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Por Lorenzo María Pacini

El concepto de Pentalasia podría asumir un nuevo y significativo papel para comprender los acontecimientos mundiales en Medio Oriente y más allá.

Entre los conceptos geopolíticos menos conocidos por el público en general está el de Pentalasia, que hoy podría asumir un papel recientemente significativo para comprender los acontecimientos mundiales en Medio Oriente y más allá.

El concepto en la doctrina geopolítica

Desde un punto de vista geopolítico, Pentalasia representa una configuración regional estratégica de cinco estados interconectados o áreas geográficas que abarcan Asia, como sugiere su nombre. Un espacio de cooperación multilateral basado en intereses comunes como la seguridad, el desarrollo económico, la estabilidad política y la sostenibilidad medioambiental.

En esta perspectiva, Pentalasia podría surgir como un proyecto de integración regional en una zona particularmente estratégica del mundo. Los Estados involucrados podrían compartir fronteras territoriales o estar unidos por vínculos históricos, culturales y económicos, creando un bloque capaz de afrontar los desafíos globales de manera concertada. Su colaboración podría basarse en un arreglo institucional que promueva el diálogo político, el intercambio económico y la resolución pacífica de conflictos.

Un ejemplo hipotético podría ser el de cinco países ubicados en una región neurálgica, distinta a Oriente Medio, Asia Central o el Sudeste Asiático, que decidieran unirse para garantizar la seguridad energética, promover la infraestructura regional y fortalecer su influencia en la dinámica global. En este contexto, Pentalasia podría actuar como contrapeso a las grandes potencias mundiales o a las organizaciones internacionales dominantes.

Además de los aspectos económicos y políticos, es evidente que un bloque de estas características tendría importantes implicaciones culturales, proporcionando una plataforma para mejorar la diversidad y fortalecer una identidad común, además de abordar cuestiones transnacionales promoviendo soluciones colectivas.

Por tanto, no sólo una entidad geopolítica, sino también un laboratorio para un nuevo enfoque de gobernanza regional, basado en el equilibrio entre interdependencia y soberanía.

Irán como centro de la cuestión

Centrémonos en Oriente Medio, la primera zona de identificación de Pentalasia.

Veamos el país más importante de la región: Irán.

Se trata de una potencia regional por derecho propio y de una potencia internacional al estilo de países emergentes como Brasil y Sudáfrica, hasta tal punto que el futuro del planeta está indisolublemente ligado a lo que ocurra en Irán. Es el Estado mejor situado para dominar Oriente Próximo y, junto con Rusia, el mejor situado para monopolizar las rutas entre el Gran Oriente y el Gran Occidente. En muchos sentidos, de hecho, Irán es una Rusia meridional y abundan las líneas genéticas paternas R1a (las mismas asociadas al mundo eslavo, los escitas, los indoarios, la cultura del hacha de guerra del Volga y la cultura kurgan). En la antigüedad, el Imperio persa –que corresponde a la esfera de influencia del Irán moderno– compartía fronteras con el Imperio romano al oeste y con la India al este, y dominaba también las rutas hacia China. Este simple hecho dice mucho sobre el destino histórico y geopolítico de Teherán.

Durante la época de los imperios coloniales, Irán fue el único país de la zona, junto con la mutilada Turquía, que no cayó en manos extranjeras, aunque la influencia tanto británica (en el Golfo Pérsico e Índico) como rusa (hacia el Cáucaso y el Caspio) fue muy fuerte. Era la época de la Anglo-Persian Oil Company (precursora de la actual British Petroleum) y su influencia en el Golfo Pérsico. En 1925, Reza Khan, primer ministro y antiguo general de la Brigada Cosaca Persa, organizó un golpe de Estado y se erigió en ‘shah’ (palabra iraní relacionada con el ‘ksatriya’ hindú y que significa algo así como ‘señor’) de Persia. Debido a su afinidad con Alemania, Reza Shah fue obligado por los británicos y los soviéticos a abdicar en favor de su hijo, Mohammad Reza Pahlavi. Los aliados temían que los alemanes, al entrar por el Cáucaso, pudieran llegar a Irán (y, por ende, a la India y el Tíbet, donde Alemania tenía muchos simpatizantes) y causar graves problemas en los territorios británico, soviético y francés. Además, los británicos ya tenían en la mira el ferrocarril Transiraní como ruta de abastecimiento a la URSS.

A través de Persia, Winston Churchill apoyó el esfuerzo bélico soviético con enormes envíos de material militar y materias primas. La compañía estadounidense Occidental Petroleum (hoy Oxy), de Armand Hammer, también aceptó llevarse petróleo soviético del Caspio por esa ruta. En 1951, Mohammad Mossadegh fue elegido primer ministro de Irán e inició un programa soberanista que nacionalizó la industria petrolera iraní y sus reservas de crudo, aplastando el monopolio de Londres. El gobierno británico, encabezado por Winston Churchill, respondió con el primer embargo naval al petróleo iraní, lanzó una campaña de sanciones económicas para arruinar y aislar al país, congeló los activos iraníes y conspiró con el presidente estadounidense Eisenhower para lanzar la Operación Ajax (conocida en Irán como Coup Mordad 1338) en 1953, esencialmente un golpe de Estado patrocinado por la inteligencia angloamericana. Mossadegh, muy popular en Irán, fue arrestado y su gobierno fue reemplazado por uno bajo el mando del Sha, totalmente bajo el mando de Londres y en buenos términos con Israel, Estados Unidos y Arabia Saudita. El régimen iraní empezó a reorganizarse siguiendo los pasos de las dictaduras petroleras árabes del Golfo y de la Libia del rey Idris. Durante décadas, el servicio de inteligencia del Sha , el SAVAK, aterrorizó a gran parte de la población y fue temido y odiado por sus brutales tácticas para reprimir cualquier oposición al régimen (esencialmente, clérigos chiítas y activistas comunistas).

El descontento popular culminó en la Revolución Islámica de 1979, encabezada por el Ayatolá Jomeini, que instauró una especie de teocracia nacionalista chiita, restableció una agenda política soberana, expulsó a la British Petroleum, formó la Guardia Revolucionaria y reformó el país. Poco después, Irán vivió la imposición de la guerra con el Irak de Saddam Hussein, apoyado por los angloamericanos, los mismos que lo traicionaron poco después. Esta guerra, en la que Irak utilizó armas químicas con pleno conocimiento de Occidente, reveló el enorme poder magnético que ejercía la religión chiita sobre las masas iraníes, dándoles la fuerza para hacer con alegría los mayores sacrificios y emprender acciones kamikazes que aplastaban la moral del enemigo.

El papel de Irán como nexo de unión no se limita a su bisagra este-oeste. De todos los países con costa en el océano Índico, Irán es el más próximo al Mediterráneo, al Caspio, a Rusia, al Heartland, a Israel y al antiguo espacio soviético. Su posición única en el corazón de Pentalasia (una auténtica tierra de los cinco mares ) lo convierte en una bisagra que conecta el océano Índico y el golfo Pérsico con una delicada arquitectura geopolítica que se extiende al Cáucaso, Turquía, Israel, Asia Central, Rusia y Europa. Pentalasia es, por tanto, la región bisagra por excelencia, que conecta cinco espacios marítimos totalmente diferentes e inconmensurablemente importantes.

Además, la región es rica en hidrocarburos. Probablemente no haya otro lugar en el mundo como éste y no es de extrañar que sea el entorno más sensible del planeta. Es comprensible que el atlantismo esté interesado en ocuparlo y desestabilizarlo (Israel, Irak, Siria, Líbano, Kurdistán): si este espacio se estructurara y estabilizara bajo una potencia soberana, esto restaría enorme importancia a las rutas marítimas, que son el gran recurso de las potencias talasocráticas.

Irán entra en la historia moderna como el único estado del mundo que posee mares en el Océano Índico, el Mar Caspio y el Golfo Pérsico, así como tierras en el Corazón de Eurasia y Pentalasia.

Si observamos el mapa de la Eurasia balcanizada, vemos que Irán también se sitúa en los «Balcanes euroasiáticos», la «Zona central de inestabilidad» y el «Nuevo pivote global». El papel geopolítico de Irán no es sólo el de nexo de unión, sino también el de potencial muro de contención, gracias a su territorio, que en su mayor parte es una meseta montañosa, una especie de fortaleza natural, un espacio fácilmente defendible, bien poblado (75 millones de habitantes, aproximadamente lo mismo que Turquía), con mejores medios materiales y económicos y más población que el Irak de Sadam Husein, pero con la complicada orografía de Afganistán y excelentes salidas al mar. Al ampliar su influencia en el Mediterráneo, Irán puede aislar al mundo árabe petrolero del resto de Eurasia y también sería capaz de cortar a Turquía los recursos del Golfo.

Los retos regionales de Irán son el Estado de Israel, las monarquías petroleras árabes y la presencia desestabilizadora de Estados Unidos y el Reino Unido en la región. Turquía, Israel y las monarquías petroleras árabes aspiran a dominar la región convirtiéndola en «Pentalandia». Sin embargo, les guste o no, geopolíticamente hablando la potencia más adecuada para hacerlo es Irán, que ya la ha gobernado en el pasado (medos, persas, aqueménidas, partos, sasánidas, etc.). Teherán, aliado con Siria, Irak, Líbano y las comunidades chiítas, alauitas, cristianas, drusas, ismaelitas, sufíes, etc., podría desempeñar un papel importante en la estabilización de este espacio y, por ende, en la paz mundial. Para evitarlo, el atlantismo financia el radicalismo sunita (en particular las corrientes salafista-wahabitas vinculadas a Arabia Saudita, Turquía, Estados Unidos e Israel) y hace todo lo posible para fomentar el odio sectario entre chiítas y sunitas, tal vez con la esperanza de provocar una macroguerra civil religiosa en la región.

Irán es, junto con los Emiratos Árabes Unidos y Omán, el único país del Golfo Pérsico que también tiene costa en el Océano Índico. El atlantismo apoya firmemente a las dictaduras petroleras árabes (Arabia Saudita, Qatar, los Emiratos, Bahréin), pero Irán está en mejor posición que cualquier otro país del mundo para dominar el Golfo Pérsico porque:

  1. Domina el estratégico estrecho de Ormuz, por el que pasa el 40% del tráfico petrolero mundial (incluido el 40% del petróleo de China). Si Irán cerrara este estrecho (lo que se consideraría un acto de guerra), las consecuencias internacionales serían difíciles de calcular. Recientemente, los Emiratos Árabes Unidos abrieron un oleoducto desde el Golfo Pérsico hasta el Mar Arábigo (parte del Océano Índico), eludiendo el control iraní del estrecho de Ormuz.
  2. Irán es el país con más costas en el Golfo Pérsico que ningún otro. El escenario geopolítico «normal» prevé que las actividades comerciales y financieras del Golfo Pérsico, que suponen un fabuloso tráfico de capitales cada día, se realicen en Irán y que el principal centro financiero del Golfo Pérsico no sea Dubai, sino la isla persa de Kish (destinada a convertirse en el Dubai de Irán, también gracias a los arquitectos alemanes), declarada por Teherán «zona de libre comercio», al estilo de las zonas similares de China. Kish alberga la Bolsa de Petróleo Iraní, un mercado de acciones de petróleo en divisas distintas del dólar (principalmente euro, rial, rublos, renminbi y yen), lo que es casi una declaración de guerra a Estados Unidos, atacándolo donde más le duele: el monopolio del petrodólar, creado de la nada como moneda de intercambio internacional. Kish tiende a desviar la atención de la opulenta ciudad de los Emiratos, donde se encuentra la Bolsa de Dubai, el trono supremo del petrodólar, que está estrechamente controlada por la NYMEX de Nueva York (controlada a su vez por Morgan Stanley, Goldman Sachs y otras capitales neoyorquinas y londinenses), la ICE Futures (Intercontinental Exchange), la IPE (International Petroleum Exchange) de Londres y la London International Commodity Exchange. Todas estas entidades realizan sus negocios en dólares. La Bolsa de Kish se inauguró en agosto de 2011 y utilizó el euro y el dírham emiratí en sus primeras transacciones.
  3. La mayoría de la población de la costa del Golfo Pérsico es chií. Hay un dicho que dice que «el Islam no conquistó Persia, sino que Persia conquistó al Islam», es decir, que en Irán se ha producido una indoeuropeización y una desemitización del Islam, dando lugar a una religiosidad chií, más jerarquizada que el sunnismo, con un clero plenamente organizado y con claras reminiscencias mazdeístas, zoroastrianas y maniqueas. En todo Oriente Próximo, los chiíes son una potencial quinta columna para Irán: constituyen el 66% de la población de Irak y Bahréin (un Estado petrolero insular dominado por una monarquía sunita que ha reprimido duramente a la mayoría chií sin que la «comunidad internacional» haya movido un dedo), el 33% de Kuwait, el 20% de Arabia Saudí (concentrada en las provincias petroleras del Golfo Pérsico) y el 10% de los Emiratos y Qatar. También hay importantes poblaciones chiítas en Azerbaiyán (65%), Yemen (40%), Líbano (33%) y Siria (15%), así como en Pakistán, Turquía, India, Afganistán y otros países. Estas comunidades son esenciales para la columna vertebral del «nuevo imperio persa» –la esfera de influencia de Irán– y ponen muy nerviosos a los regímenes árabes petroleros.

