GEOPOLÍTICA COMPARADA – Prognosis histórica y prospectiva geopolítica.

Por el Licenciado Jorge Nelson Poma.

Introducción:

Toda asignatura debe pensarse en términos futuribles, sus consecuencias e influencias en la movilidad social del grupo que se trate, desde las pruebas en un laboratorio bioquímico hasta la ciencia y tecnología; los efectos en la humanidad a cualquier nivel, desde las transformaciones en los ecosistemas, los cuidados de las capas freáticas, hasta las posibles extinciones de las especies.

Se dijo que la inexistencia de abejas a nivel planetario, sólo permitiría la vida humana por tan sólo cuatro años, sin desconocer que nacieron pestes y pandemias a nivel regional o global en diversas épocas de la historia, por lo que creemos que todo tiene que ver con todo.

Tanto la geopolítica como la historia, no escapan a este marco teórico, es por ello que deseamos aplicarlas, como técnica innovadora de apreciación geopolítica, someterlas a la comprensión a través de la geopolítica comparada.

Desarrollo:

Prospectiva Geopolítica:

“La palabra Prospectiva es un adjetivo que menciona aquello vinculado con el futuro. Como sustantivo, este término que tiene su origen en el latín Prospicere se refiere a las investigaciones y exploraciones que se llevan a cabo con la intención de anticipar lo que está por venir en una cierta materia. Como sustantivo, el concepto de prospectiva también se emplea asociado a la futurología, que es la disciplina encargada de analizar el futuro para lograr su comprensión y así, ejercer una influencia sobre él en la medida de lo posible. 

La prospectiva, en este sentido, anticipa potenciales escenarios que se desarrollarán en el porvenir. A partir de dicha anticipación, permite realizar una planificación que posibilita actuar en sintonía con aquello que, en teoría, va a ocurrir. Es importante tener en cuenta que, dentro de lo que se entiende como prospectiva o futurología, aparecen ciencias, pseudociencias y disciplinas muy diversas. Algunas se basan en el método científico y apelan a las estadísticas, mientras otras utilizan recursos alejados de la ciencia y las comprobaciones empíricas.

A nivel general puede decirse que la prospectiva no puede ofrecer certezas ya que el futuro, al fin y al cabo, es aquello que aún no ha ocurrido y que está sometido a infinitas variables, muchas de ellas inaccesible al conocimiento humano. . . .” 

Lo señalado es apenas una síntesis de lo expresado en un concepto completo de aquello que se refiere a la prospectiva; en esta propuesta deseamos brindar una conceptualización mucho más sencilla que la que señalamos y que consta en el Glosario de Términos elaborados para la geopolítica general producto de otra investigación y otros medios de consulta.

En nuestra escuela de pensamiento creemos necesarias las ejemplificaciones con la finalidad de llegar a todo el público en general, especialmente en consideración a que es bibliografía consultada por alumnos y docentes de los niveles medio y superior.

El concierto de las tendencias puede ser comparada con una gran orquesta con diversos instrumentos que pueden tocar en total armonía, es un mundo ideal pero inexistente en la actualidad; podemos expresar que nos sirve este paradigma de instrumentación variada, en donde cada instrumento es una nación o región, para demostrar que las tendencias en el mundo, de hecho tienen objetivos similares o distintos, según el país o región, unos concuerdan y otros desafinan, en tanto que los timbales en su fortaleza eliminan el resto de los sonidos, y el mundo funciona así, los poderosos prevalecen sobre los débiles.

Podemos mencionar entonces las tendencias para la obtención de grandes beneficios económicos por medio de la paz, tal vez, pueden transformarse esas mismas tendencias en ser obtenidas por la fuerza. Lo mismo sucede con los recursos naturales, con la explosión demográfica, con la obtención de sitios geoestratégicos fundamentales, la carrera armamentista, aeroespacial, de la ciencia y tecnología y mil etcéteras más.

Estas tendencias van formando lo que solemos denominar el escenario del futuro, del cual surgirán cientos de interrogantes como: ¿Para cuánto tiempo más queda el petróleo, qué tipo de producto consistirá su reemplazo? ¿El multilateralismo actual produce un equilibrio estratégico mundial, con cuales posibles conflictos en ciernes? ¿La alimentación será posible dentro de los próximos 150 años, cómo se resolverá si se aumenta la población mundial o, tal vez, las tendencias son de disminuirla? ¿Los combustibles y otros energéticos serán reemplazados, por el litio, por la energía nuclear o que alternativas existen o existirán?

Lo señalado es sólo un salpicado al azar de un cuestionario que según el interés del escenario del futuro que deseamos construir, será nuestra guía; pero sí, sabemos que el concierto de las tendencias las debemos implementar apelando a las estadísticas, los objetivos nacionales, regionales o del grupo social que se trate.

En síntesis la prospectiva es como una película que estamos viendo atentamente, se plantea una situación, los actores van actuando según sus convicciones y los espectadores deberán elaborarse las hipótesis de cómo será el final, ese final imaginado constituye el escenario del futuro.

Ya estamos observando ciudades como algunos analistas imaginaron hace más de cuarenta años, como por ejemplo, seguridad controlada robóticamente, tanto el tránsito, los drones de uso militar adaptados al empleo civil, telefonía celular que antes tenía exclusividad de uso militar, remises automáticos, trenes de alta velocidad, reducción de horas de viajes en distancias intercontinentales, robots de atención al público aparte de las aplicaciones militares y mil etcéteras más.

Si queremos hacerlo más sencillo aún, recordemos a las viejas aventuras del famoso escritor Julio Verne cuyos delirios o imaginaciones tan aventuradas, hoy son una realidad cotidiana, del mismo modo la prospectiva geopolítica, sobre la base de datos ciertos, cuestión que es lo más difícil de obtener, puede ir formando ese escenario adelantándose al desarrollo, ciencia y tecnología en relación a otros países o regiones.

Sería de nuestro agrado ofrecerles la Argentina que deseamos transformando la actualidad que vivimos en ese escenario de futuro que deseamos, pero es un tema tan extenso y profundo que puede ser todo un compendio de pequeños artículos para que paso a paso se constituyan en un verdadero Proyecto Nacional Argentino.

Prognosis histórica:

Todos sabemos que la geopolítica es una asignatura que se nutre de la masa de las otras asignaturas, desde la filosofía política, geografía general y política, paseando por todas las otras especialidades hasta la ciencia y la tecnología; tiene una relación muy cercana y unida con la historia, prácticamente siempre trabajan juntas y más que en ninguna otra especialidad, en geopolítica comparada la historia es imposible dejarla de lado.

Todos sabemos que la historia indaga el pasado en la búsqueda desde dónde venimos, de modo tal de saber cómo estamos, que es conocer y entender el presente, e imaginamos como continuará o será el futuro que nos espera.

Pero en esto se presenta un conflicto muy grave, cuando se escribe una historia manipulada con finalidades secretas, estos acontecimientos con graves faltas a la verdad, conduce a confundir el presente y transitar un camino sin rumbo, una vía inexplicable e infundada, lo cual lleva a los pueblos sometidos al fracaso.

Desde lo señalado y desde no hace mucho, nacen las investigaciones científicas, desde la historia pero también desde la filosofía política, en la cual comienzan a plantearse los porqués de cada situación, de esta duda o relación histórico – filosófica, nace el revisionismo histórico que hoy vivimos con gran intensidad.

Claro que estas dudas, generan nuevos pensamientos, e involucran nuevas investigaciones que nos llevan a otra realidad pasada, entendiendo el presente de otro modo, y sí observamos otro futuro, de este modo en nuestro humilde entender creemos que nace la prognosis histórica, que desde otra visión del pasado, se forma otro futuro posible y deseable.

En un intento de conceptualización de este término de escaso uso en el común de la gente y que se atribuye sólo a especialistas y científicos, podemos comenzar expresando que la historia debe ser vista como anticipándose al futuro en el conocimiento de la historia.

Podemos definir también otros conceptos como pronóstico o predicción; pronóstico de uso común en relación a las variaciones climáticas de uso cotidiano, en tanto que predicción es de uso habitual en grandes corporaciones o instituciones comerciales y militares, se entiende como conocimiento anticipado lo que pueda suceder en los mercados para el primer ejemplo o en posibles conflictos en el segundo ejemplo; con estos paradigmas podemos observar la importancia fundamental de comprender la importancia sine qua non de la prognosis histórica.

Si acudimos a su etimología en cualquier diccionario advertimos que proviene del griego, que puede traducirse como “conocimiento anticipado de algún hecho”; si conjugamos la suma de las dos palabras en una sola, vemos que pro es el prefijo de “hacia adelante” y gnosis que es el conocimiento, ciencia y sabiduría suprema.

El Profesor Julio Carlos Gonzalez, en su obra maestra citada al pie, nos advierte: “La historia, además de ser saber lo acontecido, es prognosis – o conocimiento anticipado – del futuro, y su falsificación el camino que conduce al fracaso y la destrucción de las naciones. Por eso los actos de los hombres y los actos de los gobiernos del pasado deben tener una veracidad exacta al ser descripta. Si ese diagnóstico es equivocado jamás las futuras naciones americanas podrán transitar una nueva huella. Nueva huella que saque a la hispanidad, esto es, a las Españas de América, desde México a la Argentina, y a la España Ibérica, del trágico proceso en que se deshacen y se desagregan hace 200 años, 1810 – 2010.”

¿Quiénes escribieron nuestra historia, británicos, franceses, norteamericanos, algunos españoles y unos pocos argentinos?, con sólo responder a este interrogante nos damos cuenta de la grave manipulación a la que hemos sido sometidos desde 1763 hasta el día de la fecha y continúa, la batalla es cultural y la prognosis histórica debe cumplir un papel preponderante para lograr la verdadera libertad y segunda o definitiva independencia.

A modo de síntesis:

De la simbiosis de estas dos importantísimas asignaturas, que constituyen un verdadero instrumento científico en las que debería apoyarse todo proyecto nacional, surge un salpicado de conclusiones futuribles al azar:

Preponderancia bélica de EEUU con el 52% del poder militar del mundo en conjunto, enorme peligro de crisis QBN o química – biológica – nuclear, con otros Estados Continentales Industriales, en razón a que las intervenciones militares clásicas tendrían un costo inaceptable. 

Consolidar los estados continentales industriales como medio de supervivencia futura para países subdesarrollados y en desarrollo, típica necesidad iberoamericana, evitando la dependencia de las dinastías del poder económico mundial.

Se incrementa el hambre y la pobreza que deriva en un control demográfico o disminución de la población mundial por medios criminales y diabólicos, creando dependencia alimentaria como un claro objetivo en el mundo globalizado, que derivará en un serio conflicto por la gran demanda alimentaria por parte de potencias en crecimiento como China, India y musulmanes. Los grandes factores de poder impusieron ya la lucha por los recursos naturales esenciales como un claro objetivo estratégico y los blancos elegidos serán los Estados no continentales como los de Sudamérica, especialmente en el Mar Austral y su proyección antártica, en menor medida Brasil. 

Búsquedas aleatorias dominantes como puede ser el BRIC o Brasil, Rusia, India, China y de ser posible agregar Argentina; en tanto que en la alianza mencionada las energías supletorias del petróleo como la hidroeléctrica, nuclear y biocombustibles, serán fundamentales. 

Explosión demográfica con 9.000 millones de habitantes o más en el año 2050 y lógica búsqueda de asentamientos en espacios vacíos o sin seguridad y presencia efectiva de los actores; por ello la mejor defensa en la región  será la comprensión de la concreción de la Patria Grande a través del MERCOSUR, UNASUR Y CELAC, cuestión que los poderes anglosajones combatirán con la mal llamada Doctrina Monroe. 

