Las apresuradas declaraciones de miembros del futuro gobierno demuestran que toman en serio la advertencia con la que Vladimir Putin presentó el ataque hipersónico contra Dnipró

Eduardo J. Vior
analista internacional, artículo para Dossier Geopolitico

En una entrevista con Fox News el futuro Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, reconoció este domingo 24 que es urgente poner fin negociadamente a la guerra en Ucrania. Con su gesto desautorizó el desafío que el gobierno norteamericano actuante hizo a Rusia autorizando oficialmente a Ucrania el uso de los cohetes ATACSM contra objetivos en territorio ruso. El futuro consejero de Donald Trump se distanció también del Reino Unido y de Francia, quienes dispararon desde Ucrania respectivas salvas de Storm Shadow y Scalp. Las tres potencias intentaron provocar una respuesta nuclear de Rusia que imposibilitara toda negociación por largo tiempo. Moscú, sin embargo, dobló la apuesta atacando el jueves 21 con un cohete hipersónico intercontinental imperceptible para los radares e imparable para la defensa antiaérea. Vladimir Putin explicó el ataque en un discurso a la nación en el que advirtió a Occidente que el próximo lanzamiento será contra sus propias centrales. No obstante, no es de esperar que el anuncio ruso calme al “Estado profundo” y la propuesta republicana de tratativas está aún en pañales.. A menos de que Rusia fuerce antes la decisión en el campo de batalla, hasta el 20 de enero y después viviremos en vilo, atentos a que alguno de los contendientes pase la línea roja.

Mientras los ministros de Relaciones Exteriores del G 7 se reúnían este lunes 25 y martes 26 en Fiuggi y Agnani, dos villas vecinas en el Lacio, con la guerra en Ucrania al tope de su agenda, Michael Waltz, nominado por Donald Trump como Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, aprovechó para exponer en una entrevista con Fox News la estrategia del gobierno entrante para el conflicto ucraniano. “Tenemos que poner fin a esto de forma responsable. Necesitamos restaurar la disuasión, restaurar la paz y adelantarnos a esta escalada en lugar de responder a ella”, aseguró. Dando una señal a los congregados en Italia, el representante republicano destacó la importancia de implicar en el proceso a los países europeos. “Todos nuestros aliados y socios tienen que asumir esta carga”, declaró.

El nivel de generalidad de las declaraciones del futuro primer consejero presidencial muestra su falte de ideas elaboradas. Entre tanto, mientras que el equipo de Donald Trump recién está empezando a pensar cómo encarar las tratativas de paz con Rusia, el “Estado profundo” sigue provocando. Todavía en vísperas de la reunión de ministros, el titular francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noel Barrot, manifestó a la BBC que Ucrania puede disparar misiles franceses de mayor alcance contra Rusia en “lógica de autodefensa”. 

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zajárova, declaró este mismo lunes 25 a los medios estatales rusos que los comentarios de Barrot “no son un apoyo a Ucrania, sino más bien un toque de difuntos”. 

En su discurso del jueves 21 el presidente ruso informó sobre el ataque realizado por Rusia contra una fábrica de cohetes en Dnipró (la rusa Dnipropetrovsk, la segunda ciudad de Ucrania y mayormente rusohablante) utilizando un cohete hipersónico llamado Oréshnik (avellana). Por un lado, el bombardeo se hizo como represalia por el lanzamiento ucraniano el martes anterior de un cohete norteamericano ATACSM contra un objetivo en la provincia rusa de Briansk. Por el otro, empero, mucho más importante, fue un aviso explícito a los aliados occidentales de que Rusia puede atacarlos con este proyectil, “sin que tengan forma de detenerlo”, como explicó el jefe moscovita. “Los cohetes atacan objetivos a una velocidad de Mach 10, de 2,5 a 3 kilómetros por segundo. Los modernos sistemas de defensa aérea y el sistema de defensa anti cohetes estadounidense no intercepta estos cohetes. Esto es imposible”, dijo.

El cohete RS-26 Rubezh Balístico ICBM que Rusia probó con éxito en Ucrania es un gran cohete intercontinental que al interior lleva muchos cohetes pequeños capaces de llevar ojivas nucleares y abarcar una gran extensión de terreno.

El cohete fue lanzado desde Volgograd (la antigua Stalingrad), a orillas del Volga, recorrió 840 km en poco más de 3:30 minutos y destruyó su objetivo en la ciudad de Dnipró, a orillas del Dniéper:

De este modo, el Alto Mando ruso respondió drásticamente a la provocación norteamericana, pero sin caer en la trampa de usar su arsenal nuclear. 

La utilización de los ATACMS indica el grado de involucramiento de fuerzas norteamericanas en la guerra, ya que Ucrania no puede operarlos sin ayuda de los militares de EEUU, sostienen los expertos. Los ATACMS utilizan datos de navegación por satélite que proporciona el Ejército de EEUU; la selección de objetivos y sus coordenadas corre a cargo de especialistas técnico-militares estadounidenses y el proceso de carga de la misión de vuelo en la cabeza de guiado del cohete lo llevan a cabo soldados norteamericanos.

La autorización que Joe Biden dio a Ucrania el fin de semana del día 16 fue festejada en ambas orillas del Atlántico. En el Parlamento Europeo la saludaron con aplausos y una ovación de pie. Por el contrario, críticos dentro del Partido Republicano han calificado la medida de Biden como loca. Por ejemplo, el representante Thomas Massie ha afirmado que autorizar ataques dentro de Rusia es un “acto de guerra inconstitucional” y un “delito impugnable”, 

El broche de oro de las discusiones sobre la escalada actual en la guerra en Ucrania lo puso el famoso periodista estadounidense Tucker Carlson, quien comentó su percepción acerca de futuras posibles acciones del presidente ruso, Vladímir Putin, en caso de que se sienta amenazado.

“Creo que la gente en Washington malinterpreta a Vladímir Putin y piensa que es un monarca con poder absoluto, lo cual no es cierto, dijo. La política rusa es compleja y animada. Y Putin está muy preocupado por su índice de aprobación dentro de Rusia. No puede parecer débil”, afirmó. Entre otras cosas, el periodista resaltó que, si bien durante la Guerra Fría las autoridades estadounidenses tampoco estaban de acuerdo con la postura de los dirigentes soviéticos y no aprobaban sus acciones, “ningún presidente estadounidense, demócrata o republicano en el cargo durante esos periodos respondió atacando Rusia”. “Quiero decir, nunca ha pasado nada como esto. Nunca nadie ha estado tan loco “», sintetizó Carlson.

El lanzamiento del cohete hipersónico ruso suscitó gran alarma en Occidente. La OTAN y Ucrania han informado que mantendrán conversaciones de emergencia. “El conflicto está entrando en una fase decisiva”, dijo el viernes 22 el primer ministro polaco, Donald Tusk, y “adquiriendo dimensiones muy dramáticas”. 

El intercambio de cohetes entre ambos contendientes es parte del agravamiento general de la crisis en el este de Europa que está signando los últimos días del gobierno demócrata en Washington, probablemente con la intención de crear hechos irreparables que impidan al futuro presidente Donald Trump alcanzar la paz con Rusia. 

