”El atentado terrorista de Moscú lleva el sello de “los de siempre”, es parte de la guerra híbrida global fragmentada y demuestra la derrota y el fracaso de la OTAN en Ucrania“.

Alrededor de este concepto, el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele plantea su columna del Club de La Pluma, al abordar la matanza en el Crocus City Hall de Moscú, el pasado 22 de Marzo. También tiene palabras, “en este doloroso domingo de Pascua”, para miles y miles de trabajadores estatales argentinos, despedidos sin justa causa y en una acción inhumana de salvajismo político del gobierno de Milei.

Sobre el asesinato en Rusia de más de 140 civiles y centenares de heridos, primero desmenuza algunos puntos claves del tema como:

  • Que todo atentado terrorista se realiza con fines políticos.
  • Que desde el éxito que tuvo EEUU en los 80 al adiestrar y armar Talibanes en su guerra contra la ex Unión Soviética, Occidente siempre recurre al expediente del terrorismo como forma de intervención planetaria para desestabilizar países incómodos y para luego someterlos con el argumento de combatir ese mismo mal.
  • Que no existe un terrorismo internacional organizado sin un poder estatal internacional y orgánico que lo respalde y le dé la suficiente capacidad criminal en cualquier rincón del mundo.
  • Que desde luego, EEUU tiene esa capacidad.
  • Que el ISIS fue una “creación propia” de los servicios secretos occidentales, tal cual lo reconocen Hillary Clinton, Macron, Trump o Boris Jonson, asegurando que “… se equivocaron con sus rebeldes moderados que no pudieron controlar” al darle formación, equipamiento, financiación y armamento.
  • Que el ISIS, como terrorismo internacional yihadista, fundamentalista y de supuesto fundamento musulmán nunca atentó contra Israel, el verdugo de su propio mundo
  • Que el terrorismo fue utilizado por Occidente para poder incrementar el control social, la quita de libertades individuales y los derechos de sus propios ciudadanos.

En cuanto al atentado de Moscú, Pereyra Mele también plantea más preguntas que respuestas:

  • ¿A quién beneficia el atentado, producido a pocos días de la estruendosa victoria de Putin, que tanto irrita a la prensa anglosajona?
  • ¿Por qué rechazan las investigaciones de Moscú, cuando está confirmado que los asesinos entraron por la frontera de Turquía y trataron de huir por la de Ucrania demostrando un enorme respaldo logístico?
  • ¿Qué tipo de fanáticos islamistas son éstos, que huyen en lugar de suicidarse, que actúan por dinero y no por Alá, y que matan durante el Ramadán?
  • ¿Por qué Estados Unidos y sus socios desligaron a Ucrania del operativo de inmediato y faltando aún información?
  • ¿Qué credibilidad tiene que Ucrania no se responsabilizara del atentado, igual que negó la destrucción de los gasoductos del Báltico o el asesinato de la hija del filósofo ruso Duguin y de otros actos terroristas de su evidente autoría?

Y cerrando el tema, nuestro director conjetura sobre la terrible hipótesis que Rusia hubiese reaccionado como Netanyahu cuando el ataque de Hamás en Israel, que desencadenó el horrible genocidio palestino. Desde luego ello no ocurrió gracias a la mesura del gobierno ruso, aunque queda latente la siniestra posibilidad de que esa haya sido la intención de la barbarie, mientras la OTAN sucumbe en Ucrania y sus líderes -como Macrón- levantan vientos de guerra como preludio de un holocausto nuclear.

Eduardo Bonugli (Madrid, (31/03/24)

ANEXOS SOBRE LOS RESPONSABLES DEL TERRORISMO INTERNACIONAL

1 Cómo Estados Unidos creó a Estado Islámico

Donald Trump anunció la muerte de Abu Bakr Al Baghdadi, autoproclamado Califa del Estado Islámico, un grupo terrorista que EE.UU. ayudó a crear con su torpeza en Medio Oriente.

https://www.perfil.com/noticias/columnistas/como-estados-unidos-creo-a-estado-islamico.phtml

2 Las guerras de Hillary Clinton

Como Secretaria de Estado Clinton cerró la mayor exportación de armas de la historia de EE.UU, gran parte destinada al Golfo, y en concreto a Arabia Saudí

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/guerras-hillary-clinton_129_3746396.html

3 Hillary Clinton y el brutal asesinato de Gadafi

El 20 de octubre de 2011 el presidente de Libia, Muammar al-Gadafi fue brutalmente asesinado por una turba de la OTAN respaldada por los «rebeldes», luego de ser golpeado y violado de la manera más brutal. La historia hoy no deja ninguna duda de aquel día no sólo asesinaron al líder libio, sino también a la propia Libia.

4 Impunidad de las potencias: Los financistas del terrorismo en Siria.

Dar armas a terroristas sale muy barato cuando estás en el bando correcto. Durante años y con la excusa de apoyar a los ‘rebeldes moderados’ contra Bashar al-Assad, Estados Unidos, Arabia Saudí, Qatar, Francia, Reino Unido y más países han entregado armas y dinero a auténticos integristas de la órbita de organizaciones como al-Qaeda e incluso el grupo terrorista ISIS antes de 2014. Y todavía hoy no se ha pedido la cabeza de los responsables.

https://www.annurtv.com/news-53832-impunidad-de-las-potencias-los-financistas-del-terrorismo-en-siria

Por Pepe Escobar

Se acabó el juego de sombras. Ahora es a cara descubierta. Sin restricciones.

Prueba 1: Viernes, 22 de marzo de 2024. Es la guerra. El Kremlin, a través de Peskov, finalmente lo admite, en el registro.

La cita del dinero:

«Rusia no puede permitir la existencia en sus fronteras de un Estado que tiene la intención documentada de utilizar cualquier método para arrebatarle Crimea, por no hablar del territorio de nuevas regiones».

Traducción: el chucho de Kiev construido por el Hegemón está condenado, de una forma u otra. La señal del Kremlin: «Ni siquiera hemos empezado» comienza ahora.

Prueba 2: viernes por la tarde, unas horas después de Peskov. Confirmado por una fuente europea seria -no rusa-. La primera contra-señal.

Tropas regulares de Francia, Alemania y Polonia han llegado, por ferrocarril y aire, a Cherkassy, al sur de Kiev. Una fuerza sustancial. No se ha filtrado el número. Están siendo alojados en escuelas. A efectos prácticos, se trata de una fuerza de la OTAN.

Eso significa: «Que empiecen los juegos». Desde el punto de vista ruso, las tarjetas de visita del Sr. Khinzal van a estar muy solicitadas.

Prueba 3: Viernes por la noche. Ataque terrorista en Crocus City, un local de música al noroeste de Moscú. Un comando fuertemente entrenado dispara a sangre fría, a quemarropa, a la gente que tiene a la vista, y luego prende fuego a la sala de conciertos. La contra-señal definitiva: colapsado el campo de batalla, sólo queda el terrorismo en Moscú.

Y justo cuando el terror golpeaba Moscú, Estados Unidos y el Reino Unido, en el suroeste de Asia, bombardeaban Saná, la capital yemení, con al menos cinco ataques.

Una coordinación ingeniosa. Yemen acaba de cerrar en Omán un acuerdo estratégico con Rusia y China para la navegación sin trabas en el Mar Rojo, y figura entre los principales candidatos a la expansión de los BRICS+ en la cumbre de Kazán del próximo octubre.

Los hutíes no sólo están derrotando de forma espectacular a la talasocracia, sino que tienen de su lado la asociación estratégica Rusia-China. Asegurar a China y Rusia que sus barcos pueden navegar por el Bab-al-Mandeb, el Mar Rojo y el Golfo de Adén sin problemas se intercambia con el total apoyo político de Pekín y Moscú.

Los patrocinadores siguen siendo los mismos

En lo más profundo de la noche en Moscú, antes del amanecer del sábado 23. Prácticamente nadie duerme. Los rumores bailan como derviches en innumerables pantallas. Por supuesto, aún no se ha confirmado nada. Sólo el FSB tendrá respuestas. Se está llevando a cabo una investigación a gran escala.

El momento de la masacre del Crocus es bastante intrigante. Un viernes durante el Ramadán. Los verdaderos musulmanes ni siquiera pensarían en perpetrar un asesinato en masa de civiles desarmados en una ocasión tan sagrada. Compárelo con la carta de ISIS que los sospechosos habituales están marcando frenéticamente.

Hagamos pop. Citando a Talking Heads: «Esto no es una fiesta/ esto no es una discoteca/ esto no es ninguna tontería». No, es más bien una operación psicológica americana. ISIS son mercenarios / matones de dibujos animados. No musulmanes de verdad. Y todo el mundo sabe quién los financia y los arma.

Eso nos lleva al escenario más posible, antes de que el FSB intervenga: matones del ISIS importados del campo de batalla de Siria -tal como están las cosas, probablemente tayikos- entrenados por la CIA y el MI6, trabajando en nombre del SBU ucraniano. Varios testigos en Crocus se refirieron a los «wahabíes», ya que los comandos asesinos no parecían eslavos.

Le tocó al serbio Aleksandar Vucic ir al grano. Relacionó directamente las «advertencias» de principios de marzo de las embajadas estadounidense y británica a sus ciudadanos para que no visitaran lugares públicos en Moscú con el hecho de que los servicios de inteligencia de la CIA/MI6 tuvieran información privilegiada sobre posible terrorismo y no la revelaran a Moscú.

La trama se complica cuando se establece que Crocus es propiedad de los Agalarov: una familia multimillonaria azerí-rusa, muy amiga de…

… Donald Trump.

Hablando de un objetivo señalado por el Estado Profundo.

Escisión del ISIS o banderistas: los patrocinadores siguen siendo los mismos. El payaso secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov, fue lo suficientemente tonto como para confirmar virtual e indirectamente que lo hicieron, diciendo en la televisión ucraniana: «les daremos [a los rusos] este tipo de diversión más a menudo».

