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Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

La próxima cumbre  de los BRICS a realizarse en Kazán, Rusia, durante el venidero mes de octubre, ha despertado gran interés en la opinión pública, sobre todo cuando la misma tendrá lugar solo unos días antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Es incuestionable que este evento marcará parte importante de la agenda internacional de los próximos tiempos, pero me parece que hay que ser cauto respecto de lo que la Cumbre en sí, pueda definir y decidir. No obstante, sin poner en duda que el grupo BRICS es expresión del nuevo mundo que nace y que en torno a él pareciera estarse estructurando un sistema internacional alternativo más justo y democrático, no hay que ”echar las campanas a volar” ni generar expectativas injustificadas respecto a lo que se pueda decidir en Kazán.

Hasta hace pocas semanas no había un consenso claro respecto al camino a seguir en cuanto al crecimiento del grupo. Aún hoy no existen definiciones en relación a los requisitos que deben tener los países que aspiran a ingresar, tampoco existe una carta fundacional, un reglamento o estatuto de funcionamiento. El BRICS no tiene sede ni secretaría general, tampoco una estructura definida.

Puede haber alguien que opine que eso es positivo. Mi punto de vista es que no lo es. Hasta ahora, lo único que se sabe es que hacen cumbres anuales y que no tienen un “consejo de seguridad” con miembros con derecho a veto. 

De igual manera, el hecho que haya representación de África, Asia Occidental y de América Latina y el Caribe, (excluidos de la membresía permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU),  hace que esta instancia sea mucho más representativo del mundo del siglo XXI, en relación a octubre de 1945 cuando se creó la ONU con 51 países (solo 4 de África, 8 de Asia y ninguno del Caribe anglófono). Hoy, estas regiones reúnen -en conjunto- 119 países de los 193 que conforman la ONU y no tienen ninguna representación en la membresía permanente del Consejo de Seguridad. Ello expone que el BRICS, (donde las decisiones son tomadas por consenso)  es ya una instancia más democrática y participativa que cualquier otra de sus características que haya existido en el pasado.

La Cumbre de Kazán tendrá que tomar decisiones de cara al futuro. No se debería repetir el chasco que significó que Lula, solo por favorecer a su amigo Alberto Fernández, propusiera e hiciera aprobar el ingreso de Argentina, sabiendo que podría pasar (lo que lamentablemente ocurrió) que la llegada al poder de Javier Milei impidiera la concreción de esa superficial y emocional propuesta.

Aunque la presidencia pro tempore rusa ha dicho que esperaba que representantes de los países latinoamericanos asistieran a la Cumbre del Brics en Kazán, hay que decir que una cosa es asistir a la Cumbre y otra, entrar a la organización.  No sabemos si con la frivolidad que lo caracteriza y continuando con su política de favorecer a Estados Unidos y Europa, Lula –que no ha reconocido aún al presidente Maduro- vete el ingreso de Venezuela, poniendo a China, a Rusia y a los miembros restantes en una encrucijada que los lleve a tener que decidir entre Brasil y Venezuela. Vale decir que hasta el momento, Brasil es el único país miembro de BRICS que no ha reconocido al presidente Maduro.

Rusia ha optado por invitar a muchos países a la Cumbre y ha sido uno de los principales promotores del crecimiento del grupo.  No obstante el propio canciller ruso Serguei Lavrov  ha alertado en el sentido de que es oportuna “una pausa en la ampliación…”.

Eso podría significar la ralentización del proceso, toda vez que existe la necesidad de que el grupo se adapte primero a la presencia de los nuevos países que ingresaron el pasado 1° de enero. En este contexto, es imprescindible que los nuevos miembros se integren plenamente antes de pensar en mayor cantidad de afiliaciones. Si el consenso entre cinco era difícil, mucho más lo es entre 10 y sin duda, se complicaría aún más si existiera una membresía más amplia.

Así, la pausa sería importante para fijar los mecanismos de funcionamiento ante el riesgo de que una participación numerosa paralice el accionar del grupo si se considera que hasta 40 países han solicitado su adhesión. Por eso, la invitación a estar presente en la Cumbre debería entenderse como un proceso de acercamiento y evaluación que genere las condiciones y mecanismos de incremento de la membresía. Pareciera que hoy, para el BRICS, es más importante organizarse y solidificarse, que crecer.

Uno de los aspectos urgentes a definir es el carácter del grupo. Hasta ahora ha sido un foro de debate en torno a las principales inquietudes de la comunidad internacional, sobre todo en lo relacionado a lo antes mencionado: la representatividad y la democracia en los organismos internacionales. No obstante, se pretende que también se transforme en un mecanismo que facilite las relaciones económicas, el comercio, el desarrollo científico y tecnológico en primera instancia entre los países miembros, pero también pensando en todo el sur global. 

Se trata de formar “nuevos centros para la toma de decisiones políticas de importancia global en los países del sur y el este” y en general en aquellos que forman la mayoría del planeta como lo informó el canciller Lavrov en la inauguración del Consejo Ministerial del Brics Plus realizado durante el mes de julio de este año.

Lavrov aseguró que los Estados que desean ingresar al BRICS apuntan hacia “una forma de vida más justa basada en la igualdad soberana de los países y la diversidad de civilizaciones”. No obstante, alertó en torno a que la transición hacia el nuevo orden mundial deberá recorrer una era histórica  que “será espinosa” si se considera que Estados Unidos y Occidente,  persisten en sus intenciones de mantener su hegemonía, evitando que los procesos de construcción de un sistema multipolar, puedan concretarse en el menor tiempo posible.

Por el contrario, el BRICS, al igual que la mayoría de la humanidad se propone avanzar hacia “un orden mundial más equitativo, basado en la igualdad soberana de los Estados y teniendo en cuenta el equilibrio de fuerzas e intereses” por lo que se plantea servir como plataforma  para el intercambio de opiniones sobre temas actuales de la agenda mundial.

Una mirada similar ha sido expuesta por Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal (cámara baja del parlamento) de Rusia quien afirmó que en el contexto actual en el que Estados Unidos y Europa hacen denodados esfuerzos para destruir las relaciones económicas internacionales, aprobando sanciones y desatando conflictos de todo tipo, el mundo avanza en sentido contrario. En primer lugar según Volodin, se han generado nuevos puntos de crecimiento en el mundo. Así mismo, opina que  “muchos Estados eligieron el camino de la protección de la soberanía, el diálogo igualitario y la cooperación mutuamente beneficiosa”.

El alto parlamentario ruso ha explicado que en este marco, en los 15 años de existencia de BRICS, el grupo se ha convertido  en uno de los mayores centros económicos del planeta al tiempo que sus miembros han mejorado sus posiciones a pesar de los desafíos y las sanciones. Según datos del Banco Mundial, Rusia se ha transformado en la cuarta economía del mundo en cuanto al PIB por paridad de poder adquisitivo (PPA) siendo además la primera de Europa.  Así mismo, China es la primera  de la clasificación, India, la tercera y Brasil ha ascendido a la séptima posición. Igualmente, entre los 25 primeros figuran varios nuevos miembros BRICS como Egipto (17), Arabia Saudí (18) e Irán (22).

Por el contrario, en esta estadística, Estados Unidos ha caído al segundo puesto, Alemania salió del grupo de las cinco mayores economías del mundo mientras que Francia y Gran Bretaña están a punto de abandonar el grupo de las diez más importantes. En general, BRICS representa hoy el 36,8%  del PIB por PPA superando al Grupo de los Siete (G-7), las mayores economías capitalistas del planeta que solo aportan el 29%.

Por otro lado, la filosofía imperante en el Grupo BRICS, no apunta a establecer un nuevo mecanismo hegemónico en el planeta. Al contrario, parte de las dificultades para su avance, emanan de la clara intencionalidad  de producir diálogos abiertos en los que jamás se  intente imponer ningún criterio a los otros. Pero ello necesita de altos niveles de organicidad que permitan acoger esos diálogos sin producir conflictos o quiebres. 

Se trata, como dijo el canciller Lavrov de considerar al BRICS “como un baluarte, un prototipo del mundo multipolar». O, -dicho en palabras del presidente Putin-  se debe entender que los BRICS es “un elemento clave del emergente orden mundial multipolar”, incluso en la perspectiva de crear su propio parlamento que funcione bajo principios de “apertura, imparcialidad y equidad”. En este camino, los parlamentos de los países del grupo BRICS deberían mejorar la eficacia del sistema de relaciones internacionales, garantizar su democratización y enfrentar las cuestiones que atentan contra la fragmentación del sistema comercial multilateral y las consecuencias de las crisis mundiales.

De esta manera, se va configurando el nuevo orden internacional. No hay dudas que la Cumbre de Kazán marcará un punto de inflexión en un proceso que debe seguir los ritmos y los plazos que las propias circunstancias vayan imponiendo. Acelerar etapas artificialmente o presionar hacia el cumplimiento de metas y objetivos imposibles o poco realizables en el proceso de ampliación y fortalecimiento del grupo BRICS, podría devenir en un problema, más que en una solución. 

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Al reemplazar a Hasina por Yunus en Bangladesh, EE.UU. interrumpe el nexo entre China e India en el Sur de Asia, desestabiliza aún más Myanmar y amenaza la independencia de Tailandia

Por Eduardo J. Vior
analista internacional, especial para Dossier Geopolitico

Bangladesh - Wikcionario, el diccionario libre

El golpe de estado del 5 de agosto en Bangladesh es un éxito momentáneo de la venganza de la vieja oligarquía colonial bengalí contra el movimiento nacional que al mismo tiempo inserta una cuña imperial en el proyecto de asociación indo-chino. La destitución de Hasina Wazed y la designación de Muhamad Yunus, cercano a Hillary Clinton y a George Soros, es la culminación de un enfrentamiento que ya lleva décadas. 

En una reunión a puertas cerradas con líderes de 14 partidos que la ex primera ministra de Bangladesh, la Jeque Hasina Wazed, mantuvo en la noche del 24 de mayo en Ganabhaban, la residencia oficial del jefe de gobierno, les advirtió sobre una conspiración que se preparaba para destituirla. El complot estaría siendo orquestado por “un país extranjero” (así se expresó entonces) que le había dejado claro que no estaba contento con su vuelta al poder en las elecciones de enero pasado. Durante la conversación la líder nacionalista contó que el representante de ese país (un hombre blanco, como lo describió) se había reunido con ella antes de los comicios y le había dicho que su reelección y su mandato serían más fáciles, si permitía que ocurrieran “ciertas cosas” como, por ejemplo, “la creación de un Estado cristiano con partes de Bangladesh (Chattogram) y de Myanmar”, y el primer paso sería permitirles construir una base aérea en la isla de Saint Martín, en el golfo de Bengala.

En el encuentro con los líderes políticos Hasina dijo que creía que sería derrocada y podría sufrir la misma persecución que su padre, el Jeque Mujibur Rahman, depuesto y asesinado en 1975. Todas sus preocupaciones se demostraron ciertas el pasado 5 de agosto, cuando tuvo que abandonar abruptamente Dhaka y huir en un helicóptero a India, después de que violentas protestas encabezadas por estudiantes, pero respaldadas por múltiples actores, le dejaron claro que, si se quedaba, seguiría el destino de su padre. Es evidente que funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos fueron los principales protagonistas de la destitución de Hasina. 

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Tras su renuncia y huida a India, Hasina Wajed viajó a Beijing, donde el pasado viernes 9 fue recibida por el presidente Xi Jinping

Consecuentemente, el nombramiento la semana pasada del banquero y premio Nobel Muhammad Yunus como nuevo jefe interino de Bangladesh no hizo más que confirmar las sospechas sobre el papel del Departamento de Estado en el derrocamiento del gobierno bangladesí. Yunus mantenía desde hace tiempo una tensa relación con Hasina y el enfrentamiento entre ambos aumentó durante el gobierno de Joe Biden, cuando Washington presionó reiteradamente a Dacca para que detuviera los procesos contra Yunus por fraude fiscal y blanqueo de dinero.

Muhammad Yunus presta juramento como jefe del Gobierno provisional de  Bangladesh | Diario Digital Nuestro País
Muhammad Yunus, jefe del gobierno interino de Bangla Desh

Muhammad Yunus es un emprendedor social, banquero, economista y líder social que fue condecorado en 2006 con el Premio Nobel de la Paz por desarrollar el Banco Grameen y ser el desarrollador de los conceptos de microcrédito y microfinanzas. Estos créditos son otorgados a emprendedores que son muy pobres para calificar a un crédito en un banco tradicional. 

En marzo del 2011 el gobierno de Bangladesh desplazó a Yunus de su posición en el Banco Grameen argumentando violaciones legales y haber sobrepasado la edad límite fijada por la ley para ejercer su función. Las acusaciones contra Yunus, ex becario Fulbright de Estados Unidos, llevaron a la formación de un comité dirigido por el ex secretario Mamun Ur Rashid, denominado “Comisión del Banco Grameen”, que fue constituida por Hasina en mayo de 2012 y presentó su informe provisional en enero del año siguiente.

Desde 2010 muchas declaraciones se han hecho en contra de Yunus. Comenzaron con una crítica a los supuestos beneficios de las microfinanzas y sus efectos en la disminución de la pobreza, cuestionando especialmente el desempeño de varias instituciones microfinancieras en India y México. Las alegaciones contra Yunus se convirtieron en políticas cuando el gobierno de la Jeque Hasina Wajed cuestionó su concepto de microfinanzas, acusándolo de “chupar sangre de los pobres”.

No casualmente, apenas comenzadas las críticas y persecuciones legales contra Yunus, éste recibió el apoyo del matrimonio Clinton que aún se mantiene. 

En 2017 Charles E. Grassley, presidente del Comité Judicial del Senado de Estados Unidos, escribió una explosiva carta a Rex W. Tillerson, entonces secretario de Estado, en la que exponía cómo la exsecretaria de Estado Hillary Clinton había presionado al gobierno de Bangladesh, para que pusiera fin a una investigación por corrupción sobre Yunus, que era, según la carta, un importante donante de la Iniciativa Global Clinton (CGI). En la carta se detallaba, además, la cercanía entre Yunus y los Clinton y cómo éstos presionaron para que en 2006 se concediera el Premio Nobel a Yunus.

La República Popular de Bangladesh es un país soberano ubicado en Asia del Sur. Su territorio se encuentra rodeado casi por completo por India, a excepción de una pequeña franja al sureste donde limita con Myanmar. Geográficamente, el país se sitúa en el terreno fértil del delta del Ganges, por lo que está sujeto a las inundaciones anuales provocadas por los monzones y los ciclones. Junto con la provincia india de Bengala Occidental constituye la región etnolingüística de Bengala

Sus fronteras actuales fueron establecidas por el decadente Imperio Británico con la segunda partición de Bengala en 1947, cuando la región se convirtió en la parte oriental del recién formado Pakistán. Sin embargo, al estar separado de la parte occidental del país por 1.600 km de territorio indio, la discriminación política y lingüística, así como el abandono económico generaron en 1971 una serie de conflictos con Islamabad que condujeron a la guerra de independencia y al establecimiento de Bangladesh como una nación autónoma. Después de la independencia el nuevo Estado sufrió hambrunas, desastres naturales y pobreza generalizada, así como agitación política y golpes militares.

Con 148.460 km2 y 172.954.320 habitantes, Bangladesh es el país más densamente poblado del mundo. Su renta per cápita en 2010 era de 590 dólares. La propiedad de la tierra es muy desigual, ya que el 60% del territorio está en manos del 16% de los propietarios. La mayor parte del alimento producido en el país es exportado debido a la alianza entre los terratenientes y la industria exportadora. En consecuencia, en el interior predominan la inflación y el hambre.

Gracias a los bajísimos costos laborales, dada la alta tasa de pobreza y la baja o inexistente protección social y laboral, las principales compañías multinacionales de la indumentaria están instaladas en Bangladesh. Desde 2005 se han producido al menos 700 muertes de trabajadores por incendios en fábricas.

A dos años de tragedia textil, siguen los abusos en Bangladesh

A pesar de que dos tercios de la población se dedican a la agricultura, más de las tres cuartas partes de los ingresos de exportación proceden de la industria textil, que actualmente emplea a cerca de tres millones de trabajadores, de los cuales el 90 % son mujeres. Una gran parte de las divisas que obtiene el país también provienen de las remesas enviadas por los bangladesíes emigrados.

Sin embargo, desde la incorporación de Bangladesh a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, su economía está cambiando aceleradamente. Con carreteras y ferrocarriles, pasando por puertos y aeropuertos, el túnel bajo el río y la autopista elevada, el suministro de agua y la gobernanza electrónica, el carbón y la energía solar, China hace sentir su presencia en todo Bangladesh con fondos, tecnología y experiencia.

Hace un año la inversión total de China en el país ascendía a 7.070 millones de dólares. Además, empresas chinas han recibido contratos de construcción en diferentes sectores por valor de 22.940 millones de dólares. En los últimos 10 años China ha destinado 4.450 millones de dólares a 35 proyectos en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

China está ejecutando 21 puentes y 27 proyectos energéticos en Bangladesh. Unas 670 empresas chinas han invertido en el país. Beijing participará asimismo en muchas de las 100 zonas económicas de Bangladesh. Además del gobierno, el sector privado del pequeño país también ha recibido préstamos de China. Según datos del Banco de Bangladesh, los préstamos chinos en el sector privado del país superan ligeramente los 2.330 millones de dólares. La mayoría de los préstamos se destina al sector eléctrico y energético.

China es ahora el mayor socio comercial de Bangladesh. El volumen de comercio entre ambos países ronda los 25.000 millones de dólares. La nación surasiática importa de China principalmente maquinaria de capital y materias primas. Por otro lado, Bangladesh exporta hortalizas, pescado congelado y vivo, cuero y productos de cuero, fibras textiles, hilo de papel y tejidos, prendas de vestir y artículos de confección. 

How China's Belt and Road changing Bangladesh's economy and infrastructures

Tras la caída de Hasina el general Waker-Uz-Zaman anunció la formación de un gobierno de transición. La comunidad internacional, incluidas la Unión Europea y las Naciones Unidas, pidieron una transición pacífica hacia un gobierno elegido democráticamente e hicieron hincapié en la necesidad de respetar los derechos humanos durante este periodo. El golpe ha suscitado una gran inquietud sobre el futuro de la democracia en Bangladesh. El país tiene un historial de golpes militares y en la opinión pública internacional predomina el escepticismo sobre si la actual cúpula militar facilitará un auténtico retorno al gobierno civil. Las acciones del gobierno provisional en los próximos meses serán cruciales para determinar la trayectoria política de Bangladesh.

El golpe de Estado en Bangladesh tiene importantes implicaciones para sus vecinos, en particular India, China y Myanmar. India, que comparte una larga frontera con el país en el delta del Ganges, tiene un gran interés en la estabilidad de su vecino. Las dos naciones mantienen sólidas relaciones bilaterales, especialmente durante el gobierno de Hasina, que ha cooperado estrechamente con India en cuestiones económicas y de seguridad. El golpe de Estado podría perturbar esta cooperación, especialmente, si el nuevo régimen adopta un enfoque diferente de las relaciones bilaterales. A India también le preocupa que la inestabilidad y la violencia se extiendan a través de la frontera, lo que podría agravar los problemas de seguridad en sus estados del noreste. Además, la agitación política en Bangladesh puede afectar las inversiones y los intereses económicos indios en el país.

La implicación de China en Bangladesh, sobre todo a través de su Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por su nombre en inglés), hace que Beijing también siga de cerca los acontecimientos. Bangladesh se adhirió a la BRI en 2016 y China ha realizado en el país grandes inversiones en proyectos de infraestructuras. La inestabilidad política podría ahora plantear riesgos para estas inversiones y proyectos. Además, China ha apoyado históricamente a gobiernos estables que puedan garantizar la realización de los proyectos de la BRI. El periodo de transición en Bangladesh podrían por lo tanto, generar incertidumbres sobre la continuación y la seguridad de estos proyectos.

La agitación política de Bangladesh también tiene implicaciones para su relación con Myanmar, especialmente en lo que respecta a la crisis de los refugiados rohingya. Bangladesh acoge a más de un millón de refugiados de  ese grupo que huyeron de la persecución en Myanmar. La inestabilidad en Dakha podría afectar a su capacidad para gestionar la situación de los refugiados y a sus compromisos diplomáticos con Myanmar en materia de repatriación y otras cuestiones relacionadas.

Es probable que el golpe de Estado en Bangladesh tenga implicaciones regionales en todo el sur de Asia. La inestabilidad política en este país podría influir sobre la seguridad regional, la estabilidad económica y los patrones migratorios. La crisis política allí, por ejemplo, puede envalentonar a los grupos extremistas dentro del país, acarreando efectos indirectos en la seguridad regional… 

…Los países vecinos, en particular India y Myanmar, pueden enfrentarse a mayores amenazas de seguridad, si la inestabilidad en Bangladesh conduce a un resurgimiento de las actividades de grupos militantes. 

Al mismo tiempo, Bangladesh es un actor económico importante en el sur de Asia, con contribuciones significativas al comercio regional. La inestabilidad política podría perturbar las actividades económicas, afectando los flujos comerciales y el clima de inversión en la región. Los países con fuertes lazos económicos con Bangladesh, como India y China, podrían entonces tener que reevaluar sus estrategias económicas e inversiones a la luz del nuevo panorama político.

La inestabilidad en Bangladesh podría también desencadenar flujos migratorios, tanto internos como transfronterizos. Los países vecinos podrían experimentar una afluencia de refugiados y migrantes en busca de seguridad y oportunidades económicas. Esto podría sobrecargar los recursos y exacerbar los problemas humanitarios existentes en la región. 

Puede concluirse que el reciente golpe de estado en Bangladesh marca un momento crucial en la historia política del país. La dimisión de la primera ministra Hasina Wazed en medio de protestas generalizadas y la posterior toma del poder por los militares han sentado las bases para cambios significativos en la gobernanza del país. El llamamiento de la comunidad internacional a una transición pacífica y al respeto de los derechos humanos subraya la importancia de un Bangladesh estable y democrático para la estabilidad regional y mundial. Las implicaciones del golpe de Estado se extienden más allá de las fronteras nacionales, afectando a sus relaciones con los países vecinos y a la región de Asia Meridional en general. 

Sovereignty of Bangladesh and China's 'One Belt, One Road' Project |  DiverseAsia

Con el golpe de estado EE.UU. intentó, sobre todo, introducir una cuña en la cooperación indio-china que se materializaría mediante el desarrollo de un nuevo ramal de la Franja y la Ruta que, partiendo de la región autónoma sur china de Yunnan, debería atravesar Myanmar y Bangladesh, para llegar a Calcuta. Si este proyecto se concreta, al mismo tiempo que India refuerza su asociación con Rusia, todo el sur de Asia quedaría en la esfera de BRICS y EE.UU. estaría excluido. 

No es previsible que Washington pueda ofrecer a los militares golpistas alguna alternativa constructiva, ya que carece de medios y proyectos. El nuevo régimen, por consiguiente, pronto se enfrentará a los reclamos de una sociedad que en los últimos años comenzó a vislumbrar una salida para su atraso y miseria. Si a esta previsible reacción popular se suma la presión de las grandes potencias regionales para que el país retorne pronto a la normalidad institucional, es poco probable que los golpistas puedan afianzarse en el poder. Es la hora de Asia y los occidentales no tienen allí nada que decir.

Por Leonid Savin

La oposición tomó el Parlamento, la Primera Ministra huyó del país.

El lunes 5 de agosto llegó a Bangladesh el apogeo de semanas de protestas de la oposición, a consecuencia de las cuales la Primera Ministra del país, Sheikh Hasina, dimitió y abandonó el país. Voló en helicóptero a India, con la intención posterior de solicitar asilo político en el Reino Unido. El poder pasó a los militares, que anunciaron la formación de un gobierno provisional compuesto por representantes de todos los partidos. El Jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Waker uz Zaman, confirmó la dimisión de Hasina en una rueda de prensa y dijo que, tras mantener conversaciones con representantes de los principales partidos políticos y grupos de la sociedad civil, se había decidido formar un gobierno interino.

«La primera ministra ha dimitido. Se formará un gobierno interino para gobernar el país… Les doy mi palabra de que se abordarán todas las injusticias… El país ha sufrido mucho, la economía se ha resentido, muchas personas han muerto… es hora de poner fin a la violencia», declaró. También declaró que se levantaría el toque de queda impuesto anteriormente.

Es significativo que en la primera reunión no hubiera representantes del partido gobernante, la Liga Awami.

La administración del presidente Mohammed Shahabuddin también emitió un comunicado en el que afirmaba que había «decidido por unanimidad liberar» a la ex primera ministra encarcelada y líder del opositor Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), Khaleda Zia, archirrival de Hasina. Los manifestantes detenidos anteriormente también serán excarcelados.

El secretario general del Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), Mirza Fakhrul Islam Alamgir, ha anunciado que Tarique Rahman, presidente en funciones del partido, regresará al país muy pronto.

La oposición acogió con júbilo la noticia de la huida deal Primera Ministra. La víspera, a pesar del toque de queda, consiguieron tomar el despacho del jefe del Estado, y después entrar en el edificio del Parlamento. En su alegría, incluso devolvieron las armas que habían arrebatado al personal de seguridad del parlamento.

Las protestas comenzaron a principios de julio, con el motivo formal de la decisión del gobierno de conceder el 30% de las cuotas de empleo a funcionarios (en total se les reserva el 56%) a hijos y nietos de participantes en la guerra de liberación de Pakistán en 1971. Las primeras acciones fueron pacíficas y, según los medios locales, fue la dura represión policial la que se convirtió en una especie de catalizador de nuevas protestas. Aunque el Tribunal Supremo suspendió estas cuotas durante un mes, el 11 de julio, y posteriormente transfirió una parte a otras categorías, esto no detuvo a los manifestantes.

En realidad, las causas del conflicto son más profundas: en medio de graves problemas económicos y una elevada tasa de desempleo, los jóvenes de Bangladesh no están contentos con los 15 años de gobierno del partido de la Liga Awami ni con la actuación directa de Hasina como jefa de Estado, especialmente tras las últimas elecciones de enero, en vísperas de las cuales muchos líderes de la oposición fueron detenidos y no pudieron presentarse a los comicios. Por ello, la oposición se limitó a boicotear la votación.

Un estudio de la Oficina de Estadística de Bangladesh realizado en 2023 mostró que más del 39% de los jóvenes de entre 15 y 24 años están desempleados y no estudian. Es decir, unos 12,2 millones de personas. La afirmación del gobierno de que la tasa de desempleo es del 3,3%, es decir, 2,35 millones de parados, es rebatida por varios destacados economistas.

Además, hubo restricciones a Internet, y durante las protestas se apagó por completo.

También se acusó a funcionarios del gobierno de corrupción y retirada de fondos en el extranjero. Y como Hasina es hija de uno de los líderes del movimiento de liberación nacional y fundador de Bangladesh, Mujibur Rahman, el descontento se ha trasladado a su figura: el lunes, en Dhaka, intentaron derribar su estatua. Y esto demuestra la comprensión específica de la propia historia de la juventud bangladeshí.

El domingo 4 de agosto fue el día más significativo por el número de manifestantes y de muertos -en enfrentamientos con la policía y las fuerzas de seguridad-. Al menos 98 personas murieron a manos de las fuerzas de seguridad. En total, durante todo el tiempo que duraron los disturbios, se contabilizan oficialmente unos 300 muertos, y el número de heridos se cuenta por miles.

Hay varios puntos significativos en el actual tránsito de poder. En primer lugar, ahora el papel principal como intermediario y responsable lo desempeña el comandante en jefe Waker uz Zaman, que tomó posesión de su cargo el 23 de junio. Está casado con Sarahnaz Kamalika Zaman, hija del general Muhammad Mustafizur Rahman, que fue Comandante en Jefe del Ejército entre 1997 y 2000. El general Rahman era primo del jeque Mujibur Rahman, ya que se casó con la prima de Mujib, y era tío de la primera ministra Sheikh Hasina.

Resulta que el actual jefe de la junta es pariente de la primera ministra destituida, a quien la oposición odia. Al mismo tiempo, se sabe que a lo largo de su carrera militar también colaboró estrechamente con Hasina y ocupó el cargo de oficial jefe de Estado Mayor en el Departamento de las Fuerzas Armadas de la Oficina del Primer Ministro.

Por tanto, mucho dependerá de la percepción que tenga la oposición de su papel, así como de sus decisiones directamente. Hace relativamente poco tiempo, se han dado casos en los que, con el telón de fondo de la ola «democrática», los militares hicieron ciertas reducciones y luego aumentaron la presión autoritaria. Como ejemplo, Egipto, donde Sisi derrotó duramente a los Hermanos Musulmanes tras las elecciones, o la vecina Myanmar.

En segundo lugar, Bangladesh ya tuvo un periodo en el que, el enfrentamiento entre la Liga Awami y el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), desembocó en una crisis política en 2006 y entonces los militares intervinieron y declararon el estado de emergencia. Al final, el partido de la Liga Awami resultó vencedor, lo que condujo al gobierno permanente de Hasina durante 15 años. Será interesante ver cómo se desarrolla ahora el proceso.

En tercer lugar, aunque la causa fue una crisis interna, es imposible negar la influencia externa durante el actual tránsito de poder. No cabe duda de que habrá intentos de ejercer influencia por parte de India, implicada en gran medida en la creación de un Bangladesh independiente, así como la búsqueda de intereses por parte de los países occidentales y los inversores internacionales, incluidas las instituciones transnacionales.

Evidentemente, para Rusia será importante que se mantengan las relaciones amistosas y se sigan llevando a cabo los proyectos actuales en este país, como la construcción de una central nuclear y la producción de gas en alta mar. Dado que son necesarios para la economía del país y pueden significar puestos de trabajo, no hay motivos visibles para preocuparse. Sin embargo, si el lobby prooccidental está activo en el nuevo gobierno, algunos actores externos intentarán expulsar a Rusia de Bangladesh a cualquier precio.

Por lo tanto, es necesario vigilar de cerca los actuales cambios políticos y evitar la interferencia de países no amigos, justificando la necesidad de mantener los lazos amistosos y la falta de alternativas a una serie de áreas de cooperación bilateral, por ejemplo, el suministro de fertilizantes. Bangladesh ocupa actualmente el segundo lugar en volumen de comercio exterior entre los países del Sudeste Asiático, después de India. Me gustaría mantener esta posición, aunque es importante desarrollar las relaciones con otros países de la región.

Traducción al español para Geopolitika.ru

por el Dr. Enrique Refoyo

Fuente: https://orientalreview.su

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Por Dhairya Maheshwari

*Originalmente publicado el 7 de agosto 2024

La comunidad estratégica india baraja varias posibles razones para que Estados Unidos se oponga tanto al gobierno de Sheikh Hasina en Bangladesh. Una de las posibles razones es que Washington podría estar tratando de contener a India debido a su negativa a renunciar a su autonomía estratégica.

Algunos funcionarios del establishment de seguridad indio creen que el «golpe respaldado por EE.UU.» contra la ex primera ministra Sheikh Hasina fue una «retribución directa» de la administración Biden contra India por la reciente visita del primer ministro Narendra Modi a Moscú, según ha declarado a Sputnik India un jefe de un think tank indio.

«Hemos visto fricciones palpables entre India y Estados Unidos en torno al supuesto complot de (Gurpatwant Singh) Pannun, los derechos humanos y, últimamente, la visitadel primer ministro Narendra Modi a Rusia elmes pasado. De hecho, algunos miembros de la seguridad india creen que el cambio de régimen en Bangladesh es una represalia contra Modi por su visita a Moscú», señaló Abhinav Pandya, director y consejero delegado de la Fundación Usanas.

En su opinión, Washington probablemente era consciente de que la destitución de Hasina, considerada «pro India», complicaría la posición de Nueva Delhi como gran potencia en su propia vecindad.

Pandya subrayó a continuación la preocupación de India por el «papel negativo» desempeñado por la coalición del Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP) y Jamaat-e-Islami (JI)* la última vez que estuvieron en el poder, entre 2001 y 2006.

«Por aquel entonces, vimos casos de infiltración de islamistas radicales en la frontera india desde Bangladesh. El gobierno dirigido por el BNP solía permitir la transferencia de armas desde el puerto de Chattogram a militantes del noreste indio para alimentar la insurgencia en la región. También se produjo un repunte de los ataques contra las minorías hindúes. Desgraciadamente, estamos asistiendo de nuevo a un resurgimiento del sentimiento antiindio y antihindú enel país tras la destitución de Hasina», declaró Pandya.

Además, Pandya señaló que las heridas de la Guerra de Liberación de 1971, cuando India fue en contra de la voluntad de Estados Unidos y ayudó a la creación de Bangladesh a partir de Pakistán, todavía «supuran» en la psique del Estado profundo.

«Fue una humillación que Estados Unidos aún no ha superado. No hay que olvidar que Pakistán fue un aliado clave de Estados Unidos en Asia, parte de la Organización del Tratado del Sudeste Asiático (SEATO) durante la Guerra Fría. En aquella época, Jamaat-e-Islami (JI) colaboraba abiertamente con el gobierno pakistaní, entonces respaldado por Estados Unidos, para oponerse a las fuerzas indias y bangladeshíes. Incluso hoy se sabe que las fuerzas radicales de Bangladesh y Pakistán mantienen estrechos vínculos», señaló el experto.

Señaló que los «vínculos» entre el embajador estadounidense enDacca, Peter Haas, y los líderes del BNP-Jamaat se han hecho visibles en los últimos meses, como demuestran sus reuniones con el enviado estadounidense.

Sugirió que la negativa de Sheikh Hasina a entregar una base militar a las potencias occidentales podría no haber sentado bien a los estadounidenses. Según Pandya, la ex primera ministra de Bangladesh ha llevado a cabo una política exterior ferozmente independiente y se ha negado a sucumbir a las presiones extranjeras.

El experto subrayó además que Estados Unidos pretendía hacer incursiones estratégicas en el sur de Asia y en la región del océano Índico con la ayuda de India. Subrayó que esto formaba parte de una estrategia global más amplia de EE.UU. para contrarrestar a China, en la que ve a India como un socio crucial.

«Las recientes declaraciones conjuntas de India y EE.UU. y la declaración de la Reunión de Ministros de Asuntos Exteriores Quad (FMM) abogan por aumentar la cooperación en el sur de Asia. Sin embargo, India ha dejado claro que no formará parte de ningún marco de alianza liderado por Estados Unidos. En términos generales, la política exterior de India ha pasado de ser no alineada durante la Guerra Fría a ser multialineada en la actualidad. En ambos casos, India ha seguido manteniendo su autonomía estratégica», explicó Pandya.

Las declaraciones conjuntas de ambos países sobre el sur de Asia indicaban que Estados Unidos veía a India como un «baluarte» contra China, afirmó.

Mientras tanto, el experto afirmó que los responsables políticos indios se mostraban cautelosos a la hora de asumir ese papel, y añadió que Nueva Delhi ha rechazado sistemáticamente los esfuerzos de mediación estadounidenses en la disputa fronteriza con China.

Divergencia entre India y Estados Unidos sobre Bangladesh

El tono y el tenor de las declaraciones indias y estadounidenses sobre la destitución de Hasina fueron notablemente diferentes, subrayó Pandya.

«No me sorprende que Estados Unidos no haya criticado con dureza las protestas violentas y el vandalismo que tuvieron lugar en Bangladesh en el periodo previo a la destitución de Hasina. De hecho, ellos son los principales responsables de haber orquestado o fomentado este golpe», afirmó el jefe del think tank.

Pandya mencionó que el Departamento de Estado estadounidense «acogía con satisfacción» la formación de un «gobierno provisional» en Bangladesh. El martes, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, pidió a los nuevos jefes de Estado que «investiguen de forma cuidadosa y creíble todos los ataques» que tuvieron lugar en el periodo previo a la destitución de Hasina, en un intento de aumentar la presión sobre la ex primera ministra de 76 años.

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Ben Cardin, también saludó el golpe contra la líder de Bangladesh elegida democráticamente como «el poder transformador de la acción colectiva».

«Tras más de una década de un gobierno que reprimió sistemáticamente a la oposición, manipuló los tribunales y armó a los servicios de seguridad contra sus propios ciudadanos, hoy celebramos la renovada oportunidad de Bangladesh de restaurar una democracia basada en sus principios constitucionales», declaró Cardin en un comunicado el martes.

Por otra parte, el ministro indio de Asuntos Exteriores, S. Jaishankar, declaró el martes ante el Parlamento que Nueva Delhi seguía profundamente preocupada por la situación en Bangladesh, y tomó nota de los ataques contra infraestructuras públicas y minorías en vísperas del vuelo de Hasina de Dacca a Nueva Delhi.

El miércoles, India también redujo su presencia diplomática enel país cerrando temporalmente su misión en Sylhet por motivos de seguridad.

Comentando las diferentes perspectivas de India y Estados Unidos, el ex embajador indio Anil Trigunayat, miembro distinguido del think tank Vivekananda International Foundation (VIF), con sede en Nueva Delhi, fustigó a Washington por comportarse como una «hiperpotencia».

«Estados Unidos está a 10.000 km de distancia y se comporta como una hiperpotencia. Pero Bangladesh es vecino de India, donde tenemos ciudadanos, empresas e intereses indios. Por lo tanto, nuestra preocupación por la seguridad y la estabilidad del país es natural», declaró Trigunayat a Sputnik.

Subrayó que India siempre ha apoyado al pueblo de Bangladesh, ya que ambos países están conectados por la cultura y la historia.

* Organización terrorista prohibida en Bangladesh

Traducción al español para Geopolitika.ru
por el Dr. Enrique Refoyo
Fuente: https://sputniknews.in/

por  MK BHADRAKUMAR

El ministro de Asuntos Exteriores de la India, Dr. Subrahmanyam Jaishankar , se reunió con el miembro del Buró Político del Comité Central del PCC y ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, Vientiane, Laos, 25 de julio de 2024.

Existe la expectativa de que el primer ministro Narendra Modi dé prioridad a un cambio histórico en las relaciones de la India con China como legado de sus 15 años en el poder. De hecho, las cosas se están moviendo en esa dirección. 

Un alto funcionario indio dijo a la agencia nacional de noticias PTI sobre la necesidad de adoptar un «enfoque matizado» hacia las inversiones extranjeras directas (IED) de China, y que el gobierno está abierto a considerar propuestas de IED de Beijing en sectores que involucran tecnologías de punta como vehículos eléctricos y baterías, así como bienes de equipo modernos de diferentes tipos. 

Esto coincide con un cambio palpable en la política india durante el último semestre. La interacción de tres factores clave explica este cambio. En primer lugar, la estabilización de la situación fronteriza, gracias al nuevo mecanismo para gestionar las tensiones fronterizas (‘zonas de amortiguamiento’ para separar a los dos ejércitos donde ambas partes retirarían tropas y cesarían todas las patrullas) está teniendo consecuencias positivas.

Esas zonas ya se han   establecido en cinco de los siete puntos de inflamación. El gobierno no se ha jactado de este logro notable, pero su sinergia en vínculos comerciales más estrechos es importante para ambos países que enfrentan los vientos en contra de la escalada de barreras comerciales en todo el mundo. Ha habido una relajación constante de   las restricciones indias sobre visas para profesionales chinos en algunas   industrias selectas.

En segundo lugar, este cambio pragmático también subraya la urgente necesidad de la India de tecnología, inversión y experiencia chinas para satisfacer sus necesidades industriales inmediatas. La semana pasada, el principal asesor económico, Anantha Nageswaran, había declarado en el estudio económico anual que Delhi debería centrarse en la IED de China para impulsar las exportaciones de la India a Estados Unidos y otros países occidentales, y ayudar a mantener bajo control el creciente déficit comercial de la India con Beijing.

El comentario de Nageswaran se produjo después de que los datos del Banco de la Reserva de la India mostraran que la entrada neta de IED en la India cayó un 62,17 por ciento interanual a 10.580 millones de dólares en 2023-24, un mínimo de 17 años. En pocas palabras, la capacidad de la India para atraer inversión extranjera se ha visto amenazada en medio de una combinación de circunstancias adversas: incertidumbre económica mundial, proteccionismo comercial y riesgos geopolíticos, etc. Las inversiones chinas pueden traer fondos a la India, introducir tecnología avanzada y experiencia en gestión, y promover la modernización de las industrias indias y optimización de su estructura económica. 

Un tercer factor tácito es que el entorno geopolítico ha cambiado radicalmente. Sin duda, Rusia ha ganado la partida en la guerra en Ucrania. Este es un duro golpe a la credibilidad de Estados Unidos y la OTAN y ocurre en un momento en que Asia-Pacífico se perfila como otro posible punto de inflamación. Los Estados de la región (excepto tal vez Japón, que se está militarizando rápidamente) no desean ver otra guerra destructiva encabezada por la OTAN en su región. 

El uso de sanciones por parte de Washington como arma tras la guerra de Ucrania tampoco ha sido bien recibido en el Sudeste Asiático. Después de todo, si el Occidente colectivo pudo congelar las reservas de Rusia (aproximadamente 400.000 millones de dólares) y gastar los intereses despreciando el derecho financiero internacional, ¿qué impide tal bandolerismo frente a los países más pequeños de la región? 

Sin duda, la creciente atracción de los BRICS en la región del Sudeste Asiático conlleva un gran mensaje. Tailandia y Malasia son los últimos estados regionales en expresar interés en unirse al bloque. Naturalmente, esto mejorará aún más su relación con China. 

Mientras tanto, las relaciones de la India con los EE.UU. también están un poco mal últimamente tras la renovada implicación de este último con los separatistas khalistani basados ​​en América del Norte. Las acusaciones estadounidenses de que India está tramando planes de asesinato, insinuando la «pistola humeante» que conduce a los niveles más altos del liderazgo político en Delhi, han creado la percepción de que Estados Unidos tiene motivos ocultos para crear puntos de presión sobre los dirigentes del país. Es evidente que Estados Unidos es incapaz de comprender la resiliencia y la centralidad de la autonomía estratégica de la India. 

En semejante entorno, el Quad ha perdido su gravitas. Quad no está en sintonía con las necesidades de los países de la región de Asia y el Pacífico, donde la opción estratégica de la gran mayoría de los países es el desarrollo económico. El nivel de comodidad de China está aumentando porque India no se está sumando a la estrategia de contención de Estados Unidos en su contra. 

Beijing vería con satisfacción los comentarios del Ministro de Asuntos Exteriores, S. Jaishankar, tras la reunión de los FM del Quad en Tokio el lunes, cerrando de golpe la puerta a cualquier papel de terceros para el Quad en las tensas relaciones entre India y China. Dijo: «Tenemos un problema, o, yo diría, un problema entre India y China… Creo que nos corresponde a dos de nosotros hablarlo y encontrar una manera».

“Evidentemente, otros países del mundo tendrían interés en el asunto, porque somos dos países grandes y el estado de nuestra relación tiene un impacto en el resto del mundo. Pero no esperamos que otros países resuelvan lo que realmente es un problema entre nosotros”, añadió Jaishankar. 

India comparte las dudas de los estados de la ASEAN sobre la expansión de la OTAN impulsada por Estados Unidos como organización global centrada en Asia-Pacífico. La reacción de la India ha sido la de fortalecer aún más su independencia estratégica. Curiosamente, la visita de Modi a Rusia coincidió con la Cumbre de la OTAN en Washington. (Vea mi blog titulado  Los lazos entre India y Rusia dan un salto cuántico en la niebla de la guerra de Ucrania )

Una encuesta reciente realizada por el Instituto ISEAS-Yusof Ishak, un grupo de expertos financiado por el gobierno de Singapur, mostró que en Malasia, casi tres cuartas partes de los encuestados dijeron que la ASEAN debería favorecer a China sobre Estados Unidos si el bloque se viera obligado a alinearse con uno de las dos superpotencias rivales. 

India está muy en sintonía con estas tendencias en la región de la ASEAN. La centralidad de la ASEAN es la piedra angular de la política india de Act East, mientras que Estados Unidos sólo habla de labios para afuera y ha trabajado entre bastidores para debilitar la   cohesión y la unidad del grupo. 

En pocas palabras, la fobia avivada por los think tanks, los medios de comunicación y los funcionarios estadounidenses sobre la entente chino-rusa ha perdido fuerza. India, por el contrario, ha fortalecido sus vínculos con Rusia y avanza   hacia la estabilización de sus relaciones con China, haciéndolas predecibles. 

Dado el escenario anterior, el período comprendido entre ahora y octubre en el que está previsto que los BRICS celebren su cumbre bajo la presidencia de Rusia será una fase formativa. La última reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de India y China en Vientiane la semana pasada parece haber ido bien.

La lectura china destacó la declaración de Jaishankar de que “Mantener un desarrollo estable y predecible de las relaciones bilaterales redunda enteramente en interés de ambas partes y tiene una importancia especial para defender la paz regional y promover la multipolaridad. India y China tienen amplios intereses convergentes y enfrentan la sombra que trae la situación en las zonas fronterizas. Pero la parte india está dispuesta a adoptar una perspectiva histórica, estratégica y abierta para encontrar soluciones a las diferencias y hacer que las relaciones bilaterales vuelvan a una senda positiva y constructiva”. (Énfasis añadido.)

El factor decisivo será hasta qué punto se traduce en acción el acuerdo alcanzado en la reunión a nivel de Ministros de Relaciones Exteriores en Vientiane para resolver las cuestiones fronterizas residuales. El «enfoque matizado» de la India para atraer IED de China es un paso en la dirección correcta. Una reunión entre Modi y el presidente chino Xi Jinping al margen de la próxima cumbre de los BRICS en Kazán del 22 al 24 de octubre es totalmente concebible. 

Sin embargo, en una perspectiva a más largo plazo, no hay otra alternativa que descartar las narrativas indias interesadas sobre las relaciones con China basadas en fobias, rivalidades hirvientes e incluso falsedades absolutas, que se han filtrado profundamente en la mentalidad de las elites indias a lo largo de décadas de adoctrinamiento para crear un nuevo pivote positivo y con visión de futuro para una amistad duradera entre las dos naciones. La tarea no es fácil, ya que han proliferado los grupos de interés y los lobbystas estadounidenses están interfiriendo activamente. En última instancia, corresponde a los dirigentes indios mostrar el coraje de la convicción.

Por Consuelo Diéguez *

Atarajan Chandrasekaran, o Chandra, como se le conoce, preside el grupo Tata, el mayor conglomerado empresarial de la India y uno de los mayores del mundo, con unos ingresos de unos 150.000 millones de dólares. Tata posee acerías, bancos, empresas de energía y tecnología, así como marcas simbólicas del refinamiento, como Jaguar y Land Rover. Esta máquina de hacer dinero quiere multiplicar las inversiones en Brasil, todavía pequeñas por ahora, en los próximos años. Por este motivo, el presidente Lula recibió calurosamente a Chandra a finales de marzo, en su oficina, en el Palacio do Planalto.

En el encuentro, Lula celebró los vínculos entre Brasil e India y habló de la importancia de fortalecer la asociación con el miembro más fuerte de los Brics, después de China. Al posar para fotos con Chandra, Lula dio un paso más en su diplomacia presidencial, estrategia que viene ejerciendo desde el inicio de su gobierno con el objetivo de buscar inversiones, incrementar el comercio y, principalmente, influencia en la geopolítica global de Brasil.

“Europa ha perdido su papel de liderazgo en todos los ámbitos. Tanto en el comercio como en la política internacional, mientras los Brics ganan cada vez más importancia”, dijo Lula a Chandra durante la reunión, según uno de los presentes. Por la noche, en una cena en la Embajada de la India en Brasilia – un palacio de líneas modernas y atrevidas, en el Sector de Embajadas, en Lago Sur, en la capital federal – le tocó a Chandra reforzar, frente a empresarios brasileños y extranjeros, políticos y diplomáticos, lo que escuchó anteriormente de Lula. “La geopolítica está cambiando. Estados Unidos y China se están asentando y la India está creando su propio camino”, afirmó, en un breve discurso, en el que presentó el potencial de su país como socio comercial y político de Brasil. “Bajo el liderazgo del Primer Ministro Narendra Modi, la India está emergiendo como líder regional y potencia económica. Ya se ha convertido en la quinta economía mundial y, en los próximos cinco años, será la tercera”, afirmó el ejecutivo. Esto significa que su país espera, en poco tiempo, desplazar a dos de las mayores economías del mundo: Japón y Alemania, sólo por detrás de China y Estados Unidos.

