EEUU sobrestimó sus capacidades al tratar de socavar las economías de Rusia y China, declaró el economista de la Universidad de Columbia al podcast ‘New Rules’ de Sputnik Jeffrey Sachs. Desde Moscú señalan que la economía global sigue cambiando, principalmente porque Occidente está destruyendo el sistema de relaciones financieras.

«En lo que respecta a Rusia, la idea de que esto sería una especie de golpe noqueante en el conflicto ucraniano fue totalmente ingenua y previsiblemente un fracaso», declaró el renombrado economista y profesor.

En sus palabras, «se subestimó enormemente la economía rusa».

Y en lo que Occidente se equivoca en todos los aspectos de la crisis ucraniana es la creencia de que el mundo no está unido con ellos. Pero es solo una pequeña parte de la comunidad global, la mayor parte de la cual quiere mantenerse al margen de esta crisis», destacó Sachs.

«Rusia no solo tiene una enorme capacidad económica interna, que los analistas occidentales subestimaron, sino que mantiene vínculos comerciales con la mayor parte del mundo, y el petróleo que no vendía a Europa directamente lo vendía a Asia», recordó. Agregó que gran parte de ese petróleo dio la vuelta y volvió al continente europeo de todos modos a precios más altos debido a intermediarios asiáticos.

«Así que, en general, el régimen de sanciones es un fracaso. Y en el caso de Rusia, fracasó de dos maneras fundamentales. En primer lugar, no ha logrado en absoluto los objetivos de las sanciones. Y en segundo lugar, ni siquiera ha obstaculizado la economía rusa de forma significativa», prosiguió el profesor.

¿Qué hay detrás de la resistencia económica de Rusia?

El expresidente estadounidense Barack Obama, calificó la economía rusa de pequeña, débil, aislada y «hecha jirones». El difunto senador John McCain, llegó incluso a desprestigiar a Rusia como «una gasolinera disfrazada de país». Mientras que el mandatario estadounidense, Joe Biden, en marzo de 2022 afirmó a la prensa que el rublo ruso estaba casi «reducido a escombros».

«Bueno, está claro que Rusia tiene mucha capacidad de recuperación porque cuenta con una gran base de producción de alimentos (…) Tiene una extensa base mineral y tiene una vasta base industrial. En Occidente se suponía que no tenía una base de alta tecnología. Así que, como indicó la ministra de Exteriores alemán [Annalena Baerbock], creo, Moscú estaría gorroneando lavadoras importadas de Alemania para conseguir los chips para su capacidad militar», recordó Sachs.

Este «tipo de disparates» formaban parte de la mitología, continuó, y «es evidente que las capacidades de alta tecnología rusa estaban desatendidas y eran descartadas constantemente. Es evidente que este país tiene una industria digital muy sofisticada, tanto para fines civiles como militares».

«Así que había mucha ignorancia, en Occidente, o fantasía o cumplimiento de deseos en las capitales occidentales, especialmente en Washington, sobre lo que Moscú puede y no puede hacer, y lo que pasaría con las sanciones», agregó el economista.

Jeffrey Sachs también recordó que al principio de las sanciones, en sus conversaciones con Washington, «realmente creían que expulsar a Rusia del SWIFT era el arma definitiva. Esto tenía que ser el final. Esto era de alguna manera tan dramático, que terminaría decisivamente el conflicto. Sí, completamente ingenuos».

¿Quién ha forjado la mayor alianza?

Según el profesor, Estados Unidos calculó mal su capacidad de conseguir apoyo para sus iniciativas. Resultó que, en realidad, la alianza estadounidense no es tan grande, subrayó. Washington cuenta con el Reino Unido, la Unión Europea (UE), Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, pero el grupo constituye solo entre el 10% y el 12% de la población mundial, lo que significa que no es una potencia dominante, resaltó.

Cuando se observa el indicador del producto interior bruto (PIB), se ve que las principales potencias industrializadas, conocidas como el Grupo de los Siete (G7), constituyen alrededor del 30% del PIB mundial medido a precios internacionales. Al mismo tiempo, el grupo BRICS representa el 37% de la producción mundial, siete puntos porcentuales más que el G7. Y todos los miembros del BRICS están activamente comprometidos con Rusia, destacó.

«Hay dos dimensiones en esta pregunta sobre si las sanciones occidentales destruirán el crecimiento a largo plazo de Moscú. Una es que sobrestima por completo el dominio estadounidense sobre las tecnologías de vanguardia y subestima las capacidades nacionales rusas, así como las de sus socios. Y en segundo lugar, juzga completamente mal la escala de la llamada alianza liderada por Estados Unidos que ahora es más pequeña que el grupo al que Rusia pertenece firmemente, los BRICS», opinó Jeffrey Sachs.

Sachs precisó que incluso más allá de los BRICS, la mayor parte del mundo en desarrollo y las economías de mercado emergentes van a seguir manteniendo relaciones normales con Rusia, aunque «les resulten incómodas las sanciones secundarias, las amenazas y las zalamerías de Estados Unidos. Pero no quieren sucumbir a un orden determinado y dominado por la Casa Blanca».

China, el «desafío más amplio y serio» para la seguridad estadounidense

Otro miembro de los BRICS, China, también ha estado en el punto de mira de Washington, al considerarla el «desafío más amplio y serio» para la seguridad estadounidense. Sin embargo, recientemente los líderes del pensamiento estadounidense declararon el fin del milagro económico chino, mientras que Biden calificó al país asiático de «bomba de relojería».

«Lo que me divierte es que en 2022 era ‘¡China es la gran amenaza para el mundo, se apoderará del mundo!’. De repente la narrativa cambió, y tan pronto como cambió la narrativa, todos los columnistas, incluidos muchos, estoy seguro que nunca han estado en China, empezaron a escribir artículos sobre su colapso, su fracaso y el fin de su economía. En esencia, son tonterías. No son más que tonterías», aseguró el investigador.

El profesor explicó que las economías complejas avanzadas a veces sufren ralentizaciones e incluso recesiones. Eso le ocurrió a EEUU, eso le ocurrió a Europa. «Pero utilizar los primeros atisbos de un crecimiento un poco más lento de lo que se había previsto para usarlos como indicio del fin de las perspectivas de crecimiento de China es absurdo», afirmó.

Además, no hay prueba de que China se esté estancando en el nivel de desarrollo económico porque «China es una potencia en investigación científica, una potencia en innovación, una potencia en nueva productividad, y tiene un mercado mundial para sus productos de exportación». Y Washington está intentando romper esto, subrayó el economista.

«Existe una política activa para frenar el crecimiento de China«, afirmó Sachs al agregar que «EEUU lo niega. EEUU dice que no. Solo queremos evitar que algunas tecnologías lleguen a manos de los militares chinos. Tonterías. Uno lee, en realidad, el planteamiento de Washington y puede encontrarlo en muchos, muchos lugares. Es que ‘China es una amenaza y tenemos que detener su ascenso'».

Sin embargo, los responsables políticos estadounidenses parecen haber olvidado que el mundo es muy grande, destacó el profesor. En sus palabras, incluso si Washington restringe la capacidad de Pekín para exportar a EEUU, «China seguirá desarrollando sólidas relaciones comerciales con la mayor parte del mundo y seguirá teniendo, de hecho, un crecimiento impulsado por las exportaciones con la mayor parte del mundo o gran parte de él».

«Así que, para resumirlo todo, la Casa Blanca pretende frenar el crecimiento de Pekín, del mismo modo que intentó frenar el crecimiento de Japón a finales de los 80, a principios de los 90, y del mismo modo que hizo horas extras para detener cualquier tipo de progreso económico en la URSS. China, de todos esos casos, tiene tanto las capacidades internas como la orientación y la geopolítica para superar el desafío estadounidense«, continuó Sachs.

¿Quién es el gran perdedor de las sanciones?

Aunque las sanciones occidentales no han logrado paralizar la economía rusa ni obstaculizar el ascenso de China, continuó el analista, han impulsado el desarrollo de ambos países, incitándoles a explorar nuevos mercados, desarrollar nuevas tecnologías y forjar nuevas alianzas.

En su opinión, en los dos últimos años se ha visto cómo las empresas automovilísticas chinas se han convertido en actores importantes del mercado internacional, superando incluso a los fabricantes de automóviles alemanes. Y uno de los principales mercados para los coches chinos ha sido el ruso, en gran parte porque el año pasado muchas marcas occidentales y japonesas abandonaron el mercado del país euroasiático, lo que creó un vacío que las empresas chinas pudieron llenar, destacó Sachs.

«Creo que estas sanciones tienen un enorme efecto bumeránEuropa es la mayor perdedora de las sanciones, esto es seguro, porque la producción de bajo costo de Rusia, tanto de energía primaria, sin duda, como de fertilizantes y muchos otros productos manufacturados basados en materias primas que iban a Europa, ahora van a China y al resto de Asia. Y Europa está en plena recesión», explicó el economista.

Si hay un perdedor particular de todo esto, «es la industria alemana, que probablemente ha tenido la relación simbiótica más estrecha con la economía rusa en los últimos 30 años», añadió a tiempo de precisar que Alemania es el único país del G7 que registrará una contracción económica este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). El FMI atribuye esta tendencia a la debilidad de la producción, así como a una contracción en dos trimestres consecutivos (el cuarto trimestre de 2022 y el primero de 2023). Este último factor llevó a los economistas internacionales a concluir a mediados de julio que el país había caído en una recesión técnica.

La destrucción de los gasoductos Nord Stream, así como la decisión de Berlín de seguir los pasos de Washington y aplicar sanciones energéticas a Rusia, se volvieron en contra de los fabricantes alemanes, provocando la deslocalización de empresas y, finalmente, la desindustrialización, declaró el investigador.

«Todo el fervor contra el Nord Stream, por ejemplo, formaba parte del deseo de EEUU de asegurarse de que Alemania y Rusia nunca se acercaran demasiado económicamente», señaló Sachs.

«Y a medida que Rusia se vuelve más a los BRICS y al resto del mundo, son esos países los que se benefician de estos vínculos», prosiguió el profesor al agregar que «es Europa la que queda absolutamente rezagada. Y uno de esos beneficiarios es China. Es evidente porque es una economía abarrotada, densamente poblada, con recursos naturales, pero en términos per cápita, relativamente baja. Así que es muy complementaria con Rusia».

De tal modo, al final, la política de sanciones de Occidente no ha provocado ningún tipo de crisis profunda y prolongada ni para Rusia ni para China, resumió el economista. Más bien al contrario, concluyó Sachs, «la parte más enérgica y dinámica del mundo, la que crece más rápido cuantitativamente, no está en el lado estadounidense-europeo de la historia».

FUENTE SPUTNIK

https://sputniknews.lat/20230917/jeffrey-sachs-expone-al-gran-perdedor-de-las-fracasadas-sanciones-antirrusas-1143797735.html

¡¡ LA TEORÍA DE MACKINDER HA SIDO DERROTADA !!

Lo dice Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, en su columna del Club de La Pluma, para explicar las razones de la actual y definitiva disolución del poder global de los anglosajones y el final de sus 150 años de dominio absoluto. Además del cierre del ciclo histórico iniciado en el siglo XV, con Occidente como autoridad ecuménica indiscutible, al ser entonces dueño y señor de los mares.

En su alocución analiza esta malograda teoría, también llamada “Heartland o Corazón del Mundo”, lanzada en 1904 por el británico sir Halford John Mackinder (1861-1947), que se asumió como doctrina imperial hasta hoy, además de ser su principal argumento estratégico para el dominio del mundo. La teoría de Mackinder sostenía que se debía controlar el corazón del mundo para luego controlar el mundo.  Y ya en 1904 señalaba la ubicación de ese corazón mundial en la región que hoy comprende Siberia, Mongolia y China, a la que consideraba como el centro histórico, geográfico y de recursos de todo el planeta. O sea, planteaba -y con razón- que el dominio inglés sobre Rusia y China era vital para la supervivencia del imperio anglosajón, tanto como que esas dos potencias enemigas asiáticas jamás se unieran o trabaran cualquier tipo de alianzas.

Y a partir de estos datos y de la historia del último siglo, Pereyra Mele demuestra que el evidente declive de los anglosajones y el hundimiento del poder hegemónico occidental está estrechamente ligado con la derrota de la Teoría Mackinder, que fue muy exitosa durante diferentes etapas del siglo pasado y que contó con el respaldo de otras grandes personalidades geopoliticas del mundo anglosajon como Nicholas John Spykman (1893 –  1943), Henry Alfred Kissinger (1923-   ) o Zbigniew Kazimierz Brzezinski (1928-2017, pero que fracasó a partir del siglo XXI, precisamente porque no pudo apoderarse de ese “corazón del mundo” y ni siquiera desintegrarlo en partes.

Por el contrario, la realidad actual muestra una formidable alianza estratégica entre China y Rusia, con sólidos acuerdos estructurales entre países de la zona que se extienden ya al África y a Suramérica, mientras desde Asia despliegan una extensa red comercial (no agresiva ni invasiva), mientras se consolidan proyectos como la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) y la Nueva Ruta de la Seda. Dejando como máximo corolario el surgimiento revolucionario de los BRICS+, el más poderoso y prometedor organismo internacional que impulsa al Sur Global a lo más alto del poder mundial, rompiendo la hegemonía occidental e instalando en el liderazgo mundial al sistema de la multipolaridad.

En este audio, Pereyra Mele viaja por la historia describiendo cómo los británicos construyeron en 150 años su fabuloso poder ecuménico, aplastando y dominando países y culturas milenarias, imponiendo reglas, idioma y moneda, cercos y límites, para que, luego de la segunda guerra mundial y pasado el testigo a EEUU, siguieran bajo la brújula estratégica de la teoría de Mackinder, desplegando su poderío militar y de inteligencia, en el ansiado acoso y derribo del “Corazón del Mundo”.

Y cuándo en 1991, con la caída de la URSS en el mismo “Corazón del Mundo”, todo estaba a punto para el triunfo total y cuando El Fin de la Historia ya estaba cantado, sus ineptos dirigentes cegados de soberbia, ebrios de poder e ignorantes de la realidad ajena, fueron sobrepasados por unos nuevos actores, estratégicos, previsores y muy inteligentes, que son los que hoy marcan el camino del futuro de la humanidad.

Entretanto, la teoría de sir Harold MacKinder, que tanto poder y gloria dio durante un siglo a Occidente, hoy es la gran derrotada de una historia que ya se comienza a escribir con muy diferentes argumentos.

Eduardo Bonugli (Madrid, 17/07/23)

ANEXOS: 

1 Teoría Heartland: cómo un geógrafo del siglo XIX desarrolló la idea que rige la geopolítica actual BBC 2020

https://www.bbc.com/mundo/noticias-51066744

2 Biografía de: Nicholas Spykman

https://es.wikipedia.org/wiki/Nicholas_Spykman

3 Biografía de: Henry Kissinger

https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Kissinger

4 Biografía de: Zbigniew Brzezinski

https://es.wikipedia.org/wiki/Zbigniew_Brzezinski

Teoria del británico sir Halford John Mackinder (1861-1947) también llamada del “Heartland o Corazón del Mundo” y el Cerco

Esta semana en Vladivostok, el lejano oriente ruso estuvo en plena y gloriosa exhibición. Rusia, China, India y el Sur Global estaban allí para contribuir a este renacimiento del comercio, la inversión, la infraestructura, el transporte y las instituciones.

Por Pepe Escobar  14 de septiembre  The Cradle, 

VLADIVOSTOK – El presidente ruso Vladimir Putin abrió y cerró su discurso bastante detallado ante el Foro Económico del Este en Vladivostok con un mensaje rotundo:  “El Lejano Oriente es la prioridad estratégica de Rusia para todo el siglo XXI”.

Y esa es exactamente la sensación que uno tendría antes del discurso, interactuando con ejecutivos de negocios mezclándose en los impresionantes terrenos del foro en la Universidad Federal del Lejano Oriente (inaugurada hace sólo 11 años), con el telón de fondo del puente colgante de más. de cuatro kilómetros de largo. a la isla Russky a través del estrecho del Bósforo oriental.

Las posibilidades de desarrollo de lo que de hecho es el Asia rusa, y uno de los nodos clave de Asia-Pacífico, son literalmente alucinantes. Los datos del Ministerio para el Desarrollo del Lejano Oriente y el Ártico rusos -confirmados por varios de los paneles más llamativos del Foro- enumeran la friolera de 2.800 proyectos de inversión en marcha, 646 de los cuales ya están en marcha y en funcionamiento, junto con la creación de varias Zonas Económicas Especiales Avanzadas (ASEZ) internacionales y la ampliación del Puerto Libre de Vladivostok, hogar de varios cientos de pequeñas y medianas empresas ( PYME).  

Todo esto va mucho más allá del “giro hacia el Este” de Rusia anunciado por Putin en 2012, dos años antes de los acontecimientos de Maidan en Kiev. 

Para el resto del planeta, por no hablar del colectivo de Occidente, es imposible entender la situación rusa. La magia del Lejano Oriente sin tener que estar en el lugar, comenzando por Vladivostok, la encantadora capital no oficial del Lejano Oriente, con sus preciosas colinas, su sorprendente arquitectura, sus verdes islas, sus bahías de arena y, por supuesto, la terminal. del legendario Transiberiano. 

Lo que experimentaron los visitantes del Sur Global (el colectivo Occidente estuvo prácticamente ausente del Foro) fue un trabajo en progreso en materia de desarrollo sostenible: un Estado soberano que marca la pausa en términos de integración de grandes extensiones de su territorio a la nueva era. geoeconómica policéntrica emergente. . Las delegaciones de la ASEAN (Laos, Myanmar, Filipinas) y del mundo árabe, por no hablar de la India y China, comprendieron perfectamente el panorama. 

Bienvenidos al “movimiento de desoccidentalización”

En su discurso, Putin destacó cómo la tasa de inversión en el Lejano Oriente es tres veces mayor que el promedio de la región rusa; cómo el Lejano Oriente sólo está explorado en un 35 por ciento, con un potencial ilimitado para las industrias de recursos naturales; cómo  se conectarán los gasoductos Poder de Siberia y Sajalín-Jabarovsk-Vladivostok ; y cómo para 2030 la producción de gas natural licuado (GNL) en el Ártico ruso se triplicará.

En un contexto más amplio, Putin dejó claro que “la economía global ha cambiado y sigue cambiando; Occidente, con sus propias manos, está destruyendo el sistema de comercio y finanzas que él mismo creó”. No es de extrañar, entonces, que el volumen de negocios comerciales de Rusia con Asia-Pacífico creciera un 13,7 por ciento en 2022 y otro 18,3 por ciento tan solo en el primer semestre de 2023. 

Una referencia al Comisionado Presidencial para los Derechos Empresariales, Boris Titov, que muestra cómo esta reorientación lejos del Occidente “estático” es inevitable. Aunque las economías occidentales están bien desarrolladas, ya están “demasiado invertidas y son lentas”, dice Titov: 

    “En el Este, en cambio, todo está en auge, avanza rápidamente, se desarrolla rápidamente. Y esto se aplica no sólo a China, India e Indonesia, sino también a muchos otros países. Ellos son hoy el centro del desarrollo, no Europa; nuestros principales consumidores de energía están allí, por fin”.

Es casi imposible hacer justicia al enorme alcance ya los absorbentes debates que tuvieron lugar en los  principales paneles de Vladivostok. He aquí sólo una muestra de los temas clave.              

Una sesión de Valdai se centró en los efectos positivos acumulados del «giro hacia el Este» de Rusia, con el Lejano Oriente posicionado como el centro natural para hacer girar toda la economía rusa hacia la geoeconomía asiática.

Sin embargo, por supuesto que hay problemas, como destacó Wang Wen, del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin. La población de Vladivostok es sólo de 600.000 habitantes. Los chinos dirían que para una ciudad así, la infraestructura es pobre, “por lo que necesita más infraestructura lo más rápido posible. Vladivostok podría convertirse en el próximo Hong Kong. La manera es establecer ZEE como en Hong Kong, Shenzhen y Pudong”. No es difícil, ya que “el mundo no occidental da la bienvenida a Rusia”.

Wang Wen no pudo dejar de resaltar el avance que representa el Huawei Mate 60 Pro: “Las sanciones no son algo tan malo. Lo único que hacen es fortalecer el “movimiento de desoccidentalización”, como se le conoce informalmente en China.  

China entró a mediados de 2022 en lo que Wang definió como “modo silencioso” en términos de inversión por temor a sanciones secundarias de Estados Unidos. Pero ahora eso está cambiando y las regiones fronterizas, una vez más, se consideran clave para los vínculos comerciales. En el puerto libre de Vladivostok, China es el inversor número uno con su compromiso de 11.000 millones de dólares.  

