Especial para Dossier Geopolitico Por Miguel A. Barrios(*)

El Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, enfatizó el viernes 19 de febrero en su primer gran discurso internacional desde que llegó a la Casa Blanca el retorno a la cooperación con Europa tras el giro aislacionista de la Administración de Donald Trump.

 “Estados Unidos ha vuelto”, proclamó en la Conferencia de Seguridad de Múnich virtual que lo reunió con líderes europeos. Llamó también a enfrentarse a los riesgos que se ciernen sobre las democracias y a combatir los “abusos económicos y la coerción” de China.

 El cambio de rumbo de la era de Biden respecto a la de Trump en política exterior puede resumirse en algunas frases; el paso del “América primero”, al “América ha vuelto”. “La alianza trasatlántica ha vuelto y no vamos a volver la pista atrás”, resaltó Biden ante el Presidente francés Macrón y la Canciller  alemana Ángela Merkel. “Estados Unidos, insistió Biden está “totalmente comprometido con la OTAN”. De esta crisis estructural, que tiene como retos a la pandemia y la cuarta revolución industrial, los países se hallan en un “punto de inflexión”, entre quienes creen “que la autocracia es el mejor camino” para seguir adelante y quienes creen por el contrario piensan que “la democracia es la mejor manera de afrontar los desafíos”.(https://elpais.com/internacional/2021-02-19/joe-biden-en-su-primera-cumbre-internacional-estados-unidos-ha-vuelto.html).

China se encuentra en una posición central en los desafíos que Estados Unidos identifica y también apuntó hacia Moscú “Putin busca erosionar nuestra alianza trasatlántica porque para el Kremlin es mucho más fácil atacar y amenazar a los países de forma individual, que negociar con una alianza unida”. 

Anunció una política de multilateralismo pero los enemigos de Estados Unidos siguen siendo China, Rusia e Irán. 

 Sobre Irán dijo que su país está dispuesto a “negociar el acuerdo nuclear de 2015, pero también significa responsabilidades”. El Presidente Biden habló también de la crisis climática y del regreso de su país al Acuerdo de París e hizo un llamamiento para que haya energía limpia. 

La Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) es una Conferencia anual sobre políticas de seguridad internacional que ha tenido lugar en la ciudad alemana de Munich desde 1963. Cada año reúne a unas 350 figuras de alto nivel de más de 70 países para participar en un intenso debate sobre los desafíos de la seguridad actual y futuro. 

En este año por primera vez se desarrolló en una sola jornada y de forma virtual teniendo que sortear el reto de la pandemia. El objetivo de este año es unificar esfuerzos y compromisos en asuntos globales como el clima, la pandemia, y el terrorismo. Por supuesto que es una Conferencia que tiene una marcada tendencia occidental. “Este es un evento estadounidense y europeo” expresó Wolfgang Ischinger, director de la MSC. (https://www.dw.com/es/as%C3%AD-se-celebra-la-conferencia-de-seguridad-de-m%C3%BAnich-en-plena-pandemia/a-56630121).

Lo interesante de lo ocurrido en la Conferencia es la quiebra que se está produciendo del consenso estratégico occidental que estuvo vigente en la guerra fría y posguerra fría. 

A diferencia de los propuesto por Biden, el Presidente francés Emmanuel Macrón, señaló que si bien apreciaba la lista de “desafíos comunes” Europa tiene “una agenda que es única”. En su discurso en la Conferencia el Presidente francés hizo hincapié en la “autonomía estratégica” de Europa y sugirió que el nuevo plan de la OTAN debería incluir “un dialogo con Rusia”. En una referencia a su concepto del ejército de la Unión Europea, Macrón comentó que “Es hora de que Europa asuma mucho más la carga de nuestra protección”. (https://sputniknews.com/military/202011221081243098-historic-allies-not-vassals-debate-continues-on-contentious-issue-of-european-army-us-reliance/ ).

La canciller alemana, Ángela Merkel, sin hablar con el estilo directo del francés dejó en claro que “los intereses europeos y estadounidenses no siempre convergerán”.  Alemania sigue siendo uno de los pocos Estados europeos que resiste la presión de Washington con respecto a sus programas que involucran tecnología 5G y el proyecto Nord Strem 2, (nombre con que se conoce un gasoducto que conectará Rusia con Alemania y Europa Central y del Este a través de 1.200 kilómetros por el mar Báltico). (https://sputniknews.com/us/202102211082143247-msc-2021-us-of-today-no-longer-the-one-of-the-cavalry-is-coming-in-europes-eyes-analysts-say/). 

El geopolítico Italiano Tiberio Graziani, director de Visión and Global (https://www.vision-gt.eu/tag/tiberio-graziani/), plantea que los líderes europeos comprendieron “la importancia de la especificidad de su propia identidad y función en la nueva construcción del nuevo sistema mundial”. 

La Conferencia de Seguridad de Múnich ha dejado una serie de interrogantes que como podemos ver pasa por la crisis de las relaciones trasatlánticas y la evolución que pueda tener en el sistema mundial, lo que nos obliga a los sudamericanos a estar atentos ante semejante tensión estratégica. 

(*) Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios – Dr. en Educación – Dr. en Ciencia Política

Autor de más de 15 obras de Historia y Políticas Latinoamericana. Director de Dossier Geopolitico

Uno se vislumbra en el posicionamiento de las élites financieras globales y algunos líderes de países occidentales, el otro lo perfilan en sus discursos los líderes de las potencias anti hegemónicas Xi Jinping y Vladimir Putin. Davos entre distopías y esperanzas

POR GUILLERMO WIERZBA FEB 7, 2021 

El Foro Económico Mundial que se reúne anualmente en Davos tiene el objetivo de reunir a grandes empresarios, personas que poseen la concentración más alta de riqueza en el mundo desigual del presente, líderes de las grandes potencias mundiales y gobernantes de países periféricos. La composición de los encuentros de Davos refleja con nitidez el sentido intelectual de los mismos y el tipo de intereses e ideas que resultan hegemónicos.

El Foro de 2021 se realizó con conexión remota y sin presencialidad debido a la pandemia. Así, el tema de la peste constituyó una cuestión dominante del debate. Lo discutido en Davos confirmó que los intelectuales, dirigentes sociales y políticos están visualizando la alta probabilidad de cambios en el funcionamiento de la economía mundial para la pospandemia. Su dirección y profundidad aparece expresada en distintas opiniones, encuentros y manifestaciones que se realizan. Hay quienes hacen postulaciones de cambios radicales, a partir de la exposición desnuda que el despliegue de Covid-19 hizo de un mundo injusto, desigual y con una concentración opulenta de la riqueza conviviendo en sociedades con multitudes humanas sumergidas en la miseria. Otros temen por la caída de los fundamentos de un régimen que los privilegia, y postulan versiones gatopardistas para que cambie algo en función de que nada modifique las relaciones de poder que permitieron las obscenas diferencias con las que las minorías acomodadas y las mayorías oprimidas y excluidas enfrentaron la pandemia. No resulta ocioso señalar que el Summit del G20 en Londres, durante la “crisis de las hipotecas” de 2008, produjo un documento final que se hacía eco del clima de crisis del paradigma neoliberal y asumía la necesidad de cambios que redujeran la desigualdad y la pobreza, promovía mayores regulaciones financieras y criticaba las condiciones previas de la economía mundial. Sin embargo, cuando las aguas se calmaron emergió una lógica de correctivo continuismo de lo preexistente, en la que predominaron planes de consolidación fiscal que hundieron a muchas de las economías periféricas o con mayor debilidad.

Una de las diferencias que aparecieron en los discursos de Davos fue que algunos adherían a la caracterización de que se transitaba la entrada a un período de pospandemia,  mientras otros, como Xi Jinping, subrayaron que proseguían los tiempos de pandemia y que las preocupaciones sobre las características y las políticas necesarias para enfrentarla constituían la cuestión sustantiva de la época. En referencia a las diferentes miradas sobre la post-peste, es imperioso ver que en tiempos de Covid las desigualdades se profundizaron en lugar de mitigarse y no se debe pasar por alto que esta tendencia podría no ser ajena a la sociedad pospandémica.

El capitalismo de los stakeholders 

Esta propuesta debatida en Davos revela una fuerte crisis de ideas e imposibilidad de cambios del capitalismo de la financiarización, en el cual predomina la lógica de maximización de ganancias y el predominio de las remuneraciones a los fondos de inversión financiera por sobre la tasa de beneficios del capital productivo.

La ingenuidad y falta de solvencia académica y teórica del cambio en el capitalismo promovido por los líderes de la mayoría de los países centrales acompañado por las “ideas innovadoras” sobre la sociedad de los empresarios multimillonarios, quedaron expuestas en la propuesta del capitalismo de stakeholders. Su denominación españolizada es “capitalismo de las partes interesadas”, y su axioma clave postula que las empresas desempeñen el papel director de las economías, pero sujetas a una serie de condiciones éticas que incluyen consideraciones respecto de la justicia social, la mitigación de la desigualdad y una actitud activa en el cuidado del medioambiente. Estaría basado en un cambio de la conducta empresaria. Una transformación de carácter “moral” que modificaría el móvil de la empresa capitalista. Consiste en llevar al centro de la escena a lo que dio en llamarse “responsabilidad social empresaria”.

Más que una propuesta realista, los “buenos” promotores del Foro Económico Mundial parecen predicadores de una religión laica. Realizan un llamado a un comportamiento empresarial que mejore el bienestar social. Pretenden ese comportamiento de los poderosos protagonistas de la financiarización. En la lista de ponentes que incluyó el encuentro virtual de hace unos días estaba Larry Fink, el CEO del principal fondo de inversión de Wall Street, Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, y Marc Benioff, director ejecutivo de Salesforce.com.

En dos cosas el poder hegemónico de Davos resulta taxativo:

  1. El capitalismo resulta indiscutible, y
  2. El sector público no debe manejar la economía. O sea que los paradigmas previos a la contrarrevolución neoconservadora deben quedar bien enterrados.

Hubo una prédica insistente desde la conducción del Foro y sus hegemónicos líderes occidentales respecto a la promoción de la “economía verde”, la urgente reducción de las emanaciones de carbono y la utilización de energías limpias. Pero sin discriminar los deberes de los países desarrollados respecto de los dependientes en esa tarea. También se propugnó la colaboración público-privada para la intensificación de la innovación tecnológica, especialmente de la economía digital. Hubo referencias a mejorar condiciones sociales, como la disminución de la desigualdad y la limitación a la concentración de la economía. El pilar para sostener todo esto sería la empresa privada, pero imbuida de responsabilidad social. No hicieron referencias para terminar con la promoción de la flexibilización laboral, ni para construir sociedades sin desempleo. Sólo un apunte de Angela Merkel planteando que los sectores digitales fueron beneficiados por la pandemia, y los de servicios, perjudicados.

El gran ausente de esta edición del Foro fue el gobierno norteamericano, seguramente por la traumática transición política. Pero fue evidente en el conjunto de las exposiciones la bienvenida a Biden y al final del gobierno del ultraderechista Trump. El motivo, la coincidencia en la restauración del multilateralismo previo a la llegada de este último al poder.

La pospandemia en la mirada de los líderes occidentales

Merkel reconoció que el sistema de salud en Alemania es de carácter individual y no contempla la atención primaria comunitaria. En cambio, reivindicó como una fortaleza de la sociedad alemana el sentimiento de solidaridad. Sentenció que la concentración de la economía debe detenerse. Pero, a la hora de formular una propuesta de organización de la economía posterior a la crisis, la líder conservadora recurre al viejo slogan liberal de la “economía social de mercado” que popularizó Ludwig Erhard, miembro de la sociedad Mont Pellerin –cuna del neoliberalismo— y que fuera pregonado en nuestro país por Álvaro Alsogaray. Merkel le agrega “la responsabilidad social empresaria”, para estar a tono con el eje propuesto por la convocatoria al Foro. Hace algunos diagnósticos progresistas, que revelan una lectura atenta de la realidad, y propuestas gatopardistas,  cuya debilidad refleja la incapacidad, desorientación e imposibilidad para construir un futuro diferente para el capitalismo financiarizado.

Emmanuel Macron hizo una intervención apologética de las décadas de neoliberalismo. Sostuvo que durante ese período accionistas y consumidores se beneficiaron como nunca y elogió los cambios tecnológicos y la modernización productiva durante ese período. Su intervención revela un alto nivel intelectual que no permite presumir como una omisión involuntaria, la no mención de las virtudes que pudo haber tenido la llamada época del “capitalismo de oro”, con su modelo del Estado de bienestar. El Presidente francés es, sin duda, un entusiasta de la economía de libremercado. Pero luego debe situarse en el clima de época de la peste, y señala que el modelo del apogeo del liberalismo neo no es replicable para el futuro, pasando a enunciar consecuencias no menores (asimilables a efectos no deseados o colaterales) del liberalismo neo: la financiarización —cuando asigna sobreremuneración a una facción social—, la pérdida de empleos, el deterioro de los salarios, la externalización del empeoramiento climático. Tampoco ahorró la mención de una amenazante crisis de la desigualdad, de la demanda y climática. Pero en relación a su propuesta de sistema pospandemia, Macron resulta taxativo y coincidente con Merkel en la salida gatopardista.

El Presidente francés hace suya la propuesta del “capitalismo de las partes interesadas”, una definición con pretensiones más académicas que la de “responsabilidad social empresaria”. El gobernante galo advierte que el activismo estatal no puede, ni deber, ser la única –ni la predominante— respuesta para detener las externalidades negativas. Los Presidentes de las naciones hegemónicas de la Unión Europea coinciden en predicar la necesidad de disminuir el gasto fiscal incrementado durante la pandemia y en la vocación de poner un límite a la intervención del Estado. El enunciado de Macron de que no se puede pensar la economía sin lo humano va de la mano con la convocatoria a un cambio de la actitud empresarial que corrija las plagas neoliberales. Ningún cambio de rumbo. Una manifestación de deseos ingenua, o tal vez cínica.

La ministra de Relaciones Exteriores española se pronunció contra el “nacionalismo sanitario” y por una justa distribución de las vacunas a los países pobres. Advirtió sobre la inadmisibilidad del incumplimiento de contratos por parte de los laboratorios respecto a la entrega de esas vacunas para enfrentar la pandemia. También pregonó reglas del juego justas para el mundo digital. Sin embargo, repitió como conceptos de valor estratégico la confianza y la transparencia, una música ligada a la crítica de lo público y la valoración de la iniciativa privada. Cuestión que reforzó con su posición promotora de la alianza-público privada para la investigación y promoción de las medicinas de prevención y atención del virus. 

Continuismo explícito

Los posicionamientos más derechistas y sin revisionismos respecto al neoliberalismo fueron los del presidente israelí Benjamín Netanyahu y el canciller brasileño Ernesto Araujo. El primero reivindicó la continuidad de la desregulación económica, la desburocratización de las reglas y la educación y el mercado libre como pilares del desarrollo económico. Hizo la analogía de las vacunas contra Covid con las municiones para la guerra. Pero exhibió el liderazgo que su país adquirió en la cantidad de vacunados, adjudicándolo a la flexibilidad que tuvo respecto del precio a pagar por las vacunas. El brasileño se refirió a la importancia que tiene el reconocimiento a los Estados Unidos como la superpotencia de la libertad, “porque esa es la garantía para impulsar ese valor en el mundo y en el continente”.  Araujo sentenció que su país recupera, con el gobierno de Bolsonaro, la democracia y la libertad. Propició la dinamización de la OMC como política para promover la apertura económica y la democracia, categorías que emergieron en su discurso como indisolublemente unidas. 

Contrahegemónicos

Xi Jinping afirmó que la “historia avanza y no se vuelve atrás”. Hizo un aporte crítico del tono general del encuentro. Expresó que “no todos los países tienen el mismo sistema social” y que era necesaria la coexistencia pacífica entre los países de distintos regímenes de organización social. Afirmó que sin la comprensión de esa diversidad no habrá progreso social. Llamó a reducir la brecha de desarrollo entre países y advirtió que la pandemia agudiza la polarización entre países ricos y pobres. Se pronunció contra la lógica de la Guerra Fría, y enunció los valores de: paz, desarrollo, igualdad, justicia y libertad. Promovió un sistema internacional en donde no se use la potencia del más fuerte para imponerse frente a los países más chicos en la resolución de diferencias. Manifestó que hoy sigue siendo más importante atender la pandemia como problema clave, expresando que estamos en épocas de seguir pensando la peste, contrastando con las reflexiones centradas en suponer que estamos en tiempos de salida de la pandemia. Reivindicó un multilateralismo de iguales. 

Señaló que China erradicó recientemente la pobreza extrema y definió a su país como de un sistema socialista moderno.

Putin dijo que existe una crisis política mundial, con enfrentamientos violentos y conflictos regionales crecientes. Criticó la concentración de ingresos y la estratificación social en los países más desarrollados. Rechazó el Consenso de Washington, cuyo modelo de crecimiento económico, sostuvo, estuvo basado en el crédito, la deuda y la desregulación. Planteó la necesidad de intervención del Estado para proteger los puestos de trabajo, concibiendo la economía futura con un paradigma de personas viviendo en un entorno de seguridad, con empleo, jubilación, educación y salud. Reivindicó los estímulos fiscales para el desarrollo y reclamó la reducción de la brecha entre países. Hizo una crítica explícita a los Estados Unidos por su política de construcción de enemigos internos y externos. Realizó un llamado explícito a democratizar la disposición de vacunas, advirtiendo sobre la desventaja africana.

Publicado en: El Cohete a la Luna: https://www.elcohetealaluna.com/entre-distopias-y-esperanzas/ 

El 15/2/2012 fui entrevistado por el Programa «Detrás de la Razón», que conduce el Periodista mexicano Roberto de la Madrid, junto al Dr. Eduardo J. Vior, dos argentinos, analizando el futuro de Trump y la situación política interna de USA. que por supuesto tendrá efectos externos dado el rol de República Imperial que asumió luego de la Segunda Guerra Mundial y mas aún después de la desaparición de la Unión Soviética. 

Dossier Geopolitico Tanque de Ideas suramericano, cada dia tiene mas presencias en medios globales de habla hispana

¿Perdió o ganó? ¿O qué pierde y qué gana EEUU? El impeachment contra Donald Trump del cual se desprende que es dos veces inocente cuando lo acusan de villano violador de la Constitución, se volvió un show de cámaras y micrófonos que mostró lo que menos importa para analizar la situación estadounidense tanto social, económica como política. Si bien el impeachment que fue presentado como un acto necesario ante un acto grave el cual tenía que ser castigado según los demócratas, lejos de entrar en el si Trump fue culpable o no, si de verdad movió mentes Trump para que asaltaran el Capitolio o no, sí representa el estado esencial de la relación entre pueblo y política y entre pueblo y pueblo en sus diferentes aristas dentro de los EEUU. Ese el punto que analizaremos en este capítulo para ver la conformación de poder para los próximos 8 años, vitales para el reacomodo geopolítico. ¿Quién defiende a Trump que no lo pueden sentenciar o no es más que un reflejo de lo que pasa en lo más profundo del devenir de ese país? ¿Qué sigue para Biden, qué propone y cómo enfrentará al nuevo padrino de los republicanos que ya tiene oficina electoral virtual en el club de golf Mar-a-Lago?

15 años promoviendo semanalmente la Geopolitica, en este Programa

Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO:

La columna dominical de geopolítica para el Club de la Pluma de este domingo, que presenta Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, nos trae dos temas centrales y de gran actualidad: Las  Elecciones en Ecuador y Los despliegues de barcos de guerra en nuestro Atlántico Sur. Y en ambos casos, la presencia de EEUU es determinante, tanto con maniobras militares como políticas.

Pero el análisis de esta semana es más variado y también muy importante. Por lo que comienza con EEUU y su lucha interna y sigue con su política exterior que al parecer no va a variar. Por el contrario, que se estaría reforzando la idea de la confrontación.

Y asegura que: ¡¡EEUU ya está decidido: Los enemigos son China y Rusia y cualquier otro posible aliado!!

También nos avisa que el choque entre Atlantistas y Continentalistas se extiende por todo el mundo y ya llega a Sudamérica.

