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  • El canciller iraní, Hosein Amir Abdolahian (dcha.), se reúne con el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Armenia, Armen Grigoryan, en Teherán.El canciller iraní, Hosein Amir Abdolahian (dcha.), se reúne con el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Armenia, Armen Grigoryan, en Teherán.

Irán reitera que la crisis en el Cáucaso puede resolverse mediante el formato 3+3, o sea, la participación de los actores internos y sin injerencia extranjera.

El canciller iraní, Hosein Amir Abdolahian, en una reunión mantenida este martes con el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Armenia, Armen Grigoryan, en Teherán, abordó los últimos acontecimientos en la región del Cáucaso y abogó por la activación del mecanismo de cooperación en formato 3+3 —compuesto por los tres países del Cáucaso Meridional, Armenia, Georgia y Azerbaiyán, además de Rusia, Turquía e Irán.

Al reafirmar la política inmutable y de principios de la República Islámica para salvaguardar las fronteras internacionales y la integridad territorial de los países de la región, enfatizó la necesidad de resolver los problemas regionales a través de la cooperación entre los países de la región.

En este contexto, calificó el formato 3+3 como un “mecanismo eficaz para resolver los problemas regionales sin interferencia de potencias extranjeras”.

El jefe de Diplomacia iraní, además, manifestó la disposición de Teherán a enviar ayuda humanitaria a los desplazados internos en Nagorno-Karabaj, una región sin salida al mar en el Cáucaso, reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán, aunque está poblada principalmente por personas de etnia armenia.

Irán: Cualquier cambio geopolítico en la región alimenta la crisis | HISPANTV

Un alto funcionario iraní afirma que cualquier cambio en la geopolítica de la región causará inseguridad e inestabilidad y agravará la crisis.

En otro momento, Amir Abdolahian expresó su satisfacción por la tendencia creciente de las relaciones Irán-Armenia y manifestó su esperanza de que el volumen del comercio entre los dos países aumente al nivel objetivo de tres mil millones de dólares al acelerar la implementación de acuerdos conjuntos.

Asimismo, subrayó la importancia de elaborar un documento de cooperación integral y de largo plazo para ampliar y profundizar las relaciones bilaterales.

Grigoryan, por su parte, elogió las crecientes relaciones económicas entre ambos países y en consonancia con los objetivos fijados por Teherán y Ereván.

También, expresó su gratitud por las posiciones de principio de Irán en apoyo de la integridad territorial de Armenia y acogió con satisfacción el marco de negociación 3+3. “Armenia considera importante y constructivo el papel de Irán en los acontecimientos en el Cáucaso Meridional y el establecimiento de una paz duradera (en la región)”, agregó.

El 19 de septiembre, Azerbaiyán lanzó lo que llamó una “operación antiterroristas” en Nagorno-Karabaj para tomar el control del territorio separatista y tal vez poner fin a un conflicto de tres décadas, Azerbaiyán acusó a Armenia de acumular tropas en la zona, mientras Ereván catalogó el plan de Bakú como una “agresión a gran escala contra el pueblo” armenio de Nagorno-Karabaj.

La operación terminó el 20 de septiembre, después de que el Ejército azerbaiyano derrotara a las fuerzas armenias en 24 horas e hiciera que los separatistas aceptaran deponer las armas, bajo un alto el fuego mediado por Rusia.

Irán, país vecino de Armenia y Azerbaiyán, siempre ha invitado a las dos partes a la moderación y el diálogo, advirtiendo de que “esa alarmante violencia” amenaza la estabilidad regional. Además, Teherán ha enfatizado reiteradamente su rechazo a cualquier cambio geopolítico en la región, hecho que le interesa mucho a Israel.

sre/mkh

FUENTE HISPANTV

https://www.hispantv.com/noticias/politica/572855/formato-resolver-problemas-caucaso

Para asegurarse el petróleo del Mar Caspio, Washington, Londres y Tel Aviv apoyan a Ankara y Bakú contra el pueblo armenio sin importarles las consecuencias catastróficas que sobrevendrán

Por Eduardo J. Vior
analista internacional

Ante la falta de apoyo de su propio país y de la comunidad internacional, los habitantes del enclave armenio de Nagorno Karabaj (Alto Karabaj, Arstaj en armenio) se rindieron ante la ofensiva del ejército azerí y disolvieron la república que habían proclamado en 1988. Temeroso de una masacre, entonces, el 83% de los 120.000 habitantes del macizo transcaucásico emigraron al territorio de la República de Armenia. Con el éxodo terminaron 2.200 años de asentamiento armenio en la comarca. El gobierno de Ereván no hizo nada. Por su parte, el contingente ruso de mantenimiento de la paz se limitó a mediar entre los contendientes y dispuso la logística para el traslado de la población. Los medios occidentales sólo supieron acusar a Rusia de haber abandonado a los armenios y las Naciones Unidas mandaron este último fin de semana una misión humanitaria que constató que el enclave está vacío. La soledad de Armenia cuando sus habitantes son expulsados de territorios ancestrales preanuncia lo que puede suceder, si el país no cambia de rumbo: un nuevo genocidio se anuncia al sur del Cáucaso.

El parlamento de Armenia votó el martes 3 a favor de adherirse a la Corte Penal Internacional (CPI). Desde el Ministerio de Exteriores ruso comentaron que esta decisión de Ereván tendrá consecuencias muy negativas para las relaciones con Moscú, ya que los países que reconocen el tribunal internacional están obligados a arrestar a Putín, si pone un pie en sus territorios, porque está acusado de la deportación de niños ucranianos. Las autoridades armenias sostienen que su adhesión a la CPI busca frenar la agresión de Azerbaiyán, pero no queda claro cómo puede ayudar esta adhesión a revertir el desplazamiento forzoso de la población de Nagorno Karabaj.

El 1º de enero de 2024 la no reconocida República de Nagorno-Karabaj (Artsaj, en armenio) deja de existir. El decreto correspondiente fue firmado el pasado sábado 30 por el jefe de la república, Samvel Shahramanyan. La población del enclave quedó en libertad de decidir, si permanecía en él o buscaba acogida en el territorio de Armenia, pero la inmensa mayoría votó con los pies: al día sábado ya cien mil habitantes de la región (83% del total) habían huido hacia la madre patria que los abandonó.

Los hechos se dan tras una ofensiva relámpago llevada a cabo por el ejército azerí el19 de septiembre pasado. En dos días de combate los milicianos armenios mataron a 200 soldados enemigos, pero, faltos de armas pesadas y de todo apoyo desde la República de Armenia, con la mediación de la fuerza de paz rusa, se rindieron y depusieron las armas. Estos últimos combates terminaron con unos 200 soldados fallecidos de cada lado, mientras que al menos 170 personas murieron tras la explosión de un depósito de combustible que fue tomado por los refugiados en su huida por la única vía que conecta el enclave montañoso con la República de Armenia.

En tanto, la ONU envió este fin de semana una misión a Nagorno Karabaj, la primera en 30 años, para evaluar las necesidades humanitarias. Desde el lugar los enviados constataron que ya no había casi nadie. “Ahogado el niño, María tapa el pozo”, citaba mi abuela asturiana.

En verde se indica el enclave armenio de Nagorno Karabaj (Artsaj, en armenio), en realidad distante unos 50 km de la frontera armenia

Nagorno Karabaj es un macizo montañoso habitado por armenios desde 200 años antes de nuestra era. En 1923 la naciente Unión Soviética le dio autonomía dentro de los límites de Azerbaiyán, pero en 1988, cuando la URSS ya se estaba desintegrando, la población armenia proclamó la independencia de la República de Nagorno Karabaj, que no fue nunca reconocida por nadie. Hasta 1994 duró una guerra con Azerbaiyán en la que murieron más de 30.000 personas. Tras el armisticiolos armenios tomaron control de la región y de los territorios periféricos.

Ya gobernando el actual primer ministro liberal Nicol Pashinián, en 2020 se produjo la segunda guerra, que dejó unos 6.500 muertos.Aprovechando la sorpresa y la falta de preparación de Armenia,Azerbaiyán recuperó entonces zonas de Nagorno Karabaj y territorios circundantes. Las autoridades armenias presentaron en ese momento una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), pero sin resultados. La guerra terminó en pocos días gracias a la mediación de Rusia, que estacionó un contingente de paz en torno al enclave. Sin embargo, las escaramuzas se repitieron periódicamente.

En ese momento la mediación rusa cerró con ambas partes un compromiso beneficioso para todos: Armenia reconocía la soberanía de Azerbaiyán sobre el enclave, pero éste último se comprometía a respetar la autonomía del macizo. A cambio, Rusia lo apoyaría en la construcción de una carretera que vinculara el territorio azerí con el enclave de Nayiyeván, entre Armenia y Turquía, en el que vive casi medio millón de azeríes. La ruta debía ajustarse a la frontera armenio-iraní, el llamado “corredor de Zangezur”. Por su parte, Rusia obtenía una carretera que atravesaría Bakú y Ereván. Armenia se habría abierto al comercio internacional e Irán habría tenido la tranquilidad de que el gestor fuera Rusia.

No obstante, el armisticio de noviembre de 2020 no fue respetado ni por Bakú ni por Ereván. Moscú tampoco hizo gran cosa para que se cumpliera. Bakú quería la apertura del corredor de Zangezur bajo control de guardias rusos, pero Ereván no tomó ninguna medida. En consecuencia, Bakú siguió provocando escaramuzas en Artsaj y Syunik (provincia armenia en el sureste, fronteriza con Azerbaiyán) y omitió construir otra carretera que permitiría a los armenios viajar de ida y vuelta a Artsaj. De hecho, Bakú bloqueó el enclave.

El corredor de Zangezur es la carretera (abajo en el mapa) que une Azerbaiyán con su enclave de Nayichevan bordeando la frontera iraní

Pashinián nunca ocultó su alineamiento antirruso. Ya hace años en la Asamblea Nacional armenia lideró la fracción Éxodo, contraria a los acuerdos con Rusia, y en 2018 llegó al poder gracias a una “revolución de colores”. Su alineamiento con el multimillonario judío húngaro George Soros lo identifica como un agente relevante en la estrategia británica para Asia Occidental.

Después de nuevos choques entre ambos países, en septiembre de 2022 Pashinián reconoció públicamente que Nagorno Karabaj es parte de Azerbaiyán y en mayo de 2023 aceptó reconocer la soberanía de Azerbaiyán dentro de las fronteras soviéticas, es decir, incluyendo Nagorno Karabaj. Vladímir Putín tomó entonces nota de dicho reconocimiento y el presidente azerí Ilham Aliev aseguró que su país y Armenia podrían firmar un tratado de paz antes de 2024, si Ereván mantiene su reconocimiento.

Sin embargo, hace un mes Armenia se negó a albergar los ejercicios militares de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), el pacto de seguridad de Asia Central presidido por Rusia, y en su lugar invitó al ejército estadounidense a adiestrarse en Armenia. Al mismo tiempo su esposa, Anna Hakobián, visitó Ucrania y llevó “ayuda humanitaria”. Finalmente, Samantha Power, exasesora de seguridad nacional de Barack Obama (2008-13) y directora de la agencia de asistencia exterior USAID (financiadora de muchas operaciones encubiertas) estuvo hace una semana en Ereván y en Bakú. El cambio de bando es completo.

Cuando el 19 de septiembre los azeríes atacaron Nagorno Karabaj, aun sufriendo algunas bajas el contingente ruso de paz se limitó a mediar un cese el fuego y la evacuación de la población civil. Cien mil habitantes del enclave buscaron refugio en Armenia. Es una población enojada.Están enojados con Azerbaiyán por el bombardeo que los obligó a huir y con Turquía por apoyar y armar al agresor, pero no están enojados con Rusia. De hecho, muchos van a continuar su diáspora hacia allí. Están sobre todo enojados con el gobierno armenio, como muchos de sus compatriotas en la propia Armenia, como se vio en las brutalmente reprimidas protestas masivas. Hasta 350 manifestantes han sido detenidos y muchos fueron golpeados por las fuerzas de seguridad. Previsiblemente, Pashinián acusó al Kremlin por los disturbios.

El cristianismo llegó a Armenia a mediados del siglo I y el país es oficialmente cristiano desde 301. La Iglesia Apostólica Armenia es el pilar de la nacionalidad. No es de extrañar, entonces, que, ante la defección del gobierno, los sacerdotes estén pidiendo la devolución del poder al pueblo para salvar a la nación.

En Armenia se espera una nueva guerra. Primero será Syunik, la región que separa Azerbaiyán de su enclave en Nayicheván, y luego todo el país. Como pueblo túrquico, Azerbaiyán está apoyado por Turquía y ambos por Israel, que busca abrir un segundo frente contra Irán. De hecho, Teherán ha avisado que no permitirá que se corte su vinculación terrestre con Armenia, porque necesita tener expedita la vía hacia Rusia. Si las fuerzas militares azeríes osan invadir el sur de Armenia, Irán responderá. En la vereda opuesta, los británicos (Rothschild, BP/Shell) trabajan con Aliyev para acceder a Bakú y a los recursos de Asia Central. El conflicto en el Cáucaso Sur enfrenta a los principales bloques geopolíticos.

Estados Unidos ha conquistado en la región una posición importante, para amenazar a Rusia desde el sur, a Irán desde el norte y penetrar en Asia Central. Joe Biden ha ofrecido toda su ayuda al primer ministro Pashinián, sobre todo para que éste se mantenga en el poder, porque se esperan masivas protestas contra su rendición. Sin embargo, habida cuenta de la negativa del Congreso a mandar más ayuda a Ucrania, es poco probable que la Casa Blanca pueda (y quiera) sostener a su subordinado en Ereván en caso de guerra contra un aliado fuerte como Aliyev.

Por su parte, Rusia mantiene una posición legalista y no intervencionista. Afirma mantenerse en el cumplimiento del acuerdo de paz de 2020. Putín espera que Pashinián caiga pronto y que en Ereván suba un gobierno más amigable. Mientras tanto, no puede romper los lazos con Turquía, porque la política pendular de Recep T. Erdogan ha sido muy útil en el manejo de la crisis ucraniana y para sortear las sanciones occidentales. También necesita a Azerbaiyán, porque por allí pasa el Corredor de Transporte Norte-Sur que enlaza Rusia con Irán e India. Moscú no puede ceder el Cáucaso y Asia Central ante las provocaciones occidentales. Por lo tanto, Putín tratará de restablecer su papel como mediador junto con Irán. En el momento adecuado hará sentir la fuerza necesaria para convencer a las partes de la necesidad de un compromiso.

La situación en Armenia va a seguir deteriorándose y la continuidad de la agresión azerí es altamente probable. La nación cristiana más vieja del mundo no puede sobrevivir sola y Estados Unidos no puede ni quiere sostenerla seriamente. En Ereván deberá darse un cambio de rumbo. De la resolución de la crisis política interna dependerá su supervivencia.

Mediterraneo Orientel; Israel, Grecia y Chipre +  EEUU, que este utiliza para contener, obstaculizar la proyección de Turkiye y que  está pasando desapercibido en muchos análisis  y es un vector geopolítico  importante para Medio Oriente. Erdogan ya recibio una advertencia con el atentado en Ankara la primera visita del “terrorismo” luego su reelección. [A. M. Dossier Geopolitico]

EL CUARTETO DEL MEDITERRANEO ORIENTAL: GRANDES CONVERSACIONES, MENOS ACCION

The Eastern Mediterranean quartet: big talk, less action

Olvídese de las tuberías. La creciente distensión entre los vecinos del Mediterráneo oriental, Israel, Chipre y Grecia, se está aprovechando principalmente para contrarrestar la influencia turca y ampliar la presencia de Washington en la región.

Por Mohamad Hasssan Swidan The Cradle  26 de setiembre

El 4 de septiembre , Israel, Grecia y Chipre se reunieron en su novena cumbre tripartita para respaldar la ola de normalización árabe con Tel Aviv. El trío también se comprometió a determinar el proceso y la logística para exportar gas palestino robado a Europa en los próximos seis meses.

Durante años, Israel, Grecia y Chipre han profundizado diligentemente su asociación geoestratégica en múltiples dominios, con un enfoque principal en la colaboración en materia de energía y seguridad en la región del Mar Mediterráneo. El grupo, formalizado como troika en 2015, se reúne anualmente para reforzar su cooperación en todas las áreas. 

Los orígenes del bloque tripartito se remontan a 2013, cuando sus respectivos ministros de energía se reunieron en Nicosia, la capital chipriota, para afirmar su intención de colaborar en la construcción del Interconector EuroAsia . El ambicioso proyecto conectaría las redes eléctricas de Chipre, Israel y Grecia a través de un sistema submarino de transmisión de CC de alto voltaje con una capacidad de 2.000 MW (actualmente en construcción).

Además, el trío ha iniciado otro proyecto conjunto: el gasoducto del Mediterráneo Oriental, conocido como EastMed, que está diseñado para transportar gas desde Chipre e Israel a Grecia y luego a Europa. Esta controvertida ruta ha provocado fuertes reacciones de varios estados en distintos momentos e incluso escepticismo sobre su viabilidad .

La importancia geoestratégica de Grecia

El 20 de marzo de 2019, una delegación estadounidense participó en la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores del trío celebrada en Jerusalén, donde inauguraron el Foro 3+1, una construcción ideada para incluir a Estados Unidos entre los tres países del bloque. 

La participación de Washington amplió el marco cooperativo para abarcar no sólo cuestiones energéticas, sino también seguridad, defensa y objetivos compartidos. Durante este encuentro, las tres partes reafirmaron su compromiso conjunto de “incrementar la cooperación regional; apoyar la independencia y la seguridad energéticas; y para defenderse de influencias externas malignas en el Mediterráneo oriental y en el Medio Oriente en general (Asia occidental)”.

Esta cooperación es parte de una estrategia más amplia de Estados Unidos para reclutar a Atenas como un aliado clave en la región. A medida que las relaciones con  Türkiye se deterioraron durante la última década, Washington ha encontrado en Grecia otro aliado de la OTAN en el que puede confiar para lograr sus ambiciones. 

Para los estadounidenses, Grecia es crucial para abordar la dinámica competitiva entre las potencias globales y regionales tanto en el Sudeste de Europa como en el Mediterráneo Oriental.

Aprovechando las preocupaciones griegas existentes sobre las actividades navales de Turkiye y su retórica cada vez más beligerante, Estados Unidos ha reforzado estratégicamente su presencia militar en el país, con el potencial de convertirse en un centro militar estadounidense de facto, como sugirió el presidente turco . 

Las tensiones entre Ankara y Washington también han provocado un debate sobre la reducción de la dependencia de las bases militares estadounidenses en Türkiye.

Cada vez más, parece que Grecia representa el eje del plan estratégico de Washington para el Mediterráneo oriental, sirviendo como plataforma de lanzamiento fundamental para las fuerzas estadounidenses y facilitando su acceso a Asia occidental, África del Norte y Europa. 

Para los estadounidenses, Grecia ofrece una posición ventajosa para ejercer control sobre los mares Mediterráneo y Egeo, una posición particularmente vital a la luz de la creciente influencia de China y Rusia en la región. 

El dilema de la exportación de gas de la UE

La participación activa de Grecia en alianzas regionales junto a aliados de Estados Unidos como Israel también ofrece una oportunidad para forjar un marco de seguridad más amplio. Este enfoque permite a Washington distribuir sus cargas geopolíticas de manera equitativa entre los aliados mientras Estados Unidos lidia con sus desafíos centrales de Beijing y Moscú.

A medida que aumentan las tensiones sobre los derechos de gas marino en el Mediterráneo oriental, estos países han tratado de fortalecer aún más su alianza. Con el respaldo de la administración Trump, el grupo tripartito firmó un memorando de entendimiento de 2020 que finalmente dio luz verde al proyecto EastMed . 

Según lo previsto por sus partes interesadas, el oleoducto EastMed se extenderá a lo largo de aproximadamente 1.900 kilómetros y se sumergirá a profundidades de hasta 3 kilómetros, lo que lo convierte en el oleoducto submarino más largo y profundo del mundo. Esas ambiciosas especificaciones, a su vez, presentan desafíos sustanciales durante las fases de construcción y mantenimiento. 

Con un costo de construcción estimado de 6.200 millones de dólares, el proyecto también se vuelve económicamente cuestionable, particularmente si se compara con el precio de 1.500 millones de dólares de un oleoducto de Israel a Türkiye

Además, el proyecto del oleoducto se ha convertido en una fuente considerable de fricciones regionales. Türkiye, por ejemplo, sigue oponiéndose firmemente a cualquier actividad de exploración en el Mediterráneo oriental y a cualquier proyecto de transporte de gas a Europa que no incluya su participación. Estas consideraciones llevaron a Estados Unidos a anunciar su retirada del apoyo al proyecto a principios del año pasado. 

Mientras Europa busca activamente fuentes alternativas de gas natural para reducir la dependencia de la energía rusa -junto con grandes descubrimientos de gas en la Palestina ocupada, Chipre y Egipto-, decidir una ruta de exportación para el gas del Mediterráneo oriental se ha convertido en una preocupación apremiante para la UE. Sólo en 2022, se descubrieron aproximadamente 270 mil millones de metros cúbicos de gas natural en aguas de Palestina, Chipre y Egipto.

Un conducto para la normalización 

La ruta de exportación de gas del Mediterráneo oriental fue, por tanto, uno de los temas candentes discutidos en la cumbre tripartita de septiembre. Según los informes , en los próximos tres a seis meses se tomará una decisión sobre la ruta de exportación del gas chipriota y palestino. Hasta la fecha, hay tres rutas propuestas para exportar gas palestino:

El primero, por supuesto, es el gasoducto EastMed, un proyecto extenso -y costoso- que conecta los yacimientos de gas del Mediterráneo oriental, incluidos los de aguas palestinas, con Europa a través de un gasoducto submarino de alta capacidad.

La segunda ruta que se está considerando es un oleoducto directo a Chipre. Nicosia presentó en junio la propuesta de un gasoducto Qusayr de 300 kilómetros que uniría los yacimientos de gas palestinos en el Mediterráneo oriental con una instalación de licuefacción de gas en Chipre. Tras la licuefacción, el gas se transportaría en barcos a destinos europeos.

La tercera ruta propuesta es un oleoducto hasta Turkiye. Esta opción implica un gasoducto submarino que conecte Turkiye con los campos de gas natural en la Palestina ocupada. Desde Turkiye el gas se transportaría a los países del sur de Europa.

El comunicado final de la cumbre subrayó la determinación del bloque de ampliar su cooperación más allá de sus fronteras actuales, llegando a países de Asia occidental y hasta la India. A través de los acuerdos de normalización árabe-israelí, las tres partes creen que pueden conectarse y colaborar más fácilmente con otros actores y grupos regionales. 

El principal de ellos es el Foro del Néguev, que abarca a Bahréin, Egipto, Marruecos, los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos e Israel. Claramente, Tel Aviv pretende aprovechar sus acuerdos con Grecia y Chipre para fomentar la cooperación económica con los Estados árabes.

La declaración de la cumbre fue clara: 

    «El fortalecimiento y ampliación del círculo de paz entre Israel y el mundo árabe, impensable hace sólo unos años, encierra la promesa de una región más segura y próspera, y estamos comprometidos a alentar y apoyar este proceso».

Durante la reciente cumbre, los participantes también plantearon la posibilidad de invitar a la India a asistir a la próxima reunión del bloque trilateral. Podría decirse que la medida está impulsada por Estados Unidos y es parte de la estrategia de Washington para atraer la participación de India en la región como rival asiático de China. Aunque ambos son miembros principales de los BRICS y de la exclusiva Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), Estados Unidos ahora está empleando a todos sus aliados en su competencia geopolítica y económica con China.

Una tragedia griega 

A pesar de que Grecia fue el último miembro de la UE en establecer relaciones diplomáticas plenas con Israel, que reconoció oficialmente en 1990, su afán por establecer una asociación con Estados Unidos para contrarrestar la influencia regional de Turkiye la ha acercado a Israel. 

Esto se alinea bien con el objetivo de Washington de depender menos de Turkiye bajo el liderazgo del presidente Recep Tayyip Erdogan. Curiosamente, el principal beneficiario de esta convergencia de intereses es Israel, ya que sus relaciones con Grecia y Chipre continúan fortaleciéndose a través de proyectos de colaboración como la iniciativa de exportación de gas del Mediterráneo Oriental. 

Los acontecimientos recientes, como el Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa ( IMEC ) respaldado por Estados Unidos para transportar carga a Europa a través de Grecia (excluyendo Turkiye) y la actual negativa de Israel a aceptar exportaciones de gas a través de Turkiye, seguramente provocarán una fuerte reacción. de Ankara.

Washington es muy consciente del carácter provocador de estos proyectos para las autoridades turcas y, al defenderlos, está potencialmente indicando un cambio en sus relaciones con Türkiye.

La incipiente alianza entre Atenas, Nicosia y Tel Aviv, destinada a mejorar sus necesidades energéticas y de seguridad colectiva, ha servido hasta ahora principalmente para ampliar el alcance de Washington en esta encrucijada crucial de Europa, Asia y África. Pero como lo han demostrado las recientes políticas estadounidenses, el Mediterráneo oriental, Asia occidental e incluso Europa no importan tanto como la fijación de Washington con China y Rusia.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

https://new.thecradle.co/articles/the-eastern-mediterranean-quartet-big-talk-less-action

Por Emilio Luis Magnaghi*

La interacción entre países vecinos y potencias mundiales en contra de nuestros intereses podría hacernos pasar un mal rato si no se toma conciencia de que es necesario establecer, entre otras, acciones concretas de política exterior

Un claro signo de los tiempos que nos tocan atravesar a los argentinos son los debates políticos, en los que poco o nada se habla de las relaciones internacionales.

“La verdadera política es la exterior”, supo decir una persona que fue tres veces presidente. Hoy, por el contrario, parecemos enredados en cuestiones domésticas y menores, pero hay varios indicios que pueden llevarnos a un violento despertar de esta apatía que nos envuelve. A saber:

  1. El Paraguay ha iniciado una serie de protestas y de acciones concretas contra los intereses argentinos, especialmente en todo lo relacionado con la Hidrovía Paraná/Paraguay y con el uso de la energía eléctrica que se genera en nuestra represa común de Yacyretá. Los mismos no suenan menores, pues han sido voceados por su propio presidente, Santiago Peña.
  2. El Uruguay, por su parte, no pierde oportunidad de mostrar su desagrado hacia nosotros; pese a las ventajas que le otorga nuestra vecindad y su calidad de socio menor del Mercosur. Por ejemplo, todo barco, tanto civil, pesquero o militar que tenga por destino nuestras Islas Malvinas, encuentra en sus puertos una recalada segura y el apoyo logístico necesario.
  3. La República de Chile, como sabemos, tiene una larga historia de diferendos limítrofes con nuestro país. No importa cuántas veces creamos que se ha cerrado el último de ellos entre nosotros, para que los trasandinos vuelvan a iniciar uno nuevo. Tal como ha sido el reclamo de su presidente Sebastián Piñera en uno de sus últimos actos de gobierno, por el cual Chile se adjudicó 5.000 kilómetros cuadrados de espacio marítimo bajo nuestra jurisdicción nacional.
  4. El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, el padre de todos nuestros enemigos, parece no descansar desde antes mismo de ser argentinos y nos invadiera en dos oportunidades, nos bloqueara junto con Francia y nos arrebatara con el apoyo de los EE.UU. nuestras queridas Islas Malvinas y demás dependencias del Atlántico Sur. Para colmo de males, el tiempo no ha hecho más que consolidar ese despojo con acciones vinculadas a la pesca y a la explotación de los recursos del subsuelo marino.

Pero la cuestión pinta mucho peor cuando analizamos las interacciones entre ellos. Por ejemplo, cuando comprobamos que el Cuerpo Militar de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. participa de los trabajos que el Paraguay pretende hacer en la Hidrovía. También, la estrecha e histórica colaboración que existe entre los gobiernos de Chile y Gran Bretaña cuando se trata de oponerse, ya sea por medios pacíficos o violentos, al desarrollo de las cuestiones vinculadas con intereses argentinos en la Antártida y en el Atlántico Sur.

Tampoco pueden excluirse de esta asociación en nuestra contra las ventajas que obtienen países como la República Oriental del Uruguay y el propio Reino de España en lo referente al apoyo que prestan a la usurpación británica de nuestras queridas Islas Malvinas.

Exigencias de la geopolítica

¿Qué es lo que lleva a todos estos países -o al menos a sus clases dirigentes- a desarrollar políticas antiargentinas? Y enfatizamos en la palabra dirigentes, pues no dejamos de ver a sus dirigidos en estas tierras cada vez que necesitan emigrar o, simplemente, atenderse de una dolencia médica o educarse en nuestras universidades gratuitas.

No se trata de levantar banderas xenófobas. Nuestra historia es rica al respecto. Nuestros ejércitos han enarbolado sus banderas por Santiago de Chile, Lima, Guayaquil, Montevideo, Ituzaingó y Asunción, pero siempre lo han hecho en tren de libertadores y nunca de conquistadores.

Pero más allá de la Historia están las exigencias puras y duras de la Geopolítica, que un poco cínicamente afirmaba el inglés Lord Parlmenston de que los Estados no tienen ni amigos ni enemigos permanentes, sino intereses permanentes.

Más humanamente, un gran autor político alemán, Carl Schmitt, sostuvo que la primera y más importante decisión de toda Nación es elegir a sus amigos y a sus enemigos.

¿Qué hacer hacia el futuro?

Como argentinos de ley preferimos las recomendaciones de Schmitt, pues la Argentina ha conquistado amigos y, de paso, se ha sabido ganar buenos enemigos históricos.

De hecho, tenemos un Premio Nobel, el de la Paz, otorgado a Carlos Saavedra Lamas, cuando supo mediar en el conflicto militar entre Paraguay y Bolivia por la guerra del Gran Chaco.

También hemos adherido a sabias doctrinas de las Relaciones Internacionales, como la no injerencia en asuntos internos de otros Estados y al no cobro por medios militares de las deudas externas de los países.

Todo eso está en nuestra genética y en la historia, pero ahora se trata de seguir adelante de cara al futuro, y al respecto la pregunta que nos hacemos es: ¿qué hacer?

Lo que se impone es la recomposición de los tres elementos que hacen a la tranquilidad exterior de toda nación de esta Tierra. En primer lugar, fortalecer los instrumentos de nuestra diplomacia como la causa eficiente que debe materializar y concretar nuestras acciones concretas de política exterior.

En segundo lugar, hay que devolver las capacidades necesarias a nuestras Fuerzas Armadas, pues deben ser el necesario respaldo de nuestras políticas externas.

Y en tercer y último punto, no dejar de desarrollarnos económicamente mediante la producción de bienes y servicios que no solo hagan al bienestar de nuestra población, sino también que sean contribuyentes de las dos condiciones anteriores ya señaladas, las de la Defensa y la de la Diplomacia.

La frase “Estamos rodeados, no los dejemos escapar” es a menudo atribuida al rey espartano Leónidas durante la Batalla de las Termópilas, en 480 a.C, y muy bien puede aplicarse a nuestra situación actual.

Y aquí agregamos la no menos conocida de: “Argentinos, a las cosas”

El Doctor *Emilio Luis Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.

Publicado en la Revista Defensa y Seguridad. Link: https://deyseg.com/analysis/1150

Las  sombras y las dudas sobre el éxito de la guerra de poder que Ucrania libra por mandato contra Rusia, enfría el ánimo de los aliados occidentales y empieza a producir grietas y enfrentamientos entre ellos, agravada por la señal que llega de EEUU con el bloqueo del Congreso  de la ayuda a Ucrania solicitada por Biden, producto de una feroz disputa política interna norteamericana por la elección  presidencial de 2024. Hoy tanto la UE, como la OTAN son organizaciones que carecen de una unidad monolítica y claros objetivos políticos compartidos por todos sus integrantes. Enfrente está Rusia que tiene las cartas ganadoras en sus manos y un inteligente manejo del tiempo y del espacio global. [A. Mitre Dossier Geopolitico]

LA FATIGA DE GUERRA COMPLICA LA AYUDA DE OCCIDENTE A UCRANIA

M.K.Bhadrakumar  3 de octubre

Un manto de pesimismo descendió sobre Europa a medida que durante el fin de semana se instalaba la tan temida incertidumbre sobre cuánto tiempo el Occidente colectivo financiaría la guerra por poderes en Ucrania. Para levantar su ánimo decaído, algunos ministros de Asuntos Exteriores europeos   tomaron improvisadamente el tren a Kiev para pasar el lunes con el presidente Zelensky. Fue un espectáculo extraordinario de desafío al llamado del destino, cuando la guerra superó la marca de los 19 meses.

Un acuerdo en Washington que evitó el cierre del gobierno por ahora pero recortó la financiación para Kiev; la campaña electoral polaca en la que el partido gobernante Ley y Justicia, hasta hace poco uno de los más firmes partidarios de Ucrania, ha jugado con diversas medidas, como cuestionar más entregas de armas y bloquear productos agrícolas de su vecino para cortejar a los votantes; y los sorprendentes resultados de las elecciones parlamentarias en Eslovaquia que catapultaron al poder a un partido político de izquierda prorruso y señalaron la primera encarnación política verdadera de la “fatiga de Ucrania”; de repente, el mantra de Occidente de estar al lado de Ucrania “mientras dure toma” se siente seriamente cuestionable. 

La CNN exageró, tal vez, al comentar que los acontecimientos antes mencionados “parecen haber arrojado a Ucrania y su guerra con Rusia debajo del autobús”, pero sólo por un poco. La política de la guerra en Ucrania ha cruzado un punto de inflexión y está preparada para cosas más importantes en los meses críticos que se avecinan. 

La Casa Blanca ha prometido buscar la rápida aprobación de un proyecto de ley independiente de ayuda a Ucrania por un total de 20.600 millones de dólares que, según la administración Biden, es esencial para luchar contra Rusia, pero probablemente seguirá enfrentando una oposición decidida, particularmente de los republicanos en el Congreso. La raíz de esto es la feroz polarización en la política estadounidense, que ahora amenaza con sacudir el equilibrio de poder en el Congreso en un año electoral sin límites que se avecina.

Esto no significa detener la ayuda estadounidense a Ucrania. La administración tiene recursos suficientes para apoyar a Kiev durante el próximo mes y medio   y, sobre todo, es demasiado descabellado esperar cambios serios en la dirección ucraniana de la política exterior estadounidense antes de las elecciones de 2024. Pero la prominencia está en otra parte: concretamente, el tema de la asistencia a Ucrania está hirviendo en el caldero de las disputas entre republicanos y demócratas y se está volviendo inseparable de las cuestiones tendenciosas de los programas sociales que desgarran a la sociedad estadounidense y se convierten en pasto para sus políticos combativos. 

La guerra de Ucrania se ha convertido en un tema de fútbol político en la circunvalación a poco más de un año de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y aumentan las dudas sobre la ayuda aprobada por el Congreso, que hasta el momento asciende a 100.000 millones de dólares, incluidos 43.000 millones de dólares en armamento. En pocas palabras, para los republicanos de derecha, financiar a Kiev se está convirtiendo en una herramienta de manipulación política de la Administración Biden a través de la cual esperan obtener ventajas y concesiones.  Y Donald Trump está esperando entre bastidores. 

Mientras tanto, se está desarrollando una viciosa trama secundaria dentro del propio Partido Republicano en un intento por derrocar al presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, la próxima semana, a cargo del republicano de línea dura Matt Gaetz, uno de un núcleo de miembros de extrema derecha del partido que se opone implacablemente a más ayuda para Ucrania.

Para sobrevivir, McCarthy ha tratado de vincular la ayuda a Ucrania con la financiación para impedir que los inmigrantes crucen la frontera con México, una demanda republicana clave. «Me aseguraré de que se proporcionen armas a Ucrania, pero no recibirán ningún paquete grande si la frontera no es segura», dijo McCarthy a la CBS siniestramente. 

Lo más importante es que la señal más amplia enviada al mundo es perjudicial. Las capitales europeas ya miran con nerviosismo la posibilidad de que Trump regrese a la Casa Blanca. Josep Borrell, jefe de política exterior de la Unión Europea y un importante socio de Estados Unidos en la entrega de ayuda a Ucrania, expresó su sorpresa y lamentó “profundamente, completamente” la decisión de Estados Unidos.

Borrell dijo: «Tengo la esperanza de que esta no sea una decisión definitiva y que Ucrania siga contando con el apoyo de Estados Unidos».  De hecho, hay un problema más amplio: la fatiga de guerra entre los votantes estadounidenses afectados por la inflación.

En muchos sentidos, la victoria del partido populista de izquierda Smer del ex Primer Ministro Robert Fico en las elecciones parlamentarias de este fin de semana en Eslovaquia también se puede atribuir a la fatiga de la guerra. Fico ha dicho que no se enviarán más armas a Ucrania; cuestionó la lógica de las sanciones de la UE a Rusia; elogió a Moscú; y culpó a la OTAN por causar la guerra, que, según él, comenzó después de que “los nazis y fascistas ucranianos comenzaron a asesinar a ciudadanos rusos en Donbass y Lugansk”. Las ansiedades económicas agravan aún más la fatiga social de Ucrania y el dramático giro en la política eslovaca, que probablemente afectará las relaciones de Occidente con Kiev. 

Dentro de la UE, Hungría y Austria tendrán ahora un aliado en Eslovaquia, un Estado de primera línea, que aboga por un cese inmediato de las hostilidades en Ucrania y negociaciones de paz. El propio Fico es un aliado cercano del primer ministro húngaro, Viktor Orban, y Polonia podría unirse a ellos si el gobernante Partido Ley y Justicia consigue un nuevo mandato, lo que parece probable, en las elecciones parlamentarias del 15 de octubre.

Todo indica que Polonia se está alejando de su posición pro Ucrania de larga data. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, dijo recientemente: «ya no transferiremos armas a Ucrania porque ahora nos estamos armando con las armas más avanzadas». 

Luego, como escribió la CNN, “Más allá de la UE, dentro de la OTAN existe un temor equivalente a las consecuencias de un bloque anti-Ucrania en expansión… Y tanto Orban de Hungría como Fico de Eslovaquia se han declarado firmemente opuestos a cualquier medida para dar la bienvenida a Ucrania a la alianza. … La realidad es que la contraofensiva de Ucrania, que tendrá que disminuir con la llegada del invierno, hasta ahora ha logrado pocos avances sustanciales en el frente de batalla. La llegada de partidos anti-Ucrania recientemente fortalecidos a estados de primera línea, junto con las vacilaciones de los principales enemigos del Kremlin como Estados Unidos, constituyen una mezcla verdaderamente tóxica”. 

De cara al futuro, se puede esperar una mayor erosión del apoyo a la guerra de Ucrania e incluso no se puede descartar un posible colapso del apoyo a Ucrania en todo el Occidente colectivo en los próximos meses, especialmente si los dirigentes del Kremlin finalmente deciden darle un golpe de gracia militar a la guerra de Ucrania.  y/u ordena a las fuerzas rusas cruzar el Dnieper y tomar Kiev y Odessa.

Incluso en caso contrario, el momento decisivo llega con las elecciones al Parlamento Europeo del 6 al 9 de junio de 2024. Existe una clara posibilidad de que los partidos antiucranianos obtengan un bloque sustancial de votos en las elecciones. Si eso sucede, la odiosa conspiración planteada por Alemania y Francia para abolir la regla de unanimidad necesaria para tomar decisiones importantes de la UE (por ejemplo, las sanciones a Rusia y su renovación semestral) fracasará.

Tanto Orban como Fico han declarado su oposición a las sanciones rusas. Baste decir que la política de la guerra de Ucrania y las sanciones a Rusia están entrando en aguas inexploradas, ya que Hungría, aliada con Eslovaquia –y potencialmente con Polonia– estaría en condiciones de complicar los esfuerzos pro Ucrania y anti Rusia del resto de la UE.

En el arte de la política, los políticos estadounidenses patentaron originalmente el «obstruccionismo», un procedimiento político en el que uno o más miembros de un cuerpo legislativo prolongan el debate sobre la legislación propuesta para retrasar o impedir por completo la decisión, y los políticos europeos ahora están inventando su propia variante. de ello.

Orban ya lo ha estado practicando durante una década , y con creciente destreza, para impulsar su programa nacionalista de “democracia soberana” en Hungría. Ahí es donde las elecciones eslovacas del fin de semana y el regreso de Fico al poder tienen el potencial de convertirse en un momento decisivo en la política de la guerra de Ucrania.

Por Eduardo Vior Analista Internacional que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Falto de capacidades económicas y tecnológicas para competir con China, Washington interviene militarmente en nuestro subcontinente para sembrar la discordia entre nuestros países.

Mientras veta a Brasil la posibilidad de avanzar con la explotación petrolera en la Amazonía, Estados Unidos impulsa la actividad de ExxonMobil en el Esequibo, una región en disputa entre Guyana y Venezuela. Para reforzar la amenaza, Georgetown y Washington incrementan su cooperación militar. Mientras tanto, el gobierno saliente de Guillermo Lasso llevó a Ecuador fuerzas militares norteamericanas para la lucha contra el narcotráfico, y el régimen golpista de Perú realizó ejercicios militares conjuntos con efectivos estadounidenses. Finalmente, el anterior gobierno paraguayo de Mario Abdo concesionó al Cuerpo de Ingenieros del US Army el dragado y balizamiento del Río Paraguay. Washington agradece interviniendo masivamente en la política paraguaya. América del Sur está siendo involucrada en la guerra mundial de EEUU contra Rusia y China. Para ello, Washington busca la división de nuestro subcontinente y pone cuñas entre Brasil, Argentina y Paraguay.

El ex ministro de Deportes de Lula y Dilma y exdiputado por el Partido Democrático Laborista (PDT, por su nombre en portugués) Aldo Rebelo, comentó el domingo 24 en una entrevista con el portal Brasil247 que EEUU está militarizando la disputa territorial entre Venezuela y Guyana sobre la región del Esequibo. “Estados Unidos pretende crear una base militar para garantizar la explotación del petróleo de Guyana por sus empresas, pero dice que la explotación de petróleo de Brasil en la Amazonía amenaza al planeta. En el gobierno brasileño hay quien piensa que Estados Unidos tiene razón”, advirtió.

El Esequibo es un río que atraviesa Guyana de sur a norte hasta desembocar en el Atlántico. Dos terceras partes del país quedan al este y un tercio al oeste. Ésta es la también denominada región del Esequibo, de 159 mil km² que perteneció a Venezuela desde la época colonial, pero fue usurpada por el Imperio Británico en 1831. En 1899 se reunió en París un Tribunal Internacional Arbitral que dio a los británicos la soberanía sobre esta faja. Sin embargo, al morir uno de los jueces del tribunal en 1946, por una carta suya de puño y letra, se supo que los árbitros habían sido comprados por Londres. En consecuencia, Venezuela desconoció el laudo y pasó a reclamar la soberanía sobre esa faja.

En 1966 los dos países firmaron el Acuerdo de Ginebra para buscar una solución pacífica, pero en 2018 Guyana solicitó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la ratificación del laudo arbitral de 1899. Desde 1983 Venezuela ha propuesto a Guyana entablar negociaciones directas, pero ésta remite a la Asamblea General de la ONU, al Consejo de Seguridad o la CIJ.

En las últimas semanas el conflicto está escalando peligrosamente, porque Guyana llamó a una licitación internacional para la exploración y explotación petrolífera de bloques del territorio en disputa y áreas marinas conexas. Entonces, este domingo 24 Venezuela denunció ante la ONU que EEUU intenta instalar una base militar en el Esequibo. Ya dos días antes la Asamblea Nacional venezolana aprobó por unanimidad la realización de un referendo consultivo sobre la soberanía en esa región.

El conflicto se ha agravado por declaraciones encontradas de los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Guyana, Irfaan Alí, y este martes 26 decenas de miles de venezolanos marcharon en Caracas en defensa del Esequibo.

EEUU ya tiene tres bases y un comando en las cercanías de la capital guyanesa, Georgetown, y desde hace algunos años las fuerzas de ambos países realizan ejercicios conjuntos. Por su ubicación en el noreste de Sudamérica y sobre el Atlántico Norte, este país tiene para EEUU un gran valor estratégico. Su Comando Sur niega querer instalar una base en el Esequibo, pero seguramente acompañará a la mayor petrolera norteamericana, cuando ésta comience a trabajar allí.

Brasil no está sólo amenazado desde el noreste. El 20 de julio pasado EEUU y Ecuador firmaron un Memorando de Entendimiento para intensificar la cooperación militar entre ambos países en la lucha contra el narcotráfico, el crimen transnacional y el terrorismo. Cuando falta poco para que Guillermo Lasso entregue el mando a quien resulte elegido el próximo 15 de octubre, el acuerdo condiciona la libertad de maniobra del próximo gobierno y militariza la política criminal.

También en Perú en mayo pasado la Asamblea Nacional autorizó el ingreso de más de mil efectivos militares estadounidenses que hicieron largos ejercicios conjuntos con sus pares peruanos en ocho departamentos del país. Como señaló un artículo de Infobae del 11 de junio pasado, explícitamente este despliegue pretende “mostrar músculo”, para contener a Rusia y China en América del Sur. No casualmente, en otro país fronterizo con Brasil.



Como Paraguay no podía ser menos, en marzo pasado el saliente gobierno de Mario Abdo acordó con EEUU, para que el Cuerpo de Ingenieros del US Army se encargue del mantenimiento de la vía navegable en el Río Paraguay desde la frontera brasileña hasta la confluencia con el Río Paraná. Además de implicar una amenaza directa para las linderas Formosa y Chaco, esta intromisión militariza indebidamente las tareas civiles de dragado y balizamiento del río.

La presencia militar directa no es la única vía de intervención de Estados Unidos en Paraguay. Un informe confidencial publicado este miércoles 27 por el portal La Política Online (LPO) reveló de qué modo EEUU impone sus intereses en Paraguay. Para ello el gobierno de Joe Biden quiere debilitar la influencia del expresidente Horacio Cartes (líder del Partido Colorado) sobre el gobierno paraguayo y romper sus vínculos con el actual presidente Santiago Peña.

Cartes (2013-18) está ligado al contrabando en el este y norte de Paraguay, particularmente al narcotráfico manejado por organizaciones brasileñas, y mantiene vínculos con negocios dudosos en toda la región. Recuérdese que en plena pandemia, el 20 de julio de 2020 el expresidente Mauricio Macri realizó una visita de un día a Horacio Cartes en las cercanías de Asunción. Nunca se supo de qué hablaron, pero todo indica que sobre algún negocio regional urgente.

El líder colorado está muy vinculado a la familia Bolsonaro y en su momento estuvo incorporado al esquema político y de negocios del expresidente norteamericano Donald Trump. Por estas razones, el gobierno demócrata lo tiene entre ceja y ceja.

El informe de trece páginas titulado “Plan de Acción Integrado Interinstitucional Anticorrupción para Paraguay” tiene fecha del 27 de julio de 2023, semanas antes de la asunción del nuevo presidente, al que cataloga como “protegido” del exjefe de Estado, por lo que propone “debilitar la influencia política de Cartes y empoderar a Peña”. La estrategia apunta a que Peña lleve a Paraguay a actuar bajo los “intereses de EEUU”, actualmente amenazados por Cartes.

Según LPO, la nueva doctrina del Departamento de Estado para Paraguay, basada en la llamada “Teoría del Cambio”, consiste en emprender acciones “fuertes y unilaterales” a través de la embajada en Asunción. “El documento abre una ventana extraordinaria sobre cómo opera el Departamento de Estado en la región y el lugar de ‘laboratorio político’ que los demócratas han asignado a la democracia paraguaya”, describe LPO. Según el texto, EEUU buscará “actores creíbles” que luchen contra la corrupción y “la cultura de la impunidad”. El informe confidencial también aboga por frenar urgentemente la influencia de China en la región aprovechando a que Paraguay aún reconoce a Taiwán. Además, el informe dice en su introducción que el plan para Paraguay es un modelo para otros países.

Con estos antecedentes no debe extrañar el cariz que ha tomado el reciente conflicto entre Argentina y Paraguay por el cobro de peajes a las barcazas que circulan por el río Paraná. “Paraguay aceptó discutir la tarifa en el tramo Santa Fe-Confluencia de la vía troncal de navegación. Al aceptarlo, el gobierno argentino suspende las interdicciones de embarcaciones que adeudan el peaje por 60 días, pero el peaje al valor actual se seguirá cobrando”, informó este jueves 28 a Rosario3 el secretario de Transporte de la Nación, Diego Giuliano.

La decisión de Paraguay, cuyas navieras se negaban a pagar el peaje que Argentina empezó a cobrar este año por el servicio de acondicionamiento del tramo, se tomó en un encuentro de la Comisión Intergubernamental de la Hidrovía Paraná-Paraguay (CIH) realizado este miércoles en la embajada de Brasil en Buenos Aires. Desde que se hizo cargo de la administración de la Vía Navegable Troncal (VNT) en 2021 y hasta fin de 2022 la Administración General de Puertos (AGP) siguió cobrando peaje en el tramo concesionado y subsidiando la navegación en el tramo norte hasta Confluencia. Cuando esto se acabó en enero pasado, sobrevino el reclamo de las navieras.

¿Paraguayas? Casi ninguna. Como explica el colega Luciano Orellano, los mismos sectores que tienen hegemonía en el comercio exterior argentino son los que también poseen gran parte de la flota que abastece desde el río al Complejo Agroexportador en la zona del Gran Rosario. Por eso tampoco es casualidad que la AmCham, la Cámara de Comercio Paraguayo-Americana, pidiera que el gobierno de EEUU interviniera en defensa de “sus” intereses.

Excepto LPG (Línea Panchita G), que es paraguaya, tanto Atria (la mayor de las navieras) como Horamar, Interbarge, ADM y Cargill son empresas norteamericanas. Sólo Louis Dreyfus es francesa. Son firmas con una larga experiencia en el transporte fluvial por el río Mississipi o, como Cargill y Dreyfus, directamente gigantes del agronegocio mundial. El conflicto por el cobro de peaje en el tramo norte de la VNT, entonces, no tiene nada que ver con un diferendo argentino-paraguayo. Está claro además, que en medio de la lucha por el predominio global el control de esta arteria pase a ser para Washington una cuestión de Estado.

… Está claro además, que en medio de la lucha por el predominio global el control de esta arteria ( Río Paraná) pase a ser para Washington una cuestión de Estado…

Los países suramericanos no estamos en guerra con nadie. Sin embargo, falto de capacidad para competir económica y tecnológicamente con la industria china, los Estados Unidos han sumido a nuestro subcontinente en la guerra por el predominio mundial. Al hacerlo, se preocupan especialmente por dividir a nuestros países y, muy especialmente, por poner cuñas para presionar a Brasil y Argentina. Desde siempre ha sido una preocupación estratégica de Washington evitar que nuestros dos países se unan, porque unidos somos una potencia que puede disputar la hegemonía norteamericana en la región. Unirse y alejar la guerra de nuestro querido continente son, entonces, una y la misma tarea.

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Para mi hermano y compañero

Orlando Bahamondes “Caballito”

Quien se marchó hace pocos días de este mundo,

llevándose su nobleza y su bondad,

pero dejándonos infinitas muestras de su convicción, su pasión y su espíritu de lucha

por un mundo mejor.

¡Hasta la Victoria Siempre!

La reciente visita a Chile me causó profunda desazón al observar -como en ningún otro país- el impacto de la transculturización y la aceptación acrítica de la verdad occidental como evidencia única para interpretar los hechos internacionales. Aunque se debe admitir que este fenómeno ocurre en todo el mundo, manifiesta superior incidencia en Nuestra América considerada por Washington como su patio trasero.

Desde hace unos meses para acá, he reafirmado la convicción de que las grandes batallas del siglo XXI no se van a producir en el territorio de los países a ocupar sino en el cerebro humano, verdadero “territorio” a conquistar por los poderosos para imponer su verdad y su razón.

Estados Unidos y Europa están siendo derrotados por China y por Rusia en los terrenos económicos, financieros, tecnológicos, políticos, ideológicos, éticos y hasta en el bélico con la posesión por parte de ambos de misiles hipersónicos que Occidente no tiene, lo cual ha cambiado la ecuación en materia de equilibrio estratégico militar.

En este marco, los únicos mecanismos que le quedan a Occidente para mantener su hegemonía planetaria son el monopolio de la emisión de dólares y la mantención de esa moneda como fundamental para el comercio global. Así mismo, debe considerarse el dominio que ejerce a través de su control casi absoluto del aparato cultural-mediático-comunicacional. Es aquí donde se van a dar las principales batallas del presente y del futuro.

Toda vez que el proceso de desdolarización de la economía mundial ya comenzó, se extiende y se hace irreversible, pareciera que va a ser en el espacio de lo cultural-mediático donde se va a librar la “madre de todas las batallas”. Por tanto, en el momento actual, la forma y los instrumentos que usamos para informarnos cobran un valor supremo.

Es así que si no tomamos nota de la realidad y profundidad de este combate y la comprensión de que debemos enfrentarlo como tal, el enemigo (en este caso no es válido hablar de adversario) mantendrá su dominio porque no estaremos preparados para enfrentar esta batalla decisiva. Por tanto, es tarea de primer orden construir nuestra verdad y creer en ella.

Cuando se transmite de forma acrítica una información que ha emitido el enemigo mediático,  el intermediario que lo hace se transforma en propagandista ciego de una “verdad” que suele ser falsa y que en realidad es mendaz y engañadora.

Por ejemplo, en mi caso personal, la última vez que escuché y vi CNN fue el 11 de abril de 2002, día del golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez. En ese momento tome conciencia de que CNN mentía con total y absoluta impudicia. Nunca la he vuelto a ver ni oír. Lo mismo he hecho con otros medios de comunicación al servicio del imperio o de las derechas locales. Aun así, no me considero una persona desinformada, precisamente porque esos medios no informan. Al contrario, son los padres de la posverdad y de las “fake news”.

Aquellos que dicen que es necesario saber lo que piensa el enemigo, les pregunto, además de amargarse, angustiarse y desanimarse, ¿qué hacen con esa falsa información, aparte de retransmitírsela a sus 500 mejores amigos, transformándose en propagandistas de ellos? A veces es necesario recurrir a los medios imperiales (yo mismo lo hago), pero solo para reforzar una idea que desnuda sus contradicciones y/o aberraciones.

La transmisión acrítica de rumores, chismes, opiniones anónimas o de autores que no dan la cara, transforma en cómplices a aquellos que consciente o inconscientemente reproducen las mentiras construidas -la mayoría de las veces- en los tanques de pensamiento asociados al poder global.

De ahí la importancia de no creer en la “información” emanada del enemigo toda vez que conduce a aceptar las falsas verdades que construye. Esto ha comenzado a ser particularmente despiadado cuando se dan a conocer hechos referidos a la operación militar de Rusia en Ucrania. La mentira ya no es sutil, al contrario, hoy es aviesa, vulgar, inescrupulosa y maligna.

Solo en días recientes, se han acumulado noticias falsas transmitidas por los medios imperiales. Es tan grotesco que incluso son algunos de ellos los que desnudan la mentira que otros transmiten. Veamos algunos ejemplos:

1. Kiev anunció con “bombos y platillos” que el Almirante Jefe de la Flota Rusa del Mar Negro y su estado mayor habían muerto tras un ataque con misiles y drones de las fuerzas armadas ucranianas. La noticia “inundó” los medios de comunicación occidentales. Al otro día, el almirante Víctor Sokolov apareció en una reunión con el ministro de defensa rusa transmitida por televisión. Silencio total.

2. En el mismo ataque, Ucrania informó que había dañado severamente el buque de asalto anfibio ruso Minsk causando 62 bajas. El problema es que aún cuando el Minsk sufrió ciertas averías,  ese día se encontraba en reparaciones en el dique seco. Ningún barco en ningún país del mundo está lleno de marineros y oficiales cuando se encuentra en esa situación. Silencio total.

3. Hace unas semanas, con estruendo carnavalesco los medios trasnacionales de la “comunicación”, informaron que un misil ruso había impactado sobre un mercado en una localidad de Donetsk. Como si una varita mágica hubiera sido movida, se inició un coro de acusaciones contra Rusia, por tan “inhumana acción”. Sin embargo, una investigación nada más y nada menos que del New York Times (evidentemente ya montado en la campaña electoral de Estados Unidos) se ha encargado de demostrar que el proyectil era ucraniano. Silencio total.

4. Otro navío ruso, el gran buque de desembarco Olenegorsky Gornyak fue golpeado el 4 de agosto con un dron ucraniano quedando “seriamente dañado y a la deriva”  según el informe del servicio de prensa de las Fuerzas Armadas ucranianas. El buque fue reparado reincorporándose a la flota del Mar Negro el 7 de septiembre. Es difícil suponer que un barco “seriamente dañado y a la deriva” pueda ser reparado en menos de un mes.

  No pierda tiempo buscando información sobre el buque. Sólo encontrará en          internet la acción ucraniana del 4 de agosto. Después, el barco desapareció de los medios occidentales. Su foto navegando y atracando en el puerto de Sebastopol, sede de la Flota rusa del Mar Negro no podrá ser vista en ningún medio occidental. Silencio total.

5.    El misil que impactó en noviembre pasado en una fábrica de cereales de Polonia y que fue informado como de origen ruso, en realidad era ucraniano según lo han dado a conocer expertos polacos. En su momento, se informó irresponsablemente que un país de la OTAN (Polonia) había sido atacado por Rusia y que esto podía desencadenar la tercera guerra mundial. Ante esta importante aclaratoria hecha hace pocos días, la respuesta ha sido el silencio total.

6.    En algo que se ha ido generalizado, los servicios informativos del régimen ucraniano dan a conocer que los misiles y drones rusos son derribados en su totalidad durante cada ataque. Pero se ha llegado al absurdo de informar el desplome de una cantidad superior de drones que los que realmente fueron utilizados. El colmo es que dicen que los mismos no causaron ningún daño, al mismo tiempo que informan de muertos, heridos y edificios destruidos. Si alguien tiene dudas, le recomiendo que tras los ataques rusos a la infraestructura bélica y los centros de mando y concentración de tropas de Ucrania, revise los mapas de incendios de la NASA que pueden ser observados gratuitamente en internet. Podrá sacar sus propias conclusiones.

En fin, son solo algunas manifestaciones recientes de cómo se miente, por eso hay que aprender a informarse. “Nuestro vino es amargo, pero es el nuestro” dijo José Martí. Debemos aprender a tomar nuestro vino por amargo que sea.

De igual forma, tenemos el imperativo de pensar por sí mismos, estar convencidos de aquello en lo que creemos y así, construir nuestra verdad y trasmitirla. Solo de esa manera estaremos capacitados para jugar un rol protagónico en esta batalla que será dura, difícil y prolongada. Pero si estamos apertrechados con nuestra verdad, la verdad de la mayoría, no habrá dudas de que saldremos adelante.

X: @sergioro0701

Por Boaventura de Sousa Santos 2 octubre, 2023 Transformaciones

Casi desde los albores de la publicación de periódicos de gran tirada se habla de la crisis del periodismo. Ya en 1919, Upton Sinclair publicó The Brass Check, una crítica devastadora al poder del capital para corromper tanto a la prensa como a los periodistas.

Sin embargo, esta crítica cobró mayor intensidad con el inicio del nuevo milenio, cuando se hizo evidente que la manipulación de los medios de comunicación no solo perseguía los intereses del capital, sino también los intereses del Estado de seguridad nacional. Fue con la invasión de Irak en 2003 que surgieron un nuevo tipo de periodistas, los periodistas incorporados (conocidos en inglés como “embedded journalists”), es decir, los reporteros vinculados a unidades militares involucradas en conflictos armados y que, por tanto, informan solo de lo que las autoridades militares permiten, sometiéndose, así, a la censura o la autocensura. De esta manera, se crean consensos mediáticos sobre las guerras que no son más que una dimensión entre muchas otras de la guerra de propaganda. Patrick Lawrence, un destacado periodista estadounidense (como dato curioso, fue él quien cubrió la Revolución del 25 de abril de 1974 en Portugal para The Guardian), autor del reciente libro Journalists and their Shadows, muestra que la manipulación del periodismo para servir a la política de seguridad nacional comenzó con la Guerra Fría a partir de la década de 1950. Afirma:

“Viví la Guerra Fría, aunque solo en sus primeros años, y mis recuerdos permanecen vívidos. Lo que más me impactó fue la histeria de la prensa, de la radio y la televisión. Estas experiencias dejaron cicatrices que el tiempo no ha logrado borrar, y estoy seguro de que no estoy solo en este sentir. Esta histeria alcanzó su punto culminante durante los años cincuenta y parte de los sesenta. Los grandes periódicos y las cadenas de televisión le dieron a esa época su textura y su tono. Trajeron la Guerra Fría a nuestras puertas, a las radios de nuestros automóviles, a nuestros salones. Forjaron una conciencia. Les dijeron a los estadounidenses quiénes eran y qué los definía como estadounidenses y, en general, lo que hacía que América fuera América. Una prensa libre era fundamental para esa autoimagen, y los estadounidenses anhelaban profundamente creer que la tenían. Nuestros periódicos y redes de televisión se esforzaron al máximo por mantener esa apariencia de libertad e independencia. El hecho de que esto haya sido una ilusión (que los medios de comunicación estadounidenses se sometían al nuevo Estado de seguridad nacional y a sus diversas cruzadas durante la Guerra Fría), es ahora una cuestión abierta y evidente. La considero una de las verdades más amargas de los últimos setenta y cinco años de la historia estadounidense”.

Una cuestión salta a la vista. ¿Están Europa y América del Norte inmersas en una nueva guerra de propaganda, ahora en relación con la guerra de Ucrania? No tengo dudas de que es así. ¿Cuántas verdades amargas sobre la historia reciente (nuestro presente) de Europa se conocerán en los próximos años?

Las preguntas más generales que los lectores menos intoxicados por la propaganda formulan son las siguientes. ¿Los periodistas creen en las noticias de las que informan y en lo que escriben? ¿O saben que están falseando la verdad y desinformando, pero esa es la única alternativa para mantener sus empleos? Estas preguntas cobran especial relevancia en lo que respecta a lo que los corresponsales de guerra o enviados especiales informan sobre la guerra. Es cierto que la guerra de propaganda no funciona sin excepciones. En el caso de la guerra en Ucrania y en relación a los periodistas portugueses, es justo destacar el caso de Bruno Amaral de Carvalho. Pero, en general, las respuestas a estas preguntas, si alguna vez son posibles, solo lo serán dentro de muchos años. Tal vez por eso, y por ahora, solo nos queda informar sobre periodistas que fueron corresponsales en guerras anteriores, que fueron «incorporados» antes de que el término existiera, pero que aun así tuvieron el coraje de observar con mayor independencia lo que vieron y de publicar lo que escribieron cuando la censura lo hizo posible. Un caso muy especial es el de Curzio Malaparte (1898-1957) en su libro Kaputt, publicado por primera vez en 1944, considerado uno de los mejores libros sobre la guerra.

Es un libro polémico y no constituye precisamente el relato de un corresponsal de guerra. Malaparte comenzó siendo partidario del fascismo italiano y entusiasta de Mussolini, pero rompió con ambos en 1933 y fue arrestado en varias ocasiones. A partir de 1941, comenzó a cubrir la Segunda Guerra Mundial para el Corriere della Sera. Estuvo en varios frentes de guerra (como en Ucrania, que en ese momento formaba parte de la Unión Soviética) acompañando a las tropas nazis. Muchos de sus artículos fueron censurados y solo se publicaron más tarde. A pesar de la ambigüedad de su trayectoria política, su libro es una cruda representación de la violencia de la guerra y la corrupción moral de las élites europeas que la promovían. Es posible que sus relatos no sean completamente fidedignos y que mezclen hechos con ficción. Sin embargo, aun así, las atrocidades cometidas son evidentes. Narra las perpetradas por los nazis con los que convivió, pero no se puede descartar que los aliados también cometiesen tales actos.

Los prisioneros rusos en Ucrania (entonces parte de la Unión Soviética)

Reunidos en un koljoz cerca del pueblo de Nemyriv, los prisioneros fueron sometidos a una prueba que consistía en evaluar quién sabía leer bien y quién era analfabeto o semianalfabeto. Tenían que leer el diario Pravda. Los resultados de la prueba realizada a 118 prisioneros fueron los siguientes:

“El examen duró aproximadamente una hora. Cuando el último grupo de tres prisioneros completó los dos minutos de lectura, el coronel se volvió hacia el Feldwebel y le dijo: ‘¡Cuéntelos!’. El Feldwebel empezó a contar desde lejos, señalando a cada hombre con el dedo: ‘Ein, zwei, drei…’. A la izquierda están ochenta y siete reprobados, a la derecha treinta y uno que habían pasado con éxito la prueba. Luego, a petición del coronel, el Sonderführer empezó a hablar. Parecía un director de escuela insatisfecho con sus alumnos. Dijo que estaba decepcionado, que tenía pena de haber reprobado a tantos, que hubiera preferido haberlos aprobado a todos. En cualquier caso, añadió, aquellos que no pudieron aprobar el examen no tenían motivos para quejarse, siempre que trabajen y demuestren más competencia que en la escuela. Mientras hablaba, el grupo de prisioneros exitosos miraba a sus camaradas menos afortunados con aire compasivo, y los más jóvenes apoyaban los codos en las costillas de los otros y se reían. Cuando el Sonderführer terminó de hablar, el coronel se volvió hacia el Feldwebel y dijo: ‘Alles in Ordnung. Weg’, y se dirigió hacia su cuartel general, seguido por los demás oficiales que, de vez en cuando, miraban hacia atrás e intercambiaban susurros.

“Se quedarán aquí hasta mañana y mañana partirán hacia el campo de trabajos forzados», dijo el Feldwebel al grupo de la izquierda. Luego, se volvió hacia el grupo de la derecha, que había pasado la prueba, y les ordenó severamente que se alinearan. En cuanto los prisioneros formaron una hilera apretada, tocándose los codos unos con otros –parecían satisfechos y se reían, mirando a sus compañeros como si se burlaran de ellos–, el Feldwebel los contó rápidamente y dijo: «Treinta y uno», y señaló con su mano a un pelotón de hombres de las SS que esperaban al final del patio. Y ordenó: «¡A la derecha, dad la vuelta!». Los prisioneros giraron a la derecha, avanzaron golpeando el barro con los pies, y cuando se encontraron cara a cara con el muro que rodeaba el patio, el Feldwebel ordenó: «¡Alto!» Luego, volviéndose hacia los hombres de las SS que se habían alineado detrás de los prisioneros y que ya habían levantado sus pistolas Thompson, se aclaró la garganta, escupió al suelo y gritó: «¡Fuego!».

Al oír el ruido de los disparos, el coronel, que se encontraba a unos pasos de la oficina, se detuvo y giró bruscamente; los otros oficiales se detuvieron y se dieron la vuelta también. El coronel se pasó la mano por la cara como si se secara el sudor y, seguido de sus oficiales, entró en el edificio, pasando a mi lado. «Hay que limpiar a Rusia de toda esta chusma educada. Los campesinos y trabajadores que saben leer y escribir demasiado bien son peligrosos. Todos son comunistas».

Las prostitutas judías de Rumania

Las jóvenes judías rumanas eran enviadas al frente para servir a los soldados y oficiales alemanes durante veinte días en burdeles. Malaparte visitó uno de ellos en Soroca, situada a orillas del río Dniester, hoy parte de Moldavia. Ya era tarde y Malaparte conversó con algunas jóvenes.

«¡Oh, no! Después de veinte días de trabajo, no valemos para nada. Las vi, vi a las otras». Ella se interrumpe y noto que le tiemblan los labios. Ese día tuvo que someterse a cuarenta y tres soldados y seis oficiales. Se ríe. Ya no puede soportar la vida. El cansancio físico es peor que el asco. “Peor que el asco”, repite sonriendo.

 “Me enteré de que dos días después se las llevaron. Cada veinte días, los alemanes hacían un cambio de chicas. A las que salían del burdel las metían en un camión y las enviaban al río. Más tarde, Schenck me dijo que no valía la pena sentir mucha pena por ellas. Ya no servían para nada. Estaban reducidas a harapos y, además, eran judías».

“¿Ellas sabían que las iban a fusilar?”, pregunta Ilse.

«Lo sabían. Estaban temblando de miedo. ¡Oh, lo sabían! Todo el mundo lo sabía en Soroca».

Los suicidios en el frente norte

Según Malaparte, en 1941 muchos oficiales alemanes ya estaban convencidos de que Alemania podía perder la guerra. En el frente norte, como en otros frentes, los suicidios de soldados se volvieron tan frecuentes que Himmler visitó el frente con un plan para reducir el suicidio… castigando a los suicidas. Informe reproducido por Malaparte:

“¡Es horrible! Siempre celebrando, día y noche (los banquetes de las élites), mientras los suicidios entre oficiales y soldados aumentan a un ritmo vertiginoso. Himmler vino personalmente al norte para intentar poner fin a esta epidemia de suicidios. Va por los muertos en prisión. Mandará enterrarlos con las manos atadas. Cree que puede poner fin a los suicidios mediante el terror. Ayer, mandó fusilar a tres Alpenjäger por intentar ahorcarse. Himmler no sabe que estar muerto es algo maravilloso». Me miró con esa mirada que tienen los ojos de los muertos. «Muchos se pegan un tiro en la cabeza. Muchos se ahogan en ríos y lagos (son los más jóvenes entre nosotros). Otros deambulan delirantes por el bosque».

Son tres historias atroces de guerra. ¿Noveladas? Es posible, pero no completamente inventadas. ¿Cuántas atrocidades de este o de otro tipo habrán sido cometidas en Corea, Vietnam, Irak, Afganistán o se están cometiendo hoy en Siria, Yemen y Ucrania? De las primeras, ya sabemos mucho; sobre estas últimas, tal vez solo lo sepamos dentro de muchos años.

Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez. publicado en Diario 16 de España

Por Javier Benitez

Ya es oficial: China acaba de dar un golpe sobre la mesa. Y es que en agosto se redujeron a cero las exportaciones chinas de dos minerales raros esenciales para la fabricación de semiconductores. Estas restricciones podrían ser un indicio de la aparente voluntad de China de tomar represalias contra los controles de exportación de EEUU.

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La venganza será terrible

Dicen que la venganza se sirve en plato frío. Mientras, un proverbio chino dice: «Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien de tristeza». Y si de algo tiene fama China precisamente, es por tener paciencia. La combinación de las dos frases iniciales que citábamos, combinadas, pueden llegar a ser un arma devastadora para un Occidente cada vez más imprudente.

Y es que las exportaciones chinas de dos minerales raros esenciales para la fabricación de semiconductores se redujeron a cero en agosto, un mes después de que Pekín impusiera restricciones a las ventas al exterior alegando motivos de seguridad nacional.

El dato: China produce alrededor del 80% del galio y cerca del 60% del germanio del mundo, según la Alianza de Materias Primas Críticas, pero no vendió ninguno de estos elementos en los mercados internacionales el mes pasado, según datos de las aduanas chinas.

Las exportaciones de germanio de julio fueron más del doble que las de junio, ya que las compras se dispararon antes de la fecha de entrada en vigor de las restricciones que forman parte de la escalada de la guerra de China con EEUU y sus aliados por el acceso a tecnología estratégica.

En este sentido, estas restricciones podrían ser indiciarias de una presunta voluntad de China de tomar represalias contra los controles de exportación de EEUU.

Para el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, esta decisión de China «significa blanco sobre negro sobre la realidad global que hoy estamos viviendo de los cambios tectónicos que se sabía que estaban ocurriendo, pero que no se les daba el nivel y el alcance que habían adquirido», observa.

¿Quién controla ahora la inflación en Estados Unidos: una Reserva Federal atrapada o el nuevo rey de las materias primas?

Alastair Crooke  18 de septiembre Fundacion de la Cultura Estratégica

Ha pasado un tranquilo momento decisivo. No fue nada «llamativo»; muchos tal vez apenas se dieron cuenta; sin embargo, realmente fue significativo. El G20 no cayó en la sórdida confrontación esperada, con los estados del G7 (que Jake Sullivan ha llamado el » comité directivo del mundo libre» ) exigiendo una condena explícita de Rusia por Ucrania, frente al resto, como ocurrió el año pasado en Bali. No, el G7 inesperadamente se «rindió» ante un «No Occidente» global en ascenso, uno que insistió de manera cohesiva en su postura colectiva.

Los indicios de insurrección habían sido evidentes desde la cumbre de los BRICS en agosto: la escritura estaba en la pared. Los países no occidentales no se dejarían acorralar ni coaccionar para que apoyen la «línea» del G7 sobre Rusia. La guerra en Ucrania apenas se mencionó en la declaración final –acordada–; la exportación de cereales (tanto rusa como ucraniana) se trató de manera imparcial. Fue una obra maestra de la diplomacia de la India

Evidentemente, el G7 decidió que el «juego de anotar puntos» de Ucrania no valía la pena. Los primeros priorizaron llegar a un consenso, en lugar de colapsar el G20 (quizás «finalmente», con una declaración estancada).

Pero en aras de la claridad, no fue la resta importancia a Ucrania lo que marca el «punto de inflexión». El cambio en Ucrania –ahora consolidado dentro de un cambio político más amplio de Estados Unidos en Ucrania– fue muy importante, pero no primordial .

Lo «primordial» fue que el colectivo no occidental pudo unirse en torno a su demanda urgente de una reforma radical del sistema global. Quieren un cambio en la arquitectura económica global; cuestionan las estructuras (es decir, los sistemas de votación que subyacen a esas estructuras institucionales como la OMC, el Banco Mundial y el FMI) y, sobre todo, se oponen a la hegemonía del dólar como arma.

La demanda, para decirlo claramente, es un puesto en la Mesa Superior.

Nada de esto es nuevo, viene germinando desde la famosa Declaración de Bandung (1955), cuya resolución sentó las bases del movimiento de los países no alineados. Entonces, esos estados carecieron de la influencia necesaria para alcanzar sus objetivos. Hoy es diferente: liderados por China, Rusia, India y Brasil, los BRICS tienen el peso económico y la «posición de primera línea frente a Occidente» para impugnar el «orden de reglas» e insistir en que, si ha de haber «reglas», deben ser consensuados.

Esta es una agenda verdaderamente radical. Una vez más, el «punto de inflexión» es que los países no occidentales, incluso sin la presencia de los presidentes Xi o Putin, demostraron que tienen el «peso» para luchar contra la «caída» del G7.

Bueno en teoría, pero ahora viene lo «concreto»: claramente, India aspira a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Muchos dirían que la India está bien calificada. Puede que sea así: la estructura actual del Consejo de Seguridad tiende a parecer una reliquia fosilizada de la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, ¿quién se ofrecería voluntariamente a ceder su asiento a una India digna? Brasil (sorpresa, sorpresa) cree que América del Sur también debería tener voz permanente en el Consejo. En definitiva, la reforma del Consejo ha sido una cuestión que, al menos hasta ahora, ha demostrado ser «intocable». Sin embargo, los tiempos «están cambiando». Se trata de una cuestión en la que el Sur Global tiene sus dientes puestos y seguirá insistiendo, independientemente de ello, al estilo terrier.

Luego está la cuestión de las «Dos Esferas». Tanto las declaraciones de los BRICS como las del G20 insisten en que su objetivo no es suplantar el «Orden» existente, sino habitarlo en términos equitativos, después de una importante reconstrucción y reorientación.

India, en particular, se muestra reacia a quemar todos los puentes con Occidente y se inclina hacia la noción de una reforma gradual de la estructura económica global, que conduzca al establecimiento de una esfera comercial única (India tiene muchos intereses en Occidente). Otros países BRICS también comparten esta opinión. Rechazan verse obligados a elegir entre dos esferas incompatibles. (China tenía esta opinión, pero ahora ve que es Estados Unidos, a pesar de sus negaciones, el que tiene la intención de quemar puentes con China.)

¿Pero no es un poco ingenuo esperar que Occidente se retracte de su colonialismo sigiloso?

La primacía occidental depende de los pilares de la amenaza de una guerra financiera y de sanciones; el monopolio de las patentes tecnológicas, los estándares y protocolos regulatorios, y en poseer y mantener una «ventaja tecnológica» global. ¿Cree realmente el Primer Ministro Modi que se puede inducir a Occidente simplemente a renunciar a estos activos porque el Sur Global así lo pide?

Parece «exagerado» (aunque sin duda Xi y Putin le han explicado algunos de estos «hechos de la vida» financieros a Modi).

Bueno, estos «hechos de la vida», que algunos miembros del BRICS aún no están dispuestos a internalizar, son precisamente la razón por la que tanto Rusia como China están preparando una Esfera Económica alternativa, totalmente separada del dólar y del sistema bancario y financiero vinculado al dólar. Es un plan ‘B’, que fácilmente puede convertirse en plan ‘A’.

Este debate (una sola esfera comercial, o dos) posiblemente se convierta en la cuestión clave que enfrentan los BRICS y Occidente. Depende de la reacción occidental: ¿será posible obligar a Estados Unidos a realizar reformas tan radicales en las actuales instituciones y estructuras alineadas con Estados Unidos, de modo que no sea necesaria una esfera económica no occidental bastante separada?

Estas cuestiones pueden surgir antes de lo que algunos esperan, tal vez incluso en la Asamblea General de la ONU la próxima semana.

Dicho con franqueza, la dura realidad es que si Estados Unidos cediera su control sobre la arquitectura financiera global, se puede esperar que el nivel de vida de los estadounidenses caiga significativamente a medida que la demanda de dólares se marchite (con un aumento del comercio global de divisas propias). Por supuesto, la demanda de dólares no desaparecerá por completo.

El momento de esta demanda colectiva de una nueva arquitectura financiera –un nuevo Acuerdo de Bretton Woods– no podría haber llegado en un momento más delicado para Occidente. ¿Por casualidad para Rusia y China…?

Aunque muchos en Occidente piensan que todo «está bien», que la Reserva Federal probablemente controlará la inflación y pronto recortará las tasas de interés. Sin embargo, los precios del petróleo han subido un 37% y siguen aumentando. Este ha sido el caso desde que el precio tocó fondo hace unos meses. “La gente olvida que los precios del petróleo cayeron casi un 50% desde su punto máximo, y esa caída terminó en mayo de este año. Y esa gran caída en los precios del petróleo fue el factor principal que redujo la inflación general del 9% al 3%”. La energía es un insumo de costos importante que debe trasladarse a los consumidores. Y también lo es el interés sobre la deuda, que aumenta a medida que los aumentos de las tasas de interés atraviesan todo el espectro económico.

Todo el mundo está esperando que la Reserva Federal reduzca las tasas, porque la única manera que tienen el gobierno estadounidense, los consumidores y las empresas estadounidenses de gestionar su deuda actual (que han acumulado, a tasas cero) es si las tasas de interés bajan. La gente puede entender esto, pero simplemente asumen que no será un problema porque, por supuesto, la Reserva Federal «va a recortar las tasas».

Sin embargo, es muy poco probable que las autoridades occidentales consigan reducir los tipos de interés a cero. Vender más petróleo de la Reserva Estratégica de EE.UU. simplemente no va a suceder : en este punto, la economía de EE.UU. sólo puede funcionar durante 20 días con sus reservas de petróleo actuales.

Y la Reserva Federal no podrá lanzar gran parte de otra ronda de impresión de dinero, en caso de que la economía caiga en recesión. La Reserva Federal puede intentar rescatar la economía de esta manera, aunque cuando el problema es la inflación, no es posible resolver un problema de inflación creando más inflación. La inflación (y las tasas de interés), después de un breve retraso, volverían a aumentar.

La cuestión es que gran parte de los estratos gobernantes todavía no lo «entienden»: la experiencia de décadas de inflación cercana a cero que ha experimentado Occidente ha quedado grabada en la mentalidad colectiva, pero ese mundo de hacer dinero sin esfuerzo era una aberración, no una norma. Dicho claramente, Occidente ahora está de alguna manera atrapado en diversas formas financieras, como el agotamiento fiscal (es decir, el gasto deficitario de Estados Unidos ha alcanzado el 8,5% del PIB).

Si bien es cierto que muchos en Occidente no entienden que la era de inflación cero fue una aberración, causada por factores que ya no pertenecen; sin duda, la aberración es bien entendida en Beijing y Moscú.

Liam Halligan observa de manera similar que los precios del petróleo han aumentado casi un tercio en los últimos tres meses: “Es un aumento enormemente significativo que podría agravar seriamente la crisis del costo de vida. Sin embargo, el aumento parece apenas haber sido notado por gran parte de nuestra clase política y mediática”.

Los mercados del crudo comenzaron a endurecerse a principios de este verano después de que el cártel de exportadores de la OPEP acordara retener los suministros de petróleo en un intento por aumentar los precios, y Halligan observa con acritud: “Cualquiera que minimice el poder de la OPEP no sabe nada sobre los mercados energéticos mundiales y menos aún sobre la geopolítica” . ”. (Énfasis añadido.)

¿Es casualidad que una guerra financiera silenciosa, desencadenada por la desdolarización y los mayores costos de la energía, pueda finalmente darle a los BRICS la influencia para forzar un cambio de política en Occidente? Y si persiste la reticencia occidental a la reestructuración, ¿podría el liderazgo de los BRICS aumentar aún más? Después de todo, los BRICS recientemente ampliados son ahora una potencia de materias primas.

Entonces, ¿quién controla ahora la inflación en Estados Unidos: una Reserva Federal atrapada o el nuevo rey de las materias primas?