Fesco es la mayor empresa de transporte marítimo de Rusia y llega a China, Japón, Corea y Vietnam. Participan activamente en la conexión del Sudeste Asiático con la Ruta del Mar del Norte, en cooperación con los Ferrocarriles Rusos. La clave es establecer una red de centros logísticos. Los ejecutivos de Fesco lo describen como un “cambio titánico en la logística”.

Los Ferrocarriles Rusos son en sí mismos un caso fascinante. Opera, entre otras, la Trans-Baikal, que es la línea ferroviaria más transitada del mundo y que conecta Rusia desde los Urales con el Lejano Oriente. Chita, junto al Transiberiano, un importante centro fabricante a 900 km al este de Irkutsk, es considerada la capital de los ferrocarriles rusos.  

Y luego está el Ártico. El Ártico alberga el 80 por ciento del gas de Rusia, el 20 por ciento de su petróleo, el 30 por ciento de su territorio y el 15 por ciento del PIB, pero está formado por sólo 2,5 millones de personas. El desarrollo de la Ruta del Mar del Norte requiere alta tecnología de primer nivel, como por ejemplo, una flota de rompehielos en constante evolución. 

Líquido y estable como el vodka. 

Todo lo que ocurrió en Vladivostok se conecta directamente con la tan publicitada visita de Kim Jong-un de Corea del Norte. El momento fue una belleza; después de todo, la región de Primorsky Krai en el Lejano Oriente es vecina inmediata de la República Popular Democrática de Corea ( RPDC). 

Putin enfatizó que Rusia y la RPDC están desarrollando varios proyectos conjuntos en los sectores de transporte, comunicaciones, logística y naval. Mucho más que asuntos militares y espaciales discutidos amistosamente por Putin y Kim, el meollo del asunto es la geoeconomía: una cooperación trilateral Rusia-China-RPDC, con el resultado distintivo de un mayor tráfico de contenedores que transitan a través de la RPDC y la tentadora posibilidad de que la RPDC oor ferrocarril llegue a Vladivostok y luego se adentre más en Eurasia a través de la línea Transiberiana. 

Y por si esto no fuera lo suficientemente innovador, en varias mesas redondas se debatió mucho sobre el Corredor Internacional de Transporte Norte Sur (INTSC). El corredor Rusia-Kazajstán-Turkmenistán-Irán estará finalizado en 2027, y será una rama clave del INTSC.   

Paralelamente, Nueva Delhi y Moscú están deseosas de iniciar lo antes posible el Corredor Marítimo Oriental (EMC), que es la denominación oficial de la ruta Vladivostok-Chennai. Sarbananda Sonowal, ministro indio de puertos, transporte marítimo y vías navegables, promovió un taller indo-ruso sobre EMC en Chennai a partir del 30 de octubre para discutir “la rápida y fluida puesta en funcionamiento” del corredor.

Tuve el honor de formar parte de uno de los paneles cruciales,  Gran Eurasia: Impulsores para la formación de un sistema monetario y financiero internacional alternativo.

Una conclusión clave es que está preparado el escenario para un sistema de pagos común en Eurasia -parte del proyecto de declaración de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) para 2030-2045- en el contexto de una guerra híbrida y “monedas tóxicas” (el 83 por ciento de las transacciones de la UEEA ya los omitimos). 

Sin embargo, el debate sigue siendo feroz cuando se trata de una canasta de monedas nacionales, una canasta de bienes, estructuras de pago y liquidación, el uso de blockchain, un nuevo sistema de precios o la creación de una bolsa de valores única. ¿Es todo posible técnicamente? Sí, pero eso tardaría 30 o 40 años en tomar forma, como destacó el panel.  

Tal como están las cosas, un solo ejemplo de los desafíos que tenemos por delante es suficiente. La idea de crear una cesta de monedas para un sistema de pago alternativo no cobró fuerza en la cumbre de los BRICS debido a la posición de la India. 

Aleksandr Babakov, vicepresidente de la Duma, evocó las discusiones entre la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) e Irán sobre la financiación del comercio en monedas nacionales, incluida una hoja de ruta para buscar mejores formas legislativas para ayudar a atraer inversiones. Esto también se está discutiendo con empresas privadas. El modelo es el éxito del volumen de negocios comerciales entre China y Rusia.  

Andrey Klepach, economista jefe de VEB, bromeó diciendo que la mejor moneda es “líquida y estable”. Como vodka”. Así que todavía no hemos llegado a ese punto. Dos tercios del comercio todavía se realizan en dólares y euros; el yuan chino representa sólo el tres por ciento. India se niega a utilizar el yuan. Y hay un enorme desequilibrio entre Rusia y la India: hasta 40 mil millones de rupias están depositadas en las cuentas de los exportadores rusos sin ningún lugar donde ir. Una prioridad es mejorar la confianza en el rublo: debería ser aceptada tanto por India como por China. Y un rublo digital se está convirtiendo en una necesidad.  

Wang Wen estuvo de acuerdo y dijo que no hay suficiente ambición. India debería exportar más a Rusia y Rusia debería invertir más en India. 

Paralelamente, como señaló Sohail Khan, subsecretario general de la OCS, India controla ahora no menos del 40 por ciento del mercado mundial de pagos digitales. Hace sólo siete años su cuota era cero. Eso explica el éxito de su sistema de pago unificado (UPI).

Un panel BRICS-EAEU expresó la esperanza de que el próximo año se celebre una cumbre conjunta de estas dos organizaciones multilaterales clave. Una vez más, se trata de corredores de transporte transeurasiáticos, ya que dos tercios del volumen de negocios mundial seguirán pronto la vía oriental que conecta Rusia con Asia. 

En BRICS-EAEU-SCO, las principales empresas rusas ya están integradas en el negocio de BRICS, desde Russian Railways y Rostec hasta los grandes bancos. Un gran problema sigue siendo cómo explicar la UEEA a la India, incluso cuando se considera que la estructura de la UEEA es un éxito. Y observe este espacio: pronto se cerrará un acuerdo de libre comercio con Irán. 

En el último panel en Vladivostok, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova –la contraparte contemporánea de Hermes, el mensajero de los dioses– señaló cómo las cumbres del G20 y los BRICS prepararon el escenario para el discurso de Putin en el Foro Económico Oriental. 

Eso requirió una “paciencia estratégica fantástica”. 

Después de todo, Rusia “nunca apoyó el aislamiento” y “siempre abogó por la asociación”. La frenética actividad en Vladivostok acaba de demostrar que el “pivote hacia Asia” tiene que ver con una mayor conectividad y asociación en una nueva era policéntrica.

En su discurso en la Johns Hopkins University el secretario de Estado convocó a librar contra Rusia y China un riesgoso conflicto que nadie fuera de EE.UU. desea y su país no puede ganar

Por Eduardo J. Vior, analista internacional de TELAM y Colaborador de Dossier Geopolitico que autoriza su publicacion

La cumbre de BRICS en Sudáfrica sumó hace dos semanas seis nuevos miembros al grupo y dejó en la puerta a otros treinta esperando. La reunión del G20 en India el fin de semana pasado, en tanto, evitó tomar posición entre los bloques e incorporó a la Unión Africana a sus filas. Finalmente, la conferencia del Grupo de los 77 + China reúne este fin de semana en La Habana a 134 países del Sur Global ahora protagonistas de la política mundial. El mundo está cambiando aceleradamente alrededor nuestro. Quien no se adapte a la nueva realidad, será sobrepasado por los acontecimientos. Sin embargo, la mayor superpotencia occidental parece querer insistir tozudamente en las creencias que en el siglo XX le dieron el dominio del mundo. Muy tarde y fuera de lugar.

El secretario de estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, habló el miércoles 13 en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS, por su nombre en inglés) de la Universidad Johns Hopkins en Gambrills, Maryland. Ya desde el principio encuadró su alocución la en la tradición liberal universalista de la política exterior norteamericana cuyo último gran representante fue Zbigniew Brzezinski (1928-2017). Su largo homenaje a quien fuera Consejero de Seguridad Nacional de James Carter (1977-81) anunció por dónde seguiría: “excepcionalismo” e intervencionismo.

Para exponer la estrategia mundial del gobierno de Joe Biden, el disertante comenzó caracterizando la situación inmediatamente posterior al triunfo norteamericano en la Guerra Fría. Era un tiempo de ensueño: “la era posterior a la Guerra Fría marcó un progreso notable.  Más de mil millones de personas salieron de la pobreza. Mínimos históricos en los conflictos entre Estados. Disminución e incluso erradicación de enfermedades mortales”, añoró el jefe de los diplomáticos. Ni una mención a la guerra contra Irak en 1991 ni al cambio de estrategia estadounidense desde 1992 para expandir el Imperio en el sur de Europa y Asia Occidental.

La destrucción de Yugoslavia, el genocidio en Ruanda, el atentado contra las torres gemelas, las guerras de Afganistán e Irak han sido a los ojos de Blinken “desafíos” al orden internacional de la posguerra fría que, empero, no lo alteraron sustancialmente. En cambio, ahora estaríamos experimentando el final de ese orden. “Décadas de relativa estabilidad geopolítica han dado paso a una competencia cada vez más intensa con potencias autoritarias y revisionistas”, constató. Las guerras en Eurasia y África, el terrorismo islamista, la catástrofe migratoria, el narcotráfico en el Hemisferio Occidental y la no accidental pandemia de coronavirus carecieron de significación.

“De repente” han surgido potencias desafiantes que pretenden revisar el orden instaurado hace tres décadas.

Los desafíos son, no obstante, diferentes: mientras que Rusia sería el peligro más inmediato, China representa a largo plazo la mayor amenaza, porque está crecientemente en condiciones de remplazar el orden económico de la posguerra fría por otro. Son dos “autocracias” aliadas, registra.

Estas amenazas se refuerzan por la caótica situación mundial: debilitamiento de los estados, la influencia de actores no gubernamentales movidos por la avidez, el cambio climático, el agudo crecimiento de la desigualdad, etc. Largas enumeraciones sin nexos internos. No se sabe por qué acontece todo esto. Esta situación insatisfactoria da pábulo al crecimiento de los desafíos internos y externos. La suma de estas amenazas habría liquidado el orden de la posguerra.

