Aleksey Efimovich Edrikhin (1867-1933) también fue conocido como Aleksey Vandam. Hombre viajero e inquieto, nació en Minsk (Bielorrusia), llegó a ser parte del Estado Mayor de la Rusia zarista y general de división. En su juventud participó de la guerra anglo-bóer, a favor de los últimos, quienes se defendieron con vigor del asalto británico a los territorios sudafricanos que venían colonizando desde el Siglo XVIII. Como consecuencia de los campos de concentración creados por los ingleses, los bóers se vieron obligados a claudicar para que sus familias -retenidas arbitrariamente en esos infames campos- sean liberadas y no sigan muriendo. Justamente de Sudáfrica Aleksey tomó el más europeo apellido Vandam, como homenaje a sus amigos bóers, descendientes de los holandeses que se asentaron en esa región, hoy parte de la integrada República de Sudáfrica, donde felizmente ya no existe ningún tipo de discriminación racial.

Tras los desastres rusos en la Primera Guerra Mundial, Vladimir Lenin firmó la paz con Alemania tan pronto asumió el poder. Aleksey no aceptó la revolución bolchevique o “roja”, pero su participación en el contrario movimiento “blanco” fue breve. Antes de estar inmerso en una fratricida contienda civil, el año 1919 se auto exilió y jamás retornó a su tierra natal. Murió en 1933 en la ciudad de Tallin (Estonia).

Edrikhin fue uno de los primeros investigadores rusos en el campo de la geopolítica y en aspectos vinculados co0n la estrategia y la seguridad militar en el contexto internacional. “Debemos contar sólo con nosotros mismos” expresó en una oportunidad, mientras desarrollaba sus ideas acerca del peligro para la Madre Rusia que entrañaban las talasocracias, las potencias marítimas personificadas en el Imperio Británico, Estados Unidos y Francia en menor medida. Los alemanes eran rivales también sí, pero era posible pensar en una alianza de ellos con los rusos; no era el caso de los tres países nombrados. Al respecto Aleksey expresó: “jamás debemos olvidar que siempre serán nuestros enemigos, aunque no lo parezcan o lo simulen”. Sin embargo y contra esta prédica de Vandam, en 1907 Rusia se unió con las talasocracias (Triple Entente) y así ingresó en el conflicto de 1914 que terminó oprobiosamente para Rusia, mientras los aliados triunfaron en el frente occidental.

Edrikhin criticó desde un principio la alianza del Zar con Occidente, pronosticó el colapso ruso y advirtió que nadie intervendría para ayudar al Kremlin, lo que efectivamente sucedió. Luego de tantas incidencias negativas y ante un régimen absolutista corroído por la derrota terminaron de crearse las condiciones objetivas para el inicio de la revolución bolchevique y la instauración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), ente que perduró hasta 1991.

Aleksey consideró posible la alianza rusa con China y Alemania. Beijing había sido humillado por las potencias occidentales y por el Japón, que a su vez humilló a Rusia (1905) al destruir su flota en la batalla naval de Port Arthur. Por su lado, Alemania deseaba revancha del denominado “puñal por la espalda” que originó el Tratado de Versalles de 1919. En fin, a partir de las ideas de Vandam germinó progresivamente la geopolítica euroasiática, vigente ahora en Moscú, obviamente con mayores elaboraciones. Muchos de los pensamientos actualmente de moda en los círculos intelectuales del gigante eslavo tienen su origen en las ideas básicas de Edrikhin o Vandam. Este militar ruso -aunque anti comunista- fue un gran nacionalista y visionario de pasta legendaria. No será olvidado.

Vadam

AGUSTÍN SAAVEDRA WEISE
El autor es ex Canciller de Bolivia, Economista y politólogo

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *