Por Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios *
El presente texto es un resumen de la exposición que el autor desarrolló en el Encuentro Virtual “América Latina y Argentina en el nuevo mundo”, organizado por el Instituto Independencia.
Evidentemente el Covid 19 como toda plaga, peste, epidemia en la historia trae un cambio de “orden” en sus diversos niveles. Es impensable la crisis del medioevo y la emergencia de la modernidad europea occidental sin estar de por medio, entre otras causas, la peste negra venida de Asia.
No quedaremos entrampados en el dilema si el Covid es de origen chino o norteamericano, sino de explorar los escenarios prospectivos estratégicos que aceleró la pandemia.
Estamos asistiendo al declive relativo de los EEUU, a la crisis de Occidente en su variante europea o norteamericana, al surgimiento de un “orden” mundial desoccidental, de círculos civilizacionales, cuyo epicentro es el Asia-Pacífico, y a la agonía de la fase neoliberal de la globalización, mundialización o universalismo, al decir de Juan Perón.
Entendemos que el sistema mundo no es un proceso economicista, sino un proceso histórico multidimensional de interacción mundial y no de integración, que genera oportunidades y amenazas y centros y periferias en forma dinámica y que se inició en el siglo XV.
El mundo de la pandemia y post pandemia revitaliza las categorías más que de izquierdas o derechas (categorías o conceptualizaciones eurocéntricas), las categorías geopolíticas de Patria Grande o Patria Chica,que nos hablaron desde siempre desde el pensamiento y la acción en Nuestra América. Pienso que en estos momentos, de alta heterogeneidad en América Latina, es un error abordar la integracion de la Patria Grande desde una perspectiva ideológica o reduccionista de “izquierdas” o “derechas”. Se trata de asumirlas desde una concepción estratégica, entendiendo a ésta como la praxis deliberada para llegar a un objetivo.
Muchas veces los grandes discursos o monumentales “ideas” caen en saco roto y entramos en un amesetamiento. No siempre en la historia aparece un estadista notable de las dimensiones de Juan Domingo Perón y el “Nuevo ABC”, con la matriz geopolítica del continentalismo o la voluntad geopolítica militante y casi desesperada, como un relámpago, de Hugo Chávez en épocas del post consenso de Washington. Por supuesto no fueron los únicos, pero sus figuras sintetizan la época.
Pienso que lo que le está faltando al Mercosur, como anillo fundante de la UNASUR y la CELAC, son objetivos de corto y mediano plazo para crear hondura geopolítica y, en una segunda etapa, de nuevos temas de una agenda de la llamada alta política. Si no resolvemos lo simple es imposible ir a lo complejo.Y esto ocurre cuando quedamos inmersos en grandes discusiones ideológicas.
Paso a enumerar los puntos que le podrían dar encarnadura al Mercosur. Por supuesto, no se agotan en estos puntos, sería demasiado pretencioso y personalista si pensar eso.
Enumero en forma rápida y sin entrar a analizar:
- El Mercosur no es una zona de librecomercio. Es, por el contrario, un mercado común.
Esto exige redefinir una Ciudadanía Regional. Se habló muchas veces, pero nunca se tomó como objetivo superior. - Impulsar un laboratorio de las experiencias fecundas en el Mercosur de una economía endógena, que solamente tiene dos polos: el cooperativismo y las pymes. Es una de las grandes escuelas para combatir el empleo informal y desarrollar la economía popular.
- Creación de Cursos de especializaciones militares comunes de las FFAA en el Mercosur, en función de los nuevos conflictos. Existe un alto grado de integración educativa en el ámbito militar.
- Crear en las academias diplomáticas la currícula Historia y Realidad del Mercosur. Hoy se desconoce en los ámbitos de las cancillerías el itinerario integracionista.
- Crear un foro permanente de agilización y mecanismos de procedimientos comunes aduaneros y migratorios, en forma simple y evitando toda incursión de “poderes ocultos”.
- Crear espacios académicos de formación política civil en seguridad ciudadana para evitar los gobiernos policiales de la seguridad. En la Argentina hay que crear una Universidad Nacional de la Seguridad que subsuma a las Academias policiales o trabajar con supervisión o coordinación del Estado Nacional.
- Crear un Instituto de la Gestión Pública del Mercosur con indicadores comunes de gobernabilidad para la transversalidad de las políticas públicas.
- Homologación directa de los títulos educativos en todos sus niveles. Y en el caso de carreras específicas crearle las cátedras para acreditar su título. Esto es fundamental. Los colegios profesionales, verdaderos poderes de boicot a la integracion, no pueden ser más fuertes que los Ministerios de Educación. Esto debe estar centralizado por una oficina digital. Existen numerosos Protocolos Educativos, todos dispersos. El secreto del éxito de este punto vital es su velocidad. Hay un falso discurso de la burocracia que manifiesta en muchas ocasiones que ya existe el reconocimiento de títulos, pero la verdad, que es la única realidad, dice todo lo contrario, por lo que da la sensación de funcionar una burocracia en este tema que se autojustifica no diciendo la verdad.
*Dr. en Ciencias de la Educación. Dr. en Ciencias Políticas. Autor de más de quince obras de política latinoamericana, Director Académico de Dossier Geopolitico
Publicado en NODAL
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