EL UNILATERALISMO PERIFÉRICO CONCESIVO

La relación de la Argentina con Estados Unidos

Por JUAN GABRIEL TOKATLIAN

En una nota que publiqué en febrero de 2018 respecto a la relación entre la Argentina y Estados Unidos (https://www.clarin.com/opinion/relaciones-ee-uu-nueva-etapa_0_rka7ze-UM.html)  destaqué que en política internacional el unilateralismo es un tipo de comportamiento del Estado que procura asegurar sus preferencias y que desdeña del multilateralismo. En general, dicho concepto se ha utilizado en el estudio de las potencias centrales del Norte, subrayando el carácter impositivo de tal comportamiento. Sin embargo, el término también puede ser usado en el caso de países periféricos del Sur. Así entonces, llamé unilateralismo periférico concesivo a un tipo de conducta de un Estado que pretende satisfacer sus preferencias pero sin desestimar del todo del multilateralismo (dada su condición de periferia) y que entiende que haciendo concesiones al poderoso se salvaguardan los intereses propios. Recurrí a ese concepto para identificar la política exterior de la administración del Presidente Mauricio Macri hacia Estados Unidos; en particular desde comienzos de 2018.

Ahora bien, el vínculo entre Buenos Aires y Washington no es solo producto de lo que sucede en el marco de las relaciones entre los ejecutivos, sino que se despliega en el contexto de un conjunto de otros protagonistas y respecto a cuestiones diversas. Una cuestión siempre compleja y delicada ha sido lo referente a Medio Oriente; en especial en cuanto al conflicto israelí-palestino, el tema de Irán y el fenómeno del terrorismo. Ese compacto de asuntos ha estado entrelazado y atravesado por la gravitación natural de Estados Unidos en aquella porción del mundo y por su agenda de seguridad.

En medio de un año electoral el cuadrilátero compuesto por Buenos Aires, Washington, Tel Aviv y Teherán parece alcanzar una nueva relevancia. Y en ese sentido, es bueno recordar que: a) en cada vértice hay diversos actores con objetivos distintos y preferencias diferentes por lo que no tener en claro cuál es el interés nacional concreto opera en desmedro de su defensa; b) las coyunturas cambiantes a nivel mundial modifican, en parte, las acciones y reacciones de esos actores y que las medidas tácticas y efectistas pueden ser contraproducentes en términos estratégicos; c) en la Argentina la relación con Irán es tanto un tema de política exterior como de política interna y que en años recientes se ha tornado un ejemplo más en aras de acentuar la polarización; d) en los últimos años las relaciones comerciales entre Buenos Aires y Teherán han pasado de un pico de ventas a Irán de US$ 1.500 millones en 2010, a US$ 721 millones en 2015 y a US$ 447 millones en 2018, reflejando así la dificultad de asegurar lazos materiales consistentes independiente del gobierno de turno; y d) Buenos Aires es el extremo más débil del cuadrilátero pues es el que tiene menos control de las variables principales en el juego geopolítico de Medio Oriente, todo lo cual invitaría a la cautela y la ponderación.

Con este telón de fondo, y en lo que va de 2019, se puede observar una avalancha de eventos, pronunciamientos, señales, escritos y medidas, en y fuera del país, que reubican aquel cuadrilátero en el centro de la política internacional y la política doméstica; lo cual a su turno se podría reflejar en el alcance del unilateralismo periférico concesivo de la Argentina respecto a Estados Unidos. Veamos.

Mirando a Estados Unidos

En Estados Unidos se produjo una serie de hechos y manifestaciones importantes. Por ejemplo, siendo la Argentina un país que tradicionalmente no ha sido receptora de ayuda, de acuerdo al presupuesto del año fiscal 2018 y del año fiscal 2019, el Congreso estadounidense aprobó una asistencia de US$ 2.500.000 dólares para tareas anti-terroristas y anti-narcóticos (ver, https://fas.org/sgp/crs/row/IF10932.pdf).  Adicionalmente, el 13 de junio de este año se introdujo en el Cámara de Representantes la resolución 441 que condena el atentado a la AMIA de 1994, expresa su preocupación por la falta de avances en torno a ese evento y reclama la rendición de cuentas al respecto (ver, https://www.congress.gov/bill/116th-congress/house-resolution/441/text?q=%7B%22search%22%3A%5B%22argentina%22%5D%7D&r=1&s=1). 

