Entrevista que me realizara el primero de enero de 2024 el periodista Afredo Guruceta para su programa «Con Sentido Común» para el Canal C de Cablevisión y por Flow de Personal en toda Argentina y Uruguay

En dicho programa analizamos los problemas globales que se arrastran de 2023 y que harán metástasis para un occidente en franco proceso de crisis muy especialmente el mundo de la esfera anglosajona. Conversamos del cambio tectónico que está en proceso de profundización con la ampliación de los BRICS originales a los BRICS + con la llegada de Arabia Saudita, Emirato Árabes Unidos, la República Islámica de Irán, la República de Egipto y la República de Etiopía lamentando que por una acto de irracionalidad ideologista el gobierno de Javier Milei impide que Argentina se incorpore a ese exclusivo Club de potencias en crecimiento.

Hablamos de que la MULTIPOLARIDAD exige a sus integrantes tener la potestad de la SOBERANÍA, ejercerla para integrar ese grupo de Potencias Emergentes y que infelizmente la administración de Milei (que no tiene ningún cheque en blanco para ejercer el poder ya que solo logró rozando un 30% de la población con su voto directo y se ve reflejado en los puestos de Diputados y Senadores nacionales) con sus primeras medidas va en contra de cualquier sistema de soberanía nacional ya que abrió al país a la injerencia económica del capital extarnjero que se verá reflejado en lo político social a la brevedad.

Los invitamos a ver la entrevista en video por el Canal de YouTube de «Con Sentido Común»

Buen 2024

Carlos Pereyra Mele 

Este deterioro en la Unión Europea ha estado marcado por una crisis económica profunda, causada por haber seguido absolutamente todas las directrices que Washington dio a Bruselas para enfrentar a la Federación de Rusia. Así lo entiende el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele.

Javier Benitez de Radio Sputnik entrevista a Carlos Pereyra Mele

AUDIO

Europa ‘no existe’

Según Pereyra Mele, «el problema de la Unión Europea [UE] es que siempre careció de política exterior, porque se la marcan desde EEUU y Reino Unido». «No tiene política de defensa, porque la manejan EEUU e Inglaterra a través de la OTAN».

Pero los problemas estructurales y de soberanía del bloque comunitario no se detienen allí. En este sentido, el analista añade que «en política monetaria, [la UE] tiene una moneda propia que va a la zaga de lo que pasa con el dólar, y que a su vez se ha visto con fuertes cimbronazos desde el año 2012, cuando hubo una fuerte crisis del euro, a partir de la cual empezó a darle a la maquinita [imprimir billetes] para seguir sobreviviendo con una moneda que cada vez vale menos«.

«Todo ese combo ha hecho que la UE deje de ser la alternativa que supuestamente soñaron sus fundadores, que era crear un poder continental y enfrentarse a las otras potencias continentales, como EEUU, China, Rusia y la misma India», concluye Pereyra Mele.

El experto explica que «los cambios tectónicos que durante 15 años se vinieron analizando, exponiendo, a nivel internacional, se han acelerado, se han profundizado y hoy en día están en una clara demostración de que el mundo realmente ha cambiado. Lo que era en su momento una tesis, con una antítesis – que eran los grupos occidentales que intentaban imponerse, como siempre había sido, sobre el sur global–, ha dado como resultado una nueva situación».

«Esta nueva situación es que el sur global ha logrado empezar a salir de la tradicional dependencia histórica a la que lo sometió Occidente. El sur global no es una posición geográfica, es una demostración de que vuelven a surgir muchos pueblos que fueron dominados, colonizados, controlados, explotados, en muchos casos, tremendamente atacados, como fueron los viejos imperios asiáticos, especialmente el de China, el de India, etc., así como numerosos pueblos africanos. Y todo eso pareció que era a perpetuidad, y la realidad es que la historia no se detiene, y fue marcando una nueva realidad que arranca en este siglo XXI», detalla el analista.

Pereyra Mele concluye que «los BRICS son una versión contrapuesta al proyecto anglosajón norteamericano y sus socios europeos de beneficiarse con la globalización. Ahí podemos encontrar a los BRICS».

Por Pepe Escobar para Strategic Culture


Mientras los perros de la guerra ladran, mienten y roban, la caravana Rusia-China sigue su camino.

El año 2023 puede definirse para la posteridad como el Año de la Asociación Estratégica Rusia-China. Esta maravilla de maravillas podría fácilmente balancearse bajo el ritmo de (quién si no) Stevie Wonder: “Aquí estoy, bebé/ firmado, sellado, entregado, soy tuyo”.

En los primeros 11 meses de 2023, el comercio entre Rusia y China superó los 200.000 millones de dólares; no esperaban lograrlo hasta 2024.

Seguramente esa es una asociación bajo un ritmo. Una vez más firmado, sellado y entregado durante la visita de una gran delegación a Beijing la semana pasada, encabezada por el Primer Ministro Mikhail Mishustin, quien se reunió con el Presidente chino Xi Jinping y revisó y mejoró todo el espectro de la asociación/cooperación estratégica integral, completa con una serie de nuevos e importantes proyectos conjuntos.

Al mismo tiempo, en el frente del Gran Juego 2.0, todo lo que es necesario reafirmar fue abordado en la detallada entrevista del Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, a Dimitri Simes en su programa El Gran Juego .

Añádase a esto el desglose cuidadosamente estructurado escrito por  el jefe del SVR Sergey Naryshkin , definiendo 2024 como “el año del despertar geopolítico”, y presentando posiblemente la formulación clave tras la próxima humillación cósmica de la OTAN en las estepas de Donbass: “En En 2024, el mundo árabe seguirá siendo el espacio principal en la lucha por el establecimiento de un nuevo orden”.

Ante un ajuste geopolítico tan detallado, no sorprende que la reacción imperial fuera de apoplejía, revelada epidérmicamente en largos y tortuosos “análisis” que intentaban explicar por qué el presidente Putin resultó ser el “vencedor geopolítico” de 2023, seduciendo a vastas franjas de la población. El mundo árabe y el Sur Global, solidificando a los BRICS al lado de China e impulsando a la UE aún más hacia un vacío negro creado por ella misma (y la hegemónica).

Putin incluso se permitió, medio en broma, ofrecer a Rusia apoyo para la posible “reanexión” de las 404 regiones fronterizas del país anexadas por Stalin, que eventualmente serían devueltas a sus antiguos propietarios Polonia, Hungría y Rumania. Añadió que está 100% seguro de que esto es lo que quieren los residentes de las fronteras todavía ucranianas.

Si eso sucediera, Transcarpatia regresaría a Hungría; Galicia y Volyn regresan a Polonia; y Bucovina de regreso a Rumania. ¿Puedes sentir la casa vibrando al amanecer en Budapest, Varsovia y Bucarest?

Luego está la posibilidad de que el Hegemón ordene a los punks jóvenes de la OTAN acosar a los petroleros rusos en el Mar Báltico y “aislar” San Petersburgo. No hace falta decir que la respuesta rusa sería simplemente eliminar los centros de Comando y Control (la piratería podría ser suficiente); quemar dispositivos electrónicos en todo el espectro; y bloquear el Báltico en la entrada realizando un ejercicio de “Libertad de Navegación” para que todos se familiaricen con el nuevo ritmo.

Esa simbiosis entre China y el Lejano Oriente ruso

Una de las características más impresionantes de la asociación ampliada entre Rusia y China es lo que se está planeando para la provincia nororiental china de Heilongjiang.

La idea es convertirlo en un megacentro económico, de desarrollo científico y de defensa nacional, centrado en la capital provincial, Harbin, con una nueva y extensa Zona Económica Especial (ZEE).

El vector clave es que este megacentro también coordinaría el desarrollo del inmenso Lejano Oriente ruso. Esto se discutió en detalle en el Foro Económico Oriental celebrado en Vladivostok el pasado mes de septiembre.

En un acuerdo único y sorprendente, se podría permitir a los chinos gestionar latitudes seleccionadas del Lejano Oriente ruso durante los próximos 100 años.

Como detalló el analista Thomas Polin, radicado en Hong Kong, Beijing está presupuestando no menos de 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares) para todo el asunto. La mitad sería absorbida por Harbin. El proyecto llegará al Congreso Nacional del Pueblo el próximo mes de marzo y se espera que sea aprobado. Ya ha sido aprobado por la cámara baja de la Duma de Moscú.

Las ramificaciones son alucinantes. Habríamos elevado a Harbin al estatus de ciudad administrada directamente, al igual que Beijing, Shanghai, Tianjin y Chongqing. Y, sobre todo, se creará un comité de gestión chino-ruso en Harbin para supervisar todo el proyecto.

Las universidades chinas de primer nivel, incluida la Universidad de Pekín, trasladarían sus campus principales a Harbin. Las universidades de Defensa Nacional y Tecnología de Defensa Nacional se fusionarían con la Universidad de Ingeniería de Harbin para formar una nueva entidad centrada en las industrias de defensa. Institutos y empresas de investigación de alta tecnología en Beijing, Shanghai y Shenzhen también se trasladarían a Harbin.

El Banco Popular de China establecería su sede para el norte de China en Harbin, con mercados de negociación de acciones y futuros de materias primas.

A los residentes de Heilongjiang se les permitiría viajar de ida y vuelta a regiones designadas del Lejano Oriente ruso sin visa. La nueva ZEE de Heilongjiang tendría su propia zona aduanera y no tendría impuestos de importación.

Ese es el mismo espíritu que impulsa los corredores de conectividad BRI y el Corredor Internacional de Transporte Norte Sur (INSTC). La razón subyacente es una integración más amplia de Eurasia.

En la reciente reunión del Club Astana en Kazajstán , el investigador Damjan Krnjevic-Miskovic, Director de Investigación de Políticas de la Universidad ADA en Bakú, hizo una excelente presentación sobre los corredores de conectividad.

Se refirió, por ejemplo, a la reunión del C5+1 (cinco “stans” de Asia Central más China) celebrada hace tres meses en Dushanbe, a la que asistió el presidente de Azerbaiyán, Aliyev: eso se traduce como integración de Asia Central y el Cáucaso.

Miskovic está prestando la debida atención a todo lo que está evolucionando en lo que define, correctamente, como “la región de la Ruta de la Seda”: interconectar la zona euroatlántica con Asia-Pacífico e interconectar Asia occidental, Asia meridional y Eurasia en general.

Estratégicamente, por supuesto, esa es la “bisagra geopolítica donde la OTAN se encuentra con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), y donde la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) se conecta con Turkiye y el territorio de la UE”. En términos prácticos, Rusia y China saben exactamente lo que hay que hacer para impulsar la conectividad económica y las “relaciones sinérgicas” en todo este amplio espectro.

La guerra de los corredores económicos se recrudece

La fragmentación de la economía global ya está polarizando a los BRICS 10 en expansión (a partir del 1 de enero , bajo la presidencia rusa, y sin coquetear con la dolarización, Argentina) y al cada vez más reducido G7.

El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Andrey Rudenko, una mano clave en Asia, hablando con TASS, reafirmó una vez más que el impulso clave para la Gran Asociación Eurasia (política oficial rusa) es conectar la Unión Económica Euroasiática (UEEA) con la BRI.

A medida que Rusia desarrolla un equilibrio cuidadosamente calibrado entre China e India, el mismo impulso se aplica al desarrollo del INSTC, donde Rusia, Irán e India son los principales socios, y Azerbaiyán también seguramente se convertirá en un actor crucial.

A esto hay que sumarle unas relaciones rusas enormemente mejoradas con Corea del Norte, Mongolia, Pakistán (miembro de la BRI y la OCS) y la ASEAN (excepto el occidentalizado Singapur).

BRI, cuando se trata del meollo de la cuestión, está en racha. Acabo de estar en Moscú, Astana y Almaty durante tres semanas, y se pudo confirmar con varias fuentes que los trenes en todos los corredores de conectividad están llenos hasta el tope; vía el Transiberiano; vía Astana hasta Minsk; y vía Almaty a Uzbekistán.

Yulia Melnikova, directora de programas del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, añade que “Moscú puede y debe integrarse más activamente en las operaciones de tránsito a lo largo de la ruta China – Mongolia – Rusia” y acelerar la armonización de normas entre la UEEA y China. Por no hablar de invertir más en la cooperación entre Rusia y China en el Ártico.

Ingresa el presidente Putin, en una reunión de Ferrocarriles Rusos, que presenta un ambicioso y masivo plan de expansión de infraestructura de 10 años que abarca nuevos ferrocarriles y una mejor conectividad con Asia, desde el Pacífico hasta el Ártico.

La economía rusa definitivamente ha girado hacia Asia, responsable del 70% del volumen de negocios comercial en medio de la demencia de las sanciones occidentales.

Así que lo que hay en el menú por delante es de todo, desde la modernización del Transiberiano y el establecimiento de un importante centro logístico en los Urales y Siberia hasta la mejora de la infraestructura portuaria en los mares Azov, Negro y Caspio y un tránsito de carga INSTC más rápido entre Murmansk y Mumbai.

Putin, una vez más, casi como una ocurrencia tardía, comentó recientemente que el comercio a través del Canal de Suez ya no puede considerarse efectivo, en comparación con la Ruta del Mar del Norte de Rusia. Con un movimiento geopolítico único y brusco, Ansarullah de Yemen lo ha hecho gráfico, para que todos lo vean.

El desarrollo ruso de la Ruta del Mar del Norte se produce en total sinergia con el impulso chino para desarrollar el tramo ártico de la BRI. En el frente del petróleo, los envíos rusos a China a través de su costa ártica tardan sólo 35 días: 10 días menos que a través de Suez.

Danila Krylov, investigadora del Departamento de Medio Oriente y Asia postsoviética del Instituto de Información Científica en Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de Rusia, ofrece una visión sencilla:

“Veo el hecho de que los estadounidenses se estén involucrando en Yemen como parte de un gran juego [escenario]; hay más en ello que el simple deseo de castigar a los hutíes o a Irán, ya que es más probable que esté motivado por el deseo de impedir la monopolización del mercado y obstaculizar las exportaciones chinas a Europa. Los estadounidenses necesitan un Canal de Suez operativo y un corredor entre India y Europa, mientras que los chinos no lo quieren porque son dos competidores directos”.

No es que los chinos no lo quieran: con la Ruta del Mar del Norte en funcionamiento, no lo necesitan.

¡Ahora congela!

En resumen: en la actual y cada vez más conflictiva Guerra de los Corredores Económicos , la iniciativa es de Rusia y China.

Desesperados, y no más que una víctima de pollo sin cabeza y privada de opciones en la Guerra de los Corredores Económicos, los vasallos de la UE de la Hegemonía están recurriendo a torcer el manual de Sigue el Dinero.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ha definido la congelación de activos rusos –no sólo privados, sino también estatales– por parte de la UE como puro robo. Ahora el Ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, está dejando muy claro que Moscú reaccionará simétricamente ante el posible uso de los ingresos de estos activos rusos congelados.

Parafraseando a Lavrov: tú confiscas, nosotros confiscamos. Todos confiscamos.

Las repercusiones serán catastróficas… para la hegemonía. Ninguna nación del Sur Global, fuera de la OTAN, será “alentada” a estacionar sus divisas/reservas en Occidente. Eso puede llevar, en un instante, a que todo el Sur Global abandone el sistema financiero internacional liderado por Estados Unidos y se una a una alternativa liderada por Rusia y China.

La asociación estratégica entre Rusia y China ya está desafiando directamente el “orden internacional basado en reglas” en todos los frentes: mejorando sus esferas históricas de influencia mientras desarrolla activamente vastos corredores de conectividad interconectados que evitan dicho “orden”. Eso impide, en la medida de lo posible, una Guerra Caliente directa con la Hegemonía.

O, para decirlo en términos de la Ruta de la Seda: mientras los perros de la guerra ladran, mienten y roban, la caravana Rusia-China sigue su camino.

La entrega del Mar Argentino a buques extranjeros significa: quiebre de la empresa nacional, evasión y pérdida de empleos

El Proyecto de Ley Omnibus de Milei “tira por la borda este esfuerzo fenomenal de las empresas y trabajadores argentinos”. “La reforma que se propone es errónea, insuficiente y abre gravemente el mar argentino a buques extranjeros” .

Por: Dr. Cesar Augusto Lerena publicado en el sitio colega de Dossier Geopolitico: PALSUR

Ningún país desarrollado en el mundo abre su mar a la explotación de sus recursos pesqueros por parte de buques extranjeros. Independientemente del acceso a recursos excedentes que refiere la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), solo Cuba, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Puerto Rico, la República Dominicana y los países africanos, que no tienen desarrollada su flota pesquera como la Argentina, admiten la captura extraña en la Zona Económica Exclusiva (ZEE); con el agregado, de que los desembarcos de la captura puedan realizarse en cualquier puerto fuera del país y, con ello, se terminen el procesado de esas capturas en plantas industriales del país. A Estados Unidos, la Unión Europea, Japón o China no se le ocurriría semejante proyecto.


Muchos técnicos y diplomáticos del mundo dieron lugar a la CONVEMAR obteniendo el dominio y la jurisdicción de los Estados ribereños en la ZEE, precisamente, para administrar sus recursos económicos, pesqueros, generar industrias y empleo. Este proyecto tira por la borda este esfuerzo fenomenal de las empresas y trabajadores argentinos.


Por cierto, se tendrá menos certeza aún sobre qué, cómo y cuánto se captura sino desembarca en el país, con la consiguiente apropiación y evasión y, no habrá más datos estadísticos que puedan asegurar la sostenibilidad de las especies. Este proyecto destruirá el esfuerzo de los investigadores para explotar sostenidamente los recursos pesqueros y, también afectará la economía nacional.


El Capítulo XVIII Sección III de la Ley de “Bases y Puntos de partida para la Libertad de los Argentinos” respecto al Régimen Federal de Pesca (Ley 24.922) abre el mar argentino y, lo hace formalmente con autorizaciones y cuotas, a los buques extranjeros y, con ello, no solo no cumplirá con ninguna de las premisas del gobierno de bajar el costo del Estado, sino que además producirá una imprevisibilidad inadmisible en el sector pesquero que tiene una estructura industrial, una flota disponible y una plantilla de operarios, astilleros, etc. que dependen del principal bien de la actividad: el pescado.


La actividad pesquera tiene mucho que corregir y, yo soy partidario de ello; pero, esta reforma no atiende ninguno de los cambios centrales que podrían potenciar la actividad. Es posible que al sector se le pueda exigir más; aunque, es bueno decir, que lo ya hecho, se hizo, pese a los pésimos funcionarios del área, los crecientes costos internos y, a las erráticas políticas de los gobiernos de turno.


Las empresas pesqueras en la Argentina y el mundo no son empresas constructoras que licitan una obra y luego de efectuada la misma se va. En la Pesca hay una super estructura cimentada desde hace años con inversiones periódicas donde se explota integralmente la actividad y a su riesgo: captura los recursos (con su complejidad biológica, marítima y de seguridad); los industrializa en forma directa (con su complejidad por tratarse de recursos altamente perecederos); los exporta sin intermediarios (donde el mercado internacional fija el precio) y realiza sus operaciones con trabajo intensivo (con la problemática laboral). No hay otra actividad productiva en la Argentina que sobrelleve semejante complejidad.


La reforma que se propone es errónea, insuficiente y abre gravemente el mar argentino a buques extranjeros y, para facilitarlo, termina con la exigencia de que los tripulantes sean argentinos, en un país que sufre de desocupación.


