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Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, dedica la columna del Club de La Pluma a analizar el conflicto en Sudán y sus implicaciones geopolíticas, del cuál la prensa occidental apenas presta atención salvo en la evacuación de sus diplomáticos, como si la de ellos fuesen las únicas vidas que importaran. Mientras confunde y desinforma al presentarlo como una simple disputa tribal, omitiendo el papel desestabilizador del “mundo rico” en esta zona vital del mundo y plena de recursos naturales. Por el contrario -y lo explica Carlos- se trata de otrade las tantas Guerras Híbridas, Global y Fragmentada impuesta por EEUU y socios, para dificultar en el terreno, la sólida unión y el fabuloso crecimiento económico y político de Eurasia, bajo el liderazgo de China, acompañada a su vez por Rusia y por las grandes potencias regionales, además del exitoso desarrollo mundial de los BRICS.

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En su relato, Pereyra Mele informa cómo el General Abdel Fattah Abdelrahman al-Burhan, jefe de las FFAA de Sudán ha sido atacado por el General Mohamed Hamdan Dagalo, al frente de Cien mil mercenarios –con evidente apoyo de Occidente– provocando una revuelta con decenas de muertos y miles de heridos, en un estallido que recuerda el accionar operativo de Al Qaeda e Isis, nada lejanos a los servicios de inteligencia anglosajones. Y argumenta con datos y pruebas, que las razones del conflicto no están en las disputas de dos señores de la guerra, sino en la llamada “Guerra del Agua” -por el río Nilo-, que involucra a Etiopía y Egipto, y también por que este país intenta ingresar a los BRICS, mientras que habría un acuerdo del gobierno de Sudán con Rusia para instalar una base en el Mar Rojo. Iniciativas inaceptables para Washington, que es quién financia a los ejércitos de estos dos países sospechosos de “cambiar de bando”.

Por otra parte, el politólogo nos dibuja todo el escenario de Sudán y de su enclave en la región, en una minuciosa descripción geográfica, demográfica, estratégica y política que abarca a todo el “Cuerno de África” y que corrobora la importancia de la zona, no solo por sus grandes y disputados recursos naturales, sino también porque es crucial para el tráfico naval del mar Arábigo, el mar Índico y su paso hacia el mar Mediterráneo a través del  Mar Rojo y el canal de Suez. Además recuerda que la de Sudán es una más, de las decenas de Guerras Proxy promovidas por Occidente en el mundo, que se presentan como guerras civiles, tribales o en forma de “primaveras”, y por ello aborda como ejemplos la guerra del Yemen y la guerra de Tigray (Provincia rebelde de Etiopía) , que a pesar de sus 800.000 muertos, ha sido apenas mencionada por la misma prensa que hoy intoxica y aplasta a la opinión pública con lo de Ucrania, prometiendo una victoria imposible.

A lo largo de este análisis, nuestro director reflexiona sobre  el viejo colonialismo europeo que sigue vigente en África a pesar del repudio de los pueblos, mientras utiliza “el terrorismo de la guerra civil” para impedir que alcancen un justo desarrollo, y que a pesar de ello, los países africanos no han adherido a las sanciones occidentales a Rusia, como muestra de su voluntad histórica de liberarse de las cadenas imperiales que les ahogan desde hace siglos. Ese mismo imperio anglosajón y europeo, que ante la inevitable pérdida de su hegemonía, solo le queda el recurso de la amenaza, las sanciones, la violencia mediática y la agresión bélica.

Eduardo Bonugli (Madrid, 30/04/23)

ANEXO: DATOS SOBRE SUDÁN – Cinco cosas sobre Sudán

– En el noreste de África –

Sudán, situado entre el África subsahariana y Oriente Medio, comparte fronteras con Sudán del Sur, la República Centroafricana, Chad, Libia, Egipto, Eritrea y Etiopía y tiene una salida al mar Rojo.

Antes de la secesión del Sur en 2011, era el país más grande de África. Actualmente su superficie alcanza casi 1,88 millones de km2, parcialmente desérticos.

Posee 42,8 millones de habitantes (Banco Mundial 2019), mayoritariamente musulmanes, y se caracteriza por una gran diversidad étnica. El árabe es la lengua oficial y desde 1983 está en vigor la sharía o ley islámica.

Las oenegés denuncian la existencia de matrimonios forzados, sobre todo de menores.

– 30 años en el poder –

En 1989 Omar al Bashir se puso al mando de este antiguo condominio angloegipcio, independiente desde 1956, después de un golpe de Estado militar respaldado por los islamistas. Fue elegido presidente en 2010 y en 2015 en elecciones boicoteadas por la oposición.

En 2013 unas manifestaciones sin precedentes contra una subida de más del 60% en los carburantes causaron decenas de muertos.

Al comienzo de 2018 las autoridades lograron contener las protestas contra la inflación de los alimentos, pero se reanudaron en diciembre después de que el precio del pan se triplicara.

El ejército destituyó a Omar al Bashir el 11 de abril de 2019. El 17 de julio, después de tres meses de protestas y de decenas de muertes, los militares y los manifestantes firmaron un acuerdo de transición de tres años.

El presidente derrocado fue condenado por corrupción y está siendo juzgado por el golpe de Estado que lo llevó al poder.

– Guerras civiles y rebeliones –

Después de una primera guerra civil (1955-1972), una segunda contienda bélica entre el Norte y el Sur causó dos millones de muertos entre 1983 y 2005, año en el que un acuerdo de paz otorgó autonomía al Sur hasta la celebración de un referéndum en 2011, tras el cual Sudán del Sur declaró la independencia el 9 de julio.

En la primavera de 2012, la relación entre el Norte y el Sur se complicó en zonas fronterizas ricas en petróleo, donde se libraron combates.

Desde 2003 la región de Darfur (oeste) se ha visto sacudida por un conflicto entre las fuerzas sudanesas y los rebeldes de las minorías étnicas que se consideran marginadas. Hay más de 300.000 muertos y 2,5 millones de desplazados, según la ONU.

La Corte Penal Internacional (CPI) ha emitido órdenes de detención contra Al Bashir por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio en Darfur.

– Crisis económica y covid –

En 2011 la secesión de Sudán del Sur afectó a la economía sudanesa, privándola de las tres cuartas partes de sus reservas de petróleo y de la mayor parte de sus ingresos por el oro negro.

Sudán también se ha visto afectado por 20 años de embargo impuesto por Estados Unidos por presuntas violaciones de los derechos humanos y vínculos con el «terrorismo». Fue levantado en 2017, pero Sudán sigue en la lista negra estadounidense de países que apoyan el «terrorismo», lo que frena a los inversores extranjeros.

En julio la comunidad internacional prometió una ayuda de 1.800 millones de dólares (1.500 millones de euros) a Sudán, cuya transición democrática se ve amenazada por una grave crisis económica acelerada por la epidemia del nuevo coronavirus.

La inflación alcanza el 143% interanual y la moneda no para de depreciarse frente al dólar.

Sudán, que cuenta con muchas minas de oro ilegales, es uno de los países más pobres del mundo y ocupa el puesto 168 de 189 en el ranking publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, informe 2019).

– Tesoros arqueológicos inexplorados –

Las antiguas civilizaciones de Sudán construyeron más pirámides que las de Egipto, pero siguen siendo desconocidas.

El sitio arqueológico de la isla de Meroe (220 km al norte de Jartum) ha sido incluido por la Unesco en la lista del patrimonio mundial de la Humanidad. Esta civilización (del siglo III a. C. al siglo IV d. C.) presenta rasgos culturales del Egipto faraónico, de Grecia, de Roma y de África.

FUENTE  SWISS INFO   https://www.swissinfo.ch/spa/afp/cinco-cosas-sobre-sud%C3%A1n/46003122 

Guerra por el Agua El Rio Nilo

El acuerdo entre el gobierno central y los rebeldes del Tigray no sólo suprime la base de EE.UU. en el Cuerno de África, sino que reduce fuertemente el tráfico de refugiados hacia Italia.

Por Eduardo J. Vior TELAM

El llamado Cuerno de África tiene una importancia central en la política mundial. Por el estrecho de Bab el Mandeb, entre Yemen y Yibutí, pasa buena parte del comercio que une Asia con Europa. Excepto la mencionada excolonia francesa, los otros tres países de la región (Somalia, Etiopía y Eritrea) han estado durante tres décadas envueltos en guerras limítrofes o civiles que han producido millones de muertes y la emigración de centenares de miles de refugiados que, pasando por Sudán y Libia, intentan llegar a Italia. Tanto más importante es, entonces, el acuerdo de paz que el gobierno central etíope y el Frente de Liberación del Pueblo Tigriña (TPLF, por su nombre en inglés) firmaron el pasado 2 de noviembre por mediación de la Unión Africana.

El acuerdo no sólo restableció la unidad del Estado, sino que cerró una lucrativa fuente de ingresos para los traficantes de refugiados, algunas ONG que trabajan con ellos y la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR, por su nombre en inglés) e implicó una fuerte derrota para la política intervencionista de Estados Unidos. África no sólo resuelve sus problemas rechazando la interferencia de las grandes potencias, sino que también ayuda a solucionar los de Europa.

Hace unos días, al margen de la cumbre climática de la ONU «COP27», celebrada en Sharm El-Sheikh (Egipto), y a la que asistieron unos 120 jefes de Estado y de gobierno, la presidenta del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni, mantuvo una reunión bilateral con el primer ministro de la República Democrática Federal de Etiopía, Abiy Ahmed. Además del deseo de ambas partes de «reforzar las relaciones bilaterales históricas y estrechar los lazos económicos», Italia y Etiopía están unidas desde hace años por un destino común: el coloniaje peninsular hasta 1941 y la inmigración del Cuerno de África hacia el sur de Europa.

Precisamente, en un momento en el que Meloni está enfrentando a las ONG europeas que presionan para que Italia tenga un puerto seguro donde desembarcar a los inmigrantes, la capitulación del Frente de Liberación del Pueblo Tigriña representa un acontecimiento histórico que descarga a Roma de un fuerte lastre. Desde 2004 esta organización había construido en su provincia cuatro campos de acogida para refugiados de la vecina Eritrea, acompañándolos hasta Sudán y gestionando su flujo hacia el Mediterráneo central. De hecho, la mayoría de las víctimas de la tragedia de Lampedusa del 3 de octubre de 2013, donde se hundió un barco lleno de refugiados que provocó la muerte de 359 personas, había salido de esos mismos campos de acogida de Tigray. En la práctica, el Tplf utilizaba a los refugiados eritreos como instrumento mediático y financiero, para derrocar al gobierno archienemigo del país vecino.

Con el acuerdo se acaba la emigracin de centenares de miles de refugiados
Con el acuerdo se acaba la emigración de centenares de miles de refugiados

Etiopía es un país en el este de África de poco más de un millón de quilómetros cuadrados, sin acceso al mar, con una antiquísima tradición cultural, habitado por 108 millones de habitantes mayoritariamente pertenecientes al pueblo oromo, pero con una importante minoría tigriña y varias otras. Probablemente, allí haya surgido el homo sapiens y de esa región provinieron influencias importantes para el surgimiento de la antigua cultura egipcia y el origen de los monoteísmos. En Etiopía se organizó también hace 2400 años el primer estado africano. Ya en el siglo IV adoptó el cristianismo como religión oficial. Este país y Liberia fueron los únicos de África que mantuvieron su independencia durante todo el período colonial, si bien Etiopía fue colonizada por Benito Mussolini entre 1936 y 1941. Como Italia tuvo colonias en Eritrea y Somalia entre fines del siglo XIX y la Segunda Guerra Mundial, toda la región permanece muy ligada a la península sureuropea.

Cuando en 1974 fue depuesto el anciano emperador Haile Selassie (1930-36 y 1941-74), se estableció una república socialista que fue derrocada en 1991 tras la caída de la URSS. Luego de la independencia de Eritrea en 1991 y hasta 2018 Etiopía estuvo gobernada por una coalición de etnias menores liderada por los tigriña.

En 2018 Abiy Ahmed restableció el gobierno de la mayoría oromo, pero en noviembre de 2020 el Frente de Liberación del Pueblo Tigriña desató una guerra contra el gobierno federal que provocó centenares de miles de muertes y millones de desplazados. Tras cinco meses de tregua, en agosto de 2021 los milicianos del Tplf atacaron al ejército etíope, capturando ciudades como Kobo y Alamata, en la región de Amhara. Sin embargo, en encarnizados combates, el ejército federal los hizo retroceder hacia Tigray y en poco tiempo consiguió liberar ciudades como Shire, Axum y Adua.

Etiopa es el Estado ms antiguo de frica y el ms importante del este del continente
Etiopía es el Estado más antiguo de África y el más importante del este del continente

La derrota militar del Tplf, especialmente la conquista de Shire, fue un duro golpe para Estados Unidos, que los había patrocinado, financiado y alentado durante 29 años. De hecho, para salvarlos, presionó fuertemente al gobierno de Abiy, imponiéndole incluso diversas sanciones. No obstante, el primer ministro etíope respondió tomando posesión de todos los aeropuertos de Tigray: «Estas medidas son necesarias no sólo por los repetidos ataques del Tplf, sino también por su activa connivencia con potencias extranjeras hostiles», declaró entonces. Es que, con el pretexto de brindar ayuda humanitaria, numerosas organizaciones financiadas por Washington aterrizaban en los aeropuertos de la región llevando pertrechos bélicos.

Finalmente, el 2 de noviembre pasado, en Pretoria, en una iniciativa promovida por la Unión Africana y presidida por el ex presidente nigeriano Olusegun Obasanjo y el expresidente de Kenia Uhuru Kenyatta, se alcanzó casi por sorpresa un acuerdo de paz entre el gobierno federal de Etiopía y el Tplf, que prevé el desarme total de los milicianos tigriña.

Este acuerdo de paz pone fin a la era del Tplf en el Cuerno de África, a su política divisionista, al odio entre grupos étnicos y a la militarización de toda la región. Su derrota marca, además, el fin del éxodo de jóvenes procedentes del Cuerno de África y es un alivio para Italia. Con el frente tigriña, EE.UU. pierde también su principal base de operaciones en el este del continente. Se trata de un éxito inesperado de la «solución africana a los problemas africanos», un precedente que augura un buen futuro para el panafricanismo y un gran avance hacia un mundo multipolar, libre de alineamientos coloniales.