Estamos en un punto de inflexión. En esto coincidimos todos. Sin embargo, no tanto en que “Estados Unidos está liderando este periodo crucial desde una posición de fuerza.  Una fortaleza basada tanto en nuestra humildad como en nuestra confianza”, como se ufana el secretario. La confianza se alimenta, cree, en las visiones propias del ideal norteamericano: la libertad de palabra, de circulación, de creencias, de comercio, la igualdad de derechos y la independencia de las naciones. Si la mayoría del pueblo estadounidense creyera unido en que estos valores están vigentes, tal vez valdría la pena discutir su dogmática imposición al mundo, pero no es así

Por el contrario, en los adversarios de EE.UU. sólo ve el intento de preservar sus regímenes y el enriquecimiento. La adjetivación y los juicios de valor remplazan el análisis de intereses, objetivos y relaciones de fuerzas. Quien disiente de los valores norteamericanos actúa inmoralmente y amenaza el orden mundial.

La política que el secretario delinea como respuesta a los desafíos expuestos es la tradicional: fortalecer la OTAN, sostener a Ucrania y forjar nuevas alianzas en torno a China. La novedad reside quizás en la coordinación intercontinental de la estrategia: Canadá participa junto con EE.UU., Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda en el intercambio de inteligencia, Japón y Corea del Sur envían gas licuado a Europa, India desarrolla semiconductores junto con EE:UU. La visión de una guerra total, híbrida y en múltiples escenarios al mismo tiempo preside todo el accionar del gobierno demócrata.

Habría sido provechoso que el secretario de Estado explicara, por qué la diplomacia y los estrategas norteamericanos sistemáticamente incumplieron las promesas hechas al líder soviético Mijail Gorbachov y expandieron la OTAN hasta la frontera rusa, cuando no había ninguna amenaza que lo justificara. Debió haber justificado también, por qué EE.UU. y sus aliados fueron atacando país tras país sin mandato de la ONU. EE.UU. se retiró de todos los tratados de la época de la Guerra Fría que permitían un control confiable de los arsenales nucleares y no nucleares. Con sanciones económicas debilitaron la economía de muchos países (Cuba, Venezuela, Irán, Rusia, China, etc.), sin que el alegado fin humanitario estuviera siquiera a la vista. Fue Estados Unidos quien violó las reglas de la OMC con sus sanciones comerciales contra China. El “desafío” de un creciente número de países contra la hegemonía norteamericana no surgió por casualidad ni sin fundamentos.

Por otra parte, el intento de romper la interconexión entre los países desarrollada en los últimos 30 años es ilusorio.

En numerosas áreas de la economía Estados Unidos y China están estrechamente interrelacionados. Ninguno de los dos podría sobrevivir sin el otro. Muchas empresas norteamericanas tienen inversiones en la producción y comercialización de hidrocarburos en países ahora asociados con Rusia para mejorar sus ingresos. Las grandes comercializadoras agrícolas de Estados Unidos tienen inversiones en países cuya agricultura depende de los fertilizantes rusos. El intento de romper las sinergias surgidas en las últimas décadas sólo puede acabar en el caos económico mundial.

La ilusión de poder separar a los “malos” del mundo se nutre del excepcionalismo norteamericano, de la idea imperante desde el último tercio del siglo XIX de que Estados Unidos es la única nación del mundo que nació democrática y, por consiguiente, tiene la misión de imponer en todo el mundo los valores de la democracia liberal.

Esta tesis se combinó desde el inicio con la asunción de la geopolítica inglesa que ve la Historia mundial como regida por la eterna lucha entre las potencias continentales (Rusia y China) contra las marítimas (Inglaterra y EE.UU.). La combinación de ambas tradiciones fundamenta hasta el día de hoy el liberalismo universalista que llevó a intervenir en las guerras mundiales y a diseñar el orden mundial posterior a 1945. Es también el fundamento del Imperio universal erigido después de 1990.

Su último gran exponente fue Zbigniew Brzezinski, Consejero de Seguridad Nacional de James Carter (1977-81) y mentor de Antony Blinken. No extraña, entonces, que el liberalismo universalista sea la lente con la que la elite estadounidense ve el mundo del presente. No hay aquí lugar para el realismo de George Kennan o de Henry Kissinger.

El grave problema del “excepcionalismo” es su ceguera frente a otras visiones y su negativa al diálogo. Esta actitud mesiánica es peligrosa, porque su intolerancia imagina cada día nuevos enemigos, pero en su falta de realismo es también un signo de gran debilidad. Por eso EE.UU. decretó el año pasado sanciones económicas contra Rusia pensando que la economía rusa se hundiría y ésta está más fuerte que antes de la pandemia. Supuso que China sería incapaz de desarrollar su propia tecnología de semiconductores y la industria china los desmintió. Así en una infinidad de casos. Cuando el secretario de Estado de Estados Unidos convoca a una nueva Guerra Fría, está remedando el discurso de Winston Churchill en Fulton, Missouri, en marzo de 1946 en el que el exprimer ministro británico advirtió sobre la “cortina de hierro” que estaría cayendo sobre Europa Oriental y convocó a contener a la Unión Soviética. Fue el inicio de la Guerra Fría. Antony Blinken quiere pasar a la historia como un nuevo profeta combatiente y llama a una nueva Guerra Fría que nadie más quiere y Estados Unidos no puede ganar. La realidad es la única verdad

Publicado en TELAM Argentina

EL INGRESO DE ARGENTINA A LOS BRICS Y LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO es el gran tema geopolítico del momento, que el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, aborda con todo detalle, señalando que el histórico acontecimiento, con repercusiones tectónicas en el mundo, ha señalado a Argentina el lugar donde debe estar. También que “el futuro ha llegado” y que es el momento histórico de dejar de ser dependientes de Occidente y de abandonar su sistema neocolonial, donde somos un simple proveedor de materias primas, a cambio de casi nada. Además de que con el Sur Global podemos comenzar a resolver una deuda externa impagable e infinita, También enfatiza que el país debe subirse al tren de los Brics para ser artífice de la nueva historia del mundo, toda vez que las naciones más ricas y productivas del organismo han confiado muy especialmente en Argentina, más allá de los ridículos agoreros que quieren asustarnos con los fantasmas huecos y gastados del comunismo y las autocracias.

AUDIO:

Y nos recuerda que la decisión de ser parte de los Brics depende ahora de los ciudadanos y que ella no puede quedar en manos de personajes siniestros y retardatarios que deliran con una neoesclavitud del siglo 19 al servicio del poder anglosajón, que viene desde entonces usufructuado todas nuestras riquezas y dejándonos solo deudas y miserias. Por ello nos alienta con: ¡¡Argentinos a las cosas!! Que es tiempo de ponernos en marcha. Que entendamos la realidad. Que tenemos un escenario de futuro donde el Sur Global ya está conformando un nuevo sistema mundo. Y que ese nuevo orden nos brinda un horizonte de oportunidades.

En cuanto a la Cumbre de los Brics, Carlos profundiza en la dimensión del movimiento tectónico que ha producido, a la vez que desmenuza la concentración -entre sus miembros- de la mayoría de la producción de energías y de reservas naturales del mundo, mientras analiza con datos y fechas, el espectacular ascenso del Sur Global y la desesperante caída de los registros económicos de Occidente y del G7 en los últimos 20 años.

También nos deja muy interesantes reflexiones:

  • Los Brics son el símbolo de la insubordinación y de la rebelión a los poderes históricos de los últimos 200 años.
  • La Cumbre de Los Brics significa la ruptura total y absoluta del modelo implementado en los 90 por EEUU y sus socios.
  • Es un organismo que día a día va sumando propuestas de naciones que quieren ingresar en él.
  • La cumbre ha sido el certificado de defunción del mundo unipolar y del neocolonialismo del norte sobre el sur.
  • El mito de Francis Fukuyama sobre “El Fin de la Historia” y del imperio eterno de EEUU se ha derrumbado. Lo que viene ahora es “Otra nueva Historia”
  • Esto demuestra que la historia no se detiene, que la historia depara sorpresas y que la historia da revanchas
  • No se trata de un milagro ni de ninguna magia. Es la evolución de la geopolítica global, anticipada paso a paso por Dossier Geopolítico desde hace tres lustros.

Eduardo Bonugli (Madrid, 27/08/23)

Por Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, 31 de julio de 2023.

Una cumbre lleva a otra, siempre a la sombra del conflicto de Ucrania y con la intención de redefinir el equilibrio de poder internacional, dentro o fuera de la órbita estadounidense. El 26 de julio concluyó en Roma, en la sede de la FAO, la Segunda Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles. El día 28, la segunda cumbre Rusia-África cerró sus puertas en San Petersburgo. Ambos tenían en común, pero con enfoques geopolíticos obviamente diferentes, las repercusiones globales de la negativa de Rusia en extender el acuerdo que había permitido reanudar las exportaciones de granos desde Ucrania.

El acuerdo de trigo entre Moscú, Kiev, la ONU y Turquía había ayudado a calmar los precios. Sin embargo, según un informe de Oxfam, la organización internacional para la lucha contra la pobreza, que utilizó datos del Centro de Coordinación Conjunta de las Naciones Unidas, “hasta hoy, el 80% de las exportaciones que han pasado por el Mar Negro han sido agarradas por los países más ricos, mientras que los estados más pobres a un paso de la hambruna como Somalia y Sudán del Sur recibieron solo el 3%”.

Los países occidentales, por su parte, acusan a Rusia de ser la principal responsable del aumento del hambre en el mundo. En la cumbre de Roma, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni (de extrema derecha), incluso habló de una “ofensa contra la humanidad”. Especiosas acusaciones, que pretenden consolidar un frente común contra Rusia: ocultando las responsabilidades de un modelo económico injusto y devastador, movido por intenciones neocoloniales, implementado por políticas depredadoras norteamericanas y europeas, a través de organismos financieros neoliberales como el FMI, y a través de la soga de la deuda. La falta de prórroga del acuerdo sobre el trigo, si bien puede conducir a un aumento de la inflación alimentaria en los países “ricos”, ciertamente no es la causa principal del empeoramiento del hambre en el mundo.

En efecto, el informe de Oxfam destaca cómo “el acuerdo que hace un año había supuesto el desbloqueo de las exportaciones de cereales desde Ucrania al Mar Negro hacia el resto del mundo, ha resultado ser completamente inadecuado para hacer frente al aumento del hambre mundial, exacerbado por el crecimiento exponencial de los precios de los alimentos y la energía”.

Ese acuerdo, “que permitió reanudar las exportaciones de cereales de Ucrania, ciertamente ayudó a contener el aumento de los precios de los alimentos (que, sin embargo, aumentaron un 14% a nivel mundial en 2022), pero no representó la solución al hambre que afecta al menos a 122 millones de personas más hoy que en 2019”.

Cientos de millones de personas pasaban hambre antes del conflicto en Ucrania y cientos de millones siguen pasando hambre hoy: 783 millones en total el año pasado, según los últimos datos de la FAO. Países como Sudán del Sur y Somalia, que han recibido 0,2 por ciento de los cereales de Ucrania desde que entró en vigor el acuerdo, están al borde de la hambruna.

Sin embargo, un tercio de todos los alimentos producidos se pierde o se desperdicia. En África, principalmente en el Sahel, una de cada cinco personas padece hambre, más del doble del promedio mundial. Esto provoca la huida de los migrantes, que vienen a morir al Mediterráneo.

Los métodos insostenibles de producción, envasado y consumo de alimentos también están exacerbando la crisis climática. Contribuyen a un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, utilizan el 70% del agua dulce del mundo y causan una gran pérdida de biodiversidad.

Los sistemas agroalimentarios – dijo el Director General de la FAO en la cumbre de Roma – deben transformarse para que puedan satisfacer la creciente demanda de alimentos. “Necesitamos aliviar la presión sobre los recursos naturales, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y salvaguardar la biodiversidad; aumentar la resiliencia ante la crisis climática, los conflictos y otras interrupciones de la cadena de suministro; garantizar el trabajo digno; y garantizar el acceso a alimentos nutritivos y dietas saludables para todos”.

La cumbre sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles ha tenido como objetivo compartir el progreso realizado por los países en los últimos dos años y las contribuciones a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La ambición de la Agenda es erradicar la pobreza para 2030 y promover la prosperidad económica, el desarrollo social y la protección del medio ambiente a escala mundial, con la promesa de que “nadie se quedará fuera”.

Un programa basado en las cinco “P”: Personas, Planeta, Prosperidad, Paz y Partenariado. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible pretenden abordar los “obstáculos sistémicos al desarrollo”, como las desigualdades, los sistemas de producción y consumo insostenibles, las infraestructuras inadecuadas, la falta de trabajo digno, el cambio climático y la pérdida de ecosistemas y biodiversidad: las consecuencias del modelo capitalista, en definitiva. Lástima que sean los principales líderes de las políticas asimétricas impuestas a los países del Sur ya sus propios pueblos quienes lo discutan, vaciando de sustancia los conceptos enunciados.

De hecho,

¿qué credibilidad puede tener la ultra-derechista Giorgia Meloni cuando dice que “nadie se quedará atrás”? Su gobierno neoliberal defiende descaradamente los intereses de los ricos y evasores de impuestos en detrimento de los sectores populares, a los que incluso les ha recortado la renta básica. En un país donde los trabajadores pobres van en aumento y más de un millón de familias no pueden pagar la hipoteca de sus apartamentos, su gobierno se opone al establecimiento de un salario mínimo, cuando los salarios en Italia son los más bajos de Europa.

Por otro lado, aumentó el gasto militar, en el entrecruzamiento cada vez más estrecho de intereses entre los decisores políticos y las industrias de guerra, a las que la economía italiana se esta subordinando. El frenético protagonismo de Meloni pretende “despejarse” de su herencia política a nivel internacional, y tener un rol en el Mediterráneo, para una Italia que es cada vez más portaaviones de Estados Unidos. Por eso voló a Washington para escuchar los deseos de Biden sobre la ruptura de los acuerdos de la Ruta de la Seda, irrisorios desde el punto de vista económico y en todo caso nunca firmados.

Italia alberga numerosas agencias de la ONU. El Hub Agroalimentario de Roma es el tercer más importante de las Naciones Unidas en el mundo después de Nueva York y Ginebra. Es el séptimo contribuyente al presupuesto de la ONU y el país occidental que aporta el mayor número de cascos azules. Sin embargo, no hay dinero para los trabajadores.

Según el último informe de la OCDE, los salarios reales promedio (es decir, ajustados a la inflación) han disminuido en todo el mundo capitalista desarrollado durante los últimos tres años; de hecho, la disminución más grande y prolongada en al menos 50 años. Además, el principal factor que contribuyó al aumento de los precios de los bienes y servicios durante este período fue el aumento de las ganancias por unidad de producción, no de los salarios, especialmente en la Eurozona.

Incluso, la idea de “cooperación y asociación” que planteó el Gobierno de Meloni, participando en otra cumbre con los jefes de Estado sobre la gestión de los flujos migratorios, que finalizó en Roma, estuvo marcada por los rechazos militar de los migrantes y el robo de recursos de los países africanos vecinos. La misma lógica neocolonial que la UE intenta imponer a América Latina con el tratado UE-Mercosur, impugnado por una vasta red de asociaciones brasileñas y europeas.

Las principales beneficiarias -denuncian los activistas- serán las multinacionales europeas. Se profundizarán las asimetrías económicas entre la UE y los países del Mercosur, según un modelo neocolonial de acaparamiento de recursos a costa de la diversidad, la autonomía y resiliencia de las economías locales y regionales, y de la integración entre los pueblos.

El conflicto en Ucrania -dijo el presidente brasileño Lula da Silva en la cumbre UE-CELAC – “ha aumentado las desigualdades y el gasto militar, en lugar de eliminar la pobreza y el hambre. Se han gastado más de dos mil millones para financiar una máquina de guerra que solo trae muerte, destrucción y aún más hambre”.

La expresidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien hoy dirige el banco de desarrollo BRICS, estuvo presente en la cumbre Rusia-África junto a otros representantes de instituciones multilaterales: Unión Africana (UA), Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (Igad), Unión de los Países Árabes Magreb en la UA, así como todos los representantes de las principales organizaciones económicas y regionales africanas.

Putin no irá a Johannesburgo, Sudáfrica, a fines de agosto para la cumbre BRICS. En San Petersburgo, sin embargo, el presidente ruso reforzó las relaciones económicas y geopolíticas con los países africanos durante un repleto programa de debates, mesas redondas y exposiciones. Un debate que abarcó desde la soberanía alimentaria africana hasta el de los recursos, la seguridad internacional, la formación, la información y el empoderamiento de la mujer.

Uno de los paneles principales discutió sobre “El Nuevo Orden Mundial: Del legado del colonialismo a la soberanía”.

Ante la masiva censura mediática que sufre desde el campo occidental, Rusia ha buscado soluciones alternativas también en África. Por ejemplo, Russia Today y Sputnik, prohibidos en Europa, han desarrollado un centro en idioma inglés en Sudáfrica y han firmado acuerdos con una docena de medios de comunicación africanos.

Sobre el tema del trigo ucraniano, Moscú ha vuelto a explicar los motivos de la interrupción del acuerdo, omitidos en la propaganda occidental. En primer lugar, la política de “sanciones” de los países del área de la OTAN, que llevaron a la decisión rusa. El acuerdo, concluido en 2022 en Estambul, constaba de dos partes: la primera se refería a la exportación de grano ucraniano a través del Mar Negro; la segunda, firmada por las Naciones Unidas y Rusia, contenía algunas condiciones establecidas por Moscú.

Estas incluyeron la eliminación de las restricciones a la exportación de fertilizantes y productos agrícolas rusos; la reconexión del banco agrícola ruso, que maneja los pagos de las exportaciones agrícolas, al sistema de pago SWIFT; el visto bueno para la exportación de amoníaco ruso a través del oleoducto Togliatti-Odessa a Rusia, Ucrania y Turquía; el levantamiento de las restricciones al suministro de maquinaria agrícola y repuestos al país; el permiso de entrada de barcos rusos a puertos extranjeros, así como el desbloqueo de la logística de transporte y los seguros de transporte y propiedad.

Publicado en Resumen latinoamericano.: https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/07/31/pensamiento-critico-geopolitica-del-trigo-putin-y-el-sur-global/

África va camino de convertirse en actor y socio clave del mundo multipolar. Avanza organizadamente a través de sus organizaciones regionales y de su organismo continental, la Unión Africana y con fuerte sentido soberanista e identitario de sus países alentados activamente por la liberación del neocolonialismo que por siglos arrasó y postergó al continente. A. M. Mitre Dossier Geopolitico

LA CONEXIÓN RUSIA-SUR GLOBAL: ÁFRICA COMO SOCIO ESTRATÉGICO

Moscú ahora parece disfrutar de todo lo que se necesita para construir una asociación estratégica fructífera y centrada en la Mayoría Global.

Pepe Escobar   Fundacion de la Cultura Estrategica 26 de Julio

La segunda cumbre Rusia-África, esta semana en San Petersburgo, debe verse como un hito en términos de integración del Sur Global y el impulso concertado de la Mayoría Global hacia un orden multipolar más equitativo y justo.

La cumbre dio la bienvenida a no menos de 49 delegaciones africanas. El presidente Putin anunció previamente que se adoptará una declaración integral y un Plan de Acción del Foro de Asociación Rusia-África hasta 2026.

Madaraka Nyerere, hijo del legendario activista anti colonial y primer presidente de Tanzania, Julius Nyerere, estableció el contexto y le dijo a RT que la única forma «realista» de que África se desarrolle es unirse y dejar de ser un agente de las potencias explotadoras extranjeras.

Y el camino hacia la cooperación pasa por BRICS, comenzando con la próxima cumbre crucial en Sudáfrica y la incorporación de más naciones africanas a BRICS+.

El padre de Nyerere fue una fuerza muy importante detrás de la Organización para la Unidad Africana, que luego se convirtió en la Unión Africana.

Julius Malema de Sudáfrica amplió sucintamente el concepto geoeconómico de un África unida: “Ellos [los poderes neocoloniales] prosperan con la división del continente africano. ¿Te imaginas los minerales de la RDC combinados con los minerales de Sudáfrica y con una nueva moneda basada en los minerales? ¿Qué podemos hacer con el dólar? Si nos convertimos en los Estados Unidos de África, solo con nuestros minerales, podemos derrotar al dólar”.

Sin carácter humanitario, no hay trato de granos

La Conferencia Ruso-Africana del Club Valdai funcionó como una especie de sincronización de reloj experto final en el período previo a San Petersburgo. La primera sesión  fue particularmente relevante.

Eso se produjo después de la publicación de un análisis exhaustivo del presidente Putin sobre las relaciones entre Rusia y África, con un énfasis especial en el acuerdo de granos recientemente colapsado que involucra a la ONU, Turquía, Rusia y Ucrania.

Valentina Matviyenko, presidenta del Consejo de la Federación Rusa, ha subrayado cómo “Ucrania, Washington y la OTAN se interesaron en el corredor de cereales para sabotearlo”.

