política exterior, mantuvo una estrecha alianza con la Unión Soviética. Así mismo , promovió una abierta lucha anti sionista y de apoyo al pueblo palestino.

En octubre de 1978, en un congreso que contó con considerable apoyo de la población, el Frente de Liberación Nacional fundó el Partido Socialista de Yemen. En diciembre se realizó la primera elección popular desde la independencia, para designar a los 111 integrantes del Consejo Revolucionario del Pueblo.

Desde los primeros años de su existencia,  la República Democrática Popular de Yemen, el país tuvo que enfrentar la permanente hostilidad de Arabia Saudí que aspiraba a controlar partes del territorio, precisamente aquellas en las cuales se habían descubierto yacimientos de petróleo. Las tensiones se agravaron ante la creciente presencia militar estadounidense en Arabia Saudita.

Mientras tanto, en el norte, el Frente Nacional Democrático (FND), que agrupaba a todas las fuerzas progresistas del país desarrollaba la lucha armada contra Alí Abdullah Saleh, que había llegado al gobierno en 1978. Cuando el FND estaba a punto de tomar el poder, Arabia Saudí intrigó para que el conflicto se desviara hacia una guerra contra la República Popular Democrática de Yemen. La mediación de algunos países árabes propiciaron un alto al fuego y un acuerdo por el cual se reanudaron las negociaciones para la reunificación, suspendidas desde 1972.

Finalmente, el 22 de mayo de 1990, ambas repúblicas se unieron formando la República del Yemen que estableció que la capital política fuera Sana’a (ex capital de la República Árabe de Yemen) y se designó capital económica a Adén (ex capital de la República Democrática Popular del Yemen). En sesión conjunta de las Asambleas Legislativas de ambos Estados realizada en Adén, se eligió un Consejo Presidencial dirigido por el general Alí Abdullah Saleh. La unificación de Yemen no fue bien vista por Arabia Saudí por lo que inició una política de apoyo a la secesión. En mayo de 1994, los secesionistas proclamaron una república de Yemen en el sur del país, pero fueron derrotados por fuerzas leales al gobierno.

Entre junio y agosto de 2004 hizo su irrupción un movimiento que expresaba las creencias de una rama específica del islam de orientación chií:  los zaiditas, cuyo líder era el clérigo Hussein al-Houthi. En honor a él, tras su muerte en combate en septiembre de ese año, el movimiento asumió la denominación de hutí, huthi o Ansarolá (partidarios de Dios). Aunque esta corriente es expresión de una minoría en Yemen, su historia no es reciente, se remonta a mediados del siglo VIII. El zaidismo se identifica por una mayor preparación de sus miembros y está asociado a la lucha por la justicia y a la defensa de la ética musulmana. Esta ideología, sumada a la posición de marginalidad a la que se vieron sometidos después de perder el poder en 1962, vendría a conformar el sustrato en el que se desarrollaría el pensamiento hutí a futuro 

La lucha de los hutíes contra el gobierno prooccidental y pro saudí de Alí Abdullah Saleh fue larga y sangrienta. Debieron acudir a las armas en cinco ocasiones entre 2006 y 2008 en defensa de su territorio en el norte del país hasta que comenzaron a ensanchar su base de apoyo y el espacio geográfico bajo su control. En 2009, Saleh intentando detener a los hutíes, recurrió al apoyo de Arabia Saudí. 

Para los hutíes, el hecho de que un país como Arabia Saudí de corriente wahabí, extremadamente conservadora,  estuviera presente y se inmiscuyera en los asuntos del país fue visto como una amenaza a la soberanía de la nación en general y a la suya como minoría en particular. A partir de ese momento, su lucha, que tenía un carácter estrictamente interno, se transformó en enfrentamiento contra la intervención extranjera.

Aunque en un primer instante los combatientes hutíes sufrieron duras derrotas, incluyendo  (como se dijo antes ) la caída de su máximo líder, se fueron fortaleciendo en el tiempo y a partir de 2011, bajo el nuevo liderazgo del hermano menor de al-Houthi, Abdul Malik, comenzaron a propinar importantes reveses al enemigo. La retórica antiimperialista y antisionista se fortificó al identificar a Arabia Saudí como socio ejecutor de los planes de Estados Unidos e Israel en la zona.

La mal llamada “primavera árabe” tuvo especial influencia en el crecimiento del apoyo al pensamiento hutí en su lucha contra el gobierno represivo de Saleh. En Yemen el movimiento telúrico que agitó a parte importante del mundo árabe, tuvo una respuesta mucho más organizada que en los países vecinos. Ante la fuerza de las protestas, Saleh huyó del país y se refugió en Arabia Saudí siendo reemplazado por su vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, que intentó poner orden en el país al llegar a un acuerdo con facciones opositoras a Saleh “para cambiar todo sin cambiar nada”, dejando por fuera al movimiento hutí.

A finales de 2014, los hutíes decidieron iniciar la ofensiva sobre la capital. En este contexto, Saleh – sorpresivamente en un intento por recuperar el poder- estableció una alianza con los hutíes para enfrentar a Hadi. Los hutíes, que no habían apoyado los acuerdos de paz suscritos por Hadi, se aliaron con el que fuera su mayor enemigo para tomar la capital. La Guardia Republicana, fuerza leal a Saleh, favoreció la entrada de los hutíes a Sana’a. Hadi huyó a Riad, la capital saudí, desde donde “dirige” los territorios aún no controlados por Ansarolá, actuando en realidad como un títere de la monarquía wahabí. 

Ya en el poder, los hutíes formaron un Comité Revolucionario para dirigir el país.  Así mismo, se vieron obligados a combatir simultáneamente con las fuerzas terroristas de Al Qaeda y con Arabia Saudí que los protege. 

Saleh consideró que los hutíes no habían cumplido los acuerdos que según él,  significaban que debía asumir el poder nuevamente y con apoyo saudí,  se volvió contra ellos. Al consumarse la traición, los hutíes atacaron la casa de Saleh, ajusticiándolo en la acción.

