Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Club de la Pluma: Arte, Ciencia, Cultura, Derechos Humanos, Geopolítica, Deuda Externa, Relatos, Cuentos, Educación, Opinión, Editorial, Efemérides, Comunidades Originarias, Filosofía Y Mucho Más…


Tema de esta Semana

Sometimiento Geopolitico de Argentina a EEUU

Aplicando  el Modelo de UNILATERALISMO PERIFÉRICO CONCESIVO

Con la Declaración del Gobierno Macrista a la Milicia Libanesa Hezbollah de Grupo Terrorista

Implicandonos en un epicentro conflictivo del tumultuoso y volátil del Medio oriente sin ningún beneficio -que no sea otro que mantener el respirador artificial económico argentino con entregas de dinero del FMI-

Nuevo Eje Geopolitico:

Turquía – Irán – Qatar dentro del gran esquema de la Nueva Ruta de la Seda China para el Siglo XXI

Turquía que rompe con sus proveedores de armas occidentales y compara los Misiles Antiaéreos S400 Rusos

Turquía también como mediador en el Conflicto EEUU Irán

La gravedad de la Escalada que intenta EEUU con Inglaterra, en la zona para controlar los  Estrechos: de Ormuz (Golfo Pérsico) y el Bad Al Mandab (Mar Rojo); y allí asoma el arriesgadisimo involucración de Argentina tomando partido por uno de los tantos grupos que se disputan el poder en la Zona


Convocado por el Programa Televisivo de Chaco Tv: “CONTEXTO GLOBAL” que conducen: Julio René Sotelo – Antonio Martínez Vidal, fui Invitado para Opinar sobre el reciente Pre-Acuerdo firmado de necesidad y Urgencia para ambas puntas negociadoras entre: La Unión Europea y un debilitado Mercosur; en este tipo de Acuerdo precipitado y sin consensuar hacia las estructuras económicas de los grupos empresariales de los miembros del Mercosur y menos con los actores políticos de la Asociación. Puso en vigencia, una nueva forma de  sometimiento de los Países del Conosur que lo definimos como: unilateralismo periférico concesivo


Acerca del patriotismo en Rusia

El tema del patriotismo y el mandato ínsito de la defensa tiene varias facetas desde la más remota historia de Rusia. Creo que algunos ejemplos pueden ayudar al seguimiento del tema. La catedral de San Basilio, uno de los emblemas religiosos del país, que está ubicada en la Plaza Roja casi al lado mismo de las murallas del Kremlin y fue construida por orden del Zar Ivan el Terrible lo fue en conmemoración a la expulsión de los ocupantes tártaros de Rusia y a la recuperación de ellos de la ciudad de Kazan. La que es considerada por la historia rusa como una gesta que salvó a Europa de verse expuesta a corto plazo a una invasión de tártaros y mongoles.

A tiempos presentes en frente del templo pueden verse también los monumentos a dos héroes nacionales del siglo XVI, Pozharski y Minin, dos personas de orígenes sociales muy distintos, que acaudillaron el levantamiento de una milicia nacional popular que expulsó del país a la ocupación de los polacos llegando a desalojarlos de la fortaleza del Kremlin, ya por entonces todo un símbolo del poder. Representando así la unión sin distinciones de todo el pueblo ruso frente a un enemigo común. Y posibilitando la instalación de la primera dinastía de los Zares, la que permanecería hasta la revolución de comienzos del siglo XX.

En las inmediaciones de ambos lugares se encuentra el monumento del zar Alejandro I el que condujera en 1812 la guerra contra la invasión napoleónica al grito de “Napoleón o yo” recordada como la Primera Gran Guerra Patria, lograda en base a grandes sacrificios que incluyeron la propia autodestrucción de Moscú por el fuego, antes de aceptar la derrota. Parte de las piedras recuperadas de aquel incendio se usaron después como elementos del túmulo recordatorio actual.

En la ciudad de San Petersburgo, así llamada en su homenaje, la tumba de Pedro el Grande su fundador siempre tiene flores colocadas por el pueblo llano. Y en uno de sus bajorrelieves conmemorativos se recuerda: “aquel quien como un verdadero padre de la Patria dio vida a Rusia y cuido de ella”. El que también fue el gobernante guerrero que derrotó a los suecos en la batalla de Poltava asegurando su supremacía regional y creando la proyección marítima rusa. 

Ese ancestro de luchas y reivindicaciones está presente en la conciencia colectiva como una memoria irrenunciable. Aun cuando a algunos librescos profanos nos sorprenda al presente que en algunos casos no conozcan puntualmente detalles de esos mismos hechos atinentes a su propia historia. Pero lo importante y medular está sin duda imborrablemente grabado.

No hay dudas tampoco que esta remota saga se une en el siglo XX con la hecatombe vivida por el país durante la Segunda Guerra Mundial, por ellos llamada la Segunda Gran Guerra Patria. 

En conversaciones sobre el tema la gran mayoría de los rusos que consultamos coincidieron en que vista con ojos de analistas geopolíticos extranjeros siempre Rusia ha sido objeto de estudios de proyección estratégica. Pero a renglón seguido casi siempre concluían por cuenta propia en que esos análisis casi nunca tuvieron en cuenta de que en Rusia ya estábamos y seguimos estando los rusos. Como una autoafirmación de seguir construyendo su destino en base a una visión de sí mismos intransferible y a la vez inseparable de su propio espacio.

Indudablemente ese sello está vigente y fundado sobre la pertenencia y el pasado común permeando a toda la nacionalidad. Lo fue durante los largos siglos del despotismo zarista, durante las ocho décadas de la etapa revolucionaria y sigue presente en la llamada por ellos etapa post soviética que lleva ya tres décadas. Ese y no otro son su amalgama y su principio de identidad.

En su muy conocido mensaje a la Duma del 4 de febrero de 2013 el Presidente Putin dijo algo al respecto: en Rusia vivimos como rusos, todas las minorías de donde sean si quieren vivir, trabajar y comer en Rusia deben hablar en ruso y deben respetar las leyes de Rusia. . .” Su declaración fue ovacionada durante cinco minutos por toda la Duma en pleno. No hay al presente otra definición más exacta de aquel primer apotegma de identidad. Brevemente entonces, el sistema político puede pasar, pero por sobre todas las cosas y ante todo está Rusia. 

Un viaje breve pero muy intenso nos permitió ver a nosotros hasta donde esto es perceptible al presente, siendo posible destacar algunas de esas evidencias. Comienzo a partir de una anécdota, citándola solamente como eso y para hacer una aproximación al tema.

Se nos dijo tanto al Profesor Pereyra Mele como al suscripto que nos preparáramos a caminar mucho en las grandes ciudades rusas con sus inmensos espacios públicos, sus monumentales palacios conservados con detalle, sus fascinantes museos, sus plazas empezando por la insoslayable y bella Plaza Roja. Y advertidos pusimos todo nuestro empeño al hacerlo. Pero una vez apremiados por la falta de tiempo tomamos un taxi junto con nuestra inseparable guía y traductora rusa. Y fue entonces que mi compañero de viaje atraído por una cinta de color naranja con tres franjas negras que adornaba el espejo del vehículo preguntó su significado a través de la guía al conductor.  El mismo respondió literalmente esto, también a través de la traductora: “es la cinta de recordación de nuestros abuelos que murieron en la Gran Guerra Patria, ya que por su sacrificio nosotros estamos hoy acá. Para que no los olvidemos y se lo contemos a todos, empezando por los más jóvenes”.

Después supimos que esa cinta originalmente había sido impuesta por la Emperatriz Catalina II como condecoración al valor en combate llamándola Cinta de San Jorge y había sido mantenida en tal carácter como un símbolo de resistencia al mal. Durante los años de la guerra se la restableció como símbolo de la supervivencia del pueblo ruso ante la invasión de 1941.

Volvimos a verla muchas veces en todos los lugares que recorrimos llevadas por personas de todas las edades así como en escaparates de negocios o departamentos particulares, en estaciones del metro moscovita, desde escuelas hasta teatros o institutos superiores. Fuera con algún signo característico de la etapa soviética o con el escudo cuadrangular de la Federación Rusa llevando al centro en dorado el águila bicéfala o simplemente atada en moño o en lazo a guisa de escarapela.

Pero donde más nos impresionó fue durante la visita al museo de la Gran Guerra de Moscú. Allí vimos largas filas de visitantes nacionales y extranjeros y también sucesivas delegaciones escolares con sus uniformes de pioneros o exploradores todas con su cinta al lado izquierdo del pecho y conducidos por sus maestros. Supimos también que esas visitas que se estaban cumpliendo en periodo vacacional eran obligatorias para ellos y sus maestros. Y que también implicaban la entrega pública de las distinciones obtenidas a sus merecedores durante el periodo lectivo. Una banda militar estaba formada especialmente para ellos.

Pero volviendo al comienzo de la recorrida inicial por el museo y sus grandes dioramas organizados siguiendo las distintas etapas de la guerra, desde los primeros reveses militares hasta la victoria, hubo unas palabras de la guía oficial de la visita presentando previamente el testimonio de la descendiente de un héroe de la contienda que había sido su bisabuelo. La presentada  era Olga Averina una compañera rusa integrante del Centro de Programas Internacionales organizador de actividades con motivo del curso, la que recordó la historia de su bisabuelo, el que siendo apenas un adolescente fue movilizado en los primeros días de la invasión en 1941 y enviado al frente de Moscú. Su permanencia en distintas acciones de guerra duró hasta la decisiva batalla de Kursk en 1943. En que a raíz de las sucesivas heridas recibidas fue desmovilizado y enviado nuevamente a su casa. Resultando más tarde galardonado con la condecoración de héroe de la Unión Soviética. Sobreviviendo hasta casi los ochenta años.

De los recuerdos narrados por su bisnieta uno me impresionó particularmente, fue cuando a raíz de la captura en combate de un soldado alemán de rango al ser interrogado por sus captores rusos acerca de la dureza aplicada a los prisioneros rusos capturados. La que casi siempre incluía su ejecución sumaria, este respondió que sus superiores habían impartido estrictas órdenes al respecto diciéndole que era una opción de hierro, o se ejecutaba a los rusos o ellos por su solo número terminarían por ejecutarlos a él y a su familia a la larga.

No es difícil concluir entonces que en el marco de las opciones enfrentadas de un lado se luchaba por la conquista del espacio y del otro se luchaba por la supervivencia en ese espacio.

Al comienzo se ha expuesto que el pegamento interno de la pertenencia nacional rusa es el patriotismo de su pueblo. El que, a pesar de las duras etapas vividas a lo largo de su historia, no se ha traducido en acciones de reivindicación vengativa contra los posibles culpables. Es conocido y contado aún por extranjeros, caso de Pablo Neruda o John Reed, que en las acciones revolucionarias de octubre de 1917 en San Petersburgo  el pueblo en armas trato siempre de no dañar ninguno de sus edificios históricos, más allá de las derivaciones inevitables de un hecho de armas. Considerando que aun en esas circunstancias extremas era un capital espiritual de toda Rusia y se los debía cuidar. Y con la misma paciencia en 1945 y en base a los antiguos planos reconstruyo los edificios dañados por la artillería alemana durante el sitio devastador sufrido por la ciudad en la guerra.

Un patriotismo de íntima raíz popular basado en tradiciones y vivencias propias. Conviviendo en silencio bajo regímenes políticos rígidos, pero a la larga siempre sobreviviéndolos. En 1923 la Unión Soviética estableció como su bandera oficial al paño rojo con los emblemas de hoz y martillo en un ángulo como la única bandera oficial de Rusia. En 1991 el Soviet Supremo de la recién creada federación Rusa restableció la antigua bandera rusa de tres franjas paralelas blanca azul y roja con el antiguo escudo en su centro. Y cuentan testigos presenciales que casi de un día para el otro en edificios públicos y particulares hubo una aparición masiva de las mismas en sustitución de la anterior, pero no se registró ningún daño a la anterior sustituida. Permaneciendo en sus lugares hasta la fecha todos los símbolos de la etapa que terminaba. Una vez más, por sobre todas las cosas ante todo estaba Rusia.

Sabido es que la vibración del sentimiento nacional es de base irracional, en la medida en que toda nación pertenece en resumidas cuentas al orden de las comunidades. No susceptible de medidas o aprehensiones puramente racionales como las organizaciones estatales. Y bienvenido es que sea de esta forma. 

Hace ya treinta años que la organización estatal se resquebrajó en Rusia. Siendo saludado esto en albricias por el otro extremo político mundial de la guerra fría de entonces como el advenimiento de un poder mundial unipolar.  Un recordado autor de la época lo saludo como un verdadero “final de la historia “anunciando al mundo confiado la reestructuración de la vida planetaria bajo las pesas y medidas del neoliberalismo. Demasiadas preguntas con respuestas conocidas para abundar en esto. Suficientes para saber cómo nos fue a todos y cada uno a la finalización del ensayo.

Volviendo focalmente a la vinculación entre Rusia y la Argentina debe tomarse en cuenta que la mayor colectividad culturalmente rusa de Sudamérica reside en la Argentina, con 300.000 miembros censados. Siendo nuestra historia conocida al existir en la Rusia actual varias escuelas de enseñanza del español y de la cultura argentina.

 Habiendo mantenido ambos Estados desde lo institucional relaciones bilaterales desde 1885 hasta el presente. Registrando tanto desde la época imperial así como en el periodo soviético periodos de variada intensidad en el intercambio de dos economías complementarias.

Esta tercera etapa de la historia de Rusia lleva un tiempo suficiente para permitir constatar la gran cantidad de jóvenes accediendo gradualmente a la etapa de las decisiones. Conocen su país y su historia y están dispuestos a reconocer la historia y las luchas de otros pueblos, en este caso el nuestro. Es en ellos entonces que nuestro equipo de estudios geopolíticos quiere poner su acento. Por la colaboración que junto con las autoridades nos brindaron excediendo largamente el plano formal. 

Va a costar que nos olvidemos de sus imágenes de despedida agitando nuestra bandera a modo de saludo. De la misma forma y también desde la vocación nacional propia quiero cerrar simbólicamente este recorrido con dos estrofas del poema del autor argentino Juan Chassaing dedicado a nuestra bandera: “PAGINA ETERNA DE ARGENTINA GLORIA / MELANCÓLICA IMAGEN DE LA PATRIA”… ¿BAJO QUÉ CIELO FLAMEARA TU PAÑO / QUE NO TE SIGA SIN CESAR MI PLANTA?”

                                               Carlos Alberto Moreno Juárez

               Profesor Honoris Causa del Instituto Superior de Historia Arturo Jauretche

                                           Colaborador del Equipo DOSSIER GEOPOLITICO


Resumen de dos artículos publicados por uno de los analistas más escuchados en Washington Robert D. Kaplan

EE.UU debe prepararse para el Imperio Chino que viene

Lo último que los políticos o estrategas estadounidenses deben asumir es que, de alguna manera, los estadounidenses son superiores a los chinos.

Cuando se trata de China, estamos tratando con un organismo cultural único y muy formidable. A la élite de la política exterior estadounidense no le gusta hablar de cultura, ya que la cultura no se puede cuantificar, y en esta era de extrema sensibilidad personal, lo que no se puede cuantificar o fundamentar mediante una nota al pie de página es potencialmente radioactivo. 

 Pero sin una discusión sobre cultura y geografía, simplemente no hay esperanza de entender los asuntos exteriores. De hecho, la cultura es nada menos que la suma total de un gran grupo de personas que viven en el mismo paisaje geográfico durante cientos o miles de años. 

Cualquiera que viaje a China, o incluso lo observe de cerca, se da cuenta de algo que la comunidad de negocios capta intuitivamente mejor que la  política: la razón por la que hay poca o ninguna separación entre los dominios público y privado en China no es solo porque el país es un a dictadura, sino también porque hay una mayor cohesión de valores y objetivos entre los chinos en comparación con los de los estadounidenses. 

En China, estás dentro de un sistema de valores mentales tradicional. En ese sistema, todas las áreas de actividad nacional (comercial, cibernética, militar, política, tecnológica, educativa) trabajan con fluidez hacia los mismos fines, de modo que el pirateo informático, el espionaje, la construcción y expansión de puertos, el movimiento de la marina y las flotas pesqueras, y así que todos aparecen coordinados. Y dentro de ese sistema, El confucianismo sigue prestando un respeto por la jerarquía y la autoridad entre los chinos individuales, mientras que la cultura estadounidense se basa cada vez más en el desmantelamiento de la autoridad en favor de la devoción al individuo.

Los chinos han demostrado una capacidad de adaptación rápida, que es la clave de la evolución darwiniana: los continuos cambios que están realizando en su modelo de OBOR (la franja y la ruta) son un ejemplo de esto.

compare, también, nuestros presidentes de la posguerra fría con el líder chino Xi Jinping. Xi es disciplinado, tiene una mentalidad estratégica, no tiene vergüenza de proyectar poder, es un ingeniero capacitado, tiene experiencia de vida en las provincias. Es un hombre “de Virtus” , en el sentido clásico maquiavélico. 

Se podría ir más allá y decir que no solo hay una crisis en el liderazgo estadounidense, sino en el liderazgo occidental en general.

Por lo tanto, la competencia entre Estados Unidos y China coincidirá con una crisis político-cultural de Occidente contra un reemergente, resurgido Oriente.

        B) LA ANARQUÍA QUE LLEGÓ

Resumen del artículo de Robert  Kaplan en The National Interest donde evalúa con el paso  del tiempo sus apreciaciones apreciaciones geopoliticas y del sistema internacional de tipo prospectivo luego de 1994. Apreciaciones que contradecían a Fukuyama y a sus repetidores neoliberales de la periferia. «En el siglo XXI las luchas serán geopolíticas no ideológicas«. ¿No fue acaso así en la mayor parte de la historia humana? Y que sostenemos desde el Equipo de Dossier Geopolitico que luego de la Guerra Fria volvieron las luchas Geopoliticas. 

LA ANARQUÍA QUE LLEGÓ

Robert D. Kaplan

Lo que dije fue provocativo o al menos considerado así por los defensores complacientes de la globalización.

En de febrero de 1994 de The Atlantic (revista), publiqué un artículo decididamente anti-estadounidense: en el sentido de que era pesimista, determinista y, lo más importante, declaró que la victoria de los Estados Unidos en la recientemente concluida  Guerra Fría sería tan breve como irrelevante, debido a las diversas fuerzas naturales, demográficas y culturales en curso en el mundo que abrumarían la visión liberal clásica de Estados Unidos.

Además, debido al optimismo desenfrenado de la era, la globalización en la década de 1990 se estaba empleando como una palabra de moda recién concebida, el pesimismo de mi ensayo fue profundamente alienante, si no abominable, para muchos.

El título que eligieron los editores lo dijo todo: «La anarquía venidera: cómo la escasez, el crimen, la superpoblación, el tribalismo y la enfermedad están destruyendo el tejido social del planeta».

En «La anarquía venidera» también me centré en cómo las élites verían cada vez más el entorno natural, especialmente la escasez de agua y la erosión del suelo, además de los cambios en el clima de la tierra, como una de las principales preocupaciones de la política exterior.

Las fuerzas naturales actuaban para intensificar la inestabilidad política y geopolitica.

Todo lo contrario al paradigma celebrado en ese momento por Francis Fukuyama en El fin de la historia y El último hombre.

Fukuyama sugirió, en forma profunda y fascinante, que el triunfo de la democracia liberal en la Guerra Fría indicaba una conclusión temática de la historia de la civilización, ya que ningún otro sistema haría que los seres humanos se realizarán personalmente. El triunfo de la democracia, aunque ciertamente no está asegurado, era muy probable que tuviera éxito. 

Eso estuvo de acuerdo con las élites globales cuyas propias vidas se centraron en el logro y la realización personal. Pero fue una visión extremadamente estadounidense y eurocéntrica, que no tuvo en cuenta lo que estaba sucediendo más allá de Occidente. Y no concordaba con lo que estaba presenciando en África, Oriente Medio y Asia.

Los críticos dijeron que mi visión oscura era desmoralizadora. Pero simplemente estaba siguiendo el dictamen del fallecido profesor de Harvard Samuel P. Huntington, quien dijo que el trabajo de un académico u observador no es necesariamente mejorar el mundo, sino decir sin rodeos lo que él pensaba que realmente estaba sucediendo en él. Hacer eso significaba concentrarse en asuntos que serían inapropiados plantear en una cena educada, lo que provocaría un silencio embarazoso entre los invitados. Porque siempre he creído que el futuro a menudo se encuentra dentro de los silencios, dentro de las cosas que pocos quieren discutir.

juzgado por el paso del tiempo

 ¿cómo se sostuvo “The Coming Anarchy” en sus análisis a pesar del transcurso del tiempo?

La tecnología en particular, no derrotó a la geografía más bien la achico, esto significa que la geopolitica se vuelve más pequeña, eso es un mundo más claustrofóbico y nervioso.

Esta relación entre geopolitica y tecnología hizo que asi como interconecto los «flujos» (de información , mercaderias, capital, migraciones) interconecto tambien los focos de tensión en las distintas regiones del mundo

Notas:

  1. Resumen del artículo de Kaplan publicado en The National Interest

https://nationalinterest.org/feature/america-must-prepare-coming-chinese-empire-63102

      B) Resumen del artículo de Robert  Kaplan en The National Interest

https://nationalinterest.org/feature/anarchy-came-33872

Resumen y Traducción Juan Martín Gonzalez Cabañas

Un análisis a vuelo de pájaro de las relaciones políticas internacionales, nos alerta acerca de la trascendencia de trabajar en pos de enriquecer las relaciones multilaterales y, avanzar junto al resto de América del Sur en consolidar un mundo multipolar.

Desde el CEES-CGT, en nuestra reciente visita a Rusia pudimos apreciar, que existen condiciones favorables en la realidad macro y en la vida cotidiana de ese gran país, para pensar una alianza estratégica. Y existen esas posibilidades, a pesar de ser dos regiones tan lejanas y constitutivas de ecúmenes culturales tan diferentes. 

Similitudes y diferencias

En el marco de una re-configuración del sistema mundo a partir del siglo XXI, ambas regiones tienen dos aspectos coincidentes. El primero, es un enemigo en común, cuál es la estrategia atlantista de expansión actual, que a pesar de su relativa decadencia, no dejan de influir en el destino del resto de los países. Por otra parte, desde una visión ideológica y cultural, ambas espacios confrontan con el Neo-liberalismo, en tanto forma de vida que se pretende imponer al conjunto de las sociedades.

Para el presente ejercicio de reflexión, y solo a los fines analíticos, vamos a distinguir la esfera geo-física y sociodemográficos, de aquellos aspectos culturales o psico-sociales de la relación entre ambas regiones

Factores geo-físicos y sociodemográficos

Ambas regiones comparten la posesión de un territorio extensísimo. En ambos casos prevalece la explotación de bienes primarios y energéticos. Siendo su población escasa en relación al extenso territorio, y su distribución no acompaña, la localización de las reservas de hidrocarburos y de sus recursos naturales.

