Por Eduardo Vior

Si la UE confisca los depósitos rusos congelados utilizándolos para financiar a Ucrania, afectará la confiabilidad de los bancos y fondos de inversión de Europa y EE.UU.

Este miércoles 7 el Senado de EE.UU. rechazó un paquete de ayudas combinadas para Ucrania, Israel, Taiwán y el aumento de la seguridad en la frontera sur por valor de 119.000 millones de dólares. El liderazgo demócrata en la cámara alta anunció entonces que igual presentará un nuevo paquete de ayuda a los tres países desconsiderando la frontera. En medio de la polarizada campaña electoral es de esperar que este proyecto tenga aún menos suerte que el anterior.

Seguramente, este corte de flujos financieros para Ucrania va a aumentar la presión de Washington sobre la Unión Europea (UE), para que utilice los fondos estatales rusos congelados en Europa como garantía de préstamos para la reconstrucción de Ucrania, sentando un precedente devastador que provocaría una similar reacción de Moscú, afectaría gravemente la confianza del mundo financiero internacional en el sistema bancario occidental y provocaría una gigantesca fuga de capitales hacia la economía real. En suma, la medida no traería ninguna solución a la guerra en Ucrania y crearía una grave inestabilidad en los mercados financieros globales.

“La Unión Europea (UE) piensa actuar con prudencia ante las propuestas de incautar los activos congelados rusos”, explicó este martes a Financial Times el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Paolo Gentiloni. “Tenemos un enfoque muy gradual. Vamos paso a paso”, destacó el funcionario. “Por el momento hemos tomado una sola decisión”, agregó Gentiloni, haciendo referencia a la idea de separar los intereses derivados de los activos congelados. Con esta declaración el funcionario quiso echar un paño frío sobre la agitación que generó el apresuramiento de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en dar por hecha la incautación.

Según la Comisión Europea, hay más de 269.000 millones de euros (288.850 millones de dólares) de activos rusos inmovilizados en países del G7, la UE y Australia, de los cuales 200.000 millones están en la UE, la mayoría (191.000 millones) en Bélgica. Como el Congreso norteamericano previsiblemente no va a llegar a un acuerdo interpartidario sobre una nueva ayuda financiera a Kiev, ya en diciembre pasado Washington propuso a sus aliados europeos que entreguen al gobierno ucraniano las ganancias devengadas por el dinero ruso inmovilizado.

A propuesta de Bélgica la Unión Europea (UE) decidió el pasado 29 de enero aprovechar los intereses producidos por los activos del Banco Central ruso como garantía de futuros créditos para la reconstrucción de Ucrania que se contraerían con cargo a Rusia. Sin embargo, algunos países e instituciones de la UE se oponen a la decisión alegando que no hay base legal para embargar activos soberanos de otro país y que hacerlo podría hacer que los inversores se retiraran del euro.

A pesar de la presión de Washington, para que Bruselas le saque las papas del fuego, muchos especialistas europeos están muy escépticos. “Lo que sabemos es que utilizar los activos como garantía adolece de los mismos problemas jurídicos, económicos y financieros que una confiscación y la mayoría de los departamentos jurídicos del G7 así lo consideran”, declaró un funcionario europeo cercano al asunto. “Utilizar un activo como garantía significa poseer el activo, lo que en este caso implica confiscarlo”, dijo el funcionario, que pidió no ser nombrado. Según Reuters, otros cuatro funcionarios europeos cercanos al asunto coincidieron con esta opinión.

Tampoco está claro qué entidad emitiría los bonos y qué pensarían los inversores de un plan que parte del supuesto de que el deudor (Ucrania) no saldará la acreencia al vencimiento de los bonos. Los acreedores deberían buscar cobrar entonces al garante (Rusia), quien lógicamente se mostraría remiso, porque nunca consintió en otorgar la fianza.

Como informó recientemente Bloomberg, en noviembre pasado el gobierno de Joseph Biden apoyó ante el Senado una iniciativa legislativa que facilitaría la confiscación de los activos rusos congelados, que en EE.UU. no pasan de los cuatro o cinco mil millones de dólares. Al mismo tiempo, señala la agencia, la Casa Blanca tiene en cuenta que esta medida podría arruinar la reputación del sistema financiero estadounidense y provocar una fuga del dólar. La idea de confiscar activos rusos tiene partidarios tanto entre los republicanos como entre los demócratas, pero varios políticos y expertos temen que la medida aleje a algunos aliados con vocación de autonomía, como India, Brasil y Sudáfrica, y tense aún más las relaciones con China.

La idea de Estados Unidos de confiscar y entregar los activos a Kiev había cobrado fuerza ante el bloqueo por parte de Hungría de 50.000 millones de euros de ayuda de la UE a Ucrania. Sin embargo, el retiro del veto húngaro la semana pasada quitó algo de presión, según Gentiloni. El Comisario Europeo de Economía esperaba también que el Congreso en Washington acordara esta semana entregar otros U$S60.000 millones, pero el Senado norteamericano decepcionó el optimismo del italiano.

También el gobernador del Banco Central de Italia, Fabio Panetta, lanzó una advertencia sobre los planes de la Unión Europea para confiscar los beneficios de los activos rusos congelados en Europa afirmando que la “militarización” del euro reduce inevitablemente su atractivo y favorece la aparición de alternativas como el yuan chino. Para Panetta, el creciente uso del yuan en las transacciones comerciales entre China y Rusia es “instructivo en este sentido”, ya que, dijo, Beijing promueve el empleo de su moneda en países afectados por sanciones internacionales.

Por su parte, Rusia responderá de forma “pertinente y eficaz” al menor intento de confiscar sus activos en Occidente, informaron a Sputnik desde el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso. “Hemos dicho en más de una ocasión que las medidas de coerción, tomadas unilateralmente por países occidentales en relación con los bienes de Rusia en el extranjero, son ilegítimas. También hemos señalado reiteradas veces que la confiscación de estos bienes es ilegítima y viola los principios y normas fundamentales del Derecho Internacional, incluida la igualdad soberana de los Estados”, apuntaron desde la Cancillería rusa.

Semejantes acciones, añadieron, no pueden calificarse sino como “un flagrante atentado contra la propiedad soberana y un robo descarado y banal por parte de un grupo de Estados de los bienes de otro”, añadieron. “Los países del Occidente colectivo pueden tener la certeza de que, al menor intento suyo de confiscar inmuebles y otros activos de Rusia, habrá inevitablemente una respuesta adecuada y efectiva”, concluyeron en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.

Esto se produce después de que Dmitri Birichevski, director del Departamento de Cooperación Económica del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, declarara a Sputnik que Moscú respondería recíprocamente en caso de que Occidente confisque los activos rusos congelados. Según los cálculos de Sputnik, basados en las estadísticas nacionales rusas y los datos abiertos obtenidos por el Financial Times, Rusia posee actualmente activos extranjeros por valor de unos 288.000 millones de dólares, 1.000 millones más que los que Occidente amenaza con confiscar.

Haciéndose eco de las críticas al plan de confiscación, el Financial Times señaló este lunes que la Unión Europea no está considerando la incautación, sino sólo la introducción de un impuesto sobre las ganancias extraordinarias devengadas por los activos congelados del Banco Central de Rusia en Europa. Sin embargo, la propuesta avanza lentamente, porque varios estados clave, incluidos Alemania y Francia así como el Banco Central Europeo, están preocupados por el impacto que la medida pueda tener en la estabilidad de la eurozona y por la amenaza de Moscú de tomar represalias.

Por las dudas, Rusia refuerza la presión. Así lo afirmó a RIA Novosti Dmitri Birichevsky, director del Departamento de Cooperación Económica del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. “No hablaré de cantidades específicas, pero la cantidad de fondos que nuestras medidas especiales de respuesta económica pueden cubrir es significativa”, dijo en una entrevista con la agencia. Al mismo tiempo, el diplomático no descartó un intercambio mutuo de activos. “Parece que el esquema de intercambio mutuo propuesto por la parte rusa podría ser de interés para las contrapartes occidentales cuyos fondos están en nuestra jurisdicción en cuentas tipo C”, aclaró Birichevsky.

En el Derecho financiero existe un principio muy básico, es casi un pilar de la economía de mercado, capitalista o no: el principio de propiedad financiera. Este principio subraya la importancia del respeto por la propiedad privada y la protección de los derechos de propiedad para el funcionamiento eficiente de los mercados. Poner los activos rusos a responder por una deuda contraída por otros es lo mismo que robarlos. Se entiende en este contexto que, al apropiarse de los bienes de los países que impulsen esta acción delictual, Rusia sólo estaría ejerciendo una represalia.

Como señaló el chino Global Times, “en lugar de abordar cualquiera de los problemas del conflicto entre Rusia y Ucrania, la confiscación sólo sentará un precedente desastroso en el sistema financiero internacional. Sin mencionar que muchos países sacarían sus reservas de estos países ante el precedente tan nefasto que sentarían.”

Por ejemplo, algunos de los activos congelados de Rusia en Occidente son bonos del Estado norteamericano. Si Occidente confiscara estos activos en nombre del apoyo a Ucrania, dañaría la credibilidad de sus propias obligaciones.

Si el caso ruso llevara a los inversionistas internacionales a inferir que los riesgos geopolíticos también pueden dar lugar a impagos de deuda soberana de los países occidentales y que las interpretaciones y los cambios en las leyes y normativas respectivas escapan por completo a su control, las inversiones en bonos soberanos como la deuda del Tesoro estadounidense, que antes se consideraban refugios seguros, podrían perder la confianza de los prestamistas.

Además, las contramedidas de Rusia también podrían enviar ondas de choque a los mercados financieros mundiales. Un juego de acción-reacción de este tipo derrumbaría la cotización de los bonos de la deuda cotizados en dólares y euros y provocaría una fuga masiva de inversiones que, al no hallar en el Sur Global mercados de suficiente tamaño (China no puede absorber todo), se dirigirían al oro o a commodities, que entonces aumentarían desmedidamente su precio y provocarían una fuerte inflación mundial.

Según advierten la agencia estatal Xinhua y otros medios chinos «Una economía de mercado funcionante supone que todos los que participan en ella tengan los mismos derechos y deberes, que respeten la propiedad ajena, que ninguna parte se erija en juez del conjunto y que todos acuerden las reglas para sus intercambios. Si los países occidentales confiscan los depósitos rusos inmovilizados en su sistema bancario provocarán el estallido de una gigantesca crisis financiera y cambiaria mundial que inmediatamente repercutirá sobre la economía real, también en los Estados sancionantes. La ideología no es buena consejera de la racionalidad económica.»

Por Eduardo J. Vior
analista internacional
integrante de Dossier Geopolitico

FUENTE: AGENDAR

Estados Unidos está tan profundamente sumido en una batalla imposible de ganar desde el Levante hasta el Golfo Pérsico que sólo sus adversarios en China, Rusia e Irán pueden rescatarlo.

Por MK Bhadrakumar

La disuasión en defensa es una estrategia militar en la que una potencia utiliza la amenaza de represalias para impedir el ataque de un adversario, manteniendo al mismo tiempo la libertad de acción y la flexibilidad para responder a todo el espectro de desafíos. En este ámbito, la resistencia libanesa, Hezbollah, es un ejemplo sobresaliente.   

La claridad de propósito de Hezbollah al establecer y mantener estrictamente reglas básicas que disuaden la agresión militar israelí ha establecido un alto listón regional. Hoy, sus aliados de Asia occidental han adoptado estrategias similares, que se han multiplicado en el contexto de la guerra en Gaza. 

América, rodeada

Si bien el movimiento de resistencia yemení Ansarallah es comparable a Hezbollah en ciertos aspectos, es la audaz forma de disuasión defensiva practicada por la Resistencia Islámica de Irak la que tendrá grandes consecuencias en el corto plazo.

La semana pasada, citando fuentes del Departamento de Estado y del Pentágono, la revista Foreign Policy escribió que la Casa Blanca ya no está interesada en continuar la misión militar estadounidense en Siria. La Casa Blanca desmintió posteriormente esta información, pero el informe está ganando terreno.

El diario turco Hurriyet escribió el viernes que, si bien Ankara adopta una actitud cautelosa ante los informes de los medios, ve «un esfuerzo general» por parte de Washington para salir no sólo de Siria sino de toda la región de Asia occidental, ya que Siente que ha sido arrastrada en un atolladero por parte de Israel e Irán desde el Mar Rojo hasta Pakistán.

El representante presidencial especial de Rusia para el asentamiento sirio, Alexander Lavrentiev, también dijo a Tass el viernes que mucho depende de cualquier “amenaza de impacto físico” contra las fuerzas estadounidenses presentes en Siria. La rápida salida militar estadounidense de Afganistán se produjo prácticamente sin aviso previo, en coordinación con los talibanes. «Con toda probabilidad, lo mismo puede suceder en Irak y Siria», dijo Lavrentiev.

De hecho, la Resistencia Islámica de Irak ha intensificado sus ataques contra bases y objetivos militares estadounidenses. En un ataque con misiles balísticos contra la base aérea de Ain al-Asad en el oeste de Irak hace una semana, un número indeterminado de tropas estadounidenses resultóron heridas, y la Casa Blanca anunció sus primeras muertes de tropas el domingo cuando tres militares estadounidenses murieron en la frontera entre Siria y Jordania. en huelgas ese mismo día. 

Llamando a Beijing para pedir ayuda

Esta situación es políticamente insostenible para el presidente Joe Biden , en su intento de reelección el próximo noviembre , lo que explica la urgencia de la reunión del asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, el viernes y el sábado en Tailandia para discutir los ataques de Ansarallah en el Mar Rojo.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, explicó así la prisa de Washington por la mediación china: 

“China tiene influencia sobre Teherán; Tienen influencia en Irán. Y tienen la capacidad de mantener conversaciones con los líderes iraníes que nosotros no podemos. Lo que hemos dicho repetidamente es: Daríamos la bienvenida a un papel constructivo de China, utilizando la influencia y el acceso que sabemos que tiene…”

Éste es un giro dramático de los acontecimientos. Si bien Estados Unidos ha estado preocupado durante mucho tiempo por la creciente Influencia de China en Asia occidental, también necesita esa influencia ahora que los esfuerzos de Washington para reducir la violencia no están llegando a ninguna parte. La narrativa estadounidense al respecto será que la «conversación estratégica y reflexiva» entre Sullivan y Wang no sólo será «una forma importante de gestionar la competencia y las tensiones [entre Estados Unidos y China] de manera responsable», sino que también «fijará la dirección de la relación». «en conjunto. 

Mientras tanto, ha habido un frenético tráfico diplomático entre Teherán, Ankara y Moscú, cuando el presidente iraní, Ebrahim Raisi, viajó a Turkiye y se puso en marcha el moribundo formato de Astaná sobre Siria la semana pasada. En pocas palabras, los tres países anticipan que pronto surgirá una situación “postamericana” en Siria.

¿Una salida de Estados Unidos de Siria e Irak?

Por supuesto, las dimensiones de seguridad siempre son complicadas. El viernes, el presidente sirio Bashar al-Assad presidió una reunión en Damasco para que los comandantes del aparato de seguridad del ejército formularan un plan para lo que se avecina. Un comunicado dijo que la reunión elaboró ​​una hoja de ruta de seguridad integral que “se alinea con visiones estratégicas” para abordar los desafíos y riesgos internacionales, regionales y nacionales.

Sin duda, lo que da impulso a todo esto es el anuncio en Washington y Bagdad el jueves de que Estados Unidos e Irak han acordado iniciar conversaciones sobre el futuro de la presencia militar estadounidense en Irak con el objetivo de fijar un calendario para una retirada gradual. de las tropas.

El anuncio iraquí decía que Bagdad pretende “formular un calendario específico y claro que especifique la duración de la presencia de los asesores de la coalición internacional en Irak” e “iniciar la reducción gradual y deliberada de sus asesores en suelo iraquí”, lo que eventualmente Conduciría al fin de la misión de la coalición. Irak está comprometido a garantizar la “seguridad de los asesores de la coalición internacional durante el período de negociación en todas las partes del país” y “mantener la estabilidad y prevenir una escalada”.

Por parte estadounidense, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo en un comunicado que las discusiones se llevarán a cabo en el ámbito de una comisión militar superior establecida en agosto de 2023 para negociar la “transición a una asociación de seguridad bilateral duradera entre Irak”. y Estados Unidos”. «

Los comandantes del Pentágono estarían depositando sus esperanzas en negociaciones prolongadas. Estados Unidos está en condiciones de cantar a Irak, que está obligado, según el acuerdo unilateral dictado por Washington durante la ocupación de 2003, a mantener en los bancos estadounidenses todos los ingresos iraquíes por exportaciones de petróleo.

Pero en última instancia, las consideraciones políticas del presidente Biden en el año electoral serán el factor decisivo. Y eso dependerá de la calibración de los grupos de resistencia de Asia occidental y de su capacidad para «atacar» a Estados Unidos en múltiples frentes hasta que ceda. Es este factor «conocido desconocido» el que explica la reunión en formato de Astaná entre Rusia, Irán y Turkiye los días 24 y 25 de enero en Kazajstán. Los tres países se están preparando para la final en Siria. No es coincidencia que, en una llamada telefónica el viernes pasado, Biden le pidiera una vez más al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, «que redujera la operación militar israelí en Gaza, enfatizando que no estará en ella durante un año de guerra», informó Barak Ravid de Axios en un‘cucharón’ .  

Su declaración conjunta  después de la reunión del formato de Astaná en Kazajstán es un documento notable que se basa casi exclusivamente en el fin de la ocupación estadounidense de Siria. Indirectamente insta a Washington a que renuncie a su apoyo a los grupos terroristas y sus afiliados “que operan bajo diferentes nombres en diversas partes de Siria” como parte de los intentos de crear nuevas realidades sobre el terreno, incluidas iniciativas ilegítimas de autogobierno con el pretexto. de “combatir el terrorismo”. Exige el fin de la incautación y transferencia ilegal por parte de Estados Unidos de recursos petroleros “que deben pertenecer a Siria”, las sanciones unilaterales de Estados Unidos, etc.

Simultáneamente, en una reunión celebrada el miércoles en Moscú entre el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolay Patrushev, y Ali-Akbar Ahmadian, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, este último habría subrayado que la cooperación entre Irán y Rusia en la lucha contra el terrorismo «debe continuar, especialmente en Siria». Se espera que el presidente ruso, Vladimir Putin, sea el anfitrión de una cumbre trilateral con sus homólogos turcos e iraníes para consolidar un enfoque coordinado.

El Eje de la Resistencia: disuasión significa estabilidad

La paciencia de Irán se ha acabado con la presencia militar estadounidense en Siria e Irak tras el resurgimiento de ISIS con apoyo estadounidense. Curiosamente, Israel ya no respeta su mecanismo de “eliminación de conflicto” con Rusia en Siria. Es evidente que existe una estrecha cooperación entre Estados Unidos e Israel en Siria e Irak a nivel operativo y de inteligencia, lo que va en contra de los intereses rusos e iraníes. Huelga decir que aquí también hay que tener en cuenta el telón de fondo de la inminente mejora de la asociación estratégica entre Rusia e Irán.

Estos acontecimientos son un ejemplo clásico de disuasión defensiva. El Eje de Resistencia resulta ser el principal instrumento de paz para los problemas de seguridad que involucran a Estados Unidos e Irán. Es evidente que no existe ningún método ni ninguna esperanza razonable de convergencia en este proceso, pero, afortunadamente, la apariencia de caos en Asia occidental es engañosa.

Más allá de las distracciones de las discusiones partidistas y del ritual diplomático, se pueden detectar las líneas generales de una solución práctica al estancamiento sirio que aborde los intereses de seguridad inherentes de Estados Unidos e Irán que están incrustados dentro de un anillo exterior de concordia entre Estados Unidos y China sobre la situación en Siria. Asia occidental. 

Rusia puede parecer un caso atípico por el momento, pero hay algo en ello para todos, ya que la retirada de las tropas estadounidenses abre el camino hacia un acuerdo en Siria, que sigue siendo una máxima prioridad para Moscú y para Putin personalmente.

FUENTE the Cradle

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle y de Dossier Geopolitico

Por Luciano R Moreno Calderon

Pal´Sur entrevistó al reconocido científico ganador del premio Konex, Daniel E Arias, para hablar sobre un tema al que vuelve seguido: defensa. En esta ocasión pudimos hablar sobre la inminente adquisición de los aviones F-16 a Dinamarca que serán usados para engrosar o reactivar nuestra Fuerza Aérea.

El periodista nos informa sobre las características de este avión, el verdadero motivo de su adquisición, las opciones rusas y chinas, nuestros aviones Pampa III y las verdaderas necesidades de nuestro país en la tarea de proteger una de las fronteras mas extensas del mundo, con hipótesis de conflictos claras que no parecen ser tenidas en cuenta con esta adquisición.

“El F-16: un feroz avión que terminará transformándose en una “reina del hangar”.

Una adquisición geopolítica

 

Ante todo, esta es una adquisición geopolítica, que no debería tener ninguna consecuencia militar, pero la va a tener.

Digo que es una adquisición geopolítica, porque es un caza de los considerados top de la tercera generación y media, y porque los F-16 son s icónicos para Estados Unidos, un símbolo nacional. Si te compras un F-16 estás encuadrándote militarmente con la Casa Blanca y diciendo “SÍ SEÑOR”.

Como los aparatos no sirven para un comino, no tendría que tener consecuencias militares, pero sí las tiene al quitarle 690 millones de dólares a la Nación y al FONDEF (el fondo construido y promulgado por unanimidad para el reequipamiento de las Fuerzas Armadas).

Es decir, comprando chatarra se pierde la oportunidad de hacer las cosas mas serias en el terreno de la Fuerza Aérea, y ni hablar que con esta operación algunos personajes se quedan con una tajada.

Esto no es nuevo, y viene desde que se termino el proyecto del Pulqui II. Todas las adquisiciones de chatarra y excedentes de los Estados Unidos y la OTAN han sido bajo el pago de coimas, siempre. Y por eso casi siempre se compraron aviones malos, o buenos pero en mal estado, o malos y en mal estado.

Obsolescencia programada hacia la indefensión

 

Vamos diferenciar el avión por dos segmentos distintos.

Sería la tercera vez que tenemos un avión radarizado, porque los aviones Mirage III franceses y los Dagger israelíes que se usaron en Malvinas fueron radarizados.

El F-16 caza te va a venir con un radar de la actualización MLU, de hace 30 años. Es muy obsoleto, porque la radarización de caza cambió mucho desde entonces con la entrada en línea de los radares AESA, que son de antena fija, barrido multihaz rapidísimo, capaces de detectar contactos a centenares de kilómetros y de seguir y apuntar a muchos blancos a la vez, y por último, capaces de tres medidas “stealth” sorprendentes.

Una es la detección pasiva, sin emisión, pescando los rebotes generados por otros radares, con lo que el piloto oculta la posición exacta de su aeronave. La segunda son los saltos aleatorios de la frecuencia emitida, que también es una medida de ocultamiento. Y la última es un “game changer” impresionante: un radar AESA puede generar interferencias sobre otros radares, e invisibilizarse.

La radarización cambió muchísimo en estos últimos 30 años, lo que equivale a decir que de todos los rasgos AESA enumerados, la actualización MLU trae unos pocos. Obviamente, ni los daneses ni la FAA te van a decir cuáles.

A tener en cuenta: estos aviones salieron de la fábrica hace más de 40 años, muchos de ellos son del constructor original, General Dynamics, antes de que esa empresa fuera comprada por Lockheed.

El F-16 se diseñó a fines de los 60´ y salió muy bueno y se desplegó muy rápido. Debe ser de los cazas mas construido en el mundo desde los años 80 en adelante. Creo que hay que entre 4500 y 5000 F-16 volando.

La célula, es decir el conjunto de fuselaje y alas, es excelente. Si la célula de un caza multipropósito bien construido tiene que resistir unas 5 mil horas de vuelo haciendo maniobras acrobáticas, de bombardeo o de pelea, éste resiste 10 y tal vez 15 mil horas: por lo que en ese aspecto solo tengo elogios.

Era un avionazo en los 80, pero ahora ya no. Pasaron casi 50 años. Estos aviones fueron actualizados entre los ’90 y 2000 a Standard MLU, es decir Mid Life Update, actualización de media vida.

Eso significa que la aviónica de estos F-16 es de los ’90. En materia de sensores internos, externos y despliegue de información ante el piloto, cualquier Pampa III (Bloque 2C) tiene mejor aviónica que este avión, y eso que el Pampa nunca llevó radar en la nariz. Cosa curiosa si tenés en cuenta que el nuestro es un caza de entrenamiento y sin capacidad de combate. Es decir; el F-16 es un avión totalmente de combate, pero con radar viejo y aviónica del año del jopo.

Estos cazas van a venir con una vida útil de aproximadamente 10 años si los haces volar en desfile. Si lo vas a usar como avión de entrenamiento de combate y bombardeo (porque para patrullaje no sirven, después te digo por qué), en maniobras de ataque o de defensa la célula del avión sufre bastante.

Entonces, en caso de usar el avión en simulación de combate real, la vida útil va a ser mucho menos de 10 años y van a comenzar a tener problemas de fisuras de raíz de ala.

Les va a pasar lo que les pasó a nuestros viejos A4: en el caso de los de la Marina, cuando empezó la guerra de Malvinas casi la mitad tenía la raíz de ala fisurada: eso quiere decir que en medio de una maniobra de ataque a tierra o a buque el avión podía perder las alas (aplaudir).

Es una compra sumamente estúpida y política. Hace años que los EEUU nos venía presionando para que compremos esto, como forma pública y ostentosa de alineamiento con ellos.

Además con esta compra EEUU tienen la garantía de que estamos comprando un caza que en caso de guerra regional, ya sea por el lado de las Malvinas o de Chile (únicas hipótesis de conflicto) no nos sirven.

En uno u otro caso los enemigos posibles los recontra conocen, pueden detectarlos y localizarlos a distancia no bien prendan el radar, e incluso si no lo hacen, las computadoras de los radares chilenos o británicos reconocen desde muy lejos la “huella digital” de ecos que genera un F-16 iluminado desde todos los ángulos posibles, especialmente el frontal.

Pero es más: en caso de guerra, estos cazas pueden incluso no despegar. Desde EEUU les pueden anular la aviónica, el radar, los sensores y los sistemas de navegación cuando quieran, y a toque de botón. Un avión de esta generación que entrega EEUU a un país periférico y además impredecible como el nuestro, prácticamente se lo puede teledirigir. Y no para volar, sino para NO volar.

No te vaya a extrañar que estos cazas tengan “virus” incrustados dentro de su software, muy difíciles de reconocer hasta para un experto en seguridad informática. Y que esos virus permitan discapacitar la aviónica del caza en pista, si está preparándose una salida para defender la frontera Este u Oeste de Argentina en una guerra no autorizada por los EEUU.

Te digo esto porque ya le pasó a otros usuarios de cazas norteamericanos, como ser el caso de Malasia.

Sea por “soft power” o directamente por software, EEUU nunca deja de ser el propietario real de las armas complejas que te vendió y te cobró. El Ministro de Defensa de Malasia, Mahatir Mohammad, se lo dijo el 20 de mayo de 2020 a la cadena qatarí Al-Jazeera: “si la Malasian Royal Air Force trata de usar sus cazas F-18 contra un estado con el cual Washington no autoriza guerras, los aparatos sencillamente no obedecen”.

Las computadoras de misión tienen código cerrado, y están microcableadas de modo que sólo se las pueda reprogramar en EEUU. De modo que, como admite Mahatir, los F-18 de su flota son impresionantes, pero sólo sirven para desfiles aéreos.

Obviamente, también, todos los F-35 que está comprando Europa a EEUU a punta de fusil son aviones absolutamente teledirigidos desde el Pentágono y el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Es decir, el F-16 no puede modificarse, no podés subirle ni bajarle nada en software, ni ponerle armas o actualizaciones de aviónica o de radar, incluso de tu propio desarrollo, que no sean autorizadas por los Estados Unidos y con material de los Estados Unidos, y, de alguna manera, también, con el permiso del Reino Unido.

Los Brits también son los que autorizan o desautorizan, porque no tengas dudas de que hoy los dueños reales de la ocupación en Malvinas son los EEUU. Si no aterrizan con los Galaxy en Malvinas es para poder seguir haciendo un poco de relaciones públicas con Argentina.

Opciones al F-16 (ninguna buena, pero sí mejores que el F-16)

 

El mejor de todos era el MiG 35 ruso, pero tiene dos problemas: 1) en este momento no le podes comprar nada a Rusia, porque sería prácticamente una declaración de guerra a los EEUU 2) si tuviéramos la guita para comprar los aviones, yo le diría a los rusos que no nos manden ese avión sino un Sukhoi 35 que tiene mucho mas alcance porque éste, no tanto como Rusia, pero es un país gigante.

Porque si bien el MIG35 tiene virtudes por donde le busques, no es un avión de gran alcance y Argentina lo que necesita es un caza con capacidad de reabastecimiento en vuelo, pero que además, sin hacer uso de esa capacidad, tenga una autonomía de ataque de unos 2000 Kilómetros.

Pero además necesitamos que sean monomotores, y los caza rusos son bimotores, porque de otra manera el precio de la hora de vuelo se eleva mucho. Tenés los aviones pero no podes usarlos, porque dos turbinas consumen el doble de repuestos que una, y de yapa las turbinas rusas tienen menos vida útil total que las de la OTAN, lo que supone fallas más precoces. El feroz avión que termina transformándose en una “reina del hangar” es algo que le pasa a Venezuela y también a México.

Además tampoco los rusos lo están construyendo, porque se les cayeron algunos clientes posibles en el mundo árabe, y a Rusia, se empieza a ver ahora con la guerra de Ucrania, el MiG 35 le resulta un aparato que no puede operar demasiado lejos de la línea del frente. Y hoy, incluso a 200 km. detrás del frente, los ucranianos te destruyen aviones en tierra con misiles HIMARS o con drones. La noción de “retaguardia” como sitio distinto del frente empieza a ser borrosa.

Si el avión no está en condiciones de operar porque no hay repuestos y el servicio técnico te queda en el otro lado del planeta, estás en el horno. Cuando vos comprás un aparato de esta complejidad, y hablo del MiG 35, lo tenés que adquirir con condiciones OFFSET, es decir, licencias de construcción nacional de varias de la partes e integración de la turbina, o transferencia de tecnología para fabricación local. Tenés que capacitar mucho personal argentino en Rusia, y tienen que venir técnicos rusos a instalarse aquí para ayudarte a montar las plantas de integración y de fabricación. Toma años.

Y no es sólo con los rusos que te pasa esto: nos pasó con los cazas estadounidenses, franceses e israelíes. Pero Rusia nos queda casi en las antípodas, y todos ellos hablan inglés, malo pero entendible, porque es el idioma de la aviación en esta parte del mundo. Pero si te compras el MiG 35, tanto por parte de ellos como la nuestra vas a necesitar de gente que hable ambos idiomas, ruso y castellano, domine ambas grafías y además sea técnicamente muy del palo aeronáutico. No es imposible generar esos recursos humanos, pero lleva tiempo.

En el caso de los F16, te los van a vender con algunos repuestos de turbinas para que vos puedas tirar unos años pero te vas a quedar corto en poco tiempo. Y obviamente no vienen con ninguna transferencia de tecnología.

Lo único que vas a poder hacer sin permiso de los EEUU es sacarte fotos con el avión, pero vas a necesitar autorización para cualquier otra cosa, y como te dije, eso lo descubrió Malasia con los F 18 Super Hornet, hace muy poco. El tipo se clavó con 24 aparatos que Malasia no puede usar para nada real y que esté alineado 100% con los intereses de su país.

Por lo cual los malasios le terminaron comprando unos Sukhoi a los rusos. Estos juran que el caza que te venden es propiedad del propietario, y que no tienen ningún software con el cual puede teledirigirlo. Podés creerles o no, pero si es cierto, es un argumento de márketing excelente.

La otra propuesta era el JF17 es un avión pakistaní, pero acá tenés un cuello de botella: poseen una capacidad de fabricación de 12 a 18 cazas por año (que es un montón). Si bien la oferta estaba en precio, lo que no ibas a tener con los pakistaníes son 12 cazas entregados llave en mano ahora. Pakistán está renovando su propia Fuerza Aérea, cambiando sus JF-17 de modelos anteriores por el bloque C, que es el único que califica de cuarta generación plus, el único que nos interesa.

Te van a decir, con muy buen criterio, que te sumes a la cola, porque ya hubo pedidos de otros. Y que te vengas con un banquito para esperar turno. Y además, tampoco vas a tener capacidad integración nacional de partes.

Primero, porque a ellos no les sobran recursos humanos como para mandar mucha gente aquí. Una compra a Pakistán implicaría una cantidad de años de intercambio de personal técnico y fabril con Pakistán, y así como en ese país no sobran hablantes de castellano, aquí nadie entiende el urdu.

Igual, como país que fue colonia inglesa y que vive en pie de guerra contra la India, que también lo fue, los militares de rango en ambos países son más o menos anglófonos. Y también nuestros aviadores. Pero la movida de recursos humanos que acompaña a una compra exitosa no sería fácil ni rápida. Pero…  dificultad a sumar: más o menos la mitad del avión viene de China.

No es muy clara la expectativa de vida real de la turbina, ni tampoco la duración real de la célula, y una célula que no supere las 5000 horas de vuelo no te sirve. ¿Por qué? Porque la Argentina adquiere aviones cada 40 años, esto quiere decir es que los últimos 10 años del avión, cuando se empiezan a multiplicar las fallas, los vas a usar matando gente en entrenamientos, o adoptar la opción de volar mucho menos y que la gente entrene poco y mal, para que no se mate.

Es lo que venimos haciendo nosotros desde que perdimos la guerra de Malvinas. Los yanquis nos acogotaron con los repuestos de los A4B, C y R, y se empezó a volar cada vez menos. Para que te des una idea, antes de la guerra de Malvinas el promedio de horas de vuelo de los pilotos argentinos de ataque y de intercepción era el mejor de la región, nuestros pilotos caza tenían entre 180 y 200 horas a anuales de entrenamiento.

Pero ojo, como volaban aparatos viejos, también se mataban bastante. Los A4 B, C y R que se compraron a los EEUU entre los ’60 y ’70 venían muy hechos fruta de la guerra de Vietnam. Con esos cazas volando en entrenamiento, antes de 1982 murieron más pilotos sumados que en Malvinas. Si sumás un avión demasiado viejo y un piloto demasiado nuevo, va a haber problemas.

Ignoro si los JF-16 C son nuestra gran salida. No parece. Y a U$ 50 palos la unidad pelada, sin armas lanzables, no es que los estén regalando.

Si hay un aparato chino interesante para la Argentina, ése es el J-10 C. Es un muy buen desarrollo del Laví israelí, un caza ochentoso parecido al F-16 inicial de General Dynamics pero bastante superior en casi todo lo que importa: alcance, aviónica y agilidad. Los yanquis apretaron diplomáticamente a Israel para que no se construyera, porque le iba a empiojar el mercado internacional al F-16.

Los israelíes cedieron, pero al costo de un escándalo parlamentario, peleas a trompadas en el gabinete de gobierno, y luego despedir a miles de ingenieros, técnicos y laburantes de Israel Aircraft Industries. Pero como se quedaron re-calientes, le vendieron no muy en secreto la ingeniería del Laví a China. Y de ahí salieron los J-10 A y B, y hoy el C chinos.

Es incomparablemente mejor que el JF-17, que los chinos desarrollaron pero no tienen para su uso. Un dato al uso: la célula del JF-17 es metálica, la del J-10 C es de materiales compuestos. Es más fuerte, más liviana, requiere de mucho menos mantenimiento, dura más, y refleja menos las ondas de radar.

Los J-10 C son el aparato más abundante en la aviación china de combate, y lo que necesitaría tener Argentina, de tener los morlacos necesarios. Pero, ¿sabés qué? Los chinos no te los venden ni a palos. No porque los aviones sean tecnológicamente revolucionarios.

Pero aunque vinieran con equipamiento atrasado una década, no nos venden ni uno porque nos conocen. Saben que aquí los J-10 serían volados, testeados, desarmados y rearmados por la USAF al toque de llegar a la Argentina. Tenemos una cúpula aeronáutica formada por viudos de la OTAN, y eso sigue sin cambios más o menos desde 1955.

Los pampa

 

Como típico fruto del Proceso, el avión se hizo con 100% de componentes importados, y la mitad de la ingeniería se hizo con una excelente fábrica alemana, la Dornier, que cerró hace mucho.

En su esfuerzo por nacionalizar este caza para poder construirlo en cantidades significativas y bajar su precio, el gobierno de Cristina trató de crear una cadena nacional de proveedores de partes y en 2015 se llegó a un 13% de componentes nacionales. Con Macri se paró todo. Durante gobierno de Fernández, con Mirta Iriondo en FAdeA y Fernández negándole plata, se habrá avanzado a un 15% de componentes nacionales. Pero la verdad cruda es que el 85% del Pampa lo tenés que comprar afuera, y en dólares.

Aunque lo adoro, es un caza argentino muy poco argentino. Me produce ideas muy encontradas, porque es la máquina aeronáutica más ágil que conozco. Cuando aún a los pilotos de Mirage los mandaban a hacer entrenamiento en Tandil con los Pampa, salvo que la lucha se hiciera en vertical y que los Mirage aprovecharan que tenían mucho motorización para escaparse hacia arriba, los Pampas se les colgaban a la cola, en posición de ametrallamiento, y no había modo de despegarlos de ahí.

Pero esas prácticas no se hacen más. Los Mirage ya no pueden volar desde 2015. Y lo de “ametrallamiento” es una simulación: el Pampa nunca tuvo cañones en fuselaje ni en las alas. Puede usar góndolas con armas de tubo en las alas, pero deterioran un poco sus características de vuelo. ¿Cuánto y de qué modo? La FAA jamás te lo va a decir, y tienen razón en no hacerlo.

Son aparatos espectaculares, pero es muy difícil construirlos porque tenés que tener una cadena fabricación de componentes nacionales importante. Y si bien es un caza sencillo, tiene mas de 20.000 componentes. Haciendo las cuentas, 17.000 son importados y atados a dólar, y el más caro y complejo de todos es la turbina, que es una Pratt & Withney PT6 canadiense macanuda, aguantadora, potente y liviana, y la encontrás en todo el mundo, así como sus repuestos, si te importa violar los bloqueos de compras que te puede infligir su Graciosa Majestad, Carlos III. Pero no se regala. Y si querés precio, tenés que hacer compras grandes, 12 unidades de un saque, mínimo.

Además no es un caza de combate, sino de entrenamiento avanzado. Te sirve como escalera para subir a un caza de 4ta generación. Justamente, a un aparato que no tenemos. Es una escalera que termina en la nada.

¿Por qué Argentina no puede defenderse con los Pampa?. Porque al ser subsónicos, si le ponés un misil térmico y lo conectás a la aviónica, va a tener poco alcance debido a que la mayor parte del combustible del cohete se va a consumir tratando de cruzar la velocidad del sonido. No sería lo mismo si el misil partiera desde un caza que viaja más rápido que el sonido. Ahí el motor del misil obtiene más velocidad y alcance.

¿QUÉ NECESITA LA ARGENTINA PARA DEFENDERSE?

Lo que necesita argentina es un caza de muy largo alcance, con reabastecimiento en vuelo y con un radar AESA. Y por eso es que el F-16 no sirve para combate ni defensa nacional, y tampoco sirve para patrulla.

¿Y sabés por qué no te sirve para patrulla? Porque aunque sea viejo y aunque los EEUU les ordenen a Dinamarca que nos hagan precio de regalo, algo que casi está sucediendo, la hora de vuelo de estos chiches, promediando su desgaste y amortización está entre los 10 mil o 15 mil dólares. Saliste a patrullar dos horas y te patinaste 30 mil dólares de avión, y eso sin contar el combustible ni gastos de recursos humanos.

Un piloto de combate para estar en las condiciones en las que estaban los nuestros en 1982 necesita mínimo 180 horas anuales, es decir que son casi 2 millones de dólares anuales por piloto, para que los aviones no se transformen en maceteros. Y ahí no estás incluyendo gastos de sueldos, combustibles, nada. Sólo la amortización de aviones que ya vienen amortizados.

Es irreal que con aparatos así uno pueda defender a la Argentina. Porque si uno los adquiere para entrenar a la gente a un nivel aceptable para la guerra, los quizás 10 años de resto de vida con que te lleguen de Dinamarca se vuelven la mitad. En 4 o 5 años estan todos los cazas juntando polvo en el hangar, y sin repuestos. Y cuando te ponen el ejemplo de la Fuerza Aérea chilena, que tiene 46 F-16, hay que decir también que la mitad no vuelan, y solo tienen 22 en orden de combate.

Ojo, estas cosas les juegan en contra incluso a los propios yanquis, aunque nadan en billetes. Por lo poco que se sabe, los F-35, esas computadoras volantes de 100 millones de dólares, son tan complicados y se rompen tanto que su tasa de disponibilidad real anda por el 50%.

Nosotros en orden de combate supersónico hoy no tenemos ningún aparato. Cuando se cajonearon los últimos Mirage, Dagger y Finger, perdimos nuestros únicos aviones supersónicos de combate. Y ojo, rara vez llegamos a tener 16 o 17 interceptores en línea, listos para salir. Es decir que ni siquiera durante el Proceso, cuando la Fuerza Aérea y la Marina se dieron a sí mismas unos presupuestos escalofriantes, nunca tuvimos los suficientes cazas para defender nuestro país. ¿Por qué?

Porque es el octavo del mundo en extensión geográfica. Por el Este, son  5500 Km de costa y, por el Oeste, la frontera con Chile, que es de las fronteras secas más largas del mundo. Si querés defender fronteras semejantes se necesita una fuerza de 60 o 70 aviones supersónicos multirrol muy modernos y actualizados, con un personal de vuelo capaz de superar las al menos 120 horas de entrenamiento por año.

Igualmente si miramos lo que pasa en Ucrania vamos a observar que existen grande combates aéreos. Todos son radares, drones, misiles y baterías automatizadas. Los cazas que operan del lado ucraniano, operan casi pegados a la frontera de Polonia para que no los bajen, porque un misil S-400 ruso tiene más de 300 km de alcance.

Por el lado Este, los cazas rusos ni se acercan a la línea de contacto y lanzan prudentemente sus misiles desde 100 o 150 km. a retaguardia. La lucha es robotizada. Los misiles son robotizados y los drones de bajo costo, que son los que deciden la suerte de los combates de infantería, son aparatos que cuestan entre 2000 y 20.000 dólares.

Y que podemos diseñar y fabricar nosotros. Ya ves para adónde apunto los tiros. ¿Aviones avanzadísimos? ¿O al menos que no sean biplanos? Ya perdimos esa carrera. No tiene sentido correr detrás de un tren que se te escapa. Si tenés los recursos humanos, y la Argentina los tiene, lo que hacés es esperarlo en la estación siguiente.

Tenemos que resucitar el Proyecto SARA, Sistema Aéreo Robotizado Argentino, que estaba desarrollando INVAP con FAdeA y el Ejército hasta 2015, y que Macri canceló y desde entonces no ha resucitado.

Y dado que INVAP diseña y construye buenos radares, tenemos que empezar a desarrollar baterías misilísticas móviles terrestres.

