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Por Alexéi Drobinin*

Un defecto importante del sistema económico mundial creado después del colapaso de la Unión Soviética y de la mancomunidad socialista es una extrema desigualdad en el desarrollo de países y regiones. Una de las principales causas de esto radica en el deseo y la capacidad del «Occidente colectivo» de redistribuir los recursos del resto del mundo en su propio beneficio. Se usan herramientas políticas, económicas y militares para realizarlo.

En la etapa actual, el líder de la «minoría occidental» es EEUU, cuya política combina el proteccionismo con la imposición de la libertad de movimiento transfronterizo de capitales, bienes y servicios occidentales a las economías en desarrollo. Para competidores los estadounidenses siempre tienen sanciones a imponer, provocaciones y guerras proxy. Cuando la administración de Barack Obama estuvo en el poder, el ‘palo’ de sanciones se convirtió en una herramienta favorita de la política exterior estadounidense. Joe Biden incluso desató una «guerra caliente» contra Rusia con las manos de los ucranianos.

La sensación de impunidad es propia para los británicos, para quienes las prácticas coloniales antiguas son casi un motivo de orgullo nacional. Los europeos continentales, incluida Francia, aplican tecnologías sofisticadas de intervención en los asuntos de sus antiguas colonias, como vemos en el ejemplo de África Occidental y Central, lo que provoca un creciente rechazo.

Es decir, los anglosajones y otros representantes de Occidente continúan ocupando de lo que siempre hacían: saquean a otras naciones, aunque hoy en día lo hacen bajo la cobertura de consignas de libertad, democracia y progreso. Así es el neocolonialismo actual.

Las consecuencias concretas de esta política son desequilibrios peligrosos en la economía mundial y en la distribución global de la labor y los ingresos. Intentan resolver los problemas resultantes de las prácticas neocoloniales mediante la manipulación de los mercados energéticos, alimentarios, financieros y otros. A continuación, citaremos algunos ejemplos de diferentes áreas.

Salud pública. Durante la pandemia de COVID-19, la distribución de vacunas a través del mecanismo COVAX dejó a los países rezagados económicamente con una grave escasez de vacunas. Además, bajo presión de Estados Unidos y la Unión Europea, la OMS retrasó artificialmente la certificación de la vacuna rusa Sputnik.

Seguridad alimentaria. Según la ONU, en el marco de la famosa Iniciativa del Mar Negro para la exportación de granos desde Ucrania en 2022-2023, de casi 33 millones de toneladas de cargas se enviaron un 3% a los países africanos más necesitados (Yibuti, Somalia, Libia, Etiopía). Además, se les casi privó a los africanos de acceso a los fertilizantes rusos.

Un buen ejemplo de la desigualdad en la distribución de ingresos es el mercado mundial del café. Durante la segunda Cumbre Rusia-África en 2023, el Presidente de Uganda, Yoweri Museveni, señaló que en el mercado mundial del café con el volumen de 460 mil millones de dólares los ingresos de África son menos de 2,5 mil millones de dólares, a pesar de que es el mayor productor de café. Alemania, que compra materias primas en todo el mundo, obtiene 6,8 mil millones de dólares al año por su procesamiento y venta.

En el ámbito financiero y económico, las prácticas neocoloniales se manifiestan en la forma de ‘congelación’ de activos estatales y privados en países occidentales por motivos geopolíticos. El siguiente paso, al parecer, será la confiscación de fondos y su transferencia a terceros por decisión de los nuevos colonizadores.

Los organismos controlados por Estados Unidos, como el FMI, no dudan en violar sus propios estatutos con el fin de no otorgarle dólares a Rusia y Bielorrusia a cambio de derechos especiales de giro.

En este contexto, parece surrealista la destinación de recursos casi ilimitados, que superan los límites nacionales, al régimen de Kiev, que evidentemente nunca los devolverá. Los países ‘ricos’ del Occidente evaden el cumplimiento de compromisos (por ejemplo, proporcionar a los países necesitados 100 mil millones de dólares al año para resolver las tareas de adaptación al cambio climático), pero encuentran fácilmente sumas mucho más grandes para financiar el régimen de Vladímir Zelenski.

Cometer crímenes contra pueblos enteros es la tradición histórica de las élites político-militares del Euroatlántico. De acuerdo con las más modestas estimaciones, a partir del siglo XIX, solo EEUU intentó influenciar en los procesos en política interior de no menos de 150 países. De los 193 miembros actuales de la ONU, solo los 22 nunca se sometieron a ataques armados de Gran Bretaña.

El elemento inalienable del neocolonialismo son las normas de comportamiento propagadas por el “Occidente colectivo”. La estimulación de las orientaciones sexuales desviadas, el rechazo de la naturaleza humana y otras “travesuras” se aplican para arruinar los tradicionales valores espirituales y morales.

Al imponer las ideas destructivas, Occidente manifiesta una tenacidad e ingenio dignos de una mejor aplicación. Por ejemplo, en noviembre de 2023, la UE y el grupo de los Estados de África, del Caribe y del Pacífico firmaron el acuerdo de asociación (en gran medida, es un documento comercial) en que se incluyeron las exigencias de que los socios de la Unión Europea, siguiendo a su ejemplo, legalizaran abortos, la agenda LGBT, la educación sexual universal y otros conceptos ideológicos de Europa moderna. De intentar varios países caribeños capitaneados por Jamaica por lo menos aplazar la suscripción del documento, el Estado insular corrió el peligro de perder el vital financiamiento exterior que necesitó para ejecutar programas sociales y económicos.

EEUU y la UE firman cualesquier acuerdos económico-comerciales basado exclusivamente en las condiciones de la excepcionalidad propia.

A propósito, las mismas condiciones se hicieron los cimientos del Acuerdo de Asociación de Ucrania con la Unión Europea. Al estorbar la firma del documento el Gobierno de Yanukóvich, esto se volvió el motivo para el golpe de Estado en Kiev en 2014.

Las prácticas neocoloniales no se limitan a los ejemplos mencionados. Pero hay suficientes para concluir que el “Occidente colectivo” carece del derecho moral a sermonear a los demás.

Apenas arrancó solo ayer la discusión política internacional sobre los problemas de la igualdad en la comunidad mundial. En su día, marcó la pauta la Unión Soviética que, hace más de medio siglo, aportó la contribución decisiva a la restauración de la justicia, asegurando que la ONU aprobara la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales en 1960. Su efecto fue colosal. Más de 80 ex colonias pobladas por 750 millones de personas obtuvieron la independencia.

Sin embargo, el equilibrio y la igualdad no fueron recuperados por completo. Al dejar de exprimir forzosamente los recursos coloniales, las ex metrópolis pasaron a aplicar las prácticas no violentas encaminadas a explotar los países formalmente independientes, lo que perpetuó la desigualdad global.

En la actualidad, cada vez más países se pronuncian públicamente contra la injusta política de Washington, sus satélites y las organizaciones internacionales controladas por Occidente. Se multiplican los ejemplos de la fructífera cooperación interestatal entre las estructuras no encabezadas por Occidente. Están ganando terreno los BRICS, la OCS, recibió un nuevo impulso el Movimiento de Países No Alineados, en la plataforma de la ONU se fundó el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas.

Todavía queda mucho que hacer en el camino hacia la liberación de las garras neocoloniales. Se requiere elaborar el único criterio para definir el neocolonialismo. Todos los países perciben la idea de luchar contra el mismo de manera diferente. Esto depende de la experiencia histórica y las realidades contemporáneas. Occidente se esfuerza por desacreditar los procesos de soberanización como arcaísmo y revisionismo.

Un papel crucial en el inicio de la discusión internacional dedicada a todos los aspectos de este tema acuciante lo debería desempeñar el Foro de los Partidarios de la Lucha contra las Prácticas Contemporáneas del Neocolonialismo “Por la Libertad de las Naciones” en Moscú. La reunión constitutiva está fijada para febrero del año en curso.

En conclusión, sería bien citar ciertas palabras del Presidente de Rusia, Vladímir Putin, pronunciadas en su discurso en el Concilio Mundial del Pueblo Ruso. “Hoy luchamos por la libertad no solo de Rusia, sino todo el mundo”. Además de efectuar la operación militar especial, nuestro país contribuye a la lucha por la justicia desmintiendo y derrocamiento el neocolonialismo.

* Director del Departamento de Planificación de Política Exterior de la Cancillería rusa,

FUENTE GEOSTRATEGIA.es https://geoestrategia.es/noticia/42329/politica/neocolonialismo-y-nuestra-lucha-contra-el.html

Por Boaventura de Sousa Santos *

Traducción de Bryan Vargas Reyes

Me hago la misma pregunta que el gran intelectual comunista portugués, Bento Jesús Caraça, se hizo en 1932 y suscribo el mismo pronóstico. Tras afirmar que, a medida que se acercaba la Primera Guerra Mundial, “los intelectuales (con excepción de Romain Rolland en Francia y, añadiría yo, Karl Kraus en Austria), en lugar de arrojar todo el peso de su prestigio en la balanza para tratar de impedir que estallara la catástrofe y poner orden en un caos de locura, utilizaron ese mismo prestigio para avivar las llamas y aumentar el desorden. Donde debían elevarse, se degradaron; para cumplir una misión noble y humana, prefirieron la traición”.

Las preguntas son: ¿ha cambiado la situación en el presente? ¿Vemos signos claros y precisos de una intención de redimir un pasado oscuro?

La respuesta de BJC es inequívoca: “La verdad es que ¡no! Hay sin duda grupos importantes de ‘hombres firmes’, de ‘hombres de buena voluntad’ que ponen lo mejor de su inteligencia y de su actividad en la lucha contra la guerra, pero desgraciadamente, la mayoría, la inmensa mayoría de los intelectuales se preparan para una nueva renuncia al espíritu. Si estalla una guerra, y nunca hemos estado tan cerca de ella, volveremos a ver surgir por todo el mundo miles de fáciles héroes de escritorio, escupiendo los mismos torrentes de mentiras que llevarán a otros al frente de la batalla… y les asegurarán estar cómodos en la retaguardia.” (Bento de Jesus Caraça, Conferências e Escritos. Lisboa, 2ª edição 1978, 216)

Diez años antes, Karl Kraus escribió en Los últimos días de la humanidad: “El humor no es más que la acusación que se lanza a sí mismo alguien que no se ha vuelto loco ante la idea de haber soportado presenciar las cosas de este tiempo en su sano juicio”. (Os Últimos Dias da Humanidade. Tradução de António Sousa Ribeiro. Lisboa, Antígona, 2023, 17-19.) Y se desahogaba: “una confesión tan completa de culpa por pertenecer a esta humanidad será bienvenida en alguna parte, y siempre será útil”.

Como Caraça, Rolland y Kraus, no me satisface que se produzca una nueva guerra mundial, ya por tercera vez. Y sin duda la última, si se trata, como es probable, de una guerra nuclear. “¡No en mi nombre!” El papel del intelectual es unirse a los ciudadanos activos por la paz, a los partidos políticos y movimientos sociales que desean realmente la paz y denuncian a las fuerzas mundiales que promueven la guerra como medio de perpetuar su poder. Pero la experiencia nos demuestra que esta lucha, para ser eficaz, debe tener una dimensión organizativa. De eso voy a hablar en este texto.

Desde hace cien años, Europa está al borde de la guerra mientras se cura las heridas de la guerra anterior. Cada vez, los motivos son diferentes, pero han tenido en común el hecho de que, aunque nacieron aquí, llevan consigo el mundo y son, por tanto, globales. Así hemos vivido entre guerras. Quizá sea poco conocido que, en cuanto terminó la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas conservadoras, especialmente los católicos y los campesinos, se preguntaban voluntariamente cuándo empezaría la nueva guerra, ahora contra Rusia. La retórica de la incipiente Guerra Fría exaltó los ánimos, y sólo se enfriaron cuando Occidente contempló pasivamente cómo los soviéticos aplastaban el levantamiento húngaro de 1956 La paz iba a durar. La paz que duró fue la que hicieron posible la Guerra Fría y las numerosas guerras calientes regionales en África, Oriente Próximo y Asia. ¿Qué hay de nuevo ahora?

Si analizamos los debates internos en EEUU antes de su intervención en las dos primeras guerras mundiales, vemos que EEUU empezó declarándose neutral; la intervención posterior a favor de los aliados fue algo reticente y contraria a la ideología del aislacionismo que había sido tan popular hasta mediados del siglo XX. Por el contrario, la tercera guerra mundial en ciernes es un proyecto estadounidense. Europa sólo es un aliado menor. ¿Por qué? En las dos primeras guerras, el imperialismo estadounidense se encontraba en una fase ascendente y las guerras se utilizaron únicamente para consolidar esta posición dominante a escala mundial. EEUU salió fortalecido de cada guerra. Basta recordar que en 1948, el PIB estadounidense era casi la mitad del PIB mundial (en 2019 era el 24%). En estos momentos, EEUU está en declive y la guerra ha sido la opción tomada desde la época del presidente Clinton para frenar el declive, porque es en el complejo militar-industrial donde EEUU tiene la superioridad más inequívoca sobre las potencias rivales. Basta pensar en la más de 800 bases militares repartidas por todo el mundo.

De hecho, EEUU ha estado en guerra permanente desde su fundación, pero las guerras nunca son las mismas, y sólo tienen en común que tienen lugar lejos de sus fronteras. Hoy es una guerra de hegemonía; si hasta hace un tiempo la opción nuclear estaba radicalmente excluida, hoy se ha convertido en uno de los escenarios posibles. La gravedad de la situación se deriva del hecho de que el declive de Estados Unidos no sólo es evidente en la política y la economía mundiales. Ahora es descaradamente visible en casa. En el país más rico del mundo, uno de cada seis niños estadounidenses no saben de dónde vendrá su próxima comida. De los jóvenes delincuentes (de entre 10 y 17 años) internados en centros de detención, el 42% son negros, a pesar de que el porcentaje de jóvenes negros en la población juvenil estadounidense es del 15%. En 2023 se produjeron 630 masacres (tiroteos masivos, en los que murieron más de 4 personas). En 2021 murieron casi 50.000 personas por armas de fuego, de las cuales más de la mitad fueron suicidios. En 2023, había 653.100 personas sin hogar, un 12% más que en 2022. Las elecciones de 2024 serán sin duda libres, pero no serán justas, dada la presencia de dinero negro (dark money) en la financiación de las campañas, y puede que ni siquiera sean pacíficas. Ante este declive multidimensional, Estados Unidos centra cada vez más energía en la guerra de hegemonía. La guerra de hegemonía es aquella cuyo objetivo es concentrar y mantener el poder en el Estado hegemónico en cuyos intereses se establece el orden internacional, un orden que es unipolar por naturaleza. La dualidad de criterios en el “orden basado en normas” (compárese Ucrania con Palestina) es la principal característica del orden hegemónico. Con el colapso de la Unión Soviética y el fin del Pacto de Varsovia (1991), la guerra de hegemonía parecía ganada para siempre. Pero como el desarrollo del capitalismo mundial es desigual y combinado, han surgido desafíos a la hegemonía estadounidense, en gran parte derivados del desarrollo de China. En 1949, la China comunista comenzó a prepararse para un siglo de fortalecimiento que devolvería a China la posición en la cúspide del sistema mundial que ocupó hasta 1830, aunque desde el siglo XVI en una cierta multipolaridad con la Europa imperial.

Como afirma Xulio Ríos en La metamorfosis del comunismo en China, Mao Zedong puso a China en pie, Deng Xiaoping la desarrolló y Xi Jinping personifica el impulso final para hacer de China un país poderoso con una posición central en el sistema mundial, que culminará en 2049(A Metamorfose do Comunismo na China, Unha historia do PCCH (1921-2012). Pontevedra, Kalandraka, 2021, 282.)

Mientras Mao dejó de lado la cultura confuciana tradicional y Deng priorizó el desarrollismo por encima del marxismo, el Xiismo busca una síntesis de las tres ideologías fundadoras con la idea de un “socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era”. Dado que, durante la época de la globalización, China fue el socio que ayudó a disimular el declive económico de EEUU, las alarmas de la guerra hegemónica sólo empezaron a sonar en tiempos de Bill Clinton.

Pronto los neoconservadores (un grupo ideológico que va desde Hilary Clinton hasta Victoria Nuland y su marido, para quienes no hay que negociar con los rivales de la hegemonía estadounidense; hay que destruirlos) tomaron el control de la política exterior estadounidense. Los rivales tienen eslabones débiles y ahí es donde hay que atacarlos. China tiene dos: su principal aliado, Rusia, y Taiwán. La guerra de Ucrania fue desde el principio una estrategia de cambio de régimen (no en Ucrania, sino en Rusia). El objetivo era desgastar a los líderes políticos rusos (especialmente a Putin), como se hizo en los años 80, hasta que llegó un doble de Gorbachov y convirtió a Rusia en amiga de EEUU, y por tanto enemiga de China, lo que llevaría inmediatamente a China a quedar confinada en Asia. Como está claro hoy, el objetivo fracasó, Rusia se hizo más fuerte y su presencia multisecular en Eurasia se expandió aún más. El martirizado pueblo de Ucrania y los pueblos de Europa, manipulados por una guerra de propaganda sin precedentes, están pagando un alto precio por esta estrategia. Como Volodymyr Zelensky sabe poco de relaciones internacionales, no conocía la frase de Lord Palmerston con los ojos puestos en EEUU: “Las naciones no tienen amigos ni aliados permanentes; sólo tienen intereses permanentes”. Si no puede ser sustituido, Zelensky podría tener un accidente fatal en un futuro próximo.

El otro eslabón débil de China es Taiwán, y es aquí donde la guerra de hegemonía podría librarse con mayor violencia. Será una nueva Ucrania, pero en la que Estados Unidos aprenderá de los errores cometidos en Europa.

Como los amos de la historia desprecian la impertinencia de esta, no previeron la resistencia anticolonial del pueblo palestino, en este caso protagonizado por Hamás. La guerra de Israel contra Palestina es cualitativamente diferente de la guerra de Rusia contra Ucrania por tres razones principales. Por un lado, la primera es una guerra colonial de exterminio, la segunda es una guerra de contención. Por otro lado, EEUU no es un aliado de Israel. EEUU es Israel, porque el lobby pro-israelí controla tanto la política interior como la exterior de EEUU. Por último, la guerra de Israel, lejos de ser una perversión del mundo occidental, es su espejo más cruel y fiable: una civilización que desde el siglo XVI ha creado y celebrado la humanidad mientras deshumanizaba a la mayor parte de ella.

Al otro lado están los perdedores históricos del expansionismo europeo, el mundo islámico. La posibilidad de una escalada global de la guerra es cualitativamente mucho mayor en este caso. De ahí la inmediata desinversión en Ucrania. También en Oriente Medio, los neoconservadores tratarán de encontrar el eslabón débil de las alianzas chinas. Este eslabón es sin duda Irán. Probablemente será el próximo objetivo.

La resistencia contra la Tercera Guerra Mundial

La Historia es siempre contingente, por mucho que algunos factores parezcan determinarla. La tercera guerra no es inevitable. Las fuerzas de la resistencia y de la paz no están en Europa, el continente más violento del mundo. Es cierto que en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial surgió en Europa un poderoso movimiento pacifista, cuya mayor (y última) manifestación fueron las protestas contra la guerra de Irak en 2003. Este movimiento fue especialmente fuerte en Alemania, que, sin embargo, desde la guerra de Ucrania ha vuelto a sus peligrosos impulsos belicistas. La resistencia está en el Sur global.

En este texto, por Norte Global se entiende la Europa de los antiguos proyectos imperiales (sin Rusia), así como Japón y las antiguas colonias donde dominaban el racismo y el nacionalismo blanco (EE.UU., Canadá, Nueva Zelanda y Australia); el Sur Global, por su parte, son todas las demás antiguas colonias europeas y los países que, aunque no eran colonias europeas, estaban dominados por Europa (como China tras las Guerras del Opio).

Es posible que esta denominación sea transitoria y no dure mucho, ya que es subsidiaria de la fase más reciente de la globalización colonial- capitalista que, como sabemos, ha ido perdiendo terreno. El otro problema de esta denominación y de la dicotomía que conlleva es que homogeneiza las diferentes realidades sociohistóricas incluidas en cada uno de los polos de la dicotomía. Un análisis histórico no eurocéntrico mostrará la gran heterogeneidad tanto del Norte global como del Sur global. Basta con tener en cuenta que el Norte global incluye las potencias coloniales europeas y algunas de sus antiguas colonias. Por otra parte, dentro de Europa siempre ha habido asimetrías propias del colonialismo interno, de la Europa del Norte en relación con la Europa del Sur, de la Europa Central en relación con la Europa del Este, de las ciudades italianas y sus plantaciones en Chipre con mano de obra esclava eslava (eslavos que Hitler, siglos más tarde, llamaría Untermenschen, subhumanos), por no hablar de los Balcanes, cuya pertenencia a Europa se ha cuestionado repetidamente.

La misma (o mayor) diversidad puede observarse en lo que hoy es el Sur global. Las temporalidades, las lógicas de intervención e interacción y las economías políticas del extractivismo colonial en el Atlántico Norte, el Atlántico Sur, el Océano Índico y el Mar de China eran muy diferentes, por no mencionar el hecho de que incluían países que no estaban sometidos al colonialismo europeo. Hoy no tenemos la “inocencia” inaugural de principios del siglo XX en Europa, cuando todos los avances de la sociedad industrial y las comunicaciones se consideraban factores de homogeneidad.

Por supuesto, la homogeneización y la convergencia se han producido y siguen produciéndose, pero, contradictoriamente, también han surgido diferencias, desencuentros, reinvenciones de pasados distintos y vocaciones éticas y políticas divergentes. Por tanto, las dicotomías deben utilizarse con la máxima cautela y su utilidad es siempre provisional y limitada.

Con todas estas salvedades, el Sur global cuenta hoy con un actor privilegiado, China, y con una densa red de cooperaciones regionales y temáticas, entre ellas los BRICS+. (El acrónimo designa a los países que originalmente fundaron la organización (Brasil, Rusia, Indica, China y África del Sur) más los países candidatos a entrar en la organización.) ¿Es China comunista? ¿Es China imperialista? ¿En qué dirección llevará China al Sur global como actor privilegiado? Todas estas cuestiones son objeto de debate. China está gobernada por un Partido Comunista muy centralizado con unos noventa millones de militantes; en términos económicos, es hoy una economía mixta: una base capitalista –la gran mayoría de las empresas (61,2%) y del empleo (82,1%) (Números de 2018. Ver Li, Z., & Kotz, D. M. (2021). Is China Imperialist? Economy, State, and Insertion in the Global System. Review of Radical Political Economics, 53(4), 600-610. https://doi.org/10.1177/04866134211018868) pertenecen al sector privado y se rigen por las reglas del mercado– con una parte excepcionalmente grande de empresas estatales y un papel excepcionalmente grande y activo del Estado en la dirección de la economía y en el control financiero. Esta estructura, combinada con las relaciones exteriores de China (contratos de beneficio mutuo), parece indicar un patrón de comportamiento que no coincide con el patrón imperialista (dominación y extracción mediante contratos desiguales, tutela militar o violencia). Independientemente de esta valoración, lo que hay que subrayar es que China opera en conjunción con muchos otros países con un desarrollo intermedio y una fuerte conciencia de su soberanía. La organización BRICS+ es hoy la forma organizativa más densa y operativa del Sur global.

Como no se trata de una nueva edición del Movimiento de Países No Alineados, que buscaba modelos de desarrollo que no fueran ni capitalistas occidentales ni socialistas soviéticos, debemos preguntarnos cuál es el principio rector del Sur Global y hasta qué punto puede ser un hecho de paz y de prevención de la tercera guerra mundial.

En mi opinión, el Sur Global aspira a una alternativa quizá más radical que la alternativa entre capitalismo y socialismo. Se trata de la posibilidad de un capitalismo sin colonialismo. La idea de León Trotsky de que el desarrollo global del capitalismo es desigual y combinado se basa precisamente en las variaciones de la combinación de capitalismo y colonialismo en las distintas regiones del mundo. He argumentado que desde el siglo XVI, la dominación moderna ha consistido en una tríada: capitalismo, colonialismo y patriarcado. También he argumentado que las tres formas de dominación actúan en permanente articulación y que ninguna de ellas es sostenible sin las otras. En otras palabras, no puedo imaginar una sociedad capitalista que no sea colonialista y patriarcal. El colonialismo histórico (ocupación territorial por un país extranjero) aún no ha terminado, como nos muestra el horror cotidiano del genocidio del pueblo de Gaza, y no debemos olvidar el colonialismo al que está sometido el pueblo saharaui. Pero hoy en día el colonialismo continúa bajo muchas otras formas, como el racismo, el saqueo de los recursos naturales, la tala de bosques y el envenenamiento de los ríos, el acaparamiento de tierras, el desplazamiento forzoso de poblaciones, el creciente número de refugiados
medioambientales, el encarcelamiento masivo de personas negras en algunos países, los contratos desiguales, las fronteras con alambradas y fortalezas de hormigón, etc.

La razón de la permanencia del colonialismo y del patriarcado es que el capitalismo no puede sostenerse sin una fracción mayor o menor de mano de obra sobreexplotada o no remunerada, o simplemente desechable.

El colonialismo y el patriarcado, al generar poblaciones racializadas o sexualizadas, son las dominaciones que hacen posible esta sobreexplotación y robo de mano de obra. Y es en el Sur global donde prevalecen con mayor intensidad.

El Sur global es hoy una vasta y compleja red de prácticas e ideologías que exigen el fin de la dualidad entre el capitalismo aparentemente civilizado de las metrópolis del Norte y el capitalismo bárbaro de las colonias y neocolonias. En otras palabras, un capitalismo sin colonialismo a escala mundial. Sospecho que si triunfan, lo que surgirá de su victoria no será el capitalismo tal y como lo conocemos, sino algo diferente que, por ahora, podemos llamar postcapitalismo. La versión bélica del imperialismo neoconservador estadounidense representa un esfuerzo desesperado por impedir ese éxito. Sin embargo, el poder económico que ahora ostenta el Sur global (la gran diferencia con el Movimiento de Países No Alineados) podría obligar a EEUU y a sus aliados del Norte global a negociar. Los BRICS+ representan ahora más del 30% del PIB mundial. La negociación es la única forma de evitar la Tercera Guerra Mundial. Ahí reside nuestra esperanza.

¿Salvará la negociación al mundo?

A principios de 2024, el mundo se enfrenta a cuatro problemas fundamentales: la guerra global, la desigualdad social, el colapso ecológico, el futuro de la ONU y la falta de alternativas creíbles. Veamos cómo los BRICS+ pueden contribuir a resolver estos problemas.

La paz. A lo largo de este texto he intentado demostrar que la única posibilidad de detener la inminente tercera guerra mundial reside en la capacidad de los BRICS+ para obligar al imperialismo estadounidense a negociar. Por supuesto, además de los BRICS+, existen otras organizaciones, como la Organización de Cooperación de Shanghai (Shanghai Cooperation Organisation), que pueden contribuir al mismo objetivo. Sin embargo, creo que los BRICS+ son la organización con mayor diversidad política y cultural y, por tanto, la mejor situada para movilizar a sus poblaciones contra la guerra. La dificultad estriba en que el continente donde estas condiciones se dan con mayor claridad, América Latina, es el continente más dependiente de EEUU y, por tanto, donde la fuerza desestabilizadora de las organizaciones públicas y privadas al servicio del imperialismo se ejercerá con mayor eficacia sobre los gobiernos medianamente transformadores.

Basta recordar lo que está ocurriendo en Argentina (por culpa propia y ajena) o la negativa del Presidente Gabriel Boric a cumplir con las demandas populares tan ejemplarmente expresadas en el movimiento que llevó a la primera Asamblea Constituyente de Chile (2020-2022). Brasil está bajo constante observación imperial y el presidente Lula da Silva se enfrenta a un Congreso hostil formado, en palabras de Roberto Amaral, por hombres blancos en su mayoría ricos, cuando el 55% de la población se declara morena o negra, cuando el 51% de la población está formada por mujeres que ocupan sólo el 8% de los escaños en la Cámara de Diputados y cuando el 37% de la población pasa hambre. Puede que el petróleo de los países de Oriente Medio que pretenden unirse a los BRICS+ sea más eficaz para presionar las negociaciones, lo que será bueno para la paz, pero malo para todos los demás problemas.

Desigualdad social. Los BRICS+ incluyen a los países con mayor desigualdad social (de nuevo Brasil, con una de las mayores concentraciones de renta del mundo). Sostengo en este texto que la combinación de capitalismo y colonialismo es en parte responsable de las condiciones nacionales e internacionales que impiden una distribución más equilibrada de la riqueza tanto a nivel nacional como internacional. Las organizaciones internacionales son el fiel espejo de este dúo capitalismo- colonialismo, ya sea la ONU –y sus diversas entidades, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, o la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados–, el Banco Mundial, el FMI o la OMC.

En la medida en que los BRICS+ luchen con éxito por refundar estas organizaciones o sustituirlas por otras, es posible que se creen las condiciones para una distribución más equilibrada de la riqueza. Hasta dónde pueda llegar este equilibrio depende de cuál sea esta nueva formación postcapitalista. Como hasta ahora no ha habido capitalismo sin colonialismo, nadie puede garantizar que esto sea posible. Ni al revés.

Colapso ecológico. Este es sin duda el gran problema y desafío de nuestro tiempo, y también el único problema político verdaderamente nuevo. Podría incluso afirmarse que el terror que suscita la posibilidad de una guerra nuclear no tiene nada que ver con el que podría provocar un calentamiento global de 2°C por encima de los niveles preindustriales. La frustrante experiencia internacional de los últimos veinte años a la hora de evitar que esto ocurra augura lo peor. He abogado por un replanteamiento radical de los conceptos de progreso, desarrollo, naturaleza y derechos humanos para hacer frente a este desafío. Al igual que el gran ecologista Giuseppe di Marzo, sostengo que la liberación del ser humano no es posible sin la liberación de la madre tierra, a la que la cultura occidental llama erróneamente naturaleza (Ver Ecologia Integrale. Roma, Castelvecchi, 2021). Y como sólo se puede pensar en lo nuevo a partir de lo viejo, vengo proponiendo la idea de los derechos de la naturaleza como parte integrante de una futura declaración (verdaderamente) universal de los derechos humanos, puesto que la distinción entre vida humana y vida no humana ya no tiene ningún sentido a efectos de preservar la vida en el planeta Tierra. (Ver Law and the Epistemologies of the South. Cambridge University Press 2023, 622-676.)

Lo hago en la retaguardia de la antigua filosofía de los pueblos indígenas y campesinos y de los movimientos ecologistas orientados en torno a la idea de una ecología integral. No hay justicia social sin justicia natural. Nuestro cuerpo es la miniatura más fiel de la Madre Tierra. Por eso no podemos pretender una vida sana en un planeta enfermo, como nos ha recordado recientemente el Papa Francisco.

En vista de ello, y a juzgar por las posiciones de algunos países BRICS+ en las conferencias medioambientales de la ONU, sospecho que los BRICS+ serán más parte del problema que de la solución. El único líder político de relevancia internacional que es profundamente consciente de los retos a los que nos enfrentamos en este ámbito es el presidente de Colombia, Gustavo Petro, un país que no pertenece a los BRICS+.

El futuro de la ONU. Al igual que su predecesora, la Sociedad de Naciones, fundada en 1920, la ONU nació al final de una guerra mundial con el objetivo de evitar que se produjera otra. Al igual que la Sociedad de Naciones, la ONU se creó para consolidar la victoria aliada. Sin embargo, mientras que en la época de la Sociedad de Naciones el aislacionismo aún dominaba el Congreso estadounidense, lo que hizo que EEUU no se adhiriera a la organización, en el caso de la ONU los EEUU fueron su promotor fundamental, el principal financiador, e incluso ofreció Nueva York como sede. Las huellas de la guerra estaban claramente presentes en la estructura institucional de ambas organizaciones (al igual que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, en el caso de la Sociedad de Naciones los miembros del Consejo Ejecutivo eran Inglaterra, Francia, Italia y Japón). La Sociedad de Naciones tuvo que ocuparse de la protección de las minorías ante los innumerables desplazamientos de población que se produjeron al término de la Primera Guerra Mundial, tanto en Europa Oriental como en los Balcanes. El fracaso de la Liga se acentuó a medida que se ponía de manifiesto su incapacidad para prevenir o resolver conflictos entre Estados, en particular la invasión de Manchuria por Japón en 1933 y la de Etiopía por Italia en 1935. Debilitada desde el principio por la ausencia de Estados Unidos, la Sociedad de Naciones se fue disminuyendo gradualmente con la marcha de Alemania en 1933 y de Japón e Italia en los años siguientes. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones se convirtió en una formalidad intrascendente.

En el caso de la ONU, su debilitamiento se remonta a mucho tiempo atrás y por razones similares a las que llevaron al fracaso de la Sociedad de Naciones, aunque los actores y los problemas sean ahora diferentes.

¿Sobrevivirá la ONU al primer genocidio de un pueblo (el palestino) retransmitido en directo por televisión a todo el mundo? Las huellas de la Segunda Guerra Mundial están muy presentes en la actual estructura institucional de la ONU y su inadecuación a las realidades actuales es cada vez más evidente. En el caso de la Liga, los países más fuertes respondieron a las frustraciones marchándose. En el caso de la ONU, los BRICS+ son un hecho nuevo y potencialmente influyente por las razones que he mencionado anteriormente.

Si se convierten en un actor colectivo coherente, los BRICS+ tienen poder e influencia suficientes para seguir una de estas dos estrategias: o bien crear instituciones multilaterales que vacíen de contenido la intervención de la ONU y fuercen la opción del multipolarismo, o bien promover una reforma muy profunda de la ONU que implique a toda la organización en su conjunto (Tratado Fundacional, Declaración Universal de los Derechos Humanos, etc.), a sus agencias regionales y temáticas, a su sede y a su financiación. Estados Unidos boicoteará por todos los medios cualquiera de estas soluciones. Que tengan éxito o no depende de muchos factores, sobre todo de la resolución de la guerra civil interna que actualmente domina de forma latente la vida política estadounidense.

Alternativas creíbles

Durante los últimos cien años, las luchas contra la desigualdad, la injusticia y la discriminación han sido de dos tipos principales: las luchas entre la izquierda y la derecha y las luchas por la liberación/autodeterminación de las colonias europeas. No siempre se distinguieron claramente, ya que a veces las luchas por la autodeterminación anticolonial también se etiquetaron como luchas entre izquierda y derecha, como en el caso de Argelia, por ejemplo.

En el caso de las democracias liberales, las luchas entre izquierda y derecha comenzaron siendo luchas entre proyectos de sociedad y de economía política (capitalismo frente a socialismo o comunismo); pero después de la Segunda Guerra Mundial se convirtieron en luchas entre diferentes concepciones del capitalismo (capitalismo liberal, capitalismo socialdemócrata según la teoría de la regulación y de la democracia (democracia liberal, democracia social, democracia representativa, democracia participativa, democracia popular). En los últimos diez años, con el resurgimiento político de la extrema derecha y el fascismo, la dicotomía entre izquierda y derecha ha pasado a designar la lucha entre democracia y dictadura o democracia “mutilada”. Las luchas anticoloniales comenzaron con la independencia política de las colonias y luego pasaron a incluir luchas antirracistas y antipatriarcales. Hoy en día, especialmente tras el surgimiento de los BRICS+, parecen tener como objetivo una segunda independencia, la independencia económica o el capitalismo sin colonialismo, como he mencionado anteriormente.

En este momento vivimos un estado de bifurcación en la vida de las luchas sociales por una sociedad más justa y ninguno de los tipos de lucha que identifiqué anteriormente proporciona una orientación política adecuada. La bifurcación es entre mantener la distinción entre humanidad y naturaleza o una nueva epistemología y una nueva política que parta de la simbiosis entre humanidad y naturaleza. En el primer caso, ni las luchas entre izquierda y derecha, ni las luchas anticoloniales o antipatriarcales ofrecen alternativas creíbles. La razón fundamental es que dirigen luchas fragmentadas contra la dominación moderna, luchas a veces economicistas contra el capitalismo, a veces culturalistas e identitarias contra el racismo y el sexismo. El neoliberalismo, en sus múltiples dimensiones político- económicas, sociopsicológicas, culturales y religiosas, es una fábrica incesante de no-alternativas y de falsas alternativas. En el segundo caso, la simbiosis de la vida humana y no humana (el fin de la dicotomía entre humanidad y naturaleza) requiere una refundación tanto de las categorías de izquierda y derecha, como de las categorías de autodeterminación y liberación.

Conclusión

La respuesta a la pregunta de si negociar con el imperialismo estadounidense salvará al mundo es que no. En el mejor de los casos, podría aplazar su destrucción. Sin embargo, esa negociación es esencial para ganar tiempo, para permitir el surgimiento y la consolidación de fuerzas políticas orientadas en torno a la idea de una refundación epistémico-política que nos permita escuchar a la Madre Tierra y curar sus heridas, que son, al fin y al cabo, nuestras heridas.

* Sociólogo. Profesor catedrático jubilado de la Facultad de Economía de la Universidad de Coímbra (Portugal). Profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.

Fuente Cuadernos de Bitacora

EL MIÉRCOLES NEGRO DE UCRANIA

La presencia de Zelensky en la ONU de este miércoles marcó un nuevo desaire personal y político al «presidente imperial» de Ucrania, mientras la prensa  trata desesperadamente de cuadrar un círculo, que ni siquiera encuentra ya un relato que no haga aguas por alguna costura.

El actor con delirios de estadista pretendió una vez más dar un paseo rutilante por la pasarela mundial de los gloriosos «valores occidentales», pero en lugar de luces y vítores, encontró demasiadas sombras y pocas caras amigables.

En resumen, fue otro día aciago de un largo período de tiempos interminables de tragos amargos:

#El día, como siempre, amaneció con la terrible y rutinaria noticia de bombardeos  sobre suelo patrio, cuyas heridas, quiere el insensible presidente, mostrar como un orgullo patrio y a la vez como una moneda de cambio para subir el precio de su lealtad ante sus patrones occidentales. Tal cual lo haría un virrey del siglo XVI. Una expresión máxima de crueldad y falta de solidaridad del cómico con su sufriente pueblo y sus agotados soldados.

#La mañana siguió con la noticia del duro cachetazo de Polonia al romper los puentes de la alianza, al negarle más suministro de armas y enfatizar que su producción de granos es un cáncer para la economía de sus «amigos íntimos» de la ejemplar Unión Europea. Lo que provocó una airada y muy inconveniente respuesta del verborrágico actor.

#La actitud de Polonia, además de ser una sangrante y permanente insubordinación a Bruselas, define otra línea interna en el frente político occidental más cercana a las provocaciones inglesas -con sus simulacros anárquicos- que parte de una estrategia lógica y consensuada del frente anglosajón. Y en esa deriva se supo desde Varsovia que está activa una ley -con amenaza de cumplimiento- sobre el enjuiciamiento penal a todo polaco combatiente en el extranjero sin autorización oficial del estado. Seguramente será esto una fantochada más, pero pone en alerta a la fluida y muy bien pagada corriente de mercenarios que van a Ucrania, no ya a luchar contra Rusia, sino más bien por el gran negociado ilegal del desvío de armas y por «la patriótica misión» de ir ocupando territorio para cuando llegue la hora del despiece total de Ucrania.

Además, la prensa polaca bombardeó a la población, justo en este miércoles negro, sobre los costes de los refugiados y el hartazgo e ira de la población. La prensa imperial, buscando salidas imposibles, argumentó que solo son «roces» de tiempos electorales. Pero la verdad es que es muy difícil ya la marcha atrás en este aireado divorcio. Tan difícil como que el aceite de oliva vuelva a su precio original, luego de subir el 100% en un año.

#Mientras en Norteamérica, Zelensky sufrió otro agravio a su inmenso ego al negarsele la palabra en una sesión conjunta del congreso que nunca se realizó. 

Sin palabras!!! 

Nunca mejor dicho.

#Y la jornada concluyó con la paradoja del anuncio del senil Biden, de una ayuda de algunos centenares de millones de euros, que quedó aplastada por la negativa de la mayoría republicana de negar la partida gorda de 24 mil millones de euros a «ZELENSKY & CIA» mientras intentan activar en la población estadounidense una suerte de referéndum sobre la continuidad de fuga de fondos a Ucrania con manejos oscuros y sin rendición de cuentas.

# La mejor y única noticia buena para el héroe nazi de Occidente fue que este negro miércoles 21 de Septiembre de 2023 terminó por fin, justo a las 24 hs.

Eduardo Bonugli Especial para Dossier Geopolitico Madrid, 22/09/23

Biden deniega a Zelenski los misiles de largo alcance, mientras se abren fisuras en el apoyo europeo a Kiev


El presidente de EEUU deja los esperados misiles de largo alcance ATACMS fuera de la nueva ayuda militar concedida a Zelenski, quien afronta ahora la amenaza polaca de no enviar más armas a Ucrania.

Por JUAN ANTONIO SANZ para Diario Publico.es

Era la tercera vez que Joe Biden recibía a Volodímir Zelenski en la Casa Blanca, dos de ellas en tiempos de guerra, y eran comprensibles los nervios del presidente ucraniano a la hora de pedir más ayuda a su principal aliado. Sobre todo, cuando cunde en Estados Unidos el desencanto ante el conflicto y en Europa se resquebraja la unidad mostrada hasta ahora para sostener al ejército de Kiev, tras la amenaza de Polonia de suspender sus envíos de armas a Ucrania.

«Ninguna nación puede estar realmente segura en un mundo en el que no defendamos la libertad de Ucrania frente a la brutal agresión de Rusia», le ha dicho Biden a Zelenski. El presidente estadounidense, sin embargo, no ha querido añadir tensión al creciente rechazo en EE.UU. a la guerra de Ucrania y ha preferido evitar dar el paso que esperaba Zelenski: el compromiso para dotar al ejército ucraniano con misiles ATACMS.

Las encuestas revelan un rechazo cada vez mayor a la asistencia de Washington a Kiev

Los escasos avances en la contraofensiva lanzada hace casi cuatro meses por el ejército ucraniano, las perspectivas de que se alargue la guerra y los gastos multimillonarios que genera la contienda han minado la confianza de la clase política y los estadounidenses de a pie en la ayuda a Ucrania.

Las encuestas revelan un rechazo cada vez mayor a la asistencia de Washington a Kiev hasta el extremo de que parece fraguarse una rebelión de los republicanos (que dominan la Cámara de Representantes o cámara baja) contra la estrategia de Biden en Ucrania. Y las elecciones presidenciales están ahí, a la vuelta de la esquina.

El golpe asestado por Polonia, que anunció el miércoles que no enviará de momento más armas al ejército ucraniano, ya había echado un jarro de agua fría sobre el viaje de Zelenski. Habría sido necesario que Biden diera un golpe de efecto y cerrara filas de forma contundente con el líder ucraniano, que esta semana se dio un baño de multitudes en Nueva York, ante Naciones Unidas. Pero no fue así.

Más armas, pero de los misiles de largo alcance, ni hablar

La moderación ha marcado las nuevas concesiones estadounidenses a Kiev y ha habido más lisonjas que compromisos decisivos. Biden le ha prometido a Zelenski, un paquete de ayuda militar por 325 millones de dólares, una cantidad sobria en comparación con otros dispendios estadounidenses del mismo tipo a Ucrania.

Desde que comenzó la guerra, en febrero de 2022, EE.UU. ha destinado cerca de 113.000 millones de dólares a Ucrania en ayuda militar y humanitaria.

Biden no proporcionará los misiles ATACMS, pero no descarta esa posibilidad en el futuro

Con el nuevo paquete anunciado este jueves, habrá más defensa antiaérea, más munición para los sistemas de misiles tierra-tierra HIMARS y más bombas de racimo, cuyo uso está prohibido en muchos países.

Biden «ha decidido que no proporcionará los misiles ATACMS, pero que no descarta esa posibilidad en el futuro». Así de claro lo decía, mientras se reunían Biden y Zelenski, el consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan, quien explicó que Washington teme una escalada bélica con Rusia si los misiles de largo alcance ATACMS son utilizados por los ucranianos para atacar objetivos en suelo ruso.

En vano, Zelenski esperaba un compromiso mayor de EE.UU. para subrayar esta visita y consolidar la contraofensiva en marcha. Las armas prometidas ahora por Washington solo servirán para prolongar la actual guerra de posiciones.

Una cumbre acompasada por el eco de la guerra

La reunión entre Zelenski y Biden se ha visto resaltada por un pico en las hostilidades entre los dos contendientes. El ejército del Kremlin lanzó este jueves una oleada de ataques contra infraestructuras críticas por todo el país, después de que las fuerzas armadas ucranianas golpearan con drones y misiles un aeródromo militar ruso en la península de Crimea.

El Ministerio de Defensa ucraniano informó sobre el bombardeo ruso esta madrugada de 147 asentamientos y 151 instalaciones de infraestructuras básicas en toda Ucrania. Cinco regiones sufrieron cortes de energía a consecuencia de los ataques, los primeros de este tipo en medio año.

El Gobierno de Zelenski teme que se pueda repetir la táctica que puso en marcha Moscú el otoño e invierno pasado para destruir las instalaciones de electricidad, gas y agua en buena parte de Ucrania. Millones de personas quedaron sin calefacción y a oscuras en casi todo el país cuando más arreciaba el mal tiempo y las temperaturas eran más bajas.

La entrada en la guerra de este tipo de armamento sin duda cambiaría los escenarios y el alcance de la contienda

El bombardeo ucraniano con drones y misiles de crucero se produjo contra la base aérea rusa de Saki, en Crimea, y podrían haber sido dañados aviones de combate allí estacionados, así como una batería de misiles Pantsir.

La nueva fase de la ofensiva ucraniana tiene como uno de sus objetivos el ataque a blancos situados en la península de Crimea. De momento, son los drones y algunos misiles los protagonistas de esos ataques, con un efecto más propagandístico que efectivo. Precisamente por eso, Ucrania reclamaba y esperaba recibir este jueves los misiles de largo alcance estadounidenses ATACMS. La entrada en la guerra de este tipo de armamento sin duda cambiaría los escenarios y el alcance de la contienda.

El ejército ucraniano ya dispone de misiles de largo alcance franceses y británicos que están demostrando su eficacia en el acoso a la retaguardia rusa, pero necesita cohetes con una capacidad mayor para evadir las defensas antiaéreas de las fuerzas rusas, como los citados ATACMS y los Taurus alemanes.

El enfado de los amigos polacos

El fiasco que ha recibido Zelenski en Washington llega en un momento poco oportuno para Ucrania. La estrategia hasta ahora unida de la Unión Europea hacia Kiev ha sufrido un golpe demoledor después de que el primer ministro polaco, Mateusz Moraviewcki, anunciara el miércoles que su país dejará de suministrar armas al ejército ucraniano.

Aunque después el presidente polaco, Andrzej Duda, trató de enmendar el impacto de las palabras de Moraviewcki y explicó que el primer ministro se refería solo a armamento nuevo, solo enmarañó más el asunto. El portavoz del Gobierno, Piotr Müller, insistió en que Varsovia solo entregará ya los «suministros de municiones y de armamento previamente acordados, para cumplir los contratos firmados».

El origen de esa decisión está en el contencioso abierto por el bloqueo ruso al transporte de granos procedentes de Ucrania por el Mar Negro. El incremento del flujo de cereales ucranianos a través de Polonia, Bulgaria, Eslovaquia, Hungría y Rumanía ha perturbado sus mercados nacionales. Algunos de estos países impusieron sus propios vetos a esa importación para proteger a sus agricultores, pero finalmente la Unión Europa ordenó el levantamiento de esas sanciones, decisión cuestionada por varios de esos estados, entre ellos Polonia.

Jacek Sasin: «No podemos desarmar al ejército polaco y renunciar a las armas que son necesarias para nuestro país»

El propio Zelenski añadió leña al fuego en su comparecencia del martes ante la Asamblea General de Naciones Unidas cuando acusó a países supuestamente aliados de hacerle el juego a Rusia con sus decisiones, en aparente referencia a ese veto a la circulación del grano ucraniano.

El Gobierno polaco ha subrayado este jueves que su decisión no cambia la posición de Varsovia sobre el conflicto, pero de momento «es como ha dicho el primer ministro y en el futuro ya se verá», según reafirmó el titular de Patrimonio del Estado, Jacek Sasin.

Este ministro dijo que Polonia necesita reponer sus propios arsenales. «No podemos desarmar al ejército polaco y renunciar a las armas que son necesarias para nuestro país», explicó Sasin para justificar el paso dado por Varsovia, que, por primera vez, rompe la unidad europea en el abastecimiento de armas a Ucrania.

El paso dado por el Gobierno polaco puede estar cargado también de oportunistas razones electorales, ante el crecimiento del sentimiento antiucraniano en Polonia. Algunos grupos opositores, como el partido Confederación, tercero en las encuestas ante los comicios legislativos de octubre, están acusando al Gobierno de «servilismo» ante las demandas de Kiev.

La decisión de un país soberano

El Pentágono, cuyas instalaciones visitó Zelenski este jueves, no tuvo problema para subrayar que Polonia había tomado una «decisión soberana» al negarle las armas a Ucrania. Pero nadie duda en la Administración Biden que tal paso podría tener un efecto dominó en otros países europeos y de rebote en la política estadounidense, donde el lobby polaco es muy fuerte.

Uno de los objetivos de Zelenski era asegurarse el apoyo de los partidos republicano y demócrata

Por eso uno de los objetivos de Zelenski en Washington era reunirse con representantes de los partidos republicano y demócrata, y asegurarse su respaldo a la continuación de la ayuda a Ucrania contra Rusia, independientemente del proceso electoral en marcha en EE.UU. ante los comicios presidenciales de noviembre de 2024.

Pero justo cuando Zelenski hablaba el martes ante la Asamblea General de la ONU, un grupo de 28 congresistas republicanos hacía llegar a Biden su rechazo a un compromiso ilimitado con Ucrania, sin garantías y sin objetivos que no han sido refrendados por el Congreso. Desde entonces los díscolos no han parado de crecer.

Las voces contrarias al dispendio estadounidense en Ucrania pueden poner difícil que el Congreso apruebe los 24.000 millones de dólares adicionales que la Casa Blanca prometió hace tiempo a Ucrania también en asistencia militar, armas y ayuda humanitaria.

«Cuento con el buen juicio del Congreso. No hay alternativa», dijo Biden tras su reunión con Zelenski.

Una encuesta realizada en agosto por el canal de televisión CNN puso de manifiesto que una mayoría de los estadounidenses se opone a la autorización de más fondos destinados a Ucrania. Entre los votantes republicanos, esa cifra se elevaba al 71 por ciento.

En Estados Unidos, cuyos intereses geopolíticos no se reducen a Europa y donde se revisa hasta el último centavo público que se gasta, no vale ya el manido mensaje oficialista que predomina en los países del viejo continente de que el futuro del mundo se juega en los campos de batalla ucranianos. Desde luego no el futuro de EE.UU.

FUENTE:

https://www.publico.es/internacional/biden-deniega-zelenski-misiles-alcance-abren-fisuras-apoyo-europeo-kiev.html#md=modulo-portada-bloque:2col-t1;mm=mobile-big

La Asamblea General de la ONU gana peso político

Aunque la reforma de la organización mundial está paralizada, una intensa actividad diplomática que busca evitar el estallido del planeta da a la sesión de este año una inusual dinámica

Por Eduardo J. Vior analista internacional que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Habitualmente la sesión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas sólo sirve como podio para una maratón de discursos de los representantes de los 193 miembros sin mayores consecuencias políticas. Sin embargo, tras la sucesión de reuniones cumbre de BRICS, del G20 y del Grupo de los 77 + China en poco más de dos semanas, ante la gravedad de las crisis que se acumulan las exposiciones en Nueva York se alinean este año en torno a la imprescindible reforma de la gobernanza mundial, mientras que los pasillos de la ONU sirven para encuentros improvisados que remplazan la falta de una agenda concertada entre los bloques. Por primera vez se hace sentir en Nueva York el potencial del Sur Global, despertando la esperanza de que terceras fuerzas atenúen el choque entre los grandes bloques.

La Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) inició el martes 19 su período de sesiones de una semana de duración con el telón de fondo del actual conflicto en Ucrania, el cambio climático, la crisis sanitaria, la crisis migratoria, la crisis de la deuda y la inestabilidad geopolítica que en cualquier momento pueden estallar, juntos o por separado.. El lema del 78º período de sesiones de la AGNU es “Reconstruir la confianza y reavivar la solidaridad mundial: Acelerar la acción en la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia la paz, la prosperidad, el progreso y la sostenibilidad para todos”, pero el mundo está lejos de la confianza y la solidaridad

En la asamblea, que sesiona una semana al año, están representados los 193 Estados miembro, pero el control real sobre el organismo mundial recae en el Consejo de Seguridad de 15 miembros de los cuales cinco (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) tienen derecho de veto por haber sido los vencedores de la IIª Guerra Mundial. Los otros diez se renuevan anualmente.

Aunque históricamente la reunión sólo ha servido como tribuna de oratoria, este año ha adquirido un nuevo significado por la conjunción de conflictos agudos. Significativamente, aparte del Presidente de Estados Unidos Joe Biden, ninguno de los líderes de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad asiste a la sesión de la AGNU. Tampoco participa el líder indio Narendra Modi. Mientras duran graves conflictos geopolíticos y las iniciativas diplomáticas aún no dan frutos, nadie quiere arriesgar definiciones públicas.

La asamblea fue inaugurada por el Secretario General de las Naciones Unidas, el portugués Antônio Guterres, quien pidió a los líderes mundiales acciones conjuntas para superar las muchas crisis que amenazan la paz y la preservación del planeta y reclamó la pronta reforma del Consejo de Seguridad y otras instituciones multilaterales, para alcanzar dichas metas. Para el diplomático “el mundo ha cambiado; nuestras instituciones no. La ONU, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI) nacieron en 1945 y responden a una época en la que gran parte de los países actuales vivían bajo el yugo colonial”, recordó.

En esta línea se expresó también Luiz Inácio Lula da Silva. Manteniendo la tradición iniciada en 1945, tras la inauguración siempre toca hablar primero al presidente de Brasil, seguido por el de Estados Unidos en tanto país anfitrión de la asamblea. En su discurso Lula proclamó que su país se ha reencontrado con el multilateralismo y ha vuelto el universalismo en su política exterior. Recalcó que es necesario encontrar una solución para la pandemia de hambre que azota al planeta. Enfocado también en la crisis de desigualdad que existe dentro de su país y en el mundo, dijo que la intolerancia, el racismo y la xenofobia son atizados por las nuevas tecnologías. El presidente sostuvo también que las poblaciones del Sur son las que más sufren por el cambio climático y las que se ven más afectadas por los desastres naturales. El presidente brasileño hizo asimismo un llamado a la paz y dijo que ésta tiene que fundamentarse en el dialogo. Promover una cultura de paz es una obligación, señaló.

Por su parte, en su mensaje Joe Biden destacó la importancia de la cooperación internacional para hacer frente a los desafíos globales. “Estados Unidos busca un mundo más seguro, más próspero y más equitativo para todas las personas”, declaró. El jefe de la Casa Blanca destacó que, para hacer frente a nuevos desafíos, las instituciones y los enfoques internacionales “deben ser actualizados para seguir el ritmo del mundo”. “Esto comienza con las Naciones Unidas, comienza aquí, en esta sala”, dijo Biden.

En lo que respecta a las relaciones entre EE.UU. y China, el líder norteamericano declaró que Washington busca “gestionar responsablemente la competencia entre nuestros países, para que no se convierta en un conflicto”. “Estamos a favor de reducir riesgos, no disociarnos de China. Resistiremos la agresión e intimidación para defender las reglas del camino […]. Pero también estamos dispuestos a trabajar juntos con China en asuntos en los que el progreso depende de esfuerzos comunes”, dijo, citando como ejemplo el trabajo en la lucha contra la crisis climática.

Durante su intervención, Biden recordó asimismo que Rusia suspendió su participación en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, conocido también como START III o Nuevo START. El presidente estadounidense tachó de “irresponsable” este paso de Moscú. Cabe recordar que Moscú suspendió en febrero pasado su participación en el Nuevo START debido a que –según sostuvo- Washington “destruyó la base legal en materia de control de armas y seguridad” con la infraestructura militar de la OTAN actuando en contra del país euroasiático.

El presidente norteamericano declaró que su país “apoya a Ucrania en sus esfuerzos para lograr una solución diplomática” del conflicto. “Sólo Rusia tiene el poder para poner fin a esta guerra inmediatamente, sólo Rusia se interpone en el camino de la paz, porque el precio de Rusia por la paz es la capitulación de Ucrania, el territorio de Ucrania y los niños de Ucrania”, declamó. No obstante sus afirmaciones, en marzo de 2022 fracasó en el último momento una negociación de paz entre Rusia y Ucrania que se realizaba en Turquí, porque Gran Bretaña y EE.UU. presionaron al presidente Zelenski para que no firmara el acuerdo.

Cuando éste último se dirigió a la reunión, como era previsible, condenó a Rusia y reclamó la solidaridad occidental. Presentó a Rusia como una amenaza implacable a escala mundial que no se detendría en las fronteras de Ucrania. Añadió que Rusia estaba convirtiendo en armas elementos esenciales como los alimentos y la energía “no sólo contra nuestro país, sino también contra todos ustedes”.

A su vez, el presidente Alberto Fernández se expresó en sintonía con lo manifestado por el Secretario General y por el presidente brasileño. Su discurso incluyó críticas a la arquitectura financiera internacional y a la especulación con los alimentos y sostuvo que los poderes económicos “sólo buscan imponer las mismas políticas ortodoxas que profundizaron la desigualdad y la miseria en el mundo”. En su alocución también reiteró las demandas históricas de la Argentina para que Gran Bretaña negocie sobre la soberanía de Malvinas y a Irán para que ayude a esclarecer las causas de los atentados a la embajada de Israel y la mutual judía AMIA.

La reunión tomó temperatura, cuando este miércoles habló el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia Serguei Lavrov. Al principio de su discurso, Lavrov destacó que tras la finalización de la Guerra Fría los países occidentales, encabezados por EE.UU., se autoproclamaron capaces de decidir sobre el destino “de toda la humanidad”. “Hoy en día Occidente recurre a normas y principios estatutarios de manera selectiva, […] únicamente de acuerdo con sus necesidades geopolíticas egoístas”, destacó.

“También crecen los riesgos de un conflicto global”, aseguró Lavrov. “Precisamente, para detenerlos, para dirigir los acontecimientos en una dirección pacífica, Rusia insistió e insiste en que todas las disposiciones de la Carta de la ONU deben respetarse y aplicarse no selectivamente, sino en su totalidad y en interconexión, incluidos los principios de igualdad soberana de los Estados, la no injerencia en sus asuntos internos, el respeto a la integridad territorial y el derecho de los pueblos a la autodeterminación”, explicó.

