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La internacionalización de la Antártida: un escenario de grave riesgo para Argentina

16 agosto 2024, 05:50

Con el trasfondo idílico del Volcán y el Lago Villarrica, del 19 al 23 de agosto próximos se celebrará en Pucón, Araucanía, la reunión del Comité Científico para la Investigación sobre la Antártida (SCAR, por su nombre en inglés). Con más de 1.400 participantes, será la mayor conferencia científica que se haya realizado hasta ahora sobre el continente austral. Su preocupación central será el cambio climático, pero también se tratarán los brotes de gripe aviar registrados allí, el tratamiento de los residuos humanos, los microplásticos y la disminución del krill. Todos temas científicos que pronto serán presa de la competencia hegemónica entre el bloque occidental y el euroasiático. Nuestro país deberá estar atento, particularmente, a las demandas para poner al continente polar bajo un régimen internacional de gobierno y desconocer los reclamos de soberanía registrados al firmarse el Tratado Antártico en 1959, dado que detrás de la supuesta internacionalización se esconde la ambición hegemónica de las potencias anglosajonas y sus aliados.

“Ciencia antártica: encrucijada para una nueva esperanza”, es el título de la conferencia internacional que se realizará entre el 19 y el 23 de agosto en Pucón. Se realizarán charlas, exposición de pósters, conferencias magistrales, simposios y workshops, en 50 áreas del conocimiento. La última década ha sido la más cálida en la Antártida desde el comienzo de la medición instrumental y durante los últimos cuatro años la reducción de su hielo marino ha alcanzado cifras récord. Las especies intolerantes al cambio se repliegan hacia el interior del continente, mientras que las que lo toleran comienzan a competir con especies invasoras llegadas desde otras latitudes.

Además de los impactos del cambio climático, la gripe aviar, los microplásticos y el krill, la reunión también se centrará en las áreas marinas protegidas y las políticas que estimulen la participación femenina y de jóvenes en la ciencia antártica.

La reunión científica de Pucón es la continuación de la 46ª Reunión Consultiva del Tratado Antártico (ATCM-46, por su nombre en inglés) y la 26ª del Comité para la Protección del Medio Ambiente (CEP-26, por su nombre en inglés), que se celebraron en Kochi, estado de Kerala (India), del 20 al 30 de mayo pasados. Si bien la firma del Tratado Antártico en 1959, en plena Guerra Fría fue una demostración del poder que puede tener la diplomacia aun en los momentos más difíciles de la política internacional, desde hace unos veinte años la competencia entre las grandes potencias se fue agudizando también en la Antártida.

El ATCM se caracteriza por la particularidad de que en sus reuniones las decisiones sólo se adoptan por consenso. Si bien este principio hace mucho más lento el proceso resolutivo, garantiza, en cambio, que las resoluciones adoptadas sean acatadas por todos los miembros. El principio de consensualidad ha sido especialmente práctico, para proteger los derechos soberanos de Argentina. De hecho, entre los países miembros del Tratado Antártico hay una mayoría de aliados de Estados Unidos y Gran Bretaña. En muchas ocasiones sólo nos apoyaban Rusia, China, Sudáfrica y Brasil. En esta relación de fuerzas adversa el principio de consensualidad ha sido el principal salvavidas de la soberanía argentina.

En el marco del Tratado Antártico el continente austral se administra a través de reuniones consultivas (bianuales hasta 1991, anuales desde entonces). Originariamente vigente por 50 años, el Tratado fue prorrogado por el Protocolo de Protección Ambiental hasta 2048. Podría ser terminado antes por acuerdo unánime de los miembros, pero eso es altamente improbable. A partir de 2048, en tanto, para modificarlo o abolirlo bastará con que un miembro lo solicite y obtenga los votos de la mayoría de los firmantes.

El Tratado dispone que el área antártica sólo debe usarse con fines pacíficos, pero permite el uso de personal y equipo militar en apoyo de actividades científicas. Incluye, además, bajo la jurisdicción del Tratado todas las tierras y las barreras de hielo al sur de los 60°00′ de latitud Sur, pero no el alta mar al sur de ese paralelo. También faculta a los Estados a inspeccionar cualquier área y cualquier instalación en el continente. El Tratado, finalmente, quedó abierto a la adhesión de cualquier Estado miembro de las Naciones Unidas. De hecho, a los doce signatarios originarios se sumaron a lo largo de los años 44 países más, hasta llegar a los actuales 56 signatarios. Además del Tratado se han incorporado a la normativa antártica 170 recomendaciones adoptadas en las reuniones consultivas y ratificadas por los Estados miembros, así como el Protocolo sobre Protección Ambiental en vigencia desde el 14 de enero de 1998.

