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Genocidio y terrorismo contra civiles rusos. Es el que patrocina y fomenta el Occidente colectivo. El régimen de Kiev, que no mueve un pelo sin el conocimiento y la autorización de la angloesfera, se ha agenciado definitivamente a estos métodos. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, denunció que Occidente está dispuesto a apoyar el genocidio de Kiev.

Por Javier Benitez

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Occidente cada vez más solo y desesperado

Lo anteriormente expuesto va de la mano con la idea de EEUU y sus vasallos de asestarle una derrota estratégica a Rusia, pero que al ver que militarmente no pueden lograrlo, apelan al ataque sistemático contra la población civil. Algo que vienen haciendo desde el año 2014, pero que ante una derrota inminente del mundo unipolar que EEUU se niega a aceptar, estos métodos son cada vez más frecuentes.

Una derrota que pasa por no aceptar bajo ningún concepto llegar a acuerdos de paz con Rusia, tal como los líderes occidentales han venido manifestando a través de diferentes voces, a cuál de ellas más belicistas: políticos y altos cargos de EEUU y de la Unión Europea. Y el envío de armas de Occidente a Ucrania, a sabiendas de que el régimen de Zelenski utiliza buena parte de ellas para atacar a civiles, no hace más que dejar las cosas cada vez más claras en este sentido.

En este contexto, Lavrov se muestra escéptico a que la idea elaborada por los líderes africanos sobre un plan de paz pueda ser aplicada para la resolución del conflicto y advierte que Washington y Londres han declarado reiteradamente que no puede ser aceptado otro plan que no sea la llamada la fórmula para la paz de Zelenski. Enfatizó que el G7, la OTAN y la UE exigen que todos se adhieran a ella.

Y es que en la Cumbre del G20 celebrada a mediados de noviembre pasado en Indonesia, Zelenski propuso una ‘fórmula de 10 puntos para restaurar la paz en Ucrania’ a la que Lavrov aludió de esta manera: «Esta fórmula significa la salida de las tropas rusas y la retirada de Rusia de todos los territorios: Crimea, Donbás y los nuevos territorios, Zaporozhie y Jersón. Luego, un tribunal sobre Rusia, sobre los dirigentes rusos. Tras esto el pago de las reparaciones, por así decirlo. Y solo después de todo esto, Ucrania aceptará amablemente firmar un tratado de paz».

Lavrov añadió: «Zelenski declaró hace tres años o un par de años, que si alguien se siente ruso entre los ciudadanos ucranianos ‘se vaya a Rusia’ por el bien del futuro de sus hijos y nietos. Los señores Danílov y Podoliak también dijeron que tras la devolución de Crimea y los territorios orientales de Ucrania, exterminarían todo lo ruso que hubiera allí hasta la aniquilación física de los ciudadanos rusos».

Entonces, Lavrov arremetió: «Esta postura de Occidente y su adhesión únicamente a esta fórmula bárbara y atroz de Zelenski significa que están dispuestos a apoyar el genocidio. No tengo nada más que añadir aquí», concluyó.

Vale la pena recordar que el 16 de mayo, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, informó que en nombre de los países africanos habló con sus pares Putin y Zelenski, y manifestó que ambos aceptaron recibir en sus respectivas capitales, una misión de paz encabezada por seis jefes de Estado africanos.

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, señala que «realmente [son] espantosas las declaraciones de los ‘líderes’ que ejercen el poder del régimen en Kiev, y que evidentemente demuestran que su verdadero rol es profundizar el conflicto, desarrollar la guerra hasta las últimas instancias, como se dice, ‘hasta el último ucraniano’. Todo esto que estamos escuchando, y que no es ninguna novedad, es consecuencia de una decisión total y absoluta asumida por algunos países líderes de lo que en su momento fue la hegemonía occidental sobre el mundo».

Publicado y Difundidopor Radio Sputnik Internacional Moscu: https://sputniknews.lat/20230531/guerrerismo-fomento-del-terrorismo-y-del-genocidio-lo-unico-que-le-queda-a-occidente-1140040536.html

Por Rafael Poch de Feliu

En el concurso de dementes que empuja hacia una gran guerra y a la definitiva irrelevancia mundial de la Unión Europea, Polonia juega un papel de vanguardia.

