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Por Giorgio Shani que fuera publicado en Geopolitika.ru en Español, que reproduce Dossier Geopolitico 

El asesinato de Hardeep Singh Nijjar, un líder sij canadiense, a manos de supuestos agentes del Estado indio a las puertas de la gurdwara de Surrey, en la Columbia Británica, en junio de 2023, desencadenó un importante incidente diplomático entre India y Canadá. Nijjar era un líder religioso acusado por India de liderar la proscrita Fuerza de los Tigres de Khalistán. Aunque había nacido en el estado indio de Punjab, era ciudadano canadiense, y su asesinato a manos de dos militantes no identificados con presuntos vínculos con India en suelo canadiense fue descrito por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, como «una violación inaceptable de nuestra soberanía». Independientemente de la presunta implicación del Estado indio, el asesinato de Nijjar tiene implicaciones más amplias que las relaciones indocanadienses. Arroja luz sobre el fenómeno del nacionalismo sij y la relación entre la diáspora sij y su «patria» en el Punjab. Además, cuestiona el significado de la identidad y la soberanía sij en un mundo globalizado.

Los sijs son una comunidad cultural y religiosa distintiva del sur de Asia con una diáspora activa y una patria territorial. Se distinguen porque la mayoría de los sijs varones llevan el pelo sin cortar con turbantes y pueden llevar espadas ceremoniales llamadas kirpans, de acuerdo con las enseñanzas de su décimo y último gurú, Gobind Singh. Hay unos 26 millones de sijs en todo el mundo, y la gran mayoría vive en el estado indio de Punjab, donde son una ligera mayoría. El Punjab es su patria y Amritsar es la Jerusalén o Meca sij, donde se encuentra el santuario más sagrado, Sri Harmandir Sahib, en el complejo del Templo Dorado.

Unos 2-3 millones de sijs forman una diáspora dispersa por todo el mundo. Entre ellos hay colonos que emigraron a los antiguos dominios del Imperio Británico, incluido Canadá y sus colonias. Muchos, sin embargo, se vieron obligados a huir del Punjab durante la guerra civil que estalló entre militantes sijs y el gobierno central tras el asalto del Templo Dorado de Amritsar, santuario del sijismo, por tropas indias por orden de la primera ministra india Indira Gandhi en 1984. Posteriormente, Gandhi fue asesinada por su guardaespaldas sij, lo que provocó un pogromo, supuestamente organizado por miembros del partido gobernante, el Congreso Nacional Indio (INC), en el que murieron tres mil personas. Esto desembocó en una guerra civil en el Punjab, ya que varios grupos militantes, algunos de los cuales apoyaban claramente la creación de un estado sij separado de Khalistan, se rebelaron contra el gobierno central. Puede que algunos de ellos contaran con el respaldo de Pakistán, pero gozaban de cierta legitimidad en el Punjab, ya que el gobierno central suspendió las elecciones y desplegó fuerzas armadas para aplastar el movimiento por la «autodeterminación nacional» con un coste estimado de 30.000 vidas.

Aunque la «normalidad» volvió al Punjab a mediados de la década de 1990 con el restablecimiento de las elecciones democráticas, el khalistán siguió viviendo en la diáspora, especialmente en sociedades multiculturales como Canadá, que recibió a muchos emigrantes del Punjab. Hace tres décadas, Benedict Anderson (1992) sugirió que el nacionalismo sij en Canadá era una forma de «nacionalismo a distancia», con lo que quería decir «nacionalismo sin responsabilidad». De hecho, Nijjar estaba haciendo campaña a favor de un referéndum en Canadá sobre la independencia de Jalistán cuando fue asesinado a tiros. Los sijs representan el 2% de la población de Canadá, más o menos lo mismo que en la India. Mientras que hoy en día los principales problemas del Punjab, predominantemente agrícola, son los suicidios de agricultores debido a la elevada carga de la deuda -la liberalización prevista del sector agrícola desató las protestas de los agricultores hace tres años-, el desempleo juvenil y una epidemia de drogas, el fantasma del Khalistán sigue acechando en la diáspora. A continuación, considero tres razones.

Una razón es que la soberanía sij está encarnada; es decir, los sijs llevan símbolos que les recuerdan que forman parte de una comunidad religiosa y política: la Khalsa. La orden del Khalsa, o «comunidad de los puros», fue fundada por el décimo y último Gurú Gobind Singh (1658-1707). Guru Gobind confirió autoridad espiritual al Libro Sagrado Sij del Granth Sahib y autoridad secular a la comunidad de sijs bautizados a través de la doctrina del Guru Panth, el cuerpo corporativo de la comunidad (Khalsa colectivo) en el que su espíritu está eternamente presente. Esto ha dado lugar a un discurso que identifica a los sijs como una comunidad tanto política como religiosa que comparte mitos y recuerdos colectivos relacionados con el establecimiento de la orden Khalsa y el posterior imperio del maharajá Ranjit, que en su día gobernó un imperio que se extendía hasta las fronteras del Afganistán moderno. Aunque en la práctica el imperio de Ranjit Singh era multiconfesional, los sijs eran una «minoría dominante» y tras su muerte los británicos necesitaron dos guerras para anexionarse formalmente el territorio. A los sijs se les recuerda su historia cada vez que visitan el gurudwara, su lugar de culto.

La segunda razón es que la India ya no puede pretender ser un Estado laico. A diferencia de las versiones norteamericana y francesa del laicismo, el laicismo indio siempre se ha basado en el reconocimiento de las diferencias religiosas y culturales en la esfera pública. En teoría, se suponía que el Estado debía ser un árbitro neutral entre las reivindicaciones contrapuestas de las comunidades religiosas y mantener una «distancia de principio» respecto a la religión. En la práctica, sin embargo, el Estado indio surgió después de que los británicos dividieran por la fuerza no sólo el subcontinente sino también el Punjab en una India de mayoría hindú y un Pakistán de mayoría musulmana. Los sijs se encontraron en el centro de los acontecimientos. Se pusieron del lado de la India, pero muchos se convirtieron en refugiados obligados a huir de la limpieza étnica en Pakistán.

Los intentos de encontrar una patria dentro de la India dieron sus frutos con la reorganización lingüística del Punjab. Los sijs declararon el punjabí, ampliamente hablado por todas las comunidades religiosas del Punjab, como lengua propia. Mientras buscaban una mayor autonomía dentro de la India, el gobierno central bajo el liderazgo de India Gandhi intentó dividir a la comunidad sij patrocinando a militantes. Esto tuvo consecuencias desagradables, ya que lanzaron una brutal campaña de intimidación contra los hindúes y los miembros de las sectas minoritarias sijs. Finalmente, el Estado trató de reprimir a los militantes que se habían refugiado en el complejo del Templo Dorado. En su intento de «expulsarlos», las tropas indias, muchas de las cuales eran también sijs, profanaron el Templo Dorado, matando a muchos peregrinos. A partir de este momento, gran parte de la comunidad sij estuvo en guerra con el Estado indio. Aunque el Estado consiguió finalmente reprimir el movimiento, ya no podía reivindicar el laicismo. Ni siquiera la elección del primer ministro sij Manmohan Singh consiguió apaciguar a muchos sijs. La posterior aparición del nacionalismo hindú, apoyado por el gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP), intensificó la consolidación de la identidad nacional india en torno a un núcleo étnico hindú. Bajo el mandato del primer ministro Narendra Modi, India se convirtió en un Estado hindú o Rastra hindú.

Sin embargo, quizá la razón más importante sea que el orden internacional actual sólo reconoce a las naciones que pueden reclamar la condición de Estado. Los sijs pueden haber sido una nación incluso antes de la independencia del dominio colonial británico. La reivindicación de la condición de Estado de los sijs se basa, como hemos argumentado Gurharpal Singh y yo en nuestro reciente libro Nacionalismo sij, en un núcleo étnico punjabí, ya que el sijismo no es una religión conversa, una lengua punjabí y una patria territorial. Sin embargo, todos estos componentes de la nacionalidad sij pueden ser discutidos. De hecho, la propia nación se considera mejor como una «comunidad imaginada». Lo que es innegable es que los sijs tienen su propio sistema político, que evolucionó a partir del movimiento akali para recuperar el control de los gurdwaras bajo el dominio colonial británico. La creación del Comité Shiromani Gurdwara Prabandhak proporcionó a los sijs un mecanismo para regular los gurdwaras. Se celebraron elecciones competitivas para controlar el Comité, que estaba dominado por varias facciones del Shiromani Akali Dal, el principal partido político sij. Sin embargo, el control del Comité no se extendió a la diáspora, donde surgieron diversas facciones comprometidas con la creación de una patria sij. Hardeep Singh Nijjar era el líder de una de esas facciones que organizó el referéndum sobre el Khalistán. La acusación de la implicación del Estado indio, si se confirma, no hará más que subrayar lo que muchas minorías, especialmente los musulmanes, han sostenido durante mucho tiempo como un hecho: la India bajo el gobierno del BJP es una patria para los hindúes.

A pesar del racismo arraigado y a menudo violento al que se enfrentan muchos sijs en la diáspora, en muchos sentidos los sijs se han convertido en una «minoría modelo». El éxito de muchos emigrantes sijs a la hora de integrarse en la sociedad multicultural canadiense puede verse en la elección del practicante sij con turbante Jagmeet Singh como líder del Nuevo Partido Democrático, un socio electoral crucial del primer ministro Justin Trudeau. Sin embargo, a muchos sijs de la diáspora les sigue resultando difícil viajar fuera de Jalistán. Ofrecí tres razones: la soberanía sij está encarnada en Khalsa; la India se está convirtiendo en un rashtra hindú; y el orden internacional actual da prioridad al reconocimiento de las naciones que pueden reclamar la condición de Estado. En resumen, el khalistán sigue proyectando una larga sombra sobre la diáspora.

Fuente: https://www.e-ir.info/2023/09/27/the-sikh-diaspora-in-the-shadow-of-khalistan/

Traducción: Enric Ravello Barber

Javier Benitez de Radio Sputnik (Moscu), entrevista al Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

No subir el precio de los proyectiles. Lo pidió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a la industria militar occidental, que ha disparado los precios de los armamentos. El jefe de la Alianza Atlántica lanzó el desesperado mensaje que roza la mendicidad durante el Foro de la Industria de Defensa de la OTAN, celebrado en Suecia.

Desesperación económica

Está claro que Stoltenberg se confundió de ventanilla. Confundió a una de las industrias más salvajes del capitalismo occidental, como lo es la militar, con una suerte de Hermanas de la Caridad. Al menos así se desprende de un reciente mensaje que lanzó a la industria armamentística occidental, un ruego que seguramente no dará en el blanco.

AUDIO DE LA ENTREVISTA

«Hemos acordado aumentar las compras de equipos y municiones, hemos asegurado la demanda, ahora tenemos que garantizar el aumento de los suministros. El reto aquí es que cuando aumentamos la demanda, queremos más suministros, no precios más altos», lanzó como un llanto. Algo que, además, deja al desnudo la catastrófica situación económica por la que atraviesa el Occidente colectivo como consecuencia de alimentar el conflicto ucraniano.

Entonces, es en momentos como estos en que todo el mundo ve que al Occidente colectivo se le empiezan a ver las costuras.

«Parece que Stoltenberg desconoce las reglas tradicionales del liberalismo económico, que cuando hay un bien que escasea, hace falta producir más. Y cuando se produce más, el que lo produce, también quiere ganar más. Eso es una regla de oro histórica del sistema capitalista y que no se rige por las supuestas normas y reglas que quieren imponer desde puestos burocráticos», explica el director de Dossier Geopolítico, el Dr. Carlos Pereyra Mele.

Lo pide Stoltenberg cuando el gigante armamentista alemán Rheinmetall ha aumentado bastante los precios de las municiones pagadas por el Gobierno germano desde el inicio del conflicto en Ucrania, según Die Welt. Así, el pasado 10 de julio una agencia dependiente del Ministerio de Defensa de Alemania firmó un nuevo acuerdo marco con Rheinmetall para el suministro de proyectiles de calibre 155 milímetros, tanto para sí, como para el régimen de Kiev.

El convenio es por 1.200 millones de euros, y vigente hasta 2029. Rheinmetall está obligada a suministrar 333.333 proyectiles de este tipo. De esta cifra, se desprende que el precio de la unidad ronda los 3.600 euros. El monto es alto, dado que antes del inicio del conflicto ucraniano, en febrero de 2022, las mismas municiones tenían un coste de 2.000 euros.

Pero eso no es nada. Y es que el presidente del Comité Militar de la OTAN, el almirante estadounidense Rob Bauer, informó que el precio de un proyectil de artillería de la OTAN de calibre 155 mm se cuadriplicó desde el inicio del conflicto ucraniano. Bauer dijo a Reuters que «el precio de un solo proyectil de artillería ha pasado de 2.000 a 8.000 euros», ya que «producimos un cartucho de artillería que únicamente sirve para el arma para la que lo fabricamos».

«Seguir invirtiendo dinero forma parte de la metodología que ha adoptado EEUU con el tema de declarar guerras infinitas, mediante las cuales el gran beneficiario es el complejo industrial militar tecnológico norteamericano», concluye el Dr. Carlos Pereyra Mele.

La guerra entre Israel y Gaza constituye la enésima pieza de ajedrez del mundo occidental en el tablero geopolítico, equivalente a esas otras ya utilizadas, y en su mayoría fallidas y rotas, como Afganistán, Irak, Libia, Egipto, Siria, Ucrania…

Por Juan Laborda publicado en el Diario.es

Resulta absolutamente descorazonador observar cómo languidecen nuestras democracias. Especialmente triste y desolador resulta otear cmo los dirigentes europeos hacen un seguidismo genuflexo hacia una visión del mundo, la anglosajona, que es absolutamente incompatible con la búsqueda de una paz global. El mundo multipolar en el que ya nos encontramos, por mucho que les pese a algunos dirigentes occidentales, requiere de una cooperación que respete la heterogeneidad de los pueblos. Pero eso es incompatible con la actual clase dirigente política y económica de los Estados Unidos, temerosa de perder el control del planeta. Aún no se han dado cuenta, pero ya lo han perdido. Muchos países ya han peridido el miedo a no seguir las consignas dictadas desde Washington y Londres.

La guerra entre Israel y Gaza constituye la enésima pieza de ajedrez del mundo occidental en el tablero geopolítico, equivalente a esas otras ya utilizadas, y en su mayoría fallidas y rotas, como Afganistán, Irak, Libia, Egipto, Siria, Ucrania… El problema es que antes, desde Occidente, se podía manipular a la audiencia bajo una cortina de humo, simulando la recreación de Hollywood en esa magnífica película, ‘Wag the Dog’ (‘Cortina de humo’, en España). Tratar de reducir el brutal atentado terrorista de Hamás a un guion donde se nos presenta como los buenos del mismo a quienes llevan décadas incumpliendo las resoluciones de la ONU, montando un apartheid contra todo un pueblo, el palestino, resulta, como mínimo, grotesco.

Occidente y las democracias tienen mucho que perder en este conflicto. Si no ponen límites a los crímenes de lesa humanidad que está perpetrando Israel y continúan haciendo una distinción entre muertos de primera y de segunda, nuestro declive se acelerará, muy especialmente el de los Estados Unidos. Se están cumpliendo dos escenarios políticos aditivos. Por un lado, la anticipación política de Frank Biancheri, politólogo francés, uno de los padres de las becas Erasmus, hecha allá por 2010, y según la cual nos encaminábamos a un conflicto global por no deshacerse Europa del yugo anglosajón. Por otro lado, y, como consecuencia de lo anterior, no descarto que al final también se cumpla el pronóstico del matemático y sociólogo noruego Johan Galtung, que anticipó la pérdida del poder global de Estados Unidos en la década que nos encontramos.

Las previsiones de Frank Biancheri y Johan Galtung

Pero vayamos por partes. Europa tuvo la oportunidad de cambiar la hoja de ruta, de impulsar un modelo cooperativo global, lo que pasaba sin duda por desligarse definitivamente del diktat anglosajón. Ese momento fue la Gran Recesión. Pero no lo hizo. Como consecuencia entramos en un escenario alternativo de conflicto. Recomiendo la lectura atenta de un libro visionario, del gran Franck Biancheri, uno de los impulsores de las becas Erasmus, ‘The World Crisis: The Path to the World Afterwards’. Biancheri detallaba dos escenarios: cooperación o caos. Y quien decidía era Europa. Al final, la senda seguida por Europa nos encamina a un mundo en conflicto, que Bianchieri predijo con más de 10 años de antelación (Afganistán, Libia, Egipto, Siria, Ucrania… o lo que ahora puede acontecer en Oriente Próximo).

El problema de fondo es que el imperio dominante, el estadounidense, se encuentra bajo la certeza de que en poco tiempo va a perder su hegemonía en favor de otro, el chino. Detrás de todo, una realidad: nadie puede competir con China, que aprovechó el hueco y la oportunidad que le dio Occidente. Va a recuperar el trono mundial que ejerció durante milenios. Los últimos 150 años son, en la interpretación china, un paréntesis del que han aprendido los errores.

Lo que estamos viendo se puede resumir en la frase: “China is not emerging. It is re-emerging.” Estados Unidos lo sabe y trata de ganar tiempo e influencia para, llegado el momento, no quedar descolocado, o, peor todavía, esparcir conflictos en distintas áreas del mundo que podrían terminar en una escalada de guerra global.

Este razonamiento lo mantengo desde que empecé a analizar las derivadas políticas del sistema de gobernanza actual, el Neoliberalismo, del Totalitarismo Invertido Actual al Fascismo. El impulso tecnológico y educativo de China es tan potente que es imparable. Nadie puede competir con un país con un desarrollo tecnológico como es el caso de China, que además tiene un control estatal de la tierra y de la banca y una planificación estratégica de largo plazo. Solo un conflicto de orden militar puede frenar aquello que es inevitable. El peligro es que desde los Estados Unidos se haga esta interpretación.

Ello me permite introducir, finalmente, la Teoría de Conflictos del sociólogo y matemático noruego Johan Galtung, quien predijo, entre otras cosas, el colapso de la Unión Soviética y advirtió que el poder global de Estados Unidos colapsará en la década actual. Galtung hace ya muchos años desarrolló una teoría del conflicto, basada en la idea de sincronizar y reforzar mutuamente las contradicciones, y que utiliza para hacer sus pronósticos.

El modelo se fundamenta en comparar el ascenso y la caída de 10 imperios históricos. En 1996, escribió un artículo científico publicado por el Instituto de Análisis y Resolución de Conflictos de la Universidad George Mason advirtiendo que Estados Unidos pronto seguiría el mismo camino que las construcciones imperiales anteriores: declinan y caen. Pero el libro principal que establece el pronóstico de Galtung lo publicó en 2009, ‘The Fall of the American Empire’, donde presenta las 15 contradicciones que se sincronizan y refuerzan mutuamente, y que afligen al país norteamericano y que, según él, conducirán a que el poder global de Estados Unidos termine en esta década. El problema es que durante esta fase de decadencia es probable que Estados Unidos pase por una fase de “fascismo” reaccionario que provendría de la capacidad de una tremenda violencia global; una visión de la excepción estadounidense como la “nación más apta”; una creencia en una próxima guerra final entre el bien y el mal. Pero si sus aliados dejen de comportarse como tales, tendrán que valerse por sí mismos. Lo que predice Galtung es que el apoyo de sus otrora aliados no continuará más allá de la década actual. Veremos.

Fuente: https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/geopolitica-occidental-agrieta-marchas-aceleradas_129_10608089.html 

Por: Sebastián Schulz que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

El 17 y 18 de octubre, Beijing recibirá a delegaciones de más de 110 países, que viajarán a China para participar del Tercer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional. El evento, a su vez, se realizará en el marco del décimo aniversario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), al cumplirse diez años desde que el actual presidente Xi Jinping presentó en sociedad tanto la Ruta de la Seda terrestre como la Ruta de la Seda marítima.

Desde el lanzamiento de la Iniciativa en 2013 a esta parte, más de 150 países y 30 organizaciones internacionales han firmado sus respectivos Memorándums de Entendimiento para incorporarse a la propuesta. 47 países africanos, 10 países de Oceanía, 29 europeos, 22 latinoamericanos y caribeños y 42 asiáticos ya construyen conjuntamente una Iniciativa que llegó para reconfigurar las relaciones de poder a nivel internacional.

La masiva aceptación que ha tenido la Iniciativa de la Franja y la Ruta en el mundo (y, sobre todo, de los países emergentes y en desarrollo) no es casual. En un contexto de grandes cambios tectónicos que atraviesa el orden mundial, en los cuales se conjugan una crisis de las relaciones de producción, una crisis de la potencia hegemónica y una crisis del orden interestatal, la Iniciativa de la Franja y la Ruta llegó para cubrir un vacío de alternativas para promover el desarrollo de los países del Sur global.

En estos 10 años, mediante la Iniciativa de la Franja y la Ruta se han impulsado más de 3.000 proyectos de cooperación construidos de forma conjunta, lo que equivale a más de un billón de dólares en inversiones. En concreto, y mientras gran parte de occidente alienta la construcción de muros que separan pueblos y promueve la destrucción de países enteros a través de la guerra, la Iniciativa de la Franja y la Ruta se ha materializado en la construcción de puentes, carreteras, puertos, aeropuertos, vías ferroviarias, escuelas, viviendas y hospitales. La IFR ha comenzado a reconectar los lazos que las potencias occidentales han intentado destruir durante más de quinientos años.

Aunque la Iniciativa de la Franja y la Ruta se centre en la promoción de corredores económicos, en los cuales los proyectos de infraestructura tienen una centralidad estructural, la IFR es mucho más que infraestructura. La nueva Ruta de la Seda es ante todo un camino para la paz, la cooperación sur-sur, la integración inclusiva, los intercambios recíprocos y el diálogo de civilizaciones. Es una iniciativa que intenta demostrar que otro mundo es posible.

Al recuperar el espíritu de la milenaria Ruta de la Seda, que conectó pueblos y civilizaciones durante más de mil años, promovió la cooperación pacífica y el desarrollo mutuo, la IFR representa un puente que conecta el pasado, el presente y el futuro. La IFR es fruto de su tiempo y su espacio, es posible porque recupera los principios históricos de la milenaria civilización china, pero los mixtura con los valores promovidos por el Partido Comunista de China en la actualidad. La IFR no hubiese sido posible sin un contexto internacional de cambios estructurales, en donde el Sur global emerge planteando la necesidad de un orden mundial alternativo, y tampoco hubiese sido posible sin una dirigencia china que comprendió el rol que China debe jugar en la actual época histórica. En este marco, el reciente Libro Blanco que el Consejo de Estado de China publicó sobre la IFR señala que la iniciativa “está comprometida con la construcción de un futuro próspero que diverja del colonialismo explotador del pasado, evite las transacciones coercitivas y unilaterales, rechace el modelo de dependencia centro-periferia y se niegue a desplazar la crisis a otros o explotar a los vecinos para su propio interés”.

Al permitir aumentar los niveles de vida de los pueblos y las capacidades nacionales de cada uno de los países participantes, respetando los modelos nacionales de desarrollo y las idiosincrasias locales, la Iniciativa de la Franja y la Ruta contribuye a la construcción de un orden internacional multipolar. Al fomentar el dialogo de civilizaciones, el respeto por las tradiciones culturales y reconocer la heterogeneidad de pueblos que existen en el mundo, la IFR contribuye también a impulsar un orden mundial pluriversal. En este sentido, la IFR no es un fin en si mismo, sino un medio para construir un mundo mejor.

La humanidad se enfrenta a desafíos sin precedentes. Frente a la persistencia del unilateralismo, el hegemonismo y el intervencionismo promovidos por occidente, frente a la posibilidad de una catástrofe ambiental producida por el ánimo irrefrenable de lucro del capitalismo globalizado, frente a la constante amenaza de guerra propuesta por la OTAN y frente a la incapacidad del actual modo de producción de resolver la desigualdad, el hambre y la exclusión, la Iniciativa de la Franja y la Ruta representa una esperanza para el Sur global. No es la respuesta ni la solución a todos los problemas de la humanidad, pero sí expresa la materialización concreta de la posibilidad de construir una comunidad de destino compartido para la humanidad, en la cual pueblos, naciones y civilizaciones puedan coexistir armónicamente.

Por Enrique Lacolla de sus sitio Web, que autoriza su publicacion

Las elecciones de pasado domingo aportan cierta tranquilidad. El país ha reaccionado ante la amenaza supuesta por el desvarío anarco-capitalista de Javier Milei y las proposiciones exterminadoras de Patricia Bullrich.

Muchos analistas de los oligopolios mediáticos se devanan los sesos ante la “sorpresa” que habrían significado las elecciones del pasado domingo, en las cuales Sergio Massa y Unión por la Patria dieron vuelta el resultado de las PASO. Y se enredan en deliberaciones sobre el carácter proteico del peronismo, sobre su aptitud para transformarse, sobre la imposibilidad de erradicarlo, etc.

En el fondo lo que manifiestan es su propia incapacidad para desentrañar las claves del país en que viven. Y su antipatía visceral por esta sociedad, capaz de engendrar semejante fenómeno.

Porque pensar que el resultado de las elecciones es la consecuencia de una astucia política, de la habilidad de Sergio Massa para capitalizar las falencias de sus adversarios, o de la fatalidad social que significaría la persistencia de una adhesión irracional a una bandería política, similar a la que se puede sentir por un club de fútbol, es de un simplismo extremo, que prescinde del conjunto de factores que definen un cotejo electoral. En primer término, las plataformas. Porque por primera vez, quizá, los participantes de una contienda electoral argentina expusieron de manera transparente no sólo sus objetivos de máxima (que no suelen ser los más importantes porque por lo general se resumen en una promesa de felicidad y paz para todos) sino los expedientes prácticos con los que pretenden alcanzarlos, que son los que realmente definen a los primeros. Grosso modo, la plataforma de Unión por la Patria postuló las banderas que tradicionalmente han caracterizado al peronismo, salvo en el período menemista, durante el cual este las invirtió en un acto de traición sin parangón en su historia. Es decir, que en esta ocasión el peronismo volvió a reafirmar explícitamente el rol del Estado en el desarrollo económico, en la seguridad social, en la educación y en la planificación a gran escala. En qué medida podrá llevar adelante este propósito, de ganar la segunda vuelta, dependerá de múltiples cuestiones, empezando por el dato decisivo de cómo gestionará la apabullante deuda con el FMI heredada del gobierno de Mauricio Macri; pero la línea general está clara.

Los otros dos postulantes con peso para meterse en el balotaje, Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza, más allá de la composición abigarrada del primero, que ostentaba resquebrajamientos entre el PRO y los radicales, se asemejaban por su programa económico básico y se distinguían por su propósito de erigirse en el relevo de los peronistas en el gobierno. “Juntos” naufragó por los celos de Macri –que prefirió apuñalar por la espalda a su heredero Rodríguez Larreta antes que verse suplantado por él-, y por la inepcia y la pobrísima imagen de Patricia Bullrich.

En cuanto a los “libertarios”, que habían picado en punta en las PASO, constituían y constituyen un fenómeno novedoso, bien que detestable, conjugan una conducción con rasgos de improvisación, irresponsabilidad y locura, con una clientela electoral conformada en gran parte por jóvenes con el cerebro vaciado por la desinformación, el bombardeo mediático y una bronca legítima ante la falta de perspectivas laborales y la amenaza de una pobreza crónica. A ellos, y a la sociedad en general, el “anarco-capitalista” Javier Milei ofreció y sigue ofreciendo una dieta “salvadora” que propone, entre otras cosas, la abolición de la moneda nacional, el tráfico de órganos, la liquidación del estado como agente ordenador de la economía, la privatización de YPF, de Aerolíneas Argentinas, del litio, de Vaca Muerta, de la salud pública y de las jubilaciones. Y de paso abomina del Papa argentino, representación del “Maligno” que se habría asentado en la colina Vaticana, en Roma.

Ante esta propuesta programática y estos dislates, ¿hace falta que los observadores de los oligopolios de prensa se pregunten todavía qué extraño hechizo proyecta el peronismo para que una vez y otra vuelva a enarbolar con éxito sus banderas de justicia social, libertad política y soberanía económica? No parecen caer en la cuenta de que estas postulaciones no son las insignias de un partido o un movimiento, sino las herramientas de todo país que se respete.

Fue un voto en defensa propia lo que se impuso el domingo. Es por esto que la propuesta de unidad nacional o de frente nacional que ha lanzado Sergio Massa tiene sentido.

El país está en crisis dentro de un mundo en crisis. Las coordenadas de la economía global están cambiando y no precisamente a favor del orden de cosas que los exponentes del neoliberalismo propugnan. El futuro es un tembladeral poblado de tantas amenazas como promesas, y requiere de claridad de miras, ponderación y firmeza para ser enfrentado.

Sergio Massa parece poseer estas cualidades y una mirada geoestratégica que le permitiría medir el escenario global con una precisión que no suele ser habitual entre los exponentes de nuestra clase política. El escenario regional es clave y no son casuales las manifestaciones de simpatía que le han prodigado los presidentes de Brasil y México. López Obrador expresó un franco regocijo ante el resultado de las elecciones y están frescas las palabras de Lula al despedir a Massa durante su más reciente visita a Brasil: “Haga lo que tenga que hacer, pero sobre todo gane, gane las elecciones”.

Porque, en efecto, más allá de las inevitables oscilaciones que exige la gestión del poder en circunstancias como las actuales, importa que este se encuentre en manos seguras. O, si se entiende que pedir seguridad es un poco utópico en los tiempos que corren, un poder que se apoye sobre una base social cuya razón de ser sea inescindible de su arraigo a la tierra. Obreros, clase media, empresariado pymes, pequeños productores rurales, profesionales, militares, representan una mayoría activa que tiene objetivos que no se pueden separar del territorio que los contiene. Este público, este pueblo, no tiene que coincidir ideológicamente en una sola doctrina sino que puede repartirse entre visiones diversas del mundo, pero conservando una identidad básica: la que confieren el respeto a los valores fundantes de la democracia, del orden constitucional y del interés nacional.

No se puede dar nada como adquirido por adelantado. Falta la segunda vuelta.

Hay que ganarla para poder activar una prosperidad que parecería estar a la vuelta de la esquina. Las expectativas económicas son buenas por el requerimiento global de productos primarios que produce el país, pero es obvio que el desarrollo no va a venir con un retorno a la exportación de “commodities” sino con la exportación de “commodities” con valor agregado, y que estas sólo cobrarán su pleno sentido si sirven de base para un desarrollo estructural que refuerce el tramado social e integre acabadamente el país a la región. Los augures de la reacción por supuesto no vacilarán en atribuir a las condiciones que se presume serán favorables cualquier éxito de una gestión “populista”, tal y como lo hicieron con Néstor Kirchner cuando, junto a Roberto Lavagna, hicieron emerger al país de la crisis del 2001.

Pero, ¿alguna vez se preguntaron cuál hubiera sido el destino de los superávits comerciales de esos años si hubieran sido manejados por la cáfila de fugadores de capitales que poblaron las administraciones de Carlos Menem, Domingo Cavallo, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri?

Por esto hay que cuidar los resultados obtenidos en esta elección. Hay que abrir el juego político con el radicalismo, la izquierda y con quienes quieran sumarse; establecer coincidencias y fijar políticas de estado en torno a la deuda, a la preservación de la subsistencia de las grandes mayorías, a la alineación exterior y a las prioridades del desarrollo. Por suerte, los reflejos defensivos funcionaron el domingo. De aquí en adelante hay que imaginar su reversión a una función de ataque. No sucederá de un día para otro, pero conviene empezar ahora.

FUENTE: http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=775

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

19 días de bestialidad nazi-sionista en Palestina y el mundo observa impasible como se comete un genocidio sin que los mecanismos del sistema internacional puedan evitar tal barbarie. Este acontecimiento ha hecho patente y reiterado la inoperabilidad del régimen tal como existe y la necesidad de cambiarlo.

La pandemia de COVID 19 mostró al mundo la incapacidad del sistema internacional para actuar unidos en contra de un enemigo común. Ello no fue posible porque se impuso la lógica capitalista de mercado y la mayor valía de la economía vista como necesidad de lucro y ganancia de las empresas por encima de la defensa de la salud y de la vida de los seres humanos. La ONU mostró total inoperancia al momento de enfrentar la pandemia. 

Dos años después, la operación militar de Rusia en Ucrania prolongó y profundizó el cáncer terminal que aqueja al gobierno mundial. El atlantismo como doctrina y el Atlántico como espacio donde se tomaban las decisiones más importantes del devenir político del planeta, está siendo superado por una red de alianzas y organizaciones que se desarrollan en el territorio euroasiático donde Estados Unidos no tiene mucho que decir habida cuenta de su vergonzosa huida de Afganistán y el fracaso de los golpes de Estado que intentó en Kirguistán (2020) y Kazajistán (2022).

Ahora son Rusia y China las que han construido un tejido de acuerdos en lo político, lo económico, lo financiero y en la seguridad en torno a la gran alianza que han creado estas dos potencias.  Expresión de esto son los BRICS 11, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la Unión Económica Euroasiática (UEEA), la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI),  la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC),  el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INTSC) y el Banco Asiático para Inversión en Infraestructuras (BAII) entre otros.

Todo esto hay que dimensionarlo temporalmente en un marco estratégico que quedó claramente delimitado por el presidente chino Xi Jinping cuando le dijo a su colega ruso Vladimir Putin en marzo pasado durante su visita a Moscú que se estaban “produciendo cambios nunca vistos en 100 años y [somos nosotros quienes] los estamos liderando”. En los hechos, en las últimas semanas ha contratado que mientras Estados Unidos hace acuerdos para sembrar el terror y la muerte, China está preocupada por el desarrollo, la paz y la cooperación internacional bajo el principio de ganar-ganar.

La incapacidad de Occidente para enfrentar exitosamente a favor de sus intereses el conflicto en Ucrania, ha prendido las alarmas hasta hacer que las angustias y tribulaciones que pudieron ser ocultadas en un primer momento, hoy salgan a la luz pública aderezadas con expresiones extravagantes de una pléyade de líderes ignorantes y mediocres como nunca antes se hubieran podido reunir.

La economía no funciona, las sanciones contra Rusia se han revertido afectando a una Europa que por decisión propia – y siguiendo los dictados de Washington- renunció a seguir consumiendo la energía barata y segura que le proporcionaba Moscú, que era pilar fundamental para su desarrollo industrial y para sostener su alto nivel de vida.

Por otra parte, la OTAN ha mostrado total incapacidad para enfrentar a Rusia, su economía de guerra no está a la altura. El propio hoy ex secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace expuso en julio pasado que la organización no podía seguir suministrando municiones en la medida de las necesidades de Ucrania porque “la alianza no se preparó adecuadamente para la posibilidad de una guerra terrestre prolongada en Europa tras décadas de relativa paz”.

Así mismo se ha hecho evidente el fracaso de la política de sanciones contra Rusia. Una investigación realizada por el New York Times en septiembre dio cuenta de que las restricciones comerciales de Washington y sus aliados no han sido del todo efectivas toda vez que “Rusia no solo ha conseguido eludir las penalizaciones occidentales que apuntan a su ejército, sino que está llevando la producción de proyectiles y vehículos a niveles superiores”.

En otro escenario estratégico del conflicto mundial, China sigue elevando los éxitos en su entorno a pesar de todos los esfuerzos que hace Estados Unidos para utilizar a Taiwán y a aquellos países que tienen diferendos limítrofes marítimos con China como instrumento de intervención para mantener una situación de tirantez permanente que justifique su presencia militar y sobre todo naval en la región a fin de inducir a los países del Asia- Pacífico y de Oceanía a incrementar las compras de armamento en Estados Unidos como vía de superación de su crisis económica a través de la reactivación de su industria militar.

