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Por Maria Smotrytska *

Resumen:
Este artículo describe el rol de la región de los Países de Europa Central y Oriental (PECO) en la Iniciativa La Franja y la Ruta (BRI) basándose en los conceptos de la cooperación internacional sino-europea y los proyectos de infraestructura dentro de BRI. La autora enfatiza que desde el origen de la iniciativa se buscó involucrar a los actores europeos en conjunto Y que la iniciativa estratégica dispone de oportunidades tanto como desafíos para los actores involucrados.

Hoy en día, a un nivel diplomático y estratégico amplio, el BRI (Iniciativa de la Franja y la Ruta) se ha convertido en un símbolo de la creciente importancia de China en los asuntos internacionales, cambiando la dinámica regional en distintas zonas geográficas, incluso dentro de la misma Europa. Las implicaciones estratégicas de la expansión de la política de China en la Union Europa (UE) derivan de su naturaleza integral. Dentro de Europa, y junto con las “mini-iniciativassub-regionales propuestas por China, como la CEE 16 + 1, el BRI contribuye a generar cambios en el panorama decisorio global.

Al analizar las relaciones de China con los países PECO (Países de Europa Central y Oriental) se destacó el enfoque de complementariedad mutua de las economías, teniendo en cuenta las diferencias entre China y los países de ese “vecindario”. Fueron tomadas en cuentas las  deficiencias existentes en la infraestructura de todos los posibles participantes en ese proyecto geo-económico. Tal complementariedad proporciona una base importante para la cooperación a largo plazo entre China y los países PECO, e incluso la creación de un Espacio Euroasiático.

El gobierno chino hizo hincapié en que la iniciativa La franja y la Ruta «complementa» los planes nacionales y europeos existentes (por ejemplo, el llamado «plan Junker» o los planes promovidos por los distintos Estados miembros de la UE) para desarrollar la infraestructura y ampliar la conectividad en Europa y más allá. La mayoría de los embajadores en los países europeos destacan la importancia del BRI y su importancia para el desarrollo de las relaciones entre China y los países europeos.

Los proyectos para crear rutas de transporte marítimo y continental (ferrocarril) desempeñan un papel importante en el transporte de mercancías entre China y Europa.

Al mismo tiempo, al establecer vínculos entre el formato 16 + 1 y la cooperación China-UE, surgen una serie de preguntas que causan preocupación en los círculos gubernamentales de la UE sobre el papel que juega la República Popular China en la región.

Hoy en día, la región de Europa central y oriental se encuentra en el cruce del «cinturón económico de la nueva ruta de la seda» (la BRI) y la «ruta marítima de la seda del siglo XXI» (el Collar de Perlas). Ambas rutas que conectan los mercados de Europa y Asia, marítima y terrestre, lo atraviesan; ambas iniciativas tienen la  importante misión de asegurar el paso de los flujos de mercancías. 

La región de Europa central y oriental tiene la ventaja de la ubicación; a través del mismo, la carga se envía por tierra desde el oeste de China a través de Rusia o Asia central hacia Europa occidental. China obtendría una ventaja (geo) estratégica al redistribuir sus suministros desde el bar, reduciendo el uso del Océano Pacifico en general, y espacios como el Estrecho de Malaca en particular.

Además, hay consideraciones comerciales: en términos de tiempo, esta ruta terrestre agiliza el transporte el doble que la forma habitual de entrega por marítima con recarga en vía férrea.

La ruta marítima desde China hasta el puerto griego de El Pireo para la entrega de mercancías a la Península Balcánica, que se encuentra en la intersección de las comunicaciones de tránsito en Europa, Asia y África, tiene grandes perspectivas. Actualmente, el 80% de la carga de China a Europa pasa por el océano Atlántico hacia los puertos del norte de Europa. La ruta marítima a través del mar Arábigo y el canal de Suez hasta los Balcanes reducirá el tiempo de transporte entre 7 y 10 días: esta es la ruta marítima más corta de China a Europa. 

La cooperación entre China y los países de Europa central y oriental reflejan las tendencias a futuro. La interfaz incluye no solo los modos tradicionales de transporte, energía, trabajo y capital, sino también infraestructura digital y flujos de datos basados ​​en nuevas tecnologías, como la red 5G. 

Sin embargo, a pesar del aspecto positivo del desarrollo de las relaciones entre China y los países de PECO en el marco de la iniciativa BRI, también continúa enfrentando desafíos:

El problema del equilibrio con las otras grandes potencias:

El problema del equilibrio con las otras grandes potencias y la consecuente presión externa sobre el desarrollo de las relaciones de China con Europa central y oriental. Luego del fin de la Guerra Fría, los PECO se convirtieron en sujetos de las relaciones internacionales, con intereses propios. Pero otros grandes actores del escenario internacional no quieren que la profundización de las relaciones de los países PECO con China perjudiquen sus intereses estratégicos en Europa:

  • Estados Unidos envueltos en una competencia estratégica multidimensional con China de alcance global
  • Rusia teme que China, confiando en los países de Europa Central y Oriental, penetre en sus fronteras occidentales y tome su lugar allí. Por lo tanto, en algunas áreas y temas, estos países pueden ejercer presión sobre China y los países del PECO.
  • La UE también está preocupada por el posible predominio del tránsito ferroviario y de otros sectores geo-económicos por parte de China.
  • La imagen negativa de China y la BRI, entre la opinión pública europea y en distintos círculos sociales:

Uno de sus mayores desafíos de la es la imagen que hay de China y esta iniciativa, provocada por la aparición de opiniones negativas. Por lo tanto, el análisis encuentra que el BRI se percibe generalmente de manera positiva, pero las diferencias son marcadas a nivel de país y algunos países tienen percepciones negativas:

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La Figura 1 y la Figura 2 anteriores muestran además los países con los sentimientos más positivos y negativos hacia el BRI. La primera impresión es que Europa y Asia son ambos extremos de positividad y negatividad. Eso significa que la iniciativa de China ha penetrado particularmente en las dos regiones, pero es evaluada de manera muy diferente por diferentes países y regiones.

Conclusiones:

Dentro de Europa, los miembros de BRI tienden a tener una visión mucho peor de la iniciativa de China (especialmente Bosnia y Polonia), en comparación con otros, especialmente los Países Bajos. Por lo tanto, China no parece estar necesariamente mejorando su imagen a través de esfuerzos realizados bajo los auspicios de los proyectos BRI o, al menos, no cuando se percibe en los países que no pertenecen al BRI. 

Si bien el impacto específico e “integral” del BRI en el territorio europeo es todavía limitado, ya están surgiendo nuevos corredores de transporte y su frecuencia de uso está creciendo rápidamente:

  • Un enlace ferroviario entre China y Europa occidental a través de Polonia y Alemania
  • Un corredor entre Grecia y la región del Báltico a través de Europa Central, y el Pireo como un centro de rápido crecimiento en el Mediterráneo.
  • En Italia, los actores están involucrados en expandir su perfil como parte de una red logística mediterránea (Trieste y Génova). 

Así, como resultado del análisis de las relaciones China-PECO en el marco del proyecto BRI, se puede concluir que existen tanto tendencias positivas como posibles desafíos en las relaciones China-ECO y su papel en las relaciones de China con la UE.

Fuente:
https://www.vision-gt.eu/news/cooperation/china-in-europe-hit-the-belt-and-road-jack/

* Maria Smotrytska –  doctoranda en Política Internacional –Universidad de Wuhan-.
Investigadora en política de inversiones de China.

Maria Smotrytska