Confirmando que la decisión de Biden no es una respuesta a la supuesta presencia de tropas norcoreanas en el frente de Kursk –como alegó la propaganda occidental-, el viernes 22 AP difundió una información de The New York Post (afín al Pentágono) dando cuenta de que “documentos secretos filtrados esta semana muestran que Berlín se está preparando para movilizar a Ucrania hasta 800.000 soldados de la OTAN, incluidas tropas estadounidenses, cuando la amenaza nuclear de Rusia alcance niveles sin precedentes”.


Gestación del plan de la “Operación Alemania” según la Bundeswehr

Sin embargo, lejos de ser secreto, el plan apareció este viernes 22 en la página web oficial de la Bundeswehr como OPLAN DEU. El texto oficial explica del siguiente modo la finalidad del plan: 

“El OPLAN DEU es una reacción al empeoramiento de la seguridad situación de la seguridad en Europa. Reúne los principales componentes militares centrales de la defensa nacional y de la alianza defensa en Alemania con los necesarios servicios civiles de apoyo en un plan ejecutable desde el punto de vista operativo. De este modo, establece las disposiciones de planificación para garantizar que en caso de crisis o conflicto, tras una decisión política pueda adoptarse de forma selectiva y ajustada al marco constitucional. Establece procedimientos, procesos y responsabilidades con el fin de proteger Alemania, su integridad territorial y a sus ciudadanos, así como asegurar el despliegue de las fuerzas armadas aliadas a través de Alemania hasta el flanco oriental de la OTAN.”

La publicación del plan confirma la preparación de la Alianza Atlántica para un avance hacia el este desde mucho antes del supuesto despliegue de fuerzas norcoreanas en territorio ruso.

En el mismo sentido se supo este lunes 25 que Alemania está trabajando en la elaboración de una lista de búnkeres que podrían servir de refugio de emergencia a la población civil, según informa el semanario Der Spiegel. El Ministerio del Interior informó que los sótanos, los estacionamientos subterráneos, las propiedades privadas y las estaciones de subte podrían convertirse en refugios, con una aplicación especial que indique dónde se encuentra el búnker más cercano.

Con el lanzamiento del cohete hipersónico Oréshnik Rusia ha revuelto el gallinero: los estrategas occidentales venían aumentando el grado de sus provocaciones, para obligar al Kremlin a jugar la carta nuclear y así justificar una guerra general que aniquilaría el intento de Donald Trump por negociar una retirada honorable. El disparo del proyectil y el discurso del líder ruso que lo acompañó pusieron los puntos sobre las íes. Los aliados saben ahora que Moscú puede responder con un poder de destrucción inigualable, a cualquier distancia, sin poder ser detenido y sin necesidad de echar mano al arsenal nuclear. 

La falta de respuestas en Occidente abarca a ambos bandos. Los belicistas no saben cómo seguir provocando sin sufrir golpes demoledores. Los realistas, a su vez, quieren hallar la puerta de salida del conflicto, pero la superioridad del adversario no les da paso. En la fase actual de la guerra, a Rusia no le conviene negociar hasta vencer en la batalla decisiva y alcanzar sus objetivos. Sin embargo, las provocaciones no van a cesar y pueden crear situaciones de alto riesgo para la paz mundial.

Ya ha comenzado el otoño boreal y han caído las primeras nevadas. Todavía faltan las tempestuosas lluvias de la estación, que harán imposible el desplazamiento de las fuerzas terrestres. Es dudoso que en diciembre puedan retomar las operaciones sobre el suelo helado. La situación, entonces, se vuelve dramática: todo retraso de la decisión en el campo de batalla opera a favor de los provocadores que quieren desatar una hecatombe. ¿Quién llegará primero: el ejército ruso hasta el Dniéper o una nueva provocación que obligue a Rusia a responder con aún mayor potencia? No se vayan: la película recién comienza.

TOPOEXPRESS Geopolítica 23 noviembre, 2024 Eduardo Luque

EUROPA EN LA ENCRUCIJADA: DEL SUEÑO DE LA PAZ AL CALLEJÓN DEL MILITARISMO

Europa, tras siglos de guerras devastadoras, parece haber olvidado las lecciones de su historia. Desde la Segunda Guerra Mundial, el continente había logrado evitar conflictos internos a gran escala. Ese sueño de paz del que tanto presumían las élites europeas resultó ser una ilusión. El miedo al poderío de la extinta URSS fue lo que impuso la estabilidad continental. La caída del gobierno soviético en la década de los 90 hizo que el militarismo Occidental volviera sobre sus fueros. La disgregación de Yugoslavia fue el preludio de las tensiones actuales. Ahora, la guerra en Ucrania, la más grave desde 1945, ha sumido a Europa en un ciclo de decisiones erráticas y una militarización creciente que amenaza con redefinir su futuro.

La narrativa de la Unión Europea como bastión de paz y cooperación ha sido reemplazada por un modelo que prioriza la confrontación. Mientras la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fantasea con ser la líder de una gran potencia, la realidad es otra: Europa hace tiempo que dejó de ser el centro del mundo. Lejos de liderar el orden global, el continente parece atrapado en un laberinto de decisiones políticas que lo alejan de su supuesto propósito fundacional. Hoy la clase política europea vive en una realidad paralela, esperando órdenes y directrices de Washington.

La guerra en Ucrania: el espejo de la desconexión europea.

La guerra en Ucrania ha revelado el desajuste entre la retórica y la realidad política. El conflicto, que en Occidente se vendió como una respuesta a la invasión rusa, se ha transformado en una prueba de fuego para la Unión Europea. En julio de 2024, el Parlamento Europeo aprobó una resolución que exige una «guerra total» contra Rusia. Esta postura, vista en perspectiva, refleja más una obsesión por demostrar fuerza que una estrategia basada en resultados tangibles. Son los ladridos de un perrichón que se cree mastín alsaciano. Desgraciadamente la resolución no es una broma sino que tiene contenido. No solo plantea un apoyo militar incondicional a Ucrania, sino que exige que los Estados miembros de la UE y la OTAN destinen, como mínimo, el 0,25% de su PIB a fines militares europeos. Esta cifra equivale a 127.000 millones de euros anuales, el doble del presupuesto oficial del ejército alemán y que supera con creces el apoyo brindado hasta ahora a Ucrania. A pesar de estos compromisos financieros, la situación en el terreno muestra que Ucrania, aún con el apoyo de fuerzas terrestres de la OTAN, no está en condiciones de ganar esta guerra. En su obcecación la resolución declara la adhesión de Ucrania a la OTAN como «irreversible», una postura que incrementa las tensiones con Rusia y dificulta cualquier intento de negociación que permitiera a la UE salvar la cara en un futuro inmediato. También incluye medidas como la creación de un tribunal especial para crímenes de guerra rusos y la confiscación de los activos financieros congelados, propuestas que parecen más simbólicas que prácticas dada la falta de influencia real de la UE en el conflicto.

El régimen de Zelensky y la crisis ucraniana

La resolución del Parlamento Europeo también refleja el temor de la UE a una derrota del régimen de Zelensky, lo que implicaría una pérdida estratégica para Europa y un debilitamiento significativo de su posición internacional. Sin embargo, el ejército ucraniano se desintegra, la despoblación, el aumento de desertores y la falta de tropas entrenadas han reducido significativamente su capacidad operativa, dejando al país en una situación de agotamiento total. La nueva normativa de reclutamiento que obliga a la incorporación de enfermos con SIDA, tuberculosis, enfermedades mentales graves e incluso con amputaciones revela la postración de las fuerzas armadas ucranianas cuya edad media supera los 43 años.

A pesar de la movilización de recursos financieros y humanos por parte de Europa, Ucrania sigue sin el elemento esencial en cualquier guerra: soldados. Ni los miles de millones de euros destinados a apoyo militar ni las armas sofisticadas proporcionadas por la OTAN pueden suplir esta carencia. Mientras tanto, la fatiga y el hastío por la guerra se extienden tanto en Ucrania, han tenido que minar las fronteras para evitar la huida de los hombres en edad militar, como en Europa, donde la opinión pública comienza a inclinarse hacia soluciones negociadas.

El desvío de recursos y la crisis económica en Europa

El impacto de la guerra no se limita al frente militar. En Europa, el desvío masivo de recursos económicos hacia el conflicto en Ucrania ha exacerbado una crisis económica que ya golpeaba a las principales economías del continente. La inflación, el encarecimiento de la energía y la reducción de presupuestos destinados a servicios públicos esenciales está aumentando, y lo harán más a corto plazo las tensiones sociales.

Este sacrificio económico, destinado a sostener una guerra cada vez más impopular, está alienando a amplios sectores de la población. Mientras tanto, la percepción de que la UE prioriza los intereses de los grandes oligopolios, con el respaldo de una clase política desconectada de las necesidades reales de sus ciudadanos, está alimentando un profundo descontento. Es inevitable que este escenario dé lugar a movimientos sociales masivos en toda Europa, con protestas que cuestionen abiertamente la legitimidad de una Unión que parece haberse olvidado de su propia gente. Son las fuerzas de extrema derecha las que parecen capitalizar la situación dada la inexistencia de una alternativa progresista. Debería haber sido la izquierda la que ocupara ese espacio político. La deriva de la izquierda hacia el populismo de una “izquierda Woke” ha acabado por desmantelar y desorientar a las fuerzas alternativas, aunque paradójicamente está capitalizando, a falta de una izquierda coherente y alternativa, por los populismos de extrema derecha.

La UE y su dependencia de Washington

En este contexto, la dependencia de Europa respecto a Estados Unidos es un factor crucial. La UE carece de los recursos financieros, militares y políticos para sostener una guerra prolongada contra Rusia sin el respaldo de Washington. Sin embargo, la situación en Estados Unidos también está cambiando. Con Donald Trump en el poder, la estrategia estadounidense podría dar un giro radical. Trump es perfectamente capaz, conocido como está por su enfoque pragmático y su desdén por compromisos prolongados, de negociar directamente con Putin, dejando a Europa al margen y obligándola a asumir los costos del conflicto.

Incluso en la situación actual, el apoyo de Washington no es ilimitado. Las prioridades estratégicas de Estados Unidos, incluidas sus tensiones con China, llevaron, incluso en la administración saliente, a una reducción del respaldo a Ucrania. Esto dejaría a Europa en una posición vulnerable, atrapada entre su retórica belicista y su incapacidad para sostener el conflicto por sí sola.

El papel de Kaja Kallas: un liderazgo polarizante

En junio de 2024, el Consejo Europeo nombró a Kaja Kallas como Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Este nombramiento refuerza la línea militarista de la UE, dado el historial de Kallas como una líder abiertamente antirrusa. Sus declaraciones, incluyendo la idea de dividir Rusia en pequeños estados, reflejan una postura extrema que dificulta cualquier intento de diálogo o desescalada. Kallas, hija del antiguo Secretario general del Partido Comunista Estonio, ahora será la encargada de promover los objetivos delineados en la resolución del Parlamento Europeo, Las posturas de la encargada de la política exterior de la UE priorizan la confrontación sobre la diplomacia. Su liderazgo intensificará las tensiones internas y externas de la propia UE, alejando y arrinconando a Europa en la solución de los conflictos que se libran en suelo europeo. Pero no es sólo este personaje el que habla, el que pretende ser nuevo canciller alemán, Friederich Merz y líder de la CDU (conservadores alemanes), amenazó a Putin con un ultimátum.

El desgaste interno de la UE

Internamente, la UE enfrenta una serie de desafíos que complican su respuesta al conflicto. Líderes clave como Emmanuel Macron y Olaf Scholz afrontan crisis de popularidad que limitan su capacidad de liderazgo. Macron, con niveles de aceptación por debajo del 25%, y Scholz, enfrentando elecciones cruciales que muy posiblemente pierda, carecen de la legitimidad necesaria para liderar un frente común.

Además, la opinión pública europea comienza a mostrar signos de cansancio. En varios países, la ciudadanía se opone a más entregas de armas y exige soluciones diplomáticas. El auge de partidos anti guerra refleja un cambio en la percepción de los europeos, quienes cuestionan cada vez más la eficacia y los costos de la política belicista de la UE.

El aislamiento internacional de Europa

En el escenario global, la posición de Europa es cada vez más precaria. Los países BRICS+, que representan una parte significativa de la economía y la población mundial, critican la expansión de la OTAN y promueven soluciones negociadas al conflicto. La reciente cumbre en Kazán destacó la desconexión entre la visión occidental y la realidad global: mientras Occidente intenta aislar a Rusia, el resto del mundo busca alternativas que incluyan a todas las partes. Nuevamente la reunión del G- 20 en Brasil ha reforzado esa idea.

Esta dinámica deja a Europa en una posición de aislamiento creciente. Su política exterior, dominada por la militarización y la dependencia de Estados Unidos, ha reducido su capacidad de influencia en un mundo que avanza hacia un orden multipolar.

La paradoja europea: militarización y declive

La militarización de la UE, lejos de fortalecerla, ha exacerbado sus problemas internos y externos. En lugar de liderar un esfuerzo diplomático, Europa ha optado por una estrategia de confrontación que pone en riesgo no solo su estabilidad, sino también su existencia como proyecto político. Las tensiones económicas derivadas del desvío de recursos hacia la guerra, sumadas al descontento social, amenazan con desencadenar una crisis política sin precedentes en el continente. Se plantea otra paradoja que deja al descubierto las nuevas realidades económicas, mientras las guerras mundiales (especialmente la primera) fueron causadas por el choque entre las burguesías nacionales, hoy ha desaparecido esa realidad o al menos ha perdido impulso. Quien decide hoy en día la geopolítica es una nueva clase burguesa transnacional (BlackRock, Vanguard, Soros….) que influye de forma poderosa en las decisiones que adoptan los ejecutivos. Sólo así se explica la inacción de los políticos europeos frente a las imposiciones económicas, incluida la voladura del Gulf Stream, que ha impuesto Washington; los políticos europeos son vasallos de esta burguesía transcontinental y por tanto incapaces de defender los intereses de sus propios países.

Conclusión: el riesgo de desintegración

Si Europa no cambia de rumbo, el costo será enorme. El proyecto europeo, alguna vez una esperanza para la estabilidad global, corre el riesgo de desintegrarse bajo el peso de sus propias contradicciones. Su insistencia en una política militarista, combinada con su dependencia de Estados Unidos y la falta de liderazgo interno, pone en peligro no solo su relevancia internacional, sino también la cohesión de sus Estados miembros. En un mundo que demanda soluciones innovadoras y pacíficas, la UE parece incapaz de responder. Su enfoque actual no solo es insostenible, sino que podría marcar el final del proyecto. Las crecientes protestas sociales, alimentadas por la desconexión entre las élites y los ciudadanos, podrían ser el catalizador de un cambio radical, aunque para entonces, quizás sea demasiado tarde para salvar lo que se dijo que era el sueño europeo y que cada día más se asemeja a una pesadilla.

Fuente: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/europa-en-la-encrucijada/

Javier Benitez de radio Sputnik entrevista al Director de Dossier Geopolitico Carlos Peeyra Mele

A Europa le falta cerebro. Es lo que manifestó el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en la sesión plenaria del XXI Foro Internacional de Discusiones Valdái, en la ciudad rusa de Sochi. De acuerdo al mandatario, eso es lo que afirman colegas expertos de su entorno, al referirse a decisiones económicas de los europeos.

AUDIO DE LA ENTREVISTA

Donde no hay, no hay

‘Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta’, dice el viejo refrán, que cae como anillo al dedo a las actuales autoridades de la Unión Europea, salvo excepciones, como la de Hungría, o Eslovaquia.

En este sentido, en su intervención en la sesión plenaria del XXI Foro Internacional de Debates Valdái en la ciudad rusa de Sochi el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que en Europa las decisiones económicas las toman políticos que no tienen nada que ver con la economía.

«No quiero ofender a nadie, ¡Dios me libre! Esto no va a sonar muy bien: pregunto a mis colegas, los expertos, qué le falta ahora a Europa. La respuesta es: le falta cerebro. No porque sean estúpidos, sino porque las decisiones económicas las toman políticos que no tienen nada que ver con la economía. Las decisiones se politizan, no se calculan, no se basan en la realidad», explicó.

De esta manera comentó Putin la liquidación de los contratos de gas y la agenda verde. «Algo noble: la lucha por el clima. ¿Nos alarma a todos? Sí, y asusta a algunos. Pero asustar a propósito para imponer decisiones que son irrealizables, eso no es justo para los votantes», observó el jefe del Kremlin.

«Este es un discurso clave [de Putin] que lo tendrán que analizar mucho los europeos y los occidentales. Creo que es una pieza fundamental para entender el nuevo mundo que se está desarrollando. Justamente se hace en uno de los foros, el de Valdái, que es donde los intelectuales, los economistas, los expertos en política internacional, etc., se reúnen, y que ha venido prácticamente a suplantar al de Davos, en el sentido de que va marcando caminos, va marcando nuevas sendas. Y allí este discurso de Vladímir Putin ha sido muy ejemplar y con un claro direccionamiento hacia donde se dirige el mundo y tendrá que ser estudiado en profundidad en vista, de acá a un par de años, de todo lo que se dijo en estos días, cómo se ha cumplido», señala el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

«En lo que hace referencia Vladímir Putin de una Europa que está descerebrada, es evidente. Europa no tiene pensamiento propio, tiene un accionar de grupos económicos, que a su vez, con el asunto de la globalización se han hecho transnacionales. Es decir, están por encima de las naciones. Entonces, ¿qué rol juegan los políticos en ese aspecto? Ser simplemente la cadena de transmisión de rdenes supranacionales, que por supuesto, no benefician a quienes realmente los han puesto en ese lugar para ‘dirigir el país’, instrumentar las políticas que correspondan para llevar adelante al país a un mejor puerto», observa el analista.

«Esa falta de cerebro a la que hace referencia Putin, se ha visto claramente porque, de una forma totalmente disciplinada, subordinada, Europa […] está como en piloto automático. El problema es, al piloto automático, ¿quién es el que le ha puesto la dirección, las coordenadas hacia donde hay que ir? Evidentemente no han sido los políticos europeos, han sido poderes supranacionales y también una superpotencia a la que ellos han decidido subordinarse alegremente, y concluir que operan, además, bajo un paraguas que viene a ser una falsedad hipócrita, que son las famosas normas y reglas que dicen que defienden cuando hacen estas maniobras a las que han llevado a esta crisis. Ahí es donde se demuestra en la práctica real esa falta de conducción y de cerebro centralizado que deberían tener los europeos para poder haber seguido una vía de desarrollo que los afecta porque es un ‘enfermo en terapia intensiva'», concluye Pereyra Mele.

FUENTE SPUTNIK: https://noticiaslatam.lat/20241112/se-tenia-que-decir-y-se-dijo-a-europa-le-falta-cerebro-afirmo-putin-1158966308.html

AUDACY PODCAST: https://www.audacy.com/podcast/al-contado-a7e2c/episodes/se-tenia-que-decir-y-se-dijo-putin-afirma-que-a-europa-le-falta-cerebro-f6645

¿LOS POR QUÉ?… DE MORIR BAJO LA LLUVIA

Es el título del audio para el Club de La Pluma, de Eduardo Bonugli, colaborador de Dossier Geopolítico, en el que trata la terrible tragedia climática en la región del Levante, España, planteando causas y realidades más allá del cambio climático, que no se hablan en profundidad quizás por no molestar a los grandes intereses económicos y a la extremista economía neoliberal impuesta por la UE.

Señalando a la descomunal burbuja de la construcción que asola el país desde hace más de treinta años, con sus mega construcciones faraónicas y con la obscena dictadura del ladrillo y del cemento. Aplastando y sepultando el equilibrio de la naturaleza y asfixiando a unos pueblos milenarios, que ya eran antiguos cuando desfilaban por allí fenicios, cartagineses y romanos, y siempre dedicados a la labranza de las tierras, a la cría de ganado y a la pesca.

AUDIO:

Y que hoy pagan -con vidas y patrimonios- esa receta perversa que une codicia, corrupción y barbarie, alrededor de fabulosas riquezas resultantes de una fórmula que no respeta las leyes de la naturaleza ni las enseñanzas de la ciencia.

Todo gracias a las diabólicas políticas de LOS MERCADOS que permiten -con criminal impunidad- los excesos de la construcción desmedida y del turismo depredador.

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolítico

 

El hallazgo de un tatuaje alusivo a un regimiento de élite del Ejército de EEUU en el hombro de un mercenario abatido por el Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB), así como elementos sobre terceros países, confirma la utilización ilegal de tropas extranjeras para atacar territorio ruso desde Ucrania, advirtieron a Sputnik dos expertos.

El grupo de sabotaje y reconocimiento neutralizado el 27 de octubre cuando pretendía cruzar la frontera rusa de Briansk llevaba consigo armas y equipos de comunicación extranjeros, además de otros artículos personales de otras nacionalidades como una bandera canadiense, un cuaderno de notas militares en inglés y un libro de oraciones en polaco, según informó el FSB.

Además, uno de ellos llevaba un tatuaje del Segundo Batallón del 75.º Regimiento de Rangers de Reconocimiento y Paracaidistas de las Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos, consignó un informe del organismo.

«El hecho de que los abatidos tuvieran tatuajes y elementos que los identificaban con fuerzas especiales norteamericanas y otras naciones de la OTAN y que estuvieran operando en territorio ruso es simplemente la confirmación de que esta guerra ha sido planificada por largas décadas por parte de las administraciones norteamericanas», dijo a Sputnik el analista internacional Carlos Pereyra Mele.

Para el experto, director del Dossier Geopolítico, la presencia de «fuerzas mercenarias» combatiendo por Ucrania a cambio de dinero ha sido una constante de Vietnam desde el inicio del conflicto. En muchos casos, además, se recurrió a «personal con alta experiencia militar, sobre todo en fuerzas especiales estadounidenses». El analista comentó que, si bien estos efectivos llegaban a Ucrania como supuestos «voluntarios», recibían dinero y poseían una formación y armamento que «no se genera de la noche a la mañana».

También en diálogo con Sputnik, el analista geopolítico argentino Cristian Riom señaló que la participación de este tipo de agentes demuestra «el involucramiento real de la OTAN en el conflicto«, aún a pesar de que esta participación no se explicite formalmente.

«Acá no hay un acuerdo firmado y Ucrania no está oficialmente dentro de la OTAN pero sí es la OTAN la principal asistente tanto en dinero y material bélico como en personal y combatientes», explicó Riom.

El analista recordó que este tipo de asistencia viene desde el inicio del conflicto, cuando EEUU y los demás países atlantistas enviaban a Ucrania personal bajo la denominación de «asesores». Más adentrado el conflicto, esos asesores pasaron a ser presentado directamente como combatientes, tanto provenientes de EEUU como de socios de la OTAN de Europa del Este o países escandinavos.

Riom consideró que la presencia de tatuajes o distintivos de Occidente es «la prueba fehaciente» de la intervención de la OTAN en el conflicto. Para el analista, si bien eso ocurría desde el comienzo, «se ha intensificado en la medida en que el conflicto se ha vuelto desfavorable a Ucrania«.

«Viendo que Ucrania no podía llevar este conflicto adelante en solitario, la OTAN se fue involucrando más y más con dinero, con material bélico y tecnología cada vez más potente y, por supuesto, con soldados», comentó.

Mercenarios extranjeros «escapan a todo control»

Para Pereyra Mele, este tipo de mercenarios son útiles para las potencias occidentales debido a que «disimulan su intervención directa» en los conflictos. De esta forma, explicó, las potencias pueden intervenir sin tener que explicitarlo y «sin una responsabilidad por lo que esas tropas mercenarias hacen en los territorios«.

«Esas tropas mercenarias escapan a todo control jurisdiccional y a todos los códigos militares del país al que supuestamente pertenecen. Además, si esas tropas son eliminadas, los países involucrados no tienen que cargar con el problema social que acarrean las críticas por la cantidad de bajas», apuntó.

En ese sentido, apuntó que las bajas de soldados es algo «muy mal visto socialmente» en EEUU y recordó las fuertes protestas que se desataban en territorio estadounidense «cuando llegaban los aviones llenos de cajones envueltos en banderas durante la Guerra de Vietnam».

El experto criticó también que el Occidente está utilizando «esta herramienta de los mercenarios para hacer una guerra híbrida» con personal especializado que ya ha servido en cuerpos especiales de EEUU.

«En EEUU sobran los militares desocupados que han operado en Irán, en Libia, etc., y por un salario se dedican a hacer tropelías en otros países porque a esas tropas no las rigen ninguna ley internacional de guerra», concluyó.

Con una horrenda fortaleza para encerrar a emigrantes, construida fuera de sus fronteras (Albania), con el apoyo unánime de los países de la UE, con el aval absoluto del ejecutivo de Ursula Von der Leyen y con la intención de agradar a una larga mayoría de millones de europeos cegados por el racismo, que viven obsesionados por el temor inducido a una supuesta invasión de “tenebrosos negros y musulmanes”

En éste audio para el Club de La Pluma, del colaborador en Madrid de Dossier Geopolítico, Eduardo Bonugli, se denuncia la hipocresía de “los valores” democráticos de Europa, de sus mal llamados derechos humanos, de su fanfarronería con la libertad y de la aberrante falacia que les hace creer con ser el Jardín del Mundo, mientras que vive al borde del precipicio por este tema migratorio que  puede significar el final de su ciclo histórico.

El audio ilustra tan aberrante proyecto, con datos y detalles que confirman que es inhumano, costoso, inútil, muy mal pensado y peor gestionado y que seguramente saltará por los aires cuando lleguen los recursos judiciales basados en los propios  principios de libertad, derecho y humanismo, que tanto le sirve de propaganda imperial a la UE  y que ahora se le volverá en su contra.

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolítico

Por Lorenzo María Pacini

Hoy un nuevo amo se suma a la oligarquía plebiscitaria de los esclavistas de Italia: BlackRock.

El liderazgo de Giorgia Meloni está dando grandes alegrías a los italianos: inmigración desenfrenada, impuestos y tasas especiales que aparecen como setas después de una tormenta de otoño, precios de los alimentos por las nubes, negación de la libertad de manifestación e incluso un bonito premio en el Atlantic Council. Un éxito rotundo. Y, para colmo, ha tenido a bien invitar al gigante financiero estadounidense Black Rock a hacer sus compras en Italia.

BlackRock desembarca en Italia

A finales de julio de 2024, el gigante BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo, registró pérdidas sin precedentes: en pocos meses se esfumaron 1,7 billones de dólares. En agosto, se descubrió que los principales ejecutivos del fondo estadounidense, como el director ejecutivo Larry Fink y el presidente Shapiro, habían vendido sus acciones por 54 millones de dólares. El fondo en el que se almacena la riqueza de las familias bancarias más poderosas del mundo se está desangrando y los tiburones que lo gestionan parecen estar despegando.

Ciertos movimientos deberían habernos hecho sospechar que algo estaba a punto de suceder. Nunca es fácil predecir el curso de un asunto, porque se trata de transacciones financieras de niveles muy altos y las regiones ocultas pueden ser muchas. Lo que es seguro es que una fuga de capitales, o más bien una venta masiva, siempre sugiere algo negativo.

Y efectivamente algo ha sucedido.

Meloni acudió el pasado 23 de septiembre a Nueva York para recibir el Global Citizen Award, galardón que otorga el Atlantic Council, el principal think tank de la OTAN. Recibe la estatuilla de manos de Elon Musk y en su discurso reivindica la defensa de los llamados «valores occidentales» como respuesta a las autocracias del resto del mundo. El acto, cabe recordar, se celebró en el marco de la 79 Asamblea General de la ONU, precisamente como recordatorio de quién manda sobre quién.

¿Los méritos de la primera ministra italiana? Su apoyo a la Unión Europea, la gran cantidad de dinero y armamento enviados a Ucrania, la presidencia del G7 en 2024 y el trabajo realizado para reforzar la Alianza Atlántica. Una auténtica «chica americana».

Al día siguiente, Meloni, encantado con las celebraciones, se reunió cara a cara con Fink, el jefe de BlackRock. Lo que, nos enteramos, podría ayudar al gobierno de muchas maneras. Por supuesto, como sabemos, la ayuda nunca es «gratuita», sino que siempre implica un quid pro quo. ¿Qué se habrán dicho los dos?

Los primeros movimientos financieros

Nos guste o no, en los últimos días el gobierno de Meloni ha autorizado a BlackRock a superar el umbral del 3% en Leonardo, la principal empresa del sector de defensa con bandera italiana. De hecho, el fondo estadounidense se ha convertido en el único accionista privado con una participación de este tipo. Se trata de un salto cualitativo más en la presencia en Italia de uno de los tres grandes fondos de inversión, Black Rock, Vanguard y State Street, que ahora es el principal inversor extranjero en empresas que cotizan en la Bolsa de Milán. BlackRock está presente literalmente en todas partes: bancos como UniCredit, BPM, Mediobanca, Intesa San Paolo, pero también empresas como Ferrari, en el sector de las telecomunicaciones con Prysmian, en el farmacéutico con Stellantis, en el energético con Eni y Enel, y en otras multiutilities.

