Repensar y reordenar el territorio deberá ser el deber ser sanmartiniano para la política nacional.
En 2018, la Jefatura de Gabinete del presidente Macri encargó al economista Levy Yeyati recopilar y ordenar las opiniones de los intelectuales y pensadores argentinos sobre el futuro de la Argentina. Había una diversidad de personas ligadas al oficialismo de entonces o a los grandes medios de comunicación, es decir, de derecha, de centro y de “progresistas” que emitieron sus opiniones.
Llamativamente, ninguno mencionó al territorio, basamento esencial de la nación en cualquier circunstancia. Tampoco se mencionó el mar, la Antártida, las Malvinas, las regiones, la coparticipación, las cuencas hídricas ni nada vinculado a la infraestructura. Como si los habitantes del país vivieran en el limbo, ratificando la observación de Arturo Jauretche cuando, refiriéndose a Echeverría y la Generación de 1837, se consideraran ciudadanos del mundo occidental en medio del bloqueo anglofrancés a la Argentina conducida por Juan Manuel de Rosas.
Increíblemente, en enero de este año, el mismo organismo recabó las opiniones de “intelectuales” de hoy, esta vez ligados al actual oficialismo y los grandes medios de comunicación, donde, nuevamente estos pensadores más “progresistas” y de izquierda se olvidaron del territorio argentino, sus problemas, potencialidades, crisis recurrentes que la aquejan.
La actual desgraciada pandemia, cual bomba radioactiva, desnudó las fortalezas naturales de sus regiones y habitantes y las áreas más críticas de su geografía, en especial el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que en el 2% del territorio continental concentra más del 40% de su población, con casi el 50% por debajo de la línea de la pobreza, donde se concentra el 50% de la actividad industrial y con un archipiélago de “islas” de lujo y ostentación pegadas a más de mil villas miserias, como jamás se vio en el país en más de un siglo. Esta región, además, consume casi la mitad del presupuesto nacional y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), concentra las dos terceras partes del ahorro monetario.
Repensar el territorio, su estructura e instituciones (de las provincias Unidas a la República Argentina)
Las grandes crisis generan oportunidades y nada impide pensar al futuro de Argentina para trazar una ruta de políticas y planes para las próximas décadas.
Ya vimos las miradas de los “intelectuales” que desde una visión porteña del país no han sabido transmitir, en cuatro décadas de democracia un horizonte ESTRATÉGICO. Argentina es aún una AVENTURA para descubrir y desarrollar, en la medida que su densificación y expansión aún es inconclusa. Tiene su territorio económico y humano deformado, concentrado en el AMBA donde el 2% de su superficie concentra más del 40% de su población. Hoy el Conurbano, con islas de prosperidad y miseria pegadas unas a otras, muestran el horror de la pobreza, la violencia social y la no realización de sus habitantes (la erradicación de la actual pandemia muestra sus vulnerabilidades) en la medida, además, que el 85% del territorio continental está libre del virus.
A principios del siglo XX, cruzó la cordillera para llegar al Pacífico, hizo las primeras centrales hidroeléctricas de América en las Sierras de Córdoba. En los últimos 30 años del siglo XIX, incorporó 1,5 millones de km2 a su ecúmene (Patagonia y Chaco). Tiene la primera hidrovía de convoyes de empuje de América Latina. La Argentina tuvo en 1950 el 2° PBI de América después de Estados Unidos. También empezó su desarrollo atómico hasta la fecha; implementó la primera industria aeronaval y espacial de la región. Todo este magnífico esfuerzo lo hicieron 4 millones de habitantes en 1900 y 17 millones en 1950.
Su sistema educativo fue el primero de América. Sus universidades alumbraron premios Nóbeles en ciencia, hicieron la Reforma Universitaria en 1918 y la universidad gratuita en 1950, pero su institucionalidad y moral política se fue deteriorando en el último medio siglo y se estancó su desarrollo y profesionalidad. El avance de la INCULTURA y DESNACIONALIZACIÓN afecta a gran parte de sus estratos dirigentes.
Algunos lineamientos estratégicos
En 1947, luego de la URSS, Argentina desarrolló el Primer Plan Quinquenal del Desarrollo del cuan aún se ven sus huellas. NADA IMPIDE que la comunidad pensante y patriota trace hoy lineamientos estratégicos para los próximos 50 años y que en esta nota tan solo mencionaremos.
El marco mundial pospandemia Covid-19
Sus principales características podrían ser:
A. Si bien habrá cambios, los grandes actores mundiales seguirán influyendo y los Estados Unidos, China, Rusia y las multinacionales pluripropósitos, en especial el capitalismo financiero internacional que representa hoy un tercio del Producto Bruto mundial, seguirán teniendo una enorme influencia.
B. La sociedad está cambiando, poniendo en la mujer creciente responsabilidad, la juventud planetaria (50% del total mundial con menos de 20 años).
C. Ya estamos transitando una nueva Revolución Tecnológica con inteligencia artificial, creciente robotización, nanotecnología y superconductores con nuevos metales y aleaciones.
D. La humanidad alcanzará los 9500 millones de habitantes en 2050 y las migraciones continuarán (siendo Argentina uno de los destinos predilectos).
E. La representación política cambiará y los sistemas del siglo XIX y XX se marchitarán. El cambio climático y las enfermedades reforzarán los sistemas de salud comunitarios, pero, como así también, la Seguridad y la Defensa. El Estado de bienestar será una utopía a recuperar.
F. Se buscará limitar, en una lucha solapada y sin cuartel al capitalismo financiero, promoviendo el salario universal e impulsando la creatividad productiva. Se discutirá duramente el sistema financiero y los patrones monetarios universales.