Desde Riad, Hadi pidió la intervención saudí en Yemen. Ante tal solicitud, la monarquía saudí organizó una coalición de países suníes para lanzar en 2015 la operación “Tormenta Decisiva”, estructurada a partir de ataques aéreos sobre los principales enclaves controlados por los hutíes que se saldaría con miles de muertos 

Esa acción que fue prevista como una ofensiva definitiva para hacerse con el control del país, a fin de lanzar una segunda operación denominada “Restaurar la Esperanza” centrada más en el acercamiento diplomático. En realidad, la actividad bélica no cesó en ningún momento, al contrario, las acciones terrestres, aéreas y marítimas de la alianza se vieron reforzada por un bloqueo naval que impidió la entrada de ayuda internacional, sumiendo al país en la peor crisis humanitaria de la historia hasta que se desataron las actuales acciones sionistas en Gaza ambas con apoyo explícito de Estados Unidos. 

Los hutíes haciendo uso de un amplio margen de maniobra sustentado en un mayor y mejor conocimiento del terreno y esgrimiendo tácticas de guerra de guerrillas inspirados -según ellos- en la lucha de liberación de Vietnam y “los movimientos de resistencia en América Latina”, demostraron gran capacidad para golpear a un ejército invasor sin disposición ni moral de combate y carentes de disciplina y motivación para la batalla. Así mismo, la amplia procedencia de los soldados de la coalición que ha incluido la participación de un muy numeroso contingente de mercenarios contratados por empresas privadas, han mermado la capacidad combativa de la alianza vanguardizada por Arabia Saudí

Riad recibió contundentes golpes incluso en su propio territorio, cuando las operaciones combativas de Ansarolá se trasladaron a la profundidad de la geografía saudí a través de un avanzado sistema de ataque a partir de drones y misiles de largo alcance que alcanzaron cuarteles de las fuerzas armadas, refinerías de petróleo y obras de infraestructura crítica a distancias muy lejanas de la frontera común. 

CONTINUARÁ

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Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico

Estrecho de Bab el Mandeb

Por Alastair Crooke

El abrazo de Biden termina dando a Israel una “luz verde” condicional para casi todos sus proyectos, salvo los colonos pirómanos en Cisjordania.

Un tema importante de la Ilíada de Homero –que de algún modo parece tan fresco y vívido hoy como cuando se escribió por primera vez– es su descripción de cómo ni siquiera los estados más grandes de la civilización occidental logran recuperar lo que pierden. “Los intentos de reparar una pérdida sólo conducen a más pérdidas”, escribe Emily Wilson en su introducción a la Ilíada (2023). «La pérdida nunca se puede recuperar».

Mientras Wilson expone su historia, no se puede escapar a la analogía con la actualidad: con un Biden que busca recuperar la «reputación» estadounidense ( Kleos en griego ) . También en el caso de los líderes del mundo antiguo, el objetivo de lograr un kleos eterno recorre el poema.

Hoy podríamos referirnos a ello como el «legado» de cada uno. En la Ilíada es definitorio y brinda a los líderes mortales la oportunidad de vivir después de la muerte con honor y gloria. Para el equipo Biden, se suponía que Ucrania sería su Troya. Rusia, al igual que Héctor, fue engañada para pelear y (y como esperaba el equipo Biden) muere bajo los muros de Troya.

Pero en el mundo actual las cosas no funcionan así. Y ahora Estados Unidos enfrenta la humillación de una clara victoria rusa en Ucrania y de un liderazgo ruso colectivo que dice que tiene la intención de recuperar todas las tierras y ciudades que eran culturalmente rusas. Ucrania occidental, dicen, puede ir «a donde quiera».

Los hechos militares sobre el terreno son implacables y no se pueden deshacer. Pero la Casa Blanca espera conservar un poco de kleos simplemente haciendo que las fuerzas ucranianas dejen de luchar y vuelvan a las líneas defensivas, pero sin decir nunca «derrota». El componente cinético del conflicto apenas funcionaría a bajas revoluciones. Y, como ha escrito Gideon Rachman en el Financial Times , “cambiar la narrativa a una de [insistir repetidamente] en que Putin ha fracasado”. El objetivo es que Washington pueda “robar” silenciosamente.

Bueno, hay dos grandes problemas: primero, Rusia no está de acuerdo; no concuerda en absoluto. Y en segundo lugar, Zelensky y sus asociados fueron gravemente engañados. No en este caso, por la diosa Atenea, sino por los mortales señores Johnson y Blinken.

En marzo de 2022, en Estambul, Zelensky y sus negociadores llegaron a un acuerdo con Rusia. Pero ese acuerdo «fue destruido» cuando Boris Johnson instó a Zelensky a seguir luchando y a ganar su parte del «honor y la gloria» participando en el asesinato del agresor ruso.

“El tiempo que sea necesario y lo que sea necesario”, fue el solemne ‘juramento’. Es decir, por así decirlo, a Zelensky se le prometió un control abierto y cualquier armamento necesario…

Entonces, ¿qué pasó con lo que ya no existe?

Si esto fuera la Ilíada , la trama se centraría, al menos en parte, en la decepción de Zelensky por su pequeña «porción de vida». Wilson escribe :

“Muchas de las palabras de la Ilíada a menudo se traducen como fortuna o destino; literalmente, sugieren que recibimos una porción o parte… Es como si hubiera un lado entero de carne de res que fuera una cantidad de vida humana y cada uno de nosotros recibiera una parte. porción particular de ella, tanto el tiempo que estaremos vivos como también nuestra porción de honor y gloria”.

Zelensky habrá querido una porción de honor para compensarlo por el destino que le ha repartido su parte actual de la vida de manera injusta (es decir, habiendo sido engañado por garantías británicas y estadounidenses).

La humillación pública que ahora sufre Zelensky ya no se verá compensada por una gran parte de la gloria obtenida a través de un Moscú vencido. En el tono homérico, esto sienta las bases para un acto de venganza contra Biden: la publicación del «acuerdo».

Cuando estos detalles surjan –como seguramente lo harán (haciendo eco quizás de las misteriosas y reputacionalmente explosivas cartas de Churchill en tiempos de guerra que insinúan a Mussolini algún resultado final al estilo kleos )– entonces la “narrativa de la victoria” puede agriarse por la insistente pregunta: Decenas De miles de jóvenes ucranianos han tenido que morir entre marzo y ahora… ¿para qué?

El otro tema de la Ilíada es el de la preciada facilidad de los mêtis. Se podría pensar que es la «astucia» (o la astucia de larga experiencia) de la que Biden se enorgullece tanto: si sucede algo inesperado y usted reacciona (inconscientemente) justo en el momento , entonces, al mostrar mêtis , recibe un tipo especial de gloria, en comparación con la que se obtiene con el trabajo pesado de las campañas geopolíticas.

El 7 de octubre, Hamás salió disparado de su recinto en Gaza.

Según se informa, Biden se considera a sí mismo como alguien que tiene «la inteligencia» sobre Netanyahu. Sabe que Netanyahu piensa manipular a Biden, pero este último cree que está conteniendo a Netanyahu y adelantando sus planes manteniéndolos bajo estrecha vigilancia de Estados Unidos.

Pero una «luz verde» es una luz verde.

Y, en esencia, la aceptación de Biden termina dando al gabinete israelí una “luz verde” condicional para casi todos sus proyectos, salvo los colonos pirómanos en Cisjordania.

La operación militar de Israel en Gaza está fracasando visiblemente, aunque se prevé que los bombardeos aéreos continúen durante las próximas semanas. Nunca tuvo una lógica militar, y esto se está volviendo evidente para muchos israelíes. Gaza ya es un monumento a la inhumanidad y al sufrimiento insensibles. La situación empeorará, pero los habitantes de Gaza resistirán y se mantendrán desafiantes.

Y la operación militar israelí contra Hezbolá también tiene “luz verde”, aunque sólo cuando el esfuerzo diplomático de Hochstein para empujar a un Hezbolá desarmado de regreso detrás del río Litani (como era de esperar) fracase. ¿Qué está pensando la Casa Blanca? ¿Recuerdan la guerra de 2006? ¿Entienden cuán formidable adversario se ha convertido Hezbolá? ¿No ven cómo Israel está provocando a Hezbolá e Irán?

¿Podrá Biden recuperar la posición de Estados Unidos de esta manera –con la “limpieza” en Gaza; erupciones en Cisjordania; ¿Y se avecina una guerra con Hezbolá? Biden claramente quiere que le corresponda una porción de honor que compense la humillación que sufre por parte de Netanyahu. Entonces tiene que seguir adelante.

Emily Wilson nos recuerda: “Los intentos de reparar una pérdida (como la de Ucrania) históricamente conducen a más pérdidas: la pérdida nunca puede recuperarse por completo”.

No obstante, la política estadounidense de «abrazar y cuestionar» está llevando a Israel hacia una elección binaria: tres guerras militares internas en las que Israel corre el riesgo de ser humillado o recurrir al desplazamiento de su población (la opción de la Naqba , favorecida por un número cada vez mayor de israelíes). La «solución» de dos Estados no es una opción en el presente (ni nunca).

En cuanto a la opción de la Naqba , la enormidad moral de tal política requeriría que la nación judía estuviera absolutamente segura de su terreno. ¿Lo es? A pesar de los elevados niveles de ira, obras como La invención del pueblo judío de Shlomo Sand, profesor emérito de Historia en la Universidad de Tel Aviv, deben al menos generar una corriente de inquietud y debate.

Sin embargo, la situación no es de raciocinio, sino de irracionalidad que lo consume todo.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico

POR MK BHADRAKUMAR DE SU SITIO INDIAN PUNCH LINE

Un soldado ruso victorioso patrullando en el asentamiento de Maryinka en Donetsk, Ucrania, que fue liberado el 25 de diciembre de 2023.

La operación militar especial de Rusia en Ucrania está entrando en una nueva fase. El presidente Vladimir Putin disipó la niebla de guerra e insinuó lo que se puede esperar en el futuro en un discurso histórico en el Centro de Control de Defensa Nacional mientras se dirigía a una reunión de la Junta del Ministerio de Defensa de Rusia el 19 de diciembre. 

Rusia ha ganado ventaja en la guerra por poderes mientras Estados Unidos lucha por recrear una nueva narrativa. Para Putin, este es un momento de triunfo en el que no tiene motivos para aprovechar la niebla de guerra en Ucrania, mientras que, para el presidente Biden, la niebla de guerra sigue sirviendo a un útil propósito de disimulo en las elecciones cruciales que se avecinan, en las que busca un segundo mandato. 

El discurso de Putin rezumaba un humor optimista. La economía rusa no solo ha recuperado el impulso que tenía antes de 2022, sino que se está acelerando hacia una tasa de crecimiento del 3,5% para fin de año, marcada por un aumento de los ingresos y el poder adquisitivo de millones de sus ciudadanos y un aumento del nivel de vida. El desempleo está en su punto más bajo de todos los tiempos y Rusia ha rechazado las sanciones occidentales y los intentos de aislarla en el ámbito internacional. 

El leitmotiv del discurso de Putin es que se trata de una guerra que Rusia nunca buscó sino que le fue impuesta por Estados Unidos. Putin había enumerado el año pasado en febrero cinco objetivos bien definidos de la operación militar rusa: seguridad de la población rusa; desnazificación de Ucrania; desmilitarización de Ucrania; luchar por un régimen amistoso en Kiev; y la no admisión de Ucrania en la OTAN. Por supuesto, se trata de objetivos entrelazados. Estados Unidos y sus aliados lo saben, pero siguen fingiendo lo contrario y su enfoque en la guerra por poderes ha sido una victoria militar y un cambio de régimen en Rusia. 

El mensaje de Putin es que cualquier nueva narrativa occidental sobre la guerra está condenada a correr la misma suerte que la anterior a menos que haya realismo en que Rusia no puede ser derrotada militarmente y se reconozcan sus intereses legítimos. 

El quid de la cuestión es que Occidente siempre percibió a Ucrania como un proyecto geopolítico dirigido a Rusia. Hoy en día, incluso con la derrota a la vista, la prioridad de Occidente reside en obligar a Rusia a aceptar un alto el fuego sobre la base de la línea de contacto existente, sin ninguna obligación geopolítica o estratégica por parte de Washington o de la alianza transatlántica, que, de hecho, de facto, significaría dejar la puerta al rearme del maltrecho ejército ucraniano y al ingreso de Kiev a la OTAN por la puerta trasera. 

Baste decir que la desacreditada agenda de utilizar a Ucrania como un peón para llevar a cabo la política antirrusa de Occidente todavía está muy presente. Pero Moscú no caerá en la trampa de Estados Unidos por segunda vez, arriesgándose a otra guerra que pueda estallar en el momento que conviene a la OTAN. 

Como era de esperar, el discurso de Putin prestó gran atención a acelerar la industria de defensa rusa para hacer frente a cualquier exigencia militar que pudiera surgir. Pero hacia el final de su discurso, Putin también se refirió a las opciones político-militares de Rusia dadas las circunstancias. 

En el lado militar, claramente, Rusia llevará adelante la guerra de desgaste hasta su fin lógico: empujar al ejército ucraniano a un callejón sin salida estratégico, lo que significaría buscar mejoras tácticas a lo largo de la línea del frente, socavar el potencial económico de Ucrania, infligir pérdidas militares y impulsar la propia industria de defensa de Rusia en una escala que incline el equilibrio de fuerzas para contrarrestar cualquier aventura militar de la OTAN. 

En última instancia, afirmó Putin, Rusia está decidida a recuperar los “vastos territorios históricos, los territorios rusos, junto con la población” que los bolcheviques transfirieron a Ucrania durante la era soviética. Sin embargo, hizo una distinción importante con respecto a las “tierras occidentales” de Ucrania (al oeste del Dnieper) que son un legado de la Segunda Guerra Mundial sobre las cuales podrían haber reclamos territoriales de Polonia, Hungría y Rumania, que al menos en el caso de Polonia también está vinculada a la transferencia de “tierras del este de Alemania, el Corredor de Danzig y la propia Danzig” tras la derrota del Tercer Reich. 

Putin tomó nota de que “la gente que vive allí (oeste de Ucrania) –muchos de ellos, al menos, lo sé con seguridad, al 100 por ciento– quieren regresar a su patria histórica. Los países que perdieron estos territorios, principalmente Polonia, sueñan con recuperarlos”. 

Dicho esto, curiosamente, Putin simplemente se lavó las manos ante cualquier disputa territorial que pudiera surgir entre Ucrania y sus vecinos orientales (todos los cuales son países de la OTAN). De cara al futuro, esto será una lata de gusanos para Estados Unidos. Recientemente, el jefe de inteligencia de Rusia, Sergey Naryshkin, utilizó una poderosa metáfora, advirtiendo que Estados Unidos podría enfrentar un “segundo Vietnam” en Ucrania que lo perseguirá durante mucho tiempo. 

La conclusión, tal como la planteó Putin, es la siguiente: “La historia pondrá todo en su lugar. Nosotros (Moscú) no interferiremos, pero no renunciaremos a lo que es nuestro. Todo el mundo debería ser consciente de esto: aquellos en Ucrania que tienen una disposición agresiva hacia Rusia, Europa y Estados Unidos. Si quieren negociar, que lo hagan. Pero lo haremos sólo en función de nuestros intereses”.

Putin concluyó diciendo que si el árbitro final es la destreza militar, eso explica por qué Rusia se está centrando en unas “Fuerzas Armadas fuertes, confiables, bien equipadas y debidamente motivadas” respaldadas por una economía fuerte y “el apoyo del pueblo multiétnico”. de Rusia.» 

Existe una gran probabilidad de que las operaciones militares rusas avancen más hacia el oeste, hacia el Dnieper, en los próximos meses, mucho más allá de los cuatro nuevos territorios que se unieron a la Federación Rusa el año pasado: Luhansk, Donetsk, Zaporozhia y Kherson. En ausencia de cualquier acuerdo negociado, Rusia puede optar por “liberar” unilateralmente aquellas regiones del sur de Ucrania que históricamente formaron parte de Rusia, que presumiblemente incluirían Odessa y toda la costa del Mar Negro, o Jarkov, al norte de la región de Donbass. 

Rusia espera que la capacidad de combate de las fuerzas ucranianas disminuya drásticamente en un futuro próximo y el ejército ya se enfrenta a dificultades para conseguir nuevos reclutas. Es decir, durante el próximo año, el equilibrio de fuerzas en el frente cambiará debido a las grandes pérdidas del ejército ucraniano y la caída de la ayuda occidental y, en algún momento, las defensas de Ucrania comenzarán a desmoronarse.     

Los recientes avances de Rusia en operaciones militares (por ejemplo, Soledar, Artyomovsk (Bakhmut), Avdeevka, Maryinka, etc.) ya atestiguan un cambio en el equilibrio de fuerzas entre los dos ejércitos. Este cambio se acelerará aún más a medida que el complejo militar-industrial de Rusia esté funcionando de manera óptima y Rusia esté desplegando masivamente nuevos tipos de armas, como bombas de aviación planeadoras, que han alterado el papel de la Fuerza Aérea rusa en el conflicto. 

  Cada día se lanzan decenas de bombas aéreas pesadas y, de manera similar, está aumentando el uso de municiones de bombardeo modernas y algunos otros sistemas, incluidas municiones guiadas con precisión. También han aparecido en el campo de batalla tanques T-90M y nuevos tipos de vehículos blindados ligeros. 

En comparación, Ucrania enfrenta una disminución en el suministro de armas debido a las limitadas capacidades de producción en Occidente, donde un crecimiento sostenible de la producción a escala industrial no es alcanzable en el corto plazo. Mientras tanto, la crisis de Oriente Medio y las tensiones en torno a Taiwán se convierten en importantes distracciones para Estados Unidos. 

Teniendo en cuenta todos estos factores, es perfectamente concebible un cambio decisivo en el equilibrio de fuerzas contra Ucrania a finales del próximo año, que conduzca a un fin del conflicto en los términos de Rusia.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico

Con un solo movimiento, Ansarallah de Yemen ha dado jaque mate a Occidente y su orden basado en reglas

Por Pepe escobar para The Cradle

Ya sea que se haya inventado en el norte de la India, el este de China o Asia central (desde Persia hasta el Turquestán), el ajedrez es un juego asiático. En el ajedrez, siempre llega un momento en el que un simple peón es capaz de trastornar todo el tablero, generalmente mediante un movimiento en la última fila cuyo efecto simplemente no se puede calcular. 

Sí, un peón puede imponer un jaque mate sísmico. Ahí es donde estamos, geopolíticamente, ahora mismo. 