Dentro de las reformas de esta ley ómnibus observamos:


Respecto al artículo 242º que reforma el artículo 7º de la Ley Federal de Pesca agrega la obligatoriedad de “licitar las cuotas de captura anual”; lo cual es un procedimiento que la ley actual podría aplicar sin reforma alguna, por cuanto, como puede observarse en el citado artículo 7º original-reformado, dentro de las funciones de la Autoridad de Aplicación está la de “regular la explotación”, aunque elimina cuestiones muy importantes -se trate de licitación o no- respecto a que la adjudicación debe estar referida a la “captura anual por buques, por especies, por zonas de pesca y por tipo de flota”; lo cual pareciera estar demostrando el desconocimiento de que hay reglas técnicas, biológicas y operativas internacionales y nacionales que están destinadas a asegurar la sostenibilidad de las especies. Basta ver las reglas de la Unión Europea para ello.


Respecto al Artículo 243º que reforma el artículo 9º de la Ley Federal de Pesca elimina la facultad del Consejo Federal Pesquero de “Aprobar los permisos de pesca comercial y experimental”; lo cual es absolutamente contradictorio a la reforma que se propone, donde se mantiene en el artículo 7º que, dentro de las funciones (inc. d) de la Autoridad de Aplicación está la de “emitir los permisos de pesca, previa autorización del Consejo Federal Pesquero”. Obviamente toda la pesca en el mar territorial o la ZEE Argentina, sea comercial o experimental, debe ser aprobada. Salvo que la intención sea -directamente- liberar el mar argentino. Entiendo que no; pero, los efectos son los mismos.


Respecto al Artículo 244º que deroga el artículo 25º de la Ley Federal de Pesca que deja sin efecto “la obligatoriedad de descargar la producción de los buques pesqueros en muelles argentinos”. El autor parece desconocer los procedimientos habituales de captura y descarga y, que, la mayoría de la pesca ilegal, según la FAO y todos los Institutos internacionales y nacionales especializados, deriva del transbordo en alta mar o, de la utilización de otros puertos que no están dentro de la jurisdicción del Estado ribereño. Ello, por supuesto, generará una fenomenal evasión jamás vista en la Argentina ni siquiera en la etapa que se autorizó “el plan barrido”. Por supuesto ello contradice las consignas de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Ley 24.543); el Acuerdo de Nueva York (Ley 25.290) y el Plan Rector del Puerto que promueve las Naciones Unidas y, podría llevar, a una importante reducción de los desembarques en la Argentina y la consecuente disminución de las exportaciones nacionales. ¿A quién le van a cobrar las retenciones? Por ejemplo, ¿a qué empresa radicada en la Argentina que le vende su producción a Brasil se le ocurriría desembarcar en puertos argentinos en lugar de desembarcar directamente en Brasil y no pagar retención alguna o, que para evitar el 15% de estas retenciones que acaba de anunciar el gobierno las empresas desembarquen en Uruguay para evitar estos costos y otros. Esta decisión parece apuntar a facilitar la pesca con buques extranjeros y, nosotros nos adelantamos a decir, que, como ocurrió con la pesca en la ZEE con buques rusos, españoles, y otros, aprobados por el Congreso de la Nación, se produjo un descontrol total, la utilización de buques mellizos y la depredación más grave que sufrió el caladero argentino.


Esta decisión hace caer una de las herramientas centrales para la lucha contra la pesca ilegal, el narcotráfico y el trabajo esclavo.         


Respecto al Artículo 245º que reforma el artículo 26º de la Ley Federal de Pesca entendemos que este cambio será letal para industria que opera radicada en el país y para la industria naval argentina, además de atentar contra el trabajo nacional, cuando indica: “la autoridad de aplicación solo podrá verificar los requisitos técnicos y de seguridad de los buques. Los permisos no podrán tener un tratamiento diferencial por el origen de los buques, su antigüedad o la mano de obra que empleen; ni por las características de las empresas titulares de los buques”.


Esta reforma establece, además, que “los permisos tendrán como mínimo una duración de veinte (20) años.”, lo que parece ignorar que el recurso pesquero es renovable pero agotable; sujeto a procesos biológicos referidos a las especies, al medio marino y al esfuerzo pesquero que realizan los buques en la ZEE, pero también en alta mar (donde la Argentina no tiene jurisdicción), ya que se trata de explotaciones que actúan sobre recursos de un mismo ecosistema. No se pueden otorgar permisos como “mínimo” de 20 años, porque es desconocer los fenómenos biológicos de la naturaleza y la periódica actualización de condiciones que podrían establecerse tanto en las “licitaciones” como cualquier otro sistema contractual de concesión.   


Esta reforma deja de manifiesto la vocación de ignorar el esfuerzo de las empresas nacionales o extranjeras radicadas en el territorio nacional que han consolidado esta actividad desde hace más de 50 años, donde en muchos casos se trata de sociedades familiares, de tercera generación, que comenzaron su actividad pesquera en pequeñas lanchas amarillas, vendiendo sus productos en el mercado central y hoy tienen importantes flotas pesqueras, plantas industriales y, ocupan un importante número de trabajadores; además de exportar a los mercados más exigentes del mundo, pese a la situación macroeconómica nacional y la incapacidad reiterada de los gobiernos.


Es verdaderamente asombroso que, retrotrayéndonos al siglo XIX, un gobierno no promueva la construcción de buques en el país (que en el exterior está subsidiada); que despreocupado por la desocupación nacional no exija que los buques empleen mano de obra nacional especializada, que la Argentina está en condiciones de proveer. Que no se considere importante la antigüedad de los buques, que ha sido el motivo de decenas naufragios (En los últimos 15 años los buques “Jesús del Camino”, “Santa Lucía”, “Atlántida”, “Unión”, “San Jorge I”, “San Antonino” y, “Repunte”) con la consecuente pérdida humana; aparte que la modernidad, hace la operatividad más eficiente y menos contaminante; que se deseche la promoción de procesar en plantas industrias que permite una mayor demanda de operarios; que no se exija el mayor valor agregado al producto final, lo que significa regalarles a los países importadores la transformación y la mano de obra argentina. Un verdadero desconocimiento de la actividad y sus efectos y, la “limpieza de exigencias” que, deja en evidencia la intencionalidad del gobierno de abrir el mar argentino a buques extranjeros, cuestión que se consolida en el artículo siguiente.


Respecto al Artículo 246º que reforma el artículo 27º de la Ley Federal de Pesca. Esta reforma precisa que las capturas se asignarán mediante un “sistema de licitaciones internacionales, a quién aporte el mayor arancel para la captura determinada” y, agrega: “el porcentaje que fijará el Consejo Federal Pesquero a efectos de evitar concentraciones monopólicas indeseadas”. Y remata “En la primera licitación de especies que han sido cuotificadas con anterioridad a noviembre de 2023 se deberá crear un sistema de preferencia. Las empresas que ya tienen cuota asignada tendrán una preferencia que les permitirá obtener hasta la mitad de la cuota que tenían al mayor precio ofrecido en la licitación.”. Bueno, contaremos hasta diez, si no fuera una cuestión seria y estuviera el autor cursando el secundario, le diríamos te vas a marzo directo.


El autor, -perdón no queremos ser agresivos- no tiene la más pálida idea de cómo desarrolla sus actividades una empresa pesquera, pero tampoco conocimientos gerenciales y económicos, de cómo una empresa elabora su presupuesto anual. Sepa el autor: el principal recurso de una empresa pesquera es “el pescado”. Sin pescado no hay empresa, no hay buques, no hay industria, no hay trabajadores, no hay exportaciones o consumo interno, no hay desarrollo poblacional y, por supuesto, se despoblaría aún más la Patagonia. Sabe ese autor que ese “pescado” a sostenido a cientos de empresas nacionales y extranjeras y dado sustento directo a miles de trabajadores, en un marco de libre competencia con el mundo.


Según el proyecto de reforma habrá muchos buques extranjeros en el Mar Argentino, con tripulantes extranjeros, sin necesidad de desembarcar sus productos en los puertos argentinos: No más pesca ilegal, a la que le pondremos “el sello de pesca legal” y no más empresas radicadas en Argentina. De exportadores pasaremos a importadores.


Conocemos en detalle lo que pasa en Latinoamérica y, en la Unión Europea. No existe viabilidad para iniciativas de este tipo en ninguna parte del mundo. Nadie regala sus recursos, mucho menos cuando las empresas radicadas en el país tienen capacidad para explotar el recurso, como dijimos, en condiciones muy desfavorables.


Dice el proyecto que las cuotas se otorgarán “a quién aporte el mayor arancel para la captura determinada” ¿Sabe el autor que toda la flota que opera a distancia lo hace en forma subsidiada y con trabajo esclavo? Los países desarrollados vienen por nuestras proteínas y en muchos casos operan a pérdida. Los valores ofertados pueden, incluso, ser absurdos, porque, por ejemplo, los buques chinos son del Estado (un régimen que criticó el Presidente de la Nación) y, no se trata de valores, se trata de hacerse de toda la proteína posible para alimentar a sus poblaciones.


Este camino no tiene vuelta atrás. Se tirará por la borda 50 años de esfuerzo en una disciplina que se inició en la Argentina con el aporte físico, intelectual y material de cientos de italianos, españoles, belgas y, en los últimos años de empresas nacionales y extranjeras.


Refiere el autor que “Las empresas que ya tienen cuota asignada tendrán una preferencia que les permitirá obtener hasta la mitad de la cuota que tenían al mayor precio ofrecido en la licitación.”. O sea, el empresario desguaza la mitad de los barcos o los malvende a la empresa extranjera que pretende pescar en la Argentina; apaga la mitad de las cámaras; da de baja la mitad de sus empleados y, comunica a los compradores del mundo que no va a poder cumplir con las compras pautadas; pese, a haber cumplido con un mercado exigente desde los inicios de su actividad. Y luego, con el precio mayor ofrecido por la mitad de la cuota operará hasta quebrar porque su ecuación no cierra. ¿quién es el autor de este engendro?      


Y cómo va lograr que se “evite la concentración indeseada” cuando las descargas podrán ser efectuadas en cualquier puerto del mundo y, la Argentina, no tiene ni tuvo nunca capacidad o voluntad de control del extenso mar argentino y menos aún de las especies que migran a alta mar. Vamos al descontrol total del mar argentino, a la depredación hasta el agotamiento del recurso y a naturalizar la pesca ilegal.             


Respecto al Artículo 247º que reforma el artículo 27º bis (Artículo 1º Ley 26.386) de la Ley Federal de Pesca el autor considera viable que las empresas pesqueras radicadas en la Argentina, también lo podrán hacer en el área Malvinas, directamente o a través de subsidiarias, etc. sin que ello implique ninguna acción por parte de la Autoridad de Aplicación. Formalizan el incumplimiento sostenido de la ley 26.386.  


Respecto al Artículo 248º que reforma el artículo 28º de la Ley Federal de Pesca está en línea con el artículo 247º citado.


Respecto al Artículo 249º que reforma el artículo 29º de la Ley Federal de Pesca indica que “El derecho de extracción a pagar por quienes hayan sido adjudicatarios en las licitaciones de cupos de pesca será definido en dicho proceso licitatorio y no podrán ser modificados.”. Esto favorecerá a las empresas extranjeras que liciten por las cuotas e igualmente a las empresas nacionales. Ahora, al no haber establecido un presupuesto para la administración, investigación y control y, frente a la altísima inflación que sufre la Argentina, podría darse que las recaudaciones en materia de derechos de captura no alcancen para sostener los servicios básicos de la actividad.


No olvidemos que pudiendo realizarse los desembarcos en cualquier puerto extraño, no habrá forma de cobrarle retenciones. Nosotros, por el contrario, sostenemos que las retenciones deben eliminarse y las empresas deben autofinanciar la administración, la investigación y control, participando en la elaboración de presupuesto.  


Respecto al Artículo 250º que reforma el artículo 34º de la Ley Federal de Pesca abre la libre importación de buques extranjeros de países que subsidian la construcción y, tienen bajas tasas de fomento. No se diseñan iguales políticas para que la industria naval argentina pueda competir en similares condiciones. Por cierto, esto terminará con la industria naval nacional. También se elimina la exigencia de que la construcción de un buque debe hacerse luego de obtener el permiso y, ello, es central, porque el recurso está sujeto a la determinación de la Captura Máxima Sostenible de modo de no agotarlo.  


Respecto al Artículo 251º que reforma el artículo 36º de la Ley Federal de Pesca a primera vista no parece que el cambio sea sustancial, salvo que está afectado por la reforma del artículo 27º.  
Respecto al Artículo 252º que deroga el artículo 40º de la Ley Federal de Pesca ataca directamente la exigencia de usar en las embarcaciones personal argentino y, es evidente: es otra medida para facilitar el ingreso en la ZEE de buques extranjeros, pese a que el propio artículo 40º original ya preveía que “en ningún caso podrán dificultar la operatoria normal de los buques pesqueros, quedando facultado el Consejo Federal Pesquero para dictar las normas necesarias para cumplir esta disposición”


Respecto al Artículo 253º en este se indica que “Se respetarán y serán válidos los permisos, autorizaciones de pesca y cuotas ya otorgadas mediante la Ley Nº 24.922 hasta su vencimiento”; lo cual, diremos, es puro marketing, ya que el autor debería saber, que las Cuotas deben renegociarse en pocos días: 2024.


Ahora, la culpa no solo la tiene el chancho, sino también quien le da de comer: La industria debería haber promovido una modernización de una ley que ya tiene 26 años.


La Argentina no necesita recursos económicos del Estado para financiar la actividad pesquera; pero tampoco se le deberían agregar retenciones no previstas al momento de concesionar la explotación, quitándole rentabilidad; dificultando reinversiones; impidiendo mantenimiento y reposición de buques y plantas industriales; el desarrollo poblacional e industrial en áreas desfavorables o generación de nuevos empleos.


Abrir permisos, cuotas y autorizaciones a buques extranjeras en la ZEE es de un país sin proyecto. Incapaz de explotar sus propios recursos y la Argentina no lo es. Ha competido en el mundo hasta hoy, con este proyecto no sé si lo seguirá haciendo.


De la soberanía marítima, un área más amplia que el territorio continental no hablamos. De Malvinas, la Antártida, el acceso a los océanos pacífico e índico; de la pesca ilegal que se apropian británicos, chinos, españoles, coreanos, taiwaneses, etc. no hablamos por ahí nos dicen: “No hay plata”.        
 


Dr. César Augusto Lerena
Experto en Atlántico Sur y Pesca

FUENTE https://cesarlerena.com.ar/

Mi última columna del año 2023 de Política Internacional, para el programa de «Ayer y Hoy» de Radio Belgrano AM650 de BsAs, que conduce el periodista Miguel De Renzis, donde en una apretada síntesis analizamos los temas que seguirán instalado en el 2024 y los grandes cambios mundiales en pleno desarrollo. Lic. Carlos Pereyra Mele – Director de Dossier Geopolitico    

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https://ar.radiocut.fm/radiostation/belgrano650/listen/2023/12/29/08/20/00/

A partir del 29/12/2023 tenemos un acuerdo de difusión de los trabajos de Dossier Geopolítico en el Canal de Telegram (originado en Moscú) de «Nuestra América» [ Metapolítica. Filosofía política. Antiglobalismo. El objetivo de este canal es analizar la base ideológica de América Latina, como parte del mundo multipolar. Publicamos noticias y opiniones que son importantes para la formación de un polo]

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Lo que fortalece la expansión de nuestros análisis y aportes a la temática geopolítica mundial que generamos.

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico 

Mediante su tecnología satelital el multimillonario dueño de Starlink limita la libertad de mercado y la soberanía de los países donde ha invertido, empezando por EE.UU.

Por EDUARDO VIOR Analista Internacional

En su mensaje de presentación del cuestionado mega DNU el pasado miércoles 20, el presidente Javier Milei reconoció que la desregulación de la provisión de Internet se hace para favorecer el ingreso a ese mercado de empresas como Starlink, la que mencionó explícitamente. El jefe de Estado, empero, no explicó qué recaudos se tomarán, para proteger la libertad de información y la soberanía del pueblo argentino ante las denuncias de funcionarios y ciudadanos norteamericanos por las limitaciones que estos principios sufren por efecto del control territorial que ejerce la empresa de comunicación digital por satélite.

Desregulación de los servicios de Internet satelital para permitir el ingreso de empresas como Starlink”, dijo Milei al referirse al punto 28 de las 30 desregulaciones que mencionó en su discurso del miércoles 20.

Starlink es una empresa de provisión de servicios de Internet por los satélites de su matriz SpaceX, que ya colocó casi 4 mil naves en órbita terrestre baja (LEO, por su nombre en inglés) que dan acceso de alta velocidad a la red a más de un millón de clientes privados, institucionales y estatales en 70 países. En América Latina opera en Chile, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y México. En Argentina, en tanto, la empresa ya estaba habilitada desde 2021, pero todavía no tiene asignadas bandas de frecuencia ni ha completado la coordinación de su red trasmisora con la empresa estatal ARSAT que ofrece este mismo acceso.

A diferencia de un servicio de fibra óptica, Starlink alcanza velocidades de descarga entre 25 y 220 megabites por segundo (mbs), aunque puede superar los 100mbs, mientras que, según la propia empresa, la latencia varía entre 25 y 60mbs en tierra y más de 100mbs en ubicaciones remotas. En los países donde está presente el costo mensual del servicio Starlink Standard es de U$S90. A eso se suma una tarifa de 599 dólares por el equipamiento de antena y receptor.

SpaceX, la empresa propietaria de Starlink, comenzó a lanzar satélites Starlink en 2019 y para mediados de la década de 2020 calcula tener en órbita cerca de 12.000 satélites. La empresa también planea vender satélites para uso militar, científico y de exploración. Recientemente su propietario, Elon Musk, ha anunciado el próximo lanzamiento de Starlink 2.0 con satélites de 7,5 kg. Sin embargo, éstos requieren cohetes más grandes que los actuales y, por consiguiente, la adecuación de las plataformas de lanzamiento. Como parte de este vertiginoso desarrollo, a principios de la semana pasada la firma instaló su primera antena en Paraguay, en el Chaco Boreal. La conexión satelital permite a la compañía de Elon Musk ganar mercados en las áreas aisladas o menos urbanizadas. De ese modo adquiere una enorme ventaja sobre sus competidores y sobre los propios Estados, que mayormente dependen de la conexión por fibra óptica.

Space Exploration Technologies Corp., conocida como SpaceX, es una empresa estadounidense de fabricación aeroespacial y de servicios de transporte espacial con sede en Hawthorne (California). Fue fundada en 2002 por Elon Musk con el objetivo de reducir los costos de viajar al espacio para facilitar la colonización de Marte. La compañía ha desarrollado varios vehículos de lanzamiento, la constelación Starlink, la nave de carga Dragon y ha llevado en la Dragon a dos astronautas hasta la Estación Espacial Internacional. Sus logros tecnológicos son impresionantes.

El dueño de ambas firmas tecnológicas, Elon Reeve Musk (1971), conocido como Elon Musk, es un empresarioinversor y magnate sudafricano que también posee las nacionalidades canadiense y estadounidense. Es el fundador y directivo de SpaceXTesla, Inc.The Boring Company; cofundador de Neuralink y OpenAI (aunque ya no tiene más participación en esta última), además de ser el director de tecnología de X Corp. Con un patrimonio neto estimado en junio de 2023 en unos 207 mil millones de dólares, Musk es la persona más rica del mundo.

