por Carlos PISSOLITO *
Primero: Una retrospectiva histórica
Retrocediendo en el tiempo, podemos afirmar que el Siglo XX, especialmente, en su 2da mitad, fue uno para los Estados Unidos. La geopolítica de ese país fue, inicialmente, aislacionista, ya que se moldeó bajo la máxima de su 1er presidente, quien sostenía que no se podía confiar en aliados externos, especialmente, en aquellos que eran más fuertes que uno. Pero, la misma, como veremos, fue siendo abandonada, en la medida, en que los EEUU se iban transformando en uno poderoso. (1)
Esa idea de George Washington le dió forma al aislacionismo norteamericano que durante el siglo XVIII se tradujo en la desconfianza de sus políticos hacia un gran aparato militar, pues lo veían como un peligro para las instituciones democráticas.
Pese a esta evidente deficiencia, los Estados Unidos pudieron disfrutar de un aislamiento estricto que disuadió a los europeos de desafiarlo en su propio continente debido a su lejanía y tamaño. Sin embargo, a principios del siglo XIX, el poder naval británico se convirtió en una amenaza para el comercio internacional de los EEUU. Finalmente, el ataque británico contra su ciudad capital en 1812 puso de manifiesto la necesidad de una mejor preparación militar.
Si el el aislamiento político fue la reacción natural y más realista en defensa de una Europa distante pero poderosa. Pronto, se hizo claro que si querían estar seguros debían aceptar las predicaciones del Capitán A.T. Mahan y crear un poder marítimo como el guardián natural de ese aislamiento político y de su creciente comercio. La forma política de expresarlo vino en 1823 de la mano de los presidentes John Adams y James Madison y de una doctrina que lleva el nombre de otro presidente, James Monroe y que proclamó aquella famosa frase de: “América para los americanos”. (2)
Pero, será otro presidente norteamericano, Theodore Roosevelt, quien transforme a la Doctrina Monroe en un Destino Manifiesto y que en 1904 lo llevó a afirmar que: “la adhesión a la Doctrina Monroe puede obligar a los Estados Unidos, aunque en contra de sus deseos, en casos flagrantes de injusticia o de impotencia, a ejercer un poder de policía internacional.” (3)
Con la vista puesta en ese lema, los Estados Unidos anexaron los territorios de Texas (1845), California (1848) e invadieron México (1846), apropiándose de un total 2 M Km2 . Pero, más importante, aún, es lo que consiguieron con la Guerra Hispano-Norteamericana (1898) y de cuyo resultado España fue derrotada, perdiendo sus colonia de Cuba, que si bien se proclamó república independiente, quedó bajo tutela de los EEUU; así como las de Puerto Rico, las Filipinas y la Isla de Guam, que pasaron a ser dependencias coloniales de Estados Unidos.
Lo geopolíticamente relevante es que todas esas nuevas posesiones eran islas, ubicadas estratégicamente y que le permitieron a los EEUU cumplir con aquello de transformarse en una potencia naval y hacer del Mar Caribe una suerte de “Mare Nostrum” que permitiera la expansión norteamericana sobre el Hemisferio Occidental, así como proyectarse sobre el Océano Pacífico. (4)
Con la llegada del Presidente Woodrow Wilson y con la entrada de los EEUU en la Ira GM, el Destino Manifiesto alcanzó un nivel global; ya que le permitió ser la voz cantante en la Conferencia de Paz celebrada en Versalles (1918) e imponer varias ideas, tales como: la obligatoria descolonización de todos los territorios europeos, el fin de los imperios Otomano y del Austro-Hungaro y, los más importante entre ellos, la elevación de la Democracia como única forma de gobierno aceptable y del Libre Comercio como fin de las barreras económicas.
Si la participación en la 1ra GM le permitió a los EEUU sentarse a la mesa de las decisiones de las grandes potencia de la época; será su envolvimiento en la 2da GM, el que lo lleve a abandonar, definitivamente, su aislacionismo y a establecer un enorme aparato militar, una alianza permanente con Europa y asumir el liderazgo del llamado Mundo Libre frente a su nuevo rival, la Unión Soviética.
Así lo proclamó su Presidente Harry Truman en su famoso discurso de 1950 anunciando que: «Si nosotros (EEUU) vacilamos en nuestro liderazgo, podemos poner en peligro la paz del mundo». Y como lo expresara el banquero, asesor de FD Roosevelt, James Warburg: «nosotros (los Estados Unidos) estamos dispuestos a convertirnos en ciudadanos del mundo, pero solo si el mundo se convierte en una extensión de los Estados Unidos». (5)
A partir de ese concepto los EEUU se negaron a un enfrentamiento directo con la URSS; por lo que favorecieron, en cambio, conflictos regionales donde creyeron ver a sus ideales de Libertad en peligro. Tales como: la Guerra de Corea (1950–1953), la Crisis de Suez (1956), la crisis de Berlín (1961) la crisis de los misiles cubanos (1962), la Guerra de Vietnam (1960/70). En la mayoría de ellos, los EEUU salieron perdidosos; pero la tendencia comenzó a cambiar a partir del apoyo norteamericano a los talibanes afganos contra la invasión soviética (1979).
Pero, el golpe de gracia a la URSS le fue propinado por la estrategia diseñada por el Presidente Ronald Reagan (1981/89) con su triple maniobra de bajar los precios internacionales del crudo, desafiar a la URSS a una carrera armamentista espacial y, con el apoyo del Papa Juan Pablo II, apoyar las reivindicaciones del Sindicato Solidaridad en Polonia. (6)
El colapso de la Unión Soviética, a finales de los años 80, dejó a los Estados Unidos como la única superpotencia. Bajo el mandato del presidente George H. W. Bush (1989/1992), el país tomó en sus manos el rol de líder hegemónico mundial, especialmente, tras la Guerra del Golfo (1991) tras expulsar a Irak de Kuwait. Y que lo llevó a proclamar un “Nuevo Orden Mundial” en medio de la expansión económica más larga en la historia moderna de los Estados Unidos. (7)
Segundo: la acuciante realidad
Pero, sin lugar a dudas el presente siglo, es decir el XXI, no empezó bien para los EEUU, cuando el 11 de setiembre del 2001 se produjeron los atentados catastróficos contra las Torres Gemelas en Nueva York y contra el Pentágono en Virginia. En muy pocas palabras: los miembros de al’Qaeda le infligieron, de un solo golpe, a los EEUU el mayor daño sufrido contra su territorio continental de toda su historia. Lo que no había podido realizar la Alemania del IIIer Reich, pese a su inmensa disposición de medios militares, lo logró un puñado de fanáticos religiosos, en su mayoría, de origen saudita.
Para hacer frente a esta nueva y no prevista amenaza, el Presidente George Bush h. adoptó una doctrina que introdujo un concepto totalmente nuevo: el de la acción militar prescriptiva; (8) la que se explica de la siguiente manera: “Si bien Estados Unidos se esforzará constantemente por conseguir el apoyo de la comunidad internacional, no dudaremos en actuar solos, si es necesario, para ejercer nuestro derecho de legítima defensa actuando de manera preventiva contra tales terroristas «. (9)
Para colmo de males, la respuesta de los EEUU después de ese ataque no fue la adecuada, desde el punto de vista geopolítico; ya que, luego de una inicial simpatía global por los daños sufridos; tras la invasión de Afganistán y, especialmente, tras la 2da contra Irak, le granjearon la, casi unánime, condena por los excesos cometidos, a la par del incuplimiento de sus metas estratégicas. (10)
Tras una década de su proclamada guerra contra el Terrorismo, la misma pareció llegar a su fin con la muerte de Osama bin Laden anunciada por el Presidente Barack Obama (2011), quien aprovechó este hecho para darla por terminada y para retomar su enfoque geopolítico por la supremacía global contra China. Al efecto emitió una nueva directiva estratégica, conocida como “El Pivote hacia el Asia Oriental” y que cambió el centro de gravedad estratégico de los EEUU del Océano Atlántico hacia el Océano Pacífico y cuyos puntos de acción clave de acción fueron: «fortalecer las alianzas bilaterales de seguridad; profundizar nuestras relaciones de trabajo con potencias emergentes, incluso con China; relacionarse con instituciones multilaterales regionales; expandir el comercio y la inversión; forjar una presencia militar de base amplia; y promover la democracia y los derechos humanos «.
Si bien el cambio de actitud respecto de China se produjo durante la administración Obama; será bajo la presidencia de Donald Trump que las relaciones sino-norteamericanas sufrirán un gran deterioro. Según el consenso de expertos en el tema, los esfuerzos agresivos de China en el desarrollo de tecnologías de vanguardia con importantes implicaciones militares y comerciales, fue lo que produjo la reacción de los Estados Unidos a defenderse, agresivamente, contra la creciente pérdida de sus ventajas tecnológicas, militares y comerciales. (12)
Haya sido como haya sido, en la actualidad, las relaciones se han deteriorado, aún más, por las acciones de ambas partes en el marco de la pandemia del COVID 19.