Mientras Brasil desarrolla su industria pesada, manteniendo el liderazgo en la Región, el protagonismo argentino en materia alimentaria con el liderazgo en la Región y competitividad mundial no debe ceder, como así también el liderazgo argentino en tecnología nuclear y otras tecnologías sensibles, como la satelital y otras, sin perjuicio de deber recomponerse la estructura industrial argentina de la Región, buscándose un elevado grado de competitividad en el mundo. 

El Siglo XX terminó con el colapso del comunismo, y un principio de hegemonía del binomio EEUU/GB, que de inmediato obligó a fortalecerse a otras potencias y concretar alianzas, con la finalidad de lograr el multilateralismo; pero continúan en la actualidad prevaleciendo los primeros como potencia militar, mayor ejercicio de la fuerza, pero con menos habilidad estratégica, tal como demostró su fracaso en Medio Oriente y la subestimación de las capacidades argentinas en Malvinas.

Protagonismo en un mundo caracterizado por una hexa polaridad continental industrial como EEUU, China, Unión Europea, India, Rusia, más una isla como Japón y Sudamérica unida o Brasil solo; serán los que consolidarán mayor competitividad global en todos los factores de poder como el tecnológico, alimentario, industrial, militar, etc. 

Por otra parte se incrementó el antagonismo anti imperialista y anti judaico, por parte del mundo musulmán, con la conocida estrategia sin tiempo de la invasión musulmana al mundo occidental o Plan Kalergi. 

La escasez de agua potable, incrementándose su valor como recurso estratégico, aglutinará poblaciones en sus proximidades y el mercado del agua se acelerará; quien no integre e interprete el mundo globalizado o interdependiente va camino a la extinción. 

El imperio de turno incrementó su presencia en la región, creemos que impulsado por su fracaso en Medio Oriente. El binomio anglosajón nos considera su patio trasero y la granja británica; por ello la necesidad impostergable del MERCOSUR – UNASUR – CELAC; o como nefasta alternativa sucumbir ante la balcanización sudamericana, especialmente la disolución nacional de Argentina en ocho paisitos sin pena ni gloria, proceso de balcanización del cual tal vez se exceptúe Brasil; esto nos lleva a pensar en términos de una sola fuerza armada iberoamericana, porque el robo de recursos naturales que ya es atroz se incrementará severamente.. 

Los vergonzosos, denigrantes, traicioneros e ilegales Acuerdos de Madrid I y II, constituyen la peor sumisión de Argentina que arrastra a la región a una devastación de los recursos naturales, siempre apoyados por los traidores a la Patria o perduellis de turno. 

Urge la erradicación completa de la corrupción, comenzando por el cambio en nuestra Constitución Nacional respecto a la figura de traición a la Patria, los países exitosos ya lo han hecho; es un cambio cultural muy difícil de lograr sin el apoyo jurídico y la fuerza de gobiernos apoyados en fuerzas armadas dotadas de capacidad de disuasión creíble.

La prevalencia del poder y el dinero de los consorcios económicos, en especial las petroleras y químicas, con el apoyo de nuestros cipayos, es una tendencia que se encuentra detectada e identificada, sin embargo, posee una capacidad e intensidad de enorme fortaleza, entonces apreciamos que continuará sosteniéndose con sus trampas, camuflajes y subterfugios por muchos años más, dependiendo solamente del agotamiento de este recurso natural no renovable o del descubrimiento de energías alternativas superadoras; en una palabra, en ese contexto, ahora no se gobierna, se hacen negocios. 

Crear dependencia alimentaria, incluyendo el agua dulce, de gran parte de la población mundial podría constituir una herramienta fundamental de la Región, en particular Argentina que podría utilizar como herramienta de poder para negociar; pero el riesgo de controversias geopolíticas en la región continuará, reiterando que sólo la unión de Argentina y Brasil consolidará el plan de la Patria Grande de Ugarte, Perón, el ejemplar estadista peruano Belaunde Terry, etc., en cuyo contexto algunos luchadores desean retomar las fuentes de la unión, desarrollo y defensa de la soberanía en la región. 

La concreción de la autopista hídrica Paraná Paraguay y sus conexiones con las otras cuencas de la Patria Grande Sudamericana es una aspiración obstaculizada y severamente combatida por los poderes hegemónicos en razón a la competitividad que adquirirían nuestros productos manufacturados y las facilidades de transformar la región en un bloque continental industrial sin intervención de las dinastías del poder económico mundial.

El imperio de turno incrementará su presencia en la región con bases militares. En ese contexto, el cerco en Sudamérica, amenaza en particular a Argentina, por la proyección antártica y los recursos naturales oceánicos, orgánicos e inorgánicos, del sur complementado ese hinterland amenazado, por el gigantesco freezer antártico natural, que constituye un elemento dominante a nivel planetario, el que creemos, tal vez será devuelto a la soberanía argentina cuando no quede nada para obtener riquezas, modus operandi común e histórico de las sucursales piratas.

El incremento del valor estratégico que posee el agua dulce en la Región constituyéndose en un bien comercial o de intercambio por otro bien, por ejemplo el trueque con la energía en sus distintas formas como el gas, petróleo, combustibles destilados, energías alternativas, etc., constituye potencialmente un arma comercial de gran valor, hoy por hoy un litro de agua pura envasada equivale a un litro de combustible destilado en países como Medio Oriente, en donde casualmente no poseen agua dulce de fácil obtención ¿maravilloso trueque, verdad? 

La explosión demográfica afectará más a los países en desarrollo como lo es la despoblada Argentina, por las grandes migraciones de países con exceso de población y como consecuencia de las extremas exigencias de inmigraciones normatizadas en los países desarrollados. 

Conclusiones:

Ningún estado de nuestra región en forma autónoma podrá ser verdaderamente protagonista ni puede integrar el umbral superador de Estado Continental Industrial. Sólo la región a través de un continentalismo supranacional iberoamericano podrá ser protagónico en el mundo globalizado y globalizador; el nuevo orden mundial es una cuestión que debemos evitar con uniones y alianzas estratégicas ya mencionadas; hasta el libro más leído del mundo expresa el rechazo a un nuevo orden mundial, con tan sólo recordar la parábola de la Torre de Babel, el universo humano en una sola dirección ante la que Dios, dispone distintos idiomas, los confunde y los vuelve a distribuir con la finalidad de sostener el libre albedrío de las tribus y pueblos. 

Un espíritu integrador concretará ese tan esperado Continentalismo Sudamericano anunciado por diversos visionarios del siglo pasado y el actual que deberá ser impulsado y e implementado por la actual generación para integrar el protagonismo mundial o ser dominado por el poder financiero mundial. 

El cambio climático colapsará la producción alimentaria en países con climas extremos como Rusia, China, incluyendo EEUU, Canadá, etc.; la inversión en tecnologías para superar ello será uno de los desafíos más grandes de los países desarrollados para la producción alimentaria y la disputa por el gran freezer del mundo se incrementará severamente. 

La explosión demográfica afectará más a los países en desarrollo por las grandes migraciones de países con exceso de población y como consecuencia de las extremas exigencias de inmigrantes en los países desarrollados; los que conocen que esta limitación puede ser similar a la invasión de los bárbaros al Imperio Romano, saben que ningún imperio fue eterno y si se equivocan sucumbirán como fueron disueltos todos los anteriores. 

Erradicar la corrupción a través de la educación de los niños desde su inicio, conlleva a una mejor posición en el escenario de futuro; solemos mencionar como paradigmas de honestidad, grandes personalidades como Elpidio Gonzalez, Raúl Scalabrini Ortiz, Los Grales. Savio, Mosconi, Riccheri, Pujato, los históricos estadistas como San Martín, Belgrano, Rosas, Yrigoyen, Perón, pensadores inigualables como Arturo Jauretche y mil etcéteras más; cabe agregar que además de paradigmas de honestidad, operatividad y verdadero amor a la Patria, eran valientes en su total integridad. ¡Argentina despierta! 

Con la fina sensibilidad de la percepción estratégica de los analistas, observamos en el mundo que los países desarrollados poseen un alto valor ético dentro de sus fronteras, los países en desarrollo son éticamente mediocres y los subdesarrollados o en vía de extinción son altamente corruptos; abundan otras conclusiones que otros investigadores derivarán de la presente propuesta de geopolítica comparada que nos prepara en la construcción del escenario del futuro mundial, regional y nacional en el marco del NOM, pero la finalidad más importante es que esta propuesta, sea un instrumento científico para las ejercitaciones de docentes y alumnos para gobernar el futuro, con fundamentos sólidos y valederos.

FUENTES DE CONSULTA:

  • FERRATER MORA, José Dr. (1971) – Diccionario de Filosofía – Editorial Ariel, S. A.  de la 1ra Edición revisada – Barcelona – 1994 – Crisis.
  • Apuntes de la Cátedra de Geopolítica de la Universidad Maimónides.
  • Julio C. Gonzales – La Involución Hispanoamericana – El caso argentino 1711 – 2010 – Ed. Agüero 2260 – Buenos Aires – (2010).

Por Clara R. Venzalá para El Orden Mundial

El mar Mediterráneo ha sido uno de los puntos geopolíticos más importantes de la historia: el control de las rutas marítimas o la influencia sobre los países de su litoral han formado parte de los objetivos de distintas potencias durante siglos. En la actualidad, el Mediterráneo cede protagonismo a otras zonas del mundo, aunque nunca desaparece del interés global. Mientras, se enfrenta a importantes retos como la migración, el cambio climático y tensiones entre sus países ribereños.

Escribir sobre el mar Mediterráneo entraña una paradoja: su gran riqueza histórica hace difícil encontrar una forma de empezar el texto que le haga justicia. Esta enorme masa de agua de más de 2,5 millones de kilómetros cuadrados separa el sur de Europa, el norte de África y el extremo occidental de Asia. Desde ese enclave privilegiado, el Mediterráneo ha sido testigo de incontables intercambios culturales, económicos y políticos a lo largo de la historia. Algunas civilizaciones incluso debieron su auge al control de este mar, entre las que destaca el Imperio romano: su hegemonía, que duró siglos, se asentó sobre las rutas marítimas mediterráneas y el dominio de los territorios de los alrededores. Más tarde, distintas potencias han seguido disputándose el Mediterráneo hasta prácticamente el siglo XXI. 

El mar que baña tres continentes

Los pueblos mediterráneos comparten unos rasgos comunes fruto de siglos de condiciones climáticas similares, el dominio de distintos imperios y constantes intercambios culturales y comerciales. Esos rasgos forman una idiosincrasia mediterránea que abandera la célebre dieta mediterránea, que se basa en productos autóctonos. Hoy son veintidós los países que se bañan en la cuenca mediterránea. 

La importancia geoestratégica del Mediterráneo reside principalmente en que conecta tres continentes: África, Asia y Europa. Eso ha permitido que hoy siga siendo una importante ruta de transporte marítimo por la que se mueven decenas de millones de contenedores cada año cargados de todo tipo de mercancía. El principal puerto de contenedores en el Mediterráneo es El Pireo, en Grecia, con un tráfico de más de cinco millones de contenedores, uno de los más importantes del mundo junto a otros como el de Algeciras, en el sur de España, o Tánger Med, en Marruecos.

Mapa interactivo del Mediterráneo.

Sin embargo, las ventajas del Mediterráneo no se han traducido en una economía dinámica para los países de su cuenca. En contra están las barreras aduaneras, las alianzas políticas o la inestabilidad que agita algunos países. De hecho, pese a su importancia, los puertos mediterráneos no pueden competir con los del norte de Europa, mucho más relevantes a nivel global, con Rotterdam y Amberes a la cabeza. Para diferenciarse, los mediterráneos apuestan por convertirse en los mejores puertos hub: puertos especializados en funcionar como punto de apoyo en rutas intercontinentales o de largo recorrido. Muchos de esos puertos se sitúan cerca de los puntos estratégicos clave del Mediterráneo: los estrechos. 