Luego nos adelanta que China avanza en la ruta de la Seda con trascendentales acercamientos con Europa Central y Oriental y también con Bruselas para profundizar las relaciones comerciales. Movimientos estos que agudizan fracturas internas entre los diferentes intereses y potestades de los miembros de la UE. Mientras la prensa del viejo continente nada informa al respecto.

Más adelante se refiere al conflicto diplomático de la UE con Rusia, con Borrell y Navalni como primeros actores. Y pone especial foco en que Rusia puede romper relaciones con Bruselas, si ésta insiste en hacer seguidísimo de EEUU y ser funcional a la OTAN.

Sobre Italia, desgrana los tópicos del nuevo gobierno tecnócrata y genuflexo de Mario Drahgui, que se inclina sumiso ante el Atlantismo de EEUU y se pregunta sobre la reacción de Merkell y Macron a tal actitud de sometimiento, cuando estos dirigentes intentan abrir horizontes hacia Rusia y China.

Y a seguir, aborda en profundidad uno de los tema centrales de la semana: Las Elecciones en Ecuador.

Repasa los resultados de la primera vuelta. El triunfo claro del “Correísta” Araoz. El empate técnico por la segunda vuelta entre la derecha financiera y los “supuestos indigenistas”. Alerta de la maniobra para ensuciar el triunfo de Araoz con alusiones de fraude. Habla de un muy extraño recuento de votos ordenado por la Comisión Nacional Electoral, que solo atiende y escucha a los dos partidos contrarios a Araoz. Nos cuenta de la intranquilidad por este abuso de la autoridad electoral. Y pone encima de la mesa la madre de todas la maniobras de EEUU: ¡¡UN PACTO PARA LA SEGUNDA VUELTA ENTRE EL PARTIDO DE LOS BANQUEROS Y EL DE LOS INDIGENISTAS!! Y termina el tema repasando las posibilidades de Araoz en la segunda vuelta.

Pereyra Mele continúa su columna por Brasil y nos explica que ésta semana se ha reconocido oficialmente que el famoso caso del “Lava Jato” fue creado para destituir a Dilma Rousseff y encarcelar a Lula. Además habla de la confesión del anterior jefe del ejército sobre que presionaron y lograron que justicia negara al ex-presidente el Habeas Corpus y sus derechos a ser candidato. Y finalmente desentraña la maniobra fáctica que llevó al poder a Jair Bolsonaro. 

Y cierra el programa en nuestro país con otro tema de candente actualidad. LOS MARES DEL SUR ARGENTINO.

Y se sumerge en submarinos nucleares, con un tweet secreto (pero público y amenazante) de la armada estadounidense. Navega por las Islas Malvinas entre las patrullas anglo americanas. Nos recuerda el reciente rechazo argentino al atraque en el puerto de Mar del Plata de un buque de guerra de EEUU. Y habla del enfado de Washington por esa negativa.

Y denuncia la estrategia en marcha de Inglaterra y EEUU para cercar y cerrar el perímetro marítimo de América del Sur, tanto del Atlántico como del Pacífico.

Así, Pereyra Mele nos desglosa impresionantes informaciones y argumentos, como si fuese una película de guerra sigilosa, pero que es real y verídica. Una disputa que ya se está librando en este momento, con un gran botín en juego, que es nada más y nada menos, que nuestra reserva marina. 

Un electrizante relato. Duro. Impactante. Preocupante. Pero necesario para comprender por qué Argentina también es un centro de codicia de los imperios mundiales. 

Eduardo Bonugli

Pereyra Mele

Lo dijo el presidente de China, Xi Jinping, al inaugurar el Foro Económico Mundial de Davos: tras la pandemia, «el mundo no volverá a ser como era». Y esta constatación cobra una gran relevancia, no sólo por venir de quien viene, sino además en un contexto de pandemia en que precisamente el gigante asiático fue el único país que creció en 2020.

AUDIO:

https://mundo.sputniknews.com/20210212/davos-2021-preludio-de-una-rusia-y-europa-unidas-1101790457.html

La sentencia

La sentencia del mandatario chino tiene sustento y sustancia, si tenemos en cuenta las principales conclusiones a las que arribaron economistas jefes consultados por el Foro y hechas públicas el día del puntapié inicial del evento.De acuerdo al dossier, pero también a los últimos acontecimientos, exacerbados con las últimas elecciones de EEUU, la actual crisis derivada de la pandemia acarreará una aceleración en la posición de dominio de las grandes tecnológicas y el trabajo a distancia, y por ende, las desigualdades económicas.Esto, y siempre según el informe, originará una nueva era en cuanto a políticas fiscales, monetarias y de competencia, y sorprendentemente, una mayor presencia del sector público en la economía.

El coronavirus vino a acelerar procesos que ya estaban en marcha», señala el director del think tank Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, al indicar que hace años que se estaba procesando un cambio sustancial en el mundo, en las transferencias de áreas de poder y de distintas potencialidades.

«Esa transferencia de poder de unos hacia otros, como bien ha dicho Xi Jinping y también Vladímir Putin en su discurso ante Davos, se ha acelerado», abunda el analista.En sus anteriores jornadas anuales «la ideología globalista que se aplicó desde Davos fue un centro de poder hegemónico —EEUU de Norteamérica—, que difundía principios y valores a cumplir a rajatabla sin que nadie le cuestionara esas indicaciones o directivas, por aquello del famoso consenso de Washington, que poco tenía de consenso, y mucho más de dictado sobre lo que tenían que hacer los países subdesarrollados o subordinados a los poderes globales centrales. Ahí es donde hay que encontrar la letra de lo que ha traslucido el presidente de China Xi Jinping, donde habla de que hay que reestructurar esta globalización», explica Mele.

¿De Lisboa a Vladivostok?

En otro tono, y tal vez sabedora de su fecha de caducidad inminente en la vida política, no sólo a nivel global, sino también a nivel doméstico, la canciller alemana, Angela Merkel, actuó en modo ‘Para lo que me queda en el convento…’. Desde ese lugar lanzó dardos contra China, y de paso contra la OMS [Organización Mundial de la Salud] por lo que considera una gestión opaca de la crisis del coronavirus.Sin embargo, se ungió como defensora de un multilateralismos real, desdeñando las relaciones multilaterales de bloques que son las que reinan en la actualidad. Clamó por una Europa fuerte y unida para enfrentar los retos de proporciones que se vienen por delante.En este sentido, es donde cobra, si cabe, una mayor relevancia unos conceptos vertidos por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, durante su intervención en el cónclave, una situación que tuvo lugar luego de una pausa de unos años. Afirmó que Rusia y Europa forman una misma civilización y que tienen mucho en común, sobre todo desde el punto de vista geográfico, cultural, económico, científico y tecnológico, pero matizó que ahora mismo las relaciones entre ambos «no son normales».InternacionalMerkel defiende el papel de la OMC ante el creciente proteccionismo26 Enero, 14:39Así, Putin llamó a Europa a dejar de utilizar todos los problemas de siglos pasados en la política interna y mirar hacia el futuro. «Estamos preparados para hacerlo, lo queremos y lo buscamos , pero el amor es imposible si se declara solo por una parte, debe ser mutuo», subrayó.»Las declaraciones de Putin son más que claras: es tenderle la mano a una Europa que se autoimagina como unida, pero en el fondo sabemos perfectamente que hay una gigantesca diferenciación por áreas, por regiones, y por países», señala Mele.Para ilustrar sus afirmaciones, el analista menciona la gestión que han hecho de la pandemia los distintos países del bloque comunitario, mientras entre unos y otros actuaban de manera mezquina. «No logran ni siquiera en un área de emergencia mundial, ponerse de acuerdo. Los mismo ha ocurrido con su política exterior que es errática, y más después del Brexit«.»El escenario que se ha presentado en Davos nos da un panorama más claro y comprendemos mucho más qué es lo que entienden Rusia y China sobre la globalización, y cómo la entiende EEUU», concluye Carlos Pereyra Mele.

Especial para Dossier Geopolitico por el Mgter. Omar Ruiz (*)

La política exterior de Argentina (AR) y del presidente Alberto Fernández (AF), es uno de los aspectos destacables del gobierno del Frente de Todos, en un contexto de crisis socio-económica mundial por la pandemia, de una novedosa geopolítica de las vacunas y una auspiciosa recuperación de proyectos nacionales en los países de la región. 

La política exterior argentina del actual gobierno está determinada por el interés nacional entendido como los valores e intereses permanentes del país y por los principios de soberanía, multipolaridad, multilateralismo, respeto al derecho internacional, integración regional e inserción comercial inteligente.

Las acciones desarrolladas por el presidente Alberto Fernández se enmarcan en lo que Juan Carlos Puig denominó “autonomía heterodoxa”, enfoque apropiado para un país de tamaño medio como el nuestro, que reconoce la existencia de distintas potencias globales, no comparte algunos de sus lineamientos y preserva para sí intereses propios, teniendo presente que: 1) que no hay políticas de poder sin poder, 2) que las necesidades del país en términos de intereses comerciales y/o renegociación de deudas implican en algunos casos ciertos condicionamientos, 3) que la política exterior y la política interna se influyen mutuamente según la relación de fuerza entre gobierno y factores de poder y 4) en el caso de la actual coalición gobernante, los matices sobre la política exterior generan tensiones creativas al interior de la misma. 

El presidente Alberto Fernández ha expresado en distintas reuniones, encuentros y foros virtuales en el marco de la pandemia, la necesidad de construir un orden mundial más justo y se ha pronunciado por un capitalismo humano y democrático, mostrando simpatías por el modelo social de los países nórdicos e impulsando en nuestro país políticas de desarrollo con contención e inclusión social y reparto equitativo de la riqueza a través del aporte de las grandes fortunas. Además, con destreza el ministro Martín Guzmán ha logrado una muy buena renegociación de la deuda privada y se encamina del mismo modo con la deuda ante el FMI.

El presidente argentino desde el comienzo y con una clara vocación de liderazgo suramericano y latinoamericano, repudió el golpe de estado en Bolivia, coordinó con México el salvoconducto del ex Presidente Evo Morales, su posterior asilo, dio su apoyo al actual presidente Luis Arce e impulsa la incorporación plena de Bolivia al MERCOSUR.

Con el presidente Andrés Manuel López Obrador se acordó la iniciativa para la creación de la agencia espacial latinoamericana. Mejoró su relación con los presidentes de Uruguay Luis Lacalle Pou y de Chile Sebastián Piñera, con este último acordó el proyecto de la red de fibra óptica para conectar el sur de nuestro continente con el sudeste asiático. La victoria en primera vuelta de Andrés Arauz en Ecuador, expresa, al igual que como ocurrió en Argentina y Bolivia, que las mayorías acompañan proyectos nacionales, populares y progresistas siempre que haya renovación dentro de los mismos.

Con la actual presidencia Pro tempore de Argentina en el MERCOSUR, se impulsará un fortalecimiento del bloque regional, un aumento en el comercio intra región, y la construcción de un bloque geopolítico que permita contrapesar las asimetrías en las negociaciones comerciales con la Unión Europea, China y otros Estados.

El presidente está decidido a impulsar una integración estratégica de Suramérica más allá de los signos políticos de los gobiernos, al mismo tiempo que dialoga en el grupo de Puebla apoyando cambios políticos en los países de la región.

Con el ex presidente Lula Da Silva la estrategia sobre el continente era común, con el presidente Jair Bolsonaro las diferencias son palpables, sin embargo y a pesar de los anuncios de Brasil como la no compra de trigo argentino, o la no renovación del acuerdo de transporte marítimo, Argentina debe insistir en el diálogo propiciando una reunión cumbre.

El informe “Bachelet” sobre Venezuela tuvo a Argentina en su posición histórica en materia de derechos humanos, así como sostuvo el no reconocimiento a Juan Guaidó por su origen no democrático y el rechazo al intervencionismo de EE.UU. El gobierno viene desarrollando una política de anticipación con su intención de abrir una nueva instancia de diálogo que unifique a la región frente a la situación de Venezuela, supere la división entre el grupo de Lima y el grupo de Contacto, y contribuya a recuperar un sistema de elecciones periódicas y transparentes con participación de la oposición. Esto último permitiría poner un freno a la injerencia norteamericana y condicionar al presidente Joe Biden a acompañar las gestiones de diálogo. 

En la causa Malvinas el gobierno ha tomado decisiones importantes como la creación del Consejo de Estado para sostener en el tiempo una política soberana. La negativa a autorizar el despliegue de un buque de guerra de la guardia nacional de Georgia, EEUU, en el Atlántico Sur; el tácito reconocimiento de la soberanía argentina que la empresa alemana Lufthansa realizó al solicitar permiso al Estado argentino en sus vuelos a las Islas Malvinas; las gestiones de la cancillería argentina promoviendo que en el acuerdo comercial entre el Reino Unido y la Unión Europea se excluya a Malvinas como territorio británico de ultramar, ocasionando un incremento de aranceles al gobierno ilegal e ilegítimo de las Islas; y la prohibición de tránsito por nuestro espacio aéreo de un vuelo desde Montevideo a Malvinas para transportar personal de buques pesqueros con permisos ilegales, ratifican la voluntad del gobierno nacional de recuperar la soberanía sobre las Islas. Argentina, país bicontinental, debe tener una mirada profunda no sólo de Malvinas, sino también del Atlántico Sur y de la Antártida, por lo que representan por su importancia geopolítica y para el desarrollo del país.

Con Rusia las relaciones están pasando por uno de sus mejores momentos, cuando la solidaridad se expresa para Argentina y el mundo con la vacuna Sputnik V, gestión en la que participó la actual vice presidenta Cristina Fernández. Rusia además manifiesta un permanente reconocimiento de la soberanía argentina sobre Malvinas y ambos gobiernos comparten una visión sobre la necesidad de un mundo multipolar. Es deseable que haya más entendimientos en el marco del acuerdo de cooperación estratégica como sería la posibilidad de proveer a nuestro país de los aviones SU 30SM, MIG 29M y YAK 130 tan necesarios para reequipar nuestra aviación militar.

La llegada del presidente Joe Biden augura ciertas coincidencias en algunos temas como la lucha contra el cambio climático que supone la adhesión de EE.UU. a la Convención de París y el apoyo a la negociación argentina con el FMI; sin embargo, Argentina viene de enfrentar la política norteamericana en la OEA, de disputar la presidencia del BID y de las recientes advertencias del canciller Felipe Solá para no apuesten a dividir a la región.

En el caso de Europa el presidente Alberto Fernández que mantiene buenas relaciones con los mandatarios Emmanuel Macron, Angela Merkel y Pedro Sánchez, ha puesto el foco y su mirada crítica en el acuerdo comercial Mercosur – Unión Europea analizando su impacto sobre nuestro sector industrial y laboral, lejos del optimismo infundado del gobierno anterior.

China, potencia en ascenso y destino principal de nuestras exportaciones, es un país con el cual Argentina debe profundizar sus relaciones comerciales evitando una reprimarización de nuestra economía y buscando una solución al problema de la pesca en la milla 201, situación compartida con países como España y Corea del Sur entre otros.

Argentina debe liderar un proceso definitivo de integración política, institucional, social, energética, militar, financiera, comercial y ambiental que permita a nuestra región convertirse en potencia y en un actor con capacidad de influencia global. En este camino resulta clave el fortalecimiento del MERCOSUR, recuperar UNASUR y la asociación de Argentina a los BRICS. 

(*) Magister RRII Omar Ruiz – Analista en temas Internacionales del Frente de Todos

En un comunicado, la empresa de telecomunicaciones del Estado Nacional se asume como un actor clave en los proyectos que el presidente Alberto Fernández firmó con el mandatario chileno, Sebastián Piñera. Se trata del primer cable submarino de Internet que conecta Sudamérica con el Asia-Pacífico y que se implementará con participación argentina a través de ARSAT.
El cable submarino Transpacífico tendrá su amarre en Valparaíso, lo que implica una conexión accesible con los más de 34.500 kilómetros de nuestra Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO). Así se acelera la integración digital de Argentina y Chile, mediante el transporte del tráfico de Internet a través de ARSAT.


Este transporte, desde y hacia Brasil, y también a Uruguay, Paraguay y Bolivia hacia Oceanía/Asia, que evita tener que conectarse a través de EEUU y Europa, posicionará regionalmente a ARSAT, tanto en el mercado de fibra óptica como en servicios satelitales.
Asimismo, la mayor conectividad que se lograría por tener una salida directa al Océano Pacífico, sumada a las salidas naturales por el Atlántico a través de la localidad de Las Toninas, podría transformar a nuestro país en un actor digital del hemisferio sur.
Argentina mejoraría además la conectividad de los pasos fronterizos. En ese sentido se avanza en una mesa de trabajo interdisciplinaria entre ambas naciones, para determinar qué pasos priorizar en el tendido de fibra óptica, para ser conectados a nuestra REFEFO, logrando de esa manera optimizar recursos y reducir los tiempos de atención.


La República Argentina se compromete a participar en el proyecto, a través de un aporte de capital cuyo monto y modalidad será determinado de común acuerdo entre Desarrollo País, la entidad pública chilena a cargo de la estructuración del mismo, y la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT).


El presidente Piñera manifestó el interés de Chile en los servicios de internet satelital de alta velocidad que brindará nuestro tercer satélite argentino de telecomunicaciones ARSAT SG-1 que está en pleno proceso de construcción en Argentina.
Sobre esto, se ha dicho bastante que esta traza elude los servers estadounidenses y europeos, al que hasta hoy nos obliga nuestra salida informática hacia el Atlántico por Las Toninas, vía cable brasileño. Con la traza Atlántica, queda garantizado el espionaje de cualquier negociación delicada entre Argentina y China.


Pero en opinión de AgendAR la realidad es más compleja. Las trazas posibles de la fibra óptica transpacífica pasan por Nueva Zelanda y/o Australia, aliados estratégicos de EEUU y duchos en «pinchar» tráfico de bits hacia y desde China, y ni mencionar a Chile, alineado siempre con la OTAN y consorcista en este cable. La información reservada, cuando la hay, circula por canales mucho reservados (aunque nada impermeables, eso no existe). La otra obviedad que no queda dicha es que este emprendimiento lo financia básicamente China.
Lo que sí es innegable es que con una conexión bioceánica, la REFEFO, con sus 35.000 km. de fibra óptica de gran ancho de banda, todo laboriosamente construido casi desde la nada por ARSAT entre 2010 y 2015, dejará de ser un lugar de llegada o de origen del tránsito de bits. En cambio, se volverá además un gran nodo de paso dentro de la matriz de intercambio global. Logísticamente, es un avance considerable.

15 años promoviendo semanalmente la Geopolitica, en este Programa

Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO:

En la tradicional columna semanal de geopolítica para el Club de la Pluma de este domingo, Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, nos hace un índice de los titulares de la política internacional. 

-La dantesca lucha  por las vacunas en Europa demuestra que la UE es un gigante económico y a la vez una enana geopolítica

-En Italia, otra vez van a repetir con un gobierno de tecnócratas del Mercado, en un país que aún no se recuperó de la crisis del 2008.

-Alemania por su parte ha dejado de reconocer al “Encargado” Guaidó y aboga por más diálogo sobre Venezuela, mientras EEUU amenaza con más mano dura.

-En Brasil, aumentan las protestas contra Bolsonaro por NO ADMINISTRAR la pandemia. Mientras el presidente trata de blindarse ante un posible juicio político y se desinfla el famoso caso judicial del Lava Jato.

-Argentina por su parte, no autorizó la visita de un guarda costa de EEUU (USCG Stone), quien se ha auto designado combatiente de  la pesca ilegal en la región.

-En Ecuador se celebran elecciones que buscan resolver la larga crisis política iniciada por el presidente Lenín Moreno al traicionar la herencia de Rafael Correa.

-Colombia cierra un enero sangriento con 17 asesinatos de líderes sociales, evidencia de que allí sigue sin parar la violencia política.

-Y en EEUU, el nuevo presidente volvería a la política migratoria de Obama, iniciaría un acercamiento a Cuba, en contradicción con los acosos y presiones de Washington sobre La Habana, mientras siguen los intentos por el juicio político a Donalld Trump. 

Seguidamente, el director del Dossier, abre un segundo bloque y señala el enorme éxito internacional de Rusia con el reconocimiento mundial de su vacuna Sputnik, avalada por el mundo científico, con una efectividad impresionante y que tira por tierra la brutal campaña  de desprestigio y desprecio llevada a cabo por Occidente y que coincide con los fracasos de producción de sus farmacéuticas, en medio de los escándalos con sus contratos secretos.

