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Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Mi artículo de la semana pasada “La ONU debe desaparecer”, despertó comezón entre algunos lectores que me escribieron para manifestar estupor, hacerme saber sus opiniones, exponer críticas y preguntarme si eso era posible y cómo debería hacerse.

Recordé que hace unos meses, en una reunión, una veterana diplomática venezolana jubilada, apelando a sus muchos años de servicio y experiencia, ante un planteamiento similar de mi parte, me llamó a la cordura y a entender que “las cosas no funcionaban así”. Esa diplomática, que en general ostenta un discurso bastante radical, se rendía ante la tradición y ante una práctica, que ahora resulta obsoleta, sobre todo porque hoy, la ONU, está incapacitada para resolver los grandes problemas de la humanidad. 

En este marco, quisiera -haciendo una interpretación propia- exponer un artículo escrito por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov el pasado 10 de octubre de 2023¸ publicado en la página oficial de ese ministerio.  El texto es bastante extenso. Voy a hacer un esfuerzo de resumirlo, incorporando lo que a mi juicio son los aspectos más resaltantes. Cualquier error o falla es de mi entera responsabilidad.

Según el Canciller ruso, el planeta está experimentando cambios “fundamentales y tectónicos” que están haciendo surgir un nuevo mundo multipolar más justo, reflejando de esa manera la diversidad cultural y civilizatoria de la Tierra. Así, la mayoría global, (85% del planeta) aboga por una distribución más equitativa de los bienes, por el respeto a la diversidad civilizatoria y por la democratización de la vida internacional.

Este es el contexto en que el canciller Lavrov explica el rechazo de Occidente a los principios fundacionales de la ONU para lo cual hace un análisis histórico desde finales de la guerra fría exponiendo los acuerdos tomados para evitar la expansión de la OTAN. En 2021-2022, Rusia elaboró una propuesta que fue entregada a Occidente para que se establecieran garantías mutuas de seguridad pero fueron silenciadas y rechazada. Con la militarización de Ucrania, la OTAN pretendió extender su área de influencia hacia el este, amenazando a Rusia. Incluso se dio a la tarea de crear alianzas agresivas en el Asia-Pacífico apremiando y provocando a China, a Rusia y a la Asociación de Naciones del Sureste de Asia (ASEAN).

Pareciera que la política de Estados Unidos está encaminada a extender la Doctrina Monroe a todo el mundo, tratando de esa manera, de determinar cuál debería ser la política exterior de los países.

La violación de la Carta de la ONU se está transformando en una constante. Se quiere mostrar la expansión de la OTAN como algo beneficioso y la extensión de los BRICS como dañino. Estados Unidos pretende erigirse como árbitro del mundo. Se omite el principio fundamental de la Carta de la ONU que dice que la organización “ está fundada sobre la base de la igualdad soberana de todos”. Así mismo, se está socavando permanentemente el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países.

Desde la desintegración de la URSS, Estados Unidos quiso subordinar a Ucrania. Hay suficientes pruebas de ello. La injerencia directa de Washington en el derrocamiento del presidente Yanukovich es abierta, pública y conocida. A partir de ese momento, el país comenzó a vivir una espiral de represión, persecución y asesinato de aquellos que no aceptaron y rechazaron el golpe de Estado de 2014. Así mismo, se empezaron a aplicar medidas racistas de todo tipo y se violentaron todas las leyes internacionales.

En ese contexto se llevó a delante la negociación que concluyó con los Acuerdos de Minsk. Hoy se sabe que solo fueron un gran engaño por parte de Alemania y Francia que solo buscaban ganar tiempo para oxigenar y fortalecer a Ucrania a fin de prepararla para sus objetivos macabros.

Rusia, que desde 1997 había hecho todo tipo de esfuerzos para llegar a un acuerdo que aceptara la indivisibilidad de la seguridad, comenzó a percibir, sobre todo desde 2015 que en Ucrania se estaba profundizando una práctica gubernamental de carácter supremacista y neonazi.

En este contexto, Occidente ha manifestado temor de debatir estos temas. Han asumido una posición respecto de Ucrania pero evitan a hablar de Mayotte y Comoras (Francia)  así como de Chagos y Malvinas (Reino Unido). Yo agregaría que se niegan también a debatir los casos coloniales de Puerto Rico, la República Árabe Saharaui Democrática y Palestina. 

El Canciller Lavrov opina que el modelo de mundo occidental liberal es intrínseco a un discurso de doble rasero en la política internacional. Cuando el concepto de libre autodeterminación entra en contradicción con los intereses geopolíticos occidentales, estos lo condenan y castigan a los países con sanciones. Pero si le “interesa” la autodeterminación, la apoyan como en el caso de Kosovo que le fue sustraída a Serbia por decisión de la OTAN sin realización de un referéndum de autodeterminación para que el pueblo opinara como si se hizo en Donbass y en Crimea. Ahora, Bruselas pretende imponer su “mediación” entre Azerbaiyán y Armenia, solo para tratar de desestabilizar la región, ubicada también en las fronteras de Rusia. 

Pasando a otro tema, pero dando continuidad al análisis, Lavrov dice que Estados Unidos busca impedir la democratización de las relaciones internacionales imponiendo sus criterios y violando la ley y los procedimientos.  La propia secretaría general de la ONU actúa al margen de la neutralidad a la que está obligada.

En este contexto, menciona el discurso de Antonio Guterres el pasado 29 de marzo cuando dijo que  “…la administración autocrática no garantiza la estabilidad, sino que representa un catalizador del caos y conflictos”, mientras que “las fuertes sociedades democráticas son capaces de auto enmendarse y automejorar, pudiendo estimular los cambios, incluso radicales, sin derramamiento de sangre ni violencia”. Dice Lavrov que sin querer, Guterres “se acuerda uno de los ´cambios` generados por las aventuras agresivas de las ´democracias fuertes` en Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Siria y muchos otros países”.

A continuación señala que en el mismo discurso el Secretario General dijo que: “Ellas ([as democracias] son centros de extensa cooperación que hunde sus raíces en los principios de la igualdad, la participación y la solidaridad”. Lo curioso es que esta retórica concuerda plenamente con cierta argumentación del gobierno de Estados Unidos. Es además un discurso proselitista que entra “en directa contradicción con el punto 4 del Art.1 de la Carta de las Naciones Unidas donde se recoge la necesidad de que la ONU ́ sirva de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes”.

En este marco, el Canciller ruso opina que es necesario revisar las relaciones existentes entre el Consejo de Seguridad (CS) y la Asamblea General (AG) de la ONU. Expone que ha habido un “abuso del derecho a veto” de las potencias occidentales. Explica que Estados Unidos incluso forzó un debate sobre el asunto en la Asamblea General. Sin embargo, dice que hay muchas resoluciones del CS aprobadas hace bastantes años sin que se hubiera aplicado el veto, y no se han cumplido. Lavrov se pregunta por qué la AG no analiza las causas de esta situación , en particular las relacionadas con Palestina, Asia Occidental y el norte de África.

Por otro lado, plantea que debe atenderse el problema de las sanciones porque Estados Unidos y sus aliados han establecido sanciones adicionales unilaterales que son ilegales al decidirse al margen del Consejo de Seguridad. Así, también ocurre que el CS ha decidido sanciones temporales que se han extinguido, no obstante, como en el caso de Irán,  se siguen aplicando. En la práctica, Occidente decide sus propias normas.

El canciller ruso opina que es necesario hacer efectivo el espíritu de multipolaridad “explícito en la carta de la ONU”, considerando que la mayoría del planeta está a favor de “reforzar su soberanía, defender sus intereses nacionales, sus tradiciones, su cultura y su forma de vivir”. 

Según él, esto está presente en las recientes Cumbres de los BRICS, el G-20 y la Cumbre de Asia Oriental por lo que se hace imprescindible reformar cuánto antes los mecanismos de gestión global.

Aquí disiento con el Canciller Lavrov porque creo que eso es imposible, habida cuenta que Estados Unidos vetará cualquier reforma de la ONU. Me parece que el camino (aunque largo tal vez) debería ser comenzar a construir una organización paralela que desde mi punto de vista está germinando a partir del BRICS.

Para concretar su propuesta de reforma Lavrov convoca a :

  • Ir reconociendo el peso económico y financiero real de los países del Sur Global.
  • Desbloquear el funcionamiento de los órganos de solución de controversias de la OMC.
  • Ampliar los miembros con poder de veto en el CS.
  • Abordar métodos más justos en la “formación de la Secretaría de la ONU”
  • Revisar las responsabilidades de los países anfitriones de las sedes de la ONU.

Claro, todo esto es posible, si Estados Unidos está de acuerdo. Me parece difícil por no decir imposible que lo acepte porque eso cercenaría su hegemonía institucional y jurídica sobre el mundo.

Finalmente el artículo plantea que la aplicación de estas propuestas permitiría avanzar en la solidificación de la supremacía del derecho internacional. Aprovechando las potencialidades del Sur Global y sus asociaciones en primer lugar del BRICS, pero también de otras instancias como la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) ,la CELAC, la Liga Árabe, la ASEAN, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC),  la Unión Económica Euroasiática (UEEA),  la Comunidad de Estados Independientes (CEI)  y la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, entre otros, se podría aprovechar al máximo las potencialidades de estas agrupaciones. Algunas de ellas, están coadyuvando a construir una gran asociación euro asiática, que -desde mi punto de vista- es el espacio donde va a nacer y el eje sobre el cual va a girar el mundo nuevo.

Toda esta dinámica está tratando de ser contrarrestada por Estados Unidos y por Occidente en general toda vez que su objetivo es sostener su dominación, manteniendo un mundo fragmentado. Al respecto, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin -con el objetivo de reforzar el Derecho Internacional sobre la base de la Carta de la ONU- formuló seis principios para la formación de una auténtica multipolaridad. Son ellos:  apertura y relaciones sin barreras que obstaculizan la comunicación en el mundo, respeto de la diversidad como fundamento del desarrollo conjunto, máxima representación en las estructuras de la gestión global, seguridad universal basada en el equilibrio de intereses de todos, acceso justo a los bienes del desarrollo, paridad para todos y renuncia a la dictadura “´de los ricos o los fuertes`”.

Finaliza el canciller Lavrov afirmando que la humanidad debe superar la unipolaridad y que existe una responsabilidad colectiva para lograr ese objetivo, asegurando que “Rusia, junto con los países que comparten su postura, está dispuesta a coadyuvar plenamente a su puesta en práctica”.

X: sergioro0701

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de Dossier Geopolitico

Katehon

Según informan los medios de comunicación, el 24 de octubre se inauguró en Kazajstán un Centro de Operaciones de Paz de la OTAN. El embajador estadounidense en Kazajstán, Daniel Roseblum, participó en el acto inaugural. Después de que el portavoz presidencial ruso, Dmitry Peskov, dijera que Moscú estaba esperando «información detallada» sobre el episodio, el ministerio de Defensa de Kazajstán se apresuró a decir que sólo se había inaugurado en el país una nueva sala de conferencias del Centro de Operaciones de Mantenimiento de la Paz. Sin embargo, el embajador estadounidense sí participó en el acto: resultó que fue la embajada de Estados Unidos la que financió la inauguración de la sala de conferencias.

Este episodio ilustra uno de los componentes de la política estadounidense hacia Kazajstán: la penetración en el país con el pretexto del mantenimiento de la paz y la lucha contra las amenazas.

Kazajstán – OTAN: cooperación militar

Las relaciones entre la OTAN y Kazajstán se han desarrollado activamente desde 1992, cuando Kazajstán se incorporó al Consejo de Cooperación Euroatlántico. En 1994, la república postsoviética se incorporó al programa de la Asociación para la Paz. El documento marco de la Asociación establecía los siguientes objetivos «desarrollar la transparencia en los procesos de planificación y presupuestación militar; garantizar el control democrático de las fuerzas armadas; mantener la capacidad y la preparación de las fuerzas para contribuir a las operaciones dirigidas por la ONU y/o la OTAN; desarrollar una relación militar de cooperación con la OTAN para la planificación conjunta de la formación y los ejercicios con el fin de mejorar la capacidad de llevar a cabo operaciones de mantenimiento de la paz, humanitarias y de otro tipo; crear, a largo plazo, una fuerza capaz de interoperar con la OTAN; y desarrollar la capacidad de llevar a cabo operaciones de mantenimiento de la paz, humanitarias y de otro tipo».

