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Por Pepe Escobar

Ya está aquí. Una cita con el destino. Todo listo para el encuentro geopolítico/geoeconómico más crucial del año y posiblemente de la década: la cumbre de los BRICS bajo presidencia rusa en Kazán, capital de Tatarstán, donde los tártaros suníes conviven en perfecta armonía con los cristianos ortodoxos.

Todo el extenuante trabajo de sherpas y analistas a lo largo de 2024 -supervisado por el principal diplomático ruso a cargo de los BRICS, el viceministro de Asuntos Exteriores Serguéi Ryabkov- convergió en tres reuniones clave finales y separadas en Moscú antes de la cumbre, en las que se agruparon los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los BRICS, los grupos de trabajo y el Consejo Empresarial.

Todo ello en un contexto ya familiar para la Mayoría Global. El PIB combinado de las actuales naciones BRICS supera los 60 billones de dólares, muy por delante del G7; se prevé que su tasa media de crecimiento a finales de este año sea del 4%, superior a la media mundial del 3,2%; y el grueso del crecimiento económico en el futuro próximo procederá de las naciones miembros de los BRICS.

🌐RUSIA KAZAN ESTÁ LISTA PARA DAR LA BIENVENIDA A DELEGACIONES Y PERIODISTAS A LA CUMBRE DEL BRICS #BRICS2024 pic.twitter.com/N0vzN1XVsW

– Sputnik (@SputnikInt) 21 de octubre de 2024

Incluso antes de la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales, el ministro ruso de Finanzas, Antón Siluánov, subrayaba que el BRICS está dispuesto a eludir las plataformas occidentales «politizadas» -una sutil referencia al tsunami de sanciones y al armamentismo del dólar estadounidense- mientras los BRICS trabajan para crear su propio sistema internacional de pagos, favorable a la Mayoría Global.

El contexto de lo que se decidirá en Kazán esta semana no es menos que incandescente, ya que el caos descontrolado de las Guerras Forever del Hegemón -desde Ucrania hasta Asia Occidental- ha afectado incluso materialmente al pesado trabajo de los BRICS y a la necesidad de construir un nuevo sistema internacional de relaciones geoeconómicas prácticamente desde cero.

La filtración de información secreta de alto nivel a los Cinco Ojos sobre los preparativos de Israel y Estados Unidos para atacar Irán puede haber frustrado una escalada bélica creíble. El ataque acabará ocurriendo -con consecuencias nefastas- pero probablemente no esta semana, cuando podría haber sido programado para interrumpir explícita y completamente la cumbre de Kazán y expulsarla de los titulares mundiales.

La declaración conjunta de los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los BRICS puede no parecer demasiado aventurada, pero las limitaciones reflejan no sólo la cautela frente a un Hegemón peligroso y acorralado, sino también las contradicciones internas entre los miembros de los BRICS.

La declaración reconoce «la necesidad de una reforma integral de la arquitectura financiera mundial para potenciar la voz de los países en desarrollo y su representación». Sin embargo, sigue estando claro que Estados Unidos tiene menos que cero interés en una reforma profunda del FMI, el Banco Mundial y el sistema de Bretton Woods. Rusia y China, especialmente, son plenamente conscientes de que lo que se necesita es un post-Bretton Woods.

La declaración es más contundente en cuanto a la Iniciativa de Pagos Transfronterizos de los BRICS, apodada BCBPI, acogiendo con satisfacción «el uso de monedas locales en el comercio internacional» y «el fortalecimiento de las redes bancarias» para permitirlo. Sin embargo, de momento todo es sólo «voluntario y no vinculante». Se espera que Kazán dé algún impulso al proceso.

No es un grupo antioccidental, sólo un grupo no occidental

En su discurso ante el Consejo Empresarial de los BRICS el pasado viernes y en una mesa redonda posterior con los jefes de los grupos mediáticos de los miembros de los BRICS, el Presidente Putin resumió de hecho todos los grandes expedientes. He aquí lo más destacado.

Sobre el papel del NDB, el banco de los BRICS con sede en Shanghai: Rusia «ampliará las capacidades del NDB»; el banco debería convertirse en el principal inversor en grandes proyectos tecnológicos y de infraestructuras para los miembros del BRICS y el Sur Global en general. Esto tiene todo el sentido, con el NDB financiando el desarrollo de infraestructuras e implicándose comercialmente con empresas locales privadas. Por cierto, el próximo presidente del NDB será ruso; el principal candidato es Aleksei Mozhin, que anteriormente estuvo en el FMI.

Sobre la creación de una infraestructura digital única para los BRICS: ya está en marcha. Rusia está trabajando en «el uso de monedas digitales en los procesos de inversión en interés de otras economías en desarrollo». Esto enlaza con el trabajo de los BRICS en su propia versión de SWIFT para las transacciones financieras internacionales. Y también con BRICS Pay, una tarjeta de débito cuya primera prueba tuvo lugar durante el Consejo Empresarial de la semana pasada, similar a AliPay en China, y que pronto se extenderá a todos los miembros del BRICS.

Una moneda única para los BRICS: «Aún no se está considerando, este tema aún no está maduro». La desdolarización, subrayó Putin, avanza paso a paso: «Estamos dando pasos individuales, uno tras otro. En cuanto a las finanzas, no abandonamos el dólar. El dólar es la moneda universal. Pero no fuimos nosotros: nos lo prohibieron y nos prohibieron [utilizarlo]. Y ahora el 95% de todo el comercio exterior de Rusia está denominado en monedas nacionales. Lo hicieron ellos mismos con sus propias manos. Pensaron que nos hundiríamos».

El reto de una moneda unificada de los BRICS: Eso «requiere una integración económica profunda (…) Aparte de un alto nivel de integración entre los miembros del BRICS, la introducción de una moneda única del BRICS implicaría una calidad y un volumen monetarios comparables (…) De lo contrario, nos enfrentaremos a problemas aún mayores que los que se produjeron en la UE». Putin recordó que cuando se introdujo el euro en la UE, sus economías no eran ni comparables ni iguales.

Putin mantendrá al menos 17 reuniones bilaterales en Kazán. Hizo hincapié, una vez más, en que «el BRICS no es un grupo antioccidental, es sólo un grupo no occidental».

Y nombró los motores económicos clave en un futuro próximo: El Sudeste Asiático y África. El desarrollo «se producirá objetivamente sobre todo en los países miembros del BRICS. Esto es el Sur Global. Esto es el Sudeste Asiático. Esto es África. Habrá crecimiento positivo en países poderosos como China, India, Rusia y Arabia Saudí, pero los países del Sudeste Asiático y África mostrarán un crecimiento más rápido por varias razones».

También destacó los principales proyectos de desarrollo de infraestructuras entre los BRICS y el Sur Global: la Ruta Marítima Septentrional -que los chinos definen como la Ruta de la Seda del Ártico- y el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), con la tríada BRICS Rusia-Irán-India como socios clave. Sobre la Ruta Marítima Septentrional, Putin destacó cómo «estamos construyendo una flota de rompehielos que no tiene parangón en el mundo. Va a ser una flota única, siete rompehielos nucleares y 34 rompehielos de propulsión diésel, de alta clase y gran potencia».

Sobre la asociación estratégica Rusia-China: es uno de los factores clave de estabilidad en el mundo; en las relaciones entre ambos, «no hay mayores ni menores». Sobre el Gran Tablero de Ajedrez, «Rusia no interfiere en las relaciones entre Estados Unidos y China», incluso cuando «los europeos han sido arrastrados a Asia a través de la OTAN». Nadie pregunta a los europeos si quieren estropear su relación con China, si quieren utilizar las entidades de la OTAN para entrar en Asia y crear una situación que cause preocupación en la región, en China concretamente. Aun así, se dejan arrastrar como cachorros».

Las guerras eternas apuntan a los BRICS

Habrá una sesión especial sobre Palestina en Kazán con los miembros del BRICS, además de BRICS Outreach – como en los socios (Turkiye está incluido). Putin cree que «disolver el Cuarteto de Oriente Medio fue un error». El Cuarteto incluía a Rusia, Estados Unidos, la ONU y la UE. En teoría, debería haber mediado en el proceso de paz entre Israel y Palestina. En la práctica, no lo hizo.

El famoso belicista Tony Blair formaba parte del Cuarteto. Diplomáticamente, Putin dijo: «No pretendo acusar aquí a Estados Unidos en todos los aspectos, pero desgraciadamente fue un error disolver los cuatro [el Cuarteto]».

Volvió a insistir en que «Rusia ha mantenido siempre la opinión de que debe aplicarse la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de establecer dos Estados: Israel y Palestina». Y, significativamente, añadió que «Rusia está en contacto permanente tanto con Israel como con Palestina».

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA SRPSKA: EL BRICS ES UN GRUPO DE «PAÍSES LIBRES QUE RESPETAN LA SOBERANÍA DE LOS DEMÁS

En una entrevista con Sputnik previa a la cumbre de los BRICS de 2024 en la ciudad rusa de Kazán, el presidente de la República de Srpska, Milorad Dodik, se centró en por qué los serbios… pic.twitter.com/ikhmNZ4x97

– Sputnik (@SputnikInt) 20 de octubre de 2024

Eso puede interpretarse como una mediación estratégica, e intercambios serios por el canal de atrás. Sin embargo, no se aventuró de lleno en el fuego, limitándose a decir que espera que cese el «interminable intercambio de golpes» entre Israel e Irán, al tiempo que añadió que «buscar un compromiso en el conflicto árabe-israelí es posible, pero se trata de un área muy delicada.»

Todo lo anterior es muy significativo para el contexto del BRICS porque las Guerras de Siempre en Asia Occidental han estado interfiriendo seriamente en el trabajo dentro del BRICS. Y encima, las Guerras de Siempre, frías, híbridas y calientes, están de hecho esencialmente dirigidas contra tres miembros del BRICS, Rusia, Irán y China – no por casualidad descritas como las Tres Principales amenazas existenciales para el Hegemón.

Y eso nos lleva inevitablemente a Ucrania. Putin subrayó que «el ejército ruso se ha convertido en uno de los ejércitos más eficaces en combate y de más alta tecnología del mundo (…) Cuando la OTAN se canse de librar esta guerra contra nosotros, sólo hay que preguntarles. Estamos dispuestos a seguir luchando, a continuar la lucha, y tendremos las de ganar».

Confirmando lo que el analista militar Andrei Martyanov lleva años estudiando, Putin explicó cómo la guerra moderna es la guerra de los matemáticos, algo que escapa totalmente a los guerreros de sillón de la OTAN: «He oído decir a la gente que lucha sobre el terreno que la guerra actual es la guerra de los matemáticos. Los dispositivos de interferencia de radio serían eficaces contra determinados vehículos de reparto y los suprimirían. El otro bando, por ejemplo, ha calculado y calculado cuál es la contrafuerza y reprograma el software de sus medios de ataque en una semana o tres semanas».

En cuanto al campo de batalla, con el «orden internacional basado en reglas» encontrando su humillante desaparición en el suelo negro de Novorossiya, Putin no podría ser más enfático sobre el gambito de la «Ucrania nuclear»: «Es una provocación peligrosa porque cualquier paso en esta dirección tendrá una respuesta (…) Lo diré sin rodeos: Rusia no permitirá que esto ocurra pase lo que pase».

Lo que está en juego en Kazán no podría ser mayor. Al final de la semana, la Mayoría Global sabrá si Kazán pasará a la historia como el hito de un nuevo sistema emergente de relaciones internacionales, o si las burdas tácticas de divide y vencerás seguirán aplazando la inexorable desaparición del Viejo Orden.

Geopolitika.ru

Fuente: https://sputnikglobe.com/

Javier Benitez entrevista a Carlos Pereyra Mele (Radio Sputnik)

El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que los BRICS no se dirigen contra nadie y solo se quiere lograr el desarrollo para sus países integrantes. Lo manifestó durante su intervención en el reciente Foro Empresarial del BRICS, donde destacó que el PIB total de los países del BRICS supera los indicadores de los países del G7 y sigue creciendo.

AUDIO:

BRICS: avance inexorable

Al destacar que los BRICS desempeñan un papel significativo en la economía global, con sus países siendo «los motores del crecimiento económico mundial», Putin afirmó que «el trabajo de los BRICS no está dirigido contra nadie, sino solo hacia un objetivo común de desarrollo sostenible y prosperidad para nuestros países y pueblos».

En su intervención, el mandatario ruso recordó que mientras que en 1992 la participación del G7 en el PIB mundial era del 45,5% y la de los países BRICS del 16,7%, pero que en 2023 la participación del BRICS trepó al 37,4% y la del G7 descendió hasta el 29,3%. «Y esta brecha se está ampliando y se ampliará. Es inevitable», subrayó Putin, al indicar que en las últimas décadas, más del 40% del crecimiento del PIB global ha correspondido a los países BRICS.

Añadió asimismo que a finales de este 2024, se augura que la tasa media de crecimiento económico en los BRICS sea del 4%, cifra superior, tanto a la tasa de los países del G7 que es solo del 1,7%, como a la tasa mundial, que será del 3,2%, según las previsiones.

Para el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, estos datos «son importantes porque parece que los BRICS han llegado a su etapa adulta». En este sentido, el analista recuerda que «no hace muchos años, en 2016, en los grandes medios occidentales y los think tank, y otros, se decía que el BRICS había sido una especie de promesa, pero que no había alcanzado ningún tipo de desarrollo, ni de organización, estructura, ni nada, y que se agotarían en sí mismos». «La realidad es que en muy pocos años hemos visto que esas especies de conclusiones a las que habían arribado los grupos occidentales [G7, y otros], no se corresponden con la realidad», afirma el experto.

En tanto, recientemente el viceprimer ministro de Serbia, Aleksandar Vulin destacó que la manera en que el BRICS defiende un sistema de valores y muestra al mundo la oportunidad de trabajar juntos, a pesar de las diferencias. «Es un mundo nuevo. Cosas como esta hacen del mundo un lugar mejor. El BRICS es esperanza», manifestó el alto cargo serbio.

Al incidir en el respeto mutuo que promueve la organización, el viceprimer ministro serbio habló sobre el trato que recibe Belgrado de sus socios. «¿Cuántas veces más grandes que Serbia son Rusia, China o la India? Pero cuando nos comunicamos, ¡nos hablan como a iguales! Y cuando nos comunicamos con algunos Estados enanos de la Unión Europea, ¡nos hablan como si fueran superpotencias nucleares! ¿Lo entiende?», apuntó.

«El crecimiento del PIB ha demostrado una energía y un dinamismo altísimo en las potencias emergentes [del BRICS], que no la tienen las tradicionales potencias del G7 que se quedaron totalmente ancladas en la historia y ahora están sufriendo esas consecuencias. Y esas consecuencias son las que llevan al viceprimer ministro de Serbia a decir que hasta los más chiquitos de la Unión Europea se creen que son todavía algún tipo de superpotencia, y en la práctica son todos unos enanos en todos los aspectos, fundamentalmente en el económico, porque su participación en el PIB mundial es prácticamente inexistente», concluye Pereyra Mele.

Por Jorge Elbaum PAGINA 12 – 13 de Octubre 2024

Entre el 22 y el 24 de octubre se llevará a cabo en la Federación Rusa la cumbre de países que integran los BRICS+. La cita será en la ciudad de Kazán, la capital de la República de Tartaristán, ubicada a orillas del río Volga. Hasta el año pasado, los BRICS+ estaban conformados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El primero de enero de 2024 se le sumaron cuatro países: Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Argentina –que había sido nominada para ingresar– rechazó dicha afiliación en nombre de un alineamiento geopolítico con el G7 y la OTAN.

Los diez integrantes de los BRICS+ representan, en la actualidad, el 46 por ciento del total de la población mundial, el 37,6 del total del Producto Bruto global y más de dos terceras partes de la producción de hidrocarburos. Tres décadas atrás, el G7 (integrado por Europa Occidental, Japón, Estados Unidos y Canadá) contaban con el 50 por ciento de la participación en el Producto Bruto, y los BRICS apenas alcanzaban el 16 por ciento. Para cuando se lleve a cabo la cumbre de Kazán, los BRICS alcanzarán 32 puntos porcentuales, y el G7 rondará el 29 por ciento, distancia que se irá profundizando en las próximas décadas.

Hasta agosto del presente año, 32 países han solicitado sumarse a los BRICS+. Entre las solicitudes figuran los casos paradigmáticos de Cuba y Turquía. En el primer caso, porque la isla caribeña soporta desde hace seis décadas un bloqueo criminal por parte de Estados Unidos. Su ingreso a los BRICS+ generaría oportunidades de quebrar dicho bloqueo a través de la cooperación propuesta por el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que ofrece financiamiento sin injerencismo geopolítico. Esa plataforma permitirá a muchos países eludir las sanciones ilegales dispuestas por el Departamento de Estado, dando paso a una arquitectura financiera. Por su parte, la petición realizada por Ankara –en el caso de ser aceptada– supondría un duro golpe para la OTAN, que vería debilitada su membresía.

Mientras Washington y Bruselas insisten en promover bloqueos, sanciones unilaterales, programas directos de injerencia política, económica y/o financiera, guerras híbridas y operaciones de confusión cognitiva, los BRICS+ se plantean un Nuevo Orden Global basado en el respeto de las soberanías y una consecuente regulación de las grandes corporaciones. Estos últimos insisten en imponer confusión mediática, manipulación algorítmica, destrucción del sentido comunitario, devastación del medio ambiente y desaparición de las identidades nacionales.