Para ampliar“Las principales rutas comerciales marítimas del mundo”El Orden Mundial, 2019

Los estrechos, protagonistas de la historia mediterránea

Además de una posición singular, el Mediterráneo posee unas características geográficas especiales. Es un mar cerrado al que solo se puede acceder por determinados estrechos: Gibraltar en el oeste, el estrecho del Bósforo y el de los Dardanelos en el noreste, y el canal de Suez en el sureste. Además, el Mediterráneo se parte en el centro por otro estrecho que conforman las islas de Malta y Sicilia. Todos esos estrechos funcionan como cuellos de botella, o choke points, pues limitan la navegación marítima facilitando su control.

Así, los estrechos llevan siglos siendo lugares de importancia estratégica codiciados por distintas potencias: enclaves que conquistar, posiciones vulnerables que defender, espacios envueltos en la leyenda o puertas a otros mundos. Empezando por el oeste, el estrecho de Gibraltar, que ofrece salida directa al océano Atlántico, ya es mencionado en textos clásicos como el fin del mundo conocido. Además, Gibraltar también es el punto en el que Europa y África están más cerca, separados por solo catorce kilómetros, lo que supone al mismo tiempo oportunidades y riesgos.

Para ampliar: “Gibraltar, el istmo de la discordia”, Astrid Portero en El Orden Mundial, 2019

Por su parte, los estrechos del Bósforo y los Dardanelos separan el Mediterráneo del mar Negro, la puerta de entrada a Asia. Una de las epopeyas más importantes de la cultura occidental, la guerra de Troya narrada en la Ilíada de Homero, tiene lugar precisamente en esta región. Se cree incluso que el mito pudo inspirarse en un conflicto real entre las potencias de la época por el control de los estrechos, que ya entonces daban una importante ventaja geopolítica. En la actualidad, ambos estrechos están bajo control de Turquía, y su relevancia se mantiene, ya que son un puente de abastecimiento de recursos energéticos y la única salida de Rusia al Mediterráneo. 

Por último, la construcción del canal de Suez en el siglo XIX incrementó el valor geopolítico del Mediterráneo, abriendo una puerta directa al mar Rojo y al océano Índico. El canal se convirtió en la ruta más rápida para acceder a Asia desde Europa sin tener que rodear África, y varios países se disputaron su control hasta que el Gobierno egipcio lo nacionalizó en 1956. El canal es crucial en las rutas comerciales que conectan los puertos europeos con las fábricas de Asia y con los hidrocarburos del golfo Pérsico, y su importancia queda probada en los costes que supondría su cierre. Durante la inestabilidad que vivió Egipto en las revueltas de 2011, por ejemplo, se calculó que si el canal cerraba al tráfico el precio del crudo se incrementaría un 10%

Para ampliar: “El canal de Suez, la joya de la corona egipcia”, Ismael Nour en El Orden Mundial, 2019

El control de los estrechos ha motivado decenas de conflictos a lo largo de la historia, como demuestra Malta, que ha sido invadida y ha cambiado de manos en varias ocasiones por su posición central. Pero además de beneficiosas rutas comerciales, el Mediterráneo ofrece interesantes recursos naturales que también juegan un rol importante para las economías locales, como la pesca, que en ciertos lugares se sigue practicando con técnicas milenarias y sostenibles.

El Mediterráneo funciona como enlace entre tres continentes para todo tipo de productos, incluido el gas.

Otro de los recursos que más importancia ha adquirido en los últimos años es el gas. Mientras los países del Mediterráneo occidental, incluido España, se abastecen de los hidrocarburos de Argelia, el gas está cambiando la situación geopolítica en el extremo oriental del mar. El descubrimiento de yacimientos en aguas israelíes, libanesas, palestinas, chipriotas y egipcias ha abierto un conflicto regional: entre los interesados en explotar y comercializar el gas —Italia, Chipre y Grecia— se ha excluido a Turquía, reavivando viejas disputas en torno a la soberanía de las aguas mediterráneas. 

Para ampliar: “El gas natural abre una lucha geopolítica en el Mediterráneo oriental”, Eduardo Saldaña en El Orden Mundial, 2019

¿Unión en el Mediterráneo?

Compartiendo historia, cultura o recursos naturales, los países mediterráneos también han tratado de poner en marcha proyectos de cooperación política. Uno de los primeros intentos fue el proceso de Barcelona de 1995, que pretendía crear una organización internacional entre los países de la cuenca mediterránea, la Asociación Euromediterránea. Integrada por los entonces quince países miembros de la Unión Europea y por otros doce países mediterráneos, la Asociación Euromediterránea sirvió de marco para tratar por primera vez de forma explícita cuestiones de seguridad en la región. Sin embargo, la reactivación del conflicto de Israel y Palestina estancó los progresos a principios de los 2000.

Francia impulsó en 2007 una alternativa, la Unión por el Mediterráneo. Esta nueva organización tiene metas similares a su antecesora, incluyendo asegurar la estabilidad y paz en la región, y sí parece haberse consolidado, al menos como cita diplomática habitual y como lanzadera de proyectos sociales. La Unión por el Mediterráneo reúne a 43 países: los veintisiete miembros de la Unión Europea y otros dieciséis países del litoral mediterráneo; además, en sus encuentros también participa la Liga Árabe. Otra iniciativa diplomática es el Diálogo 5+5, también impulsado por Francia y que reúne a cinco países europeos y otros cinco africanos del Mediterráneo occidental: Malta, Italia, Francia, Portugal y España por un lado, y Marruecos, Argelia, Libia, Mauritania y Túnez por otro. Por su parte, otros actores como la OTAN o la Unión Europea han creado sus propias herramientas para promover relaciones con los Estados mediterráneos.

Una iniciativa diplomática distinta que también se ha puesto en marcha el marco regional son los Juegos del Mediterráneo, unos eventos deportivos de inspiración olímpica. Estos juegos se llevan celebrando desde 1951 con el objetivo de fomentar la identidad común y la buena relación entre los países de la región. Con todo, tampoco han quedado exentos de fricciones políticas: Yugoslavia, por ejemplo, dio plantón a España en los Juegos de Barcelona de 1955 como muestra de rechazo a la dictadura del general Franco. También ese mismo año, los países árabes vetaron la participación de Israel, que nunca ha asistido a esos juegos.

En líneas generales, las iniciativas diplomáticas en el Mediterráneo han obtenido pobres resultados, en buena medida porque los distintos países han priorizado otras alianzas o  intereses. En el caso de los países del norte, su orientación diplomática está claramente centrada en la Unión Europea. Los del sur y el este, por su parte, están lastrados por tensiones regionales, inestabilidad política y guerras que les impiden cooperar, y también dan más importancia a organizaciones como la Liga Árabe. 

Para ampliar: “Multilateralismo, no te rayes, Trump no te merece”, Pablo Moral en El Orden Mundial, 2020

Un mar de interés global

Incapaces de construir un foro diplomático de éxito, los países del Mediterráneo mantienen antiguas tensiones territoriales que amenazan la estabilidad de la región. Una de las más peligrosas es la que comparten Turquía y Grecia por la isla de Chipre y zonas del Egeo, a pesar de ser ambos miembros de la OTAN. También son graves la división entre los vecinos Argelia y Marruecos, que llevan años con la frontera cerrada o la rencilla entre España y Reino Unido con respecto a Gibraltar; y, por supuesto, el perenne conflicto entre Israel y Palestina. Las revueltas árabes pusieron al Mediterráneo en el centro del mundo en 2011, al igual que los conflictos de los últimos años: la guerra de los Balcanes y la guerra civil de Argelia en los noventa, o las actuales guerras en Libia y Siria. Unas décadas antes, el Mediterráneo también vivió las distintas guerras árabo-israelíes y fue un escenario importante de las dos guerras mundiales.

Aunque haya perdido algo de su protagonismo pasado a favor de Asia, el Mediterráneo sigue ocupando un lugar importante en la política internacional actual. En esta región se reúnen sólidas potencias locales, como Francia, Italia, Israel o Turquía, con otras potencias externas, como Estados Unidos o Reino Unido, que tienen presencia militar por toda la región. Además, en los últimos años están aumentando su presencia dos nuevos actores: Rusia y China, aunque con estrategias muy distintas.

Para ampliar: “Egipto e Israel, de enemigos mortales a aliados fieles”, Carlos Palomino en El Orden Mundial, 2019 

Rusia ha aprovechado la oportunidad de la guerra de Siria —en la que apoya al Gobierno de Al Assad— para consolidar su presencia en el Mediterráneo con dos bases militares en el país: el puerto de Tartús y la base aérea en Latakia. Además, Moscú ha participado en el conflicto de Libia través de mercenarios en apoyo al bando del mariscal Haftar, así como en las cumbres para los procesos de paz en el país. Ello permitirá al Gobierno ruso reclamar algún tipo de ventaja relacionada con la excelente ubicación o los ricos recursos del país una vez termine la guerra. 

El control o influencia en puertos mediterráneos forma parte de la estrategia de China para asegurar la seguridad de sus rutas comerciales.

Por su parte, China apuesta por usar herramientas comercialesculturales y diplomáticas. Pekín las ha puesto en práctica en conflictos como el de Siria, pero el mejor ejemplo de su estrategia es la Nueva Ruta de la Seda, cuyo extremo occidental llega hasta el Mediterráneo. En el marco de este proyecto, en los últimos años China ha adquirido la gestión del puerto griego de El Pireo y se ha convertido en accionista mayoritario en otros como el de Valencia, en España. También ha invertido en puertos clave como los de Tánger o Malta, varios puertos italianos, el Haifa en Israel o Port Said, en el canal de Suez. Al sur, Pekín extiende su influencia por África y ha abierto su primera base militar fuera de sus fronteras en Yibuti, en el Cuerno de África. Pekín pretende asegurar así el tráfico marítimo en este punto, imprescindible para conectar el océano Índico con el Mediterráneo por el estrecho de Bab al Mandebel mar Rojo y el canal de Suez.  

Para ampliar: “La Ruta de la Seda china pone los ojos en Europa”, Fernando Arancón en El Orden Mundial, 2019

Los retos futuros

A pesar de que las divisiones políticas impidan considerar a la región como un conjunto unido, la cuenca mediterránea enfrenta varios desafíos graves. Nuevas rutas comerciales como las que se abren con el deshielo del Ártico o la Nueva Ruta de la Seda pueden competir con el Mediterráneo y arrebatarle protagonismo. Por otra parte, la amenaza yihadista está muy presente en la región, agravada por las guerras en Siria y Libia. Hay focos en los BalcanesEgipto y el norte de África. Más al sur, en el Sahel, la mayoría de los países sufren una inestabilidad crónica, lo que permite la expansión de grupos yihadistas y criminales que han establecido rutas de tráfico ilegal de sustancias, armas y personas.

Para ampliar: “Hacia la ruta del Ártico”El Orden Mundial, 2020

Además, la desigualdad entre los litorales norte y sur hacen del Mediterráneo cada vez más en una frontera y menos en un espacio de unión. La violencia y la expansión demográfica obligan a miles de personas de África y Oriente Próximo a migrar hacia Europa, repercutiendo en los países mediterráneos de ambas orillas. La migración ya es uno de los mayores desafíos de la región: el mar se ha convertido en una tumba para miles de migrantes, y no hay medidas medidas contundentes que aplaquen la situación. Por si fuera poco, la crisis de refugiados sirios, esperando en Turquía y otros países a su oportunidad para llegar a la Unión Europea, representa uno de los mayores desastres humanitarios que se recuerdan

La inmigración es una de los grandes retos del Mediterráneo, no solo porque una guerra como la de Siria pueda provocar crisis de refugiados como la de 2015, sino por la bomba demográfica africana que se espera para las próximas décadas.

Por último, el cambio climático se perfila como una amenaza grave e inminente. Sus consecuencias serán especialmente duras en toda la cuenca mediterránea, que ya empieza a tener problemas de desertización. La escasez de agua puede generar tensiones como las que ya se dan entre Egipto, Etiopía y Sudán por la construcción de una presa en el Nilo, o entre Israel y sus vecinos. A todo ello se añaden los riesgos internos de muchos países que sufren una grave debilidad del Estado, alto desempleo, desigualdad o inseguridad alimentaria. Como demostraron las revueltas árabes en 2011, o Sudán y Argelia en 2019, estos problemas pueden dar lugar a protestas ciudadanas que en el mejor de los casos permiten avances democráticos pero, en el peor, suponen el estallido de una guerra civil.

Con retos de seguridad, demográficos y medioambientales tan graves como los mencionados, con la amenaza de que sus puertos pierdan importancia internacional y con el descubrimiento de bolsas de gas natural que pueden cambiarlo todo, el Mediterráneo sigue, siglos después, escribiendo su historia. 

Para ampliar: “Europa ya sabe que no va a poder escapar de la crisis climática”, Astrid Portero en El Orden Mundial, 2019

Clara R. Venzalá
Córdoba, 1990. Licenciada en Periodismo. Máster en Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos. Me interesan los temas relacionados con la geopolítica, los derechos humanos y la perspectiva de género.

Publicado por El Orden Mundial https://elordenmundial.com/geopolitica-del-mediterraneo/

por Sergio Rodríguez Gelfenstein, doctor en estudios políticos de la Universidad de Los Andes

EN SU DESESPERACIÓN POR LA PÉRDIDA DE SU HEGEMONÍA LOS ESTADOS UNIDOS ESCALARÁ SU ATAQUE CONTRA CHINA

Casi al finalizar el año pasado escribí un artículo que titulé: “2019: primer año de la confrontación estratégica entre Estados Unidos y China”. Algunos lo catalogaron de alarmista y me escribieron (incluso un colega chino), para decirme que era exagerado. Eso fue el 19 de diciembre, solo unos días después, el último del año, China notificó a la OMS y al mundo el surgimiento del brote de un virus desconocido hasta ese momento.

El alba del año 2020 no presagiaba el alcance que habría de tener este hecho para la humanidad, su posterior irradiación a todo el planeta llevó a que el 11 de marzo, la OMS decretara al ya conocido como coronavirus COVID-19 como pandemia. Las implicaciones subsecuentes aún están en curso. Variadas conjeturas –desde las más apocalípticas hasta las más optimistas- están emergiendo como visiones de futuro del mundo que habrá de sobrevenir.

Por mi parte, por muchos esfuerzos que hago, todavía no alcanzo a visualizar el curso de los acontecimientos en toda su dimensión. Cuando arribo a ciertas conclusiones, nuevas variables se cruzan en el razonamiento, haciendo interminable el análisis de la perspectiva y las consecuencias que se podrían avizorar.

Por supuesto, el contexto de las relaciones internacionales no está ajeno a este raciocinio. En el ámbito estratégico de la disciplina quedará por ver cómo evolucionan las relaciones entre China y Estados Unidos, que a mi juicio es el factor determinante para concluir alguna hipótesis respecto del mundo del futuro.

En el artículo antes mencionado –repito- sin que apareciera aún el COVID-19 en el horizonte, aseguraba que el conflicto entre los dos mayores potencias mundiales era mucho más que una “guerra comercial” como profusamente se aseguraba en espacios académicos, mediáticos, políticos y diplomáticos. Afirmaba también, que este trance “…se enfoca en discrepancias de tipo político e ideológico de carácter antagónico y estructural que no tienen solución…”. Así mismo, alertaba en el sentido de que había que tener cuidado porque “…en política la no comprensión y la confusión entre las dimensiones estratégica y táctica suelen conducir a errores de extrema gravedad, y consecuencias que dejan improbables secuelas” y que los acuerdos alcanzados en la disputa comercial entre los dos países eran “…solo una pausa que [debía] ser entendida en esa dimensión…”

Ya en octubre del año pasado, el presidente Trump creó la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de Estados Unidos con un presupuesto de 60.000 millones de dólares (tres veces mayor que el de la agencia antecesora) a fin de conceder préstamos, garantías de préstamos y seguros a empresas dispuestas a hacer negocios en naciones en vías de desarrollo Con el claro objetivo de contrarrestar la influencia geopolítica de China, el presidente estadounidense se propuso confrontar la iniciativa de “Un cinturón y una ruta”, incluso contraviniendo su propuesta de campaña que apuntaba a reducir y eliminar en algunos casos, la ayuda internacional.

Este vuelco de política exterior -contrario a lo que se pudiera suponer- no obedece a un repentino cambio de opinión del atribulado Trump, sino a su desesperada necesidad de intentar bloquear los efectos de la expansión de la cooperación internacional de China que se expresa en el financiamiento de grandes proyectos en Asia, Europa del Este, América Latina y el Caribe y África.

Lamentablemente, la pausa acordada en enero fue rota antes de tiempo, el COVID-19 fue su causante. Cuando el ambiente negociador y de distensión que llevó a tal tregua a mediados del primer mes del año, podría haber sido un buen preludio para desarrollar la cooperación en medio de la pandemia, pudo más la confrontación estratégica de carácter ideológico que el interés de atreverse a actuar de forma articulada para dar respuesta al peor peligro que ha desafiado a la humanidad durante este siglo y desde el fin de la segunda guerra mundial.

En el orden táctico, ningún análisis puede obviar que los dos partidos del sistema político de Estados Unidos están incapacitados para desprenderse de la campaña electoral de cara a los comicios de noviembre, lo cual los motivó a usar la pandemia como instrumento de propaganda. En este sentido, la hasta febrero, segura victoria de Trump ha comenzado a ponerse en entredicho tras su deplorable manejo de la pandemia durante los últimos dos meses.

En el lado demócrata, como era de esperarse Bernie Sanders se rindió temprano ante la avalancha de recursos financieros de sus oponentes con los que no pudo competir por lo que tristemente llamó a apoyar a Joe Biden firmando de esa manera su acta de defunción política. Aunque Biden no se diferencia mucho de Trump, el mayor problema es que está entrando en una natural etapa de demencia senil como informa ABC Internacional, lo que hace que no se acuerde de sus dichos, llegando incluso a olvidar lo que tiene que exponer en sus discursos, muchas veces desvariando sobre hechos, cifras y nombres. Así, en noviembre, Estados Unidos se debatirá entre un sicópata y un demente, complicando aun más el porvenir de la humanidad.

En este sentido, la cancillería china expresó el pasado 27 de abril “su enérgica oposición a ser involucrada en la política electoral de Estados Unidos”, en respuesta a un memorándum de 57 páginas exhibido por el medio periodístico «Polític» en el que se exhorta a los candidatos republicanos a resolver la crisis de la COVID-19 atacando agresivamente a China a través de tres enfoques principales que deben ser acometidos: 1. “China causó el virus al ´ocultarlo, 2. Los demócratas son ´suaves con China, y 3. Los republicanos ´impulsarán sanciones contra China por su papel en la propagación de esta pandemia`.

En este contexto, Trump ha optado por el ataque contra China para desatar un nacionalismo populista que en el corto plazo lo lleve a ganar las elecciones y más tarde, continuar el esfuerzo iniciado hace dos años para apartar a China de su línea de desarrollo que –si bien limitada por la pandemia- ha cobrado nuevos ímpetus tras enfrentarla exitosamente para, con posterioridad, colaborar con la OMS y más de 80 países del mundo con el mismo objetivo.

La opción de Estados Unidos por la confrontación ha tenido un repunte sobre todo en este último mes cuando pareciera que el COVID-19 se ha salido de las manos de Trump y su gobierno. Ya el primer día de abril, funcionarios estadounidenses y de otros países occidentales trataron de culpar a China por la pandemia, acusándola de encubrir la cifra real de infectados y desinformar sobre el COVID-19. También afirmaron que le reclamarán a China después que la pandemia pase.

En particular, en la campaña anti china ha destacado Peter Navarro, asesor comercial del presidente, quien se ha transformado en uno de los más insaciables enemigos de China en la Casa Blanca, acusando al país asiático de “un encubrimiento que retrasó seis semanas la respuesta mundial”. En una entrevista, Navarro llegó a decir que “China sabía desde mediados de diciembre, que tenía casos de transmisión de coronavirus de persona a persona”.

La respuesta de Beijing fue contundente, Hua Chunying vocera de la cancillería expresó que: “Las mentiras contadas por este político estadounidense no valen la pena refutarlas. Me di cuenta de que durante esa entrevista, incluso el periodista lo interrumpió varias veces y señaló que estaba [haciendo perder] el tiempo de todos”, calificando además sus comentarios como “desvergonzados” al culpar sin pruebas a China por el coronavirus, asegurando de la misma manera que Estados Unidos “debería dejar de politizar un problema de salud y centrarse en la seguridad de su pueblo”.

Por su parte, en otra entrevista, el día 16 el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, continuó la línea de ataque al afirmar que China fue “engañosa” y “no transparente” al informar sobre la epidemia. China respondió diciendo que esta falacia es exactamente la misma que la de algunos otros políticos de Estados Unidos y que esta excusa de culpar a otro no era nada nuevo.

En este marco, un grupo de abogados estadounidenses lanzó una acción legal histórica para demandar a China por billones de dólares, acusando a sus líderes de negligencia por permitir que estallara el brote de coronavirus, y luego encubrirlo. La demanda colectiva que involucra a miles de demandantes de 40 países, se presentó en Florida el mes pasado. El estratega jefe de la acusación, Jeremy Alters, aseguró que «los líderes de China deben rendir cuentas por sus acciones».

Todo esto fue echado por la borda por el propio doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos quien en rueda de prensa el 17 de abril desde la propia Casa Blanca rechazó la teoría conspirativa de que el nuevo coronavirus fue creado y escapó de un laboratorio chino, según informó Business Insider.

En la continuación de la ofensiva anti china el 22 de abril, un grupo de 16 senadores republicanos pidió al presidente Donald Trump que obligue a los países solicitantes de reestructuración de deuda o ayuda económica a dar cuenta a Washington de sus compromisos con Beijing. Asímismo, Mac Thornberry, jefe del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes presentó un proyecto de ley en el Congreso con el apoyo de republicanos y demócratas con miras a crear un fondo de 6.000 millones de dólares para reforzar el potencial disuasorio contra China.

Ante similares acusaciones por parte del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, China se vio obligada a dar una respuesta al margen de su tradicional práctica diplomática. En un artículo publicado en el Diario del Pueblo, órgano del partido comunista de China, escrito por Zhu Feng, decano del prestigioso Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Nanjing se esboza una muy dura réplica a Estados Unidos en la figura de Pompeo que es expresión de un nuevo lenguaje para las relaciones internacionales de China.

Después de catalogar al ex jefe de la CIA y actual secretario de Estado como “el oficial más arrogante de la administración de Donald Trump a la hora de atacar a China”, Zhu expone que: “La identidad política de la derecha republicana, la arrogancia de la élite estadounidense y las ambiciones políticas personales constituyen el ´gen político` anti-chino del secretario de Estado” .

Agregó que “…el ataque de Pompeo contra China es típico de la postura hegemónica de los políticos de derecha estadounidenses que se caracteriza porque primero, “Estados Unidos siempre tiene la razón y es el ´dueño de la verdad`, lo que permite la distorsión y la manipulación de los hechos. Segundo, Estados Unidos es el poder más grande del mundo y puede obligar a las organizaciones y al derecho internacional a someterse a las cogniciones e interpretaciones estadounidenses. […] tiene derecho a abandonar las convenciones, pero otros países ´tienen` que respetar el derecho internacional y permitir que Estados Unidos anule las organizaciones internacionales y otros países soberanos”.

La caracterización que se hace de Pompeo y de otros políticos por su condición política de “derecha”, hace referencia a un aspecto ideológico no habitual en las relaciones internacionales de China, ni siquiera en el ámbito académico, que toma nota de contradicciones que van mucho más allá de lo estrictamente comercial o incluso -en este caso- de la contradictoria visión en el manejo de la pandemia. Así, se incursiona en un plano que ha sido conscientemente obviado desde Beijing incluso ante el ostensible involucramiento de Estados Unidos en el apoyo a la desestabilización de Hong Kong y en su intervención como soporte de la administración de Taiwán en clara violación de los propios acuerdos bilaterales en materia de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China.

No se sabe aún cuál será el devenir del mundo tras el fin de la pandemia, tampoco se puede prever con certeza el rumbo que tomará una inminente reestructuración de las relaciones internacionales, pero lo que sí parece seguro es que en su desesperación por la pérdida de la hegemonía global, Estados Unidos escalará sus ataques contra China. A diferencia del pasado, pareciera que esta vez, Beijing no se quedará de brazos cruzados.

FUENTE: Observatorio de la Crisis: https://observatoriocrisis.com/2020/05/06/china-no-se-quedara-de-brazos-cruzados/

Por Pepe Escobar(*), periodista experto en asuntos internacionales.

Se está produciendo un cambio radical en el actual paradigma. La economía de EEUU puede encogerse hasta un 40% en el primer semestre de 2020… Y China, que ya es la mayor economía del mundo en Paridad en Poder Adquisitivo (PPP), puede convertirse pronto en la mayor economía incluso en términos del tipo de cambio.

El mundo post-Cierre del Planeta –  que todavía es un espejismo nebuloso – bien podría necesitar una moneda post-pandemia. En ese escenario el candidato más seria es el yuan digital fiduciario.

El mes pasado, el Banco Popular de China (PBOC) confirmó que bancos en cuatro regiones chinas están usando el nuevo yuan digital. Sin embargo, aún todavía no hay un calendario para el lanzamiento oficial de lo que se llama Pago Electrónico en Moneda Digital (DCEP).

El gobernador del Banco Popular de China, Yi Gang, ha confirmado que además de los pilotos realizados en Suzhou, Xiong’an, Chengdu y Shenzhen se está pensando probar la nueva moneda en las Olimpiadas de Invierno de 2022.

Según Yi, «se ha hecho progresos importantes»,  pero “seremos muy cautelosos. Controlaremos todo tipo de riesgos. Hemos diseñado un sistema con estrictas medidas para impedir cualquier intensión de blanquear dinero

El pago electrónico es parte de la hoja de ruta de China, que eventualmente puede conducir al reemplazo del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. China está a la cabeza en el desarrollo de una moneda digital.

Este sistema pagos digitales está siendo utilizados por gigantes tecnológicos como Tencent y Ant Financial y una aplicación móvil desarrollada por el Banco Agrícola de China (ABC) está funcionando en WeChat – con una interfaz del Banco Popular Chino – que ya utilizan establecimientos como Starbucks, McDonald’s y Subway.

China avanza rápidamente en todo el espectro digital. La criptomoneda basada en los famosos Blockchain (cadena de bloques) está pensada no sólo para propósitos domésticos sino también para el comercio global. Un comité estatal, compuesta por ejecutivos del PBOC, Baidu, Tencent y el Ministerio de Industria y Tecnologías de la Información están supervisando directamente su implementación.

Una moneda respaldada por el oro

Pero, ¿qué significa todo esto?

Fuentes bancarias de Hong Kong me han dicho que Beijing no está interesado en que el yuan reemplace al dólar americano. La posición oficial de China es que el dólar estadounidense debería ser sustituido por una cesta de monedas (dólar, euro, yuan, yen) aprobado por el FMI. Esto eliminaría la pesada carga que podría recaer sobre el yuan, como moneda de reserva mundial.

Sin embargo esta explicación es insuficiente. Bien podría ser una táctica de distracción en medio de una guerra de información. Una cesta de divisas bajo el FMI implica el control de los EEUU… y esto no es exactamente lo que China quiere.

El meollo del asunto es que un yuan digital y soberano puede estar respaldado por el oro. Esto no está confirmado, todavía, pero el oro podría servir como un respaldo directo a los bonos y a la moneda. Lo que es seguro es que una vez que Pekín anuncie una moneda digital respaldada por oro, el dólar estadounidense será golpeado por un rayo.

Bajo este nuevo marco, las naciones no necesitaran dólares para comerciar con China, lo harán en yuanes digitales . Y Beijing tampoco tendría que imprimir yuanes sin respaldo – como es el caso del dólar de estadounidense.

De todas maneras, el Yuan digital estará respaldado por la enorme cantidad de bienes y servicios hechos en China – y no por un Imperio transoceánico con 800 bases en todo el mundo. El valor del yuan digital será decidido por el mercado, como sucede con el bitcoin.

Todo este proceso lleva años de debate. A finales de la primera década del 2000 – en las reuniones de los BRICS-  Rusia y China plantearon el tema. La estrategia para prescindir del dólar estadounidense empezó por el comercio bilateral (en sus propias monedas) entre Rusia y China.

La estrategia de Beijing está cuidadosamente calibrada. Junto con acumular metódicamente oro en cantidades masivas (al igual que Rusia) China ha estado promoviendo el uso de los medios de pago electrónicos, asegurándose al mismo tiempo de no posicionar al yuan como un competidor estratégico.

Ahora en un próximo escenario post-pandemia Beijing puede hacer un movimiento decisorio. Antes del comienzo de la epidemia la gran mayoría de los  dirigentes chinos estaban convencidos que su país está viviendo bajo un ataque de “guerra hibrida” por parte del gobierno de Trump . Ahora esta guerra está alcanzando un punto álgido y al parecer las relaciones bilaterales sólo empeorarán.

Salvo el primer semestre de 2020, China sigue siendo una economía con un crecimiento insuperable . Es la nación con mayor capacidad productiva e innovadora – en vías de alcanzar un nivel tecnológico superior con el programa “Made in China 2025” – . Y para no olvidar, recientemente fue capaz de ganar la «guerra popular» contra el Covid-19 en un tiempo récord.

Pero luego, está el llamado “poder blando”. Beijing necesita tener a su lado al Sur Global . El gobierno de los Estados Unidos lo sabe muy bien; por tanto no es de extrañar que la campaña publicitaria para tratar de presentar a China como «culpable» de la expansión del COVID-19

» Llegada a la meta con fallo fotográfico»

Una ventaja clave del yuan digital soberano es que Beijing no necesita hacer flotar un yuan de papel, que por cierto está siendo dejado de lado en China, ya que prácticamente todo el mundo está usando el pago electrónico.

El yuan digital, utilizando la tecnología de las cadenas de bloques ( Blockchain), flotará automáticamente, pasando así por alto el casino mundial financiero controlado por los Estados Unidos.

La cantidad de moneda digital soberana es fija. Con esto se eliminará una plaga económica : la llamada expansión cuantitativo (QE), que es el medio que los Bancos Centrales han utilizado para salvar al capital financiero.

Un moneda digital soberana debería ser el medio preferido para el comercio, porque se podrían hacer  transferencias de dinero sin obstáculos geográficos y, como guinda del pastel, los bancos no deberían cobrar escandalosas comisiones como intermediarios.

Como el propósito de las criptodivisas es liberarse de la estructura centralizada que goza el dólar, por supuesto que el Imperio colocará todos tipos de  obstáculos en el camino. Habrá aullidos en Wall Street que acusarán al Banco Chino de ser capaz de confiscar los fondos digitales.

Sin embargo no solo China está trabajando en una moneda cripto-monedas también lo está haciendo EEUU, el Reino Unido, Rusia y la India . Por razones obvias, el Banco de Pagos Internacionales (el Banco Central de Bancos Centrales) es muy consciente  que el futuro es ahora.

Las conclusiones de una investigación en más de 50 Bancos Centrales es incontestable: estamos frente a una «llegada a la meta con fallo fotográfico». ¿Quién se llevará el premio mayor?

(*) para Strategic Culture Foundation

Artículo original en inglés : « Get Ready for the Next Game-Changer : China’s Digital Yuan, ’Backed By Gold’ ? »

Por Natalia Arias (*)

La dirección de la política exterior de Trump se ha vuelto cada día más confusa e irracional. El mandatario ha estado transitando semanas cargadas de controversias, sobre todo en el ámbito de la salud. Sin embargo, su actitud oscila en momentos donde aparenta conocer realmente la situación -como por ejemplo al admitir la posibilidad de un aumento de muertes debido a la necesidad propia de reapertura económica de los Estados-, y momentos donde llega a afirmar que, para fin de año, los Estados Unidos ya habrán encontrado una vacuna para el COVID-19, porque incluso si los médicos rechazan su opinión, él es “optimista” de acuerdo a la situación1.

Es comprensible el por qué intenta arduamente demostrar seguridad dentro de la misma debilidad de su política exterior. No olvidemos que es un año de elecciones clave, y la super potencia en ascenso, China, está logrando sutilmente la intervención en los países aliados del presidente estadounidense, como plantearé en relación a América Latina. Además, debe lidiar con el rechazo de los especialistas de salud e inclusive la opinión de los embajadores chinos al haberle otorgado, de manera mediática, la responsabilidad a Beijing por la propagación del virus. Tan solo para citar un ejemplo, el embajador chino en Chile, Xu Bu, declaró: «Cuando el país enfrenta una crisis grave, como Secretario de Estado, Pompeo debería presentar informes científicos y racionales al presidente ayudándole a emitir juicios oportunos y precisos, y tomar medidas rápidas y enérgicas para afrontar y resolver la crisis de manera efectiva”2. En conclusión, un contexto complicado para afrontar y mantener así su posición internacional, con una pandemia bastante fuera de control.

En cuanto a Argentina, la situación se encuentra en un momento de tensión dada una serie de situaciones. Un primer punto a destacar es la situación con la OMS: El canciller Felipe Solá ha firmado un documento junto a los 28 países de la Alianza por el Multilateralismo, reconociendo y manifestando su posición de apoyo hacia la OMS. Este organismo ha sido recientemente descalificado por el presidente Trump, y su disposición a enviar fondos ha sido suspendida. En un segundo punto, Argentina ha pospuesto por un año el pago del vencimiento de la deuda de USD 2.100 millones al Club de París, según reveló el ministro de economía Martín Guzmán en una entrevista con una agencia internacional. Las negociaciones se realizarán pronto, y recalcó que los miembros se mostraron receptivos ante la decisión, aunque todavía no se haya establecido un acuerdo público. En un tercer punto, tenemos el fortalecimiento de las relaciones exteriores para con China a través de las donaciones y compras de instrumentos para el control de la pandemia. Y aquí veo necesario realizar una aclaración para el resto del artículo: las famosas donaciones por parte de Beijing que mencionaré luego, son una clara estrategia de poder blando actual cuyo uso también ejerce Estados Unidos. Además, el tipo de donación que ha realizado Beijing y sus empresas nacionales con el resto del mundo, se destacaron en los medios por la utilización de frases y metáforas culturales. El hecho que China paralelamente esté ejerciendo esta “diplomacia de las mascarillas”3, ha alertado a Washington a mantener la intervención en sus aliados. Por ello, es necesario destacar este punto y tenerlo presente para comprender el accionar paralelo y similar de ambas superpotencias.