En su artículo de opinión, Putin explicó cómo, “durante casi un año, se exportaron un total de 32,8 millones de toneladas de carga desde Ucrania bajo el ‘acuerdo’, de las cuales más del 70% se destinó a países de ingresos altos y medios

. países, incluida la Unión Europea, mientras que países como Etiopía, Sudán y Somalia, así como Yemen y Afganistán representaron menos del 3% del volumen total, menos de un millón de toneladas”.

Así que esa fue una de las razones clave por las que Rusia abandonó el acuerdo de cereales. Moscú publicó una lista de requisitos que deberían cumplirse para que Rusia lo restablezca.

Entre ellos: el fin real y práctico de las sanciones sobre los cereales y fertilizantes rusos enviados a los mercados mundiales; no más obstáculos para bancos e instituciones financieras; no más restricciones en el fletamento de barcos y seguros, eso significa una logística limpia para todos los suministros de alimentos; restauración del oleoducto de amoníaco Togliatti-Odessa.

Y un elemento particularmente crucial: la restauración de “la naturaleza humanitaria original del acuerdo de granos”.

No hay forma de que el Occidente colectivo sometido a los psicópatas neoconservadores straussianos que controlan la política exterior de EE.UU. cumpla con todas o incluso algunas de estas condiciones.

Así que Rusia, por sí misma, ofrecerá cereales y fertilizantes de forma gratuita para las naciones más pobres y contratos para el suministro de cereales en condiciones comerciales normales para los demás. El suministro está garantizado: Moscú tuvo la mayor cosecha de cereales de la historia durante esta temporada.

Todo esto tiene que ver con la solidaridad. En la sesión de Valdai, una discusión clave fue sobre la importancia de la solidaridad en la lucha contra el neocolonialismo y por la igualdad y la justicia global.

Oleg Ozerov, embajador general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia y jefe de la Secretaría del Foro de Asociación Rusia-África, destacó cómo los «antiguos» socios europeos persisten en el camino unidireccional de echarle la culpa a Rusia como África esta » adquiriendo una agenda” y “negando el neocolonialismo”.

Ozerov mencionó cómo “Francia-África se está derrumbando, y Rusia no está detrás de eso. Rusia está asegurando que África actúe como una de las potencias del mundo multipolar”, como “miembro del G20 y presente en el Consejo de Seguridad de la ONU”. Además, Moscú está interesada en expandir los acuerdos de libre comercio de la Unión Económica de Eurasia (EAEU) hacia África

Bienvenidos a la cooperación “multivectorial” del Sur Global

Todo esto explica un tema común en la cumbre Rusia-África: “cooperación multivectorial”. La perspectiva sudafricana, especialmente a la luz de la furiosa controversia sobre la presencia no física de Putin en la cumbre BRICS, es que “los africanos no están tomando partido. Quieren la paz”.

Lo que importa es lo que África aporta a los BRICS: «Mercados y una población joven y educada».

En el puente ruso hacia África, lo que se necesita, por ejemplo, son “ferrocarriles a lo largo de las costas”: conectividad, que se puede desarrollar con la ayuda de Rusia, al igual que China ha estado invirtiendo ampliamente en África en proyectos BRI. Rusia, después de todo, “entrenó a muchos profesionales en toda África”.

Existe un amplio consenso, que se reflejará en la cumbre, de que África se está convirtiendo en un polo de crecimiento económico en el Sur Global, y los expertos africanos lo saben. Las instituciones estatales se están volviendo más estables. La abismal crisis en las relaciones Rusia-Occidente terminó por impulsar el interés por África. No es de extrañar que ahora sea una prioridad nacional para Rusia.

Entonces, ¿qué puede ofrecer Rusia? Esencialmente, una cartera de inversiones y, de manera crucial, la idea de soberanía, sin pedir nada a cambio.

Malí es un caso fascinante. Se remonta a las inversiones de la URSS en la formación de la mano de obra; al menos 10.000 malienses, a quienes se les ofreció una educación de primer nivel, incluido el 80% de sus profesores.

Eso se cruza con la amenaza terrorista de la variedad salafista-yihadista, “animada” por los sospechosos habituales incluso antes del 11 de septiembre. Malí tiene al menos 350.000 refugiados, todos ellos desempleados. Las “iniciativas” de Francia han sido calificadas de “totalmente ineficaces”.

Malí necesita “medidas más amplias”, incluido el lanzamiento de un nuevo sistema de comercio. Rusia, después de todo, enseñó cómo establecer infraestructura para crear nuevos puestos de trabajo; tiempo para aprovechar al máximo los conocimientos de los formados en la URSS. Además, en 2023, más de 100 estudiantes de Mali vendrán a Rusia con becas patrocinadas por el estado.

A medida que Rusia avanza en el África francófona, los antiguos “socios”, como era de esperar, demonizan la cooperación de Malí con Rusia. Sin resultado Malí acaba de eliminar el francés como idioma oficial (así ha sido así desde 1960).

Según la nueva constitución, aprobada abrumadoramente con el 96,9% en un referéndum el 15 de junio, el francés será solo un idioma de trabajo, mientras que 13 idiomas nacionales también recibirán el estatus de idioma oficial.

Esencialmente, se trata de soberanía. Junto con el hecho de que Occidente, como se reconoce desde Malí hasta Etiopía, la única nación africana nunca colonizada por europeos, está perdiendo autoridad moral en África a una velocidad asombrosa.

Multitudes en África ahora entienden que Rusia alienta activamente la liberación del neocolonialismo. Cuando se trata de capital geopolítico, Moscú ahora parece disfrutar de todo lo necesario para construir una asociación estratégica fructífera centrada en la Mayoría Global.

La Cumbre Rusia – África y la caída del gobierno pro norteamericano de Níger son los temas centrales de la columna de esta semana del Club de La Pluma, que presenta el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

Quién considera a la reunión en San Petersburgo como “otro gigantesco éxito que consolida al mayoritario Sur Global y  clave para el nuevo orden multipolar”. Mientras analiza cómo Níger, gran productor de uranio, y junto a toda la región del Shael,  se sacuden la criminal tutela secular de Francia y de Occidente, que pierden el libre y barato acceso a ese metal y a otros muchos recursos naturales de África, fundamentales para mantener sus pretensiones imperiales.

Y aborda en profundidad, cómo el encuentro de Putin con 49 delegaciones africanas, bajo el paraguas de la Unión Africana, abre a los ojos del mundo, la nueva realidad de un continente castigado durante siglos por la esclavitud, el saqueo y la crueldad inhumana de Europa, y que desde algunos años se encamina -gracias a los nuevos vientos asiáticos de la multi polaridad- en la búsqueda de su independencia política y en el aprovechamientos de su inmensa riqueza natural.

A pesar de la terrible violencia interna que sufre por sus diferencias étnicas, culturales y religiosas, casi siempre exacerbadas por las inteligencias occidentales, en su desesperada acción de no perder el poder absoluto y déspota, que siempre tuvo Occidente sobre esa gente y sobre ese territorio. Creando una permanente cadena de tragedias y desestabilización política -terrorismo incluido-, especialmente después de “las supuestas independencias de los años 60”, que siempre benefician a los grupos de multinacionales occidentales que explotan el continente.

También desarrolla los puntos tratados en la cumbre, sobre todo el asunto del grano, desnudando la gran mentira europea de que la anulación del acuerdo de exportación del grano ucraniano, “… llevará el hambre a África”, cuando en realidad y hasta ahora,  el 70% de las exportaciones de los granos de Ucrania se dirigieron a la Europa rica.

Además, explica que Rusia anunció la provisión gratuita de su propio grano a los países más pobres, además de firmar 30 proyectos energéticos que darán a los países, libertad política ante las sanciones de Occidente. También se aseguró la participación rusa en la producción cerealera africana, con el aporte de la cantidad de fertilizantes necesaria para tal industria y con el propósito de que África aumente su producción alimenticia. Otra noticia importante fue la voluntad expresada por los países africanos de hacer sus transacciones en otras monedas diferentes al dólar.

Y sobre el cambio de gobierno en Níger, deja la duda de lo que ocurrirá con las bases militares de EEUU y Francia instaladas en su territorio y si serán obligadas a retirarse como ocurrió en Burkina Faso y en Malí. Mientras que entiende que la desesperada reacción de los medios de prensa y de los “expertos” económicos europeos, es una prueba  concluyente de lo que Occidente está perdiendo en este cambio tectónico de la nueva multipolaridad, con un Sur Global decidido ha hacer valer la moneda más valiosa del siglo XXI: LOS RECURSOS NATURALES.

Todo un llamado de atención a nuestra Latinoamérica, para que controle y aproveche con pragmatismo e inteligencia, ya sea con estructuras propias o mixtas, nuestros gigantescos recursos naturales, que hoy están siendo ambicionados por los hegemónicos históricos y por las potencias europeas.

Eduardo Bonugli (Madrid, 30/07/23)

El golpe de estado en Níger amenaza el abastecimiento de uranio para Francia y subraya la creciente unidad e independencia del continente en medio del conflicto mundial

por Eduardo J. Vior
analista internacional
autoriza a publicar el presente articulo en Dossier Geopolitico

El golpe de estado que este miércoles derrocó al presidente prooccidental de Níger acaba con el dominio francés en otro país más del Sahel. En dos años se produjeron golpes de estado en Mali y Burkina Faso que expulsaron a las tropas francesas y requirieron el apoyo ruso. Al mismo tiempo en San Petersburgo sesionó la Cumbre entre Rusia y la Unión Africana que ratificó cuán rápido África se está alejando de Occidente. Actuando unidos, los países del continente del futuro están aprovechando la lucha mundial por los recursos energéticos y minerales para imponer su protagonismo.

El jueves por la noche varios centenares de manifestantes se concentraron en la plaza de la Concertación, en pleno centro de Niamey, la capital de Níger, para celebrar “su” victoria, la del ejército en el poder, y vivar a Rusia y a la Compañía Wagner. En la madrugada anterior un grupo de soldados en uniforme de faena había anunciado en la televisión nacional el derrocamiento del presidente nigerino electo en 2021, Mohamed Bazoum. El coronel mayor Amadou Abdramane, jefe del Estado Mayor y portavoz de los golpistas, anunció entonces el cierre de las fronteras y la instauración de un toque de queda. En un comunicado emitido el jueves al mediodía, en tanto, este comandante informó que se había unido a los alzados para “preservar la integridad física del Presidente” y evitar un “derramamiento de sangre” entre las distintas facciones militares.