Como contrapartida, los BRCS+ plantean un modelo alternativo de gobernanza global que busca desconectar al Sur Global de las extorsiones atlantistas y, al mismo tiempo, superar la actual parálisis de las Naciones Unidas, impotente frente a la militarización de la OTAN, la guerra tecnológica contra China y la crisis del Cercano Oriente. En ese marco, uno de los focos del debate de Kazán será la continuidad de la política de desdolarización. Cuatro décadas atrás, el billete verde se utilizaba en ocho de cada diez transacciones del comercio internacional. Hoy ese guarismo se redujo al 45 por ciento.

Para profundizar aún más ese proceso de desconexión monetaria, se analizará la creación del BRICS Bridge, una plataforma de pago supranacional que competiría con el Swift occidental, que monopoliza el intercambio de once mil entidades financieras. El Bridge permitiría realizar pagos en monedas nacionales de los países miembros, al tiempo que el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) actuaría como clearing de conversión y compensación. De esa forma, se potenciaría el comercio entre los socios al facilitar las transacciones de los gobiernos, las empresas y las personas. También se discutirá otra de las iniciativas más temidas por Washington.

La creación de una moneda digital única de los BRICS, denominada R5, en referencia a la primera letra de sus respectivas divisas: real, rublo, rupia, renminbi y rand. La propuesta rusa incluye la posibilidad de que sea utilizada tanto para transacciones internacionales como para el ahorro. En una investigación realizada por Zongyuan Liu, y Mihaela Papa –integrantes del establishment académico estadounidense– se preguntaron en 2022 si los BRICS tenían capacidad de ahondar la desdolarización.

La respuesta fue contundente: el Sur Global profundizará el deterioro del modelo forjado en Bretton Woods. La decisión del gobierno de Javier Milei de resignar el ingreso de Argentina -a comienzos de 2024, por exigencia de sus mandantes de Washington- motivó un debate respecto a las responsabilidades y compromisos de los miembros. El canciller de Brasil, Mauro Luiz Vieira (foto), confirmó que uno de los temas que se abordarán en Tartaristán serán las reglas que van a regular las incorporaciones futuras. El Club que desafía a Occidente seguirá creciendo, mientras Occidente buscará frenar con guerras cognitivas, híbridas y proxy lo que aparece como su ocaso. 

FUENTE https://www.pagina12.com.ar/774256-los-brics-y-el-ocaso-de-occidente

por  MK BHADRAKUMAR

El ministro de Asuntos Exteriores de la India, Dr. Subrahmanyam Jaishankar , se reunió con el miembro del Buró Político del Comité Central del PCC y ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, Vientiane, Laos, 25 de julio de 2024.

Existe la expectativa de que el primer ministro Narendra Modi dé prioridad a un cambio histórico en las relaciones de la India con China como legado de sus 15 años en el poder. De hecho, las cosas se están moviendo en esa dirección. 

Un alto funcionario indio dijo a la agencia nacional de noticias PTI sobre la necesidad de adoptar un «enfoque matizado» hacia las inversiones extranjeras directas (IED) de China, y que el gobierno está abierto a considerar propuestas de IED de Beijing en sectores que involucran tecnologías de punta como vehículos eléctricos y baterías, así como bienes de equipo modernos de diferentes tipos. 

Esto coincide con un cambio palpable en la política india durante el último semestre. La interacción de tres factores clave explica este cambio. En primer lugar, la estabilización de la situación fronteriza, gracias al nuevo mecanismo para gestionar las tensiones fronterizas (‘zonas de amortiguamiento’ para separar a los dos ejércitos donde ambas partes retirarían tropas y cesarían todas las patrullas) está teniendo consecuencias positivas.

Esas zonas ya se han   establecido en cinco de los siete puntos de inflamación. El gobierno no se ha jactado de este logro notable, pero su sinergia en vínculos comerciales más estrechos es importante para ambos países que enfrentan los vientos en contra de la escalada de barreras comerciales en todo el mundo. Ha habido una relajación constante de   las restricciones indias sobre visas para profesionales chinos en algunas   industrias selectas.

En segundo lugar, este cambio pragmático también subraya la urgente necesidad de la India de tecnología, inversión y experiencia chinas para satisfacer sus necesidades industriales inmediatas. La semana pasada, el principal asesor económico, Anantha Nageswaran, había declarado en el estudio económico anual que Delhi debería centrarse en la IED de China para impulsar las exportaciones de la India a Estados Unidos y otros países occidentales, y ayudar a mantener bajo control el creciente déficit comercial de la India con Beijing.

El comentario de Nageswaran se produjo después de que los datos del Banco de la Reserva de la India mostraran que la entrada neta de IED en la India cayó un 62,17 por ciento interanual a 10.580 millones de dólares en 2023-24, un mínimo de 17 años. En pocas palabras, la capacidad de la India para atraer inversión extranjera se ha visto amenazada en medio de una combinación de circunstancias adversas: incertidumbre económica mundial, proteccionismo comercial y riesgos geopolíticos, etc. Las inversiones chinas pueden traer fondos a la India, introducir tecnología avanzada y experiencia en gestión, y promover la modernización de las industrias indias y optimización de su estructura económica. 

Un tercer factor tácito es que el entorno geopolítico ha cambiado radicalmente. Sin duda, Rusia ha ganado la partida en la guerra en Ucrania. Este es un duro golpe a la credibilidad de Estados Unidos y la OTAN y ocurre en un momento en que Asia-Pacífico se perfila como otro posible punto de inflamación. Los Estados de la región (excepto tal vez Japón, que se está militarizando rápidamente) no desean ver otra guerra destructiva encabezada por la OTAN en su región. 

El uso de sanciones por parte de Washington como arma tras la guerra de Ucrania tampoco ha sido bien recibido en el Sudeste Asiático. Después de todo, si el Occidente colectivo pudo congelar las reservas de Rusia (aproximadamente 400.000 millones de dólares) y gastar los intereses despreciando el derecho financiero internacional, ¿qué impide tal bandolerismo frente a los países más pequeños de la región? 

Sin duda, la creciente atracción de los BRICS en la región del Sudeste Asiático conlleva un gran mensaje. Tailandia y Malasia son los últimos estados regionales en expresar interés en unirse al bloque. Naturalmente, esto mejorará aún más su relación con China. 

Mientras tanto, las relaciones de la India con los EE.UU. también están un poco mal últimamente tras la renovada implicación de este último con los separatistas khalistani basados ​​en América del Norte. Las acusaciones estadounidenses de que India está tramando planes de asesinato, insinuando la «pistola humeante» que conduce a los niveles más altos del liderazgo político en Delhi, han creado la percepción de que Estados Unidos tiene motivos ocultos para crear puntos de presión sobre los dirigentes del país. Es evidente que Estados Unidos es incapaz de comprender la resiliencia y la centralidad de la autonomía estratégica de la India. 

En semejante entorno, el Quad ha perdido su gravitas. Quad no está en sintonía con las necesidades de los países de la región de Asia y el Pacífico, donde la opción estratégica de la gran mayoría de los países es el desarrollo económico. El nivel de comodidad de China está aumentando porque India no se está sumando a la estrategia de contención de Estados Unidos en su contra. 

Beijing vería con satisfacción los comentarios del Ministro de Asuntos Exteriores, S. Jaishankar, tras la reunión de los FM del Quad en Tokio el lunes, cerrando de golpe la puerta a cualquier papel de terceros para el Quad en las tensas relaciones entre India y China. Dijo: «Tenemos un problema, o, yo diría, un problema entre India y China… Creo que nos corresponde a dos de nosotros hablarlo y encontrar una manera».

“Evidentemente, otros países del mundo tendrían interés en el asunto, porque somos dos países grandes y el estado de nuestra relación tiene un impacto en el resto del mundo. Pero no esperamos que otros países resuelvan lo que realmente es un problema entre nosotros”, añadió Jaishankar. 

India comparte las dudas de los estados de la ASEAN sobre la expansión de la OTAN impulsada por Estados Unidos como organización global centrada en Asia-Pacífico. La reacción de la India ha sido la de fortalecer aún más su independencia estratégica. Curiosamente, la visita de Modi a Rusia coincidió con la Cumbre de la OTAN en Washington. (Vea mi blog titulado  Los lazos entre India y Rusia dan un salto cuántico en la niebla de la guerra de Ucrania )

Una encuesta reciente realizada por el Instituto ISEAS-Yusof Ishak, un grupo de expertos financiado por el gobierno de Singapur, mostró que en Malasia, casi tres cuartas partes de los encuestados dijeron que la ASEAN debería favorecer a China sobre Estados Unidos si el bloque se viera obligado a alinearse con uno de las dos superpotencias rivales. 

India está muy en sintonía con estas tendencias en la región de la ASEAN. La centralidad de la ASEAN es la piedra angular de la política india de Act East, mientras que Estados Unidos sólo habla de labios para afuera y ha trabajado entre bastidores para debilitar la   cohesión y la unidad del grupo. 

En pocas palabras, la fobia avivada por los think tanks, los medios de comunicación y los funcionarios estadounidenses sobre la entente chino-rusa ha perdido fuerza. India, por el contrario, ha fortalecido sus vínculos con Rusia y avanza   hacia la estabilización de sus relaciones con China, haciéndolas predecibles. 

Dado el escenario anterior, el período comprendido entre ahora y octubre en el que está previsto que los BRICS celebren su cumbre bajo la presidencia de Rusia será una fase formativa. La última reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de India y China en Vientiane la semana pasada parece haber ido bien.

La lectura china destacó la declaración de Jaishankar de que “Mantener un desarrollo estable y predecible de las relaciones bilaterales redunda enteramente en interés de ambas partes y tiene una importancia especial para defender la paz regional y promover la multipolaridad. India y China tienen amplios intereses convergentes y enfrentan la sombra que trae la situación en las zonas fronterizas. Pero la parte india está dispuesta a adoptar una perspectiva histórica, estratégica y abierta para encontrar soluciones a las diferencias y hacer que las relaciones bilaterales vuelvan a una senda positiva y constructiva”. (Énfasis añadido.)

El factor decisivo será hasta qué punto se traduce en acción el acuerdo alcanzado en la reunión a nivel de Ministros de Relaciones Exteriores en Vientiane para resolver las cuestiones fronterizas residuales. El «enfoque matizado» de la India para atraer IED de China es un paso en la dirección correcta. Una reunión entre Modi y el presidente chino Xi Jinping al margen de la próxima cumbre de los BRICS en Kazán del 22 al 24 de octubre es totalmente concebible. 

Sin embargo, en una perspectiva a más largo plazo, no hay otra alternativa que descartar las narrativas indias interesadas sobre las relaciones con China basadas en fobias, rivalidades hirvientes e incluso falsedades absolutas, que se han filtrado profundamente en la mentalidad de las elites indias a lo largo de décadas de adoctrinamiento para crear un nuevo pivote positivo y con visión de futuro para una amistad duradera entre las dos naciones. La tarea no es fácil, ya que han proliferado los grupos de interés y los lobbystas estadounidenses están interfiriendo activamente. En última instancia, corresponde a los dirigentes indios mostrar el coraje de la convicción.

La asombrosa visita del canciller indio Jaishankar a Moscú y San Petersburgo, donde fue calurosamente recibido por Putin y Lavrov del 25 al 29 de diciembre, constituye un giro estratégico transcendental en la fase post-Ucrania, que alteró el sistema nervioso de la anglósfera. El pronazi exembajador de EEUU en Rusia McFaul puso el grito en el cielo.

Por Alfredo Jalife-Rahme para Sputnik

Si el año 2023, en la fase post-Ucrania, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, fue considerado como el óptimo geopolítico global, el 2024 arranca como el «año de los BRICS+», con la incrustación de cinco países (Irán, Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía) y con su larga lista de espera de entre 20 y 30 países que desean adherirse durante la rotativa presidencia anual de Rusia, que celebrará en octubre la cumbre en Kazán del relevante grupo, ya ganándole la partida geoeconómica al G7, hoy en franco declive.

El encuentro del canciller indio, Subrahmanyam Jaishankar, con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, y el presidente Putin fue más que exitoso en todos los rubros: desde los corredores geoeconómicos, el NSTC Corredor de Transporte Norte-Sur y el EMC Corredor marítimo Oriental de Chennai a Vladivostok; pasando por la cooperación militar y espacial, hasta la colaboración en la planta nuclear Kudankulam.

Solo faltó la cooperación en los mecanismos de pago entre las divisas nacionales rublo y rupia, cuando uno de los objetivos de la cumbre 16 de los BRICS —Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica— en Kazán será la desdolarización y la probable creación de la divisa del bloque.

El pensamiento geoestratégico del canciller indio Jaishankar es eminentemente multipolar, como lo denota su libro La ruta de India: Estrategias para un mundo incierto, que a mi juicio refleja el consustancial politeísmo teológico de su país: responde a varios dioses y no a uno solo.

Rusia aplica el teorema clásico de su exprimer ministro Yevgeny Primakov —en la fase aciaga de Boris Yeltsin— sobre el triángulo RIC (Rusia/India/China), que sigue fielmente el canciller Lavrov y que de cierta manera constituye el núcleo de la evolución de los BRICS.

Con el anterior gobernante Partido del Congreso en la India, tanto la extinta Unión Soviética como Rusia han mantenido óptimas relaciones con Nueva Delhi, pese al reciente coqueteo de la anglósfera con la India, a la que pretendió usar para contener la nueva complementariedad geoestratégica de Rusia y China.

En solo seis meses, específicamente desde junio de 2023, más que el estrechamiento de relaciones tradicionales entre la India y Rusia, llama la atención el alejamiento de la anglósfera y su famoso enjambre de espionaje de los «cinco ojos» (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) contra la India.

En los pasados seis meses se escenificaron vigorosas turbulencias centrífugas entre la India y Estados Unidos debido a supuestos intentos de muy extraños homicidios de personalidades de los separatistas sikh, que buscan crear la republica de Khalistán.

La sinergia de Canadá, donde residen más de 700.000 sikhs, y Estados Unidos, dos miembros del conglomerado anglosajón de espionaje de los «cinco ojos», ha envenenado las relaciones con la India a grado tal que antes de la azorante visita de cinco días del canciller indio Jaishankar a Moscú y San Petersburgo, el presidente Joe Biden había declinado la invitación a concurrir a la celebración del Día de la República de la India el 26 de enero, según narra el exdiplomático indio Bhadrakumar, donde iban a reunirse para impulsar al etéreo Quad (agrupación de Nueva Delhi, Washington, Tokio y Canberra contra Pekín y Moscú), que hoy se puede dar por sepultado, como da a entender Global Times. En el mismo lapso de seis meses del giro estratégico (game changer) de India vis a vis de la anglósfera.

Cabe señalar el reajuste de su política exterior con Israel frente a la catástrofe humanitaria en Gaza, cuando la India se acopla más a las votaciones de los BRICS en las Naciones Unidas.

A mi juicio, en la fase post-Ucrania, la política exterior de la India pondera mucho más la presencia de la imponente diáspora de sus ciudadanos en el Golfo Pérsico, que se ha volcado a favor de la causa palestina.

La reacción a la visita del canciller indio Jaishankar a Moscú y San Petersburgo ha rebasado la definición psiquiátrica de la histeria geopolítica, cuando Michael McFaul, anterior embajador filonazi de EEUU en Rusia, de 2012 a 2014, durante la dupla Obama-Biden y admirador confeso del regimiento neonazi Azov (organización terrorista prohibida en Rusia) arremetió contra la colaboración estratégica de Rusia y la India.

«La India fue alguna vez un campeón mundial contra el imperialismo y a favor de la descolonización. Es triste ver esta aceptación de la Rusia imperial utilizando la guerra y la anexión para intentar recolonizar Ucrania. Supongo que el dinero es más importante que los valores», apuntó.

Más allá de la muy cantada defunción de Ucrania, la anglósfera no digiere ni el alejamiento de la India con EU ni su mayor estrechamiento con Rusia, como delata el canto de su cisne muy negro Isabel Oakeshott en The Telegraph, portavoz de la monarquía globalista neoliberal británica, quien espeta «el tiempo de repensar» las relaciones de Gran Bretaña «con la India, que se ha acercado demasiado a Rusia«.

La lúgubre realidad es que en la fase post-Ucrania, la anglósfera perdió a la India. El mundo suele volcarse con los triunfadores, no con los perdedores.

FUENTE: https://sputniknews.lat/20240105/un-mayor-acercamiento-de-la-india-con-rusia-exaspera-a-la-anglosfera-1147132122.html

El faltazo al BRICS, la suspensión del swap con China, las duras condiciones que impone el FMI y la falta de otros apoyos muestran la desprotección de nuestro país

Por Eduardo J. Vior
analista internacional

El pasado 29 de diciembre se supo que el presidente Javier Milei había informado a los cinco países miembros del BRICS que este lunes 1° de enero Argentina no se incorporaría al foro internacional. Ya previamente el Banco Popular de China (PBC, por su nombre en inglés) había suspendido la vigencia del swap de monedas entre ambos países. Para reparar en algo la dañada relación, nuestra Cancillería anunció ese mismo viernes la designación de un nuevo embajador ante China. Ya en el nuevo año, este martes 2 el gobierno informó que el jueves 4 se reunirá con una misión del FMI, para tratar la reanudación de los pagos del organismo, mientras que el multimillonario Elon Musk volvía a señalar su aprobación de las medidas del gobierno libertario. Sólo el magnate y la congregación judía Javad Lubavich aparecen públicamente apoyando al presidente Milei. Demasiado poco para mantener la gobernanza de un país de nuestras dimensiones y peso. ¿Cuánto y cómo puede sostenerse este esquema de poder ante las crisis internacionales que se avecinan?

2024: BRICS 10 er i gang - steigan.no
El gobierno de Javier Milei confirmó a fin de año que nuestro país no ingresará a BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La decisión fue formalizada a través de una misiva oficial enviada el pasado 22 de diciembre a su par de la Federación Rusa, Vladímir Putín, quien ocupa en 2024 la presidencia rotativa del bloque, y comunicada a los otros cuatro mandatarios de los países fundadores del grupo.

En dichas cartas el presidente fundamenta su decisión diciendo que “no se considera oportuno en esta instancia participar como miembro a partir del 1° de enero del 2024, ya que muchos ejes de la política exterior actual difieren de la anterior”. El texto insiste en subrayar la diferencia de orientación de la política exterior actual respecto a la anterior. No obstante, el jefe de Estado argentino ratificó a Putín y a sus colegas “el compromiso” de su gobierno “con la intensificación de los lazos bilaterales con su país, en particular el aumento de los flujos de comercio e inversión”.

En agosto pasado, gracias a la intensa presión de Lula Da Silva y Xi Jinping, en la Cumbre del foro en Johanesburgo fue aprobado el ingreso de Argentina como miembro pleno de ese bloque junto con Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Etiopía, Irán y Egipto. La incorporación debía efectivizarse este 1º de enero. Argentina fue el único país que rechazó el convite.

El desplante del libertario no hizo más que agravar la relación con China, ya bastante afectada por sus declaraciones altisonantes durante la campaña electoral. Como respuesta a la incertidumbre en la relación bilateral, inmediatamente después del balotaje del 19 de noviembre el PBC suspendió el intercambio de monedas vigente desde 2013. Dado que Argentina ya había gastado previamente todos los yuanes de libre disponibilidad para pagar las cuotas del préstamo del FMI, el BCRA se encontró sin fondos. En esta situación está todavía después de casi un mes de gobierno.

Por esta razón, al mismo tiempo que informaba el envío de la carta a BRICS, la Cancillería comunicaba el jueves 22 que el diplomático de carrera Marcelo Suárez Salvia será el nuevo embajador argentino en China. Es un funcionario del servicio exterior que ha estado al frente de la Dirección Nacional de Ceremonial del Ministerio y anteriormente fue embajador en Canadá (2016-17), jefe de gabinete de la canciller Susana Malcorra (2016), cónsul en Chicago (EE.UU.) y tuvo otros cargos diplomáticos en Italia y en misiones argentinas ante Naciones Unidas, entre otros destinos. 

Así, el gobierno argentino procura destrabar una de las quejas de China ante la demora en designar embajador. Sin embargo, es significativo que no haya mandado un representante político y haya optado por un especialista en protocolo, el área menos política de la Cancillería. Evidentemente, al tiempo que nos alejamos de BRICS nuestro gobierno rebaja el nivel de la representación en China. 

Entre tanto, el poder ejecutivo argentino solicitó al Congreso Nacional la aprobación de un acuerdo con la República Popular sobre doble imposición, es decir, que empresas que ya tributen en el país asiático no lo harán en el nuestro. Se trata de una manera sencilla de autorizar la evasión impositiva desfinanciando a la vez a nuestro Estado.

Por otra parte, este martes se supo que el jueves 4 el jefe de gabinete, Nicolás Posse, y el ministro de Economía, Luis Caputo, recibirán a una comitiva del FMI para renegociar el préstamo de 2022 por 44.000 millones de dólares destinados a pagar el crédito otorgado por el organismo en 2018 al gobierno de Mauricio Macri. Al dar a conocer la noticia, el vocero presidencial Manuel Adorni indicó que en el encuentro se explorará el modo de retomar el acuerdo que “está virtualmente caído”, según dijo. Sin yuanes ni créditos privados, el gobierno argentino agacha la cabeza y acepta las órdenes de los burócratas venidos de Nueva York.

Sólo una personalidad extranjera apoya entusiastamente al gobierno de Javier Milei: Elon Musk. El pasado viernes 29 en la red X de su propiedad la cuenta @Endwokeness publicó un recuento de acciones ejecutadas por el gobierno libertario. Este repaso incluyó desde el polémico Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 hasta la llamativa prohibición del término “woke” (corrección política) en el ámbito militar argentino. La celebración de estas medidas provocó una breve reacción de Musk con un simple “Wow” que ratifica su apoyo al gobierno de Javier Milei y se suma al intercambio que tuvieron poco después del cambio de gobierno y a la mención que el presidente hizo de Starlink, cuando justificó la desregulación de la oferta de Internet.

Entre los magnates argentinos que sostienen el nuevo gobierno (Galperín, Eurnekián, Elsztain) sobresale el último. El propietario del hólding inmobiliario IRSA, representante de la congregación mística neocapitalista Javad Lubavich y vicepresidente del Congreso Judío Mundial, consiguió que el presidente Milei (quien se aloja desde hace 45 días en un hotel de su propiedad) designara a su ex gerente Nicolás Pakgojz para dirigir la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), la administradora de todos los inmuebles del Estado nacional. Elsztain fue también quien dio a Milei el contacto con Javad Lubavich. 


Javier Milei con Eduardo Elzstein

En suma, a principios de 2024 Argentina se ha distanciado de Brasil y China (sus dos principales socios comerciales), no ocupa el lugar que le corresponde entre sus pares de BRICS ni se preocupa por activar Mercosur, Unasur o CELAC, donde tendría una posición relevante que podría aprovechar económicamente. Tampoco mantiene relaciones fluidas con Estados Unidos u otras potencias occidentales. Hoy en día nuestro país carece de protagonismo internacional. Tanto más dependiente se ha hecho de unos pocos grupos rentísticos nacionales insertos en la economía mundial de casino. Para la gestión de la deuda externa depende completamente del FMI, cuya burocracia va a completar el crédito de U$S56.000 millones comprometido con Macri, por un lado para lavar su propia culpa implicando a nuestro país, por el otro para facilitar la conversión a dólares de la deuda interna del Banco Central y la fuga de ese préstamo adicional hacia paraísos fiscales.

El gobierno de Javier Milei tiene un proyecto colonial de sometimiento de nuestro país al capital financiero especulativo concentrado y de desquiciamiento de toda su estructura política, económica, social y cultural para que sea ingobernable por décadas. El caos que ha creado ya el DNU 70/23 es inmenso. Sin embargo, a pesar del saqueo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de ANSES (U$S53.000 millones) y del proyectado remate a precio vil de YPF y Aerolíneas, Argentina depende de diarias inyecciones de dólares para mantener el mínimo funcionamiento de la administración. Este plan, empero, requiere que la tasa de interés en EE.UU. se mantenga alta, para continuar la fuga hacia el dólar. 

La situación mundial se encuentra al borde del estallido. Si la defensa ucraniana se desmorona y el ejército ruso avanza, cuanto menos, hasta el Dniéper, no sólo el gobierno de Joe Biden va a ser duramente golpeado dentro de Estados Unidos, sino que Black Rock va a tener que dar cuenta a sus accionistas de las pérdidas concomitantes con la ocupación rusa de las tierras que recibió de Ucrania como garantía por sus préstamos de guerra. Probablemente quiera entonces resarcirse aumentando los beneficios de sus inversiones en Argentina.

Si EE.UU. e Israel atacan a Yemen, para restablecer el abastecimiento de petróleo para el segundo, el movimiento Ansar Alá y el ejército yemenita van a responder bombardeando los yacimientos en Arabia Saudita y Emiratos. Ante el brusco aumento del precio de los hidrocarburos que sobrevendría y el pánico que recorrería toda la economía occidental, es probable que las grandes corporaciones quisieran echar mano a Vaca Muerta. No basta para remplazar la oferta que se perdería, pero en pocos años podría aportar gran parte del gas faltante.

En caso de que las provocaciones norteamericanas en el Mar de la China Meridional desemboquen en un enfrentamiento con China, se vería afectada el comercio marítimo internacional y por consiguiente nuestros intercambios con la potencia asiática. Además del daño comercial que sufriríamos, es legítimo prever que, dado el alineamiento ideológico de nuestro gobierno con Occidente, Beijing exigiera entonces la devolución del swap.

Pueden pensarse otras hipótesis de conflicto. En todas ellas Argentina aparece aislada y a merced de los acontecimientos. Cualquiera de estos cimbronazos va a provocar peleas entre los bandoleros que han asaltado el poder, para protegerse y quedarse con los restos del naufragio. Sería bueno, entonces, que el movimiento nacional y popular no sólo mantenga su unidad, sino que deje de lado toda ilusión de sacar ventajas mediante negociaciones y afiance sus vínculos con los movimientos populares latinoamericanos y del Sur Global. En el siglo XXI la Geopolítica se ha vuelto una cuestión muy seria como para dejársela sólo a los gobiernos.

INVITACIÓN: La Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) en su ciclo de “Pensamiento Estratégico Militar Contemporáneo»: Perspectivas latinoamericanas. convoca para el próximo Miércoles 11 de octubre a las 15 horas a la Conferencia Magistral que dictará el integrante de Dossier Geopolitico Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios y que versará sobre: El Ingreso de Argentina a los BRICS. Coordina el Mg. Daniel Romano y se podrá ver por el canal de la UNDEF en YouTube, la misma es libre y gratuita

El Prof. Dr.MIGUEL ÁNGEL BARRIOS es Profesor de Historia, Posgrado en Historia Argentina, Magíster en Sociología, Universidad Nacional Bs As, Magister en Educación, Asunción, Paraguay, 1997. Doctor en Educación, Asunción, Paraguay, 1999. Tesis Doctoral “El Programa Educativo de la Generación Latinoamericana del 900”. Doctor en Ciencia Política, Universidad del Salvador, Buenos Aires, Argentina. 2001. Diploma en Relaciones Internacionales, Universidad Complutense de Madrid, 2006 Autor de más de 20 libros sobre la realidad Política Geopolítica Historia Latinoamericana

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

Cumbres borrascosas

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein especial para Dossier Geopolitico

El título de este artículo alude a una extraordinaria novela escrita por Emily Brontë a mediados del siglo XIX y que, en muchas ocasiones, ha sido adaptada para cine y televisión. Yo vi la versión de 1992 dirigida por Peter Kosminsky.

El título de la novela vino a mi mente cuando me propuse reflexionar acerca del resultado de una serie de reuniones realizadas en fechas recientes del año en curso y que han significado una verdadera tormenta para la existencia y funcionamiento del sistema internacional. Son ellas las cumbres del grupo BRICS realizada en Sudáfrica en agosto, las del G-20 en India y del G77+ China en Cuba, en septiembre. Y agregaría el Foro Económico del Extremo Oriente, realizado en la ciudad rusa de Vladivostok durante el mismo mes. En menos de dos meses se ha estremecido los cimientos del sistema internacional atlantista y eurocéntrico.

La reunión anual de 2023 del grupo BRICS rompió definitivamente el oscurantismo mediático que acompañaba estas sesiones. Ya no fue posible ocultar ante el mundo una asociación de 5 Estados a la que desean incorporarse alrededor de 40 países del llamado “Sur Global” ante el avasallador avance de esta agrupación que ha ido ganando fuerza como contrapeso al orden financiero y político occidental.

En este momento (antes de la incorporación el 1° de enero de 2024 de seis nuevos países), los BRICS ya representan el 41% de la población, el 31,5% del producto interno bruto (PIB) y el 16% del comercio del mundo. Eso le ha permitido establecer una agenda distinta a la de Occidente como ha quedado en evidencia con el apoyo a Rusia para enfrentar las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea.

La gran demanda que hoy existe para unirse al bloque, es una demostración de la influencia de esta nueva fuerza geopolítica que posee el potencial para desafiar el sistema liderado por Occidente. Una fuerza que tendría al frente a la segunda potencia mundial, China que junto a Rusia esperan liderizar a la comunidad internacional hacia un mundo más justo, equitativo y participativo.

Lo dijo el presidente Xi Jinping al despedirse de su homólogo ruso al finalizar su visita de Estado a ese país en marzo: “Se están produciendo cambios que no hemos visto en cien años y somos nosotros quienes lo estamos liderando juntos”. Lo reiteró el pasado lunes 18 el canciller chino Wang Yi al iniciar su visita a Moscú: «Estamos dispuestos a velar junto con Rusia por la formación de un mundo multipolar y un orden mundial más justo». Estas declaraciones no dejan espacio para dudas con relación a cuál es el objetivo final.

Sólo unos días después de la reunión de Johannesburgo, durante la segunda semana de septiembre se realizó con gran éxito para India la cumbre del G20 en Nueva Delhi. Contrario a los intereses occidentales, el cónclave evitó “ucranizar” la cita. La declaración final aprobada por consenso expuso otros temas de interés planetario como la alimentación, el clima y la energía, la necesidad de reformar las instituciones financieras internacionales, la transformación digital y la política macroeconómica.

Vale destacar fue la aceptación de la importancia de los objetivos de desarrollo definidos como estratégicos por el Sur Global, sobre todo en relación con el reforzamiento del papel que deben jugar los países en desarrollo en el ámbito económico mundial y en la necesidad de que los países desarrollados cumplan las obligaciones financieras acordadas que establecen la necesidad de destinar cien mil millones de dólares anuales para luchar contra el cambio climático. La inclusión de la Unión Africana en el G-20 como miembro permanente fue una decisión histórica.

Rusia y otros países que han pugnado por despolitizar los debates en esta instancia para tener capacidad de dar respuesta a estos problemas que enfrenta la mayoría de la población mundial, lograron paralizar los intentos occidentales de transformar el evento en una discusión sobre la situación en Ucrania. El cónclave estableció con precisión que    existe una multiplicidad de conflictos armados en el planeta, haciendo un llamado a su arreglo pacífico mediante el diálogo y los esfuerzos diplomáticos sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de la ONU en su totalidad. Una vez más el fracaso de Estados Unidos y sus aliados fue patente.

Por otra parte, durante el mismo mes se realizó el Foro Económico Oriental en la ciudad de Vladivostok, ubicada en el extremo oriental de Rusia. Este espacio es “una plataforma internacional clave para crear y estrechar lazos entre la comunidad inversora rusa y la mundial, así como para llevar a cabo una evaluación exhaustiva del potencial económico del Lejano Oriente ruso”. En la misma participaron alrededor de 7.000 representantes de más de 50 países. Según el portal RT el año pasado, en el evento se firmaron documentos por un valor de casi 34.000 millones de dólares incluidos convenios sobre proyectos de infraestructuras y transporte, desarrollo de grandes yacimientos, así como en los sectores de la construcción, la industria y la agricultura.

El intercambio comercial entre Rusia y los países de la región de Asia-Pacíficocreció un 13,7% el año pasado, mientras que durante los primeros seis meses de este año se incrementó otro 18,3%. Durante su discurso en el cónclave, el presidente Putin planteó con claridad que el desarrollo del Lejano Oriente ruso es una «prioridad estratégica para todo el siglo XXI». Este evento y los acuerdos firmados exponen un mentís a la idea publicitada por los medios transnacionales de la desinformación que hablan del “aislamiento” de Rusia y la crisis de su economía.

Putin exteriorizó la idea de que estaba naciendo “un nuevo modelo de cooperación” a nivel global que no se basa en los patrones occidentales, explicando que estos cambios se producen debido a «la destrucción del sistema financiero» por parte de Occidente. Ello ha conducido -según el presidente ruso- a que cada vez más países muestren su disposición a cooperar bajo el nuevo modelo.

Finalmente, también durante este mes, se realizó en Cuba la cumbre del Grupo 77+China, agrupación formada por 134 países de Asia, África y América, que representan el 80% de la población mundial y dos tercios de los miembros de Naciones Unidas.

Este evento ha sido considerado una cita de los países del sur que han sido golpeados y maltratados por el injusto sistema internacional hegemonizado por Occidente. Especial importancia cobró que la reunión se celebrara en Cuba, país que durante más de 60 años ha sido bloqueado y multi sancionado por Estados Unidos. En el evento se denunció con mucha persistencia las políticas de bloqueo, injusticia, colonialismo, empobrecimiento, sanciones, marginación, explotación y racismo que estos pueblos han sufrido en diversas formas.

Contrario a lo que transmiten los medios transnacionales de la desinformación, la cumbre ha dejado claro que es Estados Unidos, Europa y eso que han denominado su “Comunidad internacional”, la que se encuentra aislada de la mayor parte de la humanidad que busca otros caminos y señala otros derroteros en la ruta de defender los valores de justicia y bienestar.

El evento enfatizó en que es necesario construir un enfoque diferente para tratar los elementos fundamentales del desarrollo científico, cognitivo y tecnológico, para que, de esta manera se pueda avanzar y lograr “un valor añadido, alcanzar justicia e igualdad de condiciones y eliminar de una vez por todas, la arrogancia, discriminación, hegemonía y las guerras impuestas por el Norte”.

En la reunión se impuso la lógica que estableció en su discurso Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba cuando dijo que: “No somos países pobres sino empobrecidos y privados de la tecnología y la ciencia para que sigamos siendo marginales y facilitar que los países del Norte saqueen nuestros recursos humanos y riquezas”.

Como presidente del Grupo, Díaz-Canel llamó a la construcción de un orden global justo y sostenible que permita a la mayoría de estos países salir de las crisis que les han sido impuestas. Para ello, propuso centrarse de manera participativa y colectiva en el desarrollo de recursos científicos, la innovación y el fortalecimiento de las capacidades científicas y cognitivas para lograr el desarrollo sostenible.

En su intervención ante el evento y de forma sorpresiva, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se plegó al clamor mundial al afirmar que es fundamental cambiar tanto el orden internacional como sus instituciones, creados tras la Segunda Guerra Mundial, para que “reflejen las realidades actuales”.

Guterres agregó que: “Necesitamos una acción global (…) para construir un sistema internacional que defienda los Derechos Humanosy trabaje en beneficio de sus intereses en todos los niveles. Y eso requiere que el G77+China utilicen su voz para luchar por un mundo que funcione para todos”.

Contrario a su postura tradicional, Guterres aseguró que el objetivo fundamental debería ser construir “instituciones multilaterales fuertes y eficaces”, ya que muchas de ellas, especialmente el Consejo de Seguridad de la ONU y las creadas a partir de los acuerdos de Bretton Woods, “reflejan una época pasada” y no la actual.

Parecía increíble, pero el diplomático portugués expresó con firmeza que: “La voz del G77+China siempre será esencial en Naciones Unidas. Y cuento con este grupo, que durante mucho tiempo ha sido defensor del multilateralismo, para dar un paso al frente, utilizar su poder y luchar”.

Así, vistas en su conjunto las reuniones cumbres de los dos últimos meses han mostrado a una humanidad que pareciera trazar un rumbo distinto al que le ha tocado vivir en los últimos 80 años, marcados por el dominio, la imposición, el chantaje y la amenaza permanente que significa la hegemonía atlantista de Estados Unidos y Europa.

X: @sergioro0701

Por Aleksandr Dugin

Lo ocurrido en la XV Cumbre de los BRICS en Johannesburgo es verdaderamente histórico. Aunque el Presidente de Rusia, fundador de los BRICS, no haya participado en ella, no deja de ser un punto de inflexión en la historia moderna. El orden mundial está cambiando ante nuestros ojos. Repitamos el significado de los cambios tectónicos en curso.

Inicialmente, «BRIC» era un acrónimo de cuatro países -Brasil, Rusia, India, China- que el economista Jim O’Neill propuso en 2001 para resumir las características de países con economías en activo desarrollo que pretenden alcanzar al Occidente desarrollado en una serie de parámetros fundamentales. En este sentido, los países BRIC han pasado a entenderse como lo que Immanuel Wallerstein denominó «países semiperiféricos». En la concepción del sistema-mundo de Wallerstein, el mundo se dividía en tres zonas:

  1. El núcleo (el Occidente rico),
     
  2. La semiperiferia (es decir, los BRIC), y
     
  3. La periferia (el Sur pobre).

El propio Wallerstein, en el espíritu de la ideología trotskista, predijo el colapso de los países de la semiperiferia. Las élites, en su opinión, se integrarían en el sistema occidental (un ejemplo típico es la oligarquía rusa, así como los magnates financieros de la India y en parte de China). Y las masas oprimidas y arruinadas por estas élites se verían obligadas a deslizarse hacia el proletariado mundial, es decir, a igualarse con la periferia. En este concepto, la migración mundial es el principal motor de esta estratificación de la semiperiferia en una élite colonial que aspira a convertirse en el núcleo (es decir, a unirse a Occidente) y una subclase internacional, donde los emigrantes laborales se igualarán y mezclarán con la empobrecida población local.

Otra definición de los países BRIC es la de «segundo mundo». De nuevo, el «primer mundo» es el Occidente rico y el «tercer mundo» son los países irremediablemente atrasados. El «segundo mundo» es estrictamente intermedio: viven mucho mejor que el tercer mundo, pero están muy por detrás del «primer mundo».

Así que los países BRIC dieron muestras de autoconciencia y en 2006, por iniciativa del presidente ruso Vladimir Putin, decidieron formar un club de países del «segundo mundo» o «semiperiféricos».

Resultó que los BRIC se basaban en cuatro civilizaciones:

  1. Brasil, que es una civilización distintiva de Iberoamérica;
     
  2. Rusia-Eurasia (al fin y al cabo, los eslavófilos y euroasiáticos entendían Rusia como una civilización independiente, un estado-mundo);
     
  3. India y;
     
  4. China, cuya identidad civilizaciones y antigüedad no plantean ningún interrogante.

Así que resultó que los países de la semiperiferia o del segundo mundo no son sólo un cierto nivel de desarrollo económico o una etapa en el camino de la modernización según las líneas occidentales, sino civilizaciones antiguas y bastante distintivas. Así, muchos vieron la creación del BRIC como un club multipolar y, por tanto, como una confirmación de la razón de Samuel Huntington, que predijo un retorno a las civilizaciones y un sistema multipolar en el futuro, que sustituiría a la división bipolar del mundo (sobre el principio de campo socialista/campo capitalista) en lugar del mundo unipolar proclamado por liberales y globalistas («el fin de la historia» de Fukuyama, principal oponente de Huntington).

Cuatro civilizaciones o Estados-Civilización (Zhang Weiwei) se unieron al BRIC en la primera etapa. Y el principio de la asociación era situarse fuera de la zona de influencia dominante de la hegemonía occidental. Cada una de las civilizaciones tenía sus propias justificaciones fundamentales para su propia soberanía:

  • La economía, el sistema financiero y la demografía de China;
     
  • India también economía, demografía y alta tecnología;
     
  • Rusia – recursos, armas nucleares y una historia política de obstinada afirmación de la soberanía frente a Occidente;
     
  • Brasil – economía, industria y demografía.

En un principio, el BRIC se mostró muy cauto y amante de la paz, pero de algún modo se ha presentado discretamente como pilar de una alternativa a la unipolaridad, rechazando la rígida hegemonía del «Occidente colectivo» (la OTAN y otras organizaciones rígidamente unipolares dominadas por Estados Unidos). Mientras que la civilización occidental se autoproclamaba como la única -la civilización en singular-, que es la esencia del globalismo y la unipolaridad, los países BRIC representaban civilizaciones soberanas e independientes, diferentes de Occidente, con una larga historia y un sistema de valores tradicionales completamente original. Y el club multipolar ha expresado así su determinación de defender este estado de cosas en el futuro.

Al mismo tiempo, cada uno de los países BRIC es algo más que un país.

Brasil, la mayor potencia de Sudamérica, representaba a todo el continente iberoamericano.

Rusia, China e India tienen por sí solas la escala suficiente para ser consideradas civilizaciones. Pero también son más que Estados-nación.

Rusia es la vanguardia de Eurasia, el «Gran Espacio» euroasiático.

China es responsable de una zona importante de las potencias vecinas de Indochina. El proyecto «Un cinturón, una ruta» traza con precisión la zona de influencia en expansión del polo chino.

India también está extendiendo su influencia más allá de sus fronteras, al menos hasta Bangladesh y Nepal.

Cuando Sudáfrica se unió a los países BRIC en 2011 (de ahí el acrónimo BRICS: la «C» al final de Sudáfrica), el continente quedó simbólicamente representado por este país africano de mayor tamaño.

Pero el acontecimiento más importante en la historia de los BRICS tuvo lugar en la XV Cumbre, celebrada del 22 al 24 de agosto de 2023 en Johannesburgo. Aquí se tomó la decisión histórica de admitir a 6 países más en la organización: Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Cada uno de estos países, al ingresar en el club multipolar, trajo consigo algo mucho más que otra solicitud de participación en asociaciones internacionales, que ya abundan sin el BRICS.

La adhesión de cuatro potencias islámicas -el Irán chií y la Arabia Saudí suní, los EAU y Egipto- fue fundamental. De esta forma, se consolidó la participación directa en el mundo multipolar de toda la civilización islámica, representada tanto por la rama suní como por la chií.

Además, junto con Brasil de habla portuguesa, Argentina de habla hispana, otra potencia fuerte e independiente, se unió al BRICS. Ya a mediados del siglo XX, los teóricos de la unificación de Sudamérica en un gran espacio consolidado –sobre todo el general argentino Juan Perón y el presidente brasileño Getúlio Vargas– consideraban el acercamiento de Brasil y Argentina como el acorde decisivo de este proceso. De lograrse, el proceso de integración de la ecúmene iberoamericana (A. Buela) sería irreversible. Y esto es exactamente lo que está ocurriendo ahora en el contexto de la adhesión de las dos principales potencias de América del Sur -Brasil y Argentina- al club multipolar. No es casualidad que los globalistas se enfurecieran tanto ante el mero hecho de la adhesión de Argentina a los BRICS, movilizando a todos sus agentes de influencia en la política argentina para impedirlo.

La aceptación de Etiopía es también altamente simbólica. Es el único país africano que se ha mantenido independiente durante toda la época colonial, preservando su soberanía, su independencia y su cultura única (los etíopes son el pueblo cristiano más antiguo). Junto con Sudáfrica, Etiopía refuerza su presencia en el club multipolar del continente africano.

De hecho, en la nueva composición del BRICS obtenemos un modelo completo de unión de los 6 polos – civilizaciones, «Espacios Mayores» que sólo existen en el planeta. Con la excepción de Occidente, que sigue desesperado por preservar su hegemonía y su estructura unipolar. Pero ahora no se enfrenta a países dispares y fragmentados, llenos de contradicciones internas y externas, sino a una fuerza unida de la mayoría de la humanidad, decidida a construir un mundo multipolar.