FUENTE: https://strategic-culture.su/news/2024/12/13/pentalasia-in-grand-chessboard-and-central-role-iran/

Por United World International

Pero Turquía, Rusia, Irán y otros países de la región aún pueden colaborar para impedir los planes de Estados Unidos.

El autor, historiador y politólogo de la UWI, el profesor asociado Mehmet Perinçek, evaluó la caída de Bashar Assad. Perinçek se centra en el carácter de los actores y fuerzas del nuevo gobierno de Damasco.

Para prever lo que puede ocurrir en Siria a partir de ahora, primero tenemos que entender el papel de los que han llegado al poder.

Estados Unidos e Israel pretenden fragmentar los Estados-nación de la región. El Proyecto Gran Oriente Medio y su objetivo de redibujar las fronteras de la región siguiendo líneas étnicas y sectarias son estrategias bien conocidas. Ya hemos visto ejemplos de ello en Yugoslavia, Irak y Libia.

Turquía representa con su presencia un obstáculo importante para este plan. La estrategia estadounidense siempre ha considerado a Turquía como un país demasiado grande y fuerte para controlarlo fácilmente. En consecuencia, su objetivo es la integridad territorial de Turquía. Para lograrlo, necesitan cercar a Turquía. Este cerco se lleva a cabo actualmente a través de las islas del Egeo, el Mediterráneo oriental y Tracia, pero uno de sus componentes más críticos está sin duda en el norte de Siria: El PKK/YPG.

Los acontecimientos en Siria deben interpretarse como acciones dirigidas tanto contra Turquía como contra Siria. Deben verse como parte de este plan de cerco.

Terrorismo separatista y terrorismo intolerante

Volviendo ahora a lo que decía al principio: el papel de los que han llegado al poder. Hay dos facciones importantes en juego en Siria a este respecto: la facción de los terroristas separatistas y la facción de los terroristas fanáticos. Ambas fueron creadas y están dirigidas por Estados Unidos. Las dos fuerzas que pretenden dar forma al futuro de Siria están bajo el control de EEUU.

Por lo tanto, Siria se enfrenta a la amenaza de la partición en el próximo período. Ya han aparecido indicios de ello. Ya han comenzado las conversaciones para redactar una nueva constitución con una estructura federal. Siria está a punto de ser reclamada por quien pueda apoderarse de ella. El PKK/YPG está ampliando su territorio, mientras que las fuerzas intolerantes se han hecho con el poder. Simultáneamente, Israel se aprovecha de la situación ocupando tierras sirias.

Es importante recordar que, cuando Turquía experimentó el intento de golpe de Estado de la organización terrorista Fethullah Gülen (FETÖ), respaldada por Estados Unidos, los días 15 y 16 de julio de 2016, hubo una preparación similar. El PKK/YPG estaba al tanto del golpe de antemano y se había preparado para actuar si tenía éxito. En este escenario, se habría establecido un gobierno títere de EEUU en Turquía y se activaría simultáneamente el terrorismo separatista. Lo que se está planeando ahora para Siria se parece a esto.

¿Qué ha salido mal?

Entonces, ¿qué se puede hacer para contrarrestar esto? En primer lugar, reconozcamos que hubo pasos que deberían haberse dado antes. La base terrorista fanática en Idlib -que es la causa principal de los recientes acontecimientos- y las bases terroristas separatistas al este del Éufrates deberían haber sido atacadas mediante la cooperación de Turquía, Rusia e Irán. No ha sido así. En consecuencia, las fuerzas respaldadas por Estados Unidos, que se habían debilitado durante la guerra civil, consiguieron reagruparse y ganar fuerza.

A pesar de estos errores, el asunto no ha terminado. Turquía, Irán, Rusia y otros países de la región aún pueden colaborar para contrarrestar la agenda de partición de Estados Unidos e Israel. En este punto, Turquía debe llevar a cabo una lucha decisiva y coherente contra el PKK/YPG. Mientras lo hace, debe alinearse con las fuerzas en Siria que puedan restaurar la unidad nacional y la integridad territorial.

Quienes celebran la situación actual de Siria pronto se darán cuenta de que hay pocas razones para ello. Veremos hasta qué punto los planes de EE.UU. e Israel para dividir Siria y cuán profundamente podría perjudicar a Turquía.

¿Qué harán Rusia e Irán?

En cuanto a Rusia e Irán, hasta ahora han desempeñado papeles fundamentales en la resistencia de Siria. Sin embargo, Rusia lleva dos años ausente de Siria debido a su operación militar especial en Ucrania. Irán se ha centrado en la cuestión palestina y Hezbolá ha entrado directamente en conflicto con Israel. Estados Unidos, Israel y sus colaboradores en Turquía han explotado esta situación.

Además de las preocupaciones de los aliados de Siria, la propia Siria ha estado sometida a sanciones durante 13-14 años. Sus recursos petrolíferos están en manos del PKK/YPG. Considero digno de mención que no existe otro canal o ruta que no sea Idlib para que este petróleo pueda comercializarse a nivel mundial.

Es poco probable que Irán y Rusia adopten una postura de confrontación contra el nuevo gobierno de Siria. Por el contrario, tratarán de mantener relaciones para preservar sus posiciones actuales. Este enfoque es comprensible. Pronto se sabrá hasta qué punto tiene éxito.

Un detalle importante que arroja luz sobre el carácter de este nuevo gobierno apareció en un reciente informe del Washington Post. Citando a una fuente diplomática antaño cercana a Assad pero ahora en el bando opuesto, el informe revelaba que Estados Unidos se dirigió a Assad con una oferta antes de la última ofensiva de HTS. La propuesta consistía en que Assad abandonara su apoyo a Irán y Hezbolá y cortara la conexión logística entre ambos. A cambio, Estados Unidos prometía levantar las sanciones. Assad rechazó esta oferta, y por eso lo derrocaron.

Fuente en español Geopolitika.ru

Fuente: https://unitedworldint.com

Lo que Occidente llama Medio Oriente renace mediante múltiples acuerdos de integración.

Por el Dr. Gabriel Merino

El mundo musulmán, extendido desde Indonesia al Magreb y con centro en Asia occidental, fue durante siglos un gran articulador comercial de Afro-Eurasia por su ubicación y geografía. El declive de China, de India y del conjunto de Asia a partir de la colonización europea y su incorporación subordinada al sistema mundial dominado por las potencias atlantistas, significó el declive de ese mundo. El desarrollo de nuevas rutas marítimas por parte de las flotas occidentales en detrimento de las ya existentes dominadas por los pueblos asiáticos, así como el declive de las rutas terrestres que atravesaban las estepas y desiertos del «megacontinente», eclipsó también la famosa Ruta de la Seda, cuyo centro productivo principal era China. Conformada en el siglo I, la ruta comercial milenaria se conoció por su producto estrella, la seda proveniente del Reino Medio, aunque por sus caminos también se comercializaba oro, plata, piedras preciosas, pieles, cerámica, porcelana, hierro, tintes, bronce, textiles, etc. 

En el mes de abril de este año, Jon B. Alterman, vicepresidente del influyente think thank estadounidense CSIS, advirtió: “Subestimamos hasta qué punto nuestros socios de Oriente Medio acogen con satisfacción la influencia china como un freno a lo que consideran excesos estadounidenses. Pretenden mantener sus fuertes lazos con nosotros y, al mismo tiempo, estrecharlos con China. El mensaje constante de China es que hacerlo es posible y deseable, y que deben socavar los esfuerzos de Estados Unidos por separarlos de China. En este proceso, China pretende alejar a la región de Estados Unidos y avanzar en el objetivo estratégico chino de un mundo más no-alineado en términos globales.

Este párrafo ilustra con bastante claridad una mirada bastante extendida en el Occidente geopolítico sobre lo que está ocurriendo en la región central de Afro-Eurasia y el peligro que ello representa para la primacía estadounidense, enfocada desde los años de 1950 en controlar de forma primordial tres regiones fundamentales (además de sostener la hegemonía en el continente americano como imperativo estratégico principal): Europa, “Oriente Medio” y Asia oriental. Dichas palabras también muestran cómo piensan bajo la lógica amigo-enemigo el orden mundial y las relaciones con otros países y regiones las élites anglosajonas: Alterman observa como algo negativo que los países tengan una buena relación tanto con Estados Unidos como con China y también que crezca el no-alineamiento en un mundo crecientemente multipolar, algo que Beijing favorece (lo cual debería ser visto como positivo, ya que no promueve un esquema bipolar, con alineamientos rígidos).

Es cierto que, bajo su lógica, la preocupación de las elites anglo-estadounidenses es justificada, por decirlo de algún modo. En el sentido de que es cierto que en la región central de afro-eurasia y sus alrededores se están produciendo cambios estructurales, que apuntan a un nuevo equilibrio político y estratégico. Para los neoconservadores del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (conocido como PNAC por sus siglas en inglés), que dominaron en la administración de George W. Bush, esta región se estableció como un territorio prioritario a controlar para mantener la supremacía estadounidense en el siglo XXI, ya que entre otras custiones es donde se produce la energía que necesita Europa y Asia Oriental, las otras dos grandes áreas productivas del mundo junto a los Estados Unidos. Obviamente, en dicho imperativo hay  una continuidad, aunque con imortantes matices geoestratégicos, en la tradición geopolítica clásica anglosajona de pensar dicha región clave del tablero euroasiático como un shatterbelt o cinturón de quiebra, fragmentado e inestable y, sobre todo, en disputa, donde Iran aparece como el gran enemigo a vencer. 

Sin embargo, las guerras en las que ha intervenido Washington y sus aliados, cuyo fin último era sostener el dominio regional, parecieran haber generado el efecto contrario. Ese es un problema habitual de las perspectivas unilaterales y militaristas, que priorizan lo instrumental sobre lo político. En este sentido, hace algunos años el ministro indio de Asuntos Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, afirmó: “Durante los últimos 20 años, los Estados Unidos han estado luchando pero no ganando en Oriente Próximo, y China ha estado ganando pero no luchando”. Unos años antes, Giovanni Arrighi había llegado a una conclusión similar: China fue el gran ganador de la ‘Guerra Global contra el Terrorismo. 

Lo mismo podríamos decir en términos más generales: la mayoría de las estrategias y tácticas del viejo polo de poder dominante para frenar a los poderes emergentes, “contenerlos” e intentar detener las tendencias fundamentales de la transición histórico-espacial del sistema mundial –que necesariamente es también una transición de poder— han generado el efecto contrario, acelerando incluso las tendencias. 

Acuerdos en la post-pandemia

En diciembre de 2022, en una visita del mandatario chino Xi Jinping al rey saudí Salmán bin Abdulaziz Al Saud, se estableció el Acuerdo de Asociación Estratégica Integral entre la República Popular China y el Reino de Arabia Saudita. Fue todo un indicador, junto al acuerdo con Irán de 2021, del nuevo momento geopolítico en la transición de poder que se abrió post-pandemia. 

Este mismo tipo de acuerdo de máximo nivel es el que Beijing también tiene con Emiratos Árabes Unidos, Iran y Egipto; y si nos extendemos hacia lo que se conoce como el «Gran Medio Oriente», también se puede incluir a Argelia. En un escalón menor, China a su vez ha establecido asociaciones estratégicas con Turquía, Jordania, Qatar, Irak, Kuwait y Omán. A su vez, con Marruecos y Yibuti, que son países del mencionado «Gran Medio Oriente». Por otra parte, China tiene un mecanismo de diálogo estratégico con el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCG) —integrado por varios de los países mencionados—, con quienes el intercambio comercial anual ronda los 200.000 millones de dólares. Estos acuerdos y asociaciones, sostenidas por un gran vínculo económico, incluyen también aspectos tecnológicos, científicos y militares.

Si lo delimintamos en términos político-culturales, 14 países árabes de un total de 22 —donde quedan excluidos Irán o Turquía— han establecido una asociación estratégica integral o una asociación estratégica con China, lo que convierte a la región árabe en uno de los mayores grupos culturales con socios estratégicos de Beijing. Además, los 22 países son miembros de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y han emitido una declaración conjunta sobre la implementación de la Iniciativa para la Civilización Global. Hay que recordar que China fue el primer país no árabe en reconocer a Palestina como Estado, un elemento político histórico fundamental para entender la situación actual o la posición de Beijing a favor de que Palestina sea miembro pleno de la ONU. Incluso fue más allá, como señalara Néstor Restivo en una nota anterior de Tektónikos, al afirmar el derecho de los palestinos a la resistencia armada en la Corte Internacional de Justicia durante el mes de febrero último, donde el delegado Ma Xinmi señaló que “muchas resoluciones reconocen la legitimidad de la lucha por todos los medios disponibles, incluida la lucha armada, de los pueblos bajo dominación colonial u ocupación extranjera, para hacer realidad el derecho de autodeterminación”.

Complementariedad, conectividad e inversiones

Para China y para los paíes de la región, la profundización de la relación es muy importante en varios aspectos. 

Obviamente, al ser China el principal país importador de hidrocarburos (11,3 millones de barriles diarios en 2023) hay una complementariedad natural con una región que se caracteriza por su capacidad en la exportación de hidrocarburos, en donde se destaca Arabia Saudita. 

La nueva gran fábrica del mundo (o su recuperación luego de un impase de dos siglos) tiene un “matrimonio inevitable” con los grandes países productores de materias primas –como definiera Hamilton Mourau el vicepresidente del Brasil de Jair Bolsonaro en relación a su país. Eso constituye una fuerza motriz que tracciona a la política. Además, con Europa y Japón estancados desde 2008, y con los Estados Unidos logrando el autoabastecimiento hidrocarburífero, resulta una necesidad estratégica para los países exportadores de petróleo fortalecer el vínculo con el principal poder emergente, que crece a un ritmo vertiginoso para su tamaño: su PBI nominal pasó de ser un cuarto del PBI estadounidense a ser equivalente a tres cuartas partes en apenas 15 años y en términos de paridad de poder adquisitivo ya es 30% mayor.

China también es una gran oportunidad de inversiones para los países de la región demandantes de infraestructura, tecnología y producción con mayor valor agregado. Por ejemplo, en 2012, China y Saudi Aramco acordaron construir juntas una enorme refinería en Yanbu, en el mar Rojo. En cuatro años, la refinería estaba procesando unos 400.000 barriles diarios de petróleo, equivalente a un poco menos de todo lo que refina Argentina en sus plantas. Además, empresas chinas han construido otras de las refinerías más importantes en dicho país. Por otro lado, el acuerdo entre China e Irán de hace tres años también fue muy importante para inversiones en el sector de hidrocarburos e infraestructura. A su vez, sirvió para desarticular en parte la guerra económica y la política de aislamiento contra el país persa impulsada por los Estados Unidos, Reino Unido e Israel, como parte de la guerra híbrida contra el país persa. 

A su vez, más allá de los hidrocarburos, también otras áreas se están volviendo cada vez más relevantes, como las inversiones chinas en infraestructura ferroviaria, plantas desalinizadoras, polígonos industriales, informática y cuestiones militares. 

Otro aspecto que resulta fundamental para China en relación con la región es respecto a la seguridad, con motivo de contener y desalentar el islamismo radical que tiene ramificaciones hacia Asia central. Esto constitye un elemento de desestabilización de su región oriental, particularmnete la provincia de Xinjiang o Sinkiang,  y puede ser instrumentalizado por poderes rivales interesados en promover tensiones políticas en China y en agitar conflictos territoriales que debiliten geopolíticamente al gigante emergente.

Por otro lado, como ya se ha señalado, resulta evidente que la región es estratégica en términos logísiticos e instraestructurales para la articulación de Eurasia o, en términos más amplios, de Afro-Eurasia. En ese sentido, por varios de sus países está proyectado el Corredor Económico China-Asia Central-Asia Occidental de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Como advierte el propio Henry Kissinger en 2017, al pretender conectar China con Asia Central y eventualmente con Europa, Beijing desplazará de hecho el centro de gravedad mundial del Atlántico a la masa continental euroasiática. Esto, por un lado, terminaría de deshacer la primacía mundial de las potencias del Atlántico Norte, establecida en el siglo XIX, y por otro lado, volvería nuevamente central (como ya está sucediendo) a los países y ciudades clave de ‘Oriente Medio’, pero ya no como mera periferia exportadora de materias primas o un shatterbelt en términos geopolíticos. Por eso también es tan importante el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita, propiciado por Beijing, cada vez más un actor clave de la diplomacia mundial. 

Volviendo al aspecto logístico-comercial, resulta interesante observar el siguiente ejemplo. Acorde a su lugar histórico como centro portuario- comercial, en la actualidad el 60% del comercio chino con Europa y África, pasa por los Emiratos Árabes Unidos, principalmente por la ciudad de Dubai, donde viven alrededor de 250.000 chinos.

No puedo dejar de mencionar la cuestión monetaria como otro de los aspectos estratégicos de la relación, obviamente relacionado con el petróleo. Las iniciativas de China de internacionalizar su moneda, el renmimbí o yuan, tiene como uno de sus focos los países del Golfo y del «Gran Medio Oriente». Esto también está directamente relacionado con la seguridad nacional, ya que se anticipan a posibles sanciones estadounidenses-occidentales, como se vieron en el caso de Rusia, que obstaculicen la comercialización de hidrocarburos. De esta forma, ya se van estableciendo y lubricando los mecanismos de comerciales y financieros para ese escenario, impulsando la creación de condiciones geopolíticas y geoeconómicas para un escenario de desdolarización «obligada». Los estados del Golfo, en particular Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, están reforzando su cooperación financiera con China mediante acuerdos de intercambio de divisas, acuerdos de liquidación comercial transfronteriza y esfuerzos de colaboración en materia de moneda digital. 

En este sentido, a principios de junio se conoció la noticia de que Arabia Saudita no había renovado el acuerdo establecido hace 50 años con los Estados Unidos, por el cual se comprometía a vender su petróleo en dólares, estableciendo la piedra angular del petro-dólar, luego del abandono del patrón dólar-oro. No fue oficial la noticia y entiendo que tampoco podría serlo por la naturaleza del acuerdo. Pero la confirmación llegó rápidamente. Hace unos días se conoció la primera compra oficial de petróleo saudí en yuanes por parte de China. 

Esto formaliza u oficializa algo que avanza desde 2022: la venta de petróleo saudí, el mayor exportador del mundo, en otras monedas y especialmente en yuanes (algo que ya tiene China con Rusia, el otro gran jugador en los hidrocarburos). 

Hay 3 cuestiones claves para resaltar:

— avanza el desarrollo de las condiciones geopolíticas y geoconómicas para la «desdolarización», probablemente la próxima gran batalla en esta etapa de ‘caos sistémico’.

— sigue cambiando notoriamente el mapa político y estratégico de «Oriente Medio», donde 4 países se sumaron a BRICS+ y gana peso la presencia de China (también de Rusia e India).

— se consolida una OPEP + Rusia que mira hacia el este y sur de Asia, sobre todo a China, la fábrica del mundo. 

* Nota: Imagen, detalle de una obra del artista iraquí-estadounidense Michael Rakowitz.

¡¡ IRÁN: UNA POTENCIA EN DESARROLLO !!

Es el título de la columna del Club de La Pluma del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, poniendo luz y realismo sobre este gigante asiático apenas conocido en Occidente, salvo por la discriminación aleatoria anglosajona entre “Buenos y Malos”, a pesar de ser socio fundador de la ONU, miembro de la Organización de Cooperación de Shangai, de la OPEP, de los BRICS, de la Organización de Cooperación de los Países Islámicos y de haber integrado los Países No alineados. También por las más de 2.500 sanciones y varias guerras impuestas por EEUU desde la caída del Sha de Persia en 1979, que actuaron como un boomerang en el tiempo, ya que Irán se obligó a desarrollar un sólido y autosuficiente sistema tecnológico, militar y nuclear y lograr una extensa industria que abarca aviones, armas, vehículos, fármacos y todo tipo de insumos para necesidades internas. Además de ser la cuarta reserva mundial de petróleo y la primera de gas.

Unas realidades incontestables que confirman el fracaso estratégico de Occidente y el temor cada vez mayor de Israel en la región, acentuado con los recientes choques bélicos entre ambos, que llevaron al régimen sionista -y al timorato Occidente- a comprender que no son ni infalibles ni invulnerables, además de toparse con un freno insuperable a sus desmanes imperiales en la región.

Por otra parte, el audio destaca la constatación de que Irán es ahora la nueva y más sólida alternativa de China en la región gracias al programa de Asociación Estratégica por 25 años firmado entre ambos, que le aseguran al “Gran Dragón” un petróleo barato y suficiente a cambio de una inversión en el “País Persa” de 400.000 millones de dólares en infraestructuras, complejos militares y de inteligencia. Además de que sus fronteras comunes con Pakistán garantizan a China la seguridad de los futuros oleoductos y gasoductos con Irán y el paso por aquel país de la Ruta de La Seda en busca de la salida al Océano Índico, evitando el Estrecho de Malaca, el Mar de la China y la provocación de la flota norteamericana.

AUDIO:

Y si a esto se le suma la cartelización del precio mundial del petróleo entre Rusia, Arabia Saudita e Irán (Brics), se dibuja así el más negro escenario con las peores pesadilla para los geopolíticos e ideólogos neoliberales norteamericanos, agravada por la consolidación del eje moral islámico-confuncional y el negro pronóstico para la achacosa economía de los EEUU. Además de que la realidad en Asia por el conflicto con Israel, demuestra que Irán tiene bien cubiertas las espaldas por Rusia y China, creando una sinergia exponencial en la región, que profundiza los cambios globales  donde el país persa es un actor primordial.

Por último nos deja el dato incontestable de que en Irán las matrículas universitarias femeninas son el 60% de todo el alumnado superior, lo que deja el desnudo las falsedades y las exageraciones de las campañas – cliché para demonizar a su gobierno.Todo ello en un momento muy particular de la historia y de la humanidad, ante el cambio tectónico y el tránsito civilizatorio desde el mundo occidental hacia el asiático que viene anunciando desde hace 15 años y que ahora puede confirmar que EL FUTURO LLEGÓ.

