Javier Benitez entrevista a Carlos Pereyra Mele de Dossier Geopolitico
Por primera vez desde octubre pasado el precio de referencia mundial del petróleo ha superado los 90 dólares el barril, en momentos de creciente tensión en Medio Oriente que exacerban un mercado ya de por sí tenso. Una cifra que supera el pronóstico medio de los analistas de 83 dólares el barril para este trimestre, según datos de ‘Bloomberg’.
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Días pasados, los futuros del petróleo crudo Brent subieron un 1,5% para ubicarse en 90,65 dólares el barril, mientras los operadores sopesaban la posibilidad de una reacción de Irán tras el ataque israelí a su Consulado en Damasco.
El Financial Times apunta que los precios (del petróleo) habían estado subiendo constantemente el presente año, a medida que datos económicos saludables de grandes economías como EEUU y China, apuntan a nuevos aumentos en la demanda global en un momento en que los productores de la alianza OPEP+ liderada por Rusia y Arabia Saudita continúan limitando la oferta.
Esta situación ha contribuido al aumento de los precios de la gasolina antes de la temporada de verano que inicia el próximo mes. El repunte se ha convertido en una creciente fuente de preocupación en la Casa Blanca a medida que se acercan las elecciones presidenciales de noviembre. EEUU advirtió recientemente a Ucrania que suspendiera los ataques a las refinerías de petróleo rusas por temor a que pudieran alimentar el repunte del precio del petróleo. Ucrania no cesa dichos ataques, y aquí están las consecuencias.
«Cuando uno analiza, no puntualmente el aumento [del precio] de una vez, sino que ve cómo se viene planificando entre las organizaciones que tienen la cartelización de los productos energéticos, es allí donde uno puede apreciar que dejó de ser manejado por Occidente», observa al respecto el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico.
De acuerdo al analista, la subida del precio del crudo afecta a Occidente desde el punto de vista financiero–monetario.
«Porque no nos olvidemos que numerosas transacciones internacionales de los productos energéticos, ya no se hacen en dólares. Por lo tanto, acá hay una pinza que va apretando a estas economías históricas [occidentales] que gobernaron el mundo con base en la expoliación, y basándonos en el control y el dominio de las fuentes de los recursos naturales energéticos, y hoy ya no disponen de esas capacidades. Entonces, están pagando realmente el valor que siempre les correspondió pagar, porque siempre habían conseguido los recursos energéticos baratos para facilitar su producción, hacerse competitivos, e impedir que nuevas naciones pudieran entrar en el mundo de la industrialización y de la comercialización de productos finales», explica Pereyra Mele.
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