Tras doce meses de graves tensiones los líderes de EE.UU. y de China acordaron mantener una comunicación permanente para aventar malentendidos y resolver imprevistos.


POR EDUARDO J. VIOR para TELAM el autor autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

En la reunión cumbre que los presidentes de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos, Joe Biden, celebraron este miércoles 15 cerca de San Francisco hubo pocos logros. Después de cuatro horas de discusiones, por momentos duras, pero siempre cordiales, los mandatarios convinieron mantener la comunicación bilateral, pero nada más. Es un resultado muy magro para la primera reunión después de doce meses de intensas tensiones que pusieron varias veces al mundo al borde de la guerra, pero un gran avance para la humanidad.

China no busca la hegemonía mundial y no planea librar ninguna guerra con nadie, afirmó el presidente chino, Xi Jinping, este 15 de noviembre tras su encuentro con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebra en San Francisco. “Cualquiera que sea la etapa de desarrollo que alcancemos, China nunca perseguirá la hegemonía o la expansión y nunca impondrá su voluntad a otros”, citó la agencia estatal de noticias Xinhua al líder chino, quien habló durante una cena de bienvenida organizada por “organizaciones amigas” de EE.UU. Además, Xi subrayó que Pekín “no busca esferas de influencia y no librará una guerra fría o una guerra caliente con nadie”.

Por su parte, después de la reunión cumbre Joe Biden informó en X que “acabo de concluir una jornada de reuniones con el Presidente Xi y creo que han sido algunas de las conversaciones más constructivas y productivas que hemos mantenido. Nos hemos basado en el trabajo de base realizado en los últimos meses de diplomacia entre nuestros países y hemos logrado importantes avances.”

El presidente norteamericano luego dio una conferencia de prensa en la que, al final de la misma, volvió a tildar a su homólogo chino de “dictador”. Ante una pregunta de una reportera sobre si seguía refiriéndose a Xi como un dictador, el mandatario respondió: “Mire, lo es. Es un dictador en el sentido de que es un tipo que dirige un país que es comunista y se basa en una forma de gobierno totalmente diferente a la nuestra”.

No obstante, calificó la reunión como una de las más constructivas y productivas, afirmando que se lograron “progresos reales” en las relaciones bilaterales. Preguntado sobre si confía en Xi, respondió que «como dice el viejo refrán: ‘confía, pero verifica’. En eso estoy».

La reunión entre los presidentes de Estados Unidos y China, Joe Biden y Xi Jinping, se produjo al margen de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en San Francisco (California). Biden dio la bienvenida al líder chino en la finca Filoli, una casa de campo y jardines situada a unos 48 km al sur de San Francisco, adonde se trasladarán más tarde para asistir a una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Durante su encuentro ambos líderes acordaron restablecer las comunicaciones entre sus fuerzas Armadas después de que se rompieran hace más de un año tras la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a la isla de Taiwán. Los presidentes se comprometieron asimismo a frenar la producción de ingredientes para el fentanilo, un narcótico que ha provocado una mortal epidemia en Estados Unidos. Además decidieron realizar conversaciones para limitar el uso de la inteligencia artificial (IA) en la dirección de armas estratégicas.

Por su lado, Xi Jinping reclamó a su homólogo que mantenga la política de “una sola China” y no aliente la independencia de Taiwán, así como que levante las sanciones a la importación china de componentes para sus desarrollos de alta tecnología.

Resumiendo la reunión cumbre, la agencia Xinhua informó que ambos presidentes sostuvieron “un sincero y profundo intercambio de puntos de vista”. En el lenguaje diplomático los términos “franco” o “sincero” aluden a la exposición de puntos de vista encontrados y falta de acuerdo, pero en un buen clima. Más tarde, en un comentario editorial, el órgano de prensa señaló que “la diplomacia de jefes de Estado es la brújula y el ancla de las relaciones entre China y Estados Unidos.” Y continuó: “las relaciones bilaterales China-EE.UU. han seguido avanzando en medio de altibajos”. En ese sentido advirtió que “la competencia entre los grandes países no es la tendencia predominante en los tiempos actuales y no se pueden resolver así los problemas que enfrentan China y Estados Unidos, o el mundo en general. El planeta Tierra es lo suficientemente grande para que los dos países tengan éxito y, si un país progresa, esto significa una oportunidad para el otro“, concluyó.

El balance que los medios norteamericanos hicieron de la reunión es muy crítico. Así, la demócrata CNN comentó este jueves que “Biden se marchó con la esperanza de haber aliviado los riesgos que plantean las fuerzas estadounidenses y chinas que operan en una zona peligrosamente próxima en Asia-Pacífico, que quiere evitar que se convierta en otra crisis mundial políticamente ruinosa durante su campaña de reelección el año que viene. Xi necesitaba demostrar a su electorado interno en la jerarquía comunista que tiene bajo control las relaciones vitales con Estados Unidos en un momento de dificultades económicas. Sin embargo, cerró los importantes pero graduales avances logrados servirán de poco para mitigar los factores subyacentes que impulsan a EEUU y China hacia una rivalidad más peligrosa».

Por su parte, The New York Times, vocero oficioso del Departamento de Estado, tituló “las conversaciones entre Biden y Xi tuvieron pocos resultados, pero dejaron la promesa de futuros encuentros”. En la bajada el medio insiste en que “los informes sobre el encuentro indican que se alcanzaron escasos progresos en los temas que pusieron a ambos países al borde del enfrentamiento”.

Más cercano al Pentágono, el Washington Post tituló “Biden y Xi acuerdan restablecer los lazos militares, lo que contribuye a aliviar las tensiones” y en la bajada aclaró que “los dos líderes también acordaron reforzar la cooperación antidroga con la esperanza de reducir la crisis del fentanilo en Estados Unidos.”

Las respectivas acentuaciones de ambos medios habla por la diferencia entre sus perspectivas: mientras que en el Departamento de Estado reina una visión ideológica neoconservadora y universalista, en el Pentágono predomina todavía un cierto realismo sobre las limitaciones que las circunstancias imponen al poder estadounidense: si tuvo que abandonar el frente ucraniano, para poder concentrarse en el conflicto en Gaza, ¿con qué medios podría desempeñarse en un tercer escenario contra China?

Finalmente, la conservadora cadena Fox tituló que “Biden vuelve a llamar ‘dictador’ a Xi Jinping, mientras China promete ser ‘imparable’ en la reconquista de Taiwán”, refiriéndose, por un lado, a la ya citada declaración del presidente en su conferencia de prensa y, por el otro, a una advertencia que Hua Chunying, vocera de la cancillería china, formuló en X después de la reunión cumbre: “Estados Unidos debe tomar medidas reales para cumplir su compromiso de no apoyar la ‘independencia de Taiwán’, dejar de armar a Taiwán y apoyar la reunificación pacífica de China. China llevará a cabo la reunificación y esto es imparable.”

Para seguir discutiendo las medidas necesarias para controlar el ingreso de precursores químicos para la elaboración de fentanilo, Xi Jinping se reúne este jueves por primera vez, también en San Francisco, con Andrés Manuel López Obrador. El mexicano, a su vez, encontrará este viernes por la misma razón a su colega norteamericano.

Poco, pero mucho. Los resultados de la cumbre entre los presidentes de las dos mayores potencias del mundo fueron magros, pero tangibles. Por lo pronto, ya es mucho que hayan acordado seguir hablando, que sus fuerzas armadas vayan a establecer mecanismos de comunicación para resolver imprevistos y que comiencen a trabajar para limitar el control de la inteligencia artificial sobre el uso de las armas estratégicas. Tanto las complicaciones de la situación internacional como las intensas presiones que las luchas por el poder dentro de cada uno de los países imponen sobre sus liderazgos no les permiten avanzar mucho más allá.

Seguramente habrá altibajos en la relación. Los ideólogos universalistas de un lado y los nacionalistas del otro provocarán choques y malentendidos, pero el mundo no tiene alternativa a la cooperación entre las mayores potencias nucleares.

Argentina, el octavo territorio del mundo y centro de la confrontación por la hegemonía mundial por su situación geográfica entre los dos océanos, de cara a la Antártida, y por sus recursos (agua, minerales, energía, alimentos y una población altamente capacitada y hábil), necesita existencialmente que China y EE.UU. cooperen en el mantenimiento de la paz y el establecimiento de un orden económico internacional justo y en beneficio de todos los pueblos. No tenemos alternativa: o multipolarismo o disgregación nacional.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *