Por Carlos Pissolito de su sitio Espacio Estrategico
- A modo de introducción: Muchas veces, nuestro pensamiento va de la palabra escrita a la hablada o, a eb otras, en sentido contrario. Tal es el caso de éste en particular. Sucedió que convocados por el canal de YouTube “El Mercurio” de Antonio Valdez para exponer sobre las crisis de Ecuador y de la Argentina, nos vimos ante la tarea de generar un esquema conceptual que nos permitiera encontrar las llaves de interpretación para tratar de entender ambas situaciones y que pese a algunas obvias diferencias entre ambos países, mostraban unas coincidencias que eran más profundas.
- El capitalismo ha evolucionada hacia el turbocapitalismo: Para Werner Sombart, el capitalismo es una «civilización» que tiene sus raíces más antiguas en las grandes ciudades-Estados del siglo XVIII como Venecia, Génova y Amberes en el marco de comercio marítimo con Oriente y que enriqueció a las ciudades italianas, por un lado, mientras, que por el otro permitió a Amberes, ubicada en la desembocadura del río Rin, ser la cabeza de la Liga Hanseática. (1)
Por su parte, Max Weber sin desconocer lo anterior afirmó que el surgimiento del capitalismo moderno data de la Reforma Protestante, más específicamente de su versión calvinista. Para este autor, el espíritu del capitalismo moderno tiene como base a la mentalidad protestante, a partir de que ésta se vio liberada de las restricciones católicas vinculadas con las prohibiciones relacionadas con la usura y al movimiento de las minorías judías. (2)
Como nos explica, Edward Luttwak el creador del término “Turbocapitalismo”, del que luego escribiremos. El capitalismo desde sus inicios y hasta no mucho tiempo atrás supo regular su potencial económico extraordinario con tres modelos diferentes. A saber: (3)
- El modelo estadounidense: basado, fundamentalmente, en leyes antimonopólicas que garantizaban la libre competencia y la defensa del consumidor..
- El modelo europeo: contenido por una compleja legislación social que proveía a un Estado de bienestar y
- El modelo japonés: regulado por su larga tradición histórica del empleo vitalicio y de protección de los trabajadores.
Acto seguido, Luttwak no duda en definir al turbocapitalismo como una versión occidental del comunismo soviético; ya que ambos tienen en común el apoyar a los procesos de destrucción creativa como el verdadero motor de la prosperidad económica. Con la única diferencia de que en los primeros, el sistema confía que esa tarea la cumplan un puñado de megamillonarios emprendedores y los segundos en otro puñado, pero de burócratas estatales.
Sea como lo queramos ver, la empresa capitalista es una compleja tarea exclusiva y que sólo puede ser emprendida por muy pocas personas; pues no todos los mortales gozamos de las capacidades naturales o adquiridas para convertirnos en un Henry Ford o en un Jose Stalín.
Inicialmente, la ética protestante permitió el desarrollo de un capitalismo gobernado por la modestia. Vale decir por un sistema que se basaba en los preceptos de la predestinación divina y que llevaba tanto a ricos como a pobres a aceptar su destino sin mayores problemas. Esto era así porque:
1ro Los beneficiados por las riquezas materiales no eran otra cosa que los elegidos de Dios,
2do Por el contrario, los pobres no eran culpables de su situación, sólo la consecuencia de no integrar el pelotón de los elegidos.
Pero, no pasó mucho tiempo en que las diferencias entre ambos grupos comenzaron a magnificar en forma exponencial, con ricos cada vez más ricos y con pobres cada vez más pobres y numerosos. Pronto la inicial modestia de no ostentar, fue reemplazada por el culto hedonista de las elites por los más extravagantes lujos y el precario equilibrio de la modestia se quebró.
Mientras la ética protestante se mantuvo viva en las sociedades occidentales como la base de su “Moral High Ground” la cuestión funcionó; pero como nos alerta Luttwak, alrededor de los años 70, surgió una 3ra categoría; la de aquellos que no aceptaban la teoría de la predestinación, simplemente porque no creían en ella y comenzaron, en consecuencia, a sublevarse -de varias formas- contra el sistema.
Dentro de este último grupo se destacan los carteles de la droga, verdaderas empresas capitalistas y que nada le tienen que envidiar a las proezas de conquistas económica llevadas a cabo, por ejemplo, por la Compañía de la Indias Orientales, durante las Guerras del Opio que asolaron China a mediados del siglo XIX.
Aquí surge un tema central. Como lo vimos al principio las ciudades-Estado italianas fueron las responsables de la creación de ese capitalismo agresivo que fue conquistando mercados y espacios para sus productos e intercambios comerciales. Posteriormente, ese modelo fue replicado, tanto por holandeses como por ingleses con sus célebres compañías orientales.
Una característica común que las une, es el hecho de que a pesar de tratarse de empresas en manos privadas, contaron siempre con el apoyo del Estado del cual se tratara. Es decir, se convirtieron en una suerte de empresas híbridas ni totalmente privadas ni totalmente estatales. (4)
Lo que nos lleva a preguntarnos cuánto tienen los carteles actuales de privado y cuánto de estatal. Veamos.
Para empezar, hoy por hoy, es impensable que los inmensos flujos financieros que produce el narcotráfico puedan ser manejados fuera del circuito financiero/bancario normal. Lo que nos lleva a concluir que ello no podría llevarse a cabo sin la complicidad de varios órganos de control estatal, desde pasos fronterizos hasta agencias de control de la evasión fiscal.
Para seguir, también podemos advertir una clara distinción a las políticas promovidas, especialmente por los EEUU, respecto de la oferta y la demanda de droga. Mientras se impulsa al combate armado de la primera, el que tiene lugar principalmente en países de la América del Sur con su doctrina militar del descabezamiento; no se toman medidas serias para restringir su consumo en los países desarrollados como los EEUU o Europa. Al respecto, resulta muy aleccionador la lectura de “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley respecto a la existencia de dos tipos de drogas, una para los consumidores pobres que los esclaviza y otra para los ricos que aumenta su creatividad.
Para concluir con este punto, vemos que el rol del Estado es fundamental; pero que se trata de uno bobo y de uno mayormente ausente y que se encuentra bajo el doble ataque de las supraorganizaciones globales que limitan su soberanía desde arriba y la de los actores no estatales que corroen su legitimidad desde abajo.
Todo ello, se traduce en los hechos en que los Estados nacionales se han visto vaciados, tanto de las herramientas materiales (FFSS, FFAA, agencias de control estatal, sistemas judiciales y carcelarios) y que son los adecuados para librar esa lucha como de la legitimidad necesaria para llevarlas a cabo a partir de doctrinas como el liberalismo o aún más extremas como las del libertarismo que reducen o le nieguen a ese Estado las potestades para hacerlo.
3. A modo de colofón: Nos toca concluir este artículo con la promesa de abrir las puertas de lo que sucede en Ecuador y en la Argentina, al igual que en otros países sudamericanos, en sus relaciones con el turbocapitalismo y el narcotráfico. Para ello nos hemos tomado el trabajo y el lector de leer las llaves de interpretación que permiten su apertura. A saber:
1ro El turbo capitalismo es una evolución lógica del capitalismo y que emerge cuando desaparece su ética protestante primigenia y aflora su natural voracidad por todo tipo de negocios, incluidos los ilegales.
2do Esto no puede realizarse fuera o al margen o sin la falta de control, si se prefiere, de las estructuras formales del Estado actual.
Señalado ésto, podemos inferir que en los mencionados países se han dado los mencionados procesos en forma concurrente. Es decir, el esmerilamiento del Estado y de sus instrumentos coercitivos y de control; a la par de que se ha puesto en práctica la idea de que se debía permitir una libertad absoluta para los negocios a los efectos de materializar un pleno clima de libre comercio, tal como lo proclaman las ideas liberales y libertarias.
Para ello se ha empezado por facilitar o hasta liberar tanto el tránsito de personas como de mercancías de todo tipo, ya sea interno como externo. No es casual que por ejemplo, en Uruguay, el actual escándalo por el avance del narcotráfico se haya iniciado por el otorgamiento indebido de pasaportes uruguayos a notorios narcotraficantes. O que en el Ecuador se haya procedido a dolarizar su economía y ésta sea una causa señalada por su actual presidente Daniel Novoa para facilitar el establecimiento del narcotráfico.
Igualmente, la Argentina de Javier Milei parecería estar recorriendo caminos similares con una prometida dolarización o si esta no se alcanza con una libre disponibilidad de monedas, especialmente del dólar, tal como ocurrió en los gobiernos de Carlos Menen y que los memoriosos señalan como la apertura de la Argentina al consumo de drogas masivo.
Para finalizar, es bueno recordar que esta situación es susceptible de ser rebatida siempre y cuando el Estado en cuestión y que es atacado o copado por el narcotráfico tenga la voluntad política de hacerlo. Así lo resolvió, por ejemplo, la China humillada tras las Guerras del Opio, cuando el Emperador Daoguang le ordenó a Lin Hse Tsu que combatiera al narco, quien así lo hizo atacando a la corrupción imperial y ordenando la destrucción de más de 20.000 cajas de opio. Además, se tomó la libertad de enviarle una carta a la Reina Victoria recriminando su apoyo a la Compañía de Indias Orientales:
Pero existe una categoría de extranjeros malhechores que fabrican opio y lo traen a nuestro país para venderlo, incitando a los necios a destruirse a sí mismos, simplemente con el fin de sacar provecho. Por este motivo, hemos decidido castigar con penas muy graves a los mercaderes y a los fumadores de opio, con el fin de poner término definitivamente a la propagación de este vicio. (…) Todo opio que se descubra en China se echará en aceite hirviendo y se destruirá. En lo sucesivo, todo barco extranjero que llegue con opio a bordo será incendiado (…)
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Notas:
- WEBER, Max. “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. Ed. Kindle.
(2) SOMBART, Werner. “El burgués”. Alianza Editorial, España. Ed. 2006.
(3) LUTTWAK, Edward. “Turbo capitalism”. Gran Bretaña, Ed. Weidenfeld & Nicolson, 2000.
(4) La Compañía Británica de las Indias Orientales fue una compañía formada a fines del siglo XVI por un grupo de empresarios ingleses con el propósito de dedicarse al comercio con Oriente para participar del lucrativo comercio de especies. A finales del próximo siglo obtuvo de la reina Isabel I de Inglaterra la Carta Real que le concedió el permiso exclusivo para ejercer el comercio con las Indias Orientales. Los comerciantes ricos y los aristócratas poseían acciones de la compañía. El gobierno inglés no tenía acciones, pero ejercía el control indirecto de ella.
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Referencias:
- “Estamos ante un Experimento | Y Ecuador es solo una muestra de lo que viene”. – https://www.youtube.com/watch?v=KFm4W-WQPmU&list=PLgXEElb3M_xZkb3v6k-KC_8B6OgP9X6Rg
- PISSOLITO, Carlos. “Narcotráfico: no a la estrategia norteamericana”. https://espacioestrategico.blogspot.com/2016/04/drogas-narcotrafico-y-libertad.html
- PISSOLITO, Carlos. “drogas, narcotráfico y libertad”.https://espacioestrategico.blogspot.com/2017/01/narcotrafico-no-la-estrategia.html
- PIA. “Uruguay: el narcotráfico y el gobierno de Lacalle”. https://noticiaspia.com/uruguay-el-narcotrafico-y-el-gobierno-de-lacalle/
- TN. “Daniel Noboa, el candidato que llegó al balotaje en Ecuador: “La dolarización ayuda a los narcos”.https://www.youtube.com/watch?v=kOCIl4ByeEg&t=24s
- Revista Digital de Historia y de Ciencias Sociales. http://www.claseshistoria.com/imperialismo/%2Blinzexuopio.htm
Fuente: Publicado en Espacio Estrategico autorizado por el autor para ser publicado en Dossier Geopolitico
https://espacioestrategico.blogspot.com/2024/01/turbocapitalismo-y-narcotrafico.html
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