De facto, todas estas prioridades pretenden reforzar el control de la OTAN sobre las fuerzas armadas kazajas, y no al revés. Esto resulta comprensible. La «Asociación para la Paz» se planificó inicialmente como un paso preparatorio para el posterior ingreso en la Alianza. Cuando en un principio no se pretendía admitir a un país por razones políticas, como en el caso de Rusia en los años noventa, o -como en el caso de Kazajstán- debido a su ubicación fuera del área de responsabilidad del Tratado de Washington de 1949, la OTAN utiliza el documento marco para controlar las fuerzas armadas del «socio».

Un examen somero de los instrumentos oficiales de la «asociación» Kazajstán-OTAN nos permite llegar a una conclusión segura: su objetivo es el control total. Abarca cuestiones como la planificación de la defensa y la transformación de las fuerzas armadas de la República de Kazajstán, la preparación y el equipamiento de un «contingente de mantenimiento de la paz conforme a las normas de la OTAN», la «formación de oficiales de Estado Mayor», la cooperación intensiva en el ámbito de la educación militar, el suministro de material militar, etc.

Desde 2007, la Universidad de Defensa Nacional de Kazajstán participa en el Programa de Mejora de la Educación para la Defensa (DEEP) de la OTAN. Desde 2020, Kazajstán acoge el KAZCENT, el Centro de Adiestramiento de Kazajstán para el programa de la Asociación para la Paz de la OTAN, que ofrece cursos de «inglés militar y procedimientos del personal de la OTAN, así como un curso introductorio sobre la historia, la economía y la cultura de Asia Central y Afganistán». La OTAN participa en la formación tanto de suboficiales como de oficiales de las fuerzas armadas de la República de Kazajstán.

Todo ello requiere la presencia de instructores y asesores de la OTAN en las tropas, la transparencia de las fuerzas armadas kazajas para la Alianza del Atlántico Norte, el acceso de la OTAN a los documentos del personal y a la información confidencial sobre las fuerzas armadas kazajas, y la formación de especialistas kazajos en la OTAN. Esto abre un amplio espacio para las actividades de inteligencia y la organización de redes occidentales de influencia no sólo en Kazajstán sino también en las estructuras de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva en su conjunto. Al mismo tiempo, se están llevando a cabo ejercicios conjuntos con la OTAN «Águila Esteparia».

Para el mundo exterior, la principal tarea de la cooperación son las «operaciones de mantenimiento de la paz», pero por qué se eligió a una organización agresiva como socio principal en el mantenimiento de la paz, la Astana oficial no lo explica.

Los intereses de la OTAN

El Centro Europeo George C. Marshall señala que, con el telón de fondo de los intereses de la OTAN en el mantenimiento de la paz, el Centro Europeo para la Seguridad y la Cooperación en Europa (ECSEC, por sus siglas en inglés), el Centro Europeo George C. Marshall. El Centro Europeo George C. Marshall señala que, con los acontecimientos de Ucrania como telón de fondo, «los programas de entrenamiento destinados a mejorar la profesionalidad del ejército de Kazajstán podrían ser una forma rentable de que Estados Unidos desarrolle una asociación a largo plazo con el país más estable de Asia Central». Según Sebastian Engels, analista del Centro Marshall, los programas de cooperación del ejército kazajo con la OTAN

  1. reforzarán «la interoperatividad con la OTAN y aumentarán la probabilidad de que Kazajstán participe en operaciones de la ONU como parte de una brigada de mantenimiento de la paz (KAZBRIG), que es un objetivo a largo plazo del IPAP de Kazajstán y, hasta 2014. – el principal objetivo de Estados Unidos»;
  2. influir en la política interior de Kazajstán: «los valores liberales y democráticos se introducirán bien directamente en clases de temática occidental desarrolladas por el Consorcio de Academias de Defensa e Institutos de Estudios de Seguridad de la Asociación para la Paz (PfPC), bien osmóticamente a través de la interacción con soldados y civiles estadounidenses durante los intercambios o en las instalaciones militares de EE.UU.»;
  3. reducir la «dependencia» de Kazajstán de Rusia en el ámbito militar: «hay aspectos de la mejora militar que están más allá de las capacidades de Rusia, como la formación de suboficiales, la logística, la gestión de la formación y los recursos humanos (RH). Estados Unidos, con los suboficiales más capaces de todas las fuerzas armadas y décadas de esfuerzos propios de profesionalización, está mejor situado para afrontar este reto.»

«Al incrustarnos en los institutos y academias de Kazajstán, tendremos un conocimiento fundamental de su mentalidad de defensa y podremos influir en sus actitudes hacia las posiciones occidentales… Tener expertos incrustados en puestos clave permitirá a EEUU influir en la toma de decisiones en Kazajstán en tiempos de crisis», afirmó un analista de un centro afiliado a la OTAN y al gobierno estadounidense.

Lazos tóxicos entre Kazajstán y EEUU

Otra área de cooperación entre Kazajstán y el ejército estadounidense es la defensa contra las amenazas biológicas. Sin embargo, Rusia tiene una opinión discrepante sobre el papel de Estados Unidos. Como declaró anteriormente el ex médico sanitario ruso Gennady Onishchenko en el Laboratorio Central de Referencia, cerca de Almaty, «se están desarrollando formulaciones biológicas militares». Este lugar no tiene nada que ver con la sanidad civil kazaja». A su vez, las autoridades kazajas afirman que por el momento no hay supuestamente ningún estadounidense en este laboratorio, que fue construido con dinero estadounidense, y que todo el trabajo lo realizan científicos kazajos.

Estados Unidos también está interesado en las cuestiones de seguridad nuclear en Kazajstán: el país es uno de los mayores exportadores de uranio y alberga varias instalaciones del programa nuclear soviético, incluidos los reactores de Alma-Ata y Kurchatov, antiguo centro del polígono de pruebas nucleares de Semipalatinsk. En 2017, Kazajstán inauguró un Centro de Formación en Seguridad Nuclear (NSTC). Se creó con el apoyo de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear de Estados Unidos (NNSA).  En agosto de 2023, Estados Unidos llevó a cabo un ejercicio de seguridad nuclear en Kazajstán.

De facto, Estados Unidos ha creado centros para su presencia militar en Kazajstán, y esto afecta a cuestiones de seguridad biológica y radiológica, lo que contradice la letra y el espíritu de las obligaciones de Kazajstán como miembro de la OTSC y de la OCS, afirman los expertos rusos.

Cooperación con el Reino Unido

En abril de 2022, Kazajstán firmó un plan de cooperación militar con el Reino Unido para 2022-2023. Esto fue precedido por la participación activa de oficiales británicos en programas conjuntos entre Kazajstán y la OTAN y el acuerdo de un programa de cooperación reforzada en materia de defensa en 2013-14. Son los instructores británicos los que participan predominantemente en la enseñanza del inglés al personal militar kazajo.

A finales de septiembre de 2023, el secretario de Defensa británico, James Hippey, visitó Kazajstán para hablar de cooperación militar y «acogió con satisfacción el apoyo de Kazajstán al régimen de sanciones contra Rusia».

Kazajstán y Turquía

Además de con Estados Unidos, Kazajstán está aumentando su cooperación militar con otro miembro de la OTAN, Turquía. En julio de 2023, oficiales militares turcos discutieron con la dirección del Ministerio de Defensa de Kazajstán las perspectivas de las relaciones bilaterales en educación militar, entrenamiento de combate y mantenimiento de la paz.

En mayo de 2022, durante la visita de la delegación del presidente kazajo Kasym-Jomart Tokayev a Ankara, se firmó un memorando sobre cooperación técnico-militar, en virtud del cual Kazajstán podrá iniciar el ensamblaje bajo licencia y el mantenimiento de los aviones no tripulados turcos ANKA. Aibek Barysov, presidente de la Asociación de Empresas de la Industria de Defensa de Kazajstán, declaró que desea seguir desarrollando la cooperación con Ankara y las empresas turcas. Señaló que los estándares de la OTAN son más modernos y seguros y, por tanto, más atractivos.

El deseo de Kazajstán de reforzar la cooperación con la OTAN también queda patente en el intento de Astana de comprar más de 800 vehículos ARMA a la empresa turca Otokar por más de 4.000 millones de dólares en 2022.

¿El fin del multivectorismo?

Kazajstán se ha negado a apoyar a Rusia desde el inicio de la Operación Militar Especial en Ucrania. El presidente Kasym-Jomar Tokayev prometió seguir el «régimen de sanciones» contra Rusia. Esto es objetivamente contrario a los intereses del país, cuyas empresas se benefician de facto en gran medida participando en esquemas de elusión de las sanciones. Cultural y económicamente, Kazajstán está estrechamente vinculado a Rusia y China.

Las tendencias negativas de la política kazaja están relacionadas con la influencia atlantista, que contradice los intereses objetivos del país y la identidad euroasiática de sus pueblos. Tanto Estados Unidos como la UE y el Reino Unido son ahora muy activos en la dirección de Asia Central. El objetivo es abrir una brecha en las relaciones con Moscú y Pekín explotando las frustraciones de las élites nacionales ante el poder de los dos vecinos. Por ello, la OTAN también intenta reforzar su influencia en la región.

Sin embargo, esto supone un reto de seguridad para Rusia y la RPC, que, en el contexto del empeoramiento de las relaciones con el Occidente colectivo, se muestran muy negativas ante los indicios de una presencia atlantista en la región. Kazajstán intenta ahora mantener una estrategia de equilibrio entre eurasianistas y atlantistas. El aspecto más visible de la cooperación con la OTAN: el ejercicio Águila Esteparia no tiene lugar desde 2023. A otros niveles, sin embargo, la interacción no sólo persiste sino que se está ampliando.

La reacción de Moscú ante el acto con el embajador estadounidense en el Centro de Operaciones de Mantenimiento de la Paz demuestra que este tipo de contactos ya no son aceptables tampoco para Moscú. En estas condiciones, será difícil para Kazajstán mantener el multivectorismo como principio fundamental de su política exterior. Hay que elegir: o los atlantistas, interesados en desestabilizar la región para crear problemas a Moscú y Pekín, o el vector euroasiático de desarrollo – una apuesta por la multipolaridad, la negativa a cooperar con los atlantistas, el desarrollo pacífico y armonioso y la amistad con los vecinos.

Traducción: Enric Ravello Barber para Geopolitika.ru

FUENTE: https://www.geopolitika.ru/es/article/kazajstan-y-la-otan-el-atlantismo-en-el-corazon-de-eurasia

El cristianismo ortodoxo, el islam moderado y varias corrientes del taoísmo/confucianismo pueden convertirse en las tres civilizaciones principales de una humanidad limpia.

Por Pepe Escobar para la Fundacion de la Cultura Estrategica

Se está redactando el Aviso de Desalojo. Y vendrá en cuatro idiomas. Ruso. farsi. Mandarín. Y por último pero no menos importante, el inglés.

Un placer muy apreciado por la escritura profesional es verse siempre enriquecido por lectores informados. Esta idea sobre el “desalojo” –que vale más que mil tratados geopolíticos– fue ofrecida por uno de mis lectores más sagaces al comentar en una columna.

De manera concisa, lo que tenemos aquí expresa un consenso profundamente sentido en todo el espectro, no sólo en Asia occidental sino también en la mayoría de las latitudes del Sur Global/Mayoría Global.

Lo impensable, en forma de genocidio llevado a cabo en vivo, en tiempo real en cada teléfono inteligente en la tercera década del milenio –que llamé los furiosos años veinte en un libro anterior– ha actuado como un acelerador de partículas, concentrando corazones y mentes.

Aquellos que optaron por incendiar Asia occidental ya se enfrentan a un desagradable revés. Y eso va mucho más allá de la diplomacia ejercida por los líderes del Sur Global.

Por primera vez en mucho tiempo, a través del presidente Xi Jinping, China ha sido más que explícita en términos geopolíticos (un verdadero soberano no puede protegerse cuando se trata de genocidio). La posición inequívoca de China sobre Palestina va mucho más allá de la rutina geoeconómica de promover los corredores comerciales y de transporte de la BRI.

Todo eso mientras el presidente Putin definió el envío de ayuda humanitaria a Gaza como un “deber sagrado”, que en el código ruso incluye, de manera crucial, el espectro militar.

A pesar de todas las maniobras y posturas ocasionales, a todos los efectos prácticos todo el mundo sabe que el actual acuerdo de la ONU está podrido sin posibilidad de reparación y es totalmente impotente cuando se trata de imponer negociaciones de paz significativas, sanciones o investigaciones de crímenes de guerra en serie.

La nueva ONU en ciernes es BRICS 11; en realidad, BRICS 10, considerando que el nuevo caballo de Troya Argentina en la práctica puede quedar relegado a un papel marginal, suponiendo que se incorpore el 1 de enero de 2024 .

Los BRICS 10, liderados por Rusia y China, ambos regulados por una fuerte brújula moral, mantienen su oído en el terreno y escuchan a las calles árabes y a las tierras del Islam. Especialmente su gente, mucho más que sus élites. Este será un elemento esencial en 2024 durante la presidencia rusa de los BRICS.

Incluso sin check out, tendrás que irte.

El orden del día actual en el Nuevo Gran Juego es organizar la expulsión de la Hegemonía de Asia Occidental, lo que constituye un desafío tanto técnico como civilizacional.

Tal como están las cosas, el continuo Washington-Tel Aviv ya es prisionero de su propio dispositivo. Esto no es ningún Hotel California; Es posible que no salgas cuando quieras, pero te verás obligado a marcharte.

Eso puede suceder de una manera relativamente suave (pensemos en Kabul como una remezcla de Saigón) o, si las cosas se ponen feas, puede implicar un Apocalipsis Ahora naval, con costosas bañeras de hierro convertidas en arrecifes de coral suboceánicos y la desaparición de CENTCOM y su proyección AFRICOM. .

El vector crucial desde el principio es cómo Irán –y Rusia– han jugado, año tras año, con infinita paciencia, la estrategia maestra ideada por el general Soleimani, cuyo asesinato en realidad inició los furiosos años veinte.

Una potencia hegemónica desarmada no puede derrotar al “nuevo eje del mal”, Rusia-Irán-China, no sólo en Asia occidental sino también en cualquier lugar de Eurasia, Asia-Pacífico y toda África. La participación directa/normalización del genocidio solo funcionó para acelerar la progresiva e inevitable exclusión de la Hegemonía de la mayor parte del Sur Global.

Todo eso mientras Rusia elabora meticulosamente la integración del Mar Negro, el Mar Caspio, el Mar Báltico (a pesar de la histeria finlandesa), el Ártico y el Mar del Pacífico Noroccidental y China impulsa la integración del Mar de China Meridional.

Xi y Putin son talentosos jugadores de ajedrez y se benefician de asesores estelares del calibre de Patrushev y Wang Yi. China jugar al go geopolítico es un ejercicio de no confrontación: todo lo que necesitas hacer es bloquear la capacidad de movimiento de tu oponente.

Chess and go , en un tándem diplomático, representa un juego en el que no interrumpes a tu oponente cuando se dispara repetidamente en las rodillas. Como beneficio adicional, conseguirás que tu oponente se enfade con más del 90% de la población mundial.

Todo eso conducirá al colapso de la economía de la hegemonía. Y luego puede ser derrotado por defecto.

“Valores” occidentales enterrados bajo los escombros

Mientras Rusia, especialmente a través de los esfuerzos de Lavrov, ofrece al Sur Global/Mayoría Global un proyecto de civilización, centrado en una multipolaridad mutuamente respetuosa, China, a través de Xi Jinping, ofrece la noción de “comunidad con un futuro compartido” y un conjunto de iniciativas, discutidas en detalle. en el Foro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) celebrado en Beijing en octubre, donde Rusia, no por casualidad, fue el invitado de honor.

Un grupo de académicos chinos enmarca de manera concisa el enfoque como China “creando/facilitando nodos globales para relacionarse/comunicarse y plataformas para colaboración/intercambios prácticos concretos. Los participantes siguen siendo soberanos, contribuyen al esfuerzo común (o simplemente a proyectos específicos) y reciben beneficios que los hacen dispuestos a continuar”.

Es como si Beijing estuviera actuando como una especie de estrella brillante y luz guía.

En marcado contraste, lo que queda de la civilización occidental –ciertamente sin mucho que ver con Montaigne,

Pico della Mirandola o Schopenhauer – se sumerge cada vez más en un Corazón de las Tinieblas autoconstruido (sin la grandeza literaria de Conrad), confrontando la verdadera e irremediablemente horrible cara del individualismo conformista y servil.

Bienvenidos al Nuevo Medievalismo, precipitado por las “aplicaciones asesinas” del racismo occidental, como se argumenta en un brillante libro, Cosmopolitanismo chino , del académico Shuchen Xiang, profesor de Filosofía en la Universidad de Xidan.

Las “aplicaciones asesinas” del racismo occidental, escribe el profesor Xiang, son el miedo al cambio; la ontología del dualismo bivalente; la invención del «bárbaro» como el Otro racial; la metafísica del colonialismo; y la naturaleza insaciable de esta psicología racista. Todas estas “aplicaciones” están ahora explotando, en tiempo real, en Asia occidental. La consecuencia clave es que la construcción de “valores” occidentales ya ha perecido, enterrada bajo los escombros de Gaza.

Ahora, un rayo de luz: se puede argumentar –y volveremos a ello– que el cristianismo ortodoxo, el islam moderado y varias corrientes del taoísmo/confucianismo pueden abrazar el futuro como las tres principales civilizaciones de una humanidad limpia.

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La Cadena de Radio Contineltal sección Tucuman FM 100.1 entrevistó al director de Dossier Geopolítico  Lic. Carlos Pereyra Mele sobre los desafíos de Política Exterior y del Sistema Mundo que deberá enfrentar el nuevo Presidente electo de Argentina Sr. Javier Milei 

AUDIO SUBIDO AL CANAL DE YOU TUBE DE DOSSIER GEOPOLITICO

Hace 22 años desde que volvimos a relanzar Dossier Geopolitico, y que venimos sosteniendo esta realidad (que es la única verdad) y que se relanza año a año, que describe el analista internacional Jorge Castro para Clarín Económico…y que a ello, solo se le contrapone una oleada de guerras híbridas periféricas fragmentadas y falsos informes y ataques ideológicos y frenos comerciales de la angloesfera decadente…las firmas multinacionales y transnacionales norteamericanas ovacionan al Presidente Ing. Xi Jinping en USA, porque saben muy bien dónde está el futuro…latinoamérica y los argentinos en especial tomaran nota o seguiran balbuceando eslóganes ridículos de la guerra fría que terminó en 1991 (hace 32 años) como “comunismo o socialismo”…No se si a los millennial, o la generación de cristal, a los -40, o los -30, etc., etc., y muchos otros argie todo esto le entra por un oído y le sale por el otro sin hacer ruido en su «cerebro» con estos datos durísimos para oxidente…pero de lo que si, se, que cada año el poder se irá concentrando y guiando por el mundo euroasiático-asia pacifico, lo demás es idiologismo demodé y falso…la realidad demuestra que no nos equivocamos en los tiempos que vendrían…EL FUTURO LLEGÓ !!!! Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

Por JORGE CASTRO ANALISTA INTERNACIONAL

El presidente Xi Jinping señaló ante más de 300 empresarios de primera línea de EE.UU. después de entrevistarse con el Jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, entre los que se encontraban Tim Cook titular de Apple, la empresa número 1 de alta tecnología del mundo, Elon Musk propietario de Tesla, la mayor productora de vehículos eléctricos norteamericanos y la segunda de China, y Albert Bourla de Pfizer, la mayor compañía farmacéutica del sistema global, que “…China es al mismo tiempo una economía gigantesca y un enorme mercado interno, y en ella 1.400 millones de chinos llevan a cabo un proceso de profunda modernización, que es una extraordinaria oportunidad que la República Popular ofrece al sistema mundial”. Hay que agregar que el Financial Times subraya que el mandatario chino fue recibido por una “ovación” por sus interlocutores norteamericanos.

Esto significa en términos cuantitativos que el ingreso per cápita de la población china asciende a US$12.600 anuales, y se duplica cada 10 años, lo que implica un alza de 8,1% anual; y el dato estratégico central de esta situación es que ya dispone de una clase media de 500 millones de personas con ingresos comparables a los norteamericanos (US$35.000/45.000 anuales), cuya capacidad de gasto ha desatado el mayor mercado de consumo del sistema global; y a la que la política de “modernización” a la que se refiere Xi Jinping equivale a la participación plena en la Cuarta Revolución Industrial (CRI) – que es el proceso de digitalización completa de la manufactura y los servicios -; y que hoy, con la denominación de “economía digital”, abarca 40% del PBI, y el gobierno chino aspira a cubrir 100% del producto en los próximos 10 años.

Esto ocurre en el país más digitalizado del sistema con 1.100 millones de usuarios de Internet, y donde el despliegue de la Internet móvil (“smartphones”) en la variedad 5-G alcanza ya a más de 700 millones de personas, y cuenta con una infraestructura de más de 50 millones de usinas desplegadas en todo el territorio de la República Popular.

Xi Jinping reiteró ante los empresarios que lo “ovacionaron” lo que sostuvo ante la Cumbre de la APEC (Cooperación Económica Asia Pacífico) que “…el mundo necesita que China y EE.UU trabajen juntos para un futuro mejor”, y subrayó que: “China está preparada y dispuesta para ser una socia y amiga de EE.UU.”.

Por eso el presidente Xi Jinping reiteró que la República Popular va “…a importar US$40 billones de bienes y servicios en los próximos 15 años”, en una relación de 3 a 1 respecto a sus exportaciones; y que su estrategia fundamental consiste en abrir cada vez más su economía, que es la segunda del mundo (US$19 billones /18% del PBI global), buscando atraer en gran escala al capital extranjero, ante todo a las grandes transnacionales norteamericanas, todas ellas representadas en el fervoroso auditorio de San Francisco.

La situación económica de China se puede resumir en los siguientes términos: las ventas al minorista crecieron 7,6% anual en octubre (5,5% por año el mes anterior), en tanto que el PBI industrial se expandió, medido en valor agregado, 4,6% anual en ese mismo periodo; y todo esto implica que el cuarto trimestre del año (que comienza en octubre) la República Popular se expandiría 5,5% anual, con lo que alcanzaría a 5% en el año, una recuperación significativa tras 3 años de pandemia y sus consecuencias.

Por eso este año la República Popular aportaría más de 30% al crecimiento de la economía global (EE.UU. aporta 15% de ese total).

Se da la situación paradójica de que el aporte de EE.UU., la mayor economía del mundo (US$26,4 billones/25% del PBI global) es inferior a la que provoca China; y esto se debe a que la República Popular es la principal socia comercial de 144 países en el mundo.

A partir de octubre, en suma, China experimenta un nítido proceso de recuperación; y ha dispuesto consolidarlo con una inversión adicional de más de 1 billón de yuanes (lo que equivale a US$596.560 millones) en bonos especiales del Tesoro.

La prioridad para la República Popular está centrada en el desarrollo de las nuevas industrias de alta tecnología, con el objetivo de acelerar la transición de la “economía digital” de modo de abarcar a la totalidad de su sistema productivo y de servicios.

Todo indica que la crisis de la etapa post-pandemia, en que la demanda doméstica cayó casi 10 puntos, ha quedado atrás definitivamente, y ahora se ha pasado a una fase de reestructuración de la economía, hasta lograr su plena conversión en una “economía digital” al nivel de la norteamericana.

Para el logro de este objetivo histórico el presidente Xi Jinping reclama el respaldo de los grandes empresarios estadounidenses, lo que ha conseguido notoriamente después de la noche en que lo “ovacionaron”, lo que constituye un signo inequívoco del carácter absolutamente integrado que ha adquirido el capitalismo del siglo XXI por el proceso de la revolución digitalizadora, y esto es sin duda lo decisivo.

fUENTE: https://www.clarin.com/economia/ovacion-empresarios-estadounidenses-xi-jinping_0_cHWwKaxvUL.html 

LAS POTENCIAS DEL MUNDO CONFRONTADAS EN SAN FRANCISCO. Frente a frente Xi Jinping y Biden. Se dan la mano, se saludan y después el presidente de Estados Unidos le dice dictador.

La APEC en USA atrajo también a Rusia, México, Perú, y decenas más. ¿Qué se dijeron? ¿Qué significan sus palabras? ¿Qué fue en secreto? ¿Qué movimientos veremos? Mientras se realizó la cumbre, las guerras en Ucrania y Gaza, qué. ¿Andrés Manuel López Obrador vio de reojo a la presidenta Dina Boluarte?