Desde el ejecutivo se puso en marcha la Estrategia Nacional de Contra-terrorismo, anunciada en octubre de 2018, y que menciona 10 veces a Irán, 5 a Siria y ninguna a Arabia Saudita (ver, https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2018/10/NSCT.pdf).  En lo que respecta a la Argentina, el país fue mencionado en el informe de enero de 2019 del Director de Inteligencia Nacional, Daniel Coats, sobre Evaluación de Amenazas en el Mundo (https://www.dni.gov/files/ODNI/documents/2019-ATA-SFR—SSCI.pdf).  Sin embargo, la referencia no fue en razón del peligro del terrorismo, sino como ejemplo (entre otros) de la incertidumbre que la economía global estaba generando en los mercados emergentes. Es interesante notar que en el informe de 2019 sobre la Argentina del Overseas Security Advisory Council del Departamento de Estado, que está compuesta por 31 organizaciones del sector privado y 3 del sector público y que brinda información a empresarios, funcionarios y turistas estadounidenses en el exterior, se dice: “No hay recientemente ni a nivel operacional actividad terrorista en la Argentina” (ver, https://www.osac.gov/Content/Report/69a5e81e-83a5-488f-8c3c-15f4aea734bd). 

En el ámbito de los think-tanks ligados al tema del terrorismo a través de sus trabajos y denuncias es notorio el hincapié en 2018-2019 en torno al vínculo Hezbollah e Irán y el lugar de la Argentina y la Triple Frontera en el entramado terrorista. Hay tres sitios muy activos en la materia: Center for a Secure Free Society (Washington D.C.), Foundation for Defense of Democracies (Washington D.C.) y Gatestone Institute (New York): varios de sus miembros viajan con alguna frecuencia al país y asisten a encuentros sobre la cuestión terrorista y el nexo Hezbollah-Irán. Cabe destacar, asimismo, el Counter-Extremism Project que es una organización que funciona en New York y se dedica a combatir las ideologías extremistas. Su relevancia para este caso obedece a que recientemente elaboró un documento titulado “Argentina: Extremism & Counter-Extremism” (https://www.counterextremism.com/sites/default/files/country_pdf/AR-08062018.pdf). En él se hace un listado de expresiones extremistas en el país desde los nazis arribados a la Argentina hasta las guerrillas urbanas y la “guerra sucia” de la extrema derecha. Pero el dato más significativo respecto al terrorismo y la Triple Frontera es que además de mencionar a Hezbollah, habla de la presencia allí de Hamas, Al Qaeda e ISIS. Puesto en esos términos, por acción u omisión, la Argentina, Brasil y Paraguay dejaron prosperar el fenómeno terrorista en ese espacio; algo que no resiste la evidencia disponible.

Hay que recordar que en 2002 y en buena medida para evitar ser identificados como un problema de seguridad para Estados Unidos, aumentar la confianza entre las partes, procurar una colaboración equilibrada, preservar márgenes de autonomía y mantener a distancia a Washington dado el valor estratégico del Acuífero Guaraní, se acordó el esquema 3 (Argentina, Brasil y Paraguay) más 1 (Estados Unidos) en torno a la Triple Frontera destinado a intercambiar información de inteligencia. Todos los gobiernos desde Duhalde hasta Macri han sido meticulosos en el cumplimiento del acuerdo. Así, no debe sorprender que en una entrevista al diario Perfil (https://www.perfil.com/noticias/politica/La-amenaza-terrorista-en-la-Triple-Frontera-no-es-tan-fuerte-como-creiamos-20141123-0037.phtml), el coronel Joseph Napoli, quien fuera por años la máxima autoridad militar de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, afirmara: “La relación entre la Triple Frontera y la amenaza del terrorismo no es tan fuerte como creíamos en 2001”.

Visto desde la Argentina

Mientras tanto en la Argentina se reforzó la importancia de la cuestión del terrorismo desde el inicio de 2019. En enero se llevó a cabo el quinto encuentro argentino-estadounidense sobre financiamiento ilícito en el que se conversó sobre la amenaza de Hezbollah en la Triple Frontera y el lavado de activos de parte del terrorismo. Previamente, en julio de 2018, la Unidad de Información Financiera había congelado bienes de presuntos financistas de Hezbollah que operarían en la Triple Frontera (https://www.argentina.gob.ar/noticias/financiacion-del-terrorismo).  En marzo, y en el marco del aniversario del atentado de 1992 contra embajada israelí aún impune, el Embajador de Israel en la Argentina, Ilan Sztulman, aseveró: “Irán es un país que asesina, que distribuye el terror en todo el mundo y que usa muñecos como el Hezbollah y otros grupos. Pero ellos están detrás de eso» (https://www.lanacion.com.ar/politica/fuerte-condena-a-iran-en-el-aniversario-del-atentado-contra-la-embajada-de-israel-nid2229941). 

