Entradas

Por Alejandro Marcó del Pont

Tropezar no es malo, encariñarse con la piedra sí (Alberto Sardiñas)

En un mundo definido por tensiones comerciales y el ascenso de China como potencia económica, las corporaciones estadounidenses y las instituciones gubernamentales han entrado en una lucha interna sobre el futuro de la política comercial de Estados Unidos. La presidencia de Donald Trump introdujo políticas arancelarias agresivas que buscaban reducir la dependencia de China y fomentar la autosuficiencia económica del país. Sin embargo, estas medidas pueden colisionar con los intereses del llamado «Estado profundo» estadounidense, un entramado de actores clave en defensa, diplomacia y economía que tradicionalmente ha priorizado la integración global y la estabilidad comercial que le ha redituado grandes beneficios.

Esta disputa interna revela fracturas profundas en la estrategia de política exterior de Estados Unidos. Poco pueden pesar las decisiones de un presidente, las políticas son más bien moldeadas por intereses corporativos y burocráticos. Mientras algunas compañías respaldan las políticas de Trump, otros las rechazan abiertamente debido a su impacto en los mercados internacionales y en la competitividad estadounidense.

Desde su llegada al poder, Donald Trump impulsó una agenda económica nacionalista basada en el eslogan «América primero». Las políticas arancelarias hacia China fueron el pilar de esta estrategia, con el objetivo de repatriar empleos e industrias a Estados Unidos, especialmente en regiones desindustrializadas. Reducir el déficit comercial con China, al desincentivar las importaciones mediante tarifas y presionar a Beijing para obtener concesiones en temas tecnológicos y comerciales.

Aunque estas medidas generaron beneficios a corto plazo para sectores industriales tradicionales, como la manufactura y el acero, también tuvieron consecuencias adversas. Por ejemplo, los costos de productos importados aumentaron significativamente, afectando a los consumidores estadounidenses, mientras que empresas tecnológicas como Apple, Tesla e Intel, altamente dependientes de cadenas de suministro en China, se encontraron atrapadas entre cumplir con las políticas de Washington o mantener su acceso al mercado chino.

La nueva presidencia de Trump augura nuevos corto circuitos, pero esta vez, es más claro que parte del poder real de Estados Unidos están en disputa. Según Karthik Sankaran, investigador del Quincy Institute for Responsible Statecraft, clasifica las corporaciones estadounidenses según sus estrategias frente al mercado chino y las políticas de Washington. Estas categorías reflejan las tensiones entre intereses económicos y políticos, y recientemente han sido actualizadas para capturar la complejidad de la situación actual. Las nuevas categorías incluyen:

1. Expansionistas pragmáticos: Corporaciones que buscan maximizar beneficios manteniendo fuertes relaciones comerciales con China. Ejemplos destacados son Tesla y Qualcomm. Tesla, por ejemplo, obtiene el 25% de sus ingresos (12.000 millones de dólares anuales) del mercado chino y depende de componentes críticos como baterías.

2. Aislacionistas estratégicos: Empresas alineadas con la narrativa de «América Primero», que buscan reducir la dependencia de importaciones chinas y repatriar su producción a Estados Unidos. Fabricantes de acero y automotrices como Ford lideran este grupo, apoyados por subsidios estatales.

3. Diversificadores cautos: Compañías tecnológicas como Intel, que obtienen un porcentaje significativo de ingresos de China (26% en el caso de Intel, equivalente a 21.000 millones de dólares), pero buscan reducir riesgos diversificando sus cadenas de suministro hacia otros mercados como el sudeste asiático.

4.  Mediadores financieros: Actores como Wall Street y cadenas minoristas como Walmart, que priorizan la estabilidad económica. Estas corporaciones presionan para evitar interrupciones comerciales que puedan perjudicar tanto a la economía global como a los consumidores estadounidenses.

La siguiente tabla resume la dependencia de sectores clave estadounidenses del comercio con China y su impacto en las disputas internas:

El «Estado profundo» estadounidense, compuesto por actores clave en el Departamento de Defensa, el Departamento de Comercio, Wall Street y otras instituciones, ha desempeñado un papel crucial en oponerse a las políticas económicas de Trump y es posible que hagan nuevamente. Aunque este término suele asociarse con teorías conspirativas, en este contexto se refiere al conjunto de intereses corporativos y burocráticos que influyen en las decisiones de política exterior y económica de Estados Unidos.

Por ejemplo, Tesla y Qualcomm han capitalizado su relación con China para expandir sus ingresos, por otro lado, empresas como Lockheed Martin, con menos del 1% de sus ingresos provenientes de este país, abogan por restricciones más severas para contener el ascenso tecnológico de Beijing. Sin embargo, empresa del complejo bélico como Boeing sus ingresosprovenientes deChina representan aproximadamente el 12% de sus ingresos estimados en U$S 8 mil millones anuales. La dependencia de insumos de Boeing también juega un papel determinante, obtiene piezas y componentes de proveedores chinos, y tiene acuerdos de fabricación conjunta en el país. Estas tensiones reflejan cómo la política exterior estadounidense sirve como herramienta para beneficiar a ciertos sectores corporativos en detrimento de otros.

Wall Street y las grandes corporaciones, donde hay actores como Walmart, Apple y BlackRock han presionado intensamente para suavizar las políticas arancelarias de Trump. Estas empresas argumentan que las tarifas interrumpen las cadenas de suministro globales, aumentan los costos de producción y reducen su competitividad internacional. Por ejemplo, Apple obtiene el 19% de sus ingresos de China y depende en más del 90% de insumos chinos, lo que la hace especialmente vulnerable a cualquier interrupción comercial.

El choque entre las políticas de Trump y el «Estado profundo» no solo es práctico, sino también ideológico. Mientras Trump impulsó un aislacionismo económico basado en la autosuficiencia, el «Estado profundo» históricamente ha creado y favorecido la globalización como herramienta para fortalecer la posición económica y militar de Estados Unidos e incrementar sus beneficios. Esta discrepancia quedó evidente en las divisiones dentro de las mismas instituciones gubernamentales y corporaciones, que se han alineado en bandos opuestos.

La disputa entre Trump y el «Estado profundo» refleja tensiones fundamentales en la estrategia de política exterior de Estados Unidos. Por un lado, las políticas arancelarias de Trump buscaron proteger la economía nacional y reducir la dependencia de China. Por otro lado, los actores del «Estado profundo» y muchas corporaciones se oponen a estas medidas, priorizando sus ganancias a la integración comercial.

En última instancia, esta lucha interna no solo define el presente de la política económica estadounidense, sino que también determinará su capacidad para competir en un mundo globalizado. Si bien no hay soluciones simples, la habilidad de Estados Unidos para equilibrar la seguridad económica nacional con la integración global será clave para su posición como potencia económica en el siglo XXI.

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2024/12/26/la-nueva-geopolitica-corporativa-la-guerra-del-estado-profundo/

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Dossier Geopolitico

Por  Lorenzo Cerani

En la crisis que experimentan los órdenes democráticos, el ciudadano común carece cada vez más de arraigo en un sistema compartido de símbolos: es imposible para las instituciones y los líderes construir repertorios de imágenes fuertes que actúen como pegamento social. Es urgente que la política vaya acompañada de la construcción de mitos compartidos para contrarrestar su pérdida de credibilidad.

n el mundo contemporáneo, la dimensión política está experimentando un estado de decadencia y está cada vez más sumergida en los dispositivos técnicos del Capital en su cuarta fase de revolución industrial, que ve el surgimiento de la industria de alta tecnología y el amanecer del capitalismo de vigilancia que nos describe Shoshana Zuboff. La democracia representativa parece reducida a una parálisis debido al creciente descontento de votantes alejados del palacio del poder que se han convertido en una elite sin anclaje popular , y como resultado del poder excesivo de los espíritus animales capitalistas y de las corporaciones transnacionales que erosionan los derechos de los ciudadanos. Estados y conducen fatalmente de la polis a la apolis, a la desterritorialización con efectos nocivos de desarraigo de la soberanía nacional. La escena política está dominada por la personalización, por el individualismo generalizado, por el indiferentismo ético, por el humor posmoderno en un completo vacío general, como subrayó el sociólogo francés G. Lipovetsky.

Al mismo tiempo, la globalización se acerca a su fin después del período dorado de hegemonía indiscutida de los Estados , con el surgimiento de archipiélagos desglobalizados con muchos dominios compitiendo entre sí y con marcos de valores de referencia divergentes. La guerra ruso-ucraniana en este sentido representó la ruptura con el autoengaño propagado por los defensores de la unipolaridad estadounidense sobre el fin de la historia y el triunfo del estilo de vida estadounidense con la afirmación del modelo democrático liberal, el colapso del fe parareligiosa proeuropea y de AntiEuropa entendida como una prótesis geopolítica americana incapaz de encontrar su propio camino.

Y de la misma manera está el surgimiento de lo que años atrás se había calificado de «talasopolítica» dado por la aceleración de las comunicaciones, la desaparición de la localización geográfica para la geopolítica y la disolución de las ideologías gracias al triunfo de la tecnología a escala planetaria. lo que impone nuevas estructuras y nuevas lógicas en la escena política internacional. 

Para escapar de las garras de la crisis general (tanto dentro de nuestro perímetro nacional como proyectada hacia las fronteras de Europa del Este, donde se están recogiendo los frutos de las políticas americanas de provocación de la federación rusa, como recuerda Benjamin Abelow) tal vez sea necesario volver a una base simbólica común, a una mitología fundacional capaz de hacernos resistir el impacto. No es casualidad que precisamente en vísperas de un terremoto político para el establishment tradicionalmente atrincherado en edificios romanos como la victoria de los partidos populistas verdes y amarillos, se publicara un ágil ensayo que pretendía actualizar el valor fuente de la mitopoeya: el anhelo La búsqueda de fundamentos espirituales se topó con el impulso del cambio y el derrocamiento de grupos políticos débiles. 

Después de todo, el mito siempre ha representado el punto más alto de una peculiar visión imaginativa que en sus interminables producciones constituye el receptáculo de las imágenes depositadas en la psique colectiva de la humanidad , no la oscuridad oscurantista opuesta a una aséptica Aüfklarung . La mitología siempre ha interrogado al hombre sobre su lugar en el ser de las cosas, da sentido a su camino existencial y resemantiza la realidad exterior en la línea de una geografía religiosa que permite al creyente sentirse reconfortado y dotarse de certezas a partir de estos relatos ejemplares. . Y el mito, si bien permite una ruptura con el tiempo cotidiano al documentar la irrupción de lo sagrado garantizando la experimentación de una plenitud absoluta, siempre ha entrelazado su camino con el de la política , por ser pegamento social y por el efecto benéfico que produce. un nuevo encantamiento del mundo transitable de la explotación política. 

Es bien conocida la distinción entre un mito tecnificado, degradado en su sentido más auténticamente antropogénico, hecha por Kerènyi, que luego encuentra su radicalización en las páginas de su alumno italiano Furio Jesi con la teoría de la «máquina mitológica»: aquí se trata de de comprender que descartando por completo la naturaleza mítica de lo humano o soñando con domesticarlo de forma inofensiva se corre el riesgo de un suicidio espiritual de manera reduccionista . Jesi tiene toda la razón cuando desmitifica ferozmente los mitologemas basados ​​en la violencia y la discriminación, pero surge la sospecha de que su deconstrucción del primordialismo de los mitólogos, la crítica de que tomen literalmente los materiales mitológicos que se combinan y desordenan sin un significado preciso, ignora la dimensión arquetípica de la especie, la necesidad de un orden simbólico al que recurrir para contener el peso del sinsentido , de la insignificancia. El hambre de mito, si es cierto que en la era de los extremos descrita por Hobsbawm ha producido inmensos desastres con su explotación en clave política totalitaria, puede así encontrar nuevas trayectorias para canalizar la beneficiosa capacidad específicamente humana de revivir estas imágenes enterradas en el inconsciente de la especie, con mejores propósitos. 

Por otra parte, como ya enseñaba el análisis sociológico a finales del siglo XIX, el hombre no puede ser descrito como totalmente dueño de sí mismo y cuando pasa a formar parte de grandes grupos no sigue ninguna racionalidad gélida, convirtiéndose en presa de poderes hipnóticos irracionalistas inducidos por por líderes carismáticos que esperan subyugar su voluntad. En el siglo XX asistimos al debate sobre los mitos en el que participaron estudiosos de diferentes orígenes ideológicos como TW Adorno, M. Horkheimer, H. Blumenberg, O. Marquard, K. Hübner: la manzana de la discordia estaba representada por la funcionalidad del mito y desde los aspectos míticos de la misma racionalidad instrumental instaurada en Occidente. Incluso en ese caso, lo que estaba en juego era la imposibilidad de dicotomizar de manera abstracta entre el espíritu de geometría típico de las matemáticas y el razonamiento lógico-deductivo y el espíritu de refinamiento de las referencias simbólicas a esa galaxia de imágenes arquetípicas que informan la vida cotidiana. 

Si históricamente los regímenes de los campos de concentración han recurrido al patrimonio simbólico de la humanidad para fortalecer su control sobre las mentes de los individuos, para distorsionar mejor su espíritu crítico y debilitar su reactividad ante los dictados de los autócratas de la época, es precisamente para aprovechar el Ola mítica y reactivar los proyectos de ingeniería social y mitopoética permitiría liberar al individuo del atomismo liberal al que lo condena el sistema actual . Si tanto el nazifascismo como el comunismo (con los diversos ejemplos del culto a la personalidad del Soviet Supremo que llevaron a Barthes a hablar de la mitología del estalinismo) en sus diferencias irreductibles insistieron en la construcción de un imaginario compacto, entonces si la política espera una El acercamiento con su propio votante de referencia debe dar el paso obligado de capturar su vena mitopoética. Al dar cuerpo al anhelo de significados fuertes en las profundidades del inconsciente colectivo, la política podría transformarse en una «gran política» neonietzscheana dedicada a la construcción de estilizaciones de seres humanos dignas de las tareas históricas de hoy. Sólo así será posible salir del impasse histórico al que nos ha condenado la fe en los mitos del progreso y en la razón instrumental moderna, como un pálido reflejo de la luz resplandeciente que emana de nuestro simbolismo interior, en el origen de la necrosis nihilista que amenaza la estabilidad social e institucional del sistema democrático. 

En este sentido, se hace inteligible una lectura exegética de los impulsos telúricos que animan la actividad política, de los tropismos invisibles que llevan a una figura líder a sintonizar con las necesidades populares hasta el punto de expresarlas , convirtiéndose en los vectores de comunicación, las correas de transmisión y el Sismógrafos de estados de ánimo de las multitudes. Lo que los movimientos populistas han entendido, además, a diferencia de los partidos sistémicos más enclaustrados y de mentalidad más estrecha respecto de sus posiciones de clase, consiste en la base extraracional de su electorado: no querían tranquilizar, sino erigirse como Caballos de Troya de una fractura político-política del movimiento social radical, dando origen a mitologías y representaciones parareligiosas en las que actuaban como heroicos defensores del demos atacado por las fuerzas titánicas de los poderes económicos, etc.

Actualizar estas energías demoníacas (E. Laclau, por ejemplo, propuso desde la izquierda un uso del populismo similar al hecho por los publicistas de derecha en nuestro país) transformándolas en beneficio de una propuesta política seria es la ardua tarea de nuestros tiempos, de lo contrario aumentará la brecha entre la sala de control y el electorado. 

FUENTE DISSIPATIO IT. https://www.dissipatio.it/fame-di-mito/

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Dossier Geopolitico

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

A dos semanas de la entronización de Donald Trump como presidente de Estados Unidos me voy a aventurar a hacer algunas apreciaciones acerca de las perspectivas del nuevo gobierno, en primer lugar sobre su política exterior sobre todo después de sus arrogantes declaraciones confrontacionales con México, Panamá, Venezuela y Dinamarca (por Groenlandia).

Al respecto se puede concluir que la impertinencia es un rasgo de personalidad del nuevo mandatario estadounidense que mezcla con una mirada empresarial agresiva como forma de lograr sus objetivos.  Antes de asumir su primer gobierno, tras haber ganado las elecciones en 2016 y cuando procedía a designar  a los miembros de la administración, su mejor amigo Steven Witkoff le recomendó que no incorporara a John Bolton al gabinete. Le contestó que era una recomendación tardía porque ya lo había hecho.

Ahora, Trump opina que al construir su primer gobierno debió aceptar muchas imposiciones porque él no era político, no tenía experiencia, no controlaba al partido republicano, ni a sus senadores y representantes, tampoco a los medios ni a las redes sociales.

Esa situación ha cambiado ahora. Ocho años después, Trump aprecia que a pesar de que Bolton le hizo gran daño a su primera administración, también lo había ayudado porque siendo tan odiado por todos, hacía el trabajo sucio, tras lo cual él llegaba a dialogar ya sobre una situación en la que se había creado un espacio para negociar y hasta para ceder, con lo cual, muchas veces pudo capitalizar “el arreglo” de las controversias. Era el viejo juego del “policía malo y el policía bueno” aplicado a la política.

Este relato refleja en gran medida la forma como Trump se propone actuar en política exterior. En el fondo, su principal objetivo es detener a China y a ello va a volcar la mayor parte de sus energías. 

Por ejemplo,…

…las presiones sobre Panamá no persiguen el objetivo de apoderarse del Canal sino sacar a China de ese país. Ahora, ya puso el tema sobre la mesa de negociaciones y cuando le pida al gobierno panameño que tome medidas contra China, va a aparecer como si estuviera cediendo respecto de su objetivo de apoderarse del Canal. Es decir, va a “ceder” en ese objetivo a cambio de que Panamá expulse a China de su territorio. 

…De la misma manera ocurre con Groenlandia, al final terminará controlando el territorio sin necesidad de apoderarse de él, lo cual también será considerado como una cesión de su parte.

Si se consideran todos los nombramientos de personajes leales al margen del establishment hechos por Trump (ver mi artículo anterior “¿Que hará Marco Rubio?”), quisiera reiterar que la pregunta más importante sigue siendo cuál será el rol del departamento de Estado en la ejecución de la política exterior de Estados Unidos.

La respuesta es que se dedicará a ejercer presión para restarle espacio a China en el mundo y en especial en América Latina y el Caribe donde Rubio tiene firmes relaciones con gobiernos, partidos y dirigentes de la derecha y la extrema derecha algunos de los cuales son también considerados como amigos por China. De manera que este también será un escenario en disputa, toda vez que -quisiera insistir-  China será el objetivo número 1 de la política exterior de Estados Unidos y no precisamente para cooperar, al contrario será para entorpecer los vínculos bilaterales e impedir que -aunque China no se lo haya propuesto- le dispute a Washington la hegemonía global.

Si esto es así, valdría la pena preguntarse porque Trump nombró a Rubio en la secretaría de Estado, sabiendo que no confía en él porque es un “halcón” leal a los neoconservadores. Y la respuesta es que a pesar de que el próximo presidente -a diferencia de su primer gobierno- controla hoy al partido republicano, todavía existen algunos senadores que mantienen autonomía y que podrían enfrentarlo como se ha visto en el hecho de que muy probablemente Trump tenga que desistir del nombramiento de Pete Hegseth como secretario de defensa por la resistencia que tiene entre senadores de su propio partido. Trump los necesita, sobre todo para garantizar el nombramiento de algunas figuras de su gabinete particularmente Tulsi Gabbard proveniente del partido demócrata y a quien sus antiguos colegas no desean en el cargo por conocer muchos secretos internos.  

Por otro lado, es un hecho cierto que Trump retomará la “guerra comercial” contra China estableciendo nuevas tarifas comerciales y elevando otras a fin de que Beijing se vea obligada a devaluar su moneda, encareciendo sus exportaciones y afectando su comercio. Las economías latinoamericanas altamente importadoras de China se verán afectadas por esta medida.  

De igual forma, como instrumento de análisis, no debe obviarse que Trump tiene una personalidad caracterizada por decisiones intempestivas y generación de incertidumbre como instrumentos de coerción. Esto conduce a que gobiernos y cancillerías se vean limitadas en su capacidad de prever acontecimientos. Trump no actúa a partir de una ideología definida. Solo lo mueve el afán de conseguir ganancias para Estados Unidos, en particular para las corporaciones y los ricos. 

El establishment es su enemigo porque éste ha apostado por la economía especulativa y de servicios y Trump pretende volver a una situación en la que Estados Unidos sustente su economía en la producción. Esto explica algunos de los nombramientos de Trump dirigidos a enfrentar al establishment, en particular Tulsi Gabbard como directora de inteligencia nacional y Hash Patel como director del FBI.

Trump pretende prolongar en el futuro su control del Estado a través del vicepresidente J.D. Vance que es su “delfín”. Solo que Vance si tiene una ideología definida alejada de los cánones tradicionales. La emergencia de Trump en política y la búsqueda de la extensión de su influencia en el tiempo, es expresión de las grandes contradicciones que sufre el sistema político estadounidense que se está alejando de la dicotomía demócrata-republicana o izquierda-derecha tradicional. 

En ambos partidos se vive una crisis de identidad. Entre los demócratas hay una corriente neoconservadora atlantista que se enfrenta al viejo partido que propició el estado de bienestar, que no desea la guerra y que cree en la necesidad de incrementar la inversión social, todo lo cual manifiesta una discusión no resuelta. Sin embargo, sacaron a Bernie Sanders del camino de mala manera y de forma ilegal, dejando claro que la derecha de ese partido (que en Estados Unidos es considerado “de izquierda”) es la que manda.

Por su parte, el partido republicano, vieja organización conservadora y reaccionaria, se debate también entre la corriente tradicionalista y el trumpismo anti-establishment que propone una nueva forma de hacer política. En primera instancia, Trump se plantea intervenir el partido republicano para que la nueva generación Vance lo controle a fin de “hacer a América grande de nuevo”. Si ello no es posible, es probable que Trump apunte a crear una organización política propia atrayendo sectores de ambas partes del bipartidismo tradicional del país.

Vance tiene un consistente hilo de pensamiento sustentado en la supremacía blanca y la lucha contra el establishment al que considera retrógrado e inmovilizador. En esa medida, se asume como promotor de una clase dominante vinculada a estos principios y a una férrea defensa de la religión tradicional. Curiosamente, tiene una gran identificación con la clase obrera estadounidense, pero -por supuesto- no en términos marxistas sino dentro de la concepción capitalista de viejo cuño. Rechaza las grandes corporaciones y los monopolios, a quienes considera responsables de estar destruyendo el capitalismo, toda vez que su práctica conduce a dar al traste con la base de la economía capitalista que es la competencia. Todo esto genera un mar de contradicciones que dificultan la comprensión de lo que está ocurriendo 

Lo cierto es que esta compleja situación se evidenció en los resultados de los comicios, la extrema derecha como un todo cubrió el espectro electoral al estar presente tanto en el bando demócrata como en el republicano. Por eso, más allá que Trump haya representado al partido republicano, lo cierto es que está naciendo una tercera fuerza. Tal vez las expresiones más nítidas sean el nombramiento de Gabbard, una demócrata de formación y convicción, y de Robert Kennedy Jr. un demócrata de pura cepa y alcurnia como secretario de Salud y Servicios Humanos. En esta dimensión, también se debe comprender el apoyo de los negros y los latinos a Trump quien es abiertamente racista y supremacista. Ha quedado claro que los discursos tradicionales son parte del pasado.

Lo único que importa ahora es la economía y la solución de los problemas económicos de las mayorías. Ya no cabe la tradicional distinción propia de la sociedad estadounidense entre los que tienen formación universitaria y los que no. Precisamente, la segregación a partir de criterios como éste son los que han arrojado en manos de Trump a importantes sectores excluidos de la sociedad.

…En resumen, Trump va a orientar su gobierno básicamente a solucionar problemas de la política interna. En cuanto al exterior, el centro de la inquietud estará puesto en China. Tratará de resolver el problema de Ucrania porque no está dispuesto a seguir desangrando la economía estadounidense. La confrontación con China tiene un componente de largo plazo y sistémico y uno de corto plazo y coyuntural… 

…Este último es el que fundamenta su apoyo a Taiwán, pero por las mismas razones anteriores, no es una línea roja para Trump. Lo seguirá apoyando porque necesita las fábricas de chips de la isla. Cuando logre la autosuficiencia en esa materia, Taiwán dejará de ser un asunto álgido para Estados Unidos. Trump no está dispuesto a seguir sosteniendo un asunto que le significa una gran erogación de recursos y que tuvo su origen en la guerra fría. No es a través de Taiwán que Trump estructurará la confrontación estratégica con China.

Hay que reiterarlo, Trump tiene como método lanzar temas que no están en agenda para medir las respuestas que se originan en el enunciado. Así, cuando el asunto se pone en boga, ya está preparada y avanzada la implementación de medidas a tomar. Sus temas principales de política exterior serán China, migración y energía y en torno a ellos se estructurará su accionar.

www.sergioro07.blogspot.com

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Dossier Geopolitico

Invitado por la periodista Alejandra Piaggio y el historiador antropólogo y analista internacional Jose Luis Munoz Aspiri, para el programa: Una Mirada Austral que se transmite por FM Radio Cristal 94,9 realizamos una serie de análisis sobre la actualidad internacional y nacional sobre Política Internacional y que le depara a los argentinos este 2025

Invitado por el destacado periodista Alfredo Guruceta para su Programa «Con Sentido Común» en el último día del año 2024, realizamos un balance del 2024 y las tendencias Geopolíticas y Geoestratégicas del 2025 por le Canal «C» de Cablevisión de Córdoba y por Flow

VIDEO DE LA ENTREVISTA

Por Daniel Symcha que autoriza su publicación en Dossier Geopolitico

En el año 2007 el General de cuatro estrellas del ejército estadounidense y ex comandante supremo aliado de la OTAN en el periodo 1997-2000, Wesley Clark durante una entrevista en el medio estadounidense “Democracy now” conducido por la periodista Amy Goodman, afirmó haber tenido conocimiento de la nueva la estrategia militar de los EEUU diez días después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Clark dijo públicamente que un ex oficial de su Estado Mayor en su oficina del Pentágono había recibido un memorando de la oficina del entonces Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, que describía cómo los EEUU iban a eliminar a siete países en cinco años, empezando por Irak, y continuando luego por Libia, Líbano, Somalía, Sudán, Siria y, finalmente, Irán.

Veintitrés años después alternando entre las “Revoluciones de Colores” (Yugoslavia, Ucrania, Georgia, Kirguistán y Líbano) del periodo que va del año 2000 al 2005; las “Primaveras Árabes” (Kuwait, Sudán, Jordania, Siria, Egipto, Irak, Marruecos, Palestina, Bahrein, Túnez, Libia, Sáhara Occidental y Yemen) en el periodo que va del año 2010 al 2012; las intervenciones militares directas mediante alianzas como en el caso de Kuwait, Afganistán e Irak; el apoyo a las intervenciones de aliados como Israel o incentivando y solventando grupos insurgentes armados, vemos que no solamente se cumplió lo denunciado por el entonces General Clark sino que se consolidó un arco de fuego en torno a Rusia y China y se instaló un proceso socio económico que menoscaba la economía europea bajando las capacidades productivas y depreciando su moneda en el mercado mundial.

Estrategia del caos

Si bien más allá de las invasiones a Panamá y Granada los EEUU no han tenido ninguna victoria militar de manera singular, la anglosfera se especializa en elaborar alianzas que permitan mantener el status quo de dominación a escala global potenciando las capacidades de intervención. Un claro ejemplo de ello es el primitivo UKUSA (United Kingdom – United States of America Agreement) del año 1946, que posteriormente dará lugar a la alianza denominada “Los cinco ojos” un acuerdo de cooperación en inteligencia entre cinco países: Estados Unidos, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Canadá, Australia, Nueva Zelanda.

Otro de los ejemplos es la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) del año 1949 que involucra a 30 países y tuvo intervenciones militares de acuerdo a los intereses geopolíticos anglo-norteamericanos: Guerra del Golfo (En 1990 y 1991, la OTAN llevó a cabo las operaciones Anchor Guard y Ace Guard, a petición de Turquía); Bosnia y Herzegovina (Embargo de armas y zona de exclusión aérea); Kosovo (Con el envío de una fuerza de 3.700 hombres en 1999 y la realización de una campaña aérea contra las fuerzas serbias); Afganistán (En 2003 se hizo cargo de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad, ISAF, del Consejo de Seguridad de la ONU); Somalia (Desde 2008, llevan a cabo una serie de operaciones navales antipiratería); Libia (En 2011 estableció una zona de exclusión aérea e inició ataques aéreos a las fuerzas libias); Ucrania (Desde la “Revolución Naranja” y luego la anexión rusa de Crimea en 2014, la OTAN ha intensificado sus operaciones de vigilancia aérea y apoyo a las fuerzas ucranianas).

La desestabilización lograda en la región del Magreb, es decir, el norte de África y de los países de la región oriental del Mar Mediterráneo implicó un costo social muy alto para Europa continental y un fuerte impacto para las estructuras políticas que se encontraban bajo la influencia de la OTAN y su red de organizaciones destinadas a contrarrestar las amenazas híbridas implementando nuevos conceptos estratégicos de gobernanza partir de fomentar redes intergubernamentales e intersectoriales bajo un mismo criterio lo cual impactó sobre la construcción de sentido en la población civil europea, permitiendo asimilar las acciones militares sin prever las consecuencias de las mismas sobre las sociedades. Ejemplo de esto es el Hybrid Coe (Centro Europeo de Excelencia para la Lucha contra las Amenazas Híbridas) con sede en Helsinki, Finlandia (Hybrid Coe, 2014).

La crisis militar y social europea donde se mueve la OTAN y los magros logros obtenidos viene a poner en claro la incapacidad demostrada por la organización para hacer frente a la defensa de los intereses vitales de Europa lo cual quedó en evidencia durante la veloz expansión de un ataque biológico, como fue  la pandemia del Covid 19.

La creación de organizaciones armadas

La participación de mercenarios en las guerras no es un asunto nuevo. Ya Maquiavelo planteaba la necesidad de evitar su uso porque no se podía garantizar su lealtad.

EEUU apoyó, mediante las ganancias del negocio de la droga entre las comunidades negras de la Costa Oeste norteamericana coordinado por la CIA, a los contrarrevolucionarios en Nicaragua. El descubrimiento de este sistema de financiación ilegal le costó la vida al periodista Gary Webb del periódico San Jose Mercury News. Mucho antes el gobierno norteamericano mediante la CIA financió a los grupos anticastristas que fueron derrotados en Bahía Cochinos, Cuba. Caso similar sucedió con los Talibanes durante la ocupación rusa en Afganistán.

Podríamos enumerar cientos de casos, pero lo cierto es que el armado y financiamiento de grupos armados alrededor del planeta es moneda corriente para la política exterior norteamericana en su estrategia del caos.

Centrándonos en Oriente Medio, Al-Qaeda se formó a fines de los años 80 del siglo XX, cuando un grupo de voluntarios árabes, respaldados por Estados Unidos, se unió a la lucha de los muyahidines que enfrentaban la ocupación soviética en Afganistán (BBC, 2004). Estado Islámico (ISIS) surgió como una organización terrorista cercana a Al Qaeda para enfrentar la invasión de Irak en 2003 pero todos sus atentados posteriores son contra intereses y objetivos europeos, no norteamericanos a excepción del atropellamiento del año 2017 en Nueva York, algo no muy profesional ya que murieron más argentinos (5) que norteamericanos (2).

Hacia 1989 se formó el DAESH, es decir el “Estado Islámico en el Levante” (África), un grupo terrorista paramilitar de naturaleza yihadista wahabita que se unirá a Al-Qaeda en 1999 para recibir entrenamiento y financiación. En 2014 se separan de Al-Qaeda  y declararon un Califato en territorio de Irak y Siria (Arroyo, 2021) y proyectarán poder sobre países del África, zona de influencia europea.

El movimiento de resistencia islámica “Hamás” surgió por primera vez en 1987 pero las primeras raíces del movimiento surgieron a mediados de la década de 1940, con el establecimiento de los Hermanos Musulmanes en Gaza quienes desarrollaban actividades educativas religiosas y culturales, no militares. Hacia los años 60 del siglo XX comienza dentro de la organización un “movimiento correctivo” que incluye el manejo de armamento y se une este segmento a la FATAH, organización político-militar palestina, fundada en 1958 en Kuwait. Esta unidad tendrá su final en los acontecimientos de 1970 conocidos como “Septiembre Negro”. El ex Presidente Egipcio Hosni Mubarak, acusará a Israel de crear Hamas para combatir desde adentro la resistencia de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) (Essam, 2024).

Hamas llevará adelante un ataque sobre la población civil israelí el 7 de octubre de 2023 lo que desencadenará una avanzada militar de Israel sobre la Franja de Gaza primero y posteriormente contra el Líbano. Este ataque, perfectamente registrado audiovisualmente y difundido en redes sociales, no afectó infraestructura crítica ni infraestructura militar clave salvo la creación de sentido en la opinión pública.

Irán, Ucrania y Taiwán

Un punto estratégico de alta importancia geopolítica se encuentra al sur de la península arábiga, en Yemen, puerta de acceso al Mar Rojo y por lo tanto al canal de Suez. En Yemen se desarrolló una de las “Primaveras Árabes que terminó con la presidencia de Ali Abdullah Saleh, asumiendo el gobierno el mayor general del ejército yemení, Abd al-Rahman Rabbuh al-Mansur al-Hadi hasta el año 2022 donde cede el mando al Consejo de Liderazgo Presidencial. En 2014 luego de un intento de Golpe de Estado, comienza una guerra civil que dura hasta el presente con cuatro actores: la República de Yemen, El Movimiento Ansar-Allah, también conocido como «Hutí», Al- Qaeda y  La coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Las fuerzas hutíes atacan a toda embarcación de bandera israelí, norteamericana o anglosajona que navegue por el estrecho de Bab el-Mandeb en solidaridad con la población de Gaza asediada por las fuerzas armadas israelíes. Los rebeldes hutíes contarían con el respaldo logístico y armamentístico de Irán.

Mientras tanto, en 2014 en Ucrania era derrocado el presidente Viktor Yanukovich a partir de la revolución denominada “Euromaidan” donde tuvo una activa participación en las revueltas Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos del gobierno norteamericano y lobista de las principales empresas productoras de armamentos de su país, entre las que se General Dynamics, Northrop Grumman y otras corporaciones cuyas ganancias crecen en proporción al belicismo de la política exterior de Estados Unidos (Boron, 2022).

Tras la caída de Yanukovich asume el gobierno Petró Poroshenko quien busca sumar a Ucrania a la OTAN y lleva adelante una serie de medidas contra la influencia rusa y la población rusoparlante en el país lo que genera reclamos sociales siendo el punto máximo el incendio de la sede de la Central Sindical de Odessa donde murieron 47 manifestantes que pedían un referéndum para alcanzar la autonomía de los Óblast de Crimea, Odessa, Donetsk, Jerson, Zaporiyia y Lugansk donde comienzan movimientos separatistas. En 2019, electo Volodímir  Zelensky, actor, comediante, abogado y político ucraniano, profundizará las medidas de  Poroshenko, solicitará el urgente ingreso a la OTAN y concentrará tropas en el límite de las regiones sublevadas lo que utilizará Rusia como excusa para organizar una “misión militar especial” destinada a proteger a las poblaciones rusoparlantes y a las regiones que se declararon independientes mediante un referéndum.

Mientras tanto, Gran Bretaña se suma al Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Transpacífico, un pacto comercial histórico acordado en 2018 entre 11 países incluidos Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

En paralelo, en marzo de 2023, Estados Unidos, Reino Unido y Australia llevaron adelante el AUKUS, un plan para crear una nueva flota de submarinos de propulsión nuclear de cara a poder hacerle frente a una proyección del poder militar chino.

En este contexto se incrementaron las tensiones con China por la presencia de legisladores norteamericanos en Taiwán así como también por el posicionamiento de naves de combate de la Séptima Flota norteamericana en las proximidades de la isla. Este es el escenario donde el Presidente Argentino promete a la Generala Richardson, Jefa del Comando Sur Norteamericano, que la base multipropósito argentina ubicada en Ushuaia será de uso compartido con las tropas norteamericanas. 

Aproximación indirecta y política norteamericana

En este contexto global, se desarrollan en 2024 las elecciones en los EEUU las cuales ganó de manera contundente, Donald Trump quien promete terminar con la guerra de Ucrania. Durante este tiempo se incrementa una serie de acciones armadas, la mayoría de carácter asimétrico, en todo oriente medio volviendo a tener presencia organizaciones terroristas que operan conjuntamente sobre puntos de interés para la hegemonía norteamericana como Siria o el Líbano; se incrementa la tensión entre Israel e Irán con ataques directos; Israel ataca a Gaza en represalia a Hamás; Yemen ataca a Israel; la Alianza Árabe con apoyo británico y norteamericano atacan a los rebeldes en Yemen; se producen revueltas en Georgia; Talibanes atacan puestos fronterizos pakistaníes; recrudecimiento de los ataques de las filiales de Estado Islámico y Al Qaeda en Burkina Faso, Malí o Níger; la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz contra el gobierno pakistaní;  los cortes de fibra óptica submarina en el Mar Báltico y el cierre del paso de gas por Ucrania hacia Europa.

La retirada de los Demócratas de la administración norteamericana parece incluir un campo minado a escala global basado en la post legalidad “una situación en la que el derecho interno e internacional se manipula, se desconoce o se quiebra a expensas de un bifronte Estado gendarme que opera con escasa rendición de cuentas hacia adentro y con excesivo despliegue militar hacia afuera” (Tokatlian, 2012).

Se han activado todos los dispositivos estatales y paraestatales bajo la órbita del poder hegemónico para que jueguen de manera simultánea en todo el tablero geopolítico. Así podemos ver como fuerzas irregulares no estatales de supuesto origen islámico como el ISIS alcanzan altos niveles de organización, sincronización, control territorial e intervenciones cada vez más violentas, pero no atacando objetivos israelíes o norteamericanos sino territorios y objetivos europeos o musulmanes tal como lo fueron los atentados en París de noviembre del año 2015 contra bares en Saint Denis, la toma de rehenes en la sala de conciertos Bataclan y explosiones en los alrededores del Estadio de Francia; el atentado en la sala de conciertos Crocus City Hall, en Krasnogorsk en las afueras de Moscú, la capital rusa (Roth, 2024) o la masacre de Kermán, en el sur de Irán con 103 muertos. (Di Bussolo, 2024) 

Mientras tanto a excepción de los elementos de la Armada estadounidense desplegados en las proximidades de las mencionadas zonas de crisis, las tropas estadounidenses luego de la retirada de Afganistán, se encuentran acantonadas y a la espera en diferentes posiciones como la Base Aérea de Al Udeid en Qatar, la Base Aérea de Incirlik en Turquía, la Base Aérea de Ali Al Salem en Kuwait y la Base Naval de Bahrain, ubicada en la isla de Juffair, en el Reino de Bahréin (Schaer, 2024). Posiciones estratégicas para las operaciones militares de Estados Unidos en la región como por ejemplo soporte de inteligencia para Israel y las fuerzas irregulares que operan a favor de intereses norteamericanos, apoyo aéreo y ataques con misiles y, sobre todo, estar preparados para que cuando las operaciones híbridas comiencen a generar malestar social, poder avanzar sobre el objetivo final, Irán.

Están dados todos los elementos y los pasos de una estrategia de aproximación indirecta (Hart, 1960) que tan bien describe en su obra el franco británico Basil Henry Liddéll Hart…

…un dinamismo entre los diferentes frentes de combate que dispersan la atención, recursos y esfuerzos de quien en verdad es el objetivo principal de una estrategia militar planteada en 2001, Irán

Daniel Symcha

Bibliografía de referencia

Arroyo, C. (21 de Abril de 2021). Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo. Obtenido de https://observatorioterrorismo.com/apuntes/trayectoria-historica-de-daesh-origenes-y-evolucion-hasta-la-actualidad/ 

BBC. (22 de Julio de 2004). BBC. Obtenido de BBC: https://www.bbc.co.uk/spanish/specials/1548_guia_al_qaeda/page3.shtml 

Boron, A. (1 de Febrero de 2022). Página 12. Obtenido de Página 12: https://www.pagina12.com.ar/398803-victoria-nuland-un-personaje-sombrio-en-la-crisis-de-ucrania 

Di Bussolo, A. (4 de Enero de 2024). Vaticano News. Obtenido de Vaticano News: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2024-01/iran-atentado-kerman-mausoleo-soleimani-victimas-isis.html 

Essam, L. (17 de Enero de 2024). BBC. Obtenido de BBC: https://www.bbc.com/mundo/articles/cg3vxwnderno 

Hart, B. (1960). Estrategia, la aproximación indirecta. Ciudad autónoma de Buenos Aires: 1884 Círculo Militar.

Hybrid Coe. (2014). Hybrid Coe. Obtenido de Hybrid Coe: https://www.hybridcoe.fi/who-what-and-how/ 

Roth, A. (23 de Marzo de 2024). Islamic State’s deadly Moscow attack highlights its fixation with Russia. Londres, Londres, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

Schaer, C. (30 de Enero de 2024). Deutsche Welle. Obtenido de Deutsche Welle: https://www.dw.com/es/tropas-de-eeuu-en-oriente-medio-en-la-l%C3%ADnea-de-fuego/a-68125615 

Tokatlian, J. G. (2012). Crisis y redistribución del poder mundial. Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 25-41.

Balance geopolítico de un año que vivimos peligrosamente – Por Carlos Pereyra Mele, Radio Belgrano AM650 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Argentina

Tradicional columna de Política Internacional del Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele -de los días viernes-, analizando las políticas y la geoestrategias del año 2024 de los distintos Estados, Continentes y factores de Poder Global y sus proyecciones para el 2025, para el Programa «De Ayer a Hoy», que conduce el destacado periodista Miguel A. De Renzis por Radio Belgrano AM650 de Buenos Aires, República Argentina.

Buen año 2025

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico

El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, rechazó avanzar en la extensión de las sanciones contra Rusia. Lo hizo en una reciente cumbre de la Unión Europea celebrada en Bruselas para esos fines. Así lo informó la agencia ‘Bloomberg’, que cita a fuentes familiarizadas con la situación y que prefirieron permanecer en el anonimato.

Orbán ‘conoce la película’

De acuerdo a las fuentes que cita Bloombeg, Orban prefiere esperar hasta el próximo 20 de enero, momento de la asunción de Donald Trump como presidente de EEUU, a quien el líder húngaro considera su aliado político, antes de pronunciarse sobre la extensión semestral.

En esta misma reunión, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, declaró que bloqueará posibles restricciones de la Unión Europea al sector nuclear de Rusia. «Durante mi discurso, dije que bloquearé cualquier sanción que se plantee en el futuro contra Rusia si afecta a los programas nucleares con fines pacíficos», dijo Fico

AUDIO DE LA ENTREVISTA A PEREREYRA MELE POR JAVIER BENITEZ DE RADIO SPUTNIK INTERNACIONAL (MOSCU):

Al respecto, el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, entiende que ha llegado la hora de la verdad para la Unión Europea. «Esta es la verdad de las circunstancias que estamos viviendo en estos últimos días del año 2024, y a pocos días de la asunción del nuevo presidente de EEUU, quien ya ha dicho en varias oportunidades, y en otros distintos ‘elementos’ [personal] que pareciese que van a integrar su gabinete, que hay que darle un corte definitivo al tema del conflicto ucraniano. Y también ha lanzado varias veces, por lo menos verbalmente, amenazas a la OTAN, a la que EEUU dirige, que deben incrementar sus gastos militares», señala el experto.

«Orban, más allá de la amistad personal que lo pueda unir a Donald Trump, simplemente sabe que la situación va a variar. Y creo que en Europa todos saben que será así. Y no solo eso, sino que además Europa va a tener que pagar los costos fortísimos de haber participado en este conflicto ‘alegremente’, por dos vías: primero, por el incremento [del precio] de todos sus productos básicos energéticos, que antes del conflicto los tenía de forma abundante y a bajos precios [desde Rusia]. Y, por otro lado, en que va a tener que aumentar su participación en poner dinero que debían destinar a otros ámbitos», apunta el analista.

En este sentido, Pereyra Mele recuerda que el nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, declaró que a partir del próximo año Europa tiene que aumentar los gastos armamentísticos hasta un 4% del PIB y que debe sacar dinero hasta de su sistema de pensiones de Europa. «Se están preparando para darle un fortísimo golpe a fondos que no deberían ser utilizados para otra función que para la que fueron creados. Y Rutte ya está avisándole a los ciudadanos europeos: ‘el que se va a jorobar es usted, jubilado’. Porque esa plata se va a utilizar en incrementar un supuesto modelo de aumento armamentístico, en aras del ‘enfrentamiento’ que vienen diciendo casi a diario, como un coro, que la guerra va a ser contra Rusia», explica el analista.

FUENTE SPUTNIK INTERNACIONAL:

LINK: https://noticiaslatam.lat/20241228/la-union-europea-pagara-un-alto-precio-por-sus-sanciones-antirrusas-y-orban-y-fico-lo-saben–1160107945.html

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, dedica su última columna del Club de La Pluma del año 2024 a resumir la situación de un mundo con espantosos daños humanos y materiales, además de cientos de miles de muertos, provocados por la orgía desquiciada de la élite occidental y por la cruel voracidad del imperio anglosajón en retroceso, lo que coincide con lo analizado y previsto desde hace más de 15 años en éste medio, sobre la temida reacción desesperada de Occidente por el ascenso del nuevo mundo multipolar, que como un torrente de agua avanza sin que haya dique alguno que lo pueda contener.

Aborda la tragedia de Siria:

Como estado fallido, disputada por los terroristas HTS (ex ISIS) disfrazados por Occidente de “rebeldes moderados e inclusivos” -quizás a punto de enarbolar al bandera LGBTBI-, por Erdogán queriendo reeditar el viejo Imperio Otomano, también por lo Kurdos como brazo armado “franquicia” de EEUU y por Israel en huida hacia el infinito de los genocidios, para aplastar y  dominar Oriente -especialmente a Irán- hasta imponer en la región el fanatismo sionista.

AUDIO:

Sobre Ucrania

Confirma el avance imparable del frente ruso junto a una situación de “catástrofe total” para el ejército de Zelensky, que ya ejerce abiertamente como un tirano -con métodos de la Junta Militar Argentina- sobre lo que queda de su diezmada población y reducida geografía, con apenas un 20% de apoyo según encuestas y con la protección total de la llamada “Comunidad Internacional” mientras estaría  preparando un exilio dorado.

De la decadente y contradictoria Europa:

Entregada como dócil vasalla a los anglosajones, destaca la patética gestión de Macrón junto a su economía por los suelos y a un similar paisaje desolador en la Alemania del canciller Olaf Scholz, que se hunde como potencia productiva y arrastra con ella al resto de estados comunitarios, absolutamente huérfanos y negados de la geopolítica global.

También se refiere al África:

Tanto la sublevada franja central como la del sur, que han vivido un año fértil en esperanzas sobre la perspectiva de una real independencia del horroroso y secular colonialismo europeo, sin olvidar de la amenaza de Marruecos en el norte, como un centinela armado por EEUU. Y mientras aborda la firmeza de Rusia en sus desafíos en seguridad, capacidad militar, economía y la ampliación estratégica de sus alianzas, y sin dejar de mencionar a la India que marcha hacia sus nuevos horizontes con una política propia, reitera el descollante andar de China en contraste con los traspiés de Occidente que no deja de parar, ni de crecer, ni de profundizando su desarrollo.

En tanto que se acerca el relevo en Washington mientras Biden trata de dejar el mayor terreno minado posible, rozando una escalada nuclear y sembrando el mundo de terroristas y desestabilizaciones, Trump se encontrará con un escenario mucho más complicado que cuando lo dejó hace cuatro años.

Todo ello por la doctrina del “Caos Ordenado” que no es nada ordenado, ni para sus promotores, ni mucho menos para los países afectados.

Eduardo Bonugli (Madrid, (22/12/24)

Un actor cada día más clave, pero cuya relevancia se ignora o se intenta ocultar, en vano.

Por Enrique Dussel Peters (*)

Desde 2017, en la Red ALC-China venimos realizando un esfuerzo con el Monitor de la OFDI para recolectar datos de toda América Latina, país por país, y analizamos 633 transacciones sobre las inversiones chinas en nuestra región. Para el caso de México, hay diferentes metodologías, que deben hacerse explícitas. Según la fuente oficial mexicana, China ha invertido un acumulado de 2.495 millones de dólares hasta 2023, mientras el Monitor de la OFDI registra invertidos 22.470 millones de dólares, es decir, casi diez veces más. En los debates con Estados Unidos, China aparece como el décimo octavo inversionista en México, pero con nuestras fuentes, es el sexto y creciendo rápidamente.

Sin instituciones, el conocimiento en América Latina y el Caribe sobre China no va a funcionar. Sorprendentemente, hay una gran brecha entre la relación socioeconómica entre nuestra región y las instituciones públicas académicas y sobre todo las privadas. Con la gran excepción del Consejo Empresarial Brasil-China, que hace todas las semanas informes sobre China, las instituciones privadas tienen una limitada capacidad de análisis, capacidad propositiva muy pobre y, menos, de implementar proyectos específicos.

También hay problemas en China, donde en los últimos 25 años el cambio generacional prácticamente es inexistente en lo que hace al trabajo sobre América Latina.

Proyectos de infraestructura

Acabamos de ver en el marco del foro APEC realizado en Lima, Perú, la inauguración del puerto de Chancay —y la reacción de, por ejemplo, el titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el estadounidense Mauricio Claver Carone, quien señaló que todo producto que pase por ese puerto va a tener un arancel del 60%. Margaret Myers, la directora del Programa de Asia y América Latina del Diálogo Interamericano, publicó este año el documento “Nueva infraestructura – Tendencias emergentes en la inversión extranjera directa china en América Latina y el Caribe”, en el cual ya desde el título se observa que no entendió la diferencia entre inversiones y proyectos de infraestructura. No lee en chino, no lee en español, no lee lo que se está haciendo en instituciones públicas privadas y menos académicas, cantidad de publicaciones sobre el tema de infraestructura, docenas de estudios de casos en Costa Rica, en México, en Argentina, etc.

Empleo

Con base en un esfuerzo reciente, los cuadernos de trabajo del CECHIMEX (Centro de Estudios China-México) de la UNAM  generados para el largo periodo 1995 a 2021, observamos que 8,1 millones de empleos en toda la región (cuadro 1) son resultado, en 85% de los casos, de la vía del comercio neto (no es que las exportaciones generen empleo); 8%, por vía de proyectos infraestructura, y 7%, vía OFDI (Outward foreign direct investment).

Cuadro 1

Estos 8,1 millones de empleos representan casi el 15% del empleo generado en América Latina y el Caribe. Brasil es el gran ganador, México es el gran perdedor. Casi 1 de cada 6 empleos en América Latina durante este largo periodo está asociado con China. El país asiático genera en la región más empleo que Estados Unidos; no hay buenos ni malos, pero estos temas no pueden desconocerse.

El impacto en la cotidianidad

Hace 20 años se filmó la película Un día sin mexicanos. Propongo hacer una película hoy de un día sin China en América Latina. Estaríamos descalzos, sin calzoncillos, sin computadoras, el metro que acaban de renovar en varios países no funcionaría, no habría 5G, en fin, somos cientos de millones de usuarios en América Latina que usamos servicios de infraestructura e inversiones chinas.

Proyecto de globalización con características chinas

No es ni bueno ni malo, pero es chino y China, a diferencia de otros países, está planteando un proyecto alternativo a las instituciones vigentes desde Bretton Woods lideradas por Estados Unidos (cuadro 2). Hay un grupo de instituciones regionales globales para América Latina y el Caribe, como el foro CELAC-China, que tienen, primero, un grado de cooperación y certidumbre dramático en comparación con Estados Unidos, con la iniciativa de la Franja y la Ruta como institución paraguas que organiza cientos de iniciativas, con un marco temporal de largo plazo, y segundo, que tienen a los proyectos de infraestructura bajo el tema de la interconectividad como centro.

Cuadro 2

Este último tema es foco de análisis y debates en China desde hace más de 40 años, involucrando los proyectos de infraestructura de hospitales, de redes inalámbricas, escuelas, carreteras, subterráneos, puertos, aeropuertos, etc. Ha sido un factor crítico para la erradicación de la pobreza que se dio en China y, por cierto, también para el desarrollo tecnológico de propias empresas públicas.

Los proyectos de interconexión juegan un papel relevante no sólo en el plano económico, sino también en otros órdenes. Los institutos Confucio, por ejemplo, bien juegan un papel importante para explicar qué es China, qué se habla en China, etc.

Esto es una de las manzanas de discordia ente EE.UU. y China. El primero se da cuenta de que el segundo tiene un proyecto diferente al suyo, razón por la cual, en fin, reacciona como reacciona.

El sector público

Hay en China una omnipresencia del sector público —no el Estado, no las empresas paraestatales—, que no existe en otro lugar del mundo, menos en América Latina. Si no se entiende el sector público es muy difícil entender la socioeconomía china, su economía política y su relación con América Latina. Estudios que hemos hecho hace 10 años y hemos actualizado recientemente muestran que el sector público chino tiene la propiedad de más de 45% del Producto Interno Bruto. No hay economía de las Top 20 que tengan el 5% de la propiedad del sector público.

El sector público en China tiene un factor de altísima competencia entre el gobierno central, ciudades, municipios y provincias. Entre estas jurisdicciones se sacan los ojos. Una automotriz puede entrar a China y festejar por adelantado que va a venderle autos a 1.400 millones de habitantes, pero luego se encuentra con que la competencia es más dura que en Alemania, en la Unión Europea y en EE.UU. Un segundo factor es la coordinación bajo el Partido Comunista Chino y una cantidad de instituciones. Hace 15 años, China decidió hacer autos eléctricos y entonces asigna entre capitales privados y públicos —no todos del gobierno central, sino que pueden ser provincias y ciudades— para montar cinco empresas, no 500, para evitar un proceso de destrucción del capital, que hagan baterías eléctricas. Han creado una cadena global de valor automotriz, con una producción de 30 millones de autos, el doble de los estadounidenses. El partido ahí juega un papel de relevancia en la cadena global de valor. Puede estudiarse el caso de la BAIC, anteriormente Beijing Automotive Industry Corporation, propiedad única no del gobierno central, sino de la ciudad de Beijing, y produce más autos que todo México junto.
Si no se entiende este sector público no vamos a entender la cooperación con universidades, ni el turismo, el comercio, la OFDI, ni los proyectos de infraestructura.

Nuevas relaciones triangulares

¿Qué quieren decir con nueva “guerra fría”? Pues si se piensa en la Unión Soviética contra Estados Unidos, la Unión Soviética ya ni existe, y entonces es contra una China que se asimila a Rusia… no se entiende nada, porque se manejan pobres conceptos. Lo que estamos viviendo es una durísima confrontación entre EE.UU. y China a todos los niveles, que va a proseguir y nos va a sobrevivir. El gran reto es qué van a hacer terceros países o las regiones, Latinoamérica, África, Asia, o Argentina, Vietnam, México.

Shorings

Hay un show de “shorings” de todo tipo para referirse a la relocalización de procesos. Desde los años 1970 existen estos procesos de relocalización. Invito al concepto de security shoring. Desde 2022 la propia Casa Blanca destaca que, en la relación con China, la seguridad nacional va a estar por encima de temas de comercio, de cultura, de semiconductores, autos eléctricos, etc. Se le propone a México sumarse al security shoring en contra de China. México se va a beneficiar con sus autos eléctricos de 7.500 dólares siempre y cuando no tengan componentes chinos, porque si tiene valor agregado chino no recibe subsidios. Esto va a tener un impacto relevante. Los estudios que hicimos sobre el valor agregado de ocho economías latinoamericanas (Cuadro 3) han arrojado resultados espectaculares. En el caso de México el valor agregado en las exportaciones mexicanas totales y prácticamente lo mismo para Estados Unidos aumenta del 0% en 1995 al 21.2% en 2020. Es decir 21.2% de lo que México exporta son componentes chinos.

Cuadro 3

La investigación sobre China

Un primer tema es invitar a los especialistas e investigadores en política internacional a que se integren a los debates relacionados con China.

La experiencia de casi 25 años de haber examinado a China desde América Latina nos enseña que es un tema de corte horizontal y no debe ser un tema sólo para sinólogos. No está en los cursos de licenciatura, maestría, doctorados, lo cual tiene un costo alto, porque en América Latina no estamos preparados. Hay que meterse con el tema de China, que no es otro país más, no es “de la A a la Z, de Argentina hasta Zambia y en medio está China”, sino que es un país que está generando una enorme riqueza en América Latina. Debemos, necesitamos meternos con él.

(*)  Dussel Peters es uno de los mayores especialistas latinoamericanos en las relaciones económicas entre China y América Latina. Coordina el Centro de Estudios China-México (CECHIMEX) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Red ALC-China. A fines de noviembre de 2024 participó del “Seminario de intercambio y cooperación América Latina – China” organizado por el Programa China-CONICET. Su disertación es la base de este artículo que publica Tektónikos.

FUENTE TEKTONICOS: https://tektonikos.website/china-en-america-latina-inversiones-y-desconocimiento/