Con la incorporación de cinco países la asociación de potencias emergentes duplicó el número de sus miembros y adquirió un peso económico y político insoslayable en el futuro inmediato.
Por Eduardo Vior Analista Internacional colaborador de Dossier Geopolitico
Desde el 1º de enero pasado BRICS tiene diez miembros, habiendo duplicado el número de socios en un abrir y cerrar de ojos. Otros 23 países han solicitado su adhesión1 al pacto de naciones emergentes. La excepción es Argentina, cuyo gobierno libertario rechazó la invitación2 a incorporarse a la asociación. Se especula mucho sobre quién pierde y quién gana con esta ausencia, así como sobre las razones por las que Javier Milei se ha rehusado a ingresar al bloque de potencias intermedias. A juicio de este observador, todos pierden, aunque el foro de países emergentes haya ganado mucho con su agrandamiento y nuestra querida Patria haya quedado varada en seco, cual ballena arrastrada por la marea.
Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía se han incorporado a BRICS de pleno derecho. “Este es un claro indicio de la creciente autoridad de la asociación y de su papel en los asuntos mundiales”, señala la información publicada este 1° de enero por la Presidencia de Rusia, Estado que acaba de asumir la presidencia rotativa del bloque3. Después de anunciar la incorporación de los nuevos asociados, Vladímir Putín declaró que “cada vez hay más partidarios y Estados afines que comparten los principios subyacentes”.
El mandatario ruso subrayó como mayores prioridades para su liderazgo pro tempore la interacción en el campo de la ciencia, la alta tecnología, la salud y la ecología, así como la cultura, el deporte y los intercambios juveniles. Además, Putín resaltó que la dirección de su país tendrá como lema “fortalecer el multilateralismo para un desarrollo y una seguridad equitativa”. El mandatario dijo que durante su presidencia se adoptarían “todas las medidas posibles” para que, “preservando las tradiciones y guiándonos por la experiencia acumulada por la asociación en los años anteriores, contribuyamos a la integración armoniosa de nuevos participantes en todos los formatos de sus actividades”. El presidente ruso indicó también que a los otros países que han pedido incorporarse se les ofrecerá la “categoría de Estados socios”.
En la actualidad, el bloque representa 42% de la población del planeta, 30% del territorio y 23% del PBI global. También concentra 42% de la producción mundial de petróleo y 55% de las reservas de gas natural. Estos datos muestran el potencial de BRICS, para impulsar la desdolarización de las transacciones internacionales que ya se ha puesto en práctica en numerosos acuerdos bilaterales, como los firmados entre Rusia y China utilizando el yuan y el rublo, y entre Brasil y China4, con sus respectivas monedas. La creación de sistemas de pago alternativos es precisamente uno de los focos de la presidencia rotatoria rusa en el grupo.
Además del 42% de las reservas de petróleo, los 10 países que integran BRICS producen 68% del uranio enriquecido del mundo y predominan masivamente en el desarrollo de recursos renovables: sólo China concentra 55% de las inversiones mundiales en energías limpias y 70% en paneles solares. Brasil, por su parte, tiene la matriz energética más diversificada del mundo.
Seguramente, en la medida en que el bloque crece e incorpora países de tradiciones, sistemas, creencias y liderazgos muy variados, será muy difícil hacerlo funcionar establemente de acuerdo a normas geopolíticas y comerciales más justas, sostiene el analista internacional venezolano Sergio Rodríguez Gelfenstein5. Según él, BRICS debe concentrarse en alcanzar una verdadera reforma del sistema monetario y comercial internacional, especialmente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
A su vez, según el profesor Fulufhelo Netswera6, de la Universidad de Durban (Suráfrica), dijo a Sputnik, es probable que Rusia “lidere iniciativas para fortalecer la arquitectura de seguridad de los BRICS, tanto económica como política”. “Es prudente que la presidencia rusa de los BRICS dé prioridad a mecanismos prácticos para abandonar completamente el dólar estadounidense como medio de comercio internacional”, agregó Netswera.
Además del enorme peso que BRICS adquiere ahora en la economía de la energía, el bloque acaba de sumar a importadores netos de cereales como Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU), lo que prácticamente equipara dentro del grupo la producción y el consumo de los principales cereales. La asociación, entonces, podría crear su propia plataforma comercial e intercambiar cereales dentro del grupo sin utilizar el dólar estadounidense7, tal como propuso recientemente una carta de la Unión Rusa de Exportadores de Cereales al Ministerio de Agricultura. Según la organización, los cinco países que antes componían BRICS produjeron durante 2023 un total de 1.170 millones de toneladas de cereales (42% de la producción mundial) y consumieron 1.100 millones de toneladas (40% del total mundial). Tras la ampliación, en tanto, el grupo producirá 1.230 millones de toneladas anuales (44% del monto global) y el consumo se acercará a la producción, es decir, 1.220 millones de toneladas (también 44%).
“El 25% del comercio mundial de trigo se hace con trigo ruso”, ejemplificó ante Sputnik Vladímir Petrichenko, director general de la empresa analítica ProZerno. “Del mismo modo, más de 25% del comercio de maíz se hace con grano brasileño. Además, cerca de 58% del comercio mundial de soja se realiza con la producción brasileña”, agregó. “China es el mayor comprador mundial de maíz y trigo, Egipto, por su parte, es un gran comprador de trigo, aunque en menor medida que compra 12 millones de toneladas al año. Ahora se ha añadido Arabia Saudita, el principal comprador de cebada. Pero aun así, las materias primas clave son el trigo, el maíz y la soja. Y para todas ellas los países que se incorporaron en enero ofrecen un mercado enorme”, destaca el experto.
Los países BRICS representan una gran parte y en algunos casos más de la mitad del mercado de estos productos agrícolas, señaló el experto. “En resumen, esta fruta está madura para ser recogida”, subrayó Petrichenko.
En base a estos datos el presidente de la Unión Rusa de Granos, Eduard Zernin, propuso la fundación de una Bolsa de Cereales de BRICS que haría la competencia al monopolio que ejerce la Bolsa de Chicago. En su opinión, Moscú podría ser “el proveedor de última instancia”, al que “podrían unirse más adelante otros exportadores netos”. “Estamos en condiciones de crear nuestra propia plataforma de negociación con liquidaciones en cualquiera de las divisas de los países BRICS y, en el futuro, en una divisa de compensación especial en Rusia o en uno de los países con un sistema financiero sólido y una divisa libremente convertible distinta del dólar”, argumentó Zernin.
Sin embargo, crear un ente de esta naturaleza requiere una estrecha colaboración entre operadores públicos y privados. Una vez abandonado el dólar estadounidense, el grupo tendría que elegiruna moneda de compensación adecuada.
Según la opinión de Petrichenko, los países hostiles a Rusia se resistirán enérgicamente a este proceso. “[Rusia] ya ha desplazado considerablemente a EE.UU. y la UE en el mercado del trigo”, señaló el experto. “Brasil también ha superado a EE.UU. en el mercado del maíz. Al menos ahora Brasil exporta más maíz que Estados Unidos. Y en el mercado de la soja es desde hace tiempo el número uno. Por lo tanto, habrá una resistencia y un sabotaje muy fuertes por parte de los comercializadores que están perdiendo posiciones», añadió.
En este contexto se entiende fácilmente por qué para algunas empresas exportadoras de commodities es imprescindible que en Buenos Aires haya un gobierno reaccionario que frene a toda costa la incorporación de Argentina a BRICS: las pocas grandes corporaciones que controlan la exportación de cereales argentinos (Cargill, Oleaginosa Moreno, Cofco, Bunge, AGD, ADM, Dreyfus y ACA) son más empresas rentísticas, que medran con el intercambio y se enriquecen especulando en dólares, que emprendimientos productivos. Si Argentina saliera de la zona del dólar y entrara en mercados regulados con espacios limitados para la especulación, se hundiría su negocio principal. Por eso financiaron a un candidato que propone atarnos al dólar. Para los países miembros de BRICS, la no incorporación de Argentina al grupo supone la pérdida de un jugador importante en el mercado alimentario mundial y un futuro gran exportador de gas. Por ello, China se apresuró a reorientar sus compras de soja hacia Brasil8. Muy probablemente, en el futuro próximo los países de BRICS castiguen al régimen oligárquico de Buenos Aires aumentando sus compras dentro de la asociación. Para el bloque de países emergentes el no ingreso de Argentina implica una pérdida importante, pero para nuestro país probablemente sea una catástrofe añadida al caos que está provocando el régimen golpista.
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