Master Class del Dr. Francisco Javier Martínez en el Programa: detrás de la Razón? que conduce el afamado periodista mexicano Roberto de la Madrid

Tras doce meses de graves tensiones los líderes de EE.UU. y de China acordaron mantener una comunicación permanente para aventar malentendidos y resolver imprevistos.


POR EDUARDO J. VIOR para TELAM el autor autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

En la reunión cumbre que los presidentes de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos, Joe Biden, celebraron este miércoles 15 cerca de San Francisco hubo pocos logros. Después de cuatro horas de discusiones, por momentos duras, pero siempre cordiales, los mandatarios convinieron mantener la comunicación bilateral, pero nada más. Es un resultado muy magro para la primera reunión después de doce meses de intensas tensiones que pusieron varias veces al mundo al borde de la guerra, pero un gran avance para la humanidad.

China no busca la hegemonía mundial y no planea librar ninguna guerra con nadie, afirmó el presidente chino, Xi Jinping, este 15 de noviembre tras su encuentro con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebra en San Francisco. “Cualquiera que sea la etapa de desarrollo que alcancemos, China nunca perseguirá la hegemonía o la expansión y nunca impondrá su voluntad a otros”, citó la agencia estatal de noticias Xinhua al líder chino, quien habló durante una cena de bienvenida organizada por “organizaciones amigas” de EE.UU. Además, Xi subrayó que Pekín “no busca esferas de influencia y no librará una guerra fría o una guerra caliente con nadie”.

Por su parte, después de la reunión cumbre Joe Biden informó en X que “acabo de concluir una jornada de reuniones con el Presidente Xi y creo que han sido algunas de las conversaciones más constructivas y productivas que hemos mantenido. Nos hemos basado en el trabajo de base realizado en los últimos meses de diplomacia entre nuestros países y hemos logrado importantes avances.”

El presidente norteamericano luego dio una conferencia de prensa en la que, al final de la misma, volvió a tildar a su homólogo chino de “dictador”. Ante una pregunta de una reportera sobre si seguía refiriéndose a Xi como un dictador, el mandatario respondió: “Mire, lo es. Es un dictador en el sentido de que es un tipo que dirige un país que es comunista y se basa en una forma de gobierno totalmente diferente a la nuestra”.

No obstante, calificó la reunión como una de las más constructivas y productivas, afirmando que se lograron “progresos reales” en las relaciones bilaterales. Preguntado sobre si confía en Xi, respondió que «como dice el viejo refrán: ‘confía, pero verifica’. En eso estoy».

La reunión entre los presidentes de Estados Unidos y China, Joe Biden y Xi Jinping, se produjo al margen de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en San Francisco (California). Biden dio la bienvenida al líder chino en la finca Filoli, una casa de campo y jardines situada a unos 48 km al sur de San Francisco, adonde se trasladarán más tarde para asistir a una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Durante su encuentro ambos líderes acordaron restablecer las comunicaciones entre sus fuerzas Armadas después de que se rompieran hace más de un año tras la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a la isla de Taiwán. Los presidentes se comprometieron asimismo a frenar la producción de ingredientes para el fentanilo, un narcótico que ha provocado una mortal epidemia en Estados Unidos. Además decidieron realizar conversaciones para limitar el uso de la inteligencia artificial (IA) en la dirección de armas estratégicas.

Por su lado, Xi Jinping reclamó a su homólogo que mantenga la política de “una sola China” y no aliente la independencia de Taiwán, así como que levante las sanciones a la importación china de componentes para sus desarrollos de alta tecnología.

Resumiendo la reunión cumbre, la agencia Xinhua informó que ambos presidentes sostuvieron “un sincero y profundo intercambio de puntos de vista”. En el lenguaje diplomático los términos “franco” o “sincero” aluden a la exposición de puntos de vista encontrados y falta de acuerdo, pero en un buen clima. Más tarde, en un comentario editorial, el órgano de prensa señaló que “la diplomacia de jefes de Estado es la brújula y el ancla de las relaciones entre China y Estados Unidos.” Y continuó: “las relaciones bilaterales China-EE.UU. han seguido avanzando en medio de altibajos”. En ese sentido advirtió que “la competencia entre los grandes países no es la tendencia predominante en los tiempos actuales y no se pueden resolver así los problemas que enfrentan China y Estados Unidos, o el mundo en general. El planeta Tierra es lo suficientemente grande para que los dos países tengan éxito y, si un país progresa, esto significa una oportunidad para el otro“, concluyó.

El balance que los medios norteamericanos hicieron de la reunión es muy crítico. Así, la demócrata CNN comentó este jueves que “Biden se marchó con la esperanza de haber aliviado los riesgos que plantean las fuerzas estadounidenses y chinas que operan en una zona peligrosamente próxima en Asia-Pacífico, que quiere evitar que se convierta en otra crisis mundial políticamente ruinosa durante su campaña de reelección el año que viene. Xi necesitaba demostrar a su electorado interno en la jerarquía comunista que tiene bajo control las relaciones vitales con Estados Unidos en un momento de dificultades económicas. Sin embargo, cerró los importantes pero graduales avances logrados servirán de poco para mitigar los factores subyacentes que impulsan a EEUU y China hacia una rivalidad más peligrosa».

Por su parte, The New York Times, vocero oficioso del Departamento de Estado, tituló “las conversaciones entre Biden y Xi tuvieron pocos resultados, pero dejaron la promesa de futuros encuentros”. En la bajada el medio insiste en que “los informes sobre el encuentro indican que se alcanzaron escasos progresos en los temas que pusieron a ambos países al borde del enfrentamiento”.

Más cercano al Pentágono, el Washington Post tituló “Biden y Xi acuerdan restablecer los lazos militares, lo que contribuye a aliviar las tensiones” y en la bajada aclaró que “los dos líderes también acordaron reforzar la cooperación antidroga con la esperanza de reducir la crisis del fentanilo en Estados Unidos.”

Las respectivas acentuaciones de ambos medios habla por la diferencia entre sus perspectivas: mientras que en el Departamento de Estado reina una visión ideológica neoconservadora y universalista, en el Pentágono predomina todavía un cierto realismo sobre las limitaciones que las circunstancias imponen al poder estadounidense: si tuvo que abandonar el frente ucraniano, para poder concentrarse en el conflicto en Gaza, ¿con qué medios podría desempeñarse en un tercer escenario contra China?

Finalmente, la conservadora cadena Fox tituló que “Biden vuelve a llamar ‘dictador’ a Xi Jinping, mientras China promete ser ‘imparable’ en la reconquista de Taiwán”, refiriéndose, por un lado, a la ya citada declaración del presidente en su conferencia de prensa y, por el otro, a una advertencia que Hua Chunying, vocera de la cancillería china, formuló en X después de la reunión cumbre: “Estados Unidos debe tomar medidas reales para cumplir su compromiso de no apoyar la ‘independencia de Taiwán’, dejar de armar a Taiwán y apoyar la reunificación pacífica de China. China llevará a cabo la reunificación y esto es imparable.”

Para seguir discutiendo las medidas necesarias para controlar el ingreso de precursores químicos para la elaboración de fentanilo, Xi Jinping se reúne este jueves por primera vez, también en San Francisco, con Andrés Manuel López Obrador. El mexicano, a su vez, encontrará este viernes por la misma razón a su colega norteamericano.

Poco, pero mucho. Los resultados de la cumbre entre los presidentes de las dos mayores potencias del mundo fueron magros, pero tangibles. Por lo pronto, ya es mucho que hayan acordado seguir hablando, que sus fuerzas armadas vayan a establecer mecanismos de comunicación para resolver imprevistos y que comiencen a trabajar para limitar el control de la inteligencia artificial sobre el uso de las armas estratégicas. Tanto las complicaciones de la situación internacional como las intensas presiones que las luchas por el poder dentro de cada uno de los países imponen sobre sus liderazgos no les permiten avanzar mucho más allá.

Seguramente habrá altibajos en la relación. Los ideólogos universalistas de un lado y los nacionalistas del otro provocarán choques y malentendidos, pero el mundo no tiene alternativa a la cooperación entre las mayores potencias nucleares.

Argentina, el octavo territorio del mundo y centro de la confrontación por la hegemonía mundial por su situación geográfica entre los dos océanos, de cara a la Antártida, y por sus recursos (agua, minerales, energía, alimentos y una población altamente capacitada y hábil), necesita existencialmente que China y EE.UU. cooperen en el mantenimiento de la paz y el establecimiento de un orden económico internacional justo y en beneficio de todos los pueblos. No tenemos alternativa: o multipolarismo o disgregación nacional.

¡¡ ARGENTINA ES HOY, OTRO ESCENARIO DE LA GUERRA DEL IMPERIO CONTRA EL NUEVO MUNDO MULTIPOLAR Y EL SUR GLOBAL !!

Nos lo dice el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, en referencia a las elecciones presidenciales que marcarán el futuro de los próximos 50 años de Argentina. Y resalta que este audio es su último esfuerzo para que los “argentinos confundidos” no se equivoquen. Y para que sepan las grandes diferencias entre el voto suicida a Milei o el voto positivo a la Argentina, a través de Sergio Massa. En un momento en que el mundo nos mira, y la historia nos señala el día y la hora de una decisión trascendental.

Entretanto, pide una vez más que no normalicemos, ni nos acostumbremos, a la dantesca matanza de palestinos a manos de Israel, expresando nuestra repugnancia y repudio y exigiendo un inmediato alto del fugo. Además de focalizar que este terrible genocidio le sirve a EEUU para soslayar y encubrir la catastrófica derrota en Ucrania y el desastre histórico y político que ha sido la figura de Zelenski

Luego, volviendo a Argentina, aborda las ridículas propuestas sobre política exterior del candidato Milei, que impone la ideología sobre el realismo, al despreciar a los BRICS y querer romper con China y Brasil -nuestros principales socios comerciales- y dejando las relaciones en manos privadas. Algo totalmente fuera del lugar, carente de lógica, de razón, de sentido común y de conocimiento. Ya que las reglas internacionales se imponen a través de los Estados, nunca a través de particulares ni de grupos empresariales privados.

Además, este personaje terriblemente analfabeto en política, quiere que seamos subordinarnos de EEUU y de sus aliados. Y hasta propone sustituir la moneda nacional por la de la potencia decadente. Un bloque dividido, sin recursos, con profundos quiebres internos y graves dificultades en sus interminables conflictos bélicos por el mundo. Por lo que todo lo de Miliei es un alegato de despropósitos, tan esperpénticos como nefastos, en lugar de una estratégica política exterior, estable y coherente con el interés nacional, más allá de quién ganare unas elecciones.

Y finaliza el audio, recordando que Argentina es -en estos momentos y por su situación geográfica y sus recursos- uno de los centros de la confrontación por la hegemonía mundial, por lo que apela al pragmatismo de nuestra política exterior, que permita primar los intereses nacionales al pivotar las buenas relaciones comerciales y políticas entre China, EEUU y resto de potencias, para propender la cooperación y el mantenimiento de la paz internacional, en beneficio de los pueblos que han estado sufriendo el tsunami del neoliberalismo.

Por lo que concluye con que hoy estamos ante el desafío crucial de elegir entre ser parte de LA MULTIPOLARIDAD DE LOS BRICS O LA DISGREGACIÓN NACIONAL.

Eduardo Bonugli (Madrid, 19/11/23)

Washington necesita ganar su guerra en Gaza contra Irán porque no logró ganar su guerra en Ucrania contra Rusia.

Por pepe Escobar en The Cradle

El Sur Global esperaba el amanecer de una nueva realidad árabe. 

Después de todo, las calles árabes -aún cuando están reprimidas en sus países de origen- han pulsado con protestas que expresan una furia feroz contra la masacre generalizada de palestinos en la Franja de Gaza por parte de Israel. 

Los líderes árabes se vieron obligados a tomar algún tipo de acción más allá de suspender algunas embajadas en Israel, y convocaron a una cumbre especial de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) para discutir la actual guerra israelí contra los niños palestinos. 

Representantes de 57 estados musulmanes se reunieron en Riad el 11 de noviembre para asestar un golpe serio y práctico a los practicantes y facilitadores del genocida. Pero al final no se les ofreció nada, ni siquiera consuelo.  

La declaración final de la OCI siempre estará consagrada en el Palacio Dorado de la Cobardía. Lo más destacado del espectáculo retórico de mal gusto: nos oponemos a la “autodefensa” de Israel; condenamos el ataque a Gaza; pedimos (¿a quién?) que no venda armas a Israel; solicitamos a la canguro CPI que «investigue» crímenes de guerra; Solicitamos una resolución de la ONU que condene a Israel.  

Para que conste, estos son los mejores 57 países de mayoría musulmana que podrían reunirse en respuesta a este genocidio del siglo XXI.  

La historia, incluso si está escrita por vencedores, tiende a ser implacable con los cobardes.

Los cuatro principales cobardes, en este caso, son Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos; los tres últimos normalizaron sus relaciones con Israel bajo la dura mano de Estados Unidos en 2020. Estos son los que bloquearon sistemáticamente la adopción de medidas serias en la cumbre de la OCI, como el proyecto de propuesta argelina para prohibir el petróleo a Israel, además de prohibir el uso del espacio aéreo árabe para entregar armas al Estado ocupante.

Egipto y Jordania, vasallos árabes desde hace mucho tiempo, tampoco se comprometieron, al igual que Sudán, que se encuentra en medio de una guerra civil. Turkiye, bajo el sultán Recep Tayyip Erdogan, demostró una vez más que todo son palabras y nada de acción; una parodia neo-otomana del tejano «todo sombrero, nada de ganado». 

¿BRICS o IMEC? 

Los cuatro principales cobardes merecen un poco de escrutinio. Bahréin es un humilde vasallo que alberga una rama clave del Imperio de Bases de Estados Unidos. Marruecos tiene estrechas relaciones con Tel Aviv: se vendió rápidamente después de la promesa israelí de reconocer el reclamo de Rabat sobre el Sáhara Occidental. Además, Marruecos depende en gran medida del turismo, principalmente del colectivo occidental.  

Luego tenemos a los peces gordos: Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Ambos están repletos de armamento estadounidense y, al igual que Bahrein, también albergan bases militares estadounidenses. El príncipe heredero saudita Mohammad bin Salman (MbS) y su antiguo mentor, el gobernante emiratí Mohammad bin Zayed (MbZ), sí tienen en cuenta la amenaza de revoluciones de color que arrasen sus dominios reales si se desvían demasiado del guión imperial aceptado.  

Pero en unas pocas semanas, a partir del 1 de enero de 2024, bajo la presidencia rusa, tanto Riad como Abu Dhabi ampliarán sus horizontes a lo grande al convertirse oficialmente en miembros de los 11 BRICS . 

Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos sólo fueron admitidos en los BRICS ampliados debido a cuidadosos cálculos geopolíticos y geoeconómicos de la asociación estratégica Rusia-China.

Junto con Irán (que tiene su propia asociación estratégica tanto con Rusia como con China), se supone que Riad y Abu Dhabi reforzarán la influencia energética de la esfera BRICS y serán actores clave, más adelante, en la campaña de desdolarización. cuyo objetivo final es evitar el petrodólar.  

Sin embargo, al mismo tiempo, Riad y Abu Dhabi también se beneficiarán inmensamente del plan no tan secreto de 1963 para construir el canal  Ben Gurion , desde el golfo de Aqaba hasta el Mediterráneo oriental, llegando -qué coincidencia- muy cerca. hasta el ahora devastado norte de Gaza. 

El canal permitiría a Israel convertirse en un centro clave de tránsito energético, desalojando al Canal de Suez de Egipto, y eso encaja muy bien con el papel de Israel como nodo clave de facto en el último capítulo de la Guerra de los Corredores Económicos: la India-India inventada por Estados Unidos  . Corredor Medio Oriente (IMEC) .

IMEC es un acrónimo bastante perverso, como lo es toda la lógica detrás de este fantástico corredor, que pretende posicionar a Israel, que infringe las leyes internacionales, como un centro comercial crítico e incluso proveedor de energía entre Europa, parte del mundo árabe y la India.  

Ésa fue también la lógica detrás de la farsa del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu en la ONU en septiembre, cuando mostró a toda la “comunidad internacional” un mapa del “Nuevo Medio Oriente” en el que Palestina había sido totalmente borrada. 

Todo lo anterior supone que se construirán los PIEM y el Canal Ben Gurión, lo cual no es algo que se pueda dar por sentado según ningún estándar realista.  

Volviendo a la votación en la OCI, las secuencias de Estados Unidos, Egipto y Jordania -dos países en las fronteras occidental y oriental de Israel, respectivamente- se encontraron en la posición más difícil de todas. El Estado ocupante deseaba empujar definitivamente a aproximadamente 4,5 millones de palestinos a sus fronteras. Pero El Cairo y Ammán, también inundados de armas estadounidenses y financieramente en bancarrota, nunca sobrevivirían a las sanciones estadounidenses si se inclinan de manera demasiado inaceptable hacia Palestina.

Así que, al final, demasiados Estados musulmanes que prefirieron la humillación a la rectitud pensaron en términos muy estrechos, pragmáticos y de interés nacional. La geopolítica es despiadada. Se trata de recursos naturales y mercados. Si no tienes uno, necesitas el otro, y si no tienes ninguno, un Hegemón dicta lo que puedes tener. 

Las calles árabes y musulmanes –y la Mayoría Global- pueden, con razón, sentirse abatidas cuando ven cómo estos “líderes” no están preparados para convertir el mundo islámico en un verdadero polo de poder dentro de la multipolaridad emergente. 

No sucedería de otra manera. Muchos estados árabes clave no son entidades soberanas. Todos están acorralados, víctimas de una mentalidad vasalla. No están preparados (todavía) para enfrentarse de cerca a la Historia. Y, lamentablemente, siguen siendo rehenes de su propio “siglo de humillación”.

El humillante golpe de gracia fue asestado nada menos que por el propio maníaco genocida de Tel Aviv: amenazó a todos en el mundo árabe si no se callaban, cosa que ya hicieron.

Por supuesto, hay valores árabes y musulmanes muy importantes en Irán, Siria, Palestina, Irak, Líbano y Yemen. Si bien no son mayoría de ninguna manera, estos actores de la Resistencia reflejan el sentimiento en la calle como ningún otro. Y con la guerra de Israel expandiéndose cada día, su influencia regional y global aumentará enormemente, tal como en todas las otras guerras regionales de la Hegemonía.

Estrangulando un nuevo siglo en la cuna 

La catastrófica debacle del Proyecto Ucrania y el resurgimiento de una guerra intratable en Asia occidental están profundamente entrelazados. 

Más allá de la niebla de la “preocupación” de Washington por el ataque genocida de Tel Aviv, el hecho crucial es que estamos justo en medio de una guerra contra los BRICS 11.      

El Imperio no hace estrategia; en el mejor de los casos, elabora planes de negocio tácticos sobre la marcha. Hay dos tácticas inmediatas en juego: una armada estadounidense desplegada  en el Mediterráneo oriental –en un esfuerzo fallido por intimidar a los gigantes del Eje de la Resistencia, Irán y Hezbolá– y una posible elección de Milei en Argentina ligada a su promesa declarada de romper. las relaciones entre Brasil y Argentina. 

Así que se trata de un ataque simultáneo contra los BRICS 11 en dos frentes: Asia occidental y América del Sur. No se escatimarán los esfuerzos estadounidenses para evitar que los BRICS 11 se acerquen a la OPEP+. Un objetivo clave es infundir miedo en Riad y Abu Dabi, como lo confirman fuentes empresariales del Golfo Pérsico.  

Incluso los líderes vasallos en la feria de la OCI habrían sido conscientes de que ahora estamos en lo más profundo de El Imperio Contraataca. Esto también explica en gran medida su cobardía. 

Sabe que para la hegemonía, la multipolaridad equivale a “caos”, la unipolaridad equivale a “orden” y los actores malignos equivalen a “autócratas”, como el nuevo “Eje del Mal” ruso-chino-iraní y cualquiera, especialmente los vasallos , que se oponga a la “orden internacional basada en reglas”. 

Y eso nos lleva a una historia de dos altos el fuego. Decenas de millones de personas de la Mayoría Global se preguntan por qué  el Hegemón está desesperado por un alto el fuego en Ucrania mientras se niega rotundamente a un alto el fuego en Palestina. 
El Proyecto de Congelación de Ucrania preserva el Fantasma de la Hegemonía un poco más. Supongamos que Moscú mordería el anzuelo (no lo hará). Pero para congelar a Ucrania en Europa, la Hegemonía necesitará una victoria israelí en Gaza -tal vez a cualquier precio- para mantener incluso un vestigio de su antigua gloria. 

¿Pero puede Israel lograr la victoria más que Ucrania? Es posible que Tel Aviv ya haya perdido la guerra el 7 de octubre, ya que nunca podrá recuperar su fachada de invencibilidad. Y si esto se transforma en una guerra regional que Israel pierde, Estados Unidos perderá de la noche a la mañana a sus vasallos árabes, que hoy tienen una opción china y rusa esperando entre bastidores. 

El rugido de la calle es cada vez más fuerte: exigen que la administración Biden, ahora vista como cómplice de Tel Aviv, detenga el genocidio israelí que puede conducir a una guerra mundial. Pero Washington no cumplirá. Las guerras en Europa y Asia occidental pueden ser su última oportunidad (la perderá) de subvertir el surgimiento de un siglo euroasiático próspero, conectado y pacífico.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle.

John DugardCambridge University Press

Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés

El 2 de junio de 2022, el presidente Biden publicó un artículo de opinión en el New York Times titulado «Cómo está dispuesto Estados Unidos a ayudar a Ucrania» en el que declaraba que la acción de Rusia en Ucrania «podría marcar el fin del orden internacional basado en reglas y abrir la puerta a la agresión en otros lugares, con consecuencias catastróficas en todo el mundo».(1) No se menciona el derecho internacional. Posteriormente, en una conferencia de prensa al concluir la Cumbre de la OTAN de junio de 2022 en Madrid, advirtió tanto a Rusia como a China que las democracias del mundo «defenderían el orden basado en reglas» (OBR).(2) Una vez más, no se menciona el derecho internacional. El 12 de octubre de 2022, el presidente de los Estados Unidos publicó una Estrategia de Seguridad Nacional que hace repetidas referencias al OBR como la «base de la paz y la prosperidad globales»(3) con sólo una referencia pasajera al derecho internacional.(4) El término «orden basado en reglas» es utilizado con tanta frecuencia por líderes políticos estadounidenses, como el presidente Biden y el secretario de Estado Antony Blinken, que, según el profesor Stephen Walt de la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard, «parece haberse convertido en un requisito laboral para un alto puesto en el aparato de política exterior de Estados Unidos”.(5) La conclusión clara que se puede extraer de esto es que el hecho de que Estados Unidos no invoque el derecho internacional y en su lugar apele en la mayoría de las ocasiones a un «orden internacional basado en reglas» es algo considerado y deliberado.(6)

Otros líderes occidentales también han invocado el «orden internacional basado en reglas» para criticar a los Estados no occidentales, en particular a Rusia y China, por su mala conducta internacional (7) pero tales referencias han sido inconsistentes (8) o usarse indistintamente con el derecho internacional. Un buen ejemplo de esto lo proporciona la Declaración emitida por los Jefes de Estado al concluir la Cumbre de la OTAN en Madrid de 2022, en la que se afirmó que «nos adherimos al derecho internacional y a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas». Naciones. Estamos comprometidos a defender el orden internacional basado en reglas”.(9) El Primer Ministro de los Países Bajos ha ido aún más lejos al combinar los dos términos en una sola frase al referirse al «orden jurídico internacional basado en reglas».(10) Esto sugiere que otros líderes occidentales, particularmente de la UE, tienen una actitud ambivalente hacia el orden internacional basado en reglas. Si bien están dispuestos a aceptar el lenguaje preferido de Estados Unidos en declaraciones conjuntas con Estados Unidos, insisten, no obstante, en que las relaciones internacionales se rigen por el derecho internacional. Esto quedó claro en una declaración emitida por la UE en las Naciones Unidas cuando Rusia invadió Ucrania.(11) El Reino Unido, por otra parte, invoca con frecuencia el orden internacional basado en reglas.(12)

¿Qué es esta criatura, el «orden internacional basado en reglas», que los líderes políticos estadounidenses han invocado cada vez más desde el final de la Guerra Fría en lugar del derecho internacional? ¿Es un sinónimo inofensivo de derecho internacional, como sugieren los líderes europeos? ¿O es algo más, un sistema destinado a reemplazar el derecho internacional que ha regido el comportamiento de los Estados durante más de 500 años?

En este editorial deseo compartir algunas reflexiones sobre este nuevo fenómeno, en un intento de responder a esta pregunta.

Una búsqueda en los índices de los principales libros de texto de derecho internacional no ayuda. No se menciona el «orden internacional basado en reglas» en una selección aleatoria de tales libros.(13) El relativo silencio de los académicos y profesionales del derecho internacional sobre este tema posiblemente pueda explicarse porque los abogados ven el OBR como el término político para el derecho internacional o como una retórica política inofensiva. Sin embargo, esto es desafortunado ya que ha permitido a los políticos invocar el OBR sin dar una explicación de lo que quieren decir.

1.Dos maneras de ver el ’orden basado en reglas’

Por un lado, puede verse como un concepto desarrollado por politólogos y políticos que pretende ser más o menos sinónimo de derecho internacional. (14) Fundado en un orden internacional liberal, está «basado en principios de gobernanza democrática, la protección de los derechos individuales, la apertura económica y el estado de derecho»(15) y se caracteriza por la igualdad, los derechos humanos, la libertad, el multilateralismo, la libre circulación de mercancías y la seguridad colectiva.(16) En su contenido, va más allá de la estrecha percepción positivista del derecho internacional para incluir el derecho indicativo, incluidas las normas y recomendaciones de las organizaciones internacionales de normalización (17) y conferencias y reglas elaboradas por actores no estatales.

Según este punto de vista, el OBR se basa en principios que constituyen los fundamentos del derecho internacional y además tiene en cuenta las fuentes más amplias del derecho internacional contemporáneo defendidas por muchos académicos. Al igual que el derecho internacional, se basa en los valores de la comunidad internacional consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, en tratados multilaterales y normas consuetudinarias que dan efecto a esos valores.

Sin embargo, existe otra perspectiva de lel OBR que requiere consideración.

Los teóricos y comentaristas políticos han tomado la iniciativa en el examen del OBR pero, aparte de aquellos que han criticado al OBR, (18) han prestado escasa atención a la relación con el derecho internacional. Por ejemplo, si bien han anunciado la importancia de los derechos humanos, la autodeterminación, la integridad territorial, la cooperación económica y los principios maternales del derecho internacional, no han considerado el contenido de estos principios en referencia a tratados multilaterales o normas consuetudinarias. o los mecanismos para su aplicación. Están satisfechos con la exposición de valores que no están definidos sin tener en cuenta su fuerza vinculante o aplicabilidad. En resumen, no son reglas tal como las entienden los abogados. Para empeorar las cosas, no han considerado la cuestión de si el OBR y el derecho internacional son compatibles entre sí o si un orden es superior al otro.

La naturaleza indeterminada e indefinida de las «reglas» del OBR y la falta de consideración de su relación con el derecho internacional ha llevado a cuestionar el motivo del recurso al OBR por parte de Estados Unidos. La manera en que Estados Unidos ha justificado aparentes violaciones del derecho internacional por parte de sus propias fuerzas o de sus amigos cercanos ha resultado inevitablemente en una explicación cínica, aunque plausible, de la preferencia de Estados Unidos por el OBR.

Según este punto de vista, el orden internacional basado en normas puede verse como la alternativa de los Estados Unidos al derecho internacional, un orden que resume el derecho internacional tal como lo interpretan los Estados Unidos de acuerdo con sus intereses nacionales, «una quimera, es decir, cualquiera que sea el Estados Unidos y sus seguidores quieren que signifique en un momento dado’. (19) Partiendo de la premisa de que «los propios Estados Unidos están dispuestos a ignorar, evadir o reescribir las reglas siempre que parezcan inconvenientes», (20) se considera que el OBR es amplia, abierta a la manipulación política y a dobles raseros. Según el profesor Stefan Talmon, el OBR «parece permitir reglas especiales en casos especiales -sui generis-«. (21)

2.La razón detrás de la referencia a un «orden internacional basado en reglas»

Hay varias razones que pueden explicar por qué Estados Unidos prefiere invocar un «orden internacional basado en reglas» y no el derecho internacional.

En primer lugar, Estados Unidos no es parte en varios tratados multilaterales importantes que constituyen una característica esencial del derecho internacional. No es parte de la Convención sobre el Derecho del Mar, lo que significa que está obligado a reprender a China por amenazar el «orden internacional basado en reglas» en el Mar Meridional de China en lugar del derecho internacional. (22) No es parte de una serie de tratados fundamentales que rigen el derecho internacional humanitario, incluidos los Protocolos de las Convenciones de Ginebra de 1977 sobre el derecho de la guerra, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, la Convención sobre Municiones en Racimo y la Convención Antipersonal. Convención sobre la prohibición de las minas. Tampoco es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño ni de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Inevitablemente, esto dificulta que Estados Unidos responsabilice a los Estados por violaciones del derecho internacional humanitario y del derecho de derechos humanos en la medida en que Estados Unidos no considere que estas normas formen parte del derecho internacional consuetudinario.

En segundo lugar, Estados Unidos ha colocado interpretaciones del derecho internacional que justifican el uso de la fuerza (23) y la violación del derecho internacional humanitario que son controvertidos y cuestionados. Su interpretación del derecho de legítima defensa para permitir ataques preventivos (24) y el uso de la fuerza contra insurgentes/militantes caracterizados como terroristas son ampliamente discutidos. (25) El recurso al uso de la fuerza como especie de intervención humanitaria en el bombardeo de Belgrado en 1999, llevado a cabo bajo los auspicios de la OTAN, (26) también está en disputa. Las interpretaciones dadas a las resoluciones del Consejo de Seguridad por parte de Estados Unidos y el Reino Unido para autorizar el uso de la fuerza en Irak en 2003 (27) y Libia en 2011 (28) han sido muy criticados como pretextos ilegales para un cambio de régimen. La denegación del estatuto de prisioneros de guerra a los soldados talibanes detenidos en la Bahía de Guantánamo tras la invasión estadounidense de Afganistán en 2002 ha sido cuestionada porque viola el artículo 4 de la Convención relativa al tratamiento de los prisioneros de guerra. (29) El uso de drones en Afganistán, Irak y Yemen para matar a militantes/terroristas hostiles, que Estados Unidos ha justificado como autodefensa permisible, ha sido criticado como una violación del derecho internacional humanitario y del derecho de los derechos humanos. (30) Parece que Estados Unidos considera más conveniente –y posible– defender interpretaciones impugnadas del derecho internacional de este tipo bajo las ’reglas’ amplias de la RBO que justificarlas bajo las reglas más estrictas del derecho internacional. (31)

En tercer lugar, Estados Unidos no está dispuesto a responsabilizar a algunos Estados, como Israel, por violaciones del derecho internacional. Se tratan como casos sui generis en los que el interés nacional excluye la rendición de cuentas. Este excepcionalismo con respecto a Israel fue explicado detalladamente por Estados Unidos en su declaración conjunta con Israel con motivo de la visita del presidente Biden a Israel en julio de 2022 (32) que reafirma «los vínculos inquebrantables entre nuestros dos países y el compromiso duradero de los Estados Unidos con la seguridad de Israel» y la determinación de los dos estados «de combatir todos los esfuerzos para boicotear o deslegitimar a Israel, negar su derecho a la autosuficiencia» defensa, o señalarlo en cualquier foro, incluidas las Naciones Unidas o la Corte Penal Internacional». Este compromiso explica la negativa constante de Estados Unidos a responsabilizar a Israel por sus repetidas violaciones del derecho humanitario, apoyar el procesamiento de los autores de crímenes internacionales ante la Corte Penal Internacional, condenar sus ataques a Gaza – mejor retratados como una aplicación excesiva de la ocupación de Gaza y no la autodefensa como sostienen los Estados Unidos – (33), insisten en que Israel procese a los asesinos de un ciudadano estadounidense (Shireen Abu Akleh), critican su violación de los derechos humanos según lo establecido tanto por el Consejo de Derechos Humanos como por la Asamblea General, aceptan que Israel aplica una política de apartheid en el Territorio Palestino Ocupado, (34) y oponerse a su anexión de Jerusalén Este. (35) Y, por supuesto, está la negativa de Estados Unidos a reconocer la existencia del arsenal nuclear de Israel o permitir cualquier discusión sobre él en el contexto de la proliferación nuclear en el Medio Oriente. (36) Es posible que tales medidas por parte de Israel se consideren consistentes con el “orden internacional basado en reglas”, incluso si violan reglas básicas del derecho internacional.

Por supuesto, los dobles raseros, el excepcionalismo y la hipocresía son características de las políticas exteriores de los estados que aceptan el derecho internacional y no favorecen al OBR. Semejante conducta debe ser condenada, ya que socava la noción de responsabilidad de todos los Estados, independientemente de su posición y de sus amigos en la comunidad internacional. Las «reglas» amorfas del OBR, sin embargo, hacen que sea más fácil para un estado brindar un trato especial a otro estado y tolerar sus violaciones del derecho internacional. Estados Unidos puede justificar su negativa a responsabilizar a Israel por sus violaciones del derecho internacional argumentando que el derecho internacional tal como lo interpreta Estados Unidos –el OBR– permite ataques a Gaza como autodefensa contra el terrorismo y el asesinato de militantes terroristas mediante drones, la aplicación del apartheid, la anexión de territorio y la continuación de una ocupación que se considera ampliamente ilegal.

Estas explicaciones sobre la invocación preferida de Estados Unidos del OBR no se aplican consistentemente a otros estados de la alianza occidental. La mayoría son partes en la mayoría de los tratados multilaterales. Sólo el Reino Unido participó en todas las controvertidas intervenciones militares mencionadas anteriormente, aunque algunas se llevaron a cabo bajo el paraguas de la OTAN. Y la mayoría de los Estados occidentales han estado dispuestos a responsabilizar a Israel por sus violaciones del derecho internacional, aunque sólo de palabra. Esto probablemente explica por qué los líderes occidentales han utilizado el término OBR indistintamente con el derecho internacional y parecen tratar ambos órdenes como sinónimos. Esto significa que el OBR es en gran medida una orden defendida por Estados Unidos.

3.El debate jurisprudencial entre Rusia, China y Occidente sobre el OBR

Occidente ha utilizado el OBR para juzgar a Rusia y, más recientemente, a China. Esto ha llevado a lo que podría denominarse un debate jurisprudencial entre Rusia y Occidente, en el que Rusia condena a Occidente por abandonar el respeto al derecho internacional en su afirmación del OBR, y Estados Unidos se atiene a su evaluación de la mala conducta de Rusia en términos del OBR.

Sergey Lavrov, el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, ha criticado sistemáticamente a Occidente por su recurso a un orden internacional basado en normas. En 2020 declaró que Occidente abogaba por un «orden basado en reglas centrado en Occidente como alternativa al derecho internacional». (37) con el propósito de reemplazar el derecho internacional con métodos no consensuales para resolver disputas internacionales eludiendo el derecho internacional. (38) Explicó que «este término fue acuñado recientemente para camuflar un esfuerzo por inventar reglas en función de los cambios en la situación política para poder presionar a Estados desagradables e incluso a los aliados». (39)

El presidente Putin se ha hecho eco de esta opinión. El 25 de mayo de 2022, el Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, con motivo del Día de África, leyó una declaración del Presidente Putin en la que, en el contexto de la acción de Rusia en Ucrania, declaraba que: “El principal problema es que un pequeño grupo de países occidentales liderados por Estados Unidos sigue intentando imponer el concepto de un orden mundial basado en reglas a la comunidad internacional. Utilizan esta bandera para promover, sin dudarlo, un modelo unipolar de orden mundial donde hay países excepcionales y todos los demás que deben obedecer al club de los elegidos”. (40)

En 2019, un grupo de académicos rusos produjo un artículo académico en el que concluyen que: “Por lo tanto, hay razones suficientes para pensar que el concepto moderno de “orden basado en reglas” tiene una connotación política, ante todo antirrusa, que se suma a las actuales armas políticas de Occidente… En pocas palabras, el concepto presenta una herramienta para universalizar un proyecto occidental unilateral de orden mundial”. (41)

La guerra de palabras entre Occidente y Rusia sobre el OBR ha entrado ahora en la retórica de la invasión de Ucrania.

Rusia ha violado los principios más fundamentales del derecho internacional y el derecho de la Carta de las Naciones Unidas en su brutal ataque a Ucrania y su igualmente brutal ocupación del país. Ha violado la prohibición del uso de la fuerza, la obligación de respetar la integridad territorial de otro Estado soberano y las normas del derecho de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Pese a ello, Estados Unidos ha preferido condenar a Rusia por violar el OBR indefinido cuyas reglas aún no se han enunciado. (42)

Por su parte, Rusia ha criticado a Occidente por actuar de acuerdo con el OBR. Como se muestra arriba, el presidente Putin se quejó de la dependencia de Occidente del OBR en su declaración en el Día de África, el 25 de mayo de 2022. (43) Los precedentes sentados por la generosa interpretación de Occidente de sus obligaciones en virtud del OBR también fueron evidentes en la declaración del presidente Putin de una operación militar especial (es decir, guerra) contra Ucrania el 24 de febrero de 2022. (44) En esta declaración se refirió al bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN en 1999, la invasión de Irak en 2003, la intervención en Libia en 2011 y la acción de Estados Unidos en Siria, todos los cuales se basaron en interpretaciones dudosas y controvertidas del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. (45) La implicación clara era que Estados Unidos, Occidente y la OTAN habían pretendido actuar de acuerdo con el orden internacional basado en reglas y no con el derecho internacional en estas ocasiones.(46)

Los Estados utilizan con frecuencia el tu quoque o «qué pasa» para desviar las críticas a su propia conducta. La Unión Soviética y ahora la Federación Rusa han utilizado esta defensa contra Estados Unidos durante muchos años. Por ejemplo, ha acusado a Estados Unidos de linchar a afroamericanos, practicar la discriminación racial y apoyar a los Contras en Nicaragua en respuesta a las críticas a su propio historial de derechos humanos. Aunque tu quoque puede ser una estrategia política útil, no es una defensa aceptada en el derecho internacional. Por otro lado, no hay duda de que los precedentes de conducta ilegal serán invocados como una licencia para la legalidad por parte de un Estado delincuente, particularmente cuando se justifican en interpretaciones controvertidas de la ley perteneciente al orden internacional basado en reglas. Según Chatham House, las recientes violaciones del derecho internacional por parte de Estados Unidos han «proyectado una larga sombra sobre la pretensión de Estados Unidos de ser el principal defensor de un sistema internacional basado en reglas». (47)

China también ha afirmado su oposición a un orden basado en reglas. En mayo de 2021, en un debate virtual del Consejo de Seguridad sobre multilateralismo, el Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi declaró que: “Las normas internacionales deben basarse en el derecho internacional y deben ser escritas por todos. No son una patente ni un privilegio de unos pocos. Deben ser aplicables a todos los países y no debe haber lugar para el excepcionalismo ni para dobles raseros”.(48)

En una línea similar, en 2021, Yang Jiechi, director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores, afirmó que China defiende el sistema centrado en las Naciones Unidas y el orden internacional respaldado por el derecho internacional y no el «llamado orden internacional basado en reglas» defendido por un pequeño número de países. (49)

4.Las reglas que componen el OBR

A la luz de la acusación tanto de los académicos occidentales como de los líderes políticos de Rusia y China de que Occidente ha propuesto el orden internacional basado en reglas como una alternativa al derecho internacional, no se puede aceptar sin examinar que el OBR es idéntica con el derecho internacional y que este es simplemente un nombre para el derecho internacional preferido por los teóricos y practicantes políticos.

Las reglas que componen el «orden internacional basado en reglas» todavía están por definirse. Hasta el momento no hay indicios de que tomarán la forma de convenciones internacionales generales o particulares según lo entiende el Artículo 38(1)(a) del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. Además, no sabemos cuál es la naturaleza de estas reglas. Se ha sugerido que «no tienen una cualidad positiva». Más bien, su valor depende de la medida en que sirvan a los intereses y valores de los Estados que los sostienen”.(50) Si existen reglas, el método para su creación sigue siendo un misterio.(51) No sabemos «quién establece en última instancia estas reglas y determina su contenido»,(52) no sabemos si los estados deben dar su consentimiento a estas reglas y, de ser así, cuáles estados. Ciertamente, la Comisión de Derecho Internacional y la Sexta Comisión de la ONU no participan en este proceso. Caritativamente, parece que las reglas son acuerdos tácitos entre un puñado de estados occidentales para los cuales no ha habido un consentimiento claro. Pero el consentimiento es la base del derecho internacional. Según Stefan Talmon, el orden basado en reglas se ha utilizado para exigir a ciertos Estados que cumplan las normas jurídicas internacionales existentes, a las que en realidad no han dado su consentimiento y, por tanto, no están obligados. El término «orden basado en reglas» desdibuja la distinción entre reglas vinculantes y no vinculantes, dando la impresión de que todos los estados y actores internacionales están sujetos a este orden, independientemente de si han dado su consentimiento o no a estas reglas.(53)

El acuerdo judicial no figura en el idioma de la RBO.(54) La Corte Internacional de Justicia probablemente no tendría competencia para conocer de una disputa basada en una ’regla’ del OBR conforme al Artículo 38(1), ya que tales ’reglas’ carecen de contenido y no pueden identificarse como pertenecientes a ninguna fuente reconocida, pero podría hacerlo conforme al Artículo 38(2) si los Estados remitiran una controversia a la Corte para decidir un caso ex aequo et bono.

Las críticas al OBR por no ser considerado una fuente formal de derecho internacional según el artículo 38 del Estatuto de la CIJ pueden cuestionarse por no tener en cuenta los métodos de elaboración de leyes que han ampliado las fuentes de derecho. ley internacional. Como resultado, adopta un enfoque altamente formalista del derecho internacional contemporáneo. Hay sustancia en esta crítica. La manera en que los estados invocan resoluciones no vinculantes de las Naciones Unidas y otras instituciones intergubernamentales, las decisiones de conferencias internacionales y otros organismos normativos y lo que hoy se conoce como «derecho indicativo» deja claro que los estados ven el derecho internacional como un orden fluido y flexible que se ocupa tanto de las normas que generan expectativas como de las reglas y principios reconocidos por el artículo 38. Si se acepta esto, se puede argumentar, el OBR simplemente reconoce la existencia de un orden jurídico contemporáneo libre del formalismo jurídico.

La dificultad de la crítica anterior es que presupone que las «reglas» del «orden basado en reglas» tienen un contenido conocido y van más allá de la afirmación de valores amplios. El respeto de los derechos humanos, la autodeterminación, la integridad territorial, la libertad de navegación, la gobernanza democrática, la libre circulación de mercancías, la apertura económica, etc. son valores importantes que un tribunal puede invocar para ayudarle a interpretar las normas jurídicas, pero no son no normas de derecho tal como se entienden comúnmente. Carecen de definición o contenido. No hay indicios de que estas normas sean vinculantes o aplicables (y, de ser así, cómo), de si pueden restringirse o de si todas las naciones y pueblos las disfrutan. En resumen, el OBR no hace ningún intento de proclamar un orden legal con reglas definidas y procedimientos de elaboración de leyes y solución de disputas.

El OBR es algo más que el derecho internacional. Es un régimen alternativo fuera de la disciplina del derecho internacional que inevitablemente desafía y amenaza el derecho internacional. Caritativamente puede verse como un orden que comprende valores de orden liberal. De manera menos caritativa, puede verse como un orden competitivo defendido por algunos estados occidentales, particularmente Estados Unidos, que busca imponer la interpretación del derecho internacional que mejor promueve los intereses de Occidente, particularmente los de Estados Unidos. A diferencia del derecho internacional, no parece ser un orden universal. Más bien, es un orden empleado por Occidente, de nuevo particularmente por Estados Unidos, para asegurar su dominio.

5.Observaciones finales

Volver a la guerra en Ucrania. En su invasión de Ucrania, la Federación de Rusia ha violado principios fundamentales del derecho internacional, que van desde el uso ilegal de la fuerza y ​​la violación de la integridad territorial de otro Estado soberano hasta violaciones brutales del derecho internacional humanitario y del derecho de los derechos humanos. Estas violaciones del derecho internacional se juzgan mejor por un orden jurídico aceptado y comprendido por todas las naciones del mundo que por un régimen amorfo defendido por una de las partes en conflicto. La declaración emitida por la UE condenando la invasión rusa de Ucrania como una violación del Artículo 2(4) de la Carta de las Naciones Unidas, un crimen de agresión según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y una violación de normas imperativas del derecho internacional (55) tiene más peso que la afirmación del presidente Biden de que la invasión viola el orden internacional basado en reglas.(56)

Una última razón para descartar el orden internacional basado en reglas como medio para juzgar el comportamiento de los Estados es que es un obstáculo innecesario y perjudicial para los intentos de llegar a un acuerdo sobre el derecho internacional como un orden universal que gobierne a todos los Estados. Todos los estados tienen sus propias idiosincrasias en lo que respecta a la aplicación del derecho internacional, pero rara vez amenazan la universalidad del derecho internacional. Sin embargo, en la actualidad existen varias divisiones importantes entre los Estados sobre las características y principios cardinales del derecho internacional.

El más notable de ellos es el que existe entre Occidente, por un lado, y Rusia y China, por el otro. Mientras Occidente enfatiza la gobernabilidad democrática, los derechos humanos, el ambientalismo y la globalización, Rusia y China enfatizan la igualdad soberana de los estados, la no intervención en los asuntos internos de los estados, la solución de disputas mediante mecanismos que los estados hayan consentido, la inmunidad de los estados y sus funcionarios, y la condena del doble rasero en el trato a los estados. Este enfoque chino-ruso del derecho internacional quedó detallado en 2016 en la Declaración de la Federación de Rusia y la República Popular China sobre la Promoción del Derecho Internacional.(57)

La adhesión de Occidente tanto a un orden internacional basado en reglas como al derecho internacional socava los esfuerzos por acordar un sistema universal de derecho internacional basado en las mismas reglas, principios y valores fundamentales. Un orden internacional fundado en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional tal como ha evolucionado desde el final de la Segunda Guerra Mundial es una receta más sólida para la paz que el orden internacional amorfo y discriminatorio basado en normas.

Referencias

(1) J. R. Biden Jr., ‘How the US is Willing to Help Ukraine’, New York Times International Edition, 2 June 2022, 1, at 11.

(2) The White House Briefing Room, ‘Remarks by President Biden in Press Conference (Madrid, Spain)’, The White House, 30 June 2022, available at www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2022/06/30/remarks-by-president-biden-in-press-conference-madrid-spain.

(3) The White House, ‘National Security Strategy’, The White House, October 2022, at Introduction, 8, 18, 42, available at www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/10/Biden-Harris-Administrations-National-Security-Strategy-10.2022.pdf.

(4) Ibid., at 18, 45.

(5) S. Walt, ‘China Wants a “Rules Based International Order,” Too’, Foreign Policy, 31 March 2021, available at www.belfercenter.org/publication/china-wants-rules-based-international-order-too. See also A. Tuygan, ‘The Rules-based International Order’, Diplomatic Opinion, 10 May 2021, available at www.diplomaticopinion.com/2021/05/10/the-rules-based-international-order/.

(6) Further evidence of President Biden’s determination to avoid reference to international law is provided by an article he wrote shortly after becoming president: J. R. Biden, Jr., ‘Rescuing US Foreign Policy after Trump’, (2020) 99 Foreign Affairs 64. In this wide-ranging account of his proposed foreign policy, there is no mention of international law or the United Nations. NATO does, however, feature prominently in the article.

(7) See the statement of the German Foreign Minister, Annalena Baerbock after the 2022 G20 meeting of foreign ministers where she referred to a shared commitment to the rules-based international order: Außenministerin Annalena Baerbock [@Abaerbock], ‘Liebe @AyorkorBotchwey, @DrAlfredMutua & @mnsanzabaganwa, ich freue mich sehr, mit Ihnen drei starke Partner*innen für die Verteidigung der regelbasierten internationalen Ordnung beim #G7-Treffen in Münster willkommen zu heißen!’, Twitter, 4 November 2022, available at twitter.com/ABaerbock/status/1588503709440700417. See further, R. Falk, ‘“Rule-based International-Order”: A New Metaphor for US Geo-Political Primacy’, Eurasia Review, 1 June 2021, available at www.eurasiareview.com; G. Cross, ‘Rules-based Order: Hypocrisy Masquerading as Principle’, China Daily, 3 May 2022, available at www.chinadailyhk.com/article/269894#Rules-based-order-masquerading-as-principle.

(8) The statements of Australian leaders are interesting. While the former Prime Minister, Scott Morrison, repeatedly used the term ‘rules-based order’ and not ‘international law’, the present Foreign Minister, Penny Wong, refers to international law. See her statement on the occasion of the 2022 G20 meeting of foreign ministers: Sen. The Hon P. Wong, ‘Doorstop Following G20 Foreign Ministers’ Meeting’, Minister for Foreign Affairs, 8 July 2022, available at www.foreignminister.gov.au.

(9) NATO Heads of State and Government, Madrid Summit Declaration, Press Release 095 (2022), available at www.nato.int>cps>natohq>official_texts_196951. For a similar statement see the communique issued after the meeting of foreign ministers of the G7 at St Malo on 6 April 2019: G7 Foreign Ministers, ‘Statement on the Situation in the West of Libya’, G7 France Biarritz, 5 April 2019, available at www.elysee.fr/admin/upload/default/0001/04/fa9bd64d1ab7fc32e4c9508650b83222b0c1a267.pdf.

(10) Prime Minister M. Rutte, ‘Statement by Prime Minister Rutte for the 80th Anniversary of Bilateral Relations between the Netherlands and Australia’, Government of the Netherlands, 16 April 2022, available at www.government.nl/documents/speeches/2022/04/16/statement-prime-minister-rutte-80-year-anniversary-of-bilateral-relations-between-australia-and-the-netherlands.

(11) S. Popan, Statement on behalf of the EU and its Member States at the 76th Session of the General Assembly Special Committee on the Charter of the United Nations and the Strengthening of the Role of the Organization, 3 November 2021, available at www.eeas.europa.eu/delegations/un-new-york/eu-statement-%E2%80%93-united-nations-6th-committee-report-special-committee-un_en?s=63.

(12) See, for example, the statements by Jeremy Hunt, Secretary of State for Foreign and Commonwealth Affairs, in Parliament on 2 April 2019 in the debate in Parliament on the Rules-based International Order: J. Hunt (Secretary of State for Foreign and Commonwealth Affairs), ‘Rules-Based International Order: Debate’, UK Parliament, Hansard, Oral Answers to Questions on Rules-based International order, volume 657, 2 April 2019, column 916, available at https://hansard.parliament.uk>2019-04-02debates. See also British Embassy of Manila, ‘UK Foreign Office Minister Mark Field Visits Philippines, 15–17 August’, British Embassy Manila, 28 August 2018, available at www.gov.uk/government/news/uk-foreign-office-minister-mark-field-visits-philippines-15-17-august.

(13) See, for example, J. Crawford (ed.), Brownlie’s Principles of Public International Law (2018); M. Shaw, International Law (2021); M. Evans (ed.), International Law (2018); J. Crawford, Chance, Order, Change: The Course of International Law (2014); A. Roberts, Is International Law International? (2017).

(14) For an example of a scholarly work that draws no clear distinction between international law and the rules—based order see S. Bashfield and E. Katselli Proukaki, ‘The Rules-based Order, International Law and the British Indian Ocean Territory. Do as I Say, Not as I Do’, (2022) 23 German Law Journal 713.

(15) M. Jorgensen, ‘The Jurisprudence of the Rules-Based Order: The Power of Rules Consistent with but not Binding under International Law’, (2022) 22 Melbourne Journal of International Law 221.

(16) D. Lake, L. Martin and T. Rice, ‘Challenges to the Liberal Order: Reflections on International Organization’, (2021) 75 International Organization 225. See also N. Wright, ‘The UK and the International Rules-Based-System’, Foreign Policy Centre, 8 September 2020, available at www.fpc.org.uk/the-uk-and-the-international-rules-based-system. The October 2022 National Security Strategy of the United States likewise stresses these values as part of its international strategy and by implication associates them with the RBO: supra note 3, particularly at 6, 18.

(17) See the statement by Antony Blinken at the virtual meeting of the Security Council Open Debate on Multilateralism on 7 May 2021, in which he stated that the rules-based order included the commitments of states under international law, the UN Charter and ‘the rules and standards agreed to under the auspices of the WTO and numerous standard-setting organizations’: A. J. Blinken, ‘Secretary Antony J. Blinken Virtual Remarks at the UN Security Council Open Debate on Multilateralism’, U.S. Department of State, 7 May 2021, available at www.state.gov/secretary-antony-j-blinken-virtual-remarks-at-the-un-security-council-open-debate-on-multilateralism/.

(18) See Walt and Tuygan, supra note 5; see Falk and Cross, supra note 7.

(19) Cross, supra note 7. See also R. Mullerson: the rules-based order is ‘based on rules of Washington and not related to international law’, cited in A. N. Vylegzhanin et al., ‘The Term “Rules-Based Order in International Legal Discourse”’, (2021) 2 Moscow Journal of International Law 35.

(20) See Walt, supra note 5.

(21) S. Talmon, ‘Rules-based Order v International Law?’, German Practice in International Law, 20 January 2019, available at www.gpil.jura.uni-bonn.de/2019/01/rules-based-order-v-international-law.

(22) Agence France-Presse, ‘Antony Blinken Warns China to Stop “Aggressive Actions” in Asia-Pacific’, Guardian, 13 December 2021.

(23) According to Richard Falk, ‘[t]he United States has projected more force outside its borders than has any State in the course of the past 75 years’, supra note 7.

(24) In 2002, in the wake of 9/11, President George Bush issued a National Security Strategy approving the use of force in pre-emptive self-defence: The White House, The National Security Strategy of the United States of America, 41 ILM 1478 (2002). For criticism of this doctrine see W. M. Reisman and A. A. Armstrong, ‘The Past and Future of the Claim of Preemptive Self-Defence in International Law’, (2006) 100 AJIL 525. See also the decisions of the International Court of Justice that cast serious doubt on the validity of pre-emptive self-defence: Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory, Advisory Opinion of 9 July 2004, [2004] ICJ Rep. 136, para. 139; Case Concerning the Armed Activities in the Territory of the Congo (Democratic Republic of the Congo v. Uganda), Judgment of 19 December 2005, [2005] ICJ Rep. 168, paras. 143, 148.

(25) For a full coverage of this argument and the objections to it see D. Tladi and J. Dugard, ‘The Use of Force by States’, in J. Dugard et al. (eds.), Dugard’s International Law: A South African Perspective (2018), 730, at 759.

(26) NATO’s invocation of the doctrine of humanitarian intervention to justify its action was seriously questioned by scholars. See L. Henkin, ‘Editorial Comments: NATO’s Humanitarian Intervention’, (1999) 93 AJIL 824.

(27) United Nations Security Council, Resolution 1441, Un Doc. S/RES/ 1441 (2002); United Nations Security Council, Resolution 678, Un Doc. S/RES/ 678 (1990); United Nations Security Council, Resolution 687, Un Doc. S/RES/ 687 (1991) were invoked creatively by the United States and the United Kingdom to justify the invasion of Iraq and regime change. Critics agree that the United States and the United Kingdom acted unlawfully. See V. Lowe, ‘The Iraq Crisis: What Now?’, (2003) 52 ICLQ 859; P. Sands, Lawless World: America and the Making and Breaking of Global Rules-From FDR’s Atlantic Charter to George Bush’s Illegal War (2005).

(28) United Nations Security Council, Resolution 1973, Un Doc. S/RES/1973 (2011) imposed a no-fly zone and authorized states to take ‘all necessary measures protect civilians’ but was used as a justification for regime change by NATO. See R. Higgins et al., Oppenheim’s International Law: United Nations (2017), 1023, paras. 26, 120.

(29) G. Aldrich, ‘The Taliban, Al Quaeda, and the Determination of Illegal Combatants’, (2002) 96 AJIL 891.

(30) C. Jones, The War Lawyers. The United States, Israel and Juridical Warfare (2020), 193–6; United Nations General Assembly, Report of the Special Rapporteur on Extrajudicial, Summary or Arbitrary Executions, Philip Alston, UN Doc. A/HRC/14/24/Ad 6 (2010); M. Boyle, The Legal and Ethical Implications of Drone Warfare (2017).

(31) According to Ben Scott, ‘Although the US shaped the UN and much of international law, its relationship with these institutions has become increasingly vexed, especially since the 2003 invasion of Iraq. That’s partly why it has fallen back on the rules-based order’: B. Scott, ‘The Trouble with Washington’s Rules-Based Order Gambit’, The Diplomat, 3 August 2021, available at www.thediplomat.com/2021/08/the-trouble-with-washingtons-rules-based-order-gambit.

(32) The White House Briefing Room, ‘The Jerusalem US-Israel Strategic Partnership Joint Declaration’, The White House, 14 July 2022, available at www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2022/07/14/the-jerusalem-u-s-israel-strategic-partnership-joint-declaration/. See also Biden’s statement on the ‘need to sustain our ironclad commitment to Israel’s security’ in his 2020 article in Foreign Affairs, supra note 6, at 73.

(33) See J. Dugard, ‘Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory’, in E. Bjorge and C. Miles (eds.), Landmark Cases in Public International Law (2017), 539, at 556–7.

(34) B. Samuels, ‘The US State Department Rejects Amnesty’s Apartheid Claim against Israel’, Haaretz, 1 February 2022.

(35) See Falk, supra note 7.

(36) V. Gilinsky and H. Sokolski, ‘Biden Should End US Hypocrisy on Israeli Nukes’, Foreign Policy, 19 February 2022.

(37) Cited in Vylegzhanin et al., supra note 19, at 39.

(38) Ibid., at 51.

(39) Ibid., at 39.

(40) K. K. Klomegah, ‘Russia Renews its Support to Mark Africa Day’, Modern Diplomacy, 27 May 2022, available at www.moderndiplomacy.eu/2022/05/27/russia-renews-its-support-to-mark-africa-day/. See also the statement by President Putin cited by A. Roberts, Is International Law International? (2017), 297.

(41) See Vylegzhanin et al., supra note 19, at 51.

(42) See note 1, supra. As early as 2021 the G7 complained that Russia’s behaviour threatened the RBO: see Vylegzhanin et al., ibid., at 39.

(43) See note 40, supra.

(44) See the text of President Putin’s speech: ‘Full text: Putin’s Declaration of War on Ukraine’, The Spectator, 24 February 2022, available at www.spectator.co.uk/article/full-text-putin-s-declaration-of-war-on-ukraine/.

(45) For an analysis of President Putin’s legal justifications for the Ukraine war see M. Milanovic, ‘What Is Russia’s Legal Justification for Using Force against Ukraine?’, EJIL:Talk!, 24 February 2022, available at www.ejiltalk.org.

(46) See further, Roberts, supra note 13, at 282.

(47) The London Conference, ‘Challenges to the Rules-Based International Order’, Chatham House: The Royal Institute of International Affairs, 2015, available at www.chathamhouse.org/sites/default/files/London%20Conference%202015%20-%20Background%20Papers.pdf.

(48) State Councilor and Foreign Minister W. Yi, ‘Remarks by State Councilor and Foreign Minister Wang Yi at the United Nations Security Council High-level Meeting on the Theme “Maintenance of International Peace and Security: Upholding Multilateralism and the United Nations-centered International System”’, Ministry of Foreign Affairs of the People’s Republic of China, 8 May 2021, available at www.fmprc.gov.cn/mfa_eng/wjdt_665385/zyjh_665391/202105/t20210508_9170544.html.

(49) See Scott, supra note 31.

(50) M. Chalmers, ‘Which Rules, Why there is No Single Rules-based International System’, Occasional Paper, Royal United Services Institute, April 2019.

(51) The October 2022 US National Security Strategy declares that the RBO ‘provides all nations that sign up to the principles an opportunity to participate in and have a role in shaping the rules’, supra note 3. Unfortunately, there is no indication of how this ‘signing up’ may be done.

(52) See Talmon, supra note 21.

(53) See Talmon, ibid.

(54) The US National Security Strategy of October 2022 makes no mention of the International Court of Justice, supra note 3.

(55) See note 11, supra.

(56) See note 1, supra.

(57) Ministry of Foreign Affairs of the Russian Federation, ‘The Declaration of the Russian Federation and the People’s Republic of China on the Promotion of International Law’, 25 June 2016, available at www.fmprc.gov.cn>201608. For a detailed analysis of this Declaration see Roberts, supra note 13, at 290–9.

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