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El viernes 16 de Agosto fui invitado a participar del Programa “Barricada” que se transmite por “Canal C” y por “Flow” para todo el País y Uruguay, entrevista que nos realizó el Dr. Carlos Hairabedian que conduce el mismo. 

En el panel estuvimos: el Presidente del Bloque de Diputado Provinciales de la UCR Matias Pablo Gvozdenovich, el Secretario General de ATE Córdoba y de la CTA Federico Martin Giulliani y el meteorólogo Mario Navarro. Y el Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele (En el cual expuse que no se puede analizar aisladamente cada conflicto bélico -aún con aristas propias- sino lo incluimos en un escenario mayor que es la I Guerra Híbrida Global fragmentada interconectadas en el enfrentamiento entre el mal llamado Occidente colectivo y las potencias emergentes)

VIDEO DEL PROGRAMA COMPLETO 

El Jueves 15 de Agosto fui entrevistado por el periodista Juan Reginato para el programa Botellas al mar. Programa n° 18 de 2024 que se difunde por la Radio de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de la Ciudad de Bahía Blanca. (entrevista a partir del minuto: 23)

Donde analizamos la elecciones de Venezuela en el marco de la Guerra Híbrida Global fragmentada en pleno desarrollo para ver el escenario totalmente y no quedarnos con una postal vieja y deformada

Lic. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico 

BOTELLAS AL MAR 15/8/2024 Temas: La situación del trabajo en la Argentina comienza a tener ribetes de catástrofe: En el primer trimestre de este año la desocupación aumentó 0,7% interanual. Eso significa que 300.000 argentinos quedaron sin trabajo. Al respecto, conversamos con Tomás Cas, integrante del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz. Además, continuamos analizando la postura adoptada por diversos países en torno a la crisis desatada en Venezuela por la oposición al gobierno, que no acepta el resultado electoral. Nos ilustrará el prestigioso analista Carlos Pereyra Mele, director de dossiergeopolitico.com.- 19 hs en la FM 93.5

VIDEO AUDIO DE LA ENTREVISTA:

Frenando el ataque reaccionario, la contención de Brasil, EE.UU., Colombia y México mantiene la paz, la gobernanza y la estabilidad y asegura la provisión de petróleo a través del Caribe

Por Eduardo J. Vior
analista internacional especial para Dossier Geopolitico

Por la conjunción de necesidades políticas, diplomáticas, económicas y geopolíticas de los principales actores la crisis posterior a la elección presidencial en Venezuela se está desarrollando de un modo muy diferente al de 2013 y 2018, bosquejando una nueva geometría de las relaciones dentro del continente. Como resultado, por un lado, de la inseguridad energética producida por las guerras en Ucrania y en Asia Occidental y del temor a una nueva oleada migratoria, así como, por el otro, del creciente rol de China y los BRICS en la política mundial, Estados Unidos y Brasil están confluyendo en la búsqueda de una solución pacífica a la crisis poselectoral. Unos necesitan el petróleo venezolano y evitar la afluencia masiva de refugiados; los otros, consolidar en el norte de América del Sur y el Caribe una zona de paz que contenga la ofensiva de Elon Musk y sirva de bisagra para ampliar BRICS. A estos dos se suman Colombia y México que no quieren sufrir una nueva crisis migratoria. Como, empero, hasta el más sabio plan estratégico puede fracasar si es mal ejecutado, la búsqueda de la paz continental depende de la capacidad del gobierno de Nicolás Maduro para blindar la defensa cibernética del Estado venezolano y así recuperar credibilidad.

Revés para Nicolás Maduro en X: Elon Musk le quitó el verificado gris que  identifica a los presidentes - LA NACION
Elon Musk y Nicolás Maduro: los verdaderos contendientes en la elección venezolana

Pasadas las nueve de la noche (hora local) del domingo 28, el presidente de la Comisión Electoral Nacional, Elvis Amoroso, anunció públicamente que el presidente Nicolás Maduro Moros había alcanzado la reelección con el 51,20% de los votos. Su principal competidor, Edmundo González Urrutia, candidato de la intransigente coalición opositora Plataforma de Unidad Democrática (PUD), habría alcanzado el 44,2%. Como en las elecciones presidenciales sólo se vota por una única categoría de candidatos y el doble sistema electoral venezolano (electrónico y manual) permite tener rápidamente los resultados totales, habitualmente la CNE sale a anunciarlos casi inmediatamente después del cierre de los locales. Sin embargo, esta vez se demoró por un ciberataque que interfirió la trasmisión de los datos. En realidad, -según supo este analista de fuentes seguras- la interferencia continúa y es imposible entrar al sistema, porque altera todos los resultados. 

Según explicó el mismo martes a Sputnik Víctor Theoktisto, PhD en computación y auditor externo del Consejo Nacional Electoral (CNE) entre junio y julio del año 2021, la trasmisión de los datos electorales fue afectada por un DOS (Denial Of Service – Denegación de Servicio) realizado desde la República de Macedonia del Norte. “Aunque es imposible alterar el contenido de lo que se transmitía, sí se logró disminuir las conexiones. De tal manera, que pocas veces se completaban exitosamente, ralentizando todo el proceso de totalización. Era una situación prevista por los organismos de inteligencia con ayuda de los operadores y eventualmente fue solventada, pero ocasionando un retraso notable, declaró Theoktisto. El ataque además consistió (y se mantiene todavía) en un ataque permanente al sitio del CNE, a los medios del Estado y, en general, a los servicios de la administración pública”, ahondó. 

También se atacó la red informática que comanda el sistema eléctrico, pero allí pudo ser contenido. El objetivo en este caso era, evidentemente, dejar el país a oscuras, para que pudieran actuar comandos terroristas.

“En el futuro, siguió Theoktisto, quizá habrá que extremar e incluso limitar el acceso desde fuera del país a las redes, un verdadero dolor de cabeza, aislarnos por unas horas hasta que toda la data esté transmitida”. Por esta razón, el presidente Maduro reunió este martes al Consejo de Estado (órgano asesor del gobierno con participación política, policial y militar) y anunció la formación de una comisión técnica para rechazar el ataque con asesoramiento ruso y chino.  Es decir, la agresión encontró un punto débil en la defensa cibernética del sistema electoral venezolano.

Inmediatamente surge, entonces, la pregunta sobre por qué se anunció un resultado aún no confirmado. Para anticiparse al plan de la oposición dentro y fuera del país. Hace ya un mes Jorge Rodríguez, jefe del Comando Electoral del Gran Polo Patriótico, había denunciado con detalles el plan subversivo que estaría preparando la oposición extremista. O sea, se repetía el libreto de 2013 y 2018. Era una conspiración cantada. Como el conteo electrónico se interrumpió, cuando había sido relevado el 40% de las actas, María Corina Machado, verdadera líder de la alianza antichavista, fiel al guión, salió a proclamar a González- Inmediatamente lo reconocieron los gobiernos de Argentina, Uruguay, Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica y República Dominicana. En Buenos Aires, incluso, los manifestantes opositores asediaron el domingo por la noche la embajada venezolana con la aquiescencia de los ministros Patricia Bullrich y Luis Petri allí presentes.

El lunes fue el día de las tradicionales guarimbas opositoras. En distintos puntos del este y centro de Caracas pequeños grupos de manifestantes atacaron objetivos gubernamentales y símbolos de la Revolución Bolivariana. Como relata Sergio Rodríguez Gelfenstein, “hoy se tiene la información de que algunos miles de personas en todo el país participaron en estas marchas y hechos de violencia. Casi 1000 terroristas fueron detenidos por estos incidentes y -como es habitual en personas pagadas que no tienen ética ni incentivo político alguno- han comenzado a hablar. Se ha sabido que el 80% tiene antecedentes penales, una buena parte ha regresado hace poco desde el exterior donde recibieron entrenamiento militar. De igual manera, el 90% estaba en avanzado estado de drogadicción y portaban armas ilegalmente. También afirmaron que recibieron 150 dólares por día para generar caos. A esta hora 7 de la tarde del día miércoles 31 la situación en la ciudad es de calma mientras que las calles vuelven lentamente a la normalidad.” 

A diferencia de ocasiones anteriores, empero, tanto la policía como organizaciones chavistas salieron a contenerlos. Todavía el lunes por la noche, una manifestación opositora pudo reunirse frente a la embajada argentina en solidaridad con los seis dirigentes de la PUD refugiados allí desde marzo, sin que la policía reprimiera. El acto fue convocado por Machado en respuesta a la presencia de efectivos de seguridad en las inmediaciones de la legación.

Paralelamente, una intensa campaña en medios europeos y latinoamericanos de “izquierda”, “centro” y derecha bate el parche contra el “fraude electoral” y exige nuevas elecciones o el reconocimiento de González como presidente.

La realidad es que los “testigos” (fiscales) de todos los partidos obtuvieron las constancias de cada mesa y ahora tanto la CNE como el oficialismo y la oposición están haciendo el conteo a mano. Por esta razón los gobiernos de Brasil, Colombia, México y EE.UU. así como el Centro Carter están apelando a esperar el fin del escrutinio manual y a guardar la calma. El propio presidente Maduro presentó este miércoles un pedido de amparo ante la Sala Electoral del Tribunal Superior de Justicia, para que ésta se aboque a hacer el recuento de las actas. De este modo, si interviene el Poder Judicial, podrá dar a publicidad la información que la CNE se ve impedida de difundir por el ciberataque. 

¿Por qué lo quieren detener el intento subversivo actores tan diversos como Lula, Petro, AMLO y Harris y quién está detrás del mismo? La causa de tan curiosa confluencia no está en Venezuela. El país caribeño es un nodo en el que se entretejen tendencias yuxtapuestas. Por un lado, la necesidad norteamericana de asegurar su abastecimiento de petróleo y de evitar que suba la inflación –como sucedió en 2021 y 2022- por falta de suministro. Aunque en Europa Oriental se llegara próximamente a una negociación entre Rusia y Ucrania, se mantendrá la polarización entre la OTAN y el gigante euroasiático y, por consiguiente, la inseguridad en el abastecimiento de petróleo y gas ruso a Europa Occidental. El mercado de hidrocarburos seguirá siendo muy sensible a los avatares políticos.

Al mismo tiempo, EE.UU. está irremisiblemente entrampado en su forzado apoyo a un Israel completamente aislado en Asia Occidental. Sólo le queda el gas azerbaiyano que llega a través de Turquía y los camiones que transportan petróleo emiratí y bajeriní a través de Arabia Saudita, pero ambas vías son muy vulnerables y pueden cerrarse en cualquier momento. Además, si Israel ataca a Líbano, los mercados petroleros van a temblar en todo el mundo. Washington, por lo tanto, no puede contar con el fósil árabe. La negociación que Joe Biden comenzó el año pasado con Nicolás Maduro no es, entonces, ocasional sino estratégica. Si Kamala Harris gana la elección de noviembre el diálogo se va a profundizar y, si el vencedor es Donald Trump, probablemente también.

La diferencia al respecto entre los dos es más bien de forma y de intensidad. Laura Dib, experta en Venezuela de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (una consultora ligada a los demócratas), dijo a CNN que si los demócratas siguen en el poder, “las negociaciones [bilaterales] continuarán”. “Ahora bien, añadió, si hay una administración Trump, lo más probable es que se limite a hacer negocios… sin tener mucho en cuenta lo que ocurre en términos de democracia y derechos humanos”.

¿Por qué no confían en la oposición pronorteamericana que ellos han financiado largamente para esta tarea? Muy simple: porque no la creen capaz de asegurar la gobernanza del país. Mediante una dolarización silenciosa Nicolás Maduro ha acabado desde 2021 con la hiperinflación, ha saneado las cuentas fiscales, pacificado el país, combatido el crimen, impulsado la recuperación de la economía (que en 2022 y 2023 creció entre el 5 y el 6% y este año puede alcanzar el 4,5%) y expandido de modo tal las políticas de contención social que, aun con una tasa de pobreza del 85% no hay hambre. Por otra parte, si la oposición llegara al gobierno, le sería imposible afirmarse frente a fuerzas armadas y policiales, sindicatos y organizaciones sociales controlados por el chavismo. Reinaría el caos y se reanudaría la migración masiva hacia EE.UU. a través de Colombia, América Central y México. La conclusión de los norteamericanos es pragmática: Maduro garantiza el orden, el envío de hidrocarburos y evita una nueva ola de refugiados. Con él hay pues que entenderse.


Rod Lewis (a la derecha) es uno de los 3.000 más ricos del mundo

Por esta razón la Casa Blanca avaló la primera negociación empresaria exitosa. LNG Energy Group, una empresa cotizada en Canadá y fundada por el multimillonario petrolero de Texas Rod Lewis, anunció el 24 de abril pasado un acuerdo con la compañía petrolera estatal de Venezuela PDVSA para rehabilitar cinco campos petrolíferos envejecidos. La empresa, que ya produce gas natural en Colombia, se creó el año pasado como resultado de la fusión entre la firma canadiense y otra propiedad de Rod Lewis, un legendario cazatesoros de Texas al que la revista Forbes llamó en una ocasión “el único gringo autorizado a perforar en México”. 

Se trata de un globo de ensayo. Si sale bien, seguramente Washington autorizará nuevas joint ventures y estará mejor dispuesta a aceptar la participación de PDVSA en la secuestrada Citgo. Dados los lazos de Donald Trump con el mundo petrolero texano, es probable que continúe excavando en la misma veta. 

Lula, por su parte, persigue dos objetivos geopolíticos, al apoyar una solución pacífica para la crisis venezolana: por un lado, perfilarse como EL líder de BRICS para América Latina y el Caribe. Una vez que el gobierno de Javier Milei se negó a incorporar a Argentina a BRICS, Brasil se quedó sin socio para hacer pesar su influencia regional dentro del bloque emergente. Ahora Nicolás Maduro ha manifestado su interés en incorporar a Venezuela a la asociación. Como el Planalto necesita articular con Colombia y Venezuela un bloque del norte suramericano que contrapese la ofensiva reaccionaria que viene de Argentina, probablemente se tome cierto tiempo para hallar una fórmula que satisfaga a uno sin dañar al otro. Si lo consiguiera, no sólo aumentaría su peso dentro de BRICS, sino que habría erigido una muralla contra la reacción oligárquica que viene del sur y tendría una fuerte carta para renegociar con Washington la distribución del poder en el continente.

Entonces, ¿quién apoya a la oposición violenta? Todo apunta a Elon Musk. Sólo él puede tener interés en desarrollar la minería en Venezuela y en extorsionar a todo el continente controlando el petróleo del país caribeño. Ya que los demócratas lo odian y Donald Trump lo mantiene lejos, el magnate surafricano-canadiense-norteamericano pretende condicionar la política continental con una mano sobre el grifo del petróleo venezolano.