El Tratado Antártico considera dos clases de miembros: los consultivos o plenos, con voz, voto y veto, y los miembros no consultivos, o adherentes, que cuentan solo con derecho a voz. La Secretaría del Tratado tiene sede en Buenos Aires. Siete de los Estados miembros del Tratado Antártico (Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y Reino Unido) mantienen reclamaciones de soberanía sobre sectores del territorio antártico que durante la vigencia del tratado las mismas están “congeladas”, no pueden ser ampliadas o modificadas ni se permiten nuevas. Australia, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Noruega y Francia se reconocen mutuamente sus reclamaciones antárticas. Argentina y Chile también se reconocen mutuamente derechos antárticos. Sin embargo, el autodenominado “Territorio Antártico Británico” (BAT, por su nombre en inglés) se yuxtapone con el sector argentino y con el chileno e incluye las islas Shetland y Orkney del Sur. Rusia (antes la URSS) y Estados Unidos hicieron en el Tratado reserva de su posterior derecho a presentar reclamaciones de soberanía, pero todavía no efectivizaron el reclamo.

Gran Bretaña tiene en el continente seis bases, tres permanentes y tres temporarias. Estados Unidos, en tanto, tiene tres bases permanentes y dos estivales en la Antártida Oriental. A pesar de que está prohibido por el Tratado, éste es el único país que tiene instalaciones militares en una base (McMurdo). También China tiene cinco bases en ese continente.

Por su parte, el Sector Antártico Argentino comprende el territorio entre los meridianos 25° y 74° de longitud Oeste al sur del paralelo de 60° de latitud Sur. Forma parte de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Ley 23.775) y tiene una superficie de 1.461.597 km², de los cuales 965.314 km² corresponden a tierra firme.

Dentro del Sector Antártico Argentino, nuestro país administra trece bases o estaciones, de las cuales seis son permanentes (operativas todo el año) y el resto, temporarias (operativas sólo en verano). De este modo, Argentina es el país con más presencia en el Continente Antártico. Nuestro país tiene presencia permanente en la Antártida desde 1904 y desde 1927 hizo constar internacionalmente su afirmación de soberanía sobre el territorio del actual Sector Antártico. En 1940 se creó la Comisión Nacional del Antártico, hoy Dirección, encargada de coordinar la actividad nacional en ese continente, islas adyacentes y aguas territoriales. También desde 1940 Argentina y Chile se reconocieron mutuamente sus aspiraciones de soberanía superpuestas y se comprometieron a resolverlas pacíficamente.

El avance de la ocupación pacífica de la Antártida por Argentina es una política de Estado que se ha venido desarrollando a lo largo de las décadas. Esta continuidad ha convertido a nuestro país en la principal potencia antártica. La línea principal de esta ocupación es la investigación en ciencias duras sobre la geografía, la geología, el clima y el medio ambiente antártico y cubre un amplio espectro disciplinario.

Sin embargo, desde el inicio de la presencia argentina en la Antártida nuestros derechos fueron impugnados por Inglaterra, llegándose en varias ocasiones al borde de enfrentamientos militares (1903, 1943 y 1952/53). Además, el avance del turismo y de la pesca comercial (ésta, gracias al calentamiento de las aguas superficiales), junto con el cambio climático, acrecientan el interés económico en la región. El turismo todavía no ha sido regulado y su creciente masificación plantea problemas de todo tipo: legales, sanitarios, fiscales y medioambientales.

El Tratado Antártico rige sobre las tierras y hielos continentales, pero no sobre los mares circunantárticos. Si se considera el clima relativamente más benigno del norte de la Antártida Argentina, puede entenderse la codicia de las grandes flotas pesqueras, especialmente la española, por las riquezas de las aguas antárticas.

El cambio climático está modificando aceleradamente el escenario geopolítico: Como señaló recientemente Marcelo Brignoni en Tektónikos, “los espacios marítimos de la Antártida están adquiriendo un nuevo valor estratégico, al punto de que las propias corporaciones privadas transnacionales están proyectando la explotación comercial del continente. De esta forma, se potencia la militarización de estos espacios de cara a la revisión del Tratado Antártico en 2041 y del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente en 2048”.

Y más adelante añade: “en los últimos años tanto Washington como Londres han señalado su ‘preocupación’ sobre presuntas actividades de China y sobre todo de Rusia en la supuesta exploración y explotación de los recursos naturales antárticos, a lo que han ‘contestado’ con la construcción de nuevas bases antárticas y actualmente, con la construcción de una quinta base británica, igualando el número de bases estadounidenses, a las que deben sumarse los asentamientos australianos, que juntos representan al AUKUS en la Antártida”

“El AUKUS (Australia-United Kingdom-United States), explica el autor, se presentó como la Alianza Estratégica Militar complementaria de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) por parte centralmente del Reino Unido de Gran Bretaña y Estados Unidos con Australia de invitado. Se anunció públicamente el 15 de septiembre de 2021 para la región del Océano Indo-Pacífico, aunque su pretensión incluye además el Atlántico Sur.”

“La probable incorporación de Nueva Zelanda en un corto plazo posibilitaría a esta alianza geopolítica militar reclamar soberanía en más de la mitad del territorio antártico. De hecho, con una creciente cantidad de rompehielos y de submarinos nucleares, AUKUS se plantea controlar los accesos a la Antártida”.

Cuando AUKUS fue firmado en 2021, se lo presentó como un pacto para la defensa del Indo-Pacífico, sugiriendo que se trataba de una alianza antichina. Para ello, ya entonces fue invitado a sumarse Japón. Sin embargo, los países firmantes ya forman parte del pacto “Cinco Ojos” (Five Eyes) para el intercambio de inteligencia con Canadá y Nueva Zelanda, que EE.UU., Australia y Japón ya participan con India en el pacto Quad (Quadrilateral Security Dialogue), firmado también en 2021 y que EE.UU., Australia y Nueva Zelanda participan desde la década de 1950 en la alianza ANZUS. Si fuera sólo para la defensa del Indo-Pacífico, entonces, AUKUS sería superfluo.

En realidad, AUKUS adquiere sentido si se invierte el mapa: China se está expandiendo hacia la Antártida y ya tiene allí cinco bases: una en la Antártida Occidental (en las Islas Shetland del Sur) y cuatro en la Antártida Oriental. Si, efectivamente, EE.UU., Gran Bretaña y Australia se aliaron para contener a China, es, principalmente, para hacerlo en la Antártida y los mares circundantes. Si a ellos se une Noruega (otro miembro de la OTAN), la alianza suma reclamos de soberanía sobre 80% del continente.

¿Qué ofrece Gran Bretaña a esta coalición? El Reino Unido desde su ‘Collar de Perlas’ atlántico (Islas de Ascensión, Santa Helena y Tristán de Acuña) junto a la ocupación ilegal de Malvinas, proyecta su poder en tres continentes (África, América del Sur y Antártida), estableciendo además sobre cuatro océanos (Atlántico, Pacífico, Indico y Antártico) un control aéreo y marítimo. Esto se expresa en una militarización de toda la región desde la base instalada a partir de 1982 en Monte Agradable, Islas Malvinas. A las posesiones atlánticas debe añadirse el llamado Territorio Británico del Océano Índico (BIOT, por su nombre en inglés) del que dependen las islas y grupos de islas de Diego García, Tres Hermanos, Egmont, Nelson, Peros Banhos, Águila, Islas Salomón y Peligrosa. Aunque en las islas no hay población civil permanente, habitualmente están estacionados allí unos 4.000 militares y civiles estadounidenses contratados y británicos. El territorio tiene una superficie total de 60 km2.

Es decir que, mediante las dos cadenas de islas bajo su dominio (en el Atlántico y en el Índico), a pesar de su menguado poder y de sus magras capacidades navales, Gran Bretaña ofrece a AUKUS el control sobre una porción importante del Océano Antártico. A su vez, la incorporación de nuevos aliados al control de la Antártida permite a Estados Unidos compensar la baja de recursos destinados a las zonas polares en los últimos veinte años.

Puede concluirse que China, Rusia y Argentina están amenazados en el continente antártico por el mismo competidor: la OTAN del sur o AUKUS. Aunque estas dos potencias no han presentado reclamos territoriales sobre la Antártida, en la medida en que AUKUS busca tomar el control sobre el Océano Antártico, amenaza la navegación en todos los mares australes y, por lo tanto, la libertad de navegación y comercio.
En este contexto estratégico los reclamos por la internacionalización de la Antártida deben entenderse como la manifestación de EE.UU., Gran Bretaña y sus aliados de su voluntad de controlar hegemónicamente el continente austral. Por el contrario, sólo el reconocimiento de los reclamos de soberanía bajo las normas de la ONU puede asegurar que el Continente Antártico continúe siendo un bien común de la humanidad.

Para Argentina su sector antártico es una continuidad geoeconómica natural y su internacionalización traería consigo la pérdida de control sobre el Atlántico Sur y sobre los pasos interoceánicos. No tenemos alternativa: Argentina será antártica o no será.

Eduardo J. Vior
analista internacional

FUENTE: https://agendarweb.com.ar/2024/08/16/la-internacionalizacion-de-la-antartida-un-escenario-de-grave-riesgo-para-argentina/

En menos de una década, el BRI de China ha transformado fundamentalmente la geopolítica mundial. Ya es demasiado tarde para que Occidente compita Pepe Escobar  13 de junio  The Cradle

Es importante reconocer que la guerra indirecta de EE. UU. y la OTAN contra Rusia en Ucrania es, al mismo tiempo, una guerra diseñada para interrumpir el progreso de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China. A medida que nos acercamos al décimo aniversario de la Franja y la Ruta, que estará marcado por el tercer Foro de la Franja y la Ruta a fines de este año en Beijing, está claro que la Franja Económica de la Ruta de la Seda original, anunciada por el presidente Xi Jinping en Astana, Kazajstán, en septiembre de 2013, ha recorrido un largo camino. 

Para enero de este año, 151 naciones ya se habían adherido al BRI: nada menos que el 75 por ciento de la población mundial que representa más de la mitad del PIB mundial. 

Incluso un equipo atlantista como el Centro de Investigación Económica y Empresarial con sede en Londres admite que el BRI puede aumentar el PIB mundial en la friolera de $ 7,1 billones al año para 2040, otorgando beneficios «generalizados».Incluido en la Constitución china desde 2018, BRI constituye el marco general de facto de la política exterior china hasta 2049, marcando el centenario de la República Popular China. El BRI avanza a lo largo de varios corredores de conectividad terrestres, desde el Transiberiano hasta el «corredor medio» a lo largo de Irán y Turkiye y el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) hasta el Mar Arábigo. 

Mientras tanto, en el frente de las vías fluviales, la Ruta Marítima de la Seda ofrece una red paralela desde el sureste de China hasta el Golfo Pérsico, el Mar Rojo, la Costa Swahili y el Mar Mediterráneo.Todo eso se refleja en la Ruta del Mar del Norte impulsada por Rusia, que conecta los lados este y oeste del Ártico y reduce el tiempo de navegación de Europa a Asia de un mes a menos de dos semanas. Un proyecto tan masivo de Make Trade Not War, («Hacer el comercio no la guerra») centrado en la conectividad, la construcción de infraestructura, el desarrollo sostenible y la perspicacia diplomática, centrado en el Sur Global, no podía sino ser interpretado por las élites occidentales como una amenaza geopolítica y geoeconómica suprema.Y es por eso que cada turbulencia geopolítica en el tablero de ajedrez está directa o indirectamente relacionada con BRI. Incluyendo Ucrania.

«Una nueva opción»

En el Foro Lanting en Shanghái el mes pasado, el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, se mostró cómodo presentando a una audiencia extranjera selecta los lineamientos clave de la “modernización, el estilo chino” y cómo se puede aplicar en todo el Sur Global. 

Por su parte, los expertos del Sur Global tuvieron la oportunidad de profundizar en los motivos que subyacen a la paranoia de la “amenaza” constante del occidente colectivo. 

La conclusión es que para EE. UU. y sus aliados vasallos, es un anatema que Beijing, basado en su propio éxito, esté ofreciendo un modelo de desarrollo alternativo en comparación con el único producto en el mercado desde 1945. La ex presidenta brasileña Dilma Rousseff, actual nueva presidenta del New Development Bank (NDB) con sede en Shanghái, el banco BRICS, explicó en el foro cómo se impuso el neoliberalismo en América Latina como un camino falso hacia el éxito económico. El modelo chino, por su parte, según subrayó, ofrece ahora una “nueva elección”, que respeta las peculiaridades nacionales. Zhou Qiangwu, el vicepresidente chino de NDB, espera que esto impulse al FMI y al Banco Mundial a dar más voz al Sur Global en su toma de decisiones como parte de nuevas «soluciones de gobernanza». Sin embargo, es poco probable que eso suceda porque EE. UU. y sus vasallos no están mentalmente preparados para deshacerse de su bagaje de prejuicios centenarios y sentarse en la misma mesa con representantes del Sur Global y aceptarlos como iguales y como partes interesadas calificadas

Sin embargo, el Sur Global no espera a nadie. Las mesas redondas ya se suceden a una velocidad vertiginosa. Un caso clave fue la cumbre China-Asia Central del 18 y 19 de mayo en la antigua capital imperial, Xi’an, cuando el presidente Xi se reunió con los presidentes de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, las cinco ex repúblicas de la URSS en el Heartland. Eso siguió a la reunión del presidente ruso, Vladimir Putin, con los mismos cinco “stans” en Moscú el extremadamente significativo 9 de mayo, Día de la Victoria.Diplomáticamente, eso sugiere un eje 5+2 ya en evolución que une a Rusia, China y los cinco stans que operan a través de su propia secretaría de una manera ligeramente diferente del BRI, la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO) y la Unión Económica de Eurasia (EAEU). ¿Y por qué es eso? Debido a un problema que afectará a todas estas nuevas organizaciones multilaterales lideradas por el Sur Global: las fricciones internas.Y eso nos lleva a la presencia de India dentro de la OCS, una organización que privilegia el consenso en cada decisión.Ese es un gran problema en contraste con el intratable conflicto entre India y Pakistán, y aún más sensible cuando se trata de la postura tambaleante de Nueva Delhi con respecto a Quad y AUKUS. Al menos los indios no se han sometido totalmente a la OTAN en su guerra híbrida contra Rusia-China y su sueño de dictar condiciones en el Indo-Pacífico.