Pero eso no es todo: en el horizonte está la cuestión de las privatizaciones anunciadas, un asunto muy serio. Para que las cuentas de la Ley de Presupuesto den un giro, el gobierno necesita privatizar al menos 6.000 millones de euros, de los cuales la mitad ya se ha apropiado de las privatizaciones de Eni. El resto, al parecer, se lo quitará a Poste Italiane, una empresa estatal que ha tenido un excelente crecimiento en 2024. Se prevé otro atentado contra Ferrovie dello Stato, ya en gran parte privatizada desde hace años, que está en el punto de mira de las comisiones gubernamentales. Tampoco se sabe exactamente cuánto se ha prometido a Fink en el sector energético y tecnológico, especialmente en lo que respecta a la ciberinteligencia y la digitalización.

Estas operaciones representan un fuerte control político de los Estados Unidos sobre Italia, pero sobre Europa en general. Probablemente habrá grandes fusiones de empresas y fondos de capital europeos, o quizás algo aún mayor. Lo que ya está claro es que la soberanía política, no sólo la soberanía económica, está siendo atacada y puesta en jaque. Porque, como ya se sabe, en el siglo XX la economía superó a la política y se convirtió en su principal motor, en palabras de Karl Marx.

En la ruta del algodón

En toda esta operación juega un papel central la adhesión a la Ruta del Algodón, de la que Italia forma parte como país líder en la primera fase. El PGII, Partnership for Global Infrastructure and Investment, del que hablamos recientemente en relación con los acontecimientos de Trieste , nació para intentar contrarrestar la Silky Way deseada por los BRICS+, que pretende conectar Europa, los Emiratos y la India para transportar gas, petróleo y mercancías por tierra.

Más interesante aún es que en el proyecto también participó el Estado de Israel, que debía actuar como puerto en el Mediterráneo… ¡y llegar finalmente a Trieste!

La eliminación de Hamás y Hezbolá era quizá una medida necesaria para llevar a cabo esta estrategia, que une por la fuerza a Estados Unidos y la UE. Lástima que el Eje de la Resistencia no sea tan débil como pensaban los oligarcas occidentales.

En Nueva York, recuerden, Netanyahu incluso mostró dos mapas sobre la Ruta del Algodón, uno titulado «La maldición» que mostraba la Ruta del Algodón y las áreas afectadas, y el otro titulado «La maldición» que mostraba los países «malos» de la Resistencia. Ya saben, cuando hay necesidad de un gran acuerdo financiero, los EE.UU. son muy buenos para iniciar guerras.

Un problema de esclavitud

No es ningún misterio que el gobierno de la derecha atlantista y neoliberal de Giorgia Meloni se oriente hacia una gran afición por las altas finanzas internacionales. En la campaña electoral se dicen muchas cosas bonitas que casi nunca corresponden a lo que el gobierno realmente va a llevar a cabo. Meloni, por ejemplo, prometió atacar a los grandes bancos y gravar sus beneficios… y hoy se encuentra vendiendo el país a un fondo de inversiones. Es curioso, ¿no?

En realidad, se trata de un modus operandi que hoy caracteriza en gran medida la política occidental en todas las latitudes, de derechas y de izquierdas. La política occidental está ahora totalmente a cargo de los bancos y los grandes grupos de inversión estadounidenses. Son las agencias de calificación y el chantaje permanente del spread las que deciden las líneas políticas de los gobiernos, y cuando un gobierno no cumple las órdenes, se lo pone en crisis o se lo derriba. Una especie de «golpe financiero» que ya conocen varios países del mundo.

Los políticos de derechas y de izquierdas aparecen cada vez más como meros mayordomos al servicio del gran capital financiero, el que decide soberanamente las líneas de la política en nombre de sus propios intereses. Así es como funciona la plutocracia financiera neoliberal.

Italia está en el juego y debe aceptar el paquete completo. Si no lo hace, no sólo se derrumbará el gobierno, ya muy frágil, sino también todo el país, que ya está en la ruina total.

Es necesario citar las palabras del gran poeta Ovidio: ‘video meliora proboque, deteriora sequor’, o ‘Veo lo mejor y lo apruebo, pero sigo lo peor’.

Italia es un país bajo ocupación militar estadounidense desde 1945 y bajo colonización cultural, económica y política desde 1946. Hoy a la oligarquía plebiscitaria de sus esclavistas se suma un nuevo amo: BlackRock.

FUENTE: https://strategic-culture.su/news/2024/10/08/good-morning-italy-its-black-rock-here/

Las opiniones de los colaboradores individuales no representan necesariamente las de la Fundación Cultura Estratégica y de Dossier Geopolitico

Por Stefano Salvini

La desindustrialización no es una palabra nueva en las políticas económicas, se utilizó para describir la transición en la economía mundial, provocada por las crisis de los años 70 y 80, a menudo vinculada a los nombres de Ronald Raegan y Margaret Thatcher, cuyas legislaciones también estuvieron detrás del cambio de la sociedad industrial al postindustrialismo con un mayor uso de la información y las nuevas tecnologías, provocando la deslocalización de la fabricación a países menos desarrollados. Pero, ¿por qué hoy en día, durante los últimos tres años, vemos y oímos muchos más mensajes y artículos sobre el tema de la desindustrialización en Europa?

Durante las últimas décadas, la producción industrial en Europa fue una parte importante de su economía y todavía sigue siendo así. Alrededor de una sexta parte del valor añadido bruto (VAB) de la UE se generó en el sector manufacturero en 2021. Pero la parte del VAB industrial en las grandes naciones industrializadas de Europa se ha reducido desde entonces, el declive es más evidente en comparación con principios de siglo, Francia ha perdido algo así como el 6% de la parte industrial en su VAB, también es el caso de Italia, y Alemania, que alcanzó su punto máximo de producción industrial en 2017 y desde entonces se enfrenta a un declive constante, que se ha acelerado a partir de 2022.

Entonces, ¿por qué el descenso generalizado de la producción industrial europea es una realidad que alerta a muchos expertos y políticos? Hay una serie de factores que frenan la producción europea y la hacen difícil competir con otros destinos para las inversiones, principalmente China y Estados Unidos.

El conflicto entre Rusia y Ucrania, que dura desde febrero de 2022, ha tenido un impacto significativo en los precios europeos de la energía y en las cadenas de suministro, lo que ha provocado un aumento de los costes de los insumos para la industria europea y una menor demanda por parte de los consumidores europeos. En 2021 Rusia era el principal exportador de petróleo, gasolina y gas a Europa, suministrando el 21% de las importaciones europeas de petróleo y gasolina y el 23% de las de gas natural. Desde entonces, se ha producido un importante descenso en el suministro de gas, debido principalmente a la voladura de los gasoductos «Nordstream» y a las sanciones de EE.UU. y la UE contra Rusia, que han provocado una aguda crisis energética. La actual crisis del gas y la energía está golpeando con especial dureza a la industria, dado que este sector de la economía, junto con el transporte, se encuentra entre los mayores consumidores de energía. Las industrias química y metalúrgica son las más perjudicadas por esta crisis debido a su alto grado de consumo energético. Europa intenta adaptarse al uso de GNL procedente de EE.UU., que es más caro que el gas ruso y más difícil de suministrar, lo que aumenta aún más los costes. Además, las restricciones europeas «verdes», a menudo populistas, obligan a los fabricantes a gastar más dinero en la implantación de nuevas tecnologías respetuosas con el medio ambiente.