Pero ante la situación creada en Ucrania, el Departamento de Defensa estadounidense informó que ya se ha visto obligado a retrasar el reabastecimiento de sus propias tropas, toda vez que de no hacerlo a tiempo se podría perjudicar la preparación de su ejército.

El Pentágono advirtió al Congreso estadounidense que se está quedando sin fondos para reemplazar las armas que ha enviado a Ucrania y que ya se ha visto obligado a retrasar el reabastecimiento de sus propias tropas.

Es en este marco que se produce la guerra en Palestina. Este es el 4to. nivel de análisis que debemos estudiar: la incidencia de este conflicto en el escenario global porque en el mundo de hoy es imposible suponer que ocurra algo en el planeta que no tenga incidencia en este nivel. 

Como dijimos en el primer artículo de esta entrega, la decisión de realizar las acciones del 7 de octubre le correspondieron única y exclusivamente a Hamas y se inscriben en la intención de esta organización de llevar la mirada del mundo al genocidio perpetuo que se libra contra el pueblo palestino desde 1948. No me voy a detener aquí a hacer juicios de valor sobre la ética de las acciones. No creo en la teoría de los dos demonios. Los que me conocen y me leen saben lo que pienso al respecto. La guerra es tal vez la más deleznable de todas las acciones vinculadas a la política y en esto me apego al juicio de nuestro Libertador Simón Bolívar quien nos enseñó que: “La guerra se debe hacer como la hacen los pueblos civilizados”. Que cada quien saque sus propias conclusiones. 

Volviendo al tema, quiero reiterar que no tengo ninguna duda que la acción del 7 de octubre no fue más que un ensayo general para medir fuerzas, cantidad, calidad y ubicación del enemigo. Pero también para auscultar las probables repercusiones que estas acciones puedan tener en el entorno inmediato, en el universo árabe y musulmán y en todo el mundo. 

En cualquier caso, lo ocurrido hasta ahora un punto de inflexión en el largo conflicto generado en 1948 por la ONU que, creada para la paz, se inauguró implantando una situación de guerra.  El 7 de octubre finalizó la paz relativa que Israel había establecido para sus colonos sobre la sangre de los palestinos. Nada volverá a ser igual. La política de colonización ilegal ha firmado su acta de defunción. Hasta el secretario general de la ONU Antonio Guterres habitualmente pusilánime y temeroso del poder de Occidente, lo tuvo que reconocer como causa del conflicto lo cual le valió que el embajador israelí ante Naciones Unidas solicitara su renuncia. 

En el plano internacional, no es posible mantenerse al margen: organizaciones y países tendrán que definirse. Eso que Estados Unidos ha dado en llamar “comunidad internacional”  que está formada por Washington y sus 53 aliados, una vez más, al igual que en Ucrania donde se pusieron de lado de los nazis, en Palestina se han colocado en la trinchera del sionismo. 

Esto es solo el inicio. Hoy se está a la espera de saber si Israel realizará su anunciada ofensiva terrestre en Gaza, lo cual podría desatar una guerra de dimensiones incalculadas que dejaría el conflicto en Ucrania como un paseo de fin de semana ante la magnitud y el impacto de los hechos que sobrevendrían. Las potencias lo saben. Ya Estados Unidos, Europa y sus acólitos han asumido una posición de apoyo irrestricto a Israel. Es más, Biden lo definió claramente como una «inversión inteligente» que, según sus palabras, brindará «dividendos». Su opinión, da a entender que el papel de Ucrania e Israel es el de poner los muertos para que Estados Unidos consiga sus objetivos a cambio de algunas migajas. 

De ahí que Israel haya aceptado retrasar su invasión a la Franja de Gaza para que Estados Unidos pueda llevar sistemas de defensa a la región. Se ha informado que el Pentágono se está apresurando a desplegar esta misma semana casi una docena de sistemas de defensa aérea , incluidos aquellos destinados a las tropas estadounidenses que prestan servicio en varios países de la región, para protegerlas de misiles y cohetes.

La preocupación principal de Estados Unidos ahora, es que en caso de que se desate la invasión terrestre israelí a Gaza, la situación podría escalar habida cuenta que Washington posee alrededor de 40.000 soldados en Asia Occidental en bases ubicadas en Siria, Irak, Kuwait, Jordania, Bahréin, Сatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Turquía y Omán. 

En particular, es factor de desasosiego superlativo la situación de la 5ta. Flota de la Armada estadounidense conformada por un Grupo de Batalla integrado por un portaaviones, sus buques de escolta, una Ala Aérea, un Grupo Anfibio y diversos buques auxiliares hasta completar 20 naves con un total de 16 mil efectivos. Esta flota, ubicada en Bahréin aproximadamente a 280 Km. de la costa iraní y a menos de un minuto de vuelo de los misiles hipersónicos Fattah que pueden viajar hasta a 15 veces la velocidad del sonido, teniendo un alcance de hasta 1.400 km. y frente a los cuales Estados Unidos no tiene ninguna tecnología que permita interceptarlos o destruirlos, sería presa fácil de la respuesta iraní a la agresión terrestre a Gaza.

De igual manera, los estrechos de Ormuz y Bab el Mandeb quedarían cubiertos por los misiles iraníes y, en este último caso también por los de Yemen, que cerrarían el Golfo Pérsico y el Mar Rojo a los supertanqueros que cargan el 40% del petróleo que se consume en el planeta. La debacle de la economía mundial sería inmediata toda vez que los precios del crudo se elevarían hasta precios inaccesibles para la gran mayoría de los países del mundo 

De ahí que el secretario de Estado Anthony Binken viajara dos veces a Israel, casi en simultáneo con el secretario de Defensa, Lloyd Austin y el propio presidente Joe Biden, todo en menos de una semana. La urgencia del hecho viene acentuada por la constatación de que el presidente de Estados Unidos se vio obligado a realizar un largo recorrido para estar solo 6 horas en Tel Aviv.  

En medio de esta desenfrenada actividad diplomática de Estados Unidos tratando de apagar incendios con gasolina, China realizó el tercer foro de la Nueva Ruta de la Seda con la asistencia de delegaciones de más de 140 países, varias de ellas presididas por jefes de Estado y/o gobierno que debatieron sobre la base  de que «China irá mejor si al resto del mundo va bien, y al resto del mundo le irá mejor siempre que China vaya bien» según lo manifestado por el presidente Xi Jinping durante el discurso inaugural del evento. 

Sobre el conflicto en Asia Occidental, Beijing desde hace tiempo fijo posición: “China apoya firmemente el establecimiento de un Estado independiente de Palestina, que goce de plena soberanía sobre la base de las fronteras de 1967 y con Jerusalén Oriental como su capital. China apoya a Palestina para que se convierta en miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas”.

 A su vez, Rusia ha expresado su grave preocupación por la escalada de violencia entre palestinos e israelíes. Su postura que definen como “principal y coherente” es que este conflicto “que dura ya 75 años, no tiene solución por la fuerza y solo puede ser solucionado por medios político-diplomáticos mediante el establecimiento de un proceso de negociaciones de pleno formato sobre la base conocida del derecho internacional que estipula la creación del Estado palestino independiente en las fronteras del año 1967, con Jerusalén Este como su capital, el cual viva en paz y seguridad con Israel”, 

En este contexto, como ha dicho el analista internacional brasileño Pepe Escobar: “Después de su sorprendente ataque […] un Hamás inteligente ya ha conseguido más influencia negociadora que la autoridad palestina durante décadas. Es significativo que, si bien las conversaciones de paz cuentan con el apoyo de China, Rusia, Turkiye, Arabia Saudí y Egipto, Tel Aviv se niega. Netanyahu está obsesionado con arrasar Gaza, pero si eso sucede, una guerra regional más amplia es casi inevitable”.

Así mismo debe considerarse que a partir del 1° de enero, tres de los más importantes países musulmanes, Arabia Saudí, Egipto e Irán comenzarán a formar del grupo BRICS 11, de igual manera que los Emiratos Árabes Unidos creando una correlación de fuerzas muy positiva en apoyo a la lucha del pueblo palestino.

La situación creada ha llevado a consecuencias imprevisibles hace solo unas semanas. En este sentido, a pesar de que las conversaciones entre Arabia Saudí e Israel para establecer relaciones estaban bastante avanzadas, las mismas parecen haberse “congelado” después de las acciones del 7 de octubre. Un funcionario diplomático saudí informó que su país “ha decidido suspender el debate sobre la posible normalización [con Israel] y ha informado a los funcionarios estadounidenses». Vale decir que pese a las presiones de Washington a Riad para que esta condenara el ataque de Hamas, la monarquía wahabita se negó a hacerlo.  

En otro ámbito, el pasado 13 de octubre el gobierno catarí anunció que estaba dispuesto a cortar las exportaciones de gas natural al resto del mundo en apoyo a Palestina. El emir Sheikh Tamim ibn Hamad Al Thani jefe de Estado de Catar fue contundente y directo al decir que:  «Si no cesa el bombardeo de Gaza, cortaremos el suministro de gas al mundo«, agregando mayor incertidumbre al futuro económico del planeta. Vale decir que Catar es el sexto productor más importante del mundo al tiempo que posee la tercera mayor reserva de gas.

En este contexto, no se puede obviar en el análisis, la gira del canciller iraní Hossein Amir Abdollahian por la región. Al finalizar la misma, informó que existía la posibilidad de que se abrieran otros frentes contra Israel en medio de su actual conflicto con Palestina. En todo caso, el ministro persa dejó en claro que sería la Resistencia la que tomaría la decisión final sobre lo que llamó “la hora cero” para cualquier acción en caso de continuación de la agresión de Israel contra Gaza.

Amir alertó en el sentido de que si hubiera dilación” por parte de la comunidad internacional, de Naciones Unidas y de los activistas que apoyan el belicismo del régimen sionista “la respuesta se dará en el momento oportuno y adecuado para la Resistencia. Siendo determinante para “cambiar el mapa actual de los territorios ocupados”. 

Esta idea fue ratificada por el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Hoseiní Jameneí quien advirtió el pasado 17 de octubre que si los crímenes [de Israel] continúan, “los musulmanes y las fuerzas de resistencia perderán la paciencia y nadie podrá detenerlos

En este marco, el 19 de octubre, un vocero de Hezbollah afirmó que su organización estará en el centro de la batalla en curso. Además de las 12 operaciones llevadas a cabo contra posiciones fronterizas israelíes con la Palestina ocupada desde el lanzamiento de la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, Hezbollah participa en la sala de operaciones conjuntas de las facciones de la resistencia palestina que están trabajando “juntas de forma continua e intensa y se coordinan entre sí” después de acordar los pasos a seguir para enfrentar al enemigo sionista en  los dos frentes palestino y libanés para lo cual se encuentran intercambiando información. Así mismo, dieron a conocer que todas las acciones sobre el terreno son decididas en esta sala de operaciones teniendo en cuenta los hechos y los enfoques políticos.

Estará por verse si Israel finalmente lanza su ofensiva terrestre sobre Gaza, y cuál será la respuesta del Eje de la Resistencia y del mundo musulmán en apoyo al pueblo palestino. Ello señalará el derrotero de este conflicto y el futuro del planeta, habida cuenta de la total inoperancia de la ONU que se ha marginada de su responsabilidad de tomar decisiones que conduzcan a impedir y evitar  que este genocidio se siga produciendo.

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Dossier Geopolitico

Por Carmen Parejo Rendón para RT autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Entre un mundo viejo que muere y un mundo nuevo que nace surgen los monstruos como Javier Milei, pero también las contradicciones, como las que Argentina tiene que aprender a manejar dentro de su propia circunstancia coyuntural, estructural e histórica.

En este artículo trataré de presentar una voz colectiva, a través de distintos periodistas y especialistas argentinos que han aceptado responder a algunas preguntas, que nos pueda ayudar a dibujar la imagen fija de Argentina en este instante, usando como hilo conductor los recientes comicios presidenciales y los actores que lo protagonizaron.

Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria, venció en la primera vuelta de los comicios presidenciales en Argentina; en segundo lugar quedó el anarcocapitalista del partido La Libertad Avanza, Javier Milei.

Argentina pasó en los últimos años de ser uno de los referentes de los llamados gobiernos progresistas latinoamericanos, con las administraciones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, a una vuelta a la senda neoliberal y dependiente de Washington y el FMI con Mauricio Macri. Para finalmente acabar en un punto intermedio: el gobierno presidido por Alberto Fernández desde 2019.

Massa viene de ocupar el cargo de ministro de Economía en el gabinete presidido por Alberto Fernández. Siendo la economía uno de los asuntos críticos del país, y tras unos resultados desastrosos en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en agosto de este mismo año, ¿qué elementos han podido favorecer esta victoria?

La crisis económica

En conversación con el periodista argentino Hugo Gulman, señaló que ha tenido gran importancia el cambio accionado por el ministro de Economía, quien en los últimos meses asumió un nuevo liderazgo, como si ya ostentase la presidencia, y aplicó medidas como la devolución del IVA en compras con tarjetas de débito y la drástica modificación del impuesto a las ganancias, que han generado no solo un movimiento de dinero muy grande y rápido, sino que también han reactivado ilusiones de confort y estabilidad para la población.

El periodista Larry Levy añade que «Massa logró diferenciarse del gobierno de Alberto Fernández al exponer con claridad que el ‘enemigo’ es el Fondo Monetario Internacional».

Gulman sostiene que «para Argentina, el peor Massa será preferible antes que el mejor Milei», una opinión que parece ser compartida por una parte importante de la sociedad argentina.

Ante la misma pregunta el periodista Larry Levy añade que «Sergio Massa logró diferenciarse del gobierno de Alberto Fernández al exponer con claridad que el ‘enemigo’ es el Fondo Monetario Internacional (FMI)».

Este acto de valentía, tras el gobierno tibio de Fernández, habría servido al candidato para desvincularse en parte de las responsabilidades ante la situación crítica que actualmente vive el país del Cono Sur.

Ampliando el foco, en contacto con el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, planteó que la crisis económica argentina no es solo una coyuntura de un gobierno específico, sino que es consecuencia de una serie de políticas implementadas por más de cincuenta años que, a través de la aplicación de doctrinas económicas, «monetaristas» primero y neoliberales después, se destruyó la capacidad industrial, asumiendo una economía  sustentada en el sector servicios y el sector primario, tanto agropecuario como de explotación minera y de recursos energéticos, como el gas y el petróleo.

La crisis económica argentina no es solo una coyuntura de un gobierno específico, sino que es consecuencia de una serie de políticas implementadas por más de cincuenta años., Carlos Pereyra Mele

Este escenario estructural genera crisis cíclicas a la economía argentina y ha creado una cultura de la supervivencia. Bajo su punto de vista, ante situaciones críticas, el peronismo sigue cumpliendo un rol histórico para el sostenimiento de los sectores más vulnerables. Estos resultados por tanto nos indicarían que las clases populares argentinas aún ven en el peronismo el referente de sus intereses, sobre todo en momentos de crisis.  

Sobre la situación económica del país también se expresó el doctor en ciencias sociales y humanas, el historiador y profesor de la Universidad de Luján, Martín Martinelli, quien afirma que «en Argentina en particular, no debemos olvidar que se estiman unos 400.000 millones de dólares propiedad de argentinos en el exterior, una suma exorbitante para los desajustes financieros sufridos en el país», lo que demostraría la existencia de sectores concentrados que se han beneficiado por los vaivenes de las economías. Añadió el dato de que el último préstamo pedido al FMI en 2018, en la administración de Mauricio Macri, supuso una importante fuga al exterior, lo que bajo su punto de vista ha propiciado parte de la crisis financiera actual.

Estos resultados por tanto nos indicarían que las clases populares argentinas aún ven en el peronismo el referente de sus intereses, sobre todo en momentos de crisis.  

Esto explicaría por qué los mayores réditos electorales de las fuerzas opositoras a Massa se concentraron precisamente por los votos de los argentinos residentes en el exterior, sobre todo en EE.UU., mayoría de apoyos a Milei, y España, con mayoría de apoyos a Patricia Bullrich. Pero también explicaría por qué estos candidatos no acaban de convencer al electorado interno en Argentina. Pareciera que existen dos percepciones cognitivas antagónicas entre los argentinos dentro y fuera del país.

La vigencia del peronismo

Otro elemento que se repite constantemente cada vez que nos acercamos a la política en Argentina es la cuestión del peronismo. Pero, ¿qué es el peronismo?

Este movimiento de carácter popular no implica un solo partido político e incluso combina distintas facciones ideológicas integradas, a veces, dentro de una misma marca electoral. Finalmente se trataría de un movimiento popular, histórico y nacional, genuinamente argentino. Para profundizar sobre esta cuestión le pregunté a Eduardo J. Vior, analista de la agencia nacional argentina de noticias, Télam, quien define este movimiento dentro de tres banderas compartidas: soberanía política, independencia económica y justicia social. Lo que supone un abanico de valores donde los derechos laborales y sociales son intocables o difícilmente modificables y el rechazo a la dictadura y a las violaciones de los derechos humanos son principios consensuados.

«El peronismo se unió para ganar más allá de las diferencias internas, algo que surge casi naturalmente en el peronismo al aparecer un riesgo»: Hugo Gulman.

Para este analista, el candidato opositor, Javier Milei, afectó directamente a ese consenso, lo que supuso que una mayoría votó como reacción a este discurso y en la dirección de defender estas conquistas.

Por otra parte, tanto Bullrich como Milei han centrado gran parte de su campaña en atacar al llamado kirchnerismo, que coincide con las figuras de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Una estrategia que, de algún modo, también beneficiaba al candidato de Unión por la Patria, ya que es de sobra conocida la mala relación de Massa con el kirchnerismo. Sin embargo, lejos de un enfrentamiento que marque un cambio de tendencia dentro del peronismo, durante la campaña vimos cómo los referentes del llamado kirchnerismo mantuvieron un perfil bajo.