Así se entiende la curiosa coalición de estabilizadores que procura llevar a Venezuela a un puerto seguro. Pero esta maniobra localizada y ocasional puede dar el puntapié inicial, para restablecer el diálogo entre el centro del poder atlántico y el euroasiático a través de la cooperación entre Washington y Brasilia. Una nueva arquitectura del poder mundial podría surgir de este esfuerzo mancomunado por superar la crisis venezolana ,,,, siempre y cuando las actas aparezcan y se pacifique la situación. De la eficacia del Estado venezolano depende hoy una gigantesca operación geopolítica que puede cambiar el mapa mundial.

La Nueva Mañana conversó con el historiador y académico Miguel Ángel Barrios, quien se refirió a los distintos acontecimientos que atraviesan la esfera global, incluyendo la importancia de las elecciones presidenciales de este domingo en la República Bolivariana de Venezuela.

Por FLAVIO COLAZO

Miguel Ángel Barrios (*) -quien dicta cursos y seminarios en universidades y academias diplomáticas de América latina, Asia, Europa y África, y es autor de más de 30 obras de historia y política de América latina- dialogó en exclusiva con LNM acerca del actual tenso panorama americano convulsionado por sucesos como el atentado a Trump -y la declinación de la candidatura de Biden- en EE.UU. y las elecciones presidenciales en Venezuela. También se expresó sobre temas candentes como las guerras en curso -en Ucrania y Palestina-, a la vez que analizó la irrupción de los nuevos actores políticos como Bukele y Milei.

¿Cuál es la trascendencia y relevancia de las elecciones en Venezuela? 

-Sin analizar a los candidatos -porque esto no corresponde sino a los venezolanos- quiero señalar que Venezuela representa -y es- la frontera real con la república imperial de los EE.UU., porque el mar Caribe no es neutral sino que es un mar norteamericano. En ese sentido, Venezuela al ser un país caribeño, sudamericano y latinoamericano –triple condición que lo hace de una peculiaridad geopolítica única- juega un rol decisivo en lo que refiere  la política de militarización de la doctrina Monroe; entonces una implosión de Venezuela significaría la orfandad absoluta de la Amazonia, siendo este territorio el centro neurálgico vital de América del Sur. Desde ese punto de vista es importante en sumo grado que Venezuela logre su autonomía política. Eso creo que es lo que está en juego en las elecciones de este domingo. Creo que una derrota del oficialismo traería consecuencias catastróficas para la Región.  

-¿Qué representa Trump dentro de los EE.UU.? ¿Por qué puede volver a ser presidente alguien tan controversial como él?

-Para empezar a dimensionar a Trump, primeramente hay que dimensionar a los EE.UU. Toqueville decía que los EE.UU. más que una nación son una ideología, es decir la ideología que trajeron los puritanos de la nueva Inglaterra, y que se impuso como el ethos, o consenso nacional fundante, de los EE.UU. -anglosajón, blanco, calvinista y protestante-; esto a hoy se lo traduce vulgarmente en lo que se llama la “supremacía blanca”. Estos conceptos fundantes fueron los que construyeron las 13 colonias atlánticas y las que luego de la intestina guerra de secesión -a mediados del siglo XIX-, en su expansión hacia el este, construyeron el Estado continental industrial bioceánico, volviéndose así la primera potencia industrial fuera de Eurasia.

¿Ese consenso fue una visión geopolítica a largo plazo?

-En verdad funcionó más como una teología que como una geopolítica, porque dicho ethos se sustentó en que EE.UU. es el nuevo Israel, una nación designada por Dios para conducir los destinos de la humanidad; entonces esta nación fue la que llevó cabo la expansión y conquista de vastos territorios mexicanos, luego la expansión hacia el Pacífico -Filipinas, Hawaii-, y más tarde, con su irrupción mundial en las dos guerras, se volvió un actor global. Sin embargo, su actuación en las guerras no los volvió (a los EE.UU.) un imperio militar global; sí dominó varias esferas, la esfera económico/financiera a  través de su moneda, el dólar; la científica/tecnológica en el campo automotriz, la cibernética y la tecnológica; logró una revolución en el campo militar con la bomba atómica; también una revolución en el campo de la política en tanto mostrar un estado que  conforma un sistema privado/público; y por último una identidad cultural que conformó y movilizó a los EE.UU. como nación. Ahora, esta identidad entró en debilidad con la guerra de Vietnam cuando el tronco protestante/anglosajón/calvinista comenzó a entrar en minoría ante el multiculturalismo debido a la gran inmigración hispano/afro/latina. Y todo esto fue conformando un gran caldo de cultivo para el nacimiento y florecimiento de una gran violencia `política que pareciera estar a punto de estallar de un momento a otro -y que ya se ha visto manifestada, por ejemplo, en la salida de Trump de la presidencia- y que se observa en la gran cantidad de organizaciones terroristas internas que están presentes en los EE.UU. –la mayor cantidad del  mundo-, entendiendo por terrorismo a los actos de violencia para alcanzar fines políticos, y que desconocen al Estado federal.

¿Y cómo encaja la figura de Trump en ese mapa de conflicto?

-En este estado de violencia Trump representa a aquella fundante América primera -que se resiste a entrar en una condición de minoría- asumiendo las posiciones de la “supremacía blanca”; pero al mismo tiempo presenta la contradicción de que al ser -muy posiblemente- el futuro presidente de los EE.UU. en momentos de cambio de polaridad, con la tercera guerra mundial en curso, en la que EE.UU. corre peligro cierto de perder su supremacía, se vea obligado a ser un actor “globalista” .

Trump y Argentina.

¿Por qué Milei aboga por un triunfo de Trump? ¿Qué beneficios espera recibir del candidato republicano?

-Hoy los argentinos nos encontramos siendo gobernados por una administración que practica un seguidismo acrítico de las posiciones estadounidenses, y mostrándose de ese modo Milei especula con que -ya presidente- Trump le confiera algún tipo de sustento para su esquema de gobierno y cierto apoyo en el marco internacional en el cual se referencia.

¿Ahora, cómo se entiende que Trump también genere esperanzas en algún que otro sector peronista -como, por ejemplo, el que representa Guillermo Moreno-?

-Ya en el caso de algunos actores del movimiento nacional y popular -que desean la victoria del republicano- su esperanza se funda en una visión basada en la incomprensión de las diferencias entre los nacionalismos imperiales -como lo es el caso de los EE.UU.- y los que están presentes en el resto de países en búsqueda de su liberación; en consecuencia razonan -de modo simplista- que como Trump es nacionalista se parece a Perón; quien fue un líder nacionalista de un país que pretendía alcanzar la liberación de Argentina y la Región-. Así especulan con que el republicano no va a intervenir en las políticas internas de los demás países -como Argentina-; y ya hemos visto -en su gobierno- cómo se ha comportado Trump en el ámbito global; quiero decir, apoyó  al golpe de estado en Bolivia y al intento de golpe en Brasil; dio de baja a Suleimaní –quien en Irán tenía un rango cuasi presidencial- y rompió todos los tratados con la nación persa; y además apoyó al “experimento” Guaidó en Venezuela. Lo que no se comprende –o termina de comprender-, desde ese sector de nacionalistas argentinos pro Trump, es que EE.UU. es un sistema plutocrático en el cual las diferencias políticas son internas y que a nivel política exterior no existen diferencias: se trata de lograr el dominio global a cualquier precio.

Imagen de Bukele y panorama latinoamericano.