Pero le tocó a Sergei Goncharov, veterano de la unidad antiterrorista rusa de élite «Alfa», acercarse a desenmarañar el enigma: dijo a Sputnik que el autor intelectual más factible es Kyrylo Budanov, jefe de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano.

El «jefe de los espías» que resulta ser el principal activo de la CIA en Kiev.

Tienen que ir hasta el último ucraniano

Las tres pruebas anteriores complementan lo que el jefe del comité militar de la OTAN militar de la OTAN, Rob Bauer, dijo anteriormente en un foro de seguridad en Kiev: «Se necesita algo más que granadas: se necesita gente para reemplazar a los muertos y heridos. Y esto significa movilización».

Traducción: La OTAN deletrea que esto es una guerra hasta el último ucraniano.

Y los «dirigentes» de Kiev siguen sin entenderlo. El ex ministro de Infraestructuras Omelyan: «Si ganamos, pagaremos con petróleo, gas, diamantes y pieles rusas. Si perdemos, no se hablará de dinero: Occidente pensará en cómo sobrevivir».

Paralelamente, el enclenque «jardinero y selvático» Borrell admitió que sería «difícil» para la UE encontrar 50.000 millones de euros extra para Kiev si Washington se tira del carro. La cúpula de la sudadera sudada de cocaína cree realmente que Washington no «ayuda» en forma de préstamos, sino de regalos gratuitos. Y lo mismo puede decirse de la UE.

El Teatro del Absurdo es inigualable. El canciller alemán de las salchichas de hígado cree realmente que los ingresos de los activos rusos robados «no pertenecen a nadie», por lo que pueden utilizarse para financiar el armamento adicional de Kiev.

Todo el mundo con cerebro sabe que el uso de los intereses de los activos rusos «congelados», en realidad robados, para armar a Ucrania es un callejón sin salida, a menos que roben todos los activos de Rusia, aproximadamente 200.000 millones de dólares, en su mayoría estacionados en Bélgica y Suiza: eso hundiría el euro para siempre, y toda la economía de la UE para el caso.

Será mejor que los eurócratas escuchen a la principal «perturbadora» (terminología estadounidense) del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiullina: El Banco de Rusia tomará «medidas apropiadas» si la UE hace algo sobre los activos rusos «congelados»/robados.

Ni que decir tiene que las tres exposiciones anteriores anulan por completo el circo de «La Cage aux Folles» promovido por el enclenque Petit Roi, ahora conocido en todos sus dominios franceses como Macronapoleón.

Prácticamente todo el planeta, incluido el Norte Global anglófono, ya se había estado burlando de las «hazañas» de su Ejército Can Can Moulin Rouge.

Así que soldados franceses, alemanes y polacos, como parte de la OTAN, ya están en el sur de Kiev. Lo más probable es que se mantengan lejos, muy lejos de los frentes, aunque rastreables por las actividades comerciales del Sr. Khinzal.

Incluso antes de que este nuevo lote de la OTAN llegara al sur de Kiev, Polonia -que casualmente sirve como principal corredor de tránsito para las tropas de Kiev- había confirmado que las tropas occidentales ya están sobre el terreno.

Así que ya no se trata de mercenarios. Francia, por cierto, sólo ocupa el séptimo lugar en cuanto a mercenarios sobre el terreno, muy por detrás de Polonia, Estados Unidos y Georgia, por ejemplo. El Ministerio de Defensa ruso tiene todos los registros precisos.

En pocas palabras: ahora la guerra se ha trasladado de Donetsk, Avdeyevka y Belgorod a Moscú. Más adelante, puede que no sólo se detenga en Kiev. Puede que sólo se detenga en Lviv. El Sr. 87%, que goza de una casi unanimidad nacional masiva, tiene ahora el mandato de llegar hasta el final. Especialmente después de Crocus.

Hay muchas posibilidades de que las tácticas de terror de los matones de Kiev lleven finalmente a Rusia a devolver a Ucrania a sus fronteras originales del siglo XVII, sin salida al mar: Privada del Mar Negro, y con Polonia, Rumanía y Hungría reclamando sus antiguos territorios.

Los ucranianos que queden empezarán a preguntarse seriamente qué les llevó a luchar -literalmente hasta la muerte- en nombre del Estado Profundo estadounidense, el complejo militar y BlackRock.

Tal y como están las cosas, la picadora de carne Highway to Hell está destinada a alcanzar la máxima velocidad.

FUENTE:

Por  M. K. Bhadrakumar

En menos de tres años, la erosión de la hegemonía estadounidense que comenzó en cascada con la derrota en Afganistán en agosto de 2021 se extendió a Eurasia, seguida de la erupción masiva en Asia Occidental a finales de 2023. Al comenzar 2024, oímos tambores lejanos en Extremo Oriente, mientras el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong Un, percibe instintivamente una rara alineación de factores positivos que aparecen en los conflictos existenciales de Eurasia y Asia Occidental y la capitaliza con un giro estratégico para desafiar lo que Pyongyang llama una «versión asiática de la OTAN» liderada por Estados Unidos.


La Agencia Central de Noticias Coreana informó de una declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores del país en la que se afirmaba que Corea del Norte «da una calurosa bienvenida al Presidente Putin para que visite Pyongyang y está dispuesta a saludar al amigo más cercano del pueblo coreano con la mayor sinceridad».


Kim, un astuto practicante de la geopolítica, pretende crear sinergias mediante una fusión estratégica que en realidad se remonta a Stalin, quien buscó a propósito enredar a Estados Unidos en un conflicto militar en la península coreana y prevenir el estallido de una tercera guerra mundial.
El cálculo de Stalin era que unos EE.UU. agotados por la intervención china en la guerra de Corea «serían incapaces de una tercera guerra mundial en un futuro próximo». Efectivamente, se demostró que tenía razón.
El 27 de agosto de 1950, Stalin escribió una carta altamente confidencial al entonces presidente checoslovaco Klement Gottwald para explicar su toma de decisiones, que llegó a los archivos ex soviéticos en 2005, para aparecer en el original ruso en la revista histórica Novaya I Noveishaya Istoriia.


Al parecer, Stalin siguió en secreto el plan de Kim Il Sung, durante el viaje secreto del líder norcoreano a Moscú en abril de 1950, no porque calculara mal que Estados Unidos no se implicaría en la guerra (como estimaban los historiadores occidentales), sino precisamente porque quería que Estados Unidos se enredara en un conflicto limitado en Asia.
Stalin tranquilizaba a Gottwald, un nervioso aliado, sobre la situación internacional y la decisión de Moscú de retirarse del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) en enero de 1950 y los motivos de la ausencia soviética del CSNU en julio de 1950 cuando se debatió la cuestión coreana, así como la abstención soviética y el no ejercicio de su derecho de veto contra la resolución estadounidense que pretendía el despliegue de una fuerza de la ONU en Corea.


Stalin escribió que «está claro que los Estados Unidos de América están actualmente distraídos de Europa en Extremo Oriente. ¿No nos da esto una ventaja en el equilibrio mundial de poder? Sin duda».
Dicho de otro modo, Europa era la principal prioridad en la estrategia internacional de la Unión Soviética, y la Guerra de Corea se veía como una oportunidad para fortalecer el socialismo en Europa mientras se desviaban los intereses y recursos estadounidenses de ese continente.

Lo que distingue a las grandes potencias como Rusia es la profundidad de su conciencia histórica para relacionar el tiempo pasado con el tiempo presente y comprender que las semillas germinales del tiempo futuro se encuentran en gran medida incrustadas en el tiempo pasado. Al fin y al cabo, el tiempo no puede tratarse como una abstracción, sino como el fundamento vital de la realidad humana. Esta debe ser una de las razones por las que hoy se especula tanto en Estados Unidos sobre el reciente aumento de los lazos entre Rusia y la RPDC.
Pranay Vaddi, director principal de control de armamento de la Casa Blanca, declaró el pasado jueves que la naturaleza de la amenaza a la seguridad que plantea Corea del Norte podría cambiar «drásticamente» en la próxima década como resultado de su cooperación sin precedentes con Rusia. «Lo que estamos viendo entre Rusia y Corea del Norte es un nivel de cooperación sin precedentes en el ámbito militar», declaró Vaddi al think tank Center for Strategic and International Studies de Washington. Y añadió: «Y digo ‘sin precedentes’ muy deliberadamente: nunca habíamos visto esto antes».


Vaddi dijo que era necesario prestar mucha atención no sólo a la ayuda de Corea del Norte, armada nuclearmente, a la guerra de Rusia en Ucrania, principalmente en forma de sistemas de misiles, sino también a «lo que podría estar yendo en la otra dirección».
Preguntó: «¿Cómo podría eso mejorar las capacidades de Corea del Norte? ¿Y qué significa eso para nuestra propia postura de disuasión ampliada en la región, tanto con Corea como con Japón?». Estados Unidos ha captado bien el mensaje de Rusia.
Las declaraciones de Vaddi, que no fueron improvisadas, se produjeron tras la visita oficial de cinco días a Moscú del ministro de Asuntos Exteriores de la RPDC, Choe Son-hui, durante la cual Putin, en un gesto poco habitual, recibió al dignatario visitante en el Kremlin. El comunicado ruso se burló de los estadounidenses al calificar crípticamente las conversaciones del ministro de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, con Choe como «un intercambio significativo de opiniones sobre asuntos de actualidad relacionados con el desarrollo de los lazos bilaterales, centrado en «cuestiones prácticas» y en «seguir mejorando el marco jurídico contractual». Las lecturas rara vez llegan tan lejos en transparencia.
En cualquier caso, el punto de referencia era la aplicación de los «acuerdos» entre Putin y Kim durante su reunión en septiembre en el Centro de Lanzamientos Espaciales de Vostochny (puerto espacial ruso situado por encima del paralelo 51 Norte, en el oblast de Amur, en el Lejano Oriente ruso).


Al comentar la reunión del ministro Choe con Putin, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que Corea del Norte «es nuestro socio más importante, y estamos centrados en seguir desarrollando nuestras relaciones en todos los ámbitos, incluidos los sensibles».
En esencia, como señaló un informe de Reuters, «Moscú dice que desarrollará lazos con los países que quiera… Rusia ha hecho todo lo posible por publicitar el renacimiento de su relación, incluidos los lazos militares, con Corea del Norte….». Para Putin… «cortejar a Kim le permite pinchar a Washington y a sus aliados asiáticos».


De hecho, Kim también está dispuesto a desempeñar su papel. Sólo en la última semana, Corea del Norte realizó una prueba de su sistema submarino de armas nucleares y Kim anunció que la unificación con Corea del Sur ya no es posible. Kim dijo que el Norte «no quería la guerra, pero tampoco tenemos intención de evitarla».
Sin duda, Rusia ha optado por redoblar su alianza con Corea del Norte. Y Kim expresó su interés en estrechar lazos con Moscú de forma muy pública, realizando una visita personal a Rusia en septiembre. El momento elegido para ese viaje fue audaz, dadas las recientes medidas de Estados Unidos para reforzar los esfuerzos trilaterales de disuasión contra el Norte con Corea del Sur y Japón.
Se está creando un «bloque» trilateral de facto con Rusia y China en oposición a la alianza trilateral entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón. El apoyo de la RPDC a Rusia en Ucrania serviría a los intereses de China al contener el poder estadounidense. Y Corea del Norte gana inconmensurablemente en profundidad estratégica, gracias al apoyo de dos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a veto.
Un comunicado de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Pyongyang tras las conversaciones del ministro Choe en Moscú decía: «La parte norcoreana apreció altamente la importante misión y el papel de la poderosa Federación Rusa en el mantenimiento de la estabilidad y el equilibrio estratégicos del mundo y expresó su esperanza de que la Federación Rusa continúe adhiriéndose a políticas y líneas independientes en todos los campos también en el futuro, y así hacer una gran contribución a la paz y la seguridad internacionales y al establecimiento de un orden internacional equitativo y justo».


Tass exageró el comunicado de prensa, extrayendo de él no menos de 3 interesantes informes. En efecto, aparece un nuevo vector geopolítico en Extremo Oriente, que, a diferencia de Ucrania o Gaza, también es un foco nuclear. Por fin, la geopolítica se mueve en el sentido de Corea del Norte, un país que hace siete años ya soñaba con hundir un portaaviones de propulsión nuclear estadounidense «de un solo golpe». La cuestión es que esa fantasía sigue sin ponerse a prueba.


En política, a menudo es el desvalido el que empieza la lucha, y en ocasiones el superior merece ganar, pero rara vez lo hace. Hamás, los Huties, Kim –siempre es divertido sorprender a la gente. Además, tienen menos presión, y una mentalidad ganadora de batallas que podrían transformar a un desvalido en un campeón y triunfador. El viaje de Putin a Pyongyang será observado atentamente por la administración Biden.
Andrey Sushentsov, un destacado experto ruso, escribió recientemente: «Nuestra confrontación con los estadounidenses durará mucho tiempo, aunque veremos ciertas pausas… La tarea de Rusia consistirá en crear una red de relaciones con Estados afines, que incluso podría llegar a incluir a algunos de Occidente». La estrategia estadounidense consiste en extinguir por la fuerza los puntos de autonomía estratégica, algo que Washington consiguió hacer en Europa Occidental en la primera fase de la crisis ucraniana, pero esa maniobra fue uno de los últimos éxitos en este sentido.
En cualquier caso, se está abriendo un frente oriental en la confrontación entre Estados Unidos y Rusia, que complementa los frentes occidental y meridional en Eurasia y Asia Occidental, respectivamente.

Fuente: https://www.indianpunchline.

[NdR los analistas internacionales europeos van cayendo en la cuenta de que cada día tendrán menos importancia, en la reconfiguración del mundo en pleno desarrollo, pero lamentablemente se puede observar que todo es “culpa” de los “otros”, jamás reconocen ni reconocerán sus actitudes de vieja data de imperialismo y neocolonialismo sobre el resto del mundo y subordinación a la política exterior del poder anglosajón que los controla y desde esa Atalaya hacen sus análisis y traen sus conclusiones, con el título de “La Gran Guerra de Secesión”, está editorial de la revista Dissipatio se dan cuenta que la ruptura de Rusia con Occidente “va en serio” y se vuelca hacia el mundo euroasiático, y cometen además el error de que esto durará mientras esté en el poder Vladimir Putin y que no es una política estratégica asumida por la conducción política de la Federación Rusa. Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele Dossier Geopolitico]

“La Gran Guerra de Secesión” Por Sebastiano Caputo Dissipatio

Quién hubiera pensado que tarde o temprano Rusia, a pesar de tener continuidad geográfica con Europa, se separaría para siempre. Ucrania no es sólo un macabro escenario de guerra, sino que se ha convertido en el punto de ruptura entre la tierra y el mar. Aquellas coordenadas que nos dejó el jurista alemán Carl Schmitt para leer la mecánica del mundo se han convertido en dos polos opuestos, que ahora corren el riesgo de no volver a tocarse nunca más. Los principales pensadores estratégicos y tomadores de decisiones político-institucionales en Estados Unidos, desde Henry Kissinger hasta John Mearsheimer , nos habían advertido que el conflicto armado, tarde o temprano, llegaría si continuábamos por este camino. Pero ahora ya no hay vuelta atrás.

También porque en Moscú , mucho más que en Bruselas , existe esta conciencia. Vladimir Putin no se ha vuelto loco, no le interesa el consenso de la opinión pública occidental, no quiere ganar la batalla de la comunicación, que Volodymyr Zelensky jugó magistralmente , y mucho menos quiere convencer a los analistas para que comprendan sus razones. De lo contrario, no se podría explicar toda una serie de acciones injustificables en la sociedad de la transparencia: desde invasiones militares hasta bombardeos aéreos, desde sabotajes de corredores humanitarios hasta violaciones de acuerdos de alto el fuego. De lo contrario, la guerra total, en ausencia de un «casus belli» -un incidente, una instantánea, una prueba-, habría actuado infiltrándose en las líneas enemigas para provocar, orientar, fabricar cualquier justificación, o habría tenido que intervenir militarmente bajo con el pretexto de «desnazificar» el país , en mayo de 2014, tras el incendio de Odesa . Y, sin embargo, nada de esto. Junto a la percepción de traición, junto al resentimiento -todas las emociones que caen dentro de la esfera privada e íntima-, hay una decisión unilateral perfectamente racional, cínica, indiferente a las consecuencias. Vladimir Putin ha decidido que Rusia debe comenzar en Kiev y terminar en Vladivostok, como también sugirió el historiador Roj Medvedev en las columnas del Corriere della Sera . Y que su destino, ahora que se ha consolidado la integración entre la Unión Europea y la Alianza Atlántica, está separado del del Viejo Continente. Geográficamente, políticamente pero también espiritualmente. De ahí la necesidad, o más bien la legitimación espiritual, del poder temporal del patriarca ortodoxo Kiril I, que una vez más juró lealtad al zar. Moscú ya no es la Tercera Roma, sino que quiere ser la Primera Moscú. En su sermón – señaló Antonio Spadaro , director de Civiltà Cattolica – hay un pasaje decisivo que pasó desapercibido para la mayoría: “Hemos entrado en una lucha que tiene un significado metafísico”. Una imagen que nos devolvió a la imagen de George W. Bush cuando esgrimía la Biblia para santificar su guerra contra el mundo islámico.

El Gran Continente recuperó recientemente un artículo de Vladislav Surkov , eminencia gris del Kremlin, en el que, cuatro años antes de la invasión de Ucrania, ya explicaba la teoría de la «sangre mestiza» de Rusia, es decir, de un país que, aunque históricamente vinculado tanto en Occidente como en Oriente, sigue siendo una entidad separada. Y el primer paso de esta secesión parece ser internet. Si es cierto que Rusia se convertirá en una «isla», al menos a nivel comercial y financiero, se verá obligada a reforzar la integración euroasiática (en particular con China). Este aislamiento en el Este podría durar la época de Vladimir Putin, o incluso la época del derretimiento del hielo en el Ártico. Cuando esto suceda, las naciones -en particular Estados Unidos, China y Rusia- que aparecen en este espacio geográfico, rico en yacimientos de petróleo y gas natural, tendrán inevitablemente que revisar sus alianzas. Hasta ese día, Eurasia estará bajo control chino. De ahí la prudencia de Pekín al apoyar la intervención y mediar entre las partes implicadas.

En estas horas, la diplomacia parece estar avanzando aunque la ofensiva militar de Vladimir Putin continúa sin cesar. Y el hecho de que los «pacificadores» más activos, por diferentes razones y con diferentes intereses, sean israelíes y turcos es bastante indicativo. Europa y Rusia están destinadas a separarse para siempre y no pretenden encontrar una solución. Y a diferencia de los tiempos de la Unión Soviética, la Federación de Vladimir Putin ya no parece interesada en ejercer fascinación, en todas sus formas, sobre nosotros . No quiere que la comprendan, la culpen ni la apoyen. El problema no es tanto si continuaremos estudiando a Dostoievski, porque a estas alturas que lo leamos será completamente relativo. Así, incluso para un diplomático ruso, París, Roma y Berlín se convertirán en lugares secundarios. Incluso el macartismo es una expresión fuera de lugar porque no hemos retrocedido treinta años. A lo sumo podría haber una caza de brujas que no responden ante ningún aprendiz de brujo. A partir de ahora cada uno sigue su propio camino. Es la historia, que se ocupa del pasado y ahora tiene que ocuparse del futuro.

Por Sebastiano Caputo de DISSIPATIO Italia

https://www.dissipatio.it/putin-ucraina-artico/

Por Pepe Escobar para Strategic Culture


Mientras los perros de la guerra ladran, mienten y roban, la caravana Rusia-China sigue su camino.

El año 2023 puede definirse para la posteridad como el Año de la Asociación Estratégica Rusia-China. Esta maravilla de maravillas podría fácilmente balancearse bajo el ritmo de (quién si no) Stevie Wonder: “Aquí estoy, bebé/ firmado, sellado, entregado, soy tuyo”.

En los primeros 11 meses de 2023, el comercio entre Rusia y China superó los 200.000 millones de dólares; no esperaban lograrlo hasta 2024.

Seguramente esa es una asociación bajo un ritmo. Una vez más firmado, sellado y entregado durante la visita de una gran delegación a Beijing la semana pasada, encabezada por el Primer Ministro Mikhail Mishustin, quien se reunió con el Presidente chino Xi Jinping y revisó y mejoró todo el espectro de la asociación/cooperación estratégica integral, completa con una serie de nuevos e importantes proyectos conjuntos.

Al mismo tiempo, en el frente del Gran Juego 2.0, todo lo que es necesario reafirmar fue abordado en la detallada entrevista del Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, a Dimitri Simes en su programa El Gran Juego .

Añádase a esto el desglose cuidadosamente estructurado escrito por  el jefe del SVR Sergey Naryshkin , definiendo 2024 como “el año del despertar geopolítico”, y presentando posiblemente la formulación clave tras la próxima humillación cósmica de la OTAN en las estepas de Donbass: “En En 2024, el mundo árabe seguirá siendo el espacio principal en la lucha por el establecimiento de un nuevo orden”.

Ante un ajuste geopolítico tan detallado, no sorprende que la reacción imperial fuera de apoplejía, revelada epidérmicamente en largos y tortuosos “análisis” que intentaban explicar por qué el presidente Putin resultó ser el “vencedor geopolítico” de 2023, seduciendo a vastas franjas de la población. El mundo árabe y el Sur Global, solidificando a los BRICS al lado de China e impulsando a la UE aún más hacia un vacío negro creado por ella misma (y la hegemónica).

Putin incluso se permitió, medio en broma, ofrecer a Rusia apoyo para la posible “reanexión” de las 404 regiones fronterizas del país anexadas por Stalin, que eventualmente serían devueltas a sus antiguos propietarios Polonia, Hungría y Rumania. Añadió que está 100% seguro de que esto es lo que quieren los residentes de las fronteras todavía ucranianas.

Si eso sucediera, Transcarpatia regresaría a Hungría; Galicia y Volyn regresan a Polonia; y Bucovina de regreso a Rumania. ¿Puedes sentir la casa vibrando al amanecer en Budapest, Varsovia y Bucarest?

Luego está la posibilidad de que el Hegemón ordene a los punks jóvenes de la OTAN acosar a los petroleros rusos en el Mar Báltico y “aislar” San Petersburgo. No hace falta decir que la respuesta rusa sería simplemente eliminar los centros de Comando y Control (la piratería podría ser suficiente); quemar dispositivos electrónicos en todo el espectro; y bloquear el Báltico en la entrada realizando un ejercicio de “Libertad de Navegación” para que todos se familiaricen con el nuevo ritmo.

Esa simbiosis entre China y el Lejano Oriente ruso

Una de las características más impresionantes de la asociación ampliada entre Rusia y China es lo que se está planeando para la provincia nororiental china de Heilongjiang.

La idea es convertirlo en un megacentro económico, de desarrollo científico y de defensa nacional, centrado en la capital provincial, Harbin, con una nueva y extensa Zona Económica Especial (ZEE).

El vector clave es que este megacentro también coordinaría el desarrollo del inmenso Lejano Oriente ruso. Esto se discutió en detalle en el Foro Económico Oriental celebrado en Vladivostok el pasado mes de septiembre.

En un acuerdo único y sorprendente, se podría permitir a los chinos gestionar latitudes seleccionadas del Lejano Oriente ruso durante los próximos 100 años.

Como detalló el analista Thomas Polin, radicado en Hong Kong, Beijing está presupuestando no menos de 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares) para todo el asunto. La mitad sería absorbida por Harbin. El proyecto llegará al Congreso Nacional del Pueblo el próximo mes de marzo y se espera que sea aprobado. Ya ha sido aprobado por la cámara baja de la Duma de Moscú.

Las ramificaciones son alucinantes. Habríamos elevado a Harbin al estatus de ciudad administrada directamente, al igual que Beijing, Shanghai, Tianjin y Chongqing. Y, sobre todo, se creará un comité de gestión chino-ruso en Harbin para supervisar todo el proyecto.

Las universidades chinas de primer nivel, incluida la Universidad de Pekín, trasladarían sus campus principales a Harbin. Las universidades de Defensa Nacional y Tecnología de Defensa Nacional se fusionarían con la Universidad de Ingeniería de Harbin para formar una nueva entidad centrada en las industrias de defensa. Institutos y empresas de investigación de alta tecnología en Beijing, Shanghai y Shenzhen también se trasladarían a Harbin.

El Banco Popular de China establecería su sede para el norte de China en Harbin, con mercados de negociación de acciones y futuros de materias primas.

A los residentes de Heilongjiang se les permitiría viajar de ida y vuelta a regiones designadas del Lejano Oriente ruso sin visa. La nueva ZEE de Heilongjiang tendría su propia zona aduanera y no tendría impuestos de importación.

Ese es el mismo espíritu que impulsa los corredores de conectividad BRI y el Corredor Internacional de Transporte Norte Sur (INSTC). La razón subyacente es una integración más amplia de Eurasia.

En la reciente reunión del Club Astana en Kazajstán , el investigador Damjan Krnjevic-Miskovic, Director de Investigación de Políticas de la Universidad ADA en Bakú, hizo una excelente presentación sobre los corredores de conectividad.

Se refirió, por ejemplo, a la reunión del C5+1 (cinco “stans” de Asia Central más China) celebrada hace tres meses en Dushanbe, a la que asistió el presidente de Azerbaiyán, Aliyev: eso se traduce como integración de Asia Central y el Cáucaso.

Miskovic está prestando la debida atención a todo lo que está evolucionando en lo que define, correctamente, como “la región de la Ruta de la Seda”: interconectar la zona euroatlántica con Asia-Pacífico e interconectar Asia occidental, Asia meridional y Eurasia en general.

Estratégicamente, por supuesto, esa es la “bisagra geopolítica donde la OTAN se encuentra con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), y donde la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) se conecta con Turkiye y el territorio de la UE”. En términos prácticos, Rusia y China saben exactamente lo que hay que hacer para impulsar la conectividad económica y las “relaciones sinérgicas” en todo este amplio espectro.

La guerra de los corredores económicos se recrudece

La fragmentación de la economía global ya está polarizando a los BRICS 10 en expansión (a partir del 1 de enero , bajo la presidencia rusa, y sin coquetear con la dolarización, Argentina) y al cada vez más reducido G7.

El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Andrey Rudenko, una mano clave en Asia, hablando con TASS, reafirmó una vez más que el impulso clave para la Gran Asociación Eurasia (política oficial rusa) es conectar la Unión Económica Euroasiática (UEEA) con la BRI.

A medida que Rusia desarrolla un equilibrio cuidadosamente calibrado entre China e India, el mismo impulso se aplica al desarrollo del INSTC, donde Rusia, Irán e India son los principales socios, y Azerbaiyán también seguramente se convertirá en un actor crucial.

A esto hay que sumarle unas relaciones rusas enormemente mejoradas con Corea del Norte, Mongolia, Pakistán (miembro de la BRI y la OCS) y la ASEAN (excepto el occidentalizado Singapur).

BRI, cuando se trata del meollo de la cuestión, está en racha. Acabo de estar en Moscú, Astana y Almaty durante tres semanas, y se pudo confirmar con varias fuentes que los trenes en todos los corredores de conectividad están llenos hasta el tope; vía el Transiberiano; vía Astana hasta Minsk; y vía Almaty a Uzbekistán.

Yulia Melnikova, directora de programas del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, añade que “Moscú puede y debe integrarse más activamente en las operaciones de tránsito a lo largo de la ruta China – Mongolia – Rusia” y acelerar la armonización de normas entre la UEEA y China. Por no hablar de invertir más en la cooperación entre Rusia y China en el Ártico.

Ingresa el presidente Putin, en una reunión de Ferrocarriles Rusos, que presenta un ambicioso y masivo plan de expansión de infraestructura de 10 años que abarca nuevos ferrocarriles y una mejor conectividad con Asia, desde el Pacífico hasta el Ártico.

La economía rusa definitivamente ha girado hacia Asia, responsable del 70% del volumen de negocios comercial en medio de la demencia de las sanciones occidentales.

Así que lo que hay en el menú por delante es de todo, desde la modernización del Transiberiano y el establecimiento de un importante centro logístico en los Urales y Siberia hasta la mejora de la infraestructura portuaria en los mares Azov, Negro y Caspio y un tránsito de carga INSTC más rápido entre Murmansk y Mumbai.

Putin, una vez más, casi como una ocurrencia tardía, comentó recientemente que el comercio a través del Canal de Suez ya no puede considerarse efectivo, en comparación con la Ruta del Mar del Norte de Rusia. Con un movimiento geopolítico único y brusco, Ansarullah de Yemen lo ha hecho gráfico, para que todos lo vean.

El desarrollo ruso de la Ruta del Mar del Norte se produce en total sinergia con el impulso chino para desarrollar el tramo ártico de la BRI. En el frente del petróleo, los envíos rusos a China a través de su costa ártica tardan sólo 35 días: 10 días menos que a través de Suez.

