La milenaria República de La India es el tema central de la columna de geopolítica del Club de La Pluma, del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, cuando ya se ha transformado en la segunda potencia más importante de Asia, a consecuencia de los profundos cambios en los poderes globales, mientras se confirma que el conflicto de Ucrania es definitivamente un enfrentamiento directo entre Occidente contra el mundo euroasiático en ascenso, siendo Rusia un eslabón clave a destruir por el poder anglosajón, en su desesperada carrera por evitar la debacle de su poder hegemónico.
Nuestro director también nos brinda una clase de historia, geografía, política y economía sobre esta joya cultural única que es la India, con sus 1.400 millones de habitantes. Nacida con los albores de la humanidad, es el séptimo territorio del planeta y una de las primeras potencias económicas del mundo. También fue “la perla” del imperio colonial británico y el sustento más importante de Inglaterra durante un siglo aproximadamente, hasta su abandono en 1949, cuando la dejó sembrada de conflictos latentes que germinaron con los años y que provocaron su partición y las actuales tensiones violentas a las que se enfrenta a lo largo de sus extensas fronteras.
También nos explica el comportamiento geopolítico actual de su dirigencia, que aspira a que la India sea un gigante con contrapeso propio, evitando ser herramienta del resto de potencias y si uno de sus principales socios comerciales. Entienden que su área de influencia directa es el Océano Índico y a través de él, el control de los pasos marítimos al golfo Pérsico y al Mar Rojo y de allí al Mediterráneo. Sin dejar de mirar hacia el África oriental, mientras que sus fundamentales ejes de la política exterior son las buenas relaciones con Estados Unidos, con Rusia y con China.
Además nos explica cómo La India se abstuvo de condenar a Rusia ni acató sanciones en su contra por el conflicto de Ucrania, lo que ha significado un importante gesto hacia Moscú, mientras mantiene una firme posición ante los embates y las presiones de EEUU e Inglaterra. En este caso, nos cuenta como los norteamericanos se han tenido que tragar recientemente su soberbia de mirar al resto del mundo, desde arriba del caballo.
Entre tanto, la India aplica políticas abiertas y pragmáticas para asegurarse la provisión de armamento militar desde todo el mundo, ya que es fundamental para asegurar su enorme territorio. Y en este aspecto, Pereyra Mele se explaya en la histórica relación que tiene con Moscú desde la época de la URSS. También nos cuenta del desarrollo de su fortísima flota naval. Y destaca el espectacular aumento de las relaciones comerciales con China, que ya alcanzan niveles apabullantes y donde el comercio bilateral entre ambos supera los 125.000 millones de dólares.
Y concluye con que gracias a este conflicto entre la OTAN y Estados Unidos contra Rusia y sus aliados asiáticos, están saliendo a la luz todos estos profundos cambios globales y el ascenso de las nuevas potencias, que han llegado de manera increíblemente veloz y definitiva
https://dossiergeopolitico.com/wp-content/uploads/2022/04/INDIA-TAPA.jpg7201280Dossierhttps://dossiergeopolitico.com/wp-content/uploads/2018/05/Dossier_Logo-2.pngDossier2022-04-24 19:54:112022-04-24 19:54:13GEOPOLITICA: “Especial INDIA (3)” COLUMNA RADIAL DE PEREYRA MELE DEL 24/4/2022
Lejos de alinearse contra Rusia, como exige Estados Unidos, el gobierno de Narendra Modi se beneficia de la confrontación entre Washington y Moscú incentivando su rol como actor global
Acosado por la crisis política en su país, Boris Johnson llegó este jueves 21 a Nueva Delhi, para forzar la adhesión de su excolonia a la coalición antirrusa. Arribó tres semanas después de la exitosa visita del canciller ruso, Serguei Lavrov, quien a principios de abril cerró en la capital india acuerdos provechosos para ambas partes y un mes tras la visita de su colega chino, Wang Yi, que distendió las relaciones entre ambos gigantes, muy tensionadas desde los choques en la frontera del Himalaya el año pasado. India quiere aprovechar la confrontación entre EE.UU. y Rusia, para proyectarse hacia la primera liga de la política mundial, pero el camino está plagado de escollos y su elite deberá hacer gala de suma prudencia para no pelearse con tirios ni troyanos.
Johnson llegó el jueves a India en visita de dos días y el viernes por la mañana fue recibido en la residencia presidencial de Rashtrapati Bhavan. Más tarde debía reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, y con el primer ministro Narendra Modi. La relación entre Nueva Delhi y Londres fue elevada a Asociación Estratégica Integral durante una cumbre virtual el año pasado y el intercambio comercial entre ambos países se situó en 15.450 millones de dólares en 2019-20, con ventaja para la nación asiática. El Reino Unido es el sexto mayor inversor en India. Según funcionarios británicos, Boris Johnson aprovechará su estancia para impulsar el Tratado de Libre Comercio que vienen negociando desde principios de este año.
Durante su primera visita a India el primer ministro británico ofrecerá ayudar a su anfitrión a reducir su dependencia del petróleo y los equipos de defensa rusos y fortalecer la cooperación en materia de seguridad, tecnología y salud. Sin embargo, Gran Bretaña no tiene suficiente petróleo ni el tipo de equipamiento militar adecuado para vender a India. El Reino Unido era el tercer socio comercial del país asiático a principios de este siglo, pero el año pasado descendió al puesto 17 y no parece en condiciones de recuperar posiciones. Los mayores socios comerciales de India son Estados Unidos, China y los Emiratos Árabes Unidos. Por las dudas, el portavoz del primer ministro británico ya avisó que Johnson se abstendrá de aleccionar a su colega indio. Las elites y las masas de ese país reciben mal los intentos moralizantes de los occidentales que ven como resabios de una mentalidad colonialista. No obstante, tratan a sus interlocutores con suma paciencia, porque necesitan las buenas relaciones con Estados Unidos, China y Rusia.
De los tres, Estados Unidos es el país más joven y poderoso. Las relaciones entre ambos países han oscilado a lo largo de la historia entre choques y acercamientos. Al atacar EE.UU. a Afganistán en 2001, la complicidad paquistaní con los talibanes llevó a Washington a estrechar sus vínculos con Nueva Delhi. Desde entonces las relaciones indio-estadounidenses se han desarrollado de forma bastante constante. Sin embargo, el pasado 11 de abril, cuando el secretario de Estado Antony J. Blinken y el de Defensa Lloyd J. Austin recibieron en Washington al ministro de Asuntos Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, y a su colega de Defensa, Rajnath Singh, Antony Blinken cuestionó la situación de los derechos humanos en India. Jaishankar respondió inmediatamente que su país también vigila la situación de los derechos humanos en Estados Unidos. Aunque Nueva Delhi ya había dejado en claro que su política exterior se basa en el interés nacional y Washington dice entenderlo, evidentemente la ideología puede más que el interés.
De Estados Unidos los indios necesitan dinero, tecnología y armas. Los estadounidenses, en tanto, quieren que India se convierta en un baluarte contra China, sin tener que invertir ellos fondos ni recursos. Para conseguirlo, intentan regularmente obligar a Nueva Delhi a pagar por el apoyo que le dan, a abrir totalmente su mercado a los productos y servicios norteamericanos, a participar en las iniciativas antichinas y a transformar su modelo de democracia, para adaptarlo a los estándares estadounidenses. Pero, cuanto más presionan, más se resiste India.
Por el contrario, tal como lo ve la elite del gigante surasiático, su país es ya por su propia existencia un contrapeso de China, por lo cual no tiene interés en complicarse la vida entrando en alianzas comprometedoras. El nacionalismo indio no quiere convertirse en un bastión antichino ni en un vasallo estadounidense, sino erigir un fuerte centro de poder asiático y mundial.
Si India se relaciona con Estados Unidos buscando el mutuo beneficio, su trato con China es mucho más complicado. Después de la independencia de India (1947) y de la liberación de China (1949) ambas potencias podrían haberse puesto de acuerdo, pero chocaron por un conflicto sobre el límite trazado por los británicos en 1911, librando en 1962 una guerra que India perdió. En los últimos 60 años indios y chinos no han resuelto la cuestión fronteriza ni superado el sentimiento de desconfianza mutua, pero han aprendido a comerciar con éxito. El año pasado el comercio bilateral entre ambos alcanzó un récord de más de 125.000 millones de dólares. Las exportaciones procedentes de Pekín aumentaron un 46,2%, hasta los 97.520 millones de dólares, mientras que los envíos en sentido inverso crecieron un 34,2%, hasta los 28.140 millones de dólares. O sea que el déficit comercial de India con China aumentó en 69.380 millones de dólares en 2021.
India no busca derrotar a China ni recuperar los territorios perdidos en 1962, sino que Pekín la reconozca como centro de poder paritario. Esto, a su vez, implicaría que China acepte que India tiene una esfera de intereses regionales propia donde China no debe inmiscuirse. Sin embargo, hasta ahora, parece que Pekín no presta suficiente atención a su vecino del sur.
El comercio de Rusia con India es bastante modesto: apenas supera los 10.000 millones de dólares. Sin embargo, Moscú sigue siendo uno de los principales socios de Nueva Delhi. Esto se debe a tres factores: la antigua amistad, la cooperación en industrias críticas y las perspectivas futuras.
La Unión Soviética ayudó en la década de 1960 a India a llevar a cabo un programa de industrialización y a construir una potente industria pesada. Las centrales eléctricas diseñadas por ingenieros soviéticos e indios dieron energía a esta industria, las personas que estudiaron de los libros soviéticos se convirtieron en su reserva de personal y las armas suministradas por la URSS garantizaron su seguridad. La URSS fue neutral en la guerra chino-india de 1962 y apoyó a India en su guerra contra Paquistán en 1971. Estos viejos vínculos están todavía muy presentes en la consciencia nacional india. Durante décadas fue la principal abastecedora de armas del país asiático.
En el ámbito económico, Rusia mantiene sus posiciones en la esfera de la energía nuclear, pero va perdiendo terreno en el campo de la investigación espacial y la cooperación técnico-militar. En parte, las élites indias están tratando de diversificar los vínculos en áreas sensibles, para no repetir la situación de principios de los noventa, cuando tras el colapso de la URSS, India se quedó sin fuente de suministro de componentes para equipos ya adquiridos. Sin embargo, también hay que considerar la incapacidad de Rusia para ofrecer la tecnología y el equipo que India necesita y el creciente retraso del complejo militar-industrial ruso. No obstante, si se ponen en marcha determinados proyectos conjuntos (vehículos aéreos no tripulados, vehículos submarinos, aviación naval), la situación sólo podría revertirse.
No obstante las dificultades, en el proyecto indio de futuro, Rusia aparece como uno de los centros de poder amigos tanto como India en las construcciones geopolíticas de los dirigentes rusos. Ahora que el país eslavo ha perdido acceso a las inversiones y los mercados occidentales, India puede convertirse en punto de transbordo para las inversiones y los bienes occidentales que van a Rusia así como en un mercado para los bienes y la tecnología rusa. En este camino, hace tres semanas ambos países acordaron la venta de 3 millones de barriles de petróleo ruso diarios pagaderos en rublos y rupias. Después de Estados Unidos y China, India es el tercer consumidor mundial de petróleo, del que importa más del 80%. En 2021 compró a Rusia unos 12 millones de barriles de los Urales, lo que hace sólo alrededor del 2% de sus importaciones totales. En realidad, los mayores suministros del año pasado procedieron de Oriente Medio, de EE.UU. y de Nigeria.
Ahora, tras la invasión de Ucrania, hay menos compradores para el crudo ruso de los Urales y su precio ha caído. Aprovechando la coyuntura, entonces, la nación surasiática ha comprado tanto el emblemático Ural, que se embarca desde puertos del oeste, como un raro cargamento de ESPO del Lejano Oriente, habitualmente favorecido por China.
Ambas naciones han acordado asimismo la venta de carbón ruso. En marzo Nueva Delhi compró 1,04 millones de toneladas de las cuales dos tercios procedían de Siberia Oriental. Rusia es el sexto proveedor de carbón coquizable y térmico de India. En tanto, a finales de marzo el ministro del Acero de India, Ramchandra Prasad Singh, anunció que su país tiene previsto duplicar sus importaciones de carbón de coque ruso, un ingrediente clave en la producción de acero. Dijo que India estaba comprando hasta 4,5 millones de toneladas, pero no especificó a qué período se refería. En comparación, en 2021 la UE compró a Rusia 48,7 millones de toneladas de carbón térmico y coquizable, aumentando su volumen de suministro a 5 millones de toneladas al mes en el último tiempo antes de la guerra en Ucrania. Por lo tanto, el intercambio de carbón es muy provechoso para India, pero para Rusia sólo remplaza mínimamente las perdidas exportaciones a Europa.
En las últimas décadas las élites políticas indias han dominado el sutil arte de balancearse entre varios polos, aprendiendo a convertir las diferencias de otras grandes potencias en su beneficio. Si la actual confrontación por Ucrania continúa, empero, India va a tener serios problemas para compatibilizar su entendimiento con Rusia en el manejo de la turbulenta política de Asia Central con su alianza con Estados Unidos y Australia para vigilar el Océano Índico. Además, si Washington se recuesta en el gobierno surgido del reciente golpe de estado parlamentario en Paquistán e India continúa desarrollando su marina al paso actual, India se acercará aún más a Rusia e intentará remplazar a EE.UU. en el Índico. La guerra en Ucrania puede convertir a India en una potencia asiática de primer rango y en una firme aspirante a sentarse a la mesa del poder mundial, pero debe ser paciente y prudente.
https://dossiergeopolitico.com/wp-content/uploads/2022/04/India-exportaciones.jpg664664Dossierhttps://dossiergeopolitico.com/wp-content/uploads/2018/05/Dossier_Logo-2.pngDossier2022-04-24 08:52:022022-04-24 08:52:04ESPECIAL INDIA (2): India aprovecha la crisis europea para posicionarse
El 12 de abril de 2022, fui convocado por el Periodista de Internacionales de los servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba Mgter. Mariano Saravia (*), para participar como analista invitado al último programa del Ciclo que Organizó y dictó y que tituló irónicamente: “El Eje del Mal”, donde analizo Historia, Cultura, Política y proyecciones de las potencias emergentes: Rusia, China, Irán, India, para el cierre del Ciclo que trató sobre la la República de la India fui entrevistado por mariano sobre “tendencias geopoliticas actuales de la India”. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico
Por gentileza del Mgter Mariano Saravia se pone a disposición de los seguidores de Dossier Geopolitico, la Clase N 5 completa del Curso “el Eje del Mal”, clase clave para entender el milenario mundo de la India.
(*) Mariano Saravia: es periodista, escritor, docente universitario y conferencista. Sus especialidades son la política internacional, el periodismo histórico y los derechos humanos.
Sus artículos y ensayos han sido publicados en publicaciones de Argentina y el exterior. Además, es profesor titular de la materia Política Internacional de las carreras de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Córdoba.