En la asamblea existe un consenso sobre la necesidad de reformar la gobernanza mundial, especialmente la de los organismos financieros internacionales, pero no sobre las metas y métodos de esa reforma. Por eso está paralizada. Estados Unidos y sus aliados insisten en el monopolio de poder que detentan en la ONU, el FMI y el Banco Mundial, mientras mantienen una retórica confrontativa propia de la vieja Guerra Fría. Sin embargo, la diplomacia estadounidense parece haber registrado la amplia alianza reformista de países del Sur Global con China y, en parte, con Rusia que tomó forma en las últimas reuniones cumbre. Consciente de que está quedando en minoría, entonces, Washington está aprovechando la Asamblea General de la ONU para multiplicar los contactos.

Como parte de esta búsqueda de contención, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió el lunes en Nueva York con el Vicepresidente chino Han Zheng. Según el Departamento de Estado de EE.UU., en la reunión ambos dirigentes hablaron sobre la invasión rusa a Ucrania, sorbe Corea del Norte y el estrecho de Taiwán. El comunicado estadounidense calificó la conversación como “franca y constructiva”, lo que el lenguaje diplomático indica que no se pusieron de acuerdo en casi nada. No obstante, ambos acordaron mantener abiertas las líneas de comunicación.

Ya previamente hubo otro contacto del más alto nivel. La Casa Blanca anunció el domingo que su Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan se reunió en Malta durante el fin de semana con Wang Yi, máximo responsable de política exterior del Partido Comunista y ministro de Asuntos Exteriores de China como parte de los esfuerzos para mantener abierta la comunicación entre las dos naciones. En la reunión hablaron sobre las relaciones entre las dos naciones, la guerra de Rusia en Ucrania y las tensiones entre Washington y Pekín sobre Taiwán.

El propio presidente Biden se encontró en Nueva York con el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu, a quien espera convencer de que firme un tratado de paz con Arabia Saudita. Biden también recibió al presidente turco Recep T. Erdogan, al presidente Lula y, por supuesto, a Volodymir Zelenski. El ucraniano, a su vez, está de gira en Nueva York estrechando cuanta mano se le pone a tiro, pero quienes se reúnen con él, como Lula, lo hacen también con Lavrov. Más que apoyos, el cómico-presidente recibe presiones para que negocie con Rusia.

Mucho ruido y pocas nueces. Hasta ahora, de tantas reuniones no ha surgido ni un solo acuerdo conocido públicamente. No obstante, es mejor que los representantes de las grandes potencias hablen entre sí a que se disparen cohetes. Es una novedad el consenso alcanzado por los países del Sur Global y la presión que están ejerciendo en la asamblea de la ONU y es auspicioso que EE.UU. haya registrado dicha presión. Por ahora esa demanda no va a tener resultados políticos efectivos, pero va a obligar a los países occidentales a retomar el diálogo multilateral y puntualmente puede forzarlos a adoptar agendas concretas de cambio en temas muy específicos. Si la Asamblea General de la ONU de este año sirve para disminuir el riesgo de guerra, ya habrá valido la pena.

“¡CUANDO LAS PERIFERIAS MARCAN LOS CAMBIOS Y LOS NUEVOS RUMBOS!”…En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, y cerrando el año 2022 tiempo de balances y proyecciones 2023, el Director de Dossier Geopolitico DG, utilizando está tribuna radial que nos permitio instalar no solo la palabra Geopolitica sino sus conceptos y reglas de estudio cuando estaba “prohibida”, por el “fin de la historia” neoliberal. Este último programa del año 2022 no podía cerrarlo sin un agradecimiento al Conductor del Club de la Pluma el periodista Norberto Gancia y su colaboradora la Profesora Gabriela Fernandez.

AUDIO

En este programa analizamos que a pesar que nuestra región latinoamericana geográficamente y culturalmente está encorsetada en el llamado mundo occidental por siglos de eurocentrismo cultural y desde hace un siglo por la influencia del mundo anglosajón especialmente. Pero nuestra situación real de países: “periféricos ,»dependientes y subdesarrollados” y con nuestro modelo cultural propio surgido del mestizaje que nos posicionó como “distintos y distantes”. Lo que conformó en nuestros pueblos una postura latinoamericanista: Antimimperialista, Continentalista y parte del Sur Global. Que la historia hoy nos pone de nuevo en la encrucijada de “Poder Ser”. Para participar del nuevo esquema global de la Multipolaridad con contacto con Culturas e Identidades antiguas que hoy resurgen y por ello debemos darnos una Geopolitica regional Propia.

El año 2022 es un tiempo de cambios y desacoples históricos que son la continuación de los desacople y aceleración de los tiempos de cambio que se vienen acelerando desde el 2020 año de la Pandemia Civid19 “El Año que cambió Todo”:

  • Guerras Proxis Ucrania-Asia Central-Cáucaso-África
  • Nuevos Organismos reforzados: Organización de Cooperación de ShangaiUnión Económica EuroasiáticaCambios de alianzas y sociedades que parecían monolíticas: Turquía, Egipto, Petromonarquías (encabezadas por Arabia Saudita), el resurgir de la República de la India, el fortalecimiento del ASEAN y gigantesco proyectos geopolitico como el Cinturón y la Ruta de la Seda que ofrece China a los Países que quieran participar, fundamental el crecimiento y fortalecimiento de los BRICS+, la OPEP+, y todos los nuevos modelos económicos financieros que ponen en crac a la hegemonía del dólar y las monedas europeas.
  • Envejecimiento de estructuras anquilosadas surgidas como consecuencia de la imagen de 1945 de los vencedores de la II Guerra Mundial: ONU-BM-FMI El Dólar única moneda de intercambio internacional. Todas hoy en crisis
  • Ello nos debe hacer entender que nuestra región latinoamericana al sur del Río Bravo desde el subcontinente Norteamericano, pasando por Centroamérica y Suramerica se están desarrollando grandes conflictos y el interactuar de todas las potencias que se dirimen o mantener la actual situación internacional (un hegemonismo cada dia mas debil) o los que quieren implementar un modelo Multipolar. Por ello vemos que a nuestras tradicionales dificultades de gobernabilidad se le suman operaciones exteriores usando las Guerras híbridas (Golpes de estado tradicionales, Lawfare, sanciones económicas y tecnológicas y el resurgimiento tardío de el viejo neo-conservadurismo ahora amparándose en las doctrinas economicistas del Neoliberalismo. Todo con el objetivo de seguir teniendo atado y bien atado la región a los intereses del Hegemón cuestionado por el Sur Global.

Por ello como conclusión para este programa el último del año podemos decir con total certeza Que estamos viviendo y siendo testigos no neutrales de gigantescos cambios históricos sistémicos de gran velocidad donde las : Periferias subordinadas a sangre y fuego recuperan su centralidad histórica y allí tenemos un “espacio” (término geopolitico fundamental) y tiempo para desarrollarnos con nuestros valores e historia los Pueblos Latinoamericanos, nada será fácil pero es tiempo de empezar a recorrer las nuevas rutas.

Buen Domingo y Buen año 2023

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Pepe Escobar  The Saker  3 de Noviembre

Después de que el ataque militar occidental a Sebastopol detuviera brevemente los transportes de grano rusos, Moscú está de vuelta en el negocio con una mano más fuerte y términos más favorables.

Entonces, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, levanta el teléfono y llama a su homólogo ruso, Vladimir Putin: hablemos del “acuerdo de granos”. Putin, sereno, tranquilo y sereno, explica los hechos al sultán:

Primero, la razón por la cual Rusia se retiró del acuerdo de exportación de granos.

En segundo lugar, cómo Moscú busca una investigación seria sobre el ataque -terrorista- a la flota del Mar Negro, que a todos los efectos prácticos parece haber violado el acuerdo.

Y tercero, cómo Kiev debe garantizar que mantendrá el acuerdo, mediado por Turquía y la ONU.

Solo entonces Rusia consideraría volver a la mesa.

Y luego, hoy, 2 de noviembre, el golpe de efecto: el Ministerio de Defensa (MoD) de Rusia anuncia que el país ha vuelto al acuerdo de cereales del Mar Negro, después de recibir las garantías escritas necesarias de Kiev.

El Ministerio de Defensa, de manera bastante diplomática, elogió los «esfuerzos» tanto de Turquía como de la ONU: Kiev se compromete a no utilizar el «Corredor Marítimo Humanitario» para operaciones de combate, y solo de acuerdo con las disposiciones de la Iniciativa del Mar Negro.

Moscú dijo que las garantías son suficientes “por el momento”. Lo que implica que siempre puede cambiar.

Todos se elevan a la persuasión del sultán.

Erdogan debe haber sido extremadamente persuasivo con Kiev. Antes de la llamada telefónica a Putin, el Ministerio de Defensa ruso (MoD) ya había explicado que el ataque a la Flota del Mar Negro fue realizado por 9 drones aéreos y 7 drones navales, más un dron de observación estadounidense RQ-4B Global Hawk que acechaba en el cielo sobre aguas neutras.

El ataque ocurrió al amparo de barcos civiles y tuvo como objetivo barcos rusos que escoltaban el corredor de granos en el perímetro de su responsabilidad, así como la infraestructura de la base rusa en Sebastopol.

El Ministerio de Defensa designó explícitamente a los expertos británicos desplegados en la base de Ochakov en la región de Nikolaev como los diseñadores de esta operación militar.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante permanente Vassily Nebenzya se declaró “sorprendido” de que los líderes de la ONU “no solo no condenaran, sino que incluso no expresaran su preocupación por los ataques terroristas”.

Después de afirmar que la operación de Kiev organizada por los británicos en la Flota del Mar Negro “puso fin a la dimensión humanitaria de los acuerdos de Estambul”, Nebenzya también aclaró:

    “Entendemos que la Iniciativa de Granos del Mar Negro, que Rusia, Turquía y Ucrania acordaron bajo la supervisión de la ONU el 22 de julio, no debe implementarse sin Rusia, por lo que no consideramos las decisiones que se tomaron sin nuestra participación como Unión.»

Esto significa, en la práctica, que Moscú “no puede permitir el paso sin trabas de los buques sin nuestra inspección”. La pregunta crucial es cómo y dónde se llevarán a cabo estas inspecciones, ya que Rusia advirtió a la ONU que definitivamente inspeccionará los buques de carga seca en el Mar Negro.

La ONU, por su parte, trató en el mejor de los casos de poner cara de valiente, creyendo que la suspensión de Rusia es “temporal” y esperando dar la bienvenida a “su equipo altamente profesional” al Centro de Coordinación Conjunta.

Según el jefe humanitario Martin Griffiths, la ONU también proclama estar “lista para abordar las preocupaciones”. Y eso tiene que ser pronto, porque el acuerdo llega a su punto de extensión de 120 días el 19 de noviembre.

Bueno, «abordar las preocupaciones» no es exactamente el caso. El Representante Permanente Adjunto de Rusia, Dmitry Polyansky, dijo que en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, las naciones occidentales simplemente no podían negar su participación en el ataque de Sebastopol; en cambio, simplemente culparon a Rusia.

Todo el camino a Odessa

Antes de la llamada telefónica con Erdogan, Putin ya había señalado que “el 34 por ciento del grano exportado en virtud del acuerdo va a Turquía, el 35 por ciento a los países de la UE y solo el 3-4 por ciento a los países más pobres. ¿Es esto por lo que hicimos todo?

Eso es correcto. Por ejemplo, 1,8 millones de toneladas de cereales fueron a España; 1,3 millones de toneladas a Turquía; y 0,86 millones de toneladas a Italia. Por el contrario, solo 0,067 toneladas se destinaron a Yemen «hambriento» y 0,04 toneladas a Afganistán «hambriento».

Putin dejó muy claro que Moscú no se retiraba del acuerdo de granos, sino que sólo suspendía su participación.

