Por Enrique Lacolla de sus sitio Web, que autoriza su publicacion

Las elecciones de pasado domingo aportan cierta tranquilidad. El país ha reaccionado ante la amenaza supuesta por el desvarío anarco-capitalista de Javier Milei y las proposiciones exterminadoras de Patricia Bullrich.

Muchos analistas de los oligopolios mediáticos se devanan los sesos ante la “sorpresa” que habrían significado las elecciones del pasado domingo, en las cuales Sergio Massa y Unión por la Patria dieron vuelta el resultado de las PASO. Y se enredan en deliberaciones sobre el carácter proteico del peronismo, sobre su aptitud para transformarse, sobre la imposibilidad de erradicarlo, etc.

En el fondo lo que manifiestan es su propia incapacidad para desentrañar las claves del país en que viven. Y su antipatía visceral por esta sociedad, capaz de engendrar semejante fenómeno.

Porque pensar que el resultado de las elecciones es la consecuencia de una astucia política, de la habilidad de Sergio Massa para capitalizar las falencias de sus adversarios, o de la fatalidad social que significaría la persistencia de una adhesión irracional a una bandería política, similar a la que se puede sentir por un club de fútbol, es de un simplismo extremo, que prescinde del conjunto de factores que definen un cotejo electoral. En primer término, las plataformas. Porque por primera vez, quizá, los participantes de una contienda electoral argentina expusieron de manera transparente no sólo sus objetivos de máxima (que no suelen ser los más importantes porque por lo general se resumen en una promesa de felicidad y paz para todos) sino los expedientes prácticos con los que pretenden alcanzarlos, que son los que realmente definen a los primeros. Grosso modo, la plataforma de Unión por la Patria postuló las banderas que tradicionalmente han caracterizado al peronismo, salvo en el período menemista, durante el cual este las invirtió en un acto de traición sin parangón en su historia. Es decir, que en esta ocasión el peronismo volvió a reafirmar explícitamente el rol del Estado en el desarrollo económico, en la seguridad social, en la educación y en la planificación a gran escala. En qué medida podrá llevar adelante este propósito, de ganar la segunda vuelta, dependerá de múltiples cuestiones, empezando por el dato decisivo de cómo gestionará la apabullante deuda con el FMI heredada del gobierno de Mauricio Macri; pero la línea general está clara.

Los otros dos postulantes con peso para meterse en el balotaje, Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza, más allá de la composición abigarrada del primero, que ostentaba resquebrajamientos entre el PRO y los radicales, se asemejaban por su programa económico básico y se distinguían por su propósito de erigirse en el relevo de los peronistas en el gobierno. “Juntos” naufragó por los celos de Macri –que prefirió apuñalar por la espalda a su heredero Rodríguez Larreta antes que verse suplantado por él-, y por la inepcia y la pobrísima imagen de Patricia Bullrich.

En cuanto a los “libertarios”, que habían picado en punta en las PASO, constituían y constituyen un fenómeno novedoso, bien que detestable, conjugan una conducción con rasgos de improvisación, irresponsabilidad y locura, con una clientela electoral conformada en gran parte por jóvenes con el cerebro vaciado por la desinformación, el bombardeo mediático y una bronca legítima ante la falta de perspectivas laborales y la amenaza de una pobreza crónica. A ellos, y a la sociedad en general, el “anarco-capitalista” Javier Milei ofreció y sigue ofreciendo una dieta “salvadora” que propone, entre otras cosas, la abolición de la moneda nacional, el tráfico de órganos, la liquidación del estado como agente ordenador de la economía, la privatización de YPF, de Aerolíneas Argentinas, del litio, de Vaca Muerta, de la salud pública y de las jubilaciones. Y de paso abomina del Papa argentino, representación del “Maligno” que se habría asentado en la colina Vaticana, en Roma.

Ante esta propuesta programática y estos dislates, ¿hace falta que los observadores de los oligopolios de prensa se pregunten todavía qué extraño hechizo proyecta el peronismo para que una vez y otra vuelva a enarbolar con éxito sus banderas de justicia social, libertad política y soberanía económica? No parecen caer en la cuenta de que estas postulaciones no son las insignias de un partido o un movimiento, sino las herramientas de todo país que se respete.

Fue un voto en defensa propia lo que se impuso el domingo. Es por esto que la propuesta de unidad nacional o de frente nacional que ha lanzado Sergio Massa tiene sentido.

El país está en crisis dentro de un mundo en crisis. Las coordenadas de la economía global están cambiando y no precisamente a favor del orden de cosas que los exponentes del neoliberalismo propugnan. El futuro es un tembladeral poblado de tantas amenazas como promesas, y requiere de claridad de miras, ponderación y firmeza para ser enfrentado.

Sergio Massa parece poseer estas cualidades y una mirada geoestratégica que le permitiría medir el escenario global con una precisión que no suele ser habitual entre los exponentes de nuestra clase política. El escenario regional es clave y no son casuales las manifestaciones de simpatía que le han prodigado los presidentes de Brasil y México. López Obrador expresó un franco regocijo ante el resultado de las elecciones y están frescas las palabras de Lula al despedir a Massa durante su más reciente visita a Brasil: “Haga lo que tenga que hacer, pero sobre todo gane, gane las elecciones”.

Porque, en efecto, más allá de las inevitables oscilaciones que exige la gestión del poder en circunstancias como las actuales, importa que este se encuentre en manos seguras. O, si se entiende que pedir seguridad es un poco utópico en los tiempos que corren, un poder que se apoye sobre una base social cuya razón de ser sea inescindible de su arraigo a la tierra. Obreros, clase media, empresariado pymes, pequeños productores rurales, profesionales, militares, representan una mayoría activa que tiene objetivos que no se pueden separar del territorio que los contiene. Este público, este pueblo, no tiene que coincidir ideológicamente en una sola doctrina sino que puede repartirse entre visiones diversas del mundo, pero conservando una identidad básica: la que confieren el respeto a los valores fundantes de la democracia, del orden constitucional y del interés nacional.

No se puede dar nada como adquirido por adelantado. Falta la segunda vuelta.

Hay que ganarla para poder activar una prosperidad que parecería estar a la vuelta de la esquina. Las expectativas económicas son buenas por el requerimiento global de productos primarios que produce el país, pero es obvio que el desarrollo no va a venir con un retorno a la exportación de “commodities” sino con la exportación de “commodities” con valor agregado, y que estas sólo cobrarán su pleno sentido si sirven de base para un desarrollo estructural que refuerce el tramado social e integre acabadamente el país a la región. Los augures de la reacción por supuesto no vacilarán en atribuir a las condiciones que se presume serán favorables cualquier éxito de una gestión “populista”, tal y como lo hicieron con Néstor Kirchner cuando, junto a Roberto Lavagna, hicieron emerger al país de la crisis del 2001.

Pero, ¿alguna vez se preguntaron cuál hubiera sido el destino de los superávits comerciales de esos años si hubieran sido manejados por la cáfila de fugadores de capitales que poblaron las administraciones de Carlos Menem, Domingo Cavallo, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri?

Por esto hay que cuidar los resultados obtenidos en esta elección. Hay que abrir el juego político con el radicalismo, la izquierda y con quienes quieran sumarse; establecer coincidencias y fijar políticas de estado en torno a la deuda, a la preservación de la subsistencia de las grandes mayorías, a la alineación exterior y a las prioridades del desarrollo. Por suerte, los reflejos defensivos funcionaron el domingo. De aquí en adelante hay que imaginar su reversión a una función de ataque. No sucederá de un día para otro, pero conviene empezar ahora.

FUENTE: http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=775

Por Carmen Parejo Rendón para RT autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Entre un mundo viejo que muere y un mundo nuevo que nace surgen los monstruos como Javier Milei, pero también las contradicciones, como las que Argentina tiene que aprender a manejar dentro de su propia circunstancia coyuntural, estructural e histórica.

En este artículo trataré de presentar una voz colectiva, a través de distintos periodistas y especialistas argentinos que han aceptado responder a algunas preguntas, que nos pueda ayudar a dibujar la imagen fija de Argentina en este instante, usando como hilo conductor los recientes comicios presidenciales y los actores que lo protagonizaron.

Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria, venció en la primera vuelta de los comicios presidenciales en Argentina; en segundo lugar quedó el anarcocapitalista del partido La Libertad Avanza, Javier Milei.

Argentina pasó en los últimos años de ser uno de los referentes de los llamados gobiernos progresistas latinoamericanos, con las administraciones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, a una vuelta a la senda neoliberal y dependiente de Washington y el FMI con Mauricio Macri. Para finalmente acabar en un punto intermedio: el gobierno presidido por Alberto Fernández desde 2019.

Massa viene de ocupar el cargo de ministro de Economía en el gabinete presidido por Alberto Fernández. Siendo la economía uno de los asuntos críticos del país, y tras unos resultados desastrosos en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en agosto de este mismo año, ¿qué elementos han podido favorecer esta victoria?

La crisis económica

En conversación con el periodista argentino Hugo Gulman, señaló que ha tenido gran importancia el cambio accionado por el ministro de Economía, quien en los últimos meses asumió un nuevo liderazgo, como si ya ostentase la presidencia, y aplicó medidas como la devolución del IVA en compras con tarjetas de débito y la drástica modificación del impuesto a las ganancias, que han generado no solo un movimiento de dinero muy grande y rápido, sino que también han reactivado ilusiones de confort y estabilidad para la población.

El periodista Larry Levy añade que «Massa logró diferenciarse del gobierno de Alberto Fernández al exponer con claridad que el ‘enemigo’ es el Fondo Monetario Internacional».

Gulman sostiene que «para Argentina, el peor Massa será preferible antes que el mejor Milei», una opinión que parece ser compartida por una parte importante de la sociedad argentina.

Ante la misma pregunta el periodista Larry Levy añade que «Sergio Massa logró diferenciarse del gobierno de Alberto Fernández al exponer con claridad que el ‘enemigo’ es el Fondo Monetario Internacional (FMI)».

Este acto de valentía, tras el gobierno tibio de Fernández, habría servido al candidato para desvincularse en parte de las responsabilidades ante la situación crítica que actualmente vive el país del Cono Sur.

Ampliando el foco, en contacto con el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, planteó que la crisis económica argentina no es solo una coyuntura de un gobierno específico, sino que es consecuencia de una serie de políticas implementadas por más de cincuenta años que, a través de la aplicación de doctrinas económicas, «monetaristas» primero y neoliberales después, se destruyó la capacidad industrial, asumiendo una economía  sustentada en el sector servicios y el sector primario, tanto agropecuario como de explotación minera y de recursos energéticos, como el gas y el petróleo.

La crisis económica argentina no es solo una coyuntura de un gobierno específico, sino que es consecuencia de una serie de políticas implementadas por más de cincuenta años., Carlos Pereyra Mele

Este escenario estructural genera crisis cíclicas a la economía argentina y ha creado una cultura de la supervivencia. Bajo su punto de vista, ante situaciones críticas, el peronismo sigue cumpliendo un rol histórico para el sostenimiento de los sectores más vulnerables. Estos resultados por tanto nos indicarían que las clases populares argentinas aún ven en el peronismo el referente de sus intereses, sobre todo en momentos de crisis.  

Sobre la situación económica del país también se expresó el doctor en ciencias sociales y humanas, el historiador y profesor de la Universidad de Luján, Martín Martinelli, quien afirma que «en Argentina en particular, no debemos olvidar que se estiman unos 400.000 millones de dólares propiedad de argentinos en el exterior, una suma exorbitante para los desajustes financieros sufridos en el país», lo que demostraría la existencia de sectores concentrados que se han beneficiado por los vaivenes de las economías. Añadió el dato de que el último préstamo pedido al FMI en 2018, en la administración de Mauricio Macri, supuso una importante fuga al exterior, lo que bajo su punto de vista ha propiciado parte de la crisis financiera actual.

Estos resultados por tanto nos indicarían que las clases populares argentinas aún ven en el peronismo el referente de sus intereses, sobre todo en momentos de crisis.  

Esto explicaría por qué los mayores réditos electorales de las fuerzas opositoras a Massa se concentraron precisamente por los votos de los argentinos residentes en el exterior, sobre todo en EE.UU., mayoría de apoyos a Milei, y España, con mayoría de apoyos a Patricia Bullrich. Pero también explicaría por qué estos candidatos no acaban de convencer al electorado interno en Argentina. Pareciera que existen dos percepciones cognitivas antagónicas entre los argentinos dentro y fuera del país.

La vigencia del peronismo

Otro elemento que se repite constantemente cada vez que nos acercamos a la política en Argentina es la cuestión del peronismo. Pero, ¿qué es el peronismo?

Este movimiento de carácter popular no implica un solo partido político e incluso combina distintas facciones ideológicas integradas, a veces, dentro de una misma marca electoral. Finalmente se trataría de un movimiento popular, histórico y nacional, genuinamente argentino. Para profundizar sobre esta cuestión le pregunté a Eduardo J. Vior, analista de la agencia nacional argentina de noticias, Télam, quien define este movimiento dentro de tres banderas compartidas: soberanía política, independencia económica y justicia social. Lo que supone un abanico de valores donde los derechos laborales y sociales son intocables o difícilmente modificables y el rechazo a la dictadura y a las violaciones de los derechos humanos son principios consensuados.

«El peronismo se unió para ganar más allá de las diferencias internas, algo que surge casi naturalmente en el peronismo al aparecer un riesgo»: Hugo Gulman.

Para este analista, el candidato opositor, Javier Milei, afectó directamente a ese consenso, lo que supuso que una mayoría votó como reacción a este discurso y en la dirección de defender estas conquistas.

Por otra parte, tanto Bullrich como Milei han centrado gran parte de su campaña en atacar al llamado kirchnerismo, que coincide con las figuras de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Una estrategia que, de algún modo, también beneficiaba al candidato de Unión por la Patria, ya que es de sobra conocida la mala relación de Massa con el kirchnerismo. Sin embargo, lejos de un enfrentamiento que marque un cambio de tendencia dentro del peronismo, durante la campaña vimos cómo los referentes del llamado kirchnerismo mantuvieron un perfil bajo.

Gulman señala en este sentido que «el peronismo se unió para ganar más allá de las diferencias internas, algo que surge casi naturalmente en el peronismo al aparecer un riesgo».

No obstante, Axel Kicillof, cercano a Cristina Fernández, a quien agradeció su victoria, fue reelecto como gobernador de Buenos Aires.

El profesor Martinelli señala a Massa y Kicillof como las fuerzas de renovación del peronismo, una corriente que, en sus palabras, es «muy amplia y abarcativa».

También en contacto con Sebastián Salgado, periodista y corresponsal de guerra argentino, aseguró que la continuidad del kirchnerismo está garantizada por la figura de Máximo Kirchner, diputado, hijo de Cristina y aliado de Massa. Quien cuenta, a su vez, con el apoyo de La Cámpora, con presencia en varios ministerios, que nació como una organización de jóvenes, pero que hoy es un semillero que busca espacios políticos y disputan el poder, vinculados directamente a la corriente Kirchner.

La debilidad de las apuestas de oposición

Durante nuestra conversación, Martinelli también destacó el rol nefasto de las campañas de la oposición a Massa.

Por un lado, Bullrich, cuyo discurso «de mano dura falló». A esto, Sebastián Salgado añade que la candidata centró su campaña en la lucha contra la delincuencia cuando siempre será recordada como la ministra de Seguridad de Macri, con casos terribles a sus espaldas como la desaparición de Santiago Maldonado en la Patagonia. Y por el otro lado, Milei, un producto creado y construido en redes sociales y a nivel mediático que tiene como principal limitación el techo que él mismo o su personaje construye.

«Cayó por su propio peso con la farsa de que la dolarización es una solución para la economía argentina», destacó Martinelli durante nuestra conversación, añadiendo, además, que la «dolarización» va a contramano de la realidad mundial.

Y así entramos en el escenario geopolítico internacional y su rol dentro de estas elecciones.

La pugna geopolítica

Como sabemos, existe actualmente una pugna entre el modelo unipolar regido por EE.UU. y un nuevo mundo multipolar.

Massa es el único de los candidatos que no ha cerrado la puerta al nuevo mundo multipolar.

Massa se ha caracterizado a lo largo de su carrera por su cercanía a Washington y al sector industrial argentino, lo que le permite también obtener apoyos de parte del electorado de la derecha tradicional. Sin embargo, la realidad del país se impone.