Eduardo Bonugli (Madrid, 28/04/24)

ANEXOS: 

  1. Entrevista de la cadena internacional HispanTv de Irán al Sheik Karim Paz y al director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele sobre los efectos inversos logrado por el mal llamado «occidente colectivo» (deberia decirse EEUU, los anglosajones y la UE) con las SANCIONES que imponen ilegalmente a los Paises que se resisten y combaten su injusto modelo globalizador unipolar, hoy no solo cuestionado por el Sur Global, sino que logró que los sancionados se FORTALEZCAN y se unan en estructuras superiores multipolares, que están cambiando la historia de 5 siglos de dominio occidental…https://videos.hispantv.com/hispantv/20240425/detras-de-la-razon—p2180.mp4 
  2. Precisión sobre poder: cómo los misiles ‘obsoletos’ de Irán penetraron las defensas aéreas de Israel – La exitosa violación por parte de Irán de las muy respetadas defensas aéreas de Israel, a pesar de la alianza multinacional que se unió a esos últimos esfuerzos de defensa, sirvió en instancia como un mensaje político iraní a Tel Aviv. The Cradle https://thecradle-co.translate.goog/articles/precision-over-power-how-irans-obsolete-missiles-penetrated-israels-air-defenses?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=wapp 

Noticias de hace 3 años atrás que demuestran que todo cambio y rápidamente en el frente de Asia sudoccidental de Palestina, la Península Arábiga, Golfo Pérsico y Mar Rojo en contra de los intereses Occidentales e Israel DOSSIER GEOPOLITICO Redaccion

Hombros cubiertos iraníes – por: Emanuel Pietrobon

Volvemos a publicar una contribución de 2021 publicada al margen de la firma de un acuerdo de cooperación entre Beijing y Teherán. Un momento crucial que vio la formación de un eje dispuesto a oponerse a los deseos hegemónicos de Israel y Estados Unidos. La libertad de respuesta iraní surge también y sobre todo de la conciencia de tener las espaldas cubiertas por sus aliados chinos y rusos. DISSIPATIO.IT

La administración Trump ha abandonado la escena, pero la estrategia de máxima presión sigue ahí, esperando ser superada por planes de acción más adecuados a la realidad fáctica: Irán se somete, sufre y sufre, pero no se quiebra. Este año, de hecho, a pesar del aumento de la presión de las sanciones, la eliminación de Qassem Soleimani y el asesinato en Hollywood de Mohsen Fakhrizadeh , la revolución jomeinista apagará la vela número cuarenta y dos. Este año, en comparación con años anteriores, habrá más motivos para celebrar: lo peor – Trump – ya pasó, el diálogo con Rusia podría llevar a Irán a entrar en el mercado de la Unión Económica Euroasiática y las relaciones con China, la única potencia verdaderamente capaz de desafiar (y ganar) la hegemonía estadounidense, se elevó de manera extraordinaria el 27 de marzo de 2021.

Ese día sucedió que Mohammad Javad Zarif y Wang Yi , jefes de la diplomacia de Irán y China, hicieron realidad el llamado Programa de Cooperación de Veinticinco Años, también conocido como Asociación Estratégica Integral China-Irán, una rica y multifacética Acuerdo de cooperación omnidireccional esbozado en junio del año pasado. El documento prevé, entre otras cosas, que Irán venderá petróleo a China a precios bajos durante veinticinco años, inversiones del Dragón en la economía iraní de cuatrocientos mil millones de dólares en el mismo período -especialmente en infraestructuras- y una inversión crítica Ampliación de la cooperación en el ámbito militar (incluida la producción de armamento) y en inteligencia (es decir, el intercambio de información entre servicios secretos). El acuerdo brilla por sí solo, ya que está claramente creado para crear una sinergia operativa a medio camino entre una asociación estratégica y una alianza, pero aún requiere una explicación para los no expertos. El acontecimiento es histórico porque, oro negro y dinero a un lado, podría sentar las bases para la materialización de las pesadillas geopolíticas de Zbigniew Brzezinski y Samuel Huntington de un «eje islámico-confuciano» , que, a su vez, sería preparatorio y funcional para la destrucción de los sueños hegemónicos del triángulo Estados Unidos-Israel-petromonarquías en Medio Oriente y la repercusión de sus efectos en toda Eurasia, principalmente en Rusia, secundis en el mundo turco y tertiis en la Indosfera.

El acuerdo, inicialmente deseado más por Teherán que por Pekín , fue firmado con un objetivo concreto: enviar un mensaje a la Casa Blanca. Ese mensaje es el siguiente: “Irán ya no está solo”. Y, de hecho, Irán, si el acuerdo se implementara realmente, dejaría de ser una potencia en solitario y se transformaría en un protectorado informal de China, una potencial «línea roja» cuya integridad debería preservarse con el fin de reescribir las relaciones con las organizaciones internacionales. en Asia y la salvaguardia de la Nueva Ruta de la Seda . Por lo tanto, no se trata de un acuerdo cualquiera, sino de un instrumento con el que Pekín hipoteca su control sobre Teherán, evitando que éste caiga debido al estrangulamiento económico occidental y a la guerra poderosa e ilimitada librada por Tel Aviv: excelentes asesinatos, destrucción de puestos de avanzada a lo largo del llamado llamado eje de resistencia y sabotaje de infraestructuras estratégicas. Porque cooperación en inteligencia significa esto: ayuda directa para contrarrestar operaciones hostiles tramadas desde el exterior con la complicidad de quintas columnas, desde ataques hasta asesinatos, ergo entrada indirecta del Imperio Medio en la guerra fría entre Irán e Israel (y Estados Unidos) y elección clara y clara del campo donde hasta ayer se prefería una posición aislada.

Evidentemente, Pekín debe haber tomado conciencia de que el enfrentamiento con la Casa Blanca no fue extemporáneo, es decir, un capricho de Donald Trump , sino que se trata de un fenómeno destinado a perdurar en el tiempo y tomar la forma de una auténtica guerra fría. Irán juega un papel fundamental en este contexto de belicosidad: puede ser utilizado en Medio Oriente de la misma manera que Estados Unidos usa a Israel y/o las petromonarquías, es decir, como un ariete cuyos movimientos pueden estabilizar o desestabilizar. China también ha comprendido la última verdad, además de la más importante: la Guerra Fría 2.0 sólo puede ganarse con la condición de crear una coalición antihegemónica, de ahí el cordial acuerdo con Rusia y el pacto de veinticinco años con Irán. . Lo que falta ahora es la unificación de las asociaciones paralelas en un todo hiper poderoso: un ser mitológico para un tercer oso, un tercer dragón y un tercer león .

Dissipatio Italia: https://www.dissipatio.it/le-spalle-coperte-iraniane/ 

Por MK BHADRAKUMAR de su pagina India Puchline

La próxima primera visita del presidente iraní, Ebrahim Raisi, a Arabia Saudita el 13 de noviembre marca un hito en el acercamiento entre los dos países mediado por China en marzo. La relación está adquiriendo rápidamente un nivel cualitativamente nuevo de solidaridad en el contexto del conflicto palestino-israelí. 

Esto marca un cambio en las placas tectónicas de la política regional, que durante mucho tiempo ha estado dominada por Estados Unidos, pero que ya no lo está. La última iniciativa China-EAU del lunes para promover un alto el fuego en Gaza se completó con un extraordinario espectáculo de diplomacia en la sede de la ONU en Nueva York cuando los enviados de los dos países leyeron juntos una declaración conjunta a los medios. Estados Unidos no estaba a la vista. 

Los acontecimientos ocurridos desde el 7 de octubre dejan muy claro que los intentos de Estados Unidos de integrar a Israel en su vecindad musulmana en sus propios términos son una quimera, es decir, a menos y hasta que Israel esté dispuesto a convertir su espada en rejas de arado. La ferocidad de los ataques de venganza israelíes contra el pueblo de Gaza –“animales”–   huele a racismo y genocidio. 

Irán conoció desde siempre la bestialidad del régimen sionista. Arabia Saudita también debe sentirse aliviada tras la llamada de atención de que, ante todo, debe aprender a vivir en su región. 

Raisi se dirige a Arabia Saudita en el contexto de un cambio histórico en la dinámica de poder. El rey Salman invitó a Raisi a hablar sobre los crímenes de Israel contra los palestinos en Gaza en una cumbre especial de estados árabes, de la que será anfitrión en Riad. Esto significa una profunda comprensión saudita de que incluso su voluntad de involucrarse en los Acuerdos de Abraham bajo la persuasión estadounidense ha alienado al público árabe. 

Hay una falacia en el discurso occidental sobre un eje Rusia-China-Irán en Asia occidental. Esta es una mala interpretación sin sentido. Un triple principio coherente de política exterior que Irán aplicó desde la Revolución Islámica de 1979 es que, en primer lugar, su autonomía estratégica es sagrada; dos, los países de la región deben tomar su destino en sus propias manos y resolver ellos mismos los problemas regionales sin involucrar a potencias extrarregionales, y tres, fomentar la unidad musulmana, por largo y sinuoso que parezca ese camino. 

Este principio tenía graves limitaciones debido a la fuerza de las circunstancias, principalmente, en las condiciones generadas por la política colonial de divide y vencerás aplicada por Estados Unidos. Las circunstancias incluso fueron diseñadas deliberadamente, como la guerra entre Irak e Irán, donde Estados Unidos alentó a los estados regionales a colaborar con Saddam Hussein para lanzar una agresión contra Irán para obstaculizar la revolución islámica en su infancia. 

Otro episodio doloroso fue el conflicto sirio. Allí, nuevamente, Estados Unidos hizo campaña activamente entre los estados de la región para lograr un cambio de régimen en Damasco con el objetivo final de atacar a Irán utilizando los grupos terroristas que Washington incubó en el Iraq ocupado. 

En Siria, Estados Unidos logró brillantemente enfrentar a los estados regionales entre sí y el resultado es evidente en las ruinas de lo que solía ser el corazón palpitante de la civilización islámica. En el punto álgido del conflicto, varias agencias de inteligencia occidentales operaban libremente en Siria ayudando a los grupos terroristas a arrasar el país cuyo pecado capital era que, al igual que Irán, también dio primacía a su autonomía estratégica y a sus políticas exteriores independientes durante la guerra fría. y las épocas posteriores a la guerra fría por igual. 

Baste decir que Estados Unidos e Israel tuvieron gran éxito en fragmentar el Medio Oriente musulmán exagerando las percepciones de amenaza y convenciendo a varios Estados árabes del Golfo de que enfrentaban amenazas directas o incluso ataques de representantes iraníes, así como el presunto apoyo iraní a los movimientos disidentes.

Por supuesto, Estados Unidos lo aprovechó vendiendo enormes volúmenes de armas y, lo que es más importante, para convertir al petrodólar en un pilar clave del sistema bancario occidental. En cuanto a Israel, se benefició directamente de demonizar a Irán para desviar la atención de la cuestión palestina, que siempre ha sido el tema central de la crisis de Oriente Medio.

Baste decir que la implementación del acuerdo Irán-Arabia Saudita-China ha reducido la hostilidad que existió entre Riad y Teherán durante la mayor parte de las últimas décadas. Ambos países buscaron aprovechar el impulso generado por el éxito de las conversaciones secretas de Beijing con respecto a su compromiso de no interferencia. Sin embargo, hay que señalar que las relaciones entre los países árabes del Golfo e Irán ya han mejorado significativamente en los últimos dos años. 

Lo que los analistas occidentales pasan por alto es que los estados ricos del Golfo están hartos de su vida subalterna como compinches de Estados Unidos. Quieren priorizar su vida nacional en las direcciones que elijan y con socios que los respeten, evitando cualquier mentalidad de suma cero, a diferencia de la era de la Guerra Fría, por razones ideológicas o dinámicas de poder. 

Por eso, la Administración Biden no puede aceptar que los saudíes trabajen hoy con Rusia en la plataforma de la OPEP+ para cumplir su compromiso de realizar recortes extra voluntarios en el suministro de petróleo, mientras también negocian con Estados Unidos sobre tecnología nuclear y, al mismo tiempo, avanzan en el ámbito diplomático. colabora con Beijing para sofocar el incendio iniciado en el Levante hace un mes y evitar que se propague al resto de la región de Asia occidental. 