Ambos espacios presentan un retraso en la producción industrial y tecnológica si lo comparamos con el Occidente desarrollado. A excepción desde ya, de la tecnología militar y el programa de seguridad nacional, de una Rusia que en estos temas se encuentra a la vanguardia.

Si tomamos la distribución de la fuerza de trabajo según la actividad, en Rusia se ocupa un 15% en la producción primaria, un 25% en la Industria y un 60% en áreas no productivas, distribución proporcional similar a los países de América del Sur.

En este sentido, y salvando las distancias, los desafíos de Rusia son similares a los nuestros. Ambos espacios para contrarrestar el avance de la globalización financiera, precisan profundizar el desarrollo industrial y de alta tecnología, así como también incrementar los estándares en la Investigación y Desarrollo de la ciencia (básica y aplicada). Sin lo cual, no habrá desarrollo posible.

Rusia disputa con el atlantismo el control del corazón de Eurasia, nosotros en América del Sur, padecemos las consecuencias del unilateralismo norteamericano. Cuya pretensión llega hasta nuestro Sur austral y su influencia en la Antártida e Islas Malvinas. Ergo, la constitución de un espacio Euroasiático y de un espacio Suramericano auto-centrado, comparten el principal obstáculo.

Factores culturales y psico-sociales

La tensión entre el Liberalismo y cualquier visión Nacionalista, se expresa con características propias según se trate el país, la región o el momento histórico. En América del Sur, esta contradicción está condicionada por el debate siempre presente acerca de la falta de independencia, la situación neo-colonial de nuestros países o el populismo, etc.; que por otra parte,  se modifica con cada cambio de gobierno o rupturas institucionales.

En Rusia, la tensión entre Liberalismo y Nacionalismo está subordinada a la contradicción entre Globalización y Regionalización, y está vinculada directamente a la búsqueda de una identidad que es desde siempre no-occidental. 

Para ellos, el nacionalismo, refiere más a las cuestiones “irracionales”, en cuanto que “lo irracional” se entiende como lo contrario a “lo extraño”, a lo ajeno. En última instancia lo irracional aquí, refiere a lo propio.

En la necesidad de la continuidad histórica que requiere un proyecto nacional, un proyecto propio, se destaca el debate acerca del lugar de la juventud. Aquí la relación con la juventud (nuevas generaciones), es esencial. En este punto, los profesores de la Academia de Ciencias de Moscú, consideran que el Occidente hegemónico lleva la delantera, por cuanto el tratamiento de los jóvenes a través de la cultura de masas, léase: Hollywood. Mc Donald’s, etc., es más efectivo que en la nación euro-asiática. Desde el sur de América (Occidente periférico), somos más vulnerables a ese tipo de cultura que en Rusia. Somos más dependientes de esa cultura de masas, a pesar de las innumerables expresiones artísticas y culturales que se originan permanentemente en nuestro continente. 

El otro elemento importante es el lugar de la religión, en este enfrentamiento con el atlantismo. En Rusia, desde la caída del muro de Berlín, la religión católica ortodoxa, ha venido ocupando un lugar central apoyado por el estado en la recuperación de las tradiciones y la memoria histórica. Hoy, se encuentra en Rusia la construcción y puesta en marcha de iglesias ortodoxas a diario. La intención es contar con una de ellas por barrio en el futuro inmediato.

En nuestro territorio, si bien con una población mayoritariamente cristiana y católica, en los últimos años ha venido influyendo las iglesias pentecostales, evangelistas, como puede verse inclusive en la composición de las listas de candidatos a legisladores, en varios de nuestros países, y en el crecimiento de estos cultos en las barriadas y poblaciones populares.

¿Qué es entonces lo propio o lo ajeno, más allá del territorio físico? ¿Es la cultura, los valores, el sentido de pertenencia?, ¿Cuál es su peso estratégico?

Aunque las frontera físicas, se encuentren establecidas, siempre existe la lucha al interior de la comunidad. […] Zbigniew Brzezinski, sostiene cuando de dominar se trata, que es preciso, para América Latina, generar un sentimiento de inferioridad, para lo cual, nada mejor que trabajar en aras de implementar modelos culturales de identificación desde el exterior.

Se trata del territorio de la subjetividad. En la era industrial, la cuestión era masificar a la opinión pública con mensajes generales, ahora se trata de fragmentar esa masa de población en agrupamientos de intereses específicos. Primero en segmentos de interés en común y como tendencia, alcanzar el mayor grado de singularidad, que es lo mismo que decir: a cada uno, un mensaje. Modelar la mente de cada uno en particular.

La conciencia nacional y el sentimiento de Patria

La conciencia nacional, es el pueblo que se subjetiva en un territorio, que lo siente como propio y que define claramente al enemigo de sus intereses. El sentimiento de Patria muy desarrollado en Rusia, especialmente desde la victoria de la IIGM, hace al conjunto de los valores y vivencia de toda su historia, en donde el pasado es el patrimonio que permite proyectar el futuro con las nuevas generaciones. Nosotros, aquí estamos en deuda. Nuestra Nación Suramericana, se encuentra atomizada en múltiples países que permanentemente alteran la visión y el destino del conjunto, según cambian los gobiernos.

Lo mismo sucede desde nuestra Argentina, hasta que no miremos hacia nuestro sur austral como parte integral de nuestro territorio, tendremos una falsa conciencia de nosotros mismos y seremos débiles para enfrentar los desafíos del futuro. Quizás la gesta de Malvinas nos muestre el camino.

Julio de 2019

Carlos “Chino” Fernández

CEES-CGT  – Colaborador de Dossier Geopolitico 

Notas

1 Conferencia del Director Académico, Dr. Davydov, del Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Moscú, 24 de mayo de 2019

2 LN/ Economía, entrevista a Fernando Stefani (7 de julio de 2019)

3 Conferencia, Dr. Martynov: “Rusia y los desafío de la seguridad internacional”, Academia de Ciencias de Moscú (27 de mayo de 2019)

4 Trujillo Daniel. Blog: Traduciendo la realidad. Guerra de 5ta. Generación. La conquista de las mentes (10 de junio de 2013)

Egresados del Curso de la Academia de Ciencias de Moscu: Carlos Pereyra Mele, Carlos «Chino» Fernandez y Carlos Moreno Juarez

#DossierGeopolitico: En un trabajo analitico sobre los caminos hacia donde se dirige la Geopolitica Mundial realizado en 2007, y que estaba direccionado a preguntarnos dónde nos hubicariamos Geopolitica y Geoestrategicamente los Argentinos cuando se conmemoraran los 200 años de nuestro Primer Gobierno Patrio, en el 2010. Para que no volviéramos a equivocar nuestras alianzas y visiones del mundo como había ocurrido en 1910 -Cuando Argentina creyó en la perpetuidad del Poder Británico y apostó todo a esa alianza, cuando en realidad el mundo de esa fecha ya tenia nuevos poderes y que la I Guerra Mundial así lo confirmaron , más allá, de los gigantescos cambio que ella originó.

Hace un año presenté un trabajo para la Revista de Inteligencia del Ejército del Perú -en el mismo explique el sistema mundo y la declinación de Europa- y en una Disertación que realice para los Oficiales Cursantes de la Escuela Superior de Guerra de Perú, en Enero de este año, el título de mi ponencia fue: 500 años de dominio Occidental tocan a su Fin

Todo el Equipo de Dossier Geopolitico DG viene sosteniendo desde principio de Siglo XXI esa tendencia y de la necesidad de toda América Latina de prepararse para entender ese verdadero “Choque de Civilizaciones” que significara el cambio de lo modelos anglosajones por el modelo Euroasiáticos, y que este cambio sí representa el “Fin de la Historia” de 5 siglos de dominio Europeo Cultural Europeo. Lo vemos ya expresarse: en la crisis de la Unión Europea, en el Brexit y nuevos movimiento de separación, el surgimiento de nacionalismos y cerramiento de fronteras en los países claves de esa península.

“El Futuro llego”, ahora América debe repensarse en alianzas regionales e internacionales que nos sean útiles y prácticas y no basadas en conceptos idiologistas o de pensamiento ya perimido por la realidad de lo nuevo que ya se instaló (Ejemplo: un tardío acuerdo entre la Unión Europea y el mercosur), para no volver a perder el carro de la historia del siglo XXI. Lo dijimos hace años y lo sostenemos: la actualidad es la conformación de un Mundo Multipolar con tres Ejes de Poder: China-EEUU-Rusia, situación descrita en Nuestro Diccionario de Seguridad y Geopolitica editado en 2009.. 

Bien porque esta introducción, porque NO estábamos equivocado en la apreciación de los cambios estructurales y en los tiempos difíciles que venían con la posibilidad de un conflicto bélico si no acuerdan los tres poderes antes mencionados en un nuevo orden global. 

Un artículo importantísimo a sido publicado por el Diario El Mundo de España, sobre este tema, que hace masiva esta realidad para el público europeo, pero que desde hace tiempo vienen los Tanques de Ideas europeos anunciando la declinación de Europa. El artículo se llama: Europa, en tierra de nadie y lo publicamos a continuación para vuestro conocimiento y análisis

Prof. Lic Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG

Europa, en tierra de nadie

La UE intenta evitar quedar atrapada en la confrontación entre EEUU y China. Mientras, la renovación de cargos en Bruselas debe servir para activar su soberanía estratégica. Además, resulta clave debilitar el populismo y potenciar su peso comercial 

Los europeos observan con suma preocupación cómo el siglo XXI se configura en torno a la rivalidad entre EEUU y China y se preguntan cuál es su papel en ese gran juego de poder y cómo evitar quedar atrapados en la confrontación entre esos dos gigantes. ¿Qué mejor capital que Lisboa y la hospitalidad de Augusto Santos, ministro de Exteriores de Portugal, para hablar de relevancia de Europa? Tantos siglos siendo el centro del mundo han llevado a los europeos a pensar que están en el centro del mundo. Pero no es cierto. Abran un mapa y comprobarán cuánta verdad hay en la afirmación de que Europa es solo una pequeña península de Asia, cuán anómalo es el excepcional papel jugado en la historia mundial por esa pequeña península y, para rizar el rizo, en el hecho de que la hegemonía mundial europea arrancara en una pequeña península de esa pequeña península.

Porque la primera globalización, en realidad la única que ha conocido la humanidad si nos fijamos en lo profundo y duradero de su impacto, arrancó en dos estuarios de la Península Ibérica, el del río Tinto (Palos de Moguer) y el del río Tajo (Belén). Desde allí partieron, con solo cinco años de diferencia, las expediciones que llevaron, una, la de Colón, al descubrimiento de América en 1492, y otra, la de Vasco da Gama, que en 1497 logró abrir la ruta marítima a la India, conectando así dos inmensos continentes a su influencia y prosperidad.

La impronta de esos descubrimientos no hubiera sido tan profunda si no hubiera coincidido con la decisión china, adoptada en 1470, de destruir su flota, prohibir los viajes oceánicos y encerrarse en su territorio continental, poniendo fin así a una exitosísima experiencia naval y comercial, que había llevado a los chinos a las costas de la India y el cuerno de África. Sin la retirada de China, cuya marina era mucho más grande, poderosa y experimentada que la de los europeos y que había dominado los mares de Asia durante todo el siglo XV, Europa no habría podido dominar Asia (imaginen por un momento cómo sería el mundo de hoy si China hubiera descubierto y colonizado América).

