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La reciente reunión del Foro Económico Mundial (WEF) constató que la “Geopolítica” obstaculiza el “Gran Reajuste” lanzado en 2017, pero no halló ninguna alternativa.

Por Eduardo J Vior publicado en TELAM el autor autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

El mundo ya no es como Klaus Schwab prometía

Durante toda la semana pasada sesionó en la villa suiza de Davos la 53ª. Reunión anual del Foro Económico Mundial (WEF, por su nombre en inglés). En esta ocasión, los organizadores del Foro convocaron a unos 2.700 participantes. Casi todos los participantes coincidieron en que la “geopolítica” está fragmentando el mundo que ellos se proponen “mejorar” (sic), pero no encontraron otra solución que la derrota de Rusia en Ucrania, o sea, que para salir de la fractura propusieron profundizarla. La contradicción es sintomática del callejón sin salida en que se encuentra el proyecto globalista ante las nuevas realidades que están cambiando el orden mundial.

Si bien esta vez asistieron 50 Jefes de Estado y de Gobierno, fue llamativa la ausencia de casi todos los mandatarios del G7: sólo concurrieron el Canciller alemán, Olaf Scholz, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg. El presidente ucraniano Volodimir Zelensky y el exsecretario de Estado norteamericano Henry Kissinger (de 99 años) participaron por vía digital, el primero, incluso, dos veces. No se invitó a representantes de Rusia y sólo acudió una pequeña delegación de China encabezada por el viceprimer ministro Liu He.

Durante las sesiones el fundador y presidente del WEF, Klaus Schwab, repitió una y otra vez que se necesita «cooperación en un mundo fragmentado». La reunión se proponía, precisamente, alcanzar consensos en la caracterización de la situación actual del mundo y acordar estrategias comunes. Aunque su diagnóstico de la «fragmentación» en la que se encuentra actualmente el mundo es sombrío, Schwab sostuvo que «el espíritu de Davos es positivo» y que con el tiempo todos podremos vivir felices en una «economía verde y sostenible». Sin embargo, un informe sobre riesgos encargado por el Foro presentaba ya la semana anterior un panorama problemático: la brecha entre países ricos y pobres podría aumentar y es de temer «la primera regresión del desarrollo humano en décadas». El documento advirtió también sobre guerras económicas, inflación galopante, malestar social, enfrentamientos geoeconómicos y el peligro de guerra nuclear.

Aun sin reconocerlo explícitamente, el Foro concedió que la “globalización” neoliberal unificada se acabó. La metáfora de la “fragmentación” es, en realidad, un recurso para evitar constatar que actualmente compiten dos modelos de universalización: el occidental, con centro único en Estados Unidos, y el euroasiático, que es policéntrico.

En tiempos en que los pueblos del Norte están cansados de descripciones siempre nuevas de las crisis y piden mensajes de esperanza la mayoría de los políticos y empresarios presentes en la villa alpina buscaron infundir optimismo y esperanza. A lo sumo, banqueros centrales como la jefa del BCE, Christine Lagarde, bajaron el optimismo subrayando que la inflación es demasiado alta, es decir, que se prepara a subir aún más los tipos de interés.

El profesor de la Universidad de Harvard Kenneth Rogoff, sin embargo, se mostró más cauto: «2023 será un año muy difícil», dijo, porque 2022 siguió siendo un buen año en cuanto a datos de crecimiento (en torno al 3%), pero es probable que en 2023 se produzca una recesión mundial. En el mejor de los casos estaremos hablando de un crecimiento del 0,1% en Europa.

La guerra en Ucrania estuvo omnipresente en toda la reunión, no sólo con varios actos y su «Casa de Ucrania» en el centro de Davos. Los dirigentes presentes (la administración Biden apenas estuvo representada en Davos) expresaron e invocaron a menudo el compromiso de apoyar al gobierno de Kiev hasta el final. Durante una sesión plenaria, en el podio estaban Larry Fink, Consejero Delegado de Blackrock, David Solomon, Consejero Delegado de Goldman Sachs, Chrystia Freeland, Ministra de Finanzas de Canadá (que solía trabajar como periodista en Ucrania) y Boris Johnson, exprimer ministro de Gran Bretaña. Johnson convocó a armar aún más aUcrania: «¡Dénles los tanques! Van a ganar, tenemos que ayudarles a ganar lo antes posible», arengó.

Las intervenciones de Larry Fink y David Solomon, en tanto, dieron un fuerte indicio de quiénes están detrás de la continuación de la guerra en Ucrania. Goldman Sachs y Blackrock trabajan en alianza con multimillonarios como el australiano Andrew Forrest, en un plan de reconstrucción para Ucrania. En el pasado otoño boreal Goldman Sachs envió a sus propios asesores a la capital ucraniana, Larry Fink, por su parte, acordó con Zelensky a finales de año que tras el fin de la guerra Blackrock apoyaría y asesoraría a Ucrania en materia de inversiones. «Crearemos una nueva Ucrania», afirmó Fink, que cifró el costo de la reconstrucción en 750.000 millones de dólares. «Ucrania se inundará de capital». El país podría convertirse en «un faro de esperanza», afirmó. Ya desde antes, más intensamente desde el comienzo de la guerra, Ucrania ha estado pagando la “ayuda” financiera occidental entregando tierras. Cientos de miles de hectáreas han sido privatizadas por esta vía. Es lógico, por consiguiente, que los fondos de inversión quieran capitalizar su nueva riqueza.

En Davos también se debaten y describen cada año las grandes tendencias y transformaciones tecnológicas, ya sea la Industria 4.0, la Inteligencia Artificial o los ordenadores cuánticos cuyo impacto potencial en un futuro lejano fue bastante discutido. Pero esta vez el ambiente era diferente, porque muchos en la industria tecnológica han caído en el duro suelo de sus balances. Mientras los ejecutivos discutían en Suiza, Microsoft despedía a 10.000 personas y el conjunto de la industria tecnológica californiana despidió en los últimos días a unos 50.000 empleados.

Desde su inicio en 1970 el encuentro anual de la elite política y empresaria globalista se dedicó a planificar el mundo con dos supuestos: el crecimiento de la población y el cambio climático ponen un límite infranqueable a la difusión del bienestar entre toda la humanidad. Esta limitación choca con la aspiración humana al aumento constante del bienestar para sí y para las generaciones venideras. Se elevan, entonces, reclamos de distribución y participación que los sistemas políticos no pueden satisfacer. Por lo tanto, concluyen los analistas del WEF, sólo una elite científica y tecnocrática puede administrar mundialmente los recursos escasos, regular la distribución desigual del bienestar y desalentar las expectativas de mejora del bienestar. A la instauración de este sistema se ha dedicado su trabajo desde hace cinco décadas. Ahora, empero, han descubierto que la «geopolítica» está centrada de nuevo en Eurasia, como lo ha estado durante la mayor parte de la historia, y están perplejos.

En su libro The Great Reset (El Gran Reajuste), publicado en 2017, Klaus Schwab esbozaba la distopía de un mundo gobernado por una elite científica y tecnocrática que lideraría la transición hacia el “transhumanismo”, el gobierno de la inteligencia artificial, la economía verde, el predominio de la robótica y el progresivo fin del trabajo humano. El comienzo de la actual guerra mundial, la crisis sistémica y el fin del mundo unipolar posterior a la Guerra Fría invalidaron su proyecto. Occidente todavía no encontró otro que lo suplante. Mientras tanto, sólo le queda el discurso de la guerra, hasta que la realidad le demuestre que ése tampoco sirve.

Fuente TELAM https://www.telam.com.ar/notas/202301/617901-foro-economico-mundial-analisis.html

Estimados… el ocaso del mal llamado «occidente» ( EEUU y Europa)  se encuentra en su cenit. Ha entrado en un proceso de descomposición inexorable, fruto del fatalismo histórico. No nos dejemos confundir y distraer con la abrumadora y masiva campaña de acción psicológica llevada adelante por los medios masivos de comunicación, con un relato plagado de falsedades y engaños ( la post verdad) con la que tratan de ocultar o retrasar lo inevitable. 

Hoy  EEUU no puede arrastrar a sus vasallos europeos en su guerra total con Rusia; los europeos acompañan y apoyan a Ucrania (incluido el régimen de sanciones), pero rechazan una guerra abierta con Rusia. Esto va a ir agrietando la alianza atlántica y va a hacer implosionar la Unión Europea. La guerra de poder de EEUU no es solo con Rusia, sino también con China, ambos, Rusia y China constituyen hoy una «unidad estratégica integral» cada vez mas profunda, que muchos en «occidente» no terminan de comprender o aceptar. En esta confrontación global China y Rusia son una y por lo tanto la guerra de poder que libra EEUU por mantener su hegemonía es contra Eurasia, y está destinado a sucumbir. Los europeos mayoritariamente no desean ser arrastrados a una derrota global e intentan resistirse. Estamos siendo testigos de un cambio de época. Disfrutemos ese privilegio que nos otorga la vida. M.A.Mitre Dossier Geopolitico

 GUERRA EN UCRANIA ES SENTENCIA DE MUERTE PARA LA OTAN

M.K.Bhadrakumar  25 de diciembre

El momento decisivo en la conferencia de prensa del presidente estadounidense Joe Biden en la Casa Blanca el miércoles pasado, durante la visita del presidente Zelensky, fue su admisión virtual de que está limitado en la guerra de poder en Ucrania, ya que los aliados europeos no quieren una guerra con Rusia. 

Para citar a Biden, “Ahora, dices, ‘¿Por qué no le damos a Ucrania todo lo que hay para dar?’ Bueno, por dos razones. Uno, hay toda una Alianza que es fundamental para quedarse con Ucrania. Y la idea de que le daríamos a Ucrania material que es fundamentalmente diferente del que ya se está dando allí tendría la perspectiva de romper la OTAN y dividir la Unión Europea y el resto del mundoDos, He pasado varios cientos de horas cara a cara. cara con nuestros aliados europeos y los jefes de estado de esos países, y argumentando por qué les interesaba abrumadoramente que siguieran apoyando a Ucrania… Lo entienden completamente, pero no buscan ir a la guerra con Rusia en Ucrania.  No están buscando una tercera guerra mundial”.

Biden se dio cuenta en ese momento de que “probablemente ya dije demasiado” y terminó abruptamente la conferencia de prensa. Probablemente olvidó que estaba insistiendo en la fragilidad de la unidad occidental. 

El punto es que los comentaristas occidentales olvidan en gran medida que la agenda central de Rusia no se trata de la conquista territorial, al igual que Ucrania es vital para los intereses rusos, sino de la expansión de la OTAN. Y eso no ha cambiado. 

De vez en cuando, el presidente Putin vuelve a abordar el tema fundamental que EE. UU. pretende constantemente debilitar y desmembrar a Rusia.  Recientemente, el miércoles pasado, Putin invocó la guerra de Chechenia en la década de 1990: “el uso de terroristas internacionales en el Cáucaso, para acabar con Rusia y dividir la Federación Rusa…

Ellos [Estados Unidos]   afirmaron condenar a al-Qaeda y otros criminales, sin embargo, consideraron que usarlos en el territorio de Rusia era aceptable y les proporcionaron todo tipo de asistencia, incluido apoyo material, informativo, político y de otro tipo, en particular apoyo militar, para alentarlos a continuar luchando contra Rusia”.

Putin tiene una memoria fenomenal y habría estado aludiendo a la cuidadosa elección de William Burns por parte de Biden como su jefe de la CIA. ¡Burns fue la persona de contacto de la Embajada de Moscú para Chechenia en la década de 1990! Putin ahora ordenó una campaña a nivel nacional para erradicar los vastos tentáculos que la inteligencia estadounidense plantó en suelo ruso para la subversión interna. Carnegie, una vez dirigida por Burns, ha cerrado desde entonces su oficina en Moscú,   ¡y el personal ruso huyó a Occidente! 

El leitmotiv de la reunión ampliada de la Junta del Ministerio de Defensa en Moscú el miércoles, a la que se dirigió Putin , fue la profunda realidad de que la confrontación de Rusia con los EE. UU. no va a terminar con la guerra de Ucrania. Putin exhortó a los altos mandos rusos a “analizar cuidadosamente” las lecciones de los conflictos en Ucrania y Siria. 

Es importante destacar que Putin dijo: “Seguiremos manteniendo y mejorando la preparación para el combate de la tríada nuclear. Es la principal garantía de que se preserva nuestra soberanía e integridad territorial, la paridad estratégica y el equilibrio general de fuerzas en el mundo. Este año, el nivel de armamentos modernos en las fuerzas nucleares estratégicas ya superó el 91 por ciento. Seguimos rearmando los regimientos de nuestras fuerzas estratégicas de misiles con modernos sistemas de misiles con ojivas hipersónicas Avangard”.

Del mismo modo, el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, propuso en la reunión del miércoles un refuerzo militar “para reforzar la seguridad de Rusia”, que incluye: 

    Creación de un grupo de fuerzas correspondiente en el noroeste de Rusia para contrarrestar la incorporación de Finlandia y Suecia como miembros de la OTAN; 

    Creación de dos nuevas divisiones de infantería motorizada en las regiones de Kherson y Zaporozhya, así como un cuerpo de ejército en Karelia, frente a la frontera con Finlandia; 

    Mejora de 7 brigadas de infantería motorizada en divisiones de infantería motorizada en los distritos militares occidental, central y oriental, y en la Flota del Norte; 

    Adición de dos divisiones de asalto aéreo más en las Fuerzas Aerotransportadas;

    Suministro de una división de aviación compuesta y una brigada de aviación del ejército con 80-100 helicópteros de combate dentro de cada ejército de armas combinadas (tanques); 

    Creación de 3 comandos de división aérea adicionales, ocho regimientos de aviación de bombarderos, un regimiento de aviación de combate y seis brigadas de aviación del ejército; 

    Creación de 5 divisiones de artillería de distrito, así como brigadas de artillería superpesada para construir reservas de artillería a lo largo del llamado eje estratégico; 

    Creación de 5 brigadas de infantería de marina para las tropas costeras de la Armada a   partir de las brigadas de infantería de marina existentes; 

    Aumento del tamaño de las Fuerzas Armadas hasta 1,5 millones de efectivos de servicio, con 695.000 personas en servicio bajo contrato.

Putin resumió: “No repetiremos los errores del pasado… No vamos a militarizar nuestro país o militarizar la economía… y no haremos cosas que realmente no necesitamos, en detrimento de nuestra gente y la economía, la esfera social  Mejoraremos las Fuerzas Armadas rusas y todo el componente militar. Lo haremos con calma, rutina y constancia, sin prisas”. 

Si los neoconservadores en el asiento del conductor en el Beltway querían una carrera armamentista, la tienen ahora. La paradoja, sin embargo, es que esto va a ser diferente de la carrera armamentista bipolar de la era de la Guerra Fría. 

Si la intención de Estados Unidos era debilitar a Rusia antes de enfrentarse a China, las cosas no están funcionando de esa manera. En cambio, EE. UU. se ve envuelto en una confrontación con Rusia y los lazos entre las dos grandes potencias están en un punto de ruptura. Rusia espera que Estados Unidos haga retroceder la expansión de la OTAN, como prometió a los líderes soviéticos en 1989. 

Los neoconservadores esperaban un “ganar-ganar” en Ucrania: derrota rusa y un vergonzoso final de la presidencia de Putin; una Rusia debilitada, como en la década de 1990, buscando a tientas un nuevo comienzo; consolidación de la unidad occidental bajo una América triunfante; un impulso masivo en la próxima lucha con China por la supremacía en el orden mundial; y un Nuevo Siglo Americano bajo el “orden mundial basado en reglas”

Pero, en cambio, se está convirtiendo en un Zugzwang clásico  en el final del juego, tomando prestado de la literatura de ajedrez alemana, donde EE. UU. está obligado a hacer un movimiento sobre Ucrania, pero cualquier movimiento que haga solo empeorará su posición geopolítica. 

Biden ha entendido que Rusia no puede ser derrotada en Ucrania; ni el pueblo ruso está de humor para una insurrección. La popularidad de Putin se está disparando, ya que los objetivos rusos en Ucrania se están realizando de manera constante. Por lo tanto, Biden está teniendo una vaga sensación, tal vez, de que Rusia no está viendo las cosas en Ucrania exactamente como un binario de victoria y derrota, sino que se está preparando a largo plazo para resolver la OTAN de una vez por todas.

La transformación de Bielorrusia en un estado con “capacidad nuclear” lleva un mensaje profundo de Moscú a Bruselas y Washington. Biden no se lo puede perder. (Consulte mi blog La brújula nuclear de la OTAN se volvió inútil , Indian Punchline, 21 de diciembre de 2022

Lógicamente, la opción abierta para EE.UU. en este punto sería la desvinculación. Pero eso se convierte en una abyecta admisión de la derrota y significará la sentencia de muerte para la OTAN, y el liderazgo transatlántico de Washington se arruinará. Y, peor aún, las principales potencias de Europa occidental (Alemania, Francia e Italia) pueden empezar a buscar un modus vivendi con Rusia.  Sobre todo, ¿cómo puede sobrevivir la OTAN sin un “enemigo”?

Claramente, ni EE. UU. ni sus aliados están en condiciones de librar una guerra continental

Pero incluso si lo son, ¿qué pasa con el escenario emergente en Asia-Pacífico, donde la asociación «sin límites» entre China y Rusia ha agregado una capa intrigante en la geopolítica?

Los neoconservadores en el Beltway han mordido más de lo que podían masticar.  Su última carta será impulsar una intervención militar estadounidense directa en la guerra de Ucrania bajo el lema de una “coalición de los dispuestos”.

…“¡Uno, Dos, tres, muchas Ucranias!”…

En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, y cerrando el año 2022 tiempo de primeros balances y proyecciones 2023, el Director de Dossier Geopolitico DG, analiza está semana varios evento que está ocurrieron en forma simultánea en en el frente del Europa del Este, a la luz de nuevas declaraciones que se conocieron de la ex Canciller Alemana Angela Merkel sobre la Guerra en Europa del Este y que podríamos incluirlas en conflictos en muchos otros escenarios de eurasia donde la OTAN (Vg. EEUU) se enfrenta con la Federación Rusa, donde las Fuerzas lideradas por la angloesfera atlantista están usando la guerra proxy para impedir el desarrollo de las Potencias Emergentes.

AUDIO:

Tiempos complicados para entenderlos si usamos las categorías y criterios tradicionales geopoliticos de occidente y en especial de la Angloesfera encabezados por los EEUU usando con las viejas estructuras surgidas de la segunda Guerra Mundial que impusieron los vencedores al mundo en el S XX y pero tampoco se deben analizar con las imposiciones ideológicas neoliberales de la década hegemónica USA 1990 2000 que acarrearon falsas doctrinas geopoliticas desde el neoliberalismo.

Este primer ¼ siglo xxi se diferencia de todo el anterior SXX por salir a la luz una mayoría global estable y una minoría colectiva occidental.

Estos términos describen mejor la nueva distribución del poder en el planeta: estamos hablando no solo de tendencias demográficas, sino también de procesos macroeconómicos globales. En los próximos 15 años, la mayor parte de la población mundial y las economías en desarrollo más dinámicas representarán fundamentalmente a Asia y África. Por ello la nueva red de coordenadas geopoliticas no deben ni pueden quedar atrapados en viejos modelos o conceptos (y de nuestras concepciones formativas occidentales y eurocentristas )

Los ejemplos así lo están demostrando. La importancia que adquiere la Unión Económica de Eurasia se expande mas allá de sus límites geográficos y se coordinan con las nuevas estructuras como la cada vez mas poderosa e influyente Organización de Cooperación de Shangai  y su motor económico y comercial la República Popular de China con la Nueva Ruta y cinturón de la Seda  mas el Banco de Infraestructura e Inversión 

Por ello la Guerra de la OTAN contra Rusia, que desarrolla la angloesfera y sus súbditos europeos está en marcha para llevar la guerra nuevamente al dilatado y gigantesco territorio ruso, para fraccionarlos. Siempre debemos hacer un poco de historia (una de las herramientas básicas de la geopolitica).  Ya dos proyectos hegemónicos de disolver y controlar a Rusia fracasaron. Ambos proyectos fueron “hegemónicos Continentalistas” y tras el fracaso de los mismos se crearon nuevos Órdenes Mundiales y se disolvieron viejas apetencias de Europa de fraccionar a Rusia, es mas la fortalecieron. Allí el primero que fracasó estrepitosamente fue el proyecto hegemónico napoleónico de tener bajo el mando Imperial Francés a toda Europa y de la derrota en Rusia del mismo vino un nuevo Orden Mundial establecido en el Congreso de Viena (1815) que duró hasta la Primera Guerra Mundial. El Segundo proyecto de instaurar un orden “hegemónico europeo continentalista” fue el Alemán Hitleriano que derivó en la derrota total del mismo junto con sus aliados y dio origen al Nuevo Orden Mundial establecido en Yalta y Postdam donde surge la Bipolaridad y deja a los Europeos de ambos lado de la cortina de Acero de dependiente totalmente de ambas superpotencia los EEUU y la URSS que duró desde 1945 hasta la implosión soviética en 1991.

Hoy estamos ante un tercer proyecto de restablecer la hegemonía del mundo anglosajón estadounidense unipolar junto a sus socios mayores y menores con una guerra híbrida global “basados en reglas” todas favorables a ese mundo cada día mas pequeño y tampoco (debemos tenerlo muy en cuenta) tan homogéneo como se nos quiere hacer creer. Hoy el poder occidental está desarrollando una teoría foquista de agresión contra la nueva mayoría mundial, que sintiendo la fuerza y ​​la verdad detrás de ellos, se niega a obedecer los dictados de la minoría colectiva. y de allí el título de nuestra columna dominical: 1,2,3 muchas Ucranias, parafraseando al slogan de Ernesto “Che” Guevara: 1, 2, 3 muchos Vietnam para desgastar a EEUU. Todo esto es para llevar al Caos político, económico y social a la Federación Rusa que luego de 8 años de una guerra solapada contra Rusia obligó a la misma a enfrentar al toro por las astas, realizando la Operación Militar especial en Ucrania y frenar la operación montada por la angloesfera y que hoy debemos reconocer que la misma fue planificada por mucho años (financiada, equipada, instruida y dirigida por equipos militares de EEUU, Gran Bretaña y Canadá)

El objetivo era claro derrotar ponerla de rodilla y desmantelar a Rusia en varios paises inviables, no soberanos y todos dependiente de occidente,

por ello hoy, tenemos que se fogonean varios conflictos en forma coordinada, como el de la Republica de Georgia en el Caucaso para incorporarla a la OTAN, también crearle conflictos a Rusia en la Peninsula de Crimea para controlarle el Mar Negro, fomentar el conflicto entra Azerbaiyan y Armenia en el Caucaso Sur y fomentar el conflicto en los Balcanes europeos incentivando otra guerra proxy usando la republiqueta de Kosovo (provincia rebelde de Serbia) contra La republica de serbia. Por ello el pacifismo no sirve, esto no se arregla con buena voluntad está en juego de nuevo el destino de la humanidad y nuevamente le toca a Rusia ponerse al frente y sacrificarse (recordemos que Rusia enfrenta a 30 Países encabezados por los EEUU), para impedir un proyecto hegemónico ya no solo continentalista sino también maritimo económico financiero y social político y cultural. Todo esto anterior de los 1, 2, 3 muchas Ucranias seguramente tendrá la tradicional forma de negar los occidentales con su famosa muletilla de que son “Teorías de Complot”, pero resulta que recientes manifestaciones de la ex Canciller Alemana Angela Merkel realizadas a medios públicos alemanes no permiten confirmar todo lo anteriormente expuesto y que la Paz jamás estuvo en sus objetivos políticos y militares sino ganar tiempo para tratar de causar el mayor daño posible a Rusia

Vamos a los dichos: ¿Qué dijo Merkel? (NR:refiriéndose a los Acuerdos de Minsk 1 y 2 2014/15 supuestamente para establecer la Paz en Ucrania y frenar la Guerra civil (que Kiev con la complicidad de europa jamas cumplio)

-En una entrevista publicada por el diario Die Zeit este miércoles, la ex jefa del Gobierno alemán aseguró que los acuerdos en cuestión no solo dieron tiempo a Kiev, sino también le permitieron «fortalecerse, como puede verse hoy en día».

-«La Ucrania de 2014/15 no es la Ucrania de hoy. Como se vio en la batalla por Debaltsevo [un importante nudo ferroviario en la República Popular de Donetsk] a principios de 2015, Putin podría haberla invadido fácilmente entonces. Y dudo mucho que los Estados de la OTAN hubieran podido hacer entonces tanto como están haciendo ahora para ayudar a Ucrania», destacó.

-«Todos teníamos claro» que el conflicto estaba congelado y el problema seguía sin resolverse, continuó la ex mandataria, agregando que «eso fue precisamente lo que dio a Ucrania un tiempo valioso».

-Cabe mencionar que no es la primera vez que Merkel se expresa en tal sentido. A finales de noviembre, afirmó en una entrevista para la revista Der Spiegel que el congelamiento del conflicto conseguido con los Acuerdos de Minsk permitió a Ucrania hacerse «más fuerte y resistente».

Angela Merkel estaba al frente del Gobierno alemán en 2014, cuando en Ucrania se produjo un golpe de Estado que sumergió al país en un conflicto interno. Los Acuerdos de Minsk fueron firmados en febrero de 2015 con su participación. El 22 de febrero de este año, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró que los acuerdos en cuestión ya no existen, tras el reconocimiento de las repúblicas del Donbass, que en septiembre pasaron a formar parte del país euroasiático. Según el mandatario, los Acuerdos de Minsk «fueron asesinados» por las autoridades ucranianas.

CONCLUSIÓN: Entonces, jamás entre sus objetivos estuvo entre los dirigentes de la OTAN (EEUU y sus socios) LA PAZ sino fortalecer a los golpistas del régimen de Kiev darles 8 años de reforzamiento para ir a la guerra proxy contra Rusia y también es una clara demostración que en materia de autonomía estratégica, geopolitica y geoeconomía la Unión Europea “carece totalmente de ellas” y solo es cadena de transmisión de las órdenes y objetivos de Washington -Pero también debe ahora hacerse cargo de las consecuencia en una forma de boomerang ha afectado a Europa-

Por ello decimos que los cambios tectónicos y sistémicos que se están desarrollando con los acuerdos de Samarcanda​ en Uzbekistán de la Organización Cooperación de Shangai  realizada este año. Mas los recientes  acuerdos de Arabia Saudita con la República Popular de China; mas el incremento del interés de ser incluidos en el sistema de los BRICS+ (que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. A día de hoy, la asociación BRICS representa el 41% de la población mundial, el 24% del PIB y el 16% del comercio mundial) por parte de Turquía, Arabia Saudita, Argentina, México, Venezuela, Nicaragua, Irán, Indonesia, Kazajstán, Nigeria, Argelia, Egipto, Senegal. Las aspiraciones de unirse a los BRICS muestran que, frente a un aumento sin precedentes de los riesgos geopolíticos, el mundo se está dando cuenta rápidamente de la necesidad de reemplazar la vieja arquitectura de orden mundial centrada en Estados Unidos por una nueva configuración de relaciones internacionales y bloques regionales basados ​​en la igualdad y la consideración de los intereses mutuos. Hoy, ya está claro en todas partes que el modelo unipolar de gobierno global impuesto por Occidente no está a la altura, sus estructuras financieras se están agotando y estas estructuras en realidad solo sirven a los intereses de las élites gobernantes de los países industrializados (y los famosos mil millones de oro).

Nuevamente en una tercera vez Rusia (que está vez no está sola como transmite los equipos de propaganda guerrerista optimistas de occidente) enfrenta su destino y de su triunfo sobre el Eje del Mal occidental nos permite tener la esperanza de que un mundo mejor es posible y allí los latinoamericanos tenemos un lugar reservado y debemos aprovecharlo Y por ello las sorpresas son cada día mas evidentes.

Por lo tanto, a nadie le sorprendió la declaración del canciller brasileño Carlos Alberto France al margen de la cumbre del G20 de que los países en desarrollo, incluido Brasil, tienen derecho a adoptar una posición independiente en todos los asuntos de la política mundial.

Buen Domingo

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG

“¡Se Profundiza el Conflicto en Ucrania!”…En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, el Director de Dossier Geopolitico DG, analiza está semana varios evento que está ocurrieron en forma simultánea en en el frente del Europa del Este, donde la OTAN (Vg. EEUU) se enfrenta con la Federación Rusa donde las Fuerzas lideradas por la angloesfera atlantista están usando la guerra proxy con la carne de cañón ucraniana 

Una vez mas analizamos el conflicto de Ucrania y la Federación Rusa porque sabemos que es una lucha existencial, pues si Ucrania es derrotada la gran derrotada será la OTAN. Por ello es importante volver a este escenario. Para entender este tema y su importancia recurriremos a las declaraciones del Secretario de Defensa de los EEUU General Lloyd Austin hace pocos días atrás, efectuadas en la Ciudad Canadiense de Halifax : “La guerra de Ucrania, define los Contornos del S XXI”

Registramos también las declaraciones de la Presidenta de la Comisión Europea (una de las voceras mas pro Guerra y aliada fanita con la angloesfera) la alemana Ursula Von Der Leyen que afirmó que Ucrania había sufrido en 9 meses de guerra más de 100.000 bajas letales militares, esto lleva a reconocer que está guerra proxy que hace la OTAN usando la carne humana ucraniana es una verdadera picadora de carne de ese País sacrificado para mantener el occidente su lejana supremacía. Hoy es cuestionada en toda la línea por los poderes emergentes. Rápidamente la OTAN ordenó borrar las cifras de Bajas declaradas por la Leyen. También podemos comprender está guerra ya que en la reunión de la OTAN en Bucarest siguió el libreto establecido por Bush Jr. hace 10 años que Ucrania y Georgia debían incorporarse en la OTAN (Como vemos son proyectos de larga data ) y que se siguen intentando realizar. Y la profundización y prolongación de la guerra involucra cada vez a la OTAN en Europa sino una implicación directa en el terreno de los combates. Por ello el canciller Ruso Lavrov declaró que la guerra se prolongará y profundizará con una alta posibilidad de la utilización de armas nucleares. En medio de este convulsionado escenario las desafortunadas y de un evidente alto desconocimiento de las declaraciones de lo que está ocurriendo en la Guerra, del Papa Francisco (a una revista Jesuita de EEUU)  lo invalidan para proponerse como mediador ya que tomó partido con una de las partes en conflicto

Europa gracias a la guerra en el este, profundiza sus caos internos, mas inflación, mas recesión, conflicto de falta de cohesión que la transforman en una zona de escasa importancia que solo beneficia a su “socio” principal los EEUU. Los cambios sistémicos están en pleno desarrollo…por ello SE PROFUNDIZARÁ EL CONFLICTO EN UCRANIA!

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG

En torno a la guerra de Ucrania se ha forjado un pensamiento único en Occidente, España incluida, falto de crítica, salvo contra Putin

Por Andres Ortega

— Cal, voluntario contra el ISIS en Siria y contra los invasores rusos en Ucrania: “En ambos conflictos veo quién sufre y quién se defiende”

Es sabido que la primera víctima cuando llega una guerra es la verdad. Y estamos ante una guerra, tras la que laten choques de enormes intereses geopolíticos. No se trata de defender lo que está haciendo ese autócrata, asesino y homófobo indefendible que es Putin. Pero en Occidente —España incluida— se ha instalado un pensamiento único respecto a esta guerra (no así en muchas partes del Sur Global). Las críticas que escapan a este pensamiento único las hay —incluido en elDiario.es— pero son escasas. Y, aunque parezca contradictorio, no digamos ya las manifestaciones populares contra Putin, que brillan por su ausencia en la parte occidental de Europa, aunque sí las hay, algunas, en la Europa del Este.

Cuando la invasión de Irak en 2003, las calles de Madrid, Barcelona, París, Berlín, Londres y otras ciudades se llenaron de protestas contra lo que era, también, una acción totalmente ilegal, basada sobre engaños, y estúpida. Pero empieza a haber manifestaciones, también en Alemania, que unen a derechas e izquierdas contra la guerra en sí y sus consecuencias.

Al principio, antes y cuando empezó el 24 de febrero la invasión rusa, hubo cierto interés por debatir cómo se había llegado a esto, si realmente EEUU y sus aliados habían engañado a Gorbachov con la promesa, que luego incumplió Clinton, de que no habría ampliación de la OTAN más allá de Alemania del Este tras la unificación. Y cierro análisis de lo que había pasado en la revolución del Maidán en Kiev en 2013 y 2014, con EEUU muy activos, antes de la ocupación y anexión por Rusia de Crimea, y su avance en el Este del país. Pero ante la brutalidad de la acción militar rusa, el interés analítico ha ido decayendo, a favor del relato. El relato no es la verdad. Y desde Bruselas (OTAN y UE) que ha redescubierto su dependencia estratégica en EEUU (de ahí en parte el pensamiento único) se insiste en ganar el relato, no la verdad. Algo propio de nuestra época de hipercomunicación, pero de falta de información, cuando no de desinformación. Esta es una guerra con escasa información pública y fidedigna.

EEUU y el Reino Unido llevan armando y entrenando a las fuerzas ucranianas desde 2014. Ahora son todos los países de la OTAN, y algunos más, los que están ayudando —con la razón moral en su apoyo— militarmente a las tropas ucranianas, en lo que se ha convertido en una guerra entre Rusia y Ucrania, sí, pero también más allá, de forma indirecta o interpuesta, entre Occidente y Rusia. Eso sí, controlada o limitada (no se entregan a los ucranianos armas capaces de penetrar significativamente en territorio ruso, pero ¿hasta cuándo?). Esta ayuda recibe un amplio apoyo popular en los países europeos, España incluida. También, ¿hasta cuándo? Sobre todo, dado el impacto económico de la guerra y de las sanciones. 

Este pensamiento único predominante lleva a casos de histeria informativa. Como cuando un misil recientemente cayó en el pueblo de Przewodu en la frontera de Polonia con Ucrania, y disparó una alerta porque, si se trataba de un cohete ruso, involucraba a territorio de la OTAN, lo que hubiera supuesto una peligrosísima escalada en el conflicto. Menos mal que la Administración Biden y el propio presidente de EEUU, que tienen la mejor información sobre esta guerra a través de varios sistemas, pidió calma y acabó concluyendo que se había tratado de un misil antiaéreo ucraniano extraviado. 

Estas actitudes tienen mucho que ver también con el hecho de que, al menos en Europa Occidental, ya son varias las generaciones que no habían vivido una guerra en su suelo o cercanía, como si se hubieran olvidado las terribles guerras yugoslavas que empezaron en 1991 y duraron casi una década.

Este pensamiento único se ha reflejado, por ejemplo, en la calificación por el Parlamento Europeo de Rusia como “Estado promotor del terrorismo”. En el olvido han quedado los bombardeos alemanes a Londres, los de los aliados a Dresden y otras ciudades, o a Belgrado y la embajada china en 1999. Tenemos que volver a pensar la guerra, en estos tiempos nuestros supuestamente tan digitales y livianos.

Una de las pocas voces progresistas, que no extremistas, y críticas en EEUU, la de Jeffrey Sachs, director del Centro de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia, decía recientemente: “La Unión Soviética terminó, y a algunos líderes estadounidenses se les metió en la cabeza que ahora existía lo que llamaban el mundo unipolar, que Estados Unidos era la única superpotencia, y que podíamos dirigir el espectáculo. Los resultados han sido desastrosos. Llevamos ya tres décadas de militarización de la política exterior estadounidense. Una nueva base de datos que mantiene Tufts acaba de mostrar que ha habido más de 100 intervenciones militares por parte de Estados Unidos desde 1991. Es realmente increíble.” Para Sachs, ha faltado, ha fallado, la diplomacia, a la que habrá que volver, a la que, de hecho, se está volviendo, discretamente ya. Pues como bien vio ese gran pensador de la guerra que fue Clausewitz, la política, el intercambio político sigue durante la fase militar.

El presidente Zelenski ha demostrado valentía. Ante la invasión, EEUU ofreció sacarlo de Kiev, a lo que se negó. Pero, a pesar del relato, cada vez se habla más de una negociación, que puede tardar pues ante ella cada parte quiere estar fuerte sobre el terreno militar. En una negociación Ucrania y Rusia, habrán de ceder ambas, habrán de aceptar un coste. De momento, Zelenski, que no carece de irresponsabilidad, se muestra inflexible, rechaza toda idea de negociación (también Moscú) exigiendo lo máximo: la integridad territorial para Ucrania, Crimea incluida, la entrada en la UE (ya se le ha abierto la puerta), el eventual ingreso en la OTAN, a lo que al principio había renunciado en aras de una cierta neutralidad garantizada por las otras potencias, y reparaciones pagadas con el dinero que se ha congelado a Moscú en los bancos centrales occidentales (algo que muchos países del Sur Global han visto con temor por si un día les toca a ellos). 

No es solo Zelenski, sino que la perspectiva de una negociación va a dividir a los europeos. Ya se divisan dos Europa, la Vieja y la Nueva, como ante la guerra de Irak, aunque no exactamente igual que entonces. Tiene mucho que ver con la historia y la proximidad a Rusia, además de con los diferentes intereses geopolíticos.

Ello cuando algunos de los republicanos de EEUU se plantean recortar la ayuda a Ucrania. Su partido controlará a partir de enero la Cámara de Representantes.

Pese a lo que se diga ahora será una negociación entre Washington y Moscú, aunque formalmente lo sea con Kiev. Cuando llegue ese momento de una negociación para una paz, aunque no sea para una solución definitiva, la línea de pensamiento único se quebrará. Y es necesario que lo haga para preparar un futuro mejor que el que se anticipa.

FUENTE elDiario https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/pensamiento-unico-ucrania_129_9751364.html

Las tácticas rusas actuales son absolutamente opuestas a la teoría militar de la fuerza concentrada desarrollada por Napoleón.

Pepe Escobar 23 de noviembre Fundación de la Cultura Estratégica

Piense en el granjero polaco que toma fotos de los restos de un misil, que luego se indicó que pertenecían a un S-300 ucraniano. Entonces, un granjero polaco, cuyas pisadas resuenan en nuestra memoria colectiva, pudo haber salvado al mundo de la Tercera Guerra Mundial, desatada a través de un complot de mal gusto inventado por la «inteligencia» angloamericana.

Tal vulgaridad se vio agravada por un encubrimiento ridículo: los ucranianos estaban disparando misiles rusos desde una dirección de la que no era posible que vinieran. Eso es: Polonia. Y luego el Secretario de Defensa de EE. UU., el traficante de armas Lloyd «Raytheon» Austin, sentenció que Rusia tenía la culpa de todos modos, porque sus vasallos de Kiev estaban disparando a misiles rusos que no deberían haber estado en el aire (y no lo estaban).

Llámalo al Pentágono 

El propósito angloamericano de esta estafa era generar una “crisis mundial” contra Rusia. Ha sido expuesto, esta vez. Eso no significa que los sospechosos habituales no vuelvan a intentarlo. Pronto.

La razón principal es el pánico. La inteligencia colectiva de Occidente ve cómo Moscú finalmente está movilizando su ejército, listo para aterrizar el próximo mes, mientras destruye la infraestructura eléctrica de Ucrania como una forma de tortura china.

Esos días de febrero en los que solo se enviaban 100.000 soldados, y que las milicias de la RPD y la LPR más los comandos de Wagner y los chechenos de Kadyrov hacían la mayor parte del trabajo pesado, quedaron atrás. En general, los rusos y los rusófonos se enfrentaban a hordas de militares ucranianos, quizás hasta 1 millón. El “milagro” de todo esto es que a los rusos les fue bastante bien.

Todo analista militar conoce la regla básica: una fuerza de invasión debe ser tres veces mayor que la fuerza defensora. El ejército ruso al comienzo del SMO estaba en una pequeña fracción de esa regla. Podría decirse que las Fuerzas Armadas rusas tienen un ejército permanente de 1,3 millones de soldados. Seguramente podrían haber ahorrado algunas decenas de miles más que los 100.000 iniciales. Pero no lo hicieron. Fue una decisión política.

Pero ahora SMO ha terminado: este es territorio CTO (Operación Antiterrorista). Una secuencia de ataques terroristas, dirigidos a Nord Streams, el puente de Crimea, la Flota del Mar Negro, finalmente demostró la inevitabilidad de ir más allá de una mera «operación militar».

Y eso nos lleva a Electric War.

Allanando el camino hacia una DMZ (zona desmilitarizada)

La Guerra Eléctrica se está manejando esencialmente como una táctica, lo que lleva a la eventual imposición de los términos de Rusia en un posible armisticio (que ni la inteligencia angloamericana ni el vasallo de la OTAN quieren).

Incluso si hubiera un armisticio, ampliamente promocionado desde hace algunas semanas, eso no terminaría con la guerra. Porque los términos rusos más profundos y tácitos –el fin de la expansión de la OTAN y la “indivisibilidad de la seguridad”– fueron explicados en detalle tanto a Washington como a Bruselas en diciembre pasado, y posteriormente descartados.

Como nada, conceptualmente, ha cambiado desde entonces, junto con el armamento occidental de Ucrania alcanzando un frenesí, el Stavka (Cuartel General de las Fuerzas Armadas rusas) de la era de Putin no pudo sino expandir el mandato inicial de SMO, que sigue siendo la desnazificación y la desmilitarización. Sin embargo, ahora el mandato deberá abarcar Kiev y Lviv.

Y eso comienza con la actual campaña de deselectrificación, que va mucho más allá del este del Dnieper y a lo largo de la costa del Mar Negro hacia Odessa.

Eso nos lleva al tema clave del alcance y la profundidad de Electric War, en términos de establecer lo que sería una DMZ, completa sin tierra de nadie, al oeste del Dnieper para proteger las áreas rusas de la artillería de la OTAN, HIMARS y ataques con misiles.

¿Que profundo? 100 kilómetros? No es suficiente. Más bien 300 km, ya que Kiev ya ha solicitado artillería con ese tipo de alcance.

Lo que es crucial es que allá por julio, esto ya se estaba discutiendo extensamente en Moscú en los niveles más altos del Stavka.

En una extensa entrevista de julio , el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, dejó caer el gato, diplomáticamente, fuera de la bolsa:

Este proceso continúa, consistente y persistentemente. Continuará mientras Occidente, en su rabia impotente, desesperado por agravar la situación tanto como sea posible, siga inundando Ucrania con más y más armas de largo alcance. Toma los HIMARS. El ministro de Defensa, Alexey Reznikov, se jacta de que ya han recibido municiones de 300 kilómetros. Esto significa que nuestros objetivos geográficos se alejarán aún más de la línea actual. No podemos permitir que la parte de Ucrania que controlará Vladimir Zelensky, o quien lo reemplace, tenga armas que representen una amenaza directa para nuestro territorio o para las repúblicas que han declarado su independencia y quieren determinar su propio futuro”.

Las implicaciones son claras.

Por mucho que Washington y la OTAN estén aún más “desesperados por agravar la situación tanto como sea posible” (y ese es el Plan A: no hay Plan B), geoeconómicamente los estadounidenses están intensificando el Nuevo Gran Juego: la desesperación aquí se aplica a tratar de controlar la energía. corredores y fijando su precio.

Rusia permanece imperturbable, ya que continúa invirtiendo en Pipelineistan (hacia Asia); solidificar el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur multimodal (INTSC), con socios clave India e Irán; y está fijando el precio de la energía a través de la OPEP+.

Un paraíso para los saqueadores oligárquicos

Los neoconservadores y neoliberales-conservadores que impregnan el aparato de seguridad/inteligencia angloamericano (virus armados de facto) no cejarán. Simplemente no pueden permitirse perder otra guerra de la OTAN, y además contra la «amenaza existencial» Rusia.

Como las noticias de los campos de batalla de Ucrania prometen ser aún más sombrías bajo el mando del general Winter (invierno), al menos se puede encontrar consuelo en la esfera cultural. La raqueta de transición verde, condimentada en una ensalada mixta tóxica con el espíritu eugenista de Silicon Valley, sigue siendo un plato de acompañamiento que se ofrece con el plato principal: la “Gran Narrativa” de Davos, el antiguo Gran Reinicio, que asomó su fea cabeza, una vez más, en el G20 en Bali.

Eso se traduce en que todo va bien en lo que respecta al proyecto Destrucción de Europa. Desindustrialízate y sé feliz; danza del arcoíris con todas las melodías de despertador del mercado; y congelar y quemar madera mientras se bendicen las “energías renovables” en el altar de los valores europeos.

Un flashback rápido para contextualizar dónde estamos siempre es útil.

Ucrania fue parte de Rusia durante casi cuatro siglos. La idea misma de su independencia se inventó en Austria durante la Primera Guerra Mundial con el propósito de socavar al ejército ruso, y eso ciertamente sucedió. La “independencia” actual se estableció para que los oligarcas trotskistas locales pudieran saquear la nación cuando un gobierno alineado con Rusia estaba a punto de actuar contra esos oligarcas.

El golpe de Kiev de 2014 fue creado esencialmente por Zbig “Gran tablero de ajedrez” Brzezinski para llevar a Rusia a una nueva guerra partidista, como en Afganistán, y fue seguido por órdenes a las haciendas petroleras del Golfo de hundir el precio del petróleo. Moscú tuvo que proteger a los rusófonos en Crimea y Donbass, y eso condujo a más sanciones occidentales. Todo fue un montaje.

Durante 8 años, Moscú se negó a enviar sus ejércitos incluso al Donbass al este del Dnieper (históricamente parte de la Madre Rusia). La razón: no quedar empantanado en otra guerra partidista. Mientras tanto, el resto de Ucrania estaba siendo saqueada por oligarcas apoyados por Occidente y sumergida en un agujero negro financiero.

El Occidente colectivo eligió deliberadamente no financiar el agujero negro. La mayoría de las inyecciones del FMI simplemente fueron robadas por los oligarcas y el botín fue transferido fuera del país. Estos saqueadores oligárquicos estaban, por supuesto, «protegidos» por los sospechosos habituales.

Siempre es crucial recordar que entre 1991 y 1999 el equivalente de la riqueza familiar total actual de Rusia fue robada y transferida al extranjero, principalmente a Londres. Ahora los mismos sospechosos habituales están tratando de arruinar a Rusia con sanciones, ya que el «nuevo Hitler» Putin detuvo el saqueo.

La diferencia es que el plan de usar a Ucrania como un simple peón en su juego no está funcionando.

En el terreno, lo que ha estado sucediendo hasta ahora son en su mayoría escaramuzas y algunas batallas reales. Pero con Moscú reuniendo tropas frescas para una ofensiva de invierno, el ejército ucraniano puede terminar completamente derrotado.

Rusia no se veía tan mal, considerando la efectividad de sus ataques de artillería de máquina picadora contra posiciones fortificadas ucranianas, y los retiros planeados recientemente o la guerra posicional, manteniendo bajas las bajas mientras aplastaba la potencia de fuego fulminante de Ucrania.

El colectivo Occidente cree que tiene la carta de guerra de poder de Ucrania. Rusia apuesta por la realidad, donde las cartas económicas son los alimentos, la energía, los recursos, la seguridad de los recursos y una economía estable.

Mientras tanto, como si la UE del suicidio energético no tuviera que enfrentarse a una pirámide de calvarios, seguramente pueden esperar tener llamando a su puerta al menos 15 millones de ucranianos desesperados que escapan de pueblos y ciudades sin energía eléctrica.

La estación de tren en Kherson, temporalmente ocupada, es un ejemplo gráfico: la gente aparece constantemente para calentar y cargar sus teléfonos inteligentes. La ciudad no tiene electricidad, ni calefacción, ni agua.

Las tácticas rusas actuales son absolutamente opuestas a la teoría militar de la fuerza concentrada desarrollada por Napoleón. Es por eso que Rusia está acumulando serias ventajas mientras “remueve el polvo en un cuenco de hojas de rosas”.

Pepe Escobar  The Saker  3 de Noviembre

Después de que el ataque militar occidental a Sebastopol detuviera brevemente los transportes de grano rusos, Moscú está de vuelta en el negocio con una mano más fuerte y términos más favorables.

Entonces, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, levanta el teléfono y llama a su homólogo ruso, Vladimir Putin: hablemos del “acuerdo de granos”. Putin, sereno, tranquilo y sereno, explica los hechos al sultán:

Primero, la razón por la cual Rusia se retiró del acuerdo de exportación de granos.

En segundo lugar, cómo Moscú busca una investigación seria sobre el ataque -terrorista- a la flota del Mar Negro, que a todos los efectos prácticos parece haber violado el acuerdo.

Y tercero, cómo Kiev debe garantizar que mantendrá el acuerdo, mediado por Turquía y la ONU.

Solo entonces Rusia consideraría volver a la mesa.

Y luego, hoy, 2 de noviembre, el golpe de efecto: el Ministerio de Defensa (MoD) de Rusia anuncia que el país ha vuelto al acuerdo de cereales del Mar Negro, después de recibir las garantías escritas necesarias de Kiev.

El Ministerio de Defensa, de manera bastante diplomática, elogió los «esfuerzos» tanto de Turquía como de la ONU: Kiev se compromete a no utilizar el «Corredor Marítimo Humanitario» para operaciones de combate, y solo de acuerdo con las disposiciones de la Iniciativa del Mar Negro.

Moscú dijo que las garantías son suficientes “por el momento”. Lo que implica que siempre puede cambiar.

Todos se elevan a la persuasión del sultán.

Erdogan debe haber sido extremadamente persuasivo con Kiev. Antes de la llamada telefónica a Putin, el Ministerio de Defensa ruso (MoD) ya había explicado que el ataque a la Flota del Mar Negro fue realizado por 9 drones aéreos y 7 drones navales, más un dron de observación estadounidense RQ-4B Global Hawk que acechaba en el cielo sobre aguas neutras.

El ataque ocurrió al amparo de barcos civiles y tuvo como objetivo barcos rusos que escoltaban el corredor de granos en el perímetro de su responsabilidad, así como la infraestructura de la base rusa en Sebastopol.

El Ministerio de Defensa designó explícitamente a los expertos británicos desplegados en la base de Ochakov en la región de Nikolaev como los diseñadores de esta operación militar.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante permanente Vassily Nebenzya se declaró “sorprendido” de que los líderes de la ONU “no solo no condenaran, sino que incluso no expresaran su preocupación por los ataques terroristas”.

Después de afirmar que la operación de Kiev organizada por los británicos en la Flota del Mar Negro “puso fin a la dimensión humanitaria de los acuerdos de Estambul”, Nebenzya también aclaró:

    “Entendemos que la Iniciativa de Granos del Mar Negro, que Rusia, Turquía y Ucrania acordaron bajo la supervisión de la ONU el 22 de julio, no debe implementarse sin Rusia, por lo que no consideramos las decisiones que se tomaron sin nuestra participación como Unión.»

Esto significa, en la práctica, que Moscú “no puede permitir el paso sin trabas de los buques sin nuestra inspección”. La pregunta crucial es cómo y dónde se llevarán a cabo estas inspecciones, ya que Rusia advirtió a la ONU que definitivamente inspeccionará los buques de carga seca en el Mar Negro.

La ONU, por su parte, trató en el mejor de los casos de poner cara de valiente, creyendo que la suspensión de Rusia es “temporal” y esperando dar la bienvenida a “su equipo altamente profesional” al Centro de Coordinación Conjunta.

Según el jefe humanitario Martin Griffiths, la ONU también proclama estar “lista para abordar las preocupaciones”. Y eso tiene que ser pronto, porque el acuerdo llega a su punto de extensión de 120 días el 19 de noviembre.

Bueno, «abordar las preocupaciones» no es exactamente el caso. El Representante Permanente Adjunto de Rusia, Dmitry Polyansky, dijo que en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, las naciones occidentales simplemente no podían negar su participación en el ataque de Sebastopol; en cambio, simplemente culparon a Rusia.

Todo el camino a Odessa

Antes de la llamada telefónica con Erdogan, Putin ya había señalado que “el 34 por ciento del grano exportado en virtud del acuerdo va a Turquía, el 35 por ciento a los países de la UE y solo el 3-4 por ciento a los países más pobres. ¿Es esto por lo que hicimos todo?

Eso es correcto. Por ejemplo, 1,8 millones de toneladas de cereales fueron a España; 1,3 millones de toneladas a Turquía; y 0,86 millones de toneladas a Italia. Por el contrario, solo 0,067 toneladas se destinaron a Yemen «hambriento» y 0,04 toneladas a Afganistán «hambriento».

Putin dejó muy claro que Moscú no se retiraba del acuerdo de granos, sino que sólo suspendía su participación.

Y como otro gesto de buena voluntad, Moscú anunció que enviaría 500.000 toneladas de grano de forma gratuita a las naciones más pobres, en un esfuerzo por reemplazar la cantidad total que Ucrania debería haber podido exportar.

Durante todo este tiempo, Erdogan maniobró hábilmente para transmitir la impresión de que estaba ocupando un terreno más alto: incluso si Rusia se comporta de manera «indecisa», como lo definió, seguiremos adelante con el acuerdo de granos.

Entonces, parece que Moscú estaba siendo puesto a prueba por la ONU y por Ankara, que resulta ser el principal beneficiario del acuerdo de granos y claramente se está beneficiando de este corredor económico. Los barcos continúan saliendo desde Odessa hacia puertos turcos, principalmente Estambul, sin el consentimiento de Moscú. Se esperaba que fueran «filtrados» por Rusia cuando regresaran a Odessa.

El medio de presión rusa inmediato se desató en poco tiempo: evitar que Odessa se convirtiera en un nodo de infraestructura terrorista. Esto significa visitas constantes de misiles de crucero.

Bueno, los rusos ya han “visitado” la base de Ochakov ocupada por Kiev y los expertos británicos. Ochakov, entre Nikolaev y Odessa, se construyó en 2017, con aportes estadounidenses clave.

Las unidades británicas que participaron en el sabotaje de Nord Streams -según Moscú- son las mismas que planificaron la operación Sebastopol. Ochakov es constantemente espiado y, a veces, expulsado de las posiciones que los rusos despejaron el mes pasado a solo 8 km al sur, en el extremo de la península de Kinburn. Y, sin embargo, la base no ha sido totalmente destruida.

Para reforzar el “mensaje”, la verdadera respuesta al ataque a Sebastopol ha sido las implacables “visitas” de esta semana a la infraestructura eléctrica de Ucrania; si se mantiene, prácticamente toda Ucrania pronto se sumergirá en la oscuridad.

Cerrando el Mar Negro

El ataque a Sebastopol puede haber sido el catalizador que condujo a un movimiento ruso para cerrar el Mar Negro, con Odessa convertida en una prioridad absoluta para el ejército ruso. Hay serios rumores en toda Rusia sobre por qué Russophone Odessa no había sido objeto de un ataque preciso antes.

La infraestructura superior para las Fuerzas Especiales de Ucrania y los asesores británicos se encuentra en Odessa y Nikolaev. Ahora no hay duda de que estos serán destruidos.

Incluso con el acuerdo de granos en teoría de nuevo en marcha, es inútil esperar que Kiev cumpla con cualquier acuerdo. Después de todo, todas las decisiones importantes las toman Washington o los británicos en la OTAN. Al igual que bombardear el Puente de Crimea y luego los Nord Streams, el ataque a la Flota del Mar Negro fue diseñado como una seria provocación.

Sin embargo, los brillantes diseñadores parecen tener un coeficiente intelectual más bajo que las temperaturas del refrigerador: cada respuesta rusa siempre hunde a Ucrania más profundamente en un agujero ineludible, y ahora literalmente negro.

El acuerdo de granos parecía ser una especie de ganar-ganar. Kiev no volvería a contaminar los puertos del Mar Negro después de que fueran desminados. Turquía se convirtió en un centro de transporte de granos para las naciones más pobres (en realidad no fue eso lo que sucedió: el principal beneficiario fue la UE). Y se suavizaron las sanciones a Rusia sobre la exportación de productos agrícolas y fertilizantes.

Esto fue, en principio, un impulso para las exportaciones rusas. Al final no funcionó porque muchos jugadores estaban preocupados por posibles sanciones secundarias.

Es importante recordar que el acuerdo de granos del Mar Negro es en realidad dos acuerdos: Kiev firmó un acuerdo con Turquía y la ONU, y Rusia firmó un acuerdo por separado con Turquía.

El corredor para los transportadores de granos tiene solo 2 km de ancho. Los dragaminas se mueven en paralelo a lo largo del corredor. Los barcos son inspeccionados por Ankara. Así que el acuerdo Kiev-Ankara-ONU sigue vigente. No tiene nada que ver con Rusia, que en este caso no escolta ni inspecciona los cargamentos.

Lo que cambia con Rusia “suspendiendo” su propio acuerdo con Ankara y la ONU es que, a partir de ahora, Moscú puede proceder de la forma que considere adecuada para neutralizar las amenazas terroristas e incluso invadir y apoderarse de los puertos ucranianos: eso no representará una violación de la tratar con Ankara y la ONU.

Entonces, en este sentido, es un cambio de juego.

Parece que Erdogan entendió completamente lo que estaba en juego y le dijo a Kiev en términos inequívocos que se comportara. Sin embargo, no hay garantía de que las potencias occidentales no presenten otra provocación en el Mar Negro. Lo que significa que tarde o temprano, tal vez para la primavera de 2023, el General Armageddon tendrá que presentar los productos. Eso se traduce como avanzar hasta Odessa

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, habla que la guerra híbrida global avanza …y se profundizan, por ello dividimos la columna en dos partes:

La primera: dada la campaña de falsedades que afecta a las masas occidentales con una propaganda oficialista de guerra de solo “relatos”, pero sabemos, que la verdad saldrá a la luz. Desde hace 6 meses se desgastó a las tropas  ucranianas que han perdido el 1 ⁄ 3 del personal militar, a lo que se suma la dificultad para realizar el reemplazo del material bélico destruido por material occidental que es mas lento de lo atribuido y no podrá definir nada solo. Describimos la realidad sobre el campo de batalla, del control del aire (por parte de Rusia) y la utilización de armas de última generación misilísticas y el uso de la inteligencia artificial con el uso de drones suicidas etc etc., etc, la victoria rusa no está en duda. Y también destacamos la “Moderación de Moscú” en respuestas a las agresiones realizadas en el propio territorio ruso (asesinatos de Ciudadanos rusos en suelo ruso) y de intereses económicos rusos, en el mar Baltico (NordStrom I y II); pero la respuesta fue quirúrgica y durísima dejando a Ucrania en el medioevo sin energía eléctrica, y marca como será a partir de ahora el conflicto.

La segunda parte de está Columna: es describir esta Guerra Híbrida Global en curso que se ve en los cambios de los valores de la energías fósiles con los acuerdos de la OPEP+ de reducir en 2 millones de barriles diarios a partir de noviembre de 2022 y los acuerdos alcanzados en la sexta cumbre de la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA, por sus siglas en inglés), el jueves pasado en Astaná, Capital de Kazajistán. Este año, el foro, que aglutina a 27 países que conforman un 90 % del territorio de Asia y que abarcan juntos casi la mitad de la población mundial, reúne a unas 50 delegaciones. y de allí surgió un nuevo polo de distribución gasífero desde territorio Turco (garantizado por Recep Erdoğan) y que participa Catar (el segundo productor mundial de Gas) según lo acordado con Putin en Astana

Recordemos, que el eje de desarrollo de los países industrializados occidentales los del G7, estaba basado en tener a disponibilidad en cantidad abundante y a precio bajo los recursos naturales minerales y los recursos energéticos, pero dado los cambios de sociedades y de influencia le son hoy en día muy complicado en especial para los países occidentales europeos y ello conlleva a una tremenda dependencia de las pocas fuentes de suministros que está a disponibilidad y además por el incremento de los precios de los commodities los hace nulos competitivos a los europeos, con los grandes complejos industriales de Eurasia y EEUU (el otro gran ganador)

Prof. Lic. Carlos A. Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

Emir de Qatar Jeque Tamin Bin Hamad al Thani y Presidente de la Federacion Rusa Vladimir Putin Astana 13/10/2022

Duró muy poco el sueño de los que veían en la denominada “fascista” Giorgia Meloni (por parte de las socialdemocracia y progresismos de distintos pelajes) como algo nuevo y distinto dentro del mundo occidental y cristiano, sobre todo con relación a la guerra de Ucrania y con el posicionamiento de una europa soberana. Siempre lo dijimos la Meloni es en realidad una neoconservadora globalista occidental, una especie de trumpistas a la italiana que los sueños húmedos de los llamados soberanistas quieren presentar como el “cambio” a está Señora. Es apenas cotillón xenófobo y conservador, pro otan con discurso antiUE. Dos entrevistas concedidas a Reuters y a ANSA en este mes desnuda la realidad de su “posición” política. Dossier Geopolitico

La italiana Meloni advierte sobre los riesgos más amplios que plantea el conflicto de Ucrania – Por Francesco Zecchini

CERNOBBIO, Italia, 4 sep (Reuters) – Giorgia Meloni, que encabezará un nuevo gobierno italiano con dos partidos alguna vez cercanos a Moscú, advirtió el domingo sobre el riesgo que representa para las naciones occidentales la invasión rusa de Ucrania, calificándola de «punta del iceberg» en una lucha por la influencia.

«Si Ucrania cae y Occidente perece, el gran ganador no será la Rusia de (Vladimir) Putin, sino la China de Xi Jinping», dijo Meloni, líder del partido nacionalista Hermanos de Italia, en una rueda de negocios.

“Y aquellos que son más débiles en Occidente, a saber, Europa, corren el riesgo de encontrarse bajo la influencia china. Así que tenemos que pelear esta batalla”, agregó en el Foro Ambrosetti en el norte de Italia.

Rusia ha buscado fortalecer los lazos con la China del presidente Xi luego de su invasión de Ucrania en febrero.

Meloni lidera el partido más grande en una alianza de centroderecha con el Partido de la Liga y Forza Italia de Silvio Berlusconi, que está en camino de una clara victoria en las elecciones de Italia del 25 de septiembre, lo que la convierte en la primera mujer en ser primera ministra.

Tanto la Liga como Forza Italia tenían vínculos estrechos con Rusia antes de la invasión de Ucrania.

Meloni, cuyos Hermanos de Italia tiene sus raíces en un partido posfascista, se ha pronunciado enérgicamente en apoyo de la línea occidental sobre Ucrania en varias ocasiones. 

“La guerra en Ucrania es la punta del iceberg de un conflicto destinado a remodelar el orden mundial”, dijo el domingo.

El líder de la liga, Matteo Salvini, dijo en la misma conferencia que la Unión Europea debería proteger a las personas en países como Italia que sufrían los efectos secundarios económicos de las sanciones contra Rusia.

“Sigamos castigando al agresor pero protejamos a nuestras empresas ya nuestros trabajadores”, dijo.

“Porque ganar las elecciones y heredar un país de rodillas no sería muy satisfactorio”, agregó.

Fuente: REUTERS https://www.reuters.com/world/europe/italys-meloni-warns-broader-risks-posed-by-ukraine-conflict-2022-09-04/ 

Meloni dice que se retiraría del plan Belt & Road de China

(ANSA) – ROMA, 23 DE SEPTIEMBRE – La favorita para convertirse en la próxima primera ministra de Italia, la líder conservadora de los Hermanos de Italia (FdI), Giorgia Meloni, dijo el viernes a la agencia de noticias taiwanesa CNA que se retiraría de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China si lidera la próxima probable gobierno de centro-derecha después de las elecciones generales del domingo aquí.

    Meloni, de 45 años, quien sería la primera mujer primera ministra de Italia y la jefa de gobierno más derechista desde la Segunda Guerra Mundial, dijo que unirse a la ‘Nueva Ruta de la Seda’ había sido un «gran error».

    Dijo que si tuviera que firmar la prórroga del memorando correspondiente hasta 2024 «mañana por la mañana, me costaría ver las condiciones políticas para hacerlo».

    Meloni dijo que con un gobierno de centro derecha en Italia, «es seguro que Taiwán será una cuestión fundamental para Italia».

    Describió como «inaceptables» las amenazas de China contra la isla, que dice es parte de su territorio.

    La probable futura primera ministra dijo que había «seguido de cerca, con inquietud» los desarrollos más recientes en las tensiones entre China y Taiwán. (ANSA).

https://www.ansa.it/english/news/business/2022/09/23/meloni-says-would-pull-out-of-chinas-belt-road-scheme_65390a02-3562-42df-8c07-0d96ae91164c.html

El autor denuncia los riesgos del apoyo de Estados Unidos a Ucrania y los intereses que hay detrás de la guerra en relación con la producción de la industria armamentística. Por HERNANDO KLEIMANS

Edward «Ned» Price, ex alto funcionario de la CIA y actual vocero del Departamento de Estado, extendió las condolencias de su gobierno hacia la población civil de “Kíev, Bucha, Járkov, Kramatorsk, Mariúpol o Moscú”, aunque no incluyó en su lista solidaria a Libia, Irak, Siria, los Balcanes, Panamá, Guyana, Afganistán, el Cuerno de África, las bloqueadas Venezuela y Cuba

Tampoco merecieron su compasión, pese a ser también ucranianas, ciudades como Donetsk, Energodar o Lugansk. Bueno, es comprensible esa selección ya que todas ellas: las ucranianas y las “periféricas”, fueron bombardeadas por tropas norteamericanas o por proyectiles norteamericanos. En abundante cantidad.

“Global Times”, publicación en inglés que refleja la opinión del gobierno chino, afirmó que Washington utiliza a Ucrania como un polígono para probar sus armas. Pero además alerta sobre la ampliación de esta táctica a otros escenarios, tras crear en ellos situaciones de crisis regionales. Una clara alusión a las provocaciones norteamericanas tomando como sujeto de ellas a Taiwán y al mar de China. Ahora, además de las desfachatadas visitas de la speaker Nanci Pelosi y de varios parlamentarios estadounidenses, se agrega ahora la ominosa presencia de dos imponentes navíos de guerra norteamericanos en el estrecho de Taiwán.

Debe atribuirse, sin dudas, al mismo espíritu de compasión que evidenció “Ned” y que obedece a las imparables ansiedades del Pentágono que busca instaurar su democracia cueste lo que cueste y caiga quien caiga (menos norteamericanos, claro).

Algo tiene que ver el trasfondo comercial de estas condolencias bélicas. En lo que va del año, los Estados Unidos confirmaron su supremacía en la exportación mundial de armamentos, con el 39% del total de las ventas (hasta ahora unos 10.000 millones de dólares) contra el 19% de Rusia y el 11% de Francia. Una exportación que Washington la alimenta con un increíble presupuesto militar que para este año ronda los 850.000 millones de dólares.

Como en cualquier negocio, ese presupuesto debe justificarse con buenas operaciones, que dejen buenas ganancias. Ocurre que, en el tema armamenticio, si no hay conflictos bélicos no hay consumo de armas y, por lo tanto, no hay negocio. Es por eso por lo que los principales consorcios de la industria armamentística estadounidense presionan a Washington para prolongar el conflicto en Ucrania y desplegar otro foco en el mar de la China.

Hay que emplear armas para poder reemplazarlas por otras nuevas. Que el Pentágono les pague a los consorcios armamentísticos y que la Casa Blanca les reclame la compensación a los estados a los que van las armas. Nada es gratis, mis estimados. Nada. Por eso y previendo los impagos productos de una crisis terminal, Fitch y otras calificadoras sin piedad han puesto al gobierno del comediante Volodimir Zelenski al borde del default.

Y así es que, como no están seguros de que Zelenski y su equipo de productores televisivos pague por esas armas, ya han comenzado a planear su sustitución. En principio, según los rumores desde Washington DC, podría idearse un gobierno en el exilio, por ejemplo en Polonia, país que pretende al menos las tierras occidentales de Ucrania, aunque cada vez es más notorio el rechazo de Varsovia a la afluencia de migrantes ucranianos.

También piensan en la suplantación lisa y llana del comediante por el general Valeri Zaluzhni, actual comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas, que es presentado por los grandes medios occidentales como el auténtico “héroe” de la resistencia a la invasión rusa, aunque todavía no se le conoce victoria alguna. Algo similar a aquel “general victorioso” proclamado por West Point, que nos llevó a la criminal guerra de Malvinas.

A propósito de “invasión” y migrantes, Rusia se ha convertido, con 3,5 millones de ucranianos refugiados en su territorio, en el principal receptor de migrantes de ese país. El gobierno ruso dictó recientes disposiciones por las cuales los migrantes ucranianos gozan del mismo derecho que los ciudadanos rusos. No es el mismo cuadro que presentan, además de Polonia, países como Rumania, Italia o la propia Inglaterra, donde es cada vez más evidente la hostilidad hacia los ucranianos que pretenden asentarse con trabajo y estabilidad social.

En regiones como Zaporozhie, Járkov o Jersón, regiones orientales ucranianas, es cada vez mayor el número de habitantes del Donbass que solicitan la ciudadanía rusa a la espera de que las administraciones regionales provisorias convoquen a plebiscitos sobre su incorporación a Rusia.

Pese a las bravatas de la inminente primer ministro británica Liz Truss, que compensa sus escasas luces intelectuales con un fervor bélico que la hace convocar a aventuras nucleares contra Rusia y China, y a las declaraciones del temblequeante Otto Scholtz, jaqueado por propios y opositores, Europa ya no está en condiciones de seguir alimentando los desvaríos de Kíev. En julio, los seis países más fuertes del continente, por primera vez desde febrero, no ofrecieron a Ucrania suministros bélicos. Por el contrario, los ruegos privados a Zelenski se orientan a lograr un armisticio aun a costa de reconocer la pérdida definitiva del Donbass y olvidarse de reclamar Crimea. Es que la crisis europea es cada vez más ominosa y omnipresente. No sólo económica. También política…

Iaroslav Zhelezniak, diputado de la Rada ucraniana, informó que Ucrania en agosto sólo recibió 589 millones de dólares en lugar de los prometidos 6.000 millones. Hace unos días, en medio de una verdadera tormenta de oposición, el presidente Joe Biden dispuso que el tesoro norteamericano asignara otros 3.000 millones de dólares en suministros bélicos a Kíev, a despecho del aumento inflacionario y los índices de recesión que muestra la economía de los EE.UU. Un importante grupo de congresistas ha reclamado que se conforme una comisión investigadora que determine dónde fueron asignados esos armamentos y dónde están los miles de millones de dólares de crédito. Existe el convencimiento de que en su gran mayoría, todo el “paquete” fue derivado al mercado negro o a exitosos funcionarios ucranianos.

Clara evidencia de las “angustias existenciales” europeas es el derrumbe del euro que, por primera vez en los veinte años largos de su historia, fue superado en su paridad por el dólar. Pero también una dura muestra de la errónea conducta de la Casa Blanca es el desplome de la imagen presidencial que obliga a “fuentes” cercanas al anciano presidente norteamericano a filtrar la información de que no se presentará a la reelección.

Las dudas hamletianas de los auspiciantes occidentales de Zelenski se refuerzan con el débil respaldo que obtienen en la ONU cuando proponen nuevas y nuevas resoluciones condenando a Rusia y alentando a Kíev a la resistencia.

Según datos de la propia Unión Europea, en el primer semestre la importación europea de Rusia se incrementó en un 78%, un aumento favorecido por la incesante suba de precios en los suministros energéticos. Por otra parte, nuevos compradores del sudeste asiático, además de las ya “tradicionales” China e India, se vuelcan cada vez más a los acuerdos comerciales con Rusia, en el marco de importantes descuentos en los precios de los suministros que ofrece Moscú.

En la reciente reunión realizada en Lvov, ciudad que podría calificarse como la capital occidental de Ucrania y a la que con muchas ganas pretende Polonia, tanto el ajetreado secretario general de la ONU António Manuel Guterres de Oliveira como el astuto presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, le plantearon a Zelenski la “variante europea” de paz. No es para despreciar por Kíev: uno es el representante de casi 200 países de los cuales apenas algo más de 50 respaldaron las resoluciones occidentales, y el otro es el jefe de un estado miembro de la OTAN que no adscribió a las sanciones contra Rusia, a la que le sigue comprando hidrocarburos y armamentos y con la que acaba de acordar traspasar todo el giro comercial a rublos y a liras.

Pese a las amenazas de Washington, Estambul no muestra ningún retroceso en su política, aunque Washington ha exigido a sus empresas retirarse de Turquía si continúa su acercamiento a Rusia. Una postura tan falsa y endeble como la que exhibió el anciano habitante de la Casa Blanca en su reciente gira de mendigante por Arabia Saudita y la Liga Árabe.

Asfixiadas por su propia campaña de fakenews, las grandes cadenas mediáticas prácticamente han desconocido un reciente anuncio desde el Vaticano, hecho por Leonid Sevastiánov, allegado muy cercano al Papa y presidente de la Unión Mundial de Antiguos Creyentes. Además de reafirmar la intención del pontífice de intermediar en el conflicto para lo cual en una fecha no prevista aún viajará primero a Rusia y recién después a Kíev, el gentil Sevastiánov citó a Francisco para comunicar que “está listo para visitar Donetsk y recorrer todos los lugares que rememoran las trágicas muertes infantiles y oficiar en la Avenida de los Ángeles un servicio conmemorativo”.

Este parque memorial fue erigido en Donetsk en mayo de 2015, cuando comenzaron los bombardeos indiscriminados de Kíev contra las ciudades del Donbass. Es en memoria de los niños que perecieron en el curso de todos estos años de agresión a la población civil de las repúblicas independientes de Donets y Lugansk.

Sevastiánov señaló que Francisco “quiere orar allí por todos los niños que murieron en este conflicto. También está dispuesto a reunirse con huérfanos, con civiles, para ver todo por sí mismo. Esto ayudará a establecer un diálogo entre Rusia y Ucrania, y Occidente en su conjunto”.

Por supuesto, la intención de Francisco se enfrenta con la “indignada” oposición de Kíev, que insiste en que el Papa sólo viaje a Kíev y sólo se limite a condenar a Rusia. Algo que no ocurrirá habida cuenta de las frecuentes relaciones entre el Vaticano y la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Henry Kissinger acaba de prevenir a su gobierno sobre los enormes peligros que afronta
Henry Kissinger acaba de prevenir a su gobierno sobre los enormes peligros que afronta.

La realidad es que, desde el punto de vista bélico, Kíev ya no está en condiciones de contraponerse a los avances “aliados”, como ya denominan en Moscú a las fuerzas conjuntas de Rusia y las repúblicas del Donbass. La convocatoria de mercenarios y la leva forzada de reservistas ucranianos no surte ningún efecto y, por el contrario, acentúa la deserción masiva en las unidades de batalla de Kíev. La existencia de batallones de castigo, que fusilan a los desertores en el terreno, es una clara evidencia de esta descomposición.

Como siempre ocurre en estos casos, la apelación es al terror. Además de atentados individuales en el Donbass, en las regiones limítrofes rusas o en la propia Moscú, todo indica que la reclamada contraofensiva ucraniana no se producirá o será derrotada, pese al incesante envío de armamento por parte de Washington, el que es puntualmente batido por las fuerzas rusas.

Kíev, entonces, se ha decidido al terrorismo nuclear, lanzando peligrosos bombardeos contra la central atómica de Zaporozhie, la más grande de Europa. Aunque los ataques son rechazados por una eficiente defensa antimisilística y antidrones, la amenaza de una avería en la central sigue latente. Por fin los constantes pedidos de Moscú fueron atendidos y, gracias a la mediación de la ONU, una misión de la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica) encabezada por su titular, el argentino Rafael Grossi, viajará en los primeros día de septiembre a la usina para comprobar los daños y establecer una presencia permanente que controle la situación.

En este empeño por lograr el viaje de la organización mundial de control atómico, el representante ruso ante el Consejo de Seguridad, Vasili Nebenzia, debió ironizar, felicitando a sus colegas occidentales por descubrir en sus falsas acusaciones a Moscú, que Rusia había bombardeado a una central atómica que ya ocupaba… con proyectiles norteamericanos como lo evidencian los restos de los misiles recuperados en Zaporozhie.

La amenaza de guerra nuclear ahora golpea en el centro de Europa. La cuidadosa estructura de la Unión Europea, construida para evitar precisamente una nueva catástrofe bélica, es jaqueada tras 70 años de paz y bienaventuranza, por este fantasma al que la misma Unión Europea contribuyó grandemente a crear, en perfecta dependencia con la OTAN, convertida en un agresivo bloque por el poder hegemónico anglosajón.

Sin embargo, esta tendencia agresiva de un mundo unipolar y autocrático al borde del colapso, además se extiende hacia el Asia sudoriental en un intento por dañar la consolidación del nuevo orden multipolar. Las provocaciones en Taiwán o los atentados en Siria o en Irán son un ejemplo de esta agresividad que ya no reconoce fronteras ni acepta status quo vigentes.

La respuesta del nuevo esquema multipolar es más que elocuente. Grandes maniobras militares aeronavales y terrestres se desarrollarán en todo el territorio del Lejano Oriente ruso, con la activa participación de China. Entre el 1 y 7 de septiembre, más de 50.000 efectivos de ambos países se desplegarán y cumplirán sus tareas ante la presencia de inspectores de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Rusia y Tadzhikistán) y de la Organización de Cooperación de Shanghái (Pakistán, la India, Uzbekistán, además de Rusia, China, Tadzhikistán y Kirguizia) y otros estados como Azerbaidzhán, Argelia, Cuba, Laos, Mongolia, Nicaragua, Siria y Venezuela.

El “Global Times” en este marco calificó las relaciones chino-rusas como “cruciales para defender la estabilidad global y contrarrestar la hegemonía de los EE.UU.” y definió como el objetivo de las maniobras “profundizar la cooperación concreta y amistosa con militares de otros países que también asisten a los ejercicios y mejorar la coordinación estratégica y la capacidad para hacer frente a diferentes amenazas a la seguridad”.

El centenario Henry Kissinger, artífice de la política de deshielo con Rusia y con China en la década del 70 que logró instalar en el mundo un sistema de seguridad colectiva, acaba de prevenir a su gobierno sobre los enormes peligros que afronta su irrefrenable ambición de detener el curso de la historia.

“Estamos al borde de la guerra con Rusia y China debido a los problemas que hemos creado en parte, y no tenemos idea de cómo terminará o hacia dónde debería conducir. (…) Ahora ya no es posible decir que los separaremos y los enfrentaremos entre sí. Todo lo que se puede hacer ahora es no escalar las tensiones y crear opciones, y para ello debe haber algún propósito subyacente”.

El viejo zorro de la política internacional coincide plenamente con el lema de esta columna, enfrentar y dominar el punto crítico de la actual coyuntura internacional: la guerra o la paz.

Es, en realidad, el excluyente punto crítico de la Humanidad.

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Es, en realidad, el excluyente punto crítico de la Humanidad.

HERNANDO KLEIMANS Periodista de Internacionales experto en temas de Rusia Europa Oriental Publicado en Agencia TELAM