A finales de agosto se conocía el ingreso de Argentina al grupo BRICS+, que se hará efectivo el primero de enero de 2024, igualmente, tras la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, vuelve el Mercosur renovado, con nuevas propuestas y posibilidades.

Massa es el único de los candidatos que no ha cerrado la puerta al nuevo mundo multipolar y este también es un elemento a tener en cuenta para comprender las lógicas que se han movido por detrás de esta elección.

Todas estas corrientes políticas, reflejo de la propia historia del país, de su estructura y de sus contradicciones, han puesto sus cartas sobre la mesa.

Ahora serán los argentinos los que escriban, más allá de estas elecciones, su propio destino.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT y Dossier Geopolitico

FUENTE:

https://esrt.space/opinion/carmen-parejo/485151-causas-detras-sorpresiva-remontada-sergio

Tras el triunfo de Massa en la primera vuelta los medios de las grandes potencias expresan una prudente satisfacción. Los británicos, por el contrario, comenzaron rápidamente a ejercer presión.

Por Eduardo J Vior que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales argentinas suscitaron diversas reacciones en las capitales de las principales potencias mundiales y en la región, pero nadie fue ajeno al suceso. Mientras que los medios chinos y rusos se esforzaron por informar neutralmente, los occidentales y latinoamericanos no dudaron en tomar partido, algunos subrayando la derrota del candidato ultraderechista, otros azorados por la recuperación del voto peronista. Todos, empero, confirmaron cuán preocupados están por el futuro de Argentina en tanto escenario clave del conflicto por la hegemonía mundial. Tanto más grande es el desafío que se nos presenta en el futuro inmediato.

El New York Times, habitualmente vocero oficioso del Departamento de Estado, informó el lunes sobre las elecciones en nuestro país precisando que “Javier Milei, un libertario de extrema derecha, obtuvo peores resultados de lo que pronosticaban las encuestas y se enfrentará a Sergio Massa el mes que viene”. Este martes, en tanto, encabezaba la columna de opinión “5 conclusiones de las elecciones en Argentina” con la siguiente bajada: “Javier Milei, un economista libertario a menudo comparado con Donald Trump, se enfrentará a Sergio Massa en una segunda vuelta el próximo mes.” Considerando el alineamiento prodemócrata del tradicional matutino, está claro a quién apoya el Departamento de Estado.

En cambio, el Washington Post (ligado al Pentágono) publicó el día 24 una columna de Samantha Schmidt titulada “Para presidente Argentina debe elegir entre la ira y el miedo”. Ya el domingo 22 la misma periodista titulaba “¿Está Argentina a punto de elegir a un presidente outsider admirador de Trump?”

Mientras que el lunes 23 los medios rusos se limitaron a informar sobre el resultado electoral, este martes la agencia estatal Tass reseñó la conferencia de prensa del candidato oficialista con los corresponsales extranjeros del modo siguiente: “El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, prometió invitar a representantes de distintas fuerzas políticas a formar parte de su Gobierno si gana. Y añadió que “Massa afirmó que las reformas que necesita Argentina ‘trascienden una fuerza política’, por lo que también buscará apoyos entre empresarios y trabajadores”.

En tanto, la Agencia estatal china Xinhua fue neutral, aunque dio la noticia en su portada: “Argentina, la tercera economía de América Latina, tendrá en noviembre próximo una segunda vuelta electoral entre el ministro de Economía, Sergio Massa, candidato del oficialista Unión por la Patria, y el diputado liberal Javier Milei, del frente opositor La Libertad Avanza“. También el periódico económico China Daily informó equidistante, pero en una posición menor. Los demás medios chinos directamente no dieron cuenta de la elección argentina.

Todo lo contrario sucedió en Brasil, donde el proceso electoral argentino se vive como propio. El matutino carioca O Globo, por ejemplo, informó este martes sobre el seguimiento de la elección argentina en las redes sociales de su país: “Del ‘acobardamiento’ de Bolsonaro a la ‘injerencia’ de Lula: así movilizaron las redes brasileñas las elecciones en Argentina”. Por su parte, Folha de São Paulo compartió el lunes “’los peronistas somos como los gatos. Parece que nos estamos peleando, pero en realidad nos estamos reproduciendo’. La frase atribuida al propio general Juan D. Perón (1895[1893]-1974) vuelve a ganar actualidad. El candidato peronista Sergio Massa obtuvo una votación sorprendente este domingo (22) y pasa al segundo turno contra Javier Milei.” Entre tanto, O Estadão (la edición online de O Estado de São Paulo) tituló “Milei x Massa: el llamado al cambio y la aproximación al centro pueden definir el 2º turno en Argentina” y presenta un artículo conexo con “Sepa quién es Sergio Massa, el heredero del desastre peronista que busca la presidencia de Argentina”.

Tras haber informado neutralmente el lunes sobre el resultado de la compulsa electoral, el vespertino milanés Corriere della Sera publicó este martes una entrevista al embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín, a quien cita en el título diciendo que “Con Milei la democracia está en riesgo. En Argentina un gobierno de unidad”. La misma tesitura adoptó este martes el romano Il Messaggero: ”Elecciones en Argentina, a segunda vuelta: el peronista Massa frena la carrera de Milei”. El artículo comienza con una definición: “también en Argentina se ha roto oficialmente el equilibrio entre los partidos tradicionales. A la izquierda, en el frente progresista, ha resistido el peronismo-kirchnerismo, que en estas elecciones se ha apoyado en Sergio Massa. En la derecha, en cambio, se ha impuesto Javier Milei, ‘el Trump argentino’ o más comúnmente ‘el loco’, rebajado respecto a su éxito en las primarias de agosto.”

En España, por su parte, El País dedicó este martes varios artículos y un editorial a la elección argentina. Además de analizar la composición del voto, la elección en la ciudad de Buenos Aires y el difícil manejo del futuro Congreso, el editorial se titula “Freno al mesianismo” y en la bajada desarrolla “Argentina tendrá que elegir en segunda vuelta si pone coto definitivo a las propuestas del ultraderechista Javier Milei“.

En tanto, El Mundo, señaló el lunes que “el peronismo da la gran sorpresa: gana las elecciones y se jugará la presidencia en una segunda vuelta con Milei. Massa hizo una muy buena campaña, instalándose como hombre de Estado, previsible y empático, en claro contraste con Milei”.

Los principales medios de Gran Bretaña, a su vez, presentaron la información sobre Argentina siguiendo su alineamiento en la política interna. Por un lado, The Guardian tituló este martes “Cómo Argentina pinchó el auge del populismo de extrema derecha en Sudamérica”. Por el contrario, el conservador The Times, tituló el lunes 23 un artículo de Stephen Gibbs poniendo “Elecciones en Argentina: las acciones caen tras la sorprendente subida de Sergio Massa”. Y en la bajada informó que “La bolsa y los bonos argentinos se desplomaron después de que el ministro de Economía emergiera como sorpresivo favorito en las elecciones”.

En el mismo sentido el igualmente conservador The Telegraph tituló “Argentina se encamina a segunda vuelta presidencial tras sorprendente resultado electoral”. Este medio retrató a Massa como el candidato peronista de la clase trabajadora, que enfrentó críticas por su gestión económica, marcada por niveles históricos de inflación y destacó que, a pesar de esto, para ganarse a los votantes, implementó una serie de medidas previas a las elecciones.

Marcando el tono del mundo financiero británico la agencia Reuters puso el lunes que “la coalición peronista gobernante en Argentina rompió las expectativas para liderar las elecciones generales del país el domingo, preparando el escenario para una polarizada segunda vuelta el próximo mes”. Y añadió “El resultado alivia las preocupaciones sobre un cambio radical de las políticas en caso de una victoria decisiva de Milei, (…) pero sigue dejando al país con pocas respuestas a su peor crisis económica en dos décadas.” Y el martes una columna de Rodrigo Campos y Jorgelina Do Rosario seguía batiendo sobre el mismo parche: “El choque de modelos económicos en Argentina hace temer a los inversores”. De la sorpresa la agencia británica de información financiera pasó rápidamente a ejercer presión sobre el candidato con más chances.

Entre tanto, comienzan los pronunciamientos entre los líderes políticos de América Latina. El primero en hacerlo fue el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien ha felicitado a Argentina por derrotar a la “barbarie” en las elecciones. “Es la hora de la esperanza. Se elige entre la barbarie y la esperanza. Felicitaciones al pueblo argentino”, escribió el mandatario en sus redes sociales.

También su colega mexicano, Andrés Manuel López Obrador, apareció el lunes a las 6 hs. para su conferencia de prensa “mañanera”, mostrando a todo el mundo su sonrisa de oreja a oreja: “Pos sí, estoy feliz con el resultado electoral en Argentina”, proclamó en puro mexicano.

El gobierno venezolano, por su parte, no se ha manifestado. Según fuentes confiables, el gobierno de Nicolás Maduro desconfía de Sergio Massa por la condena de éste a la “dictadura” que regiría en Caracas. Habrá que esperar a los hechos, especialmente a los jugosos negocios pendientes entre ambos países, para calificar mejor la relación.

Si bien Itamaraty guarda distancia, el presidente brasileño Lula ha tomado partido desde el inicio. Él fue quien metió a Argentina en BRICS, es quien abogó ante la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), Dilma Rousseff, por la incorporación de nuestro país al organismo financiero de BRICS11 y quien nos necesita como aliados privilegiados para la proyección mundial de su país. Lula entiende cómo es el juego del poder mundial y sabe dónde estamos ubicados geográficamente. Por eso no toma posición con visiones ideológicas, sino geopolíticas. Aparece como oscilante entre las grandes potencias, pero defiende a Brasil y nos quiere a su lado.

También el progresista Grupo de Puebla, compuesto por presidentes, expresidentes y otros referentes políticos de 19 países latinoamericanos, España, Italia y Portugal, ha manifestado su satisfacción con los resultados de este domingo: “¡Avanza el progresismo en Argentina! Sergio Massa pasa a la segunda vuelta en primer lugar”, anunció el organismo en su página tras la votación.

Mientras que los medios norteamericanos engloban nuestro proceso electoral en el contexto de su propia pelea entre los globalistas en el gobierno y los aislacionistas en torno a Donald Trump, los europeos prefieren asimilar al peronismo con el progresismo y a Milei con la ultraderecha. La prensa rusa, en tanto, se interesa ya por los planes de Sergio Massa para el futuro, en cuanto sus colegas chinos se mantienen estrictamente neutrales. Sólo el establishment financiero británico ejerce ya una explícita presión sobre el candidato peronista.

En los análisis de los medios occidentales sobre el resultado de la primera vuelta de nuestras elecciones presidenciales prima una óptica ideologizante, que asimila nuestra contienda a las de ellos. Sólo el establishment británico puso el punto en la “i”, anticipando la pelea que deberá librar Sergio Massa, si en noviembre es electo presidente. El poder financiero especulativo concentrado internacional no hará concesiones.

El triunfo de Massa Rossi con un margen importante de votos dejó fuera del juego electoral a la expresión electoral preferida del actor más fuerte del continente. El candidato libertario, por su lado, sólo puede ser opción para el sector del poder financiero más ligado a la City de Londres. El resto del poder occidental buscará entenderse con Sergio Massa, pero el cariz ideológico de la visión que Europa y EE.UU. tienen de Argentina les impide apreciar realistamente nuestra historia, valorar las tradiciones políticas que ahora han vuelto a movilizarse y entender el sentimiento patriótico y antiimperialista de la mayoría de nuestro pueblo. Si siguen viéndonos como “populistas”, los malentendidos estarán a la orden del día. Por el contrario, sus principales contendientes euroasiáticos desarrollan estrategias de poder económico y político en las que cumplimos un papel relevante, nos gusten o no.

La performance electoral de Unión por la Patria está poniendo a nuestro país nuevamente en una posición expectante en la política mundial, pero el juego está abierto y no hay espacio para errores. Cualquier alineamiento por simpatías ideológicas conducirá a alineamientos forzados que sólo pueden dañarnos. Nada más que la defensa del interés nacional puede salvarnos.

*Analista internacional

El trascendental FORO DE LA FRANJA Y LA RUTA DE LA SEDA reunido en Pekín, es el tema central de la columna del Club de La Pluma del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, por ser el más positivo acontecimiento de progreso global ocurrido en estos tiempos, en medio de uno de los más escalofriantes capítulos del histórico genocidio del pueblo palestino a manos de Israel y sus socios, EEUU y Europa. Una cumbre muy productiva en decisiones y descaradamente ignorada por la prensa, a pesar de reunir a más de 140 países y que fijó su posicionamiento geopolítico fundamental con la premisa de que ni la confrontación ideológica, ni la rivalidad geopolítica, ni la política de bloques serán opciones en el nuevo mundo que alumbra el Sur Global. Todo lo contrario a la fracasada, destructiva y moribunda Globalización Neoliberal del mundo anglosajón.

Entre sus importantes decisiones, se acordó ampliar la conectividad multidimensional entre los miembros. Potenciar que la economía sea cada vez más abierta. Asegurar el compromiso de una cooperación entre los estados que integran la ruta. Promover el desarrollo económico de TODOS los países miembros. Impulsar el desarrollo y el intercambio científico y tecnológico, incluido el intercambio de personas. Reforzar las infraestructuras de comunicaciones. Establecer nuevas normas y reglas sobre las energías limpias y la inteligencia artificial. Profundizar el desarrollo de la biofarmacia. Crear nuevos métodos financieros internacionales. Incentivar una agricultura modera y respetuosa con la naturaleza. Profundizar el transporte ferroviario eficiente y ecológicamente factible. Etc.

Por su parte, el presidente Putin hizo hincapié en la nueva ruta marítima del Océano Ártico, de vital importancia estratégica. Además se supo que Argentina recibió de China un refuerzo de tesorería de 6,500 millones de dólares para superar las urgencias por su crisis financiera.

Y en cuanto al conflicto palestino israelí que, hoy por hoy, es un escollo a la Ruta de la Seda, quedó claro el empeño de los gobiernos ruso y chino para apaciguar la región y establecer un nuevo estatus de vida entre el pueblo palestino y el Estado de Israel.

Además y durante el audio, Pereyra Mele analizó temas como:

  • Las elecciones en Argentina, donde están en juego el futuro de sus próximos 50 años.
  • La salvaje represión y el genocidio planificado en Palestina por parte del estado militarizado y nuclear de Israel.
  • EEUU, siendo un actor global principal, es también “un tuerto que ve por un solo ojo”.
  • Los fracasos diplomáticos de EEUU y la soledad de Israel en la región.
  • El silencio mediático sobe el fracaso en Ucrania de los misiles “Himars” de la OTAN y las ofensivas rusas en todo el frente.

Eduardo Bonugli (Madrid, 22/10/23)

Entrevista que se me realizó hoy, por la RadioCom Pelotas, Rio Grande do Sul, Brasil (La Ciudad Universitaria del Sur de Brasil), FM 104,5 para el Programa Contrapunto sobre las elecciones presidenciales Argentinas -Primera Vuelta- que conduce el Periodista Regis Oliveira y la Periodista Clarissa Henning junto al colaborador del Programa Andre Carvalho analizando el resultado de las elecciones general para Presidente de la República Argentina que ganó ampliamente el Candidato de Unión por la Patria: Sergio Tomas Massa, pero igualmente habrá segunda vuelta el próximo 19 de Noviembre para definir el Cargo de Presidente de la Nación. Y que tambien se transmite por los Canales de Youtube, Facebook, Instagram e Twitter

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico

 

Invitado por el Periodista VGM Anibal E. Esposito, con locución de Martin Aguila y la Producción de la Prof. Marisa Fontana de  «Mision Malvinas» -Programa Histórico Cultural con eje principal en Malvinas y todo sentir Nacional- que se transmite por la FM 93,5 de la Universidad Nacional Tecnológica UTN de la Filial de la Provincia de Tierra del Fuego Ciudad de Grande Argentina, analizamos el actual contexto Geopolítico en que se encuentra la República Argentina ante la Guerra Híbrida Global que se desarrolla también en nuestro territorio y Cono Sur Suramericano. La entrevista se puede visualizar desde el minuto 79 del Programa que se transmitió en directo el pasado 18 de Octubre del 2023

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico 

«Aldeanismo» endémico y crisis dirigencial

por Gabriel Merino para el Avion Negroque autoriza su autor publicarlo en Dossier Geopolitico

En un mundo en plena transición histórica-espacial, con acelerados cambios estructurales y en guerra, resulta sintomático que la política exterior no haya estado en el debate presidencial como tema a tratar por los candidatos. Ni siquiera como subtema, más allá de que sí lo hayan abordado puntualmente algunos de ellos. Tampoco es una cuestión que aparezca con demasiada profundidad en el debate político mediático y dirigencial, como si fuera una cuestión secundaria en el tensionado escenario local. O peor, aparece más bien como propaganda con el objetivo de alinear al país bajo una política exterior ajena, desligada de nuestros interese, necesidades y problemas.

Resultó llamativo la ausencia del tema en el debate cuando el candidato con mayor caudal de votos en las PASO (en una elección de tercios), realizó propuestas tan dramáticas sobre la cuestión como pelearnos con nuestros dos mayores socios comerciales, Brasil y China, salir de nuestro principal y vital bloque comercial, el MERCOSUR, pero a la vez profundizar nuestro perfil primario exportador, lo cual sólo tendría cierta viabilidad si profundizamos nuestra relación con China y Asia Pacífico como abastecedores de materias primas para el centro económico-industrial emergente.

Tanto Javier Milei, como la otra candidata que quedó dentro del podio (aunque deshilachándose debido, entre otras cuestiones, a su irremediable incapacidad), proponen un alineamiento aún mayor con Estados Unidos, en una suerte de trágico retorno a las “relaciones carnales” de características paracoloniales, como las que se experimentaron en los años noventa con resultados muy negativos para el país. Siendo más ‘papistas que el papa’, dicen que no ingresarán a los BRICS+ en enero de 2024, con la importancia que tiene para el país pertenecer a ese espacio plural y heterogéneo de poderes emergentes, lo cual ni siquiera está vetado por Washington, que comprende a regañadientes las nuevas realidades materiales.

Gran parte de la élite dirigencial ya ni siquiera defiende una ‘dependencia negociada’, bajo un proyecto local con cierto margen de maniobra que no cuestiona la total subordinación hemisférica.

Luego mira sorprendida cuando aparecen los personajes que hacen de esa posición su bandera y mira estupefacta como su propia creación es a la vez su guillotina. Pero el problema que tienen ambas expresiones es que Argentina no encaja en ese plan y, además, estamos en un proceso histórico que va a contramano del mismo.

En el escenario actual –ya no son los noventas, no vivimos el auge de la globalización neoliberal, el Consenso de Washington y del mundo unipolar– los resultados de esa política no serían meramente negativos sino catastróficos. En primer lugar, implicaría una renuncia total a nuestros intereses nacionales en plena tempestad geopolítica en temas sensibles como Malvinas, el Atlántico Sur y la Antártida, la administración soberana de nuestros recursos naturales, la autonomía para establecer relaciones comerciales y económicas con otras potencias de acuerdo a nuestros intereses, o la necesaria integración sudamericana en un momento de regionalización mundial donde resulta clave establecer un bloque propio, entre otras cuestiones.

En segundo lugar, esta opción agudizaría un problema fundamental del país desde 1945, cuando se establece la hegemonía anglo-estadounidense: Estados Unidos compite en los productos que producimos, y ve en el desarrollo de un centro propio al sur del continente una amenaza hemisférica.

Si en plena fase expansiva entre 1945-1970 desde Washington impulsaban, al menos, un desarrollismo dependiente comandado por sus multinacionales –lo cual generaba ciertos incentivos a la reproducción del desarrollo del subdesarrollo para distintos grupos sociales– el viraje neoliberal de los años setenta y ochenta, bajo el comando de las redes financieras globales, terminó definitivamente con esa opción de desarrollo periférico asociado. Hoy el escenario es aún peor, con una suerte de neoliberalismo periférico en descomposición, bajo una exacerbada lógica financiera parasitaria, y cuyos efectos a nivel local ya se experimentaron dramáticamente entre 2015 y 2019: hiperendeudamiento, desindustrialización, pérdida de capacidades científicas y tecnológicas, etc.

Sin embargo, estas cuestiones parecieran no estar en debate a nivel profundo en gran parte de la dirigencia y de la sociedad, pareciera pensarse al país como una isla o una suerte de burbuja.

Por eso nos cuesta identificar bien qué nos pasa, lo que dificulta trazar estrategias en función de la situación coyuntural y estructural sobre la que partimos. Por ejemplo, se dice que hace diez años que no crecemos, pero no observamos que América Latina es el lugar de menos crecimiento del mundo desde 2014, incluso peor que la Eurozona ¿Por qué esto es así? ¿Cuáles son los factores geopolíticos, económicos y sociales? ¿Qué pasa en el mundo y en esta parte del mundo, en función de su articulación y posición en el sistema mundial, y en relación a la puja entre fuerzas políticas y sociales, a partir de 2013-2014?

Podríamos decir que el problema del ‘aldeanismo’ o ‘provincialismo’ es endémico en nuestra región y ya ha sido señalado muchísimas veces.

Esta mirada corta, carente de perspectiva y de una mirada sobre la totalidad en que nos inscribimos, es un producto directo de nuestra posición periférica e insular, y también de la subordinación geopolítica que hace que otros piensen por nosotros el mundo y cómo debemos actuar en él. Este hecho está en estrecha relación a la todavía dominante creencia de raíz colonial sobre nuestra condición de “Occidentales”, que el propio Occidente geopolítico y sus principales intelectuales se cansan de desmentir –en el ‘mejor de los casos’ somos el extremo occidente, en tanto colonia fundacional para la expansión de las potencias atlánticas. También se debe a la debilidad en los países dependientes de una mirada nacional, como indicaba Arturo Jauretche, que más allá de las orientaciones partidarias, obliga a tener una política y visión propia sobre el escenario mundial y sobre nuestra estrategia en el mismo.

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea (…), sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima…”, afirmaba el cubano José Martí en su célebre texto Nuestra América de 1891,

Tratando de sacudir la mirada aldeana o provinciana de su país y de la región, que era un obstáculo fundamental para entender el escenario geopolítico que tensionaba a la isla caribeña hace 140 años entre el declive terminal del imperio colonial español y el ascenso del imperialismo estadounidense. Allí Martí insiste sobre la necesidad no sólo de relacionar los problemas locales con los acontecimientos mundiales, sino también comprender la situación política de Nuestra América, el accionar de los imperios y la necesidad de la unidad regional: “¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!”. Luego exhorta a que “Lo que quede de aldea en América ha de despertar”.

Sin embargo, a casi un siglo y medio después, el aldeanismo o provincianismo sigue predominando en buena parte de la sociedad, la dirigencia política, las élites intelectuales y las oligarquías vernáculas. Incluso en parte de las ciencias sociales, donde se insiste en un nacionalismo metodológico que nos condena al terreno de la ideología, ya que se busca explicar con elementos y causalidades locales, acontecimientos que tienen determinaciones centrales en la escala mundial y regional. No podemos ‘escapar’ al hecho de que vivimos en un sistema mundial, y la región tiene una inserción y posición determinada; punto de partida fundamental para comprender nuestro ‘lugar en la palmera’.

Suele repetirse la frase de Perón de que “La verdadera política es la política internacional”, pero como sucede con tantas otras frases y contenidos, la mayoría de las veces se dice en términos retóricos, para la tribuna. La afirmación de Perón, que tiene su desarrollo en el libro la Hora de los Pueblos, apunta a una cuestión fundamental de nuestro presente, que se nos impone como condición histórica y espacial: la profunda interdependencia del sistema mundial capitalista y al empequeñecimiento del planeta por la destrucción del espacio y del tiempo a través de la tecnología. En función de esta realidad, “la política interna ha sufrido también sus consecuencias, pasando a ser una cosa casi provinciana para ser reemplazada por la política internacional que juega dentro o fuera de los países en la forma más desaprensiva”.

Este pensamiento, está en relación con lo que observó Mackinder al inicio del siglo XX, cuando se inicia la era “postcolombina”, según su definición: el mundo devino en un sistema político cerrado, en donde la lucha central ya no es la por la expansión territorial sino por la eficiencia relativa. A partir de allí, el control formal del territorio pierde peso, poniendo en crisis los imperios coloniales formales, que era la forma dominante del imperialismo desde el siglo XVI (la época Colombina), aunque aun hoy quedan importantes resabios de ese viejo imperialismo como en las Islas Malvinas. En esta configuración estructural, las fuerzas político-sociales y sus territorialidades atraviesan el sistema político cerrado, mediadas por los Estados, disputando el conjunto de los territorios. Más aun aquellos (la gran mayoría) que no poseen suficiente autonomía relativa. La ‘supremacía’ (desde el punto de vista de los imperialismos) o la soberanía (desde el punto de vista de los pueblos) está en relación a la acumulación de poder relativo y a la eficiencia relativa en diferentes dimensiones y en una escala necesaria (continental desde 1945). La situación de un país o territorio particular depende de su posición en la jerarquía del sistema interestatal, en la división mundial del trabajo y en la geocultura del sistema.

No somos una excepcionalidad del sistema, aunque nos guste pensarnos así, quizás como un efecto de nuestra insularidad y como elemento típico del pensamiento ‘provinciano’. Argentina es un país semiperiférico y un poder medio-regional de segundo orden, es decir, ocupa un lugar intermedio en el sistema mundial. Desde los años setenta, nos adentramos en un proceso de periferialización (con importantes consecuencias económicas y sociales), que comienza a ser resistido contradictoriamente a partir de 2001, como expresión local de un punto de bifurcación regional (un Cambio de Época) y mundial –crisis de la burbuja de las “punto com” con epicentro en Estados Unidos, establecimiento de la Organización para la Cooperación de Shangái en Eurasia impulsada por China y Rusia, invasión de Afganistán e inicio de la Guerra Global contra el Terrorismo por parte del polo angloestadounidense y aliados, etc.

Esa tendencia hacia la periferialización relativa de Argentina, que contrasta con el ascenso de Asia Pacífico, es un fenómeno regional desde mediados de los años setenta, producto de transformaciones estructurales del capitalismo mundial y de resultados de procesos y luchas políticas regionales (este el contenido sustancial de los golpes y dictaduras), aunque con impactos heterogéneos debido al punto de partida relativo de cada país y a los procesos particulares de cada territorio.

No es casualidad que en el interregno 2001-2003, como también hoy, bajo otras formas, aparezca en el escenario político la discusión entre dolarización y pesificación, articulada con la contradicción entre integración hemisférica subordinada (ALCA u otras formas de ‘regionalismo abierto’) o el reimpulso del regionalismo autónomo (MERCOSUR, UNASUR, etc.), y con el debate entre profundizar el proyecto financiero neoliberal o avanzar en proyectos nacionales y regionales de desarrollo, bajo distintas perspectivas y horizontes.

Debatir la ‘política exterior’ en un sistema político cerrado, cuando la instancia nacional devino “provinciana” es, en realidad, debatir el proyecto de país en su sentido más profundo. Significa definir las mejores estrategias de inserción en el sistema mundial, en plena transición histórica-espacial, de acuerdo a las necesidades e intereses de nuestros pueblos. Significa entender dónde estamos ubicados realmente y articular a partir de allí la cuestión nacional y social para darle proyección política y elaboración estratégica. Significa, también, no confundir entre debatir el escenario mundial y la política exterior, con discutir y posicionarse en función de la propaganda emanada de los centros tradicionales del poder mundial, con el fin de alinearnos en su “nueva guerra fría” o, en nuestras palabras, en la guerra mundial híbrida y fragmentada.

Gabriel Merino

Gabriel Merino

Sociólogo y doctor en Ciencias Sociales. Investigador Adjunto CONICET – Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales, UNLP. Profesor en UNLP y Universidad Nacional de Mar del Plata. Miembro del Instituto de Relaciones Internacionales y Co-coordinador de «China y el mapa del poder mundial», CLACSO.

FUENTE EL AVION NEGRO: https://avionnegro.com.ar/contextos/la-politica-exterior-fuera-del-debate/

Organizada por la cátedra Pensamiento Estratégico Militar Contemporáneo de la Universidad de la Defensa Nacional,-UNDEF-,disertó hoy miércoles nuestro colega de Dossier Geopolitico Dr. Miguel Angel Barrios sobre LA INCORPORACIÓN DE LA ARGENTINA A LOS BRICS.

A lo largo de su exposición el Dr. Barrios explicó la importancia central para Argentina y el sistema regional de esta invitación a ingresar al exclusivo Club de los BRICS de pleno derecho para consolidar un mundo Multipolar y desde el Sur Global y de la Patria Grande transmitido en directo por el Canal de You Tube de la UNDEF 

Carlos Pereyra Mele 

Director de Dossier Geopolitico

11/10/2023

Trascripción de la entrevista a Carlos Pereyra Mele por el periodista Julio Vega Guzmán, del programa “El loco de la azotea” de Radio del Plata de Tucumán, en la que profundizó en los urgentes desafíos internacionales de Argentina y durante la cual envió una pregunta trascendental a la juventud, además de abordar importantes temas de actualidad, como:

  • Cambio climático y el ecologismo fundamentalista.
  • Los desafíos geopolíticos de Argentina.
  • El deterioro de la potencialidad regional.
  • Los conflictos con los países vecinos.
  • Un modelo de Unidad Nacional para las relaciones internacionales.
  • El gran juego internacional y el posicionamiento de Argentina.
  • La decisión histórica de enfrentarse a la Deuda Externa. 
  • Las graves falencias de soberanía.
  • La irresponsable falta de control sobre las exportaciones.
  • El ejemplo de Níger.
  • La gran pregunta a los jóvenes.

“En primer lugar y -por razones de actualidad-, voy a dedicar un breve párrafo al Cambio Climático, ya que como todo tema global, en general no se asume debidamente y cuando se asume, se hace de forma parcial y erróneamente. Es lo que ocurre con este tema y especialmente cuando encima se acusa y se carga al Sur Global con la responsabilidad de ese cambio climático, cuando todos sabemos que los principales causantes del problema son cinco o seis naciones en el mundo, que no han hecho ni hacen absolutamente nada, salvo hermosos y cínicos discursos. Y además, pretenden que ahora nosotros no nos desarrollemos en aras de un ecologismo fundamentalista, que por supuesto, a los únicos que beneficia son a los que hasta ahora han logrado sus más pingues ganancias con el actual modelo de globalización, tan pernicioso para la Naturaleza. 

En cuanto a la geopolítica, la situación de la Argentina, más allá de su tremenda conflictividad interna y a su compleja problemática, más allá de su retroceso como potencia regional, de su falta de crecimiento y creación de trabajo, etc., etc., tiene en adelante una serie de desafíos muy fuertes y preocupantes mientras que lamentablemente la poblaciónno tiene un concepto –ni claro ni general- de los riesgos que corre Argentina como estado y como república. 

AUDIO:

https://www.ivoox.com/player_ej_117234694_6_1.html?c1=1d5077

Unos riesgos que pueden llegar a ser muy, pero muy graves. Y el creerse que porque estamos alejados de las áreas donde los conflictos son calientes, nos podemos librar de sus consecuencias, es un muy grave error. Porque, cuando hay una guerra, un conflicto o una rebelión, todo repercute como una crisis absoluta y global y nos afecta en primer lugar a nosotros y a nuestro vecindario.

En tal sentido, la situación, en los últimos meses y años, y ante el deterioro de la “potencia regional” de Argentina, ha hecho que vayamos perdiendo también influencia en los países vecinos y en general, ello ha llevado a que cada país intente buscar su propia salida con medidas unilaterales para facilitar un “mejoramiento de su situación nacional y regional” 

Bueno…, todo esto es una falacia, porque hoy en día, a lo que tiende el mundo es a las gigantescas concentraciones industriales o tecnológicas o de materias primas, como lo es -por ejemplo- el cartel del petróleo que es una concentración en manos de muy pocos países que controlan la producción e imponen los precios. Y cuando los precios bajan, sus socios deciden bajar la producción de millones de barriles diarios y entonces ese precio se incrementa. Por supuesto que ello repercute en nuestro país.

Como repercute también que no tengamos el control del precio de los granos que producimos, ya que eso se hace en otro lugar del mundo, precisamente en la bolsa de Chicago, en Estados Unidos, quién es el que impone los precios globales. Entonces, las herramientas que nos van quedando son cada vez menores.

Y además, todo se complica si le sumamos a este especie de caos general que vive la República, los conflictos “cuasi políticos” con nuestros países vecinos, como por ejemplo lo de la navegación en el río Paraná, que ha causado un enfrentamiento concreto con la República del Paraguay, además de politiquerías baratas y populistas, como la de ese jovencito que quiere declararle la guerra a la Argentina, y otras cosas por el estilo.

También está lo de la República del Uruguay, que se beneficia de que la Argentina carezca de un canal propio de salida en el Río de la Plata, lo que obliga a que nuestras exportaciones tengan que pasar por la margen oriental, que le corresponde a Uruguay por el tratado el Río de la Plata. Entonces nos cobran peaje, nos cobran aduana, nos cobran gastos, etc., etc. Y todo eso va causando problemas. Y cuando se quiere pactar una solución, saltan nuevamente los viejos problemas históricos y otros desencuentros enquistados en el tiempo. También vemos los roces con Chile por sus pretensiones en el Atlántico Sur. O sea, se han implementado una serie de tensiones y factores que hacen parecer que en este año 23 “Argentina esté cercada” de enfrentamientos con sus vecinos.

Sin embargo, todo esto se solucionaría con una política exterior concreta y muy clara, con objetivos perfectamente unidos al interés nacional y por supuesto, con un modelo de Unidad Nacional para las relaciones internacionales.

Tampoco puede ser que semejante estrategia quede en manos de un solo partido. Por el contrario, tienen que definirse unos objetivos claros entre todos lo que tienen representación en el Parlamento, mediante acuerdos por encima de los partidos, que marquen nuestra línea roja en la defensa del país, tal cuál lo hacen las potencias, donde nadie puede cruzar esta línea roja, porque cruzarla significa una agresión a la patria. Por lo tanto es imprescindible que Argentina plantee y defina sus líneas rojas.

Y luego está el gran juego internacional, en el que las luchas entre el bloque del Sur global encabezado por China y seguida por los BRICS, se enfrenta con el bloque de las potencias del Norte Global u Occidente, que forman el G7. Y ese es el juego o lucha que baja a nuestro territorio, que también se transforma en un campo de batalla en medio de una desinformación e ignorancia preocupante. Porque ese juego está definiendo las inversiones en la región, de quienes la hacen y para qué. Define además el desarrollo tecnológico, o no. Define las formas culturales por la utilización de los medios de comunicación. Etc.  

Pero con este clima de desinformación, se profundiza el enfrentamiento interno entre un bando y el otro, lo que lleva a un mayor caos y a una mayor confusión en la población, que no entiende nada mientras todo se reduce a mensajes a través de eslóganes, cuando todos sabemos que la política no son eslóganes, que  la política es una forma mediante la cual se trata de cambiar las situaciones problemáticas que se está viviendo y eso no se puede hacer usando una motosierra, o cosas por el estilo. Todo lo contrario, se deben hacer planes concretos, con proyectos factibles, asegurando quiénes los van a financiar y con qué recursos se van a pagar. Todo lo demás es un “hermoso discursito” de un grupo de gente que cree que en la Argentina somos habitantes pero que no somos ciudadanos.

El asunto es que si los ciudadanos somos capaces de involucramos, si tomamos el toro por las astas y si empezamos a discutir las cosas serias en lugar de tonteras. Esas tonteras que luego nos harán llorar sobre la leche derramada. Y esto significa que existe otra historia. La verdadera historia. La única que interesa discutir. 

Por eso yo me pregunto: ¿Cuándo va a dar a luz  el posicionamiento definitivo de la Argentina en el mundo para los próximos 20, 30, 40, 50 años? Porque es eso lo que está en juego, como asunto crucial en todo el globo terráqueo. Y es algo que no puede esperar al próximo gobierno, ni de acá 8 años. ¡No, no, no, no! 

Es un partido se está jugando en este momento y es por el campeonato mundial para definir cómo va a ser el modelo global de aquí al futuro.

Y no tomar las decisiones y no adoptar las medidas correctas ahora mismo para llegar con un equipo perfecto y hacer la mejor performance posible -que nos ubique en el bloque de de los ganadores- nos condenará a presentarnos con un equipo de improvisados y que, como todos sabemos, siempre son arrasados por los equipos profesionales.

Entonces, es allí donde está la mayor falla de nuestra querida República Argentina. Por lo que es necesario y urgente que su población “de ciudadanos y no solo de habitantes” se interese a fondo de los temas fundamentales y básicos el país, como lo es la forma de insertarse en este nuevo mundo en gestación, con quiénes vamos a trabajar y cómo vamos negociar nuestras cartas de los recursos naturales. O por el contrario, si seguiremos como hasta ahora, solamente atados con los mismos que nos han aplicado endeudamientos sin límites, sin solución de continuidad y sin ninguna posibilidad para salir de esa trampa en la que fuimos introducidos como prisioneros del típico usurero, que te presta plata, pero que nunca te permite devolverla, para que sigamos siendo sus eternos deudores.

Es por ello que la Argentina tiene que salir de ese círculo vicioso y sumarse a las nuevas realidades. Y nuestro país, mientras no torne la decisión histórica de enfrentar y resolver su principal problema que es el de la deuda externa, no tendremos ni libertar ni posibilidad de decidir nuestro futuro geopolítico por las pretensiones de las potencias del Norte Global, que son las que operan en nuestra región y que nos cierran el camino al futuro.

En ese sentido, tenemos que asumir la realidad de nuestras graves falencias en comparación con las potencias de verdad. 

Por ejemplo, las islas Malvinas no están ocupadas por los chinos, ni por los rusos, ni por  la India, ni por Irán. Están ocupadas por el Reino Unido y con ello traigo a colación el escándalo del radar de seguimiento satelital que los ingleses nos introdujeron en la provincia de Tierra del Fuego -con alguna complicidad estatal- y que gracias a denuncias de numerosos pobladores, el Ministerio de Defensa logró desactivarlo. Entonces me hago esta pregunta: ¿Cuántos minutos duraría un funcionario inglés que autorizase colocar un radar satelital argentino en cualquier población británica, para pasar información a sus enemigos rusos o chinos?

Y este es solo un ejemplo de una larga lista de hechos perjudiciales que socavan al Estado y que lo hace parecer a un queso Gruyer lleno de agujeros negros.

Estos son los asuntos serios y profundos que tiene que tratar la ciudadanía, en lugar de las tonteras que se escuchan por ahí en estos tiempos electorales.

Por lo tanto es urgente y necesario que la gente entienda y asuma que nadie, por más bueno y por más honesto que sea, por más exacto en hacer las cuentas y por más perfectas que sean sus políticas, puede sacar adelante a un país que tiene que pagar más de lo que le entra. Es un razonamiento tan obvio y fácil que, quizás por eso, se le pasa por alto a casi todo el mundo. 

Otro aspecto fundamental es la falta de control de las riquezas que salen del país. Es decir, ha llegado la horra de preguntarse en serio: ¿Cuánto se están llevando de Argentina en cada exportación, a qué precio de coste y con qué condiciones de pago?

Y este vacío viene de la época de Menem, cuando se disolvieron los Ministerios Minería y se redujeron al mínimo los controles de cada provincia sobre su suelo, como también disminuyeron las herramientas de actuación junto a nuevas legislaciones laxas y permisivas, propias de un estado fofo y hueco. 

Entonces me pregunto otra vez: ¿Cuánto oro de la Argentina está saliendo hoy sin control del Estado Nacional y cuántos minerales estratégicos se van libremente del país? Todo ello gracias a este caótico sistema que permite, a las gigantescas multinacionales que explotan la Cordillera, justificar unas expediciones millonarias de materias primas con una simple declaración jurada, sin ninguna otra revisión o inspección.

Y estamos hablando de miles de millones de dólares que se nos escapan día tras día. No estamos hablando de “los planeros” y todo el ruido que se arma alrededor de ellos. Estamos hablando que si se controlara la salida del oro, Argentina recaudaría una cantidad de dinero que dejaría en nada la polémica de esos subsidios.

Y en medio de este análisis, traigo a colación lo ocurrido en Níger tras el golpe militar que derrocó al gobierno títere pro europeo que mantenía al país en un profundo atraso y siempre colonizado por Europa, quién nunca le abrió las posibilidades al desarrollo. Resulta que Francia acaparaba el total de la producción de uranio del país africano con lo que sostenía el 80% de su producción eléctrica basada en la energía nuclear. Le pagaba 0,80 euros por kilo de uranio, cuando el propio estado galo pagaba el mismo uranio de Canadá a 200 euros el kilo. ¡¡ UN GIGANTESCO ROBO !! Toda una explotación humana que apenas le permitía al nativo africano poco más que un plato de comida al día. Evidentemente, los militares revolucionarios que han tomado el gobierno, además de expulsar al embajador francés y a las tropas francesas que estaban en Níger, tomaron como  primera medida decirles a los franceses: “…señores, a partir de hoy, ustedes me pagan los 200 euros por kilo o vendemos nuestro uranio al mercado internacional”. Lo que indignó a la Unión Europea, que esgrimió que era una medida propia de una dictadura además de un ataque a los derechos humanos y resto de barbaridades. El clásico  insulto de Occidente a los países que asumen su soberanía y desnudan esa hipocresía imperial que han llevado históricamente a África a una pobreza absoluta. Mientras que hoy mismo, esos países ricos, que presumen de valores,  dejan morir ahogados a cientos de emigrantes en el mar Mediterráneo.

Y hago este parangón con Argentina,  porque hoy mismo, en medio de la campaña electoral, nadie habla del tema de la fuga de materias primas, ni de las reformas legales necesarias para revertir la situación, para ejercer el control y la vigilancia de nuestro patrimonio. Si somos dueños de productos y elementos que son fundamentales para las potencias, es de justicia que éstas cumplan con la obligación y la legalidad de pagar lo que corresponde por lo que se llevan. Es algo que hasta un niño lo entiende.

Por eso este mensaje es también para los jóvenes, que quizá no entienden lo que es soberanía. Que significa entre otras cosas, que un país haga de forma independiente lo más le conviene y que se relacione libremente con quién quiera. Y en medio de esta desinformación general, es necesario explicarle a la juventud, con modelos muy sencillitos, lo que es la política de verdad, lo que es la economía, de cómo se deben hacer las cosas y de cómo proyectar el futuro.

Y que cada joven decida por si mismo. Y SI DECIDEN QUE NO LES IMPORTA QUE OTROS SE ROBEN NUESTRO ORO, si no les importa que no paguen los impuestos ni que se apropien del país, entonces que luego no lloren con que aquí no hay trabajo, que no hay industria, que no hay salud ni educación.

Bueno… todo esto mi querido Julio, forma parte del común y gigantesco drama de la Argentina, que requiere una solución coordinada y combinada. Y para ello, entiendo que los políticos deben ser convocados para discutir públicamente estos temas prioritarios y decidir que hacer. Por ejemplo, con nuestro mar, uno de los más grandes del mundo y con enormes riquezas. Qué hacer con nuestra industria agraria que produce eficientemente pero que puede multiplicar y ampliar su acción. O sea, no solamente mandar al extranjero el poroto de soja, sino elaborar los aceites ya refinados. También debemos reforzar el área tecnológica,  donde tenemos altísimas capacidades y con un nivel cercano a lo mejorcito del mundo. Y por supuesto también en el tema de los satélites, donde Argentina puede aportar lo suyo, como lo demuestra el acuerdo con Turquía y la oportunidad de hacer empresas mixtas para desarrollarse en un ámbito que hasta hace poco solo estaba reservado a las superpotencias.

Y así podría proseguir con otros campos y otros ejemplos, pero lo que se trata es de no quedar rehén de las trampas de siempre.

Reitero finalmente que la Argentina necesita una política internacional clara y concreta, un poder económico político real y una capacidad militar que asegure un sólido sistema defensivo. Ya que  no debemos olvidar aquella máxima histórica de Guillermo I de Alemania sobre que ”Una Nación si Fuerzas Armadas puede ser una hermosa orquesta pero sin instrumentos musicales.”

Trascripción de Eduardo Bonugli

Sergio Pintado de Radio sputni entrevista al Dr. Charles Pennaforte -socio estrategico del equipo de Dossier Geopolitico- en Brasil

Brasil inició la construcción de su primer submarino nuclear, un ambicioso proyecto que proviene del 2008 y podría equiparar al gigante sudamericano con las potencias globales. En diálogo con Sputnik, el analista Charles Pennaforte destacó la «posición estratégica» que el país consigue «en este nuevo escenario geopolítico».

La construcción del primer submarino nuclear brasileño permitirá le permitirá no solo mejorar el patrullaje de sus costas, sino que colocará al país en un lugar de privilegio en el mundo, destacó el experto en geopolítica Charles Pennaforte.

En diálogo con Sputnik, el analista brasileño destacó que la concreción del programa Prosub (Programa de Desarrollo de Submarinos) es «un sueño de la Marina de Brasil», que data del primer periodo de Luiz Inacio Lula da Silva en el poder (2003-2010) y que en su momento fue fruto de «muchas negociaciones» para conseguir los fondos.

A contrarreloj: ¿qué se espera del nuevo intento de Brasil para cerrar el acuerdo con la UE?

En efecto, en 2023 el hoy de nuevo presidente brasileño reactivó el Prosub, proyecto que había sido firmado en 2008 junto al Gobierno de Francia para cooperar en materia de armamento militar.

El plan, que según medios brasileños recibió este 2023 una inversión de 35.000 millones de reales (unos 6.700 millones de dólares), consiste en la fabricación de cuatro submarinos convencionales con propulsión diésel y eléctricos simultáneamente, y el primer submarino armado convencionalmente con propulsión nuclear.

La Marina brasileña realizó la ceremonia de corte de la primera chapa que será utilizada en la construcción del submarino, confeccionado por la empresa Itaguaí Construcciones Navales. «Brasil está dando un paso que va a elevar nuestra tecnología al nivel de países como Francia, EEUU, China, Inglaterra y Rusia», destacó el presidente de la constructora, Renaud Poyet.

«Sin dudas que Brasil se plantea una posición estratégica mejorada dentro de este nuevo escenario geopolítico que se está dando en la actualidad», aseguró Pennaforte en diálogo con Sputnik.

Para el experto, en los últimos meses el país lusófono ha logrado aunar esfuerzos entre «un soft power muy interesante, la política ambiental que agrega ahora y su equipamiento en aviones y submarinos» para lograr situarlo «en una mejor situación con respecto a otros países».

De hecho, Pennaforte consideró que Brasil cuenta con mejor poderío militar que «en los años 1970 y 1980, cuando ocupaba la décima posición en el mundo en gastos militares y producción de material bélico».

El especialista relacionó la construcción del primer submarino nuclear con la reciente decisión de comenzar a fabricar en Brasil aviones de combate de origen sueco F-39 Gripen. Al igual que en el caso del submarino nuclear, producto del acuerdo con Francia, la construcción de aviones de origen sueco implica una transferencia de tecnología que permite la especialización de técnicos y operarios brasileños.

«Tanto con los Gripen como con los submarinos Brasil pasa a tener, por lo menos, una cierta capacidad mínima de tener control tanto sobre sus pasos aéreos como su franja costera. Es realmente una buena noticia en función de la capacidad que Brasil pasa a tener para salvaguardar su litoral y sus recursos naturales», aseveró.

El experto destacó además cómo la nación sudamericana logró mantener «una política de Estado» en materia de armamento militar que consiguiera superar los vaivenes políticos del país, «sin la necesidad de injerencia política partidaria o del espectro político».

Esto se ha vuelto importante, consideró, tras el regreso al poder del Partido de los Trabajadores, que arropa a Lula da Silva, ya que «a la izquierda no le gustan mucho los asuntos militares».

En ese sentido, remarcó que desde la última dictadura brasileña (1964-1985) existe en Brasil «un problema de aversión social y de ciertos segmentos políticos sobre el gasto militar» que ha mantenido encendido el debate. Sin embargo, el analista consideró que actualmente existe «un cierto consenso de que hay necesidad de incrementar» el gasto en Defensa.

FUENTE: https://sputniknews.lat/20231007/submarinos-nucleares-el-paso-de-brasil-para-consolidarse-geopoliticamente-1144490407.html