Entradas

Invitado por el Periodista VGM Anibal E. Esposito, con locución de Martin Aguila y la Producción de la Prof. Marisa Fontana de  «Mision Malvinas» -Programa Histórico Cultural con eje principal en Malvinas y todo sentir Nacional- que se transmite por la FM 93,5 de la Universidad Nacional Tecnológica UTN de la Filial de la Provincia de Tierra del Fuego Ciudad de Grande Argentina, analizamos el actual contexto Geopolítico en que se encuentra la República Argentina ante la Guerra Híbrida Global que se desarrolla también en nuestro territorio y Cono Sur Suramericano. La entrevista se puede visualizar desde el minuto 79 del Programa que se transmitió en directo el pasado 18 de Octubre del 2023

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico 

Con representantes de 140 países, en la capital china sesionó el 3er Foro de la Franja y la Ruta, evaluando la exitosa primera década de la iniciativa y planificando la próxima

Por Eduardo J. Vior
analista internacional quien autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

En clara contraposición con las noticias de sangre y sufrimiento que llegan desde los confines occidentales de Eurasia, asombra la normalidad con la que en la capital china representantes de las tres cuartas partes de la humanidad pasaron estos últimos martes y miércoles proyectando en civilizada convivencia la construcción de un futuro compartido. El presidente Xi Jinping dio de entrada coherencia y dirección a la multitud de acuerdos concertados dentro y al margen del Foro, evaluando los primeros diez años de la iniciativa y presentando los ocho puntos con los que China pretende en el próximo decenio mejorar el rendimiento y la calidad de la cooperación. El contraste entre las bombas sobre la población civil de Gaza y el trato respetuoso con el que tantos países tan diferentes trabajaron en Pekín es el mejor ejemplo de la diferencia entre dos modelos opuestos para transitar de una época a otra de la historia de la humanidad.

https://spanish.news.cn/20231017/2a58e805da634adcbaad8d4ef8f962ef/b69b8b863cf34dc18b325f806d76b085.JPG
En la inauguración del Tercer Foro de la Franja y la Ruta este miércoles a la mañana en Pekín los presidentes de China y Rusia estaban en el centro de la foto

Mientras que durante el día martes sesionaba el Foro de los dirigentes de empresa de la Franja y la Ruta, seguían llegando delegaciones de Asia, África, América Latina y algún visitante europeo (como el primer ministro húngaro Viktor Orban y los ex jefes de gobierno de España, José L. Rodríguez Zapatero, y de Italia, Massimo D’Alema). El presidente Xi Jinping se reunió con su colega Vladímir Putín y con otros jefes de gobierno. Finalmente, a la noche se realizó el banquete de bienvenida comenzando con un brindis en el que el presidente chino hizo la apología de la cooperación pacífica para el desarrollo y el beneficio compartido entre todos los países del mundo.

Este miércoles, entre tanto, se realizó la sesión plenaria del Tercer Foro internacional de la Franja y la Ruta (BRF, por su nombre en inglés). En la ceremonia inaugural matutina el Presidente Xi Jinping pronunció un discurso en el que evaluó los primeros diez años de la iniciativa y fijó las pautas programáticas que China seguirá en el segundo decenio, para elevar –como dijo- la calidad del emprendimiento.  En su discurso Xi señaló que el objetivo del BRI es mejorar la conectividad política, comercial, financiera y entre personas, revitalizar la economía mundial, crear nuevas oportunidades para el desarrollo global y construir una nueva plataforma para la cooperación económica. En los últimos 10 años, señaló, la cooperación se ha extendido desde el continente euroasiático hasta África y América Latina y más de 150 países y más de 30 organizaciones internacionales han firmado documentos de cooperación.

En su primera década de vida, caracterizó, la Franja y la Ruta ha pasado de “hacer borradores” a “completar los detalles”. Se ha puesto en marcha un gran número de proyectos. Se han establecido importantes principios rectores como el de “planificar juntos, construir juntos y beneficiarse juntos”, la filosofía de una cooperación abierta, ecológica y limpia y el objetivo de perseguir objetivos de alto nivel. Para el presidente chino, la BRI representa la búsqueda conjunta de la humanidad del desarrollo para todos. Allana un nuevo camino para los intercambios entre países y establece un nuevo marco para la cooperación internacional. A China sólo le puede ir bien, puntualizó, cuando al mundo le va bien y viceversa, cuando a China le vaya bien, al mundo le irá aún mejor. 

Consecuentemente advirtió que “la confrontación ideológica, la rivalidad geopolítica y la política de bloques no son una opción para nosotros. A lo que nos oponemos es a las sanciones unilaterales, la coerción económica, la disociación y la interrupción de la cadena de suministro.”

De cara al futuro, anunció, China tomará ocho medidas importantes para apoyar la cooperación de alta calidad en la Franja y la Ruta: 1) construir una red de conectividad multidimensional de la Iniciativa; 2) apoyar una economía mundial abierta; 3) perseguir la cooperación práctica para apoyar la construcción de carreteras y cinturones de alta calidad; 4) promover el desarrollo ecológico; 5) impulsar la innovación científica y tecnológica; 6) apoyar los intercambios entre las personas; 7) promover la cooperación en la Franja y la Ruta y 8) fortalecer las instituciones de la Franja y la Ruta para la cooperación internacional.

Entre tanto, en un discurso que siguió al de Xi, el Presidente ruso Vladimir Putin elogió la BRI e invitó a la inversión mundial en la ruta del Norte, por el Océano Ártico, que, según dijo, podría profundizar el comercio entre Oriente y Occidente. Significativamente, tras su intervención Putin fue aplaudido estruendosamente por los 4.000 delegados presentes. 

Por su parte, hablando en la ceremonia de apertura el presidente Alberto Fernández indicó que “China es un socio muy importante para nosotros. Con el apoyo y el acuerdo del gobierno de la República Popular hemos podido acceder a los BRICS”, reconoció. Además, destacó que celebra “la propuesta que ha hecho el presidente Putin para trabajar en los BRICS y mejorar la comunicación de nuestros países”. Y agregó que “estamos muy agradecidos por el apoyo financiero que China nos ha dado en el mismo momento en que el FMI nos exigió hacer frente a una deuda insostenible que irresponsablemente le dio al gobierno que me precedió”. Nuestro presidente resaltó también los proyectos de minería e infraestructura entre China y Argentina, así como agradeció la ayuda que brindó Pekín en materia sanitaria durante la pandemia de Covid-19.

Toda la Iniciativa de la Franja y la Ruta lleva la impronta del presidente chino. Así fue cuando se la lanzó en 2013 y en los dos primeros foros (2017 y 2019). Ahora, en el marco de la iniciativa se adelantan proyectos, para intensificar la integración económica regional, desarrollar la infraestructura de transporte, eliminar barreras para inversiones y comercio y aumentar la cooperación en el ámbito humanitario. Con el título de “Cooperación de alta calidad en la Franja y la Ruta: Juntos por el desarrollo y la prosperidad comunes”, este foro celebró significativamente el décimo aniversario de la Franja y la Ruta. 

Previamente, este martes se realizó la Conferencia de CEO de la Franja y la Ruta, que concluyó con un aumento en la escala y el número de acuerdos firmados respecto a la reunión anterior de 2019, al tiempo que emitió una declaración sobre la mejora de la conectividad empresarial y la cooperación global. Durante la conferencia se firmó un número significativo de proyectos de cooperación, en los que participaron cerca de 300 socios chinos e internacionales. Abarcan diversos sectores, como infraestructuras, energías limpias, inteligencia artificial, biofarmacia, servicios financieros, agricultura moderna y transporte ferroviario.

Después de la sesión plenaria, durante todo el miércoles se celebraron simultáneamente tres foros de alto nivel sobre la conectividad, el desarrollo ecológico y la economía digital. Además, se reunieron en paralelo seis simposios temáticos sobre la conectividad comercial, los vínculos interpersonales, los intercambios entre grupos de reflexión, la Ruta de la Seda limpia, la cooperación subnacional y la cooperación marítima. Asimismo se realizó una Conferencia de Directores Generales de la Iniciativa. Finalmente, el presidente Xi emitió una declaración que recogió el consenso alcanzado por los participantes y estableció la dirección futura y las áreas clave de la cooperación en la Franja y la Ruta. Próximamente, en tanto, se publicará una Lista de Resultados de la Cooperación Multilateral y una Lista de Proyectos Prácticos que sintetizarán los resultados alcanzados por los tres foros y los seis simposios.

En el futuro próximo la BRI deberá superar importantes retos. En primer lugar, la situación actual en Oriente Medio preocupa mucho a Pekín, porque en la región hay países que son clave para el proyecto y están en riesgo de desestabilización. En segundo lugar, China y la BRI necesitan una relación positiva con Occidente, especialmente con la UE, sobre la que China sigue trabajando. El tercer desafío, finalmente, es: reunir bajo un común denominador todos los proyectos y organizaciones del nuevo mundo multipolar, ante todo el BRICS11. 

Varios medios occidentales han ironizan en sus titulares, poniendo que se trataba de un Foro del BRI “más pequeño y más verde”. Cabe dudar sobre lo primero, ya que, con representantes de 140 países, la reunión de este año es la mayor desde el lanzamiento de la iniciativa. Sin embargo, la segunda afirmación es cierta. Desde el inicio de la BRI el sector energético ha absorbido la mayor parte de las inversiones y acuerdos de construcción firmados. Ahora bien, hasta hace muy poco este dinero se dirigía principalmente al sector de los combustibles fósiles con el riesgo de que los países miembros de la BRI imitaran la senda china de desarrollo con emisiones masivas de carbono. 

