16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo.
Eje Central:
Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente
Las Guerras Proxy’s
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En la columna semanal del Club de la Pluma, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, comienza su análisis definiendo el concepto de “GUERRA PROXY” o Guerra de Aproximación Indirecta, como la provocada por una potencia en territorio ajeno, utilizando a terceros países como sustitutos, generando conflictos fratricidas y fomentando el enfrentamiento de bandos internos, con el objetivo de crear desestabilización de gobiernos y/o importantes desórdenes y violencia en el país y región de influencia.
Un análisis que hace clara referencia a la estrategia actual y futura del imperio anglosajón en Afganistán, luego de su reciente derrota y huida, donde esas potencias ya están instalando una nueva versión de esa “Guerra Proxy”, según la forma clásica de provocar tensiones siempre desde un segundo plano, valiéndose de cualquier método para encender conflictos y mantenerlos activos el mayor tiempo posible, mientras se boicotea todo intento de acuerdo o pacificación entre los involucrados, como son los esfuerzos de Turquía, Qatar, Irán, Pakistán más el apoyo manifiesto de China y Rusia, para que el Talibán forme un gobierno moderado y estable.
Y para esa guerra utiliza herramientas cómo el terrorismo, la guerrilla, el vandalismo callejero, el narcoterrorismo, los tumultos, las crisis económicas, las catástrofes naturales o humanitarias, los complots judiciales, los enfrentamientos raciales o tribales, las disputas fronterizas, las diferencias culturales o religiosas y cualquier otra circunstancia de la zona elegida, donde los servicios de inteligencia han dejado sembrados las semillas envenenadas de los futuros conflictos. Siempre con el objetivo de que el estado o región afectada se debilite y termine siendo rehén de los intereses estratégicos de la potencia provocadora.
En el caso de Afganistán, se trata del fortalecimiento del terrorismo de ISIS y de Al-Qaeda, con abundante información que confirma sus estrechas relaciones actuales con la CIA, para generar el terror permanente y extenderlo a la zona con el propósito de complicar el avance de China con la Ruta de La Seda y debilitar la creciente influencia de Rusia, no solo en Asia, sino también en Europa.
El politólogo nos explica que la “Guerra Proxy” ha sido un método usado históricamente por Inglaterra a lo largo de los siglos, quién por su demostrada vocación belicista, colonial, imperial y expansiva, aporta a la historia una larga lista de ejemplos, que también han afectado y afectan a Latinoamérica y que permite establecer un hilo conductor en la estrategia en Asia Menor con la realidad actual de nuestro subcontinente, afectada por similar maniobra.
Y para ello despliega ejemplos como la llegada de Bolsonaro a la presidencia de Brasil, el acoso a Venezuela, el golpe en Bolivia, los obstáculos a Castillo en Perú y la última, con el intento de Piñera para que Chile se apropie de parte de la plataforma marítima argentina, creando un conflicto que garantiza a EEUU que estos dos países nunca podrían llegar a acuerdos de integración, que pongan en riesgo el control absoluto de EEUU sobre el Cono Sur.
Y sobre este poderío de Washington sobre América del Sur, Pereyra Mele profundiza sobre las bases militares, las tensiones en los mares del sur provocadas por Inglaterra, del control de los dos océanos y del Estrecho de Magallanes, de la Alianza del Pacífico formada por países con gobiernos amables, del escudo protector para frenar el avance de China, de “Las Tres Américas que son una sola isla”, y alerta que para estos y por otros asuntos no menores, la opción de una “Guerra Proxy” siempre está en la agenda imperial.
Y por último nos muestra la jugada de la Internacional Liberal -que en Argentina se identifica con el PRO- siempre dispuesta a forzar nuevas fricciones internas, agrandar grietas e imponer conflictos en busca de mayores enfrentamientos y de impedir la integración regional en un bloque común que enfrente los desafíos del nuevo orden mundial multipolar que, “le guste a quién le guste”, es un hecho ya incontestable.
Eduardo Bonugli (Madrid, 29/08/21)