Por su parte, este viernes el general Abdourahman Tchiani, jefe de la Guardia Presidencial que mantiene retenido al presidente Bazoum en su residencia, compareció como presidente del Consejo Nacional de Salvación Pública (CNSP) en la televisión pública nigerina, para dar cuenta de los motivos de su acción.

Sin embargo, la situación del presidente Bazoum, quien de momento no ha presentado su dimisión, seguía siendo confusa. Una delegación de la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO) encabezada por el presidente de Benín, Patrice Talon, viajó el jueves a Niamey para mediar, pero de parte de los golpistas parece haber poca predisposición a buscar un entendimiento.

El golpe fue inmediatamente condenado en Occidente. El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken declaró que la asociación con Níger dependería de la continuidad de la “gobernanza democrática”. A su vez, Rusia pidió que el conflicto se resuelva pacíficamente

Durante sus dos años y medio de gobierno Mohamed Bazoum reforzó la alianza estratégica de Níger con los países occidentales. País de tránsito de los emigrantes hacia el Mediterráneo, su colaboración para contenerlos fue elogiada por los dirigentes europeos. En la actualidad acoge diversos campamentos de trashumantes retornados de la vecina y anarquizada Libia. Asimismo, fue un fiable socio militar que dio cobijo a los 1.500 soldados franceses expulsados de Malí en 2022 y a una base estadounidense de drones valuada en 100 millones de dólares. Precisamente, los golpes de Estado en los vecinos Malí (2021) y Burkina Faso (2022) llevaron al poder a juntas militares que se orientaron hacia Rusia y expulsaron a las tropas occidentales. Por eso, la pérdida de Níger sería una catástrofe para el predominio de la OTAN en el Sahel.

Como sus vecinos, Níger, de 26 millones de habitantes y uno de los países más pobres del mundo, se enfrenta a la amenaza yihadista. En la región de Diffa, en su frontera oriental con Chad, se producen frecuentes incursiones y ataques del Estado Islámico de África Occidental (EIAO), mientras que en el oeste amenaza el Estado Islámico del Sahel (EIS). La incapacidad o mala voluntad de las fuerzas occidentales para derrotar al terrorismo y la falta de equipamiento y adiestramiento de los militares locales que mueren por centenares están en el origen de la inestabilidad política que vive toda la región. Ahora se acabó su paciencia y confían en la eficiencia de la Compañía Militar Privada (CMP) Wagner..

Níger es un importante exportador de mineral de uranio para la industria nuclear francesa. La república africana ocupa el octavo lugar en la producción mundial del mineral, sólo poco menos que Rusia. Francia produce el 70% de su electricidad en centrales nucleares, es decir que tiene la mayor proporción mundial de energía nuclear en la producción de electricidad mediante 56 reactores que, al mismo tiempo, le permiten ser la mayor exportadora del fluido en el mundo. Gracias a la amortizada energía nuclear, además, la industria francesa tiene una fuerte ventaja competitiva. Tales éxitos se hicieron posibles principalmente, porque la nación controla la producción de uranio en Níger.

En 1957, poco antes de que el país africano obtuviera su independencia, los geólogos descubrieron allí ricos depósitos de uranio. Aun siendo uno de los países más pobres del mundo, Níger tiene las quintas mayores reservas exploradas de uranio del mundo. Paralelamente, como gran parte de su territorio es parte del desierto del Sáhara, esta república está luchando constantemente contra la desertificación y las sequías. Además, desde que la intervención anglofrancesa derrocó en Libia a Muamar Gadafi y el país norafricano fue pasto de las mafias, de todo tipo de tráfico (inclusive de esclavos) y de la trata, el terrorismo islámico se expandió por el Sáhara y el Sahel (la amplia faja semidesértica que se extiende desde Mauritania hasta Sudán), gracias a la sospechosa incapacidad de Francia y sus aliados occidentales para combatirlo.

Desde hace 60 años Francia siguió una política neocolonialista controlando a sus antiguas colonias con el franco africano (muchas antiguas posesiones de Francia usan el llamado franco CFA, respaldado antes por el franco francés y ahora por el euro), la lengua francesa y sus fuerzas expedicionarias. Esto le permitió reducir significativamente el costo de operación de los yacimientos de uranio de Níger. Aunque ese país produce sólo el 5% del uranio del mundo, su participación en las importaciones francesas del mineral oscila entre el 30% y el 45%, según el año. Sin este suministro París estaría en una grave emergencia. Es decir, sin Níger la soberanía energética de Francia está gravemente amenazada.

No casualmente el golpe tuvo lugar simultáneamente con la cumbre Rusia-África que se celebró el 27 y 28 de este mes en San Petersburgo. De la conferencia participaron 49 delegaciones entre los 53 países africanos. Ya antes de la reunión el presidente Putin había anunciado que se aprobaría una declaración global y un Plan de Acción del Foro de Asociación Rusia-África hasta 2026.

En declaraciones a la televisión exterior rusa (RT), Madaraka Nyerere, hijo del legendario activista anticolonialista y primer presidente de Tanzania Julius Nyerere, sostuvo que la única forma “realista” de que África se desarrolle es unirse y el camino hacia la cooperación pasa por incorporar más naciones africanas al BRICS+. Los países africanos no concurrieron a San Petersburgo a título individual, sino como miembros de una organización consolidada: la Unión Africana.

En todo el continente se observa una intensa puja entre China y Rusia, por un lado, y la alianza occidental por el otro. El reciente golpe en Níger es parte de este proceso. Los africanos han hecho malas experiencias con el colonialismo y el neocolonialismo europeo y buscan independizarse de toda dependencia externa. Hoy aprovechan el conflicto mundial para ganar espacios y actúan mancomunadamente para aumentar su poder de negociación. África se está uniendo, sacudiéndose el neocolonialismo occidental, desarrollando su conectividad, activando juntos en los foros internacionales y reclamando un lugar en la nueva gobernanza del mundo. Mientras tanto, América Latina ha sido incapaz de adoptar posiciones comunes en muchos temas relevantes. Ni hablar de concurrir juntos a la Cumbre del BRICS en Sudáfrica. Ni siquiera Argentina, especialmente invitada por Brasil, va a participar en el encuentro. Mientras África se despierta rugiendo, América Latina duerme.

Publicado por la Agencia TELAM

¿Cómo se convirtió el territorio de Rusia en parte del futuro imperio «Gran Turán»?

Por Leonid Savin

La diplomacia del Bazar del Este

A principios de julio, varios dirigentes de la organización terrorista «Azov» (en adelante, organización terrorista prohibida en el territorio de la Federación Rusa) fueron trasladados de Turquía a Ucrania y honrados como héroes a su regreso a casa. Este gesto se produjo inmediatamente después de la visita de Vladimir Zelensky a Ankara. Además de este incidente, se dio amplia publicidad a los nuevos acuerdos de Turquía con Ucrania, incluida la confirmación de la construcción de una fábrica para la producción de vehículos aéreos no tripulados de combate Bayraktar.

Se sabe que anteriormente el intercambio de prisioneros de guerra entre Rusia y Ucrania incluía condiciones para que los combatientes del batallón Azov permanecieran en territorio de Turquía hasta que finalizara el conflicto. Por lo tanto, el hecho de su traslado a la parte ucraniana es una burda denuncia del acuerdo, que el presidente turco, que incumplió fácilmente sus promesas, hizo sin ningún pudor.

Aunque ha habido varias versiones de lo sucedido, hasta hipótesis conspirativas de que se hizo casi a petición de Moscú para desacreditar de alguna manera a Ucrania en vísperas de la cumbre de la OTAN, pero más probable es la suposición de que fue un acto demostrativo de humillación de Rusia.

Naturalmente, muchos se preguntan por qué lo han hecho los dirigentes turcos. Al fin y al cabo, mantenemos una cooperación bilateral en varios ámbitos, Ankara no impone sanciones a Rusia y a menudo se oye hablar de nuestras relaciones de asociación con ella. Pero, ¿es realmente así?

En busca de una respuesta, es necesario analizar las acciones anteriores y la lógica de la actuación del presidente turco Recep Erdogan. Incluso una evaluación superficial de sus acciones mostrará que para el líder turco, los intereses nacionales en su propio sentido están en el centro de la cuestión.

Para garantizarlos, está dispuesto a olvidarse de sus promesas y a faltar a su palabra si algunas preferencias de la otra parte superan los beneficios actuales.

Y aquí podemos hablar no sólo de intereses, sino incluso de valores. Erdogan se posiciona a menudo como defensor del mundo musulmán y paladín de las tradiciones islámicas. Tras la quema del Corán en Estocolmo, los dirigentes turcos volvieron a arremeter airadamente contra Suecia, afirmando que tales acciones sólo retrasarían la posible adhesión del país a la OTAN, para lo cual Turquía haría todo lo posible.

Sin embargo, el 10 de julio, en vísperas de la cumbre de la OTAN en Vilna, Erdogan casi abrazó al primer ministro sueco Ulf Kristersson. Y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró que Turquía se había «comprometido claramente» a presentar al Parlamento turco los documentos de ratificación de Suecia.

Este brusco cambio de humor está relacionado con el hecho de que los dirigentes de la UE prometieron a Turquía preferencias comerciales adicionales a cambio de la admisión de Suecia en la OTAN. Esta es la lógica del bazar oriental: tú a mí, yo a ti.

¿Un préstamo de Biden a cambio de S-400?

En vista del pésimo estado de la economía turca, Erdogan se aferra a cualquier oportunidad de mejorarla. Y este es un tema bastante amplio y específico, directamente relacionado con decisiones políticas. En primer lugar, el país necesita enormes inversiones para reconstruir y reedificar las ciudades dañadas por los terremotos. En segundo lugar, la inadecuada política del Banco Central turco ha provocado recientemente la caída de la lira turca, que se ha convertido en la moneda más devaluada del mundo, lo que ha afectado inmediatamente a los precios internos.

Así, el aumento de los precios de los alimentos en Turquía en los últimos seis meses fue superior al 50%. Y aquí no se trata sólo de parchear agujeros económicos, sino de un programa serio para rehabilitar la economía turca, que no podrá hacerlo sin inyecciones externas.