Y como otro gesto de buena voluntad, Moscú anunció que enviaría 500.000 toneladas de grano de forma gratuita a las naciones más pobres, en un esfuerzo por reemplazar la cantidad total que Ucrania debería haber podido exportar.

Durante todo este tiempo, Erdogan maniobró hábilmente para transmitir la impresión de que estaba ocupando un terreno más alto: incluso si Rusia se comporta de manera «indecisa», como lo definió, seguiremos adelante con el acuerdo de granos.

Entonces, parece que Moscú estaba siendo puesto a prueba por la ONU y por Ankara, que resulta ser el principal beneficiario del acuerdo de granos y claramente se está beneficiando de este corredor económico. Los barcos continúan saliendo desde Odessa hacia puertos turcos, principalmente Estambul, sin el consentimiento de Moscú. Se esperaba que fueran «filtrados» por Rusia cuando regresaran a Odessa.

El medio de presión rusa inmediato se desató en poco tiempo: evitar que Odessa se convirtiera en un nodo de infraestructura terrorista. Esto significa visitas constantes de misiles de crucero.

Bueno, los rusos ya han “visitado” la base de Ochakov ocupada por Kiev y los expertos británicos. Ochakov, entre Nikolaev y Odessa, se construyó en 2017, con aportes estadounidenses clave.

Las unidades británicas que participaron en el sabotaje de Nord Streams -según Moscú- son las mismas que planificaron la operación Sebastopol. Ochakov es constantemente espiado y, a veces, expulsado de las posiciones que los rusos despejaron el mes pasado a solo 8 km al sur, en el extremo de la península de Kinburn. Y, sin embargo, la base no ha sido totalmente destruida.

Para reforzar el “mensaje”, la verdadera respuesta al ataque a Sebastopol ha sido las implacables “visitas” de esta semana a la infraestructura eléctrica de Ucrania; si se mantiene, prácticamente toda Ucrania pronto se sumergirá en la oscuridad.

Cerrando el Mar Negro

El ataque a Sebastopol puede haber sido el catalizador que condujo a un movimiento ruso para cerrar el Mar Negro, con Odessa convertida en una prioridad absoluta para el ejército ruso. Hay serios rumores en toda Rusia sobre por qué Russophone Odessa no había sido objeto de un ataque preciso antes.

La infraestructura superior para las Fuerzas Especiales de Ucrania y los asesores británicos se encuentra en Odessa y Nikolaev. Ahora no hay duda de que estos serán destruidos.

Incluso con el acuerdo de granos en teoría de nuevo en marcha, es inútil esperar que Kiev cumpla con cualquier acuerdo. Después de todo, todas las decisiones importantes las toman Washington o los británicos en la OTAN. Al igual que bombardear el Puente de Crimea y luego los Nord Streams, el ataque a la Flota del Mar Negro fue diseñado como una seria provocación.

Sin embargo, los brillantes diseñadores parecen tener un coeficiente intelectual más bajo que las temperaturas del refrigerador: cada respuesta rusa siempre hunde a Ucrania más profundamente en un agujero ineludible, y ahora literalmente negro.

El acuerdo de granos parecía ser una especie de ganar-ganar. Kiev no volvería a contaminar los puertos del Mar Negro después de que fueran desminados. Turquía se convirtió en un centro de transporte de granos para las naciones más pobres (en realidad no fue eso lo que sucedió: el principal beneficiario fue la UE). Y se suavizaron las sanciones a Rusia sobre la exportación de productos agrícolas y fertilizantes.

Esto fue, en principio, un impulso para las exportaciones rusas. Al final no funcionó porque muchos jugadores estaban preocupados por posibles sanciones secundarias.

Es importante recordar que el acuerdo de granos del Mar Negro es en realidad dos acuerdos: Kiev firmó un acuerdo con Turquía y la ONU, y Rusia firmó un acuerdo por separado con Turquía.

El corredor para los transportadores de granos tiene solo 2 km de ancho. Los dragaminas se mueven en paralelo a lo largo del corredor. Los barcos son inspeccionados por Ankara. Así que el acuerdo Kiev-Ankara-ONU sigue vigente. No tiene nada que ver con Rusia, que en este caso no escolta ni inspecciona los cargamentos.

Lo que cambia con Rusia “suspendiendo” su propio acuerdo con Ankara y la ONU es que, a partir de ahora, Moscú puede proceder de la forma que considere adecuada para neutralizar las amenazas terroristas e incluso invadir y apoderarse de los puertos ucranianos: eso no representará una violación de la tratar con Ankara y la ONU.

Entonces, en este sentido, es un cambio de juego.

Parece que Erdogan entendió completamente lo que estaba en juego y le dijo a Kiev en términos inequívocos que se comportara. Sin embargo, no hay garantía de que las potencias occidentales no presenten otra provocación en el Mar Negro. Lo que significa que tarde o temprano, tal vez para la primavera de 2023, el General Armageddon tendrá que presentar los productos. Eso se traduce como avanzar hasta Odessa

Así lo entiende el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, al comentar los sucesos que vienen teniendo lugar en el organismo internacional en los últimos tiempos. Y es que el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, denunció ante el organismo, que para Occidente la historia parte de un «momento conveniente».

Denuncia ante la ONU

Lunes 10 de octubre de 2022. Período de sesiones extraordinario de la Asamblea General del organismo, que decidió denegar la propuesta de Moscú para votar en secreto la resolución sobre los referéndums en las Repúblicas Populares de Donestsk y Lugansk, y las regiones de Jersón y Zaporozhie. En la sesión, 107 países votaron a favor de la votación abierta, 13 naciones votaron en contra, y 39 se abstuvieron.

Entonces, Vasili Nebenzia lanza una denuncia: calificó la resolución como una «manipulación sin precedentes, que socava la credibilidad de la Asamblea General y de la ONU en su conjunto. Están asistiendo a un fraude escandaloso, en el que el presidente de la Asamblea General [Csaba Korosi] ha desempeñado un papel clave».

En este sentido, el diplomático ruso incidió en que «Washington, Londres, Bruselas, y algunas otras capitales, intentan ‘detener el reloj’, para pretender que la historia [del conflicto en Ucrania] comienza en febrero de 2022 [cuando inició la operación militar especial rusa]», y que «todos los demás aspectos de la crisis ucraniana, cuyas premisas fueron establecidas metódicamente por los Estados occidentales desde al menos 2014, o más bien mucho antes», se ignoran.

Vasili Nebenzia denunció que países occidentales actúan «сomo si nunca hubieran existido el golpe anticonstitucional de Maidán [en febrero de 2014], la tragedia de Odesa, la negación sistemática de los derechos de la población rusoparlante, la agresión del régimen de Kiev contra Donbass y el asesinato masivo de sus civiles».

Al respecto, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, advierte que «la estructura de la ONU es el reflejo de una fotografía tomada en 1945».

«Ese fue un momento histórico de avance de poder, los países que sobrevivieron, y que pudieron empezar la vida de nuevo, establecer reglas de juego, poner en marcha un sistema denominado ‘derecho internacional’, respetarlo, etc».

Pero «a partir de 1991, y desde la desaparición de la Unión Soviética, EEUU ha usado las Naciones Unidas como una herramienta más, de su fórmula de dominio global».

FUENTE SPUTNIK: https://sputniknews.lat/20221011/la-estructura-de-la-onu-es-el-reflejo-de-una-fotografia-tomada-en-1945-1131404822.html

El Equipo de Dossier Geopolitico, dio Inicio el dia 11/11/2020, a una nueva etapa de su desarrollo como Tanque de Ideas auténticamente Suramericano, Con la Conferencia Virtual de apertura de futuros Ciclos: que se caracterizan en la difusión de Contenidos, Cursos, Seminarios, Diplomaturas, etc. utilizando las herramientas que disponemos de carácter virtual. En una alineación completa con sus Objetivos que se planteó el grupo fundacional, de sus Objetivos que son: “Dossier Geopolitico es una plataforma virtual mediante la cual, analizamos la realidad mundial en un escenario cambiante y conflictivo desde la mirada de nuestro “hinterland” Suramericano, dando herramientas de análisis e instrumento para que distintos organismos políticos-económicos-sociales y formativos, tomen decisiones y de esta manera contribuir al debate general en tiempos de la post verdad y dependencia periférica. Y para que desde la originalidad de Iberoamérica pensemos el mundo desde nuestro espacio continental, con el aporte de distintas disciplina científicas para crear una Escuela Nueva de la Ciencia Geopolitica Suramericana”

Por ello planifico y ejecuto el Conversatorio sobre INTERROGANTES DEL ORDEN MUNDIAL POST ELECCIONES EN EEUU  utilizando la herramienta: Zoom meeting, el 11 nov 2020 07:00 PM Buenos Aires, integrando este conversatorio su Director Ejecutivo y Director Académico: Lic. Carlos Pereyra Mele y el Dr. Miguel A. Barrios y dos miembros mas del Equipo: el Magíster en RRII y Periodista Gonzalo Fiori Viani y el Cnel. ® del Ejército Argentino experto en Estrategia y ex agregado Militar en Washington Carlos Pissolito, que abordaron desde distintas visiones. Y en la parte de Coordinación y Control de la Reunión fundamentales para el éxito de la misma, estuvieron el Lic. en CCPP Juan Martin Gonzalez Cabañas y la estudiante avanzada de CCPP de la UCC Natalia Arias.

El conversatorio se realizó ante un escenario, de asistentes, cuyo número superó cualquiera de nuestras expectativas previas, lo cual demuestra la presencia que tiene este Tanque de Ideas. 

Destacó: que entre los asistentes y participantes del mismo se encontraban: Catedráticos de todo el País y del Exterior, intelectuales de Argentina y de Suramerica, Diputados Provinciales (MC); Ministros de Estado (MC), Diplomáticos, Dirigentes Políticos y Sindicales, miembros de la Red Nacional de Capacidades Nacionales; visitantes extranjeros de: Chile, Brasil, Perú, Centroamérica, Rusia y de nuestros Socios Estratégicos de España e Italia. Participaron también integrantes del Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos y muchos seguidores interesados en Política Internacional y la Geopolitica de Dossier Geopolitico de su Página Web. 

Tambien recibimos numerosas salutaciones por este nuevo desafío que emprendemos, por parte de Radios, Canales de Tv y Agencias Internacionales de Medios de Comunicación que nos convocan para solicitar nuestra opinión relativa a nuestra especificidad. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

SÍNTESIS DE LAS EXPOSICIONES DEL CONVERSATORIO

Carlos Pereyra Mele

Destacó la necesidad e importancia de un pensamiento estratégico y geopolítico propio de sudamericano y latinoamericano para entender el mejor el mundo y actuar en consecuencia, tal rol en el que Dossier Geopolitico ha estado a la vanguardia, especialmente en  las vísperas de un nuevo orden mundial que ya asoma con una posible configuración multipolar.

Pereyra Melé remarco las grandes tendencias globales presentes y los vertiginosos cambios en el orden global entre el siglo XX y la actualidad, que presenta la reconfiguración de un nuevo orden luego del momento unipolar norteamericano, un orden global con una configuración más multipolar, con la (re)aparición de nuevos actores clave, especialmente China y la Rusia de Putin. Sobre estos dos actores claves del tablero global, destaco como el gobierno de Putin revirtió el proceso de decadencia de la época de Yeltsin y logró reinsertar a Rusia en los grandes temas y discusiones globales. Sobre China el comentó sobre su imponente ascenso económico, que tendrá repercusiones en otros ámbitos, y la implicancias actuales y a futuro de los grandes “hitos” recientes geoestratégicos chinos como la Organización de Cooperación de Shanghai y la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda (BRI).             

Finalizando Pereyra Melé manifestó su preocupación con ciertos parecidos que guarda la situación global actual con el clima previo a la Primera Guerra Mundial, una época de competencia abierta entre grandes potencias, destacando que la divergencia entre los grandes actores globales, no solo es de intereses, sino de concepciones, cosmovisiones distintas. 

Miguel Angel Barrios, 

Abordó lo que llamó en sus propias palabras el “consenso estratégico de Washington hacia América Latina” el cual implica que sin importar el partido gobernante, la doctrina Monroe jamás  ha estado en discusión. En esos códigos, esquemas geopolíticos, la zona de influencia directa de EEUU es y debe ser América Latina, sin su propio hemisferio alineado a sus intereses, EEUU no podrá concentrar su acción exterior para el logro de sus objetivos en el resto del mundo.

Por ello Barrios mencionó la importancia del pensamiento integracionista sudamericano y latinoamericano para alcanzar la autonomía de la región, con la conformación de un gran espacio regional, la Patria Grande en las palabras de Ugarte y otros pensadores latinoamericanos, el Continentalismo, en palabras de Perón.

Barrios analizó América Latina en la actualidad, calificando de “difícil” su situación actual ante la reedición (y endurecimiento durante el mandato de Trump) de la doctrina Monroe con nuevas metodologías (policialización de las fuerzas armadas, politización de las fuerzas de seguridad, judicialización de la política –Lawfare-, golpes parlamentarios, ataques a la imagen de gobiernos por medio de medios de comunicación y redes sociales) nuevas organizaciones (grupo Lima) y viejas organizaciones regionales (OEA), nuevas doctrinas que justifican la intromisión, el intervencionismo en asuntos internos (Doctrina Guaidó).

Sobre los últimos eventos destacó la importancia de las últimas elecciones en Bolivia como un impulso hacia la renovación de la vocación autonómica e integracionista en Sudamérica, al ser Bolivia su corazón geográfico y un vector clave de su integración. 

Gonzalo Fiori Viani 

Abordó la actual situación interna en EEUU y sus repercusiones para América Latina. Sobre la misma, comentó que hay claros signos de una degradación interna en  EEUU, los grandes principios, relatos y utopías que los norteamericanos hacían de sí mismos y su rol en el mundo, están hoy en discusión, el citó el ejemplo la idea del sueño americano.    

EEUU ya no posee la misma autoridad moral que antes, al quedarse evidenciadas múltiples fallas, y fracturas dentro de su tejido social (la desigualdad, el racismo, la violencia, los derechos humanos, un sistema político complejo y cada vez más elitista, etc) su soft power ha sufrido un golpe.

Las condiciones globales y enfoque que tomó la administración Trump (cuyo movimiento político marcó acertadamente Fiori Viani goza de buena salud, aumentando su caudal de votos en relación a los del 2016) sobre las relaciones internacionales hacen que volver al anterior orden mundial abierto de la hiperglobalización, las fronteras abiertas, la economía de libre mercado a ultranza, y el multilateralismo sea muy difícil. Aquel es el modelo de relaciones internacionales y de liderazgo norteamericano al que apunta Biden, ¿lo logrará? teniendo en cuenta el doble desafío de un mundo agitado y una de enérgica oposición interna.

Podrá cambiar el enfoque táctico de la administración Biden hacia América Latina, pero el objetivo  estratégico, ganarle la partida a China especialmente en América Latina, sigue siendo el mismo. La disputa China-EEUU en la región es el principal condicionante actual para la región. EEUU seguro continuará su agenda de intervencionismo político, mientras que China seguirá apostando a la diplomacia económica, de la cual la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) es su nave insignia. 

Actualmente hay esbozos de lo que tal vez pueda ser un nuevo mapa político de América Latina y Sudamérica luego de las elecciones en Bolivia (que podría participar en un nuevo eje progresista con Argentina y México) y el referéndum constitucional en Chile, y las futuras elecciones presidenciales en Ecuador (donde el Correísmo tiene muchas posibilidades de ganar), Chile y el resto de la región (también en Perú, Honduras y Nicaragua).

En este nuevo marco no se podría descartar el resurgimiento del progresismo en la región (tan golpeado recientemente hace unos años) dado que en los próximos dos años América Latina enfrentará una verdadera maratón de elecciones presidenciales que reconfigurará el escenario regional             .

Luego de describir estas oportunidades y desafíos, y a pesar de este contexto tan complejo, finalizó sosteniendo que América Latina y Sudamérica, aún así tienen margen para alcanzar su “autonomía heterodoxa” si sus clases dirigentes tienen la habilidad y visión estratégica, para sortear estos desafíos.

Carlos Pissolito 

Realizo una visión prospectiva sobre el futuro del orden global en base a la reflexión crítica desde los propios pensadores norteamericanos acerca de su país y el mundo. Frente a la confusa situación que hoy enfrenta EEUU sostuvo que: “el caos es un orden que todavía no se entiende”.

Luego realizó un breve repaso del agitado siglo XX hasta la actualidad, en el cual el mundo pasó por distintos órdenes geopolíticos y económicos, hasta llegar la actualidad a la etapa del turbocapitalismo (citando a Luttwack) etapa final del capitalismo (un capitalismo tardío tecnológico-financiero-transnacional, globalista).

El sostuvo que siguiendo la lógica de una triada dialéctica, el capitalismo occidental será cada vez más desplazado por el Capitalismo de Estado de tipo chino-asiático, ya que es un sistema que puede sintetizar los elementos en contradicción de los anteriores (capitalismo-liberalismo con el marxismo-colectivismo). 

Un punto de Inflexión que aumentaría aún más la inestabilidad de Occidente seria el continuo aumento de la influencia del capital financiero y el capital tecnológico, que son de carácter transnacional, globalistas, estas variables son las que actualmente se ven reflejados en las elecciones de EEUU.

Sobre el futuro del orden mundial sostuvo que dada la actual inestabilidad geopolítica, no se pueden descartar el resurgimiento de nuevos grandes acuerdos globales (como los que suelen surgir luego de grandes conflictos bélicos), como económico-financieros (un nuevo Bretton Woods),  de salud (una OMS renovada debido a su fracaso para coordinar los esfuerzos globales contra la pandemia convid-19) en los foros de seguridad internacional. 

SÍNTESIS DE LAS EXPOSICIONES DEL CONVERSATORIO Realizadas por el Lic. en CCPP Juan Martin Gonzalez Cabañas

Videos de Conferencias de Miembros de Dossier Geopolitico

https://www.youtube.com/channel/UC0ulZzAP_fBBGwcMjtARbPg

«La importancia geopolítica de África ha aumentado de una manera extraordinaria. Va a tener 2.400 millones de personas en 2050»

El diplomático chileno acaba de estar tres semanas en la República Centroafricana, donde la ONU tiene una misión. 
Es rica en oro, uranio, diamantes, petróleo y otros minerales y en terrenos agrícolas fértiles, pero en la República Centroafricana (RCA) la mayoría de su población vive una situación de pobreza. Marcado por décadas de violencia, el país que se independizó de Francia en 1960 es el último en desarrollo humano en el índice de Naciones Unidas (188 de 188 países) y su PIB per cápita apenas ronda los US$ 700 (solo en Sudán del Sur es más bajo) y ahora, fuertemente apoyado por la ONU, intenta instaurar el estado de derecho que nunca ha podido tener.

«Es un país que tiene una situación de carencia de Estado en la práctica y donde el gobierno hace un esfuerzo bastante laudable para tratar de construir instituciones y generar un marco que le permita gobernar y mantener servicios mínimos», dice a «El Mercurio» Juan Gabriel Valdés, el diplomático chileno que encabezó la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití en sus primeros años (2004-2006) y que ahora fue designado por el secretario general del organismo internacional, António Guterres, para hacer una evaluación estratégica e independiente del contexto en el que trabaja la misión en la República Centroafricana (Minusca).

El ex canciller y ex embajador chileno estuvo tres semanas de julio en la capital Bangui y otras ciudades centroafricanas para conversar con el gobierno, la sociedad civil, los jefes de los grupos armados y los integrantes de la misión de paz. A la cabeza de un grupo de 15 expertos de la ONU, también visitó otras capitales de la región. Sus recomendaciones sobre cómo debe continuar el apoyo del organismo internacional a la RCA las entregará a Guterres formalmente en septiembre.

El último estallido de violencia en la RCA ocurrió en 2013, cuando rebeldes, principalmente musulmanes (grupos selekas), se tomaron el poder, que estaba en manos de la mayoría cristiana del país. Milicias cristianas, los antibalakas, confrontaron a los selekas. La situación se estabilizó tras una intervención militar francesa y el posterior despliegue de una misión de paz de la ONU, que dio paso a un gobierno transicional en 2014. Dos años más tarde, en un proceso electoral bajo supervisión internacional, Faustin-Archange Touadéra fue elegido Jefe de Estado. Desde el inicio de los enfrentamientos entre 3 mil y 6 mil personas han muerto, ejecutadas o mutiladas, y más de 450.000 refugiados han escapado, la mayoría a países vecinos. Y el país aún no está en calma.

Pese a algunos progresos en los últimos años -como un foro en el que la sociedad civil pudo establecer las reglas del desarme de las guerrillas y la realización de elecciones- la violencia «no se ha disipado», comenta el ex canciller. «Hay una violencia estructural, porque la mitad de la población prácticamente vive de ayuda humanitaria y 75% de la población depende de la agricultura de subsistencia. A ellos, la violencia les impide alimentarse y producir alimentos. El 70% del territorio está ocupado por grupos armados».

Valdés explica que el conflicto es principalmente una disputa entre grupos de poder, bandas armadas y financiadas con tráficos ilícitos, pero que «podría adquirir en el curso del tiempo connotaciones de conflicto religioso». En la RCA hay grupos armados que tienen uniformes y recursos; hay estimaciones que hablan que el año pasado obtuvieron unos US$ 23 millones solo en venta de diamantes y minerales.

El temor a un contagio

Una preocupación fuerte es que la inestabilidad en la RCA se transfiera a países vecinos -comenta el enviado del secretario general-, por lo que ellos están muy involucrados en el proceso para evitar ese contagio.

«Hay que pensar que la importancia geopolítica de África ha aumentado de una manera extraordinaria. Estamos hablando de un continente que va a tener 2.400 millones de personas al año 2050, que tiene una tasa de crecimiento de la población muy superior a la del resto del mundo y el 30% de las riquezas naturales del planeta. A eso se debe la enorme presencia china que uno observa, los intereses de muchas potencias europeas y también de EE.UU. de que esa zona se mantenga estable», dice.

Para contribuir a la seguridad, plantea el diplomático, es necesaria una presencia más activa no solo de la ONU, sino que de otros actores del entorno centroafricano. Uno de los puntos más delicados, explica, son las fronteras, que la misión de paz «no está en condiciones de cubrir». En esa zona el tráfico de armas, de diamantes y de distintos productos «es extremadamente fuerte y dañino para el desarrollo» de la RCA.

Ante la pregunta sobre una eventual participación de tropas chilenas, Valdés dice que no le corresponde hacer un juicio ni «discutir las razones por las cuales el actual gobierno modificó el compromiso» adquirido por la administración de Michelle Bachelet de enviar una compañía de ingenieros militares a la RCA. «Lo que sí puedo decir es que observé cómo Perú tiene una activa participación no solo en Centroáfrica, sino que también en varios otros países africanos, donde sus militares están sirviendo en fuerzas de paz con el mismo entusiasmo como lo han hecho en otras partes. Me tocó trabajar con ellos en Haití, donde tuvieron un rol muy destacado, lo mismo que los militares chilenos. Y mi opinión y mi impresión es que ellos consideran que tiene una enorme importancia para su política exterior estar en estos lugares de África», un continente donde existe «enorme respeto» por Naciones Unidas.

Valdés comenta que en sus dos reuniones con el Presidente Touadéra, él reconoció el rol crucial de la ONU en la estabilización del país, para evitar una escalada de la violencia. «Naciones Unidas no es capaz de resolver el problema por sí sola, pero es absolutamente indispensable si lo que se quiere es impedir masacres y matanzas que han ocurrido en otros lugares», sostuvo.

El mandato de la Minusca se centra en la protección de civiles e incluye el apoyo al proceso de paz, así como la instalación de las instituciones del Estado y el despliegue en el país de las fuerzas armadas centroafricanas.

FUENTE:

http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=493784