Puedo equivocarme, pero creo que los aviones de combate del futuro se van a parecer un poco al Pampa, pero supersónicos, sin armamento propio a muy poco, más grandotes, llenos de contramedidas para eludir radares y con dos tipos en la cabina, sentados en tándem. Y el tipo realmente importante va a ser no el piloto, que va adelante, sino el que va sentado atrás, dirigiendo una banda de drones volando decenas de kilómetros al frente, y esos sí dotados de radar y armas. Y todo va a estar coordinado en red por los data-links.

Lo que yo veo en un futuro son enjambres de drones semiautónomos. Por la sencilla razón que son más descartables que la gente.

Por Sebastián Schulz para Tektonikos que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Una pelea clave del siglo XXI en la que China y su modelo dan pasos gigantes. 

El sistema mundial contemporáneo atraviesa por un conjunto de cambios y transiciones de carácter estructural que, probablemente, reconfiguren la dinámica del poder en las relaciones internacionales venideras. No solo está en crisis el orden mundial configurado luego de los acuerdos de Bretton Woods en 1944, sino que estamos ante la emergencia de un nuevo ciclo histórico, que viene a reemplazar aquel cimentado, por lo menos, desde finales del siglo XV. 

Nos referimos al cambio del centro del dinamismo económico internacional experimentado a partir de la crisis de las economías occidentales y el ascenso de China y la India (entre otros) como nuevos polos de acumulación, una mudanza del centro del dinamismo geopolítico desde el Atlántico hacia el Pacífico, una mudanza civilizatoria desde Occidente hacia Oriente y una mudanza tendencial del poder desde el Norte Global hacia el Sur Global. En estos procesos, se visualiza un aumento del umbral de poder de los países emergentes y en desarrollo, que comienzan a disputar en áreas clave del poder internacional.

La capacidad de encabezar y conducir la transición histórica en curso está dada por la posibilidad de posicionarse a la vanguardia del proceso de cambio tecnológico. Quien pueda dominar las tecnologías de última generación será, en última instancia, quien tenga la capacidad de articular y coordinar los ciclos productivos y financieros, quien pueda desarrollar tecnologías militares de última generación y quien pueda tener la capacidad de construir y moldear nuevas subjetividades sociales.

Es por ello que la llamada “carrera tecnológica” ha adquirido una preponderancia especial en el siglo XXI. No basta con alcanzar el primer lugar en los indicadores de PIB nacional, ser el mayor exportador e importador mundial de bienes y servicios ni ser el motor manufacturero global, si eso no va a acompañado de un desarrollo científico y tecnológico que permita encabezar la nueva revolución industrial. Posicionarse a la vanguardia de los nuevos ciclos tecnológicos permite a Estados y/o corporaciones coordinar y administrar el régimen de acumulación a escala planetaria. Es por ello que la carrera/guerra tecnológica es la principal puja geopolítica del siglo XXI.

La República Popular China se encuentra actualmente encabezando varios de los procesos vinculados con los nuevos ciclos tecnológicos, lo que ha despertado las alarmas en las potencias occidentales.

Según un informe publicado por Le Monde, durante 2022 las empresas chinas alcanzaron el 34% de las patentes de 5G, mientras las surcoreanas representaron el 24,5%. En cuanto a las empresas norteamericanas, entre las que se destacan Intel y Qualcomm, su proporción pasó de 17% en relación a las patentes 4G a solo 13% de las 5G. Además, China también encabeza el rubro de solicitud de patentes, lo que habla del rol que está teniendo la innovación en el proceso económico chino.

La Inteligencia Artificial

La avanzada del nuevo ciclo tecnológico es la Inteligencia Artificial (IA), que se ha llevado gran parte de la investigación y el desarrollo en los últimos años. La posibilidad de dotar a las máquinas de herramientas para el procesamiento de datos y gestión de operaciones de forma automática sin dudas revolucionará no solo la producción sino la sociedad misma.

Para posicionarse a la vanguardia del desarrollo de la Inteligencia Artificial se requiere fundamentalmente una cosa: datos. Son el insumo necesario para que los algoritmos puedan desarrollarse de una mejor manera y perfeccionar sus operaciones. Los datos, como se dice, son el “nuevo petróleo”. Por ello, las aplicaciones de redes sociales (y todas las aplicaciones en general) buscan de forma desesperada acceder a nuestros datos, pujando por captar nuestra atención y que interactuemos dejando “huellas” que son utilizadas para el perfeccionamiento de sus algoritmos. 

Pero en este punto, Occidente tiene un problema. Los 276 millones de personas que cuentan con su propio dispositivo móvil en Estados Unidos no se comparan con los cerca de 975 millones de usuarios en China. Las aplicaciones chinas, en este marco, tienen más del triple de posibilidades de perfeccionar sus algoritmos y encabezar la carrera por la IA. China no es solo la “Arabia Saudita de los datos”, como bien sostiene Kai Fu Lee, sino que las aplicaciones estadounidenses (y occidentales en general) tienen vetado el acceso al público chino. Los datos en China son un recurso de interés nacional.

Empresas y Estado. Innovación, dirección y planificación

Existe una similitud importante entre el desarrollo de la Inteligencia Artificial tanto en China como en Occidente. En ambos lugares, la investigación y el desarrollo de IA es llevada adelante prácticamente en su totalidad por empresas privadas. Para el caso chino, se destacan los casos de Baidu, Huawei, Alibaba, Tencent o ByteDance (TikTok). No es que no existan desarrollos estatales de IA, pero los grandes desarrollos corresponden a corporaciones privadas.

Sin embargo, una diferencia importante radica en el tamaño de cada conglomerado. Según el ranking Global 500 elaborado por la Revista Forbes, mientras que las estadounidenses como Apple, Alphabet (Google), Microsoft o Meta, contaron en 2023 con ingresos anuales cercanos a los 393,3 mil millones de dólares (mmd), 282,8 mmd, 198,3 mmd y 116,6 mmd respectivamente, las corporaciones chinas tuvieron en general desempeños más modestos: Alibaba 126,8 mmd, Huawei 95,5 mmd y Tencent 82,4 mmd. Las empresas estadounidenses son hoy mucho más grandes en escala que las chinas, aunque las empresas de China vienen creciendo a un ritmo constante desde hace más de 10 años.

Sin embargo, la principal diferencia entre el desarrollo de IA en China y en Occidente es la fuerte dirección estatal en el fomento, regulación y guía de la innovación en el sector. En el país asiático, es el Estado el que promueve la competencia, regula los estándares, guía los principios y objetivos, financia y promueve el desarrollo de IA siguiendo las directrices guiadas por el interés nacional y planteadas por el Comité Nacional de Desarrollo y Reforma y otras áreas del Estado.

El gobierno de China ha creado en los últimos años diferentes organismos y legislaciones para promover el uso éticamente adecuado de la IA. Por ejemplo, China solicitó públicamente opiniones sobre las «Medidas para la gestión de servicios de inteligencia artificial generativa» en abril de 2023 y publicó oficialmente los resultados en julio del mismo año. En diciembre de 2023 la Academia China de Tecnología de la Información y las Comunicaciones creó el «Grupo de Trabajo de Ética Tecnológica» con el objetivo de llevar a cabo investigaciones sobre la gobernanza ética de la Inteligencia Artificial, así como también publicitar, educar y capacitar sobre la ética de la IA.

El impulso de la innovación como principal vector del crecimiento económico chino está claramente planteado en el nuevo concepto de desarrollo de Xi Jinping, mediante el cual se alienta fuertemente a empresas e individuos a ser creativos en la innovación tecnológica, con el objetivo explícito de liderar la nueva revolución industrial. Según Xi Jinping, la innovación es el motor que debe guiar el desarrollo de China en las próximas décadas.

Bajo estos parámetros, el Consejo de Estado de China publicó en 2017 el Plan de Desarrollo de la Nueva Generación de Inteligencia Artificial, en el cual no solo se señala que la inteligencia artificial se ha convertido en un nuevo foco de competencia internacional, sino que también plantea que liderar el desarrollo de la misma es clave para mantener la estabilidad social.

Desde 2017 a esta parte, China ha destinado una enorme cantidad de recursos a la investigación y el desarrollo de IA, y para 2022 cinco Universidades chinas estaban entre las 10 mejores instituciones de desarrollo de IA. A su vez, por iniciativa gubernamental, en 2020 se montó la llamada “isla de la IA” (AIsland, por su acrónimo en inglés) en la ciudad de Zhangjiang, un laboratorio a cielo abierto de experimentación que cubre un área de 66 mil metros cuadrados y en la cual están radicadas múltiples empresas de alto nivel que se especializan en IA, inteligencia de datos (big data), computación en la nube, cadena de bloques (blockchain) y otras tecnologías de vanguardia. El área de Pudong, a su vez, tiene hoy casi 500 empresas de IA, lo que representa más de un tercio de las empresas de IA de Shanghái.

Pero a la par de promover la innovación, el Estado ejerce un fuerte control sobre las corporaciones chinas, para que se ajusten al interés nacional y no afecten áreas sensibles de la sociedad y la economía nacional. Esto ha llevado al gobierno a importantes enfrentamientos con las grandes empresas tecnológicas, como fueron por ejemplo los casos de Tencent, Ant Group (Alibaba), Didi, entre otros.

Desde fines del 2020 se endurecieron las leyes antimonopolio y se presentaron nuevas directrices para controlar a las principales empresas del sector. A su vez, mediante la Administración Estatal de Regulación del Mercado, se crearon dos herramientas clave para encuadrarlas: fuerte lucha en contra de la competencia desleal y limitación del uso que las empresas hacen de los datos de los usuarios.

De hecho, recientemente el gobierno chino ha establecido regulaciones a las corporaciones que están desarrollando programas de IA generativa (similares a ChatGPT), entre ellas, la más importante es la obligatoriedad de registrar sus algoritmos ante el gobierno si sus servicios pueden influir en la opinión pública o pueden “movilizar” al público.

Otro ejemplo de la manera en que China pone por delante el bienestar social y el desarrollo con equidad es la regulación de los videojuegos online. El gobierno los calificó de “opio espiritual” y estableció límites a la cantidad de tiempo que los jóvenes chinos pueden estar frente a las pantallas. En el Economic Information Daily de Xinhua un teórico experto fue más allá indicando en un artículo que “ninguna industria puede desarrollarse de forma que destruya una generación”. En el caso de Didi, el gobierno acusó a la empresa de violar la protección de datos personales de sus usuarios y prohibió la descarga de la aplicación hasta no regularizar la situación.

Por otra parte, el gobierno chino ha obligado a las grandes corporaciones, como Alibaba y Tencent, a aportar parte de sus ganancias para el achicamiento de la brecha digital, el desarrollo de zonas industriales en conjunto con los gobiernos locales, y el sistema de atención primaria de la salud, entre otras mejoras.

Pueblocentrismo y ética de la prosperidad común para una comunidad de destino compartido

El desarrollo de la Inteligencia Artificial en China difiere claramente de Occidente, al señalar el Gobierno que está guiado por la ética de la prosperidad común. Una ética que pone al ser humano y su bienestar espiritual y material en el centro de las políticas de Estado. Pero no al ser humano en tanto sujeto individual, sino en tanto miembro de una comunidad. Por ello, la IA en China tiene el objetivo de potenciar a la comunidad cuidando el interés nacional, propiciar la armonía y la estabilidad, en un orden internacional plagado de tensiones, conflictos y amenazas.

La agencia de noticias Xinhua definió a la prosperidad común como un objetivo básico del marxismo y un ideal del pueblo chino desde la antigüedad. Esta idea recupera la concepción “pueblocentrista” de Xi Jinping, es decir, que las personas son el núcleo sobre el que se sustentan las políticas del gobierno de China.

La ética de la prosperidad común se contrapone con varios principios básicos de la cosmovisión occidental, entre ellos, en que no es el ánimo de lucro el que guía el desarrollo de la Inteligencia Artificial china, ya que, a pesar de ser desarrollada por corporaciones privadas, la innovación se da en un marco de regulación estatal que pondera, por sobre todas las cosas, el interés nacional. 

En 2017, el entonces viceministro de Ciencia y Tecnología, Wang Zhigang, afirmó que “como cualquier otra tecnología nueva, la IA puede traer problemas como el desempleo, la alteración de la ética social e incluso un desafío a los principios de las relaciones internacionales”. El Estado chino ha planteado que a medida que los modelos de IA se vuelvan más poderosos, la cooperación internacional para establecer límites éticos será fundamental. En noviembre de 2023, durante la Cumbre Mundial de Internet en Wuzhen, el Presidente Xi propuso la Iniciativa Global de Gobernanza de la Inteligencia Artificial, y llamó a poner las tecnologías de IA a disposición del público en términos de código abierto.

De este modo, la propuesta china en materia de Inteligencia Artificial está en plena sintonía con la iniciativa del líder chino de construir una “comunidad de destino compartido para la humanidad”, en la cual el ser humano sea el que domine a las máquinas, y no las máquinas (como un eufemismo para ocultar que, detrás de los algoritmos, están las corporaciones) dominen al ser humano.

Fuente https://tektonikos.website/la-geopolitica-de-la-inteligencia-artificial/

Por Filippo Massetti

Para comprender hacia dónde irá el continente africano, resulta útil releer a Carl Schmitt, quizá centrándose en el concepto de Nomos, el ordenamiento concreto de la Tierra. Una clase media enorme, grandes recursos y una población muy joven: el siglo africano ya está aquí. ¿Y qué papel jugará Italia en el partido?

El continente africano está en constante agitación, protagonista de disturbios y enfrentamientos, guerrillas y pobreza, explotación y gestión empresarial del poder. La República Democrática del Congo, el Congo, Ruanda, Uganda, Kenia y otras naciones africanas han estado durante décadas en lucha interna entre sí por el control de porciones de territorio y recursos naturales estratégicos, por un lado, y por el otro, para establecer fronteras claras , en cuyos pliegues proliferan inevitablemente los enfrentamientos tribales e interétnicos. El corazón de África Central es un lugar donde los grupos separatistas y paramilitares todavía luchan y matan; militarizando cada región geográfica y contribuyendo a desintegrar cualquier posibilidad de unidad popular y nacional.

La cuestión africana no puede dejar de ponernos en tela de juicio , como italianos y como europeos. Comprender cómo interpretar y qué tipo de futuro puede tener el continente africano es una de las claves fundamentales para comprender los desafíos globales contemporáneos en nombre de una política más equitativa, soberana y reflexiva, que se oponga a las grandes aglomeraciones de poder privado que mueren de hambre y empobrecen. todo el planeta. Para situar geopolíticamente a África en el tercer milenio es necesario recurrir a algunos grandes autores , estudiosos de la filosofía política que han marcado una época con sus ideas e interpretaciones. Carl Schmitt , cuyos libros de enorme éxito son un punto de referencia imprescindible para cualquiera que quiera adentrarse en el mundo de la geopolítica, el derecho y la filosofía política, ha vinculado gran parte de su influencia a conceptos clarividentes capaces de guiar a cualquiera que los estudie en el mar magnum. de las relaciones globales e internacionales. Procedemos brevemente a analizar algunos de ellos, poniendo especial énfasis en los axiomas de la Tierra y el Mar. La historia de las relaciones políticas entre grandes potencias y naciones siempre se ha caracterizado por encuentros, enfrentamientos, diplomacia, guerras, objetivos de conquista y reivindicaciones territoriales, alianzas, intercambios comerciales, religiosos y culturales. En una brillante colección de algunos de sus ensayos, titulada Estado, gran espacio, Nomos , Schmitt analiza la importancia de la forma estatal como motor para el crecimiento y desarrollo del derecho, los pueblos y las naciones europeas. En particular, Schmitt se centra ampliamente en la construcción -jurídica, histórica, diplomática, económica y política- del Estado moderno, encarnándolo en una institución típicamente nacida del espacio geográfico europeo: el Estado moderno, liberal, legal y burgués es una especie peculiar. característico de la Vieja Europa, punto de llegada de un proceso centenario compuesto de grandes páginas de historia y conflictos -sociales, artísticos, religiosos-.

Pensar en una forma de Estado distinta a la que Schmitt define como  ius publicum europaeum no sólo es impermeable, sino, según el autor, técnicamente imposible . 

La idea-Estado nació y se desarrolló en Europa y, en principio, no puede exportarse a otros continentes; al menos no en métodos y estructuras ya probados y conocidos . Si nos encontramos en una situación en la que la forma estatal ya no es la excepción sino la regla, significa que nos enfrentamos a un cortocircuito que está en la base y en la raíz del proceso de consolidación de las naciones individuales. Si todas las poblaciones o grupos étnicos del mundo se proclaman estados entonces hay que deducir que ninguno de ellos es un estado. La forma del Estado moderno es el resultado de la política de excepción y de los reinos soberanos europeos y no puede duplicarse en este sentido. Otra categoría metafísica y política importante es la de Gran Espacio -en alemán  Großen Raum : con este término Schmitt define todas aquellas áreas de influencia (de un estado, de una política exterior, de una campaña militar) enmarcadas en una gran política expansionista, tanto desde un punto de vista geopolítico y cultural. Grandes Espacios, hoy como ayer, están presentes en Oriente y Occidente: el del imperio americano en el Pacífico y en todo Occidente es un gran espacio; era un gran espacio el del Imperio de Su Majestad Británica en la India o el del Zar de todas las Rusias hasta Siberia. Hoy en día se puede identificar un gran espacio chino, ruso y americano, así como casos individuales presentes tanto en Oriente Medio como en Asia y África. Este último, junto con Europa, a nivel de política exterior y geopolítica, representa un gran espacio que -tristemente- sufre los apetitos y esferas de influencia de otros -comenzando por las pretensiones colonialistas norteamericanas que todavía hoy están muy presentes-. Para no correr el riesgo de ser un gran espacio en venta a bajo precio, primero debemos pensar en nosotros mismos como un gran espacio unido espiritual, social, cultural y políticamente: características todas de las que África y Europa carecen en mayor o menor medida por diferentes motivos.

Si por un lado la Unión Europea ha logrado la unidad monetaria, financiera y comercial, también es evidente que le falta una verdadera unidad económica, cultural y política. Bruselas, al igual que Estrasburgo, no ha sabido fusionar el archipiélago europeo, cuna de riquezas paisajísticas, artísticas, religiosas, tradicionales y arquitectónicas, prefiriendo dar espacio al largo brazo  del lobby, de los poderes empresariales y privados. ¿Y qué pasa con África? Es urgente aquí introducir las dos categorías geopolíticas más famosas modeladas por Carl Schmitt:  Tierra y Mar.  Según el autor alemán, en el choque clandestino entre las grandes potencias por el control de las esferas de influencia globales se pueden rastrear, en términos generales, claras divisiones entre las potencias marítimas y las potencias terrestres. Retomando dos figuras mitológicas presentes en las Sagradas Escrituras y en la tradición judía, Behemoth, el monstruo terrestre, se perfila en antítesis de Leviatán, el monstruo marino.

La lucidez y brillantez, así como la escritura fluida y esclarecedora, con la que Schmitt analiza estas categorías en su insuperable y extraordinario escrito titulado Tierra y mar. Una reflexión sobre la historia del mundo -publicada en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial- transmite perfectamente la idea de la importancia de estos conceptos a nivel filosófico, geopolítico y geohistórico. Es posible detectar el choque entre potencias terrestres y potencias marítimas desde la historia de la antigüedad : Roma oponiéndose a Cartago, el Imperio Británico compitiendo con el Imperio Ruso por la disputa de Asia Central y la India, el Imperio oceánico americano que conquista la hegemonía mundial en el Cenizas de una Unión Soviética demasiado ligada a la masa continental de referencia. El futuro de la geopolítica se decidió y se decide todavía entre la Tierra y el Mar: ¿cuántos conflictos se pueden explicar todavía según esta lectura? ¿Qué importancia tiene el significado del concepto de  lima , de frontera, en el desarrollo de la política internacional? ¿Cuánto eso del control de los mares, de los estrechos, de los océanos, de los cuellos de botella? Hay otra criatura mitológica, que representa el poder del Aire  -y por extensión de la guerra aérea, la aviación, los misiles, las bombas nucleares- que es la del Ziz, un pájaro de raro poder y rapacidad que busca sobresalir tanto sobre Behemoth como sobre Leviatán. Es superfluo subrayar la importancia de controlar el elemento aire -aviones, espacio, conexiones con antenas y repetidores, conexión a Internet, incursiones y cazabombarderos- después de dos décadas del tercer milenio.

A partir de este excursus, resulta difícil situar al continente africano , motor del futuro demográfico, de desarrollo y de sostenibilidad del planeta: a pesar de estar rodeado de agua, no es exactamente un Leviatán: no existe ninguna potencia militar ni estratégica. capaz de asumir tal tarea- ni Behemoth, incluso si en su interior se libran batallas todos los días por tal o cual reclamo territorial. Mucho menos un Ziz: demasiado irregular, demasiado conflictivo, demasiado presa de multinacionales que explotan el apoyo oculto de gobiernos democráticos títeres. Fuera de estas categorías, África -cuyo desarrollo en el sentido más amplio tendrá que ser abordado tarde o temprano por una política italiana y europea con visión de futuro: China ya lo está haciendo con resultados significativos y excelentes- puede estar representada en una final Categoría schmittiana, la de Nomos , el ordenamiento concreto de la Tierra . En el umbral de las dos guerras mundiales el  Nomos  fue identificado con el  ius publicum europeaum ; Posteriormente quedó en equilibrio entre las dos esferas de influencia estadounidense y soviética resultantes de la Guerra Fría. Después de la caída del Muro de Berlín, a pesar de una fase que dejó entrever un largo liderazgo unipolar yanqui, la racionalidad de la tecnología (que Schmitt define acertadamente como «desencadenada») se convirtió en el pilar más claro del  Nomos  de la Tierra.

¿Y si la nueva llamada, el nuevo desafío del espíritu mundial de los tiempos, debe encontrarse en el grito de renovación, de prosperidad, de espiritualidad y de igualdad que también y sobre todo proviene de África? África como nuevo  Nomos  de la Tierra, el globo terráqueo como retorno a un sano e indisoluble equilibrio entre el Cielo y la Tierra, lo Sagrado y lo Humano, la Política de los hombres y el Reino de Dios.

FUENTE: https://www.dissipatio.it/lafrica-e-carl-schmitt/?mc_cid=938dcafa1d&mc_eid=32edf24106 

Por Gabriel Merino que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Con su ampliación, el grupo se consolida como la voz insubordinada del Sur Global. 

En el 2001 el gerente del banco de inversiones Goldman Sachs, Jim O’Neil, encargado de la expansión global de la corporación financiera desde la City de Londres, fue quien acuñó el acrónimo BRIC (aludiendo a la palabra ladrillo en inglés, brick) para referirse a Brasil, Rusia, India y China como grandes mercados emergentes donde presentar atención. Estos países presentaban altas tasas de crecimiento, que comenzaban a superar en su aporte a la expansión de la economía mundial al G7, el grupo de las siete economías más importantes del Norte Global, conformado por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón. O’Neil también remarcaba en esos años que una de las razones para prestarles atención era el hecho de que el PIB nominal de China ya superaba al de Italia en el año 2001. 

Para entender la profundidad y la velocidad del cambio en la economía mundial y en la cartografía del poder en las últimas décadas, podemos observar que veinte años después el PIB nominal de China es nueve veces más grande que el de Italia y se eleva a diez veces más grande si ajustamos su producto (PBI) al poder adquisitivo real (PPA). Además, podemos agregar que, en estos términos, la India cuadruplica a la economía italiana, Rusia casi que la duplica y Brasil la supera en un 30%. Todas ellas estaban, por supuesto, muy por detrás en 2001.  

La órbita económica es sólo una de las dimensiones en la que se expresa el profundo proceso socio-histórico de transformación del sistema mundial que tiene a los BRICS en el centro. El ascenso de estos países expresa a fuerzas emergentes que provienen del Sur Global (salvo Rusia), representan a una gran mayoría mundial y poseen territorios de dimensiones continentales, salvo Sudáfrica que se agregó en 2011 al espacio como representante africano. Además, articulan a buena parte de las grandes culturas con base en grandes civilizaciones históricas, que fueron subordinadas por las potencias atlánticas del Occidente geopolítico en su ascenso imperial. Ahora, con la ampliación a cinco países más, esta realidad se extiende al incorporar a países del mundo islámico árabe y persa.

En este sentido, para entender a los BRICS resulta necesario observar que expresan un ascenso e insubordinación de las grandes semiperiferias del sistema mundial, protagonizada por potencias emergentes de escala continental en articulación global. Esto está transformando estructuralmente el propio sistema mundial y haciendo volar por los aires el orden mundial al establecerse otra correlación de fuerzas, lo cual es resistido por el Occidente geopolítico conducido por el polo de poder anglo-estadounidense. De hecho, no resulta casual la aparición de los BRICS en la escena internacional en 2009, luego de la gran crisis de 2008, cuando se produce una bisagra en el capitalismo global y, con ello, un nuevo momento geopolítico, a partir del cual se consolida la situación de la crisis de la hegemonía estadounidense (o anglo-estadounidense como prefiero denominar). 

Desde su primera Cumbre de líderes en Ekaterimburgo, Rusia, se resalta la necesidad de democratizar el orden mundial unipolar, atendiendo a una nueva realidad, y aparece la necesidad de avanzar hacia un sistema de divisas menos dependiente del dólar, que sea “estable, predecible y más diversificado.”

Con la pandemia que se desató en 2020 se aceleraron las tendencias fundamentales de la actual transición del sistema mundial, entre otras el declive relativo del Occidente geopolítico y el ascenso de China y de Asia en general. Ese año se produjo un quiebre significativo en la economía global, con fuerte carga simbólica: los países agrupados en los BRICS superaron a los países del G7 en el porcentaje que representan sus respectivas economías medidas en PIB a paridad de poder adquisitivo (PPA). Esta tendencia secular, que avanza desde los años 80 bajo el liderazgo central de la locomotora China, continuó su curso luego de 2020 y probablemente vaya a continuar. Hasta el momento los intentos de Estados Unidos y el Occidente geopolítico para revertir estas tendencias —que se manifiestan en guerra global contra el terrorismo, la guerra comercial, la guerra tecnológica y la guerra económica a través de sanciones, o impulso de conflictos internos a los estados considerados rivales, etc.— no solo no han logrado sus objetivos, sino que parecieran haber impulsado aún más la crisis de hegemonía y transformación del sistema mundial. El economista y sociólogo italiano Giovanni Arrighi analizó esto en relación con la guerra global contra el terrorismo y cómo ello terminó “beneficiando” de forma indirecta a China, quien resultó ser el gran “ganador”. Es parte del cambio de época actual.

Los BRICS+

La ampliación del espacio en los BRICS+ da cuenta de la extensión de este proceso a otros territorios del Sur Global, con importantes implicancias geopolíticas. No resulta casual que desde 2021-2022 más de 20 países solicitaron el ingreso a una de las nuevas instituciones multilaterales fundamentales del mundo multipolar en desarrollo.    

Tres meses después de la Cumbre del G7 en Hiroshima, Japón, donde el viejo mundo unipolar volvió a dictar a las mayorías mundiales lo que debían hacer (aunque ya sin mucho éxito), se realizó en septiembre de 2023 la cumbre de los BRICS de Johannesburgo, Sudáfrica. Allí se concluyó con la propuesta de invitar a seis países a formar parte del bloque partir del 1º de enero de 2024: Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Etiopía e Irán. 

Ahora los BRICS+ reúnen más de 45% de la población mundial y casi 36% del producto global (PBI PPA). Además, sus miembros representan 40% de la producción total de gas y 45% de la de petróleo, lo que tiene un gran impacto en el mercado mundial de hidrocarburos y en su comercialización mediante dólar —cuestión clave en el sistema monetario mundial post abandono del patrón oro en 1971, centrado en el petro-dólar. En este sentido, el BRICS+ agrupa en un mismo espacio de cooperación económico y político al gran taller industrial del mundo y nuevo centro económico emergente que es China, y a otra gran plataforma industrial en ascenso como es la India, con los grandes productores de materias primas y especialmente de energía. A la vez que cuenta con la segunda y la tercera poderes de defensa del mundo (Rusia y China) y la primera potencia nuclear (Rusia).    

La incorporación de cuatro países del llamado Oriente Medio y tres de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es clave por el papel central de dicha región como principal fuente de exportación mundial de hidrocarburos. También porque se incorpora al BRICS+ la gran cultura islámica (tanto árabe como persa), lo que profundiza el camino de diálogo de “civilizaciones”. Y además, por el lugar geopolítico. Colocada como “cinturón de quiebra” (shatterbelt) por parte de actores importantes de pensamiento estratégico anglo-estadounidense, esta región geopolítica se presenta para el Occidente geopolítico como un territorio en disputa, donde domina la fragmentación y la falta de unidad política, y en el cual los grandes jugadores geoestratégicos tienen sus puntos de apoyo y compiten por la influencia, a la vez que entran en el juego de las propias potencias regionales. 

En este sentido, el “Oriente Medio” se estableció como una zona de gran convergencia y choque de fuerzas y, por lo tanto, como una gran zona de inestabilidad. Para los neoconservadores del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (conocido como PNAC por sus siglas en inglés), que dominaron en la administración de George W. Bush y luego se fueron imponiendo en buena medida con Donald Trump, esta región se estableció como un territorio prioritario a controlar para mantener la supremacía estadounidense en el siglo XXI. 

En estos marcos geopolíticos y geoestratégicos deben analizarse las invasiones y guerras de Afganistán e Irak, lugares clave de la llamada Guerra Global Contra el Terror, así como también el conflicto en Siria y Libia o la guerra híbrida con Irán por parte de Estados Unidos y aliados. Sin embargo, la situación en esta región está cambiando a pasos acelerados. A los malos resultados obtenidos en Afganistán e Irak por parte de Estados Unidos y aliados, se le sumó el fracaso de la política de cambio de régimen en Siria, cuyo gobierno contó con el apoyo de Irán y de Rusia para sostenerse en este conflicto clave de la Guerra Mundial Híbrida y Fragmentada en curso. Por su parte, Moscú volvió a ser un protagonista central en la región, como parte de su regreso como gran jugador geoestratégico mundial. 

Por otro lado, la presencia de China es cada vez mayor, convirtiéndose en el principal actor económico de “Oriente Medio” o el centro de Afro-Eurasia. El acuerdo entre Irán y China en 2021 fue un hecho fundamental en este sentido, en tanto debilitó estructuralmente la guerra económica contra el país persa por parte del Occidente geopolítico y brindó las bases materiales para su ingreso en las grandes asociaciones Eurasiáticas, consolidando el triángulo mortal para la primacía estadounidense en el mega continente hipotetizado por Zbigniew Brzezinski: Beijing-Moscú-Teherán. 

También resulta importante en el análisis el avance del corredor China-Asia Central-Asia Occidental de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) que va desde Xinjiang hasta el mar Mediterráneo pasando por Irán, Irak, Siria y Turquía entre otros países. Así como también son para destacar los acuerdos de Beijing con Arabia Saudita y E.A.U., entre los que se incluyen el pago en yuanes de los hidrocarburos que importa China. 

El reestablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita bajo la mediación de China y la consecuente disminución de las tensiones entre estos dos actores protagonistas de un conflicto regional permanente, sacudió el tablero geopolítico mundial al modificar sustancialmente el escenario regional. 

Debe mencionarse dentro de las reconfiguraciones geopolíticas recientes el accionar conjunto de la OPEP (en donde se destaca el peso de Arabia Saudita), junto a Rusia (convergencia denominada como OPEP+) para sostener el precio mundial del petróleo, a pesar de las presiones de Estados Unidos y el Occidente geopolítico para bajar el precio en plena escalada de la guerra en Ucrania. El reino saudí claramente ha cambiado su juego. 

Con la incorporación de Egipto a los BRICS Plus o BRICS+ se agrega una de las cinco potencias de “Oriente Medio” o de la región central de Afro-Eurasia, que administra una ruta comercial estratégica, el canal de Suez, y es la bisagra terrestre entre África y Asia Occidental. Habitado por 112 millones de personas, heredero de una civilización histórica y en pleno impulso modernizador a partir de la construcción de una nueva capital, Egipto es la tercera economía del continente en tamaño, luego de Nigeria y Sudáfrica, y es uno de los países más relevantes de África —un continente va a tener un lugar cada vez más influyente en los asuntos mundiales en las próximas décadas y donde está en crisis la hegemonía occidental establecida a partir de la colonización europea. Se trata de un país exportador de hidrocarburos y, como Arabia Saudita, un aliado importante de los Estados Unidos y el Occidente geopolítico en la región, pero que ahora está reequilibrando su posición. Además, también posee un significativo intercambio comercial con China y Rusia, y tiene importantes relaciones con Moscú a nivel militar, en proyectos de energía nuclear y en la industria del gas.  

En el caso de Etiopía se trata del segundo país por población en África (120 millones) y la sexta economía del continente. Es un actor importante por su cultura e historia, marcadas por ser el segundo país del mundo en adoptar oficialmente el cristianismo luego de Armenia y por ser el territorio de importantes reinos y de un imperio que duró más de 700 años, desde 1270 a 1975. A su vez, junto a Liberia fueron los únicos Estados africanos que mantuvieron su independencia durante el reparto de África por parte de los imperios coloniales europeos y sólo estuvo ocupada por Italia entre 1936 y 1941. Etiopía es un país influyente en el estratégico cuerno de África y se encuentra lindante a la región llamada “Medio Oriente” o el centro de Afro-Eurasia. Aunque se trate de un país sin acceso directo al mar, por su influencia en Somalía e inserción histórica en la zona, en donde se encuentra Djibouti y Eritrea, se trata de un país importante en relación a las rutas del Mar Rojo y del Océano Índico, y particularmente en relación al estratégico estrecho de Mandeb. La inclusión del país africano coincide, además, con el establecimiento de acuerdo amplio entre los Emiratos Árabes Unidos y Etiopía.

Argentina queda afuera 

El posible ingreso de Argentina, que finalmente fue descartado por su nuevo gobierno, tenía varios aspectos para destacar. Argentina es miembro del G-20 (hubiera sido el séptimo BRICS que también es de del G-20), representa la tercera economía en América Latina y la segunda de América del Sur después de Brasil, y se destaca como un importante productor mundial de alimentos. Además, posee un gran potencial en la producción de minerales (que ya está en pleno despliegue y algunos de los cuales son centrales para la transición energética en curso como el litio) y también en la elaboración de hidrocarburos (posee la tercera reserva de gas más grande del planeta). A su vez, es el principal productor sudamericano de software, tiene un buen nivel de formación de su fuerza de trabajo (“capital humano”) y posee importantes capacidades científico-tecnológicas para ser un país semi-periférico de tamaño medio. En materia geopolítica es de destacar su proyección sobre la Antártida y su carácter bicontinental, su gran litoral marítimo de 4.500 km. sobre el Atlántico Sur y, por supuesto, su lugar clave en la Cuenca del Plata, espacio nuclear de América del Sur desde el cual construir una confederación continental y un centro económico emergente. 

En este sentido, su ingreso a los BRICS junto a Brasil podría haber fortalecido la sinuosa y disputada construcción de un bloque regional —que colisiona con los intereses hemisféricos de los Estados Unidos— para consolidar el desarrollo de un polo en América del Sur que converja con otros poderes emergentes en un escenario de creciente multipolaridad relativa. 

El desarrollo continental y universal se articula y forma parte de un mismo proceso contradictorio y plural de insubordinación de la semiperiferia, que adopta particulares características en el “patio trasero” de la vieja potencia hegemónica y del Occidente geopolítico durante cinco siglos.

La contradicción entre el regionalismo autonomista y el regionalismo “abierto” o neoliberal, entre la integración de Nuestra América o la integración “hemisférica” bajo la doctrina Monroe, se articula con la contradicción principal del sistema mundial en transición entre las fuerzas unipolares y las fuerzas multipolares, es decir, entre el Occidente geopolítico y el Norte Global (conducido por las fuerzas dominantes anglo-estadounidenses) frente a los poderes emergentes y el Sur Global.

Argentina y la región, necesariamente, forman parte de ese proceso sociohistórico de cambio estructural, liderado por las fuerzas emergentes de Asia.

De hecho, el comercio exterior argentino refleja año a año esta transformación. El intercambio comercial de Argentina con Estados Unidos y la Unión Europea en conjunto representa 23% del total del país y llega a poco más de 25% si se toma también Canadá y México (USMCA), perdiendo peso año a año. En comparación, el intercambio comercial con Brasil, China e India, tres socios clave del BRICS, representa el 36% del total, y si consideramos el conjunto del MERCOSUR y la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), en donde se encuentran otros importantes postulantes al BRICS, llega al 46,5%. 

En otras palabras, el mundo emergente ya es parte central de la realidad económica de Argentina y de la región, lo cual se refleja en muchas otras dimensiones. Frenar esa tendencia hacia la confluencia con las fuerzas en desarrollo con el objetivo de alinear al país a los intereses de los Estados Unidos y del Occidente geopolítico sólo pude traer como resultado estancamiento y periferialización. En términos estructurales, es la política que, con matices y contradicciones, se impone en parte desde hace 10 años, en lugar de haber continuado y profundizado el reequilibrio hacia el mundo emergente, de la mano del fortalecimiento de la autonomía nacional y regional. A partir de esos años, Argentina y la región entraron en un pantano del que no logran salir. 

Original publicado en TEKTONIKOS: https://tektonikos.website/los-brics-y-el-cambio-en-el-mapa-del-poder-mundial/

Por Fernando Ruiz Heiland Docente en la Ecole Royale Militaire (Bélgica)

El año comenzó con el Foro Económico Mundial en Davos, donde analistas económicos y políticos estaban impacientes por escuchar al nuevo presidente de la Argentina en su primera intervención en una conferencia internacional, con las tensiones geopolíticas internacionales como telón de fondo. Durante el evento, Javier Milei aleccionó al mundo, advirtiendo sobre los riesgos de que Occidente abandone los principios del capitalismo liberal.

Esta es una opinión que comparto con Milei, tal como lo expresé en algunos artículos en Bélgica, como el publicado en el diario La Libre el 15 de septiembre de 2023. En él sostengo que Occidente debe reafirmar los beneficios de un sistema de precios y de competencia en las economías capitalistas.

Sin embargo, debo diferenciar mi postura de la forma en que Milei se expresó en Davos, metiendo en el mismo saco a comunistas, socialistas, socialdemócratas y a cualquiera que desde el centro cuestione el resultado al que nos pueden llevar ciertos mercados. Esta posición simplemente ignora que Occidente está asociado a un sistema de democracias capitalistas y dista mucho de un utópico anarcoliberalismo.

A medida que avanzaba el mes, nos encontramos en Europa con una situación recurrente: el 30 de enero, las rutas francesas, belgas y de otros países europeos se vieron bloqueadas por manifestaciones de agricultores.

Contrariamente a lo que podría pensarse, los agricultores no reclaman un aumento de subvenciones, sino una intervención sobre los precios, algo inimaginable para la mayoría de los economistas.

Para los argentinos que no lo sepan, vale la pena aclarar las cosas: sí, la agricultura en Europa está fuertemente subvencionada y los agricultores reciben dinero del gobierno en sus cuentas bancarias (no sólo los desempleados reciben dinero). Una de las razones de esta estrategia de intervención es la autosuficiencia alimentaria.

Viraje a la derecha en Francia

Al mismo tiempo, Gabriel Attal, el primer ministro francés, pronunció su discurso de política general ante la asamblea legislativa del país.

En su alocución, Attal delineó claramente un enfoque dirigido a desburocratizar el Estado francés, avanzando hacia políticas de derecha conservadoras. Entre las propuestas presentadas, se encuentran la reforma del seguro de desempleo para incentivar la búsqueda activa de trabajo, la reducción de impuestos y la creación de penas de interés educativo para los menores delincuentes de menos de 16 años, entre otras medidas.

Este discurso, en consonancia con la nueva ley de inmigración y la lógica de seguridad defendida por el presidente francés, confirma el viraje hacia la derecha del gobierno de Emmanuel Macron.

Algunas personas en Argentina podrían sentirse inclinadas a afirmar que el discurso del presidente Milei en Davos sirvió para iluminar a los líderes mundiales sobre los beneficios del liberalismo frente a las políticas de los “zurdos” (la izquierda). No obstante, esa percepción dista más de 2.000 leguas de la realidad.

El enfoque del gobierno de Emmanuel Macron se orienta cada vez más a reforzar la identidad nacional francetener sa, distanciándose de las propuestas liberales o libertarias.

En el contexto argentino, estas políticas podrían interpretarse como una inclinación hacia un nacionalismo de derecha. Macron ha compartido su visión sobre el futuro de Francia y de Europa en foros internacionales como Davos, donde subrayó la importancia de las reformas económicas y el reforzamiento de la soberanía europea. Sus políticas buscan impulsar inversiones públicas en sectores estratégicos, abarcando desde la tecnología de semiconductores y la agricultura hasta las energías renovables y la nuclear.

El sueño utópico de libertad

Milei debe despertar de su sueño utópico de libertad en el mundo occidental.

La realidad contemporánea muestra que la libertad capitalista de Occidente está siendo desafiada no tanto por una izquierda comunista, como por el surgimiento de derechas nacionalistas.

Ni el actual gobierno de Estados Unidos, ni la mayoría de los líderes europeos, ni siquiera una posible futura administración de Donald Trump, parecen alinearse o estar convencidos por las propuestas de libertad / libertarias promovidas por Milei.

El escenario internacional actual no es favorable a Milei. Las figuras emblemáticas del liberalismo económico, como Milton Friedman y Friedrich Hayek, llevan décadas muertos, y acontecimientos históricos clave como la disolución de la Unión Soviética o los gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher son cosa del pasado.

Gabriel Attal aún no había nacido en esos tiempos. En este contexto, Milei se encuentra en la posición de que entablar diálogo no con las figuras históricas a las que admira, sino con los líderes actuales, quienes tienden hacia políticas más estratégicas e intervencionistas. La realidad política actual difiere considerablemente de la época en que florecieron las ideologías defendidas por Milei. Intervencionismo en Europa

Un tema que llegará sobre la escena en los próximos días es que el acuerdo Unión Europea (UE)-Mercosur está muerto, no por inclinaciones de izquierda sino por un fuerte giro hacia el intervencionismo nacionalista por parte de Europa.

Los europeos van a decidir defender a sus agricultores. En respuesta a las crecientes protestas, Macron busca una excepción francesa que proteja la agricultura no sólo de Francia sino de toda la UE, lo que ha llevado a solicitar el fin de las negociaciones con el Mercosur.

Aceptar un acuerdo con la UE bajo las condiciones exigidas por los agricultores europeos podría resultar desfavorable para los países del Mercosur (aunque todavía Milei desee tirarse al vacío).

La situación actual exige que Milei despierte de su utopismo libertario, y quizá ya esté empezando a comprender esta necesidad. Ante los desafíos que enfrenta, su posible vía de escape para evitar un fracaso puede ser la adopción de políticas nacionalistas, actualmente silenciadas, pero latentes en su armado político.

La pregunta clave es si Milei estará dispuesto a aceptarlas. Esto no sólo supondría un cambio significativo en su postura ideológica, sino que también podría representar un giro estratégico a la hora de navegar en el complejo panorama político actual.

Publicado en la Voz del Interior https://suscripcion.lavoz.com.ar/?limit=true&msg=exclusivo&continue=https://www.lavoz.com.ar/opinion/un-desafio-para-javier-milei-el-giro-de-europa-hacia-una-derecha-intervencionista/

La opinion del autor no necesariamente conicide con las de Dossier Geopolitico

Los agricultores franceses cercan Paris

Ante las próximas derrotas en Ucrania y Medio Oriente y la desdolarización creciente, un EE.UU. dividido ocupa Latinoamérica para frenar a China

Por Eduardo J. Vior(*)
analista internacional

La combinación de previsibles derrotas político-militares, pérdida de competitividad, desdolarización de vastas regiones del mundo y la creciente división ideológica y cultural dentro del campo occidental conducen a un aceleramiento de los movimientos tectónicos que están haciendo temblar el mundo desde hace dos años. En particular, del modo en que se resuelva la lucha por el poder en Estados Unidos dependerá el curso de su confrontación con la República Popular de China por la organización del mundo, es decir, entre la competencia pacífica y la guerra nuclear.

El fracaso de la contraofensiva ucraniana en el pasado verano boreal y la interrupción de las transferencias legales de fondos de Estados Unidos al país europeo permiten aseverar que Ucrania no puede ganar la guerra que inició contra Rusia hace diez años. Después del fracaso de la contraofensiva en Zaporiyia y la pérdida de decenas de miles de efectivos, los avances rusos en Donetsk, Lugansk y Járkov han puesto al ejército de Kiev a la defensiva. 

Fracturada por intensas luchas de poder, que, en realidad, reflejan las diferentes estrategias que compiten en Washington, Ucrania sólo puede retrasar la ofensiva rusa, si construye una eficiente línea defensiva. Aun así, su derrota militar es una cuestión de tiempo. En algún momento de los próximos meses su frente cederá y deberá aceptar las condiciones que Rusia imponga para firmar la paz. Probablemente, en ese momento los servicios occidentales comenzarán una guerra de guerrillas con los restos del ejército ucraniano, pero no podrán ocultar la derrota política y militar de la OTAN.

Entre tanto, en Asia Occidental el Imperio también está retrasando su derrota. Al plantearse objetivos desmedidos y demasiado ligados a la supervivencia personal del primer ministro Benyamin Netanyahu, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se empantanaron en una guerra en varios frentes que no pueden ganar y la masacre contra la población de la Franja de Gaza ha cambiado la visión que… 

la opinión pública mundial tenía de Israel: ahora lo ve mayoritariamente como un Estado genocida.

Mientras tanto, EE.UU. insiste en multiplicar los frentes. Primero, atacó a Yemen junto con Gran Bretaña y un puñado de aliados, pero no pudo evitar que el comercio israelí tuviera que abandonar el estrecho de Bab el Mandeb y se desviará por el Cabo de Buena Esperanza (4.500km más). Las pérdidas del Estado sionista ascienden entre tanto a decenas de miles de millones de dólares.

Al bombardear este viernes 2 bases de milicias pro iraníes en Siria e Irak, los norteamericanos cayeron en la trampa del Eje de la Resistencia liderado por Irán y extendieron la guerra de Gaza

Su presencia en ambos países representa una cuña en el frente de la Resistencia y le permite desde hace doce años robar el petróleo de Siria. Para peor, su Fuerza Aérea esperó cinco días para bombardear, tiempo suficiente para que las milicias vaciaran las instalaciones. Evidentemente, Washington quiso enviar a Teherán una advertencia sin dañarla, pero es peor, ya que los bombardeos justifican a las milicias que los atacan permanentemente en ambos países y amplían la guerra de Gaza.

Después de cuatro meses de guerra, Israel no ha podido vencer a la resistencia palestina, la mitad de sus fuerzas están comprometidas en la frontera con Líbano, la guerrilla palestina en Cisjordania no cesa en sus ataques y los yemeníes han dañado su comercio. 

Además, la división de su liderazgo y la oposición de gran parte de la población al gobierno de Benyamin Netanyahu ponen un serio límite a su esfuerzo de guerra. Si, además, sus aliados occidentales insisten en ampliar el teatro de operaciones, más integral y abarcadora será la negociación que el Eje de la Resistencia imponga a Israel y los norteamericanos. EE.UU. está a punto de perder su hegemonía en Asia Occidental e Israel ha quedado a la defensiva, con el consecuente fracaso de su proyecto expansionista.

La estrategia neoconservadora de guerra permanente es desde la presidencia de Ronald Reagan (1981-89) el correlato necesario de la hegemonía del capital financiero especulativo concentrado, no sólo, porque la guerra continua alimenta la industria armamentista, sino también, porque abrir a los tiros nuevas posibilidades de inversión en el exterior resultaba hasta hace poco más rápido que invertir en el desarrollo de la tecnología y la industria nacionales. Expandiendo la deuda pública se podía comprar todo a precio vil en el exterior y se fomentaba un lucrativo negocio para bancos y fondos de inversión que se enriquecen con las obligaciones del Estado. Además evitaba el crecimiento de clases trabajadoras que luego obligaran a los más ricos a ceder algo de su poder y propiedad.

Cuarenta años de concentración de la riqueza en una ínfima oligarquía super rica creó una mayoría empobrecida e impulsó la resistencia de sectores productivos que consideran tanta guerra un despilfarro y reclaman el cierre del mercado norteamericano para recuperar su competitividad. Razones históricas y anclajes ideológicos hicieron que los neoconservadores globalistas vayan de la mano con liberales universalistas y todo tipo de corrección política (la llamada cultura woke). Quienes defienden el mercado interno, en cambio, se vistieron de reaccionarios, racistas, xenófobos y machistas.

http://consorciociudadano.org/wp-content/uploads/2017/07/American-Flag-Dry-Drought-Cracked.jpg

Desde principios de la década pasada Estados Unidos está irremisiblemente partido en dos facciones irreconciliables. En el comienzo de la campaña para las elecciones presidenciales de noviembre próximo, entonces, la fractura se agravó y el país está en pleno conflicto constitucional por la grave crisis migratoria en la frontera sur. 

En medio de la campaña electoral ambos partidos aprovechan la tragedia de los inmigrantes para ganar puntos. Durante meses se negoció en el Senado un compromiso bipartidista por el cual los demócratas se avendrían a un cierre total de la frontera mexicana a cambio de que los republicanos votarán nuevas partidas de ayuda a Ucrania. Este compromiso se desinfló en la medida en que Donald Trump se fue perfilando como el futuro candidato presidencial republicano. Tanto él como Joe Biden tienen ahora más interés en polarizar que en resolver la crisis. Al hacerlo, empero, llevaron el país al borde de la ruptura.

Los gobernadores de 25 estados (la mitad del país) y los fiscales federales de 26 de ellos han manifestado su apoyo a la rebeldía de Texas contra la orden de la Corte Suprema de EE.UU., para que el estado de la Estrella Solitaria (de su bandera) retire el alambre de púas que ha colocado en un tramo de su frontera con México en el litoral del Río Bravo. La cerca de 48 kilómetros a orillas del río Bravo forma parte de la estrategia del gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, para evitar la llegada de migrantes. Su colega de Florida, el republicano Ron DeSantis, y la precandidata del mismo partido Nikki Haley se han solidarizado con la rebeldía texana.

Demócratas y republicanos insisten en agudizar la fractura del país, sin hacerse cargo de las consecuencias que puedan sobrevenir. En el resto del mundo, en tanto, cunde la desconfianza. 

No sólo Estados Unidos se caracteriza por incumplir sus compromisos y promesas, sino que su división actual permite dudar de la solidez de los compromisos que sus gobiernos contraigan, ya que no se sabe si el próximo gobierno los honrará. 

Si la política estadounidense suscita desconfianza, es lógico que su moneda pierda credibilidad. 

El secuestro de 300.000 millones de dólares de depósitos privados y públicos de Rusia en bancos occidentales como resultado de las sanciones de 2022 y el robo de las reservas áureas de Venezuela en Londres muestran un sistema económico y financiero occidental que incumple sistemáticamente las reglas de la economía capitalista mundial. No puede reclamar previsibilidad quien actúa arbitrariamente y cambia sus decisiones de un día a otro.

Esta pérdida de la confianza de muchos países hacia EE.UU. está llevando a cada vez más naciones emergentes a abandonar el dólar y buscar asociaciones internacionales más respetuosas de las reglas. Por eso BRICS ha duplicado este año la cantidad de sus miembros. La presidencia rotativa rusa de BRICS 10 durante 2024 ha puesto los términos del intercambio entre sus miembros en el tope de agenda. Un grupo de expertos está analizando los posibles mecanismos de pago dentro del bloque, incluyendo las monedas digitales y la interacción de los sistemas de pago, pero por lo pronto se dará prioridad al pago en monedas nacionales. Rusia y China así como Rusia  Irán ya comercian en sus monedas nacionales. Dentro de la Unión Económica Euroasiática se está implementando un mecanismo de conversión entre las monedas nacionales y otros países del Sur están siguiendo el ejemplo. Aunque todavía minoritaria, la desdolarización avanza en el mundo.

Ante su pérdida de influencia en Europa, Asia y África, EE.UU. se está haciendo fuerte en América Latina y el Caribe. 

Mientras acuerda con Ecuador, Perú y Paraguay el ingreso de fuerzas militares, retoma las sanciones contra Venezuela, impide la normalización de Haití, incrementa su intervención militar en Guyana y desequilibra Argentina. El Comando Sur está aumentando la militarización de la región de un modo como no sucedía desde la década de 1970. Al mismo tiempo, la militarización de las fuerzas de seguridad de los países de la región y la intervención de sus ejércitos en tareas policiales desguarnecen el territorio y favorecen a las redes de narcotráfico.

No sólo los recursos minerales, sino especialmente el transporte y las comunicaciones son de especial interés para la intervención norteamericana. Incapacitados para competir con China, los Estados Unidos busca desmembrar los estados latinoamericanos y anular su control del territorio, para impedir a futuro el surgimiento en la región de un bloque defensivo. Cualquiera que sea el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre próximo, esta política se mantendrá en lo sustancial. 

Sin embargo, esta actitud propia del perro del hortelano es de patas cortas. Quien mucho abarca, poco aprieta. Mucho menos, si no ofrece alternativas de desarrollo a cambio del sometimiento. En algún momento se relaja la vigilancia y/o se combinan dos o más crisis simultáneas y el mecanismo de control salta por los aires.

De acuerdo a la mayoría de las previsiones de los organismos internacionales en la próxima década China superará a EE.UU. como primera potencia del mundo y en 2037 será la mayor economía del mundo. Ya adelantada tecnológicamente a su competidor en 35 de 37 sectores de vanguardia. Aunque EE.UU. sigue teniendo el mayor PBI total, China ya en 2022 lo superó en cuanto al poder adquisitivo por persona. Mientras que en 2023 su PBI creció en 5,5%, la economía norteamericana se incrementó en 2,5% y la del resto de los miembros del G7 permaneció estancada.

En la última década y media China ha sido el motor principal del crecimiento económico del mundo, aportando el 35% del crecimiento del PBI nominal del globo, mientras que Estados Unidos ha contribuido en un 27%. Aunque ambos países tienen un serio problema de deuda pública, las acreencias totales contra China ascendían en septiembre pasado a U$S 47,5 billones, mientras que Estados Unidos debía U$S 70 billones. Para refinanciar su deuda, EE.UU. depende de mantener una política de altas tasas de interés que, si bien benefician a su economía, dañan el crecimiento global. China, por el contrario, sigue aumentando el consumo e incrementando su presencia internacional como forma de sobrellevar la deuda.

La competencia entre ambas potencias se centra actualmente en el comercio, las finanzas y las tecnologías de punta. 

Estados Unidos tiene serios problemas para competir con China en los mercados del Sur Global y por eso busca cerrarlos a las inversiones chinas. Al mismo tiempo bloquea el acceso de su competidor a los últimos desarrollos tecnológicos, aunque sin resultados duraderos. Algo más de éxito tiene en el mercado financiero, si bien, gracias a la ampliación de BRICS 10 y al proyecto de la Franja y la Ruta, la República Popular puede encarar emprendimientos de grandes dimensiones que atraen inversiones importantes.

En la rivalidad entre ambos centros del mundo asoma ya India que, a punto de superar al tercero en retroceso (Alemania)..

…se apresta a disputar con ambos mercados e inversiones. Todavía no representa un problema, pero se prevé que las pujas por desplazar a uno u otro comenzarán antes del fin de la década.

A esta altura de la competencia hegemónica pesan mucho las diferentes estrategias políticas y culturales. Mientras que EE.UU. sigue recurriendo a su fuerza militar y a la imposición de su voluntad, China está desarrollando un entretejido de redes concéntricas y multipolares en las que todos los actores ganan a la vez. Si bien Beijing carece de la ideología universalista de su contrincante, la confianza que genera su tratamiento respetuoso de las diferencias le está deparando grandes éxitos.En el corto plazo, hasta las elecciones presidenciales de noviembre próximo, puede anticiparse que Estados Unidos intentará sostener a la vez el esfuerzo militar en Ucrania, Asia Occidental y en el Mar de la China Meridional. Al mismo tiempo mantendrá la presión sobre América Latina y el Caribe y sobre Europa. En esta sobreextensión de su esfuerzo de guerra reside precisamente su debilidad. Cualquier evento que se produzca en algún escenario de conflicto puede quebrar su línea defensiva y tendrá repercusiones en el resto del mundo. Habrá que armarse de paciencia y estar atentos a cualquier grieta que aparezca en la armadura.

(*) Dr. Eduardo Vior es miembro de Dossier Geopolitico

La masiva protesta del miércoles 24 contra el gobierno de Milei fue seguida en todo Occidente, porque ven en Argentina el laboratorio del ultraliberalismo mundial

Por Eduardo J. Vior
analista internacional

La huelga general y las manifestaciones que este miércoles paralizaron Argentina y pusieron en pie de lucha a 1,5 millones de manifestantes en todo el país tuvieron una resonancia internacional dispar. Mientras que en los medios del bloque euroasiático se informó elogiosamente sobre la medida de protesta, pero no se le dio una importancia excesiva, en los medios del establishment norteamericano y en Europa Occidental tuvo una gran resonancia. Inmersas como están en el enfrentamiento con los neoconservadores, las elites globalistas de izquierda y derecha están todos los días tomando la temperatura del experimento ultraliberal que Javier Milei está realizando en Argentina.

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The New York Times, The Washington Post, El País, Folha de São Paulo, The Guardian, Liberation y La Repubblica, entre otros medios del mundo occidental, siguieron de cerca la jornada de movilizaciones en todo el país. “Argentinos en huelga gritan que ‘la patria no se vende’ contra la agenda liberal de Milei”, publicó el diario brasileño Folha de São Paulo, y desarrolló: “El país mantiene huelga general mientras el Congreso discute un paquete de leyes para desregular la economía”. 

Por su parte, el oficialista El País de Uruguay, señaló lo siguiente: “Tras el inédito paro general en Argentina, la Justicia frenó la reforma laboral de Milei”, en alusión al reciente fallo del fuero laboral que declaró la invalidez de seis artículos del mega DNU.

“Un paro nacional en Argentina pone a prueba las propuestas de Milei”, tituló entre tanto el The New York Times, y en la bajada –algo contradictoriamente- aclaró que “A pesar del caos económico, el índice de aprobación del presidente se ha mantenido alto, o incluso ha subido junto con los precios. Encuestas recientes muestran que el 58 por ciento de argentinos lo apoyan”. El corresponsal no refiere quién hizo tal encuesta, pero todo el artículo está signado por la idea de que hay “dos Argentinas”. Sobre todo, termina citando alarmado el eco que el discurso del presidente argentino en Davos tuvo entre la derecha internacional.

Por su parte, el Washington Post encabezó con “El presidente argentino se enfrenta a una huelga general de un día mientras sus adversarios intentan hacer descarrilar su programa de austeridad”. En ambos matutinos del poder norteamericano se nota una actitud expectante sobre las chances de éxito del ajuste libertario y sobre la capacidad oposita para frenarlo. En ninguno de los dos casos arriesgan opinión, pero destacan la importancia del choque del día 24.

En la prensa británica, a su vez, se observa una clara diferenciación política en el mero registro de la huelga y el acto. Mientras que el conservador The Times ignoró los acontecimientos, el liberal The Guardian tituló “Los argentinos organizan una huelga nacional contra el programa de extrema derecha de Javier Milei”, tomando claro partido contra el gobierno de LLA. También el diario de la City The Economist guardó silencio este jueves sobre la manifestación y el cese de actividades, pero el miércoles ya había publicado “Los sindicatos argentinos prometen una ‘huelga total’ mientras Javier Milei impulsa la reforma económica”. El movimiento sindical aparece como amenazante, mientras que el gobierno ”reforma”. Por su parte, la agencia de noticias Reuters, especializada en noticias económicas, informó que “Los sindicatos argentinos desafían a Milei con una gran huelga y protestas”, o sea, un tono “neutral” y a la expectativa.

Otro fue el tono de la información en Francia. En tanto France24 tituló “Milei enfrenta el primer paro nacional en años, mientras la ‘ley ómnibus’ sigue en vilo”, Radio Francia Internacional (RFI) señaló que “Otro disparo de advertencia contra el nuevo poder ultraliberal en Argentina”. El centroizquierdista Liberation, por su parte, encabezó con “En Argentina, huelga general contra ‘el proceso de destrucción del país’ que ha iniciado Milei» y en la bajada explicó que “Todas las organizaciones sindicales convocaron una huelga general contra la política ultraliberal del presidente argentino. Y a pesar de un protocolo de seguridad especialmente represivo, la movilización parece haber sido masiva.”

El italiano La Reppublica tituló “Argentina, primer golpe contra Milei. Buenos Aires paralizada por las protestas”. Y sostuvo que “500.000 personas en la capital, y otro millón en el resto del país se han cruzado de brazos contra la ‘Ley Ómnibus’ sobre privatizaciones y recortes. El Parlamento pospone el debate una semana”.

Del mismo modo, en España El País tituló que “Decenas de miles de personas protestan en Argentina en el primer paro general contra Milei”.

El paro y la movilización masiva del miércoles 24 despertaron en Estados Unidos y Europa Occidental el interés de las elites globalistas de izquierda y derecha, porque están observando atentamente el desarrollo del experimento libertario en Argentina. De un lado y otro del Atlántico hay elecciones este año y, dentro del abanico de ofertas derechistas que pululan, se destacan las propuestas libertarias impulsadas por la Red Atlas. El interés por el libertarianismo ha crecido después del manifiesto leído por Milei el miércoles 17 en el Foro de Davos y tanto los europeos como los norteamericanos están pendientes de sus resultados.

No se trata de una decisión entre modelos económicos, sino de elegir entre dos visiones sobre la organización y estrategia de Occidente para recuperar la hegemonía mundial. Desde hace dos años la Alianza Atlántica ha sufrido grande derrotas en Europa y Asia, enfrenta poderosos desafíos en África y se ha hecho fuerte en el Continente Americano, donde el Comando Sur está interviniendo por doquier. El levantamiento pacífico del pueblo argentino contra el intento mileísta de golpe de estado puede desbaratar el control imperial sobre el Cono Sur, al mismo tiempo que manda a la cucha a los seguidores de Conan.

Por Omar Ruiz(*)

“… Hoy todo es política internacional, que juega

dentro o fuera de los países, influenciando la vida de las naciones y de los pueblos en forma decisiva”.

Juan D. Perón, La Hora de los Pueblos, 1968

La política exterior de Argentina durante el gobierno del presidente Alberto Fernández, estuvo contextualizada por la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, el endeudamiento heredado y la sequía; y enmarcada en un mundo de interdependencia hegemónica, transición de la dominación económica- financiera anglosajona hacia el poder ascendente de China, resurgimiento de la geopolítica y el nacionalismo, expresada tanto en la disputa en Asia-Pacífico por el control del Mar de China y Taiwán, como en el anticolonialismo en Africa noroccidental, la guerra en Palestina y la proyección global de la OTAN como alianza ofensiva. En esta etapa analizar y, en el plano regional, por la vigencia de proyectos soberanistas en algunos países de América Latina, los intentos de recrear UNASUR y el debate del acuerdo MERCOSUR-UE; y se caracterizó por promover no sin algunas contradicciones, el interés nacional, los principios de soberanía, multipolaridad, multilateralismo, respeto al derecho internacional, integración regional, e inserción comercial.

Si bien el proyecto de Unión por la Patria fue derrotado electoralmente, en el balance de la política exterior de estos cuatro años se pueden destacar muchos logros, señalar errores y reafirmar desafíos para un futuro gobierno de este espacio político renovado.

En estos cuatro años Argentina estuvo integrada al mundo, tanto a Occidente como a Oriente, lejos de la crítica opositora que hoy gobierna y nos aleja de más de la mitad de la humanidad.

Las acciones del gobierno podrían enmarcarse en lo que Juan Carlos Puig denominó “autonomía heterodoxa”, enfoque apropiado para un país de tamaño medio como el nuestro, que reconoce la existencia de distintas potencias globales, no comparte algunos de sus lineamientos y preserva para sí intereses propios, teniendo presente que: 1) no hay políticas de poder sin poder, 2) que las necesidades del país en términos de intereses comerciales y/o renegociación de deudas implican en algunos casos ciertos condicionamientos geopolíticos y 3) que la política exterior y la política interna se influyen mutuamente según la relación de fuerza entre gobierno y factores de poder. 

Comenzando con la prioridad de la Política Exterior Argentina, respecto de “Malvinas” se desarrolló una política soberana que reafirmó en todo momento nuestros derechos sobre las dichas Islas, como también sobre Georgias del Sur, Sándwich del Sur y espacios marítimos correspondientes. Se denunció formalmente el acuerdo Foradori–Duncan de 2016 que era perjudicial para nuestros intereses, y se lo desactivó en la práctica en forma previa; además se logró una victoria diplomática sobre el Reino Unido al conseguir la inclusión del tema Malvinas en la declaración de la Cumbre CELAC – UE de 2023. Se crearon y aprobaron por ley, el Consejo de Estado de Malvinas con representación estatal y civil, la nueva Plataforma Continental y la capacitación obligatoria sobre Malvinas, acciones que mostraron la voluntad del gobierno de concientizar y transitar el camino de la recuperación pacífica del ejercicio efectivo de la soberanía sobre las Islas. Argentina, país marítimo, bicontinental y bioceánico debe profundizar sus acciones geoestratégicas y geoeconómicas en Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, por su importancia geopolítica y sus recursos naturales para el desarrollo del país.

El regreso de Luis Ignacio “Lula” Da Silva a la presidencia de Brasil permitió una sintonía fina entre los dos países más importantes de América del Sur sobre cuestiones tales como los desafíos de la multipolaridad, BRICS, UNASUR, CELAC y el proyecto de una moneda común para intercambios comerciales, entre otros temas.

Desde la presidencia Pro tempore de Argentina en el MERCOSUR, se impulsó un fortalecimiento del bloque regional, un aumento en el comercio intra regional, y la construcción de un bloque para contrapesar las asimetrías en las negociaciones comerciales con la Unión Europea y otros Estados. 

Alberto Fernández promovió el diálogo desde el “Grupo de Puebla” apoyando los procesos de integración regional.

Con el presidente Andrés Manuel López Obrador se acordó la iniciativa para la creación de la agencia espacial latinoamericana y hubo numerosas coincidencias en la Agenda de América Latina y el mundo. 

Asimismo, se profundizó la integración con los gobiernos de Uruguay, Paraguay y Chile, con este último se acordó continuar el proyecto de la red de fibra óptica para conectar el sur de nuestro continente con el sudeste asiático.

En estos cuatro años, Argentina, repudió el golpe de Estado en Bolivia, coordinó con México el salvoconducto del ex Presidente Evo Morales y su posterior asilo; apoyó al actual presidente Luis Arce e impulsó la incorporación plena de Bolivia al MERCOSUR. 

La victoria de Gustavo Petro, celebrada por nuestro gobierno, ha sido muy significativa para poner a Colombia en la línea de presidentes comprometidos con la Patria Grande.

El informe “Bachelet” sobre Venezuela tuvo a Argentina en su posición histórica en defensa de los derechos humanos, al mismo tiempo que rechazó a Juan Guaidó como presidente por su origen no democrático e ilegítimo. 

El presidente Alberto Fernández expresó en distintas reuniones, encuentros y foros virtuales, la necesidad de construir un orden mundial más justo y se pronunció por un capitalismo con rostro humano. 

Un logro importante de la gestión ha sido la decisión, demorada, de incorporarse al grupo de países BRICS, como una forma de adherir a los principios de un mundo multipolar y policéntrico. De mantenerse esta decisión, nos permitiría comerciar con un conjunto de países que representan el 22% de la superficie continental, el 42% de la población mundial, el 24% del PBI mundial y contribuyen con el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones mundiales de bienes y servicios.

Con China, potencia en ascenso y destino principal de nuestras exportaciones, Argentina sostuvo sus relaciones políticas y comerciales no sin titubeos en temas como la energía nuclear y las centrales hidroeléctricas. Durante estos años China ha sido solidaria con Argentina en la Cuestión Malvinas. 

Con EE.UU., la agenda estuvo ocupada principalmente por el tema de la renegociación de la deuda externa, hubo coincidencias en temas como la lucha contra el cambio climático, y disputas por la Secretaría General de la OEA y la presidencia del BID. 

En el caso de Europa se puso un foco crítico sobre el acuerdo comercial MERCOSUR – Unión Europea, analizando su impacto sobre nuestro sector industrial y laboral, no obstante, la negativa de países como Francia para avanzar.

El presidente Alberto Fernández tuvo una diplomacia activa ante los principales países europeos, promoviendo el reclamo por un trato justo con las deudas de los países en desarrollo.

Con Rusia, que también ha manifestado un apoyo permanente a nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas, se estrechó la relación a partir de la entrega solidaria de la vacuna “Sputnik” y se coordinó la solicitud de nuestro ingreso a los BRICS. Tenemos por delante el desafío de aumentar el intercambio comercial y avanzar en proyectos de integración espacial, militar y energética. 

Argentina expresó su apoyo al principio de integridad territorial de los Estados ante la intervención militar de Rusia en Ucrania, llamó a un cese de hostilidades, y pidió una mesa de negociaciones para alcanzar la paz en este conflicto, provocado por la pretensión de la OTAN de expandirse hacia las fronteras de Rusia.

En la guerra entre Israel y Palestina, Argentina condenó tanto los ataques del grupo Hamas contra la población israelí como la represalia de Israel en Gaza exigiendo el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario. Este conflicto tiene un principio de solución, en el cumplimiento de las distintas resoluciones de Naciones Unidas que reconocen la existencia de dos Estados. Asimismo, Argentina, en el marco de la operación denominada “Regreso Seguro”, envió aviones Hércules C-130 con destino a Tel Aviv, para evacuar a más de mil argentinos.

Con India nuestro país avanzó en el fortalecimiento de la cooperación bilateral para incrementar el intercambio comercial y las inversiones, muestra de ello es la cifra récord de más de 5600 millones de dólares en el último año. India es el cuarto socio comercial de Argentina a nivel global (considerando el comercio bilateral total), luego de Brasil, China y Estados Unidos, y también cuarto destino de nuestras exportaciones. 

Durante estos años, ha sido evidente la falta de decisión para concretar e implementar algunas “declaraciones”, sirva como ejemplo la demora en la incorporación a los BRICS, la falta de decisión para impulsar el funcionamiento nuevamente de UNASUR, la indefinición en la compra de los aviones caza polivalentes y otras decisiones que debieron tomarse en materia de defensa. Estos titubeos no son sólo atribuibles a problemas presupuestarios, como siempre se intenta explicar, sino, producto de no saber qué hacer, ante las presiones geopolíticas. Es preciso definir, en que áreas y temas se avanzará con cada potencia internacional.

En Argentina el signo político de gobierno ha cambiado, y todo confirma un alineamiento absoluto con el mundo anglosajón, en un regreso a las “relaciones carnales” de los años 90 con la consiguiente pérdida de autonomía en materia de política exterior y las consecuencias económicas por el debilitamiento de las relaciones con China y Brasil. La violencia verbal (agresión al Presidente de Colombia, Gustavo Petro), las concesiones en materia de soberanía en Malvinas (diálogo con David Cameron) y la torpeza diplomática (poner en cuestión el principio de una sola China con el acercamiento a Taiwán), son muestras claras del delirio y la deriva; y de una posición alejada del interés nacional y que conduce claramente al aislamiento internacional.

A pesar del péndulo de nuestra política exterior, seguimos pensando que Argentina debe asumir como Política de Estado, liderar junto a Brasil un proceso definitivo de integración política, institucional, social, energética, militar, financiera, comercial y ambiental que permita a nuestra región convertirse en un actor con capacidad de influencia mundial. Argentina, para poder incidir en los grandes temas de la agenda internacional como la seguridad internacional y la paz, la crisis climática y el cambio energético, la deuda externa, necesariamente deberá hacerlo desde la integración regional. En este camino resulta clave el fortalecimiento del MERCOSUR, recuperar UNASUR y la incorporación definitiva de Argentina a los BRICS, para contribuir a la construcción de un mundo más humano, sostenible e igualitario.

Omar Ruiz

Magister en Relaciones Internacionales

Ex Legislador Provincial Provincia Cordoba

Red de Capacidades Nacionales

Colaborador de Dossier Geopolitico