Hoy, 500 años más tarde, el reloj apunta otra vez hacia aquella hegemonía china que quedó pendiente, España y Portugal vuelven a ser pequeñas penínsulas de una pequeña península y los europeos asisten a la provocación en toda regla que les plantea el profesor de la Universidad de Chicago, John Mearsheimer, uno de los grandes teóricos del realismo político en relaciones internacionales, que les invita -durante una reunión en Lisboa del ‘think tank’ Consejo Europeo de Relaciones Internacionales (ECFR, en sus siglas en inglés)- a asumir el fin de sus ilusiones liberales desde un lugar con un nombre muy oportuno: el Palacio das Necessidades (sede del Ministerio de Exteriores portugués). Mientras Mearsheimer expide el certificado de defunción de aquel orden liberal que con tanta ilusión nació en 1989 después de la caída del muro, el intelectual búlgaro Iván Krastev reflexiona sobre cómo sobrevivir al fin de las ilusiones desencadenadas por aquel optimismo liberal y su adalid, Francis Fukuyama, que nunca imaginaron que la nostalgia por el pasado y el pesimismo por el futuro iban a ser el sentimiento dominante entre los europeos, tal y como se mostró en una macroencuesta realizada por el ECFR en colaboración con la organización Yougov.

Así pues, los europeos, que pensábamos que el siglo XXI iba a ser un siglo feliz, vivimos bajo la sombra de la llamada «trampa de Tucídides», un término popularizado por el profesor Graham Allison para referirse a la consideración de Tucídides sobre la inevitabilidad de la guerra del Peloponeso toda vez que Atenas no tenía otra opción que la militar para atajar el auge de Esparta. Por tanto, el reloj podría ir no solo 500 años atrás, sino otros 1.000 más y depositarnos en una preocupante analogía con el fin de la civilización helénica. Esto no quiere decir que EEUU y China estén predeterminados al conflicto, pero sí señala el coste de ignorar la historia, que nos enseña que 12 de las 14 transiciones de poder entre grandes potencias acabaron en conflicto y sólo cuatro lo evitaron.

Que esa rivalidad va a marcar el siglo XXI es una certeza: todo lo demás es una incertidumbre. No sabemos si una gran potencia se impondrá a la otra, si las dos lograrán coexistir de forma pacífica, aunque sea bajo una nueva guerra fría, o si la competición, además de en el plano económico, político y tecnológico, se desbordará hacia el plano militar, provocando un conflicto armado. Como señaló Helle Thorning Schmidt, ex primera ministra danesa, en esa dinámica de confrontación entre Washington y Pekín, Europa debe buscar su propia voz, no una voz equidistante, sino la que permita defender el espacio de libertad y prosperidad compartida que nos define como europeos y que define el mundo en el que queremos vivir: un mundo con instituciones internacionales fuertes, normas respetadas y acuerdos que garanticen que podemos actuar contra los desafíos que presentan tanto la pobreza y la desigualdad como el cambio climático y la extensión de los derechos humanos.

Qué mejor prueba de esa necesidad de más Europa que la retirada unilateral de EEUU del acuerdo nuclear con Irán, un pacto del que los europeos se sentían particularmente orgullosos al haber logrado aunar las voluntades de EEUU, China y Rusia, y que ahora lleva a las compañías europeas a ser víctimas de unas sanciones que sus gobiernos no han aprobado. Como destacaron Mohamed El Baradei, ex director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, y Nickolay Mladenov, enviado del secretario general de la ONU para el proceso de paz de Oriente Próximo, tras el fracaso de las primaveras árabes, la Europa de hoy vive rodeada de un «anillo de fuego» que se extiende de Siria a Libia pasando por Yemen pero está ausente de la gestión de esas crisis.

A la sombra de Trump, cuya reelección situaría el horizonte de su salida de la Casa Blanca en el 2024, con la previsible devastación del sistema internacional que éste dejaría tras de sí, pero también de la asertividad de Rusia respecto a Ucrania y nuestros socios bálticos y de los desafíos tecnológicos y militares de China, los europeos tienen una caja de herramientas patéticamente vacía: su divisa, el euro, es solo un medio de pago, no un instrumento político ni diplomático que acompañe su poder; su régimen de sanciones financieras y comerciales carece de dientes; su capacidad de innovación tecnológica es menor; sus fuerzas armadas no disponen de los recursos suficientes para ser más autónomas de Washington; y su diplomacia carece de la agilidad y flexibilidad para imponerse en la mesa de negociación. De ahí la necesidad de una propuesta para activar la soberanía estratégica de Europa como la presentada en un informe por Mark Leonard y Jeremy Shapiro (director y director de investigación de ECFR, respectivamente), conteniendo una importante batería de recomendaciones de actuación.

Todo lo anterior explica por sí solo la importancia de elegir bien a las personas que liderarán Europa durante los próximos cinco años y la preocupación existente por el rumbo actual de las negociaciones entre los líderes europeos. Hay consenso en que la Presidencia de la Comisión, del Consejo y la figura del alto representante para la Política Exterior deben ir a personalidades de primer nivel, capaces de imprimir a la UE la dirección que le falta, de forjar los consensos de los que hoy carecemos y de diseñar y acompañar las políticas que permitan a Europa seguir siendo relevante en el mundo.

Jugar ese gran juego de poder no es fácil. Europa no está preparada, ni psicológica ni material ni institucionalmente. No fue diseñada para mirar hacia fuera, al mundo, sino hacia dentro, para pacificarse a sí misma. Pero no hay otra opción que hacerlo y, por ilusorio que pueda parecer, sí hay opciones para hacerlo. Integrando sus capacidades, que son reales (el euro, su peso comercial, el atractivo de su mercado, el presupuesto europeo, su capacidad regulatoria) bajo estrategias compartidas y principios claros es posible que Europa siga siendo relevante. Para ello tiene que confrontar los populismos, verdaderos caballos de Troya de esos disolventes globales que nos amenazan, y comenzar a pensar estratégicamente. Como hace 500 años.

UN NUEVO ORDEN MUNDIAL MULTIPOLAR

En la crisis iraní, como en el veto del presidente de EEUU, Donald Trump, al uso de los sistemas 5G de la compañía china Huawei, los europeos han descubierto el significado de carecer de «soberanía estratégica», esto es, de la capacidad de resistirse a verse arrastrados a dinámicas de conflictos contrarios a sus principios e intereses y, a la vez, como en la retirada estadounidense del acuerdo sobre el clima de París, de poder impedir que acuerdos vitales para su seguridad e imprescindibles para su futuro se conviertan en papel mojado. Sea en lo relativo a la esfera digital y el control de internet, en las cuestiones comerciales o en el ámbito de la seguridad y la defensa, el orden multilateral que surgió en el año 1989 del fin de la Guerra Fría ha sido sustituido por un orden multipolar. / J. I. T.

Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2019/06/30/5d177a4cfc6c8328618b45c7.html 

La academia deberá reconocer al justicialismo como lo que es, una categoría del pensamiento político moderno, poseedor de una filosofía, una teoría política y un cuerpo doctrinario que debe y merece ser estudiado, como se hace ya en algunas universidades europeas y estadounidenses.

Peron: A lo largo de su trayectoria política, habló y escribió incansablemente

Por Claudia Peiró

En cada etapa, explicó todo: sus motivaciones, su método, sus objetivos.

¿Cómo se entiende que en las universidades argentinas no se lea a Perón? Para admirarlo o para criticarlo; para imitarlo o para denostarlo. Para entender. Pero no, no se lo lee, ni siquiera para conocerlo.

Entre las muchas críticas que el escritor y periodista Rodolfo Walsh les hizo a los jefes montoneros una iba dirigida a lo que consideraba una falencia de su pensamiento, «un déficit de historicidad». Cuestionaba que se privilegiara el estudio de «las lecciones de la historia en que la clase obrera toma el poder» y que se desdeñara «aquellas otras en que el poder es tomado por la aristocracia, por la burguesía». Y que se privilegiaran las lecciones y experiencias de otros países. «La toma del poder en la Argentina debería ser, sin embargo, nuestro principal tema de estudio».

Pues bien, Perón facilitó las cosas porque permanentemente explicó lo que hacía.

A modo de ejemplo, en el video que acompaña esta nota, puede verse cómo, desde Madrid, en el año 1971, Perón explicaba, frente a las cámaras de Fernando Solanas y Octavio Getino, cuál había sido su estrategia para llegar al poder en el período que va de 1943 a 1945, su programa de gobierno y cómo lo fue desarrollando en los años siguientes. El film documental que resultó de esa charla se llama «La Revolución Justicialista».

El extracto publicado aquí se limita al primer tramo: su participación en el movimiento militar del 43 que, vale recordar, vino a poner fin a una etapa de fraude cínicamente llamado «patriótico»; su apuesta a construir poder desde el entonces Consejo del Trabajo, sus diferencias posteriores con los otros miembros del gobierno -que se resistían a llamar a elecciones-, su arresto en la isla Martín García y el 17 de octubre.

Hace algunos años, le preguntaron a Joseph Page, un biógrafo nada tierno con el líder justicialista, si Hugo Chávez era un nuevo Perón. La respuesta fue un rotundo no. «Perón era un profesor, un hombre erudito». 

Hay que decir que esta no lectura de Perón no afecta sólo a los no peronistas.Sucede incluso al interior del movimiento, en el que muchos hacen patente con frecuencia su desconocimiento de las tradiciones y categorías de pensamiento justicialistas.

Carlos Funes, autor de Perón y la guerra sucia, un libro ineludible sobre el breve tercer gobierno del general, del que fue testigo, sostiene que uno de los motivos del desencuentro de los cuadros juveniles con Perón fue su escasa formación «justicialista». 

Y agrega: «El prejuicio academicista y la censura antiperonista habían privado a toda una generación de estudiantes universitarios, políticos y militares, de un acceso sistemático a la doctrina justicialista (…) Los exponentes de una y otra corriente [liberales y marxistas] coincidían en descalificar al justicialismo ‘como materia no digna de estudio'».

La doctrina de la Tercera posición, por ejemplo, fue con frecuencia menospreciada como un invento reformista por los mismos que décadas más tarde se extasiaron con la Tercera Vía de Tony Blair…

Sin embargo, Perón facilitó la tarea para cualquiera que quiera detenerse a estudiar su pensamiento y acción. Durante todo su primer Gobierno, daba cursos de formación de cuadros. La compilación de esas clases se publicó con el título Conducción Política, un manual imperdible para cualquiera que desee dedicarse incursionar en esa actividad.

Del Congreso de Filosofía que convocó en Mendoza en 1949 surgió La Comunidad organizada, síntesis de un pensamiento filosófico equidistante tanto del marxismo como del liberalismo.

Apenas empezó su exilio, aprovechó el tiempo para escribir varios libros sobre su gobierno, el golpe del 55 y su deseo de evitar un derramamiento de sangre. Del poder al exilio, La fuerza es el derecho de las bestias, etcétera. Hasta escribió sobre su relación con Evita, tanto en lo personal como en el rol político que ella desempeñó. Es decir, hasta explicó la militancia y la participación política de las mujeres.

Su larga y profusa correspondencia con sus delegados, en especial con John William Cooke, son una fuente inagotable de definiciones políticas y enseñanzas sobre la naturaleza de los hombres, las relaciones y los vínculos de poder. 

Finalmente, y abreviando, a su regreso, su plan de gobierno resumido en un documento titulado Modelo Argentino para el Proyecto Nacional es de una actualidad sorprendente, a 45 años de su redacción.

La vocación por enseñar, por transmitir su conocimiento de la política -aunque hay que decir que también creía que la política era un arte y que al que no nacía con ese don le sería muy difícil el oficio- fue una constante en Perón.

En un tramo de Conducción Política, se diferencia en esto de los anteriores caudillos que dominaban la política argentina y que preferían mantener distancia, tener el menor contacto posible con la gente. «Porque el caudillo no era un adoctrinador, ni un maestro, ni un conductor. Prefirió, pues, sustraerse del contacto con la masa. Y decía:: ‘No hay que meterse mucho. Se gasta uno…'», escribe Perón.

No hay que avivar giles… dicho en buen criollo. Es el pensamiento de muchos políticos incluso en la actualidad.

«La diferencia que existe entre el caudillo y el conductor es natural -.explicaba en cambio Perón-. El primero hace cosas circunstanciales y el segundo realiza cosas permanentes. El caudillo explota la desorganización y el conductor aprovecha la organización. El caudillo no educa, más bien pervierte; el conductor educa, enseña y forma.»

Perón nunca se cansó de hacerlo. De formar y de dar participación. Hoy se usa el horrible verbo empoderar, pero a eso alude el famoso «bastón de mariscal en la mochila» de cada peronista.

Las explicaciones permanentes que daba sobre lo que había hecho apuntaban a la emulación: quien se lo proponga puede actuar en política. Por eso el movimiento que creó tiene la impronta de la iniciativa, de la acción, de la realización. Mejor que decir es hacer. El justicialista que llega a una posición de poder, de responsabilidad, difícilmente no actúe o pase sin dejar huella. Podrá equivocarse, pero no será por no hacer nada.

Hay que decir que, pese a la escasa formación «justicialista» que señala Funes, en los 70 hubo una «peronización» de las clases medias. En la actualidad, no puede decirse lo mismo. La transversalidad predicada hace unos años, se tradujo en un entrismo de esos sectores con agenda y todo. 

También cabe señalar que, en el último tiempo, está resurgiendo, tímidamente, un interés por el estudio del peronismo en las universidades. Y así lo demuestran algunos libros recientes como la compilación de trabajos sobre Dirigentes de la segunda línea peronista, dirigida por Raanan Rein y Claudio Panella, o los estudios sobre la correspondencia de Perón con otros políticos argentinos publicados con el título El exilio de Perón. Los papeles del archivo Hoover, con la coordinación de José Carlos Chiaramonte y Herbert Klein.

Justamente Klein, que es estadounidense, decía en una entrevista con Infobae: «Estoy bastante sorprendido de que no haya un instituto peronista que guarde el archivo de la historia de Perón y del peronismo; sería fundamental. Porque tenemos pedacitos, es decir, una pequeña parte de la enorme correspondencia y actividad de Perón». 

Esto es consecuencia de lo anterior: de la subestimación que lleva a no leer, se pasa a no preservar.

A 45 años de la desaparición física de Juan Domingo Perón, tres veces presidente constitucional de los argentinos, ya va siendo hora de que su trayectoria pueda ser estudiada sin ser objeto de disputas.

Esperemos que la tendencia incipiente que se dibuja en algunos ámbitos universitarios se sostenga y de los claustros se extienda al terreno de la acción política.

Parafraseando a Funes, podemos decir que la censura antiperonista ya no existe, falta vencer por completo el prejuicio academicista.

Fuente articulo INFOBAE

¿Es el fascismo un fenómeno transferible a cualquier situación o geografía? ¿O fue un acontecimiento político filiado a una época y un ámbito precisos, eventualmente irrepetibles?

En la terminología política argentina y no solo argentina el término “fascismo” ha alcanzado el estatus de sustantivo descalificador, de carácter genérico. Lo que podría aceptarse, con reservas, si se lo atuviese al fenómeno histórico conocido con ese nombre, se convierte en un fenómeno que invita a la confusión si, como sucede habitualmente, se lo aplica a tontas y locas, a diestra y siniestra, sin tener en cuenta ni los movimientos que lo encarnaron con una diversidad de matices  en las décadas de los años 20, 30 y 40 del pasado siglo, ni la naturaleza proteica de los fenómenos políticos de masas que se han producido desde 1945 en adelante. Hay una intencionalidad escondida en este trasiego del término fascista, que no es otra que la de inducir al desconcierto, a la reacción pánica, a la repulsa instintiva respecto a muchas agitaciones colectivas contemporáneas que veces no saben decir su nombre, pero que se plantean como enemigas del estatus quo. Este es uno de los planos más importantes en los que se ejerce la guerra psicológica del sistema para plantear falsos problemas, desarmar, dividir o desconcertar a quienes lo sufren y se le oponen.

El Dr. Roberto Ferrero ha realizado sobre el tema un examen de inapelable eficacia crítica y bien dosificado humor, y nos ha autorizado a reproducirlo en esta página. Que lo disfruten.

Enrique Lacolla

¡TURNA  LA VACA  IN LA MELIA!

                  (Umberto Eco y el Fascismo)

                                                                   por Roberto A. Ferrero

                                                                     I

  Los campesinos  italianos del Piamonte, cuando algún suceso los fastidiaba por su recurrencia, solían exclamar indignados: “¡Turna  la va in la melia!”, que significa “¡Otra vez la vaca en el maizal!”. El dicho hacía mención a los vacunos del terrateniente  que sin contención ni cuidado invadían los pocos acres de sus sufridos vasallos agricultores y pisoteaban el cereal plantado.

Umberto Eco (1932-2016), el gran  semiólogo y novelista italiano, era también piamontés, por lo que sus opiniones sobre el Fascismo, obligándonos fastidiosamente  a volver sobre este remanido tema, lo hacen acreedor y destinatario de la frase de sus paisanos, que para su caso se podrá modificar así: “¡Turna i liberali  sul’fascismo!”. Eco es una eminencia en su disciplina profesional y aun en la narrativa, como lo atestiguan sus libros, como “Apocalípticos e Integrados” y la novela “En Nombre de la rosa”, pero eso no quiere decir que lo sea en las demás. En las Ciencias Sociales resulta obvio que no es más que un “opinador” aficionado.

Lo decimos porque la famosa conferencia dictada por Eco en Nueva York en 1995, ha vuelto a circular por las redes con toda clase de comentarios encomiásticos y “daños colaterales” para los lectores latinoamericanos, tras ser reeditada por Lumen el año pasado. Se titulaba “Los  14 síntomas del fascismo eterno” y es un texto totalmente al paladar de sus anfitriones yanquis.

Efectivamente. Eco desarrolla la teoría del “Fascismo eterno” o “Nebulosa fascista” o “Ur-fascismo” -una especie de  Pan-fascismo para todo tiempo y lugar- como una ideología y/o un movimiento compuesto por varios conceptos: el Tradicionalismo radical, el Rechazo a la Modernidad, el Culto a la acción por la acción misma, el Desacuerdo como traición, el Miedo a la Diferencia, el Sentimiento de frustración como origen del fascismo, la Carencia de una identidad como cuna del nacionalismo, la Incapacidad para realizar valoraciones objetivas, la Vida como guerra permanente, el Elitismo aristocratizante y militarista,  el Culto al heroísmo, la envidia penis como causa de las guerras, el Populismo cualitativo y la Neolengua.

Lo original y novedoso de la concepción  del autor de “Apocalípticos e integrados”, el “aporte” realizado a la Sociología política, es que no es necesario que se de en un fenómeno social la reunión de todas estas categorías para que quede configurado un régimen y una doctrina fascista:   basta con la sola presencia de una de ellas para que el fenómeno analizado sea considerado “fascista”. Lo dice expresamente su expositor: “…basta con que una de ellas esté presente para hacer coagular una nebulosa fascista”.

Tal el “pan fascismo”, teoría tan absurda como la del químico que sostuviera que no es necesario, para que exista agua, que se combinen dos moléculas de hidrógeno con una de oxígeno. Basta con que exista la molécula de oxígeno o la de hidrógeno. Sería la teoría del “pan-agüismo”. Pero el agua, se diga lo que se diga, es H2O. Si falta el hidrógeno, no habrá agua, sino gas oxígeno; si falta el oxígeno no habrá agua, sino gas hidrógeno. Así lo demostró Lavoisier y ningún químico lo refutó. Equivalente en extravagancia sería el “pan-broncismo”: el bronce es la aleación de cobre y estaño, al cual se le puede añadir zinc como componente no necesario, pero  los dos primeros no pueden faltar, a menos que intervenga Umberto Eco y dictamine que basta con el cobre o el estaño para que exista bronce. Pero no es así, según lo tiene asegurado la ciencia metalúrgica.

Todo objeto de la realidad es una totalidad compleja de varios elementos relacionados entre sí de manera tal que la ausencia de algunos de ellos -sobre todo los fundamentales que forman un núcleo duro irreductible- hace que ese existente, como dicen los filósofos modernos, deje de ser la entidad que era, para pasar a ser otra  distinta.

El Fascismo -del que Eco ignora ese núcleo duro, es decir su estructura social y política, sustento de las notas culturales y psicológicas que él les adjudica, se significa, más que por las características superestructurales enumeradas, por tres elementos básicos claves y definitorios: 1) La persecución al movimiento obrero y socialista y la destrucción de sus organizaciones sindicales, políticas, mutuales y culturales; 2) El apoyo de las clases medias desesperadas en vías de proletarización  y del gran capital; 3) En el orden internacional, una conducta expansiva y guerrerista sobre los pueblos y las colonias de sus adversarios imperialistas y aun sobre el territorio y las economías de esos mismos países centrales rivales o neutrales.

En un movimiento social-político no pueden faltar estos elementos de base sin que el fascismo deje de ser fascismo. Pueden sí estar ausentes algunas de las características culturales que ha observado el filósofo piamontés  y eso no afectará la existencia real de un fascismo determinado por su estructura esencial. Por ejemplo, en el modelo italiano que encabezó Mussolini de 1920 a 1945, estaba ausente la deleznable categoría del Antisemitismo: el Duce protegió a sus judíos, intercedió ante Hitler por Freud, los mantuvo en su ejército  -donde había varios generales judíos fascistas, entre ellos Balbo y Graziani-(1), hizo la vista gorda o amparó directamente a las autoridades que no aplicaban o aplicaban laxamente las Leyes antijudías de 1938, que el régimen aprobó de mala gana por la gran presión de la Alemania nazi. Y el pueblo fascista italiano protegía y escondía a los judíos a vista y paciencia de los encargados de practicar el antisemitismo. Visto desde un punto de vista cronológico, siendo el régimen mussoliniano anterior al de Hitler, podría decirse, a la inversa, que el Führer agregó el elemento antisemita que no estaba presente en el Fascismo más  clásico, que era el italiano.

En el fascismo rumano, el de la Guardia de Hierro de Corneliu Zelea Codreanu, estaban presentes el apoyo de la clase media, sobre todo campesina; el odio al comunismo y a los judíos; el deseo de rescatar para Rumania algunas regiones irredentas, y la violencia armada como instrumento sustitutivo de la democracia burguesa. Tenía, sin embargo, un componente interno místico, sacrificial y fraterno que lucía como algo distinto y mejor que el autoritarismo y el orden jerárquico preferidos en los fascismos italiano y germano.  Además, a diferencia de los modelos italiano y germano, era violentamente anti-estatal.

                                                          II

 Algunas categorías “fascistas” de Eco son totalmente erradas. Por ejemplo: la supuesta  Neo-lengua, basada “en léxico pobre y en una sintaxis elemental”. Quien haya leído un texto escolar fascista sabe que esa afirmación es falsa. Son lecturas claras y sencillas, pero no torpes ni mal redactadas. En un país con un alto porcentaje de analfabetos, donde el idioma italiano se empezó a difundir recién desde 1870 compitiendo con los dialectos regionales, no se podía pretender que el contenido de los libros de enseñanza primaria y secundaria estuviesen redactados como para que los leyeran Edmundo De Amicis, Benedetto Croce,  Enrico Ferri o Ernesto Laclau. Se cumplía en ellos la máxima enseñada por Mussolini, que cabía a los maestros y escritores: “Compite sempre il vostro dovere, nelle piccole como nelle grandi ocasioni della vita, con la massima decisione, con assoluta semplicitá”. ¿Y no había dicho un liberal como José Ortega y Gasset que “la claridad es la cortesía que el filósofo debe al lector”?

Por lo demás, el fascismo italiano contó con grandes intelectuales que no escribían en un torpe dialecto, sino en el más excelente lenguaje del Dante. Tales por ejemplo, el filósofo neohegeliano Giovanni Gentile, el famoso dramaturgo Luigi Pirandello, poetas célebres como Gabriele D’Annunzio y Filippo Marinetti con los futuristas, el crítico literario Luigi Federzoni, Ardengo Soffici, a quien se ha llamado “uno de los más puros escritores toscanos” y centenares de universitarios y académicos, lo que permitió a Mussolini asegurar en 1925 que se había acabado “la estúpida leyenda de que la inteligencia y el fascismo son incompatibles”… como cree Eco. El mismo Mussolini, antiguo periodista y gran orador, recibió en 1937 el título de Doctor Honoris Causa por la libre y liberal Universidad  suiza de Lausana. Si la mitad de la inteligentzia italiana era antifascista, la otra mitad adhirió al fascismo.

Tampoco  llevó el régimen mussoliniano su intolerancia al extremo de considerar  “el disenso como una traición” de un modo genérico y respecto a todos los intelectuales disidentes. El concepto se aplicó a los comunistas y, finalmente, a los judíos, por considerarlos ajenos a la comunidad nacional, pero otros intelectuales enemigos pudieron pensar, escribir y publicar. Tales los casos de Benedetto Croce, Piero Martinetti, Gaetano de Sanctis, Luigi Salvatorelli, Concetto Marchesi, Alberto Moravia y tantos otros.

En cuanto al Nazismo alemán, un erudito estudioso de la literatura de la época de Hitler como Lionel Richard, impugna por supuesto y con razón los contenidos místicos y reaccionarios de la prosa germana nacional-socialista, pero en ninguna de sus páginas se atreve a afirmar que aquellos literatos y filósofos -Ernst Jünger, Martin Heidegger, Gottfried Benn, Robert Scholz, Hans Friedrich Blunk, Hans Carossa y otros muchos- no tuvieran dominio de su lengua materna.

Y aunque fuera como Eco dice, es aquel un rasgo que está lejos de ser exclusivo y especial del fascismo. Basta con leer la prensa escrita o escuchar a la caterva de analistas, comentaristas, periodistas y académicos-estrella de la televisión para apreciar la presencia  -agravada- de semejantes carencias, si se nos permite esta figura contradictoria. El Neo-liberalismo no precisa que sus lacayos de los medios sepan expresarse correctamente, sino que repitan sin cesar sus falsedades para moldear de esta forma la conciencia popular. A menos que, siguiendo a Eco, por utilizar la “neo-lengua”  el neo-liberalismo sea también Fascismo, en cuyo caso no se sabe ya quién es quién…

Es igualmente inaceptable la idea de Umberto Eco de que la adhesión del Fascismo a la tecnología y el desarrollo industrial era sólo una máscara que escondía una ideología basada en la sangre y la tierra y el rechazo a la Modernidad. Eco ignoraba -o simulaba ignorar- que ambos tópicos no son incompatibles y pueden convivir en un mismo movimiento social y político. Esto es así porque el fascismo, a través de sus intelectuales, no rechazaba in toto la Modernidad, sino sólo los aspectos repulsivos que se habían creado y afirmado con el régimen capitalista competitivo, corrupto e inmisericorde. Recordemos que Marx fue quien escribió que “el capitalismo llegó al mundo chorreando sangre y lodo por todos sus poros, de la cabeza a los pies”. Pero la oposición a los desarrollos de la “civilización material” jamás se contó entre los elementos de la panoplia del fascismo, al extremo que muchos intelectuales  idealizaron y exaltaron sus realizaciones, como en el caso típico Marinetti. Esas realizaciones -científicas, técnicas e industriales-, harto conocidas para enumerarlas aquí, pusieron a Italia y sobre todo a Alemania a la cabeza de los países más modernos e industrializados de Europa y el mundo. De manera que la “adoración” que según Eco sentían nazis y fascistas por la tecnología no era un simple camuflage, sino una toma de posición decidida en favor del desarrollo económico-industrial de Italia y Alemania, impensable sin un crecimiento paralelo de la ciencia y la técnica, al lado del cual podían germinar -la realidad es dialéctica- las peores flores del irracionalismo filosófico, en la línea de Nietsche, Spengler y compañía. “Cientos de millones de personas -explicaba Trotsky- utilizan la corriente eléctrica sin dejar de creer en la fuerza mágica de gestos y conjuros”. El sociólogo húngaro-alemán Karl Manheim, que como demócrata se había exiliado en Londres, no podía sin embargo dejar de admirar los resultados materiales del Estado nazi en estos rubros.

Finalmente, para no seguir perdiendo más tiempo, una perlita risible del  “umbertoequismo”: la risible idea de que las guerras sostenidas por los fascistas (“juegos de la guerra”, les  llama livianamente) se deben a ¡la invidia penis!. Un mal uso de los conceptos psicoanalíticos lo desembarca en  esta más que ridícula característica, que llevaría a Freud no a conmoverse en su tumba como pudiera creerse, sino a resucitar de risa. Es conocida en el ambiente de los psicoanalistas aquella anécdota-verdadera- en la que Sigmund Freud, ante el desborde pansexualista de algunos discípulos, que veían penes en cualquier sueño de verduras, cigarrillos o frutas más o menos cilíndricas, les recordó con sorna que “a veces un toscano es solo un toscano”… Con lo dicho, suficiente.

                                                     III

Preguntémonos ahora : ¿Cuál es la función social de teorías como las de Eco? No hace falta ser muy perspicaz para advertir el rol reaccionario que cumplen en relación a los movimientos nacionales de los países periféricos que se esfuerzan por librarse de la opresión imperialista y escoger su propio camino. Siendo tantos los elementos que pueden establecer -aun en soledad- el carácter fascista de un régimen, los analistas y filósofos políticos de los centros imperiales, buscaron y buscarán con lupa ese elemento ideológico o de acción para descalificar al movimiento de liberación que brega contra los opresores en cada rincón de la Periferia. Así, por ejemplo, no obstante ser un movimiento laico de nacionalistas y socialistas, claramente antiimperialista, partidario de rescatar la riqueza minera de manos extranjeras y acabar con el gamonalismo realizando la reforma agraria en Bolivia, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de Paz Estenssoro, que en  términos europeos podría legítimamente considerarse “de izquierda”, fue calificado de “fascista” porque se descubrió que un número reducido de oficiales de sus adherentes militares tenían ideas antisemitas y hasta lucían una esvástica en el ojal… Interesadamente, los gansos del capitolio imperialista anglo-sajón dejaban de lado la decisiva circunstancia de que ese prejuicio innoble no era hegemónico, sino una mera adherencia circunstancial y que no había prácticamente judíos en el altiplano a quienes aplicarlo. Además, desechaban considerar que en todo movimiento de masas, junto al oro popular se acumula también la basura de oportunistas, intolerantes, sádicos y reaccionarios, por suerte siempre una ínfima minoría

Del mismo modo, el peronismo argentino debió sufrir el estigma de ser un “fascismo” criollo  -“de las clases bajas”, aclaró absurdamente Gino Germani- por el hecho de implantar la centralización política y estatal necesaria para enfrentar a las grandes fuerzas de la reacción mundial y nacional. Sin esa centralización, practicando un formal democratismo parlamentario, el país hubiera quedado inerme ante aquellas fuerzas, con personeros en las Asociaciones patronales, en el Congreso, en la prensa y en la Universidad, gravitando ideológicamente sobre la conciencia de las veleidosas clases medias argentinas y controlando el grueso de nuestra economía. Esta verdad accesible a cualquier analista honesto, fue en cambio caratulada como el aspecto “despótico” o “autoritario” del peronismo y, por tanto, legítimamente atacable como “fascismo” y aun como “nazismo”. Esta última variante categorial le era aplicable, sobre todo, por la contratación por parte del gobierno del General Perón de eminentes científicos y expertos alemanes, que habían servido a su país como correspondía, más allá del régimen hitleriano, y sin considerar que los norteamericanos habían llevado a su país una cantidad de  eminencias de las ciencias duras cien veces mayor, empezando por Werner von Braun, inventor de la terrible bomba V-2. Sin embargo, nadie diría que por esta circunstancia Estados Unidos se había convertido en una nación “nazi”. *Con su fino empleo de la sátira, decía Jorge Abelardo Ramos: “¡Qué mala suerte tiene la Argentina! Los científicos que se llevaron los soviéticos eran todos buenos comunistas, los que recalaron en Estados Unidos fueron todos democráticos, pero lo que vinieron a nuestro país eran todos nazis…”*

El profesor italiano P. Vita-Finzi resumía así ambos casos de “fascismo”: El Fascismo “dominó en amplias zonas de Europa durante considerables períodos, y también, gracias al General Perón y al Dr. Paz Estenssoro, en algunos países de América Latina”. ¡Que burro!

Consideremos un tercer caso de aplicación “muy adaptable” -como dice el mismo Eco- de la original doctrina del “pan-fascismo”: Cuba. Si el fascismo presupone la existencia de un régimen capitalista de propiedad privada, la patria de Fidel y del Che, que la había abolido y sustituido por la propiedad estatal (mal llamada socialista), claramente no podía ser considerada “fascista”. Sin embargo, un rasgo de “el temor a la diferencia” -la persecución indebida a los homosexuales- y el ajusticiamiento de torturadores, delatores y traidores al servicio del dictador Fulgencio Batista, presentados como un ejemplo de “despotismo” cuando no era más que autodefensa, dieron pie a que lenguaraces periodistas estadounidenses y determinados “cientistas sociales” calificaran al de la isla caribeña como un “fascismo de izquierda” (¡) .

He aquí, dicho sea de paso, un perfecto oxímoron: un sistema de izquierda nunca puede ser “fascista”, porque el nazi-fascismo es prototípicamente de derecha. Los ignorantes o malintencionados hacen funcionar aquí el término “fascista” como un adjetivo agregado al concepto sustantivo que precisa una determinada realidad. Pero el “fascismo” no es un adjetivo calificativo para todo uso, sino un régimen social y político histórica y espacialmente establecido en la Europa de entreguerras con los países metropolitanos que la integraban. No hubo ni hay fascismos en el Tercer Mundo. Los así llamados por  “cientistas sociales”, sociólogos y expertos políticos a la bartola no son sino los Movimientos Nacionales y Populares de liberación, históricamente progresivos, diferenciados de los nacionalismos de los países opresores como el día de la noche.

Toda la inconsistencia y la unilateralidad del pensamiento metropolitano respecto al fascismo se expresan en opiniones como las que sostenía en 1967 el Dr. S.J. Woolf, de la Universidad de Reading (Gran Bretaña). Este académico inglés, en efecto, sostenía que tanto Perón como Getulio Vargas en Brasil habían fracasado en crear en sus respectivos países una economía cerrada, que para él era una “economía fascista”. Y consideraba que la causa de tal fracaso era la ausencia de “una base industrial relativamente amplia”, de una “poderosa industria pesada” y de “un grado relativamente avanzado de demanda interna”. Dejando de lado la afirmación del todo gratuita de que ambos líderes populares habían querido crear una “economía fascista”, el esquema de Woolf dejaba sin explicación el notable hecho de que los tres prerrequisitos para una economía  de ese tipo existían todos en la Inglaterra de pre-guerra, sin que ellos hubieran hecho de Gran Bretaña una economía “cerrada”, “fascista”, sino todo lo contrario: un sistema económico liberal de libre comercio. En cuanto al General Perón y el Dr. Getulio Vargas ellos jamás pensaron en una economía cerrada, autárquica -por lo demás imposible de hecho en la época de la expansión imperialista y el comercio mundial interrelacionado- sino en una nación con una economía autónoma y autocentrada -que es otra cosa- , con justicia social, soberanía política y vocación de unidad latinoamericana.

Y si por su violencia homicida antipopular  gobiernos como los de Videla, Pinochet, Strossner, la dinastía de los Somoza en Nicaragua y los Duvalier en Haití o los generales brasileros uno puede tentarse a llamarlos “fascistas”, debemos rechazar esa denominación por inadecuada e insuficiente, ya que sólo toma en cuenta uno de los rasgos que comparte con el fascismo: la violenta persecución a los enemigos políticos. La diferencia más importante es que los verdaderos fascismos (los europeos) trataban, aunque por métodos repudiables, de constituir a sus países en naciones poderosas e independientes, mientras que las dictaduras latinoamericanas -con iguales o peores métodos- se esforzaron siempre por entregar sus patrias al opresor extranjero, antes Inglaterra, después Estados Unidos. Dictaduras reaccionarias y entreguistas bajo cualquier disfraz doctrinario: liberal o conservador, diferentes del Fascismo y opuestas a los movimientos de liberación del mundo colonial y semicolonial. Videla era diferente a Mussolini  o Hitler por sus respectivas intenciones y decisiones políticas, y opuesto al General Perón por el destino que pensaban para la nación. Puede asegurarse incluso que las Dictaduras entreguistas de Sudamérica y el Caribe han sido peores que el fascismo, porque éste era expansionista y nuestras dictaduras militares entreguistas, porque los regímenes de Hitler y Mussolini absorbieron la desocupación y elevaron el nivel de vida del pueblo (en Alemania la desocupación pasó de 3.745.000 desocupados a 164.000 en 1938), mientras que las dictaduras lanzaron a las masas a la desocupación y el hambre, y porque, finalmente, el fascismo impulsó el desarrollo científico, tecnológico e industrial de sus países, en tanto que los Videlas, Strossner y Pinochet persiguieron a sus científicos, exiliaron a sus técnicos y destruyeron la industria en cuanto les fue posible.

                                                   IV

Para terminar, digamos que Eco, con su teoría del “Fascismo eterno” o Pan-fascismo, en realidad no inventó nada, porque fue precedido por la “Teoría del pan-guanaquismo”, que desarrollaron inteligentemente los indios Onas de Tierra del Fuego a fines del Siglo XIX. En efecto: por estos años, alarmados por la cantidad de caballos y ovejas que esta parcialidad fueguina capturaba para comerlos, los flamantes estancieros chilenos y británicos que se apoderaban de sus tierras, convinieron con los Onas que no serían perseguidos si se limitaban a alimentarse con carne de guanacos, abundantes todavía en la zona. Pero como no cumplían con lo convenido y seguían apoderándose de los animales prohibidos, al ser interpelados por los estancieros perjudicados, ellos respondieron con esta asombrosa doctrina: “Todo es guanaco: una oveja es guanaco chico; un caballo es guanaco grande”.

 De donde se concluye que si el pensamiento europeo inventó el “pan-fascismo” para jodernos (perdonen la neolengua) , nuestros paisanos los Onas crearon el “pan-guanaquismo” para defendernos de nuestros explotadores y opresores. Hoy se podría actualizar así: “Yanquis imperialismo grande; ingleses y franceses imperialismo mediano; italianos, alemanes y españoles imperialismo chico. Todos imperialistas”.

                                                                    29 de Junio de 2019

1) Renzo de Felice, «Gli ebrei sotto il fascismo», citado por Adolfo Kuztnisky en su libro «Italia y el Antisemitismo», pág. 112.

Al decir del cineasta Sergei Einsenstein Rusia se asemeja a una esfinge inmensurable con dos caras separadas una sobre el Báltico y otra sobre el Pacífico. Y unidas por un eje que en cada extremo tienen núcleos demográficos significativos desde San Petersburgo hasta Vladivostok. A su vez con un núcleo central y también pivote comunicacional en Moscú en la Rusia europea. Con sus 12 millones de habitantes apenas separados de la costa occidental báltica por cuatro horas de tren bala a San Petersburgo. Y de Siberia y la costa oriental por siete días de tren, con varios cambios de huso horario a lo largo de su extensísimo recorrido.

Este introito solamente alcanzaría para dar una pálida idea de su potencialidad territorial pero falta agregarle sus otras proyecciones geográficas al norte y al sur. Para la primera el círculo polar Ártico que la corona y también bloquea reduciendo sensiblemente su acceso marítimo al mundo exterior durante gran parte del año. Y hacia el otro extremo se extiende hacia los mares Negro y Caspio ambos mares clausurados y compartidos con otras potencias linderas. Quedando solo abierta hacia el centro la Europa Central, por donde secularmente siempre le llegaron las invasiones extranjeras. Desde Napoleón hasta Hitler.

A fin de reforzar estas apreciaciones se toman algunas estadísticas. Según la analista Julia Grinfeldt (1) Rusia es un país “fenómeno mundial” y de paso obligatorio, limitando con catorce países de Europa hasta Asia. También reteniendo un 70 por ciento de zonas desérticas y a pesar de un decaimiento demográfico derivado del fin del periodo soviético retiene un total de trece ciudades millonarias (de más de un millón de habitantes) Posee importantes reservas minerales y gasíferas así como forestales y acuíferas. También su acuífero del insondable Lago BAIKAL representa casi el 19 por ciento a escala planetaria. Y en orden a su nivel científico Rusia representa un cuarto de los resultados científicos también a escala mundial.

Compartiendo ideas con un universitario ruso, a tres décadas del fin de la Guerra Fría, coincidimos en reconocer que de aquellos tiempos a todos nos quedó una afirmación que suena vetusta al presente, pero tal vez no tanto. De este lado del mundo se hablaba del peligro que viene del ESTE y en Rusia se decía que era del OESTE. Larga cobertura mediática ha tenido esta historia sobre el espionaje internacional luego volcado al cine y la literatura de ficción.

Creo que en esta parte del mundo en que residimos la cuestión esta algo olvidada, pero no es igual en la Rusia presente. La hecatombe de la Segunda Guerra mundial del siglo XX (IIGM) en la que sufrió la pérdida de alrededor de 24 cuatro millones de vidas surge al primer plano el tema a poco que se lo mencione. Para Rusia la IIGM se llama la Gran Guerra Patria, siendo la invasión napoleónica del siglo XIX la Primera Guerra Patria. Y no hay la menor concesión en estas calificaciones al estudiarlo.
Me resulta apta la valoración rusa del gran conflicto mundial librado entre 1941 y 1945 en su territorio para abordar sintéticamente su percepción de la seguridad internacional actual. Es evidente que desde el fin de etapa soviética hasta el advenimiento de la era PUTIN ha habido un avance gradual de las potencias occidentales atlantistas, a través de su alianza militar la OTAN, en el arco central comprendido entre Kalinin en la costa Báltica hasta Ucrania y Crimea en el sur.

Produciendo la consiguiente sensibilización geopolítica en Moscu que percibe la situación como un avance hacia su propia seguridad. 
El profesor I. MARTINOV ( 2 ) refiriéndose expresamente a las responsabilidades de la actual Federación Rusa en su carácter de potencia mundial, como uno de los garantes de la seguridad planetaria no duda en cuestionar el proceso iniciado en 1989 con la llamada “perestroika” que ocasiono el pase de un mundo bipolar (URRSS – EEUU) a un mundo transicional de duración incierta. Atribuyendo a EEUU el haber aprovechado la oportunidad quebrantando la “previsibilidad del sistema mundo”. Arremetiendo a su vez contra la idea del Estado-Nación en favor de una Globalización tutelada por el sistema neoliberal.

Estas conclusiones no le impiden al opinante avanzar también en críticas al sistema vigente durante la etapa final del periodo soviético como necesitado de una renovación institucional y política. Pero cuestiona a la dirigencia de entonces, principalmente a la gestión Gorbachov, por no haber sido capaz de asumirla y de ser responsable de haber llevado a Rusia al riesgo de una fragmentación estatal.

El profesor D. IVANOWSKY (3) opinando sobre las etapas suscitadas después del periodo soviético en el espacio geográfico de Rusia concluye en coincidencia que la preservación de la unidad estatal de Rusia tuvo enfrentamientos de distinta intensidad. Citando a los de Georgia, Chechenia y más recientemente a Ucrania. Entendiendo a este último como el más complicado por su carácter antirruso derivado de las diferencias lingüísticas y religiosas. Pero que si bien no puede dárselo por superado, en líneas generales la homogeneidad política de Rusia ha prevalecido. Sin dejar de ser enfático en afirmar que Moscú no dudara en ningún caso en hacer empleo de todos sus medios disponibles en caso de que la unidad estatal se viera comprometida. En clara alusión a un empeoramiento de la crisis latente en Crimea. 
En cuanto al enfoque acerca de que el mundo transicional actual derivara hacia situaciones de tensión y crisis con los EEUU o la OTAN el primer analista, MARTINOV, arriesgo una comparación de medios al estilo de los que proliferaban en épocas de la guerra fría. Diciendo que en la actualidad tanto Rusia y especialmente China, ambos integrantes del bloque euroasiático, retienen superioridad en tecnologías aplicadas a la defensa. Y EEUU las supera en el renglón bancario y financiero, como también en lo que denomino la cultura “McDonald Jean” y en guerra informática y mediática con gran llegada a las masas. Incidiendo fuertemente en la formación mundial de una opinión favorable a sus intereses.

Y que si bien existe una paridad militar propiamente dicha entre ambos bloques ,el Euroasiático y el Atlantista, el primero retiene un avance de por lo menos tres años en relación a las decisivas armas defensivas misilisticas e hipersónicas. Lo cual le otorga una importante garantía de seguridad y capacidad disuasoria.

No es difícil concluir entonces que frente a este escenario geopolítico de tensiones y maniobras estratégicas resulte comprensible el aval que recibe la gestión PUTIN por su política exterior de parte del pueblo ruso. Aval que no hubiera sido entendible en el periodo post soviético inmediato signado por marchas y contramarchas, así como por notorios casos de corrupción y retrasos tecnológicos en el área de defensa, todo ello en un ambiente de escasez e incertidumbre pública.
Agregándose al presente un apoyo explícito de la Iglesia Ortodoxa, sin el cual la sustentación de cualquier administración política en Rusia se vuelve frágil. Con un dejo de simpatía al respecto el profesor IVANOWSKY refirió que: hay en el pueblo ruso un respeto a la autoridad formal o religiosa que es ínsito a su manera de ser. “En tiempos de la URSS que proclamaba el ateísmo y se enfrentaba a toda religión, igualmente el pueblo concurría al culto abierta o clandestinamente. En estos tiempos, según estadísticas oficiales, se construyen mensualmente nuevas iglesias a un ritmo de casi una por ciudad en todo el país. El periodo soviético ha pasado, pero el pueblo sigue siendo el mismo.”

El hecho es perceptible hasta para el observador menos avisado y merece un tratamiento enfocado en la visión que el pueblo ruso tiene de sí mismo y de su futuro. (CONTINUARA)


(1) (2) (3) Los profesores GRYNFELDT, MARTINOV e IVANOWSKY fueron los Profesores disertantes del Curso brindado por el Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Rusia, mayo 2019.

Dr. Carlos Alberto Moreno Juárez 
Profesor Honoris Causa del Instituto Superior de Historia Arturo Jauretche
Colaborador del Equipo DOSSIER GEOPOLITICO

Publicado en Diario Crónica

El Equipo de Dossier Geopolitico en Rusia de derecha a izquierda: Dr. Carlos Moreno Juarez; Lic. Carlos «Chino» Fernandez y Lic. Carlos Pereyra Mele

Últimamente en los medios se habla mucho sobre la potencial de las tecnologías de la impresión 3D: Desde imprimir prótesis y casas hasta imprimir drones y órganos para trasplantes, las posibilidades de estas tecnologías parecen cada vez más grandes. Y si bien muchos de estos desarrollos están todavía en etapas experimentales y muy incipientes, nadie duda de que algún día en las próximas décadas la impresión 3D tendrá impactos enormes en economía, geopolítica, cultura y otros ámbitos. A estas alturas, puede parecer muy poco lógico preguntar ¿Por qué necesitamos impresoras 3D?

Sin embargo, ¿por qué las necesitamos? ¿Por qué no podemos simplemente pedirle a la madera que se ensamble en una mesa o a los ladrillos que se arreglen en un edificio? ¿Por qué siempre necesitamos fábricas, herramientas, máquinas o impresoras 3D para transformar la materia prima en productos que queremos tener? ¿Por qué la materia prima no se transforma sola?

Esta pregunta puede parecer loca o imposible, pero si pensamos en cómo funciona la naturaleza, vemos que esto no es algo raro sino algo totalmente natural y común: Después del momento de concepción de un ser vivo, las células embriogénicas se conectan y se ensamblan por sí mismas. La materia prima universal, las células madre, se diferencian y se interconectan automáticamente, formando órganos, tejidos y otros elementos del cuerpo; cada célula sabe exactamente a dónde ir, qué hacer y cómo interconectarse sin tener ninguna impresora 3D que la posicione en una configuración necesaria. ¿Por qué nuestra tecnología no puede funcionar así? ¿Por qué no podemos decirle a una bolsa de insumos que se ensamblen en una mesa?

No podemos hacerlo porque nuestra tecnología todavía es muy primitiva, aun las impresoras 3D más avanzadas mueven la materia prima en pedazos de trillones átomos, con respeto a los bloques de la naturaleza, nuestra tecnología es muy al por mayor. A diferencia de los materiales de construcción biológicos, las células, nuestros materiales son muertos o estúpidos, el ladrillo no sabe dónde está o qué está pasando a su alrededor, la madera es un árbol que en algún momento perdió su vida para ser un insumo para nuestra industria. Y si miramos nuestros productos con un microscopio electrónico, veremos que adentro no pasa nada, solo trillones de moléculas muertas vibrando en silencio.

La impresión 3D es una de las tendencias tecnológicas con mayor proyección de impacto económico-productivo. Su capacidad para permitirnos traducir nuestras ideas y diseños en objetos concretos independientemente de su complejidad entrevé grandes cambios a futuro en prácticamente todos los ámbitos sociales, culturales y de trabajo.

La impresión 3D es un grupo de tecnologías de fabricación por adición donde un objeto tridimensional es creado mediante la superposición de capas sucesivas de material. Las impresoras 3D son por lo general más rápidas, más baratas y más fáciles de usar que otras tecnologías de fabricación por adición, aunque como cualquier proceso industrial, estarán sometidas a un compromiso entre su precio de adquisición y la tolerancia en las medidas de los objetos producidos. Las impresoras 3D ofrecen a los desarrolladores del producto la capacidad para imprimir partes y montajes hechos de diferentes materiales con diferentes propiedades físicas y mecánicas, a menudo con un simple proceso de ensamble. Las tecnologías avanzadas de impresión 3D pueden incluso ofrecer modelos que pueden servir como prototipos de producto.

Desde 2003 ha habido un gran crecimiento en la venta de impresoras 3D. De manera inversa, el coste de las mismas se ha reducido. Esta tecnología también encuentra uso en campos tales como joyería, calzado, diseño industrial, arquitectura, ingeniería y construcción, automoción y sector aeroespacial, industrias médicas, educación, sistemas de información geográfica, ingeniería civil y muchos otros.

Hace ya unos años que la tecnología impresión 3D se ha incorporado como una forma más de fabricar objetos, desde pequeñas piezas hasta grandes construcciones. Junto con los avances en la maquinaria, los insumos y los software necesarios para imprimir en 3D hay un notable crecimiento de los puestos de trabajos efectivos vinculados con esta tecnología.

No hay un título específico que habilite para manejar todo el proceso. Son muchas las carreras y los conocimientos asociados que le permitirían a una persona dedicarse a alguno de los muchos eslabones de la cadena que abarca la impresión 3D. Más allá de que se estudie, para llegar efectivamente a trabajar en uno de ellos lo  imprescindible será la curiosidad, la experiencia acumulada, la capacidad de aprendizaje continuo y la habilidad para adaptarse a los rápidos cambios de la tecnología.

Por un lado, se requieren personas capacitadas que brinden el servicio de impresión 3D de las piezas que son diseñadas por otras personas o que se descargan de los sitios online. Además de un buen manejo de las máquinas y los materiales, este trabajo requiere conocimientos de diseños por computadora, ya que los modelos muchas veces deben ser adaptados y preparados para cada impresión en particular. 

Por otra lado, y esencialmente fundamental, debe haber gente que cree las impresiones 3D. Más allá del título universitario que tengan estas personas, su éxito dependerá de su capacidad para vislumbrar, crear, probar y mejorar cada pequeña parte que integra el conjunto de una máquina.

Otro eslabón está destinado a los ingenieros con experiencia en diseño y fabricación aditiva para aplicar la impresión 3D en distintas áreas de manufactura vinculadas con la industria automotriz, la construcción, la medicina y la aeronáutica, entre otras.

También es fundamental el trabajo de químicos y físicos capaces de desarrollar y mejorar los materiales aptos para imprimir en 3D. La expansión de esta tecnología está abriendo cada vez más campos  de aplicación, por lo que se hace necesario crear, probar y consolidar nuevos materiales de impresión.

Sin dudas la docencia es otro campo que también requiere personas capacitadas en la temática. Las nuevas generaciones de alumnos necesitan docente que sepan trasmitir sus conocimientos en cada una de las áreas vinculadas con la impresión 3D.

En lo que se refiere a esta tecnología en Latinoamérica, como al igual que en varias partes del mundo, esta tecnología al facilitar su uso y su bajo costo hace que vaya cambiando sus conceptos generalizados sobre ella, obteniendo como resultado el facilitamiento del desarrollo económico y social en América Latina, teniendo esta tecnología la posibilidad de transformar la manera en que las compañías hacen negocios y comercian. 

A nivel global, las noticias relacionadas con la impresión 3D se han multiplicado en este año. Desde puentes y viviendas de dos pisos en el noroeste de China hasta un implante de una caja torácica realizado en el hospital universitario de Salamanca España; así como la bioimpresión para obtener células humanas hasta  el uso de esta máquina en colecciones de moda.  Las impresoras 3D son capaces de fundir material modelable -plástico, resina, titanio, carne de res o polvo metálico, entre otros materiales- para depositarlo capa sobre capa en un soporte, hasta conseguir un objeto. Por primera vez en la historia se están distribuyendo modelos físicos por Internet. Ahora, en vez de enviar un jarrón de forma física desde Estados Unidos a Colombia, por ejemplo, escaneo el florero, lo mando por correo electrónico, el receptor se baja el archivo, lo imprime y tiene de inmediato el mismo jarrón. Comenta un experto Uruguayo en impresoras 3D.

El colombiano Carlos Camargo se considera casi un apóstol de la denominada revolución Maker (personas que diseñan y producen sus propios productos) y viaja todas las semanas por el país sudamericano para explicar las bondades de la tercera dimensión. «Vamos a pasar de ser consumidores a creadores de nuestros propios bienes de consumo. Va a ser una revolución social, nos da capacidad de crear», dice con entusiasmo durante una clase práctica de fin de semana donde los alumnos crean su propia impresora. El poder transformador que tiene esta tecnología, lo comprobaron ocho ciudadanos guatemaltecos que desde julio de este año disfrutan de una prótesis de gancho en su mano amputada, gracias a la impresión 3D.

En verdad son innumerables lo que se está logrando a partir de esta tecnología 3D, como lo dijimos presentemente desde pequeños objetos físicos, hasta piezas de autos, turbinas de avión, viviendas y herramientas cotidianas. En Chile se construyen casas mediante un proceso que combina robótica e impresión 3D, si bien algunos oficios se pueden ver reemplazados por esta tecnología, la misma creara muchos más que aún no se conocen. Esto es un gran desafío para nuestro país, si bien en Argentina también existe en Jujuy un joven de la Quiaca más precisamente que fabrico una impresora casera que hoy es vendida a todas partes del mundo bajo la denominación de una pequeña empresa llamada AXIUN.

La impresión 3D se ha democratizado en los últimos años. Constantemente vemos noticias resaltando nuevas maravillas de esta tecnología emergente. Pero más allá del lado bueno de ello, también se hace necesario analizar y regular su funcionamiento a nivel profesional, pues todas sus bondades podrían ser destruidas en un instante por quienes utilizan las nuevas tecnologías para delinquir.  El impacto de la Impresión en 3D va mucho más que en la manufactura. Impactará nuestra economía y nuestra sociedad como pocos han entendido. Por ello repetimos al no haber regulación podría permitir a los terroristas imprimir armas sin tener que llevarlas a través de las fronteras, disparará la piratería (como ocurre desde hace años con los productos digitales).

No hay que malentender esta apreciación, no creemos en nada, que la impresión en 3D sea mala. Al contrario, creo que nos depara un futuro mucho mejor, con mejores productos, con precios más bajos. Un futuro en el que el one-size-fits-all ya no exista y en donde todos los productos se puedan personalizar al estilo, necesidades y dimensiones de cada uno de los clientes. 

Un futuro con dispositivos más inteligentes, más ecológicos, menos polución y menos desperdicios. Un futuro con nuevos materiales y nuevas soluciones. Un futuro mucho mejor. Pero es importante entender que no todo será perfecto, hasta lograr unas reglas claras de índole ética en donde públicos como privados construyan los mecanismos necesarios para seguir avanzando en bienestar de la sociedad y nuestro entorno global.

DR. MARIO RAMON DUARTE

Juez Adm. Mun. Faltas (Corrientes-ARG)

Abogado

Especialista Der. Pub. Cont. (UCSF)

Miembro Dossier Geopolitico (Cordoba-ARG)

LA REVOLUCION DE LA IMPRESIÓN 3D. HOD LIPSON, MELBA KURMAN. Ed. ANAYA MULTIMEDIA. ESPAÑA (2014).-

3D PRINTING: Legal, Philosophical and Economic Dimensions. BIBI VAN DEN BERG, SIMONE VAN DER HOF, ELENI KOSTA. Ed. SPRINGER. HOLANDA (2015).-

THE 3D PRINTING HANDBOOK: Technologies, Design and Applications. BEN REDWOODFILEMON SCHOFFERBRIAN GARRETTONY FADELL. Ed. UNKNOWN PUBLISHER. EEUU (2018).-

IMPRESION 3D. SERGIO GOMEZ GONZALEZ. Ed. MARCOMBO. ESPAÑA (2016).-