Evidentemente, los sauditas ya no se alegran ante la perspectiva de una confrontación entre Estados Unidos e Irán. Por otro lado, saudíes e iraníes comparten la preocupación de que su nuevo pensamiento, que prima el desarrollo, se disipe a menos que haya estabilidad y seguridad regionales.

Por lo tanto, es pura ingenuidad por parte de Washington incluir a Hezbolá, Hamás e Irán como un solo grupo (como hizo Blinken durante su última visita a Tel Aviv el lunes) y yuxtaponerlo con el resto de la región. El rumor de que Hezbolá y Hamás son movimientos “terroristas” está a punto de quedar al descubierto. A decir verdad, ¿en qué se diferencian del Sinn Féin, que históricamente estuvo asociado con el IRA? 

Semejante ingenuidad pone de relieve la absurda iniciativa estadounidense, israelí e india de crear un QUAD 2 de Asia occidental (“I2U2”), que hoy parece ridículo, o el complot quijotesco tramado recientemente en Nueva Delhi durante la cumbre del G20 para que los saudíes se suban al proyecto de la India. -Proyecto del Corredor Medio Oriente-Europa, con la esperanza de que “integre” a Israel y cree negocios para el puerto de Haifa, aísle a Irán y Turquía, destruya el Corredor Internacional Norte-Sur liderado por Rusia y muestre el dedo medio a la Franja y la Ruta de Beijing. Mientras que la vida es real. 

Teniendo todo en cuenta, es la gira regional del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a Israel y su cumbre con un grupo selecto de estados árabes en Ammán durante el último fin de semana lo que se ha convertido en un momento decisivo en la crisis de Gaza.

Los ministros de Asuntos Exteriores árabes se negaron rotundamente a aceptar cualquiera de las odiosas propuestas presentadas por Blinken con intenciones maliciosas de preservar los intereses judíos:   “pausa humanitaria” en lugar de alto el fuego; campos de refugiados para la gente de Gaza que escapa de los horribles y brutales ataques de Israel que serían financiados con dinero árabe pero que eventualmente conducirían a asentamientos judíos en Gaza; los contornos de un acuerdo de posguerra para Gaza que dejará que los escombros sean manejados por la Autoridad Palestina y que la reconstrucción sea financiada por los estados del Golfo mientras Israel continúa dominando el territorio en la importantísima esfera de la seguridad; impedir que Irán acuda al rescate de Hezbollah y Hamas mientras son puestos en picadoras de carne israelíes de fabricación estadounidense. 

Era pura hipocresía. Los ministros de Asuntos Exteriores árabes hablaron al unísono para articular su contrapropuesta a la de Blinken: un alto el fuego inmediato. El presidente Biden parece ver finalmente la señal en la pared, aunque, intrínsecamente, sigue siendo el sionista número uno del mundo, como alguien lo llamó una vez, y sus motivaciones se derivan en gran medida de su propia supervivencia política a medida que se acercan las elecciones de 2024. cerca. 

Sea como fuere, lo más probable es que ahora sea cuestión de tiempo antes de que la comunidad global insista en detener al Estado de apartheid israelí. Porque, cuando los países musulmanes se unen, son ellos los que toman las decisiones en el orden mundial multipolar emergente. Su exigencia de que una solución al problema palestino no admita más demoras ha ganado resonancia, incluso en el hemisferio occidental. 

Después de más de un mes de iniciados los enfrentamientos en Gaza EE.UU. e Israel se han quedado sin un plan realista para salir de la crisis y se acercan a una gran derrota política y moral.

Por Eduardo Vior Analista Internacional que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico realizado para Agencia TELAM

A 32 días de comenzada la actual guerra en Gaza, con un ingente apoyo norteamericano Israel está demostrando su conocida superioridad militar, sin poder, empero, derrotar a los milicianos palestinos que controlan la Franja. Si bien Washington reta públicamente al gobierno de Benyamin Netanyahu, lo sigue pertrechando abundantemente y mandó a la región dos amenazantes grupos navales. Sin embargo, el pueblo israelí no parece entusiasmado por ir a una guerra sin metas ni tiempos previsibles y la opinión pública internacional se está apartando aceleradamente de Israel. Entre tanto, la población civil de Gaza es la víctima principal de este sangriento juego geopolítico. Pronto la presión interna e internacional se hará insostenible y los aliados en Washington y Tel Aviv deberán plantearse cómo salir del pantano en el que se han metido.

En el décimo día de reocupación de la Franja de Gaza las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), que ya en días anteriores cerraron el cerco en torno a la ciudad de Gaza (en el norte de la Franja), están procurando avanzar a lo largo de la costa, para cerrar completamente el cerco y evitar que los comandos palestinos ataquen Israel por mar. La operación está resultando sumamente costosa, porque los milicianos surgen a cada momento de la red de túneles, atacan a los blindados israelíes y vuelven rápidamente a sus refugios. El ejército israelí afirma haber dado muerte a algunos mandos del Movimiento de Resistencia Islámica Hamás, pero los combates se suceden sin pausa y ningún mando se ha rendido a las fuerzas atacantes.

Según fuentes palestinas, más de 900.000 civiles están todavía en la sitiada ciudad de Gaza sin atreverse a abandonarla por los riesgos de bombardeo que acechan en el camino. Más de 10.500 civiles, de los cuales 4.328 niños, han perdido la vida por los bombardeos. Por su parte, el Ministerio de Salud israelí informó que en un mes 7.262 heridos han llegado a los hospitales como consecuencia de la guerra. Un millón y medio de los 2,5 millones de habitantes  de la Franja han sido desplazados y debieron buscar refugio en escuelas, hospitales y templos religiosos de distintas confesiones que, no obstante, a menudo son bombardeados sin miramientos. El 46% de las muertes entre civiles se produjo en el sur del territorio, que según el gobierno israelí sería territorio seguro.

Mientras tanto, en El Cairo y en Catar se suceden las negociaciones para alcanzar un canje de rehenes israelíes por prisioneros palestinos, pero hasta ahora sin éxito. .El obstáculo principal es la negativa israelí a cesar las hostilidades durante tres días, para que se pueda realizar el intercambio.

En este escenario cruzado por rumores, versiones y declaraciones contrapuestas tuvieron una gran resonancia declaraciones que el ex primer ministro israelí Ehud Barak (1999-2001) hizo este martes al medio digital norteamericano Politico. Según el también ex ministro de Defensa, a Israel sólo le quedan unas semanas para eliminar a Hamás, ya que la opinión pública -sobre todo en Estados Unidos- se está inclinando rápidamente en contra de sus ataques contra Gaza. El político laborista también sugirió que una fuerza árabe multinacional podría tomar el control de Gaza después de la campaña militar, para preparar el regreso de la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas como relevo de Hamás. No obstante, Barak subrayó que la vuelta a la diplomacia encaminada a la creación de un Estado palestino era una perspectiva muy remota.

Foto AFP
Foto: AFP

El dirigente observó también que en los últimos días había cambiado la retórica de los funcionarios estadounidenses, con un creciente coro de llamamientos a una pausa humanitaria. Le preocupa asimismo que esté disminuyendo la simpatía generada hacia Israel inmediatamente después del 7 de octubre, cuando las fuerzas unificadas de la resistencia palestina lanzaron el ataque terrorista más mortífero contra Israel en los 75 años de historia del Estado. “Se ve que la ventana se está cerrando. Tendremos que llegar a un acuerdo con las exigencias estadounidenses en las próximas dos o tres semanas, probablemente antes”.

Las declaraciones de Ehud Barak trasmiten la urgencia estadounidense, para que el ejército israelí liquide a Hamás y se retire de la Franja de Gaza. Oficialmente EE.UU. se opone a la reocupación israelí de la Franja, pero no quiere devolvérsela a Hamás que la gobierna desde 2007 por el voto democrático de los gazatíes. Habida cuenta, empero, del rechazo generalizado de la población a la Autoridad Palestina presidida por el octogenario Abbas por su entrega a Occidente y su corrupción, es ilusorio pensar que ésta pudiera volver a gobernar la Franja. La idea de que una fuerza militar árabe plurinacional lo haga transitoriamente, por otra parte, remite a los llamados “Acuerdos de Abraham” de 2020 entre Israel, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos. A este proyecto de Donald Trump debía sumarse ahora Arabia Saudita, pero se retrajo inmediatamente después del 7 de octubre. En la situación actual tales acuerdos están en el freezer y tratar de reactivarlos es una ilusión.

Cualquier acercamiento árabe-israelí se ha hecho aún más impensable, después de que el domingo pasado la revista +972 Magazine difundió un documento del servicio de inteligencia israelí con un plan para Gaza. El documento propone al gobierno israelí tres opciones para terminar exitosamente la invasión a la Franja: “1) Derrocar al gobierno de Hamás y unificar a Gaza y Cisjordania bajo el gobierno de la Autoridad Palestina; 2) crear un nuevo Estado árabe independiente», es decir no palestino ni elegido por los palestinos, para gobernar la Franja bajo las directrices de Israel o 3) desplazar a la población no combatiente de la Franja hacia el norte de Sinaí”. Se trata de una región desértica bajo jurisdicción egipcia donde los palestinos desplazados serían hacinados en campamentos de refugiados. Según el documento de la inteligencia israelí, esta tercera opción es ‘la más viable’ y beneficiosa para los intereses a largo plazo» del Estado de Israel”. La idea de este plan es sencillamente despoblar la Franja de Gaza o, al menos, su mitad norte y anexarla a Israel. Significativamente, frente a la costa dela Franja comienza un gigantesco yacimiento submarino de gas que se extiende frente a Israel, Líbano y Siria hasta Chipre y Grecia.

Para poner en práctica cualquiera de las tres opciones, las FDI deberían derrotar tan decisivamente a las milicias palestinas que toda resistencia sea impensable por mucho tiempo. Sin embargo, sobre el terreno las cosas son diferentes. Según informan fuentes fiables, el sistema de túneles que construyó Hamás debajo de Gaza es a la vez una enorme obra de ingeniería y un desafío político y militar que Israel difícilmente pueda superar y, seguramente, no en el corto plazo y mucho menos con los escasos 320.000 efectivos que hoy tiene movilizados en todo el país.

La red de túneles construida por debajo de la Franja comenzó a extenderse desde 2007, cuando Hamás llegó al poder. Al principio eran rutas para el contrabando con Egipto e Israel, pero se transformaron en una fortaleza subterránea. El sistema de bunkers y pasajes de 2 m de ancho por 2 m de alto reforzados por concreto tiene una extensión total aproximada de 500 km a una profundidad que va de los 30 a los 70 metros. Hay un total de 1.300 pasadizos que conectan arsenales y alojamiento para tropas. El sistema subterráneo de Hamás cuenta con una red de comunicación por cable para evitar intercepciones, un acceso independiente a internet y sistemas de ventilación y energía autónomos alimentados con combustible. Al estar construidos en una de las zonas más densamente pobladas del mundo, este entramado subterráneo está montado por debajo de viviendas, escuelas, hospitales y zonas comerciales.

Hamas elaboró un sistema muy complejo de entradas y ventilación que se confunde con el entramado urbano. Hay una deliberada planificación, para mezclar el sistema de túneles con las zonas civiles y para hacer más difícil la tarea de neutralizarlos. Los centros de mando y arsenales están a 70 metros de profundidad. A excepción de algún artefacto atómico, no hay un arma capaz de llegar tan profundo. No hay en el arsenal israelí una bomba o misil convencional que pueda perforar tantos metros de tierra, el concreto de la superficie y el refuerzo de los túneles. Ni tampoco la cantidad suficiente para demoler 500 km de túneles.
La lógica indica, entonces, que se debe tomar el sistema subterráneo por asalto y por tierra, con una gran fuerza militar para controlar las entradas y al mismo tiempo combatir en la superficie. Sería una batalla simultánea en dos planos con un enorme costo en bajas militares y civiles. Es decir que al mismo tiempo Israel debería enfrentar una batalla urbana, tomar precauciones para evitar la mayor cantidad de bajas civiles que puedan ser usadas por la propaganda de Hamás y sus aliados e ir simultáneamente ubicando y tomando los sitios que conducen a los túneles. Una vez dentro de ellos, las tropas israelíes deberían enfrentar el desconocimiento del laberinto de corredores, sitios de derrumbe programados, minas, explosivos direccionales, espacios preparados para emboscadas, ataques suicidas, tramos que podrían ser inundados para frenar el avance, el riesgo para los 222 rehenes usados como escudos humanos y la seguridad de que su avance es monitoreado por cámaras instaladas en puntos clave.