Por su parte, Washington está impulsando campañas de investigaciones, enjuiciamientos y restricciones a la exportación. Mientras que Beijing, por su lado, ha contraatacado sosteniendo, públicamente, que ha sido el ejército estadounidense quien desató el virus en China a fines del 2019. A la par, de que ha intensificado sus actividades militares en el disputado Mar del Sur de China.
En el campo del comercio internacional, los EEUU bloquearon los envíos de semiconductores a Huawei; mientras que China, en contrapartida, acusó al gobierno de los EEUU de utilizar su poder bajo la excusa de la seguridad nacional para no respetar las reglas del libre comercio.
A la agenda de problemas se ha sumado, recientemente, la cuestión de las libertades individuales de los habitantes de Hong Kong; ya que la Gran Bretaña considera la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional por parte de China como una seria amenaza al status quo vigente. Lo que ha le ha valido el apoyo de los EEUU.
Un tema no menor y que llama la atención es cuál será la postura de la Gran Bretaña, hasta el momento alineada con los EEUU y de algunos de los países integrantes del Commonwealth británico, especialmente de Australia, respecto de su postura frente a China; ya que hay suficientes elementos de juicio para dudar de un alineamiento automático con los EEUU.
Tercero y último: un lógica prospectiva
Jorge Luis Borges, también, se hizo conocido por sus conservadoras sus predicciones políticas. Por ejemplo, en su libro de 1971, «El libro de la arena», Borges mostró preocupación por el destino de la civilización occidental. «Ahora las cosas van mal …», reconoce un conversador imaginario en el primer cuento del libro. «Rusia se está apoderando del mundo …», agrega en una referencia clara a aquellos días de la Guerra Fría. «Sí, las cosas van mal …»
Borges está de acuerdo; pero después de una breve pausa, responde: «Estados Unidos, obstaculizado por la superstición de la democracia, no puede decidirse a convertirse en un imperio».
Si en el 2002, Sebastian Mallaby sostuvo que: “Los Estados Unidos puede ser hoy el imperialista más renuente. Pero ha llegado su momento imperial … » (13) Creemos que ese momento ha pasado. Y que por el contrario, indefectiblemente, los Estados Unidos el Imperio que no fue o que no quiso ser ha iniciado, como todos los que lo precedieron, su evitable declinación.
¿Cuáles son las causas que nos indican que los EEUU han iniciado su declinación? Para nosotros las principales son las siguientes:
1ro La pérdida del “Moral High Ground” , por la imposibilidad de seguir adelante con su Destino Manifiesto por las razones de nivel externo, como las dificultades de obtener resultados políticos perdurables con su poder militar operaciones militares, la readopción de políticas proteccionistas y contrarias a su proclamada libertad de comercio; como a por las razones de nivel interno, como el surgimiento de un movimiento sedicioso que, a caballo de su mal manejo de la pandemia que amenaza la legitimidad de su sistema político y que puede desencadenar una guerra civil molecular.
2do El dramático achicamiento de la brecha tecnológica por parte de sus competidores, especialmente, de China. El que se ve complementado, por una mejora de las capacidades para una guerra nuclear por parte de Rusia y que parecería servir de apoyo a la ausencia china de esa capacidad.
3ro La pérdida de su capacidad de manufactura, ya que la misma se ha traslado a países fuera de los EEUU, lo que coloca en una seria situación de desventaja, no sólo ante un eventual conflicto bélico prolongado; también, en las actuales circunstancias de la brusca caída de las cadenas de suministros globales en las cuales las naciones dependen, mucho más que el pasado de su propia producción.
4to La progresiva pérdida de la hegemonía monetaria del dólar producto de la creciente pérdida de confianza en su sistema de legitimidad política y a la profusa emisión monetarias que está teniendo lugar para afrontar los costos económicos y sociales de la pandemia.
Creemos que de mantenerse o de agravarse las tendencia señaladas, solo nos resta saber la forma que esta declinación podrá adquirir. Si será rápida y fulminante, como la del Imperio Romano de Occidente o, si por el contrario, será lenta y pausada como la del Imperio Romano de Oriente.
Creemos, junto con Edward Luttwak que lo que hizo la diferencia en cada caso fue la actitud estratégica adoptada. Mientras que Roma colapsó, rápidamente, por el agotamiento de sus fuerzas internas que se manifestaron en una progresiva ineficiencia política, financiera y militar. (14) Por el contrario, Constantinopla supo adoptar, a tiempo, una estrategia defensiva que le permitió administrar su decadencia por casi 10 siglos, merced al uso adecuado, no solo de la Estrategia, también, de la Diplomacia y de la Inteligencia.
Obviamente, como repetimos siempre: el futuro no existe, ergo no puede haber un conocimiento cierto sobre el mismo. Sin embargo no podemos dejar de notar que ya desde la presidencia de Barack Obama, como hemos explicado, los EEUU adoptaron una estrategia defensiva, en gran parte similar a la bizantina. Lamentablemente, hizo su aparición en escena la ”nariz de Cleopatra” o más precisamente, la pandemia del COVID 19, que al parecer está destinada a trastocar todo, la decadencia de los Estados Unidos, incluida.
*Cnel ® Carlos Pissolito Experto en Estrategia, miembro de Dossier Geopolitico, director de Espacios Estratégico
Notas:
(1) Presidente George Washington. “Farewell Address”. Philadelphia. 19 Sep 1796.
(2) Ya en 1880, Mahan le escribía a un amigo diciendo que: «… nosotros (los EE UU) debemos comenzar a construir una armada que sea al menos igual a la de Inglaterra … tan pronto como la primera excavación de tierra se convierta en el Canal de Panamá «. Además, se puede decir que su teoría del poder marítimo entró en la Casa Blanca en la persona de Theodore Roosevelt ”. (citado en: «Alfred Thayer Mahan: “The Naval Historian», ed.. Makers of Modern Strategy. Princeton: 1986. pp. 463, 470 y 472).
(3) Presidente James Madison. “First Inaugural Address.” Washington DC. 04 Mar 1817. Los conceptos fueron reiterados en su 2do discurso inaugural de 1823.
(4) A todas ellas hay que sumarle el importante archipiélago de Hawaii, del cual los EEUU pudo apoderarse luego de que un grupo de terratenientes norteamericanos depusiera a la monarquía reinante mediante un golpe de Estado en 1881 y tras promulgar una constitución al estilo estadounidense, pidió su anexión a la Unión en 1898.
(5) Presidente Harry Truman. “Address before a joint session of Congress.” Washington DC. 12 Mar 1947.
(6) Al respecto se puede consultar: Bailey, Norman. “The strategic plan that won the cold war (National security decision directive)” Unknown Binding – January 1, 1999. https://www.iwp.edu/wp-content/uploads/1999/06/20060710_1998NSDD75StrategicPlan.pdf
(8) El término en inglés es “Preemptive war” el cual no se traduce como “guerra preventiva”, sino como “guerra prescriptiva”; ya que la voz “preemptive”, la que deriva de una palabra latina, hace alusión al derecho que asiste a todo Estado a actuar en defensa de sus derechos. Mientras que la denominación “guerra preventiva” se refiere a una que emprende una nación contra otra presuponiendo que esta se prepara a atacarla. Como se ve la diferencia estriba en una razón moral, ya que la guerra prescriptiva es una en la que un Estado tiene el derecho a utilizar. Con lo que se aproxima, sin definirlo con claridad, al concepto escolástico de “guerra justa.”
(9) Gobierno de los EEUU, Presidente George Bush. “National Security Strategy of the United States”. Washington DC: 20 Set 2002, p. 3.
(10) Al respecto de puede consultar la completa obra: “Fiasco: The American Military Adventure in Iraq” de Thomas E. Ricks.
(11) Goldberg, Jeffrey. «The Obama Doctrine». Retrieved 26 Ago 2016.
(12) Foot and King, «Assessing the deterioration in China–US relations: US governmental perspectives on the economic-security nexus.» (2019). https://link.springer.com/article/10.1007/s42533-019-00005-y
(13) The Reluctant Imperialist: Terrorism, Failed States, and the Case for American Empire. https://www.foreignaffairs.com/articles/united-states/2002-03-01/reluctant-imperialist-terrorism-failed-states-and-case-american
(14) Al respecto se puede consultar la obras del mencionado autor: “The Grand Strategy of the Roman Empire: From the First Century CE to the Third” y “The Grand Strategy of the Byzantine Empire”.
Publicada en http://espacioestrategico.blogspot.com/2020/08/el-siglo-xxi-no-sera-uno-norteamericano.html
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