Los efectos en cascada de un solo movimiento en el tablero de ajedrez –el sorprendente y cuidadosamente dirigido bloqueo del Mar Rojo por parte de Ansarallah en Yemen– van mucho más allá del  transporte marítimo mundial, las cadenas de suministro y  la guerra de los corredores económicos. . Por no hablar de la reducción a la irrelevancia de la muy elogiada proyección de fuerzas de la Marina de los EE.UU.

El movimiento de resistencia de Yemen, Ansarallah, ha dejado muy claro que cualquier barco afiliado o con destino a Israel será interceptado. Mientras Occidente se irrita ante esto y se imagina como un objetivo, el resto del mundo comprende plenamente que todos los demás envíos pueden pasar libremente. Los petroleros rusos –así como los barcos chinos, iraníes y del Sur Global– continúan moviéndose sin ser molestados a través de Bab al-Mandeb (punto más estrecho: 33 km) y el Mar Rojo. 

Sólo la potencia hegemónica se siente perturbada por este desafío a su «orden basado en reglas». Es indignante que se pueda impedir el transporte de buques occidentales que entregan energía o bienes a Israel, que infringen la ley, y que la cadena de suministro se haya cortado y sumido en una profunda crisis. El objetivo señalado es la economía israelí, que ya está sangrando profusamente. Una sola medida yemení demuestra ser más eficiente que un torrente de sanciones imperiales. 

Es la tentadora posibilidad de que este único movimiento se convierta en un cambio de paradigma –sin retorno– lo que se suma a la apoplejía de la Hegemonía. Especialmente porque la humillación imperial está profundamente arraigada en el cambio de paradigma. 

El presidente ruso Vladimir Putin, oficialmente, está enviando ahora un mensaje inequívoco: olvídense del Canal de Suez. El camino a seguir es la Ruta del Mar del Norte , que los chinos, en el marco de la asociación estratégica Rusia-China, llaman Ruta de la Seda Ártica.
 

Mapa de las rutas marítimas de los Pasajes del Noreste y del Noroeste

Para los estupefactos europeos, los rusos han detallado tres opciones: primero, navegar 15.000 millas alrededor del Cabo de Buena Esperanza. En segundo lugar, utilice la Ruta del Mar del Norte, más barata y rápida de Rusia. En tercer lugar, envíe la carga a través de los ferrocarriles rusos. 

Rosatom, que supervisa la Ruta del Mar del Norte, ha enfatizado que los barcos que no son de clase de hielo ahora pueden navegar durante el verano y el otoño, y pronto será posible la navegación durante todo el año con la ayuda de una flota de rompehielos nucleares. 

Todo esto como consecuencia directa de la medida única yemení. ¿Qué sigue? ¿Yemen entrará en BRICS+ en la cumbre de Kazán a finales de 2024, bajo la presidencia rusa?

La nueva arquitectura se marcará en Asia Occidental 

La Armada liderada por Estados Unidos reunida para la Operación Protección contra el Genocidio, que colapsó incluso antes de nacer, puede haber sido creada para “anunciar a Irán”, además de asustar a Ansarallah. Al igual que los hutíes, Teherán no se siente intimidado porque, como lo expresó sucintamente el analista de Asia occidental Alastair Crooke: “Sykes-Picot está muerta”. 

Se trata de un cambio cuántico en el tablero de ajedrez. Significa que las potencias de Asia occidental enmarcarán la nueva arquitectura regional de ahora en adelante, no la “proyección” de la Marina de los EE.UU. 

Esto conlleva un corolario inefable: esos once grupos de trabajo de portaaviones estadounidenses, a todos los efectos prácticos, son esencialmente inútiles.   

Todo el mundo en Asia occidental es muy consciente de que los misiles de Ansarallah son capaces de alcanzar campos petroleros saudíes y emiratíes y dejarlos fuera de servicio. Por eso no sorprende que Riad y Abu Dabi nunca acepten formar parte de una fuerza marítima liderada por Estados Unidos para desafiar la resistencia yemení.   

A esto se suma el papel de los drones submarinos que ahora están en posesión de Rusia e Irán. Pensemos en cincuenta de ellos dirigidos a un portaaviones estadounidense: no tiene defensa. Si bien los estadounidenses todavía tienen submarinos muy avanzados, no pueden mantener Bab al-Mandeb y el Mar Rojo abiertos a los operadores occidentales. 

En el frente energético, Moscú y Teherán ni siquiera necesitan pensar –al menos no todavía– en utilizar la opción “nuclear” o cortar potencialmente al menos el 25 por ciento, o más, del suministro mundial de petróleo. Como lo describe sucintamente un analista del Golfo Pérsico, “eso haría implosionar irremediablemente el sistema financiero internacional”.

Ha habido advertencias para aquellos que todavía están decididos a apoyar el genocidio en Gaza. El primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, lo ha mencionado explícitamente. Teherán ya ha pedido un embargo total de petróleo y gas contra las naciones que apoyan a Israel. 

Un bloqueo naval total de Israel, meticulosamente diseñado, sigue siendo una clara posibilidad. El comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), Hossein Salami, dijo que Israel podría “enfrentar pronto el cierre del Mar Mediterráneo, el Estrecho de Gibraltar y otras vías fluviales”.

Tenga en cuenta que todavía ni siquiera estamos hablando de un posible bloqueo del Estrecho de Ormuz ; Todavía estamos en el Mar Rojo/Bab al-Mandeb.  

Porque si los neoconservadores straussianos de la circunvalación se desquician realmente por el cambio de paradigma y actúan desesperadamente para “dar una lección” a Irán, un bloqueo combinado de Ormuz-Bab al-Mandeb en el punto de estrangulamiento podría disparar el precio del petróleo a al menos 500 dólares. un barril, provocando la implosión del mercado de derivados de 618 billones de dólares y colapsando todo el sistema bancario internacional. 

El tigre de papel está en un aprieto. 

Después de todo, Mao Zedong tenía razón: Estados Unidos puede ser, de hecho, un tigre de papel. Putin, sin embargo, es mucho más cuidadoso, frío y calculador. Con este presidente ruso, se trata de una respuesta asimétrica, exactamente cuando nadie la espera.

Esto nos lleva a la principal hipótesis de trabajo, tal vez capaz de explicar el juego de sombras que enmascara el único movimiento de Ansarallah en el tablero de ajedrez.       

Cuando el periodista de investigación Sy (Seymour) Hersh, ganador del Pulitzer, demostró cómo el equipo Biden hizo estallar los oleoductos Nord Stream, no hubo respuesta rusa a lo que fue, en efecto, un acto de terrorismo contra Gazprom, contra Alemania, contra la UE y contra un grupo de empresas europeas. Sin embargo, Yemen, ahora, con un simple bloqueo, está poniendo patas arriba el transporte marítimo mundial. 

Entonces, ¿qué es más vulnerable? ¿Las redes físicas de suministro energético global (Oleoductos) o la Talasocracia, Estados que derivan su poder de la supremacía naval? 

Rusia privilegia a Pipelineistán: véanse, por ejemplo, Nord Streams y Power of Siberia 1 y 2. Pero Estados Unidos, el hegemón, siempre confió en su poder talasocrático, heredero de “Britannia gobierna las olas”. 

Bueno, ya no. Y, sorprendentemente, llegar allí ni siquiera implicaba la opción “nuclear”, el bloqueo del Estrecho de Ormuz, con el que Washington juega y los alarmistas como locos.

Por supuesto que no tendremos una prueba irrefutable. Pero es una propuesta fascinante que la única medida yemení pueda haber sido coordinada al más alto nivel entre tres miembros del BRICS –Rusia, China e Irán, el nuevo “eje del mal” neoconservador–, además de otros dos BRICS+, las potencias energéticas Arabia Arabia Saudita y el Reino Unido. Emiratos Árabes Unidos. Como en «si lo haces, te respaldamos».  

Nada de eso, por supuesto, resta valor a la pureza yemení: su defensa de Palestina es un deber sagrado. 

El imperialismo occidental y luego el turbocapitalismo siempre han estado obsesionados con engullir a Yemen, un proceso que Isa Blumi, en su espléndido libro Destroying Yemen , describe como “necesariamente despojar a los yemeníes de su papel histórico como motor económico, cultural, espiritual y político”. ”. para gran parte del mundo del Océano Índico”. 

Yemen, sin embargo, es invencible y, fiel a un proverbio local, “mortal” ( Yemen Fataakah ). Como parte del Eje de Resistencia, Ansarallah de Yemen es ahora un actor clave en un complejo drama que afecta a toda Eurasia y que redefine la conectividad del Heartland; y junto con la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China, el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC) liderado por India, Irán y Rusia, y la nueva Ruta del Mar del Norte de Rusia, también incluye el control  sobre puntos de estrangulamiento estratégicos alrededor del mar Mediterráneo y la península arábiga. . 

Este es otro paradigma de conectividad comercial, que hace añicos el control colonial y neocolonial occidental de Afro-Eurasia. Así que sí, BRICS+ apoya a Yemen, que con un solo movimiento ha presentado a la Pax Americana la madre de todos los atascos geopolíticos.         

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle y Dossier Geopolitico

Entrevista que me realizara el primero de enero de 2024 el periodista Afredo Guruceta para su programa «Con Sentido Común» para el Canal C de Cablevisión y por Flow de Personal en toda Argentina y Uruguay

En dicho programa analizamos los problemas globales que se arrastran de 2023 y que harán metástasis para un occidente en franco proceso de crisis muy especialmente el mundo de la esfera anglosajona. Conversamos del cambio tectónico que está en proceso de profundización con la ampliación de los BRICS originales a los BRICS + con la llegada de Arabia Saudita, Emirato Árabes Unidos, la República Islámica de Irán, la República de Egipto y la República de Etiopía lamentando que por una acto de irracionalidad ideologista el gobierno de Javier Milei impide que Argentina se incorpore a ese exclusivo Club de potencias en crecimiento.

Hablamos de que la MULTIPOLARIDAD exige a sus integrantes tener la potestad de la SOBERANÍA, ejercerla para integrar ese grupo de Potencias Emergentes y que infelizmente la administración de Milei (que no tiene ningún cheque en blanco para ejercer el poder ya que solo logró rozando un 30% de la población con su voto directo y se ve reflejado en los puestos de Diputados y Senadores nacionales) con sus primeras medidas va en contra de cualquier sistema de soberanía nacional ya que abrió al país a la injerencia económica del capital extarnjero que se verá reflejado en lo político social a la brevedad.

Los invitamos a ver la entrevista en video por el Canal de YouTube de «Con Sentido Común»

Buen 2024

Carlos Pereyra Mele 

Este deterioro en la Unión Europea ha estado marcado por una crisis económica profunda, causada por haber seguido absolutamente todas las directrices que Washington dio a Bruselas para enfrentar a la Federación de Rusia. Así lo entiende el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele.

Javier Benitez de Radio Sputnik entrevista a Carlos Pereyra Mele

AUDIO

Europa ‘no existe’

Según Pereyra Mele, «el problema de la Unión Europea [UE] es que siempre careció de política exterior, porque se la marcan desde EEUU y Reino Unido». «No tiene política de defensa, porque la manejan EEUU e Inglaterra a través de la OTAN».

Pero los problemas estructurales y de soberanía del bloque comunitario no se detienen allí. En este sentido, el analista añade que «en política monetaria, [la UE] tiene una moneda propia que va a la zaga de lo que pasa con el dólar, y que a su vez se ha visto con fuertes cimbronazos desde el año 2012, cuando hubo una fuerte crisis del euro, a partir de la cual empezó a darle a la maquinita [imprimir billetes] para seguir sobreviviendo con una moneda que cada vez vale menos«.

«Todo ese combo ha hecho que la UE deje de ser la alternativa que supuestamente soñaron sus fundadores, que era crear un poder continental y enfrentarse a las otras potencias continentales, como EEUU, China, Rusia y la misma India», concluye Pereyra Mele.

El experto explica que «los cambios tectónicos que durante 15 años se vinieron analizando, exponiendo, a nivel internacional, se han acelerado, se han profundizado y hoy en día están en una clara demostración de que el mundo realmente ha cambiado. Lo que era en su momento una tesis, con una antítesis – que eran los grupos occidentales que intentaban imponerse, como siempre había sido, sobre el sur global–, ha dado como resultado una nueva situación».

