Programa “Detrás de la Razón”, que conduce el galardonado Periodista Mexicano Roberto de la Madrid, en el que se entrevista a Francisco Javier Martínez Experto en Geoestrategia y Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico, sobre la primeras consecuencias de la Reunión Cumbre de Biden-Putin o Putin-Biden; pero además trabajamos los distintos escenarios globales y la clara declinación de los poderes anglosajones y el arrastre de ello a las naciones Europeas.

Infelizmente la censura que está imponiendo las redes sociales a los que no nos definimos como “políticamente correctos”, causan dificultad para alcanzar con está información clasifica, a las grandes mayorías, la última vez cuando se censuró otra intervención en el programa el nivel de reproducciones del video había alcanzado mas 160.000, igualmente los seguidores se reorganizan y en pocas horas ya estos videos que acompañamos tienen miles de visitas 

La entrevista está dividida en 2 partes para su mejor apreciación

PRIMERA PARTE

SEGUNDA PARTE

El director del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, sospecha que luego de la pandemia, occidental puede perder su centralidad.

[Lo que sostienen el Profesor Pascal Boniface, es las tendencias que el equipo de Dossier geopolitico viene sosteniendo desde hace 15 años sobre el: Fin de 5 Siglos de Control “Occidental” del Globo terráqueo y de las nuevas realidades de bloques Geopoliticos y de el area del Eurasia y Asia Pacifico, que suplantan a los viejos esquemas, y que además la Pandemia solo lo desnudo crudamente pero NO es responsable de estos cambios de Poder Global. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico]

Tal vez el mundo occidental deje de ser el protagonista en la conformación geopolítica que podrá instalarse como consecuencia de la pandemia del virus SARS CoV 2. Esto es lo que sospecha Pascal Boniface, director del Instituto Francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas, aunque todavía se muestra cauteloso frente a su diagnóstico. Si bien el coronavirus tuvo su origen en China, los países asiáticos mostraron más efectividad al momento de poder controlar su circulación. La influencia que conquistan al momento de pensar la política internacional se enfrenta a variadas resistencias culturales de parte de occidente para entender la instrumentalidad de sus acciones y sus métodos. “La economía de China representaba el 10% del PBI de Estados Unidos en el año 2001. Hoy representa el 65%. La URSS durante la guerra fría no superó el 40% del PBI norteamericano”, señala Boniface. Estos datos y la presencia de China como el único país que muestra una economía sólida ante los desgarramientos de la pandemia, pueden leerse en paralelo con la destreza demostrada por Rusia para crear su vacuna Sputnik V en poco tiempo y la validación científica que le asignó la revista médica británica The Lancet.

“Existe una tendencia occidental a considerar dictaduras a todos los países que no son occidentales”, discute el especialista en geopolítica y avanza: “No existe una oposición entre democracias occidentales y dictaduras no occidentales”. Por eso, el profesor de relaciones internacionales en la Universidad París VIII establece una clasificación de tres tipos de países en función de su respuesta política y sanitaria al momento de confirmarse el estado de pandemia. Los que implementaron una acción inmediata y llevaron adelante los cuidados urgentes, entre los que identifica a China, Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Nueva Zelanda y Vietnam. Los que reaccionaron más tarde y aquí ubica especialmente a Europa y buena parte de los países de América Latina; y finalmente aquellos que negaron la situación, entre los que sobresalen sin brillo Estados Unidos y Brasil. Esta descripción le sirve a Boniface para explicar la primer derrota de Estados Unidos y el debilitamiento de Europa en una coyuntura que experimenta las secuelas sanitarias de “una guerra sin guerra” Boniface, que participa de este intercambio con Ñ por correo electrónico desde París, publicó en Francia el libro Geopolítica del Covid 19 ( Ediciones Eyrolles). El texto todavía no tiene su traducción al español y podría anticiparse que se trata de un ejercicio de inmediatez donde el autor se permite compartir su propio desconcierto: “Nadie pudo prever la pandemia ¿De verdad nadie? ¿O no hemos estado lo suficientemente atentos a ciertas advertencias? La crisis del Covid 19 puede parecer increíble, estrictamente hablando. De hecho muchas personas, incluidos muchos líderes políticos, incluidos aquellos a quines generalmente se le atribuye un comportamiento racional, inicialmente no lo creyeron”, señala Boniface y subraya una idea terminante: los países que se auto percibían y eran percibidos como los dueños del mundo, tanto desde las decisiones económicas como desde la incidencia ideológica, han sufrido “una lección de modestia”

–Usted señala que la pandemia por el Covid 19 está a mitad de camino entre un acontecimiento coyuntural y una revolución estructural ¿Salen más fortalecidos de esta crisis los países que le han dado, históricamente, más centralidad al Estado?

–La crisis del Covid 19 será la primera crisis internacional importante desde 1945 en la que Estados Unidos no juegue un rol predominante. A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos tomó la cabeza del mundo libre y dirigió no solamente el mundo occidental sino también tuvo una influencia determinante en el conjunto de los asuntos mundiales. Como resultado de la política de retirada del presidente Donald Trump, su América first (América primero) se transformó en una América sola, desolada. Estados Unidos, por otra parte, es uno de los países que fue más duramente golpeado por la crisis y no participó en la gestión internacional dando un portazo a la Organización Mundial de la Salud. Varios son los reproches que podemos hacerle a esta organización pero ciertamente era el peor momento para dejarla. De todos modos, la erosión del peso de los Estados Unidos en la vida internacional es muy antigua. Aunque Trump dejó la Casa Blanca, sabemos que Joe Biden querrá reinsertar a Estados Unidos en la vida internacional. Pienso que esta crisis vino a reforzar elementos estructurales ya existentes. Ascenso en potencia de China, crisis del multilateralismo, rivalidad entre China y Estados Unidos, pérdida del monopolio occidental en el poder pero realmente no ha creado ninguna situación nueva. Sí podría decir, en todo caso, que cambió los términos profundamente. Acentuó, amplificó, exacerbó tanto su realidad como su percepción.

–Teniendo en cuenta que el sistema de salud norteamericano fue clave en este debilitamiento de su política, ¿se viene un mundo donde el fortalecimiento y el predominio estatal va a ser fundamental?

–El mundo occidental hace mucho tiempo que perdió el monopolio del poder que ejerció durante cinco siglos. El problema es que nadie parece darse cuenta. La crisis del Covid-19 lo puso particularmente a la luz. Estados Unidos, los países de Europa occidental y los países latinoamericanos pagaron el más pesado tributo a la crisis. Los países asiáticos son los que mejor salieron. La diferencia no reside, como se dice por todas partes, entre países autoritarios y países democráticos. Corea del Sur y Taiwán, que son perfectas democracias, se ahorraron las cargas que tuvieron que enfrentar muchos países occidentales. Lo que hizo la diferencia fue privilegiar al grupo sobre el individuo y que las medidas drásticas pudieron ser tomadas como decisiones de estado.

–¿El predomino del mercado dejó a algunos países en una situación más vulnerable frente a la pandemia?

Inicialmente, los países occidentales estimaron que no serían afectados porque, según su criterio, las pandemias eran el monopolio de Asia y África. Pudimos ver las fosas comunes en Nueva York y los hospitales desbordados en Europa occidental. Fue un shock psicológico importante a nivel mundial. La situación está lejos de resolverse. La intervención del Estado es determinante, especialmente en materia de salud pública. Habrá grandes injusticias sociales en la lucha contra la pandemia. Las vacunas no serán accesibles a todos. En cambio, si se trata de innovación tecnológica, el mercado puede ser más eficiente que el Estado. Es necesario, entonces, que haya una justa repartición de esfuerzos y, sobre todo, una coordinación entre los dos. El Estado debe guardar su rol de coordinador y hacer que el mercado reciba una suerte de estímulo.

–Si bien la globalización hizo posible que el virus circulara de manera más rápida, usted señala que no se puede encontrar una solución sin la coordinación entre países ¿Puede existir un mundo no globalizado? Está claro que desde el punto de vista digital es imposible pero ¿el mundo del futuro será un mundo donde la circulación de las personas sea menor?

La crisis del Covid-19 convirtió a un mundo que se movía todo el tiempo en un mundo inmóvil. Viajábamos más y más intensamente y a veces parecía que las fronteras no existían. Con las medidas de distanciamiento social, los individuos no solo no salían de sus países, tampoco lo hacían de sus ciudades ni de sus departamentos. Pero esto no está destinado a durar. De la misma manera que es excesivo hablar del fin de las fronteras antes de la crisis del Covid-19, será excesivo pensar que serán totalmente herméticas a partir de este momento. Muy rápidamente retomaremos la costumbre de viajar. Por supuesto, puede ser que haya cada vez más acontecimientos virtuales, pero el encuentro directo, el contacto personal no puede ser reemplazado.

–Usted señala que Donald Trump perdió las elecciones por la pandemia ¿Por qué no pudo capitalizar este escenario político Bernie Sanders?

–Bernie Sanders ciertamente parecía demasiado radical como para ganar la nominación dentro del partido demócrata. El aparato se organizó para poner a Joe Biden, mucho más centrista, al poder. En el curso de la campaña, Biden y Trump se acusaban mutuamente de ser el candidato preferido de Pekín. Trump declaró “If you want to stop China, stop Biden”. Esto dejó entender que el carácter errático de la política de Trump solo podía ser apreciado por Pekín.

–¿Por qué considera que la derrota de Trump no es una victoria para China?

–Personalmente, pienso que China tendrá muchos más problemas para gestionar con Biden que con Trump porque no será lo que parece: Biden no va a estrechar los vínculos con los aliados, esos aliados que Trump había largamente dañado. Los partidarios de Biden dicen que la caótica gestión de Trump en política internacional le permitía a China avanzar más fácilmente en los foros internacionales

–¿Y cuál considera que debería ser el lugar de Europa en este escenario?

–Europa puede tener colaboraciones con China, pero en muchos temas hay una situación de rivalidad. Puedo decir que en temas como la lucha contra el calentamiento climático o el dossier nuclear iraní, estamos en armonía. Sobre el plan de competencia comercial, tenemos reproches que hacerle a China (incumplimiento de la propiedad industrial, cierre de mercados) y tenemos grandes divergencias sobre la naturaleza de su sistema político. Pero, en cambio, el problema de Estados Unidos respecto a China es la rivalidad por el primer lugar como potencia mundial. Esto no tiene relación con Europa. Europa debe definir su política en función de sus intereses y no determinarse en función de los intereses chinos o americanos. Debe funcionar como un polo de poder y no como el partener júnior de Washington o Pekín.

Pascal Boniface ​París, Francia, 1956. Especialista en geopolítica.

Diplomado en el Instituto de Estudios Políticos de París y doctor en derecho internacional público. En el año 1990 creó y dirigió el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS), uno de los principales centros franceses en investigación en política internacional, considerado como una think tank francesa. Entre 1988 y 1992, fue consejero de Jean-Pierre Chevénement, quien fuera ministro de Defensa de François Mitterrand, y de Pierre Joxe en los ministerios del Interior y de Defensa durante el mismo gobierno. Es, además, director de una de las colecciones de Editorial Hachette. Fue profesor del Instituto de Estudios Políticos de Lille y actualmente se desempeña como docente en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Paris VIII.

https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/pascal-boniface-hipotesis-geopolitica-viene_0_qerQ6lk1E.html

Profesor Pascal Boniface

15 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO

El director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele analiza en la columna semanal del Club de la Pluma, las claves de la gira de Biden por Europa, con su vista a Inglaterra, la reunión del G7, los encuentros con la UE y la OTAN y finalmente la cumbre con el presidente ruso Vladimir Putin, lo que le lleva a afirmar que LA LUCHA ENTRE CONTINENTALISTAS Y ATLANTISTAS SIGUE EN DESARROLLO. Y nos recuerda que el primer bloque son los Euroasiáticos de Rusia y China, en franco avance, y el segundo son EEUU más Europa, Canadá, Australia y Japón, en una alianza cada vez más diluida y menos identificados entre ellos. Y observa cómo la vieja doctrina inglesa del “Dividir para Reinar” se ha vuelto ahora en contra de Occidente. 

Y aborda este gran conflicto geopolítico mundial, desnudando las coyunturas que vive cada bloque por separado. Por un lado, China y Rusia uniendo sus estrategias internacionales y sus objetivos a mediano y largo plazo, tal cual lo dejó muy claro el embajador ruso ante el Gobierno de la República Popular de China: Andrei Denisov en unas declaraciones que Pereyra Mele las detalla. Mientras que por el otro, se abre más la brecha con un EEUU que ha dejado clara su histórica preferencia por Inglaterra, al haber resucitado la vieja “Carta del Atlántico” de 1943, en detrimento del resto de países del viejo continente, especialmente del eje franco alemán, cuya relación ya no es la misma que hace 20 años atrás.

También nos resume las promesas vagas sobre vacunas e inversiones fastuosas en el mundo pobre, que fueron ampliamente difundidas por los medios occidentales, cuando son solo ideas sin proyectos concretos, para frenar el avance estratégico y económico  chino, como el Cinturón y la Nueva Ruta de la Seda, que es una realidad consolidada. 

Sobre la reunión de la OTAN nos detalla los planes hasta 2030, que declararon a China como RIESGO PARA LA SEGURIDAD, que la señalaron por su arsenal nuclear y que volvieron al ataque con lo de los derechos humanos. Pero se pregunta ¿De qué OTAN hablaron? Y plantea varios perfiles y las fuertes contradicciones de la organización, cuyos miembros sufren graves crisis económicas y que apenas reúnen ya el 30 % del PIB mundial. También explica lo de LAS LÍNEAS ROJAS DE RUSIA, un asunto que casi se le desmadra a Biden.

Y se pregunta ¿Si la OTAN tiene conciencia de los datos que “nos tira la historia” sobre la segunda guerra mundial? Justo cuando se van a cumplir 80 años de la ofensiva nazi en Europa y a la que el Ejército Rojo tuvo que rescatar 4 años después, y justo también cuando Occidente no está ni económica ni militarmente preparado para otra confrontación, que solo busca incrementar los gastos en defensa para beneplácito de la industria de las armas. 

Sobre la cumbre Putin – Biden, nos informa que hubo acuerdos sobre previsibilidad y transparencia de las armas nucleares, y nos da detalles de los importantes entretelones que desnudan la hipocresía de Occidente, la doble cara de la libertad de prensa y de una lucha interna cruenta por la política internacional, entre los poderes fácticos de EEUU, siempre obstinado en romper sus acuerdos sobre paz. Y nos ofrece detalles al respecto.

Carlos cuenta que Norteamérica ha presentado en esta gira su proyecto ante Inglaterra, al que deben adherir los socios de segunda línea y también los de tercera y de cuarta y hasta los países “Cuatro de Copa” y nos explica qué significa eso y el porqué.

Vuelve a dar ejemplos sobre las realidades diferentes de ambos bloques, de cómo evolucionan sus alianzas ya sea en lo económico, en lo político, infraestructuras, logística, y en la defensa y seguridad. 

Finalmente sintetiza que la diplomacia y la geoestrategia de Biden en esta semana tuvo como objetivo quebrar la alianza rusa china, tal cual lo definió el embajador Denisov cuando expresó: “EEUU quiere aplastar al competidor”. Pero la realidad dice que una cosa es lo que se desea hacer y otra muy diferente, es lo que realmente se puede hacer 

Eduardo Bonugli (Madrid, 20/06/21)

80 años de la invasión de la Alemania nazi a la exURSS: Merkel señala la fecha que debe provocar vergüenza a los alemanes 

https://mundo.sputniknews.com/20210619/merkel-senala-la-fecha-que-debe-provocar-verguenza-a-los-alemanes-1113372633.html

Pepe Escobar 16 de junio

Build Back Better World tiene como objetivo hacer descarrilar la Iniciativa de la Franja y la Ruta, flexionar los músculos de la OTAN y acosar a China 24 horas al día, 7 días a la semana

Para aquellos que se salvaron de la terrible experiencia de examinar el comunicado de la cumbre de la OTAN , aquí está el resumen conciso: Rusia es una «amenaza aguda» y China es un «desafío sistémico».

La OTAN, por supuesto, son solo un grupo de niños inocentes que construyen castillos en una caja de arena.

Esos fueron los días en que Lord Hastings Lionel Ismay, el primer secretario general de la OTAN , acuñó el propósito transatlántico: «mantener a la Unión Soviética fuera, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo».

El remix de Raging Twenties dice: «Mantenga a los estadounidenses dentro, la UE abajo y Rusia-China contenida».

De modo que la organización del Atlántico Norte (la cursiva es mía) se ha trasladado a toda Eurasia, luchando contra lo que describe como «amenazas del Este». Bueno, eso es un paso más allá de Afganistán, la intersección de Asia Central y del Sur, donde la OTAN fue humillada sin ceremonias por un grupo de pashtunes con Kalashnikovs.

Rusia sigue siendo la principal amenaza, mencionada 63 veces en el comunicado. El actual chihuahua de la OTAN, Jens Stoltenberg, dice que la OTAN no se limitará a «reflejar» a Rusia: de facto gastará más que ella y la rodeará con múltiples formaciones de batalla, ya que «ahora hemos implementado los mayores refuerzos de nuestra defensa colectiva desde el fin del Guerra Fría».

El comunicado es inflexible: la única forma de gasto militar es hacia arriba. Contexto: el presupuesto total de «defensa» de los 30 miembros de la OTAN crecerá un 4,1% en 2021, alcanzando la asombrosa cifra de 1.049 billones de dólares (726.000 millones de dólares de los EE.UU., 323.000 millones de dólares de diversos aliados).

Después de todo, abundan las “amenazas del Este”. Desde Rusia, están todas esas armas hipersónicas que desconciertan a los generales de la OTAN; esos ejercicios a gran escala cerca de las fronteras de los miembros de la OTAN; violaciones constantes del espacio aéreo; integración militar con ese “dictador” en Bielorrusia.

En cuanto a las amenazas de China (Mar de China Meridional, Taiwán, el Indo-Pacífico en general), el G7 tenía que idear un plan.

Ingrese «verde», «inclusivo»  Build Back Better World (B3W) , considerado como la «alternativa» occidental a la Iniciativa Belt and Road (BRI). B3W respeta «nuestros valores», que el payaso primer ministro británico Boris Johnson no pudo evitar describir como construcción de infraestructura de una manera más «neutra en cuanto al género» o «femenino», y, más adelante, eliminará los bienes producidos con trabajo forzoso (código para Xinjiang) de las cadenas de suministro.

La Casa Blanca tiene su propio giro B3W : es una “asociación de infraestructura transparente, de alto nivel y basada en valores” que estará “movilizando capital del sector privado en cuatro áreas de enfoque: clima, salud y seguridad sanitaria, tecnología digital e igualdad de género, con inversiones catalizadoras de nuestras respectivas instituciones de desarrollo «

Las “inversiones catalíticas” iniciales para BW3 se estimaron en $100 mil millones. Nadie sabe cómo saldrán estos fondos de las “instituciones de desarrollo”.

Los observadores experimentados del Sur Global ya apostaron que los préstamos “verdes” del FMI / Banco Mundial proporcionarán esencialmente la inversión del sector privado en mercados emergentes seleccionados, con miras a las ganancias.

La Casa Blanca insiste en que “B3W tendrá un alcance global, desde América Latina y el Caribe hasta África y el Indo-Pacífico”. Tenga en cuenta el intento descarado de igualar el alcance de BRI.

Todos estos recursos «verdes» y las nuevas cadenas logísticas financiadas por lo que será una variante de los bancos centrales que derraman dinero de helicópteros en última instancia beneficiarían a los miembros del G7, ciertamente no a China.

Y el “protector” de estos nuevos corredores geoestratégicos “verdes” será – ¿quién más? – OTAN. Esa es la consecuencia natural del “alcance global” enfatizado en la agenda 2030 de la OTAN.

La OTAN como protectora de inversiones

Los esquemas de infraestructura «alternativa» ya proliferan, orientados a contener el «acoso de Rusia» y la «intromisión china» fuera de la UE. Ese es el caso de la Iniciativa de los Tres Mares , donde se supone que 12 estados miembros de la UE de Europa del Este interconectarán mejor los mares Adriático, Báltico y Negro.

Esta iniciativa es una copia pálida del mecanismo 17 + 1 de China para integrar Europa del Este como parte de BRI, en este caso obligándolos a construir una infraestructura muy cara para recibir importaciones de energía estadounidenses muy caras.

La ofensiva contra las «amenazas del Este» está destinada al fracaso.

Dmitry Orlov ha detallado cómo «Rusia sobresale en la construcción y operación de enormes sistemas de producción de energía, transporte y materiales» y, en paralelo, cómo «la tecnosfera … se ha reubicado silenciosamente y ahora está ocupada teletrabajando entre Moscú y Beijing».

Como todo geek sabe, China está muy por delante en 5G y es el principal mercado mundial de chips. Y ahora la ley de sanciones contra los extranjeros – aprobado significativamente justo antes del G7 en Cornualles – muestra voluntad “salvaguardia” de las empresas chinas de “medidas unilaterales y discriminatorias impuestas por los países extranjeros” y los EE.UU. “de jurisdicción de brazo largo» forzando así el capital atlantista a hacer una elección .

Es China, como potencia mundial en ascenso, la que de hecho ha propuesto una “alternativa” al Sur Global en primer lugar, un contragolpe a la interminable trampa de la deuda del FMI y el Banco Mundial de las últimas décadas. BRI es una estrategia de inversión / comercio de desarrollo sostenible altamente compleja con el potencial de integrar vastas franjas del Sur Global.

Esa es una conexión directa con la famosa teoría del presidente Mao sobre la división de los Tres Mundos  ; el énfasis entonces en el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) poscolonial, del cual China era un incondicional, ahora abarca todo el Sur Global. Al final, siempre se trata de soberanía contra el neocolonialismo.

B3W es la reacción occidental, esencialmente estadounidense, al BRI: tratar de descartar tantos proyectos como sea posible mientras acosa a China las 24 horas del día, los 7 días de la semana en el proceso.

A diferencia de China o Alemania, Estados Unidos apenas fabrica productos que el Sur Global quiere comprar; la manufactura representa sólo el 5% de la economía estadounidense, esencialmente sostenida por el dólar estadounidense como moneda de reserva y el – menguante – Imperio de Bases del Pentágono.

China produce diez ingenieros superiores por cada «experto financiero» estadounidense. China ha perfeccionado lo que se conoce entre los expertos en tecnología bilingües como un sistema eficaz para hacer planes de desarrollo SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con plazos determinados) e implementarlos.

La noción de que el Sur Global será convencido de privilegiar a B3W – en el mejor de los casos un golpe vacío de relaciones públicas – sobre el BRI es ridícula.

Sin embargo, la OTAN estará reglamentada para proteger activamente aquellas inversiones que sigan «nuestros valores».

Una cosa es segura: habrá sangre.

Publicación autorizada por su autor Pepe Escobar

Fuente https://asiatimes.com/2021/06/the-real-b3w-nato-agenda/

El dia Jueves 17 de Junio del 2021 disertó el Prof. Dr. Miguel A. Barrios Director Academico de Dossier Geopolitico en la Escuela Superior de Guerra de Brasil en Rio de Janeiro, invitado por el Director del Instituto de Doctrina Operacional de Guerra, General de Brigada Joao Cesar Zambao da Silva y por el Coordinador de los Grupos de Investigación de la Escuela Superior de Guerra Profesor Ronaldo Gomes Carmona; el Dr. Barrios disertó sobre la temática: Geopolitica, Soberanía y “Nuevo Orden Internacional” en la “Nueva Normalidad”

Importante evento promovido por el Grupo de Investigación de Estudios de Guerra, del cual participaron Personal Superior de la ESG de Rio de Janeiro e investigadores de la misma institución participó como invitados de la ESG, el Director Ejecutivo de Dossier Geopolitico.

Ponemos a disposición de nuestros seguidores e interesados en estos temas el video de la Conferencia Completa:

Analiza los resultados y algunos entretelones de la cumbre del G7, en Cornualles, Gran Bretaña, como parte de una serie de reuniones que fueron parte de la gira por Europa de Biden. La agenda de esa reunión del G7 tuvo como tema principal a China. En resumen los europeos celebran el retorno del liderazgo estadounidense y la resucitación del atlantismo…pero sin afectar la cooperación con China. Antonio M. Mitre Colaborador de Dossier Geopolitico

G7 Y CHINA: LÍNEAS DE FALLA EN EL ORDEN MUNDIAL

M.K.Bhadrakumar asia Times

El G7 ha recorrido un largo camino desde su creación a mediados de la década de 1970 por iniciativa del entonces presidente francés Valéry Giscard d’Estaing y el canciller de Alemania Occidental Helmut Schmidt para discutir la economía mundial y consultar sobre una política económica internacional tras la primera crisis del petróleo. y el colapso del sistema de tipo de cambio fijo de Bretton Woods. 

Pero en la década de 1980, el G7 había comenzado a adoptar cuestiones de política exterior y de seguridad. El apogeo del G7 como la mesa alta en seguridad internacional probablemente se alcanzó en 1991 cuando el G7 invitó a Mikhail Gorbachev a conversaciones en Londres en 1991, paralelamente a la cumbre del G7.  En 1998, Rusia fue admitida formalmente en el grupo, convirtiéndose en el G8.

Durante la siguiente década y media, Rusia comenzó a asistir regularmente a las cumbres hasta 2013, cuando se produjo una separación de caminos tras la “revolución de color” en Ucrania, y el G8 volvió al G7. Desde entonces, el G7 se ha comportado descaradamente como un exclusivo club occidental.

Esta gran recapitulación es útil y necesaria para recordar cómo esta plataforma intensamente política de siete países occidentales llegó a nutrir tales nociones de excepcionalismo.  Pero hoy, frente a un mundo en transición, temen que el mundo de ayer se esté alejando.

En un cambio de roles dramático desde la década de 1970, el mundo en desarrollo ahora representa casi dos tercios de la economía mundial en comparación con un tercio de Occidente. Por supuesto, esta realidad, que surgió durante la crisis financiera de 2008, a su vez, llevó al nacimiento del G20 más representativo, pero el G7 se niega a retroceder. 

La pandemia puede estar exacerbando este cambio histórico. En general, las potencias occidentales se encuentran en un estado de trauma cuando miran a su alrededor y sienten que el tipo de dominio que disfrutaban como señores supremos en virtud de su control sobre la economía mundial ya no es factible. Según cualquier cálculo, los líderes del G7 que se reunieron en Gran Bretaña el fin de semana para la reunión cumbre que concluyó el domingo, eran conscientes de las corrientes subterráneas que se arremolinaban a su alrededor. 

El G7 está obligado a reinventarse. La cumbre del fin de semana marca el primer paso hacia la reformulación del G7 como la fuente del mundo democrático, lo que le permite liderar una coalición de la voluntad en una campaña global contra China. (El texto del comunicado del G7 está aquí ). 

Sin embargo, hay signos de desunión entre los países del G7 con respecto a una cruzada contra China. China es un motor de crecimiento para la economía mundial e incluso ha reconfigurado algunas de las economías occidentales. Aquí radica la paradoja. Uno de los resultados de la última cumbre del G7 es supuestamente un contraataque occidental «para abordar la brecha de financiamiento de infraestructura» mediante la movilización de capital y experiencia del sector privado. Pero, ¿de dónde viene el dinero del G7? 

Sus economías están sumidas en deudas. ¿Y por qué sus empresas del sector privado deberían pedir prestado a menos que haya rendimientos proporcionales y, lo más importante, tengan los medios, la pericia y la experiencia relevante para emprender el tipo de proyectos que las empresas chinas están llevando a cabo en África o Asia dentro del ámbito del Cinturón y Iniciativa Vial? Según el proveedor de datos Refinitiv, para el primer trimestre de 2020, el valor de los proyectos de la Franja y la Ruta de China ya superó los 4 billones de dólares. Éstas son realidades duras.

En términos geopolíticos, el principal resultado de la cumbre del G7 es que los participantes europeos podrían suspirar aliviados de que haya aparecido un nuevo tono que insinúa un interés por parte de Washington por comenzar a reparar las brechas heredadas de cuatro años de Donald J. . Trump.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo después de reunirse con Biden: «Es genial tener un presidente de EE. UU. Que es parte del club y está muy dispuesto a cooperar». Seguramente, el ambiente amistoso ha ayudado a Biden a inyectar un cierto matiz de Guerra Fría al G7 en actas. 

Sin embargo, de cara al futuro, la situación del G7 será triple. Primero, en realidad, esto es una farsa, como Don Quijote en la novela de Cervantes que se inclina hacia el molino de viento en un encantamiento delirante; porque, China y Rusia no solo están lejos de formar su propio bloque adversario para desafiar a Occidente, sino que ni siquiera planean moverse en esa dirección. 

La semana pasada, en una entrevista con el periódico Global Times del Comité Central del Partido Comunista de China, el embajador de Rusia en Beijing, Andrey Denisov, dijo a la sombra de la cumbre del G7 y la próxima cumbre entre Putin y Biden: 

“La posición de Rusia está claramente mucho más cerca de China que de Estados Unidos. En los últimos años, Estados Unidos ha impuesto sanciones tanto a Rusia como a China. Aunque las áreas y el contenido de la insatisfacción de Estados Unidos hacia Rusia y China son diferentes, el objetivo de Estados Unidos es el mismo: aplastar al competidor. Claramente, no podemos aceptar tal actitud de Estados Unidos. Esperamos que el “trípode” Rusia-China-EE. UU. mantenga el equilibrio.

“Rusia y China son potencias mundiales y tienen sus propios intereses a nivel mundial y regional. Estos intereses no pueden ser idénticos en todos los casos. Pero en general, los intereses internacionales de Rusia y China son los mismos, por lo que nuestras posiciones sobre la mayoría de los asuntos internacionales son las mismas. El ejemplo más obvio es cómo votamos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: Rusia y China a menudo emiten el mismo voto en el Consejo de Seguridad … De hecho, nuestras posiciones sobre algunos de los temas más importantes son las mismas, y solo tenemos puntos de vista diferentes en algunos detalles específicos «. 

¿La declaración anterior se suma a una alianza militar o incluso a una ideología compartida entre Rusia y China? Claramente, no es así. Eso nos lleva al segundo punto, a saber, Estados Unidos tendrá dificultades para alinear a los socios occidentales con sus rivalidades de política exterior frente a China, que se derivan esencialmente de su sentimiento de frustración de que su siglo de dominio global esté terminado bajo un serio desafío y no tiene nada que ver con que China socave los intereses occidentales. 

Sin duda, el G7 ha puesto de relieve que existe un fuerte desacuerdo entre Estados Unidos y sus aliados sobre cómo responder al creciente poder de China. Europa, especialmente las dos principales potencias europeas, Alemania y Francia, no está de acuerdo en cuanto a si considerar a China como un socio, competidor, adversario o una amenaza absoluta para la seguridad. 

Este cambio de humor paralizará los esfuerzos de Estados Unidos para lograr una respuesta occidental integral. A corto plazo, la prueba de fuego será si la administración Biden puede persuadir a los aliados para que denuncien el uso de trabajo forzoso por parte de China y tomen acciones concretas para garantizar que las cadenas de suministro globales estén libres del uso de mano de obra china, o de lo contrario, todo esto. se convierte en corteza sin morder.

Al final del día, las leyes de la economía son más fuertes que las construcciones geopolíticas o las preocupaciones por los derechos humanos. Significativamente, el martes pasado, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, defendió los esfuerzos de la Unión Europea para negociar un Acuerdo Integral de Inversión con China al calificar el acuerdo de inversión como «un gran paso en la dirección correcta». Dijo a los periodistas: «Por primera vez, estamos dando un paso para facilitar la inversión de las empresas europeas en la economía china». 

El momento del comentario fue bastante delicado e intrigante, incluso cuando Biden despegaba para su gira europea. Significó que por mucho que los lazos económicos entre China y la UE se encuentren en una fase de transición complicada, eso no es una excusa para que Estados Unidos ponga el dedo en el pastel. Más importante aún, subraya que ni la UE ni China quieren que la interferencia de Estados Unidos empeore las cosas y sea menos predecible. Por otro lado, por supuesto, a los europeos no les gustaría perder su independencia política y convertirse en un peón en la contención de Estados Unidos contra China. 

Esto es de esperar, ya que, en 2020, China ha superado a los EE. UU. como el mayor socio comercial de la UE. El comercio de bienes y servicios entre China y los países europeos alcanzó casi un billón de dólares, con inversiones acumulativas bidireccionales que superaron los 250.000 millones de dólares. 

Una encuesta publicada por la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China mostró el martes que casi el 60 por ciento de las empresas europeas planean expandir sus negocios en China este año, un aumento de casi 10 puntos porcentuales del 51 por ciento encuestado el año pasado. Baste decir que los europeos son lo suficientemente inteligentes como para saber que la politización de los lazos económicos entre China y la UE será perjudicial para sus intereses a largo plazo.

15 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

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Carlos Pereyra Mele director de Dossier Geopolítico, inicia la columna del Club de La Pluma de esta semana preguntándose si la ola movilizadora que avanza por Suramérica llegará a Perú con el triunfo de Castillo y el de las mayorías populares, derrotando este domingo a la neoliberal Fujimori, mientras nos recuerda que esta rebelión social y política condena a los partidos tradicionales de los últimos 30 años, como en Colombia, Ecuador y en Chile, donde tanto la izquierda como la derecha han sido castigadas por ser continuistas del régimen de Pinochet.

Sobre Brasil, nos habla de su economía en crisis severa, que ha pasado de ser industrialista a ser primaria, de los conflictos internos en el ejército, de la caída de la popularidad de Bolsonaro y del derrumbe de sus pilares internacionales: Trump y Netanyahu. Sobre Colombia reafirma que el pueblo no ha sido doblegado, que ese gobierno no tiene más respuesta que la represión salvaje y criminal y que tal violencia no engendrará ni acuerdos ni soluciones. Solo traerá más desgracia y dolor. Y enfatiza que la crisis del sistema es muy profunda en la región, sin visos de remitir, a pesar del blindaje informativo de los grandes medios y a pesar del apoyo de la U.E. a Uribe a Piñera y a sus políticas, tratando simplemente de “vándalos” a las mayorías populares que protestan en la calle. Mientras Biden, por el contrario, intenta una tibia reacción con el acercamiento al gobierno de Argentina y dando un guiño a la candidatura de Lula en Brasil, planteando un nuevo horizonte, que arrastraría al fundamentalismo neoliberal, que sigue haciéndose oír con su exacerbado odio.

A continuación, nuestro director se adentra en Israel donde se han cumplido sus previsiones: Derrota militar y derrota política de Netanyahu tras sus 12 años en el poder, y nos dibuja el profundo cambio de estructura de un país que ha hecho de la represión y la persecución su política de estado, con  una coalición muy débil de ocho partidos minúsculos, extremismos de izquierda y derecha incluidos, y cuyos integrantes van desde colonos fanáticos a los árabes con nacionalidad israelí.

Por otra parte, nos informa del reciente anuncio del presidente Putin sobre la finalización de la obra de una de las dos tuberías del gasoducto Nord Stream 2, lo que confirma que todas las sanciones, las amenazas y la campaña en contra de EEUU no han servido para nada. También nos relata las respuestas del presidente ruso a las intenciones y amenazas del norteamericano.

En territorio argentino, Carlos nos habla de la nueva vuelta de tuerca de la dirigente Elisa Carrió sobre su esperpéntica teoría sobre la geopolítica del gobierno argentino. Y la desgrana en un relato que va de lo ridículo a lo bochornoso, mientras desnuda la incapacidad de esta clase de dirigentes y su coro de fanáticos, instalados aún en los tiempos del tratado de Yalta.

Finalmente aborda el escándalo del espionaje de EEUU contra Alemania, Francia y otros países. Y se pregunta ¿Qué estructura de espionaje tiene EEUU? ¿Qué son LOS 5 OJOS? 

Y nos brinda una clase de Geopolítica de primer nivel donde analiza esta alianza “anglo sajona pura” de inteligencia creada en los años 40, entre EEUU, Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelanda para espiar primero a los enemigos y luego, a partir de la desaparición de la URSS, para hacerlo también a sus aliados, a sus socios y también a sus ciudadanos. Y nos cuenta las falsas ampliaciones de esa sociedad secreta, hasta llegar a “LOS 14 OJOS”, con otros tantos países aliados, que fueron engañados para hacerles creer que participaban en el espionaje, pero que en realidad se demuestra que han sido utilizados y a la vez espiados.

Y termina con la conclusión de que esta estructura geopolítica de las comunicaciones de LOS 5 OJOS sigue perteneciendo al grupo original, exclusivo, puro y  anglosajón, ahora más obsesionado en escuchar, vigilar e investigar al nuevo gran Satán de Occidente: China. Y a todo aquel país de Eurasia que teja alianzas con ella o con Rusia.

Eduardo Bonugli (Madrid, 6/6/21)

Cae Netanyahu
Alberto Fernandez Argentina y Vladimir Putin Rusia Foro de San Petersburgo

Por Pepe Escobar 4 de junio Asia Times

Es imposible comprender los puntos más sutiles de lo que está sucediendo sobre el terreno en Rusia y en Eurasia, desde el punto de vista empresarial, sin seguir el Foro Económico Internacional anual de San Petersburgo, que está sucediendo ahora.

Podría decirse que el panel más llamativo del foro ha sido el de la «nueva normalidad» (o anormal) posterior a Covid-19, y cómo se reformará la economía. Una subsección importante es cómo Rusia puede capitalizar, en términos de crecimiento productivo.

Esa fue una oportunidad para ver a la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, a la gobernadora del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiullina, y al ministro de Finanzas de Rusia, Anton Siluanov, debatiendo en la misma mesa. 

Fue Siluanov quien de hecho comandó todos los titulares relacionados con el foro cuando anunció que Rusia abandonará totalmente el dólar estadounidense en la estructura del Fondo Nacional de Riqueza, el fondo de riqueza soberano de facto de Rusia, así como reducirá la participación de la libra británica. La NWF tendrá más euros y yuanes y más oro, mientras que la participación del yen se mantendrá estable.

Este proceso de desdolarización en curso ha sido más que predecible. En mayo, por primera vez, menos del 50% de las exportaciones rusas estaban denominadas en dólares estadounidenses. 

Siluanov explicó que las ventas de aproximadamente US $119 mil millones en activos líquidos pasarán por el Banco Central de Rusia y no por los mercados financieros. En la práctica, será una simple transferencia técnica de euros a la NWF. Después de todo, el banco central se ha estado deshaciendo de los dólares estadounidenses durante años. 

Tarde o temprano, China lo seguirá. Paralelamente, algunas naciones de Eurasia, de una manera extremadamente discreta, también están pasando por alto lo que de facto es la moneda de una economía basada en la deuda, por una suma de decenas de billones de dólares, como Michael Hudson ha estado explicando en detalle.

Sin mencionar que las transacciones con dólares estadounidenses exponen a naciones enteras a una máquina judicial extraterritorial y extorsiva.

Eso no es todo       

Vayamos al grano y ofrezcamos algunos otros ejemplos de opciones de lo que se está discutiendo en los paneles superiores: 

El Lejano Oriente ruso : aquí hay una discusión sobre las estrategias, en gran medida exitosas, para impulsar la inversión productiva en la industria y la infraestructura en el Lejano Oriente ruso. La fabricación en Rusia creció un 12,2% entre 2015 y 2020; en el Lejano Oriente fue casi el doble de la cifra nacional, 23,1%. Y de 2018 a 2020, la inversión per cápita en capital fijo fue un 40% más alta que el promedio nacional.

Los próximos pasos se centran en mejorar la infraestructura; abrir los mercados globales a las empresas rusas; y, sobre todo, encontrar los fondos necesarios (¿de China? ¿de Corea del Sur?) para tecnología avanzada. 

La Organización de Cooperación de Shanghái: como he visto por mí mismo en ediciones anteriores del foro, en términos de discusión seria, Occidente no tiene nada similar a la OCS, que ha evolucionado desde su enfoque de seguridad inicial hacia un rol político-económico de amplio alcance. .

Rusia presidió la OCS en 2019-20, cuando la política exterior recibió un nuevo impulso y las consecuencias socioeconómicas del Covid-19 se abordaron seriamente. Ahora, el énfasis colectivo debería estar en cómo hacer que los países miembros, especialmente los «fanáticos» de Asia Central, sean atractivos para los inversores globales. Los panelistas incluyen al exsecretario general de la OCS, Rashid Alimov, y al actual, Vladimir Norov.     

Asociación euroasiática : esta discusión involucra lo que debería ser un nodo clave del siglo euroasiático: el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur. Un precedente histórico importante se aplica: la ruta comercial del Volga en los siglos XVII y IX que conectaba Europa Occidental a Persia – y que podría ampliarse ahora, en una variación de la Ruta de la Seda Marítima, todo el camino a los puertos de la India.

Eso plantea una serie de preguntas, que van desde el desarrollo del comercio y la tecnología hasta la implementación armoniosa de plataformas digitales. Aquí se encuentran panelistas de Rusia, India, Irán, Kazajstán y Azerbaiyán.    

La asociación de Gran Eurasia: Gran Eurasia es el concepto ruso general aplicado a la consolidación del siglo euroasiático. Esta discusión se centra principalmente en las grandes tecnologías, incluida la digitalización, los sistemas de gestión automatizados y el crecimiento verde. La pregunta es cómo podría funcionar una transición tecnológica radical para los intereses de toda Eurasia.

Y ahí es donde entra en juego la Unión Económica de Eurasia liderada por Rusia: abordar cómo debería funcionar en la práctica el impulso de la UEEA para una Asociación de la Gran Eurasia. Los panelistas incluyen al presidente de la junta de la Comisión Económica Euroasiática, Mikhail Myasnikovich, y una reliquia del pasado de Yeltsin: Anatoliy Chubais, quien ahora es el representante especial de Putin para las «relaciones con organizaciones internacionales para lograr los objetivos de desarrollo sostenible».  

En el importantísimo frente chino-ruso, que impregna todas las discusiones en el foro, está el hecho de que un conjunto de conocimientos técnicos chinos y energía rusa debería ser más que capaz de solidificar un enorme mercado pan euroasiático capaz de empequeñecer a Occidente. Después de todo, la historia nos dice que en 1400 India y China eran responsables de la mitad del PIB mundial.

Mientras Occidente se revuelca en un colapso de Build Back Better autoinducido, la caravana euroasiática parece imparable. Pero luego, están esas molestas sanciones estadounidenses.

La Sesión del Club de Discusión de Valdai profundizó en la histeria: las sanciones que sirven a una agenda política están amenazando vastas franjas de la infraestructura económica y financiera mundial. Así que volvemos una vez más al síndrome ineludible del dólar estadounidense armado, desplegado contra India que compra petróleo iraní y hardware militar ruso, o contra empresas tecnológicas chinas.

Los panelistas, entre ellos el viceministro de Finanzas ruso Vladimir Kolychev y Alena Douhan, relatora especial de la ONU sobre el “impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos”, debatieron sobre la inevitable nueva escalada de sanciones anti rusas.

Otro tema corriente subyacente a los debates del foro es que, pase lo que pase en el frente de las sanciones, Rusia ya tiene una alternativa a SWIFT, y también China. Ambos sistemas son compatibles con SWIFT en software, por lo que otras naciones también pueden utilizarlo.

No menos del 30% del tráfico de SWIFT involucra a Rusia.

Si alguna vez se ejerciera la “opción” financiera «nuclear «, las naciones que comercian con Rusia casi con certeza abandonarían SWIFT. Además, Rusia, China e Irán, el trío de la «amenaza» que enfrenta la hegemonía, tienen acuerdos de intercambio de divisas, de forma bilateral y con otras naciones.  

El foro de San Petersburgo de este año ha tenido lugar sólo unos días antes de las cumbres del G7, la OTAN y la UE-Estados Unidos, que, reducido al estado de una plataforma para la proyección del poder estadounidense, destacará gráficamente la irrelevancia geopolítica europea.  

Y, que tuvo lugar menos de dos semanas antes de la cumbre Putin-Biden en Ginebra, el foro prestó sobre todo un servicio público para aquellos que quieran notarlo, trazando algunos de los contornos prácticos más importantes del siglo euroasiático.

Por Jorge Castro – 29/05/2021 Clarín

El dato fundamental de la economía global en los últimos cinco años ha sido el vuelco de los grandes países del mundo – en primer lugar, EE.UU. y China – hacia prácticas de autosuficiencia y de afirmación de la seguridad nacional para garantizar su capacidad innovadora, su estabilidad interna, y sobre todo lo esencial, el mantenimiento de su autonomía política/estratégica, que hace a la esencia de su identidad como pueblos y naciones.

Al mismo tiempo, esta tendencia se ha convertido en un instrumento para afirmar su status global, como partícipes crecientemente relevantes del juego del mundo; y esto sucede en un sistema cada vez más integrado que responde a un imperativo tecnológico profundamente determinista, liderado por una digitalización cada vez más vertiginosa que adquiere características de instantaneidad.

En definitiva, la búsqueda de la autosuficiencia tiende a convertirse en la regla y en el imperativo de la época, pero no tiene nada que ver con la autarquía y el aislamiento, transformadas en meras rémoras del pasado.

Lo que sucede es un cambio de las condiciones mundiales, sobre todo en la relación crucial entre China y EE.UU.; y lo esencial de esta modificación ha ocurrido en los últimos 10 años en la República Popular.

En términos estructurales, esto sucedió a partir de 2008/2009, cuando se produjo la crisis financiera internacional con eje en Wall Street (Lehman Brothers). En ese momento el eje del proceso de acumulación pasó del Atlántico al Pacífico, de EE.UU a China/Asia; y al mismo tiempo, la República Popular comenzó a crecer exclusivamente sobre la base de su demanda doméstica/consumo individual (93% del total en 2020), con una desaparición acelerada del alza sistemática de las exportaciones y del aumento incesante de la tasa de inversión (47% del PBI en 2009), como había ocurrido invariablemente desde 1978, cuando Deng Xiaoping abrió el país al capitalismo en su fase de globalización, guiada por la estrella polar de la inversión directa de las grandes empresas transnacionales.

Entonces, en 2012, surgió en China un factor cualitativo, absolutamente esencial en términos políticos, que fue la aparición de una nueva conducción del Partido y el Estado, identificada con Xi Jinping y la Quinta Generación de líderes.

La tarea histórica de Xi Jinping y la Quinta Generación se identifica con dos objetivos. El primero terminar con la corrupción estructural de la República Popular, surgida del hecho de haber sido el Partido Comunista el que actuó como el instrumento de apertura al capitalismo de la sociedad civil, lo que produjo una mezcla prácticamente absoluta de los intereses públicos y privados.

Lo que Xi Jinping advirtió fue que la corrupción era el mayor desafío para el poder político del Partido Comunista, incluso amenazando su subsistencia. La razón es que el poder del PCCh en China surge exclusivamente de su legitimidad política; y si esta se debilita o desaparece, el sistema arriesga colapsar. Esto es el punto central para la comprensión del fenómeno chino en el siglo XXI: todo gira alrededor de su legitimidad, tanto nacional como social.

Lo segundo que advirtió Xi Jinping fue que en 2008/2009 una época histórica había terminado para la economía china. Entre 1978 y 2008, China creció 9,9% anual acumulativo, en tanto que el ingreso per cápita de su población se duplicó cada 8 años. Fue el periodo más largo a la tasa más alta en la historia del capitalismo desde la Primera Revolución Industrial (1780/1840).

Pero – y esto es lo esencial – más de 60% de la tecnología que utilizó la República Popular en esta hazaña histórica fue norteamericana (Banco Mundial); y esto ocurrió en un fenomenal ejercicio de adaptación, copia, o compra de dimensiones globales, en aplicación del principio que crece más rápido el que llega último.

Por eso para Xi Jinping fue absolutamente prioritario el desarrollo endógeno de una tecnología avanzada, capaz de competir con EE.UU. en el dominio del conocimiento propio de la Cuarta Revolución Industrial: Inteligencia artificial (AI), Internet de las Cosas (IoT), y robotización, sobre la premisa de que esto era el núcleo del poder en el mundo del siglo XXI.

Lo asombroso es que en cinco años China logró disputar la primacía con EE.UU. en esta cuestión vital (2012/2017). En solo un lustro, se acercó al primer lugar en el mundo, en desafío a la potencia más avanzada de la historia del capitalismo.

El que advirtió lo que esto significaba fue Donald Trump (“Estrategia de Seguridad Nacional”/2017); y a partir de entonces la competencia tecnológica con China se transformó para EE.UU. en la puja por el poder mundial; y por lo tanto, la cuestión absolutamente primordial en términos geopolíticos.

Esta es la situación actual: la economía global está absolutamente integrada a través de una digitalización que ha adquirido un ritmo casi instantáneo; y el poder en el mundo depende del dominio de las tecnologías de avanzada de la Cuarta Revolución Industrial.

Esta es la geopolítica del siglo XXI, fundada en el conocimiento, lo intangible y la instantaneidad. Este es el poder en el mundo en la época que nos toca vivir.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Dossier Geopolitico.

Alaska, marzo de 2021. La reunión entre funcionarios y diplomáticos de Estados Unidos y China fue el comienzo del desafío abierto a la hegemonía estadounidense.

[NR.: El autor Daniel Symcha, autoriza la publicación de su articulo a Dossier Geopolítico -GD-]

Las Naciones se mueven por intereses y no por ideologías. Los intereses están vinculados a la supervivencia, la seguridad, la defensa y la capacidad de progreso de los Pueblos. Dentro de este esquema vamos a tomar la cultura como el conjunto de estrategias y tácticas de una comunidad para sobrevivir en el medio ambiente del que además, forma parte.

El estratega chino Sun Tzu (Maestro Tzu) en su obra “El arte de la guerra”, libro del siglo V a.C. escrito sobre tablitas de bambú y que es considerado como uno de los tratados sobre tácticas y estrategias militares fundamentales junto con “De la guerra” (1832) de Carl von Clausewitz y “La Nación en armas” (1883) de Leopold Colmar von der Goltz, dice: “La victoria completa se produce cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia”

Ya en el siglo XX los sociólogos Alvin y Heidi Toffler en su obra “Las guerras del futuro” realizarán una clasificación de la guerra y de sus formas, causas y efectos como fenómeno social distribuyéndolas en tres categorías u olas identificadas respectivamente con los símbolos de la azada para labrar la tierra, la cadena de montaje de la era industrial y el mundo de la revolución informática.

En 1989 William Lind, magister en historia de origen norteamericano, va a estructurar las guerras por las formas de producción de las sociedades lo que nos posiciona en la actualidad en el límite entre  una cuarta generación donde no hay enfrentamiento entre ejércitos regulares o entre Estados, sino entre Estado y grupos armados de naturaleza política, económica, religiosa o étnica y la guerra de quinta generación vinculada al mundo cibernético cuyo objetivo directo son las mentes de la población civil bajo la filosofía de Sun Tzu, “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”.

El Ministerio de Defensa del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte se posiciona en este límite entre ambas generaciones  cuando dio a conocer en Septiembre de 2020, con la presentación del Jefe del Estado Mayor de la defensa británica  General Sir Nick Carter, la introducción al Concepto Operativo Integrado 2025 (Introducing the Integrated Operating Concept) en el que se establece un nuevo enfoque en el uso del instrumento militar dentro del sistema multilateral utilizado hasta la fecha.

En el concepto operativo integrado el Ministerio de Defensa británico realiza un análisis de las futuras amenazas a las que se verán sometidos el Reino Unido y sus aliados, un contexto estratégico cada vez más complejo, dinámico y competitivo donde las características más representativas serán la diversificación de las amenazas y el desarrollo de actores no estatales que intentaran vulnerar  la seguridad y estabilidad social y política.

Entre las principales amenazas determina la operatoria de «guerra política» destinada a socavar la cohesión, erosionar los aspectos económicos, políticos y sociales sobre todo incidiendo en la capacidad de resiliencia de la sociedad, es decir afectar la capacidad de la comunidad para superar circunstancias traumáticas. A su vez, el documento hace eje en los conceptos de Seguridad Nacional y protección de los valores y los intereses de la sociedad británica como forma de vida en tanto se plantea que el objetivo de las nuevas amenazas es ganar sin luchar, lograr sus objetivos mediante el quiebre de la fuerza de voluntad de las sociedades, usando ataques constantes por debajo del umbral que provocaría una respuesta militar clásica.

Recordemos que la identificación de una amenaza es potencialmente una futura herramienta a utilizar en una estrategia de proyección de poder sobre un objetivo; que los objetivos están vinculados a los intereses y los intereses a la supervivencia de una población.

El nuevo planteo del Ministerio de Defensa británico implica un cambio fundamental en la filosofía militar atendiendo a la necesidad de estructurar fuerzas que tengan capacidad para operar pero a su vez la necesidad de que estén entrenadas para una rápida adaptación a escenarios múltiples y con capacidad de distinguir la importancia y la necesidad de combinar acciones de guerra con operaciones de corte político, algo que no es nuevo en la historia del Reino Unido remitiéndonos  a modo de ejemplo a las acciones de Thomas Edward Lawrence (Lawrence de Arabia) en oriente medio o del Mariscal Gerald Templer con su planteo de “ganar los corazones y las mentes” de la población en la “emergencia malaya” de los años 50.

El documento, que analiza tanto las amenazas a las que se verán sometidos el Reino Unido y sus aliados como los cambios en la estructura de las fuerzas y la incorporación de nuevas capacidades no letales, plantea el concepto operativo integral como un cambio de paradigma donde las herramientas principales del sistema de defensa tienen que ver con una unidad de todos los instrumentos y herramientas del estado británico y de la sociedad civil en un paso más allá del concepto de poder blando, sin dejar de lado los sistemas de armas clásicos y que se acerca mucho al concepto de “La Nación en armas” elaborado por el Barón Colmar von der Goltz en 1883.

Se analiza como una amenaza la operatoria de «guerra política» destinada a socavar la cohesión, erosionar los aspectos económicos, políticos y sociales sobre todo incidiendo en la capacidad de resiliencia de la sociedad, es decir afectar la capacidad de la comunidad para superar circunstancias traumáticas. A su vez, el documento hace eje en los conceptos de Seguridad Nacional y protección de los valores y los intereses de la sociedad británica como forma de vida en tanto se plantea que el objetivo de las nuevas amenazas es ganar sin luchar, lograr sus objetivos mediante el quiebre de la fuerza de voluntad de las sociedades, usando ataques constantes por debajo del umbral que provocaría una respuesta militar clásica.

La idea central del concepto operativo integrado es crear e impulsar las condiciones y una dinámica de actividades que en lugar de responder a las acciones del adversario desde una postura estática, reactiva o de respuesta contingente, tome la iniciativa para moldear situaciones sociales y generar debilidad política en el adversario logrando de esa manera objetivos sin la necesidad de escalar el umbral de la guerra. En este punto suena tan actual la frase de Don Arturo Jauretche “El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza”.

El planteo británico se basa en la necesidad de alcanzar un alto grado de integralidad dentro del instrumento militar, a través de los niveles de guerra (Estratégico, Operativo y táctico), pero también y sobre todo, en toda la estructura de gobierno y con sus aliados siendo en este caso  la diplomacia pública (Que apunta al seno de las sociedades con las que se establecen lazos comerciales y políticos), una herramienta fundamental.

Se busca a partir del Concepto Operativo Integral 2025, crear una posición de ventaja a partir de una amplia gama de opciones políticas y/o militares que operen de manera simultánea y en forma paralela destinadas a generar amenazas o romper la voluntad de los adversarios y simultáneamente apuntalar la cohesión nacional y de las alianzas.

El Ministerio de Defensa británico determina la necesidad de pensar el conflicto de una manera diferente, con acciones en los cinco dominios operativos: espacio, cibernético, marítimo, aéreo y terrestre creando múltiples dilemas que generen vulnerabilidad en el adversario y se conviertan en herramientas dinámicas, preventivas de carácter continuo y sistemático dirigida por información selectivamente ambigua que tenga como finalidad trastornar la comprensión del adversario, su capacidad en la toma de decisiones, la ejecución de las mismas, el comportamiento, los procesos y estructuras sociales. Quizás precisamente por esto, en la mirada interna, se requiere fortalecer la cohesión, la confianza, los valores compartidos, los hábitos sociales, la capacidad de resiliencia y el comportamiento de la sociedad civil como elementos vitales a defender a lo largo de la introducción al concepto operativo integrado.

Estas acciones, afirma el  documento del Ministerio de Defensa británico, que deben desarrollarse por debajo del umbral de guerra a los efectos de disuadir y evitar que los adversarios logren sus objetivos, tienen como objetivo la población civil partiendo por alcanzar un dominio en la información que permitirá una mejor comprensión, evaluación, toma de decisiones y ejecución de las operaciones las cuales requieren una respuesta estratégica que integre todos los instrumentos del arte de gobernar: ideología, diplomacia, finanzas y política comercial y poder militar.

Considerando que nuestro país tiene un amplio sector del territorio ocupado militarmente y otro amplio sector condicionado por esta forma de concebir el dominio, cabe preguntarnos cómo deberíamos elaborar y con qué sectores, una estrategia de defensa nacional considerando que el campo de batalla desde los años 90 no son las playas, llanuras y montañas sino la cabeza de nuestras ciudadanas y ciudadanos mediante una estrategia multidomino que coordina segmentos, estratificación paralela en el tiempo y con un perfil concretamente sedimentario.

Sin quitarle importancia al instrumento militar (Aviones, misiles, tanques, soldados, sanidad, logística) ya que es un aspecto absolutamente importante en la disuasión para evitar conflictos, es menester incorporar a la discusión del Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional (que encuadra el proceso de definición estratégica y del cual emana la Directiva de Política de Defensa Nacional) al Ministerio de Educación, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Ciencia Y Técnica no como áreas de apoyo técnico sino como ejes fundamentales de la Defensa Nacional.

Frente al planteo del Ministerio de Defensa británico, la producción de material audiovisual, la cibersoberanía, el acceso a la información, el dominio del espectro electromagnético, la producción de contenidos basados en nuestra historia real, la inversión en tecnología satelital y aeroespacial, el desarrollo de capacidades industriales, el acceso a la educación y el acceso a fuentes laborales dignas son hoy armas absolutamente poderosas y necesarias para enfrentar y desactivas las amenazas a las que se enfrenta nuestra población las cuales están vinculadas a generar caos social, desorden político y debilitamiento de las instituciones.

Daniel Symcha.

Periodista productor en Mestiza Radio Universidad Nacional Arturo Jauretche.

Maestrando en Estrategia y Geopolítica (ESG UNDEF)

Estudiante de Relaciones Internacionales (IRI UNLP)

Lic. en Artes Plásticas (FBA UNLP)

Enlaces al documento en el sitio web del Ministerio de Defensa del Reino Unido.: https://assets.publishing.service.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/922969/20200930_-_Introducing_the_Integrated_Operating_Concept.pdf

Daniel Symcha