Miroslaw Hermaszewski (1941-2022) fue el primer y, hasta la fecha, único astronauta polaco. En 1978 formó parte de la tripulación de la Soyuz 30 y cumplió misión en la estación orbital soviética Saliut-6. Después de eso, alcanzó el generalato y fue condecorado con la medalla de “Héroe de la Unión Soviética”, la más alta distinción de la URSS raramente concedida a extranjeros. Muchos años después del hundimiento del bloque del Este, en julio de 2013, el jubilado astronauta concedió una entrevista al canal de televisión polaco TVN 24 en la que ofreció detalles desconocidos de su biografía. En Polonia se conmemoraba entonces el setenta aniversario de las “masacres de Volinia” es decir la aniquilación de entre 70.000 y 100.000 civiles polacos a manos del brazo armado de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), el llamado Ejército Insurgente Ucraniano (UPA). Hermaszewski nació en un pueblo de Volinia llamado Lípniki y tenía dieciocho meses cuando las unidades del UPA llegaron al pueblo una noche de finales de marzo de 1943.

”Asesinaron a 182 personas de nuestro pueblo, entre ellos dieciocho de nuestra familia inmediata, mi abuelo murió de siete golpes de bayoneta en la cabeza”, explicó. El pequeño Miroslaw se salvó de milagro, porque su madre lo tomó en brazos y huyó con él campo a través. “Los bandidos vieron que una mujer corría con un niño en brazos y empezaron a dispararnos”. Uno de ellos les persiguió y disparó a la madre en la cabeza a corta distancia pero falló, solo fue herida en la sien y en la oreja, cayó inconsciente y el niño huyó. (1)

Al día siguiente de aquella entrevista, el parlamento polaco aprobó una resolución sobre las matanzas de polacos del periodo 1942-1945 en Volinia y Galitzia oriental, territorios que habían pertenecido a la segunda república polaca hasta la disolución del estado polaco de 1939, condenando la masacre de “alrededor de 100.000 ciudadanos polacos, hombres, mujeres, ancianos y niños” a manos de los nacionalistas ucranianos de Ucrania Occidental. La resolución consideraba que, “la dimensión organizada y masiva del crimen de Volinia lo caracteriza como una limpieza étnica con aspectos de genocidio”. Al mismo tiempo, el parlamento expresaba su agradecimiento “a los ucranianos que actualmente ayudan a documentar los crímenes y conmemorar a las víctimas”, pese a que el gobierno ucraniano no autoriza excavaciones en los escenarios de las matanzas.

En septiembre de 2016 el parlamento ucraniano, la Verjóvnaya Rada, rechazó las consideraciones de la cámara polaca con cuatro argumentos: 1- que los polacos también mataron ucranianos, 2- que el número de víctimas polacas no pudo exceder los 30.000, porque en aquellos momentos en Volinia no había tanta población, 3- que “está bien establecido” que los perpetradores fueron agentes de la policía secreta soviética disfrazados de combatientes de la OUN /UPA (pese a que desde junio de 1941 la región estaba ocupada por los alemanes y los soviéticos se habían retirado, derrotados) y que 4- evocar este asunto solo sirve a los intereses rusos. (2)

Saco esto a colación para ilustrar el hecho de la complejidad de las relaciones polaco-ucranianas. Polonia ha acogido ejemplarmente a centenares de miles de ucranianos que han huido de la guerra. Es el segundo país de Europa, después de Rusia, que más refugiados ucranianos ha recibido. Polonia es también el país más antiruso y más proamericano del continente. Solo un 2% de los polacos expresan una opinión favorable a Rusia, según una encuesta del Pew Research Center de primavera del año pasado, que también daba un máximo continental de opiniones favorables a Estados Unidos (91%). Esa opinión echa sus raíces muy lejos, en toda una serie de experiencias históricas mutuamente desastrosas y bien conocidas, tanto con el zarismo como durante el estalinismo, cuando centenares de miles de polacos perecieron o fueron deportados por el régimen soviético, y, más en general, en una divergencia histórica, cultural y religiosa con Rusia muy viva.

Entre 1572 y 1791 la elección de los reyes polacos por los nobles, que a veces implicaba a cuarenta mil o cincuenta mil de ellos, fue norma en Polonia. El rey electo estaba atado por el llamado “pacta conventa”, una suerte de contrato que detallaba las obligaciones del rey hacia la nobleza. Si se compara las relaciones de aquella caótica monarquía republicana, nobiliaria y católica, con las de la autocracia ortodoxa moscovita, en las que el “gosudar” (soberano) se definía por atar bien corto a sus boyardos, y donde la nobleza estaba totalmente supeditada a la corte, el contraste entre las culturas políticas de ambos países no puede ser más agudo y da lugar a verdaderas patologías.

Con Putin los polacos rechazaron la mano tendida de Moscú, por ejemplo reconociendo directamente y asumiendo la responsabilidad por las matanzas estalinistas de Katyn. Cuando en abril de 2010 el avión que conducía a la plana mayor del país a un acto conmemorativo de aquellas matanzas se estrelló cerca de Smolensk por obvias negligencias polacas, la nación prefirió ver en la tragedia un atentado ruso pese al cúmulo de evidencias en contra registradas en la caja negra… La extrema beligerancia del gobierno polaco en el actual conflicto es resultado de todo este complejo de experiencias históricas, diferencias y patologías.

Ningún gobierno europeo se ha mostrado más proclive y entusiasta con que la OTAN intervenga abiertamente en la guerra contra Rusia. Los polacos son siempre los primeros a la hora de apoyar el envío de todo tipo de armas, son los terceros que más ayuda militar han prestado a Ucrania, solo por detrás de Estados Unidos e Inglaterra, gastan proporcionalmente mas que nadie en “defensa” y están reforzando su ejército a marchas forzadas junto a su fronteras con Ucrania y Bielorrusia. Según algunas estimaciones muy difíciles de verificar ya hay miles de soldados polacos en Ucrania luchando de forma extraoficial, es decir formalmente licenciados o en excedencia del ejército polaco. Pero lo que importa aquí es retener que en el actual conflicto Polonia tiene sus propios intereses, sus propios motivos, sus propios proyectos, y marca su propio juego. ¿Qué decir del juego polaco? Pues que históricamente ha sido siempre fiel a aquella observación de Balzac, casado con una polaca nacida en Ucrania, que ya en el siglo XIX advertía que “si hay un precipicio, el polaco se tira por el”.

En época moderna, gran parte de Ucrania Occidental perteneció a Polonia desde 1918 hasta 1939, y en épocas anteriores los polacos dominaron enormes zonas de la actual Ucrania. En el siglo XVI se creó la llamada “República de las dos naciones” formada por el reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania. Duró hasta finales del XVIII y dominó, además de sus dos matrices, los territorios de Bielorrusia, gran parte de las actuales Estonia, Letonia y Ucrania, y zonas de la Rusia meridional. En aquella época la influencia polaca y sus ejércitos llegaron a Moscú, enviaron a Varsovia enjaulado al zar de Rusia, donde fue ejecutado, e incluso impusieron un breve zar en Moscú, en lo que en la historia rusa se conoce como “época turbulenta”. Aquella “gran Polonia” se extendía por casi un millón de kilómetros cuadrados y dejó en Varsovia y Cracovia un recuerdo de grandeza que siempre ha sido muy difícil compaginar con las realidades de una nación obligada a convivir con los tres colosos de su entorno: Prusia, Austria-Hungría y Rusia. Llevarse mal con todos ellos equivalía a una sentencia de muerte, pero eso es, precisamente, lo que hicieron los polacos: tirarse por el precipicio de Balzac y pagar por ello el correspondiente precio.

Entre la destrucción de la vieja república polaca, en 1795 y el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1918, el estado polaco dejó de existir. Fueron 123 años, cinco largas generaciones en los que Polonia solo conoció el dominio extranjero y la opresión política de prusianos, rusos, y austro-húngaros. En esa larga travesía del desierto, los polacos se metieron en un avispero de múltiples hostilidades; en Rusia contra los lituanos, en Austria /Hungría contra los ucranianos de Galitzia oriental y contra los checos, y en la mayoría de las ciudades polacas contra los judíos cuyo sionismo militante levantaba cabeza. Luchar contra todos, sin calcular las propias fuerzas y las del adversario, es una vieja tradición polaca. Una doble hostilidad geopolíticamente suicida, contra alemanes y rusos, dictó su segunda gran extinción como estado en 1939, con el pacto Molotov/Ribbentrop y el enésimo reparto territorial y maltrato del país, ahora entre Alemania y la URSS.