¿Cómo se podría entender la atracción de diversas miradas que ejerce Nayib Bukele desde su presidencia en El Salvador? 

-La figura de Bukele atrajo las miradas mundiales debido a las polémicas  políticas de seguridad implantadas desde su gobierno. Claro que el caso de El Salvador es intransferible –por ejemplo hacia Argentina- toda vez que dicho país cuenta con una población total de 6 millones de habitantes –menos habitantes que la provincia de Buenos Aires-. Además, su problemática de seguridad está vinculado a las pandillas y no a clanes del narcotráfico de magnitud importante -como los Cantero o Alvarado en Rosario-. Creo que Bukele no es un ícono de la lucha contra la inseguridad que pueda tomarse como modelo.

-¿Cómo se explica que la  anarco/capitalista Liz Truss fuera rápidamente expulsada del sistema político del Reino Unido –sin que nadie en el mundo le prestara la menor atención- y Milei consigue intentar afianzarse luego de 7 meses de brutal ajuste? ¿ El Presidente argentino realmente llama atención entre los dirigentes del mundo?

– Este ejemplo que usted me cita –Liz Truss-, junto a otros varios –Trump, Bolsonaro, por ejemplo- forman parte de las denominadas “nuevas derechas”, que bien pueden ser parte de una moda. En Europa creo surgen desde un sentimiento anti globalizador contra la inmigración y contra la guerra en Ucrania. Yo pienso que Milei acá ha logrado dar una sensación de “esperanza” en el vacío  en razón de la crisis profunda del peronismo –desgarrado hoy entre el progresismo y el pejotismo- y esto hace que el electorado argentino se encuentre sin faros que lo guíen. En cuanto al “alcance” mundial de Milei quiero decirle que es solamente acá que se presenta esa idea, en el mundo es tomado más por una rareza que llama la atención solamente por sus excentricidades. 

Incidencia de las guerras en curso dentro del orden mundial.

-Hoy los conflictos bélicos en los territorios ucranianos y palestinos, respectivamente, parecieran tener una incidencia prácticamente definitiva sobre el futuro próximo inmediato de los destinos del conjunto de naciones del mundo. ¿Cuáles son las principales reflexiones -y/u observaciones- al respecto que quisiera expresar?

-Lo primero que hay que advertir es que ambos conflictos, debido a la globalidad de los mismos, nos pueden alcanzar a nosotros de un momento a otro. Luego hay que decir que ambos conflictos responden a la misma lógica mundial: estamos en una tercera guerra mundial en trozos -como ya lo señaló el Papa Francisco-. Y esta guerra estalló debido a la transición de la unipolaridad militar -que quiso imponer George W. Bush en la posguerra fría-  hacia una multipolaridad que tiene como características que la presencias de estados continentales, civilizacionales e industriales -y no ya ideológicos-. Como ejemplos podemos ver el caso de los EE.UU. por un lado y lo de China, Rusia e Irán en el frente euroasiático. Lo importante -para nosotros- es comprender que para participar de modo favorable en esta multipolaridad emergente primeramente se debe lograr en la región conformar un bloque unido y poderoso. Si no se logra conformar entonces estaremos a merced del dominio de los sectores reaccionarios más radicales como sucede hoy en nuestro país, y como ya sucedió -y puede volver a suceder- en Brasil. Señalo lo de Brasil porque a diferencia del partido de Milei -que es puramente digital- el de Bolsonaro tiene actores fácticos, bases de carne y hueso.

(*) Prof. en Historia. Instituto «Antonio Ruiz de Montoya» (Posadas), –Magister en Sociología. Universidad Nacional de Lomas de Zamora (Bs. As.), Dr. en Ciencias de la Educación. Universidad Tecnológica Intercontinental. Asunción (Paraguay), Dr. en Ciencia Política. Universidad del Salvador (Bs. As.).

FUENTE https://lmdiario.com.ar/contenido/457721/venezuela-representa-la-frontera-real-con-la-republica-imperial-de-los-eeuu

ESPECIAL ELECCIONES PRESIDENCIALES EN LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA CANAL DMP GEOPOLITICA

Por: EDUARDO J. VIOR DMP GEOPOLÍTICATodos los viernes a las 19:00 horas de España (14:00 ARG/BRA/CHI, 13:00 BOL/VEN, 12:00 COL/EUA/PER, 11:00 CRC/MEX), Eduardo Vior presenta su mirada sobre la geopolítica y la geoeconomía global.

En su reciente referendum consultivo sobre la Guayana Esequiba el pueblo venezolano afirmó su unidad nacional, legitimó a su gobierno y afirmó su soberanía nacional.

Por Eduardo Vior Analista Internacional colaborador de Dossier Geopolitico

06-12-2023 | TELAM

Foto AFP
Foto: AFP.

Las estrofas del Himno Nacional resonaron el domingo a menudo en las calles de Venezuela. Es que el triunfo del “SÍ” en el referendo consultivo sobre la soberanía venezolana en la Guayana Esequiba (o, simplemente, Esequibo) representa una victoria por puntos de Venezuela sobre la Exxon Mobil, del conjunto de las fuerzas democráticas gubernamentales y opositoras sobre los intentos desestabilizadores, del partido oficialista sobre sus contendientes y del propio presidente Maduro dentro del mismo partido de gobierno.

El canciller venezolano, Yván Gil, emitió este lunes en la red social “X” un comunicado oficial en el que rechazó las declaraciones del portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos en relación al referendum consultivo realizado el pasado 3 de diciembre calificándolas como “una intromisión inaceptable”. Pocas horas antes el portavoz norteamericano Matthew Miller había advertido a Venezuela que la disputa territorial con Guyana por el Esequibo no puede ser resuelta mediante un referendum y subrayó que el gobierno de Joe Biden sólo reconoce la frontera establecida en 1899 por un laudo arbitral entre los dos países suramericanos, “mientras no haya un acuerdo entre las dos partes o un organismo competente lo decida”.

Por el contrario, el presidente Nicolás Maduro celebró este lunes el resultado del referendo que le otorga el respaldo popular para reclamar la soberanía sobre el territorio del Esequibo. El mandatario afirmó que “ahora sí vamos a recuperar” esa zona rica en petróleo, ante una Guyana que se muestra “vigilante” y que cuenta con el apoyo de Estados Unidos. Contra algunos reparos de la oposición, el mandatario reafirmó que “este referéndum es vinculante y acato el mandato del pueblo, el mandato popular es sagrado, la voz del pueblo es la voz de Dios”, agregó.

Aprovechando la ocasión, el jefe de Estado convocó a fortalecer la unidad nacional. “Tenemos como gran tarea seguir transitando caminos de encuentro y consensos, siempre junto al Pueblo, con planificación y organización para la convivencia sana, la defensa integral, la estabilidad, la recuperación económica y la armonización de políticas públicas en beneficio de la nación”, expresó en la red social X.

El presidente solicitó asimismo este lunes a Estados Unidos no interferir en la disputa por el Esequibo. Durante su programa “Con Maduro +” instó a la Casa Blanca a permitir que Guyana y Venezuela resuelvan la controversia conforme al Acuerdo de Ginebra de 1966. Con este pedido Maduro reaccionó a las declaraciones del portavoz Miller y acusó a EE.UU. de alentar a Guyana a provocar a Venezuela.

Según informó también este lunes el Consejo Nacional Electoral (CNE), más del 95% de los 10,4 millones de votantes que participaron en esta consulta, entre 20,7 millones convocados (el 50% del padrón), aprobó la incorporación de la zona reclamada a Venezuela como 24º estado de la Federación con el nombre de  Guayana Esequiba, así como dar la nacionalidad a sus 125.000 habitantes.