           
Este empresario nació en Pretoria (Sudáfrica) de madre canadiense y padre sudafricano blanco. Estudió brevemente en la Universidad de Pretoria antes de trasladarse a Canadá a los 17 años para luego estudiar en la Universidad de Pennsilvania donde se graduó en Economía y Física. En 1995 se trasladó a California, cofundando la empresa de software web Zip2 con su hermano Kimbal. En 1999 la empresa fue adquirida por Compaq por 307 millones de dólares. Ese mismo año Musk creó el banco online X.com que se fusionó con Confinity en 2000 para formar PayPal. La empresa fue pronto comprada por eBay por 1.500 millones de dólares.

En 2002 Musk fundó SpaceX, fabricante aeroespacial y empresa de servicios de transporte espacial, y en 2003 se unió a la fábrica de vehículos eléctricos Tesla Motors Inc. (ahora Tesla Inc.) como presidente y arquitecto de productos, convirtiéndose en su consejero delegado en 2008. Siguieron importantes fundaciones de empresas que constituyen hitos de su imperio tecnológico. En 2022, finalmente, compró por 44.000 millones de dólares la red social Twitter, la que rebautizó como X.

En el contexto de la política estadounidense Musk ha manifestado su apoyo a Barack Obama en 2008 y 2012, a Hillary Clinton en 2016 y a Joe Biden en 2020. Sin embargo, en 2022 giró hacia el Partido Republicano, aunque sus posiciones ideológicas son contradictorias: está al mismo tiempo a favor de la renta básica universal, del derecho a la libre portación de armas, de la libertad de expresión y de un impuesto sobre las emisiones de carbono y se opone a las subvenciones gubernamentales.

Sus opiniones sobre las relaciones internacionales, incluidos los conflictos entre China y Taiwán y entre Rusia y Ucrania, han recibido reacciones encontradas. También apoyó el golpe de estado en Bolivia en noviembre de 2019 (declaradamente, para quedarse con el litio de ese país). Por el contrario, ha elogiado a China y mantiene una estrecha relación con el gobierno chino, lo que permite el acceso de Tesla al mercado de la potencia asiática.

A principios de abril de 2022, ante la destrucción de los servicios convencionales de Internet en Ucrania, SpaceX donó 3667 de un total de 5000 terminales Starlink que USAID proveyó a Ucrania. Starlink donó además las cuotas por servicio o abonos que normalmente Kiev debió haber costeado. Según Elon Musk, hasta el octubre siguiente su empresa había donado a Ucrania U$S80 millones y a fines de 2022 estimó que el costo de proveer acceso a Internet satelital a Ucrania alcanzaba los U$S20 millones mensuales.

Así, las terminales de satélite de SpaceX se hicieron cruciales para las operaciones militares ucranianas. Sin embargo, durante el verano boreal de 2023, la contraofensiva ucraniana en la sureña provincia de Zaporiyia se frenó, cuando su vanguardia descubrió que, traspasada una cierta línea, la conexión a Internet dejaba de funcionar. Interpelado por los medios, Elon Musk eludió una respuesta directa, pero declaró que había rechazado una solicitud ucraniana para extender la conexión satelital hasta Sebastopol, porque no quería involucrar a SpaceX en la guerra. Algunas fuentes citaron en ese contexto sus buenas relaciones con Vladímir Putín.

En octubre de 2022 Musk propuso en Twitter que Ucrania cediera Crimea a Rusia de forma permanente y abandonara su intento de ingresar en la OTAN. Ese mismo mes el magnate sugirió que Taiwán se convirtiera en “una zona administrativa especial” de China con un “acuerdo más indulgente que Hong Kong”. Todavía tan recientemente como el 10 de noviembre de 2023 Musk criticó las acciones de Israel en la Franja de Gaza. Sin embargo, una semana después cambió su política en la plataforma X, declarando que serán suspendidos los usuarios que utilicen expresiones que, según él, impliquen el genocidio de los israelíes.

A lo largo de su carrera en EE.UU. Elon Musk se ha involucrado en interminables polémicas. Sus puntos de vista libertarios, conspirativistas, extremadamente individualistas, machistas, antiinmigrantes, negacionistas del cambio climático y del Covid19, entre otros muchos, provocan regularmente la reacción de los medios de comunicación masivos y de la opinión pública posmodernista.

Pero la influencia de Musk es más descarada y expansiva. Hay pocos precedentes de que un civil se convierta en árbitro de una guerra entre naciones de forma tan granular o del grado de dependencia que Estados Unidos tiene ahora de Musk en diversos campos, desde el futuro de la energía y el transporte hasta la exploración del espacio. SpaceX es actualmente el único medio por el que la NASA transporta tripulación desde suelo estadounidense al espacio, una situación que persistirá al menos un año más. El plan del gobierno para que la industria automovilística se oriente hacia los coches eléctricos requiere aumentar el acceso a estaciones de carga a lo largo de las carreteras de Estados Unidos, pero esto depende de las acciones de otra empresa de Musk, Tesla. El fabricante de automóviles ha sembrado gran parte del país con sus propias estaciones de carga, hasta el punto de que el gobierno de Biden relajó su impulso inicial de una norma de carga universal que no gustaba a Musk. Todavía, empero, sus estaciones pueden recibir miles de millones de dólares en subvenciones, siempre que Tesla las haga compatibles con el otro estándar de recarga.

En los últimos veinte años, en un contexto de desmoronamiento de las infraestructuras y pérdida de confianza en las instituciones de Estados Unidos, Musk ha buscado oportunidades de negocio en áreas cruciales en las que el Estado ha retrocedido tras décadas de privatizaciones. El gobierno depende ahora de él, pero se esfuerza por reaccionar ante el gusto del empresario por tomar riesgos, su temeridad y su capricho. Funcionarios y ex funcionarios de la NASA, el Departamento de Defensa, el Departamento de Transporte, la Administración Federal de Aviación y la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo reconocen que la influencia de Musk se había hecho ineludible en su trabajo y varios de ellos afirmaron que ahora lo tratan como una especie de funcionario no electo.

Si la primera potencia de Occidente reconoce los riesgos que trajo la creciente influencia del pulpo tecnológico de Elon Musk y el poder que le ha dado remplazar al Estado ausente en territorios y áreas de políticas públicas esenciales, pueden imaginarse los peligros que amenazan a nuestro país, con un Estado que en el último medio siglo fue varias veces atacado, se retiró de grandes áreas de nuestro territorio y descuidó funciones esenciales que hacen al mantenimiento de la soberanía y la libertad de los argentinos. No es para mencionar tan a la ligera a una empresa, como si fuera el sponsor oficial del gobierno.

Por Leonid Savin publicado en Geopolitika.ru

Recientemente, el Centro Internacional para los Conflictos No Violentos, con sede en Washington, publicó otro manual sobre la realización de revoluciones de colores, titulado «Facilitar la cuarta ola democrática: una guía para contrarrestar la amenaza autoritaria» [i]. Este centro continúa la tradición de injerencia en los asuntos internos de Estados extranjeros según el método de Gene Sharp, Bruce Ackerman y otros teóricos de las acciones y movimientos políticos de protesta. Cabe señalar que el director ejecutivo de este Centro es actualmente Ivan Marovic, uno de los líderes del Otpor yugoslavo, que desempeñó un papel clave en el derrocamiento de Slobodan Milosevic.

Otro detalle importante es que el informe se elaboró conjuntamente con el Centro Scofort de Estrategia y Seguridad del Consejo Atlántico. Y el Consejo Atlántico, que se considera indeseable y de hecho está prohibido en Rusia, es el principal grupo de reflexión de la OTAN en Estados Unidos, que elabora recomendaciones militares y políticas para los miembros de la alianza. El coautor por parte del Consejo Atlántico fue Ash Jayne, y el coautor por parte del Centro fue Gardy Merryman. Y el tercer coautor es Patrick Quirk, del Instituto Republicano Internacional, otra organización indeseable en Rusia. Sin embargo, como se indica al principio del documento, en la preparación del manual participaron miembros de un grupo de trabajo especial, que incluía a representantes de la Open Society Foundation de George Soros, la National Endowment for Democracy, Freedom House, la Alliance of Democracies Foundation y una serie de otros centros y organizaciones que durante muchos años se han dedicado a incitar rebeliones, iniciar golpes de Estado y apoyar campañas antigubernamentales en todo el mundo cuando convenía a los intereses de Estados Unidos.

Por cierto, en el prefacio justifican esa injerencia diciendo que, supuestamente, la seguridad de EEUU y de sus socios democráticos (es decir, los satélites) depende del estado de la democracia en todo el mundo.

Y como hay países diferentes de EEUU, que se califican de autoritarios o incluso dictatoriales, es necesario cambiar allí el régimen de poder, es decir, dar un golpe de Estado a manos de los ciudadanos de esos mismos países. Literalmente, en la tercera frase dice que «los regímenes dictatoriales de China, Rusia, Irán y Venezuela y muchos otros países son cada vez más represivos». Como de costumbre, los autores guardan silencio sobre sus aliados, como las autocracias de Oriente Próximo (por ejemplo, Bahréin, donde tras la Primavera Árabe todas las protestas fueron brutalmente reprimidas y muchos de sus participantes condenados a muerte).

Estados Unidos ve su propio sistema democrático como una amenaza porque, en su opinión, debido a su apertura, los «gobiernos autoritarios» supuestamente socavan sus instituciones, influyen en la toma de decisiones y manipulan la información. Además, muchas «democracias» atraviesan una crisis de legitimidad. Lo segundo es ciertamente cierto, ya que el Occidente colectivo ha utilizado durante mucho tiempo métodos autoritarios represivos, y los pueblos no participan en los procesos políticos y están efectivamente excluidos de la gobernanza (por ejemplo, los comisarios de la Comisión Europea, que establece la agenda principal de los países de la UE, no son elegidos por votación popular).

El objetivo de este manual es crear una denominada Cuarta Ola Democrática para, si no destruir, al menos contener a los denominados «regímenes autocráticos», es decir, a los Estados calificados de «amenaza» por Estados Unidos.

