Europa arrastra desde hace años un grave problema: la falta de una industria tecnológica autosuficiente. Los países europeos importan los bienes y servicios digitales de Estados Unidos y China, y eso les pone en una situación de dependencia que amenaza su autonomía y soberanía, más si cabe en un contexto de graves disputas comerciales. Para contrarrestarlo, varias iniciativas europeas apuestan por sumar fuerzas e invertir más en el desarrollo de tecnologías estratégicas.

La UE se encuentra en una situación delicada. Está atrapada en el fuego cruzado de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y acercarse a cualquiera de las dos potencias supondría represalias por parte de la otra. Estados Unidos es el socio preferente de los países europeos debido a la estrecha colaboración histórica que existe entre ambos en organizaciones como la OTAN, o por los numerosos intercambios comerciales que comparten. Sin embargo, la actitud del actual presidente estadounidense, Donald Trump, está deteriorando las relaciones entre la Casa Blanca y las principales potencias europeas. Su crítica al compromiso de los Estados miembros con la OTANla subida de aranceles a los productos europeos y las constantes amenazas con recrudecer estas medidas están haciendo a la UE replantearse su relación con su aliado histórico. 

Al otro lado se encuentra China, una gran potencia en ascenso cuya pujante industria tecnológica empieza a hacerle sombra a la hegemonía estadounidense. Abanderada por Huawei, su gigante de las telecomunicaciones, China está trastocando el equilibrio de alianzas en la UE. La mayoría de países miembros está dispuesto a incorporar los equipamientos de Huawei en la red 5G, la nueva generación de telefonía móvil que traerá toda una serie de avances tecnológicos: inteligencia artificial, conducción autónoma, telemedicina o el llamado internet de las cosas, que conectará objetos cotidianos a la red. Pero, al mismo tiempo, la UE sabe que China es un “rival estratégico”: un socio comercial importante, pero también un adversario económico, político e ideológico. La Comisión Europea, por ejemplo, ha criticado la falta de compromiso de China con la Organización Mundial de Comercio y su promoción de empresas privadas chinas con fondos estatales, y ha exigido a Pekín que sea recíproco y abra el mercado chino a la inversión europea. 

Para ampliar: “Política exterior china, o cómo convertirse en una gran potencia”, Marta Granados en El Orden Mundial, 2020

¿Cómo ha llegado Europa a esta situación?

El modelo productivo mundial se ha transformado enormemente en las últimas décadas, pasando a estar basado en la tecnología digital y en la información. Este proceso ha sido capitaneado por grandes empresas tecnológicas estadounidenses, las conocidas bajo el acrónimo GAFAM: Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft. Gracias a su creciente relevancia, estas empresas han dejado de ser un simple actor económico más y se han integrado en las cadenas de valor del resto de actores y a nivel global.

Para ampliar: La siliconización del mundo, Eric Sadin, 2016

Cuando estas empresas desembarcaron en Europa, a principio de los años 2000, los Gobiernos europeos prefirieron no regular ni limitar su tendencia oligopolística. Llevados por la ideología neoliberal del momento, los países miembros buscaban que los avances digitales que traían estas empresas se integraran fácilmente en la economía europea. Sin embargo, ello permitió a las GAFAM ganar gran poder en el mercado europeo, tanto como para impedir que les surgiera competencia protegiendo abusivamente su propiedad intelectual o dejando de colaborar con otras empresas del sector.  

Mark Zuckerberg, fundador y presidente de Facebook (izquierda), junto a Antonio Tajani, entonces presidente del Parlamento Europeo, durante una visita del primero a la institución en mayo de 2018. Fuente: Parlamento Europeo

Esta expansión empresarial ya va hoy más allá de la producción y afecta de lleno a la vida cotidiana de las personas. Gracias a los smartphones, que permiten la recolección masiva de datos de sus usuarios, el llamado big data, las grandes tecnológicas pueden ahora cuantificar y monetizar aspectos de la vida de la población a los que anteriormente no se tenía acceso. Google o Facebook, por ejemplo, tienen la capacidad de crear perfiles sociodemográficos con la información que los usuarios les proporcionan, como su geolocalización o su historial de búsqueda en internet. Las grandes tecnológicas estadounidenses prácticamente poseen el monopolio de la explotación y almacenamiento de big data a nivel mundial, lo que les da un enorme poder y deja a la mayoría de países europeos en una situación de grave dependencia.

Para ampliar: “El big data, o cómo tus datos le han dado más poder a la economía y la política”, Fernando Rey en El Orden Mundial, 2020

Pero Europa también ha visto mermada su autonomía tecnológica por parte de China, en concreto en el campo de las telecomunicaciones y a través de la empresa Huawei. Antes de dar el salto a los mercados internacionales, Huawei recibió durante la década de 2000 importantes subvenciones estatales, lo que le ha permitido ofrecer precios más competitivos que otras empresas en todo el mundo de forma desleal. Entre los primeros contratos que firmó Huawei en Europa, el más sonado fue con la operadora de telecomunicaciones británica British Telecom en 2005. British Telecom dejó entonces de colaborar con Marconi, una empresa británica de telecomunicaciones, lo que obligó a esta a cerrar sus puertas al año siguiente. Otra víctima de la llegada de Huawei a Europa fue Alcatel, el campeón francés de telefonía móvil. Alcatel sufrió una operación de espionaje industrial por parte de Huawei, lo que perjudicó a la tecnológica francesa, que acabó siendo absorbida por la finlandesa Nokia en 2016. 

Los Gobiernos europeos, temerosos de las consecuencias de un posible enfrentamiento comercial con China, no han sancionado con contundencia estas prácticas, que se han repetido también en otros países de la UE. La Comisión Europea llegó a iniciar una investigación contra Huawei en 2013 por sus malas prácticas comerciales, pero las posibles represalias hicieron naufragar el proceso. 

Así, si a Europa le afectan tanto las disputas comerciales entre Estados Unidos y China, es principalmente porque tiene un serio problema de dependencia con ambos países, especialmente en un ámbito tan estratégico como la tecnología. La UE y sus Estados miembros han pecado de falta de iniciativa para protegerse de la competencia exterior. Ahora, las empresas europeas están detrás de las estadounidenses y las chinas en el desarrollo de tecnologías como el 5G, la inteligencia artificial, los semiconductores o la computación online “en la nube”.

Para ampliar: “De Rockefeller a Google, el retorno de las leyes antitrust”, Trajan Shipley en El Orden Mundial, 2020

Los sectores en los que es débil Europa

El primer punto flaco de la UE es su débil industria de semiconductores. Estos materiales son de los que se componen los circuitos electrónicos, y entre ellos destaca el silicio, que da nombre a Silicon Valley, el valle californiano en el que surgieron las GAFAM. Los semiconductores ya tienen un alto valor estratégico, y su demanda no va a dejar de crecer en el corto plazo a medida que, con la llegada del internet de las cosas, se multipliquen los dispositivos electrónicos conectados a la red. Sin embargo, entre las diez empresas más importantes de este sector no hay ninguna europea. La UE se ha dado cuenta de la necesidad de tener una industria de semiconductores propia, y en los últimos años ha empezado a promover iniciativas público-privadas para poner remedio a la situación. 

Europa tiene un problema parecido con el almacenamiento de datos en la nube: no hay ninguna empresa europea con peso en este sector. Los principales proveedores de este servicio son estadounidenses: Amazon Web Services de Amazon, Azure de Microsoft y Google Cloud de Google. Entregar el control del big data europeo a empresas extranjeras supone una grave amenaza para la soberanía de la UE, sobre todo teniendo en cuenta que Estados Unidos espía no solo a sus enemigos, sino también a sus aliados, como desveló en 2013 el exagente de la NSA estadounidense Edward Snowden. Desde entonces, la Comisión Europea ha reforzado la legislación para proteger los datos personales de los ciudadanos europeos, aprobando en 2018 el Reglamento General para la Protección de Datos (RPCD), que regula el tratamiento de los datos almacenados por empresas como las GAFAM

Para ampliar: “Amazon contra Microsoft: las tecnológicas entran en la industria de defensa”, Diego Mourelle en El Orden Mundial, 2019

Aunque todavía no haya conseguido penetrar en el mercado europeo, la empresa china  Alibaba también intenta abrirse paso en el sector del almacenamiento de datos, en el que empezó a interesarse en los últimos años. Sin embargo, esta alternativa no es muy alentadora para los europeos. Alibaba, que domina el comercio online en China, es uno de los gigantes tecnológicos agrupados bajo el acrónimo BATX, las GAFAM chinas: Baidu, Alibaba, Tencent y Xiaomi. A través de su filial Sesame Credit, y utilizando la inmensa base de datos de sus usuarios, Alibaba está implementando el sistema de crédito social, que evalúa el comportamiento de los ciudadanos chinos, premiándolos o sancionándolos según las directrices establecidas por el Gobierno chino. 

Amazon lidera el mercado del almacenamiento en la nube, seguido de Microsoft y Google. Si Google no mejora su posición, Google podría renunciar a Google Cloud, lo que daría todavía más cuota a los otros dos gigantes estadounidenses. Fuente: Statista

Por último, el despliegue de la red 5G también ha puesto en evidencia la falta de competitividad del sector tecnológico europeo. Europa cuenta con Ericsson y Nokia, empresas tecnológicas sueca y finlandesa, segundo y tercer proveedor de 5G a nivel mundial. Sin embargo, Huawei domina el mercado europeo, y es probable que renueve contratos con las teleoperadoras europeas que ya contaban con sus servicios para el suministro de 4G. Estados Unidos ha presionado duramente a la UE para que deje de trabajar con Huawei, argumentando que implementar el 5G con una empresa china supone una amenaza a su seguridad nacional. Pero pocos países europeos pueden resistirse a los competitivos precios de Huawei, más cuando Estados Unidos no ofrece ninguna alternativa. 

En cualquier caso, todavía está por ver cuántos países permiten la entrada de Huawei y en qué sectores del tejido de las telecomunicaciones. El Reino Unido, por ejemplo, excluyó en 2020 al gigante chino de sectores estratégicos como la sanidad, la defensa o el suministro eléctrico, un camino que podrían escoger otros países europeos. Pero incluso así, la red 5G va a dinamizar la economía y la sociedad europeas, y si es Huawei la que acaba suministrándolo, China ganará una gran influencia en Europa. 

Para ampliar: “Huawei y la geopolítica del 5G”, Andrea G. Rodríguez en El Orden Mundial, 2019

Europa reacciona ante la nueva ola digital

Europa parece dispuesta a atajar esta situación. La Comisión Europea publicó un informe sobre la futura digitalización de la UE en febrero de 2020, y el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, enfatizó la importancia de recuperar el control del big data personal e industrial para preservar la soberanía tecnológica europea. Breton bautizó esta como la “guerra de datos industriales”, la nueva oportunidad de Europa para subirse al carro de la innovación digital. Y es que, si la batalla por los datos personales estaba prácticamente perdida frente a las GAFAM, todavía está por venir la de los datos generados a través del internet industrial de las cosas

Por otro lado, este salto tecnológico es no solo una gran oportunidad para innovar, sino también para acercar a los países de la UE entre sí. Tecnologías como el internet de las cosas o la inteligencia artificial exigen cooperación entre actores públicos y privados, y a nivel internacional. Prueba de ello será la industria del automóvil y de los transportes, un sector en el que Europa aún cuenta con empresas punteras a nivel mundial. Con el objetivo de mantener el liderazgo, la UE ha promovido una serie de iniciativas que involucran a centros de investigación, organismos públicos y privados. 

La apuesta por recuperar la soberanía tecnológica gana peso en la agenda de la UE ante la visible falta de una industria propia. Fuente: elaboración propia a partir de datos de Bloomberg y Statista

Uno de los componentes claves para la automoción del futuro serán las baterías de litio para coches eléctricos, un mercado que actualmente domina China. Antes o después, estas baterías sustituirán a los combustibles fósiles, pero Europa todavía no tiene capacidad de producirlas a gran escala. La Comisión ya advirtió en 2018 que tener autonomía en esta materia era un “imperativo estratégico”, más teniendo en cuenta que los coches eléctricos van en la línea con la Europa verde por la que apuesta la Comisión. En esa línea, la Comisión aprobó en diciembre de 2019 un plan de financiación de 3.200 millones de euros para crear toda una cadena de producción de baterías de litio en un proyecto paneuropeo con siete Estados miembros. 

Para ampliar: “El boom de los coches eléctricos en China”, Luis Martínez en El Orden Mundial, 2019

La coordinación entre países también es imprescindible para que los coches autónomos puedan cruzar fronteras internacionales: se necesita una conexión 5G compartida. Así es como ha surgido la iniciativa de los “corredores 5G”, carreteras internacionales conectadas a la red 5G, de las que hay tres principales en pruebas en junio de 2020. Este proyecto cuenta con la participación de proveedores de red, teleoperadores, centros de investigación y Administración pública. Al no contar con la capacidad organizativa propia de un Estado que pueden tener China o Estados Unidos, solo con esfuerzos como este puede la UE alcanzar el nivel tecnológico de sus competidores.

¿Hacer de la necesidad virtud?

Europa está empezando a darse cuenta de que tiene que tomar las riendas de su soberanía digital. Ahora, con la crisis global provocada por la pandemia, esa premisa cobra todavía más sentido, pues el coronavirus ha hecho evidentes los riesgos de internacionalizar las cadenas de producción. Sin embargo, a pesar de que tecnologías como el 5G, la inteligencia artificial y el internet de las cosas requieren cooperación internacional, han llegado en un momento en el que las principales potencias están cada vez más enfrentadas entre sí. Y aunque las iniciativas de la UE vayan bien encaminadas a recuperar su autonomía tecnológica, Europa va rezagada y difícilmente podrá desvincularse de Estados Unidos y China, que están ya muy integrados en la arquitectura digital europea. Europa no puede permitirse recurrir únicamente a sus propios recursos si no quiere quedarse atrás.

Para ampliar: “La inteligencia artificial, ¿la ventaja geopolítica definitiva?”, Andrea G. Rodríguez en El Orden Mundial, 2020

Los tres principales corredores 5G en pruebas son 5G-CARMEN, que conecta Bolonia (Italia) con Múnich (Alemania); 5GCROCO, triangulando las ciudades de Metz (Francia), Merzig (Alemania) y Luxemburgo; y 5G-Mobix, que une Portugal y España a través de las ciudades entre Oporto y Vigo y entre Évora y Mérida. Fuente: ec.europa.eu

Por ello, la UE parece querer seguir una táctica similar a la que escogió en el terreno de la protección de datos: reforzar su marco regulatorio. Así, mientras recupera soberanía tecnológica y sigue invirtiendo en los sectores en los que todavía puede competir, Europa conseguiría no quedar relegada a una mera consumidora de la tecnología de otros. Este impulso de soberanía tecnológica pasa por crear vínculos legales y políticos con Estados Unidos y China, así como con las empresas estratégicas europeas. En el caso del 5G, por ejemplo, la Comisión publicó en enero de 2020 una serie de recomendaciones para mejorar la ciberseguridad de los Estados miembros de cara a la instalación del 5G en su territorio. Por otro lado, Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión y comisaria de Competencia, ha hecho hincapié en la importancia de proteger a las empresas europeas de inversores extranjeros, especialmente de los chinos, una prueba de que la UE cambia de postura y pasa a intervenir más en estos asuntos.

Al igual que con otros desafíos globales como la crisis migratoria o el cambio climático, la comunidad internacional necesita del multilateralismo, la cooperación entre países, para sacar partido a los avances tecnológicos que están por llegar. Gracias a ser el principal mercado del mundo y a su gran experiencia negociadora, la Unión Europea tiene una posición privilegiada para fomentar ese espíritu de cooperación. Europa podría hacer así de la necesidad virtud: partir desde su situación de desventaja para erigirse como el actor que fomente la integración tecnológica global, para su beneficio y el de los demás. 

Publicacion de El Orden Mundial Espana https://elordenmundial.com/dependencia-tecnologica-union-europea/

Por * JAMES CRABTREE FOREIGN POLICE 

Los partidarios del Brexit esperan recuperar el control de un país cuyo referéndum de 2016 realizó una votación para rechazar no solo a la Unión Europea sino también un modelo de globalización que favorecía a los centros urbanos prósperos sobre las comunidades rurales más pobres. Incluso antes de las nuevas divisiones y cierres provocados por la actual pandemia de coronavirus, Johnson lideraba el experimento más radical del mundo en desglobalización:

Un impulso sangriento para derrocar décadas de sabiduría convencional de que las naciones medianas deben unirse para cosechar las recompensas de comerciar y resolver problemas que cada una encontraría demasiado grandes para solucionar por sí solas.

Si funciona, el Brexit actuará como una reprimenda para aquellos globalistas que argumentan que la prosperidad económica y la soberanía democrática son difíciles de conciliar. Otras naciones pueden hacer lo mismo, rechazando las restricciones del multilateralismo en pos de nuevas e intrépidas eras de autonomía nacional. Pero eso es un gran problema, dado que el Brexit también deja a Gran Bretaña enfrentando preguntas incómodas no solo sobre el tipo de acuerdo comercial que Johnson puede alcanzar con la UE, sino también sobre el tipo de país que Gran Bretaña aspira a convertirse.

Muchos argumentos a favor del Brexit se basaron en malentendidos, quizás intencionados, tal vez no, de la globalización en sí misma y, por lo tanto, la forma en que los lazos de Gran Bretaña con Europa ahora es probable que se renueven.

Johnson quiere creer que el futuro de Gran Bretaña puede ser simultáneamente más abierta al mundo y a la vez tener más en control sobre su destino. Pero sus políticas ya parecen incoherentes. El apretado calendario de Gran Bretaña para llegar a un acuerdo este año se ha complicado mucho debido a su respuesta pandémica. Incluso dejando esto de lado, Johnson está equilibrando visiones futuras contradictorias de un «Singapur sobre el Támesis» de libre comercio y baja regulación con más compromisos  para reducir las enormes desigualdades sociales.

La votación del referéndum en Gran Bretaña fue un aullido de frustración, pero contenía una lógica innegable. Justo antes de la votación de 2016, Michael Gove, un aliado de Johnson, afirmó que Gran Bretaña había «tenido suficiente de  los expertos«, se refería a las filas de economistas que predijeron la calamidad de la salida del Reino de la UE.

«Las personas que respaldan la campaña Remain (pro UE) son personas que les han ido muy bien, gracias, salgamos de la UE«, dijo Gove.

Gove tenía un argumento. Décadas de lazos cada vez más estrechos ayudaron a impulsar la economía británica. En 1992, el Reino Unido firmó el Tratado de Maastricht, que aceleró la integración económica europea al otorgar más poderes a Bruselas, incluida la cooperación ampliada en materia de justicia penal y política exterior, y sentar las bases para la creación del euro. En ese momento, el PIB británico per cápita era casi un quinto inferior al de Francia. Veinticinco años después, Gran Bretaña había avanzado.

Sin embargo, el crecimiento de Gran Bretaña fue desigual. Londres prosperó, al igual que otras ciudades importantes. Las regiones industriales en decadencia y las ciudades costeras de difícil acceso no lo hicieron. En conjunto, los ingresos de los hogares británicos permanecen muy por debajo de su nivel antes de la crisis financiera de 2008. Los propietarios de viviendas en áreas deseables han disfrutado de un auge prolongado pero solo a costa de una desigualdad cada vez mayor entre las regiones. Durante la década de 2010, los precios de la vivienda en Londres, por ejemplo, aumentaron el doble de rápido que en el resto de Gran Bretaña.

Fueron los votantes de esas áreas rezagadas, incluidas las pequeñas ciudades posindustriales del norte de Inglaterra, como Consett y Wigan, las que impulsaron a Johnson al poder en las recientes elecciones británicas. El líder conservador ahora dirige una coalición desgarbada, que reúne suburbios gentrificados y tradicionalmente conservadores en el sur de Inglaterra con ciudades del norte una vez sólidamente socialistas. En lo que equivale a una realineación de la política británica en torno a un eje Remain-Leave (quedarse / irse) Johnson unió a dos grupos que votaron enérgicamente para irse: conservadores sociales ricos y mayores, por un lado, y las clases trabajadoras menos calificadas que solían respaldar al Partido Laborista del otro.

Baldwin, un economista comercial conocido por su trabajo en las cadenas de valor globales dijo:

«Si pierdes unos cientos de empleos en Londres, nadie se da cuenta. Pero si pierde unos pocos cientos de estos buenos trabajos en las áreas abandonadas, los efectos secundarios pueden ser devastadores«.

Este es, entonces, el dilema del Brexit de Johnson, es decir , que al perseguir un Brexit duro, amenaza con dañar un sector manufacturero que ha sido un punto brillante raro en las regiones en dificultades de Gran Bretaña. Han surgido dos visiones contradictorias del futuro de Gran Bretaña para intentar superar este dilema.

El primero es el de «Singapur sobre el Támesis» o, para sus patrocinadores más bulliciosos, «Singapur con  esteroides«, una visión de una isla ultra competitiva de impuestos bajos y reglas laxas, que tentaría a las empresas europeas a trasladar el negocio al Reino Unido en busca de una regulación más fácil o, de hecho, reubicarse allí por completo.

Había elementos de esta visión en el discurso de Johnson en Greenwich, en el que se veía como el animal más inusual: un populista ardientemente pro libre comercio, en lugar de la variedad proteccionista representada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Sin embargo, el futuro del modelo Singapur en Gran Bretaña sigue siendo poco probable por tres razones, la primera es su malentendido sobre el país en el que se basa. Singapur es sin lugar a dudas una economía competitiva y de bajos impuestos. Pero en lugar de que Singapur sea un paraíso para la desregulación, su gestión económica es intervencionista, con un Estado que posee participaciones en casi todo, incluidos los proveedores de telecomunicaciones y las aerolíneas. En lugar de socavar a los rivales regionales, Singapur prosperó al ofrecer estándares regulatorios y legales relativamente altos, ganando la inversión de vecinos más pobres como India, Indonesia y Malasia.

Luego está el segundo asunto: Europa. Ansiosa por los anhelos singapurenses de los británicos, la UE planea plantear un «campo de juego nivelado«, es decir, estándares sociales y ambientales comparables, como su argumento central en sus negociaciones del Brexit. Gran Bretaña puede impulsar la divergencia regulatoria si lo desea. Pero Europa puede responder levantando barreras comerciales o con aranceles de represalia, en efecto negando cualquier beneficio que el Reino Unido pueda obtener al socavar las normas europeas.

La barrera final para el Singapur sobre el Támesis viene a través del público británico. 

El Reino Unido ya tiene uno de los mercados laborales más desregulados de Europa. Las encuestas muestran poco apoyo para reducir aún más los estándares, por ejemplo, recortando el salario mínimo o bajando las normas ambientales y de seguridad alimentaria. Es seguro que la respuesta pública a largo plazo al coronavirus también influirá en esto, al expandir radicalmente el alcance de la intervención estatal en la economía y al aumentar la demanda pública de un mayor gasto en servicios públicos básicos, especialmente atención médica.

De hecho, es principalmente por estas razones que Johnson había comenzado antes de la pandemia para impulsar una segunda estrategia posterior al Brexit, que era mucho más estatista y populista y diseñada para atraer a los votantes que respaldan el Brexit en las regiones más pobres. Parte de este esfuerzo fue simbólico, incluidos los planes discutidos para reubicar la cámara alta del Parlamento de Gran Bretaña, la Cámara de los Lores, al norte de Inglaterra. Pero también hubo propuestas serias para rejuvenecer las áreas en declive del norte a través de una nueva promesa de gasto en infraestructura de $ 100 mil millones y construir una línea de ferrocarril de alta velocidad prometida durante mucho tiempo entre Londres y Manchester, todo financiado por un mayor endeudamiento público.

La idea aquí, atractiva a primera vista, es que Gran Bretaña puede innovar en su camino hacia un nuevo período de prosperidad. Las medidas económicas del gobierno reveladas en respuesta a la pandemia también pueden crear más espacio para ideas radicales. Cummings imagina un sistema educativo radicalmente diferente como parte de esto, con un enfoque en la ciencia, la creatividad y la resolución de problemas. La reciente decisión de Gran Bretaña de desafiar a Trump y permitir que la empresa china Huawei desempeñe un papel en su futuro lanzamiento de 5G también fue parte de esta imagen, ya que Johnson y Cummings priorizaron la infraestructura de telecomunicaciones de próxima generación sobre los lazos favorables con los Estados Unidos.


Políticamente, Johnson tiene que pensar en el resto de su coalición, que incluye muchos tories tradicionales interesados ​​en los bajos impuestos y preocupados por los costosos esquemas de infraestructura.

Incluso si pueden convencerse, en parte al cambiar el nombre de estos planes como medidas de estímulo pandémico, la estructura económica subyacente de Gran Bretaña ha demostrado ser sorprendentemente duradera, desde su mercado laboral flexible hasta sus profundas desigualdades regionales y bajos niveles de inversión. Como ha argumentado la economista Diane Coyle, incluso las sumas que Johnson planea gastar actualmente no están ni cerca de lo que se necesitaría para cambiar este patrón fundamentalmente.

La posición británica posterior al Brexit está lejos de ser desesperada. Las predicciones de los  prominentes especialistas de que hundiría al Reino Unido en una recesión no se han cumplido, incluso si la pandemia provocó esto de todos modos. La tasa de crecimiento de Gran Bretaña ha estado muy por encima de la de Alemania y Francia en los últimos años. La tasa de crecimiento de Gran Bretaña ha estado muy por encima de la de Alemania y Francia en los últimos años. Es probable que el Reino Unido siga siendo una de las 10 economías más grandes y competitivas del mundo durante muchas décadas.

Con el tiempo, Gran Bretaña también se adaptará a sus nuevas circunstancias. El economista de la Universidad de Harvard, Dani Rodrik, habla sobre el «trilema político» de la globalización, en el que la integración global profunda es incompatible con la soberanía nacional y la responsabilidad democrática. Las naciones, sugiere, deben elegir dos de estas tres cosas. Gran Bretaña ha decidido establecer sus propias reglas y administrar sus propias instituciones, pero a costa de renunciar a los beneficios económicos que la hiperglobalización a menudo trae.

Johnson rechaza este trilema, alegando que Gran Bretaña ahora puede ser más abierta económicamente y más en control de su propio destino. Los partidarios más moderados del Brexit piensan que abandonar la UE podría crear una nueva Gran Bretaña que crece más lentamente pero es más democrática e igualitaria. Piensan que tal negociación probablemente valga la pena, siempre y cuando comience a curar algunas de las heridas que causaron el Brexit en primer lugar.

El brote de coronavirus cambiará esta trayectoria en formas complejas pero significativas. Ante la peor crisis mundial de salud pública en una generación, el público británico podría redescubrir cierto afecto por el multilateralismo, especialmente después de una crisis que ha visto muy poca coordinación internacional. Pero, por supuesto, es tristemente posible que, a medida que se profundice la pandemia, los lazos de Gran Bretaña con Europa se tensen aún más, haciendo que las negociaciones sobre el Brexit sean mucho más difíciles.

A la larga, hay muchas maneras en que Brexit podría llegar a ser un buen negocio. La UE como institución puede prosperar en la próxima década. Pero si no es así, la decisión de Gran Bretaña de irse parecerá fortuita. Más concretamente, si bien no existe una plantilla única para el desarrollo económico nacional, los países que controlan lo que Rodrik denomina su propio «espacio político» a menudo están en mejores condiciones para descubrir nuevas rutas hacia la prosperidad, como lo han hecho Corea del Sur y Singapur. Este es un proceso difícil con pocas garantías de éxito. Pero Gran Bretaña al menos tiene el potencial de convertirse en líder en los tipos de industrias que apuntalarán el crecimiento mundial futuro, desde las energías renovables y la inteligencia artificial hasta la educación en línea.

Sin embargo, incluso esta visión cautelosamente optimista conlleva riesgos, es decir, que un proceso prometido como cura para los males de la globalización puede terminar empeorando la enfermedad. Brexit se describe como un divorcio por una buena razón. Si la globalización fue la embriagadora y romántica fiebre de la integración económica, entonces la desglobalización es la eliminación lenta, incómoda y dolorosa de décadas de relaciones comerciales. Casi todas las estimaciones respetables sugieren que esto dejará a Gran Bretaña más pobre fuera de la UE. De hecho, su economía ya es aproximadamente un 3 por ciento más pequeña de lo que hubiera sido si hubiera votado para quedarse.

El Brexit en sí mismo fue un acto democrático radical, pero es probable que sus efectos se sientan en un proceso gradual y doloroso de relativo declive económico durante al menos una década. A medida que la economía británica se ajusta, la erosión de la manufactura en particular amenaza con dañar a muchos de los que confían en las promesas de Johnson. En el peor de los casos, Gran Bretaña podría enfrentar un futuro mediterráneo similar a países como Italia, que han tenido problemas económicos desde hace mucho tiempo y cuya política se ha vuelto más inestable como resultado. En lugar de un acto de liberación y transformación nacional, el Brexit corre el riesgo de dejar a Gran Bretaña sola para navegar en una era global más compleja e incierta, sintiéndose más fuera de control que nunca.


* James Crabtree es profesor asociado en la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur y autor de The Billionaire Raj.

fuente
https://foreignpolicy.com/2020/04/03/britain-post-brexit-identity-crisis/

Por Andrea Muratore

La  narrativa mediática  de los últimos años los ha identificado como ideólogos e inspiradores de frentes opuestos,  soberanistas contra globalistas,  calificándolos como enemigos irreducibles. Sin embargo,  Steve Bannon  y  George Soros  son y siguen siendo compatriotas, piensan y actúan con las categorías políticas e ideológicas estadounidenses y tienen la fuerza impulsora detrás de sus movimientos a través del Atlántico. Por lo tanto, no es sorprendente verlos ahora declararse conjuntamente preocupados por el ascenso de China  y con la intención de advertir a los países europeos de la amenaza de un fuerte vínculo comercial y político con Beijing.  

Las estocadas de Soros y Bannon contra China

El financiero de 89 años de origen húngaro y el ideólogo soberano de 66 años expresaron claramente sus posiciones al hablar con dos periódicos italianos. Soros, entrevistado por  Repubblica ,  atacó la China de Xi Jinping  al  combinar un análisis típico de su apoyo a la ideología de los derechos humanos con una consideración «geopolítica»:
» Xi Jinping es un dictador, que consolidó un régimen basado en principios totalmente opuestos a los de la Unión Europea, dice, pero eso aún no está claro para los países de la UE, ni para los círculos industriales, especialmente en Alemania, que ven a China como un socio económico, sin darnos cuenta de que hacer que nuestras infraestructuras dependan de la tecnología china que nos expone al chantaje y al condicionamiento «.Bannon, por  otro lado, habló con  Corriere della Sera  quien, al contactarlo para hablar sobre la reapertura de su escuela política en la  Certosa di Trisulti , tuvo la oportunidad de confrontar con su visión del contexto global: Bannon define el desafío del Occidente «judeo-Cristiano» con una batalla con China. Contra una facción radical que no se detendrá ante nada para dominar el mundo «. Cabe señalar que los tonos apocalípticos y milenarios que lo habían hecho conocido en el pasado durante su carrera como «estratega» de las fuerzas populistas y soberanistas del Viejo Continente regresaron. 
Bannon también tiene algo para decir por lo que él cree que son los principales obstáculos para su estrategia anti-china en la península italiana. Por un lado el Movimiento Cinco Estrellas , «que ha cedido al Partido Comunista Chino, a una dictadura totalitaria«, por el otro el  Vaticano,  definido como un «pozo negro de corrupción, incompetencia y libertinaje«.  

Las dos caras de la influencia estadounidense en Europa

Pocos casos más que la convergencia actual en China ayudan a comprender cómo la supuesta incompatibilidad entre Soros y Bannon es una narrativa instrumental: los dos representan las principales manifestaciones de la proyección más allá del Atlántico de los intereses estratégicos de Estados Unidos.

Soros, por un lado, quien ha sido el protagonista de asiduas campañas de financiamiento destinadas a erosionar los regímenes comunistas de Europa del Este desde la década de 1980, es el portavoz y líder del ala liberal-progresista del mundo con estrellas y rayas . Un ala, con su aparato, que influye en grupos y consorcios políticos, a favor de  defender el status quo  y la narrativade la globalización, ya que es extremadamente favorable para mantener la supremacía y la centralidad de los Estados Unidos en el mundo. Capaz de perseguir una agenda ideológica (en la que la apertura de las fronteras al libre comercio y la libre circulación de capitales a menudo se subestiman en comparación con el apoyo más visible para la  libre circulación de hombres) que se ha establecido especialmente en la  izquierda europea  en busca de puntos de referencia después de la caída del muro y el inicio de la globalización.  

Bannon, por otro lado, relanza en un tono «soberanista» la narrativa que ya había animado la acción de los Estados Unidos en el momento de la hegemonía de los grupos  neoconservadores  en la era de George W. Bush. Por lo tanto: un fuerte occidentalismo, exaltación del vínculo con aliados como Israel contra un mundo, el islámico, que se considera compacto en su incompatibilidad con Occidente; crítica formal de la globalización en nombre de la primacía del interés estadounidense (el famoso «Primero de América» de Trump) sin el deseo sustancial de alterar la gobernanza global; renacimiento de las  guerras culturales  contra la presunta hegemonía de la ideología de lo «políticamente correcto»; rechazo aduanero de la ideología económica neoliberal. Una ideología que Pietrangelo Buttafuoco llamó una «sopa revuelta neocon-occidentalista«.

Soros y Bannon, por lo tanto, representan dos almas diferentes del aparato de poder estadounidense,  en ciertos momentos extremadamente duros en su confrontación dialéctica (la fase actual no es la excepción), pero están de acuerdo en el núcleo duro del interés nacional de los EE.UU: control geopolítico sobre Europa y la lucha contra cualquier forma de poder externo capaz de desafiar la hegemonía estadounidense en el mundo. Las críticas comunes a China señalan la firme creencia de los tomadores de decisiones estratégicas en Washington de que ha llegado el momento de saldar cuentas con Beijing . Y en esta campaña, Estados Unidos necesita a Europa como un aliado leal, no tentado a ceder ante el Imperio Medio.  

Los «tíos de América«

La crítica a China, en cierto sentido, derriba el velo de hipocresía sobre Soros y Bannon que sus partidarios y críticos han ignorado en gran medida intencionalmente: los «soberanistas» duros y puros denunciaron a Soros como el arquitecto de cada complot y el partidario de una supuesta «invasión» de migrantes, mientras que la izquierda liberal siempre ha visto en Bannon una especie de Nosferatu, un gurú antieuropeo. En ambos casos, deliberadamente, falta la declaración más importante a saber, la naturaleza externa de las fuerzas impulsoras de la acción de Soros y Bannon.  

Refiriéndose a Bannon, el ex presidente del Parlamento Europeo y vicepresidente de Forza Italia,  Antonio Tajani   dijo, al comentar sobre el enfoque de la Liga y los Hermanos de Italia hacia Bannon: «¿Cómo se convierten en soberanistas italianos si un estadounidense viene a decirnos que debemos ser soberanistas estadounidenses? «.  Dicha frase también podría aplicarse al revés, a los partidarios de Soros, que son cada vez más similares al tipo  ideal de la Nueva Izquierda  estadounidense, incapaces de criticar los problemas económicos y sociales del sistema porque son exponente orgánico del mismo.  

Soros y Bannon son los «tíos de América» que ofrecieron al mundo político europeo fondos, propulsión ideológica y organización para estructurar una nueva dialéctica. En el caso de Bannon, el resultado fue aún más arraigado, ya que el ex asesor de Donald Trump logró implantar una ideología en Europa que tiene, en sus prioridades, diferentes asonancias con el interés nacional de la administración estadounidense: de hecho, desde la soberanía, recoge la  desestabilización de la Unión Europea , con vistas a  dividir y gobernar, Un acercamiento al eje construido en el Medio Oriente con Israel y Arabia Saudita y, ahora, la dura y profunda crítica de China compartida por Soros,  que  la evolución de la globalización ha sido ventajosa para Beijing , y que ambos lados del Atlántico han perdido influencia.
El problema básico es la debilidad política de Europa: un continente incapaz de producir  impulsos políticos ideológicos, propulsores de desarrollos innovadores o ideas para llevar al gran debate mundial, pero también de ejercer la menor influencia en los tomadores de decisiones del orden mundial. Soros o Trump, Bannon o Xi, Europa siempre se ve como un objeto, y no como un sujeto, de la dinámica internacional. Y esto certifica más que cualquier otra consideración la decadencia del Viejo Continente.  

ANDREA MURATORE

Nacido en Brescia en 1994, se formó mientras estudiaba en la Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Sociales de la Universidad Estatal de Milán. Después del título de tres años en Economía y Gestión en 2017, obtuvo el título de maestría en Economía y Ciencias Políticas en 2019. Su principal interés de estudio es la geoeconomía, es decir, el análisis de los efectos de la interdependencia entre los principales problemas geopolíticos y la dinámica industrial, comercial y productiva del mundo contemporáneo, con un enfoque particular en el impacto de la revolución tecnológica, en el desafío de los Estados Unidos. -China y el papel de Europa en el mundo contemporáneo. Actualmente trabaja como analista de negocios en la sucursal de Accenture en Milán y desde mayo de 2019 apoya al profesor Aldo Giannuli en el proyecto del centro de estudios «Observatorio de la globalización».

30 DE MAYO DE 2020 Version Original: https://it.insideover.com/politica/come-mai-soros-e-bannon-la-pensano-uguale-sulla-cina.html

Presentamos un análisis elaborado por el Licenciado en Ciencias Politicas Juan Martin González Cabañas sobre: las tendencias Geo-estratégicas globales 2040, que realizo el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEES).

Dicho informe es de antes de desencadenarse esta Pandemia que nos afecta, pero en general es de una gran actualidad e importancia. Pero fundamentalmente es cómo debe realizarse una prospección de tipo geopolitico, que tiene sus reglas y sus objetivos claros y definidos a estudiar, decimos esto, pues por estos tiempos vemos un estallido de “expertologos” en geopolitica, que apenas se les pregunta por las teorias geopoliticas de: Ritter Humboldt, Ratzel, Kjellen, Spykman, Strausz Hope, Douhuet, hacen agua, porque no se saben de que estamos hablando. Por ello es muy importante destacar el esfuerzo analitico de Juan Martin González Cabañas, un joven investigador de fuste.

Lic Carlos Pereyra Mele – Director de Dossier Geopolitica 

Tendencias geo-estratégicas globales 2040

PANORAMA DE TENDENCIAS GEOPOLÍTICAS: HORIZONTE 2040

Por Juan Martin González Cabañas 

  • Introducción:

Síntesis y análisis de la publicación “Panorama de Tendencias Geopolíticas; horizonte 2040” elaborado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEES).

  • Presentación

La publicación “Panorama de Tendencias Geopolíticas; horizonte 2040” elaborada por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEES) reúne posibles escenarios y tendencias geopolíticas globales para el periodo 2020-2040 (incluso con previsiones de largo plazo posteriores).

Para la elaboración de estos documentos se han consultado a 200 expertos, de distintas organizaciones españolas civiles y militares, procedentes de las Fuerzas Armadas, compañías y universidades.

Es un trabajo de análisis prospectivo sobre el mundo actual y su posible evolución hasta el año 2040. Para ello, se han definido cinco macro-factores: el factor físico, el factor humano, el factor económico, el factor sociopolítico y el factor militar. 

A su vez, cada uno de estos factores agrupa el estudio individual de dieciocho áreas temáticas por separado, si bien, relacionadas entre sí en mayor o menor grado.

Así, el factor físico agrupa: el cambio climático, los espacios comunes globales, el sector espacial y el ciberespacio. Por su parte, el factor humano engloba: la demografía, la desigualdad de género, las religiones y la educación. El factor económico se organiza en l recursos no energéticos, energía, la geoeconomía y los objetivos de desarrollo sostenible. Respecto al factor sociopolítico, este encuadra la comunicación, la globalización, y los fundamentos sociopolíticos (cultura, creencias e ideas). Por último el factor militar analiza la era de la información, la tecnología y la conflictividad. 

Cada una de las dieciocho áreas finaliza con unas implicaciones para la seguridad a nivel mundial, regional y nacional.

Prospectiva de tendencias geo-estratégicas

Factor físico

  • Espacios comunes globales

En esta sección bajo los códigos de una visión geopolítica clásica expresa una inquietud prospectiva por posibles futuras tensiones geo-estratégicas ante la presencias de potencias emergentes no occidentales (como China, India y Rusia) así como actores no estatales en zonas de transición geográficas, arterias de trasporte marítimo, la competencias por recursos naturales, la presión sobre las zonas comunes por donde se trasladan esos recursos, y las implicancias del cambio climático en el tablero global.  

Teniendo en cuenta estos escenarios se destaca la iniciativa OBOR (Nueva Ruta de la Seda) de China como una estrategia para tener rutas de acceso alternativo ante una eventual tensión marítima que la pueda involucrar.  

En retrospectiva teniendo en cuenta anteriores etapas históricas, esta visión prospectiva nos plantea un periodo futuro de competencias entre grandes potencias (¿en un escenario tendiente hacia la multipolaridad tal vez?).

  • El sector espacial

En esta sección se analizan los posibles escenarios futuros que implican una mayor  actividad espacial (que debido a la mejora tecnológica reduciría económicamente el costo de la explotación del espacio exterior) de las grandes potencias que irían desde actividades ya conocidas como la mayor presencia de satélites, así como nuevas:                               explotación de recursos espaciales, turismo espacial. Las continuas actividades de estos actores también implicaría posibles nuevas tensiones en este reciente ámbito geopolítico, como disputas por orbitas, zonas de explotación,  basura espacial. 

Los sistemas espaciales se convertirán en infraestructuras críticas para el desarrollo económico y social y, por tanto, en objetivos valiosos para Estados así como organizaciones terroristas y criminales. También serán vitales para las fuerzas armadas y los cuerpos y fuerzas de seguridad de las naciones más desarrolladas. La posibilidad de desplegar sistemas de armas y la necesidad de proteger los activos en órbita llevarán a una progresiva militarización del espacio, pese a las ambiguas restricciones de los tratados y principios internacionales vigentes, y a las nuevas estructuras de cooperación y gobernanza internacionales que se pudieran desarrollar.”

  • El ciberespacio

Los pilares de la nueva revolución cibernética en la actualidad y que tendrán importantes implicancias a futuro son: la computación en la nube (The Cloud), el Big Data (BD), el  internet de las cosas (IOT), el Blockchain (cadenas de bloques) la Inteligencia Artificial (IA) y el 5G.

Se menciona también como la dependencia tecnológica requerirá sistemas de seguridad cibernéticos acordes a las amenazas que pueden vulnerar la infraestructura informática. 

Por otro lado, las leyes y normativas de protección de datos del consumidor y de responsabilidad, serán cada vez más necesarias para resguardar los posibles riesgos que implican el almacenamiento y uso masivo de por parte de gobiernos y grandes corporaciones que podrían usarlo en sus propios beneficios.

La cooperación internacional (por ejemplo a través de bloques regionales) en temas de ciberseguridad será fundamental.

  • El cambio climático                                                                                                                             

Es un cambio global inequívoco y traerá grandes implicancias, aunque estas se manifiestan de distinto grado a distinto a nivel (como locales y regionales) implicando grandes tensiones. Esta última tendencia implicara el aumento de desastres naturales (olas extremas de calor o frio, precipitaciones extremas, incendios forestales). Los países en desarrollo (los que menos impacto tienen en el cambio climático) son los que más sufrirán sus consecuencias. 

  • El impacto sobre las poblaciones está relacionado también con su situación política, económica y social, al incrementar las desigualdades existentes y aumentar los factores de tensión y la inseguridad.
  • La temperatura de la superficie terrestre continuará aumentando a los largo del siglo XXI. Se prevé que las emisiones de gas efecto invernadero (GEI) aumenten entre el 37% y el 52% para 2050, lo que provocará un incremento de temperatura de entre 1,7º y 2,4ºC.
  • Las proyecciones climáticas señalan un aumento en el número y gravedad de desastres naturales en regiones vulnerables y con poca capacidad de adaptación (como el Sahel. El MENA y el sudeste asiático) lo que empujaría a unos 720 millones de personas a una situación de pobreza extrema en el periodo 2010-2050. 
  • Por cada grado que aumente la temperatura de la superficie del planeta, alrededor de un 7% de la población mundial sufrirá una reducción mínima del 20% de sus recursos hídricos renovables.
  • ACNUR estima que en 2050 podría haber entre 150 y 1000 millones de desplazados (refugiados climáticos) como consecuencia del cambio climático, aunque la cifra más probable se sitúe alrededor de los 200 millones.
  • El calentamiento global agravará problemas como la pobreza, la inseguridad alimentaria, la degradación del medio ambiente y la fragilidad de los Estados

Factor humano

  • Demografía

Los cambios demográficos reducirán la influencia de Occidente y consolidara el ascenso de nuevas potencias. Los factores demográficos contribuirán al surgimiento de nuevas potencias, que erosionarán el liderazgo global de Occidente y constituirán la nueva geometría polimórfica que se está conformando en el campo de las relaciones internacionales.

El crecimiento demográfico sumado al cambio climático implicara una tensión por el acceso a los recursos, estos factores serán foco de potenciales disputas.

En 2030, se prevé que el declive demográfico de Europa habrá comenzado. A fines del siglo Asia comenzará también su declive demográfico, aunque seguirá aportando más de la mitad de la población mundial. África continuará con su crecimiento imparable hasta constituir más de la cuarta parte de la población mundial. Para finales de 2050 se estima que seis países africanos (Angola, Burundi, Níger, Somalia, Tanzania y Zambia) habrán triplicado su población, por lo que el continente africano duplicará el número de habitantes actuales.

Se estima que 50% del crecimiento demográfico mundial se concentrará en la India y en los países de mayorías musulmanas como: Nigeria, República Democrática del Congo, Paquistán, Etiopía, Tanzania, Uganda e Indonesia.

La falta de integración de los inmigrantes a las zonas de la UE, podría ser un foco de tensiones y conflictos.

  • Religiones

Entre los cristianos se prevé el crecimiento de las sectas protestantes en América y en África. Los cristianos seguirán siendo mayoritarios en el mundo hasta 2100, fecha en la que es probable que el islam les sobrepase por un punto porcentual (34,9%), si no se modifican los parámetros demográficos actuales.

Continuará el crecimiento y expansión de nuevos sectores radicalizados: el protestantismo evangélico en EE.UU, la hindutva en la India, el salafismo y el islamismo wahabí en Oriente Medio, el pentecostalismo en África y América Latina.. Un denominador común de estos nuevos movimientos será el despliegue de organizaciones con potencial político.

  • Educación

Las instituciones educativas tradicionales serán progresivamente sustituidas por un aprendizaje apoyado en internet, donde el profesor será un mediador entre los estudiantes, la tecnología y el conocimiento.

Los trabajadores deberán actualizar sus conocimientos durante su vida laboral para adaptarse al permanente desarrollo tecnológico.

El cóctel de un incremento migratorio, un mejor y más barato acceso a la tecnología y a las redes sociales, la desigualdad educativa y académica, el subempleo de graduados y la fuerte competencia en el mercado laboral plantea un escenario proclive a los conflictos sociales.

Factor económico

La competencia por los recursos, en aumento por el crecimiento demográfico, la rápida urbanización y el cambio climático, provocará nuevas tensiones, riesgos e incertidumbres en las relaciones internacionales. El crecimiento de las potencias asiáticas transforma las materias primas en un factor geopolítico y de seguridad.

El crecimiento exponencial de China y otras potencias asiáticas podría provocar que la garantía de acceso a materias primas vitales ocupe una posición central en la seguridad internacional, dada la creciente demanda de recursos vitales (agua y tierra productiva), así como de tierras raras. Esto plantearía un panorama de competencia geoestratégica por los recursos.

El área Asia-Pacífico sustituirá a Occidente como el escenario central económico y va adquirir mayor peso en el proceso de la globalización.

La formación de nuevos bloques económicos, aún incipientes, irá conformando un nuevo orden con características más proteccionistas

Nuevas instituciones financieras surgirán y se consolidaran para dar respuesta a las necesidades de los países emergentes, compitiendo con la arquitectura financiera dominada por Occidente surgida luego de la segunda guerra mundial.

El avance tecnológico posibilitará nuevos métodos financieros basados en dinero virtual o criptomonedas, especialmente en los países emergentes, con lo que se evita la volatilidad del tipo de cambio y las tasas e impuestos asociados al crédito bancario.

El G7 podría ver caer su aporte al PBI mundial alrededor del 20% l, mientras que el E7 (China, India, Brasil, México, Rusia, Indonesia y Turquía) aumentaría su participación hasta casi el 50% del mismo, impulsado fundamentalmente por China y la India, quienes podrían ser las mayores economías mundiales

El escenario será una economía global a tres velocidades: Europa y Japón con un crecimiento estancado; China y la India, con tasas muy superiores de crecimiento, y los EE. UU., con crecimientos moderados, pero viendo erosionado su poder y su capacidad de influencia.

China, gracias a su crecimiento acelerado, aumentará su capacidad militar. Su posicionamiento global, cada vez será más asertivo, lo que provocará fricciones con los países que comparten sus espacios marítimos, así como con los EE.UU y Japón.

La economía mundial seguirá hacia un escenario globalizado de máxima competitividad. Solo aquellos Estados capaces de innovar y de adaptarse, en un mundo cada vez más integrado, serán capaces de tener éxito

La economía circular será la piedra angular del crecimiento sostenible.

La salud de la población será uno de los grandes desafíos del siglo XXI. La globalización, el cambio climático, los conflictos, el auge de la urbanización y el progreso tecnológico constituyen factores de riesgo en la aparición de pandemias a nivel global.  (Pág 109)

  • Energía

El consumo de energía, por lo que el crecimiento en la demanda de energía se producirá fundamentalmente en los países emergentes.

El petróleo seguirá siendo, a corto y medio plazo, el recurso energético de mayor consumo e impacto geoestratégico

Las consecuencias derivadas del cambio climático podrían aumentar el grado de compromiso medioambiental y acelerar la implantación de las energías renovables. En cualquier caso, la progresiva concienciación y presión pública favorecerán en mayor o menor medida, a las políticas de energía renovable.

Las tierras raras necesarias para nuevo desarrollos tecnológicos, con sus reservas concentradas en pocos lugares del mundo, aumentarán su importancia geoestratégica.

Factor sociopolítico

La globalización no es necesariamente un fenómeno pacifico que favorece la estabilidad,  al comprimir  tiempo y espacio, y al aumentar la interdependencia, aumenta las oportunidades pero también aumenta la vulnerabilidad ante los flujos y crisis que se producen a nivel global en las distintas realidades locales. 

La globalización es un proceso dinámico y hegeliano de racionalización hecho sobre la base de la cultura occidental pero el cual cada vez desplaza más su peso económico hacia Asia pacífico. Se podría plantear un escenario de un orden multipolaridad, en tanto que se están conformando dos masas geopolíticas que dividen de forma notable al mundo. 

La globalización mantendrá la tendencia a la regionalización, en una era posthegemónica de occidente, donde los polos principales seguirán siendo Occidente y Asia-Pacífico, cuyo desarrollo continuará, alterando los equilibrios geoeconómicos del mundo, forjando un nuevo balance de poder.

  • En un mundo globalizado convivirán sociedades líquidas con sociedades sólidas, con una creciente tensión entre ellas

En Occidente seguirá imponiéndose progresivamente un modelo de sociedad líquida, como resultado de una era post-moralista, que predica el triunfo de una ética indolora que rechaza y desacredita el compromiso comunitario. 

En otras áreas del globo, la modernidad líquida será cada vez más rechazada como decadente. Estas sociedades, sólidamente asentadas en creencias o convicciones, religiosas, étnicas o políticas, recuperarán discursos más cohesivos e integradores.

  • Democracias de audiencias y crisis de representación 

En occidente el liderazgo se seguirá midiendo por  la capacidad de seducir en el corto plazo. Los argumentos políticos y de razón seguirán estando subyugados por el predominio de la imagen (videopolitica).               

  • Una elite global trasnacional

Se consolidara una aristocrática trasnacional cosmopolita con un creciente poder de influencia que afectará transversalmente a los discursos y agendas políticas. Ante este fortalecimiento de los actores trasnacionales, los Estados se esforzaran por contrapesar su creciente influencia (clivaje globalismo vs soberanismo).

Factor militar

  • La tecnología

La capacidad de integración del factor tecnológico será el elemento decisivo de toda estrategia de defensa nacional.

La guerra de la información, cada vez más apoyada sobre las diferentes tecnologías, será progresivamente más real y decisiva. Así mismo, el ciberespacio y el espacio exterior se irán imponiendo como nuevas dimensiones geopolíticas. Tecnologías como el Internet de las cosas permitiría unificar a todos los elementos unidos en una red (unidades humanas, robóticas, teledirigidas). La automatización de sistemas de armas implicara grandes dilemas éticos.

Conflictividad

  • Escenario de multipolaridad atenuada

El mundo tendrá un escenario multipolar atenuado teniendo como principales actores militares a China y los Estados Unidos. Le seguirán en menor medida otras potencias, Rusia, la India y, en su caso, una Unión Europea militarmente integrada. Solo las grandes potencias serán capaces de desarrollar todo el espectro de las operaciones militares y tener un desarrollo tecnológico militar competitivo.

  • Guerras hibridas la  zona gris entre la guerra y la paz

Las guerras serán cada vez más híbridas, más grises y más urbanas, con una combinación de operaciones convencionales y no convencionales, guerra cibernética y manipulación de la opinión pública extranjera y de la propia.

  • Unidades militares pequeñas altamente capacitadas y tecnificadas

Los ejercititos se medirán por su capacidad de incorporar tecnología a sus unidades militares en el campo operativo. El Big Data será un elemento de gran apoyo para los mandos a todo nivel. 

  • Ciberdefensa 

Los ejércitos que cuenten con personal mejor formado en los nuevos entornos tecnológicos tendrán ventaja. En este campo, las potencias tecnológicas, como China y Estados Unidos,  India y Rusia, estarán mejor posicionadas. 

Conclusión: Una era de inquietud 

En base  a visión prospectiva que nos plantea la publicación Panorama de Tendencias Geopolíticas; horizonte 2040 viviremos una época de grandes cambios en todo el mundo que afectaran todos los ámbitos humanos, cambios que plantean múltiples desafíos.              


Con estos cambios la consecuente  de incertidumbre que ellos implican, en nuestra capacidad de comprensión, adaptación y decisión sobre ellos. Para navegar en este mundo, con estos escenarios, se requerirá del pensamiento estratégico, visiones pragmáticas de todos los acontecimientos y ámbitos, para abordarlos y gestionarlos.

En el ámbito geopolítico y de las relaciones internacionales, los cambios económicos, demográficos, sociopolíticos y militares, podríamos observar un nuevo orden en el equilibrio de poder: con un continente asiático en ascenso y un occidente con su influencia en declive. Esta posible nueva distribución del poder  (futura geometría del poder) podría ser de un orden de tipo multipolar atenuado con EEUU y China como sus dos principales actores, seguidos por Estado continentales industriales como India, Rusia y una Unión Europa (lo suficientemente cohesionada). 

Una mayor variedad de polos de poder global, implicaría un orden y un mercado geopolítico más competitivo, lo que podría ser tanto un desafío así como una oportunidad para el resto de los países en el mundo, más relegados del sistema internacional. 

Ámbitos más recientes (como dimensiones geopolíticas) cada vez obtendrán más relevancia estratégica como el ciberespacio, el espacio del exterior y el cambio climático.      

La globalización seguirá vigente como proceso, pero de forma más fraccionada, con
una naturaleza más regionalista, surgirán nuevas dinámicas e instituciones en consecuencia.  

  • En un mundo globalizado convivirán sociedades líquidas con sociedades sólidas 

En Occidente seguirá el modelo de sociedad líquida, basado en una ética individualista y material que rechaza connotaciones comunitarias. Esta ética podría agravar la fragmentación y polarización en las sociedades occidentales. 

Por otro lado el modelo de sociedades sólidas, más propio actualmente de sociedad no occidentales, basadas en elementos identitarios, podría correr con la ventaja de tener más resilencia, a través de su carácter más cohesivo,  frente a un mundo en constante agitación.  

  • La importancia de la Geotecnologia 

El avance tecnológico será cada vez más determinante como elemento estratégico de los Estados, no solo  para el crecimiento económico y el desarrollo de las sociedades sino también para su seguridad. En esto las grandes potencias, con sus grandes escalas en la dotación de estos factores (usualmente Estados continentales industriales) correrán con ventaja

FUENTE: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/OtrasPublicaciones/Nacional/2019/panorama_de_tendencias_geopoliticas_2040.pdf

Tal vez el mayor destacado es que la Nación «verdeamarela» dirigida por Jair Messias Bolsonaro ha superado en un aumento vertiginoso el mojón chino en el peligroso camino de ascenso a la cima de Covid 19, acusando 87.187 contagiados y 6.006 fallecidos

El «scratch du oro» se dirige raudamente al próximo hito en la ruta que es el escalón de los 100.000 contagiados, para pasar a formar parte del pequeño y selecto grupo de países que conforman la «élite» de la pandemia que hasta ahora son nueve. El ministro de salud de Brasil, Nelson Teich dice que podrían alcanzar la cifra de 1.000 muertes diarias imputables al virus [1], si continua el ritmo de crecimiento de la pandemia con 6.000 a 7.000nuevos casos detectados por dia. 

El estado de Maranhao en el noreste de Brasil acaba de adoptar el confinamiento total [2]; es el primero en hacerlo por el incontrolable crecimiento de los contagios y el colapso de su débil sistema sanitario. Sin dudas Brasil está atravesando una grave crisis sanitaria junto a una también grave crisis político institucional, cual más grave que la otra, que se retroalimentan. Brasil va camino a convertirse en el próximo centro de la pandemia.

El colapso brasileño de producirse va a tener consecuencias inimaginables para la Argentina, en especial una, que es alejar la posibilidad que juntos afrontemos el «eterno» desafio de la integracion latinoamericana imprescindible en estos tiempos. Por eso nos debe preocupar profundamente, la desgracia de nuestros hermanos y «adversarios» brasileños y el fracaso del «bolsonarismo» [3] debe conducirnos a una profunda introspección y autocrítica. 

Otra noticia es el estallido pandémico de la Rusia de Putin . El dia 15 de abril tenían 25.000 contagiados y 198 fallecidos, al día de hoy 114.000 casos positivos y 1.169 muertos, un crecimiento exponencial de la pandemia, pero con baja tasa de letalidad y mortalidad del virus. Habrá que seguir como sigue esto en la nueva Rusia que hasta ahora la sobrelleva con sobriedad y dignidad.

Una mención para la prolija y ordenada Alemania, con sus 163.000 contagiados y  sus 6.600  muertos, que con su reconocida eficiencia y minuciosidad teutónica trata de evitar que se le escapen los números de contagiados, y oscila entre ajustar el cierre o flexibilizar.

Una buena noticia, viene de Italia y España, caras a nuestros afectos han logrado relantizar el crecimiento de nuevos contagios y denuncian un número decreciente de muertos por dia, que oscilan en el rango de 250 a 300 casos. [4] y [5]

Por último las cabezas del mundo anglosajón, EEUU y el United Kington son los que más muertos y contagiados tienen en el mundo y mayor desmanejo muestran: son el centro de la pandemia. Con un desorden casi caótico y fracaso ruinosos en ambos, siendo el corazón y la mente de ese mundo (al que Francia adhiere por vocación de amanuense y deseos de pertenencia, a un mundo que no le pertenece por historia, cultura y religión). 

Y en este «fracaso del sueño americano e inglés»; no encuentran otra explicación a sus desgracias que echarle la culpa a los chinos. 

El Covid está desnudando la decadencia que marca el final de ese «occidente anglosajón» que sometió al mundo en los últimos 100 años y lo «formateo» según sus pautas culturales, sus valores y principios para colocarlo al servicio de sus intereses. 

El Covid, ese virus “que no tiene vida” pero mata, ha cerrado el ciclo de ese mundo viejo, y ante nuestros ojos desnuda su agotamiento, sus crueldades, sus miserias, sus debilidades,  sus contradicciones, sus vetustos paradigmas, sus mitos y falsedades y lo demuele sin piedad. 

El «Covi» con la crisis que ha desatado, le da inicio a la partida a ese mundo viejo y agotado….y con seguridad sin retono.

Dr. Antonio M. Mitre especial para Dossier Geopolitico

Adaptación y Notas: Carlos Pereyra Mele

[1] Ministro de Salud afirma que Brasil podría alcanzar las 1.000 muertes diarias por coronavirus http://www.motoreconomico.com.ar/america-latina/ministro-de-salud-afirma-que-brasil-podra-alcanzar-las-1000-muertes-diarias-por-coronavirus 

[2] Primer estado de Brasil adopta confinamiento total    https://www.dw.com/es/primer-estado-de-brasil-adopta-confinamiento-total/a-53300157 

[3] Yque ? dice Bolsonaro https://www.elobservador.com.uy/nota/-y-que-dice-bolsonaro-ante-la-cifra-de-5-000-muertes-por-coronavirus-en-brasil-2020429111737 

[4] Bajan las muertes en Italia

https://www.elmundo.es/internacional/2020/04/30/5eaaf5c4fc6c8397408b45c0.html

[5] Segundo dia en España con menos de 300 muertos por Covid-19

https://elpais.com/sociedad/2020-05-01/ultima-hora-del-coronavirus-en-espana-y-el-mundo-en-directo.html

[6] Estados Unidos registró 2.053 nuevas muertes por coronavirus y el total asciende a 62.906

https://www.infobae.com/america/eeuu/2020/05/01/estados-unidos-registro-2053-nuevas-muertes-por-coronavirus-y-el-total-asciende-a-62906/

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Club de la Pluma: Arte, Ciencia, Cultura, Derechos Humanos, Geopolítica, Deuda Externa, Relatos, Cuentos, Educación, Opinión, Editorial, Efemérides, Comunidades Originarias, Filosofía Y Mucho Más…

TEMAS

  • El Coronavirus vino para mostrar todo lo que estaba mal pero que nadie quería ver !
  • Ahora la situación nos muestra que la “última” globalización toca a su fin -la del Neoliberalismo-, a pesar de sus fanáticos defensores, que quieren sostenerla a capa y espada. 
  • Hoy el “centro” del mundo del siglo XXI, el Estado imprescindible,  etc., me refiero a los EEUU Los últimos 60 dias muestran una debilidad increíble, al no haber un plan nacional de salud, sin respuestas rápidas, racionales que hoy muestras números complicados más de 22 millones de desocupados en pocos días, más de 50000 muertos por Covid-19, dificultades con un elemento clave de su poderio, que fue el “control” mundial por parte de EEUU del petróleo; hoy sin precios afectando a su industria. Hoy EEUU muestra un quiebre en su unidad nacional, sus familias sobreviven con gigantes deudas, reducciónes salariales y ahora por primera vez una generación que reemplaza a otra no tiene un futuro mejor…Buscara la actual administración usar el recurso militar para tratar de ganar la reelección

Siempre una “peste” trajo cambio políticos sociales y económicas, y está vez no será distinto 

Escuchar más en:… 

Carlos Pereyra Mele

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Club de la Pluma: Arte, Ciencia, Cultura, Derechos Humanos, Geopolítica, Deuda Externa, Relatos, Cuentos, Educación, Opinión, Editorial, Efemérides, Comunidades Originarias, Filosofía Y Mucho Más…

TEMAS

La Universidad de harvard dice que el distanciamiento durará hasta el 2022 (?)

La Universidad de Cambridge que estudia las mutaciones del Covid-19 dice que no es de Wuhan sino del Sur de china (?)

Todo da argumentos a las Teorías del Complot, pero lo que existe es una Guerra de Poderes Globales 

  1. EEUU Crisis Internas – Gobernadores contra el Presidente – El Presidente envió a sus adictos con “armas de fuego” para presionar a la Gobernadora de Michigan, Según Newsweek se prepara un Gobierno en las sombras por si es superada la actual administración como en el peor momento de la Guerra Fría, mientras los muertos diarios superan las 4000 víctimas, la OMS
  2. EUROPA: 2 velocidades  (Norte y el Sur) Von Der Leyen Presidenta de la Comisión Europea “Pide disculpa” a Italia por la tardanza de la UE en ayudarla ante la crisis sanitaria. La Nave insignia de la Flota Francesa queda fuera de servicio el Portaaviones charles de gaulle tiene el 50% de su marinería infectada por el Coronavirus
  3. Irán y las sanciones como extorsión política cuando el régimen pide ayuda financiera para enfrentar la lucha con más éxito contra el Coronavirus
  4. AMÉRICA Ecuador 6700 muertos en 15 días, Brasil conflicto de poderes políticos aumentan los infectados y los muertos y en el mientras tanto Bolsonaro hecha al Ministro de salud Pública y El Plan Orion 5 y el cerco a Venezuela
  5. La deuda Externa argentina y más en el audio:..

por Flavio Cuniberto (*)

Criminalizar a Alemania por mantener estables sus coordenadas económicas es parte de la miopía con la que persistimos en negar el fracaso del Estado nacional italiano y el proyecto europeo. ¿Será la bota la 51ª estrella en los Estados Unidos?

En la gran prueba de estrés de la epidemia de coronavirus, la Unión Europea se hace añicos y el sentimiento anti-alemán está en el diapasón: se informan diversas frases de los  Klaus Regling , Peter Altmaier, presentados como monstruos sádicos incluso por comentaristas intelectuales sobrios y de alto perfil, en según el cual a Alemania le gustaría «Italia y España de rodillas».

Indignación, chasquido de orgullo nacional. Hasta la inaudita llamada telefónica de Mattarella, que protesta por la supuesta «gaffe» de Lagarde, ahora dirigida, como es  opinión común, por el establishment alemán. Frente a este estado de cosas, nos gustaría proponer un cambio de perspectiva. Tengan en cuenta que la UE no está en crisis, no está  aplastada por el egoísmo teutónico, sino que la Unión Europea (que llaman «Europa» es un malentendido) ha sido un castillo de papel maché desde el Tratado de Maastricht de 1992, y en cualquier caso desde el nacimiento del euro.

Este títere siempre ha mantenido en sus entrañas un mosaico de fuertes estructura nacionales, o más bien dos estructuras muy fuertes, la francesa y la alemana, con una transferencia de soberanía sólo parcial y siempre calculada de acuerdo con un beneficio propio. Después de diecinueve años , la naturaleza ficticia del proyecto superestelar europeo debería haber aparecido como el secreto clásico de Pulcinella: Alemania, una vez más en pie, ahora podría aspirar a un rango de «poder» que altera irreversiblemente el equilibrio europeo.

De hecho, los primeros veinte años del nuevo siglo marcaron, a pesar de la baja «tasa de crecimiento», la divinidad sobrevalorada por los economistas, un fortalecimiento gradual e inexorable de la República Federal, cuyo centro de gravedad se ha desplazado hacia el este, estableciendo una especie de punto de apoyo en Berlín  simbólico no tanto de

Alemania (del cual no es el centro) sino de un espacio mucho más grande: el área de influencia alemana, ya prefigurada en tiempos no sospechados por el poder excesivo de la marca como un espacio extendido desde Helsinki a Belgrado, sin mencionar Bolzano, Zurich, Viena y los propios Países Bajos.

El cambio al este del eje político-económico de la nueva Alemania sentó las bases para una intensa cooperación con la nueva Rusia post Yeltsin, que ya no es un protectorado estadounidense pro tempore: cooperación sancionada, por ejemplo, por el reclutamiento de Gerhard Schröder en la cima de Gazprom y por el obstinada construcción de la doble tubería Nord Stream, casi un cordón umbilical de energía bajo las aguas del Mar del Norte. La perspectiva de la simbiosis ruso-alemana (energía ilimitada y capacidad extraordinaria para la organización industrial) habitó inmediatamente el sueño agitado de la administración estadounidense como una pesadilla, convirtiéndose en el «vitandum» por excelencia de la política exterior de Estados Unidos en Europa. Desde la guerra contra la “drogas” en los Balcanes hasta la llamada guerra civil ucraniana, todo se explica por la decisión de Washington de interponer una zona de amortiguación militarizada entre Moscú y Berlín para revertir la horrible simbiosis.

En este contexto, la Unión Europea no está allí. No por distracción, sino porque la Unión Europea no existe en el tablero de ajedrez de los equilibrios internacionales. Es un caso, se podría decir, de patología ontológica: una no entidad que, por diversas razones, se mantiene en pie como un títere, útil para enmascarar, detrás de palabras vacías de la fraternidad erasmiana, la dura ley de los intereses nacionales y muy útil, nunca lo olvide , para alimentar políticas financieras especulativas que, sin embargo, no pertenecen a ningún horizonte «nacional».

Francia continúa imperturbable en mantener sus tropas en África sahariana y detonar su bomba atómica en Mururoa, golpeando el «parche»; los británicos, que llegaron al último y con un pie en Europa, persiguen firmemente sus diseños nacionales animando las diversas «alianzas» antiislámicas en Irak y Afganistán; España, que tampoco es un país fundador, está demasiado interesado en las antiguas colonias suramericanas para considerar realmente su futuro en Europa.

Poder no militar y sin ninguna ambición de rearme, un punto esencial que la mayoría de los analistas echan de menos, Alemania, por otro lado, se convierte en un poder “geoeconómico» de alto nivel. 

Restando de facto a Japón ese papel de competidor global que Tokio había jugado hasta el desfigurado terremoto de Kobe de 1995. Lo que la mayoría de los comentaristas y científicos políticos italianos parecen no darse cuenta, pero eso no escapa a la administración de los EE. UU. En cuanto a los analistas más astutos en París y Londres, ven que las dimensiones reales de la nueva Alemania superan con creces las modestas dimensiones de su extensión geográfica.

En el «Gran Juego» del siglo XXI, la UE no está allí.

Italia también está ausente en este foro. Porque incluso Italia, el protectorado estadounidense desde 1945, reconfirmado como tal después de 1994 a pesar de los berrinches del forastero de Segrate, no existe como país soberano. Su vocación como gran portaaviones de estrellas y rayas prevalece sobre cualquier ambición nacional y oculta, modestamente o más bien hipócrita, bajo los signos ficticios de Bruselas y Estrasburgo, capitales inexistentes de un parlamento electivo que no cuenta para nada, de una Comisión que es un comité de negocios de grandes empresas y el monstrum del BCE: banco de un país inexistente, cámara de compensación financiera de intereses nacionales y de mega intereses financieros y especulativos.

Criminalizar a Alemania porque ha mantenido el timón firme en sus coordenadas económicas, explotando las oportunidades amablemente ofrecidas por el títere europeo y una moneda impuesta por Mitterrand, significa no haber entendido las relaciones de poder reales, la verdadera geografía económico-política-cultural de la nueva Europa. Entre otras cosas, el continente no está del todo definido, con extensiones hacia el este (Israel, quizás Turquía) y hacia el oeste (América del Norte es en parte europea).

El problema no es Alemania, que hoy está en condiciones de definir mejor sus dimensiones y ambiciones reales, sino Italia: un experimento político que fracasó en el nivel de la unidad nacional, eternamente dividido en áreas no homogéneas. «Nación cultural», «mujer de las naciones». Este primer nivel sí.

El fracaso de Italia como estado nacional sigue negándose con obstinada miopía y en interés del sistema financiero, la famosa galaxia del norte entre Turín, Milán y Trieste. Pero es un fracaso dramático, del que se originan todas las políticas continentales contra Roma, comenzando con la alemana. La miopía que se niega a admitir el fracaso político de Italia como estado nación tiene su propia razón: reafirmar una unidad nacional ficticia en términos de protectorado estadounidense (y en parte británico) y guarnición militar, desde Aviano hasta Sigonella. Ya no es un misterio para nadie que los acontecimientos políticos de los años setenta, ochenta y noventa fueron determinados por este estado subordinado, al que ahora podemos atribuir con certeza los famosos «años de plomo» y las propias manos limpias.

En resumen, la reciente furia antialemana surge de un error de doble perspectiva: atribuir una apariencia de realidad a una UE que no existe y agitar contra las aspiraciones legítimas de la nueva Alemania, casi delegada por el maestro estadounidense. Es interesante notar que la supuesta vocación antiliberal de muchas protestas antialemanas en realidad trae abundante agua al molino del verdadero neoliberalismo, que no es el teutónico sino el angloamericano. Las protestas contra Alemania servirán para derribar a la marioneta, pero el resultado será, como se esperaba, la promoción de la bota al estado 51 de la Unión. Es demasiado tarde, a estas alturas, para enderezar la nave y traerla de vuelta a una colaboración italiano-alemana basada en la complementariedad que para la estrategia estadounidense representaría una pesadilla tal vez menos que la temida simbiosis ruso-alemana.

Es demasiado tarde, pero es mejor saberlo.

(*) Flavio Cuniberto es profesor de Teoría Estética y Filosofía en la Universidad de Perugia, y es considerado uno de los pensadores italianos contemporáneos más sobresalientes.

FUENTE: LIMES Revista Italiana de Geopolitica

Por Andrea Muratore (*)

4 DE ABRIL DE 2020

ECONOMÍA desde lo estratégico

Italia y Francia se  encuentran actualmente en el mismo lado de la barricada al pedirle a la Unión Europea un giro incisivo contra el  coronavirus: pedir la emisión de eurobonos, un aumento más incisivo de la solidaridad comunitaria, más margen de maniobra para el Banco Europeo de Inversiones y Superar la austeridad Roma y París se unen con España contra el eje pro rigor alemán-holandés.

La batalla táctica contra el coronavirus y la necesidad de superar los paradigmas nórdicos que amenazan con noquear a la Unión no deben, sin embargo, hacernos olvidar otro lado de las relaciones italo-francesas: el de los objetivos de varios protagonistas activos de la política económica transalpina para varios  Campeones nacionales  italianos. Ahora más vulnerable que nunca debido a las  tensiones del mercado de valores que llevaron a  Consob a prohibir las ventas en corto en Piazza Affari y al surgimiento de un creciente consenso político, desde Copasir hasta el gobierno, sobre la protección de activos estratégicos.

Muy activa, la Comisión Parlamentaria que supervisa los Servicios Secretos ha preparado recientemente un ciclo de audiencias de altos representantes del mundo institucional y financiero: el Banco de Italia, Borsa Italiana , los directores gerentes de los grandes bancos y los representantes de Aise, el sector Servicios. responsable de «seguridad externa». En el centro del visor sólo los lugares de interés de la economía nacional de París, al igual que la nota  La Stampa : «Ya desde hace varias semanas en los círculos financieros se han producido cambios de interés desde el otro lado de los Alpes en algunos bancos italianos y en una joya como General. Y siempre en París trae otra pista: la de los posibles compradores de Borsa Italiana, la compañía que controla Piazza Affari «.

Borsa Italianais ahora está vinculada a la Bolsa de Londres a través de la  Bolsa de Londres . La crisis financiera que se aproxima parece destinada a archivar las posibilidades residuales de ver a Milán como una plataforma de contacto entre Europa y las finanzas de la ciudad después del Brexit. El riesgo de las bolsas europeas ha estado en marcha desde hace algún tiempo y  Euronext , el consorcio encabezado por París, anhelaba llenar el vacío dejado por Londres mediante el establecimiento de una alianza o la adquisición de Piazza Affari, que como cualquier este tipo garantiza el establecimiento de un canal privilegiado entre los sistemas financieros y un acceso favorable para el país controlador a los mercados de la bolsa controlada.

Desde Eni hasta Generali, desde  Unicredit hasta Avio , el número de empresas nacionales que podrían ser víctimas de intereses económicos y escaladas transalpinas es amplio y variado. Por esta razón, el complejo de poderes especiales de supervisión debe hacerse más estable y completamente operativo. De un arreglo de «acordeón», con instrumentos como  el poder dorado desplegado pero operativo solo en circunstancias de emergencia, es bueno pasar a una serie de poderes de aplicación bien equilibrados y confiables. En las instituciones de estos tiempos, “también estamos considerando la posibilidad de levantar otro muro, similar al existente en los Estados Unidos, que permitiría realizar operaciones ex post en operaciones que no están sujetas a obligaciones de notificación (por ejemplo, las que provienen del interior de la UE), pero que podría resultar peligroso para la seguridad nacional «. El principio virgiliano del «Timeo danaos» debe aplicarse hoy a una Francia que, de manera no inconsistente, persigue su interés nacional  en Europa y se prepara para un futuro en el que la expansión estratégica hacia Italia podría reanudarse con vigorosa decisión.

La lección de 1992-1993, con la ola de privatizaciones unidireccionales que bloquearon los intentos de aquellos que, como  Paolo Savona, pensaron en aprovechar a los franceses con una alianza preventiva y una participación equilibrada en sus respectivos sistemas de producción, enseña cómo en tiempos de crisis Más allá de los Alpes, los círculos económicos y financieros anhelan repetidamente campañas para comprar joyas familiares italianas. Ahora que en el mediano plazo Italia y Francia tendrán que recorrer un tramo de carretera juntos, la vigilancia es imprescindible.

(*) ANDREA MURATORE

Nacido en Brescia en 1994, se formó mientras estudiaba en la Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Sociales de la Universidad Estatal de Milán. Después del título de tres años en Economía y Gestión en 2017, obtuvo el título de maestría en Economía y Ciencias Políticas en 2019.

Su principal interés de estudio es la geoeconomía, es decir, el análisis de los efectos de la interdependencia entre los principales problemas geopolíticos y la dinámica industrial, comercial y productiva del mundo contemporáneo, con un enfoque particular en el impacto de la revolución tecnológica, en el desafío de los Estados Unidos. -China y el papel de Europa en el mundo contemporáneo. Actualmente trabaja como analista de negocios en la sucursal de Accenture en Milán y desde mayo de 2019 apoya al profesor Aldo Giannuli en el proyecto del centro de estudios «Observatorio de la globalización».

FUENTE: https://it.insideover.com/economia/tutte-le-mire-della-francia-nei-nostri-settori-strategici.html 

InsideOver es un  periódico registrado de ilGiornale Online srl

[NR: el equipo de Dossier Geopolitico, preparo un importante trabajo sobre la Teoría del caos, que aplicaba USA y sus «aliados», ahora este articulo viene mostrar la preocupación de los Atlantistas que ven que esta Teoría se les esta aplicando en forma de boomerang]

El nuevo desorden mundial toma forma mientras las especulaciones dejan paso a las órdenes ejecutivas. El cóctel de repliegue reaccionario (Donald TrumpBrexit) está imponiendo un cambio de guardia en las relaciones internacionales y dejando patas arriba al hemisferio Norte. El consenso neoliberal, económico y geoestratégico, se ha roto pero ha dejado tras de sí un océano de incertidumbre. La administración Trump se ha mostrado hostil a la integración europea y afín a Vladimir PutinXi Jinping “salva” el foro de Davos y se convierte en el abanderado de la globalización. Una ola de nativismo proteccionista puede dar paso a guerras comerciales con graves consecuencias. El 2017 es el año con mayor riesgo político desde el fin de la Segunda Guerra mundial, según Ian Bremmer. Veamos.

Entre el decisionismo americano y el autoritarismo ruso

Estados Unidos inicia una etapa con tintes de aislamiento y unilateralismo. Compromete el bloque atlántico, centro de gravedad del siglo XX, mientras busca una nueva “relación especial” con el Reino Unido del Brexit, fantasea con la desaparición del euro y califica a la Unión Europea de “vehículo” de Alemania. Desprecia las organizaciones supranacionales salvaguardas del multilateralismo, al mismo tiempo que empieza una escalada de tensión con China que puede acabar en deflagración: ese es el mayor riesgo que afronta el mundo.

En el interior su democracia inicia un nuevo capítulo en forma de dezisionismus schmittiano. Un poder soberano que no responde ante el normativismo legal ni la discusión racional. Sin contrapoderes ni intermediarios, sin jueces ni prensa. En el ámbito económico se avecinan muros comerciales. Al tanto, porque ¿qué tienen en común los blancos de los ataques del nuevo presidente: México, Alemania y China? Son grandes potencias exportadoras. Las hostilidades de la Casa Blanca son reflejo de una de sus mayores debilidades: su déficit por cuenta corriente. Y uno de los mayores desequilibrios macroeconómicos globales. De nuevo, economía y relaciones internacionales se entrelazan.

La Rusia de Putin se siente fuerte y tiene razones para ello. Tras una pérdida de dominio paulatina del estratégico anillo de tierras (Spykman) ha demostrado estar dispuesto a todo, ciberguerras incluidas, por mantener sus posiciones. Todos sus últimos movimientos en el Cáucaso, Ucrania o Siria han acabado en aumento de influencia. El autoritarismo de Putin ha orillado sus problemas económicos y parece que los resultados electorales del mundo occidental le sonríen.

Ahora con una administración americana más que favorable, espera que las sanciones comerciales se alivien o eliminen. Trump y Putin hablan el mismo lenguaje y han quedado patentes sus conexiones. Pero mucho cuidado: EEUU puede estar buscando usar al Kremlin contra el gigante asiático, tal y como Kissinger hizo a la inversa durante la guerra fría. Un nuevo anclaje para taponar, esta vez, el ascenso de China. Trump es un personaje peligroso, folclórico y ridículo, pero sería bueno no tratar de estúpido todo lo que haga.

asia pacifico_mapa

El océano Pacífico se calienta mientras Oriente Próximo arde

China es la gran obsesión del nuevo inquilino del Despacho Oval. Un gigante que ya ha subido a los altares de la economía mundial, acumulador masivo de oro e inversor estratégico en África, Asia central y América Latina. Y ahora ya no quiere tan solo aceptar las reglas, quiere dictarlas. Su cautela ha ido dejando paso al incipiente intento de imponer su propia doctrina Monroe en Asia-Pacífico; algo que parece no estar dispuesto a aceptar EEUU y para lo que cuenta con sus históricos aliados regionales: Corea del Sur y Japón.

Las relaciones entre EEUU y Japón viven una segunda luna de miel. La pareja que forman Shinzo Abe y Trump tiene intereses comunes, China, pero hablan lenguajes diferentes. Para entender por qué no se percibe en Tokio un acercamiento a Trump como amenaza hay que mirar en su política interna. Japón es un país homogéneo, sin inmigración, extrema derecha ni pulsión reaccionaria, y a diferencia de Europa no tiene miembros de la Internacional Trumpista en su Parlamento.

En el aire queda el futuro del conflictivo gran Oriente Próximo y la reincorporación del pivote iraní (Kaplan) a la escena internacional. Falta saber si Moscú podrá modificar la retórica de Washington en este campo. La competición político-religiosa entre Irán y Arabia Saudí explica buena parte de los conflictos abiertos: Yemen, Irak o Siria. EEUU puede tener la tentación de usar una de estas guerras subsidiarias (Yemen) para reivindicarse en la zona junto a su socio saudí.

Mientras tanto, una nueva Turquía otomana se ha afianzado como potente actor regional y los implicados en la victoria militar de Bachar el Asad –Rusia-Irán-Hezbolá– decidirán el futuro del país. Un Israel aislado pero encantado con el nuevo commander in chief proseguirá una política de asentamientos ilegales que imposibilita la solución de los dos Estados. Una región en llamas y en profunda transformación que continúa distorsionando el futuro de Europa.

Europa ante su prueba más dura

El viejo continente puede ver las cambiantes relaciones internacionales como una fiesta a la que no le han invitado. Fragmentado y atemorizado se queda sin el paraguas atlántico, sufre la peor resaca de la Gran Recesión y un año electoral de infarto. El mayor riesgo es que una gran troika formada por Washington, Moscú y Pekín encuentre un nuevo equilibro internacional sin contar con Europa e imponga con fórceps una Ostpolitik II.

Al mismo tiempo, los europeos tenemos la oportunidad de ocupar el enorme espacio que dejan unos EEUU en repliegue y un mundo en búsqueda de referencias. Podríamos ejercer en solitario como defensores de los valores de la Ilustración: Estado de Derecho, democracia, deliberación, tolerancia y sociedades abiertas. Continúan siendo valores atractivos y luminosos, pero hasta las buenas ideas necesitan ser defendidas. Para ello la UE debe restituir un modelo social resquebrajado y dotarlo de un escudo en materia de seguridad y defensa. Pasado el impasse electoral necesitamos activar una Europa flexible, a varias velocidades, que desatasque el proceso de integración y acabe con el paralizante tira y afloja de las capitales.

Es más necesario que nunca buscar aliados que compartan nuestra visión del mundo: normas, diálogo y multilateralismo. Nuestras relaciones con América Latina y Canadá cobran un nuevo significado. Debemos combatir el repliegue espasmódico y hacerlo de la mano del nuevo secretario general de Naciones Unidas, una pieza clave, el portugués António Guterres. Nos conviene encontrar un nuevo equilibrio con Rusia y estrechar lazos con China. También habrá que estar muy atentos a la candidatura a canciller del socialdemócrata y europeísta Martin Schulz. Su victoria sería todo un revolcón en la fuerza hegemónica del continente.

Entre el decisionismo de Trump, el autoritarismo de Putin y el capitalismo de Estado de Xi Europa tiene el deber de proteger su legado: democracia liberal y mercado con rostro humano. Libertades individuales y protección social. Preservar la dimensión política y reconstruir la dimensión social del proyecto ilustrado. Ese es también el perímetro de juego de la socialdemocracia europea (Vallespín). Un humanismo inteligente que haga bandera de la alteridad ante la vuelta a la tribu, los muros y los chivos expiatorios.

Sabemos desde la Historia de la guerra del Peloponeso que la conducta humana está guiada por el propio interés, el miedo y la defensa del honor. Parece que las relaciones internacionales están volviendo a su punto primigenio. Pero no olvidemos que la geopolítica contiene larvadas guerras de ideas. Está por decidir si tendremos un mundo ordenado por el orgullo de la hybris o la fuerza de la razón.

Fuente POLÍTICA EXTERIOR, España: https://www.politicaexterior.com/actualidad/geopolitica-del-caos/