Las cinco preguntas que debieron responder los votantes en el referendo consultivo fueron las siguientes:

1. “¿Está usted de acuerdo en rechazar, por todos los medios, conforme a Derecho, la línea impuesta fraudulentamente por el Laudo Arbitral de París de 1899 que pretende despojarnos de nuestra Guayana Esequiba?”

2. “¿Apoya usted el Acuerdo de Ginebra de 1966 como el único instrumento jurídico válido para alcanzar una solución práctica y satisfactoria para Venezuela y Guyana en torno a la controversia sobre el territorio de la Guayana Esequiba?”

3. “¿Está usted de acuerdo con la posición histórica de Venezuela de no reconocer la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia para resolver la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba?”

4. “¿Está usted de acuerdo en oponerse, por todos los medios, conforme a Derecho, a la pretensión de Guyana de disponer unilateralmente de un mar pendiente por delimitar, de manera ilegal y en violación del Dderecho Internacional?”

5. “¿Está usted de acuerdo con la creación del estado Guayana Esequiba y que se desarrolle un plan acelerado para la atención integral a la población actual y futura de ese territorio, que incluya entre otros el otorgamiento de la ciudadanía y cédula de identidad venezolana, conforme al Acuerdo de Ginebra y el Derecho Internacional, incorporando en consecuencia dicho estado en el mapa del territorio venezolano?”

Guyana recurrió ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya contra la realización del referendum. Finalmente, el pasado viernes, el tribunal pronunció un fallo en el que pidió a Venezuela “abstenerse de cualquier acción que altere la situación que prevalece en el territorio en disputa”, pero no prohibió la realización del acto comicial.

Tras el referendo el ministro guyanés de Exteriores, Hugh Todd, dijo a la AFP que su país mantendrá una posición “vigilante”. Todd resaltó que Guyana cooperará con Estados Unidos para su defensa. Por su lado, el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdea, aseguró que su país está preparado para cualquier eventualidad.

Preocupadas por el cariz que toma el conflicto en su frontera norte, las autoridades brasileñas mantienen contactos de alto nivel con ambos países en busca de un acercamiento, dijo a la prensa en Brasilia la secretaria para Latinoamérica de la cancillería brasileña, Gisela Padovan. No obstante, como el alto mando brasileño mantiene tradicionalmente muy fluidos intercambios con sus pares venezolanos, sabe que Caracas no invadirá Guyana. De todos modos ha mandado varias unidades para vigilar la zona.

En inmediata aplicación del voto popular, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de Venezuela ha intensificado su acción social en los municipios linderos con Guyana. El Comando Estratégico Operacional (Ceofanb) compartió el martes 5 en redes sociales imágenes de los uniformados brindando atención médica y construyendo puentes en la localidad de Punta Barima, Estado de Delta Amacuro.

El Esequibo es un espacio territorial rico en petróleo, oro y bienes comunes que Venezuela reclama, porque durante la colonia pertenecía a la Capitanía General de Venezuela e Inglaterra lo ocupó en la década de 1830. En 1899 se reunió en París un tribunal arbitral que falló a favor de la soberanía inglesa sobre el territorio. Sin embargo, cincuenta años más tarde, al morir uno de los jueces, se supo que el fallo había sido “comprado” por la diplomacia de Londres y el gobierno venezolano lo impugnó. En 1966, poco antes de la independencia de Guyana ese mismo año, Gran Bretaña y Venezuela acordaron en Ginebra volver a negociar sobre la soberanía sobre el territorio. Sin embargo, desde que en 2019 Exxon Mobil y Chevron comenzaron a extraer petróleo en la zona marítima en litigio, Georgetown anunció que sólo reconocería el laudo arbitral de 1899 y permitió el ingreso de tropas norteamericanas a su territorio. El Comando Sur del US Army anunció recientemente la próxima instalación de una base militar en el Esequibo.

Ante la agudización del conflicto y el riesgo de que Estados Unidos erija otra base más cerca de su frontera (ya tiene otras en Colombia y en Curazao), el gobierno de Nicolás Maduro inició el año pasado una fuerte movilización nacionalista que este domingo tuvo un primer punto culminante en la celebración del referendum.

Sin ser un triunfo restallante, el referendum del pasado domingo 3 fue un éxito para el gobierno de Nicolás Maduro que le permite entrar con optimismo en la carrera para la elección presidencial del próximo13 de octubre de 2024. Si bien la participación electoral fue baja (50% del padrón), hay que recordar que sólo el referéndum revocatorio de 2004, en plena presidencia de Hugo Chávez y apenas dos años después de la derrota del golpe de estado de 2002, concitó una participación del 66%. En cambio, en el referendum electoral de 2007 sólo participó 55% del padrón. No hay otros referendos con los cuales comparar y hacerlo con elecciones presidenciales o legislativas no es pertinente.

El gobierno venezolano se propuso realizar una demostración de unidad nacional y tuvo éxito, ya que sólo el grupo reunido en torno a María Corina Machado rechazó la convocatoria. El resto de la oposición, la central empresarial FEDECAMARAS y la Conferencia Episcopal Venezolana (muy crítica del gobierno) apoyaron el llamado a las urnas.

Del mismo modo, la convocatoria sirvió al gobernante Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) para “calentar los motores” de cara a la elección presidencial venidera.

En lo que respecta al litigio fronterizo, la aprobación de la pregunta 5 obligará a una reforma constitucional siguiendo el precedente argentino de 1994, para incorporar a la Guayana Esequiba como 24º estado de Venezuela. A diferencia de nuestro país, empero, como el territorio reclamado linda con los estados venezolanos de Delta Amacuro y Bolívar, Caracas planea en los próximos años desarrollar intensamente la infraestructura social, educativa y sanitaria de la frontera, para inducir a más guyaneses a utilizar los servicios de Venezuela (muchos ya lo hacen) y, de ese modo, persuadirlos de tomar la ciudadanía venezolana. En la medida en que aumente el número de venezolanos que habite la Esequiba, disminuirá la legitimidad de la soberanía guyanesa.

Si UNASUR estuviera funcionando, este conflicto se resolvería en la mesa de negociaciones, pero hoy en día sólo vale la competencia pacífica. Mucho más ante un gobierno guyanés que se deja dictar su conducta desde Washington y se ha puesto completamente al servicio de Exxon Mobil.

Ante la centralidad que “la Olla” entre los ríos Orinoco y Esequibo adquirirá próximamente en la política petrolera mundial, Venezuela sigue el ejemplo argentino y lo supera hábilmente generando una movilización nacional que unifica a la sociedad, fortalece al Estado y aprovecha ventajosamente la coyuntura internacional. Cuando los vientos de la tormenta mundial arrecian, sólo la unidad nacional puede ofrecer protección.
Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de la agencia.

FUENTE: https://www.telam.com.ar/notas/202312/648714-venezuela-esquibo-guyana-referendum.html

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein que autoriza su publicación en Dossier Geopolitico

El circo montado por Estados Unidos y Noruega, su aliado de la OTAN con respecto a Venezuela, marcó un punto de inflexión el pasado 17 de octubre cuando se firmó un acuerdo entre el gobierno y la oposición.

El circo dice relación con la ridiculez de negociar fuera del territorio venezolano ( en México y Barbados) solo porque en Venezuela no hay embajada de Estados Unidos y necesitan controlar de cerca a sus empleados nativos que “negocian” en su nombre. ¿Cuándo se ha visto que dos partes legales de un conflicto, tengan que negociar en el extranjero cuando ninguna de ellas es clandestina ni perseguida y cuando en el país no se está desarrollando una guerra?

La necesidad de dialogar entre venezolanos en México y Barbados es expresión de la profunda desconfianza que tiene Washington por sus adláteres locales a los que necesita “controlar desde cerca”.

El objetivo de esa “negociación” era ratificar, para darle marco legal a lo acordado en la verdadera negociación que es la que sostuvo de forma discreta y confidencial el gobierno de Venezuela con el de Estados Unidos. Este último pidió mantenerla en secreto mientras decidía la forma de “venderle” a su opinión pública que está dialogando con un gobierno al que caracterizaron como dictadura y al que juraron derrotar de cualquier forma considerando que todas las opciones “estaban sobre la mesa”. Washington pidió que lo acordado se conservara en reserva hasta esperar el “mejor momento” para darlo a conocer. Ese momento llegó, eso sí, antes del tiempo previsto por la administración Biden.

A estas alturas, Estados Unidos ya pudo constatar que todo el arsenal de instrumentos utilizados para derrocar al gobierno bolivariano fracasó estruendosamente. Veamos:

  • Intentaron fracturar a la fuerza armada.
  • Dieron un golpe de Estado.
  • Realizaron una invasión por vía marítima.
  • Otra por tierra desde Colombia.
  • Realizaron un atentado con drones para asesinar al presidente Maduro y a los miembros del gobierno y el alto mando militar.
  • Se aliaron con la delincuencia organizada y el narcotráfico para desestabilizar el país.
  • Realizaron varias olas de atentados terroristas y sabotajes contra los servicios públicos.
  • Aprobaron alrededor de 930 medidas coercitivas unilaterales (mal llamadas sanciones) contra personas e instituciones del país.
  • Desataron una furiosa campaña mediática de mentiras para desinformar sobre lo que estaba ocurriendo en Venezuela.
  • Falsificaron la cifra de migrantes que ellos mismos produjeron con su ola de sanciones y agresiones para maximizar las ganancias que “ese negocio” produce construyendo además una fábula al respecto, sin importarle en lo más mínimo el dolor de esos ciudadanos que se veían obligados a abandonar su tierra.
  • Bloquearon las transacciones financieras internacionales
  • Fundaron el Grupo de Lima, único organismo internacional en la historia creado para derrocar un gobierno
  • Enviaron sus naves de guerra al mar Caribe para bloquear el comercio impidiendo la llegada de medicinas y alimentos al país.
  • Ordenaron a sus países satélites que retiraran a sus embajadores de Caracas. Ellos mismos se fueron y cerraron su embajada mientras ordenaban a grupos de delincuentes que ocuparan la nuestra en Washington por la fuerza, violando las normas más elementales del derecho internacional.
  • Prohibieron a los laboratorios occidentales que vendieran a Venezuela vacunas contra el COVID.
  • Movilizaron a los países limítrofes para ejercer presión militar en las fronteras de Venezuela.
  • Manipularon de forma artificial la moneda venezolana, el bolívar.
  • Sancionaron indiscriminadamente a la industria energética nacional, en especial a PDVSA.
  • Enviaron centenares de millones de dólares para financiar la subversión interna que produciendo decenas de víctimas a través de prácticas solo comparadas con la de los nazis y la de los sionistas hoy en Palestina.
  • Inventaron un presidente artificial.
  • Robaron impunemente empresas, aviones y refinerías de Venezuela, así como otros activos para entregárselas como botín a sus empleados locales que hacían la tarea encomendada por Washington.

…y fracasaron. Todas estas acciones están documentadas y pueden ser objeto de estudio para aquellos que se interesen en saber lo que ha pasado y está pasando en Venezuela.

Agotados todos esos expedientes pretenden crear un nuevo Guaidó, pero ahora intentado dar apariencia legal al procedimiento. En el plano internacional, habida cuenta de que los nuevos gobiernos progresistas de Colombia y Brasil se han negado a hacerse parte de las acciones contra Venezuela, utilizan al débil régimen de Guyana, dirigido por una élite de mentalidad neocolonial y rastrera que ha traicionado a sus grandes líderes fundadores: Cheddi Jagan y Forbes Burnham para crear un conflicto internacional encaminado a justificar una acción militar bajo conducción del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, sirviendo de esa manera, a las grandes transnacionales energéticas occidentales.

No obstante haber descubierto que la oposición venezolana, además de ser expresión de una mediocridad y una ignorancia vergonzosa, les han mentido por años anunciando “la inminente caída de Maduro”, Estados Unidos -al igual que en Ucrania e Israel- se aferra a prácticas intervencionistas e injerencistas dando soporte a fuerzas que representan el pensamiento más retrógrado del país. Ha podido más su apego a una lógica caduca de guerra fría que la búsqueda de entender una realidad que está anunciando el nacimiento de un mundo nuevo.

Pero no es esa la razón por la que negociaron con Venezuela. No tienen empacho en derrochar el dinero de los contribuyentes estadounidenses cual hemorragia sin control, a fin de intentar detener el curso de la historia. Dos aristas tiene este aparente acercamiento a Venezuela. En primer lugar, la profunda crisis económica, en particular en el área de la energía que está acosando a Estados Unidos.

Hay que recordar que solo dos semanas después de iniciada la operación militar de Rusia en Ucrania, una delegación estadounidense, la de más alto nivel en más de una década arribó a Caracas presidida por Juan González, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca. Oculto tras un supuesto interés en liberar algunos estadounidenses presos en Venezuela, el verdadero objetivo de la visita fue abrir las puertas del país para establecer una línea de comunicación en un momento de incertidumbre respecto del alcance que podía tener el conflicto en Ucrania. 

Pero, lo que pudieron prever se quedó corto, las sanciones contra Rusia se revirtieron y están afectando más a los victimarios que a la víctima. Un informe de la semana pasada da a conocer que la reserva estratégica de petróleo de Estados Unidos está en su nivel más bajo desde 1983. Lo cierto es que hoy poseen menos de la mitad del crudo que tenían en reserva hace 10 años. En este momento, las mismas ascienden a 350 millones de barriles. Para que se tenga una idea de lo que eso significa vale decir que en los dos últimos años, Biden liberó 270 millones de barriles de sus reservas a fin de bajar los precios. 

Hoy no podrían hacer eso. Por ello necesitan que el petróleo de Venezuela fluya sin limitaciones por el mercado. He ahí la primera razón que explica el porqué de las negociaciones.

La segunda lógica sobre la que actúa el gobierno de Estados Unidos tiene que ver con la forma como le venden a su opinión pública que, -como dije antes- están negociando con la “dictadura” que juraron destruir. Como se sabe, la opinión pública de Estados Unidos es ignorante,  manejable y manipulable y sólo importa como máquina de producir votos. No obstante, si no funciona para ese objetivo, también puede ser manipulada para aceptar un fraude como el ocurrido en los comicios presidenciales del año 2000 cuando le robaron la elección a Al Gore tras un acuerdo entre las élites y las instituciones del poder.

De tal manera que, sustentados en la estupidez orgánica de esa opinión pública, esta situación, que tiene talante político, se puede transformar en uno de carácter electoral y eso si es un problema para la administración estadounidense. Estos dos factores aceleraron el desarrollo del proceso negociador en Venezuela. 

Así, obligaron a la oposición venezolana a ir a Barbados y aceptar todo lo que el gobierno proponía porque todo lo que se exponía ya había sido acordado previamente entre los gobiernos de Venezuela y Estados Unidos. A la oposición no se le dio la posibilidad de opinar, solo de acatar. Por eso el tema de las inhabilitaciones no fueron discutidos. Como es normal, una vez más, Estados Unidos hizo uso de sus lacayos, -sean personas, organizaciones o países- cuando estas ya no les sirven. Pregúntenle a Guaidó.

Ahora, Washington lo está vendiendo de forma tal que parezca que, en la medida que el gobierno de Venezuela y la oposición se pusieron de acuerdo, no tiene sentido mantener las sanciones porque ellas lograron su objetivo de obligar a Maduro a ceder.  Todo es falso, es al revés. Washington llegó a un acuerdo con Caracas y ordenó a la oposición que lo acatara.

La afirmación de que Maduro cedió obvia que en alguna medida, la política si se quiere hacer en los marcos de la democracia representativa que impera en Venezuela, obliga a las partes a ceder en algo. Pero lo que no se ha negociado es la soberanía, la integridad territorial, la voluntad del pueblo de defender su futuro, y en eso, Venezuela ha tenido en el presidente Maduro, un firme defensor. No se puede hablar de ceder en términos peyorativos. Al contrario, ceder es símbolo de grandeza…y de poder. Se cede en lo táctico mientras se es firme e inamovible en la defensa de los objetivos estratégicos. Esa es la esencia para llevar adelante y con éxito las metas de largo plazo que conducen a la transformación revolucionaria de la sociedad.

Para ello, hay que saber construir la correlación de fuerzas necesarias para producir los cambios y en medio de una brutal agresión imperialista, ese proceso es lento y difícil. El gobierno ha cedido en la negociación con la oposición democrática porque es un mandato constitucional. 

Llegar a acuerdos en favor del país y del pueblo no es negativo. Al contrario, es lo que desean todos los venezolanos. Pero claro, la oposición terrorista que ahora pretende crear una lideresa artificial engañando al pueblo y que además, pone en duda los intereses soberanos de Venezuela en el Esequibo no tienen capacidad de debatir, solo de acatar lo que le dictan desde el norte. 

El pueblo de Venezuela resistió y triunfó señalando una vez más que la victoria es el premio de los que luchan y no se arrodillan. Eso es lo que aprendimos de Bolívar y de Chávez y es lo que nos sostiene para enfrentar y ganar los combates del futuro donde quiera que estas se libren: en la mesa de negociaciones o en el campo de batalla. 

X:@sergioro0701  

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Los acontecimientos a la vista hacen evidente que Rusia, a pesar que no ha logrado aún obtener plenamente los objetivos originalmente planeados, va imponiendo su lógica en el conflicto en Ucrania. Y tal vez ese sea el resultado final que habrá de producirse, es decir Rusia terminará ganando la guerra sin obtener todas las metas que se había propuesto.

Para Rusia, la amenaza que en algún momento significaba que Ucrania se incorporara a la OTAN, ahora ha sido sustituida por la amenaza que encarna la decisión de la organización guerrerista occidental de derrotar a Moscú, producir un cambio de régimen e incluso, desintegrarla.

En este sentido, para Rusia, este diferendo, que la obligó a realizar una operación militar especial en salvaguarda de su soberanía e integridad territorial, se ha transformado en un conflicto existencial. Por ello, a partir de los objetivos iniciales que condujeron a la incorporación de cinco provincias de mayoría ruso parlantes que pertenecieron a Ucrania: Crimea, Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporozhie,  que aun sin haber recuperado su territorio a plenitud, conforman el 23% del territorio anterior de Ucrania, se ha pasado a la posibilidad de que Rusia se proponga  ocupar otras 4 provincias, también de mayoría ruso parlante: Odessa, Nikolaiev, Dniepropetrovsk y Járkov que junto a las anteriores configurarían un total de 43% de lo que fue Ucrania.

Esto transformaría a ese país en un Estado disfuncional, no solo porque perdería su salida al mar, sino que también porque Polonia, Hungría y Rumania reclamarían territorios ancestralmente propios, habitados por minorías de esos países.

Para Occidente ha quedado claro que la continuidad de la expansión de la OTAN que comenzó en 1999, siguió en 2004 y pretendió continuar en 2008 con la entrada de Georgia y Ucrania a la organización, no está ni estará exenta de dificultades, como lo atestigua el actual conflicto.

Occidente, que en 2010, en la Cumbre de la OTAN en Lisboa habló de una nueva fase de cooperación con Rusia e incluso de crear una “verdadera asociación estratégica”, ahora supone a Moscú como un enemigo peligroso al que hay que contener y debilitar. Hoy Europa y Estados Unidos consideran a Rusia una “amenaza existencial”. Por eso su apuesta de “todo o nada”. Para Washington la situación es aún peor. Está en juego su credibilidad y su capacidad de proteger. Una derrota en Ucrania tendrá repercusiones estratégicas.

La OTAN no solo perdería el aval de ser una organización que aporta seguridad, sino que el maniqueo discurso de sus líderes en torno a que están librando una confrontación entre “jardín y selva” como la definió Josep Borrell,  Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad o entre “democracia y autocracia” como lo manifestó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quedaría en entredicho.

En este marco, su objetivo es derrotar a Rusia, debilitándola hasta el punto de que deje de ser una potencia, desmembrándola y desarticulando su capacidad de ser un actor internacional importante y un protagonista del mundo del mañana.

En el contexto, Ucrania ha dejado de jugar un papel principal. Su función es secundaria. En este momento, para Kiev, lo único que cobra valor es una victoria militar, la derrota de Rusia y su expulsión de los territorios que Moscú ha reivindicado como propios después de los referéndums realizados en septiembre de 2022. Kiev ve la salvación y por supuesto el futuro de su existencia en la incorporación a la OTAN y a la Unión Europea, para que así, en los hechos pueda ser un “país occidental”.

Analizado de esta manera , este conflicto está en punto muerto hasta que se produzca la victoria de uno de los contendientes. Hoy, la confrontación ha llegado a un punto de suma cero que encara un “todo o nada” existencial en el que la ocupación de territorios a la viaja usanza dejó de ser relevante para dar paso a la búsqueda del desgasta del enemigo. Es verdad que la guerra se libra en el campo de batalla, pero como nunca antes en la historia,  ahora hay que valorar también que se están enfrentando la capacidad económica del Estado ruso vs. la capacidad económica de Occidente, el potencial productivo de armamentos y municiones de Rusia vs. el de Occidente y la competencia de cada parte para la movilización, capacitación y puesta en plena disposición combativa de las tropas. No hay que olvidar que “ la guerra es la continuación de la política” y que “la política es la expresión concentrada de la economía”.

Y en esta lógica, Rusia ha sacado la mejor parte y está ganando la guerra. Ha fortalecido sus líneas defensivas hasta hacerlas impenetrables. Ucrania ha pagado un alto costo. Se calcula en 45 mil las bajas definitivas desde el comienzo de la “contraofensiva” hace tres meses, cifra a la que hay que agregar decenas de miles de heridos y un número muy alto de armamento y equipos destruidos en el intento frustrado de vulnerar el sistema de defensa creado por Rusia. La llamada “contraofensiva” ucraniana ha sido un total fracaso, hoy ya aceptado por líderes políticos y sobre todo militares, medios de comunicación y tanques de pensamiento occidentales.