La gran Polonia/Lituania de los siglos XVII y XVIII

¿De donde viene esa predisposición nacional al suicidio? La primera estrofa de su himno nacional, “Jeszcze Polska nie zginela” (“Polonia aún no ha muerto”), la proclama con orgullo. Norman Davies, el principal historiador británico de la nación, cuya obra rezuma simpatía hacía esa actitud polaca, la explica como virtud al observar que “todos los principales países europeos pasaron por la experiencia romántica, pero en Polonia fue particularmente intensa. Se puede pensar que ofreció el elemento principal de su cultura moderna”. (3) Sea como fuere, los polacos están regresando ahora a sus típicos delirios nacionales a propósito de la guerra de Ucrania. En el centro de esos delirios la idea de recrear la gran Polonia del Mariscal Pilsudski.

En los años veinte el caudillo polaco Jósef Pilsudski, rescató la tradición de grandeza imperial de aquella República aristocrática polaca de los siglos XVII y XVIII para formular su proyecto de federación desde el Báltico hasta el Mar Negro bajo liderazgo polaco, el llamado Miedzymorze o Intermarium. Aquel espacio entre los dos mares estaba enfocado a la disolución de Rusia, primero en su encarnación zarista/imperial y luego soviética. En su actual Constitución (1997), Polonia se declara sucesora de “las mejores tradiciones” de aquella primera república, bajo la cual los campesinos ucranianos estuvieron sometidos al doble yugo de los latifundistas polacos y del catolicismo. Desde la disolución de la URSS y la integración de Polonia en la Unión Europea, la idea de una “tercera Europa” liberada de lo que el primer ministro Mateusz Morawiecki describe como “dictadura franco-germana” de la UE, está presente en la mentalidad de la derecha polaca y encaja con los intereses de Washington en el continente.

En un artículo publicado el 26 de marzo por la revista Foreign Policy, Dalibor Rohac, un autor neocón del “American Enterprise Institute” evocaba la conveniencia de un nuevo Intermarium, una unión polaco-ucraniana que contenga a Rusia y desbarate definitivamente al competidor europeo. “Ambos países”, decía, “se enfrentan a amenazas de Rusia, Polonia forma parte de la UE y de la OTAN, así que si formaran un estado federal o confederal común con una misma política exterior y de defensa, Ucrania se integraría inmediatamente en la UE y en la OTAN” “Se formaría así el mayor país de la UE (segundo en población tras Alemania) y su primera potencia militar, ofreciendo un contrapeso más que adecuado al tandem franco-alemán. Para Estados Unidos sería una forma de asegurar el flanco oriental de Europa frente a la agresión rusa a cargo de un país con una comprensión muy clara de la amenaza de Rusia”, decía. El precedente de la reunificación alemana, en la que la RFA engulló a la RDA, “demuestra que tal operación es posible si hay voluntad política”, señalaba el articulista, dejando caer de paso el detalle de que de esa forma, Estados Unidos podría desentenderse del coste de la reconstrucción de Ucrania, lastre que recaería íntegramente en el club del cual Kíev ya sería miembro… La guinda del artículo era la frase con la que concluía y que resume tanto las intenciones de Washington como las ambiciones de Varsovia: “El futuro de Ucrania es demasiado importante como para dejarlo en manos de Bruselas, París y Londres”. (4)

El 5 de abril el diario polaco Rzeczpospolita recogió la idea en un artículo del politólogo Tomasz Grzegorz Grosse de la Universidad de Varsovia, titulado, Reconstruyamos la República de Polonia, esta vez con Ucrania. (5) Se trata de, “construir un sistema de seguridad sólido en Europa central-oriental” que haga posible “una mayor intervención de Estados Unidos en el Pacífico” contra China, escribía el autor. “También los expertos polacos aconsejan la reconstrucción de la histórica República de las dos naciones, profundizando la cooperación entre los países de nuestra región, al principio principalmente polacos y ucranianos”, decía.

El mismo día de la publicación del artículo, el Presidente Zelenski realizaba su primera visita oficial a Polonia, donde fue condecorado con la orden polaca del “Águila blanca” y declaró la “amistad por los siglos” entre Polonia y Ucrania. “Entre los dos países no debe haber fronteras políticas, económicas ni sobre todo históricas”, dijo el Presidente ucraniano en lo que parecía una velada referencia a las matanzas de polacos en Volinia y Galitzia de los años cuarenta. Pocos días después, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki visitaba Washington, reclamando el liderazgo de la “tercera Europa” para su país: “Polonia quiere convertirse en la base de la seguridad europea. Nuestros vecinos de Occidente fueron los primeros en cometer el gran error de una estrecha cooperación energética con Rusia, y ahora su posición hacia Ucrania no es la misma de Estados Unidos o de Polonia”, dijo en abierta referencia a las últimas declaraciones de Emmanuel Macron contra el “vasallaje” europeo realizadas a su regreso de la visita oficial a China. “Los aliados de Europa occidental y Estados Unidos no pueden o no quieren armar y entrenar suficientemente a las tropas ucranianas para lograr una victoria espectacular”, decía Tomasz Grzegorz Grosse en el mencionado artículo. “Somos la piedra angular perfecta de las relaciones europeo-estadounidenses”, proclamó Morawiecki en Washington, criticando a “aquellos líderes europeos que quieren un alto el fuego rápido en Ucrania, prácticamente a cualquier precio”.