También sigue en Rusia para analizar a fondo el caso de Alexéi Navalni, el bloguero condenado por estafa y luego por burlar su libertad condicional, pero que, a pesar de sus delitos demostrados y juzgados, ha sido adoptado por Europa y EEUU como un símbolo de la democracia y los derechos humanos. También nos demuestra el paupérrimo apoyo que tiene en Rusia este “opositor” con unas expectativas electorales ínfimas. 

Y remata el tema con la estrafalaria y fallida actuación en Moscú del Alto Representante de la UE, que protagonizó un sonado y ridículo conflicto diplomático, que afectará a otros asuntos bilaterales en juego. 

A continuación, el politólogo analiza los entresijos de la elección en Ecuador y sus posibles derivadas. También nos habla de las intenciones de los gobiernos de Brasil y Uruguay para transformar el MERCOSUR y hacerlo funcional a los tratados de libre comercio auspiciados por EEUU y que iría en paralelo con las presiones para que Latinoamérica vuelva a contemplar el tratado de libre comercio con la UE. 

Y sobre estas tendencias, nuestro director, con la agudeza que le caracteriza, esboza un lapidario balance sobre las consecuencias aparejadas en el caso de la cristalización de tales iniciativas y alerta a “sectores confundidos” sobre el infantilismo de creer que semejantes concesiones mejorarían nuestras aspiraciones sobre las Malvinas. 

Y finalmente remata la columna semanal con un tema de peso, fundamental para el futuro. Nos habla del Comando Sur (EEUU), de su aplastante poder en todos los sectores, de su estrategia para ocupar el sitio de las fuerzas de seguridad nacionales y ahora, como novedad, para “proteger” la pesca en nuestros mares. 

Aquí el relato de la realidad que nos hace Pereyra Mele, pone los pelos puntas. Son unos pocos minutos de rabiosa actualidad, con datos contundentes e imprescindibles para estar bien informado. 

Eduardo Bonugli

Especial para Dossier Geopolitico Por Denis Korkodinov Rusia(*)

El conflicto entre Estados Unidos e Irán ciertamente se ha calmado temporalmente con la llegada de Joe Biden, pero esto no significa que Donald Trump no creará obstáculos para la reactivación del acuerdo nuclear. Al menos en cooperación con Israel y Arabia Saudita, el exjefe de la Casa Blanca está preparando una serie de provocaciones anti-iraníes.

En la actualidad, el establecimiento político estadounidense está preocupado no tanto por la intención de Joe Biden de restaurar el acuerdo nuclear con el régimen del ayatolá, sino por los sacrificios que aceptará el presidente de Estados Unidos para el éxito del evento planeado. Sin embargo, ya es bastante obvio que el nuevo titular de la Casa Blanca pretende utilizar el acuerdo nuclear como cebo al que debería tentarse la dirigencia iraní, lo que, a su vez, se convertirá en un motivo de debilitamiento de las posiciones regionales del país. Entonces, el siguiente paso, según el plan de Estados Unidos, debería ser un programa para limitar el número de misiles balísticos iraníes.

Teherán ha respondido fácilmente a la propuesta de reactivar el acuerdo nuclear después de que se levanten las sanciones de Estados Unidos. Sin embargo, Washington no está listo para levantar las sanciones durante al menos los próximos 6 meses. Por tanto, la perspectiva de la renovación del acuerdo nuclear estaba en duda.

El Ayatolá Supremo Ali Khamenei se vio obligado a admitir que la cuestión del levantamiento de las sanciones estadounidenses es la piedra angular de la supervivencia de la República Islámica. En particular, en su programa de acción, el sumo sacerdote iraní señaló que Irán en un futuro cercano debe desarrollar un conjunto de medidas adicionales de desarrollo económico para asegurar la existencia continua del estado. En otras palabras, Rahbar enfatizó que las sanciones estadounidenses causaron daños significativos, que comenzaron a amenazar las bases estatales de Irán. Y para preservar el estado, el régimen ayatolá debe implementar políticas de austeridad o aceptar la restauración del acuerdo nuclear en los términos propuestos por Estados Unidos.

Mientras tanto, Joe Biden seguramente enfrentará una dura oposición del Partido Republicano y algunos congresistas demócratas respaldados por Donald Trump. En particular, el intento del nuevo jefe de la Casa Blanca de levantar las sanciones contra Irán, pasando por alto la opinión del Congreso, seguramente provocará una ola de críticas entre los miembros de la cámara baja del parlamento estadounidense y, muy probablemente, conducirá a el surgimiento de una crisis política interna, que será activamente alimentada por Israel y Arabia Saudita … En particular, Tel Aviv y Riyadh comenzaron a realizar actividades a gran escala para sobornar a congresistas, senadores y diplomáticos estadounidenses para que boicoteen las iniciativas de Joe Biden dirigidas al acercamiento con Irán.

Vale la pena señalar que Estados Unidos no tiene mucho tiempo para reactivar el acuerdo nuclear. Entonces, en junio de 2021, se llevarán a cabo elecciones presidenciales en Irán, como resultado de lo cual un político ultraconservador puede llegar al poder en el país, adoptando una posición más intransigente hacia Washington que Hassan Rouhani. Por esta razón, el proceso de negociación entre Estados Unidos e Irán corre el riesgo de un completo fiasco a partir de julio de 2021, como resultado de lo cual la restauración del acuerdo nuclear no será realista. En cualquier caso, la coalición formada por el séquito de Donald Trump, Israel y Arabia Saudita utilizará medios radicales para influir en Joe Biden durante los próximos 6 meses, lo que lo obligará a abandonar el acercamiento con el régimen del ayatolá.

(*) Editor del Servicio de Investigación de la revista de radio y televisión sociopolítica interestatal World Community, Tecnólogo político, Experto político

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE DOSSIER GEOPOLITICO

Especial para Dossier Geopolitico, por Alexander Govorov (*)

El 4 de febrero, durante una conferencia online con motivo de la apertura del Centro Europeo del Consejo Atlántico, el presidente francés Emmanuel Macron demostró una vez más su compromiso con la reforma de la OTAN. El líder francés afirmó «un período muy crítico» e insiste en la necesidad de definir un nuevo concepto para la Alianza. Destacó el hecho de que la OTAN fue creada como un contrapeso a la ex-URSS, y naturalmente concluye que ha llegado el momento de decidir «¿quién es el enemigo hoy?» Macron afirma que se ha creado una situación cuando las fronteras de la OTAN «han avanzado tanto como ha sido posible hacia el Este (hacia Rusia), pero esto no ha disminuido la conflictividad y las amenazas en estas fronteras». Además del paradigma obsoleto, Macron no está satisfecho con las relaciones dentro de la Alianza, por lo que pidió reglas claras de conducta entre sus miembros. Pero lo más importante, en contraste con el ultimátum más reciente y las declaraciones amenazantes del presidente estadounidense Joseph Biden contra Rusia, el presidente francés está tratando de convencer a sus socios de que es imposible establecer la paz y la estabilidad en el continente europeo sin un diálogo integral con Rusia. Considero esta presentación del líder francés no solo como una manifestación de insatisfacción con el estado de cosas en la OTAN, sino también como un intento de transmitir a los socios que Europa está cada vez más insatisfecha con el papel de rehén en la confrontación geopolítica directa entre los Estados Unidos y Rusia.

Biden anunció la restauración del dominio político-militar de Estados Unidos y una mayor presión política y económica sobre Rusia con miras a cambiar el régimen político allí. Dudo que Francia y Alemania estén satisfechas con el papel de los extras en una nueva ronda de enfrentamientos, cuyos resultados pueden ser impredecibles y peligrosos principalmente para Europa.

¿Por qué Francia? ¿Cuán consistente y firme será la posición de su líder? En su mayor parte, los presidentes franceses de varias generaciones se han convertido en figuras destacadas de la política europea, lo que en muchos sentidos corresponde a las saludables ambiciones de Francia como líder regional. Por lo tanto, para cada presidente de la República Francesa, el equilibrio del desarrollo político interno y el éxito del país en el ámbito de la política exterior es siempre extremadamente importante. Las cualidades personales del líder juegan un rol importante en esto. Emmanuel Macron es más joven que sus predecesores, pero ambicioso y se esfuerza constantemente por fortalecer la influencia de Francia en Europa y modernizar el sistema de relaciones interestatales, incluso con los vecinos de la Unión Europea. ¿Si tiene la voluntad y las cualidades necesarias para tal misión? Asumiré que sí. Por supuesto, no es tan carismático como Sarkozy, pero no es tan pasivo como el «descolorido e inexpresivo» Hollande. Creo que el potencial político de Macron aún se revelará más adelante. Sin embargo, debe ser lo suficientemente diestro como para equilibrar los constantes desafíos internos y globales y, lo que es más importante, para eludir el abrazo asfixiante de la asociación euroatlántica.

Es la asociación euroatlántica, en todas sus manifestaciones institucionales e ideológicas, basada en prejuicios obsoletos y a menudo reanimados artificialmente, la que retiene las aspiraciones estratégicas de Francia y Alemania de crear una arquitectura de relaciones internacionales que sean beneficiosas principalmente para la Europa misma. Cada vez los líderes de ambos países se ven obligados a participar en rituales de censura colectiva de Rusia y China desde Occidente por cualquier motivo. En aras de la justicia, cabe señalar que Francia siempre ha actuado como un compensador en las relaciones entre Rusia y Occidente. Por eso, cumpliendo tales declaraciones rituales, Macron promueve consistentemente en la agenda de la política europea lo que, en sus palabras, él cree, es decir, «a Europa desde Lisboa a Vladivostok».

No es casualidad que Alemania aparezca en este contexto junto con Francia. La esencia de las relaciones modernas entre los países se puede caracterizar por las palabras del citado Nicolas Sarkozy: «Para Francia, la amistad franco-alemana es sagrada y nada puede cuestionarla». Después de que el Reino Unido abandonó la UE, las perspectivas de un liderazgo regional equilibrado para estos países se hicieron más evidentes. Sin embargo, a Alemania le resulta cada vez más difícil equilibrar sus propios intereses nacionales y la necesidad de seguir la estela de la asociación político-militar euroatlántica. Después de todo, Alemania está más involucrada que Francia en el desarrollo de la interacción económica con Rusia y, por lo tanto, más que Francia está experimentando la presión, a veces sin ceremonias, de Estados Unidos. La historia del proyecto del gasoducto Nord Stream-2 es un claro ejemplo de esto.

Estados Unidos participa activamente en el proceso de transición del poder en Rusia, estimulandolo de todas las formas posibles. Para el 2024, la tarea es debilitar a Rusia tanto como sea posible, para desequilibrar el sistema de relaciones a lo largo de los ejes «Putin – pueblo» y «Putin – élites». Recientemente, se ha hecho un intento todavía infructuoso de destituir al presidente Lukashenko en la vecina Bielorrusia con la perspectiva de crear una zona de inestabilidad política y económica allí a largo plazo y crear un régimen político hostil a Rusia. Muchos expertos lo consideran un probable agravamiento del enfrentamiento armado en el este de Ucrania y un agravamiento de la situación alrededor de Crimea con un aumento simultáneo de las ya numerosas sanciones contra Rusia. Finalmente, el proyecto «opositor Navalny» ha sido actualizado y le dado un nuevo impulso, que se presenta en los medios occidentales como una «alternativa real» a Putin. La expectativa es que los consumidores de información de estos medios no tengan la menor idea sobre las tradiciones de formación del poder y el liderazgo en Rusia, o sobre el peso político real de estos opositores. También es posible que se juegue la carta del separatismo regional dentro del país. Están tratando persistente y consistentemente de arrinconar a Rusia, sin explicar a los socios europeos cómo el desequilibrio de Rusia y su degradación pueden resultar para Europa, así como la situación en la que el liderazgo ruso «no tendrá nada que perder».

Consideraría una señal alarmante que el 5 de febrero, en una reunión con el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, el canciller ruso Sergey Lavrov cuestionara la fiabilidad de la UE como socio. Al mismo tiempo, destacó que Moscú y Bruselas deben acordar principios basados ​​en la no injerencia en los asuntos internos de los estados soberanos en el espacio postsoviético.

¿No es un trasfondo inquietante para superar las consecuencias de la pandemia, sus consecuencias económicas? Europa tiene todas las perspectivas de convertirse nuevamente en el escenario de una confrontación geopolítica impredecible, cuyos beneficiarios están fuera del continente. Es obvio que el presidente francés lo comprende y no abandona los intentos de prevenir el peor escenario para Europa. ¿Qué tan exitosos serán esos intentos? – Difícil de predecir, dado el tamaño de la tasa de Estados Unidos en este enfrentamiento. Para lograr sus objetivos, Estados Unidos y Gran Bretaña no tomarán en cuenta los intereses ni siquiera de sus aliados. Quizás una coincidencia, pero cuando la última vez que Macron proclamó la necesidad de crear un sistema moderno, y lo más importante, independiente de seguridad europea, recibió una respuesta en forma de un prolongado enfrentamiento con los «chalecos amarillos». En general, las perspectivas de un rumbo independiente de la alianza franco-alemana de acuerdo con los intereses de Europa dependen del éxito de sus gobiernos dentro de los países. Después de todo, cualquier crisis política interna puede ralentizar inmediatamente las perspectivas de proyectos de política exterior. En cualquier caso, los europeos mismos deberían determinar la agenda europea, sin imponerse desde fuera, tomar decisiones con quién ser amigos y comerciar.

Alexander Govorov, Politólogo