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Por Enrique Lacolla de sus sitio Web, que autoriza su publicacion

Las elecciones de pasado domingo aportan cierta tranquilidad. El país ha reaccionado ante la amenaza supuesta por el desvarío anarco-capitalista de Javier Milei y las proposiciones exterminadoras de Patricia Bullrich.

Muchos analistas de los oligopolios mediáticos se devanan los sesos ante la “sorpresa” que habrían significado las elecciones del pasado domingo, en las cuales Sergio Massa y Unión por la Patria dieron vuelta el resultado de las PASO. Y se enredan en deliberaciones sobre el carácter proteico del peronismo, sobre su aptitud para transformarse, sobre la imposibilidad de erradicarlo, etc.

En el fondo lo que manifiestan es su propia incapacidad para desentrañar las claves del país en que viven. Y su antipatía visceral por esta sociedad, capaz de engendrar semejante fenómeno.

Porque pensar que el resultado de las elecciones es la consecuencia de una astucia política, de la habilidad de Sergio Massa para capitalizar las falencias de sus adversarios, o de la fatalidad social que significaría la persistencia de una adhesión irracional a una bandería política, similar a la que se puede sentir por un club de fútbol, es de un simplismo extremo, que prescinde del conjunto de factores que definen un cotejo electoral. En primer término, las plataformas. Porque por primera vez, quizá, los participantes de una contienda electoral argentina expusieron de manera transparente no sólo sus objetivos de máxima (que no suelen ser los más importantes porque por lo general se resumen en una promesa de felicidad y paz para todos) sino los expedientes prácticos con los que pretenden alcanzarlos, que son los que realmente definen a los primeros. Grosso modo, la plataforma de Unión por la Patria postuló las banderas que tradicionalmente han caracterizado al peronismo, salvo en el período menemista, durante el cual este las invirtió en un acto de traición sin parangón en su historia. Es decir, que en esta ocasión el peronismo volvió a reafirmar explícitamente el rol del Estado en el desarrollo económico, en la seguridad social, en la educación y en la planificación a gran escala. En qué medida podrá llevar adelante este propósito, de ganar la segunda vuelta, dependerá de múltiples cuestiones, empezando por el dato decisivo de cómo gestionará la apabullante deuda con el FMI heredada del gobierno de Mauricio Macri; pero la línea general está clara.

Los otros dos postulantes con peso para meterse en el balotaje, Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza, más allá de la composición abigarrada del primero, que ostentaba resquebrajamientos entre el PRO y los radicales, se asemejaban por su programa económico básico y se distinguían por su propósito de erigirse en el relevo de los peronistas en el gobierno. “Juntos” naufragó por los celos de Macri –que prefirió apuñalar por la espalda a su heredero Rodríguez Larreta antes que verse suplantado por él-, y por la inepcia y la pobrísima imagen de Patricia Bullrich.

En cuanto a los “libertarios”, que habían picado en punta en las PASO, constituían y constituyen un fenómeno novedoso, bien que detestable, conjugan una conducción con rasgos de improvisación, irresponsabilidad y locura, con una clientela electoral conformada en gran parte por jóvenes con el cerebro vaciado por la desinformación, el bombardeo mediático y una bronca legítima ante la falta de perspectivas laborales y la amenaza de una pobreza crónica. A ellos, y a la sociedad en general, el “anarco-capitalista” Javier Milei ofreció y sigue ofreciendo una dieta “salvadora” que propone, entre otras cosas, la abolición de la moneda nacional, el tráfico de órganos, la liquidación del estado como agente ordenador de la economía, la privatización de YPF, de Aerolíneas Argentinas, del litio, de Vaca Muerta, de la salud pública y de las jubilaciones. Y de paso abomina del Papa argentino, representación del “Maligno” que se habría asentado en la colina Vaticana, en Roma.

Ante esta propuesta programática y estos dislates, ¿hace falta que los observadores de los oligopolios de prensa se pregunten todavía qué extraño hechizo proyecta el peronismo para que una vez y otra vuelva a enarbolar con éxito sus banderas de justicia social, libertad política y soberanía económica? No parecen caer en la cuenta de que estas postulaciones no son las insignias de un partido o un movimiento, sino las herramientas de todo país que se respete.

Fue un voto en defensa propia lo que se impuso el domingo. Es por esto que la propuesta de unidad nacional o de frente nacional que ha lanzado Sergio Massa tiene sentido.

El país está en crisis dentro de un mundo en crisis. Las coordenadas de la economía global están cambiando y no precisamente a favor del orden de cosas que los exponentes del neoliberalismo propugnan. El futuro es un tembladeral poblado de tantas amenazas como promesas, y requiere de claridad de miras, ponderación y firmeza para ser enfrentado.

Sergio Massa parece poseer estas cualidades y una mirada geoestratégica que le permitiría medir el escenario global con una precisión que no suele ser habitual entre los exponentes de nuestra clase política. El escenario regional es clave y no son casuales las manifestaciones de simpatía que le han prodigado los presidentes de Brasil y México. López Obrador expresó un franco regocijo ante el resultado de las elecciones y están frescas las palabras de Lula al despedir a Massa durante su más reciente visita a Brasil: “Haga lo que tenga que hacer, pero sobre todo gane, gane las elecciones”.

Porque, en efecto, más allá de las inevitables oscilaciones que exige la gestión del poder en circunstancias como las actuales, importa que este se encuentre en manos seguras. O, si se entiende que pedir seguridad es un poco utópico en los tiempos que corren, un poder que se apoye sobre una base social cuya razón de ser sea inescindible de su arraigo a la tierra. Obreros, clase media, empresariado pymes, pequeños productores rurales, profesionales, militares, representan una mayoría activa que tiene objetivos que no se pueden separar del territorio que los contiene. Este público, este pueblo, no tiene que coincidir ideológicamente en una sola doctrina sino que puede repartirse entre visiones diversas del mundo, pero conservando una identidad básica: la que confieren el respeto a los valores fundantes de la democracia, del orden constitucional y del interés nacional.

No se puede dar nada como adquirido por adelantado. Falta la segunda vuelta.

Hay que ganarla para poder activar una prosperidad que parecería estar a la vuelta de la esquina. Las expectativas económicas son buenas por el requerimiento global de productos primarios que produce el país, pero es obvio que el desarrollo no va a venir con un retorno a la exportación de “commodities” sino con la exportación de “commodities” con valor agregado, y que estas sólo cobrarán su pleno sentido si sirven de base para un desarrollo estructural que refuerce el tramado social e integre acabadamente el país a la región. Los augures de la reacción por supuesto no vacilarán en atribuir a las condiciones que se presume serán favorables cualquier éxito de una gestión “populista”, tal y como lo hicieron con Néstor Kirchner cuando, junto a Roberto Lavagna, hicieron emerger al país de la crisis del 2001.

Pero, ¿alguna vez se preguntaron cuál hubiera sido el destino de los superávits comerciales de esos años si hubieran sido manejados por la cáfila de fugadores de capitales que poblaron las administraciones de Carlos Menem, Domingo Cavallo, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri?

Por esto hay que cuidar los resultados obtenidos en esta elección. Hay que abrir el juego político con el radicalismo, la izquierda y con quienes quieran sumarse; establecer coincidencias y fijar políticas de estado en torno a la deuda, a la preservación de la subsistencia de las grandes mayorías, a la alineación exterior y a las prioridades del desarrollo. Por suerte, los reflejos defensivos funcionaron el domingo. De aquí en adelante hay que imaginar su reversión a una función de ataque. No sucederá de un día para otro, pero conviene empezar ahora.

FUENTE: http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=775

SOLICITUD URGENTE AL GOBIERNO

Ante la grave situación política y económica del país, y en medio de el brutal ataque del poder financiero internacional y sus agentes locales, que está destruyendo la vida del pueblo, el tanque de ideas Dossier Geopolítico pide de manera urgente al gobierno nacional, una vez concluida esta etapa de negociación con el FMI, que actúe de inmediato protegiendo y defendiendo a la patria con un plan de salvación que contenga los siguientes puntos:

1º) Reconocer que el terrible sufrimiento de la población y la profunda crisis económica han tocado techo. 

¡¡ QUE EL DOLOR SOCIAL ES YA INSOPORTABLE!! 

Y que tampoco quedan soluciones por experimentar dentro de este sistema neoliberal perverso de pobreza creciente, recortes, ajustes, intereses, devaluaciones e inflación. 

Por lo que resulta urgente que el gobierno se sacuda de una vez y para siempre el chantaje de los especuladores por el yugo de la deuda. 

Y considerando que estamos en medio de un golpe de estado financiero, con aumentos desaforados del dólar, lo que significa que nos están empujando a una crisis de gobierno, a la quiebra total del estado y a una tragedia social impredecible, es necesaria la decisión patriótica y urgente de abandonar el esquema actual y no aceptar más las imposiciones usureras de los verdugos. Asumiendo las consecuencias que ello provocará, que en todo caso, nunca serán peores que las de seguir siendo rehenes de la trampa mortal y creciente de una deuda infinita.

Insistir en la misma receta de hace 40 años, dará paso a un gobierno financiera y políticamente extremista que supondrá el final de nuestra patria, de nuestras riquezas y de nosotros mismos.

2º) Acudir con urgencia a los países del Sur Global en busca de apoyos financieros razonables y justos que nos permitan una transición humana y soportable que generen proyectos para poder vivir de nuestros propios recursos. Afianzando inmediatamente la soberanía nacional, posicionando sin amagues a la Argentina en el proceso de la «Multipolaridad» -sitio natural del Justicialismo- a la vez que marcar las diferencias insalvables, actuales e históricas, con el Imperio Anglosajón, claramente en decadencia.

3°) Estrechar de manera notoria y urgente las relaciones comerciales con China, La India, Rusia, África del Sur y resto de países del Sur Global, en busca de apoyo y solidaridad para un desarrollo justo y equitativo de la economía, con inversiones sólidas y beneficiosas para todos, y que den oxígeno inmediato de divisas al país, que nos permita ganar tiempo y superar el chantaje especulativo y de desestabilización de los poderes occidentales, mientras se profundiza el reemplazo del dólar por monedas propias, en los intercambios internacionales. Ese mismo dólar que es la causa de nuestra anarquía monetaria. Revalorizar el humanismo y el integracionismo para el Siglo XXI, y para todos los pueblos del mundo.

4°) Asistir  a la Cumbre del BRICS en Sudáfrica con la intención de una participación plena en el organismo, adhiriendo  con contundencia a sus postulados geoestratégicos y cortando las cadenas con la hegemonía cruel e inhumana del neoliberalismo global que está fracasando en todo el mundo

5°) Declarar nuestra total independencia y libertad en materia de seguridad y de hacer uso del derecho soberano de alianzas y acuerdos militares estratégicos con cualquier estado del mundo, sin caer en el temor de las amenazas de los que hasta ahora se han impuesto por la violencia, y respetando de aquí en más, nuestros compromisos doctrinales por ser parte del Sur Global y del nuevo Mundo Multipolar.

6°) Reafirmar la postura de neutralidad de Argentina en la guerra de Ucrania, sosteniendo que el único camino a la paz es la vía de una negociación que contemple todos los aspectos del conflicto, cómo sus antecedentes, el actual estado de la situación y el pragmatismo de la realidad.

7º) Solicitar a los candidatos Sergio Massa y Agustín Rossi que incluyan en su programa electoral los siguientes postulados que son medidas imprescindibles de un gobierno Justicialista y que han sido injusta e incomprensiblemente ignoradas, en estos 40 años de democracia:

• Suspensión del pago de los servicios de la deuda externa hasta el dictamen de una investigación profunda sobre su legalidad.

• Nacionalización de los depósitos bancarios.

• Derogación de la ley de Entidades Financieras.

• Nacionalización de los puertos y de la Hidrovía

¡¡ PRESIDENTE, TIENE LA PALABRA, LA HISTORIA Y LA PATRIA LE ESCUCHAN !!

Dossier Geopolítico es un tanque de ideas argentino para el análisis geopolítico, integrado por un nutrido grupo de intelectuales, académicos, investigadores, científicos, profesionales, periodistas, columnistas, etc, con amplia difusión en el país y en toda Sudamérica. Además de tener contactos y colaboradores en Europa y Asia.

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Firmantes: Carlos A. Pereyra Mele, Carlos Pissolito, Eduardo Bonugli, Antonio Merched Mitre, Juan Manuel Lencioni, Jose Tanus Rufeil, Mario Duarte, Eduardo J. Vior, Francisco Javier Martinez, Adolfo Toledo, Daniel Arias, Pablo Navarro, Luis Moyano, Raul Freire, Carlos Moreno Juarez, Luis Esterlizi, Miguel Irazoqui, Raul Molina, Raul Heredia, Graciela Miranda, Ruben Cabrera…siguen las firmas…