G. Se completará hacia fin de siglo, los espacios anecuménicos y cobrarán valor los espacios semivacíos templados. Se explotarán las calotas polares, el océano en sus tres dimensiones y el espacio exterior.
H. Las Fuerzas Armadas serán multidimensionales, flexibles y ligadas al sistema científico-tecnológico.
I. América del Sur y sus mares adyacentes serán reservas estratégicas de la humanidad como lo augurara Perón en 1952.
La Argentina
Repensar y reordenar el territorio deberá ser el deber ser sanmartiniano para la política nacional. A título ilustrativo señalamos:
A. El problema de la descentralización del AMBA, que, en nuestro criterio, se deberá hacer con un esquema de ciudades satélites a unos 250 km de la CABA, con eficientes transportes e incentivos fiscales para la “corona” (desde Zárate/Campana, pasando por San Antonio de Areco, Chivilcoy, Chacabuco, Bragado, Saladillo, 25 de Mayo, Chascomús y la subregión bahía de Samborombón). El Conurbano, dentro de la provincia de Buenos Aires, deberá tener un estatus jurídico institucional especial, como lo fue, la ley Cafiero 1997 para la CABA , en donde se deberán consolidar espacios verdes, sin crecimiento horizontal y vertical), por ley de Congreso.
B. Volver a pensar el traslado de la capital de la República no necesariamente de los tres poderes del estado como proyecto movilizador.
C. Descentralizar las grandes empresas nacionales como ferrocarriles, vialidad nacional, la ANAC y otros.
D. Densificar con incentivos a la INVERSIÓN local y extranjera en el interior de los espacios semivacíos del Norte Grande y la Patagonia.
E. Se deberá hacer de la Cuenca del Plata un organismo multifuncional con representantes estatales y provinciales dependientes del Poder Ejecutivo Nacional definiendo un Plan Estratégico para la misma.
F. Generar un Espacio-Plan o Región-Plan del Atlántico Sur argentino, priorizando en la producción, exploración y vigilancia del Mar Argentino en su plataforma.
G. Deberemos seguir desarrollando una Política Antártica con el impulso del período 1947-1966 que consolide indiscutiblemente los derechos argentinos.
H. Las Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur tendrán tratamiento diplomático, científico y militar específico dentro de la órbita de la Cancillería y el Poder Ejecutivo Nacional.
I. Impulsar la estructura energética argentina, propiciando una matriz apoyada en energías limpias, abundantes en el territorio argentino, sin olvidar los esquistos bituminosos patagónicos.
J. El poder aéreo debe garantizar la soberanía argentina hasta la estratósfera y transformar la Fuerza Aérea Argentina en una fuerza aeroespacial definitivamente.
K. La Defensa Nacional del enorme patrimonio actual y potencial argentino debe estar preparado para un marco de INCERTIDUMBRE ESTRATÉGICO, con un presupuesto que sea el promedio de los últimos 70 años.
L. El sistema de transporte, definitivamente, deber ser multimodal recuperando la planificación estratégica de los ferrocarriles, las hidrovías y los pasos fronterizos.
M. El sistema científico-tecnológico, en su máxima jerarquía institucional y presupuestaria deber ser la base de un nuevo despliegue argentino.
N. Las comunicaciones y la cibernética deberá tener un tratamiento especial dada la alta sensibilidad y vulnerabilidad del tema en todos los ámbitos.
Ñ. El modelo de crecimiento debe apuntar a las ventajas comparativas del país estimulando el ahorro interno para la producción local y el ahorro externo para la infraestructura.
O. El principal peligro para fin de siglo es el cambio climático. Argentina fue pionera en tener una Secretaria de Medio Ambiente en 1974. La jerarquización del área y la presencia de científicos es indispensable en su conducción.
Q. La educación de calidad y un gran desarrollo de la Cultura nacional son los marcos del éxito y la de la mejor marca política argentina. Todo el esfuerzo cultural y económico en el l tema será poco, porque de sus potencialidades surge el SER ARGENTINO y su conciencia nacional.
A modo de primeras conclusiones
Quizás será este un momento bisagra en la historia argentina. Es el momento en el cual se debe lanzar un Plan Estratégico Nacional consensuado en lo técnico y en lo político. Tenemos el ejemplo de 1947, 1952 y 1974 donde opinaron casi todos los sectores nacionales. El país, como en tantos períodos de la historia, está partido en dos, como en 1810, 1827, 1852, 1880, 1919, 1943, 1945, 1955, 1966 y 1976. La unidad nacional (de las mayorías) se construye con políticas y metas comunes.
Debemos priorizar el problema del AMBA en primer lugar. Luego, el sistema financiero, la reforma tributaria, el abastecimiento energético, los problemas del cambio climático, la ocupación del territorio semivacío y afianzar la CONCIENCIA ARGENTINA a partir de los valores nacionales y sus prototipos, como Belgrano, San Martín, los nóbeles científicos, nuestra música, especialmente el tango que ya es marca universal de argentindad y del Río de La Plata.
Argentina tiene una nueva oportunidad.
Sobre el autor
Adolfo Koutoudjian es Licenciado en Geografía por la Universidad de Buenos Aires (UBA). En el área docente se desempeña como profesor de Geopolítica en la Facultad de la Defensa Nacional, la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas y la Escuela de Guerra Naval; y como profesor invitado, en el Departamento de Geografía de la UBA. Es autor del libro Geopolítica Argentina (en prensa) y Geopolítica del Mar Argentino (2015).
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