Otro factor que obstaculiza el crecimiento de la producción europea son los costes laborales, tradicionalmente más elevados que en China, donde a pesar del aumento constante del nivel educativo en los últimos años, el coste medio de la mano de obra sigue siendo significativamente más bajo que en Occidente. En otros países asiáticos, como India, Vietnam o Tailandia, el coste de la mano de obra es incluso más bajo que en China. En Estados Unidos, por el contrario, los costes laborales son ligeramente superiores a la media de la Unión Europea, pero siguen siendo inferiores a los de Alemania o Francia, y más o menos los mismos que en Italia. Esto se debe principalmente a que, además de países con costes laborales elevados, como Alemania y Francia, hay países de la UE con salarios más bajos, como España o los Estados de Europa del Este. Las restricciones «verdes», a menudo populistas, obligan a los fabricantes a gastar más dinero en la implantación de nuevas tecnologías respetuosas con el medio ambiente.

La interrupción de las cadenas de suministro habituales debido a la situación en el Mar Rojo, donde los houthis yemeníes atacan a los barcos extranjeros, es uno de los últimos factores que ha tenido un impacto negativo en el sector manufacturero europeo. Como consecuencia del desvío de los barcos, el plazo de entrega entre Asia y la UE aumentó entre 10 y 15 días, y los costes se incrementaron alrededor de un 400%.

Todos estos factores dificultan a los estados europeos competir con China, EEUU y los estados del sudeste asiático en atractivo para la producción industrial. Además, el nivel de tensión entre la UE y EE.UU. se elevó después de que Joe Biden firmara la Ley de Reducción de la Inflación en agosto de 2022, que tiene como objetivo la transición de la industria estadounidense sobre raíles «verdes» y proporciona algunos privilegios a las empresas con sede en EE.UU., lo que hace que trasladarse a EE.UU. sea aún más atractivo para los fabricantes. Además, la situación en el mercado europeo también se deteriora porque los fabricantes europeos se ven obligados a competir con productos chinos y estadounidenses más baratos.

Entonces, ¿qué signos reales de desindustrialización europea podemos observar ahora? En algunos casos, hay una reducción de los planes de expansión y de las inversiones. Otros signos de desindustrialización son más evidentes, como la deslocalización de líneas de producción y la reducción de personal. Por ejemplo, el gigante químico alemán BASF anunció el cierre de una de las dos plantas de producción de amoniaco de Alemania, y también decidió poner fin a las plantas de producción de fertilizantes. Estas medidas supusieron la reducción de 2.500 puestos de trabajo. En febrero, BASF anunció medidas adicionales de ahorro de costes. El fabricante suizo de paneles solares Meyer Burger Technology AG anunció en febrero el cese de la producción de módulos solares en Friburgo (Alemania). La empresa decidió centrarse en aumentar la capacidad de producción en Estados Unidos, alegando el deterioro de las condiciones del mercado en Europa. El grupo alemán BMW anunció en 2022 que planea invertir 1.700 millones de dólares en la producción de vehículos eléctricos y baterías en Estados Unidos. Volkswagen también ha decidido aprovechar los incentivos para los fabricantes de coches eléctricos en América y construir una planta de 2.000 millones de dólares en Carolina del Sur para producir todoterrenos eléctricos. BMW Group también amplió su presencia en China en 2022 al iniciar la producción de vehículos eléctricos en la nueva planta de Lydia en Shenyang, provincia de Liaoning, en el noreste del país. Este proyecto, valorado en 15.000 millones de yuanes (2.100 millones de dólares), se ha convertido en la inversión más importante de BMW en el mercado chino.

Para concluir, puede decirse que la industria europea se encuentra hoy en día en una posición muy difícil con la actual crisis energética y la creciente competencia de EE.UU. y China. Una mayor desindustrialización pondrá en peligro la prosperidad europea y los puestos de trabajo de 32 millones de personas, junto a muchas otras que trabajan en diferentes áreas relacionadas con la industria. No obstante, Europa mantiene muchas ventajas como emplazamiento industrial, como la alta calidad de la mano de obra, la elevada densidad de empresas y las cortas distancias resultantes entre las empresas y sus proveedores. Además, Europa sigue siendo un mercado de ventas importante y próspero en muchos ámbitos. Así pues, la cuestión es si los políticos europeos serán capaces de cambiar su estrategia y centrarse en salvar su propia producción, sin volver la vista hacia Estados Unidos, que se beneficia de la difícil situación de su aliado.

Fuente Oriental Review

Javier Benitez de Radio Sputnik entrevista a Carlos Pereyra Mele de Dossier Geopolitico

Washington quiere ver a Ucrania ganar el conflicto contra Rusia y que ingrese a la OTAN. Lo afirmó recientemente el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. Si Washington tiene en cuenta que el conflicto ucraniano comenzó por su insistencia en que Kiev ingrese a la Alianza Atlántica, ¿cuál piensa Blinken que será el resultado del conflicto?

¿Hasta que Ucrania desaparezca de mapa?

En su visita a Kiev, y en rueda de prensa con su par británico, David Lammy, Blinken trazó un camino para Ucrania que la puede dirigir hacia su desaparición como país. O al menos, a una gran reducción. «En la cumbre de julio, declaramos que el camino de Ucrania hacia la membresía en la OTAN es irreversible», dijo Blinken, al recordar a sus anfitriones que dicha alianza militar liderada por EEUU ha «establecido un comando dedicado a apoyar» el ingreso de Ucrania.

AUDIO:

Y como EEUU no da puntada sin hilo, Blinken aprovechó para mostrar su genuino objetivo para sacar tajada de la membresía de Kiev en la OTAN, al indicar que el estado de la industria militar de Ucrania, tras multiplicado por seis en el último año, según él, permitirá al país disponer de «una de las industrias de defensa más avanzadas del mundo». «Podrá llevarla al mercado global y quitarle participación de mercado global a otros países como Rusia, y también abastecer a los aliados de la OTAN», agregó, cual mercader de la muerte.

«Lo que el señor Blinken está diciendo, junto con su colega y par inglés, es que para ellos se debe instalar definitivamente un cordón sanitario, pero que además eso conlleve a frenar cualquier posibilidad de que la Federación de Rusia pueda tener contacto con el Occidente, y que además en lo posible, y es el punto de máxima, haya una descomposición en la Federación de Rusia», explica el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico.

«¿Hacia dónde puede derivar esto? Esa es la gran pregunta. El temor que más nos sobrevuela es la capacidad de destrucción de la que han dejado de tener miedo estas dirigencias mediocres occidentales», concluye Pereyra Mele.

Por MK BHADRAKUMAR

El primer ministro británico, Keir Starmer, se reunió el viernes en la Casa Blanca con el presidente estadounidense, Joe Biden, y en su agenda de conversaciones se trató el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania para atacar el interior de Rusia. Sin embargo , no hubo anuncios ni tampoco una conferencia de prensa conjunta.

Starmer declaró después a los medios que las conversaciones habían sido “productivas”, pero que se habían centrado en la “estrategia” y no en una “medida o táctica concreta”. No señaló ninguna decisión sobre permitir que Kiev dispare misiles de largo alcance hacia Rusia. 

Starmer dijo que no se había tomado una decisión final sobre los misiles Storm Shadow y dio a entender que podrían darse más novedades en la reunión de la Asamblea General de la ONU a finales de este mes. «Obviamente, retomaremos el tema en la Asamblea General de la ONU dentro de unos días con un grupo más amplio de personas», dijo.