Este enfoque se basa en varios movimientos de la llamada «resistencia civil». Los autores creen que en la historia hay ciertos ciclos de tendencias ascendentes hacia la democracia y su inversión. La última tercera oleada se produjo entre 1974 y 2006. Ahora, en su opinión, es el momento de que comience la Cuarta Ola, que las autoridades estadounidenses deberían apoyar de todas las formas posibles.

El documento contiene recomendaciones para el gobierno estadounidense y sus socios, que se organizan en tres secciones temáticas.

El primer bloque describe de forma general la necesidad de ampliar los esfuerzos para apoyar los llamados «movimientos de resistencia», es decir, las «quintas columnas» en otros países. Se supone que la democracia debe elevarse a la categoría de interés nacional clave.

El gobierno estadounidense debería hacer del apoyo a la democracia un factor central en las decisiones de política exterior. El presidente debería ordenar a las agencias de seguridad nacional y al Asesor de Seguridad Nacional que sopesen las implicaciones para la democracia en todas las decisiones importantes de política exterior. Además, el presidente debería emitir una Estrategia de Seguridad Nacional o una directiva para apoyar la democracia en el extranjero. Una directiva de este tipo enviaría una señal clara a los aliados estadounidenses y a los regímenes autoritarios de que Estados Unidos se compromete a apoyar la democracia en el extranjero.

La Unión Europea y otros gobiernos democráticos deberían tomar medidas similares para garantizar que el apoyo a la democracia y la lucha contra el autoritarismo se reflejan como intereses nacionales clave.

Continúa hablando de invertir en nuevas opciones y coordinación para apoyar a las quintas columnas. Hace referencia a las agencias gubernamentales, el Congreso de EEUU, el Departamento de Estado y USAID, que están desarrollando mecanismos adecuados para apoyar a «los suyos» y castigar a los «de fuera». También hace un llamamiento a otros gobiernos para que creen fondos especiales y apoyen a las ONG. Además, se señala la importancia de desarrollar nuevos recursos educativos y manuales para futuros insurgentes, así como el apoyo a nivel de iniciativas y prácticas legislativas. Se dice que hay que implicar a los servicios diplomáticos para que ayuden a los movimientos relevantes y apoyen a los medios de comunicación independientes a nivel internacional y local. Por supuesto, no estamos hablando realmente de medios independientes, sino de medios dependientes de las narrativas y la financiación occidentales para ayudar a difundir propaganda personalizada.

El segundo bloque está relacionado con el desarrollo de un nuevo marco normativo denominado Derecho a la Asistencia (R2A). Esto recuerda a la tristemente célebre doctrina de la «Responsabilidad de Proteger» (R2P), que los países occidentales extendieron en su día incluso a la ONU. Bajo su cobertura, EEUU intervino en Haití y Yugoslavia, bombardeó Libia y suministró armas y equipos a militantes en Siria.

El bloque argumenta que el derecho de soberanía no es absoluto, por lo que si «los autócratas niegan a sus poblaciones el derecho a la autodeterminación y siguen violando los derechos humanos …. esto brinda la oportunidad de intensificar las formas de intervención para proteger y restaurar los derechos de la población».

Sin embargo, cuando el régimen de Kiev negó a su población este derecho y reprimió la voluntad del pueblo, y Rusia intervino para proteger sus derechos, Occidente, por alguna razón, lo calificó de «agresión injustificada» o «anexión». Hay ejemplos similares en otros países. Y el ejemplo más reciente es el apoyo estadounidense a Israel en la represión de la resistencia palestina.

Así que, una vez más, vemos otro doble rasero. Como podemos ver por muchos años de experiencia, sólo hay un criterio claro de lo que puede entenderse por «democracia y derechos humanos» desde la perspectiva estadounidense: si el gobierno de un país es leal a Washington y apoya la política estadounidense, entonces puede hacer lo que quiera con su población e incluso recibir ayuda estadounidense para la represión. Si el gobierno sigue su propio curso político e incluso se atreve a criticar a Estados Unidos, entonces los acontecimientos más insignificantes dentro de ese país, aunque se trate de un delito penal trivial, serán considerados por Washington como una violación de los derechos humanos y un atentado contra los fundamentos de la democracia.

Este doble enfoque se confirma en la sección de preguntas y respuestas. A la pregunta de cómo debe equilibrarse el apoyo a la resistencia civil en otros países con los intereses nacionales de Estados Unidos en política exterior, se dice que no hay una respuesta unívoca y que el contexto es de suma importancia.

No obstante, se señala que la cooperación comercial y en materia de seguridad no excluye necesariamente un apoyo efectivo a la sociedad civil, directa o indirectamente. En este sentido, cabe recordar cómo Estados Unidos hizo la vista gorda ante el derrocamiento de gobernantes que habían sido sus socios estratégicos durante muchos años, como Hosni Mubarak en Egipto durante la Primavera Árabe.

El tercer bloque habla de reforzar la «solidaridad democrática» para presionar a los «regímenes represivos». Es una continuación lógica de los dos bloques anteriores a nivel internacional, incluido el G-7 y la posible creación de la alianza D-10 (no se ha especificado a quién incluirá). Se trata de coordinar sanciones y crear diversos tribunales para intimidar a otros Estados. Pero también se trata de la influencia militar. En primer lugar, se habla de contactos internacionales de los militares y de su entrenamiento y práctica en los países occidentales. En otras palabras, hay una clara alusión a la participación de sus propios agentes reclutados en diversos países. De hecho, varios agentes del orden que fueron entrenados en Estados Unidos prepararon o participaron posteriormente en golpes de Estado. Por ejemplo, en el intento de derrocamiento de Rafael Correa en Ecuador en 2010.

También se dice que desarrolla estrategias militares formales en los países occidentales para ejercer una influencia proactiva y permanente a escala internacional. Aunque aquí la noción original de democracia se está diluyendo claramente. Esta tendencia puede ser muy peligrosa y abrir de hecho la puerta a intervenciones militares de los países de la OTAN contra Estados que no podrán defenderse de su agresión.

Por cierto, el manual fomenta no sólo todo tipo de sanciones y presiones, sino también los ciberataques contra la infraestructura gubernamental de los Estados objetivo. Al mismo tiempo, Occidente pone constantemente el grito en el cielo ante la detección de algunos bots sospechosos o la interferencia en los procesos electorales, si advierten declaraciones críticas de alguien en las redes sociales.

El recientemente creado Ciberforo de la OTAN continúa esta línea de imponer la dictadura digital de Occidente [ii].

Mientras tanto, en octubre, otra organización, Eurasia Group Foundation, presentó un informe bastante interesante sobre las opiniones sobre la política exterior estadounidense [iii].

En él se afirma que «el excepcionalismo estadounidense es una creencia sostenida por representantes de todo el espectro político, pero la mantienen más los republicanos que los representantes de cualquier otra afiliación política. Cerca del 90% de los republicanos creen que Estados Unidos es excepcional por lo que ha hecho por el mundo (24%) o por lo que representa (66%). Sólo el 10% cree que su país no es excepcional.

Por el contrario, tres cuartas partes de los demócratas y de los independientes piensan que Estados Unidos es excepcional por lo que ha hecho (24% y 23%) o por lo que representa (ambos 54%), y casi una cuarta parte piensa que el país es mediocre (22% y 23%, respectivamente)».

Esto explica la desfachatez con la que EE.UU. interfiere en los asuntos de otros países y, bajo discursos de democracia, organiza golpes de Estado sangrientos y otras intervenciones, y hace planes para el futuro (el proyecto de «descolonizar Rusia», que lanzó en 2022) [iv]. Aunque Estados Unidos no ha hecho ningún progreso claro en este sentido, es poco probable que abandone en el futuro sus intentos de desmembrar Rusia bajo cualquier pretexto.

Es probable que el gobierno estadounidense adopte en su totalidad o en parte las recomendaciones propuestas en este manual. Esto significa que debemos estar preparados para nuevas provocaciones e intentos de influencia externa sobre la situación política interna de Rusia, especialmente en vísperas y durante las elecciones de 2024.

Referencias:

[i] www.nonviolent-conflict.org 
[ii] www.euractiv.com 
[iii] egfound.org
[iv] www.csce.gov

Fuente

Traducción: Enric Ravello Barber

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

Por M. K. BHADRAKUMAR de su sitio web

Estados Unidos fue anfitrión de la primera reunión del nuevo grupo de trabajo sobre terrorismo en formato Quad en Honolulu, Hawaii, del 19 al 21 de diciembre. El grupo de trabajo QUAD sobre terrorismo se constituyó en marzo en la reunión a nivel de ministros de Asuntos Exteriores celebrada en Nueva Delhi, organizada por el Ministro de Asuntos Exteriores, S. Jaishankar. 

La declaración conjunta emitida después de la reunión de marzo señaló “con profunda preocupación que el terrorismo se ha vuelto cada vez más difuso, ayudado por la adaptación de los terroristas y el uso de tecnologías emergentes y en evolución, como los sistemas aéreos no tripulados e Internet, incluidas las plataformas de medios sociales para reclutamiento e incitación a cometer actos terroristas, así como para el financiamiento, planificación y preparación de actividades terroristas”. 

Al anunciar el establecimiento del Grupo de Trabajo del Quad sobre Antiterrorismo, la declaración conjunta señaló que “explorará la cooperación entre el Quad y con sus socios del Indo-Pacífico para contrarrestar formas nuevas y emergentes de terrorismo, radicalización hacia la violencia y extremismo violento”. .” 

Una declaración del Departamento de Estado el viernes después de la reunión inaugural del grupo de trabajo subrayó que el foco de la discusión era «mejorar la cooperación del Quad en respuesta a un abrumador incidente terrorista en la región del Indo-Pacífico». [Énfasis añadido.]

La declaración del Departamento de Estado decía además que las discusiones se referían a “presentaciones y un ejercicio teórico centrado en el intercambio de información sobre amenazas terroristas en constante evolución, un mayor desarrollo de mecanismos de coordinación regional y la lucha contra el uso terrorista de tecnologías emergentes. Los participantes (los cuatro países del Quad) exploraron qué capacidades y apoyo podría ofrecer el Quad, y cómo el Quad podría coordinarse para apoyar las capacidades existentes de los países del Indo-Pacífico”. 

No hace falta mucho ingenio para darse cuenta de que Estados Unidos se centra en la situación en desarrollo en el Mar Rojo, donde una coalición de dispuestos encabezada por Estados Unidos está luchando por asumir el desafío al transporte marítimo planteado por los indomables hutíes de Yemen. 

Los hutíes tienen una vieja cuenta que saldar con Israel debido a las repetidas intervenciones encubiertas de este último en la guerra civil en Yemen que se remonta a la década de 1960, debido a la gran importancia de ese país a los ojos de los estrategas israelíes como salida de Israel al Océano Índico y el Lejano Oriente, que hoy se ve agravado por el apoyo de los hutíes a los derechos de los palestinos y la negativa a normalizar las relaciones con Israel.

En abril de 2018, los Emiratos Árabes Unidos, aprovechando la inestabilidad y la falta de un gobierno central en Yemen, simplemente ocuparon la isla de Socotra de ese país, respaldados por tanques, vehículos blindados y artillería. Desde entonces, los Emiratos Árabes Unidos han anexado la isla de Socotra y, en un proyecto conjunto con Israel, están tratando de construir allí una base militar que albergaría a soldados, oficiales y otros expertos y personal militar israelíes en un proyecto para ejercer control militar sobre las rutas marítimas y operaciones de inteligencia. contra Irán. 

Sin duda, las condiciones de inseguridad que afectan el tráfico marítimo hacia el Canal de Suez tendrán enormes consecuencias para la economía mundial en múltiples sentidos: el comercio internacional y las cadenas de suministro, el mercado petrolero, etc. Pero detrás del aluvión de propaganda, las verdaderas intenciones estadounidenses pueden ir mucho más allá.  La demonización de los hutíes proporciona una capa de nubes que oscurece lo que en realidad es una matriz increíblemente compleja.  

Según un análisis del grupo de expertos estadounidense Washington Institute for Near East Policy, Israel tiene planes de desplegar submarinos al este de Suez. Claramente, la base militar de Socotra será ideal para que los submarinos israelíes proyecten su fuerza en el Mar Arábigo. No sorprende que los hutíes estén furiosos por la pérdida de soberanía de su país sobre Socotra y la transformación de la isla en un puesto avanzado israelí con el apoyo tácito de Estados Unidos. Esto es una cosa. 

Los estados regionales son cautelosos a la hora de asociarse con la coalición encabezada por Estados Unidos de los que están dispuestos a desplegar fuerzas navales en el Mar Rojo para preservar los intereses israelíes bajo el pretexto de proteger la «libertad de navegación». Los hutíes no harán concesiones con Israel y los Estados de la región actuarán con cautela para no quedar atrapados en el fuego cruzado. Los hutíes tienen una reputación bien ganada de ser luchadores duros y, en este caso, también son un grupo muy motivado con adrenalina fluyendo por sus venas después de haber resistido la guerra entre Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos para borrarlos del panorama político de su país.

Desde una perspectiva geopolítica, Estados Unidos tiene fuertes razones para dominar el Mar Rojo, donde China tiene una base naval en Djibouti y Washington ha estado alimentando la guerra civil en Sudán para mantener al país en ebullición y bloquear los planes de Rusia de establecer una base de submarinos. . Otro estado litoral, Eritrea, ocupa una posición estratégica clave en el lado oriental del Mar Rojo, que tiene fuertes vínculos económicos, diplomáticos y militares con China y Rusia. 

De hecho, los esfuerzos estadounidenses por derrocar al  primer ministro democráticamente elegido, Abiy Ahmed, de Etiopía , el país más grande del Cuerno de África y alineado con Rusia, fracasaron estrepitosamente. Basta decir que a Estados Unidos no le queda ni un solo amigo o aliado en toda la parte oriental del Mar Rojo.  

La gran pregunta es si la estrategia estadounidense para arrastrar a QUAD –y junto con él, a la India– al Mar Rojo tendrá éxito. En cierto modo, esto es una repetición de la historia cuando, resistiendo la presión de la administración de George W. Bush, el gobierno de Atal Bihari Vajpayee se negó a unirse a la coalición encabezada por Estados Unidos de los dispuestos a invadir Irak en 2003. En retrospectiva, eso resultó ser una sabia decisión. Entonces, como ahora, hay grupos de interés influyentes en Delhi que probablemente abogarían por la participación india en la «guerra contra el terrorismo» encabezada por Estados Unidos contra los hutíes . 

De hecho, los comentarios ambivalentes del portavoz indio en una conferencia de prensa el jueves causan cierta inquietud: “Mire, India siempre, por supuesto, ya sabe, hemos tenido intereses creados y hemos apoyado el libre movimiento del transporte marítimo comercial. Eso es algo que nos interesa. Por supuesto, estamos siguiendo de cerca los acontecimientos allí. En la medida en que creo que hubo… también somos, como saben, parte de los esfuerzos a nivel mundial para… los esfuerzos internacionales para garantizar el envío gratuito, ya sea contra la piratería o de otro modo, la India ha estado involucrada en ello. Así que continuaremos monitoreándolo. Creo que hubo alguna comunicación sobre este grupo de trabajo o la operación, pero tendría que volver a comunicarme con usted sobre cualquier novedad específica sobre ese tema, porque no sé si ha habido alguna invitación específica o nos han pedido que nos unamos o hemos aceptado hacerlo. Como dije, esta es una nueva iniciativa y tendremos que comunicarnos con usted tan pronto como tengamos algo que transmitir al respecto. Pero permítanme enfatizar que hemos sido parte de los esfuerzos para garantizar el tránsito seguro de los barcos en el Mar Arábigo y valoramos la libre circulación del transporte marítimo comercial. No tengo conocimiento de ninguna conversación con ningún país específico, ciertamente Irán o Yemen…” 

Mientras tanto, lo que hay que señalar cuidadosamente es que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llamó por teléfono al primer ministro Narendra Modi el martes, coincidiendo con la reunión del grupo de trabajo QUAD en Hawaii. Modi escribió más tarde que durante un intercambio “productivo” de opiniones sobre el “conflicto en curso entre Israel y Hamas” con Netanyahu, los dos tenían “preocupaciones compartidas” sobre el tráfico marítimo. La publicación de Modi no profundizó en detalles mientras que la versión israelí afirmó que Modi «señaló que la libertad de navegación es una necesidad global esencial que debe garantizarse».

De hecho, hay mucho en juego para que Israel dé lastre a la coalición liderada por Estados Unidos en el Mar Rojo. Estados Unidos e Israel están desesperados por involucrar a la India en su próxima desafortunada «guerra contra el terrorismo» contra Yemen, un estado civilizacional, para darle a su arriesgada empresa un lugar y un nombre regional.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

La geopolítica está ante un punto de inflexión. El mundo que viene está caracterizado por ser menos previsible, más impulsivo y caótico y, en muchos aspectos, más dependiente de actores no estatales.

Además de las guerras o conflictos armados a los que estamos acostumbrados, estaremos expuestos a influencias, riesgos y amenazas de todo tipo que se traducirán en un mayor número de disputas, mayor polarización social, menos consensos y más decisiones unilaterales de los que hemos presenciado en décadas anteriores.

¿Cómo afectará el nuevo orden mundial? ¿Cómo se presenta el futuro en el escenario internacional? ¿Qué marcará la seguridad, la estabilidad y la dinámica económica del mundo en los próximos años? En este artículo te presentamos las 10 tendencias del contexto geopolítico global que es obligatorio monitorizar para entender hacia donde vamos.

1. Del mundo unipolar a un mundo más multipolar que nunca

Una de las principales tendencias que podemos observar en el mundo actual y que será clave en los próximos años será el paso de un mundo unipolar a un mundo mucho más multipolar. Ello, auspiciado por el fin de la época de la unipolaridad de la que disfrutó Estados Unidos como única y gran potencia global desde el final de la Guerra Fría (1991) hasta el inicio de la crisis financiera global (2008).

En esta etapa transitoria hacia la multipolaridad, el poder de Estados Unidos se está viendo rivalizado por China, país que está motivando un cambio en la balanza mundial del poder tanto por su rápido crecimiento durante estas últimas décadas como por las capacidades económicas, demográficas, militares o culturales que ha ido adquiriendo con los años.

Por otro lado, la pérdida de hegemonía de Estados Unidos abre la puerta a una competición entre potencias que aumenta el riesgo de escaladas militares, agravado por el armamento nuclear y otro tipo de armas de destrucción masiva.

No obstante, podemos mencionar otros países que se están conformando como centros de poder en determinadas regiones o ámbitos, entre ellos: India e Indonesia en la región de Asia-Pacífico; Rusia y Turquía en la zona euroasiática; Sudáfrica, Angola, Nigeria o Etiopía en el África subsahariana; Irán y Arabia Saudí en Oriente Próximo y Brasil o México en América Latina.

2. Empresas, los nuevos pesos pesados de la geopolítica

En esta nueva época que se abre, uno de los indiscutibles protagonistas van a ser las empresas. Mientras que otros actores no estatales más tradicionales, como los grupos terroristas, los movimientos sociales, ONGs, sindicatos o asociaciones van a ver eclipsado su poder e influencia.

En los próximos años, las grandes empresas multinacionales (en especial las tecnológicas) comenzarán a marcar de una forma más fuerte la agenda política a escala mundial. Las llamadas GAFA (acrónimo de Google, Apple, Facebook y Amazon) cuya capitalización bursátil camina hacia los tres billones de dólares, cifra similar al PIB que actualmente tienen Francia o Reino Unido son los principales actores no estatales a monitorizar.

Teniendo en cuenta que en la actualidad el número de usuarios de internet alcanza los 4.000 millones, y para el año 2020 serán 5.000 millones, debemos reparar en lo siguiente: los datos de los usuarios han comenzado ya a ser catalogados como el próximo gran «recurso natural», de mayor valor que los hidrocarburos o minerales como el oro o el coltan.

Estas multinacionales van a explotar sus datos no solo para los fines de su propia actividad comercial -sea la que sea- sino también como meros captadores de datos que luego son revendidos o utilizados por otras empresas. Fórmate con el Máster Profesional de Analista Criminal y Criminología Aplicada para profesionalizarte en la prevención, análisis y lucha contra la criminalidad, desde la empresa, las instituciones públicas y los organismos internacionales.

Como hemos evidenciado desde 2010, este uso de los datos también puede tener fines políticos; de hecho, es habitual que en las campañas políticas de países occidentales se utilice constantemente la información disponible en redes sociales o App para trazar estrategias, lanzar mensajes o intentar influir en la agenda política.

Con esta situación, queda ver exactamente cuál es será el papel que escojan jugar estas grandes empresas en los próximos años. Es conveniente que los analistas de inteligencia y analistas internacionales vigilen de cerca sus acciones y sus posicionamientos.

3. De la guerra convencional a la guerra híbrida

En la actualidad hay muchísimos menos conflictos armados que en cualquier otro momento de la historia. Frente al uso de acciones armadas por parte de los Estados, estrategia frecuente hace décadas, hemos pasado a acciones más centradas en la desestabilización política y la disrupción económica. Hoy son mucho más frecuentes tácticas como la desinformación, el ciberespionaje, la compra-venta de empresas o la imposición de sanciones económicas.

En este sentido, veremos cómo las guerras de carácter comercial o económico se vuelven cada vez más frecuentes y toman un creciente protagonismo en la agenda de los Estados y también de los actores no estatales, especialmente las multinacionales.

Existen abundantes ejemplos recientes que abarcan buena parte de los tipos de acciones que se pueden llevar a cabo. Un ejemplo de ello, es que la Unión Europea impuso distintas sanciones a sectores y empresas clave de Rusia por su participación en la guerra civil ucraniana y la posterior anexión de Crimea en 2014. En el otro sentido, altas autoridades de diversos países han apuntado a los servicios de inteligencia rusos como los causantes de ataques de influencia y desinformación ante procesos electorales en Europa y Estados Unidos.

4. La información es poder, pero el big data es poder exponencial 

Lo cierto es que la democratización de la información producida en los últimos tiempos, ha supuesto sin duda un balance positivo. No obstante, también ha traído consigo cuestiones controvertidas que debemos entender en dos dimensiones:

  • Por un lado, la ingente cantidad de datos de todo tipo, conocidos coloquialmente como Big Data, será un factor diferencial para el desempeño de muchos actores, ya sean estatales o no estatales. Este uso masivo de información puede ser utilizado por empresas para mejorar su posición en el mercado hasta por Gobiernos -especialmente autoritarios- que deseen tener controlada a su población o a la población de sus enemigos.
  • Por otro lado, otro de los riesgos que generan una mayor preocupación es la desinformación. Ésta se orienta a generar un ambiente informativo tóxico en el que no se consigue discernir de forma clara qué es cierto y qué no, apoyándose normalmente en informaciones falsas o descontextualizadas que se hacen pasar por ciertas. El efecto más inmediato de un clima de desinformación es la polarización social y el descrédito de actores, normalmente aquellos hacia los que va dirigida directa o indirectamente esa desinformación -el Gobierno, empresas, partidos políticos, medios de comunicación, etc.-, lo que a su vez redunda en un aumento de la inestabilidad política y social.

5. Un nuevo mundo de riesgos y amenazas específicos

Los riesgos y amenazas de carácter no estatal aumentarán y tendrán mayor incidencia en nuestras vidas. Cuestiones como el cambio climático, los ciberataques o los grandes cambios tecnológicos pasarán a tener un papel más relevante en nuestro día a día.

El Foro Económico Global (también conocido como Foro de Davos) agrupa los riesgos que identifica en cinco categorías: económicos, medioambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos.

  • Económicos: desde la hiperinflación a un cambio brusco de un recurso energético, pasando por burbujas de activos o tener un paro estructural desorbitado.
  • Medioambientales: El cambio climático sería el gran pilar central aquí, pero podemos encontrar riesgos como un vertido tóxico, sequías, inundaciones o terremotos.
  • Geopolíticos: desde el colapso de un país a un conflicto armado -inter o intra estatal-, como también la proliferación de armas de destrucción masiva, entre otros.
  • Sociales: crisis alimentarias, epidemias de enfermedades infecciosas o grandes migraciones forzosas.
  • Tecnológicas: por la interconectividad y dependencia tecnológica todos los actores están expuestos especialmente aquellos más modernos. El Foro considera, por poner algunos ejemplos, los efectos no deseados de mejoras tecnológicas, la caída de una infraestructura crítica o ciberataques a gran escala.

6. A las puertas de la próxima gran crisis económica

La economía mundial está dando señales de ir de nuevo hacia el colapso. Como sabemos, la economía es cíclica, por lo que en estos momentos las previsiones alertan de que una nueva crisis puede estar por venir.

Una situación que se ve alimentada por el aumento en las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y que, inevitablemente, tiene efectos negativos para la economía de todo el mundo (ambos países juntos representan el 40% del PIB global). Asimismo, la incertidumbre ante un Brexit sin acuerdo contribuye a esta posibilidad de una crisis económica venidera.

Las grandes empresas están reduciendo sus plantillas y tomando decisiones más conservadoras para mantener su capacidad de decisión y agilidad ante un escenario como el de la crisis de 2008. Es bien sabido que cada 8-15 años se produce una gran crisis económica, ¿cuál será el detonante en esta ocasión?

7. Normalización del conflicto (y de la violencia)

Esta es una de las conclusiones que se extraen del documento ‘Notas Internacionales’ elaborado por expertos del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB) en colaboración con ESADEgeo. Según su análisis, «la tendencia apunta hacia la cronificación de conflictos o incluso a aumentos de tensión en algunos escenarios que habían reducido su intensidad como el que enfrenta a Ucrania y Rusia».

Uno de los ejemplos más recientes de normalización del conflicto lo estamos viendo con el movimiento de protesta conocido como los Gilets Jaunes (Chalecos amarillos) en Francia, tal y como señalan en el portal Hokana. Según indican en un informe sobre los riesgos geopolíticos para este 2019, «no son pocos los analistas europeos que temen el rápido contagio de las manifestaciones amarillas, que ya alcanzan países vecinos como Bélgica y Alemania».

Como ya sucedió en las llamadas «Primaveras árabes» o en el movimiento 15-M en gran parte del mundo, el contagio de movilizaciones sociales está más latente que nunca.

8. Aumento de los casos de «Brexit» ante las crisis de liderazgo

En línea con lo anterior, el mismo informe se hace eco de la advertencia por parte de la prensa británica de que «aquellos ciudadanos ingleses frustrados por el estancamiento del proceso conocido como Brexit (polémico referendo del 2016 que votó ligeramente a favor de sacar al Reino Unido de la Unión Europea) pronto podrían darse cuenta de lo rápido y útil que puede resultar sumarse a esta ‘primavera’ de protestas callejeras en el viejo continente».

Algo que no sabemos si llegará a darse como tal, pero que de momento ya se ha comenzado a materializar con una reciente gran manifestación en favor de un segundo referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea que llenó las calles de la capital británica.

Sea como sea, todo lo relativo al Brexit está aún en cuarentena y marcará la agenda política y económica del 2019 y años venidores; siendo el peor de los resultados un escenario de no-acuerdo o de ‘Brexit salvaje’ y una división y fractura dentro de la sociedad británica.

Sin duda, las crisis institucionales y liderazgo, así como el desapego de los ciudadanos hacia sus instituciones pueden provocar la aparición o aumento de nuevos casos de Brexit alrededor de Europa (avance de partidos euroescépticos, aumento del independentismo en regiones de varios países europeos, etc.)

9. Polarización ideológica en Latinoamérica

Esta región geopolíticamente tan relevante a nivel mundial afronta principalmente tres desafíos: su papel en el sistema mundial, la desigualdad y violencia en sus sociedades y la crisis de legitimidad de los modelos políticos y económicos establecidos.

A ello ha de sumarse que las elecciones de los últimos años han transformado el panorama político de esta región, creando una divisiones ideológicas de derecha e izquierda que podrían dificultar el trabajo conjunto hacia la resolución de los problemas económicos y sociales que aquejan a esta región.

En definitiva, la geopolítica regional actual está pasando por un período de transición marcado por una heterogeneidad política creciente. Esto implica una fase de incertidumbre e incesantes transformaciones a diferentes niveles, que generan una elevada confusión sobre el panorama futuro de la zona y una división social que podría evolucionar en protestas violentas, terrorismo o intervenciones militares a nivel interno en cada país, a nivel regional o incluso con influencia internacional.

10. Consolidación de las guerras perpetuas en Oriente Medio

Las guerras en Siria, Yemen y las tensiones árabo-israelíes en Palestina seguirán siendo puntos de conflicto. Estas cuentan con la participación de agentes extranjeros y de las principales potencias regionales. En Siria la evolución de la contienda parece ir siendo más favorable hacia el régimen de Bachar al Asad, mientras que en Yemen la situación se encuentra totalmente estancada y dividida.

Asimismo, está por ver en qué queda el retiro de las tropas estadounidenses en Siria y Afganistán anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

Fuente Lisa Institute

https://www.lisainstitute.com/blogs/blog/lista-10-riesgos-geopoliticos-tendencias-seguridad-2019-2025