Retomando con el tercer y último punto, el primer cargamento que llegó a Argentina incluyó trajes de protección, máscaras para uso médico, termómetros digitales, etc. Éste incluyó la frase más reconocida del Martín Fierro “Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea”. No cabe duda que Estados Unidos ha estado atento a la situación, porque si bien no mencionó esta intervención, Pompeo afirmó al medio Clarín, en una conferencia de prensa virtual, que el presidente Alberto Fernández podría ser útil en dos frentes: trabajando junto a sus colegas en Sudamérica en ayudar a llevar la democracia a Venezuela y llevando ayuda humanitaria y médica para la gente de Venezuela. Debemos recordar la respuesta a principios de mes por parte de Mauricio Claver-Carone, asesor del presidente Trump, ante la posición que adoptó el presidente Fernández con respecto a la situación de Venezuela: “Le pediría al gobierno de Argentina que tenga la misma solidaridad y el afán por la libertad con el pueblo venezolano que tuvieron cuando buscaban ellos mismos ser libres”, comparando a la situación de Nicolás Maduro con la dictadura argentina de los años 70.4

Quienes también han recibido donaciones por parte de China son Costa Rica, Puerto Rico y Venezuela. Por una parte, el embajador de China en Costa Rica, Tang Heng, realizó la entrega de 10.000 kits de pruebas, 100.000 mascarillas quirúrgicas, y máquinas de presión positiva continua para el control de las vías respiratorias, notificando además de que se esperan próximamente nuevas donaciones, y afirmó que se habían recibido otras de fundaciones chinas, también. En cuando a Puerto Rico, la Cámara de Comercio China en el territorio puertorriqueño también donó artículos de higiene para combatir el COVID-19. La gobernadora Wanda Vázquez agradeció la entrega, que incluyo cajas de guantes de plástico, 10 mil mascarillas, etc. Estados Unidos no ha emitido palabras al respecto todavía, como sí lo hizo con otros países, desvalorizando la ayuda humanitaria por parte de China.

Ahora bien, la situación en Venezuela es más compleja, y el conflicto con Estados Unidos se reaviva una vez más en torno a la “Operación Gedeón”, una operación de carácter “narcoterrorista” por vía marítima organizada por Estados Unidos y Colombia, según denuncia el presidente Nicolás Maduro. Estados Unidos ha respondido a los dichos del presidente venezolano calificando sus acusaciones de desinformadas y melodramáticas, y por ende también acusó a Cuba de estar involucrada en el conflicto, al supuestamente contar con más de 20.000 agentes infiltrados en las fuerzas venezolanas.

La situación en Cuba es aún más delicada debido al bloqueo para la colaboración de ayuda humanitaria, y al reciente tiroteo de la embajada cubana en Washington, hecho que la cancillería cubana ha solicitado ser investigado. Con respecto al primer punto, miembros del mismísimo Senado y Congreso de los Estados Unidos han redactado y enviado una carta al Secretario de Estado y de Tesoro donde les solicitan confirmar que Cuba podrá recibir ayuda humanitaria de las compañías y agencias humanitarias del mundo: “Escribimos para instarlos a que confirmen de inmediato que las empresas y los trabajadores humanitarios en todo el mundo no están impedidos por la ley, regulación o política de los EE.UU. de proporcionar equipos médicos, comida, artículos humanitarios e información de salud pública a Cuba” 5 señalan. Nos informaremos próximamente de las novedades con respecto a esta reciente acción por parte de las Cámaras de EE. UU, más por el momento solo puedo agregar que Estados Unidos ha estado felicitando a aquellos países que han rechazado la ayuda de los médicos cubanos, acusando a este acto como “abuso del régimen cubano”.

Los problemas tampoco han tardado en llegar en Nicaragua. Por una parte y con motivo del segundo aniversario de la crisis de Nicaragua, Mike Pompeo ha solicitado al presidente Ortega y vicepresidente Murillo una transición democrática y de elecciones libres para el país. Por otra parte, las sanciones del Consejo de la Unión Europea contra funcionarios nicaragüenses por violación de derechos humanos en pleno contexto de pandemia, han dado pie para que el gobierno estadounidense emita una vez más su voz. El Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental interino Michael G. Kozak destacó recientemente en Twitter la importancia de las sanciones de los aliados contra los individuos: “La comunidad internacional debe seguir trabajando unida para asegurar que el régimen de Ortega tome acciones para una salida pacífica y negociada a la crisis en Nicaragua”. 

Ahora bien, en cuanto a sus respectivas donaciones, puedo destacar a grandes rasgos la ayuda ofrecida telefónicamente a la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, quien agradeció al presidente Trump y discutieron de posibles formas de trabajar en conjunto. También tenemos a su aliado clave: Brasil, cuya empresa JBS se ha manifestado a su disposición para cubrir el déficit de la carne en Estados Unidos. Otras donaciones aplican a Paraguay, a quien donó 250 respiradores, Perú, a quien le otorgó 25 millones de dólares para enfrentar a la pandemia, República Dominicana, a quien destinó 2 millones de dólares adicionales por la misma causa y Uruguay, quien recibió recientemente su segunda donación. Finalmente, para agregar, el presidente ha manifestado su aprobación de envío de respiradores a Ecuador, El Salvador y Honduras gracias a la conversación que mantuvo con sus respectivos presidentes. Esto se debe al apoyo que obtuvo por parte de los dos últimos países de seguir recibiendo migrantes deportados de EE. UU, cosa que Guatemala se negó.

Para concluir el tópico de sus aliados, debo destacar la no tan sorpresiva situación con México. Debido a que el cierre de la economía de Estados Unidos produjo cierta decadencia por el COVID-19, el presidente norteamericano ha decidido que es momento de reabrirla. Es así que las negociaciones entre López Obrador y Trump -y por ende la presión por parte de este último- no tardaron en aparecer, y a fecha de hoy, las estadísticas empiezan a consolidar a México como el primer socio de Estados Unidos en el comercio de productos durante el primer trimestre del 2020.6

En resumen, la preocupación por parte del gobierno de Donald Trump es evidente y no hay mucho más que desarrollar. El mes pasado, las mayores intervenciones por parte del hegemón se han aplicado en Bolivia, Uruguay, Brasil, Paraguay, México, Honduras, El Salvador, Ecuador, República Dominicana y Perú. Y por el momento, los países en la mira debido a la intervención china o conflictos internos pueden llegar a ser Argentina, Chile, Costa Rica, Cuba, Nicaragua, Puerto Rico y Venezuela. Esperemos ver cómo sigue configurándose el sistema de alianzas del sistema internacional ante la pandemia.

(*) Cursando la Licenciatura de Ciencias Politicas y RRII en la Unv. Catolica de Cordoba Argentina – Investigadora Jr de Dossier Geopolitico

Referencias

  1. https://abcnews.go.com/Politics/trump-abcs-david-muir-covid-19-deaths-country/story?id=70515537
  2. https://www.t13.cl/noticia/mundo/mentir-no-hace-ee.uu.-grande-hace-degenerado-duro-mensaje-del-embajador-chino-chile
  3. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52238901
  4. https://www.clarin.com/politica/unidos-argentina-puede-ayudar-crisis-venezuela-_0_jH5g5C6B5.html
  5. https://www.cubanet.org/noticias/democratas-piden-confirmacion-de-que-embargo-no-afecta-ayuda-a-cuba/
  6. https://www.larepublica.co/globoeconomia/mexico-se-consolida-como-el-primer-socio-comercial-de-los-estados-unidos-3002172

Fuentes de consulta:

https://www.infobae.com/america/eeuu/2020/05/06/eeuu-dijo-que-hay-una-gran-campana-de-desinformacion-en-marcha-por-el-regimen-de-maduro-sobre-la-operacion-gedeon-en-venezuela/

https://www.state.gov/two-year-anniversary-of-the-crisis-in-nicaragua/

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Club de la Pluma: Arte, Ciencia, Cultura, Derechos Humanos, Geopolítica, Deuda Externa, Relatos, Cuentos, Educación, Opinión, Editorial, Efemérides, Comunidades Originarias, Filosofía Y Mucho Más…

TEMAS:

América Latina un territorio de Paz?

Guerra entre Bandas – Pandillas – Cárteles de narcotraficantes – Paramilitares

  • Tenemos Pandemia para largo a la vista de los últimos informes médicos
  • 75 años de la Victoria de los aliados sobre la Alemania nazi el 9 de mayo, todas las instituciones creadas después de esa guerra hoy o se modifican o perecen ante los profundos cambios Geopolíticos y Geoestratégicos, de este siglo XXI 
  • América del Sur Área de Disputa del hegemón y las Potencias Emergentes euroasiáticas
  • En esta Lucha por el control del subcontinente Suramericano se desarrolló la “Operación Gadeón” contra Venezuela (con el intento de capturar una base aérea y desde allí “invitar” a fuerzas extranjeras para realizar una invasión aerotransportada a dicho País), con el guiño de Washington y el Palacio de Nariño, y que la gran novedad es el ingreso en las acciones de unidades especiales de la Fuerzas Armadas de la Federación Rusa en Venezuela utilizando equipos sofisticados para persecución y captura de los subversivos y mercenarios americanos, junto a las Fuerzas armadas regulares de la república Venezolana, -El diario El Mundo decía: Venzuela una nueva Siria?-. Más información en el Audio…

El país de la revolución de 1917 viene hace dos décadas trabajando para volver a ser una superpotencia mundial.

Por OMAR RUIZ*

Este 9 de mayo se conmemora en Rusia el 75° aniversario del fin de la “Gran Guerra Patria”, tal como llamaron los rusos a la Segunda Guerra Mundial, hecho que ocurrió cuando las tropas de esa nacionalidad llegaron a Berlín y derrotaron al ejército nazi.

Aun con las restricciones por la pandemia, Rusia no dejará de recordar a sus héroes y a sus 27 millones de muertos.

El coronavirus plantea un nuevo escenario para la geopolítica. Las potencias, además de la prioridad que asignan a la respuesta sanitaria y de las dudas acerca de cuándo reactivar la economía, no han dejado de disputar el sentido común global respecto de las responsabilidades y de las respuestas que las democracias y las autocracias ofrecen para controlar y derrotar al virus.

Europa, que viene desde hace tiempo con una crisis de identidad, ha mostrado fortalezas y debilidades para enfrentar la pandemia. Estados Unidos reaccionó tarde y trasladó la responsabilidad al “virus chino”. China controló el Covid-19 y se defiende de las acusaciones. Por último, Rusia, que al principio contuvo la pandemia, hoy lucha contra ella y sin embargo no deja de ofrecer cooperación sanitaria a distintos países, como Italia, Estados Unidos, Serbia y otros, con médicos infectólogos y equipamiento.

El país de la Revolución de 1917 viene desde hace dos décadas trabajando para volver a ser una superpotencia mundial.

En Rusia suelen decir que en Moscú está el corazón y en San Petersburgo, la razón. Sin dudas, ambos han contribuido para el regreso de Rusia a la escena internacional como un actor con gran influencia geopolítica, con significativos recursos naturales, gas y petróleo; con acervo científico y tecnológico, así como con un reconocido potencial nuclear y militar. Sin embargo, Rusia deberá enfrentar y dar respuestas a su bajo crecimiento demográfico, a sus niveles de desigualdad social y a su escaso crecimiento económico anual.