La abrumadora superioridad rusa sobre Ucrania en cuanto a la potencia de fuego (misiles, artillería y aviación) y su preminencia en relación a la capacidad de movilización de tropas, han establecido una distancia muy difícil de superar. Ni siquiera el mil millonario apoyo económico, financiero, y logístico de Occidente ha podido cambiar la ecuación.

El resultado de la guerra vendrá dado por los efectos del desgaste, las capacidades logísticas, de armamento, equipos, por las potencialidades que se tengan para la reposición del recurso humano, pero también por las posibilidades de la economía y la industria de armamento donde la supremacía de Rusia es muy evidente.

Las guerras terminan con un armisticio, una negociación o una derrota y rendición de una de las partes. En la situación actual no hay posibilidad alguna de llegar a un tratado de paz. Las acuerdos que se hubieron podido hacer a partir de los Protocolos de Minsk en 2014 o las negociaciones ruso-ucranianas de marzo del año pasado, ya no son posibles. En uno y otro caso fueron torpedeadas por Occidente y utilizadas para fines que nada tenían que ver con la paz. Los objetivos de los dos bandos en pugna son absolutos al tiempo que cada parte entiende que está en juego su existencia.

Hoy, el tema territorial es irreconciliable, lo cual amenaza con una guerra larga que terminará con la derrota y rendición de una de las partes (muy presumiblemente de Ucrania, dado el estado de su economía). Todo ello traerá consecuencias para los contendientes, para la región y para el mundo.

X: @sergioro0701

¿QUO VADIS AMÉRICA? se pregunta Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, en su columna del Club de La Pluma. Pero no habla de los aspectos localistas, secundarios, superfluos y hasta histriónicos de las elecciones en curso en el sub continente, sino de que está en juego el futuro de sus próximos 50 años, por ser parte de la gigantesca guerra híbrida global entre la Unipolaridad decadente de EEUU y sus socios, contra la Multipolaridad del Sur Global ascendente, reflejada en los BRICS, la Nueva Ruta de La Seda y la Organización de Cooperación de Shangai. Una decadencia y un ascenso confirmados unánimemente por todos los medios y expertos económicos y políticos de Occidente.

AUDIO:

A ello se refiere cuando analiza con detalles las próximas  elecciones en Guatemala y en Ecuador, o el laberinto de Boric en Chile o los disgustos de Petro en Colombia. Todos acontecimientos marcados mediáticamente por la corrupción, la violencia, la economía y el narcotráfico. Aspectos muy importantes para la población pero también muletillas que sirven para camuflar detrás de las bambalinas una agresiva y desesperada campaña anglosajona para disciplinar y conservar en su órbita a los pueblos que han vivido bajo su dependencia y que ahora aspiran a ser parte del Sur Global. Con la determinación de acceder a financiaciones racionales, a inversiones justas y rentables, a una economía industrial, a una tecnología avanzada, a decidir políticas de desarrollo sin la tutela de las multinacionales, a una moneda común, etc. Luego de 150 años de sometimiento y expolio, sin nada a cambio.

Y en cuanto a las elecciones en Argentina, Carlos nos dice que no fue casualidad que el impacto haya sido justo antes de la Cumbre de los BRICS del 22 de Agosto, dónde el país presentará su candidatura a miembro de pleno derecho, ni que el candidato ganador de las internas prometa cortar relaciones con China y Brasil, dos de los fundadores de este organismo del Sur Global. Y que no se trata de que un candidato hable con su perro o que otra beba o no vino. Ni que estos “fenómenos loquitos” vayan por su cuenta. Todo lo contrario, son elementos formados en el neoliberalismo extremo y que responden a los poderes internacionales, que quieren que esta región siga retrasada, sin desarrollo y simple proveedora de materias primas. Por lo que los argentinos están convocados -o arreados- a definirse por una alternativa diferente y prometedora, o a ser parte de la decadencia a pasos redoblados de Occidente y -sobre todo- a pagar la peor parte de la misma.

Además, Pereyra Mele, deja unas reflexiones inquietantes:

  • Son tiempos de definición ante los profundos cambios en desarrollo.
  • Tenemos en frente un camino sin retorno.
  • Con tremendas consecuencias según la opción que se elija.
  • No es la hora de preocuparse y SI DE OCUPARSE.
  • Toca ser parte de la historia o ser basurero de la misma.
  • O MULTIPOLARIDAD en ascenso o UNIPOLARIDAD en declive.

Eduardo Bonugli (Madrid, 20/08/23)

LOS TRASCENDENTALES LOGROS PARA NUESTRA REGIÓN EN LA CUMBRE CELAC – UE es el tema de análisis en esta columna del Club de La Pluma, del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, quién destaca que por primera vez se han cambiado la tornas en nuestra relación con Europa, ya que las mismas se regirán a partir de ahora por las normas jurídicas establecidas por La Carta de las Naciones Unidas, por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por el Derecho Público Internacional y no por las normas y reglas impuestas  arbitrariamente desde los 90 por EEUU  y por encima de la ONU, y que desde entonces, el “Gran Hegemon” y sus socios se beneficiaron de una globalización arbitraria y a su medida, sostenida de forma impune por su poderoso brazo bélico militar.

Mientras que discrepa de las interpretaciones negativas de los acuerdos, escuchadas en varios círculos políticos, a las que define como negativas. Por ello, recuerda un ley no escrita del Palacio Itamaraty (cancillería brasileña) que dice que “las cumbres sirven para dictar caminos y no para definir absolutamente un tema” además de que jamás se puede obtener el 100% de lo que se quiere. Y se reafirma en los importantes pasos dados para que la UE entienda y respete los derechos y obligaciones de las relaciones multilaterales y el cumplimiento de los acuerdos firmados.

Sobre los posicionamientos políticos señala que la mayoría de los países de la CELAC rechazó las presiones de Bruselas para posicionarse contra Rusia, exigiendo frenar el conflicto de Ucrania apoyando un proceso de paz, además de reafirmar el multilateralismo global en marcha y bloqueando la incoherente exigencia de la UE para que Zelensky participara en el cónclave. Todo un revés para el canciller Borrell y los suyos, quienes esa misma semana, sufrieron el rechazo de Australia al tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, al considerar como inaceptables sus exigencias agro ganaderas.

Además, nos resume los puntos clave del acuerdo como el reconocimiento histórico de Europa en su rol esclavista durante tres siglos y el compromiso de reparaciones de su parte, especialmente para los países caribeños. También de la exigencia del fin del bloqueo a Cuba por parte de EEUU, el apoyo al proceso de paz en Colombia y a la negociación por las elecciones Venezuela.*

Y hace especial hincapié en lo referido a la reclamación de Las Malvinas, sobre el que hubo un vuelco conceptual muy importante por parte de Europa. Que desarrolla con todo detalle, incluso la concordancia firmada convocando al diálogo entre las partes para la resolución de la disputa, además de lo que implican sus consecuencias para el estratégico tema de las 300 millas náuticas de costas soberanas de cada país.

Y finaliza resaltado que los logros son hitos y pautas que sientan un firme precedente para la continuidad de futuras negociaciones, siempre dentro del nuevo marco de La Carta de Las Naciones Unidas, aunque sin olvidar la perversa costumbre histórica de los poderes occidentales en ningunear y adulterar este tipo de acuerdos, en complicidad con la prensa canalla, que mayoritariamente trata de disminuir nuestras posibilidades y nuestras potencialidades

Eduardo Bonugli (Madrid, 23/07/21)