A comienzos de junio y en el marco de los 71 años de independencia del Estado de Israel, Sztulman afirmó que en la Argentina “cualquiera puede poner una bandera de Hezbollah” (https://www.infobae.com/politica/2019/06/04/el-embajador-de-israel-dijo-que-en-argentina-cualquiera-puede-poner-una-bandera-de-hezbollah/).  Días después en el mismo mes, la Embajada de Estados Unidos y el gobierno argentino organizaron un taller sobre el combate de las actividades terroristas de Hezbollah (https://ar.usembassy.gov/es/ee-uu-y-argentina-realizan-taller-sobre-combate-contra-las-actividades-terroristas-de-hezbollah/).  Del lado estadounidense asistieron funcionarios del Departamento de Estado, Departamento de Justicia y Departamento del Tesoro, de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), del Centro Nacional Antiterrorista (de la Oficina de Inteligencia Nacional) y la Administración para el Control de Drogas (DEA). Y también en junio visitó el país el Jefe del Comando Sur, Almirante Craig Faller, quien advirtió sobre los varios peligros que amenazaban a la región y a la Argentina: China, Rusia, Venezuela, el narcotráfico y el terrorismo (https://www.infobae.com/america/eeuu/2019/06/25/el-jefe-del-comando-sur-de-eeuu-advirtio-en-argentina-que-china-rusia-y-venezuela-son-amenazas/). 

En este contexto, Francisco Olivera señaló en una muy interesante nota del 27 de junio en La Nación (https://www.lanacion.com.ar/economia/la-letra-chica-del-respaldo-trump-divide-nid2262280)  que la “la letra chica del respaldo de Trump” a Macri incluye el tema de Irán. La centralidad de ese país surge después del acelerado incremento de tensiones entre Washington y Teherán que se inició con el abandono de Estados Unidos del acuerdo nuclear multilateral con Irán de 2015 y la reimposición de sanciones. Ni los aliados europeos ni Rusia ni China ni la ONU ni otras potencias emergentes ni poderes regionales, salvo por algunos países de Medio Oriente, respaldaron la decisión unilateral, típicamente impositiva, del Presidente Donald Trump. Huérfano de acompañantes Washington busca donde puede y lo dejan socios para su estrategia agresiva contra Irán.

Ahora bien, como es altamente improbable que la Argentina se sume a una hipotética “coalición de voluntarios” (como las que se desplegaron en su momento contra Irak y Afganistán y que en ambos casos fracasaron estrepitosamente) contra Teherán, entonces la presión de Washington se orienta a exigir “hacer algo” respecto a Hezbollah, considerado un movimiento político por unos y una organización terrorista por otros. Y en sentido, pareciera que la idea es identificar a ese grupo—mediante un recurso legal—como lo segundo.

Por supuesto que no se trata de ser pasivos e ingenuos frente al terrorismo. Es claro que se deben adoptar desde el lado de la diplomacia, la seguridad y la inteligencia las medidas que prevengan y desmantelen eventuales operaciones terroristas. A la fecha el gobierno no ha presentado evidencia seria y sustantiva respecto a la presencia y el peligro en la Argentina de grupos terroristas de alcance global. No hay informes internacionales o documentos internos públicos y creíbles acerca de eso. Si alguna vez se especuló con la existencia de “células dormidas” en la Triple Frontera hoy parecen postradas por una prolongada narcolepsia.

Como se sabe en julio se llevará a cabo en el país una cumbre sobre terrorismo que contará con la presencia del Secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y que ello coincidirá con el 25 aniversario del atentado a la AMIA, aún impune. El tema y la ocasión son muy trascendentales para incluirlo en la política de unilateralismo periférico concesivo de Buenos Aires respecto a Washington. Es imperativo no precipitarse a una decisión estratégicamente costosa.

Y en esa dirección, hay una pregunta básica que merece plantearse y responderse: ¿Quién quiere y para qué ubicar a la Argentina en el epicentro de una dinámica violenta entre terroristas, el caótico Medio Oriente y la ofuscación de Washington?

Fuente: Pagina12


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