Con la desintegración de la Unión Soviética, y pese a los compromisos asumidos por Ronald Reagan con Mijail Gorbachov, Estados Unidos avanzó con la ampliación de la Otan hasta las mismas fronteras de la nación eslava, lo que comenzó a herir los sentimientos nacionalistas en Rusia.

La idea de un diálogo con Rusia, que desde la época de Charles de Gaulle promovía Francia para balancear el poder norteamericano, fue bloqueada por el tándem anglo-alemán. Luego vinieron los bombardeos a Serbia y la separación de Kosovo, para despertar del todo a Rusia.

Con Vladimir Putin, Rusia recuperó su orgullo, reconstruyendo la capacidad del Estado, enfrentando a los oligarcas que controlaban los recursos naturales, volviendo a la escena internacional con el lema “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”, recuperando Crimea, ayudando a Siria y promoviendo el multilateralismo.

Rusia, además, pidió la democratización de la ONU y del Fondo Monetario Internacional y manifestó su compromiso con el desarme nuclear.

En el documento sobre el concepto de la política exterior de la Federación de Rusia, aprobado en 2016, se subraya que, para asegurar los intereses nacionales, su política exterior tiene que:

a) Garantizar la seguridad, la soberanía y la integridad territorial del país, y la consolidación del Estado de derecho y de las instituciones democráticas.

b) Crear condiciones externas favorables con vistas al crecimiento sostenible y al aumento de la competitividad de la economía rusa; renovar la tecnología y elevar el nivel y la calidad de vida de la población.

c) Fortalecer la paz internacional y garantizar la seguridad, con el objetivo de consolidar un sistema democrático internacional justo, manteniendo la supremacía del derecho internacional.

d) Proteger los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos rusos residentes dentro del país y en el extranjero; fortalecer el papel de Rusia en el espacio humanitario mundial; difundir la lengua rusa, y apoyar sus posiciones en el mundo dando a conocer los logros de la cultura rusa, su patrimonio histórico y la idiosincrasia cultural de sus pueblos.

e) Fomentar el diálogo constructivo y la cooperación internacional para fortalecer el enriquecimiento mutuo de las diferentes culturas y civilizaciones.

Rusia desempeña un papel muy importante en la consolidación de un sistema multipolar; que haya regresado a la escena internacional es bueno para el equilibrio geopolítico mundial y los desafíos en los tiempos pospandemia.

*Analista internacional

Publicado en la Voz: https://www.lavoz.com.ar/opinion/dia-de-victoria-en-tiempos-de-coronavirus

El espectacular desfile aéreo en Moscú por el 75 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi

Columna de Politica Internacional de todos los viernes por 650AM Radio Belgrano de Buenos Aires en el Programa De Renzis Ayer y Hoy

Tratamos los cambios geoestrategicos y geopoliticos globales y como ello afecta al mundo anglosajon y a sus paises dependientes

Y las posibilidades que tiene la Argentina, en esta Crisis y la proposicion de crear un Consejo Nacional Post-Pandemia

AUDIO: https://ar.radiocut.fm/audiocut/politica-internacional-con-carlos-alberto-pereyra-mele-2221/#.XrVSxoFX3lI.whatsapp

A tiempos excepcionales, decisiones excepcionales. La sorpresiva, aunque no sorprendente, decisión de Argentina de suspender su participación en las negociaciones de acuerdos de libre comercio (ALC) en el seno del Mercosur es reflejo de la singularidad del contexto. Mientras la industria argentina se enfrenta al mayor desafío de sus últimas décadas, con el país prácticamente cerrado, el Gobierno entiende que un ALC en estas condiciones equivaldría a un golpe de gracia al sector y a la pérdida de un espacio regional preferente de inserción comercial. 

¿Qué desató la tormenta? La Cancillería publicó un non paper de apenas cinco párrafos donde afirmaba que se excluye de las negociaciones debido a “diferencias con algunos socios” (entre líneas, Brasil). Como aclaraba el comunicado, Argentina seguirá acompañando las negociaciones con la Unión Europea.

Las reacciones de los socios del bloque no se hicieron esperar. Los tres gobiernos coinciden en la preferencia por una fórmula aperturista y de libre comercio con terceros para Mercosur. La distancia con la postura de la Casa Rosada es cada vez mayor. Otra muestra de ello fue que, en medio de la retirada argentina de las negociaciones, el Gobierno brasileño decidió cambiar a su embajador en Buenos Aires. 

Con la intención de suavizar el mensaje a sus socios del bloque, pero también de enviar un guiño a los sectores sensibles de la industria local, el Gobierno argentino subrayó que interrumpir momentáneamente su participación en las negociaciones no se trata de “un capricho”, sino de “una visión para fortalecer las relaciones con las naciones del bloque regional”, priorizando el entramado productivo nacional. El 30 de abril, la Cancillería argentina emitió otro documento asegurando que el país reafirmaba a Mercosur como «mecanismo sustantivo de integración regional», y planteó la necesidad de continuar profundizando en la agenda interna del bloque en el entendido de que esta cuestión, desatendida en los últimos años, «es clave para el desarrollo de la competitividad de nuestros países y la proyección internacional”.

De todos los acuerdos en danza, el que desató el vendaval fue el eventual ALC con Corea del Sur. El arranque de negociaciones con este país, en mayo de 2018, fue el primer paso de la denominada agenda asiática de Mercosur, que incluye también conversaciones con India, Singapur y Vietnam. Cinco rondas de negociaciones se sucedieron en el año y medio posterior, y la última de ellas se celebró en Montevideo en febrero pasado. Las posiciones de los países del bloque difieren principalmente en el plazo: Uruguay y Paraguay privilegian que se firme este año. Pero el principal obstáculo radica en las cláusulas no arancelarias para el acceso al mercado agrícola del país asiático, un punto neurálgico para Argentina y Brasil. El escollo es la política comercial surcoreana, altamente proteccionista del sector agrícola, considerado uno de los más vulnerables del país. Entre otras medidas, los aranceles a las importaciones promedian el 57% y se complementan con una batería de barreras no arancelarias para aumentar la competitividad frente a mercados exteriores. 

La inminencia del acuerdo y la falta de información respecto de las disposiciones de las cláusulas dispararon las señales de alarma en los sectores productivos industriales de la región. Se da la circunstancia de que en el proceso no participan los involucrados, y que tampoco hay estudios de impacto que permitan prever costes y beneficios concretos del acuerdo para los actores sub-nacionales y la industria regional. A grandes rasgos, Corea ya es un mercado para las exportaciones agrícolas (maíz y ‘pellets’ de soja) y de minerales de Argentina y Brasil. En 2019, ambas economías fueron el segundo y tercer mayor proveedor de maíz de Corea del Sur, sólo detrás de Estados Unidos. Mirando los antecedentes, en caso de firmarse un ALC con Mercosur, el mercado asiático difícilmente pueda constituirse en un espacio de mayor venta de cereales (en el que Estados Unidos goza de privilegios). No obstante, si no se logra una mayor simetría en las cláusulas de acceso, el coste para los sectores industriales del bloque sudamericano puede ser irreversible. 

Las distancias entre los dos mayores socios se replica en todas la dimensiones de la relación bilateral. La imposibilidad de encontrar una postura común frente a la pandemia, que no reconoce fronteras, es clara muestra de ello. Para Alberto Fernández, la principal preocupación actual es controlar la ‘Covid-19’ para concentrarse luego en el escenario social que quedará. La diferencia con Brasil no podía ser mayor. La negligencia del Gobierno de Jair Bolsonaro frente a la multiplicación de contagios, que ya se cuenta entre los 10 mayores del mundo, convierte al gigante sudamericano en una potencial catástrofe sanitaria para toda la región.

Las respuestas de Bolsonaro a la pandemia preocupan al Gobierno argentino, temeroso de encontrarse con una catástrofe sanitaria en el país vecino. El gigante sudamericano ya cuenta con más de 90.000 infectados y más de 6.000 fallecidos, lo que lo coloca en el primer lugar de los países de la región. Por ahora, el presidente sigue animando a romper el aislamiento social, exhortando a los ciudadanos para que se reúnan en lugares públicos. Recientemente, preguntó a los periodistas en tono jocoso: “¿Qué quieren que haga? Soy Mesías, pero no hago milagros”, haciendo un juego de palabras con su segundo nombre. 

La actuación del Gobierno brasileño frente a la pandemia también lo aisla de sus vecinos; especialmente de Argentina, cuyo Ejecutivo actuó de manera radicalmente opuesta, dictando una cuarentena obligatoria desde finales de marzo que aún se mantiene, logrando disminuir de manera drástica la curva de casos. Las diferentes respuestas de Planalto y la Casa Rosada son un síntoma más de un enfrentamiento que viene desde antes de que el peronismo retornara al poder en Argentina. 

Las respuestas antagónicas frente al coronavirus evidencian un síntoma más del mal estado de una relación que, al igual que Mercosur, ya se adivinaba en el principal grupo de riesgo. La cada vez más ríspida e impredecible relación entre sus grandes socios va más allá de las diferencias en las orientaciones ideólogicas. Pero no debe desestimarse por completo esa dimensión. En paralelo al rumbo pro norteamericano de la política exterior de Brasil, un giro que se profundizó desde la llegada de Michel Temer al poder y se consolidó con Bolsonaro, las grietas en la integración sudamericana se han ampliado. El escenario internacional de disputa chino-norteamericana se convirtió rápidamente en una tentadora oportunidad para tomar partido. Mientras desde Argentina se mantiene, por necesidad, la política pragmática de negociar y hablar con todos, desde Brasil se perfila un endurecimiento de la postura anti-china, al menos en lo discursivo, en sintonía con las líneas de acción de Washington.

A diferencia de su par estadounidense, Bolsonaro no cuenta con la espalda suficiente para realizar desembolsos billonarios que eviten la caída libre de la economía brasileña. Tampoco puede darse el lujo de confrontar con su principal socio comercial. Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario, tildó al Gobierno de Xi Jinping de dictadura, y lo acusó de haber ocultado información del coronavirus, lo que llevó a gran parte del arco político opositor, e incluso oficialista, a pedir disculpas. Para Mercosur, el coste puede llegar a ser muy grande. Los dos mayores miembros adoptan políticas y discursos en las antípodas. El canal de diálogo es áspero. Mientras Brasil continúa con su economía en funcionamiento, ignorando en mayor medida, de momento, los riesgos sanitarios, Argentina ha congelado la suya para afrontar la pandemia. Debido a estas grandes diferencias, se corre el riesgo de que ya no exista un encadenamiento industrial; perdiendo así los incentivos que contribuyen a sostener la unidad entre ambos países y, por lo tanto, del bloque.  

A su vez, los enfrentamientos cada vez más abiertos de Bolsonaro con el Gobierno de Xi Jinping, principal socio comercial de Brasil, han hecho que busque alternativas comerciales en otros mercados. Situación contraria parece vivir Argentina, cuyas relaciones con China son buenas e, incluso, recibió en abril 1.500 kits médicos de ayuda para combatir el coronavirus. 

En este complejo escenario, y a pesar de los desencuentros, el embajador de China en Brasilia ha afirmado que el país “está dispuesto a trabajar con el Gobierno brasilero para eliminar las interferencias, disminuir las divergencias y expandir la cooperación”. Por ahora, las interferencias en la relación tanto de Brasil con China como de aquél con sus socios de Mercosur parecen difíciles de resolver mientras Bolsonaro se mantenga firme en su postura. América Latina y Mercosur, al igual que el resto del mundo, atraviesan un momento extremadamente particular y de excepción. Una línea muy delgada que, de sostenerse en el tiempo, podría tener graves consecuencias para el bloque y para cada uno de sus países miembros.