Chandra luego pasó al punto central de la conversación que tuvo con Lula: los Brics. «India y Brasil son dos de los países más importantes del Sur Global y de los BRICS». Brasil, dijo, tiene recursos naturales gigantescos, como petróleo, gas, mineral de hierro, además de bosques y fuentes de energía limpia. “Son dos naciones muy amigas y a ambos gobiernos les gustaría que sucedieran más cosas. Tanto en el flujo comercial como en la sostenibilidad, en la producción de alimentos, en la transición energética, en la tecnología, entre otras cosas”. Son áreas en las que Europa ha ido perdiendo importancia y competitividad, mientras que los países Brics ganan cada vez más espacio. Hasta el punto de que el bloque empezó a ser visto como una molestia por parte de los países más ricos. Y en ocasiones incluso como una amenaza en el futuro.

ohBrics surgió de un acrónimo creado por un ejecutivo del banco estadounidense Goldman Sachs, en 2001, para designar a un grupo de países emergentes -inicialmente, Brasil, Rusia, India y China- cuyas economías llamaban la atención por su gran potencial de crecimiento. El apodo acabó animando al grupo a unirse, en 2009, en un bloque del mismo nombre, al que también se uniría Sudáfrica.

A pesar de que estos países destacan en el escenario mundial, especialmente China, los Brics eran vistos hasta hace poco por las economías del G – 7 (grupo que reúne a Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Japón) como un bloque. con más divergencias que intereses comunes, lejos de representar riesgo alguno para los dueños del mundo. Esta indiferencia se ha mantenido sin cambios durante las últimas dos décadas, a pesar de la expansión acelerada de China y la India.

La advertencia de que algo nuevo podría desafiar la hegemonía del G – 7 llegó el año pasado con la entrada de cuatro socios más al bloque: los Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía. Se espera que Arabia Saudita selle su participación este mes. Se incluyó a Argentina, pero el presidente Javier Milei renunció a la asociación. El bloque se volvió más heterogéneo, especialmente desde el punto de vista político, al mezclar dictaduras y democracias en una misma canasta, pero se convirtió en un coloso económico. Los Brics ampliados, o Brics+, como se les llama, representan (con la participación de Arabia Saudita) el 46% de la población del planeta, el 38% del PIB  y el 23% de las exportaciones globales, además del 43% de la producción mundial de petróleo. Entre las diez economías más grandes del mundo, tres (China, Brasil e India) pertenecen a los BRICS.

China, naturalmente, es el buque insignia del grupo. Cuando se crearon los Brics en 2009, el PIB chino , según la revista The Economist , representaba el 47% del PIB del bloque . En 2022 ya era del 70%. En el comercio entre los BRICS, la participación de China era del 55% en 2001 y saltó al 69% en 2022. En términos globales, con un PIB  de 19,9 billones de dólares, los chinos ocupan el segundo lugar después de Estados Unidos, que con un PIB de 25,3 billones de dólares. sigue siendo la economía más grande del mundo.

La creación de los BRICS, como me dijo un diplomático brasileño, “fue un ejercicio diplomático creativo”. Reunió a países que no tenían muchos vínculos directos, pero que, con la creación del bloque, lograron agilizar algunos mecanismos de intercambio. “En una mesa se reunieron líderes de cinco países que han cobrado relevancia”, dijo. «Esto hizo que los tratos fueran mucho más rápidos, principalmente porque las conversaciones siempre fluían bien».

Los especialistas en geopolítica y comercio internacional apuestan a que los BRICS no desplazarán la supremacía occidental en el corto plazo. Pero existe una creencia generalizada de que, por primera vez desde su creación en 1944, el sistema de Bretton Woods –que sentó las bases del orden mundial liberal, con sus organismos tentaculares, como el FMI , el Banco Mundial, así como el La ONU , que nació de los escombros de la Segunda Guerra Mundial, está siendo cuestionada. Al igual que la Organización Mundial del Comercio ( OMC ), creada en 1995. Todas estas organizaciones comenzaron a decaer, perdiendo relevancia y credibilidad. El caso más dramático tal vez sea el de la ONU , que se ha ido desmoralizando ante los ojos del mundo por su incapacidad para influir en la resolución de guerras, como las entre Rusia y Ucrania, o como ejemplo de lo ocurrido en los EE.UU. principios de la década de 2000, cuando no pudo evitar que Estados Unidos atacara Irak y Afganistán. El testimonio más reciente de la tibieza de la organización es su completo fracaso a la hora de impedir la masacre de palestinos por parte de Israel, en represalia por el ataque de Hamás el 7 de octubre del año pasado.

La brutal reacción de Israel, tratada como genocidio por la comunidad internacional, incluido el secretario general de la ONU , Antonio Guterres, y los países miembros de la organización, ya ha matado a casi 40.000 civiles palestinos, ha herido gravemente a unos 80.000 y ha destruido casi por completo la Franja de Gaza. El 20 de mayo, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, pidió a los jueces que emitieran órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y tres altos líderes de Hamás por crímenes de guerra. La Corte Internacional de Justicia de la ONU  ordenó a las fuerzas israelíes abandonar Rafah, pero Netanyahu, desafiando a la institución, bombardeó la región el 26 de mayo.

Al no poder detener el ataque, como resultado de los vetos de Estados Unidos, la ONU expuso su ineficacia a la hora de intermediar en los enfrentamientos, la razón principal de su existencia. Para académicos, como los estadounidenses John Mearsheimer, de la Universidad de Chicago, y Jeffrey Sachs, de la Universidad de Columbia, dos críticos de la acción de Occidente tanto en el conflicto de Ucrania como en el de Palestina, la tendencia es la creciente pérdida de influencia de los Estados Unidos. Estados Unidos y Europa en zonas afectadas por guerras.

La opinión es compartida por el embajador brasileño retirado José Maurício Bustani, ex director general de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). “La ONU tal como está se acabó. Ya no tiene razón de existir, porque está subordinado a la voluntad de Estados Unidos”, me dijo, durante una conversación en su apartamento, en Río de Janeiro, con vistas al Pan de Azúcar. «Y Estados Unidos siempre tiene la última palabra, incluso si los otros 192 países están en contra de ellos».

Los errores de Estados Unidos y sus aliados, especialmente los europeos –que podrían conducir a la pérdida de la supremacía del bloque– no se limitan a la geopolítica. En el terreno comercial, los países del grupo han abusado de estrategias desastrosas, que terminaron por debilitar sus economías. Empezando por las medidas proteccionistas adoptadas en los últimos años, reduciendo drásticamente el comercio con sus antiguos socios y aliados. Este es el caso de Brasil. Resultado: las exportaciones brasileñas a China, el año pasado, fueron mayores que la suma de sus exportaciones a Europa y Estados Unidos. Es la primera vez en la historia que esto sucede.

El cambio de rumbo se aceleró bajo la administración de Donald Trump, cuando Estados Unidos dejó de nombrar jueces de la OMC para juzgar disputas en transacciones entre países, estrategia mantenida por Joe Biden. “Como los estadounidenses casi siempre perdían los litigios, dejaron de nombrar jueces y decidieron abandonar la organización. Entonces, hoy no hay nadie que resuelva las diferencias, como los subsidios, las barreras y el proteccionismo que comenzó a adoptar la administración Trump para bloquear el ingreso de productos chinos a Estados Unidos”, explicó Bustani.

Una vez establecida la inseguridad en los intercambios comerciales con estadounidenses y europeos, cuando las reglas comerciales comenzaron a ser irrespetadas, China aceleró su estrategia de búsqueda de nuevos socios. Brasil es uno de los que entró en ese vacío, considerando que estaba en disputa con sus socios occidentales históricos, especialmente Francia y Estados Unidos, debido a las barreras impuestas a los productos brasileños.

Marcos Caramuru, embajador de Brasil en China entre 2016 y 2018, es un gran experto en Asia. En una conversación a finales de marzo, en un café de Ipanema, evaluó los cambios que se están produciendo en el mundo, no sólo con el crecimiento de China, sino con la percepción errónea de las grandes potencias de que las reglas del juego eran inmutables. y siempre se inclinaría a su favor. En los últimos siglos, recordó Caramuru, el mundo estuvo dominado por valores occidentales, como la democracia, el capitalismo liberal y las libertades individuales. “Ahora nos enfrentamos a una realidad en la que los asiáticos han crecido, se han vuelto relevantes y ahora tienen relaciones comerciales globales y una voz activa”. De esta manera, el mundo avanza hacia la multipolaridad, con más países influyendo en el tablero geopolítico y comercial.

En el conjunto de errores cometidos por Estados Unidos, lo más destacado, según Caramuru, fue tratar a China como una amenaza en términos de tecnología, equipamiento militar y su asociación comercial con 140 países. En lugar de buscar algún tipo de acercamiento, Estados Unidos insistió en la rivalidad, castigando al país con diversos obstáculos a sus exportaciones. Para empeorar las cosas, evaluó Caramuru, la política interna estadounidense desde la llegada de Trump ha sido un desastre. “No sólo han aumentado enormemente las dudas sobre la calidad de la democracia estadounidense sino que también ha aumentado enormemente el liberalismo económico. Estados Unidos comenzó a otorgar subsidios y crear barreras comerciales, en contra de su orden liberal. La falta de reglas resultó en competencias desleales, como fue el caso en Brasil”.

Continuó su análisis: “La verdad es que, desde el punto de vista del comercio internacional, Estados Unidos es nuestro mayor competidor, porque compite con Brasil por los mercados de carne, soja y maíz”, afirmó. “Es cierto que, desde el punto de vista ideológico, Brasil está mucho más cerca de Estados Unidos, por ser sociedades muy similares, que de Asia. Ambos son países democráticos, con un régimen presidencial, con una gran presencia africana y europea, con valores occidentales similares”. Sin embargo, a pesar de la convergencia, aseguró, desde el punto de vista económico, Brasil está cada vez más cerca de Asia.

En la economía global, el FMI y el Banco Mundial también están eclipsando. Creadas para financiar o ayudar a economías en desarrollo o en crisis, estas organizaciones, durante décadas, fueron las principales instituciones globales para otorgar crédito. Sin embargo, los duros requisitos y condiciones para la liberación de préstamos, además de las altas tasas de interés, hicieron que muchos países buscaran nuevas alternativas de financiación, afirmó Caramuru. En el caso de los más pobres, como los de África, se crearon situaciones en las que el pago de la deuda se volvió inviable. Y los chinos olieron la oportunidad.

El Banco de Desarrollo de China ha desempeñado bien el papel de organización crediticia. En muchos casos, se ha convertido en un socio vital para los países en diversos proyectos, aumentando sus vínculos e influencia económica y política en África, América Latina, Medio Oriente y la propia Asia. «Estados Unidos pensó que, al restringir a China, garantizaría su espacio privilegiado en el mundo», afirmó Caramuru. “Todavía creen, con razón, en la gran fortaleza de su economía, que, evidentemente, no será eliminada, principalmente por el hecho de que el dólar sigue siendo la moneda de reserva mundial. También creen que unirán a los países democráticos occidentales a su alrededor”, afirmó. “Pero todo esto es muy discutible. Cuando se piensa en el mundo en su conjunto, se llega a la conclusión de que nosotros, los occidentales, somos una minoría. Siempre nos comportamos como si fuéramos mayoría, pero somos minoría”.

La política de financiación de China a cambio de asociaciones es exactamente el camino que el banco BRICS – Nuevo Banco de Desarrollo, NDB (en sus siglas en inglés) – busca emular, debido a la influencia de los chinos. De esta forma, los Brics quieren reducir la dependencia del FMI y el Banco Mundial en las operaciones de crédito, aumentando su influencia en las regiones donde los países del bloque están presentes. Eso es lo que el presidente Lula intentó hacer el año pasado, cuando pidió ayuda financiera al banco para la empobrecida Argentina, que estaba a punto de quebrar.

Tras la victoria de Milei en las elecciones de noviembre, se condonó el préstamo. Milei recurrió al FMI , aunque Argentina ya ha incumplido dos veces con el fondo. Ahora, el BND debe prestar 5.750 millones de reales al gobierno brasileño para ayudar a Rio Grande do Sul, afectado por las inundaciones.

Creado en 2015, el NDB , ahora bajo el mando de la ex presidenta Dilma Rousseff, es el resultado más visible de los esfuerzos de los Brics para contrarrestar la hegemonía del G – 7 , especialmente después de la entrada de los Emiratos Árabes Unidos (y los casi cierta adhesión de Arabia Saudita), cuyo capital financiero contribuirá a fortalecer el flujo de caja de la institución. “El banco de los Brics todavía no es lo suficientemente grande en comparación con el FMI ”, me dijo durante una conversación telefónica el economista Paulo Gala, de la Fundação Getulio Vargas, académico del bloque.

Gala cree, sin embargo, que el NBD  será una alternativa a las organizaciones crediticias tradicionales. «El banco Brics es el embrión de una estructura financiera que podría tener un espacio muy relevante en el mundo». Se trata de una institución, destacó, asociada a China, con estupendas reservas de alrededor de 3 billones de dólares, ocho veces mayores que las reservas brasileñas, por ejemplo. “Está claro que China no va a desperdiciar sus reservas en el banco, del mismo modo que Estados Unidos no utiliza sus reservas en el FMI . Pero tener un socio de semejante gigantismo en el bloque da la dimensión del apoyo a esta nueva organización”.

Marcos Caramuru sigue la misma línea. “No se podía tener un banco de desarrollo con cinco miembros para siempre, porque la financiación la hacían ellos y los préstamos sólo se hacían entre ellos”, comentó el embajador, refiriéndose a los socios originales del Brics. “La entrada de los Emiratos Árabes Unidos, y probablemente de Arabia Saudita, que tienen un gran peso económico, es importante porque da más vitalidad y credibilidad al banco. Con los vaivenes del mercado financiero internacional, es necesario que existan otros países con suficiente capital y peso para sostener la institución”.

La adhesión de nuevos socios al bloque, sin embargo, va más allá del sentido económico. Detrás de esta asociación hay una connotación geopolítica que preocupa a Occidente. De los cinco nuevos miembros, tres están en Medio Oriente (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Irán) y el cuarto, Egipto, está en África, pero en el borde de la región. De los cuatro, uno de ellos, Irán, es un enemigo histórico de Occidente. Sin mencionar la relación también turbulenta entre China y Rusia –socios fundamentales de los Brics– con Estados Unidos. En el caso de Rusia, debido a la guerra en Ucrania, la situación es de abierta hostilidad.

ALa guerra de Israel contra Palestina, apoyada por los europeos del G – 7 y Estados Unidos, sacudió aún más la confianza de los países árabes en Occidente. Esto incluye dos socios leales a los estadounidenses: Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. A pesar de los vínculos con Washington, los dos países tienen, por razones religiosas e históricas, más afinidad con sus vecinos árabes que con Israel. Y dejaron clara esta afinidad votando siempre a favor del alto el fuego en las reuniones plenarias de la ONU .

El distanciamiento de los países de Medio Oriente de Estados Unidos, aunque sea temporal, preocupa al gobierno de Joe Biden. Desde el inicio de los bombardeos sobre Palestina, ante la reacción negativa de la comunidad internacional y de una parte de la opinión pública estadounidense, expresada últimamente en protestas universitarias en todo el país, el riesgo electoral de Biden ha aumentado en las elecciones de noviembre, en las que se enfrentará Triunfo. El temor es que muchos de estos jóvenes, aunque no apoyen a Trump, dejen de acudir a las urnas para votar por Biden, lo que podría contribuir a su derrota. Pero también existe preocupación por la disminución de la influencia de Estados Unidos en la región, abriendo más espacio para China y, ahora, para los Brics+.

Biden, según la prensa estadounidense, advirtió a Netanyahu que la persistencia de los ataques podría tener consecuencias negativas para ambos países. Netanyahu ignoró el llamado a un alto el fuego. Y Biden, presionado por el fuerte lobby judío en Estados Unidos, continuó donde siempre estuvo. Tal comportamiento llevó al economista estadounidense Jeffrey Sachs, de ascendencia judía, a llamar a Estados Unidos “vasallo de Israel” durante una entrevista para un programa de noticias en YouTube. “Sólo hay un país capaz de detener esta guerra. Y son los Estados Unidos los que, sin embargo, no imponen ningún límite a Israel y al gobierno más derechista y más radical de la historia del país”, afirmó, mostrando indignación.

La guerra contribuyó a socavar la influencia estadounidense en Oriente Medio, que ya estaba siendo cuestionada. Empezando por la entrada de los Emiratos Árabes Unidos y la probable adhesión de Arabia Saudita a los BRICS, por invitación de China. Además, China, aprovechando la brecha estadounidense en la región, logró, a través de su diplomacia, lograr el impensable acercamiento entre Irán y Arabia Saudita, roto durante décadas. «Nunca ha habido un desacuerdo internacional de esta magnitud que no haya sido resuelto por un país occidental», me aseguró Caramuru. «De esta manera, China ha ampliado enormemente su diálogo en la región». La muerte del presidente iraní, Ebraim Raisi, en un accidente de helicóptero en mayo no debería afectar al acuerdo, según los analistas.

La represalia occidental fue un pacto creado por Estados Unidos en el que Arabia Saudita reconocería al Estado de Israel. La alianza traería beneficios no sólo a los israelíes, cuya debilitada economía recibiría inversiones de poderosos fondos sauditas, sino también a Estados Unidos, que esperaba, normalizando las relaciones entre sus dos aliados históricos, recuperar la influencia perdida y detener la expansión de China. en Oriente Medio. Con el ataque del 7 de octubre por parte de Hamás, el acuerdo se vino abajo, aunque Estados Unidos sigue intentando acercarlo. Se especula que uno de los objetivos de Hamás era precisamente hacer descarrilar el acuerdo entre saudíes e israelíes, que estaba a punto de firmarse. Hamás temía que si Arabia Saudita reconociera a Israel, otros países árabes harían lo mismo y los palestinos quedarían aislados en la región.

tTodo esto es nuevo para un mundo que antes estaba acostumbrado a seguir las reglas dictadas por Occidente, bajo el liderazgo de Estados Unidos. Hasta hace poco, la comunidad internacional creía que el sistema de Bretton Woods era inquebrantable. Las reglas capitalistas y liberales lideradas por Estados Unidos, después de salvar a Europa en la Segunda Guerra Mundial, parecían tan bien cimentadas que, en 1989, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama publicó su famoso ensayo ¿ El fin de la historia? .

Fukuyama imaginó un horizonte en el que los “valores” occidentales tendrían un poder inquebrantable. Las democracias occidentales habían ganado la partida, el sistema capitalista había triunfado y el orden internacional, bajo el mando estadounidense, se había solidificado. Habría una adhesión progresiva a este sistema. A falta de una alternativa, todo el mundo estaría de acuerdo en que éste era el modelo ideal a seguir.

La historia, como sabemos, no ha terminado y está demostrando que el sistema de Bretton Woods ya no es tan sólido. Ya sea por la arrogancia y la indiferencia de los ricos, el descontento de los pobres, el surgimiento de un fuerte nacionalismo, el giro de algunas democracias hacia gobiernos autoritarios y, principalmente, el florecimiento de nuevas potencias dispuestas a luchar por un lugar en el sol. en el club de Richer. Entre ellos, los países Brics.

El embajador retirado Marcos Azambuja, que tuvo una importante carrera en Itamaraty, sigue con diligencia el cambio global. Para él, está claro que la supremacía occidental se está desvaneciendo. “Estados Unidos se encuentra en una crisis de liderazgo. Es en este contexto que surge el Brics, que es el primer desafío a la hegemonía occidental y a los preceptos de Bretton Woods, después del desmantelamiento de la Unión Soviética, a principios de los años 1990 del siglo pasado”, afirmó, durante el almuerzo, en el Zona Sur de Río. “La Unión Soviética, sin embargo, no fue un desafío científico, económico o comercial. Lo que ella defendía era un sistema más eficaz que el de Occidente y que no funcionó”.

En el caso de los Brics, continúa Azambuja, la situación es diferente. “Los BRICS no representan un desafío militar o ideológico a Estados Unidos. Lo que sugieren los países del bloque, principalmente debido a la fortaleza económica de China e India, es una nueva competencia, una capacidad para hacerlo mejor. Y, sobre todo, el bloque sugiere el desplazamiento del poder, con el Océano Pacífico, y no sólo el Atlántico Norte, como punto de atracción”.

La cuestión, evalúa el embajador, es que Estados Unidos parece ajeno a estos cambios: “Después de la Segunda Guerra Mundial, el único desafío de los estadounidenses era la Unión Soviética”. Ahora, el país enfrenta el desafío de todos los grandes imperios: China, Rusia e India. “Estados Unidos no se dio cuenta de que su hegemonía después de la guerra era un momento mágico. En lugar de utilizar el poder adquirido en las últimas ocho décadas para rediseñar un poco el mundo a su imagen y semejanza, pero donde otros también tenían espacio, ellos, en un ciclo de autosuficiencia, quisieron ser, solos, los únicos. superpotencia”, añade Azambuja.

Los BRICS son una demostración de que la estrategia no funcionaría para siempre y, poco a poco, el mundo empieza a salir de la unipolaridad. Rusia, al igual que Estados Unidos, es una superpotencia natural. “La Unión Soviética ya no existe, pero Rusia sigue siendo una superpotencia. El comunismo fue una doctrina que no prosperó, pero Rusia no se acabó y ahora emerge más fuerte. Es un país con once husos horarios, que es más grande que Estados Unidos, más grande que China, dos veces más grande que Brasil”.

Vladimir Putin, afirmó Azambuja, a pesar de todas las críticas a su régimen autocrático, está empezando a ser visto en su país como una especie de Pedro el Grande, el zar que modernizó Rusia. En este paralelo, Putin es el hombre que devolvió la grandeza a la Madre Rusia y la hizo crecer militarmente nuevamente. China, para Azambuja, es un caso fascinante, pues ya no es una potencia emergente, dado que vuelve a ser lo que alguna vez fue: el imperio del centro. “China tiene una inmensa capacidad de crecimiento y ya ha sacado de la pobreza a 700 millones de sus habitantes. Se trata de reconstruir la Ruta de la Seda, hacer enormes inversiones, comprar y vender cada vez más a todo el mundo”.

Lo mismo ocurre con la India, otro antiguo imperio que hoy está bastante avanzado en términos tecnológicos. En este gran escenario, Brasil también destaca. “Por primera vez Brasil es visto como una potencia. No militar, sino agrícola, mercantil, territorial, económico”, evaluó el embajador. Los cuatro países, por estas características, no pueden ser derrotados, según Azambuja. No por su competencia militar, sino por su tamaño: “Brasil es invencible. No porque sea capaz de ganar una guerra, sino porque es indigesto”.

A Casas Casadas, en el barrio de Laranjeiras, en Río de Janeiro, forma un hermoso conjunto arquitectónico del siglo XIX , de estilo neoclásico. Allí, en una de las casonas catalogadas por la alcaldía, está la sede del Brics Policy Center, el Centro de Estudios e Investigaciones Brics, vinculado al Instituto de Relaciones Internacionales, de la Pontificia Universidad Católica ( PUC -Rio). Allí me reuní con la directora del centro, Marta Fernández, una tarde de febrero, la misma semana en que se desarrollaba en Río la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G – 20 , el grupo que reúne a las veinte mayores economías del mundo. de los cuales cinco son del BRICS, incluido Brasil.

Fernández hizo un análisis optimista de la situación de Brasil en el escenario mundial y en los BRICS, aunque ve con preocupación las tensiones geopolíticas y económicas en Europa y Oriente Medio. «Creo que Brasil tiene mucha fuerza en este momento», afirmó. “No sólo porque será sede de la reunión del G – 20 de este año [ en noviembre habrá una reunión de los presidentes de los países del bloque, también en Río ], sino porque será sede de la COP- 30 , en Belém, y de los Brics. , el año que viene viene. Estos eventos no se pueden ver por separado, porque se discutirán temas en los que Brasil tiene un peso importante, especialmente el cambio climático y la transición energética”. Y continuó: “Este es un tema en el que tenemos credenciales. Contamos con una matriz energética limpia, un compromiso con la sostenibilidad y un deseo genuino de evolucionar hacia una economía baja en carbono. Si llegaremos allí o no es otra cuestión”.

Pero la cuestión ambiental es, al mismo tiempo, una ventaja y un obstáculo. Así como defiende las energías limpias, Lula fomenta las energías fósiles, como la producción de petróleo, también en la desembocadura del río Amazonas, una contradicción cuestionada recientemente por la revista The Economist . Brasil, sobre este tema, dice que quiere liderar el proceso de transición con energía, pero de manera justa. Esto significa que los países pobres, como los africanos, sólo podrán hacer la transición enérgicamente si reciben asistencia financiera de los ricos. “Están enterrados en deudas. Es imposible realizar esta transición sin la ayuda de bancos como los Brics y las organizaciones de Bretton Woods. Esto es lo que defiende Lula”, dijo Fernández.

En otra controversia, Lula apareció en una ceremonia en una de las fábricas de JBS en abril para celebrar la autorización del matadero para exportar a China. Lula pronunció un discurso entusiasta, junto a sus hermanos Wesley y Joesley Batista, dueños de la empresa, diciendo que estaba “muy orgulloso” de la posición de JBS como el mayor productor de proteína animal del mundo. Con esto, Lula se expuso a las críticas, ya que los hermanos Batista han sido acusados, incluso en el extranjero, de comerciar con ganado de zonas deforestadas y de subvaluar los datos sobre su producción de carbono.

Además de la cuestión medioambiental, otros temas que estarán en la agenda de estos tres eventos –los Brics, el G – 20 y la COP – 30– son la pobreza y la desigualdad, la renegociación de la deuda de los países más pobres, la reforma de las instituciones globales, y, por supuesto, la inestabilidad geopolítica. “Creo que Brasil tiene una gran capacidad de articulación, de crear este puente entre Occidente y Oriente”, dijo Fernández. “Brasil tiene esta capacidad precisamente porque no está involucrado en grandes conflictos o disputas comerciales como las que existen entre Estados Unidos y China”.

En este sentido, el director del Centro de Políticas de los Brics da crédito al gobierno de Lula, que -a diferencia de Jair Bolsonaro, que se conformó con la alianza con Estados Unidos- ha ido diversificando sus relaciones exteriores y socios comerciales. Incluso en el comercio con China, país responsable del destino de la mayoría de las exportaciones brasileñas, Fernández cree que Brasil no se ha adaptado. “Brasil exporta productos primarios a China e importa productos industrializados. Mucho se ha hablado del riesgo de desindustrialización, ya que China está entrando fuertemente en América Latina y podría, de alguna manera, quitarle mercado a Brasil, que exporta bienes manufacturados a los países vecinos y a Estados Unidos. Pero Brasil está reaccionando, especialmente en el área energética”.

“La balanza comercial brasileña registró el año pasado un superávit récord de 98 mil millones de dólares. Las exportaciones a China ascendieron a 105 mil millones de dólares. Es la primera vez en la historia que las ventas a un solo país superan los 100 mil millones”, afirma Tatiana Prazeres, secretaria de Comercio Exterior del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, encabezado por el vicepresidente, Geraldo Alckmin.

En conversación telefónica, comentó sobre las relaciones de Brasil con los chinos. “Nuestro desafío comercial es hacer que más empresas brasileñas se beneficien de las oportunidades asociadas a una economía gigantesca”, afirmó. Admite, sin embargo, que las importaciones chinas ejercen presión sobre algunos segmentos de la economía brasileña, al mismo tiempo que las máquinas e insumos chinos ayudan a aumentar la competitividad de los productos brasileños. Además, explicó, también hay inversiones chinas en infraestructura y manufactura en Brasil que ayudan a aumentar nuestra competitividad y ampliar nuestro mercado. “Esta complejidad, esta dualidad en la relación Brasil-China, llegó para quedarse. Nuestro desafío es encontrar la mejor manera de abordarlo”.

El exgobernador y exsenador del PT de Acre, Jorge Viana, ocupa actualmente el cargo de presidente de ApexBrasil, entidad que promueve las exportaciones brasileñas. Lo conocí en un evento en la Embajada de la India, donde Viana circulaba con soltura entre extranjeros y brasileños. Me dijo que su función es abrir mercados con todos los países. “Aunque China es nuestro mayor socio, nuestra relación con Estados Unidos es muy buena. Nuestras ventas de productos manufacturados al mercado americano el año pasado fueron de 30 mil millones de dólares”, afirmó. Y, en referencia a los sectores más a la izquierda del PT que desprecian la relación de Brasil con su socio del Norte, provocó: “No podemos hacer pucheros con Estados Unidos. Son el segundo destino más importante para nuestras exportaciones”. El pragmatismo de Viana es una de las razones por las que algunos de sus pares del PT lo llaman el “tucán del PT ”.

Encuentra divertida la provocación. «Mira», dijo. “China y Taiwán son enemigos, pero negocios separados. Taiwán tiene una balanza comercial con China de 100 mil millones. Es el enemigo que más dinero gana con China. Eso es lo que tenemos que tener en cuenta. Los negocios primero”. No hay enemistad con Estados Unidos, sino rivalidad en algunos productos de nuestra agenda, continuó. Pero la idea es incrementar la relación con el país. Tal es así que Apex promovió una gran reunión en la Embajada de Brasil en Washington, con empresarios brasileños y estadounidenses y expertos comerciales de ambos países. «Tomamos a Embraer, nuestras empresas de jugo de naranja, nuestras empresas procesadoras de proteínas animales, como Marfrig y JBS «, dijo. Según él, el 35% de la carne que se consume en Estados Unidos y el 70% del jugo de naranja provienen de empresas brasileñas.

Viana refuerza que la lucha de Estados Unidos no es con Brasil, sino con China. En 2018, China representó el 23% de las importaciones estadounidenses. La pandemia aumentó esta dependencia, ya que los estadounidenses necesitaban máscaras, respiradores y suministros fabricados por los chinos. Para reducir la peligrosa dependencia, Estados Unidos decidió entrar en una guerra más intensa con el país asiático, reemplazando las importaciones chinas, que posteriormente cayeron al 10% de las importaciones totales. “Lo que intento decir es que perdimos la oportunidad de entrar fuertemente en el mercado estadounidense cuando estaba haciendo esta sustitución de importaciones. No hicimos eso porque no teníamos una estrategia. El volumen de nuestro comercio exterior es casi el mismo que hace diez años. México ha aumentado significativamente las exportaciones a Estados Unidos”, afirmó Viana.

Algunos expertos en comercio exterior, sin embargo, no le dan crédito a México en esta expansión, pues, según ellos, gran parte de las empresas que han surgido en el país para abastecer el mercado estadounidense son chinas. Aún así, Viana está emocionada. “Tenemos que tener estrategias para negociar con Estados Unidos, la economía más grande del mundo. Es importante destacar que la mayoría de nuestras ventas son productos manufacturados, no mercancías. Necesitamos aumentar este espacio”.

El PT culpa al gobierno de Bolsonaro de una parte importante de la pérdida de espacio de Brasil en el mercado internacional. «Utilizo la expresión ‘negocios aparte’ porque no se puede hacer como Bolsonaro, que maldijo a los chinos, se burló de la familia de Emmanuel Macron y atacó a Argentina y Venezuela». La consecuencia, dijo, es que las exportaciones de productos manufacturados de Brasil a Argentina han caído un 40% en los últimos cinco años. El comercio con Venezuela, otro blanco de los ataques del ex presidente, fue de 7 mil millones de dólares, con un saldo positivo de 5 mil millones de dólares para Brasil. Se redujo a 400 millones.

En un intento por desideologizar a las empresas brasileñas, Apex también tomó la medida de trasladar su oficina en Israel a Tel Aviv. La oficina fue trasladada a Jerusalén durante el último gobierno sólo como un gesto ideológico y para complacer al presidente Donald Trump. “El primer ministro Benjamín Netanyahu está participando en este conflicto con Palestina para tratar de mantenerse en el gobierno. Pero pasará. Siempre hemos tenido excelentes relaciones con Israel. Es un país importante y queremos seguir negociando con ellos”.

Aunque los Brics son un gran mercado para Brasil, Viana asegura que el objetivo del gobierno Lula es diversificar el destino de las exportaciones brasileñas. El problema, dijo, es que el fin de la OMC ha empeorado la geografía comercial mundial. El riesgo de guerras comerciales ha aumentado. Es en este momento, evaluó, cuando la diplomacia se vuelve fundamental. Principalmente diplomacia presidencial. «Quien vende aviones Embraer es el presidente, así como quien vende Airbus franceses es Macron», afirmó. “Es el peso del Presidente de la República en las ventas del país lo que ayuda al comercio en momentos en que los organismos internacionales están debilitados. Lula viaja por el mundo no sólo por un acercamiento geopolítico, arruinado por Bolsonaro. Pero económico y comercial. Ya sea con África, Asia, Europa y, ahora, centrándonos en nuestros vecinos, principalmente Chile, Colombia y Uruguay, mientras esperamos bajar la temperatura con Argentina”.

Días después, en conversación telefónica, Viana volvió a hablar sobre la estrategia de diplomacia presidencial de Lula. “Su reunión con Macron fue una fiesta. Aunque Macron se resistió al acuerdo Mercosur-Unión Europea, allí casi hubo una boda”, bromeó, refiriéndose a la visita del francés a Brasil en marzo. “Además, Lula ha recibido a jefes de países europeos, como el canciller alemán Olaf Scholz y el primer ministro español, Pedro Sánchez, defensores del acuerdo entre ambos bloques”.

“Desde el punto de vista de las exportaciones, tenemos todo un mundo en crecimiento. Seguimos siendo el exportador número 23 del mundo. Nuestra participación en la economía global es del 2%, es decir, nada”. Y, nuevamente, culpó a Bolsonaro de parte del desastre. “Perdimos protagonismo no sólo en las exportaciones, sino en la política mundial, en el debate sobre el cambio climático, en la transición energética. Precisamente las áreas donde Brasil es líder. Eso es a lo que Lula está tratando de volver”, aseguró.

Oh Brasil: A a pesar de ser un socio importante de los Brics, tiene una estrategia pragmática. No estará en desacuerdo con nadie debido a conflictos entre los miembros del bloque y las naciones occidentales, o viceversa. “Ni siquiera los Brics apuestan todas sus fichas por los Brics. ¿Por qué Brasil haría esto?”, me dijo un diplomático brasileño. En última instancia, no se trata sólo de pragmatismo. Los miembros de los Brics, aunque el bloque está creciendo como un importante frente comercial, no piensan ni actúan de manera cohesiva, como los países del G – 7 , que siguen lealmente las decisiones de Estados Unidos.

“Los BRICS tienen una particularidad que llama la atención”, afirmó el embajador Marcos Azambuja. “Nunca he visto una organización internacional que no se haya creado en torno a un país hegemónico. En el caso de los BRICS, para empezar, tres de ellos, Rusia, China y la India, son potencias nucleares. Y, de los cinco fundadores, ninguno quiere subordinarse a nadie. Es una tribu que sólo tiene jefes. Son líderes sin seguidores. Debido a esto, es difícil imaginar, por ahora, que sean una amenaza a corto plazo para la supremacía estadounidense, pero está claro que tienen el potencial para hacerlo”.

No es sólo esta independencia entre sus pares lo que hace de los Brics un bloque distinto. Los países del bloque tienen problemas entre ellos. China y la India, por ejemplo, tienen disputas territoriales, que empeoraron con el ascenso del primer ministro Narendra Modi, un nacionalista inflexible y de derecha. Rusia y China mantienen rivalidades, que por ahora se han visto suavizadas por el acercamiento entre ambas provocado por la guerra en Ucrania. India, a su vez, tiene una relación tumultuosa con los musulmanes y ahora tendrá que coexistir con Irán, los Emiratos Árabes Unidos y, probablemente, Arabia Saudita.

Más allá de las rarezas, el bloque ganó peso en la escena internacional. “Antes de los Brics sólo nos invitaban a tomar un café”, dijo un diplomático brasileño. “Quiero decir, los países del G – 7 decidieron y los demás llegaron al final de la reunión simplemente para aceptar las decisiones. Los BRICS se volvieron relevantes porque tienen países relevantes. Queremos ser parte de las decisiones”. La situación del G – 7 es completamente diferente. Allí mandan los Estados Unidos y obedecen Europa y Japón, afirmó Azambuja. Los socios del bloque fueron rehenes de los estadounidenses, principalmente por razones de seguridad militar. Estados Unidos es el mayor financista de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que brinda apoyo militar a sus miembros.

Una gran demostración de este sometimiento se produjo en la invasión de Irak por parte de Estados Unidos en 2003, bajo la justificación de que Saddam Hussein tenía un arsenal de armas químicas. El embajador José Maurício Bustani, entonces en su segundo mandato a cargo de la agencia de prohibición de armas químicas de la ONU , había obtenido previamente carta blanca de Irak y Libia para inspecciones in situ . Si no tenían nada, no tenían nada que temer. “Ya habíamos recibido información de algunos servicios secretos de que realmente no tenían este tipo de arma”, recordó Bustani, en la conversación en su casa. Bueno: como la verdad no era de interés para Estados Unidos, los estadounidenses comenzaron a presionar para que se fuera Bustani e invadieron Irak, donde murieron 315.000 personas y nunca se encontraron armas químicas.

Aunque conocían las sombras detrás de escena, los miembros del G – 7 se mantuvieron cohesivos y obedientes al liderazgo estadounidense. En 2014, cuando Rusia anexó Crimea, en una advertencia a las potencias occidentales de que no permitiría que Ucrania (propietaria de Crimea) se uniera a la OTAN, como quería Estados Unidos, los rusos fueron expulsados del entonces G – 8 que, pasó a denominarse GRAMO – 7 . Además, por decisión del grupo y, nuevamente, contrariamente a la ONU , se impusieron fuertes sanciones unilaterales al país.

Las escaramuzas de Rusia con la OTAN comenzaron en 2007, en la Conferencia de Munich. Allí Putin ya se había quejado de la expansión de la OTAN hacia sus fronteras. Y pronunció un discurso en el que llamó la atención sobre el hecho de que, con el colapso de la Unión Soviética, el orden global había cambiado y el mundo había quedado bajo el dominio de Estados Unidos. “Sólo existe un centro de autoridad. Un centro de fuerza, un centro de toma de decisiones. Es un mundo en el que hay un amo, un soberano”, afirmó. Según él, “este maestro y sus aliados se sintieron capacitados para usar la fuerza contra sus adversarios y no soportar las consecuencias”.

Putin no se refería sólo a las guerras en Irak y Afganistán, sino también a los bombardeos de la OTAN contra Serbia, aliada de Rusia, en 1999. El ataque fue condenado por la ONU como una injerencia indebida en los asuntos internos de Serbia, que se enfrentaba al movimiento separatista en la región de Kosovo. «Hoy somos testigos del uso exacerbado de la fuerza militar en las relaciones internacionales, que está hundiendo al mundo en un abismo de conflictos permanentes», afirmó Putin. Como si ya hubiera anunciado su intención de reaccionar, advirtió: “Y, por supuesto, esto es extremadamente peligroso. Esto se debe al hecho de que nadie se siente seguro. Quiero enfatizar esto: nadie se siente seguro”.

Estados Unidos había aprovechado el fin de la Unión Soviética en 1991 para expandir su poder en Europa del Este. En aquel momento, el Pacto de Varsovia, la organización militar de los países del Este, ya se había disuelto. Uno a uno, los antiguos satélites de la Unión Soviética –la República Checa, Hungría, Polonia, Bulgaria y Rumania, seguidos más tarde por los países bálticos– se incorporaron a la OTAN, sin que una Rusia debilitada pudiera reaccionar.

Sin embargo, con Putin, un ex agente de la KGB con una perspectiva nacionalista y autocrática, la situación cambió. En abril de 2008, en la cumbre de la OTAN en Bucarest, Rumania, según un informe de John Mearsheimer, de la Universidad de Chicago, Putin, que asistía a la reunión como invitado, se enfureció al enterarse de las intenciones de la organización de seguir avanzando. hacia el Este. En aquella reunión quedó clara la intención de Estados Unidos de permitir que Georgia y Ucrania se unieran a la OTAN, lo que supondría la instalación de las bases militares de la alianza a las puertas de Rusia. En el informe de Mearsheimer a la revista New Yorker , Putin afirmó que eliminaría a Ucrania y Georgia antes de que se unieran a la organización.

En ese momento, Rusia comenzaba a salir de la crisis en la que se había hundido tras la disolución de la Unión Soviética, pero aún mantenía relaciones amistosas con Occidente. Por lo tanto, como dice Mearsheimer, no representaba ningún peligro para Europa, aunque había sido humillada por Occidente por no haber sido aceptada en la OTAN. En la reunión de Bucarest, Alemania y Francia, encabezadas por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, así como Italia, Bélgica y los Países Bajos, votaron en contra de la ampliación de la OTAN, pero, de nuevo, consintieron frente a Estados Unidos, que mantuvo la decisión de ganar ambos países. Cuatro meses después, Rusia invadió Georgia.

En septiembre de 2014, en una nueva cumbre de la OTAN en Gales, le tocó al entonces presidente Barack Obama defender la inclusión de Ucrania en la organización. La propuesta se produjo después de que Rusia se anexara la península de Crimea en marzo de ese año, en represalia por el derrocamiento del presidente ucraniano, su aliado. En la versión de Putin, el golpe había sido orquestado por Occidente. En 2021, bajo el gobierno de Joe Biden, Estados Unidos volvió a pedir que Ucrania se uniera a la OTAN. Putin y Volodymyr Zelensky, el presidente ucraniano, habían llegado a un acuerdo, mediado por Turquía, según el cual, para evitar una confrontación con Rusia, Ucrania permanecería neutral. Zelensky, sin embargo, acabó siendo convencido por los estadounidenses de que la OTAN protegería a su país en caso de guerra y aceptó unirse a la alianza militar.

La confianza de Zelensky en el apoyo de la OTAN era tan grande que el 24 de febrero de 2022, apenas cayeron las primeras bombas rusas sobre Kiev, grabó en su teléfono celular un mensaje de 66 segundos dirigido a sus conciudadanos y lo publicó en las redes sociales. Como cuenta el periodista Simon Shuster en su libro The Showman: detrás de escena de la guerra que sacudió al mundo y forjó el liderazgo de Volodymyr Zelensky , el líder ucraniano garantizó en su discurso que “los aliados extranjeros de Ucrania” ya estaban preparando “una reacción en el plano internacional”. nivel».

La primera “reacción” de los aliados fue promulgar sanciones unilaterales contra Rusia, a pesar del desacuerdo de los países de la ONU , incluidos los del BRICS. Entendieron que, antes de eso, debían intentar acciones diplomáticas para detener el conflicto. Pero la decisión de Estados Unidos de librar una guerra por poderes con Rusia ya se había tomado. Dos años después, una victoria de Ucrania es cada vez más remota. En abril, Estados Unidos aprobó una ayuda para el país por valor de más de 60 mil millones de dólares. Ucrania, sin embargo, se enfrenta a una crisis sin precedentes, con miles de muertes. Sólo en el primer año de la guerra, el PIB cayó un 29%.

En una entrevista en el canal de YouTube del estadounidense Andrew Napolitano, ex juez y ahora analista político, el ex inspector de armamento de la Comisión Especial de la ONU, William Scott Ritter Jr., afirmó que Ucrania está atrapada. Un buen número de sus soldados murieron o resultaron heridos, su Fuerza Aérea fue aniquilada y muchos políticos abandonaron el país llevándose parte de los recursos que antes enviaba la OTAN para apoyar al Ejército. Además, Rusia anunció que tiene intención de enviar 100.000 soldados adicionales a luchar en el país vecino.

En geopolítica, evaluó Mearsheimer, en el mismo canal YouTube, la situación es aún más complicada para el G – 7 , cuyos miembros europeos se encuentran en un dilema, ya que necesitan sostener un conflicto que sólo debilitará aún más sus economías. Peor aún, si Ucrania pierde la guerra, dijo Mearsheimer, como es probable que suceda, la OTAN y su principal socio, Estados Unidos, quedarán desmoralizados y Rusia saldrá fortalecida. “Estados Unidos estuvo involucrado en dos guerras frías peores que la que vivió al final de la Segunda Guerra Mundial, hasta el desmantelamiento de la Unión Soviética. Ahora tienen a Rusia como enemigo militar, por un lado, y a China como adversario comercial, por el otro”. El 16 de mayo, China y Rusia, en un claro mensaje a Estados Unidos, firmaron un acuerdo de cooperación comercial y militar. En la reunión entre los líderes de los dos países, en Beijing, Xi Jinping recibió a Putin con una alfombra roja, en señal de reverencia.

Los países del G – 7 terminaron empantanados en la confusión con Rusia para no pelear con Estados Unidos. Cuando Trump estaba en la Casa Blanca, ya se habían visto presionados por Estados Unidos, que había decidido entrar en la guerra comercial con China. Trump amenazó con retirar el apoyo financiero de Estados Unidos a la OTAN, dejando a cada miembro a su suerte en busca de recursos para mantener su arsenal militar. También lanzó otra amenaza a sus pares si reemplazaban la compra de productos estadounidenses por productos chinos. A Japón, por ejemplo, como me dijo un diplomático, se le advirtió que Estados Unidos suspendería las importaciones de automóviles del país si no reducían las relaciones comerciales con los chinos. “Los aliados aceptaron el chantaje”, me dijo el diplomático, que prefirió no identificarse porque no era voz oficial en Itamaraty. “Hoy la OTAN pesa mucho más que la Unión Europea, que acabó convirtiéndose en un apéndice de la organización”.

ALa última demostración de sumisión del G – 7 a Estados Unidos se produjo con la decisión del bloque de apoyar a Israel en el ataque a Palestina. Todos los intentos de alto el fuego fueron bloqueados por Estados Unidos (excepto una pausa durante el Ramadán, ignorada por Israel), con el apoyo de Inglaterra y Francia, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU . Inglaterra, junto con Alemania, también continúa enviando armas a Israel por orden de Estados Unidos. Los estadounidenses se quedaron solos en la reciente decisión de la ONU de apoyar la creación del Estado palestino (el Reino Unido y Suiza se abstuvieron). Pero como Estados Unidos tiene poder de veto, la propuesta aún no ha sido aprobada. Otra razón más para la separación de Oriente de Occidente.

«Creo que existe el temor por parte del G – 7 de que los BRICS sean una liga antioccidental», afirmó un diplomático brasileño que prefirió permanecer en el anonimato. “Pero yo no lo veo así. Tengo la impresión de que fue Occidente el que se volvió anti-Brics. Primero, anti-China, luego anti-Rusia y, más recientemente, anti-Irán, debido al ataque del país a los israelíes, en represalia por el bombardeo de Israel al consulado iraní en Damasco, Siria, que mató a varios funcionarios iraníes”. El bombardeo de unidades diplomáticas es considerado, según el derecho internacional, un ataque territorial y, por tanto, con derecho a la legítima defensa.

Con esta acción se especula que Netanyahu quería arrastrar a Estados Unidos y a la OTAN a una guerra con Irán. Sin embargo, esta vez los estadounidenses, preocupados por una posible escalada del conflicto en Oriente Medio, detuvieron al aliado y se limitaron. imponer nuevas sanciones al país. El hecho, me dijo el embajador Eduardo Saboia, secretario para Asia y el Pacífico de Itamaraty, en una conversación en su oficina en Brasilia, es que el mundo no parece seguir, como en el pasado, las decisiones de los líderes globales. “Pensé que después de que Estados Unidos impusiera nuevas sanciones a Rusia debido a la invasión de Ucrania, muchos países harían lo mismo. Pero eso no sucedió”, dijo. “Rusia dirigió sus ventas a Asia, India y Oriente Medio. Lo mismo ocurre con Irán”.

Rusia, de hecho, ya estaba preparada para afrontar sanciones porque lo había experimentado con la anexión de Crimea. Esta vez, en opinión de Saboia, el país no se estremeció. Por lo contrario. La economía rusa se expandió. Según el FMI , se espera que crezca un 3,2% este año, mientras que el de los países europeos del G – 7 se contraerá. Europa sufre las consecuencias de la guerra, como el aumento de los precios de los productos importados de Rusia, especialmente el gas y el petróleo. Desde la perspectiva del FMI , Alemania entró en recesión el año pasado. El segundo peor desempeño es el del Reino Unido, cuya economía se espera que crezca un magro 0,5% en 2024.

En el contexto de las guerras comerciales desencadenadas por Estados Unidos y la Unión Europea, el marco del comercio global se está desmantelando. Estados Unidos crea legislación para su propio beneficio, dice Rubens Barbosa, ex embajador de Brasil en Washington y ahora consultor geopolítico y empresarial. “Con el desmantelamiento de la OMC , el liberalismo terminó, ahora el comercio se ha convertido en un juego de poder. Es la ley de la selva, del más fuerte”, afirmó. Además, la decisión de Estados Unidos de congelar las reservas rusas en el país a causa de la guerra puso en duda la fiabilidad del dólar como moneda de reserva mundial y guió el debate en los Brics hacia la creación de una moneda alternativa. “Es una revisión de todo el esquema que sirvió a los intereses de las economías capitalistas”, afirmó Barbosa. Aún así, piensa que Brasil no debería tener voz en cuestiones geopolíticas, como las guerras en Rusia e Israel.

Se refirió a las declaraciones de Lula. Por un lado, el presidente dijo que la diplomacia debería ayudar a detener el conflicto entre Rusia y Ucrania, que enfureció a Zelensky. Por otro lado, dijo que Israel estaba cometiendo genocidio contra los palestinos, lo que enfureció al gobierno israelí. “Brasil está atrapado entre el Este y el Oeste. Debería permanecer en silencio, como hace la India. Sería más beneficioso para nuestra economía y para nuestra diplomacia, que tiene como principio no interferir en los asuntos de otras personas”.

El embajador Eduardo Saboia ve las acciones de Brasil de otra manera. “Brasil es un país que se mueve bien en diplomacia. Dentro de los Brics, es el país que habla con todos y tiene una tradición de multipolaridad. Parece que Brasil puede ofrecer alguna solución al mundo. Quizás, al mantener un buen diálogo con todos, Brasil sea, dentro de los BRICS, el país más capaz de cerrar la brecha entre Occidente y Oriente”.

Por ahora, la costura es difícil. El bloque es cuestionado por los países occidentales, incluidos los analistas brasileños, por la inclusión de autocracias. La preocupación es que Brasil se esté alejando de los valores occidentales para unirse a las economías de países no democráticos. Le pregunté a Marcos Caramuru si esto podría convertirse en un problema para Brasil en su relación con sus socios europeos y Estados Unidos. “Si bien el mundo asiático no tenía expresión propia, ser democrático parecía tener un brillo extraordinario. Pero eso ha cambiado. El mundo es diverso”, afirmó Caramuru. “Hay democracias, autocracias, monarquías absolutas. Este mundo está creciendo y entrando en el juego de los negocios. Y muchos de ellos no quieren vivir la realidad de Occidente, del liberalismo comercial, de la democracia. Los países tienen diferentes puntos de vista, y estos no son necesariamente puntos de vista éticos negativos, porque esa es su historia”.

El embajador Bustani está de acuerdo. Piensa que las grandes potencias están tratando de ideologizar el tema para debilitar y desmoralizar a los BRICS. Después de todo, Estados Unidos tiene entre sus socios, Arabia Saudita, una monarquía absoluta. Javier Vadell, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Federal de Minas Gerais, toca otro punto. “Aunque afirman ser democráticos, los países del G – 7 no respetan las reglas, violan las leyes políticas y comerciales internacionales y faltan el respeto a la ONU . Como resultado, los países en desarrollo están confiando más en los BRICS, ya que tienen reglas más estables, que Occidente”.

En la reunión de los Brics celebrada en Johannesburgo el año pasado, China intentó utilizar su poder económico para imponer algunas condiciones al bloque. El mayor de ellos fue la entrada de nuevos países, que no fue vista con buenos ojos por el gobierno brasileño, que consideró necesario dar más tiempo para evaluar las posiciones de los futuros socios. Pero como se trata de una tribu formada únicamente por jefes, como bromeó el embajador Azambuja, hubo que hacer algunas concesiones, principalmente para que India y Brasil aceptaran el aumento del número de miembros.

China y Rusia, por ejemplo, terminaron acordando que los BRICS defiendan un cambio en el Consejo de Seguridad de la ONU , actualmente formado por quince países, para que Brasil pueda ganar una pretensión que ha defendido durante décadas: tener un asiento permanente en el grupo con el derecho a votar. Es una forma de democratizar e influir en las decisiones. También negociaron que haya presión sobre los actuales miembros permanentes en el tema de los vetos. Hoy, un país por sí solo puede impedir una decisión. La idea brasileña es que el veto requerirá votos de otros miembros. A China y Rusia, que tienen derecho de veto, no les gustó mucho la propuesta que les quita poder. Y no se sabe si realmente ejercerán la presión prometida.

El embajador Celso Amorim es el asesor internacional de Lula y uno de los negociadores en la formación inicial de los Brics, en 2009, como canciller brasileño. Una tarde de marzo lo encontré en su oficina, en el tercer piso del Palacio do Planalto. Sobre una mesa en el centro de la habitación había un pastel, servido como refrigerio, que devoró con visible placer. Le pregunté cómo analizaba la posición de Brasil en el tablero geopolítico, dados los desacuerdos entre tres socios del BRICS –China, Rusia e Irán– con Estados Unidos.

“Seguimos siendo muy amigables con Estados Unidos. Pero espero que respeten nuestra independencia, del mismo modo que, nos guste o no, tenemos que respetar la suya. Espero que entiendan que los amigos no siempre están de acuerdo en todo. El mundo se está volviendo un poco más equilibrado entre Occidente y Oriente. Los BRICS son un factor de equilibrio. Principalmente dentro del G – 20 , dado que ahora deciden economías más relevantes, y no sólo el G – 7 . Esto reduce la injusticia”, dijo.

Brasil, cree Amorim, tiene un papel importante debido a su reconocida experiencia en diplomacia. “Criticamos la invasión de Ucrania, pero seguimos hablando con Rusia. No queremos ni romperemos las relaciones con Rusia, como lo hizo el G – 7 . Es absurdo pensar que Rusia será eliminada del mapa. Es el país con más fronteras del mundo”.

“El otro día”, continuó, “estaba hablando con una embajadora de Europa del Este y se sorprendió cuando le dije en broma que el mundo necesitaba un nuevo Henry Kissinger [ ex Secretario de Estado estadounidense ], aunque sabemos cuántos desastres políticas que adoptó, especialmente en América Latina. Pero es verdad. Hay una falta de pragmatismo en las relaciones globales”. Y citó al ghanés Kofi Annan, ex secretario general de la ONU . “Dijo que no puedes hacer las paces con tus amigos. La paz se hace con los adversarios. Es esta paz la que debemos buscar”.

Luego pregunté por la situación de Brasil con Israel, hoy adversario, dado que Netanyahu declaró a Lula persona non grata en el país, tras las críticas al presidente brasileño por ataques a los palestinos. «Bien», dijo, con serenidad en su voz. “Brasil siempre ha tenido buenas relaciones con Israel y seguirá teniéndolas. Lula estuvo allí dos veces. Yo mismo tuve conversaciones muy difíciles con el ex Primer Ministro Ariel Sharon que terminaron en un intercambio de fotografías de hijos y nietos. Así es la humanidad, ¿entiendes? Pero con este gobierno que está ahora la relación se ha vuelto imposible”.

Antes de regresar al despacho de Lula, Amorim dijo que, a pesar de pertenecer a los BRICS, Brasil sigue manteniendo buenas relaciones con todos los países. “Brasil tiene esta pluralidad. Para hablar con todos. Y esto hay que verlo como algo positivo. Si se quiere participar en una cruzada, capitalista o anticapitalista, o de Occidente contra Oriente, todo saldrá mal. Tenemos que invertir en el diálogo. Eso es lo que estamos buscando”.

*Reportera de Piauí, autora de O Ovo da Serpente y Nova direita e bolsonarismo

FUENTE: Folha

PUBLICADO POR NODAL: https://www.nodal.am/2024/06/brasil-ganar-espacio-en-la-geopolitica-mundial-equilibrando-occidente-y-oriente-por-consuelo-dieguez/

Tras la segunda fase de las elecciones indias, se confirma que Narendra Modi será electo para un tercer mandato gracias al crecimiento económico, el antiislamismo y su retórica nacionalista

Por Eduardo J. Vior
analista internacional

El pasado 19 de abril comenzaron las elecciones para el Lok Sabha (el Parlamento indio) que se realizan en siete fases durante 44 días y en las que se prevé que el primer ministro Narendra Modi consiga un tercer mandato consecutivo. Desde hace diez años su partido Popular Indio (BJP, por el nombre en hindi) viene obteniendo altas tasas de crecimiento económico, aunque al mismo tiempo concentrando extremadamente la riqueza y agravando la fractura social, regional, religiosa y étnica del país. Esta política se justifica con un agresivo nacionalismo hindú que difunde el odio antimusulmán y anticristiano así como el temor hacia el vecino chino. Para dar a sus contrarreformas suficiente espacio de maniobra internacional, al mismo tiempo mantiene buenas relaciones con EE.UU. y Rusia y convive con China en BRICS10. Esta vez el BJP trata de conquistar 400 de las 543 bancas del Parlamento, para poder reformar la Constitución y erigir un Estado autoritario inspirado por el hinduismo, pero la  maniobra va a desatar tensiones que pueden amenazar la unidad nacional.


El Primer Ministro Narendra Modi durante el espectáculo itinerante organizado en apoyo de los contendientes del BJP para las elecciones al Lok Sabha en Pondi Bazaar, Chennai, capital del estado de Tamil Nadu

Ya se realizaron la primera y segunda ronda de las elecciones generales para la elección de los 543 miembros de la Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento de India. La primera fase tuvo lugar el 19 de abril y abarcó 102 circunscripciones de 17 Estados y cuatro territorios de la Unión. La segunda, en tanto, se realizó el pasado jueves 26 en 89 distritos de 13 estados. Las próximas citas son el 7 de mayo, el 13, el 20, el 27 y el 1º de junio. Teniendo en cuenta la extensión del país (3,287 millones de km2) y la cantidad de votantes habilitados (970 millones sobre una población de 1.400 millones), las elecciones se escalonan, para facilitar su organización, logística y custodia. 

La votación enfrenta al Partido Bharatiya Janata (BJP) del primer ministro Narendra Modi al frente de la coalición de derecha Alianza Democrática Nacional (NDA, por su nombre en inglés) con la Alianza Nacional India Democrática e Inclusiva (INDIA, por su nombre en inglés), compuesta por el tradicional Congreso Nacional Indio (INC, por su nombre en inglés) y casi dos docenas de partidos de la oposición. Todas las encuestas preelectorales coinciden en que el primer ministro Narendra Modi obtendrá el triunfo reivindicando el crecimiento reciente de la economía, el bienestar de grandes sectores de las clases medias y el nacionalismo hindú.

India tiene un sistema multipartidista en el que dos grandes partidos, el BJP y el INC, dominan la política nacional. El BJP ha gobernado el país con Narendra Modi al frente desde 2014 y lo ha reelegido en 2019. Las elecciones a la Lok Sabha se celebran cada cinco años y, fiel a la tradición colonial británica, los 543 diputados son elegidos en circunscripciones uninominales mediante mayoría simple, o sea que el ganador se lleva todo.

El BJP mantiene estrechos vínculos ideológicos y organizativos con la organización paramilitar de voluntarios Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS, Asociación de Voluntarios Nacionales o Asociación Patriótica Nacional), una milicia nacionalista hindú fundada en 1925 que, a lo largo de su historia, se ha caracterizado por su agresivo antiislamismo. El nacionalismo hindú es una ideología política basada en la creencia de que la identidad nacional y la cultura indias son inseparables de la religión hindú. Hindutva -término acuñado en la década de 1920 que significa “hinduidad”- es la forma predominante de este nacionalismo, que trata de definir al país como hindú, rechazando su multietnicidad, multirreligiosidad y diversidad regional. Los hindúes se consideran más un grupo étnico que religioso. 

El BJP moderó un poco su postura tras la formación de la coalición NDA en 1998, para poder convocar a un espectro ideológico más amplio. Sin embargo, sus tendencias autoritarias se manifestaron nuevamente tras la reelección de Modi en 2019. Los nacionalistas hindúes se han propuesto la misión de descolonizar el país y borrar tanto el legado de la “conquista islámica” de India (en distintas épocas, pero especialmente entre los siglos XVI y XVIII) como la del Imperio Británico (1757-1947). El lema nacionalista hindú “un país, una cultura, una ley” conduce a la homogeneización y a la imposición de la cultura de la elite de la comunidad mayoritaria como si fuera la única aceptable.

El partido fue fundado en 1980 sobre la base de la RSS y la experiencia de un primer gobierno nacionalista entre 1977 y 1979. Aunque en las elecciones generales de 1984 sólo obtuvo dos escaños, su fuerza creció gracias a su agresiva agitación antiislámica. Tras ganar varias elecciones estatales, el BJP se convirtió en 1996 en el mayor partido político del Parlamento. Sin embargo, recién en 1999 pudo formar, como parte de la NDA, un gobierno que duró hasta 2004, cuando fue derrotado por el Partido del Congreso. 

Hasta 2014 fue el principal partido de la oposición y desde entonces gobierna ininterrumpidamente con Narendra Modi (hasta entonces primer ministro en Gujarat) como primer ministro. Actualmente la alianza NDA gobierna 17 estados y territorios de la Unión. El partido aboga por el conservadurismo social y una política exterior nacionalista. En estos diez años el BJP ha convertido en ley varias de las prioridades del RSS. La interrelación entre el gobierno y la milicia es muy estrecha. 

También la política económica del BJP ha cambiado considerablemente desde su fundación. En la década de 1980 todavía apoyaba el swadeshi (la promoción de industrias y productos autóctonos) y una política de exportación proteccionista. Sin embargo, impulsaba la liberalización económica interna y se oponía a la vasta red de empresas del Estado favorecida por el INC. Sin embargo, en 1996 pasó a promover la globalización. Los dos gobiernos del NDA en el periodo 1998-2004 introdujeron, entonces, una importante desregulación y privatización de empresas públicas. También redujeron aranceles. El crecimiento del PIB de India aumentó sustancialmente durante ese mandato. 

Las políticas del gobierno de Modi a partir de 2014 se centraron en la privatización y la desregulación de la economía. El primer ministro liberalizó la inversión extranjera directa, permitiéndole participar en varias industrias, incluidas las de defensa y ferrocarriles. También intentó dificultar a los trabajadores la formación de sindicatos y facilitar a los empresarios su contratación y despido, pero, fuertes protestas sindicales se lo impidieron.

La mayoría de los analistas políticos explica el éxito de Modi, primero, por la pérdida de apoyo al Partido del Congreso debido a los escándalos de corrupción durante su anterior mandato. También, porque el BJP amplió su base de apoyo, tradicionalmente de castas y clases altas, y recibió un apoyo significativo de la clase media y los dalit (los sin casta), así como entre las otras clases desposeídas, aunque su apoyo entre los musulmanes siguió siendo escaso. El Partido Popular tuvo as imismo mucho éxito al movilizar masivamente a sus partidarios y aumentar su participación electoral.

Indian National Congress leader Mallikarjun Kharge.
Mallikarjun Kharge, de 80 años de edad, desde 2022 presidente del Partido del Congreso (INC), es el primero que no pertenece a la familia Gandhi

Por su parte, el INC tiene enormes dificultades para adaptarse al nuevo modelo económico y social. El prestigio que tuvo desde la independencia como representante policlasista, multiétnico y multirreligioso de la nación india está deslucido. Para estas elecciones el Partido del Congreso no ha presentado candidato a primer ministro y sólo tiene postulantes en 330 de los 543 distritos electorales. Además, trata de no mostrar a Rajul Gandhi, heredero de la histórica familia, ni a su madre Sonia, viuda del asesinado Rajiv Gandhi. Por el contrario, el partido se cuelga de la popularidad de algunos líderes regionales, para mantener una base electoral mínima. 

Esta polarización política e ideológica se correlaciona con la creciente concentración de la riqueza y fractura social. Ya desde las reformas neoliberales de hace 30 años el crecimiento económico se ha visto impulsado por la expansión de los servicios, que han crecido más rápido que otros sectores. Este crecimiento desigual se debe al abandono del proteccionismo y a la apertura de cada vez más sectores económicos a la inversión extranjera. Consecuentemente, se ha desestimulado la inversión en industrias que requieren una alta concentración de capital fijo y/o que generan muchos puestos de trabajo. Por el contrario, se han visto beneficiados los servicios tecnológicos. 

No obstante, casi el 70% del PIB de India se debe al consumo interno y el país sigue siendo el cuarto mayor mercado de consumo del mundo. Ya sólo por el tamaño del mismo, las políticas neoliberales no pudieron acabar con la industria. Aparte del consumo privado, el PIB de India también se alimenta del gasto público, las inversiones y las exportaciones. En 2022 India era el octavo mayor importador del mundo y el décimo mayor exportador. Sin embargo, al mismo tiempo es uno de los países más desiguales del mundo. Aunque la tasa de pobreza disminuyó tras las reformas económicas de 1991, la desigualdad ha aumentado: según Oxfam, sólo el 5% de los indios posee más del 60% de la riqueza del país, mientras que el 50% de la población más pobre sólo posee el 3% de la riqueza. Entre 2012 y 2021 el 40% de la riqueza generada en India ha ido a parar a sólo el 1% de la población total y el 3% de la riqueza ha ido a parar al 50% más pobre. El número de indios hambrientos aumentó de 190 millones en 2018 a 350 millones en 2022, mientras que el número de multimillonarios ha pasado de 102 en 2020 a 166 en 2022. La riqueza combinada de los 100 más ricos de India supera ya los 600.000 millones de dólares, lo que equivale al presupuesto de la Unión para 18 meses. 

Esta extrema desigualdad está permitiendo alcanzar enormes tasas de crecimiento global gracias a la expansión demográfica que permite tener muchos trabajadores jóvenes dispuestos a trabajar por salarios mínimos. Para 2024 la calificadora de riesgo Moody estima que el PIB crecerá al 8% anual, convirtiendo a India en el país de más rápido crecimiento. 

En 2014 India era la décima economía mundial, pero actualmente, con un PIB de 3,8 billones de dólares, ya es la quinta más grande después de Estados Unidos (26,8 billones), China (19,3), Japón (4,4) y Alemania (4,3). En los próximos cuatro años, el PIB de la India alcanzará los 5 billones de dólares, convirtiéndola para 2027 en la tercera economía más grande, superando a Japón y Alemania. No obstante, sus principales problemas económico-sociales no hacen más que agravarse: pobreza y desigualdad de ingresos, desempleo y subempleo, déficit de infraestructuras, déficit fiscal y deuda pública, inflación, corrupción y burocracia y el deterioro medioambiental.

India tiene una sociedad jerarquizada. Todas las cosas, personas y grupos sociales están clasificados según diversas cualidades esenciales. Aunque tiene un sistema democrático, no prima el principio de igualdad. A pesar de que la ley no las reconoce, sobre todo la población hindú (80% del total) se clasifica en cuatro castas principales: los brahmanes (sacerdotes, maestros), los kshatriyas (gobernantes, guerreros), los vaishyas (terratenientes, comerciantes) y los sudras (sirvientes) y el quinto grupo es el de los intocables o desposeídos, los llamados dalits. A su vez las castas se subdividen múltiplemente, de modo que la sociedad está fracturada en una enorme cantidad de casilleros intraspasables.

Si bien el sistema de castas fue hecho más rígido por la dominación británica (1757-1947) como modo de dividir a la población y dominarla más fácilmente, ya las reformas de hace unos cien años introdujeron la discriminación positiva, hoy incluida en la Constitución de la Unión India. De este modo, las castas y subcastas gozan de ciertos privilegios por los que compiten entre sí en el acceso a medios públicos escasos. La desigualdad producida por el sistema de castas y agravada por las políticas neoliberales se combina con las diferencias regionales. 

El aumento de la desigualdad entre las castas, etnias, regiones y religiones tiene su correlato en la representación política. Como el Partido del Congreso (INC) a principios de la década de 1990 abandonó el nacionalismo igualitario que había aplicado desde la independencia, dejó de representar transversalmente a las castas, regiones y etnias. Además carece de propuestas para la nueva masa de prestadores de servicios imbuida de individualismo, resentimientos y odios raciales y religiosos por la continua propaganda del BJP y su aparato mediático. 

Narendra Modi y su elite de ultramillonarios confían su futuro a la hasta ahora interminable cantera demográfica del país que los provee permanentemente de mano de obra baratísima. Una eficaz combinación de neoliberalismo e intervencionismo estatal les permite, además, mantener una cierta estabilidad del mercado e impulsar el desarrollo de una amplísima clase media en el sector servicios. Combinando pragmáticamente su alineamiento con EE.UU. en el área del Océano Índico con la cooperación con Rusia en el área asiática, que data de la independencia en 1947, y balanceando las diferencias con China con la convivencia con ella en BRICS10, la política exterior del BJP asegura a India mantener abiertos todos los mercados asiáticos.

Si bien todavía faltan cinco fases hasta terminar las elecciones para el próximo Parlamento de la Unión India el 1º de junio, todo parece apuntar a un triunfo del BJP aún mayor que el de 2019. El Partido del Congreso tiende, por su parte, a estancarse en el 30% de los votos. La continuidad de la política hindú depende, por un lado, de su capacidad para maniobrar entre la multitud de conflictos que suscita y, por el otro, de un escenario asiático que en cualquier momento puede explotar. La permanente agudización de las fricciones internos alienta un clima de creciente violencia desestabilizadora. Consciente del peligro, para su tercer gobierno Narendra Modi apuesta a la reforma constitucional y a la instauración de un régimen autoritario. Si lo logra, se agudizará  enfrentamiento civil. Por el contrario, si no consigue los 400 diputados necesarios para reformar la Ley Fundamental desde el Parlamento, se verá fuertemente limitado por la Justicia y las tensiones pueden paralizar al Estado. En cualquiera de los dos casos, se avecinan tiempos tormentosos para la mayor democracia del mundo, que seguramente van a repercutir en la vasta región de Surasia.

Nos parece de capital importancia, difundir está entrevista central y con ella poder confirmar que existe pensamiento estratégico en Europa, como es el caso del Dr. Profesor Glenn Diesen, a pesar del “relato” atlantista homogéneo que atosiga a la población de Occidente Y cómo deben los europeos entender que se aproxima rápidamente el “fin de la historia del unipolarismo” y de los “5 siglos de control Occidental” y que ello, es ya un hecho y que deberán optar en integrarse como península a la unión euroasiática o seguir el modelo de decadencia anglosajona o peor ir a un conflicto armado que los borrara del mapa y la historia. La tesis del Dr. Diesen es la misma que sostenemos desde hace década y media del fin del dominio occidental. Argentina Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

En su nuevo libro «La guerra de Ucrania y el orden mundial euroasiático», el profesor Glenn Diesen argumenta de manera convincente que la forma en que el mundo ha funcionado no solo durante el último siglo, sino durante los últimos 500 años, ha terminado. A partir de ahora, el sistema global será mucho más dinámico, multipolar y mucho más complejo. El profesor Diesen también muestra cómo Ucrania ha sido un peón en manos de los belicistas de la OTAN que, a pesar de sus mejores esfuerzos, sin embargo, no han podido quebrar ni a uno de sus rivales estratégicos en el sistema.

El tiempo de la impunidad occidental está terminando. La pregunta es, ¿qué viene después?

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Glenn Diesen es profesor en la Universidad del Sureste de Noruega y editor asociado en la revista «Rusia en Asuntos Globales». Muchos de ustedes ciertamente lo conocen por su trabajo con el canal de YouTube «The Duran», donde ha realizado numerosas entrevistas maravillosas junto a Alexander Mercouris.

Más de Glenn Diesen: https://www.usn.no/kontakt-oss/tilset…

Por Omar Pereyra

Representa un ejemplo interesante de cómo se comporta en un entorno internacional cambiante un Estado independiente, capaz de «inclinar la balanza mundial en uno u otro sentido», señala un experto ruso.

¿Cómo la India equilibra la geopolítica global en era de cambios?
El primer ministro indio, Narendra Modi, participa en la inauguración de un gran templo dedicado al dios hindú Rama. Ayodhya, India, el 22 de enero de 2024.Pib / www.globallookpress.com

Fuente: https://actualidad.rt.com

La India ya tiene garantizado un lugar destacado en la escena mundial en un futuro próximo, gracias a los «procesos políticos fundamentales que están teniendo lugar en el país y en todo el mundo», opina Fiódor Lukiánov, editor jefe de la revista Russia in Global Affairs y presidente del Consejo ruso para la Política Exterior y de Defensa. Además, su propia ubicación y sus tradiciones culturales la convierten por sí sola en un actor importante.

El primer ministro indio, Narendra Modi, inauguró el lunes un enorme templo hindú en Ayodhya, la ciudad santa donde se cree que nació Rama, uno de los principales dioses del panteón. El acontecimiento no puede atribuirse únicamente al ámbito religioso, ya que demuestra claramente el deseo generalizado de una «identidad específica» tras el fin de la era del universalismo personificada por la globalización político-económica liberal de finales de los años 1980 y 2010, argumenta Lukiánov.

En cuanto al panorama religioso, si bien los hindúes representan el 80% de los más de 1.000 millones de habitantes del país, hay bastantes partidarios de una orientación más laica y menos nacionalista, representada por el segundo partido del país, el Congreso Nacional Indio. Asimismo, la India alberga más de 200 millones de musulmanes, lo que la convierte en el tercer país musulmán del mundo, destacó.

Sin embargo, «es desde que el Partido Bharatiya Janata, liderado por Modi, llegó al poder a mediados de la pasada década cuando se ha apostado por la consolidación ideológica en torno a la identidad hindú», indicó.

En este sentido, el experto recordó que el país vive una campaña electoral de cara a las elecciones generales que se celebrarán en la primavera boreal. «Los retratos de Narendra Modi y sus declaraciones le acompañan por todas las autopistas y los canales de televisión cubren sus actividades con sumo cuidado. La India acaba de concluir con gran éxito su presidencia del G20 y los recordatorios de este periodo también están por todas partes, como testimonio del papel internacional cada vez más importante de la India«, afirmó.

Además, en su opinión, factores externos, como el aumento de las tensiones mundiales y la polarización entre Occidente y Rusia y entre Estados Unidos y China, también desempeñan un papel importante, lo que permite a una India grande y bastante independiente «inclinar la balanza global en un sentido u otro«. Al mismo tiempo, su escala, ubicación y autosuficiencia cultural le garantizan por sí solas un papel importante en la escena mundial, afirmó.

La sesión final de la cumbre del G20 en Nueva Delhi, India, el 10 de septiembre de 2023Dan Kitwood / Gettyimages.ru

«La India es un país complejo, agobiado objetivamente por multitud de problemas, que siempre gastará el máximo de recursos y energía en su autodesarrollo y en mantener la estabilidad interna», señaló Lukiánov. Con todo esto, el intento de Modi de construir una línea vertical ideológica y política pretende, en parte, liberar algo de energía para los empeños exteriores.

«Sin embargo, la India tiene una peculiaridad. En sentido estricto, puede que no haga nada en absoluto, pero su escala (demográfica, de mercado), su ubicación y su tradición cultural (autosuficiencia basada en una fuerte confianza en sí misma, hasta cierto punto incluso en su propia superioridad) le garantizan un lugar significativo en el escenario mundial. Solo el hecho mismo de la existencia de este país», subraya el experto.

«El objetivo de Modi es convertir a la India en una nación desarrollada para el centenario de su independencia, en el 2047«, destacó. Según Lukiánov, aunque ese horizonte es aún lejano, la India resulta un ejemplo interesante de cómo se comporta un Estado independiente en un entorno internacional cambiante.

«Por otro lado, si la visión india de la seguridad internacional tiene una constante, es la desconfianza y el miedo a China», afirmó. Mientras, la actitud del país hacia Rusia es buena, y el legado de las décadas anteriores podría ser la base de una relación sólida. No obstante, «sobre esta base es hora de construir un nuevo edificio, teniendo en cuenta otras circunstancias mundiales. De lo contrario, tarde o temprano la fundación se convertirá en un recuerdo del otrora brillante templo de la interacción bilateral, y no en la base de su renacimiento», concluye Lukiánov.

FUENTE EJU.TV https://eju.tv/2024/01/como-la-india-equilibra-la-geopolitica-global-en-era-de-cambios/

La asombrosa visita del canciller indio Jaishankar a Moscú y San Petersburgo, donde fue calurosamente recibido por Putin y Lavrov del 25 al 29 de diciembre, constituye un giro estratégico transcendental en la fase post-Ucrania, que alteró el sistema nervioso de la anglósfera. El pronazi exembajador de EEUU en Rusia McFaul puso el grito en el cielo.

Por Alfredo Jalife-Rahme para Sputnik

Si el año 2023, en la fase post-Ucrania, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, fue considerado como el óptimo geopolítico global, el 2024 arranca como el «año de los BRICS+», con la incrustación de cinco países (Irán, Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía) y con su larga lista de espera de entre 20 y 30 países que desean adherirse durante la rotativa presidencia anual de Rusia, que celebrará en octubre la cumbre en Kazán del relevante grupo, ya ganándole la partida geoeconómica al G7, hoy en franco declive.

El encuentro del canciller indio, Subrahmanyam Jaishankar, con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, y el presidente Putin fue más que exitoso en todos los rubros: desde los corredores geoeconómicos, el NSTC Corredor de Transporte Norte-Sur y el EMC Corredor marítimo Oriental de Chennai a Vladivostok; pasando por la cooperación militar y espacial, hasta la colaboración en la planta nuclear Kudankulam.

Solo faltó la cooperación en los mecanismos de pago entre las divisas nacionales rublo y rupia, cuando uno de los objetivos de la cumbre 16 de los BRICS —Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica— en Kazán será la desdolarización y la probable creación de la divisa del bloque.

El pensamiento geoestratégico del canciller indio Jaishankar es eminentemente multipolar, como lo denota su libro La ruta de India: Estrategias para un mundo incierto, que a mi juicio refleja el consustancial politeísmo teológico de su país: responde a varios dioses y no a uno solo.

Rusia aplica el teorema clásico de su exprimer ministro Yevgeny Primakov —en la fase aciaga de Boris Yeltsin— sobre el triángulo RIC (Rusia/India/China), que sigue fielmente el canciller Lavrov y que de cierta manera constituye el núcleo de la evolución de los BRICS.

Con el anterior gobernante Partido del Congreso en la India, tanto la extinta Unión Soviética como Rusia han mantenido óptimas relaciones con Nueva Delhi, pese al reciente coqueteo de la anglósfera con la India, a la que pretendió usar para contener la nueva complementariedad geoestratégica de Rusia y China.

En solo seis meses, específicamente desde junio de 2023, más que el estrechamiento de relaciones tradicionales entre la India y Rusia, llama la atención el alejamiento de la anglósfera y su famoso enjambre de espionaje de los «cinco ojos» (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) contra la India.

En los pasados seis meses se escenificaron vigorosas turbulencias centrífugas entre la India y Estados Unidos debido a supuestos intentos de muy extraños homicidios de personalidades de los separatistas sikh, que buscan crear la republica de Khalistán.

La sinergia de Canadá, donde residen más de 700.000 sikhs, y Estados Unidos, dos miembros del conglomerado anglosajón de espionaje de los «cinco ojos», ha envenenado las relaciones con la India a grado tal que antes de la azorante visita de cinco días del canciller indio Jaishankar a Moscú y San Petersburgo, el presidente Joe Biden había declinado la invitación a concurrir a la celebración del Día de la República de la India el 26 de enero, según narra el exdiplomático indio Bhadrakumar, donde iban a reunirse para impulsar al etéreo Quad (agrupación de Nueva Delhi, Washington, Tokio y Canberra contra Pekín y Moscú), que hoy se puede dar por sepultado, como da a entender Global Times. En el mismo lapso de seis meses del giro estratégico (game changer) de India vis a vis de la anglósfera.

Cabe señalar el reajuste de su política exterior con Israel frente a la catástrofe humanitaria en Gaza, cuando la India se acopla más a las votaciones de los BRICS en las Naciones Unidas.

A mi juicio, en la fase post-Ucrania, la política exterior de la India pondera mucho más la presencia de la imponente diáspora de sus ciudadanos en el Golfo Pérsico, que se ha volcado a favor de la causa palestina.

La reacción a la visita del canciller indio Jaishankar a Moscú y San Petersburgo ha rebasado la definición psiquiátrica de la histeria geopolítica, cuando Michael McFaul, anterior embajador filonazi de EEUU en Rusia, de 2012 a 2014, durante la dupla Obama-Biden y admirador confeso del regimiento neonazi Azov (organización terrorista prohibida en Rusia) arremetió contra la colaboración estratégica de Rusia y la India.

«La India fue alguna vez un campeón mundial contra el imperialismo y a favor de la descolonización. Es triste ver esta aceptación de la Rusia imperial utilizando la guerra y la anexión para intentar recolonizar Ucrania. Supongo que el dinero es más importante que los valores», apuntó.

Más allá de la muy cantada defunción de Ucrania, la anglósfera no digiere ni el alejamiento de la India con EU ni su mayor estrechamiento con Rusia, como delata el canto de su cisne muy negro Isabel Oakeshott en The Telegraph, portavoz de la monarquía globalista neoliberal británica, quien espeta «el tiempo de repensar» las relaciones de Gran Bretaña «con la India, que se ha acercado demasiado a Rusia«.

La lúgubre realidad es que en la fase post-Ucrania, la anglósfera perdió a la India. El mundo suele volcarse con los triunfadores, no con los perdedores.

FUENTE: https://sputniknews.lat/20240105/un-mayor-acercamiento-de-la-india-con-rusia-exaspera-a-la-anglosfera-1147132122.html