Noam Chomsky ha dicho que Israel sufre un
«complejo de Sansón», que podría llevarlo
a su propia destrucción.

La noticia más importante de la semana pasada recibió muy poca prensa. Según el New York Times del 14 de febrero, poco después de aterrizar en Polonia para una importante conferencia internacional, el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu cometió un sincericidio.

Apenas había aterrizado anunció en su cuenta de de Twitter: «una reunión abierta con representantes de los principales países árabes, para reunirse en Israel, para promover el interés común de la guerra contra Irán».

En caso de que alguien dude de que esto fue un caso sincericidio, el Times informó que: «Una hora más tarde, la publicación de Twitter se cambió por:
«promover el interés común de combatir a Irán”.
Así que Israel quiere la guerra con Irán y, también, la quieren varios Estados árabes con voces fuertes en Washington, especialmente Arabia Saudita. Desde una perspectiva estadounidense, el problema es que tanto los israelíes como los saudíes querrán que los Estados Unidos peleen esa guerra por ellos.
Esto promete ser la guerra de Irak de nuevo. Los neoconservadores estadounidenses fueron actores importantes en el diseño de una nueva estrategia para la destrucción de cada país árabe que podría ser una amenaza para el estado judío. Irak fue el primero en la lista. Pero entonces, como ahora, se suponía que los Estados Unidos debía luchar, asumir las bajas y pagar la factura. Los neoconservadores trabajaron con un presidente que tenía poco conocimiento de la política exterior (aunque Trump es mucho más inteligente que W.) para cumplir sus órdenes y él se enamoró de ellos. El resultado fue un desastre para los Estados Unidos y para la región (e, irónicamente, Israel). Perdimos más de 5.000 jóvenes estadounidenses muertos, decenas de miles de heridos, billones de dólares desperdiciados y el Estado iraquí fue destruido, en beneficio de las Guerras de IV Generación, entidades no estatales como Al Qaeda e ISIS que son amenazas reales para los Estados Unidos y para Israel, que el Irak de Saddam no lo era. También, destruimos la principal potencia regional que estaba bloqueando a Irán en su búsqueda por el dominio regional.

Ahora, se supone que debemos compensar esa equivocación yendo a la guerra con Irán. El resultado probablemente sería aún peor. Irán tiene tres veces la población de Irak, es más competente militarmente y puede cortar el flujo de petróleo a través del Golfo Pérsico, lo que creará una importante crisis energética. El Pentágono pensará que puede restringir la guerra a un empeñamiento aéreo y marítimo y que lo podría ganar fácilmente. Pero los iraníes pueden contraatacar en tierra, atacar a las tropas estadounidenses en Siria, en Irak y en Afganistán y potencialmente terminar con miles de rehenes estadounidenses. En ese punto, ¿cuál es nuestro próximo movimiento?
También, es muy probable que un Irán derrotado se desintegre como lo hizo Irak, creando otro coto de caza feliz para las entidades de las Guerras de la IV Generación. Esas entidades, una vez más, serían mucho más amenazadoras, tanto para la región como para nosotros, que lo que es Irán. De hecho, es difícil ver cómo Irán es hoy una amenaza tan grande para los Estados Unidos que debemos ir a la guerra. Irán amenaza a Arabia Saudita y los estados del Golfo, pero una guerra entre esos países probablemente no suspenda los envíos de petróleo desde el Golfo por mucho tiempo, porque todos necesitan exportar petróleo para mantener sus economías en funcionamiento. Más allá de eso, ¿cómo es que Irán representa una amenaza para nosotros? Los incidentes terroristas en los Estados Unidos y en Europa han sido llevados a cabo abrumadoramente por sunitas, no chiítas, a menudo sunitas entrenados en madrasas financiadas por saudíes.

Pero hay un peligro real para Israel aquí y no viene de Irán. Los estadounidenses del Heartland están cansados ​​de las guerras en las que sus hijos son mutilados o asesinados por razones que nadie puede explicar. El hecho de que los Estados Unidos haya sido manipulado por agentes israelíes no registrados en la guerra en Irak no es ampliamente conocido, al menos por el gran público. Pero la reacción pública contra una guerra con Irán se desarrollaría rápida y fuertemente. ¿Puede Israel estar seguro de que el pueblo estadounidense no se dará cuenta de que nuestras tropas están sirviendo como los mercenarios no pagados de Israel? En la era de Internet, el control de los medios de comunicación tradicionales ya no puede ser suficiente para barrer la verdad bajo la alfombra. ¿Qué sucede si los estadounidenses comunes, en gran número, comienzan a señalar a Israel como la causa de nuestro último desastre y qué es lo correcto hacer?

Al intentar repetir su «éxito» en empujar a Estados Unidos a la guerra contra Irak, usando la misma técnica, Israel corre el riesgo de revelar al hombre detrás de la cortina. ¿Podría el público estadounidense volverse contra Israel? ¿En quién buscará Israel el apoyo externo sin el cual no puede sobrevivir? No sería la primera vez que los israelíes derriban el templo sobre sus propias cabezas.

Traducción: Carlos Pissolito

Fuente: http://www.traditionalright.com/author/wslind/
Fuente en Español: https://espacioestrategico.blogspot.com/2019/03/la-proxima-estupida-guerra-neocon.html

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