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Foto: AFP

La conclusión es que, a pesar de que el primer ministro Benyamin Netanyahu insiste en que sus fuerzas ocuparán Gaza por un tiempo indefinido, Israel no puede conquistar la Franja y mucho menos ocuparla. En consecuencia, en algún momento va a tener que aceptar un alto el fuego y negociar políticamente.

Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel especularon al principio de las hostilidades con la expansión de la guerra a toda la región. Para Washington el mejor escenario era que el Eje de la Resistencia (Irán, Hezbolá, Siria, las milicias chiítas iraquíes y los huti yemenitas) atacaran frontalmente a Israel y las tropas norteamericanas repartidas por toda la región. Entonces EE.UU. habría involucrado a Rusia en un segundo frente de guerra que ésta difícilmente soporte, habría comprometido a Irán, cuando se han levantado temporariamente las sanciones occidentales, y habría roto el frente árabe-iraní costosamente articulado por China. Para ello el Pentágono mandó al Mediterráneo Oriental y al Mar Rojo a dos potentes grupos navales. Pero los estrategas de la Casa Blanca no contaron con la visión de largo plazo del Ayatolá Jamenei y del secretario general de Hezbolá Sayed Nasralá.

Precisamente, sobre el discurso del líder libanés del pasado viernes 3 el analista israelí Nitzan Sadan comentó lo siguiente: “Ayer me di cuenta de que Abdel Nasser no puede compararse con el líder de Hezbolá. Gamal Abdel Nasser, a pesar de su inteligencia, cedió ante el entusiasmo y el populismo, se volvió imprudente y perdió la guerra con nosotros. En cuanto a Nasrallá, que podría haber ganado la popularidad de cientos de millones con una sola palabra, prefirió perder su popularidad, para lograr una victoria aplastante en el futuro. Este hombre es excepcional, es aterrador.”

Efectivamente, los líderes de Irán y Hezbolá dejaron sin aplicación a las enormes fuerzas estadounidenses en el Mediterráneo Oriental, el Mar Rojo y decenas de bases en toda la región. Si no hay extensión de la guerra y el ejército israelí no puede vencer a Hamás, pronto deberá acceder a un alto el fuego y negociar. Entonces, en algún momento no muy lejano deberá retirarse de la Franja. Será el instante en que estalle la crisis política interna, el gobierno sea depuesto y los israelíes tengan que ir nuevamente a las urnas en medio de una feroz fractura de la sociedad y la cultura del país.

La situación en Asia Occidental se ha transformado radicalmente. Ya no se trata de un conflicto nacional entre israelíes y palestinos. Israel se ha convertido en un país mesiánico que pretende expandirse indefinidamente en nombre del mandato bíblico. Consecuentemente, la causa palestina ha unificado a los pueblos de la región, musulmanes o no, árabes, turcos o persas. Al convertirse en un conflicto entre civilizaciones, la lucha por la independencia palestina se ha hecho ubicua, multidimensional y omnipresente.

La alianza antiisraelí tiene tiempo, porque tiene una población numerosa, convencida de la justeza de su lucha anticolonial y motivada. Además, tiene los recursos económicos, políticos, diplomáticos y militares para un enfrentamiento a largo plazo.
Occidente (e Israel como su puntal regional), por el contrario, sólo tiene la fuerza militar y no tiene tiempo, porque la competencia entre bloques lo acucia.

Los únicos que sólo cuentan con su dignidad y su capacidad de sacrificio son los pobladores de Gaza. A ellos corresponde la mayor dedicación humanitaria.

FUENTE: https://www.telam.com.ar/notas/202311/645921-las-ventanas-se-van-cerrando.html

Por Enrique Lacolla en Perspectivas 7 de Octubre 2023

La ofensiva de Hamas contra el territorio israelí busca, en línea con los reacomodamientos del orden global que están en curso, sacar la situación del medio oriente del cenagal a que la condena la situación palestina.

Este sábado 7 de octubre pareció abrirse con las agujas del reloj revertidas a 50 años atrás, justo al momento en que Egipto y Siria inauguraban la tercera guerra entre Israel y los árabes: la llamada guerra del Yom Kippur por los israelíes, y del Ramadán por los árabes. En ese momento los gobiernos de Anwar el Sadat y Hafez al Assad lanzaron una ofensiva simultánea contra la línea Bar Lev en el Canal de Suez y contra los Altos del Golán en Siria. Lograron una completa sorpresa táctica y provocaron un sacudón estratégico en el tablero global que promovió considerables cambios en la situación del medio oriente.

Esta mañana vino a saberse que los combatientes de Hamas en Gaza han lanzado una ofensiva contra el cerco que rodea la franja penetrándolo en varios lados y avanzando en el territorio israelí entre 5  y  7 kilómetros. En el trámite se adueñaron de dos poblaciones, provocaron fuertes  bajas a las tropas del Tsahal y capturaron a un alto oficial israelí –el general Nimrod Eloni- junto a un centenar de prisioneros. Varios tanques israelíes –los Merkava, que son el puño acorazado de las Fuerzas de Defensa de Israel- fueron destruidos o capturados por Hamas. Por otra parte  las guerrillas dispararon entre 2000 cohetes (según los israelíes) y 5000 (según Hamas) contra pueblos y ciudades de Israel. La famosa Cúpula de Hierro (“The Iron Dome”) el sistema de defensa que hasta aquí había protegido a Israel de los envíos más bien artesanales e improvisados de Hamas, parece haber sido saturado y desconcertado por la cantidad de proyectiles que han inundado los cielos. Los prisioneros hechos en las fortificaciones de frontera (junto a civiles israelitas sacados de sus casas) fueron dirigidos al interior de la franja de Gaza, con la probable intención de usarlos como escudos humanos frente a las represalias que practica la fuerza aérea su país, que al momento de escribir estas líneas, habían provocado ya unas trescientas muertes.

Es obvio que la envergadura de este ataque por sorpresa no es comparable a la de la guerra de 1973, pero los objetivos aparentan ser similares. Se trata de salir del estatus quo enfermizo en que yace la cuestión palestina, con la población de Gaza asediada y con una Cisjordania sembrada de enclaves israelíes y cruzada por las rutas militares que los unen, mientras el gobierno de Benjamín Netanyahu y de los fundamentalistas más extremos prosigue con una política de asentamientos ilegales (que es, a decir verdad, implícitamente avalada por todos los sectores) en busca de unos objetivos de máxima, susurrados más que proclamados, de un Gran Israel que absorba por lo menos a Cisjordania.

No es posible seguir el curso de los acontecimientos en este artículo, pues las cosas evolucionan de hora en hora (ése es un cometido que cabe a la televisión, las redes y la radio); pero sí cabe preguntarse sobre cuáles son los alcances de la operación lanzada por Hamas. Ningún análisis puede dejar de lado el papel que pueden haber jugado los protagonistas de gran peso que se mueven en el escenario meso-oriental. Irán, en primer término, que respalda a Hamas y a Hizbolá, la guerrilla libanesa, mucho más fuerte y mejor armada que Hamas, por el momento expectante en la frontera norte de Israel; Arabia Saudita, que ha propiciado por estos días una solución negociada al diferendo en torno a Palestina, alejándose así de su negación del estado judío, pero al mismo tiempo aproximándose al rival iraní de una manera que place poco a Estados Unidos; Rusia, cuyo involucramiento directo en el asunto no se puede demostrar ni presuponer tampoco, pero que sin duda va a ser requerida a participar de cualquier conferencia que abarque a la región, y cuya decisión de parar la expansión de la OTAN en Ucrania por medios militares ha introducido un factor revolucionario en un escenario que hasta hace poco aparecía como librado al aventurerismo de Washington en pos de un delirio hegemónico que a muchos pareció factible a principios de los ’90, pero que ha caducado desde hace más de una década.

Las preguntas respecto a lo que puede pasar por supuesto son muchas más que las respuestas que se puedan brindar, pero en sí mismas definen la naturaleza opaca e imprevisible del escenario. ¿De dónde partió la orden de ataque? ¿Cómo pudieron las formaciones de Hamas adquirir las armas y el entrenamiento necesarios para alcanzar lo que, al menos en su primerísima fase, se revela como un “touch and go”,  un pega y retírate, exitoso? ¿El Hezbollah permanecerá pasivo en el norte de Israel o se comprometerá en las hostilidades? Los combates consumen grandes cantidades de pertrechos: ¿puede acudir Estados Unidos a reforzar el arsenal israelí cuando            está mandando enormes cargamentos de armas y fuertes sumas de dinero al gobierno de Ucrania?

Respecto a la primera pregunta es difícil pensar  que los combatientes de Hamas se hayan lanzado por su sola cuenta a la ofensiva, sin tener antes el aval de algunos poderes que les están íntimamente vinculados y   que desean terminar con el cenagoso impasse no sólo de la cuestión palestina sino del ordenamiento político de todo el medio oriente. Pero esto es incomprobable por ahora. La segunda pregunta es espinosa: Gaza está bloqueada por Israel y por Egipto, y teóricamente no puede ser abastecida de insumos militares, pero el hecho es que estos han llegado y que sus combatientes los emplean con eficacia. Hacen falta financiación, complicidades y sobre todo fuentes donde adquirirlos. Aquí surge el tema delicado: hace tiempo que se dice que una buena parte de las armas que la OTAN envía a Ucrania se “pierden” en el camino y son redirigidas al mercado negro, con suculentas ganancias para los funcionarios  y gestores del gobierno de Zelenski, que se han echado encima una fama de corrupción que los medios occidentales tratan de tapar sin demasiado éxito. Si esto se llega a comprobar, el escándalo Irán-Contras que salpicó a la presidencia de Ronald Reagan quedará chiquito.

Por último y en este mismo orden de cosas, ¿qué pasará en el congreso estadounidense cuando se debata sobre los incrementos de la ayuda a Ucrania y se los contraste con las necesidades que puede tener Israel? El presidente Joe Biden ya proclamó su apoyo irrestricto al derecho israelí a protegerse contra los ataques de los que él denomina terroristas de Hamas. Los republicanos y entre ellos la facción más próxima a Donald Trump, que se manifiesta hostil a seguir financiando a Kiev porque resulta antieconómico, ¿van a seguir teniendo la misma tesitura si se trata de Israel? ¿O querrán que en todo caso se privilegie al socio israelí?¿O se ensayará, finalmente, con cierta coherencia y seriedad, arribar a una vía de composición entre las partes que termine con la larga, horrible y estéril batalla por imponer una visión impregnada de colonialismo decimonónico a un lugar del mundo donde se entrecruzan tres religiones fundantes de la civilización? El tiempo lo dirá y no andando mucho, pues se han reabierto las compuertas de la historia grande.

FUENTE http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=773

El corredor de transporte India-Oriente Medio-Europa puede ser la comidilla de la ciudad, pero probablemente seguirá el camino de los últimos tres proyectos de conectividad Asia-Europa promocionados por Occidente: al cubo de la basura. Este es el por qué.

Por PEPE ESCOBAR para de The Cradle

El Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC) es una enorme operación de diplomacia pública lanzada  en la reciente cumbre del G20 en Nueva Delhi, completada con un memorando de entendimiento firmado el 9 de septiembre. 

Los jugadores incluyen a Estados Unidos, India, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y la UE, con un papel especial para las tres principales potencias de esta última, Alemania, Francia e Italia. Es un proyecto ferroviario multimodal, junto con transbordos y vías auxiliares digitales y eléctricas que se extienden hasta Jordania e Israel. 

Si esto camina y habla como la muy tardía respuesta colectiva de Occidente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China, lanzada hace 10 años y que celebra un Foro de la Franja y la Ruta en Beijing el próximo mes, es porque lo es. Y sí, es, sobre todo, otro proyecto estadounidense más para eludir a China, que se puede reivindicar con crudos propósitos electorales como un magro “éxito” en política exterior.  

Nadie entre la Mayoría Global recuerda que los estadounidenses idearon su propio plan de la Ruta de la Seda allá por 2010. El concepto surgió de Kurt Campbell del Departamento de Estado y fue vendido por la entonces Secretaria Hillary Clinton como su idea. La historia es implacable, se redujo a la nada.  

Y nadie entre la Mayoría Global recuerda el plan de la Nueva Ruta de la Seda promovido por Polonia, Ucrania, Azerbaiyán y Georgia a principios de la década de 2010, completo con cuatro transbordos problemáticos en el Mar Negro y el Caspio. La historia es implacable, esto también quedó en nada.   

De hecho, muy pocos entre la Mayoría Global recuerdan el plan global de 40 billones de dólares patrocinado por Estados Unidos para Construir un Mundo Mejor (BBBW, o B3W, por sus siglas en inglés), lanzado con gran fanfarria hace apenas dos veranos, centrándose en “el clima, la salud y la seguridad sanitaria, la tecnología digital , y equidad e igualdad de género”. 

Un año después, en una reunión del G7, B3W ya se había reducido a un proyecto de infraestructura e inversión de 600 mil millones de dólares. Por supuesto, no se construyó nada. La historia realmente es implacable, se redujo a nada. 

El mismo destino aguarda a los PIEM, por una serie de razones muy específicas.

Girando hacia un vacío negro 

Todo el fundamento de los PIEM se basa en lo que el escritor y ex embajador MK Bhadrakumar describió deliciosamente como “evocar los Acuerdos de Abraham mediante el encantamiento de un tango saudita-israelí”.

Este tango está Muerto al llegar; Ni siquiera el fantasma de Piazzolla puede resucitarlo. Para empezar, uno de los principales –el príncipe heredero saudita Mohammad bin Salman- ha dejado claro que las prioridades de Riad son una relación nueva y vigorizada, mediada por China, con Irán, Turquía y Siria después de su regreso a la Liga Árabe. 

Además, tanto Riad como su socio emiratí IMEC comparten inmensos intereses comerciales y energéticos con China, por lo que no van a hacer nada que moleste a Beijing.

A primera vista, los PIEM proponen una iniciativa conjunta de los países del G7 y los BRICS 11. Ése es el método occidental para seducir a la India, eternamente protegida por Modi, y a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, aliados de Estados Unidos, para que se sumen a su agenda. 

Sin embargo, su verdadera intención no es sólo socavar la BRI, sino también el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INTSC), en el que India es un actor importante junto con Rusia e Irán.  

El juego es bastante crudo y realmente bastante obvio: un corredor de transporte concebido para evitar los tres principales vectores de la verdadera integración de Eurasia (y los miembros de los BRICS, China, Rusia e Irán) colgando una tentadora zanahoria de Divide y vencerás que promete cosas que no se pueden cumplir. . 

La obsesión neoliberal estadounidense en esta etapa del Nuevo Gran Juego tiene que ver, como siempre, con Israel. Su objetivo es hacer viable el puerto de Haifa y convertirlo en un centro de transporte clave entre Asia occidental y Europa. Todo lo demás está subordinado a este imperativo israelí. 

Los PIEM, en principio, transitarán por Asia occidental para vincular a la India con Europa oriental y occidental, vendiendo la ficción de que la India es un Estado pivote global y una convergencia de civilizaciones. 

Disparates. Si bien el gran sueño de la India es convertirse en un estado pivote, su mejor oportunidad sería a través del ya operativo INTSC, que podría abrir mercados a Nueva Delhi desde Asia Central hasta el Cáucaso. De lo contrario, como Estado Pivote Global, Rusia está muy por delante de la India en términos diplomáticos, y China está muy por delante en comercio y conectividad. 

Las comparaciones entre los PIEM y el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) son inútiles. IMEC es una broma en comparación con este proyecto emblemático de la BRI: el plan de 57.700 millones de dólares para construir un ferrocarril de más de 3.000 kilómetros de largo que unirá Kashgar en Xinjiang con Gwadar en el Mar Arábigo, que se conectará con otros corredores terrestres de la BRI que se dirigen hacia Irán y Turquía. 

Esta es una cuestión de seguridad nacional para China. Por lo tanto, se pueden hacer apuestas a que los líderes de Beijing mantendrán algunas conversaciones discretas y serias con los actuales quintacolumnistas en el poder en Islamabad, antes o durante el Foro de la Franja y la Ruta, para recordarles los hechos geoestratégicos, geoeconómicos y de inversión relevantes. .

Entonces, ¿qué le queda al comercio indio en todo esto? Poco. Ya utilizan el Canal de Suez, una ruta directa y probada. No hay ningún incentivo para siquiera empezar a contemplar la posibilidad de quedarse atrapado en vacíos negros en las vastas extensiones desérticas que rodean el Golfo Pérsico. 

Un problema evidente, por ejemplo, es que “faltan” casi 1.100 kilómetros de vías del ferrocarril que va de Fujairah en los Emiratos Árabes Unidos a Haifa, “faltan” 745 km de Jebel Ali en Dubái a Haifa, y “faltan” 630 km. desde el ferrocarril de Abu Dhabi a Haifa. 

Si se suman todos los enlaces que faltan, aún quedan más de 3.000 kilómetros de ferrocarril por construir. Los chinos, por supuesto, pueden hacer esto para el desayuno y por un centavo, pero no son parte de este juego. Y no hay evidencia de que la pandilla IMEC planee invitarlos. 

Todos los ojos puestos en Syunik 

En la Guerra de los Corredores de Transporte trazada en detalle para The Cradle en junio de 2022, queda claro que las intenciones rara vez se encuentran con la realidad. Estos grandes proyectos tienen que ver con logística, logística, logística, por supuesto, entrelazados con los otros tres pilares clave: energía y recursos energéticos, mano de obra y manufactura, y reglas de mercado/comercio. 

Examinemos un ejemplo de Asia Central. Rusia y tres “stans” de Asia Central –Kirguistán, Uzbekistán y Turkmenistán– están lanzando un Corredor de Transporte Sur multimodal que evitará Kazajstán. 

¿Por qué? Después de todo, Kazajstán, junto con Rusia, es un miembro clave tanto de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) como de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). 

La razón es que este nuevo corredor resuelve dos problemas clave para Rusia que surgieron con la histeria de sanciones de Occidente. Pasa por alto la frontera kazaja, donde todo lo que va a Rusia se examina con insoportable detalle. Y una parte importante de la carga ahora podrá ser trasladada al puerto ruso de Astracán, en el Caspio. 

Por lo tanto, Astaná, que bajo la presión occidental ha jugado un arriesgado juego de cobertura con Rusia, puede terminar perdiendo el estatus de centro de transporte de pleno derecho en Asia Central y la región del Mar Caspio. Kazajstán también es parte de la BRI; Los chinos ya están muy interesados ​​en el potencial de este nuevo corredor.    

En el Cáucaso, la historia es aún más compleja y, una vez más, se trata de Divide y vencerás. 

Hace dos meses, Rusia, Irán y Azerbaiyán se comprometieron a construir un ferrocarril único desde Irán y sus puertos en el Golfo Pérsico a través de Azerbaiyán, que se conectaría con el sistema ferroviario entre Rusia y Europa del Este. 

Se trata de un proyecto ferroviario de la escala del Transiberiano, que conectará Europa del Este con África Oriental y el Sur de Asia, evitando el Canal de Suez y los puertos europeos. El INSTC con esteroides, de hecho. 

¿Adivina qué pasó después? Una provocación en Nagorno-Karabaj , con el potencial letal de involucrar no sólo a Armenia y Azerbaiyán sino también a Irán y Turquía. 

Teherán ha sido muy claro en sus líneas rojas: nunca permitirá una derrota de Armenia, con la participación directa de Turkiye, que apoya plenamente a Azerbaiyán.

A la mezcla incendiaria se suman los ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos en Armenia –que casualmente es miembro de la OTSC liderada por Rusia– presentados, para el consumo público, como uno de esos programas de “asociación” aparentemente inocentes de la OTAN. 

Todo esto detalla una trama secundaria de IMEC destinada a socavar a INTSC. Tanto Rusia como Irán son plenamente conscientes de las debilidades endémicas del primero: problemas políticos entre varios participantes, esos “eslabones perdidos” en la vía y toda la infraestructura importante aún por construir. 

El sultán turco Recep Tayyip Erdogan, por su parte, nunca abandonará el corredor Zangezur que atraviesa Syunik, la provincia del sur de Armenia, previsto en el armisticio de 2020, que une Azerbaiyán con Turquía a través del enclave azerí de Nakhitchevan, que atravesará territorio armenio. .

Bakú amenazó con atacar el sur de Armenia si Ereván no facilitaba el corredor Zangezur. Así que Syunik es el próximo gran asunto sin resolver en este enigma. Cabe señalar que Teherán no hará nada para impedir que un corredor turco-israelí-OTAN aísle a Irán de Armenia, Georgia, el Mar Negro y Rusia. Esa sería la realidad si esta coalición con tintes de la OTAN se apodera de Syunik. 

Hoy, Erdogan y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, se reúnen en el enclave de Nakhchivan entre Turkiye, Armenia e Irán para iniciar un gasoducto y abrir un complejo de producción militar.   

El sultán sabe que Zangezur podría finalmente permitir que Turkiye se vincule con China a través de un corredor que transitará por el mundo turco, en Azerbaiyán y en el Caspio. Esto también permitiría al Occidente colectivo ser aún más audaz en su estrategia de Divide y vencerás contra Rusia e Irán. 

¿Es el PIEM otra fantasía occidental descabellada? pero el lugar a observar es Syunik.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle y Dossier Geopolitico.

FUENTE https://new.thecradle.co/articles/war-of-economic-corridors-the-india-mideast-europe-ploy

Invitados por el galardonado periodista mexicano Roberto de la Madrid para su programa “Detrás de la razón” platicamos el Dr. Eduardo Luque desde España y el Licenciado Carlos Pereyra Mele desde Argentina sobre la “guerra invisible” la Guerra del Yemen invadida por el Reino de Arabia Saudita desde hace una década con un trágico resultado en pérdida de vidas (un verdadero geonocidio); que estaría a punto de llegarse a un acuerdo de Paz que lleve tranquilidad y paz a esa castigada y maltratada zona de la península arábiga donde se cometieron indudablemente crímenes de lesa humanidad, por parte del invasor. Pero poder poner un alto al intento de exterminar al pueblo hutíes o huzíes (en árabe: الحوثيون‎, al-hūṯiyyūn), y encaminarse a una solución negociada del conflicto es una muy buena nueva, que además es la conclusión de los acuerdo de intercambio de embajadores y restablecimiento de relaciones internacionales entre el Reino Saudita y la República Islámica de Irán. Por ello estas novedades nos llevan a afirmar que estamos en la “cresta de la ola” surfeando la misma de los cambios tectónicos que vivimos en estos tiempos.

Conor GallagherNaked CapitalismTraducido para el CEPRID por María Valdés

El acuerdo de distensión entre Riad y Teherán podría ser una gran victoria no solo para Oriente Medio, sino también para proyectos más grandes que busquen una mayor integración de la gran Eurasia.  Si se implementa el acuerdo, la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China podría convertirse en un componente clave del futuro económico tanto de Arabia Saudita como de Irán. El acercamiento también podría generar dividendos para el proyecto del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), que se extiende desde San Petersburgo hasta Mumbai en India a través de Azerbaiyán (o el Mar Caspio) e Irán y cruza el Mar Arábigo. El corredor «a prueba de sanciones» conecta el subcontinente indio con Rusia sin necesidad de pasar por Europa y, al mismo tiempo, es un 30% más barato y un 40% más corto que las rutas existentes.

