Ante la nuevos retos y desafíos que nos propone este nuevo tiempo, este nuevo cambio epocál, donde la digitalización y las nuevas tecnologías van marcando el rumbo del sistema mundo, se torna un imperativo, entender y comprender esta nueva normalidad para poder volcar nuevos conocimientos adquiridos y aplicarlos al entorno en que estamos inmersos, con el objetivo de mejorar no solo nuestra calidad de vida, sino darle un destino común a la ciudadanía, donde tenga como eje central al ser humano, donde la amistad social sea la clave para reencontrarnos como sociedad, pero también para dar paso a los nuevos postulados que rigen la gobernanza a nivel global y para que éstos sean de gran utilidad a los efectos de transformar nuestra cultura, pensamiento y realidad critica que vivimos.
La ciudad es el centro histórico de la vida de los pueblos, es el campo de prueba del afecto comunitario. Es donde se juega la convivencia o el caos, es el ámbito y el espacio, donde confluyen la conciencia personal y la conciencia colectiva. Es el compartir de un mismo tiempo y espacio histórico. Pero sin lugar a dudas que la esencia de la ciudad: es la Cultura. La ciudad es el germen de la comunidad organizada, cuando la comunidad se disuelve, la ciudad se diluye y pasa a constituir el No lugar.
En el sistema-mundo, la ciudad es un actor geopolítico central a partir de la necesidad de integrarse regionalmente, por la obligación de competir, de reafirmar la identidad cultural, en suma, de potenciar las autocapacidades endógenas de un pueblo. El municipio es una unidad política, autónomo dentro del marco superior del Estado Provincial y del Nacional, de base territorial, con personería jurídica expresa y que constituye esencialmente una comunidad natural.
El siglo XXI es una época de continuidades y rupturas, binomio que supone nuevos escenarios porque debajo de estas continuidades y rupturas, de actores que sobreviven y otros que nacen, de lo que se trata es que el nuevo escenario solo se estabilizara con un orden; Orden que significa un equilibrio no exento de conflictos y de violencia, de progresos y retrocesos, entre ellos cuestiones sumamente delicadas en franco crecimiento que se debe enfrentar y combatir son males sistémicos enquistados en nuestras sociedades como la Criminalidad Organizada (aquella que ejerce una red de control y corrupción estructural o influencia de sectores clave de la vida económica, del sistema político y del Poder Judicial, como por ejemplo: las fake news, la trata de personas o el narcotráfico entre otras hoy cometidos o llevados adelantes a través de la dark net o internet oscura) estructural que sobrevive con el Delito tradicional (robo, hurto, maltrato infantil, abigeato, violencia doméstica, homicidio y otros conexos como el informático que se desarrollan en un nuevo entorno virtual o también conocido como tercer entorno).
Por eso es importante tener presente que no estamos ni en el fin de la historia, ni en el regreso de la misma, pues en verdad la historia nunca se ha ido; pero sí nos hallamos ante cambios disruptivos que se desarrollan de manera exponencial y somos nosotros los habitantes de esta nueva era que tenemos el deber de saber reencausar lo que se pueda, a través de las nuevas tecnologías para tener una más y mejor Seguridad Ciudadana, que no es ni más que una co-produccion de todos.
En lo que respecta al territorio, hoy no solo es un dato, es también el resultado de una estrategia, de una construcción voluntaria; y la ciudad actual o existe como proyecto innovador político o decae. La ciudad es el lugar innato del cambio histórico. Debemos recordar también, que todas las revoluciones democráticas se vinculan a la conquista del espacio público por parte de las mayorías populares, pero es dable saber que hay un nuevo elemento a tener en cuenta, el ciberespacio, del cual todavía tenemos todo por hacer, empezando por una normativa global.
Recordemos que, tanto en la definición descriptiva como en la valorativa de Seguridad Ciudadana siempre el Estado es el actor primordial y de mayor peso; dentro de él, la policía y las fuerzas de seguridad constituyen los actores más relevantes, los cuales tienen la obligación de estar capacitados para esta nueva modalidad, por eso no debemos olvidar que estos nuevos escenarios exigen una formación política e integral del funcionamiento civil para la conducción política de la Seguridad Ciudadana, sobre todo en este nuevo ámbito cibernético, donde las nuevas tecnologías, son un soporte fundamental en todos aspecto.
Ahora bien, una vez culminado el repaso de éste recorrido por los andariveles tradicionales de la Seguridad Ciudadana, es de vital importancia buscar los caminos o las soluciones para lograr un estado de bienestar 4.0 en la era de la digitalización, y es aquí donde las nuevas tecnologías juegan un rol y un papel fundamental, debido a que todo absolutamente todo lo que conocíamos o teníamos por sentado, hoy son cuestiones obsoletas, porque ese mundo que conocíamos hasta el 2020 (contexto pandémico de por medio), simplemente no existe más. Hoy debemos empezar a entender, a comprender esta nueva revolución en la vida del mundo, pues las nuevas tecnologías bien aplicadas para mejorar la vida de los ciudadanos, redundan en menores costes, celeridad en su funcionamiento y precisión en tiempo real ante las diversas situaciones que podrían aquejarnos, por ejemplo el uso de cámara de vigilancia, los drones, dispositivos de geolocalización en tiempo real a través de Smartphone u cualquier otro dispositivo para un monitoreo constante ante cualquier eventualidad apremienate, entre tantas otras para beneficio de la ciudadanía en general, y a su vez ofrecer transparencia, participación ciudadana donde todos estemos involucrados y seamos artífices de nuestra seguridad y la de la comunidad en sí.
En la actualidad vivimos en un entorno demarcado por el ciberespacio como lo mencionara ut-supra, que es donde se desarrolla y transcurre la mayor parte de nuestro tiempo y de nuestras actividades, y que se ha consolidado aún más en tiempos pandémicos, de allí radica la necesidad urgente de innovar, de conocer sobre lo que representa la denominada cuarta revolución industrial o industria 4.0, entre ellas principalmente la ciberseguridad, para poder contrarrestar los múltiples fraudes digitales que se suscitan a diario y la ingeniería social que se expande y regenera en sus diversos modos, temática que atañe de lleno a la Seguridad Ciudadana 4.0, al momento de diagramar políticas públicas con conciencia social y ética, caso contrario estaremos signados por una tecnocracia carente de valores.
Por último, entendemos que el problema de la Seguridad Ciudadana tradicional hoy consustanciada con ésta nueva etapa inédita del mundo, jamás antes vista, que es la cuarta revolución industrial, sin dudas nos involucra más que nunca a todos, porque la Seguridad Ciudadana 4.0 es un compromiso y una responsabilidad de todos, tanto desde quienes vivimos en ella, como desde el gobierno municipal que es donde se ejerce y emanan las directivas para conducir un proceso de reforma o modernización del estado con más participación ciudadana, más inclusión, más inversión, más innovación, para los delitos tradicionales y las nuevas problemáticas 4.0; por ende, de todos depende que la ciudad, la comunidad donde nos desarrollamos tenga un destino común y sea organizada.
DR. MARIO RAMON DUARTE ABOGADO (UCASAL) ESP. DERECHO PUBLICO (UCSF) ESP. SEGURIDAD CIUDADANA (FILDSyS) ACADEMICO AICTEH (VALENCIA-ESPAÑA) SEMINARISTA BIOLAW AND BIOETC (UNIV. GEOR.-EEUU) MIEMBRO DE DOSSIER GEOPOLITICO
Fuentes consultadas
- Seguridad Ciudadana: de lo municipal a lo continental. Autor: Miguel A. Barrios. Edit: Biblos (2013)
- Cuarta Revolución Industrial: análisis estratégicos. Autor: Mario R. Duarte Edit: Phillos Academy (2021
- Eco Integración de América Latina. Autor: Gustavo Beliz – BID Edit: Planeta (2017)
- Estado de bienestar 4.0 – Diario Perfil – Gustavo Beliz (2021)
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