Si lo hicieran, se harían dependientes del abastecimiento de combustibles fósiles, justo cuando el mundo transita hacia su remplazo por las energías renovables. En septiembre de 2021, entonces, en la Asamblea General de las Naciones Unidas el presidente Xi Jinping anunció que China dejaría de apoyar en el extranjero la construcción de centrales eléctricas de carbón e intensificaría en los países en vías de desarrollo el apoyo a la energía verde y con bajas emisiones de carbono.

Al no disponer de armas eficaces para contrarrestar el proyecto, a Occidente no le queda más remedio que intentar la copia. El Global Gateway to Africa de la UE y el intento estadounidense de convertir la AGOA de Clinton en una “vía americana al Belt and Road” son ya un fracaso, porque, mientras que en la conferencia de BRI de 2019 se lanzaron 30 proyectos y todos ellos ya han tienen su financiamiento, Estados Unidos usa su tiempo organizando conferencias internacionales, para prometer la liberación de los fondos prometidos en la reunión anterior. 

El mundo se encuentra en transición. El viejo orden no termina de morir y el nuevo todavía no camina. Estamos pasando por una revolución epocal que en el oeste de Eurasia se da con sangre y en el resto del Sur Global con mucho tiempo. El General Perón decía que “las grandes revoluciones de la historia pueden hacerse con sangre o con tiempo. Con sangre son más rápidas, pero traen mucho sufrimiento; con tiempo tardan más, pero ahorran sangre”. La inmensa mayoría de la humanidad ha optado por el tiempo.

PUBLICADO POR LA AGENCIA OFICIAL TELAM DE ARGENTINA

«Aldeanismo» endémico y crisis dirigencial

por Gabriel Merino para el Avion Negroque autoriza su autor publicarlo en Dossier Geopolitico

En un mundo en plena transición histórica-espacial, con acelerados cambios estructurales y en guerra, resulta sintomático que la política exterior no haya estado en el debate presidencial como tema a tratar por los candidatos. Ni siquiera como subtema, más allá de que sí lo hayan abordado puntualmente algunos de ellos. Tampoco es una cuestión que aparezca con demasiada profundidad en el debate político mediático y dirigencial, como si fuera una cuestión secundaria en el tensionado escenario local. O peor, aparece más bien como propaganda con el objetivo de alinear al país bajo una política exterior ajena, desligada de nuestros interese, necesidades y problemas.

Resultó llamativo la ausencia del tema en el debate cuando el candidato con mayor caudal de votos en las PASO (en una elección de tercios), realizó propuestas tan dramáticas sobre la cuestión como pelearnos con nuestros dos mayores socios comerciales, Brasil y China, salir de nuestro principal y vital bloque comercial, el MERCOSUR, pero a la vez profundizar nuestro perfil primario exportador, lo cual sólo tendría cierta viabilidad si profundizamos nuestra relación con China y Asia Pacífico como abastecedores de materias primas para el centro económico-industrial emergente.

Tanto Javier Milei, como la otra candidata que quedó dentro del podio (aunque deshilachándose debido, entre otras cuestiones, a su irremediable incapacidad), proponen un alineamiento aún mayor con Estados Unidos, en una suerte de trágico retorno a las “relaciones carnales” de características paracoloniales, como las que se experimentaron en los años noventa con resultados muy negativos para el país. Siendo más ‘papistas que el papa’, dicen que no ingresarán a los BRICS+ en enero de 2024, con la importancia que tiene para el país pertenecer a ese espacio plural y heterogéneo de poderes emergentes, lo cual ni siquiera está vetado por Washington, que comprende a regañadientes las nuevas realidades materiales.

Gran parte de la élite dirigencial ya ni siquiera defiende una ‘dependencia negociada’, bajo un proyecto local con cierto margen de maniobra que no cuestiona la total subordinación hemisférica.

Luego mira sorprendida cuando aparecen los personajes que hacen de esa posición su bandera y mira estupefacta como su propia creación es a la vez su guillotina. Pero el problema que tienen ambas expresiones es que Argentina no encaja en ese plan y, además, estamos en un proceso histórico que va a contramano del mismo.

En el escenario actual –ya no son los noventas, no vivimos el auge de la globalización neoliberal, el Consenso de Washington y del mundo unipolar– los resultados de esa política no serían meramente negativos sino catastróficos. En primer lugar, implicaría una renuncia total a nuestros intereses nacionales en plena tempestad geopolítica en temas sensibles como Malvinas, el Atlántico Sur y la Antártida, la administración soberana de nuestros recursos naturales, la autonomía para establecer relaciones comerciales y económicas con otras potencias de acuerdo a nuestros intereses, o la necesaria integración sudamericana en un momento de regionalización mundial donde resulta clave establecer un bloque propio, entre otras cuestiones.

En segundo lugar, esta opción agudizaría un problema fundamental del país desde 1945, cuando se establece la hegemonía anglo-estadounidense: Estados Unidos compite en los productos que producimos, y ve en el desarrollo de un centro propio al sur del continente una amenaza hemisférica.

Si en plena fase expansiva entre 1945-1970 desde Washington impulsaban, al menos, un desarrollismo dependiente comandado por sus multinacionales –lo cual generaba ciertos incentivos a la reproducción del desarrollo del subdesarrollo para distintos grupos sociales– el viraje neoliberal de los años setenta y ochenta, bajo el comando de las redes financieras globales, terminó definitivamente con esa opción de desarrollo periférico asociado. Hoy el escenario es aún peor, con una suerte de neoliberalismo periférico en descomposición, bajo una exacerbada lógica financiera parasitaria, y cuyos efectos a nivel local ya se experimentaron dramáticamente entre 2015 y 2019: hiperendeudamiento, desindustrialización, pérdida de capacidades científicas y tecnológicas, etc.

Sin embargo, estas cuestiones parecieran no estar en debate a nivel profundo en gran parte de la dirigencia y de la sociedad, pareciera pensarse al país como una isla o una suerte de burbuja.

Por eso nos cuesta identificar bien qué nos pasa, lo que dificulta trazar estrategias en función de la situación coyuntural y estructural sobre la que partimos. Por ejemplo, se dice que hace diez años que no crecemos, pero no observamos que América Latina es el lugar de menos crecimiento del mundo desde 2014, incluso peor que la Eurozona ¿Por qué esto es así? ¿Cuáles son los factores geopolíticos, económicos y sociales? ¿Qué pasa en el mundo y en esta parte del mundo, en función de su articulación y posición en el sistema mundial, y en relación a la puja entre fuerzas políticas y sociales, a partir de 2013-2014?

Podríamos decir que el problema del ‘aldeanismo’ o ‘provincialismo’ es endémico en nuestra región y ya ha sido señalado muchísimas veces.

Esta mirada corta, carente de perspectiva y de una mirada sobre la totalidad en que nos inscribimos, es un producto directo de nuestra posición periférica e insular, y también de la subordinación geopolítica que hace que otros piensen por nosotros el mundo y cómo debemos actuar en él. Este hecho está en estrecha relación a la todavía dominante creencia de raíz colonial sobre nuestra condición de “Occidentales”, que el propio Occidente geopolítico y sus principales intelectuales se cansan de desmentir –en el ‘mejor de los casos’ somos el extremo occidente, en tanto colonia fundacional para la expansión de las potencias atlánticas. También se debe a la debilidad en los países dependientes de una mirada nacional, como indicaba Arturo Jauretche, que más allá de las orientaciones partidarias, obliga a tener una política y visión propia sobre el escenario mundial y sobre nuestra estrategia en el mismo.

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea (…), sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima…”, afirmaba el cubano José Martí en su célebre texto Nuestra América de 1891,

Tratando de sacudir la mirada aldeana o provinciana de su país y de la región, que era un obstáculo fundamental para entender el escenario geopolítico que tensionaba a la isla caribeña hace 140 años entre el declive terminal del imperio colonial español y el ascenso del imperialismo estadounidense. Allí Martí insiste sobre la necesidad no sólo de relacionar los problemas locales con los acontecimientos mundiales, sino también comprender la situación política de Nuestra América, el accionar de los imperios y la necesidad de la unidad regional: “¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!”. Luego exhorta a que “Lo que quede de aldea en América ha de despertar”.

Sin embargo, a casi un siglo y medio después, el aldeanismo o provincianismo sigue predominando en buena parte de la sociedad, la dirigencia política, las élites intelectuales y las oligarquías vernáculas. Incluso en parte de las ciencias sociales, donde se insiste en un nacionalismo metodológico que nos condena al terreno de la ideología, ya que se busca explicar con elementos y causalidades locales, acontecimientos que tienen determinaciones centrales en la escala mundial y regional. No podemos ‘escapar’ al hecho de que vivimos en un sistema mundial, y la región tiene una inserción y posición determinada; punto de partida fundamental para comprender nuestro ‘lugar en la palmera’.

Suele repetirse la frase de Perón de que “La verdadera política es la política internacional”, pero como sucede con tantas otras frases y contenidos, la mayoría de las veces se dice en términos retóricos, para la tribuna. La afirmación de Perón, que tiene su desarrollo en el libro la Hora de los Pueblos, apunta a una cuestión fundamental de nuestro presente, que se nos impone como condición histórica y espacial: la profunda interdependencia del sistema mundial capitalista y al empequeñecimiento del planeta por la destrucción del espacio y del tiempo a través de la tecnología. En función de esta realidad, “la política interna ha sufrido también sus consecuencias, pasando a ser una cosa casi provinciana para ser reemplazada por la política internacional que juega dentro o fuera de los países en la forma más desaprensiva”.

Este pensamiento, está en relación con lo que observó Mackinder al inicio del siglo XX, cuando se inicia la era “postcolombina”, según su definición: el mundo devino en un sistema político cerrado, en donde la lucha central ya no es la por la expansión territorial sino por la eficiencia relativa. A partir de allí, el control formal del territorio pierde peso, poniendo en crisis los imperios coloniales formales, que era la forma dominante del imperialismo desde el siglo XVI (la época Colombina), aunque aun hoy quedan importantes resabios de ese viejo imperialismo como en las Islas Malvinas. En esta configuración estructural, las fuerzas político-sociales y sus territorialidades atraviesan el sistema político cerrado, mediadas por los Estados, disputando el conjunto de los territorios. Más aun aquellos (la gran mayoría) que no poseen suficiente autonomía relativa. La ‘supremacía’ (desde el punto de vista de los imperialismos) o la soberanía (desde el punto de vista de los pueblos) está en relación a la acumulación de poder relativo y a la eficiencia relativa en diferentes dimensiones y en una escala necesaria (continental desde 1945). La situación de un país o territorio particular depende de su posición en la jerarquía del sistema interestatal, en la división mundial del trabajo y en la geocultura del sistema.

No somos una excepcionalidad del sistema, aunque nos guste pensarnos así, quizás como un efecto de nuestra insularidad y como elemento típico del pensamiento ‘provinciano’. Argentina es un país semiperiférico y un poder medio-regional de segundo orden, es decir, ocupa un lugar intermedio en el sistema mundial. Desde los años setenta, nos adentramos en un proceso de periferialización (con importantes consecuencias económicas y sociales), que comienza a ser resistido contradictoriamente a partir de 2001, como expresión local de un punto de bifurcación regional (un Cambio de Época) y mundial –crisis de la burbuja de las “punto com” con epicentro en Estados Unidos, establecimiento de la Organización para la Cooperación de Shangái en Eurasia impulsada por China y Rusia, invasión de Afganistán e inicio de la Guerra Global contra el Terrorismo por parte del polo angloestadounidense y aliados, etc.

Esa tendencia hacia la periferialización relativa de Argentina, que contrasta con el ascenso de Asia Pacífico, es un fenómeno regional desde mediados de los años setenta, producto de transformaciones estructurales del capitalismo mundial y de resultados de procesos y luchas políticas regionales (este el contenido sustancial de los golpes y dictaduras), aunque con impactos heterogéneos debido al punto de partida relativo de cada país y a los procesos particulares de cada territorio.

No es casualidad que en el interregno 2001-2003, como también hoy, bajo otras formas, aparezca en el escenario político la discusión entre dolarización y pesificación, articulada con la contradicción entre integración hemisférica subordinada (ALCA u otras formas de ‘regionalismo abierto’) o el reimpulso del regionalismo autónomo (MERCOSUR, UNASUR, etc.), y con el debate entre profundizar el proyecto financiero neoliberal o avanzar en proyectos nacionales y regionales de desarrollo, bajo distintas perspectivas y horizontes.

Debatir la ‘política exterior’ en un sistema político cerrado, cuando la instancia nacional devino “provinciana” es, en realidad, debatir el proyecto de país en su sentido más profundo. Significa definir las mejores estrategias de inserción en el sistema mundial, en plena transición histórica-espacial, de acuerdo a las necesidades e intereses de nuestros pueblos. Significa entender dónde estamos ubicados realmente y articular a partir de allí la cuestión nacional y social para darle proyección política y elaboración estratégica. Significa, también, no confundir entre debatir el escenario mundial y la política exterior, con discutir y posicionarse en función de la propaganda emanada de los centros tradicionales del poder mundial, con el fin de alinearnos en su “nueva guerra fría” o, en nuestras palabras, en la guerra mundial híbrida y fragmentada.

Gabriel Merino

Gabriel Merino

Sociólogo y doctor en Ciencias Sociales. Investigador Adjunto CONICET – Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales, UNLP. Profesor en UNLP y Universidad Nacional de Mar del Plata. Miembro del Instituto de Relaciones Internacionales y Co-coordinador de «China y el mapa del poder mundial», CLACSO.

FUENTE EL AVION NEGRO: https://avionnegro.com.ar/contextos/la-politica-exterior-fuera-del-debate/

Organizada por la cátedra Pensamiento Estratégico Militar Contemporáneo de la Universidad de la Defensa Nacional,-UNDEF-,disertó hoy miércoles nuestro colega de Dossier Geopolitico Dr. Miguel Angel Barrios sobre LA INCORPORACIÓN DE LA ARGENTINA A LOS BRICS.

A lo largo de su exposición el Dr. Barrios explicó la importancia central para Argentina y el sistema regional de esta invitación a ingresar al exclusivo Club de los BRICS de pleno derecho para consolidar un mundo Multipolar y desde el Sur Global y de la Patria Grande transmitido en directo por el Canal de You Tube de la UNDEF 

Carlos Pereyra Mele 

Director de Dossier Geopolitico

11/10/2023

Trascripción de la entrevista a Carlos Pereyra Mele por el periodista Julio Vega Guzmán, del programa “El loco de la azotea” de Radio del Plata de Tucumán, en la que profundizó en los urgentes desafíos internacionales de Argentina y durante la cual envió una pregunta trascendental a la juventud, además de abordar importantes temas de actualidad, como:

  • Cambio climático y el ecologismo fundamentalista.
  • Los desafíos geopolíticos de Argentina.
  • El deterioro de la potencialidad regional.
  • Los conflictos con los países vecinos.
  • Un modelo de Unidad Nacional para las relaciones internacionales.
  • El gran juego internacional y el posicionamiento de Argentina.
  • La decisión histórica de enfrentarse a la Deuda Externa. 
  • Las graves falencias de soberanía.
  • La irresponsable falta de control sobre las exportaciones.
  • El ejemplo de Níger.
  • La gran pregunta a los jóvenes.

“En primer lugar y -por razones de actualidad-, voy a dedicar un breve párrafo al Cambio Climático, ya que como todo tema global, en general no se asume debidamente y cuando se asume, se hace de forma parcial y erróneamente. Es lo que ocurre con este tema y especialmente cuando encima se acusa y se carga al Sur Global con la responsabilidad de ese cambio climático, cuando todos sabemos que los principales causantes del problema son cinco o seis naciones en el mundo, que no han hecho ni hacen absolutamente nada, salvo hermosos y cínicos discursos. Y además, pretenden que ahora nosotros no nos desarrollemos en aras de un ecologismo fundamentalista, que por supuesto, a los únicos que beneficia son a los que hasta ahora han logrado sus más pingues ganancias con el actual modelo de globalización, tan pernicioso para la Naturaleza. 

En cuanto a la geopolítica, la situación de la Argentina, más allá de su tremenda conflictividad interna y a su compleja problemática, más allá de su retroceso como potencia regional, de su falta de crecimiento y creación de trabajo, etc., etc., tiene en adelante una serie de desafíos muy fuertes y preocupantes mientras que lamentablemente la poblaciónno tiene un concepto –ni claro ni general- de los riesgos que corre Argentina como estado y como república. 

AUDIO:

https://www.ivoox.com/player_ej_117234694_6_1.html?c1=1d5077

Unos riesgos que pueden llegar a ser muy, pero muy graves. Y el creerse que porque estamos alejados de las áreas donde los conflictos son calientes, nos podemos librar de sus consecuencias, es un muy grave error. Porque, cuando hay una guerra, un conflicto o una rebelión, todo repercute como una crisis absoluta y global y nos afecta en primer lugar a nosotros y a nuestro vecindario.

En tal sentido, la situación, en los últimos meses y años, y ante el deterioro de la “potencia regional” de Argentina, ha hecho que vayamos perdiendo también influencia en los países vecinos y en general, ello ha llevado a que cada país intente buscar su propia salida con medidas unilaterales para facilitar un “mejoramiento de su situación nacional y regional” 

Bueno…, todo esto es una falacia, porque hoy en día, a lo que tiende el mundo es a las gigantescas concentraciones industriales o tecnológicas o de materias primas, como lo es -por ejemplo- el cartel del petróleo que es una concentración en manos de muy pocos países que controlan la producción e imponen los precios. Y cuando los precios bajan, sus socios deciden bajar la producción de millones de barriles diarios y entonces ese precio se incrementa. Por supuesto que ello repercute en nuestro país.

Como repercute también que no tengamos el control del precio de los granos que producimos, ya que eso se hace en otro lugar del mundo, precisamente en la bolsa de Chicago, en Estados Unidos, quién es el que impone los precios globales. Entonces, las herramientas que nos van quedando son cada vez menores.

Y además, todo se complica si le sumamos a este especie de caos general que vive la República, los conflictos “cuasi políticos” con nuestros países vecinos, como por ejemplo lo de la navegación en el río Paraná, que ha causado un enfrentamiento concreto con la República del Paraguay, además de politiquerías baratas y populistas, como la de ese jovencito que quiere declararle la guerra a la Argentina, y otras cosas por el estilo.

También está lo de la República del Uruguay, que se beneficia de que la Argentina carezca de un canal propio de salida en el Río de la Plata, lo que obliga a que nuestras exportaciones tengan que pasar por la margen oriental, que le corresponde a Uruguay por el tratado el Río de la Plata. Entonces nos cobran peaje, nos cobran aduana, nos cobran gastos, etc., etc. Y todo eso va causando problemas. Y cuando se quiere pactar una solución, saltan nuevamente los viejos problemas históricos y otros desencuentros enquistados en el tiempo. También vemos los roces con Chile por sus pretensiones en el Atlántico Sur. O sea, se han implementado una serie de tensiones y factores que hacen parecer que en este año 23 “Argentina esté cercada” de enfrentamientos con sus vecinos.

Sin embargo, todo esto se solucionaría con una política exterior concreta y muy clara, con objetivos perfectamente unidos al interés nacional y por supuesto, con un modelo de Unidad Nacional para las relaciones internacionales.

Tampoco puede ser que semejante estrategia quede en manos de un solo partido. Por el contrario, tienen que definirse unos objetivos claros entre todos lo que tienen representación en el Parlamento, mediante acuerdos por encima de los partidos, que marquen nuestra línea roja en la defensa del país, tal cuál lo hacen las potencias, donde nadie puede cruzar esta línea roja, porque cruzarla significa una agresión a la patria. Por lo tanto es imprescindible que Argentina plantee y defina sus líneas rojas.

Y luego está el gran juego internacional, en el que las luchas entre el bloque del Sur global encabezado por China y seguida por los BRICS, se enfrenta con el bloque de las potencias del Norte Global u Occidente, que forman el G7. Y ese es el juego o lucha que baja a nuestro territorio, que también se transforma en un campo de batalla en medio de una desinformación e ignorancia preocupante. Porque ese juego está definiendo las inversiones en la región, de quienes la hacen y para qué. Define además el desarrollo tecnológico, o no. Define las formas culturales por la utilización de los medios de comunicación. Etc.  

Pero con este clima de desinformación, se profundiza el enfrentamiento interno entre un bando y el otro, lo que lleva a un mayor caos y a una mayor confusión en la población, que no entiende nada mientras todo se reduce a mensajes a través de eslóganes, cuando todos sabemos que la política no son eslóganes, que  la política es una forma mediante la cual se trata de cambiar las situaciones problemáticas que se está viviendo y eso no se puede hacer usando una motosierra, o cosas por el estilo. Todo lo contrario, se deben hacer planes concretos, con proyectos factibles, asegurando quiénes los van a financiar y con qué recursos se van a pagar. Todo lo demás es un “hermoso discursito” de un grupo de gente que cree que en la Argentina somos habitantes pero que no somos ciudadanos.

El asunto es que si los ciudadanos somos capaces de involucramos, si tomamos el toro por las astas y si empezamos a discutir las cosas serias en lugar de tonteras. Esas tonteras que luego nos harán llorar sobre la leche derramada. Y esto significa que existe otra historia. La verdadera historia. La única que interesa discutir. 

Por eso yo me pregunto: ¿Cuándo va a dar a luz  el posicionamiento definitivo de la Argentina en el mundo para los próximos 20, 30, 40, 50 años? Porque es eso lo que está en juego, como asunto crucial en todo el globo terráqueo. Y es algo que no puede esperar al próximo gobierno, ni de acá 8 años. ¡No, no, no, no! 

Es un partido se está jugando en este momento y es por el campeonato mundial para definir cómo va a ser el modelo global de aquí al futuro.

Y no tomar las decisiones y no adoptar las medidas correctas ahora mismo para llegar con un equipo perfecto y hacer la mejor performance posible -que nos ubique en el bloque de de los ganadores- nos condenará a presentarnos con un equipo de improvisados y que, como todos sabemos, siempre son arrasados por los equipos profesionales.

Entonces, es allí donde está la mayor falla de nuestra querida República Argentina. Por lo que es necesario y urgente que su población “de ciudadanos y no solo de habitantes” se interese a fondo de los temas fundamentales y básicos el país, como lo es la forma de insertarse en este nuevo mundo en gestación, con quiénes vamos a trabajar y cómo vamos negociar nuestras cartas de los recursos naturales. O por el contrario, si seguiremos como hasta ahora, solamente atados con los mismos que nos han aplicado endeudamientos sin límites, sin solución de continuidad y sin ninguna posibilidad para salir de esa trampa en la que fuimos introducidos como prisioneros del típico usurero, que te presta plata, pero que nunca te permite devolverla, para que sigamos siendo sus eternos deudores.

Es por ello que la Argentina tiene que salir de ese círculo vicioso y sumarse a las nuevas realidades. Y nuestro país, mientras no torne la decisión histórica de enfrentar y resolver su principal problema que es el de la deuda externa, no tendremos ni libertar ni posibilidad de decidir nuestro futuro geopolítico por las pretensiones de las potencias del Norte Global, que son las que operan en nuestra región y que nos cierran el camino al futuro.

En ese sentido, tenemos que asumir la realidad de nuestras graves falencias en comparación con las potencias de verdad. 

Por ejemplo, las islas Malvinas no están ocupadas por los chinos, ni por los rusos, ni por  la India, ni por Irán. Están ocupadas por el Reino Unido y con ello traigo a colación el escándalo del radar de seguimiento satelital que los ingleses nos introdujeron en la provincia de Tierra del Fuego -con alguna complicidad estatal- y que gracias a denuncias de numerosos pobladores, el Ministerio de Defensa logró desactivarlo. Entonces me hago esta pregunta: ¿Cuántos minutos duraría un funcionario inglés que autorizase colocar un radar satelital argentino en cualquier población británica, para pasar información a sus enemigos rusos o chinos?

Y este es solo un ejemplo de una larga lista de hechos perjudiciales que socavan al Estado y que lo hace parecer a un queso Gruyer lleno de agujeros negros.

Estos son los asuntos serios y profundos que tiene que tratar la ciudadanía, en lugar de las tonteras que se escuchan por ahí en estos tiempos electorales.

Por lo tanto es urgente y necesario que la gente entienda y asuma que nadie, por más bueno y por más honesto que sea, por más exacto en hacer las cuentas y por más perfectas que sean sus políticas, puede sacar adelante a un país que tiene que pagar más de lo que le entra. Es un razonamiento tan obvio y fácil que, quizás por eso, se le pasa por alto a casi todo el mundo. 

Otro aspecto fundamental es la falta de control de las riquezas que salen del país. Es decir, ha llegado la horra de preguntarse en serio: ¿Cuánto se están llevando de Argentina en cada exportación, a qué precio de coste y con qué condiciones de pago?

Y este vacío viene de la época de Menem, cuando se disolvieron los Ministerios Minería y se redujeron al mínimo los controles de cada provincia sobre su suelo, como también disminuyeron las herramientas de actuación junto a nuevas legislaciones laxas y permisivas, propias de un estado fofo y hueco. 

Entonces me pregunto otra vez: ¿Cuánto oro de la Argentina está saliendo hoy sin control del Estado Nacional y cuántos minerales estratégicos se van libremente del país? Todo ello gracias a este caótico sistema que permite, a las gigantescas multinacionales que explotan la Cordillera, justificar unas expediciones millonarias de materias primas con una simple declaración jurada, sin ninguna otra revisión o inspección.

Y estamos hablando de miles de millones de dólares que se nos escapan día tras día. No estamos hablando de “los planeros” y todo el ruido que se arma alrededor de ellos. Estamos hablando que si se controlara la salida del oro, Argentina recaudaría una cantidad de dinero que dejaría en nada la polémica de esos subsidios.

Y en medio de este análisis, traigo a colación lo ocurrido en Níger tras el golpe militar que derrocó al gobierno títere pro europeo que mantenía al país en un profundo atraso y siempre colonizado por Europa, quién nunca le abrió las posibilidades al desarrollo. Resulta que Francia acaparaba el total de la producción de uranio del país africano con lo que sostenía el 80% de su producción eléctrica basada en la energía nuclear. Le pagaba 0,80 euros por kilo de uranio, cuando el propio estado galo pagaba el mismo uranio de Canadá a 200 euros el kilo. ¡¡ UN GIGANTESCO ROBO !! Toda una explotación humana que apenas le permitía al nativo africano poco más que un plato de comida al día. Evidentemente, los militares revolucionarios que han tomado el gobierno, además de expulsar al embajador francés y a las tropas francesas que estaban en Níger, tomaron como  primera medida decirles a los franceses: “…señores, a partir de hoy, ustedes me pagan los 200 euros por kilo o vendemos nuestro uranio al mercado internacional”. Lo que indignó a la Unión Europea, que esgrimió que era una medida propia de una dictadura además de un ataque a los derechos humanos y resto de barbaridades. El clásico  insulto de Occidente a los países que asumen su soberanía y desnudan esa hipocresía imperial que han llevado históricamente a África a una pobreza absoluta. Mientras que hoy mismo, esos países ricos, que presumen de valores,  dejan morir ahogados a cientos de emigrantes en el mar Mediterráneo.

Y hago este parangón con Argentina,  porque hoy mismo, en medio de la campaña electoral, nadie habla del tema de la fuga de materias primas, ni de las reformas legales necesarias para revertir la situación, para ejercer el control y la vigilancia de nuestro patrimonio. Si somos dueños de productos y elementos que son fundamentales para las potencias, es de justicia que éstas cumplan con la obligación y la legalidad de pagar lo que corresponde por lo que se llevan. Es algo que hasta un niño lo entiende.

Por eso este mensaje es también para los jóvenes, que quizá no entienden lo que es soberanía. Que significa entre otras cosas, que un país haga de forma independiente lo más le conviene y que se relacione libremente con quién quiera. Y en medio de esta desinformación general, es necesario explicarle a la juventud, con modelos muy sencillitos, lo que es la política de verdad, lo que es la economía, de cómo se deben hacer las cosas y de cómo proyectar el futuro.

Y que cada joven decida por si mismo. Y SI DECIDEN QUE NO LES IMPORTA QUE OTROS SE ROBEN NUESTRO ORO, si no les importa que no paguen los impuestos ni que se apropien del país, entonces que luego no lloren con que aquí no hay trabajo, que no hay industria, que no hay salud ni educación.

Bueno… todo esto mi querido Julio, forma parte del común y gigantesco drama de la Argentina, que requiere una solución coordinada y combinada. Y para ello, entiendo que los políticos deben ser convocados para discutir públicamente estos temas prioritarios y decidir que hacer. Por ejemplo, con nuestro mar, uno de los más grandes del mundo y con enormes riquezas. Qué hacer con nuestra industria agraria que produce eficientemente pero que puede multiplicar y ampliar su acción. O sea, no solamente mandar al extranjero el poroto de soja, sino elaborar los aceites ya refinados. También debemos reforzar el área tecnológica,  donde tenemos altísimas capacidades y con un nivel cercano a lo mejorcito del mundo. Y por supuesto también en el tema de los satélites, donde Argentina puede aportar lo suyo, como lo demuestra el acuerdo con Turquía y la oportunidad de hacer empresas mixtas para desarrollarse en un ámbito que hasta hace poco solo estaba reservado a las superpotencias.

Y así podría proseguir con otros campos y otros ejemplos, pero lo que se trata es de no quedar rehén de las trampas de siempre.

Reitero finalmente que la Argentina necesita una política internacional clara y concreta, un poder económico político real y una capacidad militar que asegure un sólido sistema defensivo. Ya que  no debemos olvidar aquella máxima histórica de Guillermo I de Alemania sobre que ”Una Nación si Fuerzas Armadas puede ser una hermosa orquesta pero sin instrumentos musicales.”

Trascripción de Eduardo Bonugli

Sergio Pintado de Radio sputni entrevista al Dr. Charles Pennaforte -socio estrategico del equipo de Dossier Geopolitico- en Brasil

Brasil inició la construcción de su primer submarino nuclear, un ambicioso proyecto que proviene del 2008 y podría equiparar al gigante sudamericano con las potencias globales. En diálogo con Sputnik, el analista Charles Pennaforte destacó la «posición estratégica» que el país consigue «en este nuevo escenario geopolítico».

La construcción del primer submarino nuclear brasileño permitirá le permitirá no solo mejorar el patrullaje de sus costas, sino que colocará al país en un lugar de privilegio en el mundo, destacó el experto en geopolítica Charles Pennaforte.

En diálogo con Sputnik, el analista brasileño destacó que la concreción del programa Prosub (Programa de Desarrollo de Submarinos) es «un sueño de la Marina de Brasil», que data del primer periodo de Luiz Inacio Lula da Silva en el poder (2003-2010) y que en su momento fue fruto de «muchas negociaciones» para conseguir los fondos.

A contrarreloj: ¿qué se espera del nuevo intento de Brasil para cerrar el acuerdo con la UE?

En efecto, en 2023 el hoy de nuevo presidente brasileño reactivó el Prosub, proyecto que había sido firmado en 2008 junto al Gobierno de Francia para cooperar en materia de armamento militar.

El plan, que según medios brasileños recibió este 2023 una inversión de 35.000 millones de reales (unos 6.700 millones de dólares), consiste en la fabricación de cuatro submarinos convencionales con propulsión diésel y eléctricos simultáneamente, y el primer submarino armado convencionalmente con propulsión nuclear.

La Marina brasileña realizó la ceremonia de corte de la primera chapa que será utilizada en la construcción del submarino, confeccionado por la empresa Itaguaí Construcciones Navales. «Brasil está dando un paso que va a elevar nuestra tecnología al nivel de países como Francia, EEUU, China, Inglaterra y Rusia», destacó el presidente de la constructora, Renaud Poyet.

«Sin dudas que Brasil se plantea una posición estratégica mejorada dentro de este nuevo escenario geopolítico que se está dando en la actualidad», aseguró Pennaforte en diálogo con Sputnik.

Para el experto, en los últimos meses el país lusófono ha logrado aunar esfuerzos entre «un soft power muy interesante, la política ambiental que agrega ahora y su equipamiento en aviones y submarinos» para lograr situarlo «en una mejor situación con respecto a otros países».

De hecho, Pennaforte consideró que Brasil cuenta con mejor poderío militar que «en los años 1970 y 1980, cuando ocupaba la décima posición en el mundo en gastos militares y producción de material bélico».

El especialista relacionó la construcción del primer submarino nuclear con la reciente decisión de comenzar a fabricar en Brasil aviones de combate de origen sueco F-39 Gripen. Al igual que en el caso del submarino nuclear, producto del acuerdo con Francia, la construcción de aviones de origen sueco implica una transferencia de tecnología que permite la especialización de técnicos y operarios brasileños.

«Tanto con los Gripen como con los submarinos Brasil pasa a tener, por lo menos, una cierta capacidad mínima de tener control tanto sobre sus pasos aéreos como su franja costera. Es realmente una buena noticia en función de la capacidad que Brasil pasa a tener para salvaguardar su litoral y sus recursos naturales», aseveró.

El experto destacó además cómo la nación sudamericana logró mantener «una política de Estado» en materia de armamento militar que consiguiera superar los vaivenes políticos del país, «sin la necesidad de injerencia política partidaria o del espectro político».

Esto se ha vuelto importante, consideró, tras el regreso al poder del Partido de los Trabajadores, que arropa a Lula da Silva, ya que «a la izquierda no le gustan mucho los asuntos militares».

En ese sentido, remarcó que desde la última dictadura brasileña (1964-1985) existe en Brasil «un problema de aversión social y de ciertos segmentos políticos sobre el gasto militar» que ha mantenido encendido el debate. Sin embargo, el analista consideró que actualmente existe «un cierto consenso de que hay necesidad de incrementar» el gasto en Defensa.

FUENTE: https://sputniknews.lat/20231007/submarinos-nucleares-el-paso-de-brasil-para-consolidarse-geopoliticamente-1144490407.html

INVITACIÓN: La Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) en su ciclo de “Pensamiento Estratégico Militar Contemporáneo»: Perspectivas latinoamericanas. convoca para el próximo Miércoles 11 de octubre a las 15 horas a la Conferencia Magistral que dictará el integrante de Dossier Geopolitico Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios y que versará sobre: El Ingreso de Argentina a los BRICS. Coordina el Mg. Daniel Romano y se podrá ver por el canal de la UNDEF en YouTube, la misma es libre y gratuita

El Prof. Dr.MIGUEL ÁNGEL BARRIOS es Profesor de Historia, Posgrado en Historia Argentina, Magíster en Sociología, Universidad Nacional Bs As, Magister en Educación, Asunción, Paraguay, 1997. Doctor en Educación, Asunción, Paraguay, 1999. Tesis Doctoral “El Programa Educativo de la Generación Latinoamericana del 900”. Doctor en Ciencia Política, Universidad del Salvador, Buenos Aires, Argentina. 2001. Diploma en Relaciones Internacionales, Universidad Complutense de Madrid, 2006 Autor de más de 20 libros sobre la realidad Política Geopolítica Historia Latinoamericana

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

Por Eduardo Vior Analista Internacional que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Falto de capacidades económicas y tecnológicas para competir con China, Washington interviene militarmente en nuestro subcontinente para sembrar la discordia entre nuestros países.

Mientras veta a Brasil la posibilidad de avanzar con la explotación petrolera en la Amazonía, Estados Unidos impulsa la actividad de ExxonMobil en el Esequibo, una región en disputa entre Guyana y Venezuela. Para reforzar la amenaza, Georgetown y Washington incrementan su cooperación militar. Mientras tanto, el gobierno saliente de Guillermo Lasso llevó a Ecuador fuerzas militares norteamericanas para la lucha contra el narcotráfico, y el régimen golpista de Perú realizó ejercicios militares conjuntos con efectivos estadounidenses. Finalmente, el anterior gobierno paraguayo de Mario Abdo concesionó al Cuerpo de Ingenieros del US Army el dragado y balizamiento del Río Paraguay. Washington agradece interviniendo masivamente en la política paraguaya. América del Sur está siendo involucrada en la guerra mundial de EEUU contra Rusia y China. Para ello, Washington busca la división de nuestro subcontinente y pone cuñas entre Brasil, Argentina y Paraguay.

El ex ministro de Deportes de Lula y Dilma y exdiputado por el Partido Democrático Laborista (PDT, por su nombre en portugués) Aldo Rebelo, comentó el domingo 24 en una entrevista con el portal Brasil247 que EEUU está militarizando la disputa territorial entre Venezuela y Guyana sobre la región del Esequibo. “Estados Unidos pretende crear una base militar para garantizar la explotación del petróleo de Guyana por sus empresas, pero dice que la explotación de petróleo de Brasil en la Amazonía amenaza al planeta. En el gobierno brasileño hay quien piensa que Estados Unidos tiene razón”, advirtió.

El Esequibo es un río que atraviesa Guyana de sur a norte hasta desembocar en el Atlántico. Dos terceras partes del país quedan al este y un tercio al oeste. Ésta es la también denominada región del Esequibo, de 159 mil km² que perteneció a Venezuela desde la época colonial, pero fue usurpada por el Imperio Británico en 1831. En 1899 se reunió en París un Tribunal Internacional Arbitral que dio a los británicos la soberanía sobre esta faja. Sin embargo, al morir uno de los jueces del tribunal en 1946, por una carta suya de puño y letra, se supo que los árbitros habían sido comprados por Londres. En consecuencia, Venezuela desconoció el laudo y pasó a reclamar la soberanía sobre esa faja.

En 1966 los dos países firmaron el Acuerdo de Ginebra para buscar una solución pacífica, pero en 2018 Guyana solicitó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la ratificación del laudo arbitral de 1899. Desde 1983 Venezuela ha propuesto a Guyana entablar negociaciones directas, pero ésta remite a la Asamblea General de la ONU, al Consejo de Seguridad o la CIJ.

En las últimas semanas el conflicto está escalando peligrosamente, porque Guyana llamó a una licitación internacional para la exploración y explotación petrolífera de bloques del territorio en disputa y áreas marinas conexas. Entonces, este domingo 24 Venezuela denunció ante la ONU que EEUU intenta instalar una base militar en el Esequibo. Ya dos días antes la Asamblea Nacional venezolana aprobó por unanimidad la realización de un referendo consultivo sobre la soberanía en esa región.

El conflicto se ha agravado por declaraciones encontradas de los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Guyana, Irfaan Alí, y este martes 26 decenas de miles de venezolanos marcharon en Caracas en defensa del Esequibo.

EEUU ya tiene tres bases y un comando en las cercanías de la capital guyanesa, Georgetown, y desde hace algunos años las fuerzas de ambos países realizan ejercicios conjuntos. Por su ubicación en el noreste de Sudamérica y sobre el Atlántico Norte, este país tiene para EEUU un gran valor estratégico. Su Comando Sur niega querer instalar una base en el Esequibo, pero seguramente acompañará a la mayor petrolera norteamericana, cuando ésta comience a trabajar allí.

Brasil no está sólo amenazado desde el noreste. El 20 de julio pasado EEUU y Ecuador firmaron un Memorando de Entendimiento para intensificar la cooperación militar entre ambos países en la lucha contra el narcotráfico, el crimen transnacional y el terrorismo. Cuando falta poco para que Guillermo Lasso entregue el mando a quien resulte elegido el próximo 15 de octubre, el acuerdo condiciona la libertad de maniobra del próximo gobierno y militariza la política criminal.

También en Perú en mayo pasado la Asamblea Nacional autorizó el ingreso de más de mil efectivos militares estadounidenses que hicieron largos ejercicios conjuntos con sus pares peruanos en ocho departamentos del país. Como señaló un artículo de Infobae del 11 de junio pasado, explícitamente este despliegue pretende “mostrar músculo”, para contener a Rusia y China en América del Sur. No casualmente, en otro país fronterizo con Brasil.



Como Paraguay no podía ser menos, en marzo pasado el saliente gobierno de Mario Abdo acordó con EEUU, para que el Cuerpo de Ingenieros del US Army se encargue del mantenimiento de la vía navegable en el Río Paraguay desde la frontera brasileña hasta la confluencia con el Río Paraná. Además de implicar una amenaza directa para las linderas Formosa y Chaco, esta intromisión militariza indebidamente las tareas civiles de dragado y balizamiento del río.

La presencia militar directa no es la única vía de intervención de Estados Unidos en Paraguay. Un informe confidencial publicado este miércoles 27 por el portal La Política Online (LPO) reveló de qué modo EEUU impone sus intereses en Paraguay. Para ello el gobierno de Joe Biden quiere debilitar la influencia del expresidente Horacio Cartes (líder del Partido Colorado) sobre el gobierno paraguayo y romper sus vínculos con el actual presidente Santiago Peña.

Cartes (2013-18) está ligado al contrabando en el este y norte de Paraguay, particularmente al narcotráfico manejado por organizaciones brasileñas, y mantiene vínculos con negocios dudosos en toda la región. Recuérdese que en plena pandemia, el 20 de julio de 2020 el expresidente Mauricio Macri realizó una visita de un día a Horacio Cartes en las cercanías de Asunción. Nunca se supo de qué hablaron, pero todo indica que sobre algún negocio regional urgente.

El líder colorado está muy vinculado a la familia Bolsonaro y en su momento estuvo incorporado al esquema político y de negocios del expresidente norteamericano Donald Trump. Por estas razones, el gobierno demócrata lo tiene entre ceja y ceja.

El informe de trece páginas titulado “Plan de Acción Integrado Interinstitucional Anticorrupción para Paraguay” tiene fecha del 27 de julio de 2023, semanas antes de la asunción del nuevo presidente, al que cataloga como “protegido” del exjefe de Estado, por lo que propone “debilitar la influencia política de Cartes y empoderar a Peña”. La estrategia apunta a que Peña lleve a Paraguay a actuar bajo los “intereses de EEUU”, actualmente amenazados por Cartes.

Según LPO, la nueva doctrina del Departamento de Estado para Paraguay, basada en la llamada “Teoría del Cambio”, consiste en emprender acciones “fuertes y unilaterales” a través de la embajada en Asunción. “El documento abre una ventana extraordinaria sobre cómo opera el Departamento de Estado en la región y el lugar de ‘laboratorio político’ que los demócratas han asignado a la democracia paraguaya”, describe LPO. Según el texto, EEUU buscará “actores creíbles” que luchen contra la corrupción y “la cultura de la impunidad”. El informe confidencial también aboga por frenar urgentemente la influencia de China en la región aprovechando a que Paraguay aún reconoce a Taiwán. Además, el informe dice en su introducción que el plan para Paraguay es un modelo para otros países.

Con estos antecedentes no debe extrañar el cariz que ha tomado el reciente conflicto entre Argentina y Paraguay por el cobro de peajes a las barcazas que circulan por el río Paraná. “Paraguay aceptó discutir la tarifa en el tramo Santa Fe-Confluencia de la vía troncal de navegación. Al aceptarlo, el gobierno argentino suspende las interdicciones de embarcaciones que adeudan el peaje por 60 días, pero el peaje al valor actual se seguirá cobrando”, informó este jueves 28 a Rosario3 el secretario de Transporte de la Nación, Diego Giuliano.

La decisión de Paraguay, cuyas navieras se negaban a pagar el peaje que Argentina empezó a cobrar este año por el servicio de acondicionamiento del tramo, se tomó en un encuentro de la Comisión Intergubernamental de la Hidrovía Paraná-Paraguay (CIH) realizado este miércoles en la embajada de Brasil en Buenos Aires. Desde que se hizo cargo de la administración de la Vía Navegable Troncal (VNT) en 2021 y hasta fin de 2022 la Administración General de Puertos (AGP) siguió cobrando peaje en el tramo concesionado y subsidiando la navegación en el tramo norte hasta Confluencia. Cuando esto se acabó en enero pasado, sobrevino el reclamo de las navieras.

¿Paraguayas? Casi ninguna. Como explica el colega Luciano Orellano, los mismos sectores que tienen hegemonía en el comercio exterior argentino son los que también poseen gran parte de la flota que abastece desde el río al Complejo Agroexportador en la zona del Gran Rosario. Por eso tampoco es casualidad que la AmCham, la Cámara de Comercio Paraguayo-Americana, pidiera que el gobierno de EEUU interviniera en defensa de “sus” intereses.

Excepto LPG (Línea Panchita G), que es paraguaya, tanto Atria (la mayor de las navieras) como Horamar, Interbarge, ADM y Cargill son empresas norteamericanas. Sólo Louis Dreyfus es francesa. Son firmas con una larga experiencia en el transporte fluvial por el río Mississipi o, como Cargill y Dreyfus, directamente gigantes del agronegocio mundial. El conflicto por el cobro de peaje en el tramo norte de la VNT, entonces, no tiene nada que ver con un diferendo argentino-paraguayo. Está claro además, que en medio de la lucha por el predominio global el control de esta arteria pase a ser para Washington una cuestión de Estado.

… Está claro además, que en medio de la lucha por el predominio global el control de esta arteria ( Río Paraná) pase a ser para Washington una cuestión de Estado…

Los países suramericanos no estamos en guerra con nadie. Sin embargo, falto de capacidad para competir económica y tecnológicamente con la industria china, los Estados Unidos han sumido a nuestro subcontinente en la guerra por el predominio mundial. Al hacerlo, se preocupan especialmente por dividir a nuestros países y, muy especialmente, por poner cuñas para presionar a Brasil y Argentina. Desde siempre ha sido una preocupación estratégica de Washington evitar que nuestros dos países se unan, porque unidos somos una potencia que puede disputar la hegemonía norteamericana en la región. Unirse y alejar la guerra de nuestro querido continente son, entonces, una y la misma tarea.

¿Quién controla ahora la inflación en Estados Unidos: una Reserva Federal atrapada o el nuevo rey de las materias primas?