«Una asociación euroasiática a gran escala»

Xi y Putin han entendido completamente las apuestas energéticas estratégicas: el aumento de los envíos de petróleo y gas rusos a China equivale a mucho más tránsito a través del Heartland. Por lo tanto, una estrategia totalmente integrada es imprescindible. Y tendrá que integrarse al nivel de la interacción BRI y EAEU, incluso si puede haber una «brecha» dentro de la OCS. Los ejemplos prácticos incluyen acelerar la construcción del ferrocarril ultraestratégico Xinjiang-Kirguistán-Uzbekistán, que se ha retrasado durante años: Eso impulsará una mayor conectividad con Afganistán, Pakistán e Irán.Paralelamente, CPEC se extenderá a Afganistán: eso se decidió finalmente durante una reunión ministerial AfPak-China en Islamabad el 5 de mayo. Aunque todavía queda un expediente muy espinoso: cómo tratar, incluir y satisfacer a los líderes talibanes en Kabul. Xi y..

…los líderes de Heartland en Xi’an se comprometieron enérgicamente a prevenir la «interferencia extranjera» y los proverbiales intentos de revolución de color….

..Todos estos están diseñados para perturbar BRI.Ahora compárelo con la reunión del G7 en Hiroshima, que fue otro ejercicio apenas disfrazado sobre “contener” a China. El comunicado de Hiroshima, emitido el 20 de mayo, un día después de Xi y Asia Central en Xi’an, insistió mucho en la «eliminación de riesgos», el nuevo mantra occidental que reemplaza a la «desacoplamiento». La UE ya había telegrafiado la medida a través de la notoria presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: El engaño gobierna, porque el concepto que realmente importa, la «coerción económica», persiste. Sin embargo, ningún jugador serio del Sur Global cree que está siendo «coaccionado» para unirse al BRI. Se ofreció un alivio cómico a través del G7 comprometiéndose a recaudar la friolera de $ 600 mil millones en fondos para construir «infraestructura de calidad» a través de la llamada Asociación de Inversión en Infraestructura Global: llámelo la respuesta de carga del hombre blanco a BRI. El hecho es que nadie, desde el apodado occidental «Indo-Pacífico» hasta la ASEAN y el Foro de las Islas del Pacífico (PIF, por sus siglas en inglés), muestra signos de ser «coaccionado» por China, sin mencionar que muestra algún interés en abandonar o antagonizar. una gran cantidad de perspectivas comerciales y de conectividad. 

En la cumbre de la EAEU en Moscú a fines de mayo, le correspondió a Putin ir al grano al enfatizar la cooperación activa de Rusia con BRICS, SCO, ASEAN, GCC y organizaciones multilaterales en África y América Latina. Putin se refirió explícitamente a “construir nuevas cadenas logísticas sostenibles” y desarrollar la conexión clave entre la EAEU y el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INTSC).Esto se pone mejor También enfatizó trabajar con China para “vincular los procesos de integración” de EAEU y BRI, “implementando así la idea a gran escala de construir una asociación euroasiática a gran escala”.

Está todo aquí: Todo lo que hace aullar de desesperación a las élites atlantistas. El viejo presidente bielorruso Alexander Lukashenko, que lo ha visto todo desde sus días en la URSS, lo resumió así: La combinación de esfuerzos de integración (EAEU, SCO, BRICS) “contribuirá a la creación de la mayor coalición de estados”.Y se le ocurrió la cita de dinero que seguramente repercutirá en todo el Sur Global: “Si perdemos tiempo, nunca lo recuperaremos. El que corra más rápido ahora estará en la vanguardia durante un par de décadas”.

El tigre de jade salta

Todo eso nos lleva a Shangri-La, la principal plataforma de diálogo de Asia Oriental en Singapur, el pasado fin de semana.Lo más destacado fue el Consejero de Estado y Ministro de Defensa chino General Li Shangfu, que explicó en detalle la “Nueva Iniciativa de Seguridad” de China. Li enfatizó el concepto de «seguridad común, integral, cooperativa y sostenible»

Recuerde: eso es exactamente lo que Moscú proponía a Washington en diciembre de 2021, que recibió como respuesta un no. Señaló que China está «lista para trabajar con todas las partes» para fortalecer la conciencia de una «comunidad de Asia-Pacífico con un futuro compartido» (Nota: Asia-Pacífico es la denominación que todos en la región entienden, no «Indo-Pacífico» ).Y luego llegó al meollo del asunto: Taiwán es el Taiwán de China. Y cómo resolver la cuestión de Taiwán es asunto del pueblo chino. El mensaje no puede ser más directo: “Si alguien se atreve a separar a Taiwán de China, el ejército chino salvaguardará resueltamente la soberanía nacional y la integridad territorial de China sin dudarlo, a toda costa y sin temer a ningún oponente”. La delegación china en el Shangri-La descartó por completo la «llamada ‘estrategia del Indo-Pacífico'» como una diatriba hegemónica de mal gusto. Lo que Shangri-La reveló fue, de hecho, la respuesta clara y concisa de Beijing a todos esos despidos del BRI, todas esas quejas sobre la «trampa de la deuda» y la «coerción económica», toda esa retórica de «eliminación de riesgos» y todas esas insinuaciones crecientes. de banderas falsas en Taiwán que conducen a la guerra “real” con la que sueñan los neoconservadores a cargo de la política exterior de EE.UU. Obviamente, los tipos de Beltway intelectualmente superficiales no entenderán el mensaje. Especialmente porque Li Shangfu estaba tan pulido como un tigre de jade, saltando elegantemente sobre una avalancha de mentiras. 

¿Quieres meterte con nosotros? Estamos listos. Como era de esperar, los bárbaros seguirán golpeando la puerta. El tigre de jade espera.

Por finian CUNNINGHAM Ex editor y escritor de las principales organizaciones de medios de comunicación. Ha escrito extensamente sobre asuntos internacionales, con artículos publicados en varios idiomas. 11 de junio de 2023

Verificación de la realidad: los belicistas Gran Bretaña y los EE. UU. están llevando al mundo al abismo.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, fue a Washington la semana pasada, con la gorra en la mano, pregonando un trato nefasto. Después del Brexit, Gran Bretaña está buscando un pacto comercial bilateral muy codiciado con los Estados Unidos, y para aprovechar el favor del Tío Sam, los británicos están ofreciendo intensificar su papel como provocadores en jefe en la guerra de poder contra Rusia.

El presidente estadounidense Joe Biden y Sunak elogiaron los tópicos habituales sobre la “relación especial” de sus naciones durante el viaje de dos días del primer ministro británico a Washington. Sunak agregó un nuevo epíteto empalagoso, refiriéndose a Estados Unidos y Gran Bretaña como la “alianza indispensable” del mundo.

Encabezando su agenda en la cumbre de la Casa Blanca estaba el conflicto en Ucrania, Rusia, China y los asuntos comerciales.

Biden y Sunak dieron a conocer una “Declaración del Atlántico” que promete una cooperación más estrecha en economía, seguridad, inteligencia militar y artificial entre Estados Unidos y Gran Bretaña.

Pero lo que faltaba de manera crucial por parte de los EE. UU. era cualquier compromiso concreto con un nuevo acuerdo comercial bilateral. Cuando Gran Bretaña abandonó la Unión Europea en 2020, la salida histórica de ese bloque comercial se hizo calculadamente con la aspiración de asegurar un acuerdo comercial especial alternativo con los Estados Unidos.

El gobierno conservador se comprometió con los votantes británicos a asegurar un pacto comercial entre EE. UU. y el Reino Unido en las últimas elecciones generales de 2019. Sin embargo, casi cuatro años después, Londres no está más cerca de atarse a la balsa estadounidense después de separarse de la UE. Esa situación a la deriva ha causado una agitación económica y política sin precedentes en Gran Bretaña.

Sunak es el tercer primer ministro británico con el que Biden ha tenido tratos como presidente, lo que refleja la política inestable en Gran Bretaña provocada por sus tribulaciones posteriores al Brexit.

Asegurar un acuerdo comercial con Estados Unidos es una necesidad prioritaria para Londres. A medida que Washington, bajo la administración de Biden, adopta políticas económicas más proteccionistas, Gran Bretaña desea obtener concesiones para acceder a la economía estadounidense.

Esta coyuntura tensa es lo que hace que el papel de Londres como secuaz global de Washington sea más peligroso de lo habitual. Para ganar favores económicos, Gran Bretaña está más dispuesta que nunca a intensificar las hostilidades imperiales estadounidenses hacia Rusia y China. Esas hostilidades están impulsadas por el propio declive imperial de Washington como la supuesta “única superpotencia” y “hegemonía mundial”.

