Tras el triunfo de Massa en la primera vuelta los medios de las grandes potencias expresan una prudente satisfacción. Los británicos, por el contrario, comenzaron rápidamente a ejercer presión.

Por Eduardo J Vior que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales argentinas suscitaron diversas reacciones en las capitales de las principales potencias mundiales y en la región, pero nadie fue ajeno al suceso. Mientras que los medios chinos y rusos se esforzaron por informar neutralmente, los occidentales y latinoamericanos no dudaron en tomar partido, algunos subrayando la derrota del candidato ultraderechista, otros azorados por la recuperación del voto peronista. Todos, empero, confirmaron cuán preocupados están por el futuro de Argentina en tanto escenario clave del conflicto por la hegemonía mundial. Tanto más grande es el desafío que se nos presenta en el futuro inmediato.

El New York Times, habitualmente vocero oficioso del Departamento de Estado, informó el lunes sobre las elecciones en nuestro país precisando que “Javier Milei, un libertario de extrema derecha, obtuvo peores resultados de lo que pronosticaban las encuestas y se enfrentará a Sergio Massa el mes que viene”. Este martes, en tanto, encabezaba la columna de opinión “5 conclusiones de las elecciones en Argentina” con la siguiente bajada: “Javier Milei, un economista libertario a menudo comparado con Donald Trump, se enfrentará a Sergio Massa en una segunda vuelta el próximo mes.” Considerando el alineamiento prodemócrata del tradicional matutino, está claro a quién apoya el Departamento de Estado.

En cambio, el Washington Post (ligado al Pentágono) publicó el día 24 una columna de Samantha Schmidt titulada “Para presidente Argentina debe elegir entre la ira y el miedo”. Ya el domingo 22 la misma periodista titulaba “¿Está Argentina a punto de elegir a un presidente outsider admirador de Trump?”

Mientras que el lunes 23 los medios rusos se limitaron a informar sobre el resultado electoral, este martes la agencia estatal Tass reseñó la conferencia de prensa del candidato oficialista con los corresponsales extranjeros del modo siguiente: “El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, prometió invitar a representantes de distintas fuerzas políticas a formar parte de su Gobierno si gana. Y añadió que “Massa afirmó que las reformas que necesita Argentina ‘trascienden una fuerza política’, por lo que también buscará apoyos entre empresarios y trabajadores”.

En tanto, la Agencia estatal china Xinhua fue neutral, aunque dio la noticia en su portada: “Argentina, la tercera economía de América Latina, tendrá en noviembre próximo una segunda vuelta electoral entre el ministro de Economía, Sergio Massa, candidato del oficialista Unión por la Patria, y el diputado liberal Javier Milei, del frente opositor La Libertad Avanza“. También el periódico económico China Daily informó equidistante, pero en una posición menor. Los demás medios chinos directamente no dieron cuenta de la elección argentina.

Todo lo contrario sucedió en Brasil, donde el proceso electoral argentino se vive como propio. El matutino carioca O Globo, por ejemplo, informó este martes sobre el seguimiento de la elección argentina en las redes sociales de su país: “Del ‘acobardamiento’ de Bolsonaro a la ‘injerencia’ de Lula: así movilizaron las redes brasileñas las elecciones en Argentina”. Por su parte, Folha de São Paulo compartió el lunes “’los peronistas somos como los gatos. Parece que nos estamos peleando, pero en realidad nos estamos reproduciendo’. La frase atribuida al propio general Juan D. Perón (1895[1893]-1974) vuelve a ganar actualidad. El candidato peronista Sergio Massa obtuvo una votación sorprendente este domingo (22) y pasa al segundo turno contra Javier Milei.” Entre tanto, O Estadão (la edición online de O Estado de São Paulo) tituló “Milei x Massa: el llamado al cambio y la aproximación al centro pueden definir el 2º turno en Argentina” y presenta un artículo conexo con “Sepa quién es Sergio Massa, el heredero del desastre peronista que busca la presidencia de Argentina”.

Tras haber informado neutralmente el lunes sobre el resultado de la compulsa electoral, el vespertino milanés Corriere della Sera publicó este martes una entrevista al embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín, a quien cita en el título diciendo que “Con Milei la democracia está en riesgo. En Argentina un gobierno de unidad”. La misma tesitura adoptó este martes el romano Il Messaggero: ”Elecciones en Argentina, a segunda vuelta: el peronista Massa frena la carrera de Milei”. El artículo comienza con una definición: “también en Argentina se ha roto oficialmente el equilibrio entre los partidos tradicionales. A la izquierda, en el frente progresista, ha resistido el peronismo-kirchnerismo, que en estas elecciones se ha apoyado en Sergio Massa. En la derecha, en cambio, se ha impuesto Javier Milei, ‘el Trump argentino’ o más comúnmente ‘el loco’, rebajado respecto a su éxito en las primarias de agosto.”

En España, por su parte, El País dedicó este martes varios artículos y un editorial a la elección argentina. Además de analizar la composición del voto, la elección en la ciudad de Buenos Aires y el difícil manejo del futuro Congreso, el editorial se titula “Freno al mesianismo” y en la bajada desarrolla “Argentina tendrá que elegir en segunda vuelta si pone coto definitivo a las propuestas del ultraderechista Javier Milei“.

En tanto, El Mundo, señaló el lunes que “el peronismo da la gran sorpresa: gana las elecciones y se jugará la presidencia en una segunda vuelta con Milei. Massa hizo una muy buena campaña, instalándose como hombre de Estado, previsible y empático, en claro contraste con Milei”.

Los principales medios de Gran Bretaña, a su vez, presentaron la información sobre Argentina siguiendo su alineamiento en la política interna. Por un lado, The Guardian tituló este martes “Cómo Argentina pinchó el auge del populismo de extrema derecha en Sudamérica”. Por el contrario, el conservador The Times, tituló el lunes 23 un artículo de Stephen Gibbs poniendo “Elecciones en Argentina: las acciones caen tras la sorprendente subida de Sergio Massa”. Y en la bajada informó que “La bolsa y los bonos argentinos se desplomaron después de que el ministro de Economía emergiera como sorpresivo favorito en las elecciones”.

En el mismo sentido el igualmente conservador The Telegraph tituló “Argentina se encamina a segunda vuelta presidencial tras sorprendente resultado electoral”. Este medio retrató a Massa como el candidato peronista de la clase trabajadora, que enfrentó críticas por su gestión económica, marcada por niveles históricos de inflación y destacó que, a pesar de esto, para ganarse a los votantes, implementó una serie de medidas previas a las elecciones.

Marcando el tono del mundo financiero británico la agencia Reuters puso el lunes que “la coalición peronista gobernante en Argentina rompió las expectativas para liderar las elecciones generales del país el domingo, preparando el escenario para una polarizada segunda vuelta el próximo mes”. Y añadió “El resultado alivia las preocupaciones sobre un cambio radical de las políticas en caso de una victoria decisiva de Milei, (…) pero sigue dejando al país con pocas respuestas a su peor crisis económica en dos décadas.” Y el martes una columna de Rodrigo Campos y Jorgelina Do Rosario seguía batiendo sobre el mismo parche: “El choque de modelos económicos en Argentina hace temer a los inversores”. De la sorpresa la agencia británica de información financiera pasó rápidamente a ejercer presión sobre el candidato con más chances.

Entre tanto, comienzan los pronunciamientos entre los líderes políticos de América Latina. El primero en hacerlo fue el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien ha felicitado a Argentina por derrotar a la “barbarie” en las elecciones. “Es la hora de la esperanza. Se elige entre la barbarie y la esperanza. Felicitaciones al pueblo argentino”, escribió el mandatario en sus redes sociales.

También su colega mexicano, Andrés Manuel López Obrador, apareció el lunes a las 6 hs. para su conferencia de prensa “mañanera”, mostrando a todo el mundo su sonrisa de oreja a oreja: “Pos sí, estoy feliz con el resultado electoral en Argentina”, proclamó en puro mexicano.

El gobierno venezolano, por su parte, no se ha manifestado. Según fuentes confiables, el gobierno de Nicolás Maduro desconfía de Sergio Massa por la condena de éste a la “dictadura” que regiría en Caracas. Habrá que esperar a los hechos, especialmente a los jugosos negocios pendientes entre ambos países, para calificar mejor la relación.

Si bien Itamaraty guarda distancia, el presidente brasileño Lula ha tomado partido desde el inicio. Él fue quien metió a Argentina en BRICS, es quien abogó ante la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), Dilma Rousseff, por la incorporación de nuestro país al organismo financiero de BRICS11 y quien nos necesita como aliados privilegiados para la proyección mundial de su país. Lula entiende cómo es el juego del poder mundial y sabe dónde estamos ubicados geográficamente. Por eso no toma posición con visiones ideológicas, sino geopolíticas. Aparece como oscilante entre las grandes potencias, pero defiende a Brasil y nos quiere a su lado.

También el progresista Grupo de Puebla, compuesto por presidentes, expresidentes y otros referentes políticos de 19 países latinoamericanos, España, Italia y Portugal, ha manifestado su satisfacción con los resultados de este domingo: “¡Avanza el progresismo en Argentina! Sergio Massa pasa a la segunda vuelta en primer lugar”, anunció el organismo en su página tras la votación.

Mientras que los medios norteamericanos engloban nuestro proceso electoral en el contexto de su propia pelea entre los globalistas en el gobierno y los aislacionistas en torno a Donald Trump, los europeos prefieren asimilar al peronismo con el progresismo y a Milei con la ultraderecha. La prensa rusa, en tanto, se interesa ya por los planes de Sergio Massa para el futuro, en cuanto sus colegas chinos se mantienen estrictamente neutrales. Sólo el establishment financiero británico ejerce ya una explícita presión sobre el candidato peronista.

En los análisis de los medios occidentales sobre el resultado de la primera vuelta de nuestras elecciones presidenciales prima una óptica ideologizante, que asimila nuestra contienda a las de ellos. Sólo el establishment británico puso el punto en la “i”, anticipando la pelea que deberá librar Sergio Massa, si en noviembre es electo presidente. El poder financiero especulativo concentrado internacional no hará concesiones.

El triunfo de Massa Rossi con un margen importante de votos dejó fuera del juego electoral a la expresión electoral preferida del actor más fuerte del continente. El candidato libertario, por su lado, sólo puede ser opción para el sector del poder financiero más ligado a la City de Londres. El resto del poder occidental buscará entenderse con Sergio Massa, pero el cariz ideológico de la visión que Europa y EE.UU. tienen de Argentina les impide apreciar realistamente nuestra historia, valorar las tradiciones políticas que ahora han vuelto a movilizarse y entender el sentimiento patriótico y antiimperialista de la mayoría de nuestro pueblo. Si siguen viéndonos como “populistas”, los malentendidos estarán a la orden del día. Por el contrario, sus principales contendientes euroasiáticos desarrollan estrategias de poder económico y político en las que cumplimos un papel relevante, nos gusten o no.

La performance electoral de Unión por la Patria está poniendo a nuestro país nuevamente en una posición expectante en la política mundial, pero el juego está abierto y no hay espacio para errores. Cualquier alineamiento por simpatías ideológicas conducirá a alineamientos forzados que sólo pueden dañarnos. Nada más que la defensa del interés nacional puede salvarnos.

*Analista internacional

El trascendental FORO DE LA FRANJA Y LA RUTA DE LA SEDA reunido en Pekín, es el tema central de la columna del Club de La Pluma del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, por ser el más positivo acontecimiento de progreso global ocurrido en estos tiempos, en medio de uno de los más escalofriantes capítulos del histórico genocidio del pueblo palestino a manos de Israel y sus socios, EEUU y Europa. Una cumbre muy productiva en decisiones y descaradamente ignorada por la prensa, a pesar de reunir a más de 140 países y que fijó su posicionamiento geopolítico fundamental con la premisa de que ni la confrontación ideológica, ni la rivalidad geopolítica, ni la política de bloques serán opciones en el nuevo mundo que alumbra el Sur Global. Todo lo contrario a la fracasada, destructiva y moribunda Globalización Neoliberal del mundo anglosajón.

Entre sus importantes decisiones, se acordó ampliar la conectividad multidimensional entre los miembros. Potenciar que la economía sea cada vez más abierta. Asegurar el compromiso de una cooperación entre los estados que integran la ruta. Promover el desarrollo económico de TODOS los países miembros. Impulsar el desarrollo y el intercambio científico y tecnológico, incluido el intercambio de personas. Reforzar las infraestructuras de comunicaciones. Establecer nuevas normas y reglas sobre las energías limpias y la inteligencia artificial. Profundizar el desarrollo de la biofarmacia. Crear nuevos métodos financieros internacionales. Incentivar una agricultura modera y respetuosa con la naturaleza. Profundizar el transporte ferroviario eficiente y ecológicamente factible. Etc.

Por su parte, el presidente Putin hizo hincapié en la nueva ruta marítima del Océano Ártico, de vital importancia estratégica. Además se supo que Argentina recibió de China un refuerzo de tesorería de 6,500 millones de dólares para superar las urgencias por su crisis financiera.

Y en cuanto al conflicto palestino israelí que, hoy por hoy, es un escollo a la Ruta de la Seda, quedó claro el empeño de los gobiernos ruso y chino para apaciguar la región y establecer un nuevo estatus de vida entre el pueblo palestino y el Estado de Israel.

Además y durante el audio, Pereyra Mele analizó temas como:

  • Las elecciones en Argentina, donde están en juego el futuro de sus próximos 50 años.
  • La salvaje represión y el genocidio planificado en Palestina por parte del estado militarizado y nuclear de Israel.
  • EEUU, siendo un actor global principal, es también “un tuerto que ve por un solo ojo”.
  • Los fracasos diplomáticos de EEUU y la soledad de Israel en la región.
  • El silencio mediático sobe el fracaso en Ucrania de los misiles “Himars” de la OTAN y las ofensivas rusas en todo el frente.

Eduardo Bonugli (Madrid, 22/10/23)

Entrevista que se me realizó hoy, por la RadioCom Pelotas, Rio Grande do Sul, Brasil (La Ciudad Universitaria del Sur de Brasil), FM 104,5 para el Programa Contrapunto sobre las elecciones presidenciales Argentinas -Primera Vuelta- que conduce el Periodista Regis Oliveira y la Periodista Clarissa Henning junto al colaborador del Programa Andre Carvalho analizando el resultado de las elecciones general para Presidente de la República Argentina que ganó ampliamente el Candidato de Unión por la Patria: Sergio Tomas Massa, pero igualmente habrá segunda vuelta el próximo 19 de Noviembre para definir el Cargo de Presidente de la Nación. Y que tambien se transmite por los Canales de Youtube, Facebook, Instagram e Twitter

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico

 

Invitado por el Periodista VGM Anibal E. Esposito, con locución de Martin Aguila y la Producción de la Prof. Marisa Fontana de  «Mision Malvinas» -Programa Histórico Cultural con eje principal en Malvinas y todo sentir Nacional- que se transmite por la FM 93,5 de la Universidad Nacional Tecnológica UTN de la Filial de la Provincia de Tierra del Fuego Ciudad de Grande Argentina, analizamos el actual contexto Geopolítico en que se encuentra la República Argentina ante la Guerra Híbrida Global que se desarrolla también en nuestro territorio y Cono Sur Suramericano. La entrevista se puede visualizar desde el minuto 79 del Programa que se transmitió en directo el pasado 18 de Octubre del 2023

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico 

«Aldeanismo» endémico y crisis dirigencial

por Gabriel Merino para el Avion Negroque autoriza su autor publicarlo en Dossier Geopolitico

En un mundo en plena transición histórica-espacial, con acelerados cambios estructurales y en guerra, resulta sintomático que la política exterior no haya estado en el debate presidencial como tema a tratar por los candidatos. Ni siquiera como subtema, más allá de que sí lo hayan abordado puntualmente algunos de ellos. Tampoco es una cuestión que aparezca con demasiada profundidad en el debate político mediático y dirigencial, como si fuera una cuestión secundaria en el tensionado escenario local. O peor, aparece más bien como propaganda con el objetivo de alinear al país bajo una política exterior ajena, desligada de nuestros interese, necesidades y problemas.

Resultó llamativo la ausencia del tema en el debate cuando el candidato con mayor caudal de votos en las PASO (en una elección de tercios), realizó propuestas tan dramáticas sobre la cuestión como pelearnos con nuestros dos mayores socios comerciales, Brasil y China, salir de nuestro principal y vital bloque comercial, el MERCOSUR, pero a la vez profundizar nuestro perfil primario exportador, lo cual sólo tendría cierta viabilidad si profundizamos nuestra relación con China y Asia Pacífico como abastecedores de materias primas para el centro económico-industrial emergente.

Tanto Javier Milei, como la otra candidata que quedó dentro del podio (aunque deshilachándose debido, entre otras cuestiones, a su irremediable incapacidad), proponen un alineamiento aún mayor con Estados Unidos, en una suerte de trágico retorno a las “relaciones carnales” de características paracoloniales, como las que se experimentaron en los años noventa con resultados muy negativos para el país. Siendo más ‘papistas que el papa’, dicen que no ingresarán a los BRICS+ en enero de 2024, con la importancia que tiene para el país pertenecer a ese espacio plural y heterogéneo de poderes emergentes, lo cual ni siquiera está vetado por Washington, que comprende a regañadientes las nuevas realidades materiales.

Gran parte de la élite dirigencial ya ni siquiera defiende una ‘dependencia negociada’, bajo un proyecto local con cierto margen de maniobra que no cuestiona la total subordinación hemisférica.

Luego mira sorprendida cuando aparecen los personajes que hacen de esa posición su bandera y mira estupefacta como su propia creación es a la vez su guillotina. Pero el problema que tienen ambas expresiones es que Argentina no encaja en ese plan y, además, estamos en un proceso histórico que va a contramano del mismo.

En el escenario actual –ya no son los noventas, no vivimos el auge de la globalización neoliberal, el Consenso de Washington y del mundo unipolar– los resultados de esa política no serían meramente negativos sino catastróficos. En primer lugar, implicaría una renuncia total a nuestros intereses nacionales en plena tempestad geopolítica en temas sensibles como Malvinas, el Atlántico Sur y la Antártida, la administración soberana de nuestros recursos naturales, la autonomía para establecer relaciones comerciales y económicas con otras potencias de acuerdo a nuestros intereses, o la necesaria integración sudamericana en un momento de regionalización mundial donde resulta clave establecer un bloque propio, entre otras cuestiones.

En segundo lugar, esta opción agudizaría un problema fundamental del país desde 1945, cuando se establece la hegemonía anglo-estadounidense: Estados Unidos compite en los productos que producimos, y ve en el desarrollo de un centro propio al sur del continente una amenaza hemisférica.

Si en plena fase expansiva entre 1945-1970 desde Washington impulsaban, al menos, un desarrollismo dependiente comandado por sus multinacionales –lo cual generaba ciertos incentivos a la reproducción del desarrollo del subdesarrollo para distintos grupos sociales– el viraje neoliberal de los años setenta y ochenta, bajo el comando de las redes financieras globales, terminó definitivamente con esa opción de desarrollo periférico asociado. Hoy el escenario es aún peor, con una suerte de neoliberalismo periférico en descomposición, bajo una exacerbada lógica financiera parasitaria, y cuyos efectos a nivel local ya se experimentaron dramáticamente entre 2015 y 2019: hiperendeudamiento, desindustrialización, pérdida de capacidades científicas y tecnológicas, etc.

Sin embargo, estas cuestiones parecieran no estar en debate a nivel profundo en gran parte de la dirigencia y de la sociedad, pareciera pensarse al país como una isla o una suerte de burbuja.

Por eso nos cuesta identificar bien qué nos pasa, lo que dificulta trazar estrategias en función de la situación coyuntural y estructural sobre la que partimos. Por ejemplo, se dice que hace diez años que no crecemos, pero no observamos que América Latina es el lugar de menos crecimiento del mundo desde 2014, incluso peor que la Eurozona ¿Por qué esto es así? ¿Cuáles son los factores geopolíticos, económicos y sociales? ¿Qué pasa en el mundo y en esta parte del mundo, en función de su articulación y posición en el sistema mundial, y en relación a la puja entre fuerzas políticas y sociales, a partir de 2013-2014?

Podríamos decir que el problema del ‘aldeanismo’ o ‘provincialismo’ es endémico en nuestra región y ya ha sido señalado muchísimas veces.

Esta mirada corta, carente de perspectiva y de una mirada sobre la totalidad en que nos inscribimos, es un producto directo de nuestra posición periférica e insular, y también de la subordinación geopolítica que hace que otros piensen por nosotros el mundo y cómo debemos actuar en él. Este hecho está en estrecha relación a la todavía dominante creencia de raíz colonial sobre nuestra condición de “Occidentales”, que el propio Occidente geopolítico y sus principales intelectuales se cansan de desmentir –en el ‘mejor de los casos’ somos el extremo occidente, en tanto colonia fundacional para la expansión de las potencias atlánticas. También se debe a la debilidad en los países dependientes de una mirada nacional, como indicaba Arturo Jauretche, que más allá de las orientaciones partidarias, obliga a tener una política y visión propia sobre el escenario mundial y sobre nuestra estrategia en el mismo.

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea (…), sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima…”, afirmaba el cubano José Martí en su célebre texto Nuestra América de 1891,

Tratando de sacudir la mirada aldeana o provinciana de su país y de la región, que era un obstáculo fundamental para entender el escenario geopolítico que tensionaba a la isla caribeña hace 140 años entre el declive terminal del imperio colonial español y el ascenso del imperialismo estadounidense. Allí Martí insiste sobre la necesidad no sólo de relacionar los problemas locales con los acontecimientos mundiales, sino también comprender la situación política de Nuestra América, el accionar de los imperios y la necesidad de la unidad regional: “¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!”. Luego exhorta a que “Lo que quede de aldea en América ha de despertar”.

Sin embargo, a casi un siglo y medio después, el aldeanismo o provincianismo sigue predominando en buena parte de la sociedad, la dirigencia política, las élites intelectuales y las oligarquías vernáculas. Incluso en parte de las ciencias sociales, donde se insiste en un nacionalismo metodológico que nos condena al terreno de la ideología, ya que se busca explicar con elementos y causalidades locales, acontecimientos que tienen determinaciones centrales en la escala mundial y regional. No podemos ‘escapar’ al hecho de que vivimos en un sistema mundial, y la región tiene una inserción y posición determinada; punto de partida fundamental para comprender nuestro ‘lugar en la palmera’.

Suele repetirse la frase de Perón de que “La verdadera política es la política internacional”, pero como sucede con tantas otras frases y contenidos, la mayoría de las veces se dice en términos retóricos, para la tribuna. La afirmación de Perón, que tiene su desarrollo en el libro la Hora de los Pueblos, apunta a una cuestión fundamental de nuestro presente, que se nos impone como condición histórica y espacial: la profunda interdependencia del sistema mundial capitalista y al empequeñecimiento del planeta por la destrucción del espacio y del tiempo a través de la tecnología. En función de esta realidad, “la política interna ha sufrido también sus consecuencias, pasando a ser una cosa casi provinciana para ser reemplazada por la política internacional que juega dentro o fuera de los países en la forma más desaprensiva”.

Este pensamiento, está en relación con lo que observó Mackinder al inicio del siglo XX, cuando se inicia la era “postcolombina”, según su definición: el mundo devino en un sistema político cerrado, en donde la lucha central ya no es la por la expansión territorial sino por la eficiencia relativa. A partir de allí, el control formal del territorio pierde peso, poniendo en crisis los imperios coloniales formales, que era la forma dominante del imperialismo desde el siglo XVI (la época Colombina), aunque aun hoy quedan importantes resabios de ese viejo imperialismo como en las Islas Malvinas. En esta configuración estructural, las fuerzas político-sociales y sus territorialidades atraviesan el sistema político cerrado, mediadas por los Estados, disputando el conjunto de los territorios. Más aun aquellos (la gran mayoría) que no poseen suficiente autonomía relativa. La ‘supremacía’ (desde el punto de vista de los imperialismos) o la soberanía (desde el punto de vista de los pueblos) está en relación a la acumulación de poder relativo y a la eficiencia relativa en diferentes dimensiones y en una escala necesaria (continental desde 1945). La situación de un país o territorio particular depende de su posición en la jerarquía del sistema interestatal, en la división mundial del trabajo y en la geocultura del sistema.

No somos una excepcionalidad del sistema, aunque nos guste pensarnos así, quizás como un efecto de nuestra insularidad y como elemento típico del pensamiento ‘provinciano’. Argentina es un país semiperiférico y un poder medio-regional de segundo orden, es decir, ocupa un lugar intermedio en el sistema mundial. Desde los años setenta, nos adentramos en un proceso de periferialización (con importantes consecuencias económicas y sociales), que comienza a ser resistido contradictoriamente a partir de 2001, como expresión local de un punto de bifurcación regional (un Cambio de Época) y mundial –crisis de la burbuja de las “punto com” con epicentro en Estados Unidos, establecimiento de la Organización para la Cooperación de Shangái en Eurasia impulsada por China y Rusia, invasión de Afganistán e inicio de la Guerra Global contra el Terrorismo por parte del polo angloestadounidense y aliados, etc.

Esa tendencia hacia la periferialización relativa de Argentina, que contrasta con el ascenso de Asia Pacífico, es un fenómeno regional desde mediados de los años setenta, producto de transformaciones estructurales del capitalismo mundial y de resultados de procesos y luchas políticas regionales (este el contenido sustancial de los golpes y dictaduras), aunque con impactos heterogéneos debido al punto de partida relativo de cada país y a los procesos particulares de cada territorio.

No es casualidad que en el interregno 2001-2003, como también hoy, bajo otras formas, aparezca en el escenario político la discusión entre dolarización y pesificación, articulada con la contradicción entre integración hemisférica subordinada (ALCA u otras formas de ‘regionalismo abierto’) o el reimpulso del regionalismo autónomo (MERCOSUR, UNASUR, etc.), y con el debate entre profundizar el proyecto financiero neoliberal o avanzar en proyectos nacionales y regionales de desarrollo, bajo distintas perspectivas y horizontes.

Debatir la ‘política exterior’ en un sistema político cerrado, cuando la instancia nacional devino “provinciana” es, en realidad, debatir el proyecto de país en su sentido más profundo. Significa definir las mejores estrategias de inserción en el sistema mundial, en plena transición histórica-espacial, de acuerdo a las necesidades e intereses de nuestros pueblos. Significa entender dónde estamos ubicados realmente y articular a partir de allí la cuestión nacional y social para darle proyección política y elaboración estratégica. Significa, también, no confundir entre debatir el escenario mundial y la política exterior, con discutir y posicionarse en función de la propaganda emanada de los centros tradicionales del poder mundial, con el fin de alinearnos en su “nueva guerra fría” o, en nuestras palabras, en la guerra mundial híbrida y fragmentada.

Gabriel Merino

Gabriel Merino

Sociólogo y doctor en Ciencias Sociales. Investigador Adjunto CONICET – Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales, UNLP. Profesor en UNLP y Universidad Nacional de Mar del Plata. Miembro del Instituto de Relaciones Internacionales y Co-coordinador de «China y el mapa del poder mundial», CLACSO.

FUENTE EL AVION NEGRO: https://avionnegro.com.ar/contextos/la-politica-exterior-fuera-del-debate/

Organizada por la cátedra Pensamiento Estratégico Militar Contemporáneo de la Universidad de la Defensa Nacional,-UNDEF-,disertó hoy miércoles nuestro colega de Dossier Geopolitico Dr. Miguel Angel Barrios sobre LA INCORPORACIÓN DE LA ARGENTINA A LOS BRICS.

A lo largo de su exposición el Dr. Barrios explicó la importancia central para Argentina y el sistema regional de esta invitación a ingresar al exclusivo Club de los BRICS de pleno derecho para consolidar un mundo Multipolar y desde el Sur Global y de la Patria Grande transmitido en directo por el Canal de You Tube de la UNDEF 

Carlos Pereyra Mele 

Director de Dossier Geopolitico

11/10/2023

Trascripción de la entrevista a Carlos Pereyra Mele por el periodista Julio Vega Guzmán, del programa “El loco de la azotea” de Radio del Plata de Tucumán, en la que profundizó en los urgentes desafíos internacionales de Argentina y durante la cual envió una pregunta trascendental a la juventud, además de abordar importantes temas de actualidad, como:

  • Cambio climático y el ecologismo fundamentalista.
  • Los desafíos geopolíticos de Argentina.
  • El deterioro de la potencialidad regional.
  • Los conflictos con los países vecinos.
  • Un modelo de Unidad Nacional para las relaciones internacionales.
  • El gran juego internacional y el posicionamiento de Argentina.
  • La decisión histórica de enfrentarse a la Deuda Externa. 
  • Las graves falencias de soberanía.
  • La irresponsable falta de control sobre las exportaciones.
  • El ejemplo de Níger.
  • La gran pregunta a los jóvenes.

“En primer lugar y -por razones de actualidad-, voy a dedicar un breve párrafo al Cambio Climático, ya que como todo tema global, en general no se asume debidamente y cuando se asume, se hace de forma parcial y erróneamente. Es lo que ocurre con este tema y especialmente cuando encima se acusa y se carga al Sur Global con la responsabilidad de ese cambio climático, cuando todos sabemos que los principales causantes del problema son cinco o seis naciones en el mundo, que no han hecho ni hacen absolutamente nada, salvo hermosos y cínicos discursos. Y además, pretenden que ahora nosotros no nos desarrollemos en aras de un ecologismo fundamentalista, que por supuesto, a los únicos que beneficia son a los que hasta ahora han logrado sus más pingues ganancias con el actual modelo de globalización, tan pernicioso para la Naturaleza. 

En cuanto a la geopolítica, la situación de la Argentina, más allá de su tremenda conflictividad interna y a su compleja problemática, más allá de su retroceso como potencia regional, de su falta de crecimiento y creación de trabajo, etc., etc., tiene en adelante una serie de desafíos muy fuertes y preocupantes mientras que lamentablemente la poblaciónno tiene un concepto –ni claro ni general- de los riesgos que corre Argentina como estado y como república. 

AUDIO:

https://www.ivoox.com/player_ej_117234694_6_1.html?c1=1d5077

Unos riesgos que pueden llegar a ser muy, pero muy graves. Y el creerse que porque estamos alejados de las áreas donde los conflictos son calientes, nos podemos librar de sus consecuencias, es un muy grave error. Porque, cuando hay una guerra, un conflicto o una rebelión, todo repercute como una crisis absoluta y global y nos afecta en primer lugar a nosotros y a nuestro vecindario.

En tal sentido, la situación, en los últimos meses y años, y ante el deterioro de la “potencia regional” de Argentina, ha hecho que vayamos perdiendo también influencia en los países vecinos y en general, ello ha llevado a que cada país intente buscar su propia salida con medidas unilaterales para facilitar un “mejoramiento de su situación nacional y regional” 

Bueno…, todo esto es una falacia, porque hoy en día, a lo que tiende el mundo es a las gigantescas concentraciones industriales o tecnológicas o de materias primas, como lo es -por ejemplo- el cartel del petróleo que es una concentración en manos de muy pocos países que controlan la producción e imponen los precios. Y cuando los precios bajan, sus socios deciden bajar la producción de millones de barriles diarios y entonces ese precio se incrementa. Por supuesto que ello repercute en nuestro país.

Como repercute también que no tengamos el control del precio de los granos que producimos, ya que eso se hace en otro lugar del mundo, precisamente en la bolsa de Chicago, en Estados Unidos, quién es el que impone los precios globales. Entonces, las herramientas que nos van quedando son cada vez menores.

Y además, todo se complica si le sumamos a este especie de caos general que vive la República, los conflictos “cuasi políticos” con nuestros países vecinos, como por ejemplo lo de la navegación en el río Paraná, que ha causado un enfrentamiento concreto con la República del Paraguay, además de politiquerías baratas y populistas, como la de ese jovencito que quiere declararle la guerra a la Argentina, y otras cosas por el estilo.

También está lo de la República del Uruguay, que se beneficia de que la Argentina carezca de un canal propio de salida en el Río de la Plata, lo que obliga a que nuestras exportaciones tengan que pasar por la margen oriental, que le corresponde a Uruguay por el tratado el Río de la Plata. Entonces nos cobran peaje, nos cobran aduana, nos cobran gastos, etc., etc. Y todo eso va causando problemas. Y cuando se quiere pactar una solución, saltan nuevamente los viejos problemas históricos y otros desencuentros enquistados en el tiempo. También vemos los roces con Chile por sus pretensiones en el Atlántico Sur. O sea, se han implementado una serie de tensiones y factores que hacen parecer que en este año 23 “Argentina esté cercada” de enfrentamientos con sus vecinos.

Sin embargo, todo esto se solucionaría con una política exterior concreta y muy clara, con objetivos perfectamente unidos al interés nacional y por supuesto, con un modelo de Unidad Nacional para las relaciones internacionales.

Tampoco puede ser que semejante estrategia quede en manos de un solo partido. Por el contrario, tienen que definirse unos objetivos claros entre todos lo que tienen representación en el Parlamento, mediante acuerdos por encima de los partidos, que marquen nuestra línea roja en la defensa del país, tal cuál lo hacen las potencias, donde nadie puede cruzar esta línea roja, porque cruzarla significa una agresión a la patria. Por lo tanto es imprescindible que Argentina plantee y defina sus líneas rojas.

Y luego está el gran juego internacional, en el que las luchas entre el bloque del Sur global encabezado por China y seguida por los BRICS, se enfrenta con el bloque de las potencias del Norte Global u Occidente, que forman el G7. Y ese es el juego o lucha que baja a nuestro territorio, que también se transforma en un campo de batalla en medio de una desinformación e ignorancia preocupante. Porque ese juego está definiendo las inversiones en la región, de quienes la hacen y para qué. Define además el desarrollo tecnológico, o no. Define las formas culturales por la utilización de los medios de comunicación. Etc.  

Pero con este clima de desinformación, se profundiza el enfrentamiento interno entre un bando y el otro, lo que lleva a un mayor caos y a una mayor confusión en la población, que no entiende nada mientras todo se reduce a mensajes a través de eslóganes, cuando todos sabemos que la política no son eslóganes, que  la política es una forma mediante la cual se trata de cambiar las situaciones problemáticas que se está viviendo y eso no se puede hacer usando una motosierra, o cosas por el estilo. Todo lo contrario, se deben hacer planes concretos, con proyectos factibles, asegurando quiénes los van a financiar y con qué recursos se van a pagar. Todo lo demás es un “hermoso discursito” de un grupo de gente que cree que en la Argentina somos habitantes pero que no somos ciudadanos.

El asunto es que si los ciudadanos somos capaces de involucramos, si tomamos el toro por las astas y si empezamos a discutir las cosas serias en lugar de tonteras. Esas tonteras que luego nos harán llorar sobre la leche derramada. Y esto significa que existe otra historia. La verdadera historia. La única que interesa discutir. 

Por eso yo me pregunto: ¿Cuándo va a dar a luz  el posicionamiento definitivo de la Argentina en el mundo para los próximos 20, 30, 40, 50 años? Porque es eso lo que está en juego, como asunto crucial en todo el globo terráqueo. Y es algo que no puede esperar al próximo gobierno, ni de acá 8 años. ¡No, no, no, no! 

Es un partido se está jugando en este momento y es por el campeonato mundial para definir cómo va a ser el modelo global de aquí al futuro.

Y no tomar las decisiones y no adoptar las medidas correctas ahora mismo para llegar con un equipo perfecto y hacer la mejor performance posible -que nos ubique en el bloque de de los ganadores- nos condenará a presentarnos con un equipo de improvisados y que, como todos sabemos, siempre son arrasados por los equipos profesionales.

Entonces, es allí donde está la mayor falla de nuestra querida República Argentina. Por lo que es necesario y urgente que su población “de ciudadanos y no solo de habitantes” se interese a fondo de los temas fundamentales y básicos el país, como lo es la forma de insertarse en este nuevo mundo en gestación, con quiénes vamos a trabajar y cómo vamos negociar nuestras cartas de los recursos naturales. O por el contrario, si seguiremos como hasta ahora, solamente atados con los mismos que nos han aplicado endeudamientos sin límites, sin solución de continuidad y sin ninguna posibilidad para salir de esa trampa en la que fuimos introducidos como prisioneros del típico usurero, que te presta plata, pero que nunca te permite devolverla, para que sigamos siendo sus eternos deudores.

Es por ello que la Argentina tiene que salir de ese círculo vicioso y sumarse a las nuevas realidades. Y nuestro país, mientras no torne la decisión histórica de enfrentar y resolver su principal problema que es el de la deuda externa, no tendremos ni libertar ni posibilidad de decidir nuestro futuro geopolítico por las pretensiones de las potencias del Norte Global, que son las que operan en nuestra región y que nos cierran el camino al futuro.

En ese sentido, tenemos que asumir la realidad de nuestras graves falencias en comparación con las potencias de verdad. 

Por ejemplo, las islas Malvinas no están ocupadas por los chinos, ni por los rusos, ni por  la India, ni por Irán. Están ocupadas por el Reino Unido y con ello traigo a colación el escándalo del radar de seguimiento satelital que los ingleses nos introdujeron en la provincia de Tierra del Fuego -con alguna complicidad estatal- y que gracias a denuncias de numerosos pobladores, el Ministerio de Defensa logró desactivarlo. Entonces me hago esta pregunta: ¿Cuántos minutos duraría un funcionario inglés que autorizase colocar un radar satelital argentino en cualquier población británica, para pasar información a sus enemigos rusos o chinos?

Y este es solo un ejemplo de una larga lista de hechos perjudiciales que socavan al Estado y que lo hace parecer a un queso Gruyer lleno de agujeros negros.

Estos son los asuntos serios y profundos que tiene que tratar la ciudadanía, en lugar de las tonteras que se escuchan por ahí en estos tiempos electorales.

Por lo tanto es urgente y necesario que la gente entienda y asuma que nadie, por más bueno y por más honesto que sea, por más exacto en hacer las cuentas y por más perfectas que sean sus políticas, puede sacar adelante a un país que tiene que pagar más de lo que le entra. Es un razonamiento tan obvio y fácil que, quizás por eso, se le pasa por alto a casi todo el mundo. 

Otro aspecto fundamental es la falta de control de las riquezas que salen del país. Es decir, ha llegado la horra de preguntarse en serio: ¿Cuánto se están llevando de Argentina en cada exportación, a qué precio de coste y con qué condiciones de pago?

Y este vacío viene de la época de Menem, cuando se disolvieron los Ministerios Minería y se redujeron al mínimo los controles de cada provincia sobre su suelo, como también disminuyeron las herramientas de actuación junto a nuevas legislaciones laxas y permisivas, propias de un estado fofo y hueco. 

Entonces me pregunto otra vez: ¿Cuánto oro de la Argentina está saliendo hoy sin control del Estado Nacional y cuántos minerales estratégicos se van libremente del país? Todo ello gracias a este caótico sistema que permite, a las gigantescas multinacionales que explotan la Cordillera, justificar unas expediciones millonarias de materias primas con una simple declaración jurada, sin ninguna otra revisión o inspección.

Y estamos hablando de miles de millones de dólares que se nos escapan día tras día. No estamos hablando de “los planeros” y todo el ruido que se arma alrededor de ellos. Estamos hablando que si se controlara la salida del oro, Argentina recaudaría una cantidad de dinero que dejaría en nada la polémica de esos subsidios.

Y en medio de este análisis, traigo a colación lo ocurrido en Níger tras el golpe militar que derrocó al gobierno títere pro europeo que mantenía al país en un profundo atraso y siempre colonizado por Europa, quién nunca le abrió las posibilidades al desarrollo. Resulta que Francia acaparaba el total de la producción de uranio del país africano con lo que sostenía el 80% de su producción eléctrica basada en la energía nuclear. Le pagaba 0,80 euros por kilo de uranio, cuando el propio estado galo pagaba el mismo uranio de Canadá a 200 euros el kilo. ¡¡ UN GIGANTESCO ROBO !! Toda una explotación humana que apenas le permitía al nativo africano poco más que un plato de comida al día. Evidentemente, los militares revolucionarios que han tomado el gobierno, además de expulsar al embajador francés y a las tropas francesas que estaban en Níger, tomaron como  primera medida decirles a los franceses: “…señores, a partir de hoy, ustedes me pagan los 200 euros por kilo o vendemos nuestro uranio al mercado internacional”. Lo que indignó a la Unión Europea, que esgrimió que era una medida propia de una dictadura además de un ataque a los derechos humanos y resto de barbaridades. El clásico  insulto de Occidente a los países que asumen su soberanía y desnudan esa hipocresía imperial que han llevado históricamente a África a una pobreza absoluta. Mientras que hoy mismo, esos países ricos, que presumen de valores,  dejan morir ahogados a cientos de emigrantes en el mar Mediterráneo.

Y hago este parangón con Argentina,  porque hoy mismo, en medio de la campaña electoral, nadie habla del tema de la fuga de materias primas, ni de las reformas legales necesarias para revertir la situación, para ejercer el control y la vigilancia de nuestro patrimonio. Si somos dueños de productos y elementos que son fundamentales para las potencias, es de justicia que éstas cumplan con la obligación y la legalidad de pagar lo que corresponde por lo que se llevan. Es algo que hasta un niño lo entiende.

Por eso este mensaje es también para los jóvenes, que quizá no entienden lo que es soberanía. Que significa entre otras cosas, que un país haga de forma independiente lo más le conviene y que se relacione libremente con quién quiera. Y en medio de esta desinformación general, es necesario explicarle a la juventud, con modelos muy sencillitos, lo que es la política de verdad, lo que es la economía, de cómo se deben hacer las cosas y de cómo proyectar el futuro.

Y que cada joven decida por si mismo. Y SI DECIDEN QUE NO LES IMPORTA QUE OTROS SE ROBEN NUESTRO ORO, si no les importa que no paguen los impuestos ni que se apropien del país, entonces que luego no lloren con que aquí no hay trabajo, que no hay industria, que no hay salud ni educación.

Bueno… todo esto mi querido Julio, forma parte del común y gigantesco drama de la Argentina, que requiere una solución coordinada y combinada. Y para ello, entiendo que los políticos deben ser convocados para discutir públicamente estos temas prioritarios y decidir que hacer. Por ejemplo, con nuestro mar, uno de los más grandes del mundo y con enormes riquezas. Qué hacer con nuestra industria agraria que produce eficientemente pero que puede multiplicar y ampliar su acción. O sea, no solamente mandar al extranjero el poroto de soja, sino elaborar los aceites ya refinados. También debemos reforzar el área tecnológica,  donde tenemos altísimas capacidades y con un nivel cercano a lo mejorcito del mundo. Y por supuesto también en el tema de los satélites, donde Argentina puede aportar lo suyo, como lo demuestra el acuerdo con Turquía y la oportunidad de hacer empresas mixtas para desarrollarse en un ámbito que hasta hace poco solo estaba reservado a las superpotencias.

Y así podría proseguir con otros campos y otros ejemplos, pero lo que se trata es de no quedar rehén de las trampas de siempre.

Reitero finalmente que la Argentina necesita una política internacional clara y concreta, un poder económico político real y una capacidad militar que asegure un sólido sistema defensivo. Ya que  no debemos olvidar aquella máxima histórica de Guillermo I de Alemania sobre que ”Una Nación si Fuerzas Armadas puede ser una hermosa orquesta pero sin instrumentos musicales.”

Trascripción de Eduardo Bonugli

Sergio Pintado de Radio sputni entrevista al Dr. Charles Pennaforte -socio estrategico del equipo de Dossier Geopolitico- en Brasil

Brasil inició la construcción de su primer submarino nuclear, un ambicioso proyecto que proviene del 2008 y podría equiparar al gigante sudamericano con las potencias globales. En diálogo con Sputnik, el analista Charles Pennaforte destacó la «posición estratégica» que el país consigue «en este nuevo escenario geopolítico».

La construcción del primer submarino nuclear brasileño permitirá le permitirá no solo mejorar el patrullaje de sus costas, sino que colocará al país en un lugar de privilegio en el mundo, destacó el experto en geopolítica Charles Pennaforte.

En diálogo con Sputnik, el analista brasileño destacó que la concreción del programa Prosub (Programa de Desarrollo de Submarinos) es «un sueño de la Marina de Brasil», que data del primer periodo de Luiz Inacio Lula da Silva en el poder (2003-2010) y que en su momento fue fruto de «muchas negociaciones» para conseguir los fondos.

A contrarreloj: ¿qué se espera del nuevo intento de Brasil para cerrar el acuerdo con la UE?

En efecto, en 2023 el hoy de nuevo presidente brasileño reactivó el Prosub, proyecto que había sido firmado en 2008 junto al Gobierno de Francia para cooperar en materia de armamento militar.

El plan, que según medios brasileños recibió este 2023 una inversión de 35.000 millones de reales (unos 6.700 millones de dólares), consiste en la fabricación de cuatro submarinos convencionales con propulsión diésel y eléctricos simultáneamente, y el primer submarino armado convencionalmente con propulsión nuclear.

La Marina brasileña realizó la ceremonia de corte de la primera chapa que será utilizada en la construcción del submarino, confeccionado por la empresa Itaguaí Construcciones Navales. «Brasil está dando un paso que va a elevar nuestra tecnología al nivel de países como Francia, EEUU, China, Inglaterra y Rusia», destacó el presidente de la constructora, Renaud Poyet.

«Sin dudas que Brasil se plantea una posición estratégica mejorada dentro de este nuevo escenario geopolítico que se está dando en la actualidad», aseguró Pennaforte en diálogo con Sputnik.

Para el experto, en los últimos meses el país lusófono ha logrado aunar esfuerzos entre «un soft power muy interesante, la política ambiental que agrega ahora y su equipamiento en aviones y submarinos» para lograr situarlo «en una mejor situación con respecto a otros países».

De hecho, Pennaforte consideró que Brasil cuenta con mejor poderío militar que «en los años 1970 y 1980, cuando ocupaba la décima posición en el mundo en gastos militares y producción de material bélico».

El especialista relacionó la construcción del primer submarino nuclear con la reciente decisión de comenzar a fabricar en Brasil aviones de combate de origen sueco F-39 Gripen. Al igual que en el caso del submarino nuclear, producto del acuerdo con Francia, la construcción de aviones de origen sueco implica una transferencia de tecnología que permite la especialización de técnicos y operarios brasileños.

«Tanto con los Gripen como con los submarinos Brasil pasa a tener, por lo menos, una cierta capacidad mínima de tener control tanto sobre sus pasos aéreos como su franja costera. Es realmente una buena noticia en función de la capacidad que Brasil pasa a tener para salvaguardar su litoral y sus recursos naturales», aseveró.

El experto destacó además cómo la nación sudamericana logró mantener «una política de Estado» en materia de armamento militar que consiguiera superar los vaivenes políticos del país, «sin la necesidad de injerencia política partidaria o del espectro político».

Esto se ha vuelto importante, consideró, tras el regreso al poder del Partido de los Trabajadores, que arropa a Lula da Silva, ya que «a la izquierda no le gustan mucho los asuntos militares».

En ese sentido, remarcó que desde la última dictadura brasileña (1964-1985) existe en Brasil «un problema de aversión social y de ciertos segmentos políticos sobre el gasto militar» que ha mantenido encendido el debate. Sin embargo, el analista consideró que actualmente existe «un cierto consenso de que hay necesidad de incrementar» el gasto en Defensa.

FUENTE: https://sputniknews.lat/20231007/submarinos-nucleares-el-paso-de-brasil-para-consolidarse-geopoliticamente-1144490407.html

INVITACIÓN: La Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) en su ciclo de “Pensamiento Estratégico Militar Contemporáneo»: Perspectivas latinoamericanas. convoca para el próximo Miércoles 11 de octubre a las 15 horas a la Conferencia Magistral que dictará el integrante de Dossier Geopolitico Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios y que versará sobre: El Ingreso de Argentina a los BRICS. Coordina el Mg. Daniel Romano y se podrá ver por el canal de la UNDEF en YouTube, la misma es libre y gratuita

El Prof. Dr.MIGUEL ÁNGEL BARRIOS es Profesor de Historia, Posgrado en Historia Argentina, Magíster en Sociología, Universidad Nacional Bs As, Magister en Educación, Asunción, Paraguay, 1997. Doctor en Educación, Asunción, Paraguay, 1999. Tesis Doctoral “El Programa Educativo de la Generación Latinoamericana del 900”. Doctor en Ciencia Política, Universidad del Salvador, Buenos Aires, Argentina. 2001. Diploma en Relaciones Internacionales, Universidad Complutense de Madrid, 2006 Autor de más de 20 libros sobre la realidad Política Geopolítica Historia Latinoamericana

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

Por Emilio Luis Magnaghi*

La interacción entre países vecinos y potencias mundiales en contra de nuestros intereses podría hacernos pasar un mal rato si no se toma conciencia de que es necesario establecer, entre otras, acciones concretas de política exterior

Un claro signo de los tiempos que nos tocan atravesar a los argentinos son los debates políticos, en los que poco o nada se habla de las relaciones internacionales.

“La verdadera política es la exterior”, supo decir una persona que fue tres veces presidente. Hoy, por el contrario, parecemos enredados en cuestiones domésticas y menores, pero hay varios indicios que pueden llevarnos a un violento despertar de esta apatía que nos envuelve. A saber:

  1. El Paraguay ha iniciado una serie de protestas y de acciones concretas contra los intereses argentinos, especialmente en todo lo relacionado con la Hidrovía Paraná/Paraguay y con el uso de la energía eléctrica que se genera en nuestra represa común de Yacyretá. Los mismos no suenan menores, pues han sido voceados por su propio presidente, Santiago Peña.
  2. El Uruguay, por su parte, no pierde oportunidad de mostrar su desagrado hacia nosotros; pese a las ventajas que le otorga nuestra vecindad y su calidad de socio menor del Mercosur. Por ejemplo, todo barco, tanto civil, pesquero o militar que tenga por destino nuestras Islas Malvinas, encuentra en sus puertos una recalada segura y el apoyo logístico necesario.
  3. La República de Chile, como sabemos, tiene una larga historia de diferendos limítrofes con nuestro país. No importa cuántas veces creamos que se ha cerrado el último de ellos entre nosotros, para que los trasandinos vuelvan a iniciar uno nuevo. Tal como ha sido el reclamo de su presidente Sebastián Piñera en uno de sus últimos actos de gobierno, por el cual Chile se adjudicó 5.000 kilómetros cuadrados de espacio marítimo bajo nuestra jurisdicción nacional.
  4. El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, el padre de todos nuestros enemigos, parece no descansar desde antes mismo de ser argentinos y nos invadiera en dos oportunidades, nos bloqueara junto con Francia y nos arrebatara con el apoyo de los EE.UU. nuestras queridas Islas Malvinas y demás dependencias del Atlántico Sur. Para colmo de males, el tiempo no ha hecho más que consolidar ese despojo con acciones vinculadas a la pesca y a la explotación de los recursos del subsuelo marino.

Pero la cuestión pinta mucho peor cuando analizamos las interacciones entre ellos. Por ejemplo, cuando comprobamos que el Cuerpo Militar de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. participa de los trabajos que el Paraguay pretende hacer en la Hidrovía. También, la estrecha e histórica colaboración que existe entre los gobiernos de Chile y Gran Bretaña cuando se trata de oponerse, ya sea por medios pacíficos o violentos, al desarrollo de las cuestiones vinculadas con intereses argentinos en la Antártida y en el Atlántico Sur.

Tampoco pueden excluirse de esta asociación en nuestra contra las ventajas que obtienen países como la República Oriental del Uruguay y el propio Reino de España en lo referente al apoyo que prestan a la usurpación británica de nuestras queridas Islas Malvinas.

Exigencias de la geopolítica

¿Qué es lo que lleva a todos estos países -o al menos a sus clases dirigentes- a desarrollar políticas antiargentinas? Y enfatizamos en la palabra dirigentes, pues no dejamos de ver a sus dirigidos en estas tierras cada vez que necesitan emigrar o, simplemente, atenderse de una dolencia médica o educarse en nuestras universidades gratuitas.

No se trata de levantar banderas xenófobas. Nuestra historia es rica al respecto. Nuestros ejércitos han enarbolado sus banderas por Santiago de Chile, Lima, Guayaquil, Montevideo, Ituzaingó y Asunción, pero siempre lo han hecho en tren de libertadores y nunca de conquistadores.

Pero más allá de la Historia están las exigencias puras y duras de la Geopolítica, que un poco cínicamente afirmaba el inglés Lord Parlmenston de que los Estados no tienen ni amigos ni enemigos permanentes, sino intereses permanentes.

Más humanamente, un gran autor político alemán, Carl Schmitt, sostuvo que la primera y más importante decisión de toda Nación es elegir a sus amigos y a sus enemigos.

¿Qué hacer hacia el futuro?

Como argentinos de ley preferimos las recomendaciones de Schmitt, pues la Argentina ha conquistado amigos y, de paso, se ha sabido ganar buenos enemigos históricos.

De hecho, tenemos un Premio Nobel, el de la Paz, otorgado a Carlos Saavedra Lamas, cuando supo mediar en el conflicto militar entre Paraguay y Bolivia por la guerra del Gran Chaco.

También hemos adherido a sabias doctrinas de las Relaciones Internacionales, como la no injerencia en asuntos internos de otros Estados y al no cobro por medios militares de las deudas externas de los países.

Todo eso está en nuestra genética y en la historia, pero ahora se trata de seguir adelante de cara al futuro, y al respecto la pregunta que nos hacemos es: ¿qué hacer?

Lo que se impone es la recomposición de los tres elementos que hacen a la tranquilidad exterior de toda nación de esta Tierra. En primer lugar, fortalecer los instrumentos de nuestra diplomacia como la causa eficiente que debe materializar y concretar nuestras acciones concretas de política exterior.

En segundo lugar, hay que devolver las capacidades necesarias a nuestras Fuerzas Armadas, pues deben ser el necesario respaldo de nuestras políticas externas.

Y en tercer y último punto, no dejar de desarrollarnos económicamente mediante la producción de bienes y servicios que no solo hagan al bienestar de nuestra población, sino también que sean contribuyentes de las dos condiciones anteriores ya señaladas, las de la Defensa y la de la Diplomacia.

La frase “Estamos rodeados, no los dejemos escapar” es a menudo atribuida al rey espartano Leónidas durante la Batalla de las Termópilas, en 480 a.C, y muy bien puede aplicarse a nuestra situación actual.

Y aquí agregamos la no menos conocida de: “Argentinos, a las cosas”

El Doctor *Emilio Luis Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.

Publicado en la Revista Defensa y Seguridad. Link: https://deyseg.com/analysis/1150