Alastair Crooke  18 de septiembre Fundacion de la Cultura Estratégica

Ha pasado un tranquilo momento decisivo. No fue nada «llamativo»; muchos tal vez apenas se dieron cuenta; sin embargo, realmente fue significativo. El G20 no cayó en la sórdida confrontación esperada, con los estados del G7 (que Jake Sullivan ha llamado el » comité directivo del mundo libre» ) exigiendo una condena explícita de Rusia por Ucrania, frente al resto, como ocurrió el año pasado en Bali. No, el G7 inesperadamente se «rindió» ante un «No Occidente» global en ascenso, uno que insistió de manera cohesiva en su postura colectiva.

Los indicios de insurrección habían sido evidentes desde la cumbre de los BRICS en agosto: la escritura estaba en la pared. Los países no occidentales no se dejarían acorralar ni coaccionar para que apoyen la «línea» del G7 sobre Rusia. La guerra en Ucrania apenas se mencionó en la declaración final –acordada–; la exportación de cereales (tanto rusa como ucraniana) se trató de manera imparcial. Fue una obra maestra de la diplomacia de la India

Evidentemente, el G7 decidió que el «juego de anotar puntos» de Ucrania no valía la pena. Los primeros priorizaron llegar a un consenso, en lugar de colapsar el G20 (quizás «finalmente», con una declaración estancada).

Pero en aras de la claridad, no fue la resta importancia a Ucrania lo que marca el «punto de inflexión». El cambio en Ucrania –ahora consolidado dentro de un cambio político más amplio de Estados Unidos en Ucrania– fue muy importante, pero no primordial .

Lo «primordial» fue que el colectivo no occidental pudo unirse en torno a su demanda urgente de una reforma radical del sistema global. Quieren un cambio en la arquitectura económica global; cuestionan las estructuras (es decir, los sistemas de votación que subyacen a esas estructuras institucionales como la OMC, el Banco Mundial y el FMI) y, sobre todo, se oponen a la hegemonía del dólar como arma.

La demanda, para decirlo claramente, es un puesto en la Mesa Superior.

Nada de esto es nuevo, viene germinando desde la famosa Declaración de Bandung (1955), cuya resolución sentó las bases del movimiento de los países no alineados. Entonces, esos estados carecieron de la influencia necesaria para alcanzar sus objetivos. Hoy es diferente: liderados por China, Rusia, India y Brasil, los BRICS tienen el peso económico y la «posición de primera línea frente a Occidente» para impugnar el «orden de reglas» e insistir en que, si ha de haber «reglas», deben ser consensuados.

Esta es una agenda verdaderamente radical. Una vez más, el «punto de inflexión» es que los países no occidentales, incluso sin la presencia de los presidentes Xi o Putin, demostraron que tienen el «peso» para luchar contra la «caída» del G7.

Bueno en teoría, pero ahora viene lo «concreto»: claramente, India aspira a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Muchos dirían que la India está bien calificada. Puede que sea así: la estructura actual del Consejo de Seguridad tiende a parecer una reliquia fosilizada de la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, ¿quién se ofrecería voluntariamente a ceder su asiento a una India digna? Brasil (sorpresa, sorpresa) cree que América del Sur también debería tener voz permanente en el Consejo. En definitiva, la reforma del Consejo ha sido una cuestión que, al menos hasta ahora, ha demostrado ser «intocable». Sin embargo, los tiempos «están cambiando». Se trata de una cuestión en la que el Sur Global tiene sus dientes puestos y seguirá insistiendo, independientemente de ello, al estilo terrier.

Luego está la cuestión de las «Dos Esferas». Tanto las declaraciones de los BRICS como las del G20 insisten en que su objetivo no es suplantar el «Orden» existente, sino habitarlo en términos equitativos, después de una importante reconstrucción y reorientación.

India, en particular, se muestra reacia a quemar todos los puentes con Occidente y se inclina hacia la noción de una reforma gradual de la estructura económica global, que conduzca al establecimiento de una esfera comercial única (India tiene muchos intereses en Occidente). Otros países BRICS también comparten esta opinión. Rechazan verse obligados a elegir entre dos esferas incompatibles. (China tenía esta opinión, pero ahora ve que es Estados Unidos, a pesar de sus negaciones, el que tiene la intención de quemar puentes con China.)

¿Pero no es un poco ingenuo esperar que Occidente se retracte de su colonialismo sigiloso?

La primacía occidental depende de los pilares de la amenaza de una guerra financiera y de sanciones; el monopolio de las patentes tecnológicas, los estándares y protocolos regulatorios, y en poseer y mantener una «ventaja tecnológica» global. ¿Cree realmente el Primer Ministro Modi que se puede inducir a Occidente simplemente a renunciar a estos activos porque el Sur Global así lo pide?

Parece «exagerado» (aunque sin duda Xi y Putin le han explicado algunos de estos «hechos de la vida» financieros a Modi).

Bueno, estos «hechos de la vida», que algunos miembros del BRICS aún no están dispuestos a internalizar, son precisamente la razón por la que tanto Rusia como China están preparando una Esfera Económica alternativa, totalmente separada del dólar y del sistema bancario y financiero vinculado al dólar. Es un plan ‘B’, que fácilmente puede convertirse en plan ‘A’.

Este debate (una sola esfera comercial, o dos) posiblemente se convierta en la cuestión clave que enfrentan los BRICS y Occidente. Depende de la reacción occidental: ¿será posible obligar a Estados Unidos a realizar reformas tan radicales en las actuales instituciones y estructuras alineadas con Estados Unidos, de modo que no sea necesaria una esfera económica no occidental bastante separada?

Estas cuestiones pueden surgir antes de lo que algunos esperan, tal vez incluso en la Asamblea General de la ONU la próxima semana.

Dicho con franqueza, la dura realidad es que si Estados Unidos cediera su control sobre la arquitectura financiera global, se puede esperar que el nivel de vida de los estadounidenses caiga significativamente a medida que la demanda de dólares se marchite (con un aumento del comercio global de divisas propias). Por supuesto, la demanda de dólares no desaparecerá por completo.

El momento de esta demanda colectiva de una nueva arquitectura financiera –un nuevo Acuerdo de Bretton Woods– no podría haber llegado en un momento más delicado para Occidente. ¿Por casualidad para Rusia y China…?

Aunque muchos en Occidente piensan que todo «está bien», que la Reserva Federal probablemente controlará la inflación y pronto recortará las tasas de interés. Sin embargo, los precios del petróleo han subido un 37% y siguen aumentando. Este ha sido el caso desde que el precio tocó fondo hace unos meses. “La gente olvida que los precios del petróleo cayeron casi un 50% desde su punto máximo, y esa caída terminó en mayo de este año. Y esa gran caída en los precios del petróleo fue el factor principal que redujo la inflación general del 9% al 3%”. La energía es un insumo de costos importante que debe trasladarse a los consumidores. Y también lo es el interés sobre la deuda, que aumenta a medida que los aumentos de las tasas de interés atraviesan todo el espectro económico.

Todo el mundo está esperando que la Reserva Federal reduzca las tasas, porque la única manera que tienen el gobierno estadounidense, los consumidores y las empresas estadounidenses de gestionar su deuda actual (que han acumulado, a tasas cero) es si las tasas de interés bajan. La gente puede entender esto, pero simplemente asumen que no será un problema porque, por supuesto, la Reserva Federal «va a recortar las tasas».

Sin embargo, es muy poco probable que las autoridades occidentales consigan reducir los tipos de interés a cero. Vender más petróleo de la Reserva Estratégica de EE.UU. simplemente no va a suceder : en este punto, la economía de EE.UU. sólo puede funcionar durante 20 días con sus reservas de petróleo actuales.

Y la Reserva Federal no podrá lanzar gran parte de otra ronda de impresión de dinero, en caso de que la economía caiga en recesión. La Reserva Federal puede intentar rescatar la economía de esta manera, aunque cuando el problema es la inflación, no es posible resolver un problema de inflación creando más inflación. La inflación (y las tasas de interés), después de un breve retraso, volverían a aumentar.

La cuestión es que gran parte de los estratos gobernantes todavía no lo «entienden»: la experiencia de décadas de inflación cercana a cero que ha experimentado Occidente ha quedado grabada en la mentalidad colectiva, pero ese mundo de hacer dinero sin esfuerzo era una aberración, no una norma. Dicho claramente, Occidente ahora está de alguna manera atrapado en diversas formas financieras, como el agotamiento fiscal (es decir, el gasto deficitario de Estados Unidos ha alcanzado el 8,5% del PIB).

Si bien es cierto que muchos en Occidente no entienden que la era de inflación cero fue una aberración, causada por factores que ya no pertenecen; sin duda, la aberración es bien entendida en Beijing y Moscú.

Liam Halligan observa de manera similar que los precios del petróleo han aumentado casi un tercio en los últimos tres meses: “Es un aumento enormemente significativo que podría agravar seriamente la crisis del costo de vida. Sin embargo, el aumento parece apenas haber sido notado por gran parte de nuestra clase política y mediática”.

Los mercados del crudo comenzaron a endurecerse a principios de este verano después de que el cártel de exportadores de la OPEP acordara retener los suministros de petróleo en un intento por aumentar los precios, y Halligan observa con acritud: “Cualquiera que minimice el poder de la OPEP no sabe nada sobre los mercados energéticos mundiales y menos aún sobre la geopolítica” . ”. (Énfasis añadido.)

¿Es casualidad que una guerra financiera silenciosa, desencadenada por la desdolarización y los mayores costos de la energía, pueda finalmente darle a los BRICS la influencia para forzar un cambio de política en Occidente? Y si persiste la reticencia occidental a la reestructuración, ¿podría el liderazgo de los BRICS aumentar aún más? Después de todo, los BRICS recientemente ampliados son ahora una potencia de materias primas.