Polonia se está convirtiendo en un nudo de concentración de tropas junto a Bielorrusia y Ucrania”, dice en Moscú Konstantín Zatulin, vicepresidente del comité para las relaciones con el entorno ex soviético de la Duma de Rusia. Según fuentes de la inteligencia de Estados Unidos citadas por el periodista Seymour Hersh en su último artículo, en Polonia y Rumanía hay dos brigadas aerotransportadas, la 81 y la 101, es decir veinte mil soldados de Estados Unidos, perfectamente preparadas para una intervención militar en Ucrania, sin que se sepa cuál es el plan y el objetivo de la Casa Blanca en esta guerra. (6) La respuesta rusa a esa tendencia ha sido el anuncio de desplegar armas nucleares tácticas en Bielorrusia, bajo estricto control ruso, el mismo estatuto que rige la presencia de esas mismas armas americanas en Turquía, Bélgica, Holanda, Italia y Alemania para torear los artículos 1 y 2 del acuerdo de no proliferación nuclear.

En el concurso de dementes que nos empuja hacia una gran guerra y a la definitiva irrelevancia mundial de la Unión Europea, Polonia ya está jugando un papel de vanguardia.

Notas

(1)Hermaszewski wspomina historie swojej rodziny podczas rzezi wolynskiej / Hermaszewski recuerda la historia de su familia durante la masacre de Volinia, en :ONET Wiadomosci,11 de julio de 2013.

(2) Citado por Nicolai N. Petro, 2023; The Tragedy of Ukraine.

(3) Davies en Hearth of Europe: A short History of Poland, 1984.

(4) It’s Time to Bring Back the Polish-Lithuanian Union (foreignpolicy.com)

(5) Tomasz Grzegorz Grosse: Odbudujmy Rzeczpospolitą. Tym razem z Ukrainą – rp.pl

(6) Seymour Hersh, Trading with the enemy.

Esta es una entrevista de RT a los voluntarios rusos que pelean en la Operación Especial como verán es una lucha encarnizada  No es un paseo (tipo yankee voy lo mato y vuelvo). Todos llevan granadas para volarse antes de caer prisioneros…hablan de lo duro del frente…del drama de quedar inválidos…y de los amigos muertos…pero todos quieren regresar al frente…ahora bien sus heridas y sus compañeros muertos lo son por las armas, el entrenamiento y el dinero entregado por europa y eeuu…creo que el daño que se hizo europa es definitivo…

Y otro tema es que RT expone estas duras experiencias personales que bien podrían ignorarlas y mostrar «rambos» superhéroes como hacen los yankees y Hollywood Pero no…la población rusa sabe lo que pasa con sus hombres y mujeres en el frente. Y también saben muy bien que muchos han muerto asesinados por las armas occidentales, pero no solo combatientes sino miles de civiles ucranianos rusoparlantes por parte del régimen de Kiev

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

RT habló con los voluntarios de Irkutsk Sergey Ziyatdinov, Mikhail Surovtsev y Alexey Shabansky, quienes regresaron de la zona NVO y van allí nuevamente. Hablaron sobre la vida y la amistad en la línea de contacto y compartieron por qué decidieron participar en la operación especial.

Sergei Ziyatdinov, indicativo Tatarin

Trabajamos como instaladores en Kamchatka, de servicio, con Mikhail (Surovtsev. – RT ). Nos sentamos arriba, en el andamio, hablamos. La operación ya ha comenzado. Allí, en una altura, decidieron: cuando volvamos a casa, iremos como voluntarios. En el Donbass, los niños están siendo asesinados, nosotros mismos tenemos hijos, ¿cómo puedo soportarlo? Regresaron a casa, renunciaron, fueron a la junta de reclutamiento. Se les dijo a las familias que habían ido a un sitio de construcción en Donetsk. Más tarde, sin embargo, en el centro de formación, cuando les entregaron los teléfonos, se lo confesaron a sus esposas. Mi algo está acostumbrado a que subo constantemente a todos lados. Pasé por Chechenia y no solo.

Las hijas también son comprensivas: tengo tres. Desde la infancia, armaron y desarmaron un rifle de asalto Kalashnikov, fueron al campo de entrenamiento conmigo. Les expliqué: lo que el abuelo Matvey no terminó, debemos ir y terminarlo. Era el abuelo de mi esposa, luchó en la Gran Guerra Patria, fue premiado. Siempre les contaba a todos sus nietos y bisnietos sobre la guerra.

Cuando fue difícil, pensé: el abuelo Matvey me está mirando desde arriba, no puedes ser un cobarde. De alguna manera, nos enseñaron que no puedes quedarte en casa cuando es así.

La lección, por cierto, fue seria. En el calor de 40 grados, 20 km al día transcurrieron con equipo de combate completo. Más tarde a menudo recordábamos al jefe del campamento con gratitud. Entre los voluntarios, simplemente no había nadie: un diputado, un profesor de historia, un agente inmobiliario … Teníamos a Oleg Sh. Era ucraniano. Sirvió en las Fuerzas Armadas de Ucrania, luego se dio cuenta de que toda la élite eran nazis, se fue, se fue a Crimea y se fue voluntariamente por la nuestra. Lo mató: un golpe directo en la trinchera.

  • Sergei Ziyatdinov (extremo izquierdo) 
  • © Foto de archivo personal

Nuestro comandante estuvo con la compañía de principio a fin. Hubo pérdidas. Todos fueron con granadas, no se habrían rendido al cautiverio. También hubo rechazos de voluntarios, después de las primeras batallas, luego hubo realmente patriotas.

Allí, por supuesto, todos los sentimientos se agravan. Una vez que Alexei (Shabansky. – RT ) fue a reunirse, nos llevó cámaras termográficas. Me siento en un tocón, pero mi corazón está inquieto. Se dio la vuelta, caminó de regreso. Escucho: llegada. Me paré detrás de un árbol: un gran fragmento voló frente a mi nariz, ya estaba caliente. Creo que tienes que caer en la trinchera. Doy medio paso, escucho: otro fragmento – y en mi cabeza: esto es tuyo. Chocó contra un árbol y algo me golpeó en el hombro.

El tiempo se extendió. Mintiendo. Pienso: si me arrancan el brazo, no llamaré a nadie, no quiero ser un lisiado. Entrecerré los ojos, miro: la palma parece estar en su lugar, pero no la siento. Llamo a mi gente, me responden: «Ahora habrá otra llegada». Se arrastró, el brazo cuelga y la espalda parece estar en llamas. Todo estaba en silencio, me examinaron: mis brazos y piernas estaban más o menos intactos.

Me equivoqué un poco después. Se negó a dejar los cargos: ¿cómo dejar a los chicos? Pero más tarde fueron enviados al hospital de todos modos. Le dolía respirar y el brazo se le trababa. Allí no hay equipo, ya fue examinado en casa. Resultó que había una fractura de la escápula, múltiples fracturas de las costillas. Cuatro contusiones. Pero shell shock hay una cosa común, todos estamos shell shock, hay tinnitus. No había un día sin bombardeos de mortero. Y nunca se enfermaron. Una vez dormí justo en el arroyo, simplemente me envolví mejor en un saco de dormir. Y sin secreción nasal, sin resfriados. Tosa después del polvo solo cuando conduce un camión.

A veces sucedió, se pararon justo al lado de los ucranianos, al contrario. Por la mañana gritan: “¡Orcos, venid al vodka con manteca!” Y cariñosamente los llamábamos eneldo…

Cuando regresó a casa, no lo soltó de inmediato. Mi esposa y yo fuimos a una tienda de porcelana. Alguien dejó caer la sartén; yo mismo no entendí cómo me sumergí debajo del estante. La esposa se acercó: «¿Quizás salgas?» Tal rugido fue como una llegada, y reaccioné. Allí aprendimos a sumergirnos en el suelo.

Le digo a mi esposa que no volveré a ir. Pero me iré. Retrocederé un poco, dejará de dolerme la cabeza y me iré. Alguien tiene que hacer este trabajo. Este es un trabajo para un hombre de verdad. Nuestros muchachos están peleando allí, hermanos, y yo estoy aquí, eso no es bueno.

Alexey Shabansky, indicativo Labus

Si mueren, no te preocupes. Si se lastiman, duele, pero no da miedo. Uno de nosotros resultó herido: con una pierna rota, un bazo roto, él mismo soportó a los heridos. Sobrevivió, por cierto, recientemente regresó del hospital. Pero cuando alguien muere en tus brazos y no puedes ayudarlo, da miedo. Uno de ellos murió en mis brazos, no dejaba de decir: “Quiero irme a casa”. Tenía que volver y casarse. 

Tenemos un director, trabajé en una institución educativa, todo el tiempo al comienzo de la SVO dijo: necesitas ser voluntario. Si no amontonamos al mundo entero, no pasará nada bueno, arruinarán a Rusia, como la Unión Soviética en su tiempo. Se acercaban las vacaciones, fui a la oficina de registro y alistamiento militar y entregué los documentos. Mamá dice: «En general, me sorprende cómo tú, con tu personaje, sobreviviste hasta el verano». La esposa, sin embargo, amenazó con divorciarse. Pero se levantó y se fue.

  • Alexey Shabansky y Sergey Ziyatdinov 
  • © Foto de archivo personal

Para ser honesto, no esperaba regresar de allí para nada, estaba listo para morir. Si no hubiera sido herido en el hombro y la pierna, me habría quedado allí. Solo soportó el «doscientos» y nos cubrió. Una vez, un trozo de metralla se atascó en un casco y las boinas se perforaron en una mochila.

Allí no usó casco, solo en posiciones. Cuando realiza un reconocimiento, intenta tener menos peso; es mejor llevar más municiones.

Todo sucedió. Pasamos la noche de alguna manera en la refinería y temprano en la mañana en el edificio: mortero de fuego directo. Todo está en el sótano, y yo estaba en el segundo piso. Explosiones escuchadas algunas, pero ya familiares. Y luego miro: hay un agujero en la pared justo enfrente de mi habitación.

En realidad, el humor estaba ahí. Tenemos a un hombre, que ya no es joven, se sacó la dentadura postiza para limpiarla, y luego el bombardeo. Buscaron en todo, y luego no encontraron esta mandíbula. Nos divertimos, por supuesto. O después de la lluvia, colgamos la ropa para que se seque, descascaramos, solo quedan las bandas elásticas. Bueno, nosotros también nos reímos, por supuesto.

ya estoy volviendo La esposa parece estar divorciándose. Pero es más interesante vivir allí. No hay estos artilugios, no hay intrigas. Todo es simple y claro: organizar la vivienda, cocinar, ayudar a un amigo.

Cuando regresaron, cruzaron la frontera: había luces por todas partes, era muy salvaje. Regresó a Irkutsk, se puso al volante. El semáforo está en rojo, el primer pensamiento es: ¿de qué lado de la llegada debemos esperar? Hubo un saludo: me senté en casa, esperando que terminara …

Mikhail Surovtsev, indicativo Medved

Allí se vive diferente. Puedes ver de inmediato qué tipo de persona es. Y los podridos no se quedan allí.

Cuando estaba más tranquilo, leíamos novelas. Encontrado en casas: los lugareños abandonaron todo cuando se fueron. Algunas historias llorosas estadounidenses: nunca leería esas tonterías en casa, pero allí distrae. Luego encontraron a Bulgakov, Agatha Christie, cambiaron a ellos. Libros, humor, todo ayudó.

  • Mijail Surovtsev (izquierda) 
  • © Foto de archivo personal

Lo que no ha sucedido durante este tiempo … En las plantaciones forestales está lejos del pueblo: se tomó agua del pozo. Encontraron una motocicleta abandonada, la repararon, colocaron un barril en lugar de una cuna y sacaron agua del pozo, para beber y lavar. Una vez que los ucranianos nos atraviesen y disparemos al pozo. Bailamos alrededor del pozo, pero no nos vamos, necesitamos conseguir agua. Y luego salieron corriendo en una motocicleta, como en una película, por Dios … Y vivieron en los sótanos, donde solían estar los Vesushniks. Huyen, dejan todo: cartuchos, granadas, lanzagranadas descartables.

Lo peor es quedar discapacitado. Es mejor que los maten de inmediato.

Fuente RT