Danila Krylov, investigadora del Departamento de Medio Oriente y Asia postsoviética del Instituto de Información Científica en Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de Rusia, ofrece una visión sencilla:

“Veo el hecho de que los estadounidenses se estén involucrando en Yemen como parte de un gran juego [escenario]; hay más en ello que el simple deseo de castigar a los hutíes o a Irán, ya que es más probable que esté motivado por el deseo de impedir la monopolización del mercado y obstaculizar las exportaciones chinas a Europa. Los estadounidenses necesitan un Canal de Suez operativo y un corredor entre India y Europa, mientras que los chinos no lo quieren porque son dos competidores directos”.

No es que los chinos no lo quieran: con la Ruta del Mar del Norte en funcionamiento, no lo necesitan.

¡Ahora congela!

En resumen: en la actual y cada vez más conflictiva Guerra de los Corredores Económicos , la iniciativa es de Rusia y China.

Desesperados, y no más que una víctima de pollo sin cabeza y privada de opciones en la Guerra de los Corredores Económicos, los vasallos de la UE de la Hegemonía están recurriendo a torcer el manual de Sigue el Dinero.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ha definido la congelación de activos rusos –no sólo privados, sino también estatales– por parte de la UE como puro robo. Ahora el Ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, está dejando muy claro que Moscú reaccionará simétricamente ante el posible uso de los ingresos de estos activos rusos congelados.

Parafraseando a Lavrov: tú confiscas, nosotros confiscamos. Todos confiscamos.

Las repercusiones serán catastróficas… para la hegemonía. Ninguna nación del Sur Global, fuera de la OTAN, será “alentada” a estacionar sus divisas/reservas en Occidente. Eso puede llevar, en un instante, a que todo el Sur Global abandone el sistema financiero internacional liderado por Estados Unidos y se una a una alternativa liderada por Rusia y China.

La asociación estratégica entre Rusia y China ya está desafiando directamente el “orden internacional basado en reglas” en todos los frentes: mejorando sus esferas históricas de influencia mientras desarrolla activamente vastos corredores de conectividad interconectados que evitan dicho “orden”. Eso impide, en la medida de lo posible, una Guerra Caliente directa con la Hegemonía.

O, para decirlo en términos de la Ruta de la Seda: mientras los perros de la guerra ladran, mienten y roban, la caravana Rusia-China sigue su camino.

Yemen ha sacudido la trayectoria de la guerra de Israel en Gaza al atacar barcos en ruta hacia el Estado ocupante. Estados Unidos y sus aliados ahora amenazan con establecer un grupo de trabajo naval en respuesta, una medida que probablemente resulte contraproducente y avivará aún más conflictos.

Por Khalil Harb

En lugar de presionar a Israel para que detenga su brutal ataque a la Franja de Gaza, la administración Biden ahora está movilizando flotas árabes y occidentales -y tal vez también una israelí- para salvar los intereses económicos, políticos y de Tel Aviv.

En medio de intensas operaciones navales llevadas a cabo contra embarcaciones con destino a Israel por parte de las fuerzas armadas de Yemen alineadas con Ansarallah, esta movilización estadounidense se está llevando a cabo con el pretexto de defender la libertad de navegación en el Mar Rojo y Bab. al-Mandab. 
Oficialmente, Washington afirma que está haciendo todo lo posible para evitar que la guerra de Israel se expanda hasta convertirse en una confrontación regional, y ha instalado públicamente a Tel Aviv a que baje el tono de sus ataques indiscriminados contra civiles en la franja sitiada. 

En realidad, sin embargo, la Casa Blanca está empleando una retórica vacía para darle a Israel más tiempo para lograr una victoria en Gaza y eliminar la resistencia palestina.

La propuesta estadounidense de reunir una fuerza naval internacional para proteger la navegación en el Mar Rojo sólo puede entenderse en el contexto del apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel. Cuando el Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, anunció conversaciones el 4 de diciembre sobre la formación de un grupo de trabajo naval, Tel Aviv rápidamente intensificó sus amenazas de represalias militares contra Yemen por obstruir los barcos israelíes y aquellos asociados con intereses israelíes en Bab. al-Mandab.

Estados Unidos busca un papel mayor en el Mar Rojo 

En lugar de prestar atención a las repetidas advertencias del líder de Ansarallah, Abdulmalik al-Houthi, a Washington de que deje de apoyar la guerra de Israel contra Gaza tras la operación Inundación de Al-Aqsa de la resistencia palestina el 7 de octubre, la La administración Biden parece haber hecho la vista gorda. 

En lugar de presionar a Tel Aviv para que impida una escalada regional, Washington ha abierto un puente aéreo de armas hacia Israel que supera con creces sus suministros de armas a Ucrania durante un período similar. Estados Unidos incluso ha ampliado su despliegue militar en la región y se ha enfrentado directamente a los misiles y drones yemeníes que apuntan a la ciudad de Umm al-Rashrash (Eilat), en el sur de Israel.

A pesar de dos meses de una matanza sin precedentes contra los civiles de Gaza que ha invertido la opinión mundial contra Tel Aviv, Estados Unidos parece no estar dispuesto a confrontar la decisión de Israel de librar una guerra prolongada . En cambio, el enfoque de la Casa Blanca se ha centrado en proteger los intereses comerciales de Israel en el Mar Rojo y ha enredado a Estados Unidos en la formación de un grupo de trabajo naval profundamente controvertido en Asia Occidental.

La semana pasada, después de que la campaña militar de Yemen para detener el transporte marítimo vinculado a Israel cobrara impulso, el jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, Tzachi Hanegbi, declaró que “si el mundo no se ocupa de ello, tomaremos medidas ”. Esto siguió a la discusión del secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, con su homólogo saudí, Khalid bin Salman, sobre las “amenazas hutíes a la libertad de navegación en el Mar Rojo”, a principios de mes.  

Sullivan dejó las cosas más claras cuando anunció conversaciones en curso para formar un grupo de trabajo marítimo de “algún tipo” para garantizar el paso seguro de los barcos en la vía fluvial.
La expresión “algún tipo” de fuerza indica que Washington no pretende limitarse a la llamada “Fuerza de Tarea Conjunta 153”, que se formó hace dos años para “combatir las actividades terroristas y de contrabando” en el Mar Rojo y el Golfo. de Adén. Esta fuerza incluye 15 países, incluidos Estados Unidos, Arabia Saudita, Egipto y Jordania, pero no incluye a Israel.
De hecho, el nuevo ‘grupo de trabajo’ parece cada vez más una medida estadounidense para enfrentar a Yemen de manera más directa, después de una guerra de ocho años que sus aliados sauditas y emiratíes no lograron ganar. También es una oportunidad para imponer la integración regional de Israel a los estados de Asia occidental, involucrando a Tel Aviv en una misión militar con poderes más amplios, mayores armamentos y de naturaleza multinacional.

Desafío de Ansarallah para el CTF 153

Las intenciones de Washington han sido claras desde al menos febrero de 2022, cuando Estados Unidos supervisó ejercicios militares navales en los que participaron 60 países, incluido Israel, la primera vez que el Estado ocupante participó en ejercicios junto a países árabes con los que carecen de relaciones diplomáticas formales.

CTF 153 es la cuarta fuerza de su tipo en el marco de la «Fuerza Marítima Combinada» (CMF), una alianza de fuerzas multinacionales de 39 países establecida en 2002 bajo el mando de la Quinta Flota en Bahréin, aparentemente para combatir las actividades de Actores ilegales y terrorismo internacional en los mares. 

El CMF incluye otros tres grupos de trabajo (150, 151 y 152). Entre los países participantes se encuentran Australia, Bélgica, Brasil, Francia, Alemania, Grecia, India, Irak, Italia, Japón, Corea del Sur, Noruega, Kuwait, Portugal, Qatar, Singapur, España, Tailandia, Turquía y Gran Bretaña.
Pero según Defense News , Estados Unidos “no necesita crear un nuevo grupo de trabajo; existe un grupo de trabajo dentro de las Fuerzas Marítimas Combinadas, a saber, CTF 153, que puede proporcionar un buen comienzo”.

Esto se debe a que la misión actual del CTF 153 es “centrarse en la seguridad marítima internacional y los esfuerzos de creación de capacidad en el Mar Rojo, Bab al-Mandeb y el Golfo de Adén”.

De hecho, las fuerzas estadounidenses y francesas se enfrentaron a drones y misiles lanzados por los yemeníes en los últimos días.

Sin embargo, una posible intensificación de los ataques de Ansarallah contra buques asociados a Israel podría plantear un desafío importante para el CTF 153. Debido al volumen sustancial de buques que atraviesan las aguas cercanas a Yemen, desde el Golfo de Adén hasta Bab al-Mandab y el Mar Rojo, la fuerza naval tendría que enfrentarse a aproximadamente 21.000 buques. 

Objetivos geopolíticos y seguridad energética

Bab al-Mandab, en particular, se identifica como un punto vulnerable por el que pasa anualmente el 12 por ciento del total del comercio marítimo mundial. Esto plantea algunas consideraciones importantes para las partes que intentan obstaculizar las capacidades de Ansarallah: 

Estados Unidos, por ejemplo, se verá obligado a proporcionar una gran cantidad de buques militares multimisión a través de grandes masas de agua. El informe de Defense News destacó la necesidad de la presencia de Israel junto a Egipto, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein en la fuerza naval propuesta, además de los países del G7 que incluyen a Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón. y Gran Bretaña.

Washington necesitará incluir a un gran número de países regionales -e incluso lejanos- en esta fuerza, lo que conducirá efectivamente a la militarización de áreas marítimas enteras desde el Mar Mediterráneo hasta el Canal de Suez, el Golfo de Aqaba, el Mar Rojo, el Golfo de Adén, el Mar Arábigo, hasta el Golfo Pérsico.
Mientras Estados Unidos compite con China y Rusia, su objetivo general es afirmar su dominio sobre los corredores internacionales , fortalecer la seguridad energética y gestionar los conflictos geopolíticos en Asia occidental. Sin embargo, la escalada estadounidense para salvar los intereses de Israel plantea el espectro de iniciar una guerra regional, contradiciendo las afirmaciones de Washington de tratar de evitar tal escenario.

