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La vicepresidenta logró afectar la credibilidad de Donald Trump, pero no definió a los votantes independientes ni conquistó ninguno de los estados oscilantes

Por Eduardo J. Vior
analista internacional

La candidata demócrata sacó ventaja en el primer debate presidencial con su rival republicano, pero no rompió el equilibrio que indican todas las encuestas ni mejoró su posición. A menos de dos meses de la elección del 5 de noviembre el pueblo norteamericano aparece irremisiblemente dividido y aun los indecisos y los estados que suelen cambiar de color partidario en cada elección parecen seguir la lógica de la fractura por mitades. Esta indefinición es dramática para los Estados Unidos por la gravedad de los problemas que aquejan al país, pero es catastrófica para el mundo, porque la superpotencia sigue sin liderazgo y nadie sabe quién está dirigiendo al país ni hacia dónde va.

Como muy bien explicó Seymour Hersch el pasado miércoles 11, la palabra clave del debate presidencial de anoche fue “morder el anzuelo”. Una y otra vez la candidata demócrata lanzó el anzuelo y Donald Trump lo mordió con fuerza. Harris demostró que podía manejar al outsider haciendo caso omiso de sus provocaciones, mientras se desmarcaba del presidente Joe Biden. El republicano invocó tantas veces el nombre de Biden que Harris tuvo que aclararle que ella no es Biden. 

De acuerdo con una encuesta realizada por CNN, el 63 % de votantes registrados que sintonizaron el debate coincidieron en que la actuación de Harris superó no solo la de Trump sino también las expectativas de los espectadores, con el 45% de los participantes asegurando que tenían una opinión favorable de la vicepresidenta frente al 39% que había obtenido antes del debate.

Según el análisis del medio, cada respuesta de Harris durante el encuentro estuvo acompañada de un comentario destinado a enfurecer a Trump, quien a menudo se salió de las casillas, levantando la voz y repitiéndose una y otra vez. Evidentemente, el viejo guerrero estaba mal preparado y no se adecuó aún a la maniobra demócrata del recambio de candidato.

Además, el lenguaje corporal de la vicepresidenta marcó el tono del diálogo desde el principio, al cruzar el podio para estrechar la mano a Trump, mostrándose muy segura y expresiva en todo momento. Harris mostró asimismo un perfil contrario al de Trump, al presentarse como parte y defensora de la clase media estadounidense, mientras tachaba a su oponente de egocéntrico. 

En suma, Harris logró que Trump se desviara de su mensaje, provocándolo constantemente y poniéndolo a la defensiva. En este sentido, aunque varios republicanos se quejaron de los moderadores y las preguntas, reconocieron que el expresidente dejó pasar oportunidades para lanzar ataques contra su rival. Así, el republicano estuvo acorralado, limitándose a defender su historial, pidiendo repetidamente más tiempo para hablar y perdiendo minutos para presentar sus propias políticas.


Resumen de las principales encuestas posteriores al debate que Rear Clear Politics publicó el jueves 12

Evidentemente, el viejo líder aún no se adecuó al recambio de candidato orquestado por los demócratas y está peleando contra molinos de viento.

No obstante, la gran mayoría de los telespectadores afirmó que el debate no había influido en su decisión presidencial, aunque los partidarios de Trump fueron más propensos a aceptar que el evento podría inducirlos a reconsiderar su decisión.

A pesar de que Harris mejoró su perfil y parece estar tomando la iniciativa, todavía los republicanos tienen la mayoría del Colegio Electoral, que decide quién será el presidente. En EE.UU. el pueblo no elige al presidente sino a electores que deciden por él. Los 538 miembros de este gremio se eligen en forma sólo aproximadamente proporcional a la población de los estados y los menos poblados tienen, de todos modos, garantizada una representación mínima que les da un peso proporcionalmente mucho mayor a la de los distritos más poblados. Además, cada estado tiene una legislación electoral propia y en la mayoría de ellos el partido que obtiene la mayoría de los votos se lleva todos los electores, dejando al otro partido sin representación. De este modo, la composición del Colegio Electoral se corresponde sólo lejanamente con la del voto ciudadano. La batalla, por lo tanto, se concentra en los estados oscilantes cuyo voto no aparece decidido en las encuestas. Uno solo de ellos (son unos diez) que cambie de mayoría respecto a la presidencial de 2020 puede alterar la relación de fuerzas en el órgano elector.


Promedio de las encuestas: estados cuyo voto está decidido, otros que muestran una tendencia mayoritaria y otros que aún no han optado claramente.

En este cuadro pueden verse, según el promedio de las encuestas que recopila Real Clear Politics, el grado de definición del voto de los estados: el rojo intenso muestra los distritos decididamente republicanos, decreciendo en intensidad de color según la manifestación de la voluntad de los votantes. Del mismo modo, el azul intenso indica los estados con claras mayorías demócratas y a´si sucesivamente. En verde se muestran los estados oscilantes.

A esta altura de la campaña, salvo que ocurra algún hecho imprevisto, es probable que el 5 de noviembre haya un estrecho margen de diferencia entre ambos candidatos principales. Es de esperar, entonces, que se repitan las acusaciones cruzadas de fraude, ocultamiento de votos, falseamiento de registros digitales, etc. que ya hemos visto las últimas dos veces. El país, entonces, va a seguir dividido y sin poder resolver sus problemas más acuciantes: migración, inseguridad, crecimiento económico, endeudamiento de las familias y del Estado, etc. Tanto mayor será la tentación de quien gane de buscar un desvío en la política exterior. 

La política exterior que seguiría Donald Trump en caso de llegar nuevamente a la presidencia es conocida: paz en Ucrania y acuerdo con Rusia, continuado apoyo al genocidio israelí contra los palestinos, aguda confrontación político-económica con China, pero sin llegar al enfrentamiento militar, relegamiento de la OTAN y aislamiento.

En cambio, se supone que Kamala Harris debiera ofrecer algo nuevo. Sin embargo, durante el debate no se desvió de la política exterior de Biden en dos áreas: su continuo apoyo personal y militar a la masacre israelí en Gaza y Cisjordania y el continuo apoyo en dólares y bienes de guerra a Ucrania y a Volodymyr Zelensky. No hizo ninguna oferta de negociaciones ni a Rusia ni a China ni a Irán.

Harris, Zelenskyy join world leaders to discuss peace plan in Ukraine - ABC  News
Harris mantiene el apoyo de Biden a Ucrania

Respecto a la guerra en Europa Oriental, sin dar detalles sobre condiciones o límites, Harris ya había dicho en la Convención Nacional Demócrata que, si gana la presidencia, seguirá apoyando a Ucrania. En junio, al anunciar 1.500 millones de dólares en ayuda estadounidense al país, la vicepresidenta prometió mantener el pleno apoyo de Estados Unidos. No obstante, en su propia campaña, no ha aclarado cómo cree que debería seguir la ayuda a Ucrania.

Vice President Harris and Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu shake hands before a meeting at the White House on July 25, 2024.
El 25 de julio pasado Kamala Harris dio la bienvenida en la Casa Blanca al primer ministro israelí Benyamin Netanyahu.

Harris tampoco ha respondido directamente a la pregunta, pero ha sugerido que la ayuda militar estadounidense a Israel continuará si gana la Casa Blanca. Aunque ha reconocido tibiamente el sufrimiento de los palestinos, no ha dicho si condicionará las transferencias de armas a Israel. “Siempre defenderé el derecho de Israel a defenderse y siempre me aseguraré de que Israel tenga la capacidad de defenderse”, dijo al aceptar la nominación demócrata. 

Mientras tanto, con un presidente senil, los EE.UU. no tienen hoy conducción y no se sabe quién toma las decisiones más importantes en materia de defensa y seguridad nacional. 

La administración Biden-Harris ha calificado a China como la principal amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, según el Consejo de Relaciones Exteriores, acusando al país de robar la propiedad intelectual estadounidense e inundar el mercado de Estados Unidos con exportaciones baratas. Sin embargo, Harris no se ha pronunciado sobre si apoya el envío de tropas a Taiwán. En 2022, después de que Biden dijera que apoyaba el envío de efectivos ante una invasión china, Harris dijo: “Seguiremos apoyando la autodefensa de Taiwán, en coherencia con nuestra política de siempre”. 

Como candidata a la presidencia, Kamala Harris está tratando de contrastar su visión del mundo con la de Trump, mientras ofrece distinciones cada vez más sutiles con Biden. 

U.S. Vice President Kamala Harris, centre, followed by actress Sheryl Lee Ralph, visits the Vibration studio at the freedom skate park in Accra, Ghana, Monday March 27, 2023. Vibration studios is a work station for young creative artists that includes a community recording studio and music business program. Harris is on a seven-day African visit that will also take her to Tanzania and Zambia. (AP Photo/Misper Apawu)
En marzo de 2023 Kamala Harris hizo una gira por varios países de África. Aquí, en Ghana.

Como vicepresidenta, Harris se propuso visitar África, algo que Biden prometió hacer y nunca hizo. Un alto funcionario, que habló bajo condición de anonimato para describir la labor de Harris entre bastidores, dijo que en su trabajo ha hecho hincapié en el Sur Global.

En marzo pasado, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, cuando aún no era candidata, la vicepresidenta dijo a los líderes europeos en una referencia a la visión del mundo de Trump que “el aislamiento no es insularidad”. 

Para ratificar su posición, al día siguiente de su toma de posesión, Harris hizo su primera llamada internacional como vicepresidenta al jefe de la Organización Mundial de la Salud para discutir la decisión del gobierno demócrata de volver a unirse al grupo del que Trump se retiró durante la pandemia.

En el discurso de ninguno de los dos candidatos hay propuestas sobre la imprescindible reforma de la ONU, el FMI y la OMC. Tampoco hay ofertas para la distensión en Europa o en Asia Oriental, como era usual durante la segunda etapa de la Guerra Fría. De ningún modo mencionan la posibilidad de una conferencia de paz sobre Asia Occidental que involucre a las potencias regionales y mundiales. Nada. No se les cae ni una idea que pueda llevar a la paz. Por el contrario, dejan que los burócratas a cargo sigan dilettando sobre qué tipo de armas pueden entregar a Ucrania, Israel o Taiwán, para alcanzar tal o cual objetivo. Caminan hacia el abismo con los ojos vendados, …lo peor es que pueden arrastrarnos a todos.

Por Enrico Tomaselli.

Una eventual derrota en Ucrania podría ser el golpe decisivo, capaz de acabar con el poder disuasorio de la OTAN, abriendo el camino a una miríada de conflictos totalmente inmanejables.


La perdición de Ucrania fue su dependencia de la OTAN, creyendo que era realmente la potencia invencible de la que presumía. Claro, esto permitió que su liderazgo se enriqueciera, y la corrupción generalizada a todos los niveles favoreció no solo la acumulación de grandes fortunas, sino también una redistribución del ingreso más amplia. Sin embargo, en términos colectivos y nacionales, esta elección de rumbo ha sido fatal.

La devastación económica, social y demográfica es tan evidente que ni siquiera vale la pena discutirla. Menos evidente, sin embargo, es el efecto perjudicial que ha tenido la subordinación militar, es decir, la imposición a las fuerzas armadas de Kiev de un modelo estratégico, operativo y táctico basado en el de la OTAN, para el cual no solo estaban despreparadas (e inadecuadas), sino que también resultó peligrosamente equivocado.

Ya se ha dicho muchas veces, la doctrina militar estadounidense, y, por tanto, la doctrina militar occidental en general, sigue basándose en ciertos pilares conceptuales que ya no se reflejan en la realidad.

El primero de estos pilares es la idea de la propia supremacía tecnológica absoluta, que debería garantizar por sí misma un dominio indiscutible.

El segundo es, en consecuencia, la capacidad de infligir pérdidas decisivas ya en la primera fase de un conflicto.

El tercero, también consecuente, es la creencia de que la victoria puede lograrse rápidamente.

Estos tres supuestos convergen para delinear un modelo de conflicto caracterizado por una asimetría absoluta; además, no es casualidad que la propia doctrina estratégica estadounidense se base en el principio de impedir la aparición de una potencia con capacidades equivalentes.

Además, incluso en sus supuestos, esta doctrina ha demostrado casi siempre ser estratégicamente falaz.

Probablemente, el único caso en el que se puede hablar de hecho de éxito completo es el ataque a Serbia; el objetivo era arrebatarle un trozo de territorio -Kosovo- para convertirlo en un estado subordinado y, sobre todo, implantar la mayor base estadounidense de Europa (Camp Steel) en el corazón de los Balcanes. Puede decirse que ambos objetivos se han alcanzado plenamente.

Pero en el caso de muchos otros conflictos, las cosas han sido diferentes. En Afganistán, esta doctrina militar no pudo aplicarse, y al cabo de veinte años se produjo una precipitada retirada.

En Irak, se produjo la rápida derrota del antiguo amigo Sadam, pero el país fue prácticamente entregado al implacable enemigo, Irán.

Lo mismo ocurre con Libiatras derrocar (y asesinar) a Gadafi, el país se ha dividido en dos, y la parte prooccidental está sumida en el caos, mientras que la otra se ha aliado con Rusia.

Obviamente, por tanto, el primer problema del conflicto de Ucrania es que todo el aparato de la OTAN –doctrinal, estratégica, operativa, táctica, organizativa, logística, incluso industrialmente...- se construyó sobre un modelo de conflicto asimétrico, mientras que el que se abrió el 24 de febrero de 2022 es a todos los efectos un conflicto simétrico.

Aunque el equilibrio de poder, en términos absolutos y con respecto a Ucrania y la Federación Rusa, es ciertamente favorable a esta última, es innegable que la cantidad y calidad del apoyo ofrecido a Kiev por los 36 países de la OTAN ha reequilibrado absolutamente estas relaciones.

Por supuesto, el objetivo de EEUU, en términos estratégicos, siempre ha sido desgastar a Rusia política y militarmente, no vencerla sobre el terreno (aunque, ocasionalmente, alguien en Washington haya llegado a contemplar esta idea).

Pero cuando quedó claro que las fuerzas armadas ucranianas no estaban a la altura de la tarea, la implicación cualitativa de la OTAN creció hasta el punto de asumir realmente el mando estratégico y operativo de la guerra.

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Un primer aspecto crítico de este planteamiento fue la aparición de las dificultades inherentes a la compatibilidad de las normas de la OTAN con las normas de estilo soviético en las que estaba estructurado el ejército ucraniano.

Obviamente, las fuerzas armadas de Kiev estaban estructuradas según un modelo operativo similar al ruso, y derivado de los tiempos de la URSS. A medida que los medios de la época soviética fueron destruidos y sustituidos por medios occidentales, y paralelamente el mando estadounidense se hizo más capilar y omnipresente, esta contradicción se hizo cada vez más chocante.

Obviamente, el modelo de la OTAN tiene su propia coherencia interna: la estructura organizativa de las unidades, y el mismo tipo de medios, son funcionales a la aplicación del modelo operativo de la Alianza Atlántica. Aplicar este modelo, paralelamente a una sustitución parcial y progresiva de los sistemas de armas, no es en sí una cuestión especialmente sencilla; hacerlo en medio de una guerra de alta intensidad es casi imposible.

Un segundo aspecto crítico se puso de manifiesto con la llegada de los medios occidentales. En primer lugar, esto planteó un problema de formación del personal, que fue necesariamente mucho más precipitado de lo que debería haber sido. Y, por supuesto, también surgió inmediatamente el problema de la logística, es decir, el mantenimiento-reparación de estos medios, para lo que las fuerzas armadas ucranianas no estaban equipadas.

Pero aún más relevante, como factor crítico, fue la gran variedad de sistemas de armas suministrados, procedentes de diversos países occidentales.

Estos sistemas, aunque en principio estaban estandarizados según una norma común de la OTAN, en realidad revelaban una serie de especificidades que multiplicaban aún más los problemas de gestión [1]; por ejemplo, resultó que las piezas de artillería de un determinado calibre no eran capaces de utilizar toda la munición del mismo calibre, lo que creaba dificultades de adquisición. Y, por supuesto, esto complicó aún más toda la logística.

En tercer lugar, la planificación operativa y la acción táctica. También aquí, la adopción de los modelos de la OTAN, para los que el personal ucraniano no estaba entrenado (o sólo lo estaba parcialmente), afectó significativamente al rendimiento de las fuerzas armadas de Kiev.

Hay que señalar que, por razones obvias, la formación de los militares ucranianos (unos 60.000 soldados) fue relativamente limitada, y tuvo lugar casi exclusivamente en países europeos. Si tenemos en cuenta que el ejército ucraniano cuenta ahora con unos 600.000 a 700.000 hombres en la línea de combate, y que ha perdido permanentemente a otros tantos, podemos ver que los soldados que han recibido entrenamiento de la OTAN son aproximadamente el 5% del total, y por tanto completamente insuficientes.

Y, además, la mayoría de ellos han sido adiestrados en el uso de sistemas de armas concretos, y siempre en grupos relativamente pequeños; lo que ha faltado por completo, por tanto, ha sido el adiestramiento táctico-operativo a nivel de unidad, es decir, la capacidad de maniobra sobre el terreno.

Todo ello ha provocado un desajuste entre la planificación de los mandos de la OTAN y la capacidad real de las fuerzas armadas ucranianas.

Pero aún más significativo, como ya se ha mencionado, es el desfase entre la doctrina de guerra de la OTAN (asimétrica, rápida, centrada en el ataque) y una realidad sobre el terreno completamente distinta.

De esto también se acabaron dando cuenta los países instructores, que, de hecho –al debatir la ampliación de la misión europea de formación– subrayaron la necesidad de ajustar más los ejercicios a los requisitos de combate, dada la brecha entre los cursos y la realidad del campo de batalla” [2].

En un documento del SEAE (el servicio diplomático de la UE) citado en el mismo artículo, se menciona explícitamente que los modelos de entrenamiento actuales están modelados según las normas occidentales [3], subrayando la diferencia con la realidad del campo de batalla. Además,

el hecho de que los ucranianos se entrenen con equipos, procedimientos y doctrinas de los Estados miembros también crea discrepancias en los tipos de técnicas y métodos que conocen los soldados una vez que vuelven al campo de batalla [4].

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Tuvimos un ejemplo clamoroso de ello el año pasado, cuando los mandos de la OTAN –debido también a exigencias políticas internas de EEUU– empujaron al ejército ucraniano a lanzar una ofensiva en el sureste, llenándolo preventivamente de tanques Bradley y Leopard (se proporcionaron los Abrams, pero no se permitió utilizarlos en ese momento).

La operación, concebida precisamente según el modelo operativo de la OTAN, se llevó a cabo a pesar de que era evidente que faltaban las condiciones previas para el éxito. De hecho, por un lado, las fuerzas rusas habían establecido una formidable línea defensiva fortificada (la famosa línea Surovikin), articulada en profundidad en tres niveles sucesivos; y por otro, las fuerzas ucranianas carecían por completo de dos elementos fundamentales para desarrollar ese tipo de ataque, a saber, un apoyo aéreo y artillero eficaz.

El resultado fue, pues, como era previsible, un completo fracaso, que además se pagó caro.

Lo que hemos visto en Kursk, en los últimos días, es en muchos aspectos similar. Aunque con dos elementos nuevos.

El primero, más evidente, es el estratégico: rompiendo efectivamente lo que hasta entonces había sido una especie de tabú no declarado, la OTAN invadió territorio ruso.

El segundo es el táctico: esta vez el ataque se llevó a cabo utilizando principalmente pequeñas unidades del DRG, que, tras arrollar fácilmente a los guardias fronterizos y a los reclutas apostados en el territorio, penetraron profundamente a lo largo de algunos ejes.

Obviamente, en este caso la operación -a diferencia de la del año pasado- tuvo éxito táctico, al menos temporalmente.

Sin embargo, aparte del mencionado valor estratégico-político, esta maniobra es irrelevante desde el punto de vista militar. El daño infligido a las fuerzas rusas, aparte de cierto número de prisioneros capturados en los primeros días, es absolutamente mínimo, mientras que el precio pagado en hombres (unos 6.000, entre muertos en combate y heridos en combate, en pocos días) y medios es muy alto.

El ataque no sirvió para distraer a las tropas rusas del Donbass, si ese era el objetivo. Y ahora las fuerzas ucranianas están en una encrucijada: o se retiran rápidamente, anulando el resultado político del ataque, o se quedan sobre el terreno y dejan que las fuerzas armadas rusas las destruyan.

Quienes también están aplicando aquí su método habitual de operación: se enfrentan a las fuerzas ucranianas en un sector, y utilizan su superioridad aérea y de artillería para machacar a las unidades enemigas.

Y todo esto por una porción de territorio que incluso puede parecer significativa, si se expresa en términos de kilómetros cuadrados, pero que pierde totalmente su relevancia no sólo cuando se compara con la inmensa vastedad del territorio ruso, sino también sólo considerando su valor estratégico.

De hecho, es una zona predominantemente boscosa, con pocos pueblos; el centro más importante conquistado por las fuerzas ucranianas, de hecho, Sudzha, tenía poco más de 6.000 habitantes antes de la evacuación parcial.

En todo esto, el mando estratégico de las fuerzas armadas rusas no perdió de vista el panorama general del conflicto, y de hecho aprovechó la situación para centrar -con éxito- sus esfuerzos precisamente en el schwerpunkt (punto decisivo) [5] del conflicto, a saber, el Donbass.

De hecho, es allí donde se encuentra el centro de gravedad del conflicto, y ello por toda una serie de razones.

Para empezar, basta echar un vistazo a los mapas para descubrir un primer elemento fundamental: la línea de batalla dibuja básicamente un arco de noreste a suroeste, que es cóncavo en el lado ucraniano y convexo en el lado ruso.

El empuje ofensivo ruso, por tanto, converge naturalmente hacia un centro de gravedad ideal, que se encuentra justo al oeste de las provincias de Lugansk y Donetsk.
Observando el mapa siguiente, entre otras cosas, se puede ver que las mayores concentraciones de fuerzas rusas se encuentran en el extremo suroccidental, protegiendo Crimea, y en el frente del Donbass.

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Esta región -y ésta es otra razón por la que es un schwerpunkt- tiene una red muy alta de fortificaciones ucranianas, y líneas defensivas centradas en núcleos de población, que Kiev ha desarrollado desde 2014.

Más allá de éstas, en dirección oeste no queda prácticamente nada, ni obstáculos naturales ni defensas fortificadas, hasta el Dniéper. Lo que, por un lado, explica por qué el avance ruso ha sido tan lento hasta ahora (la liberación de Bajmut, por ejemplo, llevó prácticamente un año) y, por otro, por qué ahora se está acelerando cada vez más.

De hecho, la profundidad defensiva ucraniana se ha ido erosionando gradualmente hasta convertirse en una línea muy delgada. En la práctica, ahora sólo quedan unos pocos bastiones, más allá de los cuales no hay básicamente nada.
Está el centro logístico estratégico de Pokrovsk, ahora a sólo unos kilómetros del avance de las fuerzas rusas, y más arriba la línea Slovyansk-Kramatorsk (que ya se ha mencionado aquí varias veces en el pasado).

Por tanto, el ataque ucraniano en dirección a Kursk, completamente alejado del centro de gravedad de la línea de batalla, en última instancia simplemente estiró esta línea hacia el norte.

Esto, en abstracto, podría ser una ventaja para los ucranianos, ya que al estar en el lado cóncavo de la línea teóricamente acorta las líneas de suministro, mientras que para los rusos es exactamente lo contrario.

Pero tal ventaja sólo se produciría si las proporciones de fuerzas estuvieran aproximadamente equilibradas; en realidad, la disparidad de fuerzas es considerable, especialmente en las áreas estratégicas de dominio artillero y aéreo, y por tanto el ejército ucraniano simplemente no está en condiciones de obtener ninguna ventaja significativa.

En conclusión, el ataque ucraniano en territorio ruso no es ni una maniobra de distracción (operación táctica) ni una ofensiva significativa (operación estratégica).

Volviendo, pues, al panorama general del conflicto, y al impacto que tienen en él la doctrina estratégica y el modelo operativo de la OTAN, no es atrevido afirmar una vez más que la influencia de la Alianza Atlántica ha resultado decididamente desfavorable, para Ucrania, y no sólo –como es evidente– en un plano más general, al haber conducido a la destrucción del país, sino también en un plano más específicamente militar.
A su vez, esto nos lleva a otra clave para interpretar los acontecimientos actuales, y lo que se avecina en el horizonte.

Si, de hecho, una derrota ucraniana representará claramente una derrota política para la OTAN en su conjunto, también representará una derrota para el modelo militar atlántico.El poder militar estadounidense – naturalmente aún muy considerable – sin embargo, se está desmoronando, quizás incluso más rápidamente que el poder del dólar.

La evidente derrota israelí en Palestina, la incapacidad para enfrentarse a un país pequeño como Yemen, el claro temor a enfrentarse a una potencia regional como Irán, son síntomas de la profunda crisis que atraviesa el instrumento militar de la hegemonía occidental.

Una eventual derrota en Ucrania podría ser el golpe decisivo, capaz de acabar con el poder disuasorio de la OTAN, abriendo el camino a una miríada de conflictos totalmente inmanejables.

Por el momento, no parece haberse abierto en el seno del imperio ninguna veda de reflexión genuina y seria sobre todo esto, por lo que es de suponer que -al menos a corto plazo- seguirán por el mismo camino.

Pero si no es así, harán todo lo posible para no atribuirse una nueva derrota.

Traducción nuestra


*Enrico Tomaselli es Director de arte del festival Magmart, diseñador gráfico y web, desarrollador web, director de video, experto en nuevos medios, experto en comunicación, políticas culturales, y autor de artículos sobre arte y cultura.

Notas

1 – Un aspecto puesto de relieve por el conflicto ucraniano, pero en el que al parecer los analistas y militares no han hecho suficiente hincapié, es que esta considerable variedad de medios (casi todos los países de la OTAN tienen su propia gama de vehículos blindados, MBT y artillería) implica una logística elefantiásica. En la práctica, en caso de conflicto convencional -más aún si se trata de uno de alto consumo- en el que las fuerzas de la OTAN estuvieran sobre el terreno, se produciría una situación en la que las distintas unidades nacionales necesitarían cada una su propia logística específica (líneas de suministro, talleres de reparación, piezas de recambio, etc.), lo que obviamente no hace sino complicar la flexibilidad operativa.
2 – Véase «EU diplomatic service urges changes to Ukraine training mission to meet battlefield needs», Aurélie Pugnet, Euractiv
3 – ibidem
4 – ibidem
5 – El concepto de schwerpunkt fue formalizado por von Clausewitz en su obra «De la guerra». En el Libro 6, Capítulo XXVII, escribe: «al igual que el centro de gravedad se encuentra siempre donde se concentra la mayor parte de la masa, y toda colisión contra este centro tiene el mayor efecto sobre el conjunto, así debe ser en la guerra y, por tanto, la colisión más fuerte debe ser contra el centro de gravedad». Para Clausewitz, éste es el centro de gravedad, el centro de gravedad del choque. Sobre este tema, véase «Schwerpunkt», warfare.it

Fuente original: Giubbe Rosse News

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Ante el terrible y peligroso escenario de un conflicto nuclear alentado por la OTAN y las potencias anglosajonas debido a su frustración por la evidente derrota en Ucrania y ante las tremendas consecuencias que tendría para toda la humanidad, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, ha modificado de urgencia el contenido de su columna del Club de La Pluma, para centrarse en la temeraria decisión de EEUU e Inglaterra de involucrarse directamente en ese conflicto, con la muy probable autorización al régimen de Zelensky para el uso de misiles de largo alcance -fabricados en Occidente- con asistencia y logística de la OTAN y contra el interior profundo de Rusia, lo que lógicamente ha provocado la inmediata reacción del presidente Putin alertando que tal agresión será considerada como una declaración de guerra de todos los miembros de la OTAN contra su país.

AUDIO:

En el plano internacional, no quedan dudas de que el elevar esta guerra regional al máximo nivel global -y entre las dos mayores potencias militares del mundo- ha sido una maniobra intencionada de los cancilleres de Estados Unidos y de Inglaterra, con su provocadora visita a Kiev y sus posteriores declaraciones, actuando como agitadores bélicos blandiendo la amenaza nuclear, lo que desnuda el desmadre de las potencias occidentales ante el evidente fracaso militar de la última aventura de Kursk, que se suma a la destrucción masiva y generalizada de Ucrania, a las cientos de miles de vidas sacrificadas inútilmente, a su completa ruina económica y a la huída despavorida de miles de sus jóvenes, aún libres pero perseguidos por los violentos piquetes de alistamiento forzoso.

Por lo que Pereyra Mele, dejando de lado otros temas de gran actualidad internacional como el multitudinario Foro de Vladivostok o la trascendental cumbre de los BRICS en Octubre, ambos en Rusia, se plantea con profunda preocupación ¿SI SERÁ ÉSTE EL ÚLTIMO VERANO EUROPEO ANTES DEL INVIERNO NUCLEAR? Mientras profundiza en la gravedad de una situación que pone a la humanidad en riesgo de exterminio, al ser arrastrada al holocausto por un imperio en derrumbe, que alegremente toma medidas desesperadas y fuera de cualquier lógica.

Eduardo Bonugli (Madrid, (15/09/24)

Por Raphael Machado

Esta visita, junto con la aceleración de la colaboración militar entre Chile y los EE. UU., indica los límites geopolíticos del “izquierdismo” liberal-progresista de Gabriel Boric.

La General Laura Richardson regresó a Sudamérica a finales de agosto, confirmando que, hoy en día, esta región es una zona de interés más inmediatamente vital para los EE. UU. que lo era hace, por ejemplo, 20 años. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, nunca un comandante del SOUTHCOM de los EE. UU. había hecho tantas visitas al continente como Richardson.

Esta vez, la visita de Laura Richardson, quien estuvo acompañada del General Charles Q. Brown, de la Fuerza Aérea de los EE. UU., se centró en Chile, donde el evento principal de su agenda fue la participación en la Conferencia Sudamericana de Defensa (Southdec).

Este evento anual, patrocinado por el SOUTHCOM, tiene como objetivo discutir cuestiones de defensa y seguridad colectiva en Sudamérica… bajo la tutela de los EE. UU. En este sentido, detrás del discurso oficial que justifica el evento, cuando se habla de “cuestiones de defensa y seguridad colectiva en Sudamérica”, debe interpretarse como referidas a aquellas cuestiones que los EE. UU. (y no los países de la región) consideran prioritarias.

No es casualidad que, a pesar de que el tema oficial del evento fuera “nuevas tecnologías”, con un enfoque en su instrumentalización para la “defensa de la soberanía hemisférica” (concepto que debe traducirse como “defensa de la soberanía de los EE. UU. en el hemisferio occidental”), la General Richardson se lanzó en una cansada y repetitiva diatriba contra “gobiernos comunistas autoritarios” que supuestamente se “infiltraban” en Sudamérica para esparcir corrupción, desinformación, ciberdelitos y violaciones de los derechos humanos.

Es un discurso extemporáneo, excesivamente reminiscente de la Guerra Fría, pero es el tono que los sátrapas occidentales usan con sus clientes en Sudamérica. Estos comentarios delirantes que apelan a una “amenaza roja”, haciendo referencia discreta, pero clara, a China y Rusia, se suman a los ataques directos contra Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, fue acusado por Laura Richardson de “sabotear la voluntad democrática del pueblo venezolano” y de ser el responsable de la crisis migratoria en su país.

Naturalmente, no hubo ninguna mención a la política hostil de sanciones que los EE. UU. impusieron a Venezuela, ni a los posibles efectos que esta política pudo haber tenido sobre los flujos migratorios venezolanos.

Aunque no menciona términos clásicos como “amenazas híbridas”, Richardson hace referencia a diversos elementos de las concepciones más contemporáneas de guerra, que involucran compromisos en múltiples dimensiones, mencionando específicamente el uso de inteligencia artificial y el control del espacio.

En cuanto al segundo punto, nos parece obvio que está dirigido contra la creciente cooperación espacial entre China y los países iberoamericanos, así como contra proyectos conjuntos de satélites, como el satélite meteorológico chino-brasileño que será lanzado en 2028, e iniciativas similares que China ha intentado desarrollar en asociación con otros países de la región.

Todo esto empaquetado en una retórica infantil-juvenil de “defensa de la democracia”, la cual estaría representada por los EE. UU. y los países que colaboran con los EE. UU. en el marco del SOUTHCOM.

Los países en cuestión, que estuvieron presentes en Southdec, son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay, además de observadores de Canadá, Francia y el Reino Unido. Los países sudamericanos indicados, que corresponden a todos, excepto Bolivia y Venezuela, constituyen aquellos en los que los EE. UU. han invertido con el objetivo de atraerlos hacia una posición de colaboracionismo con el atlantismo en el hemisferio occidental, en una recuperación de la Doctrina Monroe.

Naturalmente, esto se da con diferentes grados de éxito, siendo Ecuador y Argentina los países donde la estrategia estadounidense ha sido más eficaz.

Pero Chile no se queda muy atrás.

Casi simultáneamente con esta conferencia, los EE. UU. y Chile realizaron dos ejercicios militares: Southern Fenix 2024, en el que los ejércitos de ambos países entrenaron en el Desierto de Atacama (una región rica en litio), y UNITAS LXV, un ejercicio marítimo que involucró a 24 países y que esta vez fue sede en Chile.

La General Laura Richardson, sin embargo, en una visita anterior a Chile estuvo en lugares estratégicos como Punta Arenas, una zona importante tanto por el Estrecho de Magallanes, que permite pasar del Atlántico al Pacífico, como por su acceso a la Antártida.

Esta visita, junto con la aceleración de la colaboración militar entre Chile y los EE. UU., indica los límites geopolíticos del “izquierdismo” liberal-progresista de Gabriel Boric, que parece satisfecho en mantener a su país como un apéndice de los EE. UU., siempre que esto se dé con respeto a los “derechos humanos”, la “democracia” y la “ideología de género”.

Fuente Strategic Culture Foundation

Las opiniones de los autores no necesariamente representan la linea del pensamiento de Dossier Geopolitico

El martes 3 de septiembre en vivo y directo fui entrevistado por el periodista mexicano Roberto de la Madrid para su programa Detrás de la Razón,sobre la temática de cómo se está propulsando un nuevo escenario de conflictividad -guerra- en Europa del Este y Centroeuropa a través de la aplicación de la vieja Teoría del  Trimarium de Spykman, luego actualizada a la Iniciativa de los Tres Mares (Baltico, Adriatico y Negro) que se instrumento a partir del 2015 y que esta en pleno desarrollo e implementacion, muy especialmente ante la alta psibilidad de la derrota de la OTAN en Ucrania -o congelamiento de la misma-. Además es una operación para enfrentar a la Nva. Ruta de la Seda China con la Ruta del Algodón con el Eje: Trieste, Medio Oriente e India.-

Prof Lic. Carlos A. Pereyra Mele, Director de Dossier Geopolitico

Iniciativa de los Tres Mares: Baltico, Negro y Adriatico

Javier Benitez de Sputnik entrevista a Carlos Pereyra Mele

Las sanciones contra Rusia y la ‘barra libre’ que Europa le dio a Ucrania en sus exportaciones a territorio comunitario causan un grave daño de difícil solución a la economía del Viejo Continente. Además, Volodímir Zelenski afirmó que Kiev no prolongará el acuerdo para el tránsito del gas ruso a los países de la UE que vence a finales de 2024.

AUDIO:

El comercio de Rusia sigue creciendo, mientras Europa no tiene salida

Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, remarcó que los europeos, al importar gas de otros países, “tendrán que pagar mucho más, haciendo a su industria menos competitiva”. Y precisamente Alemania es un ejemplo paradigmático en esto.

En este contexto, Gazprom aumentó un 37% el suministro de gas a China entre enero y agosto de este 2024, frente al mismo período de 2023, según comunicó el director ejecutivo de la empresa, Alexéi Miller. Asimismo, las partes planean aumentar los volúmenes de entrega del recurso energético.

Mientras, Rusia Pakistán mantienen conversaciones sobre el suministro de gas natural licuado para las necesidades a largo plazo de Islamabad, según declaró a Sputnik la portavoz de la Cancillería paquistaní, Mumtaz Zahra Baloch.

Para el doctor Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, estas son todas situaciones que llevan a comprender que lo que está fracasando acá es el plano estratégico.

“En el plano táctico, pueden hacer todo este tipo de acciones, pero en el plano estratégico, los europeos siguen siendo dependientes del gas y el petróleo ruso. Lo estamos viendo a diario. Siguen dependiendo de los minerales estratégicos que vienen de África. Siguen dependiendo del mercado asiático para tratar de vender todo lo que fabrican. En estas tres áreas que hemos nombrado por último, han empezado a tener serias dificultades y todo ello les ha llevado a que no sean competitivos, reduzcan sus producciones, y que todo eso, por supuesto, en el corto plazo se verá reflejado en crisis sociales, políticas y económicas del total de la Unión Europea”, sentencia Pereyra Mele.

El analista concluye que es evidente que la dirigencia europea “no está a la altura de las circunstancias, y que tampoco tienen ningún tipo de solución para los graves problemas que ellos mismos crearon”.

AUDIO:

Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, en su columna del Club de La Pluma, resume su reciente exposición en la Confederación General del Trabajo de Córdoba (Argentina), en el marco del Ateneo Justicialista, con la que abordó LA ACTUALIDAD INTERNACIONAL Y SU REFLEJO EN SUDAMÉRICA, DESDE LA VISIÓN HISTÓRICA DEL JUSTICIALISMO, haciendo hincapié en los ejes de la política exterior de la Argentina Peronista, en contraposición a las doctrinas bélicas y expansionistas anglosajonas de los últimos 125 años. Y en ese duelo entre antípodas, colocó por un lado a valores humanistas como el de la “Tercera Posición. Patria Grande. Países No Alineados, Principio de No Ingerencia. Respeto a la Soberanía. Libertad de Los Pueblos. Sindicalismo Integrador, etc.” En contra cara a EEUU y a su Caos Organizado que promueve guerras de todo tipo (Ya sea clásica, invasiva, fragmentada, terrorista, proxy, híbrida, revolución de colores, golpista, financiera, económica, religiosa, de corrupción y chantaje, cultural y de propaganda, etc.). O la imposición y derribo de gobiernos. El control y apropiación de recursos y alimentos. Bloqueos y ocupaciones territoriales. Sanciones económicas. Dominio de mares. Proliferación de bases militares, etc.

También abordó la extensa base doctrinal y estratégica del Imperio, dictada y actualizada por pensadores de varias épocas, para la colonización y el dominio del mundo, además de la teología política y religiosa del ”Destino Manifiesto” que se auto percibe como el nuevo Israel y nación designada por Dios para conducir los destinos de la humanidad contra todos “LOS ACTORES MALIGNOS”, a quienes retrata como sus enemigos. Además -Pereyra Mele- sobre esa guerra terrenal y mística, señaló todos los tipos de frentes de lucha en los que el imperio libra su gran batalla por el destino y contra “los malos”. Y que junto a la «Doctrina Monroe» conforman un corpus base de su espíritu imperialista desde los tiempos de los «padres» fundadores calvinistas de los EEUU.

Y en ese contexto del dominio imperial, centró su conferencia en el conflicto de Venezuela, apelando a que se deje de lado la gigantesca parafernalia de desprestigio contra su gobierno y que no se alimente la vacua discusión sobre las actas electorales, en tanto que desgranó las reales intenciones de Norteamérica en este asunto, lo críticamente importante que es el país caribeño para su estrategia del control del continente, el verdadero peso geopolítico de Caracas en el nuevo contexto de la multipolaridad, el apoyo que tiene de los BRICS+, de Rusia y de China, el terrible futuro para todo el subcontinente si logran desestabilizarla y los profundos intereses económicos que rodean este enfrentamiento trascendental, mucho más allá de lo ya conocido sobre sus riquezas petrolíferas.

Su conferencia en el histórico edificio de la CGT Córdoba, y resumida en este audio, por su calidad, contenido e importancia, fue un justo homenaje a la dimensión humanista y universal de aquella política peronista sobre las relaciones internacionales de Argentina, tan inteligentemente orientada hacia la integración sudamericana. Dejando entre los asistentes un sabor agridulce por el contraste entre los terribles despropósitos del gobierno incapaz y antipatriota de Milei, y la certeza de su validez, vigencia y necesidad, especialmente en éste momento crucial para la humanidad.

Eduardo Bonugli. Madrid, (01/09/24)

El Director de Dossier Geopolitico disertando en el Taller de Politica Internacional en la CGT Casa Historica de Cordoba
Lic. Carlos A. Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

La ofensiva ucraniana en la provincia rusa sólo logró el cierre de las negociaciones en curso. La batalla decisiva, por el contrario, se está librando en el frente oriental y la está ganando Rusia

Eduardo J. Vior
analista internacional Especial para Dossier Geopolitico

Cuando el pasado 6 de agosto un importante contingente ucraniano invadió la provincia de Kursk, en el suroeste de Rusia, todos los medios occidentales festejaron su rápido avance y especularon con que ésa sería la carta de triunfo de Volodymir Zelenski, para obligar a Vladimir Putin a negociar la paz en condiciones ventajosas para Kiev. Sin embargo, un mes después la ofensiva está estancada, los ucranianos sufren grandes pérdidas y el ejército ruso avanza velozmente en la cuenca del Don. Mientras tanto, la participación de oficiales occidentales en las operaciones en Rusia, los ataques con cohetes contra la central nuclear de Kursk e incidentes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia amenazan con desatar un enfrentamiento directo entre fuerzas de la OTAN y de Rusia que rápidamente desembocaría en una guerra mundial.

Sacando las conclusiones del caso, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, declaró el viernes 30 que tras la incursión ucraniana en territorio ruso carecía de sentido hablar de negociaciones. Ya el miércoles Lavrov había recordado la posición de la parte estadounidense, que cree que Europa será la primera en sufrir si estalla una nueva guerra mundial. En particular, llamó la atención sobre las declaraciones del coordinador del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para comunicaciones estratégicas, John Kirby. 

“En general, este es un detalle revelador que refleja la mentalidad de los planificadores y geoestrategas estadounidenses, que están convencidos de que no se verán afectados”, señaló Lavrov. “La forma en que expresan sus pensamientos, continúa, es freudiana en cierto sentido: ya sabes, la Tercera Guerra Mundial es mala porque no queremos que Europa sufra daños. Ésta es la esencia de la mentalidad estadounidense, la mentalidad del amo que se queda en al otro lado del océano, seguro de su seguridad y convencido de que no sólo los ucranianos sino también los europeos, como se ha demostrado, harán todo el trabajo sucio”, concluyó el canciller ruso.


Ubicación de Kursk en el mapa de Rusia y de Europa


Área de la provincia (Oblast) de Kursk ocupada por los ucranianos al 2-09-2024

Entre tanto, la incursión ucraniana en la provincia rusa de Kursk está empantanada. Las fuerzas ucranianas recientemente avanzaron marginalmente al norte de Sudzha (un villorrio de 6.000 habitantes cuya conquista fue ruidosamente festejada en la prensa occidental), mientras las fuerzas rusas recapturaron algunas zonas del óblast de Kursk el 29 de agosto. Las autoridades rusas están creando allí nuevas unidades de voluntarios para la  defensa territorial. De ningún modo tuvo el presidente Vladimir Putin que ordenar la movilización general o trasladar importantes contingentes desde el Don, como especulaban el alto mando ucraniano y sus asesores de la OTAN. Bastó con desplazar tropas de otros emplazamientos, para acumular allí 230.000 efectivos que ofrecen un muro intraspasable a los ataques ucranianos. Por otra parte, Rusia no tiene interés en expulsar a sus enemigos del territorio de Kursk sino que, al contrario, busca comprometerlo allí, para que no pueda socorrer a las tropas en retirada en el Donetsk.

En declaraciones a la prensa, el jefe del ejército ucraniano, Oleksnder Syrski, reconoció que el principal fin al planificar la operación en la provincia rusa de Kursk era “desviar” una gran cantidad de las tropas rusas de las direcciones del frente clave. Sin embargo, continuó, Rusia “sigue acumulando sus fuerzas en la dirección de Pokrovsk”. 


Estado de las operaciones al 2-09-2024 (ISW)

Precisamente, en el Donbass, la zona más rica de Ucrania, es donde se está librando la batalla que está cambiando el curso de esta guerra. El jueves 29 Syrski informó a Zelensky que el frente de Pokrovsk se había derrumbado. Para contener al ejército ruso en Donbass, dijo, es necesario detener o limitar la operación en Kursk y enviar parte de las unidades a Pokrovsk y Selidovo. Noobstante, Zelenski se negó, informa el canal ucraniano TG “Resident”, citando sus fuentes.

Confirmando las funestas predicciones del comandante, este lunes 2 la agencia Tass informó que “la defensa de las fuerzas armadas de Ucrania cerca de Pokrovsk ha sido rota, prácticamente no hay resistencia.” Esta ciudad tiene un valor estratégico central: está situada a unos 70 kilómetros al noroeste de Donetsk y es uno de los núcleos de transporte clave del oeste de la cuenca del Don, donde se conectan varias líneas ferroviarias y carreteras. Si la ciudad cae en manos rusas, éstos tendrán expedito el camino hacia Dnipró, a orillas del Dniéper, o hacia Járkov, en el norte. No hay obstáculo natural que los detenga ni líneas defensivas organizadas.

Sin embargo, Rusia no va a avanzar frontalmente hacia Pokrovsk, sino que se va a dirigir hacia el norte y también hacia el sur, para lograr un frente de entre 46 y 50 km, de ancho, entre un pueblo al norte llamado Popiv Yar y por el sur Kurajove. Probablemente los rusos hagan un movimiento hacia el sur y hacia el norte, pero fundamentalmente hacia el sur. Siguiendo la Doctrina Gerásimov (por el jefe del Estado Mayor Conjunto, Genadi Gerásimov), el ejército ruso procura reducir sus pérdidas, obtener el máximo éxito con el mínimo costo y armonizar las distintas formas de lucha (militar, política, comunicacional, electrónica, psicológica, etc.). No tiene prisa en derrotar al enemigo, sino que busca que éste caiga por sus propias debilidades.


Mapa del frente de operaciones de Pokrovsk: evolución de la ofensiva rusa entre el 12 y el 30 de agosto. Rojo:  control ruso confirmado; púrpura:  probablemente control ruso; amarillo (dibujado):  avances rusos reivindicados

Después de abril de 2022 Rusia comenzó a incorporar los territorios del este en dos direcciones principales: primero Lugansk y luego Donetsk. El 24 de febrero de 2022 se incorporó a Rusia un 41% de la cuenca del Don. Hoy ya domina un 82%. Falta un 2% de Lugansk y 16% en el Donetsk. Zaporizhia y Jersón son dos oblast de contención. En este sentido, aun siendo un lugar estratégico, Pokrovsk no será de la dirección principal, aunque caerá de todas formas. El ejército ruso no está preparando las condiciones para asaltar esta ciudad, sino para rodearla y avanzar hasta el Dniéper.

Según informa el Financial Times del viernes 30, militares y analistas ucranianos critican a Vladimir Zelensky por las rápidas brechas en las defensas, especialmente alrededor de Pokrovsk. “Sinceramente, nunca había visto algo así. Todo se está desmoronando tan rápidamente. Pokrovsk caerá mucho más rápido de lo que lo hizo Bajmut”, declaró un analista militar al FT.

En Ucrania estiman que el ejército ruso podría lanzar una ofensiva contra Dniepropetrovsk (también llamada Dnipró) la próxima primavera boreal, entre marzo y abril. Se trata de la cuarta ciudad del país por número de habitantes (981.000) y la más importante de la mitad oriental. El alto mando ucraniano ya ha comenzado a reforzar las defensas de la ciudad.


Pokrovsk es un nudo de transportes de gran valor estratégico

Entre tanto, Zelenski no ceja en su idea de celebrar en un país del Sur Global aún por decidir su segunda cumbre internacional por la paz en la que se plantea invitar a Rusia, según anunció el pasado martes 27 el jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andrí Yermak. “Queremos que la segunda cumbre tenga lugar en un país del Sur Global”, dijo Yermak. Llevando la segunda cumbre a África, Asia o América Latina, Ucrania espera que países emergentes tradicionalmente aliados de Rusia apoyen su propuesta de paz. De toda América Latina, además de Cuba, Nicaragua y Venezuela, el único país con una larga relación mutuamente beneficiosa con Rusia es Argentina. Sólo en Asia hay un país no aliado de Rusia que tenga históricamente tan buenas relaciones con la nación euroasiática: India. Sin embargo, es dudoso que Narendra Modi quiera arriesgar los delicados equilibrios de su diplomacia auspiciando una conferencia que, en definitiva, será un pretexto para que el mandatario ucraniano demuestre que “Rusia no quiere la paz” y proponga continuar la guerra y/o ampliarla.

Mientras tanto, la pérdida el jueves 29 de uno de los seis cazas F-16 entregados por Occidente a Ucrania ha conmocionado a los medios norteamericanos y europeos. Kiev confirmó el incidente y la muerte del piloto. El avión se estrelló durante un ataque con misiles rusos, causando la muerte del piloto. El gobierno ucraniano culpó a un error humano, mientras que una diputada ucraniana alegó fuego amigo. En caso de que la primera o la tercera hipótesis se comprueben, surgirá la pregunta sobre el equipamiento anticohetes del avión: ¿no lo tenía o no estaba activado? 

El mismo día La OTAN advirtió a Rusia del peligro de que sus ataques a Ucrania lleguen a Polonia. Si bien indicó que carece de información que indique que el objeto sin identificar que entró el lunes 26 en el espacio aéreo de Polonia fuera parte de un ataque intencionado de Rusia, advirtió al gobierno en Moscú que esos actos son “irresponsables y potencialmente peligrosos”.


Central nuclear de Kursk 1

El 27 de agosto el director general del OIEA, Rafael Grossi, inspeccionó la central nuclear de Kursk. Durante la visita, el alto cargo vio rastros de ataques de drones en la planta y restos de vehículos aéreos no tripulados. Esta semana Grossi mantendrá conversaciones de alto nivel en Ucrania y evaluará la situación en la central de Zaporozhie; Las cuatro centrales del complejo nuclear de Kursk son de tipo RBMK 1000, como la que explotó en Chernobyl en 1986. Son muy vulnerables y no soportarían el impacto de un proyectil pesado. 

Por suerte, sólo está activa la torre 3. La 1 y la 2 están fuera de servicio y la 4 está en pausa programada. Se desconoce si se ha retirado el grafito de las centrales apagadas. De este modo el riesgo es algo menor, pero igual subsiste, porque ese tipo de centrales carecen de los mecanismos de protección que tienen las que se enfrían con agua pesada. Los ucranianos tienen misiles norteamericanos HIMARS y ATTACMS de alcance medio y precisión de alrededor de dos metros y están más que a tiro del complejo de Kursk.

No obstante el triunfalismo del presidente, la crisis total acecha a Ucrania. El gobierno ucraniano tomó una resolución que se traduce en que Kiev podría dejar de pagar los créditos y los eurobonos que Ucrania tiene contraídos con varios acreedores, así como sus derivados financieros del PIB. La deuda nacional ucraniana casi se duplicó bajo el mandato de Zelenski, alcanzando a más de 152.000 millones de dólares para junio de 2024. Por esta razón, el Consejo de Ministros emitió el 27 de agosto una resolución por la que se ordena el cese parcial del servicio de sus obligaciones en eurobonos, derivados financieros del producto interno bruto (PIB) y otros instrumentos de préstamo, llevando al país un paso más cerca del default.

Es la primera vez desde que empezó esta guerra que existe un riesgo real de que escale a magnitud global. Con la OTAN bajo crisis de conducción por las elecciones norteamericanas y con algunos miembros muy fanatizados. Por ello el ministro Lavrov viene reiterando sus advertencias a Occidente. La incursión ucraniana en Kursk tuvo como único efecto destruir cualquier posibilidad de negociación en el futuro cercano. La suerte de la guerra tiende a dirimirse en el campo de batalla, pero no hay nadie confiable que le ponga límites.

Elecciones en Alemania: Por Eduardo Bonugli. Madrid, 02/09/24

Especial para Dossier Geopolitico

¡¡ CUARTA DERROTA CONSECUTIVA 

DEL PARTIDO EUROPEÍSTA EN 2024 !!

# En las elecciones regionales de Alemania, la extrema derecha capitaliza el rechazo creciente y el descontento general de los europeos hacia las élites neoliberales y pro norteamericanas de Bruselas.

# Ante semejante varapalo, los “partidos europeístas” y sus medios, absolutamente desquiciados, responden de forma visceral e intempestiva, bloqueando a los ganadores y armando un complot urgente para que no accedan al gobierno. Lo que además de mostrar impotencia, debilidad y ceguera política, podría significar todo un atentado al propio acto electoral, además del desprecio al derecho soberano de los votantes y un virtual secuestro de la democracia. Más allá de profundizar la peligrosa brecha social, política y cultural de la sociedad. De la que se benefician sin duda, los grupúsculos ultras y extremistas, gracias en parte, a unos burócratas que hacen oídos sordos a los reclamos de la gente.

# Estas medidas de intolerancia democrática del gobierno comunitario, además de una alarmante ausencia de mensaje político, han sido radicalizadas con una FALTA ABSOLUTA DE CUALQUIER AUTOCRÍTICA ante los evidentes fracasos de sus políticas neoliberales, ultra capitalistas y pro norteamericanas, mientras mantiene sus irreductibles posiciones sobre temas como el apoyo al genocidio de Israel, al insoportable aumento del gasto en la industria militar, la continuidad a cualquier precio de la guerra de Ucrania, al costoso y perdido enfrentamiento con China, la grave crisis energética auto provocada, la exorbitante y creciente deuda pública y privada, la caída de la producción, la pérdida creciente del estado del bienestar y la sumisión estratégica a EEUU. En tanto que aumenta la indignación y el desprestigio mundial por los incumplimientos de sus falsos “Valores Europeos”, por su paupérrimo papel internacional y por la intransigencia y pretensiones de colonialismo cultural con los temas identitarios y de la ideologías de género.  

Macron ningunea el Triunfo de Melenchon

# El injustificable negacionismo de Bruselas sobre unos resultados tan malos como contundentes, va en línea con la maniobra en curso de Emanuel Macron de desconocer el triunfo del Frente Popular en la segunda vuelta de las parlamentarias francesas, mientras mezquina al Frente Popular Francés su derecho tácito -como ganador de las elecciones- de presentar su programa al legislativo y de intentar optar a la formación de gobierno, aunque no tenga -ahora o más adelante- la mayoría necesaria.

# Por lo tanto, el titular de la noticia de los trascendentales resultados en Alemania del domingo no debería ser el que ganó la extrema derecha cómo está siendo expandida dramáticamente por todo Occidente, sino que ha sido LA CUARTA DERROTA EN EL AÑO DEL PARTIDO EUROPEÍSTA -el único legitimado por Bruselas- luego de las legislativas europeas de junio y de las dos parlamentarias en Francia en junio y julio. En las  que fueron claramente derrotadas las muy cuestionadas gestiones de Von der Leyen, Borrell y el resto de su gabinete.

# Resulta evidentemente interesada y oportunista la interpretación del relato del sistema, de que este triunfo es exclusivo de la extrema derecha fascista y racista

¡¡ LO QUE NO ES VERDAD !!

Lo único cierto es que la extrema derecha es la dueña de la única franquicia opositora en Europa, o lo que es lo mismo, es la propietaria de “la marca” de una caja de resonancia donde la gente puede expresar sus quejas.

¡¡ Allí y solo allí !!

La extrema derecha es también la única tribuna (oportunista y demagógica) que desnuda el andar patoso y suicida de la Unión Europea. Todo ello permitido por la ineficiencia de conservadores y liberales, por el sometimiento cómplice del progresismo al poder capitalista y por la huida en espantada de la izquierda tradicional, del campo de lucha política en todo Occidente.

Militantes de «derechas» contra el ARMAMENTISMO y la GUERRA de la UE/OTAN en Alemania

# Un largo cúmulo de errores oportunamente aprovechado por esa extrema derecha, al ser la única en dar salida a la ira popular, aunque su estructura no es otra cosa que la cara grotesca y violenta del mismo capitalismo depredador, que se presenta por lo general como «la opción liberal del centrismo extremo».

# Resulta oportuno advertir además, que el régimen neoliberal siempre ha sido muy beneficiado por el falso escenario donde la UE aparece como víctima del complot de una banda facciosa. Este papel le ha servido para instalar en la sociedad el falso terror por el regreso del fascismo del siglo pasado, que nunca se fue del todo, logrando así que la pusilánime izquierda siga apoyando y votando las políticas ultra capitalistas. A la vez que impone «el gatopardismo» para que nada cambie.

# Sin embargo, lo que Bruselas no puede esconder, es que ha quedado constatado -y por cuatro veces seguidas- que por debajo de las siglas de la extrema derecha, existe el sustrato de una alargada y no dimensionada franja transversal, variopinta y de distintas ideologías, de millones de ciudadanos que sintetizan el profundo malestar social, político, económico y cultural con que vive gran parte de alemanes y europeos. En tanto que el poder mediático atiza vientos de dramatismo al asegurar que el único gran culpable es la extrema derecha, mientras persiste en reforzar el actual modelo antiproductivo, especulativo, financierista, elitista y de privilegios, que solo favorece a las grandes empresas y a la banca.

# Y para demostrar la fragilidad circunstancial de la extrema derecha, además de su nulo contenido de ideas realistas, está el episodio reciente de la sorpresiva derrota de LePen en la segunda vuelta de Francia cuando lo tenía todo a su favor. La explicación de su caída no es otra de que mucha gente, y en gran número, emigró con su voto hacia el  Frente Popular de Jean Claude Melenchón al proponer postulados de justicia social propios de la vieja izquierda de los años 70 y un pragmatismo geopolítico equilibrado, de los que carece absolutamente tanto la extrema derecha cerril, fanatizada y llena de odios, como la oligárquica elite ineficaz de la Unión Europea.

La dictadura de los Burocratas de Bruxelas, va teniendo respuestas populares

# Ya no quedan dudas que Bruselas, mientras impone una sutil dictadura de censura sobre la realidad internacional, aplica una brutal discriminación aleatoria e ideológica contra los propios europeos que piensan diferente y que en nada se compatibiliza con las elementales reglas democráticas que tanto dice proteger, al tratar a sus críticos como «enemigos de la democracia, anti europeos, nazis fascistas, racistas, machistas, opresores de minorías, totalitarios, extremistas, embriones de terroristas, criminales climáticos, mercenarios putinianos, agentes chinos y otros suculentos adjetivos de cancelación y estigma.

# Otro ejemplo claro de la alevosa proscripción que practica, es el ejemplo del trato a una de las principales candidatas de AfD, la reconocida militante marxista Zara Wagenknecht, señalada ridículamente como nazi fascista por decir que en Ucrania muere demasiada gente, o que no solo Putin comenzó ésta guerra, o que las  sanciones a Rusia solo dañaron a Europa. Sin mencionar los brutales calificativos que recibe por insinuar que «la OTAN es belicista» o por demostrar la caída del valor real de las pensiones, además por sostener consignas de la socialdemocracia o de los democristianos de los años 70.

#Unos ataques generalizados y desmedidos  contra cualquier compatriota de ideas propias, que derivan en un escenario caóticamente represivo, donde las premisas universalmente consagradas sobre la libertad de pensamiento y de palabra, más el derecho al voto, NO SE RESPETAN EN LA UNIÓN EUROPEA según quien sea el interviniente, mientras la violenta ofensiva mediática inocula en vena de la autista sociedad europea -en estado comatoso por ignorancia y desinformación- una descomunal dosis de falsa realidad paralela, que elucubra con el delirio narcótico de un mundo de «buenos y malos», donde ellos, los del «Jardín Terrenal» de Europa, se debaten heroicamente contra «la Jungla Salvaje» de la periferia,  en defensa de «Su Mundo Basado en Reglas».

# En tanto, esa censura persistente, como aquella fina llovizna que nunca moja pero empapa, no ha permitido conocer el terrible perjuicio para la clase trabajadora alemana que fue  la rotura de las relaciones comerciales con Rusia y la súbita pérdida del suministro de energía que trajo el alineamiento con la estrategia bélica de la OTAN y la paulatina bajada del poder económico en todo el estado. Este asunto, profundo y muy extenso, encierra muchas razones y causas que explicarían el actual estado de la situación, pero al ser un tema tabú para las elites, es silenciado a nivel de calle.

# Y por último, está ese batiburrillo de groserías y sandeces sobre la emigración, que constituye -no el único-, pero SI una de las más letales bombas de tiempo contra «el sueño imperial europeo».

UN PROBLEMA TRASCENDENTAL QUE NO TIENE SOLUCIÓN ALGUNA DENTRO DEL ACTUAL MARCO ECONÓMICO, SOCIAL Y CULTURAL DEL VIEJO CONTINENTE QUE HEMOS CONOCIDO HASTA AHORA. Pero que se agudiza dramáticamente al estar en manos de tres poderes incompetentes y enfrentados entre si, como son la derecha en todas sus versiones que solo conjuga el verbo reprimir. También en manos de «los progres buenistas» especialistas en reducir toda a la más elemental demagogia, mientras sobreviven gracias las desgracias de los más desfavorecidos. Y en manos de una burocracia comunitaria que cree que con sobornos y campos de concentración en los países del norte de África, van a poner puertas al mar.

# En tanto que unos y otros, europeos al fin de cuenta, no consiguen ni quieren reconocer las terribles barbaridades de su propia historia a la hora de diagnosticar el problema. Y mienten y se mienten EN QUE TODO ES POR CAUSA DE UNAS MAFIAS, mientras niegan y soslayan sus responsabilidades históricas sobre el horripilante genocidio durante siglos. El de Europa en África.

# Y es así, en este marco, donde el vilipendiado y minoritario «Partido Único Europeísta» ha sido el gran perdedor de estas elecciones, siendo apenas un penoso rejuntado a la fuerza, entre conservadores, liberales, socialdemócratas, democristianos, neo izquierdas identitarias y otros zánganos menores. Todos enfrentados y odiándose entre si, pero disciplinadamente encolumnados en el rígido esquema del neoliberalismo financiero mega empresarial y bajo la sombra de los cañones de la OTAN.

# Pero siempre levantando hipócritamente y con prepotencia imperial, las banderas de los «valores occidentales», mientras potencian con su vasallaje a EEUU, un estado mundial belicista que asesina a millares de personas, que destruye el patrimonio y el futuro de poblaciones y países, y que pone en riesgo la seguridad de todo el planeta.

# En tanto que se confirma así la victoria en Alemania de La Alternativa Para Alemania (AfD) en las elecciones regionales de Turingia con el 32,4% de los votos y de su segundo puesto en Sajonia con el 30,6%, a apenas 1,4 puntos de los democristianos.  Mientras que la alianza entre verdes, liberales y los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz se hundió hasta un valor ínfimamente testimonial, lo que acentuará la fragilidad de un gobierno ya en estado de coma, mientras aparecen nubarrones de una muy posible tempestad política, con profunda inestabilidad institucional, en la primera potencia europea, acompañando en esta cuesta abajo, a la otra gran potencia en rodillas que es la Francia de Macrón, quién busca mantenerse en el poder mediante un “gobierno de tecnócratas” en tanto que languidece en África como último vestigio del oprobio colonial y esclavista del siglo XXI. 

#Toda una elocuente radiografía del verdadero estado de salud de la democracia en la Unión Europea.

Victoria en Alemania de La Alternativa Para Alemania (AfD) en las elecciones regionales de Turingia con el 32,4% de los votos y de su segundo puesto en Sajonia con el 30,6%, a apenas 1,4 puntos de los democristianos.

Por Lorenzo María Pacini

[Dossier Geopolitico considera que el tema planteado por el Sitio Web espanol https://geoestrategia.es/ sobre como se profundiza la Iniciativa de los Tres mares donde el Puerto de Trieste es eje fundamental en esta estrategia del occidente para involucrar a los países del este de Europa para su Guerra contra Rusia y además para enfrentar la Nueva Ruta de la Seda de China. Es de vital importancia entender los nuevos juegos de guerra en Europa. Publicamos a continuación el artículo realizado por el Investigador  Lorenzo María Pacini en Geoestrategia.es. CPM Dossier Geopolitico

Hace unos días se celebró en Trieste una reunión secreta en la que participaron autoridades de todo tipo: miembros de la OTAN, miembros del Consejo Atlántico, miembros del think tank húngaro Danube, vinculado a Viktor Orbán, miembros del entorno de Donald Trump, miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía italiana, representantes del gobierno de la ciudad y representantes de la masonería local. No encontrará esta información en ningún otro lugar. El tema de la reunión fue la militarización del puerto de Trieste. ¿Cuál es el motivo?

El papel estratégico de Trieste en la doctrina del Trimarium

Corría el año 1942: en los Estados Unidos de América se publicaba un libro destinado a convertirse en una piedra angular de la ciencia estratégica marítima norteamericana. Se titulaba America’s Strategy in World Politics y estaba escrito por el geógrafo académico Nicholas John Spykman, uno de los padres de la geopolítica marítima y discípulo espiritual de Sir Halford Mackinder. Al parecer, el libro en cuestión no tuvo éxito entre el público en general, pero se convirtió en una auténtica biblia de la estrategia de las «rutas marítimas» para todos los talasócratas poderosos, introduciendo el concepto de Rimland que utilizamos hoy en geopolítica.

En el texto hay un pequeño capítulo dedicado a un tema en particular: la doctrina Trimarium, hoy más conocida por su nombre modernizado de Iniciativa de los Tres Mares (3SI o TSI). Se trata de una estrategia que se convertirá en la regla de oro para mantener el poder estadounidense en el continente europeo. La 3SI, también conocida como doctrina del Báltico, Adriático y Mar Negro, se considera hoy como una iniciativa estratégica en la que participan 13 Estados miembros, a saber, Austria, Bulgaria, Croacia, República Checa, Estonia, Hungría, Lituania, Letonia, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia, más 2 Estados añadidos de facto que son Moldavia y Ucrania, y fue lanzada oficialmente como proyecto en 2015 por el presidente polaco Andrzej Duda y la presidenta croata Kolinda Grabar-Kitarovič bajo la cuidadosa coordinación del Departamento de Estado de Estados Unidos.

¿Una coincidencia? Definitivamente no.

Cuando los norteamericanos llegaron a Europa durante la Segunda Guerra Mundial, sin intención de pasar unas vacaciones de verano, sino más bien de quedarse y establecer un poder duradero, tuvieron que idear una forma de mantener el continente bajo control, no sólo militarmente –cosa que lograron hacer gracias a la enorme cantidad de bases militares norteamericanas repartidas por todos los países europeos–, sino también financiera y comercial, así como políticamente. En ese momento, Europa estaba en una fase de división entre el Este y el Oeste, entre la influencia atlántica y la soviética. Europa Central o, más precisamente, Mitteleurope, era el punto de apoyo geográfico sobre el que establecer el ejercicio de este poder. Había que encontrar una manera de controlar el continente de manera estable y duradera, una necesidad que se había vuelto acuciante al final de la Primera Guerra Mundial y con la desintegración del Imperio de los Habsburgo, un verdadero amortiguador geopolítico que había amortiguado no pocas fricciones y reivindicaciones entre rusos, otomanos y alemanes. La geografía política que se había configurado con los 14 puntos del programa de Woodrow Wilson no era suficiente para garantizar la gobernabilidad. Incluso Winston Churchill era muy consciente de la necesidad de un bloque sólido que fuera impenetrable para las potencias del Este.

Se lanzó entonces la idea, de acuerdo entre Churchill y su sucesor Franklin Delano Roosevelt, de encontrar una solución geoeconómica: con la ayuda de tres Clubes Federales, el Club de Londres, el Club de París y el Club de Roma, se publicó en 1945 la Carta Intermarium, un documento basado en las teorizaciones del estadounidense Spykman, que proponía la unión de todos los pueblos desde el bajo mar Adriático (mar Egeo en particular) hasta los mares del norte de Europa, con la convicción de que la estabilidad en la región era de suma importancia para una paz duradera en toda Europa.

En particular, era necesario mantener bajo control una serie de puertos de enorme importancia, como el de Hamburgo en Alemania y el de Constanza en Rumania, y en particular el de Trieste. Desde entonces, la doctrina del Trimarium se ha aplicado con coherencia y determinación, a través de diversos acuerdos internacionales multilaterales que involucran rutas comerciales, instituciones bancarias, fondos de inversión y el sector estratégico. Todo esto se vio facilitado por el colapso de la URSS, que supuso un debilitamiento significativo de las entidades políticas de los países implicados en el corazón de Europa del Este.

Si lo pensamos bien, el Trimarium crea geográficamente una especie de triángulo en el Este, cerca de la frontera con la Federación Rusa. Es exactamente lo que la OTAN lleva haciendo desde hace 75 años, es decir, expandirse hacia el Este para provocar y atacar a Rusia. La práctica ha sido coherente con la doctrina. De hecho, es un instrumento de control para toda la macrorregión de los Balcanes, que es objeto de especulaciones, misiones militares y constantes problemas políticos y sociales, que se mantiene deliberadamente bajo control y bajo inestabilidad.

El nuevo nombre de Iniciativa Tres Mares no cambia la geometría estratégica del antiguo Trimarium: se han aumentado los puertos involucrados y se ha implementado la presencia militar estadounidense en las áreas de interés, entre las cuales la más importante y que sigue bajo la atención de EE. UU. es Trieste. ¿A qué se debe esto?

El Puerto Libre de Trieste y el Territorio Libre de Trieste

No son muchos los que conocen el estatuto jurídico de Trieste, que es ciertamente singular y merecedor de un estudio en profundidad (que no realizaremos en este artículo, tal vez más adelante). Después de la Segunda Guerra Mundial, la zona triestina fue designada como un espacio libre que debía garantizar el equilibrio de poder entre las potencias contendientes, como un espacio desmilitarizado y neutral, dotado de un gobierno autónomo y de coexistencia entre los diversos grupos étnicos presentes. En 1947 se firmó el Tratado de París, en el que se estableció la paz y se repartieron las influencias entre los países vencedores y los derrotados. Con la 16ª resolución se estableció el Territorio Libre de Trieste (TLT). En 1954 el Memorándum de Londres confió la administración civil provisional de la Zona A a Italia y de la Zona B a Yugoslavia. Sin embargo, en 1975, con el Tratado de Osimo, Italia y Yugoslavia establecieron una frontera entre territorios que no eran de su propiedad, violando la autonomía del TLT y del Tratado de París. Con el colapso de Yugoslavia y la posterior división del territorio en varios estados, el TLT quedó dividido entre tres países –Italia, Eslovenia y Croacia– que lo ocuparon ilegítimamente, violando tratados anteriores y desencadenando disputas, luchas políticas y judiciales, escándalos y protestas que continúan hasta el día de hoy.

Lo más interesante es la estrategia italiana. Trieste está bajo ocupación administrativa y militar, ya que posiblemente allí se encuentran fuerzas armadas y policiales de la República Italiana… y estadounidense, ya que Italia es una colonia de los EE.UU. bajo ocupación militar, como lo demuestran las más de 120 bases estadounidenses repartidas por todo el territorio. Precisamente en Trieste, los estadounidenses han situado la escuela de inteligencia de la ONU y un control policial especial, incluido el Eurogendfor, que mantiene bajo persistente control militar no sólo la ciudad sino también las rutas comerciales.

El puerto de Trieste, que se supone que es un puerto franco internacional, es el puerto por excelencia que permite a Mitteleuropa acceder al mar Mediterráneo, que se abre hacia Oriente y África, con una comodidad del 73% en comparación con otros puertos europeos. Su ubicación es estratégica en todos los aspectos. Por eso los estadounidenses quisieron tomar el control de él para implementar la doctrina Trimarium. Gobernar Trieste y su puerto es gobernar el sur y el este de Europa. Desde Trieste hasta el Báltico se crea una línea recta que define un ‘telón de acero’ imaginario, pero también un corredor norte-sur en términos de gasoductos y oleoductos, rutas comerciales terrestres y la administración militar única de los territorios.

Todo esto viola la soberanía del TLT y los acuerdos internacionales por los cuales fue establecido, cometiendo un doble acto de violencia.

Mientras tanto, en Trieste también han intervenido China y Rusia, la primera con importantes inversiones, muy frenada con la degradación de Italia de la Vía de la Seda en la primavera de 2024, la segunda ya presente desde el periodo soviético y ahora, tras años de inversiones, bloqueada debido a las sanciones europeas a partir de 2022.

La Ruta del Algodón pasa por Trieste

Volvamos a la reunión secreta de hace unos días. El tema era la militarización del puerto, que ya está bajo control militar de facto, pero que será totalmente sitiado cuando Italia inicie la Vía del Cotone, una ruta comercial alternativa a la Ruta de la Seda, realizada mediante una asociación entre los EE.UU., la India, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes, Israel, Jordania y la Unión Europea, que consta de dos enlaces, uno ferroviario y otro portuario, con fondos del Fondo Global de Infraestructuras e Inversiones creado por el G7 en 2002 y del Global Gateway de la Unión Europea. El objetivo es competir con China y, en general, con las asociaciones euroasiáticas y los BRICS+, de los que los países europeos están excluidos en virtud del sometimiento angloamericano.

En este corredor económico entre India, Oriente Medio y Europa, Italia participará en virtud del memorando firmado en septiembre de 2023 precisamente a través del puerto de Trieste.

Es una lástima que la situación geopolítica en Europa –por no hablar de la situación económica, que es totalmente desastrosa para todos los estados del continente– no sea precisamente favorable: el conflicto ruso-ucraniano está durando más de lo que había previsto la OTAN y esto está provocando una gran inestabilidad dentro del propio triángulo Trimarium –al que se ha añadido Ucrania en 2023, con el pretexto de reforzar su independencia militar–; la situación en Oriente Medio es un desastre que hace época; la economía de guerra no ha favorecido la recuperación de los países europeos, al contrario, los ha arrojado uno tras otro a un largo invierno de inflación; el apoyo internacional ha fracasado con el advenimiento de un mundo multipolar liderado por el Este, desmoronando día tras día, acuerdo tras acuerdo, la hegemonía estadounidense en todo el mundo.

¿Qué hacer entonces con el Trimarium y Trieste?

La militarización de un puerto franco internacional parece una provocación bien pensada. En violación del derecho internacional y con un uso desmedido de la fuerza, el bloque atlántico quiere alzar la voz contra Rusia y China, tratando de limitar sus intereses en los territorios ocupados. Pero lo más probable es que lo que pretenda sea consolidar esa «cortina de hierro» desde el Mediterráneo hasta los mares del Norte, de modo que pueda gestionar (o casi gestionar) el eventual desajuste geográfico del conflicto ruso-ucraniano.

Tratemos de imaginar el siguiente escenario: Ucrania cae, la OTAN y su representante, la Unión Europea, obligada a librar una guerra suicida por poderes, no se rinden y aceptan extender el conflicto al corazón de Europa. ¿Adónde irían a luchar? Si se toma como válida una estrategia de conflicto convencional, los territorios más óptimos serían Polonia y Alemania, pasando por Hungría. Pero llegar hasta Alemania significaría el colapso del Deutsche Bank, que todavía está en terrible crisis y es la principal fuente de flujo de dinero del Banco Central Europeo, y esto es inaceptable porque haría implosionar el sistema político de la UE y el euro como moneda, con consecuencias desastrosas para el ya maltrecho dólar. Por lo tanto, debemos repeler al enemigo y mantenerlo más allá de una determinada frontera. De Trieste al norte, por tanto, con la intervención de Moldavia y Rumanía en la Mitteleuropa, se puede crear un teatro de batalla delimitado y manejable, que ya lleva décadas contando con la presencia militar de la OTAN y que en los últimos años se ha ido ampliando de forma constante, con ejercicios y escuelas de guerra en Polonia, Hungría, Bulgaria y Rumanía que preparan a los soldados para el choque con Rusia. Recordemos que Croacia ha reintroducido el servicio militar obligatorio y que Italia lo hará en breve, como ya se está debatiendo en el Parlamento desde hace meses.

¿Qué diablos está pasando en Trieste? Para responder a esta pregunta, teniendo en cuenta el tema de la reunión a puerta cerrada, bastan unas pocas palabras: el próximo teatro de operaciones.

Y seguro que no vendrán a pedirnos permiso para empezarlo.

FUENTE: https://geoestrategia.es/noticia/43293/geoestrategia/que-diablos-esta-pasando-en-trieste.html