FLORENCIA RUBIOLO

Profesora de Historia de las Relaciones Internacionales y Política Exterior Argentina en la Universidad Católica de Córdoba (UCC) e investigadora adjunta en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet)

Doctora en Relaciones Internacionales. Directora del Doctorado en Relaciones Internacionales de la UCC

GONZALO FIORE VIANI

Abogado y analista político, miembro de Dossier Geopolitico

Escribe artículos de análisis internacional y político para distintos medios argentinos como ‘La Voz del Interior’, ‘Hoy Día…

Fuente: http://agendapublica.elpais.com/mercosur-y-la-delgada-linea-de-la-excepcion/ 

Por Pepe Escobar Asia Times

Hegel vio que la historia se movía de este a oeste: «Europa es el fin de la historia, Asia el principio».

Abróchense los cinturones de seguridad: la guerra híbrida de EE. UU. contra China está destinada a una aceleración frenética, ya que los informes económicos ya están identificando a Covid-19 como el punto de inflexión cuando realmente comenzó el siglo asiático, realmente euroasiático.

La estrategia de Estados Unidos sigue siendo, esencialmente, el dominio del espectro completo, con la Estrategia de Seguridad Nacional obsesionada por las tres principales «amenazas» de China, Rusia e Irán. China, en cambio, propone una «comunidad de destino compartido» para la humanidad, principalmente dirigida al Sur Global.

La narrativa predominante de los EE. UU. en la guerra de información en curso ahora está grabada: Covid-19 fue el resultado de una filtración de un laboratorio chino de guerra biológica. China es responsable. China mintió y China tiene que pagar.

La nueva táctica normal de demonización sin parar en China es implementada no solo por funcionarios burdos del complejo industrial-militar-vigilancia-medios. Necesitamos profundizar mucho más para descubrir cómo estas actitudes están profundamente arraigadas en el pensamiento occidental, y luego migraron al «fin de la historia» de los Estados Unidos. (Aquí hay secciones de un excelente estudio, «Inhabilitando al Este: El encuentro de la Ilustración con Asia», de Jurgen Osterhammel 2018).

Solo los blancos civilizados

Mucho más allá del Renacimiento, en los siglos XVII y XVIII, cada vez que Europa se refería a Asia se trataba esencialmente de condicionar el comercio a la religion. El cristianismo reinaba supremo, por lo que era imposible pensar excluyendo a Dios.

Al mismo tiempo, los doctores de la Iglesia estaban profundamente perturbados de que en el mundo santificado una sociedad muy bien organizada pudiera funcionar en ausencia de una religión trascendente. Eso los molestó aún más que esos «salvajes» descubiertos en las Américas.

Cuando comenzó a explorar lo que se consideraba el «Lejano Oriente», Europa se vio envuelta en guerras religiosas. Pero al mismo tiempo se vio obligado a confrontar otra explicación del mundo, y eso alimentó algunas tendencias antirreligiosas subversivas en toda la esfera de la Ilustración.

Fue en esta etapa que los doctos europeos  comenzaron a cuestionar la filosofía china, que inevitablemente tuvieron que degradar al estado de una mera «sabiduría» mundana porque escapó de los cánones del pensamiento griego y agustiniano. Esta actitud, por cierto, todavía reina hoy.

Así que teníamos lo que en Francia se describía como chinoiseries, una especie de admiración ambigua, en la que China era considerada como el ejemplo supremo de una sociedad pagana.

Pero entonces la Iglesia comenzó a perder la paciencia con la fascinación de los jesuitas con China. La Sorbona fue castigada. Una bula papal, en 1725, prohibió a los cristianos que practicaban ritos chinos. Es bastante interesante notar que los filósofos sinófilos y los jesuitas condenados por el Papa insistieron en que la «verdadera fe» (cristianismo) estaba «prefigurada» en textos antiguos chinos, específicamente confucianistas.

La visión europea de Asia y el «Lejano Oriente» fue conceptualizada principalmente por una poderosa tríada alemana: Kant, Herder y Schlegel. Kant, por cierto, también fue geógrafo, y Herder un historiador y geógrafo. Podemos decir que la tríada fue la precursora del orientalismo occidental moderno. Es fácil imaginar una historia corta de Borges con estos tres.

Por mucho que hayan estado al tanto de China, India y Japón, para Kant y Herder Dios estaba por encima de todo. Había planeado el desarrollo del mundo en todos sus detalles. Y eso nos lleva a la difícil cuestión de la raza.

Rompiendo con el monopolio de la religión, las referencias a la raza representaron un cambio epistemológico real en relación con los pensadores anteriores. Leibniz y Voltaire, por ejemplo, eran sinófilos. Montesquieu y Diderot eran sinófobos. Ninguno explicaba las diferencias culturales por raza. Montesquieu desarrolló una teoría basada en el clima. Pero eso no tenía una connotación racial: era más como un enfoque étnico.

La gran oportunidad se produjo a través del filósofo y viajero francés Francois Bernier (1620-1688), que pasó 13 años viajando por Asia y en 1671 publicó un libro titulado La Description des Etats du Grand Mogol, de l ”Indoustan, du Royaume de Cachemire, etc. Voltaire, hilarantemente, lo llamó Bernier el Mogol, ya que se convirtió en una estrella contando sus cuentos a la corte real. En un libro posterior, Nouvelle Division de la Terre par les Differentes Especes ou Races d’Homme qui l’Habitent, publicado en 1684, el «Mogol» distinguió hasta cinco razas humanas.

Todo esto se basó en el color de la piel, no en las familias o el clima. Los europeos fueron colocados mecánicamente en la cima, mientras que otras razas fueron consideradas «feas». Posteriormente, David Hume retomó la división de la humanidad en hasta cinco razas, siempre basada en el color de la piel. Hume proclamó al mundo anglosajón que solo los blancos eran civilizados; otros eran inferiores. Esta actitud aún es generalizada. Ver, por ejemplo, esta patética diatriba publicada recientemente en Gran Bretaña.

Dos asias

El primer pensador en llegar a una teoría de la raza amarilla fue Kant, en sus escritos entre 1775 y 1785, argumenta David Mungello  en «El Gran Encuentro de China y el Oeste, 1500-1800» , 1999.

Kant califica a la «raza blanca» como «superior», la «raza negra» como «inferior» (por cierto, Kant no condenó la esclavitud), la «raza de cobre» como «débil» y la «raza amarilla» como intermediario . Las diferencias entre ellos se deben a un proceso histórico que comenzó con la «raza blanca», considerada la más pura y original, los otros no son más que bastardos.

Kant subdividió Asia por países. Para él, Asia Oriental significaba Tíbet, China y Japón. Consideró a China en términos relativamente positivos, como una mezcla de razas blancas y amarillas.

Herder fue definitivamente más suave. Para él, Mesopotamia era la cuna de la civilización occidental, y el Jardín del Edén estaba en Cachemira, «el paraíso del mundo». Su teoría de la evolución histórica se convirtió en un éxito rotundo en Occidente: Oriente era un bebé, Egipto era un bebé, Grecia era joven. El Asia oriental de Herder consistía en el Tíbet, China, Cochinchina, Tonkin, Laos, Corea, el Tartario Oriental y Japón, países y regiones afectados por la civilización china.

Schlegel era como el precursor de un hippie californiano de los años 60. Era un entusiasta sánscrito y un estudiante serio de las culturas orientales. Dijo que «en Oriente debemos buscar el romanticismo más elevado». India fue la fuente de todo, «toda la historia del espíritu humano». No es de extrañar que esta idea se haya convertido en el mantra para toda una generación de orientalistas. Ese fue también el comienzo de una visión dualista de Asia en todo Occidente que todavía predomina hoy en día.

Entonces, en el siglo XVIII, habíamos establecido completamente una visión de Asia como una tierra de servidumbre y cuna del despotismo y el paternalismo en agudo contraste con una visión de Asia como una cuna de civilizaciones. La ambigüedad se convirtió en la nueva normalidad. Asia era respetada como madre de civilizaciones, incluidos los sistemas de valores, e incluso madre de Occidente. Paralelamente, Asia fue degradada, despreciada o ignorada porque nunca había alcanzado el alto nivel de Occidente, a pesar de su ventaja.

Esos déspotas orientales

Y eso nos lleva a The Big Guy: Hegel. Hiper bien informado – leyó informes de ex jesuitas enviados desde Beijing – Hegel no escribe sobre el «Lejano Oriente» sino solo sobre el Este, que incluye Asia Oriental, esencialmente el mundo chino. A Hegel no le importa mucho la religión como a sus predecesores. Habla sobre Oriente desde el punto de vista del estado y la política. En contraste con Schlegel, amigable con los mitos, Hegel ve a Oriente como un estado de naturaleza en el proceso de alcanzar un comienzo de la historia, a diferencia del África negra, que vio revolcarse en el lodo de un estado bestial.

Para explicar la bifurcación histórica entre un mundo estancado y otro en movimiento, que conduce al ideal occidental, Hegel dividió a Asia en dos.

Una parte estaba compuesta por China y Mongolia: un mundo pueril de inocencia patriarcal, donde no se desarrollan contradicciones, donde la supervivencia de los grandes imperios atestigua el carácter «insustancial», inmóvil y ahistórico de ese mundo.

La otra parte era Vorderasien («Asia anterior u occidental»), uniendo el actual Medio Oriente y Asia Central, desde Egipto hasta Persia. Este es un mundo ya histórico.

Estas dos regiones enormes también se subdividen. Entonces, al final, el Asiatische Welt de Hegel (mundo asiático) se divide en cuatro: primero, las llanuras de los ríos Amarillo y Azul, las altas mesetas, China y Mongolia; segundo, los valles del Ganges y el Indo; tercero, las llanuras del Oxus (hoy Amur-Darya) y Jaxartes (hoy Sir-Darya), las mesetas de Persia, los valles del Tigris y el Éufrates; y cuarto, el valle del Nilo.

Es fascinante ver cómo en la Filosofía de la Historia (1822-1830) Hegel termina separando a India como una especie de intermediario en la evolución histórica. Así que, al final, como mostró Jean-Marc Moura en «L’Extreme Orient selon GWF Hegel, Philosophie de l’Histoire et Imaginaire Exotique», un «Oriente fragmentado, del cual India es el ejemplo, y un Oriente inmóvil, bloqueado en quimera, de la cual el Lejano Oriente es la ilustración «.

Para describir la relación entre Oriente y Occidente, Hegel utiliza un par de metáforas. Uno de ellos, bastante famoso, presenta el sol: «La historia de los viajes mundiales de este a oeste, Europa es el fin de la historia y Asia el comienzo». Todos sabemos a dónde nos condujeron las desastrosas escisiones del «fin de la historia».

La otra metáfora es la de Herder: Oriente es la «juventud de la historia», pero China ocupa un lugar especial debido a la importancia de los principios confucianistas que privilegian sistemáticamente el papel de la familia.

Por supuesto, nada de lo descrito anteriormente es neutral en términos de comprensión de Asia. La doble metáfora, usando el sol y la madurez, no podía sino confortar a Occidente en su narcisismo, que luego fue heredado de Europa por los Estados Unidos «excepcionales». Implícito en esta visión está el inevitable complejo de superioridad, en el caso de los Estados Unidos, aún más agudo porque legitimado por el curso de la historia.

Hegel pensó que la historia debe evaluarse en el marco del desarrollo de la libertad. Bueno, China e India son ahistóricas, la libertad no existe, a menos que sea traída por una iniciativa proveniente del exterior.

Y así es como el famoso «despotismo oriental» evocado por Montesquieu y la posible, a veces inevitable y siempre valiosa intervención occidental son, al mismo tiempo, totalmente legitimados. No deberíamos esperar que este estado de ánimo occidental cambie pronto, si es que lo hace. Sobre todo porque China está a punto de volver como número uno.