Durante su reunión en la Casa Blanca, Sunak presentó deliberadamente a Gran Bretaña y Estados Unidos como los dos principales partidarios militares de Ucrania en la guerra contra Rusia. También dijo que Gran Bretaña asumiría un papel de liderazgo en la consolidación de la nueva alianza militar, AUKUS, entre Australia, el Reino Unido y los EE. UU. Esa alianza, que implica el suministro de submarinos de propulsión nuclear a Australia, tiene como objetivo explícito enfrentar a China en el Asia-Pacífico. En un intento afectado de sonar profundo, Sunak dijo que la seguridad del Atlántico era “indivisible” de la seguridad en Asia-Pacífico.

En el conflicto de Ucrania durante los últimos 16 meses, Gran Bretaña se ha distinguido como el provocador en jefe de la OTAN. Mientras estaba en Washington, Sunak se jactó de que Gran Bretaña suministraba tanques de combate, misiles de largo alcance y entrenaba a pilotos ucranianos en los aviones de combate F-16 de fabricación estadounidense que pronto se entregarían.

El primer ministro británico también se impuso servilmente la tarea de impulsar a otros miembros europeos de la alianza de la OTAN a aumentar su apoyo militar (es decir, comprar las armas del Pentágono) para Ucrania. Para deleite de Washington, sin duda.

La guerra en Ucrania está llegando a una etapa más peligrosa de confrontación directa de la OTAN con Rusia. La “guerra no declarada” hasta ahora puede convertirse en un conflicto total entre estados con armas nucleares.

Mientras Sunak visitaba la Casa Blanca (era su cuarta reunión con Biden en cuatro meses), el régimen de Kiev respaldado por la OTAN comenzó su tan esperada contraofensiva contra las fuerzas rusas. Hubo informes de tanques suministrados por la OTAN destruidos en los últimos combates.

Los misiles de crucero Storm Shadow suministrados recientemente por Gran Bretaña, con un alcance de 300 km, el más largo entre todos los misiles de la OTAN suministrados hasta ahora, han estado apuntando a territorio ruso. Algunas de las armas británicas han alcanzado centros civiles causando muertes.

Londres también ha suministrado proyectiles de artillería con uranio empobrecido al ejército ucraniano, que Moscú ha condenado furiosamente como equivalente a “lanzar bombas sucias”.

Gran Bretaña ha enviado la mayor cantidad de fuerzas especiales de los 31 estados miembros de la OTAN para ayudar a Ucrania en el terreno.

La Gran Bretaña posterior al Brexit se encuentra en un dilema creado por ella misma. Ha perdido influencia en la UE, el bloque comercial más grande del mundo, pero los vanidosos sueños de Londres de una “Gran Bretaña Global” no se han materializado. Lejos de ahi. La economía y la sociedad de Gran Bretaña se están derrumbando bajo su propio peso de pobreza, desigualdad y corrupción (como la esposa multimillonaria de Sunak que no paga sus impuestos en Gran Bretaña).

Estados Unidos, a pesar de toda la retórica sobre tener una “relación especial”, no le ha dado a Gran Bretaña un salvavidas en la forma de un acuerdo comercial bilateral a medida. Cortada a la deriva, Londres es una entidad peligrosa (más peligrosa de lo habitual, eso es). La coacción económica puede hacer que Gran Bretaña se muestre más solícita con el Tío Sam para desempeñar su papel de ejecutor imperial.

La pérfida Albion ya ha sido fundamental en la orquestación de varias provocaciones a Rusia durante el conflicto de Ucrania. Para los belicistas en Washington que quieren impulsar una confrontación con Rusia y China, el bulldog británico necesitado está en condiciones adecuadas para actuar como un perro de ataque aún más feroz.

Curiosamente, Biden se refirió a su reunión con Sunak como similar al primer encuentro entre Franklin D Roosevelt y Winston Churchill en la Casa Blanca para planificar la invasión del Día D en Europa. La arrogancia y la distorsión delirante de la historia son asombrosas.

“Y confío en que el Reino Unido y los Estados Unidos continuarán liderando el mundo hacia una mayor paz, prosperidad y seguridad para todos”, dijo Biden.

Verificación de la realidad: los belicistas Gran Bretaña y los EE. UU. están llevando al mundo al abismo.

FUENTE: https://strategic-culture.org/news/2023/06/11/britain-poses-as-uncle-sam-war-enforcer-in-return-for-much-needed-trade-deal/ 

En su columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en el Club de La Pluma, el *Director de Dossier Geopolitico DG, habla que la importancia del “XX Congreso del Partido Comunista Chino”, que con sus resoluciones habrá dado un paso mas de consolidar la nueva potenciación de la República Popular como un elemento clave y ya imposible de soslayar a nivel global por su importancia: Económica, Financiera, Tecnológica, Cultural y seguramente lo será a la brevedad también militar, con la ratificación de Xi Jinping como su nuevo líder.

Algunos datos para entender este posicionamiento global en “Producción Manufacturera Mundial” de China: Asia representa el 52%, Europa el 22% y América del Norte el 18,5%. Pero de estos porcentuales, desglosado por países: China es el 30%; EEUU el 16%; Japón el 7%; Alemania el 5,7% y Corea del Sur el 3,2%

Observamos que: Asia se lleva la parte mas importante de la producción manufacturera global y que la China del 2022, hoy exhibe un PBI de 16 billones dólares y que representa el 18% del Pbi global.

Por ello ya es una locomotora necesaria e imprescindible para cualquier cálculo y análisis  de la Geopolítica y la Geoeconomía mundial; China además en un proceso distinto al modelo que hasta ahora ha impuesto Occidente en todo el Mundo, para posicionar su hegemonía tanto: Política, Económica y Cultural, establece acuerdos de cooperación y desarrollo distintos. 

China plantea como un objetivo de máxima importancia, el de ser Garante de la Paz Mundial y con un eje fundamentalmente basado en la Cooperación Internacional, sin imposición de sistemas o modelos políticos; para alcanzar ese objetivo, presentó al Pueblo Chino el Proyecto 2035, mediante el cual el Presidente Xi, pretende mantener una Potenciación sostenida con un firme “desarrollo equilibrado del País” y un modelo de “sociedad moderna y próspera” alcanzando la soberanía alimentaria y tecnológica con un sistema de provisión logístico de bienes e insumos seguro y fluido internacional, para lo cual la Franja y la Ruta de la Seda S XXI es fundamental.

FRANJA Y RUTA DE LA SEDA CHINA S. XXI

Y cual es la respuesta del mundo anglófilo y sus socios europeos, que con una propaganda de guerra y belicismo intenta frenar y cercar, aislar el mundo euroasiático, con que modelo solo el modelo del expediente “militar”

2017: Para ello instrumentó con Trump el QUAD: Australia, Japón, India y EEUU. Con la idea de aislar a China y crear conflicto con sus vecinos asiáticos tanto en el Mar de la China como en el frente limítrofe Indo/Chino.

2021: Con la administración Biden se conformó el AUKUS: Australia, Reino Unido, EEUU.

2022: reunión de la OTAN “global” en Madrid, (invitó a Australia,Nva Zelanda y Corea del Sur) donde se determinó que los adversarios a enfrentar aislar y si pueden derrotar, son Rusia y China mas un G7 que se plantea que el área “Indo Pacifico” no puede estar controlada por la China

Como vemos todos proyectos de corte netamente militarista sin ningún aporte de cooperación económica y mucho menos de desarrollo sostenido y equilibrado para el mundo. Pero parecen que han encontrado la horma de los zapatos estos modelos injerencistas y belicistas. Primero la India lentamente se aleja de posibilidad de incrementar el choque por problemas de demarcación fronteriza con china y profundizando acuerdos comunicacionales y de proyección económica con China y los países asiáticos India es parte y uno de los sostenes mas firmes del grupos del Sur Global emergente con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y a participado junto a la casi totalidad de los países asiáticos de la última Cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai desarrollado en la Ciudad de Samarcanda en Uzbekistán. Que marcó un incremento significativo de acuerdos y de planes para profundizar acciones de todos sus integrante mas la presencia de Turquía e Irán y algunos países africanos. Además los llamados “Tigres Asiáticos” intentan de todas formas impedir que su zona sea transformada por los occidentales en zona de conflicto y desestabilización que impidan seguir sus prósperos desarrollos y en ese marco, CHINA: implementó el “mayor tratado de libre comercio del mundo: conocido como RCEP que reúne a Myanmar, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, tailandia, Vietnam, a los que se sumaron Japón, Corea del Sur Australia y Nueva Zelanda. Como vemos la idea del cerco siempre presente en las afiebradas mentes de los decadente establishment occidentales cada día encuentran no sólo resistencia sino fundamentalmente cambio y pérdidas de socios que creían tener atados y bien atados.

Pero bien, luego observando la situación política internas en los socios cercanos de EEUU como la reciente caída de la primera ministra de Gran Bretaña: Liz Truss “la Breve”, a la que debemos sumar las crisis en UE, de la administraciones de Francia, Italia, Alemania, etc., mas la crisis de una guerra perdida en Europa del Este (Ucrania), podemos concluir que el proyecto de la angloesfera arrastrando a la mayoría de los europeos tiene pocas posibilidades  de lograr sus objetivos guerreristas. que además este proyecto tiene un examen próximamente muy riesgoso con las cercanas elecciones de medio término 

*Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele, Director de Dossier Geopolítico DG

XI JINPING