«Esta nueva situación es que el sur global ha logrado empezar a salir de la tradicional dependencia histórica a la que lo sometió Occidente. El sur global no es una posición geográfica, es una demostración de que vuelven a surgir muchos pueblos que fueron dominados, colonizados, controlados, explotados, en muchos casos, tremendamente atacados, como fueron los viejos imperios asiáticos, especialmente el de China, el de India, etc., así como numerosos pueblos africanos. Y todo eso pareció que era a perpetuidad, y la realidad es que la historia no se detiene, y fue marcando una nueva realidad que arranca en este siglo XXI», detalla el analista.

Pereyra Mele concluye que «los BRICS son una versión contrapuesta al proyecto anglosajón norteamericano y sus socios europeos de beneficiarse con la globalización. Ahí podemos encontrar a los BRICS».

Mi última columna del año 2023 de Política Internacional, para el programa de «Ayer y Hoy» de Radio Belgrano AM650 de BsAs, que conduce el periodista Miguel De Renzis, donde en una apretada síntesis analizamos los temas que seguirán instalado en el 2024 y los grandes cambios mundiales en pleno desarrollo. Lic. Carlos Pereyra Mele – Director de Dossier Geopolitico    

AUDIO

https://ar.radiocut.fm/radiostation/belgrano650/listen/2023/12/29/08/20/00/

A partir del 29/12/2023 tenemos un acuerdo de difusión de los trabajos de Dossier Geopolítico en el Canal de Telegram (originado en Moscú) de «Nuestra América» [ Metapolítica. Filosofía política. Antiglobalismo. El objetivo de este canal es analizar la base ideológica de América Latina, como parte del mundo multipolar. Publicamos noticias y opiniones que son importantes para la formación de un polo]

https://t.me/nuestraamerica

Lo que fortalece la expansión de nuestros análisis y aportes a la temática geopolítica mundial que generamos.

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico 

Mediante su tecnología satelital el multimillonario dueño de Starlink limita la libertad de mercado y la soberanía de los países donde ha invertido, empezando por EE.UU.

Por EDUARDO VIOR Analista Internacional

En su mensaje de presentación del cuestionado mega DNU el pasado miércoles 20, el presidente Javier Milei reconoció que la desregulación de la provisión de Internet se hace para favorecer el ingreso a ese mercado de empresas como Starlink, la que mencionó explícitamente. El jefe de Estado, empero, no explicó qué recaudos se tomarán, para proteger la libertad de información y la soberanía del pueblo argentino ante las denuncias de funcionarios y ciudadanos norteamericanos por las limitaciones que estos principios sufren por efecto del control territorial que ejerce la empresa de comunicación digital por satélite.

Desregulación de los servicios de Internet satelital para permitir el ingreso de empresas como Starlink”, dijo Milei al referirse al punto 28 de las 30 desregulaciones que mencionó en su discurso del miércoles 20.

Starlink es una empresa de provisión de servicios de Internet por los satélites de su matriz SpaceX, que ya colocó casi 4 mil naves en órbita terrestre baja (LEO, por su nombre en inglés) que dan acceso de alta velocidad a la red a más de un millón de clientes privados, institucionales y estatales en 70 países. En América Latina opera en Chile, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y México. En Argentina, en tanto, la empresa ya estaba habilitada desde 2021, pero todavía no tiene asignadas bandas de frecuencia ni ha completado la coordinación de su red trasmisora con la empresa estatal ARSAT que ofrece este mismo acceso.

A diferencia de un servicio de fibra óptica, Starlink alcanza velocidades de descarga entre 25 y 220 megabites por segundo (mbs), aunque puede superar los 100mbs, mientras que, según la propia empresa, la latencia varía entre 25 y 60mbs en tierra y más de 100mbs en ubicaciones remotas. En los países donde está presente el costo mensual del servicio Starlink Standard es de U$S90. A eso se suma una tarifa de 599 dólares por el equipamiento de antena y receptor.

SpaceX, la empresa propietaria de Starlink, comenzó a lanzar satélites Starlink en 2019 y para mediados de la década de 2020 calcula tener en órbita cerca de 12.000 satélites. La empresa también planea vender satélites para uso militar, científico y de exploración. Recientemente su propietario, Elon Musk, ha anunciado el próximo lanzamiento de Starlink 2.0 con satélites de 7,5 kg. Sin embargo, éstos requieren cohetes más grandes que los actuales y, por consiguiente, la adecuación de las plataformas de lanzamiento. Como parte de este vertiginoso desarrollo, a principios de la semana pasada la firma instaló su primera antena en Paraguay, en el Chaco Boreal. La conexión satelital permite a la compañía de Elon Musk ganar mercados en las áreas aisladas o menos urbanizadas. De ese modo adquiere una enorme ventaja sobre sus competidores y sobre los propios Estados, que mayormente dependen de la conexión por fibra óptica.

Space Exploration Technologies Corp., conocida como SpaceX, es una empresa estadounidense de fabricación aeroespacial y de servicios de transporte espacial con sede en Hawthorne (California). Fue fundada en 2002 por Elon Musk con el objetivo de reducir los costos de viajar al espacio para facilitar la colonización de Marte. La compañía ha desarrollado varios vehículos de lanzamiento, la constelación Starlink, la nave de carga Dragon y ha llevado en la Dragon a dos astronautas hasta la Estación Espacial Internacional. Sus logros tecnológicos son impresionantes.

El dueño de ambas firmas tecnológicas, Elon Reeve Musk (1971), conocido como Elon Musk, es un empresarioinversor y magnate sudafricano que también posee las nacionalidades canadiense y estadounidense. Es el fundador y directivo de SpaceXTesla, Inc.The Boring Company; cofundador de Neuralink y OpenAI (aunque ya no tiene más participación en esta última), además de ser el director de tecnología de X Corp. Con un patrimonio neto estimado en junio de 2023 en unos 207 mil millones de dólares, Musk es la persona más rica del mundo.

           
Este empresario nació en Pretoria (Sudáfrica) de madre canadiense y padre sudafricano blanco. Estudió brevemente en la Universidad de Pretoria antes de trasladarse a Canadá a los 17 años para luego estudiar en la Universidad de Pennsilvania donde se graduó en Economía y Física. En 1995 se trasladó a California, cofundando la empresa de software web Zip2 con su hermano Kimbal. En 1999 la empresa fue adquirida por Compaq por 307 millones de dólares. Ese mismo año Musk creó el banco online X.com que se fusionó con Confinity en 2000 para formar PayPal. La empresa fue pronto comprada por eBay por 1.500 millones de dólares.

