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Abrumada por la campaña internacional para independizar la isla, los ciudadanos de esta provincia china deciden este sábado entre el acercamiento y la confrontación con su patria

Por Eduardo J. Vior
analista internacional 

Tras la provocativa reunión de la Canciller Diana Mondino con la encargada de negocios de Taiwán en Argentina, el Diario del Pueblo (órgano oficial del PC Chino) advirtió al gobierno argentino que Taiwán es parte indisoluble de China. Se trató, en realidad, de un mensaje por elevación a EE.UU. y sus aliados, para que dejen de azuzar la campaña separatista del actual gobierno insular. El próximo sábado se realizan en esta provincia elecciones presidenciales y de su resultado puede depender que haya paz o guerra en el este de Asia y el Pacífico Occidental.

Taiwán acude a las urnas el sábado en una elección que decidirá el futuro de la isla separada de China, primero, por la invasión japonesa de 1894 y, luego, por la “protección” norteamericana, cuando las fuerzas del Kuomintang (KMT, Partido Nacionalista Chino) se refugiaron allí en 1949 tras su derrota en la guerra civil con los comunistas. Luego de la muerte en 1975 del líder del KMT, Chiang Kai-shek, el partido siguió hasta 1987 gobernando la isla como único autorizado, pero entonces comenzó un período de reformas políticas que llevó en 2016 al Partido Democrático Progresista (DPP, por su nombre en inglés) al gobierno, posición que revalidó en 2020. Sin embargo, el KMT, en alianza con otras fuerzas, sigue teniendo mucho peso.

Bajo la presidencia de Tsai Ing-wen (DPP) en los últimos ocho años los lazos entre el continente y la isla se han agriado especialmente. Su defensa del status soberano de la isla llevó a China a suspender las comunicaciones formales con Taiwán. 

Para la elección presidencial de este sábado ambas alianzas han esbozado estrategias opuestas. Mientras que el independentista DPP es partidario de reforzar las relaciones con Estados Unidos y sus aliados, al tiempo que refuerza la disuasión militar y pretende avanzar hacia la declaración unilateral de la independencia, el KMT es partidario de la unificación y promete aliviar las tensiones reabriendo el diálogo con la República Popular sobre la base de que los dos lados del estrecho pertenecen a un solo país. William Lai, vicepresidente del DPP y favorito en las elecciones presidenciales hasta las últimas encuestas autorizadas, el pasado 2 de enero, es visto por Beijing con gran desconfianza por su defensa de la secesión en épocas juveniles.

Si el PDP gana un tercer mandato consecutivo, el gobierno chino aumentará la presión militar en el estrecho, podría cortar los cables de Internet y las rutas de suministro a las pequeñas islas que rodean Taiwán. Por su lado, Washington aún no ha aclarado exactamente qué forma adoptaría su apoyo en caso de ataque chino, y tampoco se sabe, si Japón se sumará, ya que alberga la mayor concentración de tropas estadounidenses en la región.

Tan contrapuestas son las posiciones de ambos candidatos que, en tanto el KMT ha dicho que esta votación es una decisión entre “paz o guerra”, el DPP la ubica entre “democracia o autocracia”. Ambos partidos sugieren que la elección del otro conducirá a la desaparición de Taiwán, ya sea provocando un ataque chino o acelerando la unificación.

Para China, Taiwán es parte inseparable de su territorio y la reunificación debe darse de modo pacífico siguiendo el principio de “un Estado, dos sistemas” ya aplicado a Hong Kong. Sin embargo, en reiteradas ocasiones ha advertido que no admitirá que la isla declare la independencia y que la resistirá usando la fuerza, si es necesario. Por el otro lado, desde el histórico viaje de Richard Nixon en 1972 y el comunicado conjunto sino-estadounidense de 1979, EE.UU. se ha comprometido con la política de “una sola China” y ha rebajado la relación con Taiwán al nivel de representación comercial. Sin embargo, luego de que Barack Obama en 2009 puso a la región de Asia-Pacífico como “pivote” de la estrategia internacional de Washington, los sucesivos gobiernos norteamericanos han adoptado una actitud muy ambigua: por un lado, en sus encuentros con funcionarios chinos reconocen que la isla es parte de China, por el otro, incentivan el independentismo del DPP, proveen a la isla con ingentes armamentos, amenazan militarmente a China y provocan permanentemente en el Estrecho de Taiwán, al que presentan como aguas internacionales, aunque vincula dos partes del mismo país.

Por esta razón la cancillería pequinesa reaccionó sumamente irritada este miércoles 10 tras el comunicado conjunto del diálogo entre EE.UU., Japón y la República de Corea en el que sus participantes reclamaron la “libre navegación” del Estrecho de Taiwán y el cese de las presiones continentales sobre la isla. “Quiero enfatizar que Taiwán es una parte inalienable del territorio de China, que la cuestión de Taiwán es completamente un asunto interno de China y no admite ninguna interferencia extranjera”, afirmó Mao Ning, la Subdirectora del Departamento de Información del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.

Asimismo indicó que la clave para mantener la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán es defender el principio de “una sola China” y oponerse firmemente a las actividades secesionistas proclives a la “independencia de Taiwán”.

Washington, por su parte, espera que su posible involucramiento disuada a China de atacar, pero será el próximo presidente de Taiwán quien deberá optar entre estas alternativas. El Departamento de Estado se ha manifestado preocupado por una eventual victoria del Kuomintang, pero un triunfo del DPP podría precipitar los acontecimientos fuera del control de Washington y eso también preocupa en EE.UU.

De producirse, una guerra en Taiwán sería devastadora, tanto por su costo humano como por el golpe que supondría para la paz y la economía mundial. Cerca de la mitad de los portacontenedores del mundo pasan cada año por el Estrecho de Taiwán, lo que lo convierte en un centro crítico para el comercio internacional. Taiwán también fabrica la mayoría de los semiconductores que impulsan la vida moderna, desde automóviles a heladeras y celulares. Cualquier perturbación paralizaría la cadena de suministro mundial. Las sanciones contra China no harían sino agravar estos daños. Enmendar los lazos con China, la mayor amenaza para Taiwán pero también su mayor socio comercial, es, por lo tanto, una de las prioridades de quien gobierne la isla. 

Los analistas prevén que de la elección surja un gobierno dividido, en el que el ejecutivo y el legislativo estén controlados por partidos diferentes. A pesar de la posibilidad de un bloqueo político, algunos confían en que un DPP más experimentado y un KMT menos poderoso puedan encontrar el equilibrio adecuado entre impulsar la economía y mantener la paz con China.

La escalada de las tensiones y los esfuerzos por reducirlas se dan la mano en el continente y en la isla. Lunes y martes pasados se celebraron en Washington las XVIIas. Conversaciones de Coordinación de Políticas de Defensa entre China y EE.UU. en las que la parte china subrayó sus posiciones sobre Taiwán y el Mar de China Meridional, así como sobre la seguridad marítima y aérea. Aunque las diferencias persisten y no pueden resolverse a corto plazo, estas conversaciones tienden a reducir los riesgos de errores de apreciación y evitar que los accidentes se conviertan en conflictos. Se trata de la primera reunión de este nivel desde que las conversaciones anuales se suspendieron cuando la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, visitó Taiwán en agosto de 2022.

EE UU y China reanudan el diálogo militar tras 16 meses de parón en las  comunicaciones | Internacional | EL PAÍSNew Leader Takes Over as Chief of Staff of China's Military Command -  Caixin Global
General de la Fuerza Aérea (USAF) Charles Brown Jr. y General Liu Zhenli (EPL), jefes de Estado Mayor Conjunto de EE.UU. y China

Estas conversaciones se produjeron después de que los jefes de Estado Mayor de ambos ejércitos mantuvieron una reunión virtual en diciembre de 2023. Es una indicación de que otros canales de comunicación militar, incluidas las reuniones del Acuerdo Consultivo Marítimo Militar, las conversaciones telefónicas entre los comandantes de teatro de operaciones y las reuniones entre los ministros de Defensa también podrían recomenzar pronto, marcando así la reanudación completa de los intercambios a todos los niveles entre los dos ejércitos. Dado que el Ejército Popular de Liberación (EPL) depende de la Comisión Militar Central del Partido Comunista de China, es indudable que sus oficiales sólo pueden dialogar con sus pares norteamericanos siguiendo órdenes partidarias. Por el contrario, que los más altos oficiales estadounidenses se avengan a estos contactos indica que la Junta de Jefes de Estado Mayor (JCS, por su nombre en inglés) de las fuerzas armadas de EE.UU. tiene una visión mucho más realista que los neoconservadores enquistados en la Casa Blanca y el Departamento de Estado.

Para evitar que en Asia Oriental estalle una guerra que tendría consecuencias catastróficas para todo el mundo es necesario que el próximo gobierno de la isla reconozca la pertenencia de la misma a la nación china, que Washington retorne a la política de “una sola China”, retire sus fuerzas del Mar Meridional de China y del Estrecho y retome el diálogo político y militar con Beijing. Hasta tanto estas condiciones no se cumplan, la presencia militar china en torno a la isla y los encontronazos con EE.UU. irán en aumento, con los riesgos del caso.

Genocidio y terrorismo contra civiles rusos. Es el que patrocina y fomenta el Occidente colectivo. El régimen de Kiev, que no mueve un pelo sin el conocimiento y la autorización de la angloesfera, se ha agenciado definitivamente a estos métodos. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, denunció que Occidente está dispuesto a apoyar el genocidio de Kiev.

Por Javier Benitez

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Occidente cada vez más solo y desesperado

Lo anteriormente expuesto va de la mano con la idea de EEUU y sus vasallos de asestarle una derrota estratégica a Rusia, pero que al ver que militarmente no pueden lograrlo, apelan al ataque sistemático contra la población civil. Algo que vienen haciendo desde el año 2014, pero que ante una derrota inminente del mundo unipolar que EEUU se niega a aceptar, estos métodos son cada vez más frecuentes.

Una derrota que pasa por no aceptar bajo ningún concepto llegar a acuerdos de paz con Rusia, tal como los líderes occidentales han venido manifestando a través de diferentes voces, a cuál de ellas más belicistas: políticos y altos cargos de EEUU y de la Unión Europea. Y el envío de armas de Occidente a Ucrania, a sabiendas de que el régimen de Zelenski utiliza buena parte de ellas para atacar a civiles, no hace más que dejar las cosas cada vez más claras en este sentido.

En este contexto, Lavrov se muestra escéptico a que la idea elaborada por los líderes africanos sobre un plan de paz pueda ser aplicada para la resolución del conflicto y advierte que Washington y Londres han declarado reiteradamente que no puede ser aceptado otro plan que no sea la llamada la fórmula para la paz de Zelenski. Enfatizó que el G7, la OTAN y la UE exigen que todos se adhieran a ella.

Y es que en la Cumbre del G20 celebrada a mediados de noviembre pasado en Indonesia, Zelenski propuso una ‘fórmula de 10 puntos para restaurar la paz en Ucrania’ a la que Lavrov aludió de esta manera: «Esta fórmula significa la salida de las tropas rusas y la retirada de Rusia de todos los territorios: Crimea, Donbás y los nuevos territorios, Zaporozhie y Jersón. Luego, un tribunal sobre Rusia, sobre los dirigentes rusos. Tras esto el pago de las reparaciones, por así decirlo. Y solo después de todo esto, Ucrania aceptará amablemente firmar un tratado de paz».

Lavrov añadió: «Zelenski declaró hace tres años o un par de años, que si alguien se siente ruso entre los ciudadanos ucranianos ‘se vaya a Rusia’ por el bien del futuro de sus hijos y nietos. Los señores Danílov y Podoliak también dijeron que tras la devolución de Crimea y los territorios orientales de Ucrania, exterminarían todo lo ruso que hubiera allí hasta la aniquilación física de los ciudadanos rusos».

Entonces, Lavrov arremetió: «Esta postura de Occidente y su adhesión únicamente a esta fórmula bárbara y atroz de Zelenski significa que están dispuestos a apoyar el genocidio. No tengo nada más que añadir aquí», concluyó.

Vale la pena recordar que el 16 de mayo, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, informó que en nombre de los países africanos habló con sus pares Putin y Zelenski, y manifestó que ambos aceptaron recibir en sus respectivas capitales, una misión de paz encabezada por seis jefes de Estado africanos.

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, señala que «realmente [son] espantosas las declaraciones de los ‘líderes’ que ejercen el poder del régimen en Kiev, y que evidentemente demuestran que su verdadero rol es profundizar el conflicto, desarrollar la guerra hasta las últimas instancias, como se dice, ‘hasta el último ucraniano’. Todo esto que estamos escuchando, y que no es ninguna novedad, es consecuencia de una decisión total y absoluta asumida por algunos países líderes de lo que en su momento fue la hegemonía occidental sobre el mundo».

Publicado y Difundidopor Radio Sputnik Internacional Moscu: https://sputniknews.lat/20230531/guerrerismo-fomento-del-terrorismo-y-del-genocidio-lo-unico-que-le-queda-a-occidente-1140040536.html