Tras el anuncio del acuerdo de acercamiento entre Arabia Saudita e Irán negociado por China, el presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma Estatal de Rusia, Leonid Slutsky, elogió el acuerdo y explicó cómo se corresponde con el concepto de seguridad colectiva de Rusia para la región del Golfo Pérsico. Prestó especial atención al INSTC,  diciendo: “En este sentido, considero estratégico el proyecto del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur, que se convertirá en el factor clave de retroalimentación positiva para la seguridad, la estabilidad y el desarrollo en esta región tan importante. El lanzamiento del Corredor se convertirá en un hito no solo en la logística, sino también en la política y en la arquitectura de seguridad de la Gran Eurasia, se convertirá en la superestructura económica más importante sobre la base estratégica, lograda en Beijing”.

El INSTC se anunció a principios de la década de 2000, pero el progreso fue lento hasta hace poco, cuando las acciones de Occidente lo pusieron a toda marcha. La sanción a Moscú y Teherán y la separación de Europa de la energía rusa crearon el incentivo para acelerar las inversiones de las partes interesadas clave. Las autoridades de Teherán se dan cuenta de su centralidad en la ruta comercial India-Rusia, y teniendo en cuenta que las importaciones de India desde Rusia se cuadruplicaron el año pasado, se puede deducir la ventaja potencial para Irán. Con un impulso de inversión de Rusia, Teherán ha estado tratando de acelerar la finalización de redes ferroviarias mejoradas que se conectarán con las vías férreas existentes de Rusia y Azerbaiyán y el puerto de Chabahar en el sureste de Irán.

Sin embargo, el principal impedimento para que el INSTC alcance todo su potencial sigue siendo la infraestructura iraní. Gran parte del tránsito de mercancías en el INSTC todavía tiene lugar en las carreteras de Irán. Gran parte del ferrocarril de Irán es de vía única, y los servicios regulares de trenes de contenedores desde Moscú a Irán tienen que depender del transbordo.

El gobierno de Teherán está tratando de priorizar la mejora de la capacidad portuaria, la infraestructura ferroviaria y vial, las terminales de transporte y la modernización de su flota de transporte. La Cámara de Comercio, Industrias, Minas y Agricultura de Irán también está iniciando un nuevo centro Transporte Internacional por Carretera en la ciudad portuaria sureña de Bandar Abbas para acelerar el procesamiento de las cargas en tránsito. Sin embargo, existe una clara necesidad de una mayor inversión en infraestructura de transporte, lo que ha sido difícil debido a las sanciones de Estados Unidos a Irán.

El ministro de Finanzas de Arabia Saudita, Mohammed Al-Jadaan, dijo el 15 de marzo que las inversiones saudíes en Irán podrían ocurrir “muy rápidamente” luego del acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas. Agregó que no ve ningún impedimento mientras Teherán respete los términos de los acuerdos.

Cualquier trato económico de Arabia Saudita con Irán socavaría las sanciones estadounidenses impuestas para presionar a Teherán, si no las violaría por completo. Con decenas de miles de millones de dólares en activos iraníes bloqueados en todo el mundo, la perspectiva de inversiones saudíes podría impulsar el INSTC y ayudar a mantener la paz entre Riad y Teherán.

El deseo de China de mantener la paz también podría atraer inversiones. Scott Ritter escribe “Con China proporcionando capital de inversión generador de infraestructura a través de su Iniciativa Belt and Road, la nueva distensión entre Irán y Arabia Saudita podría convertirse en una relación económica regional que suplante las relaciones de defensa lideradas por Estados Unidos que han definido la política de Oriente Medio durante décadas”.

China tendría que sortear las sanciones estadounidenses para aumentar las inversiones en Irán, pero los dos países ya han encontrado una solución alternativa para continuar con el comercio de petróleo, y la mayoría se renombró como de un tercer país. Si China aumentara sus inversiones en Irán, marcaría un cambio. Del  Informe de la Ruta de la Seda: “Rusia ahora ha superado a China como el mayor inversor en Irán. Esto sigue al conflicto de Moscú con Ucrania desde fines de febrero del año pasado, como resultado del cual Irán y Rusia han fortalecido sus lazos económicos y de inversión. Los Emiratos Árabes Unidos, Afganistán, Turquía y China son los siguientes mayores inversores. Aunque se esperaba que China en Irán fuera el principal inversor, Beijing redujo su exposición en 2022 y se concentró más en invertir en la infraestructura de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, como centros logísticos, instalaciones fronterizas, etc. que facilitarían sus propias capacidades de exportación a Irán. y la región. (…) Los flujos de inversión extranjera a Irán han disminuido desde 2012-13, cuando el volumen se situó en 4.500 millones de dólares estadounidenses. El nivel más bajo se registró en 2015-16 con solo 945 millones. (…) Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Irán atrajo un estimado de 1.425 millones de dólares en inversión extranjera directa en 2021 para registrar un aumento de alrededor del 6% en comparación con 1.342 millones en 2020. En 2022, sin embargo, y a pesar de las sanciones, el volumen total de inversiones atraídas a Irán alcanzó los 5.950 millones de dólares estadounidenses. De esta cifra, las empresas chinas invirtieron solo unos 185 millones de dólares”.

Además, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamkhani, anunció que Teherán concluyó un acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos para facilitar el movimiento comercial entre los dos países utilizando la moneda emiratí, el dirham.

Emiratos Árabes Unidos no ha confirmado ningún acuerdo de este tipo, ya que entraría en conflicto con las sanciones de Estados Unidos, que han creado una crisis financiera en Irán. Teherán espera que mejores lazos con los países árabes del Golfo Pérsico puedan ayudar a reducir esa presión. Queda por ver hasta dónde llegarán estos países para proporcionar a Irán un salvavidas económico.

Pero si las relaciones diplomáticas y económicas entre los miembros del CCG e Irán continúan mejorando, podría significar el final de los esfuerzos de EEUU.para aplicar la “máxima presión” sobre Teherán y otro clavo en el ataúd de la influencia de EEUU en la región. También consolidaría la posición de Irán como nexo clave en nuevas rutas comerciales globales como el BRI de China y el INSTC.

Estados Unidos, al tratar de ejercer la máxima presión económica sobre Irán y Rusia, insinuando que China es el siguiente, y el desafortunado tope del precio del petróleo, solo ha ayudado a impulsar la integración de Rusia, China, Irán, Arabia Saudita y más.

A pesar de todas las sanciones y la presión occidental sobre los países para aislar a Moscú, el comercio ruso está en alza. Irán está ansioso por sacar provecho de su posición entre India y Rusia, que están aumentando rápidamente su volumen comercial. Ruscon, un proveedor líder de logística de transporte multimodal en Rusia, ha ampliado significativamente su red de servicios en contenedores desde el puerto de Novorossiysk en el Mar Negro hasta Nhava Sheva y Mundra en el oeste de India a medida que los volúmenes aumentan rápidamente. La compañía, una subsidiaria de Deli Group, ahora ha aumentado sus despliegues de tonelaje de un barco a cuatro barcos para proporcionar una frecuencia de navegación semanal en la ruta. Además, se ha introducido una parada adicional en el puerto de Jeddah de Arabia Saudita. La rotación del servicio ya incluye una escala en el Puerto de Estambul en Turquía.

Rusia comenzó a exportar diesel a Arabia Saudita en febrero después de que la UE promulgó su embargo sobre las importaciones marítimas de petróleo ruso. Ahora se espera que los saudíes exporten el diesel ruso a otros países después de un poco de refinación.

El transportista de contenedores marítimos más grande de Rusia, Far Eastern Shipping Co., también agregó recientemente una ruta directa de Novorossiysk a Nhava Sheva. Y muchos otros países se están involucrando y proporcionando embarcaciones después de que las sanciones occidentales obligaron a los operadores principales regulares a detener las operaciones dentro y fuera de Rusia. Incluso el New York Times  admite a regañadientes: “Ami Daniel, director ejecutivo de Windward, una empresa de datos marítimos, dijo que había visto cientos de casos en los que personas de países como los Emiratos Árabes Unidos, India, China, Pakistán, Indonesia y Malasia compraron embarcaciones para intentar instalar lo que parecía ser un marco comercial no occidental para Rusia”.

Las importaciones indias de petróleo crudo desde Rusia  alcanzaron  un récord de 1,6 millones de barriles por día en febrero, más de un tercio de las importaciones indias y más que las importaciones combinadas de los proveedores tradicionales Irak y Arabia Saudita.

India ha estado obteniendo ganancias  vendiendo  el petróleo refinado a los EEUU y la UE, que no pueden comprar directamente a Rusia debido a las sanciones. La misma historia está ocurriendo en el norte de África, que  compra crudo ruso  y  aumenta los suministros  a Europa como solución a las sanciones.

Las exportaciones rusas de trigo y fertilizantes también  aumentaron  en 2022 a pesar de las sanciones, gran parte de las primeras se dirigieron a la región de Medio Oriente y África del Norte, que es el principal destino de las exportaciones de alimentos de Rusia. Gran parte del fertilizante fue a la India.

Irán y Rusia están cooperando para construir barcos y embarcaciones en el Mar Caspio. En octubre, Irán  anunció  la disposición de Moscú a permitir el paso de barcos iraníes por el río Volga. Rusia no había permitido anteriormente que los barcos extranjeros utilizaran el río Volga o el canal Volga-Don, pero si se implementa el acuerdo, Irán tendrá acceso al río más largo de Europa y tendrá acceso al canal Volga-Don, que proporciona la conexión más corta entre el Mar Caspio y el Mediterráneo.

Para ver de nuevo cómo las sanciones occidentales están resultando contraproducentes y solo acercando a los países, en su informe «Perspectivas económicas regionales», el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), dice que el crecimiento del PIB de Kazajstán en 2022 alcanzó el 3,4 % en lugar del 2 % previsto anteriormente. Parte de eso se ha debido a las sanciones, con un aumento en los ingresos por la reexportación a Rusia de computadoras, electrodomésticos y electrónicos, componentes eléctricos y electrónicos. Las exportaciones de bienes no energéticos de Kazajstán a Rusia en 2022 aumentaron un 24,8 % y ascendieron a 18 900 millones de dólares. Una reunión del Consejo Intergubernamental de la Unión Económica Euroasiática celebrada a principios de febrero de este año mostró que la situación económica en todos los estados miembros es estable y que el comercio mutuo está creciendo. Las sanciones contra Rusia en realidad contribuyen significativamente a este crecimiento, lo que significa que especialmente para los miembros de la UEEA, así como para países como China e India, el atractivo de Rusia como socio económico ha crecido.

India, Turquía y Egipto se encuentran entre los países que están discutiendo acuerdos de libre comercio con la UEEA. E Irán firmó uno en enero. El impulsor principal para la integración Irán-UEEA es mejorar la infraestructura de transporte y logística de Irán, es decir, el INSTC.

La importancia del INSTC y su vínculo con el Corredor Medio, que permite que el tráfico ruso se dirija hacia el este a través de Kazajstán a China y viceversa, está creciendo para incluir a toda la región. En una conferencia de prensa conjunta con el secretario de Estado de los EEUU, Anthony Blinken, en febrero, el ministro de Relaciones Exteriores de Kazajstán, Mukhtar Tleuberdi, dejó en claro que la participación económica de la UEEA es fundamental para Astana, y que Kazajstán no optaría por no participar en un acuerdo tan beneficioso para complacer a los EEUU.

Fue solo otro recordatorio de cómo todo esto representa la creciente integración de los países euro-asiáticos y la disminución de la influencia de EEUU..

FUENTE: https://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article2788