Esta mayor tensión genera preocupación sobre posibles ataques estadounidenses contra Yemen, poniendo en peligro la frágil tregua que detuvo la guerra de siete años liderada por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. También corre el riesgo de socavar los esfuerzos de la ONU para consolidar el alto el fuego. 

Según informes de prensa , Estados Unidos ya está presionando a Riad para que retrase la firma de un acuerdo de paz con Yemen. En cambio, Washington está instalando a los sauditas a renovar su confrontación con Yemen uniéndose al grupo de trabajo ampliado de protección marítima.

Tal participación implica acciones militares estadounidenses, occidentales, árabes o israelíes en la agresión contra Yemen, amplificando el resentimiento regional contra la percepción de que Estados Unidos se inclina a favor de Israel.

‘Coalición de contención’ 

En respuesta al desafío que plantea Yemen a la alianza estadounidense, árabe e israelí, están surgiendo varias ideas y propuestas, entre ellas: 

Atacar sitios de lanzamiento de misiles y drones e instalaciones de radar en Yemen; Reclasificar a Ansarallah como organización terrorista e imponer sanciones, incluido un embargo de armas;  

Fortalecer el armamento de la “Guardia Costera” afiliada al Consejo de Transición del Sur ( STC ), respaldado por los Emiratos Árabes Unidos; Monitorear los movimientos de las fuerzas navales iraníes y establecer una red de defensa aérea y antimisiles en la región; Explorar la utilización de las capacidades de Israel y Arabia Saudita para formar una » coalición de contención «, como sugiere el Instituto Washington.

Las de la administración Biden, presentadas como esfuerzos para salvar los intereses internacionales, hacen que uno se pregunte cuáles son los verdaderos motivos para crear una nueva fuerza de trabajo naval y el posible impacto en la paz y la estabilidad en Asia occidental. 

Mientras Estados Unidos persigue sus objetivos estratégicos, existe una preocupación genuina de que pueda desestabilizar una situación geopolítica ya inestable, incorporando a otras grandes potencias a la ecuación. 

Es importante recordar la máxima de que ninguna acción queda sin reacción. Cualesquiera que sean los aviones estadounidenses e israelíes para enfrentar a Ansarallah, enfrentarán una respuesta. Si la historia sirve de juez, las aventuras exteriores de Washington están plagadas de consecuencias no deseadas que refuerzan a sus enemigos. 

Si el plan es destruir las capacidades militares de Yemen, Saná responderá con dureza y bien podría “cerrar el Mar Rojo durante años”, dicen fuentes oficiales yemeníes a The Cradle . Las fuentes dicen que Ansarallah envió sus “amenazas defensivas” a Washington en respuesta a las amenazas estadounidenses que recibieron a través de intermediarios. En consecuencia, las opciones de Washington y Tel Aviv parecen muy limitadas para enfrentar a Yemen.Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle y de Dossier Geopolitico.

POR M. K. BHADRAKUMAR

En la conferencia de prensa de fin de año que tuvo lugar el jueves, que duró cuatro horas, el presidente ruso Vladimir Putin hizo algunos comentarios clave sobre el conflicto en Ucrania que arrojan luz sobre la probable trayectoria de la guerra hasta 2024. Sin duda, Rusia no aceptará una situación “congelada”. conflicto” que no alcanza a alcanzar los objetivos que Putin había establecido al comienzo de las operaciones militares especiales en febrero del año pasado. 

Putin declaró: “Habrá paz cuando alcancemos nuestros objetivos… Ahora volvamos a estos objetivos que no han cambiado. Me gustaría recordarles cómo las formulamos: desnazificación, desmilitarización y un estatus neutral para Ucrania”. 

Describió la desnazificación y la desmilitarización como un trabajo en progreso, al tiempo que dejó de lado la cuestión crucial de un estatus neutral para Ucrania, una noción que el Occidente colectivo rechaza rotundamente mientras sigue adelante con su intervención en nuevas formas a pesar del fracaso de la contraofensiva de Kiev que lleva meses. Irónicamente, el acento en la narrativa occidental revisada es crear una industria de defensa fuerte y resiliente en Ucrania, eventualmente con tecnología y capital occidentales para protegerse de cualquier amenaza militar rusa en el futuro. 

Respecto específicamente a la desnazificación, Putin dijo que durante las negociaciones en Estambul el año pasado en marzo, Kiev mostró receptividad hacia la idea de legislar contra la propagación de la ideología extremista, pero eso está enterrado en el pasado. En cuanto a la desmilitarización, esa idea tampoco tuvo éxito cuando Ucrania comenzó a recibir armamento “incluso más de lo prometido por Occidente”. 

Por lo tanto, a Rusia no le queda otra opción que seguir destruyendo la capacidad militar ucraniana como núcleo del proceso de desmilitarización. Pero Putin creía que aún se pueden negociar ciertos parámetros y, de hecho, “de hecho, los acordamos [con los negociadores ucranianos] durante las conversaciones de Estambul; aunque más tarde se descartaron, logramos llegar a un acuerdo”. La alternativa a alcanzar un acuerdo sobre desmilitarización es “resolver el conflicto por la fuerza”. Esto es por lo que nos esforzaremos”. Sin embargo, con este fin, Putin descartó otra movilización ya que “habrá alrededor de medio millón de personas [en la zona de guerra] para finales de este año”. 

Estos comentarios llevan el sello de un estadista que habla desde una posición de fuerza y ​​que también es consciente de ello. Putin afirmó que las fuerzas rusas están “mejorando su posición casi a lo largo de toda la línea de contacto. Casi todos ellos están envueltos en combate activo. Y la posición de nuestras tropas está mejorando a lo largo de [toda la línea de contacto]”. Putin no expresó ninguna voluntad de llegar a un acuerdo con Estados Unidos y la UE. 

Significativamente, Putin dijo que la parte sur de Ucrania “siempre ha sido territorio ruso… Ni Crimea ni el Mar Negro tienen ninguna conexión con Ucrania. Odessa es una ciudad rusa”. Se trata de una declaración siniestra que implica que, después de todo, la operación rusa podría extenderse a Odessa, que está en el lado occidental del Dnieper, e incluso más hacia el oeste, a lo largo de la costa del Mar Negro, hasta Moldavia, lo que convierte a Ucrania en un país sin litoral. Un conflicto prolongado está en juego. 

Por el contrario, las informaciones de los medios de comunicación estadounidenses que citan a funcionarios estadounidenses dan la impresión de que en estos momentos no hay voluntad de tirar la toalla. Por supuesto, esto se basa en la creencia de que Rusia tendrá dificultades para alcanzar sus objetivos y que, para fines de 2024, la marea de la guerra puede cambiar y Rusia puede verse obligada a llegar a un acuerdo. Por lo tanto, se está elaborando una nueva estrategia entre los militares estadounidenses y ucranianos que puede ejecutarse a principios de 2024 con el acento estadounidense en mantener el territorio que Ucrania controla a partir de ahora y atrincherarse. 

El New York Times informó que el ejército ucraniano sigue una “política de avance”. El Pentágono ha destinado a un general de tres estrellas en Kiev con miras a “intensificar el asesoramiento militar cara a cara que proporciona a Ucrania”. Este podría ser el comienzo del despliegue de asesores militares estadounidenses en Ucrania para supervisar la guerra, lo que colocará al Pentágono en un papel directo en la gestión de las operaciones tanto desde el punto de vista táctico como estratégico. 

Mientras tanto, el Senado de los Estados Unidos aún no ha pronunciado la última palabra sobre la exigencia de la Administración de 61.000 millones de dólares como fondos adicionales para Ucrania. Lo más probable es que el Senado finalmente apruebe el proyecto de ley, ya que existe un gran apoyo entre los legisladores republicanos al esfuerzo bélico. La Administración está insistiendo en que Rusia tiene una agenda “imperial” hacia los países de la OTAN y que están en juego intereses vitales de Estados Unidos para impedir que Rusia gane la guerra. 

Curiosamente, en un acontecimiento relacionado hace dos días, El Congreso aprobó una legislación que impediría que cualquier presidente retire a Estados Unidos de la OTAN sin la aprobación de el Senado o una ley del Congreso. Del mismo modo, Europa también está dando vueltas y adoptando una visión a largo plazo de que el aumento de la producción de armas por parte de Rusia para sostener sus operaciones en Ucrania representa una amenaza real para Europa, especialmente para los Estados bálticos, Georgia y Moldavia. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió la semana pasada que “si Putin gana en Ucrania, existe un riesgo real de que su agresión no termine allí”. 

El Ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, se hizo eco de ese sentimiento cuando dijo el sábado que Europa debe aumentar sus capacidades de seguridad y defensa para responder a la amenaza que representa Rusia, ya que Estados Unidos probablemente reducirá su participación en el continente en los próximos años y dirigirá cada vez más su atención a la región del Pacífico en la próxima década. Como él mismo lo expresó: “Esto no es sólo un ruido de sables. Los peligros podrían acechar al final de esta década”. 

El mensaje de la reunión del Consejo Europeo celebrada en Bruselas el viernes pasado también es que, sorteando la oposición de Hungría, los líderes de la UE están buscando un camino para garantizar que Ucrania seguirá recibiendo su paquete de ayuda de 50.000 millones de euros para ayudar a apuntalar su vaciada economía, si es necesario, dando el paso radical de sacrificar la unidad de la UE y proporcionando el dinero de forma bilateral. Se espera que los líderes de la UE vuelvan a reunirse a finales de enero o principios de febrero para resolver el problema. 

El viernes, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania emitió un comunicado en el que elogiaba la apertura de las negociaciones para la adhesión a la UE y expresaba optimismo sobre el paquete de ayuda de 50.000 millones de euros de Bruselas. A pesar de las duras palabras, Rusia también debe sentir que la UE finalmente encontrará una manera de resolver de alguna manera la cuestión financiera. Por el momento, sin embargo, el estancamiento en Bruselas y Washington sobre la ayuda ha generado un aire de incertidumbre, lo que es una mala óptica para Kiev y juega con la narrativa rusa. 

Con todo, los duros comentarios de Putin el jueves tienen en cuenta que Estados Unidos no irá a ninguna parte, sino que se quedará en Ucrania y que el plan de juego de la administración Biden es renovar la estrategia de guerra para ponerla sobre una base más sólida y hacerla sostenible durante el período. por delante hasta las elecciones de noviembre de 2024. 

La esperanza del Kremlin de que el apoyo de Estados Unidos a Ucrania esté disminuyendo parece fuera de lugar. Curiosamente, el portavoz Dmitry Peskov añadió en buena medida en una entrevista el viernes con la cadena NBC News que Putin preferiría un presidente estadounidense que sea «más constructivo» hacia Rusia y comprenda la «importancia del diálogo» entre los dos países. Peskov añadió que Putin estaría dispuesto a trabajar con “cualquiera que entienda que a partir de ahora hay que tener más cuidado con Rusia y tener en cuenta sus preocupaciones”. 

De aquí a las elecciones presidenciales de marzo en Rusia, la política interna se irá calentando. Después de la reelección de Putin para un nuevo mandato de seis años como presidente, algo que se espera ampliamente, cuando se forme el nuevo gobierno, la campaña para las elecciones estadounidenses se habrá acelerado y es seguro apostar que la guerra en Ucrania comenzará. piloto automático, con la prioridad casi por completo en evitar cualquier vergüenza grave para la candidatura a la reelección de Biden. 

Baste decir que evitar una derrota militar en Ucrania y mantener el estancamiento será el objetivo singular de la administración Biden hasta 2024. La gran pregunta es si Putin “cooperaría” o tendría algunas sorpresas guardadas. Peskov ha comenzado a mirar más allá de la presidencia de Biden.

Por Pepe Escobar que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

El Astana Club está ahora firmemente establecido como una reunión anual indispensable entre Oriente y Occidente en el Heartland. El foro de este año, que se celebrará a -32 grados Celsius en la capital kazaja, no podría haber sido programado en un punto de inflexión geopolítica más incandescente.

Se organizaron varias mesas redondas para examinar el espectro completo del “megaciclo de agitación” en el que todos estamos inmersos, que genera enormes desafíos para una Eurasia en constante integración, hogar de ¾ de la población mundial y más del 60% del PIB global.

La mesa redonda al estilo de Star Wars reunió a una mezcla de atlantistas variados, en su mayoría estadounidenses y británicos, y especialistas de toda Eurasia de China, Rusia, India, Turkiye y Azerbaiyán. Ahora entremos directamente en la acción.

Cuando se trata de “dónde estamos ahora y hacia dónde nos dirigimos”, era difícil pasar por alto tonterías occidentales como la adquisición de lebensraum por parte de Rusia y la trampa de Tucídides. Además, la mesa no conciliaba exactamente el hecho de que, en medio de toda la exageración de la “desglobalización”, Singapur sigue siendo muy atractivo para las elites occidentales, cuando sigue siendo una autocracia de facto.
El siempre entretenido Edward Luttwak, que asesoró y asesora a todos y a su vecino en el Estado Profundo estadounidense, acuñó hitos como el “turbocapitalismo”, imprimió la noción de geoeconomía y cría vacas en la selva boliviana, desarrolló una vez más su Obsesión china. Fue inflexible: el Consejo de Seguridad de la ONU es una pérdida de tiempo; “todos los países cercanos a China son anti-China”, lo cual es evidentemente falso; y «no hay simetría entre Estados Unidos y China».

Al hablar sobre “el mundo al borde del abismo”, Charles Kupchan, del Consejo de Relaciones Exteriores, reflexionó por videoconferencia sobre la “derrota estratégica” de Rusia antes de pedir un “cese del derramamiento de sangre”, cuando nunca hubo tal. llamadas antes de la muy elogiada y fallida contraofensiva ucraniana.

Zhao Long, del Instituto de Estudios Internacionales de Shanghai, prefirió centrarse en la “paciencia estratégica” de China, un enfoque holístico, así como en China como una de las principales víctimas de la guerra por poderes en Ucrania. Zhao Huasheng, de la Universidad de Fudan, añadió que una “guerra a domicilio” sólo aumenta la “inseguridad a domicilio”.

Sobre la amenaza de fragmentación de la economía mundial, Sergey Afontsev, de la Academia de Ciencias de Rusia, destacó cómo Moscú reestructuró el comercio exterior en menos de seis meses y cómo todo el mecanismo de exportación de petróleo a la India se puso en marcha en sólo unos pocos meses. meses.

Un hilo clave en todas las discusiones fue la “titulización de todo” –y cómo esta peligrosa interdependencia sólo exacerba los riesgos de seguridad. Evan Feigenbaum, del Carnegie Endowment for International Peace, propone que estamos inmersos en un choque entre la integración económica y la fragmentación de la seguridad.

Una revisión de la realidad sobre las sanciones

Damjan Krnjevic-Miskovic, de la Universidad ADA de Bakú, hizo una excelente presentación sobre la interconexión lenta pero segura entre la Gran Asia Central y Afganistán, centrándose en la conectividad a través de lo que en realidad es el espacio de la Ruta de la Seda.
Está en vigor un puente continental: China construye ferrocarriles hacia Kazajstán, Kirguistán y Uzbekistán.

Las ventajas del Corredor Medio multimodal -o Transcaspio, que une China con Europa a través de Asia Central, el Caspio y el Cáucaso Sur- seguramente se superpondrán con el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), cuyos principales actores son Rusia, Irán e India.

Idealmente, eso permitirá la integración sinérgica del Cáucaso Meridional, Asia Occidental, Asia Central y Asia Meridional, congregando a actores clave desde la OCS hasta la BRI, y con Afganistán como pivote: todo el espacio, enfatizó Krnjevic-Miskovic, está “en la misma dirección”. la cúspide de convertirse en un actor autónomo en el orden internacional”.

Una “verificación de la realidad” sobre las sanciones desató un debate sobre la utilización del dólar estadounidense como arma, en el que Afontsev reexaminó la reestructuración del comercio exterior de Rusia y su éxito en términos de estabilidad macroeconómica y “no permitió que aumentaran las presiones internas”. Consecuencias: Moscú logró “reunir a los ciudadanos rusos contra Occidente” y hubo “una mayor oferta de mano de obra a la Federación Rusa”.

Zhou Bo, con quien sostuve fascinantes intercambios al margen del foro, volvió a enfatizar que para los estadounidenses, la amistad entre los vecinos China y Rusia “tiene que ser limitada”.

En medio de todo el alboroto de desacoplamiento y reducción de riesgos, observó Bo, los estadounidenses todavía se aferran a la ficción de persuadir a China para que no trabaje contra Occidente, cuando Beijing nunca abrigó tal intención. China se enorgullece sobre todo de ser miembro del Sur Global, centrado en la expansión de los BRICS: una organización no occidental comprometida con el comercio de monedas nacionales.

Al final, dijo Bo, lo que tenemos, por ejemplo, en el Mar de China Meridional son continuas provocaciones estadounidenses que hacen al EPL cada vez más fuerte.

En un debate bastante animado sobre la IA, Thomas Cellucci, asesor clave en comercialización de ciencia y tecnología de las administraciones Bush II y Obama, enfatizó la “IA ética”; transparencia en los algoritmos de IA; y, sobre todo, que la ciencia y la tecnología no deberían involucrarse en la política.

Zhou Bo, por su parte, enfatizó las restricciones estadounidenses a la IA china, incluso cuando la Universidad de Tsinghua está trabajando conjuntamente con Brookings en investigaciones sobre la IA militar y aspectos cruciales del comando y control nuclear. En cuanto a la UE, Bo destacó correctamente que está más interesada en “regular la IA” que en “crearla”.


Moderé un debate sobre la “era del bloqueo”, que al final fue bastante productivo, ya que sólo hubo dos presentaciones de expertos: la de James Lindsay del Consejo de Relaciones Exteriores y, una vez más, Zhou Bo. Eso dejó mucho tiempo para la palabra. Esencialmente, hubo cierto acuerdo en que la Tercera Guerra Mundial no está a la vuelta de la esquina… todavía; Washington se resistirá por todos los medios a un G-2 bipolar entre Estados Unidos y China; y el camino será largo para que el yuan desplace al dólar estadounidense en toda Eurasia.
Es posible que haya habido dos cuestiones problemáticas en el Astana Club de este año: no hubo suficiente discusión centrada específicamente en los “stans” del Heartland y de Asia Central; y no hay suficiente discusión sobre las consecuencias de que la UEEA y los BRICS pronto elaboren una hoja de ruta viable para la desdolarización del comercio en toda Eurasia.

Las tensiones finalmente salen a la superficie

La última sesión plenaria se centró en “una nueva fórmula para la paz” y fue inaugurada por el primer presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, cuyas memorias acaban de publicarse en ruso (y próximamente en inglés).
Nazarbayev se encargó de recordar un punto crucial: él fue responsable de la desnuclearización de Kazajstán, desmantelando lo que en ese momento era el cuarto arsenal nuclear más grande del mundo, luego transferido a Rusia en 1995.

Destacó “el colapso del antiguo orden mundial”; renovó su apoyo al desarrollo sostenible; y elogió la “transformación más radical de Eurasia en 100 años”.

Eso preparó el escenario para el debate final. El ex presidente español José Luis Zapatero hizo un apasionado llamamiento a favor de un alto el fuego humanitario en Gaza. Y el legendario periodista ruso Vladimir Pozner, de casi 90 años, que entre otras cosas fue presentador de un popular programa político de televisión en el Canal Uno durante 14 años, ofreció su interpretación del conflicto en Ucrania.
Y fue entonces cuando finalmente explotó la tensión apenas contenida que burbujeaba debajo del foro. El catalizador tuvo que ser Ucrania.
Un atlantista le faltó el respeto a Pozner con un ataque ad hominem barato. Me vi obligado a intervenir delante de todos. El debate que siguió fue crudo: de un lado, dos rusos y yo. Del otro lado, la supremacía angloamericana.

Eso sólo confirmó, una vez más, que la actual humillación cósmica entre Estados Unidos y la OTAN en la guerra por poderes en Ucrania será para los atlantistas una herida dolorosa que nunca sanará. El mérito es del Club Astana por hacerlo, una vez más, bastante gráfico, en medio de un debate mayoritariamente civilizado sobre todos los aspectos de nuestra actual y tóxica situación geopolítica.
Y no, no encontramos una “nueva fórmula para la paz”.

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de Dossier Geopolitico

FUENTE: https://sputnikglobe.com/20231215/pepe-escobar-clash-of-civilizations-in-kazakhstan-1115599377.html

Está decidido. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha anunciado que volverá a postularse a la reelección en los próximos comicios de 2024. Putin dio a conocer su decisión en una ceremonia celebrada en el Kremlin, al responder a una pregunta de Artiom Zhoga, portavoz del Parlamento de la República Popular de Donetsk.

Javier Benitez entrevista a Carlos Pereyra Mele para Radio Sputnik

AUDIO DE LA ENTREVISTA

Cuestión existencial

Zhoga, padre del fallecido comandante del batallón de reconocimiento Esparta, pidió personalmente a Putin que participe en las presidenciales, alegando que todavía queda mucho trabajo por hacer. «Usted es nuestro presidente, nosotros somos su equipo, lo necesitamos, Rusia lo necesita», afirmó Zhoga, a lo que el jefe del Kremlin respondió: «Sí, lo haré». «Vivimos en una época en que hay que tomar decisiones», dijo Putin, al aseverar que no abandonará al pueblo y se postulará.

Para el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, se trata de «una reacción lógica la de Vladímir Putin la de presentarse nuevamente para seguir conduciendo férreamente el Estado de la Federación de Rusia, viendo el entorno en que se está desenvolviendo el conflicto».

El analista detalló: «Nosotros tenemos un dicho criollo muy importante, que dice: ‘No se puede cambiar de caballo a mitad del río’. Y esto hace referencia a una situación que es lógica, y creo que viene muy bien esta ‘imagen’ para hablar de esto, ya que [está] en pleno desarrollo de un conflicto fundamental en el que está inmersa la Federación de Rusia, que es un conflicto existencial: no es un conflicto más, como podría ser quizá un conflicto […] en algún otro de menor envergadura, o aún en una lucha antiterrorista, etc. Acá lo que estamos viviendo es algo existencial, y [Putin es] quien está conduciendo el conflicto, con un objetivo claro y concreto que es la supervivencia del Estado de la Federación de Rusia tal como lo conocemos, y el fortalecimiento del mismo, requiere que la conducción siga estando centralizada en la misma persona que hasta ahora está llevando adelante este desenvolvimiento del conflicto», señala el experto.

«Si uno ve estos últimos 23 años, Putin parece que es el hombre del destino que ha tenido Rusia, y que la ha sacado del deterioro y de la catástrofe que vivió luego del paso del tsunami neoliberal y el desmantelamiento del Estado ruso», concluye Pereyra Mele.

Por Peter Logghe

Donde la tierra y el mar se encuentran, hay lugar para la tensión geopolítica, especialmente cuando se trata de Estados competidores que bordean mares o lagos interiores. Esa tensión es obvia para todos alrededor del Canal de Suez, en el Océano Índico, en el Mar del Sur de China, con las numerosas disputas entre la superpotencia China y estados como Japón, Taiwán, Filipinas y otros.

Menos conocido es el Bósforo, en el Mar Negro, mientras que la invasión rusa de Ucrania pone cada vez más de relieve la importancia geopolítica de este estrecho turco. Basándose en la Convención de Montreux de 1936, Turquía ha jugado repetidamente sus bazas estratégicas. Debido a la globalización del comercio y, por tanto, al enorme aumento del transporte marítimo, Turquía ha desarrollado recientemente el proyecto del «Canal de Estambul», para aliviar parcialmente el Bósforo, pero sin beneficiarse menos del aumento del transporte marítimo.

Ana Pouvreau, doctora en estudios eslavos por la Universidad de París-IV Sorbona, diplomada en relaciones internacionales y estudios estratégicos por la Universidad de Boston, dedica un extenso artículo en la revista francesa Conflits (revista de geopolítica), nº 48 (noviembre-diciembre de 2023) a este estrecho marítimo que ha desempeñado y seguirá desempeñando un papel político-económico tan importante. Se trata de un estrecho de unos 30 kilómetros que conecta los continentes europeo y asiático.

Los otomanos se dieron cuenta de la importancia geopolítica de este tramo de mar hace mucho tiempo: en 1393 y 1451 construyeron fortificaciones en el Bósforo, lo que les permitió tomar Constantinopla en 1453. Sobre todo, se dieron cuenta de que, al hacerlo, controlaban el acceso de los barcos al Mar Negro y, por tanto, tenían el control sobre todo el Mar Negro y sus Estados. El Mar Negro se convirtió en un lago turco, en detrimento de Rusia. Esto obligó a los rusos durante siglos a pedir siempre permiso al sultán para navegar por el Bósforo. La balanza se inclinó en el siglo XVIII, cuando los rusos lograron conquistar la costa norte del Mar Negro y obtuvieron el derecho a navegar en el mar y a través del estrecho. Sin embargo, el Bósforo siguió provocando tensiones geopolíticas.

Importancia de la Convención de Montreux (20 de julio de 1936)

La autora Ana Pouvreau subraya acertadamente en Conflits la importancia de la Convención de Montreux, que sigue siendo válida. Ese acuerdo internacional garantiza el libre paso de los buques comerciales. El paso de los buques de guerra está sujeto a restricciones especiales. En particular, los Estados no ribereños del Mar Negro tienen que limitar el número de buques de guerra y su tonelaje. Turquía tiene la potestad de denegar el acceso al Bósforo a cualquier barco y de hacerlo a su discreción – en tiempos de guerra, Turquía recurrió a esto. El 27 de febrero de 2022, la guerra en Ucrania se registró como amenaza, lo que permitió a Turquía adoptar medidas restrictivas basadas en este convenio.

Si el Bósforo es una de las puertas de entrada a Rusia para Europa Occidental, los estrechos son el único acceso por agua posible al Mediterráneo para Rusia y, por tanto, un punto caliente geopolítico para la flota rusa en el Mar Negro. Gracias a la pertenencia de Turquía a la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte controló durante décadas el acceso al Mar Negro, lo que no es poco. Con la desintegración de la Unión Soviética, afirma Ana Pouvreau, el espacio póntico se abrió aún más a la Alianza Atlántica. La tensión aumentó con la secesión de Transnistria, Abjasia y Osetia del Sur, que se unieron a Rusia. Para Igor Delanoë, experto en Rusia, esta zona sigue siendo «un polo militar póntico-caucásico», que Rusia ve como una oportunidad para responder a las políticas de contención estadounidenses, aumentando así la influencia rusa en la región. Ana Pouvreau, por ejemplo, se refiere al estallido de la guerra en Siria en 2011. Rusia creó entonces de inmediato una base de apoyo marítimo -también conocida como el Expreso de Siria- para hacer llegar ayuda militar (a través del Bósforo) al régimen de Assad sobre el terreno.  Los buques rusos atravesaron en masa los estrechos turcos.

El Mar Negro y el Mar de Azov son verdaderos centros de intercambios comerciales entre Rusia y el resto del mundo, especialmente a través del puerto de Novorossiysk, que se ha convertido silenciosamente en el puerto más importante de Rusia – de ahí de nuevo la importancia del Bósforo. Alrededor del 40% de la producción bruta de petróleo de Rusia pasa por el Bósforo. Rusia suministra a Turquía suficiente combustible – Turquía se opuso y se opone a las sanciones económicas contra Rusia. Rusia es además el primer exportador de grano y harina, y – a través del Bósforo – un actor global en la seguridad alimentaria mundial.

La globalización de la economía mundial ha incrementado enormemente los intercambios comerciales en el Bósforo y sus alrededores. Para los Estados ribereños de Turquía, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Rusia y Georgia, este estrecho reviste una importancia primordial. En 2019, según el autor de Conflits, 40.000 barcos atravesaron el Bósforo. Desde hace varios años, el tráfico incluso se ha saturado, obligando a los barcos a soportar largas esperas. Estambul creció junto con el comercio mundial y hoy es una de las principales metrópolis del mundo, con 15,84 millones de habitantes.

Además, desde la invasión rusa de Ucrania, Turquía se ha convertido en un centro energético y en un puerto de tránsito de petróleo y gas de Asia a Europa aún más importante de lo que ya era. Turquía, por su parte, lleva desde 2021 ejecutando sus planes para el llamado Canal de Estambul, que espera completar en 2027. Este canal, según el gobierno turco, debería reducir la presión sobre el Bósforo. El canal tendrá 45 km de largo y 275 metros de ancho. El paso será de pago, lo que, sin embargo, puede tener un coletazo jurídico, ya que comprometería la libertad de navegación. Rusia ve el proyecto con recelo, ya que este nuevo canal permitiría a la OTAN llevar sus tropas al Mar Negro con mayor rapidez.

Puede que el Bósforo sea menos conocido para el gran público, pero el lugar no es insignificante en las crecientes tensiones geopolíticas.

Conflits, Revue de Géopolitique, novembre-décembre 2023, n° 48, 32 rue du Faubourg Poissonnière, F-75010 Paris.

Fuente: Knooppunt Deltapers – Nieuwsbrief nº 184 – Noviembre de 2023

Traducción: Enric Ravello Barber publicado en Geopolitika.ru

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