En 2002 Musk fundó SpaceX, fabricante aeroespacial y empresa de servicios de transporte espacial, y en 2003 se unió a la fábrica de vehículos eléctricos Tesla Motors Inc. (ahora Tesla Inc.) como presidente y arquitecto de productos, convirtiéndose en su consejero delegado en 2008. Siguieron importantes fundaciones de empresas que constituyen hitos de su imperio tecnológico. En 2022, finalmente, compró por 44.000 millones de dólares la red social Twitter, la que rebautizó como X.

En el contexto de la política estadounidense Musk ha manifestado su apoyo a Barack Obama en 2008 y 2012, a Hillary Clinton en 2016 y a Joe Biden en 2020. Sin embargo, en 2022 giró hacia el Partido Republicano, aunque sus posiciones ideológicas son contradictorias: está al mismo tiempo a favor de la renta básica universal, del derecho a la libre portación de armas, de la libertad de expresión y de un impuesto sobre las emisiones de carbono y se opone a las subvenciones gubernamentales.

Sus opiniones sobre las relaciones internacionales, incluidos los conflictos entre China y Taiwán y entre Rusia y Ucrania, han recibido reacciones encontradas. También apoyó el golpe de estado en Bolivia en noviembre de 2019 (declaradamente, para quedarse con el litio de ese país). Por el contrario, ha elogiado a China y mantiene una estrecha relación con el gobierno chino, lo que permite el acceso de Tesla al mercado de la potencia asiática.

A principios de abril de 2022, ante la destrucción de los servicios convencionales de Internet en Ucrania, SpaceX donó 3667 de un total de 5000 terminales Starlink que USAID proveyó a Ucrania. Starlink donó además las cuotas por servicio o abonos que normalmente Kiev debió haber costeado. Según Elon Musk, hasta el octubre siguiente su empresa había donado a Ucrania U$S80 millones y a fines de 2022 estimó que el costo de proveer acceso a Internet satelital a Ucrania alcanzaba los U$S20 millones mensuales.

Así, las terminales de satélite de SpaceX se hicieron cruciales para las operaciones militares ucranianas. Sin embargo, durante el verano boreal de 2023, la contraofensiva ucraniana en la sureña provincia de Zaporiyia se frenó, cuando su vanguardia descubrió que, traspasada una cierta línea, la conexión a Internet dejaba de funcionar. Interpelado por los medios, Elon Musk eludió una respuesta directa, pero declaró que había rechazado una solicitud ucraniana para extender la conexión satelital hasta Sebastopol, porque no quería involucrar a SpaceX en la guerra. Algunas fuentes citaron en ese contexto sus buenas relaciones con Vladímir Putín.

En octubre de 2022 Musk propuso en Twitter que Ucrania cediera Crimea a Rusia de forma permanente y abandonara su intento de ingresar en la OTAN. Ese mismo mes el magnate sugirió que Taiwán se convirtiera en “una zona administrativa especial” de China con un “acuerdo más indulgente que Hong Kong”. Todavía tan recientemente como el 10 de noviembre de 2023 Musk criticó las acciones de Israel en la Franja de Gaza. Sin embargo, una semana después cambió su política en la plataforma X, declarando que serán suspendidos los usuarios que utilicen expresiones que, según él, impliquen el genocidio de los israelíes.

A lo largo de su carrera en EE.UU. Elon Musk se ha involucrado en interminables polémicas. Sus puntos de vista libertarios, conspirativistas, extremadamente individualistas, machistas, antiinmigrantes, negacionistas del cambio climático y del Covid19, entre otros muchos, provocan regularmente la reacción de los medios de comunicación masivos y de la opinión pública posmodernista.

Pero la influencia de Musk es más descarada y expansiva. Hay pocos precedentes de que un civil se convierta en árbitro de una guerra entre naciones de forma tan granular o del grado de dependencia que Estados Unidos tiene ahora de Musk en diversos campos, desde el futuro de la energía y el transporte hasta la exploración del espacio. SpaceX es actualmente el único medio por el que la NASA transporta tripulación desde suelo estadounidense al espacio, una situación que persistirá al menos un año más. El plan del gobierno para que la industria automovilística se oriente hacia los coches eléctricos requiere aumentar el acceso a estaciones de carga a lo largo de las carreteras de Estados Unidos, pero esto depende de las acciones de otra empresa de Musk, Tesla. El fabricante de automóviles ha sembrado gran parte del país con sus propias estaciones de carga, hasta el punto de que el gobierno de Biden relajó su impulso inicial de una norma de carga universal que no gustaba a Musk. Todavía, empero, sus estaciones pueden recibir miles de millones de dólares en subvenciones, siempre que Tesla las haga compatibles con el otro estándar de recarga.

En los últimos veinte años, en un contexto de desmoronamiento de las infraestructuras y pérdida de confianza en las instituciones de Estados Unidos, Musk ha buscado oportunidades de negocio en áreas cruciales en las que el Estado ha retrocedido tras décadas de privatizaciones. El gobierno depende ahora de él, pero se esfuerza por reaccionar ante el gusto del empresario por tomar riesgos, su temeridad y su capricho. Funcionarios y ex funcionarios de la NASA, el Departamento de Defensa, el Departamento de Transporte, la Administración Federal de Aviación y la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo reconocen que la influencia de Musk se había hecho ineludible en su trabajo y varios de ellos afirmaron que ahora lo tratan como una especie de funcionario no electo.

Si la primera potencia de Occidente reconoce los riesgos que trajo la creciente influencia del pulpo tecnológico de Elon Musk y el poder que le ha dado remplazar al Estado ausente en territorios y áreas de políticas públicas esenciales, pueden imaginarse los peligros que amenazan a nuestro país, con un Estado que en el último medio siglo fue varias veces atacado, se retiró de grandes áreas de nuestro territorio y descuidó funciones esenciales que hacen al mantenimiento de la soberanía y la libertad de los argentinos. No es para mencionar tan a la ligera a una empresa, como si fuera el sponsor oficial del gobierno.