Este mundo multipolar está formado por las siguientes civilizaciones:

  1. Occidente (EEUU+UE y sus vasallos, lo que incluye, por desgracia, al otrora orgulloso y original Japón);
     
  2. China (+Taiwán) con sus satélites;
     
  3. Rusia (como integradora de todo el espacio euroasiático);
     
  4. India y su zona de influencia;
     
  5. América Latina (con el núcleo de Brasil+Argentina);
     
  6. África (Sudáfrica+Etiopía, con Malí, Burkina Faso, Níger, etc., saliendo de la influencia colonial francesa).
     
  7. Mundo islámico (en sus dos versiones: Irán chiíta, Arabia Saudí suní, EAU, Egipto).

Así pues, tenemos la estructura del mundo heptapolar, compuesto por 7 civilizaciones de pleno derecho, algunas de las cuales ya están plenamente formadas (Occidente, China, Rusia, India) y otras (el mundo islámico, África, América Latina) están en camino.

Al mismo tiempo, en el contexto del mundo heptapolar, una especie de heptarquía emergente, una civilización -la occidental- reclama la hegemonía, mientras que las otras seis le niegan este derecho, aceptando sólo un orden multipolar y reconociendo a Occidente como sólo una de las civilizaciones, junto con otras.

Así pues, la razón de Samuel Huntington, que veía el futuro en el retorno de las civilizaciones, se ha confirmado en la práctica, mientras que la falacia de la tesis de Fukuyama, que creía que la hegemonía mundial del Occidente liberal (el fin de la historia) ya se ha alcanzado, se ha hecho evidente. Por lo tanto, a Fukuyama sólo le queda dar lecciones a los neonazis ucranianos, la última esperanza de los globalistas para detener el inicio de la multipolaridad, por la que hoy lucha Rusia en Ucrania.

Agosto de 2023 puede considerarse el cumpleaños del mundo multipolar -y aún más precisamente heptapolar-.

La heptarquía ya está aquí. Ya es hora de examinar más de cerca cómo interpretan los propios polos civilizacionales la situación en la que se encuentran.

FUENTE Geopolitika.ru

https://www.geopolitika.ru/es/article/un-mundo-heptapolar

Entre este martes y el jueves la 15ª cumbre del bloque emergente congrega a numerosos países del Sur Global, para dar al mundo un gobierno de paz, justicia e igualdad

Por Eduardo J. Vior analista internacional

Los líderes de los cinco principales países emergentes (Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica) están reunidos esta semana en la capital sudafricana, para fijar las reglas de juego de la nueva gobernanza mundial, dar directivas para el funcionamiento de su brazo financiero, determinar los criterios para la incorporación de nuevos miembros, organizar la cooperación con actores externos, definir los modos de la cooperación con distintas asociaciones regionales y/o temáticas y dotarse de la organicidad mínima necesaria, para hacer valer sus posiciones en los foros internacionales. Quienes se sumen ahora, estarán en la cabina de mando del mundo del futuro. Quienes no lo hagan, verán desde un banco de la estación cómo se aleja el tren.

Más de 60 países fueron invitados a la cumbre, entre ellos Argentina, Venezuela, Bolivia, Arabia Saudita, Turquía, Irán, Egipto e Indonesia. Nuestro país, sin embargo, sólo participará el jueves en un foro virtual. Más de cuarenta líderes de Estado confirmaron su participación. El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, el líder chino Xi Jinping, el primer ministro indio Narendra Modi y el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva están presentes en la cumbre. El ministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Lavrov representa al presidente Vladímir Putin, quien sólo participará en la reunión por videoconferencia, para evitar a Sudáfrica un conflicto con la Corte Penal Internacional, que ha dictado una orden de captura contra el líder ruso.

El primer día de la cumbre, el 22 de agosto, tuvo lugar un foro empresarial. Más tarde esta misma jornada, los líderes de los países participantes pronunciaron discursos y posteriormente se reunieron a puerta cerrada. El segundo día incluye dos sesiones: una cerrada que durará una hora y media y una abierta que durará aproximadamente dos horas. Se espera que el último día de la cumbre se centre en conversaciones con líderes de los países no miembros.

El lema de la XVa Cumbre es “BRICS y África: Asociarse para un crecimiento mutuamente acelerado, un desarrollo sostenible y un multilateralismo inclusivo”. En la cumbre se abordan cuestiones geopolíticas y de cooperación económica. Entre los temas centrales se encuentran la incorporación de nuevos miembros, el incremento en el uso de las monedas nacionales de los países miembros en los intercambios dentro del bloque y, posiblemente, el desarrollo futuro de un sistema común de pagos, estrechamente relacionado con el tema de la desdolarización. También se desarrollarán estrategias para el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por su nombre en inglés), órgano financiero del boque.

Irán, Argentina y Argelia han solicitado formalmente su ingreso en el bloque y unos veinte países más han anunciado sus planes de adhesión. Sin embargo, aún no está claro, si al final de la reunión serán incorporados nuevos miembros. Esta incertidumbre, aparentemente, ha motivado a nuestro gobierno a participar en la cumbre sólo virtualmente el último día en la reunión de los cinco miembros actuales con el BRICS+.

Por su parte, según informó Télam, el presidente brasileño adelantó este martes que pedirá el ingreso de Argentina al mecanismo Brics, abrió la posibilidad de pagar en yuanes el comercio bilateral y sostuvo que nuestro gobierno argentino está “preso” por el préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Hablando en el programa “Conversación con el presidente”, que se emite todos los martes por la red brasileña de medios públicos, Lula dijo que “defiendo que nuestros hermanos de Argentina puedan participar de los BRICS. Vamos a ver en la reunión si será ahora o en dos meses o en el futuro, pero es importante que Argentina entre a los BRICS”, aseguró.

El Ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, acuñó una definición concisa sobre el grupo: “Los países BRICS son como cinco dedos: cortos o largos si están extendidos, pero un puño poderoso si está cerrado”. Cómo cerrar estos dedos en un puño poderoso ha sido el trabajo de algunos sherpas en la preparación de la cumbre.

La verdadera novedad del encuentro en Sudáfrica es la acelerada transformación de BRICS en una coalición de Estados que representan al Sur Global. La principal tarea de la cumbre es, entonces, establecer los criterios para la admisión de nuevos países. Probablemente, los primeros en unirse a BRICS serán países con un volumen de negocios económico y una posición geopolítica importante.

Además de los ya mencionados candidatos a la incorporación está  reación privilegiada de BRICS con África. El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa ha invitado a no menos de 67 líderes de África y del Sur Global a participar en las reuniones del BRICS-Africa Outreach y en los Diálogos BRICS+. De concretarse, esta participación masiva implicaría la inclusión total de África y del Sur Global en los procesos relevantes de decisión sobre la política mundial.

Puede afirmarse que Irán se encuentra en una posición privilegiada para incorporarse a BRICS, porque ya tiene asociaciones estratégicas con Rusia y con China y participa con India en el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC, por su nombre en inglés).

A pesar de los avances del proceso de expansión del grupo, los “cinco dedos” se mostrarán relativamente prudentes en el frente de la desdolarización. Los sherpas ya han confirmado extraoficialmente que no habrá anuncio oficial de una nueva moneda, sino más bien más comercio bilateral y multilateral utilizando las propias divisas de los miembros, por ahora, el famoso R5 (renminbi [yuan], rublo, real, rupia y rand).

El líder bielorruso Aleksandr Lukashenko fue el primero en evocar un golpe político crucial que podría producirse más adelante, cuando la incorporación de nuevos miembros al BRICS esté en marcha: la fusión del bloque con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). Muchos analistas se hacen eco de la propuesta de Lukashenko.

Los principales impulsores de los BRICS son Rusia y China, con India algo menos influyente por una serie de complejas razones. En la OCS, Rusia, China, India, Irán y Pakistán se sientan a la misma mesa. El enfoque euroasiático de la OCS puede trasladarse fácilmente al BRICS+. Ambas organizaciones avanzan hacia la multipolaridad y, sobre todo, están comprometidas con la desdolarización en todos los frentes. Sin embargo, si el BRICS impulsa la convergencia con la OCS, debería tomar medidas adecuadas, para reequilibrar el desbalance que se produciría a favor de Eurasia.

Con esta 15ª cumbre el BRICS deja de ser un club de naciones emergentes, para convertirse en el nodo articulador de la nueva arquitectura para un gobierno del mundo en base al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Paz, justicia e igualdad para todos los miembros de la comunidad humana son sus pilares.

El desarrollo será largo y estará plagado de dificultades, pero ya es irreversible. ¡Qué lindo sería que Argentina aborde el tren antes de que tome demasiada velocidad!

PUBLICADO EN TELAM