Entonces, ¿quién controla ahora la inflación en Estados Unidos: una Reserva Federal atrapada o el nuevo rey de las materias primas?

Cumbres borrascosas

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein especial para Dossier Geopolitico

El título de este artículo alude a una extraordinaria novela escrita por Emily Brontë a mediados del siglo XIX y que, en muchas ocasiones, ha sido adaptada para cine y televisión. Yo vi la versión de 1992 dirigida por Peter Kosminsky.

El título de la novela vino a mi mente cuando me propuse reflexionar acerca del resultado de una serie de reuniones realizadas en fechas recientes del año en curso y que han significado una verdadera tormenta para la existencia y funcionamiento del sistema internacional. Son ellas las cumbres del grupo BRICS realizada en Sudáfrica en agosto, las del G-20 en India y del G77+ China en Cuba, en septiembre. Y agregaría el Foro Económico del Extremo Oriente, realizado en la ciudad rusa de Vladivostok durante el mismo mes. En menos de dos meses se ha estremecido los cimientos del sistema internacional atlantista y eurocéntrico.

La reunión anual de 2023 del grupo BRICS rompió definitivamente el oscurantismo mediático que acompañaba estas sesiones. Ya no fue posible ocultar ante el mundo una asociación de 5 Estados a la que desean incorporarse alrededor de 40 países del llamado “Sur Global” ante el avasallador avance de esta agrupación que ha ido ganando fuerza como contrapeso al orden financiero y político occidental.

En este momento (antes de la incorporación el 1° de enero de 2024 de seis nuevos países), los BRICS ya representan el 41% de la población, el 31,5% del producto interno bruto (PIB) y el 16% del comercio del mundo. Eso le ha permitido establecer una agenda distinta a la de Occidente como ha quedado en evidencia con el apoyo a Rusia para enfrentar las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea.

La gran demanda que hoy existe para unirse al bloque, es una demostración de la influencia de esta nueva fuerza geopolítica que posee el potencial para desafiar el sistema liderado por Occidente. Una fuerza que tendría al frente a la segunda potencia mundial, China que junto a Rusia esperan liderizar a la comunidad internacional hacia un mundo más justo, equitativo y participativo.

Lo dijo el presidente Xi Jinping al despedirse de su homólogo ruso al finalizar su visita de Estado a ese país en marzo: “Se están produciendo cambios que no hemos visto en cien años y somos nosotros quienes lo estamos liderando juntos”. Lo reiteró el pasado lunes 18 el canciller chino Wang Yi al iniciar su visita a Moscú: «Estamos dispuestos a velar junto con Rusia por la formación de un mundo multipolar y un orden mundial más justo». Estas declaraciones no dejan espacio para dudas con relación a cuál es el objetivo final.

Sólo unos días después de la reunión de Johannesburgo, durante la segunda semana de septiembre se realizó con gran éxito para India la cumbre del G20 en Nueva Delhi. Contrario a los intereses occidentales, el cónclave evitó “ucranizar” la cita. La declaración final aprobada por consenso expuso otros temas de interés planetario como la alimentación, el clima y la energía, la necesidad de reformar las instituciones financieras internacionales, la transformación digital y la política macroeconómica.

Vale destacar fue la aceptación de la importancia de los objetivos de desarrollo definidos como estratégicos por el Sur Global, sobre todo en relación con el reforzamiento del papel que deben jugar los países en desarrollo en el ámbito económico mundial y en la necesidad de que los países desarrollados cumplan las obligaciones financieras acordadas que establecen la necesidad de destinar cien mil millones de dólares anuales para luchar contra el cambio climático. La inclusión de la Unión Africana en el G-20 como miembro permanente fue una decisión histórica.

Rusia y otros países que han pugnado por despolitizar los debates en esta instancia para tener capacidad de dar respuesta a estos problemas que enfrenta la mayoría de la población mundial, lograron paralizar los intentos occidentales de transformar el evento en una discusión sobre la situación en Ucrania. El cónclave estableció con precisión que    existe una multiplicidad de conflictos armados en el planeta, haciendo un llamado a su arreglo pacífico mediante el diálogo y los esfuerzos diplomáticos sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de la ONU en su totalidad. Una vez más el fracaso de Estados Unidos y sus aliados fue patente.

Por otra parte, durante el mismo mes se realizó el Foro Económico Oriental en la ciudad de Vladivostok, ubicada en el extremo oriental de Rusia. Este espacio es “una plataforma internacional clave para crear y estrechar lazos entre la comunidad inversora rusa y la mundial, así como para llevar a cabo una evaluación exhaustiva del potencial económico del Lejano Oriente ruso”. En la misma participaron alrededor de 7.000 representantes de más de 50 países. Según el portal RT el año pasado, en el evento se firmaron documentos por un valor de casi 34.000 millones de dólares incluidos convenios sobre proyectos de infraestructuras y transporte, desarrollo de grandes yacimientos, así como en los sectores de la construcción, la industria y la agricultura.

El intercambio comercial entre Rusia y los países de la región de Asia-Pacíficocreció un 13,7% el año pasado, mientras que durante los primeros seis meses de este año se incrementó otro 18,3%. Durante su discurso en el cónclave, el presidente Putin planteó con claridad que el desarrollo del Lejano Oriente ruso es una «prioridad estratégica para todo el siglo XXI». Este evento y los acuerdos firmados exponen un mentís a la idea publicitada por los medios transnacionales de la desinformación que hablan del “aislamiento” de Rusia y la crisis de su economía.

Putin exteriorizó la idea de que estaba naciendo “un nuevo modelo de cooperación” a nivel global que no se basa en los patrones occidentales, explicando que estos cambios se producen debido a «la destrucción del sistema financiero» por parte de Occidente. Ello ha conducido -según el presidente ruso- a que cada vez más países muestren su disposición a cooperar bajo el nuevo modelo.

Finalmente, también durante este mes, se realizó en Cuba la cumbre del Grupo 77+China, agrupación formada por 134 países de Asia, África y América, que representan el 80% de la población mundial y dos tercios de los miembros de Naciones Unidas.

Este evento ha sido considerado una cita de los países del sur que han sido golpeados y maltratados por el injusto sistema internacional hegemonizado por Occidente. Especial importancia cobró que la reunión se celebrara en Cuba, país que durante más de 60 años ha sido bloqueado y multi sancionado por Estados Unidos. En el evento se denunció con mucha persistencia las políticas de bloqueo, injusticia, colonialismo, empobrecimiento, sanciones, marginación, explotación y racismo que estos pueblos han sufrido en diversas formas.

Contrario a lo que transmiten los medios transnacionales de la desinformación, la cumbre ha dejado claro que es Estados Unidos, Europa y eso que han denominado su “Comunidad internacional”, la que se encuentra aislada de la mayor parte de la humanidad que busca otros caminos y señala otros derroteros en la ruta de defender los valores de justicia y bienestar.

El evento enfatizó en que es necesario construir un enfoque diferente para tratar los elementos fundamentales del desarrollo científico, cognitivo y tecnológico, para que, de esta manera se pueda avanzar y lograr “un valor añadido, alcanzar justicia e igualdad de condiciones y eliminar de una vez por todas, la arrogancia, discriminación, hegemonía y las guerras impuestas por el Norte”.

En la reunión se impuso la lógica que estableció en su discurso Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba cuando dijo que: “No somos países pobres sino empobrecidos y privados de la tecnología y la ciencia para que sigamos siendo marginales y facilitar que los países del Norte saqueen nuestros recursos humanos y riquezas”.

Como presidente del Grupo, Díaz-Canel llamó a la construcción de un orden global justo y sostenible que permita a la mayoría de estos países salir de las crisis que les han sido impuestas. Para ello, propuso centrarse de manera participativa y colectiva en el desarrollo de recursos científicos, la innovación y el fortalecimiento de las capacidades científicas y cognitivas para lograr el desarrollo sostenible.

En su intervención ante el evento y de forma sorpresiva, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se plegó al clamor mundial al afirmar que es fundamental cambiar tanto el orden internacional como sus instituciones, creados tras la Segunda Guerra Mundial, para que “reflejen las realidades actuales”.

Guterres agregó que: “Necesitamos una acción global (…) para construir un sistema internacional que defienda los Derechos Humanosy trabaje en beneficio de sus intereses en todos los niveles. Y eso requiere que el G77+China utilicen su voz para luchar por un mundo que funcione para todos”.

Contrario a su postura tradicional, Guterres aseguró que el objetivo fundamental debería ser construir “instituciones multilaterales fuertes y eficaces”, ya que muchas de ellas, especialmente el Consejo de Seguridad de la ONU y las creadas a partir de los acuerdos de Bretton Woods, “reflejan una época pasada” y no la actual.

Parecía increíble, pero el diplomático portugués expresó con firmeza que: “La voz del G77+China siempre será esencial en Naciones Unidas. Y cuento con este grupo, que durante mucho tiempo ha sido defensor del multilateralismo, para dar un paso al frente, utilizar su poder y luchar”.

Así, vistas en su conjunto las reuniones cumbres de los dos últimos meses han mostrado a una humanidad que pareciera trazar un rumbo distinto al que le ha tocado vivir en los últimos 80 años, marcados por el dominio, la imposición, el chantaje y la amenaza permanente que significa la hegemonía atlantista de Estados Unidos y Europa.

X: @sergioro0701