Gulman señala en este sentido que «el peronismo se unió para ganar más allá de las diferencias internas, algo que surge casi naturalmente en el peronismo al aparecer un riesgo».

No obstante, Axel Kicillof, cercano a Cristina Fernández, a quien agradeció su victoria, fue reelecto como gobernador de Buenos Aires.

El profesor Martinelli señala a Massa y Kicillof como las fuerzas de renovación del peronismo, una corriente que, en sus palabras, es «muy amplia y abarcativa».

También en contacto con Sebastián Salgado, periodista y corresponsal de guerra argentino, aseguró que la continuidad del kirchnerismo está garantizada por la figura de Máximo Kirchner, diputado, hijo de Cristina y aliado de Massa. Quien cuenta, a su vez, con el apoyo de La Cámpora, con presencia en varios ministerios, que nació como una organización de jóvenes, pero que hoy es un semillero que busca espacios políticos y disputan el poder, vinculados directamente a la corriente Kirchner.

La debilidad de las apuestas de oposición

Durante nuestra conversación, Martinelli también destacó el rol nefasto de las campañas de la oposición a Massa.

Por un lado, Bullrich, cuyo discurso «de mano dura falló». A esto, Sebastián Salgado añade que la candidata centró su campaña en la lucha contra la delincuencia cuando siempre será recordada como la ministra de Seguridad de Macri, con casos terribles a sus espaldas como la desaparición de Santiago Maldonado en la Patagonia. Y por el otro lado, Milei, un producto creado y construido en redes sociales y a nivel mediático que tiene como principal limitación el techo que él mismo o su personaje construye.

«Cayó por su propio peso con la farsa de que la dolarización es una solución para la economía argentina», destacó Martinelli durante nuestra conversación, añadiendo, además, que la «dolarización» va a contramano de la realidad mundial.

Y así entramos en el escenario geopolítico internacional y su rol dentro de estas elecciones.

La pugna geopolítica

Como sabemos, existe actualmente una pugna entre el modelo unipolar regido por EE.UU. y un nuevo mundo multipolar.

Massa es el único de los candidatos que no ha cerrado la puerta al nuevo mundo multipolar.

Massa se ha caracterizado a lo largo de su carrera por su cercanía a Washington y al sector industrial argentino, lo que le permite también obtener apoyos de parte del electorado de la derecha tradicional. Sin embargo, la realidad del país se impone.

A finales de agosto se conocía el ingreso de Argentina al grupo BRICS+, que se hará efectivo el primero de enero de 2024, igualmente, tras la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, vuelve el Mercosur renovado, con nuevas propuestas y posibilidades.

Massa es el único de los candidatos que no ha cerrado la puerta al nuevo mundo multipolar y este también es un elemento a tener en cuenta para comprender las lógicas que se han movido por detrás de esta elección.

Todas estas corrientes políticas, reflejo de la propia historia del país, de su estructura y de sus contradicciones, han puesto sus cartas sobre la mesa.

Ahora serán los argentinos los que escriban, más allá de estas elecciones, su propio destino.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT y Dossier Geopolitico

FUENTE:

https://esrt.space/opinion/carmen-parejo/485151-causas-detras-sorpresiva-remontada-sergio

Tras el triunfo de Massa en la primera vuelta los medios de las grandes potencias expresan una prudente satisfacción. Los británicos, por el contrario, comenzaron rápidamente a ejercer presión.

Por Eduardo J Vior que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales argentinas suscitaron diversas reacciones en las capitales de las principales potencias mundiales y en la región, pero nadie fue ajeno al suceso. Mientras que los medios chinos y rusos se esforzaron por informar neutralmente, los occidentales y latinoamericanos no dudaron en tomar partido, algunos subrayando la derrota del candidato ultraderechista, otros azorados por la recuperación del voto peronista. Todos, empero, confirmaron cuán preocupados están por el futuro de Argentina en tanto escenario clave del conflicto por la hegemonía mundial. Tanto más grande es el desafío que se nos presenta en el futuro inmediato.

El New York Times, habitualmente vocero oficioso del Departamento de Estado, informó el lunes sobre las elecciones en nuestro país precisando que “Javier Milei, un libertario de extrema derecha, obtuvo peores resultados de lo que pronosticaban las encuestas y se enfrentará a Sergio Massa el mes que viene”. Este martes, en tanto, encabezaba la columna de opinión “5 conclusiones de las elecciones en Argentina” con la siguiente bajada: “Javier Milei, un economista libertario a menudo comparado con Donald Trump, se enfrentará a Sergio Massa en una segunda vuelta el próximo mes.” Considerando el alineamiento prodemócrata del tradicional matutino, está claro a quién apoya el Departamento de Estado.

En cambio, el Washington Post (ligado al Pentágono) publicó el día 24 una columna de Samantha Schmidt titulada “Para presidente Argentina debe elegir entre la ira y el miedo”. Ya el domingo 22 la misma periodista titulaba “¿Está Argentina a punto de elegir a un presidente outsider admirador de Trump?”

Mientras que el lunes 23 los medios rusos se limitaron a informar sobre el resultado electoral, este martes la agencia estatal Tass reseñó la conferencia de prensa del candidato oficialista con los corresponsales extranjeros del modo siguiente: “El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, prometió invitar a representantes de distintas fuerzas políticas a formar parte de su Gobierno si gana. Y añadió que “Massa afirmó que las reformas que necesita Argentina ‘trascienden una fuerza política’, por lo que también buscará apoyos entre empresarios y trabajadores”.

En tanto, la Agencia estatal china Xinhua fue neutral, aunque dio la noticia en su portada: “Argentina, la tercera economía de América Latina, tendrá en noviembre próximo una segunda vuelta electoral entre el ministro de Economía, Sergio Massa, candidato del oficialista Unión por la Patria, y el diputado liberal Javier Milei, del frente opositor La Libertad Avanza“. También el periódico económico China Daily informó equidistante, pero en una posición menor. Los demás medios chinos directamente no dieron cuenta de la elección argentina.

Todo lo contrario sucedió en Brasil, donde el proceso electoral argentino se vive como propio. El matutino carioca O Globo, por ejemplo, informó este martes sobre el seguimiento de la elección argentina en las redes sociales de su país: “Del ‘acobardamiento’ de Bolsonaro a la ‘injerencia’ de Lula: así movilizaron las redes brasileñas las elecciones en Argentina”. Por su parte, Folha de São Paulo compartió el lunes “’los peronistas somos como los gatos. Parece que nos estamos peleando, pero en realidad nos estamos reproduciendo’. La frase atribuida al propio general Juan D. Perón (1895[1893]-1974) vuelve a ganar actualidad. El candidato peronista Sergio Massa obtuvo una votación sorprendente este domingo (22) y pasa al segundo turno contra Javier Milei.” Entre tanto, O Estadão (la edición online de O Estado de São Paulo) tituló “Milei x Massa: el llamado al cambio y la aproximación al centro pueden definir el 2º turno en Argentina” y presenta un artículo conexo con “Sepa quién es Sergio Massa, el heredero del desastre peronista que busca la presidencia de Argentina”.

Tras haber informado neutralmente el lunes sobre el resultado de la compulsa electoral, el vespertino milanés Corriere della Sera publicó este martes una entrevista al embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín, a quien cita en el título diciendo que “Con Milei la democracia está en riesgo. En Argentina un gobierno de unidad”. La misma tesitura adoptó este martes el romano Il Messaggero: ”Elecciones en Argentina, a segunda vuelta: el peronista Massa frena la carrera de Milei”. El artículo comienza con una definición: “también en Argentina se ha roto oficialmente el equilibrio entre los partidos tradicionales. A la izquierda, en el frente progresista, ha resistido el peronismo-kirchnerismo, que en estas elecciones se ha apoyado en Sergio Massa. En la derecha, en cambio, se ha impuesto Javier Milei, ‘el Trump argentino’ o más comúnmente ‘el loco’, rebajado respecto a su éxito en las primarias de agosto.”

En España, por su parte, El País dedicó este martes varios artículos y un editorial a la elección argentina. Además de analizar la composición del voto, la elección en la ciudad de Buenos Aires y el difícil manejo del futuro Congreso, el editorial se titula “Freno al mesianismo” y en la bajada desarrolla “Argentina tendrá que elegir en segunda vuelta si pone coto definitivo a las propuestas del ultraderechista Javier Milei“.

En tanto, El Mundo, señaló el lunes que “el peronismo da la gran sorpresa: gana las elecciones y se jugará la presidencia en una segunda vuelta con Milei. Massa hizo una muy buena campaña, instalándose como hombre de Estado, previsible y empático, en claro contraste con Milei”.

Los principales medios de Gran Bretaña, a su vez, presentaron la información sobre Argentina siguiendo su alineamiento en la política interna. Por un lado, The Guardian tituló este martes “Cómo Argentina pinchó el auge del populismo de extrema derecha en Sudamérica”. Por el contrario, el conservador The Times, tituló el lunes 23 un artículo de Stephen Gibbs poniendo “Elecciones en Argentina: las acciones caen tras la sorprendente subida de Sergio Massa”. Y en la bajada informó que “La bolsa y los bonos argentinos se desplomaron después de que el ministro de Economía emergiera como sorpresivo favorito en las elecciones”.

En el mismo sentido el igualmente conservador The Telegraph tituló “Argentina se encamina a segunda vuelta presidencial tras sorprendente resultado electoral”. Este medio retrató a Massa como el candidato peronista de la clase trabajadora, que enfrentó críticas por su gestión económica, marcada por niveles históricos de inflación y destacó que, a pesar de esto, para ganarse a los votantes, implementó una serie de medidas previas a las elecciones.

Marcando el tono del mundo financiero británico la agencia Reuters puso el lunes que “la coalición peronista gobernante en Argentina rompió las expectativas para liderar las elecciones generales del país el domingo, preparando el escenario para una polarizada segunda vuelta el próximo mes”. Y añadió “El resultado alivia las preocupaciones sobre un cambio radical de las políticas en caso de una victoria decisiva de Milei, (…) pero sigue dejando al país con pocas respuestas a su peor crisis económica en dos décadas.” Y el martes una columna de Rodrigo Campos y Jorgelina Do Rosario seguía batiendo sobre el mismo parche: “El choque de modelos económicos en Argentina hace temer a los inversores”. De la sorpresa la agencia británica de información financiera pasó rápidamente a ejercer presión sobre el candidato con más chances.

Entre tanto, comienzan los pronunciamientos entre los líderes políticos de América Latina. El primero en hacerlo fue el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien ha felicitado a Argentina por derrotar a la “barbarie” en las elecciones. “Es la hora de la esperanza. Se elige entre la barbarie y la esperanza. Felicitaciones al pueblo argentino”, escribió el mandatario en sus redes sociales.

También su colega mexicano, Andrés Manuel López Obrador, apareció el lunes a las 6 hs. para su conferencia de prensa “mañanera”, mostrando a todo el mundo su sonrisa de oreja a oreja: “Pos sí, estoy feliz con el resultado electoral en Argentina”, proclamó en puro mexicano.

El gobierno venezolano, por su parte, no se ha manifestado. Según fuentes confiables, el gobierno de Nicolás Maduro desconfía de Sergio Massa por la condena de éste a la “dictadura” que regiría en Caracas. Habrá que esperar a los hechos, especialmente a los jugosos negocios pendientes entre ambos países, para calificar mejor la relación.

Si bien Itamaraty guarda distancia, el presidente brasileño Lula ha tomado partido desde el inicio. Él fue quien metió a Argentina en BRICS, es quien abogó ante la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), Dilma Rousseff, por la incorporación de nuestro país al organismo financiero de BRICS11 y quien nos necesita como aliados privilegiados para la proyección mundial de su país. Lula entiende cómo es el juego del poder mundial y sabe dónde estamos ubicados geográficamente. Por eso no toma posición con visiones ideológicas, sino geopolíticas. Aparece como oscilante entre las grandes potencias, pero defiende a Brasil y nos quiere a su lado.

También el progresista Grupo de Puebla, compuesto por presidentes, expresidentes y otros referentes políticos de 19 países latinoamericanos, España, Italia y Portugal, ha manifestado su satisfacción con los resultados de este domingo: “¡Avanza el progresismo en Argentina! Sergio Massa pasa a la segunda vuelta en primer lugar”, anunció el organismo en su página tras la votación.

Mientras que los medios norteamericanos engloban nuestro proceso electoral en el contexto de su propia pelea entre los globalistas en el gobierno y los aislacionistas en torno a Donald Trump, los europeos prefieren asimilar al peronismo con el progresismo y a Milei con la ultraderecha. La prensa rusa, en tanto, se interesa ya por los planes de Sergio Massa para el futuro, en cuanto sus colegas chinos se mantienen estrictamente neutrales. Sólo el establishment financiero británico ejerce ya una explícita presión sobre el candidato peronista.

En los análisis de los medios occidentales sobre el resultado de la primera vuelta de nuestras elecciones presidenciales prima una óptica ideologizante, que asimila nuestra contienda a las de ellos. Sólo el establishment británico puso el punto en la “i”, anticipando la pelea que deberá librar Sergio Massa, si en noviembre es electo presidente. El poder financiero especulativo concentrado internacional no hará concesiones.

El triunfo de Massa Rossi con un margen importante de votos dejó fuera del juego electoral a la expresión electoral preferida del actor más fuerte del continente. El candidato libertario, por su lado, sólo puede ser opción para el sector del poder financiero más ligado a la City de Londres. El resto del poder occidental buscará entenderse con Sergio Massa, pero el cariz ideológico de la visión que Europa y EE.UU. tienen de Argentina les impide apreciar realistamente nuestra historia, valorar las tradiciones políticas que ahora han vuelto a movilizarse y entender el sentimiento patriótico y antiimperialista de la mayoría de nuestro pueblo. Si siguen viéndonos como “populistas”, los malentendidos estarán a la orden del día. Por el contrario, sus principales contendientes euroasiáticos desarrollan estrategias de poder económico y político en las que cumplimos un papel relevante, nos gusten o no.

La performance electoral de Unión por la Patria está poniendo a nuestro país nuevamente en una posición expectante en la política mundial, pero el juego está abierto y no hay espacio para errores. Cualquier alineamiento por simpatías ideológicas conducirá a alineamientos forzados que sólo pueden dañarnos. Nada más que la defensa del interés nacional puede salvarnos.

*Analista internacional

El trascendental FORO DE LA FRANJA Y LA RUTA DE LA SEDA reunido en Pekín, es el tema central de la columna del Club de La Pluma del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, por ser el más positivo acontecimiento de progreso global ocurrido en estos tiempos, en medio de uno de los más escalofriantes capítulos del histórico genocidio del pueblo palestino a manos de Israel y sus socios, EEUU y Europa. Una cumbre muy productiva en decisiones y descaradamente ignorada por la prensa, a pesar de reunir a más de 140 países y que fijó su posicionamiento geopolítico fundamental con la premisa de que ni la confrontación ideológica, ni la rivalidad geopolítica, ni la política de bloques serán opciones en el nuevo mundo que alumbra el Sur Global. Todo lo contrario a la fracasada, destructiva y moribunda Globalización Neoliberal del mundo anglosajón.

Entre sus importantes decisiones, se acordó ampliar la conectividad multidimensional entre los miembros. Potenciar que la economía sea cada vez más abierta. Asegurar el compromiso de una cooperación entre los estados que integran la ruta. Promover el desarrollo económico de TODOS los países miembros. Impulsar el desarrollo y el intercambio científico y tecnológico, incluido el intercambio de personas. Reforzar las infraestructuras de comunicaciones. Establecer nuevas normas y reglas sobre las energías limpias y la inteligencia artificial. Profundizar el desarrollo de la biofarmacia. Crear nuevos métodos financieros internacionales. Incentivar una agricultura modera y respetuosa con la naturaleza. Profundizar el transporte ferroviario eficiente y ecológicamente factible. Etc.

Por su parte, el presidente Putin hizo hincapié en la nueva ruta marítima del Océano Ártico, de vital importancia estratégica. Además se supo que Argentina recibió de China un refuerzo de tesorería de 6,500 millones de dólares para superar las urgencias por su crisis financiera.

Y en cuanto al conflicto palestino israelí que, hoy por hoy, es un escollo a la Ruta de la Seda, quedó claro el empeño de los gobiernos ruso y chino para apaciguar la región y establecer un nuevo estatus de vida entre el pueblo palestino y el Estado de Israel.

Además y durante el audio, Pereyra Mele analizó temas como:

  • Las elecciones en Argentina, donde están en juego el futuro de sus próximos 50 años.
  • La salvaje represión y el genocidio planificado en Palestina por parte del estado militarizado y nuclear de Israel.
  • EEUU, siendo un actor global principal, es también “un tuerto que ve por un solo ojo”.
  • Los fracasos diplomáticos de EEUU y la soledad de Israel en la región.
  • El silencio mediático sobe el fracaso en Ucrania de los misiles “Himars” de la OTAN y las ofensivas rusas en todo el frente.

Eduardo Bonugli (Madrid, 22/10/23)

Entrevista que se me realizó hoy, por la RadioCom Pelotas, Rio Grande do Sul, Brasil (La Ciudad Universitaria del Sur de Brasil), FM 104,5 para el Programa Contrapunto sobre las elecciones presidenciales Argentinas -Primera Vuelta- que conduce el Periodista Regis Oliveira y la Periodista Clarissa Henning junto al colaborador del Programa Andre Carvalho analizando el resultado de las elecciones general para Presidente de la República Argentina que ganó ampliamente el Candidato de Unión por la Patria: Sergio Tomas Massa, pero igualmente habrá segunda vuelta el próximo 19 de Noviembre para definir el Cargo de Presidente de la Nación. Y que tambien se transmite por los Canales de Youtube, Facebook, Instagram e Twitter

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico