Por el Licenciado Jorge Nelson Poma.

Introducción

Casi toda la humanidad, a través de los medios de comunicación social, la gran mayoría tendenciosos, los que más que informar, lavan cerebros, salvo algunas honrosísimas excepciones, centra su contenido en la mal llamada “Guerra de Rusia contra Ucrania”, lo que en realidad debe ser señalado como “Guerra de la OTAN contra Rusia a través de la inmolación de la sangre ucraniana”.

Lo señalado es liderado por el poder anglosajón y dirigidos por el poder del dinero, principalmente por la mal llamada Banca Federal Norteamericana, porque la misma no es federal ni norteamericana, siendo la misma una entidad privada, usurera y satánica, que domina al mundo anglosajón, dándole órdenes sobre que debe hacer, en y con el mundo; la subordinación anglosajona y de la OTAN en general, se debe a la descomunal deuda externa que poseen los países integrantes con la entidad privada de marras.

Lo expresado precedentemente, tapa o bloquea otras barbaridades, miserias y desastres, que suceden en otras partes del mundo, en diversos conflictos, entre los que hoy nos ocuparemos de la “Guerra en Yemen”, siendo mejor comprender quienes y porqué están detrás de este Estado desangrándose.

Debemos aclarar que, no colocamos los nombres de los funcionarios, para no complicar este artículo, por tanto quien desee conocerlos, puede recurrir a las fuentes de consulta.

 Desarrollo del análisis comparado

La posición relativa de Yemen sobre el Golfo de Adén, como puerta de entrada al Mar Rojo desde el Sur, lo coloca en una situación estratégica de enorme influencia en la ruta del petróleo, desde el Golfo Pérsico, circunvalando el Sur de la Península Arábica, Golfo de Adén, Mar Rojo y el acceso al Canal de Suez, vale también llamarla, como parte del valor estratégico de suma importancia, “La Ruta del Petróleo”.

Yemen vive graves conflictos de combates interiores, cuyas razones pueden ser ideológicas, religiosas o de otras características; pero como toda guerra, el responsable mayor, no es quien la ejecuta y se desangra, sino aquellos poderes que la producen, en este caso particular, señalamos los principales de quienes motivan esta masacre a dos responsables de la producción del conflicto: Arabia Saudí e Irán.

Yemen está dividido en sectores o regiones tribales y religiosas, enfrentadas desde hace muchos años; en el 2011, durante la “Primavera Árabe”, todos estos sectores se habían unido bajo un gobierno único y una economía que parecía ser mejor, sin embargo volvieron las diferencias religiosas y tribales, quedando fracturado en Yemen del Norte o Suní, con Chiítas/Huties al Sur como movimiento separatista, obviamente que la fractura señalada, brindó el microclima apropiado para ejercer el poder de Arabia Saudí e Irán, en el lugar estratégico ya señalado.

Otros actores supranacionales, intentaron fomentar la paz en Yemen, no por bondadosos, sino porque la paz en la ruta del petróleo, sería muy conveniente a sus propios intereses; estas intromisiones sólo lograron reforzar la fractura entre el Norte Suni 70% y Chiíta del Sur.

En el año 2015, Yemen del Sur, recibió apoyo iraní por identificarse mejor con el movimiento Chiita/Hutíes, el suministro bélico de armamento, logística y apoyo militar de efectivos iraníes, lo que agravó las diferencias con el Norte afín a Arabia Saudí, mientras EEUU se convirtió en el principal oponente al régimen de Irán.

Por lo señalado, observamos la intención de Yemen del Norte de apoderarse y dominar a toda la región; en este punto del conflicto es que ingresa Arabia Saudí a apoyar a Yemen del Norte o Al-Hirak, por lo que la escalada se manifiesta cada vez más en ese fanatismo Norte – Sur, que sólo produce odios, sangre, muertes y una descomunal hambruna.

El Puerto de Huadayda es el principal lugar de intercambio de Yemen con el resto del mundo interviniente, por esta razón Yemen del Norte toma este lugar, motivado por Arabia Saudí y EEUU, Yemen del Sur intenta recuperarlo entre el 2016 y 2017, produciendo bombardeos y bajas de civiles a granel.

Se intenta un alto el fuego, se establece el Acuerdo de Estocolmo, en el que la ONU intenta fomentar la paz entre las partes en disputa, se esfuerzan las naciones en incorporar un programa alimentario para evitar la gigantesca hambruna yemení de ambas partes, pero el conflicto vuelve a intensificarse, dado el fanatismo de las partes.

La población de Yemen es casi 33 millones y medio de habitantes; el conflicto continúa, ya suman cerca de cinco millones de personas migrantes, muerte de niños por hambre y miseria, pero las acciones y provisiones bélicas no se detienen.

Actualmente, un choque de un barco estadounidense con un barco iraní, dio por resultado la detención del barco petrolero por lo que hubo reclamos pacíficos de EEUU contra Irán, este último, dueño y señor de las puertas de la ruta del petróleo en el Golfo de Sidra o Pérsico, Golfo de Omán y con Yemen en su poder, el Golfo de Adén.

De este modo se entiende la importancia que le brindan ciertos actores a la guerra yemení por la posición relativa o estratégica, en la ruta del petróleo; diversas monarquías o nobleza dominaron Yemen desde tiempos remotos hasta que en 1967, dos monarquías o familias nobles opositoras, dividieron en dos a este país de extrema pobreza, así se constituyen Yemen del Norte o República Árabe de Yemen y Yemen del Sur o República Democrática Popular de Yemen.

Con el correr el tiempo y tras la caída de la Ex Unión Soviética en 1990, Yemen del Norte y Yemen del Sur se unificaron en un solo país; con una diferencia del mayor poder ejercido por el Norte, a través de su líder llamado Saleh, quien ejerció un poder económico muy superior a Yemen del Sur.

Aprovechando que los ejércitos de ambos, aún no se habían reunificado, por ello en 1994 reaccionó el Sur en contra del centralismo del Norte y se inicia una guerra civil, la que culmina en completa victoria de Yemen del Norte, quien logra el apoyo de EEUU.

El 70% de la población yemení es musulmana Suní, en tanto que el resto son musulmanes Chiítas. Las olas de protestas de estos últimos, se transformaron en un frente de batalla liderado por Huessein Badredin Al-Houthi, sector que se aglutinó en las escarpadas montañas del Centro Oeste de Yemen, multiplicando de este modo su poder a través de la geografía.

Abatido en el 2004 Houthi, el ejército regular se transforma en guerrillas, las que buscan apoyo en una de las potencias de la región: Irán; mientras Yemen del Norte encuentra el apoyo de Arabia Saudí, arribando en esta situación al año 2011 en que se desarrolla la llamada Primavera Árabe, una especie de revolución en contra de las autoridades por la descomunal corrupción y abusos en toda la Península Árabe y de la cual Yemen, en su extrema pobreza, no escapó.

Para aplacar esta ola de protestas en Yemen del Norte, Saleh pasa su gobierno de 20 años a su Vicepresidente Hadi, lo que no logró apaciguarla. Sucediendo que, con mayor ayuda iraní, tras el incremento del precio del petróleo, lograron expulsar a Hadi; este último apoyados por una coalición árabe y los EEUU, logra retomar el poder en Yemen del Norte e intentando tomar a Yemen del Sur por la fuerza de las armas.

Arribamos al año 2017 con un enorme apoyo a Saleh por parte de Arabia Saudí y la coalición árabe, bloqueando a Yemen del Sur por mar y tierra, condenándolos a una pobreza y hambruna extrema, bombardeo de escuelas, hospitales y otras entidades civiles, al mejor estilo del sadismo supremo.

Se genera un conflicto político entre Saleh y Hadi para liderar Yemen del Norte, finalmente recibe el apoyo pro Hadi, quedando este último en el poder; en tanto que Irán incrementa su logística para los Huthies o Yemen del Sur, ya que los intereses iraníes apuntan a la puerta de entrada al Mar Rojo.

 Conclusiones:

  • Irán, aliado estratégico de Rusia y China, domina el Golfo Pérsico, gran parte de la ruta del petróleo, por lo que sumando a Yemen bajo su dominio, extendería el poder estratégico en la región.
  • Las alianzas estratégicas brindan un poder tal, que integran el juego del tablero mundial, respetando a los actores.
  • Tomemos ejemplo de las alianzas estratégicas de Irán, quien ha tenido el valor por su respaldo de tomar un barco estadounidense en su espacio soberano, sin temor a represalias; imaginemos una Argentina así: Independiente – Libre – Soberana, si integráramos por ejemplo el BRICSA (Brasil – Rusia – India – China – Sudáfrica – Argentina).
  • Yemen se encuentra sumida en una de las peores catástrofes humanitarias del planeta, sin embargo, los medios de comunicación, quitan importancia a esta masacre, con la finalidad de brindar espacio para intereses superiores que conforman la actual multipolaridad mundial, en especial por el dominio de los recursos naturales más valiosos del mundo, en donde quiera que se encuentren.
  • El conflicto yemení y sus fanatismos religiosos, políticos y las motivaciones supranacionales, nos llevan a pensar que difícilmente se encuentren prontas soluciones, por el contrario, al parecer continuará y se incrementará.
  • Suman al conflicto en Yemen, movimientos separatistas, los que complican y contaminan, aún más el desastre humanitario en la región, crímenes de guerra por doquier, se manifiestan desde distintos países, como de los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Irán, el mal llamado Estado Islámico y otros, los que son condenados por diversas ONGs, las que sólo alzan su voz con intereses mezquinos.
  • La ONU, dice que ayuda, pero más que ayudar, se dedica a observar; en tanto que Arabia Saudí, utiliza a Yemen para luchar contra su eterno enemigo Irán, utilizando sangre yemení; lo que podemos comparar con la guerra de la OTAN contra Rusia, utilizando la sangre ucraniana.

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