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LA OPEP Y EL VOTO DEL «ORO NEGRO» QUE FALTABA POR CONTAR EN LAS ELECCIONES DE VENEZUELA

El rotundo golpe en la mesa del poderoso cártel mundial de la OPEP, reconociendo el triunfo de Maduro en las elecciones venezolanas, posiciona por fin a éste país y a sus reservas naturales, en la mesa grande -profunda y determinante- de la geopolítica global, tal cual lo viene insistiendo desde hace lustros, nuestro tanque de ideas DOSSIER GEOPOLÍTICO, a la vez que focaliza su importancia en el centro neurálgico de la economía internacional, mientras sepulta por insustancial e hipócrita, el caótico barullo histérico de neoconservadores y progres de la raquítica «Comunidad Internacional», por unos supuestos valores de transparencia democrática -actas incluidas-, tan falsos y arbitrarios, como nunca respetados por ningunos de sus países.

Lo que les expone al ridículo global de una sentencia hecha leyenda: 

¡¡ ES EL PETRÓLEO, ESTÚPIDOS !!

Y  aunque su prensa lo disimule, escondiendo la noticia de tan trascendente decisión estratégica de los productores de petróleo, no pueden obviar a la hora de mirar a sus deficitarios presupuestos, que es todo un desafío de las potencias energéticas del Sur Global, que lleva implícito serias amenazas de subidas de precios y/o recortes de producción del petróleo si insisten en la reconocida canallada imperialista de injerencia golpista, y que asfixiarían aún más a esas arruinadas economías occidentales, en medio de una crisis bursátil que llena de incertidumbre a todo su especulativo andamiaje financiero. Además del claro mensaje de potencias cómo Arabia Saudita, Rusia o Irán, que alerta al decadente y errático poder anglosajón que sus tiempos de absolutismo e impunidad han terminado y que ¡¡ YA NADA ES LO QUE ERA !!

En tal sentido, el presidente en ejercicio de la OPEP, el kuwuatí Haitham Al Ghais, además de este reconocimiento electoral y de precisar que Venezuela es uno de los miembros más influyentes de la OPEP en casi 7 décadas -y con gran peso en la agenda energética global- ha dejada abierta la puerta de una visita personal suya  a Caracas «como respeto a la decisión popular del pueblo venezolano».

Declaraciones que van en paralelo al explícito apoyo de Putin y del reconocimiento de China. Factores que dan razones y oxígeno a Maduro para consolidar su posición, cuando la campaña mediática de «acoso y derribo a Venezuela» en Occidente pierde atractivo en una opinión pública ignorante e irrelevante, en tanto que los estresados y desorientados estrategas imperiales saben que -como en todo golpe de estado- las primeras horas son fundamentales para su éxito y que en este caso, el paso del tiempo juega en su contra.»

De la misma manera que la derrota de su candidato deja al desnudo, descalza y con frío en el alma, a la caótica estrategia del decrépito «IMPERIO FEUDAL DE EEUU» -sin cabeza ni corona- de intentar derrocar una vez más y por la fuerza al Gobierno de Venezuela, que demuestra estar bastante inmunizado del virus golpista de «las democracias occidentales» -a pesar de los groseros errores políticos del neo-chavismo de Maduro- tras un cuarto de siglo pleno de golpes de estado, sangrantes sanciones económicas, terrorismo callejero teledirigido, violencia mediática y hasta un esperpento de virrey engendrado y parido en las plutocracias norteamericanas y europeas, con el infantiloide título de «Presidente Encargado» -Juan Guaido-, patéticamente desaparecido por fraudulento e incapaz.

Y si bien, el desierto de ideas que hoy es Occidente creía que ésta vez sólo sería necesario que el ejército de Venezuela se dividiera -cosa que no ocurrió- tampoco tuvieron en cuenta que este país es nada menos que socio fundador de la OPEP, además de que omitieron los 65 mil millones de dólares que China tiene invertidos en empresas claves y estratégicas en ese territorio y que no evaluaron el impresionante refuerzo armamentístico que les brindó Rusia en éstos años de sufrida resistencia. Y si bien éstos han sido «olvidos imperdonables» del imperio, mucho más grave -ridículo e ingenuo- ha sido que creyeran que la trayectoria violenta de María Corina Machado junto a los antecedentes criminales del ex agente de la CIA, Edmundo González Urrutia, podrían hacer tambalear la solidez global de China y Rusia, quiénes en una sintonía absoluta de objetivos estratégicos, conforman la mayor potencia económica y militar del mundo.

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolítico

De izquierda a derecha, Haitham Al Ghais, secretario general de la OPEP y el presidente venezolano, Nicolás Maduro. (Foto: Globo Visión).