Una de las razones de este secretismo extremo es que Estados Unidos y el Reino Unido son muy conscientes de la advertencia explícita del presidente ruso, Vladimir Putin, del jueves de que cualquier uso de misiles occidentales de largo alcance para atacar a Rusia “significará que los países de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos son partes en la guerra en Ucrania. Esto significará su participación directa en el conflicto y claramente cambiará dramáticamente la esencia misma, la naturaleza misma del conflicto”. 

Putin añadió con mesura: “Esto significará que los países de la OTAN –Estados Unidos y los países europeos– estarán en guerra con Rusia. Y si así fuera, teniendo en cuenta el cambio en la esencia del conflicto, tomaremos las decisiones adecuadas en respuesta a las amenazas que se nos presenten”. 

Es cierto que Putin ya había lanzado advertencias similares antes, pero no las cumplió ni siquiera cuando Ucrania utilizó impunemente armas occidentales para invadir Rusia recientemente. Tanto es así que Biden desestimó claramente la última advertencia del Kremlin y dijo: “No creo mucho en Vladimir Putin”. 

Por su parte, Moscú estima que, aunque no se ha anunciado ninguna decisión oficial al respecto, ésta ya ha sido tomada y comunicada a Kiev, y que Moscú tendría que responder con acciones propias. 

El viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Ryabkov, el principal representante de Moscú en el terreno diplomático, dijo el sábado: “La decisión está tomada, se le ha dado carta blanca y todas las indulgencias (a Kiev), así que nosotros [Rusia] estamos preparados para todo. Y reaccionaremos de una manera que no será agradable”. 

El ex presidente ruso, Dmitri Medvedev, que ahora es vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, fue un paso más allá al afirmar que Occidente está poniendo a prueba la paciencia de Rusia, pero que esta no es ilimitada. Afirmó que la invasión de Ucrania ya dio a Rusia motivos formales para utilizar su arsenal nuclear. 

Medvedev advirtió que Moscú podría recurrir a armas nucleares al final, o utilizar algunas de sus armas novedosas, no nucleares pero aún letales, para un ataque a gran escala. “Y eso sería todo. Una mancha gigante, gris y derretida en lugar de ‘la madre de las ciudades rusas’”, escribió en la aplicación de mensajería Telegram, refiriéndose a Kiev. 

En su intervención del jueves, Putin volvió a rechazar la sofistería angloamericana de que será Ucrania la que utilice los misiles occidentales de largo alcance y no la OTAN. Señaló que el ejército ucraniano “no es capaz de utilizar los sistemas de alta precisión y de largo alcance de última generación suministrados por Occidente. No pueden hacerlo. Es imposible utilizar esas armas sin los datos de inteligencia de los satélites, que Ucrania no tiene. Esto sólo se puede hacer con los satélites de la Unión Europea o de los EE.UU., en general, los satélites de la OTAN…”

“Lo más importante, incluso el punto clave, es que sólo el personal militar de la OTAN puede asignar misiones de vuelo a estos sistemas de misiles. Los militares ucranianos no pueden hacerlo. Por lo tanto, no se trata de permitir o no que el régimen ucraniano ataque a Rusia con estas armas. Se trata de decidir si los países de la OTAN participan directamente en el conflicto militar o no”. 

Curiosamente, ni Washington ni Londres han refutado hasta ahora la explicación de Putin y, curiosamente, la han eliminado por completo de los informes de la prensa británica (por temor, tal vez, a que la opinión pública pudiera militar en contra de una participación tan directa del Reino Unido en una guerra contra Rusia en un   papel de combate).

Moscú prevé que la estrategia de Estados Unidos y el Reino Unido podría consistir en tantear el terreno utilizando primero (abiertamente) el misil de crucero de largo alcance Storm Shadow, lanzado desde el aire y que ya ha sido suministrado a Ucrania. El viernes, Rusia expulsó a seis diplomáticos británicos asignados a la embajada de Moscú, en una clara advertencia de que las relaciones entre el Reino Unido y Rusia se verán afectadas.  Rusia ya ha advertido al Reino Unido de las graves consecuencias que acarrearía el uso del Storm Shadow para atacar territorio ruso. 

Lo que hace que la situación que se está desarrollando sea extremadamente peligrosa es que el juego del gato y el ratón sobre la participación encubierta de la OTAN en la guerra de Ucrania está dando paso a un juego de ruleta rusa que sigue las leyes de la teoría de la probabilidad .

Es decir, si bien Rusia no puede ser derrotada ni expulsada de los territorios del este y sur de Ucrania que anexó, Washington y Londres consideran que el resultado final de este evento aleatorio aún no puede determinarse antes de que ocurra; puede incluso ser cualquiera de varios resultados posibles, y no se puede descartar la probabilidad de que el resultado real pueda incluso ser determinado por el azar.

Al parecer, Biden cree que el dominio actual de Rusia en el campo de batalla es un fenómeno aleatorio y que los posibles resultados van desde la aniquilación del poder militar ruso hasta una perturbación a gran escala de la vida en Rusia y un posible colapso de Rusia; como mínimo, el debilitamiento de la posición rusa en cualquier negociación futura.  En pocas palabras, la guerra ahora se trata de Rusia y no de Ucrania y los misiles de largo alcance pueden ser un factor decisivo. 

Así, Biden, sin ninguna restricción política que lo afecte, está intensificando la guerra para crear nuevos hechos sobre el terreno antes de que termine su presidencia en enero, lo que puede crear las condiciones para una presencia militar permanente de la OTAN en territorio ucraniano y presentar a Rusia un hecho consumado. 

Una estrategia de este tipo, construida sobre las arenas movedizas de la probabilidad, es similar a un juego de ruleta rusa, un acto de bravuconería. De hecho, las opciones de Biden para apoyar a Ucrania se reducen con cada escalada. Como lo expresa el Wall Street Journal: “Con solo cuatro meses restantes en la administración Biden y pocas esperanzas de que el Congreso apruebe fondos adicionales para Ucrania sin importar quién gane la presidencia, la Casa Blanca está debatiendo cuál es la mejor manera de ayudar a Kiev dada su limitada caja de herramientas”. 

De la misma manera, el interés de Europa en la guerra también está menguando. La política europea se está volviendo impredecible con el ascenso de la extrema derecha en Alemania, la crisis de liderazgo en la política francesa, el declive relativo de la economía de la UE frente a sus rivales globales debido a la innovación limitada, los altos precios de la energía y la falta de habilidades, etc. y, por supuesto, la crisis económica general en Europa sin un final a la vista, como se puso claramente de manifiesto en el reciente informe de Mario Draghi . 

En esencia, Biden está prefijando la trayectoria de la guerra más allá de enero próximo, de modo que incluso después de su retiro, su enfoque político encaminado a infligir una derrota estratégica a Rusia siga en marcha. El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo el sábado que Washington está trabajando en una ronda “sustancial” de asistencia adicional para Kiev. Confirmó una reunión este mes entre Biden y su homólogo ucraniano Zelenski.

Sullivan señaló que Biden está trabajando para poner a Ucrania en la “mejor posición posible para prevalecer” durante sus últimos meses en el cargo. La conclusión es que la estrategia de guerra de Biden se está atenuando como “gestión de la escalada” mientras la OTAN pasa a ser parte directa de las hostilidades. 

FUENTE: Ukraine war turns into Russian roulette https://www.indianpunchline.com/ukraine-war-turns-into-russian-roulette/