De los principales donantes árabes, sólo Qatar, que ya ha concedido préstamos e invertido en diversos proyectos de infraestructuras en el país, puede ayudar parcialmente a Turquía. Pero también está el Fondo Monetario Internacional con sus programas. Sin embargo, las condiciones del FMI siempre están políticamente teñidas. Si no es la reforma de los programas sociales y los subsidios (que golpeará inmediatamente la imagen de Erdogan), ¿qué podría haber detrás de la solución del problema económico de Turquía? Dado que Estados Unidos tiene una «participación mayoritaria» en el Banco Mundial y el FMI, podría tratarse de alguna condición especial. Por ejemplo, el periodista Seymour Hirsch informó de que Joe Biden ha prometido a Erdogan una línea de crédito de entre 11.000 y 13.000 millones de dólares a cambio de apoyar la entrada de Suecia en la OTAN, así como la venta de aviones de combate estadounidenses a Turquía.

¿O tal vez haya otros acuerdos secretos entre Estados Unidos y Turquía? En particular, se ha informado recientemente de que Washington quiere hacerse con el sistema de misiles tierra-aire S-400 de fabricación rusa. Así lo declaró el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, en mayo de 2023. Según él, Turquía respondió entonces con una negativa. Pero, ¿puede cambiar su posición sobre este asunto en el futuro?

Teóricamente, sí, si fuera favorable para Ankara. Al fin y al cabo, no es en absoluto necesario entregar a Estados Unidos todas las divisiones suministradas por Rusia; bastaría con una sola para que hubiera riesgo de abrir el relleno electrónico y buscar vulnerabilidades. Y prácticamente no hay palancas de presión de Moscú sobre Ankara en este asunto. Incluso si Turquía paga la multa prevista en el contrato, Washington puede compensarla fácilmente.

Esto plantea la pregunta: ¿hay alguna posibilidad de apaciguar un poco a Erdogan, como ocurrió en noviembre de 2015, cuando nuestro bombardero de primera línea fue derribado por un caza turco F-16 en el espacio aéreo sirio? Después de aquello, Rusia «congeló» inmediatamente los proyectos energéticos en Turquía y puso fin a las relaciones comerciales con Ankara, imponiendo un embargo a las importaciones de productos hortofrutícolas. Se impusieron restricciones en el ámbito del turismo: se suspendió la venta de bonos turísticos y se canceló el régimen de exención de visados para los turcos.

El efecto de estas medidas introducidas rápidamente por nuestro gobierno fue enorme, perjudicando a la economía turca, y en junio de 2016, Erdogan envió una carta de disculpa a Vladimir Putin. En ese momento, sin embargo, Rusia aún no había experimentado el tipo de presión seria de los países occidentales que comenzó después de febrero de 2022.

El «Sultán» no oculta sus apetitos

Si analizamos objetivamente las actuales relaciones comerciales y económicas entre Rusia y Turquía, siguen siendo beneficiosas para ambos países. Pero si nos preguntamos quién tiene más margen de maniobra, podemos llegar a la conclusión de que la parte turca tiene ahora más bazas. Veámoslas una por una.

En primer lugar, la venta de gas ruso a Turquía es en realidad a crédito, ya que tiene un aplazamiento de los pagos hasta 2024. Esto lo hicimos nosotros en vísperas de las elecciones como gesto de buena voluntad, que Erdogan, que sabe organizar correctamente la retórica populista, utilizó para su campaña electoral. Al mismo tiempo, Ankara lleva mucho tiempo trabajando en la diversificación, recibiendo parte de su gas de Azerbaiyán y alrededor del 10% del volumen necesario en forma de GNL de Estados Unidos. Las reservas de gas natural recientemente descubiertas en el Mar Negro también ayudarán a los turcos a reducir su dependencia de los suministros rusos.

Además de sus propias necesidades energéticas, Turquía también se está posicionando como centro energético, tratando de interesar a otras potencias energéticas de Asia Central, el Cáucaso Meridional y Oriente Medio en proyectos relevantes. Por otra parte, da una señal a los países de la UE de que es necesario ser amigo de Ankara en el ámbito de la seguridad energética.

En segundo lugar, si intentamos prohibir de nuevo la importación de tomates y otros productos turcos, esto afectará a los precios internos en Rusia y estos productos nos llegarán con etiquetado azerbaiyano. Entonces tendremos que involucrar a Azerbaiyán en el escándalo, lo cual es muy indeseable, dada la situación en el Cáucaso Sur.

En tercer lugar, es hipotéticamente posible prohibir a los operadores turísticos turcos que vendan billetes a los rusos para las vacaciones en los populares centros turísticos de Antalya, Belek y Kemer. Pero entonces sería necesario ofrecer una alternativa similar, que sencillamente no tenemos. También hay una opción con las actividades de Turkish Airlines en Rusia, que es bastante arriesgado restringir, ya que está relacionada con los intereses de nuestros ciudadanos que visitan otros países a través de Estambul.

En general, todas estas opciones pueden aplicarse como medidas sancionadoras, pero entonces nuestras relaciones de asociación con Turquía se convertirán en un conflicto político y económico, para el que deberíamos estar bien preparados y calcular todas las posibles consecuencias.

Al mismo tiempo, no debemos olvidar que Ankara no está realmente interesada en fortalecer y desarrollar nuestra economía. No ha reconocido la devolución de Crimea a la Federación Rusa y siempre ha apoyado al Mejlis de los tártaros de Crimea. A Turquía le gustaría sentirse más libre tanto en el Cáucaso como en Asia Central, promoviendo sus intereses bajo el disfraz del panturquismo y la solidaridad musulmana.

Erdogan no oculta que se ha embarcado en el renacimiento del Gran Imperio Otomano, del que se ve a sí mismo como líder. En noviembre de 2021, cuando en Estambul, en la cumbre de la Organización de Estados Turcos, se adoptó la declaración «Visión del mundo turco hasta 2040», fue fotografiado con un mapa del imperio que iba a construir en los próximos años. En este mapa, que hoy se puede comprar en cualquier bazar turco, es fácil ver que el Gran Turán incluirá Crimea, Tatarstán, la región del Volga, Yakutia y otras partes del territorio ruso. Cuándo, con quién y cómo va a dividir Erdogan nuestro país sigue siendo un misterio. Pero el futuro «sultán» ya no oculta sus apetitos.

El acuerdo sobre el grano «ha pasado a la historia»

En este sentido, se nota que la retórica del presidente turco es cada vez más expansionista. En la cumbre de la OTAN, Erdogan afirmó con seguridad que los militares rusos abandonarán Karabaj en 2025, aunque nuestras fuerzas de paz están realmente allí hasta noviembre de 2025 y su permanencia en la zona de conflicto debe decidirse entre las partes del acuerdo trilateral: Rusia, Armenia y Azerbaiyán. ¿Parece que Turquía no tiene nada que ver con esto? Sólo que la actitud displicente de Erdogan se presenta claramente ante el mundo como un socio influyente de Bakú, que tiene derecho a influir de algún modo en el destino del acuerdo.

Una vez más, Turquía apoya abiertamente al régimen de Kiev vendiéndole equipo militar y armas (los suministros más famosos son vehículos blindados y aviones no tripulados). El acuerdo sobre el grano, en el que no sólo estaba interesada Ucrania, sino también Ankara, también está vinculado a sus intereses económicos, ya que parte del grano se procesaba en la propia Turquía para convertirlo en harina y se vendía con sobreprecio a otras regiones de Oriente Próximo, sobre todo a Irak.

Además, Turquía percibe tasas por el paso de barcos a través del estrecho del Bósforo y arrienda sus propios buques de carga seca a Ucrania. Además, hay sospechas en la comunidad de expertos de que los buques turcos (el último fue el buque turco de carga seca TQ Samsun, u otros que viajaron en el marco del acuerdo sobre cereales a lo largo del corredor humanitario) podrían utilizarse para entregar drones de superficie de ataque al régimen de Kiev y lanzarlos después contra objetivos en Crimea.

No es casualidad que tras los ataques contra el puente de Crimea en la noche del 16 al 17 de julio, los medios de comunicación turcos comenzaran a difundir información como si los ucranianos hubieran utilizado los mismos medios de ataque que se habían empleado para volar la presa de Kajovka. Parece que los turcos están ofreciendo su propia versión de lo sucedido, que sería favorable para una posible prórroga de un acuerdo sobre cereales que les es favorable.

Sin embargo, parece que Erdogan también ha comprendido la lógica de los dirigentes rusos. Si en vísperas de la cumbre de la OTAN afirmó con bastante emoción que la propia Turquía podría proporcionar un corredor marítimo para exportar grano desde el territorio de Ucrania, el 17 de julio ya aceptó que «el acuerdo sobre el grano ha pasado a la historia». Y expresó su esperanza de que durante la visita de Vladimir Putin a Turquía pudiera acordar con él su continuación.

Esto es difícilmente posible sin el cumplimiento de todas las condiciones establecidas anteriormente por Rusia. Y aquí es poco probable que Erdogan sea útil a Moscú, ya que no dispone de palancas de presión sobre la UE y Estados Unidos en este mismo tema. Pero, como suele decirse, vale la pena intentarlo. Al menos, será una especie de prueba de las relaciones, que puede determinar futuras decisiones que tomemos en la línea de cooperación con los turcos.

Es sabido que Turquía, a pesar de sus recientes exabruptos antirrusos, aún no figura en la lista de países inamistosos aprobada por decreto de nuestro gobierno a principios de marzo del año pasado. Pero la amistad «multifacética», como les gusta llamar a los periodistas a la asociación entre Moscú y Ankara, no funciona.

Por cierto, Erdogan, después de la cumbre de la OTAN en Vilna, se fue de gira a los países ricos del Golfo Pérsico para pedir dinero. Apenas para pagarnos el suministro de gas.

Nuestros políticos deberían haberse dado cuenta hace tiempo de que si un país es miembro de la OTAN, merece la pena pensar mil veces si es posible concederle préstamos o crear condiciones favorables para la compra de determinados productos.

El dirigente turco ha manifestado recientemente su interés por comprar aviones y helicópteros rusos utilizados para combatir incendios y emergencias similares. Si Rusia puede satisfacer esas necesidades de Turquía, sería más lógico recibir primero el pago y luego entregar el equipo, en lugar de retrasar el pago, como ocurrió con los suministros de gas natural. Porque después de que Erdogan rompiera fácilmente su promesa de no extraditar a los líderes de Azov a Kiev hasta que termine el conflicto, ya no se puede confiar en el «sultán».

Entonces, ¿cuál será nuestra respuesta al sultán turco, y lo será en absoluto?

Traducción al español para Geopolitica.ru, por Enrique Refoyo
Fuente: https://katehon.com

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan no obstante las de Dossier Geopolitico