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Exposición en la Universidad de Brasilia, miembro de Dossier Geopolitico MIGUEL BARRIOS, en el Instituto de Estudios Latinoamericano, donde dicto un Seminario  de Geopolitica de América del sur , junto al Embajador Samuel Pinheiro Guimaraes.  Allí alerto sobre lo que representa las próximas elecciones en el gigante brasilero, que es una batalla geopolítica de dimensiones continentales, más importante aún que las elecciones mexicanas del pasado 1º de julio. 

El día 27 de septiembre en el Instituto Latinoamericano de la Universidad de Brasilia hemos dictado un conversatorio en el ciclo de Palestras de la citada alta casa de estudios, con el Embajador Samuel Pinheiro Guimaraes. Coincidíamos en líneas generales y con matices por supuesto con Pinheiro Guimaraes, que el día 7 de octubre se define el destino del Brasil y sin ninguna dudas, por su carácter de Estado semicontinental sudamericano(limita con todos los países de América del sur excepto con Chile y Ecuador),el resultado impactará en América del sur y América Latina.

Miguel Barrios con el Embajador Samuel Pinheiro Guimaraes entregándole su libro «Perón y el peronismo en el sistema mundo del siglo XXI’

Siempre reiteramos en numerosas oportunidades, siguiendo las enseñanzas del filósofo y político mexicano que la historia de América Latina es la tensión permanente de avances y retrocesos del bolivarismo vs monroismo. Como bien sabemos, el bolivarismo es entender que la única política estratégica posible es el continentalismo sudamericano (en mi libro «El Latinoamericanismo en el pensamiento político de Manuel Ugarte».Biblos.BsAs.2007 desarrollo el itinerario geopolítico de la Patria Grande).

Por otro lado, la doctrina Monroe no es una doctrina, es una declaración unilateral que lo hizo Monroe en 1817 y luego lo pronunció en 1823 en el discurso de la Unión siendo presidente. Por supuesto la «doctrina» Monroe estaba dirigida a Inglaterra, para luego convertirse en la «doctrina» que considera geopolíticamente a América Latina en el patio trasero de la República Imperial. Por eso, el gran historiador mexicano Carlos Pereyra escribe su famoso libro «El Mito Monroe».

Tiene mucho simbolismo puntualizar, que la primera vez donde EEUU viola su propia «doctrina» de «América para los americanos » fue bombardeando las islas Malvinas en 1831 con la fragata Lexington y posteriormente en 1982 ,el Imperio entierra para siempre la «doctrina» Monroe en el Atlántico Sur aliándose a los ingleses en la Guerra de Malvinas.

En su último discurso en las Naciones Unidas, el presidente Donald Trump (en su lucha de patriotismo VS globalismo, y aquí no debemos confundir patriotismo de expansión con patriotismo de liberación, porque muchos se confunden) levantó como debe ser un patriota pero de los EEUU, la «doctrina» Monroe manifestando «América para los americanos» agregando  que rechazará «la interferencia de naciones extranjeras en este hemisferio y en nuestros asuntos.» Fuente: www.infobae.com/

EEUU en nuestra opinión reactualiza la «doctrina» Monroe en la necesidad de mantener «tranquilo» el patio trasero en la visión de la Geopolítica de Mackinder de concentrarse en la lucha contra China y Rusia en la isla mundial o sea Eurasia, donde se juega el poder mundial. Pero esto vuelve más peligroso a EEUU en América Latina y la reactualización de la «doctrina» Monroe tiene tres pilares:

  • Militarización de América del sur en función del nuevo «enemigo»: El terrorismo y el crimen organizado, que tiene como finalidad la policialización de las FFAA
     
  • La guerra judicial direccionada ante todo estorbo que alterara sus planes de control hemisférico
     
  • La lucha comercial contra China en virtud de no perder el espacio geoeconómico y geopolítico que le corresponde por el «destino manifiesto».

América del sur había tenido en la primera década del siglo XXI una profundización del bolivarismo que se materializó con UNASUR -primer órgano de cooperación política sin injerencia de los EEUU- fuera de la OEA. Estos gobiernos son definidos o autodefinidos como de «centro izquierda» o de «izquierda», por lo que caracterizan a esta época, como un avance de la «derecha». Nada más alejado de la realidad, nunca sirvieron para nada sino para confundir las categorías de «izquierda’ o de «derecha», ambas coloniales.

La lucha central es Liberación o Dependencia, Patria o Colonia, Estado Continental o la Nada, Estado Continental o Narco-democracias. La lucha por lo tanto es como lo dijo José Martí por la segunda independencia o independencia definitiva. Se trata de la liberación social y nacional por y para la Patria Grande y de ninguna manera la lucha por la reivindicación de minorías como el social-liberalismo europeo.

Los gobiernos de Unasur se destacaron, por supuestos algunos más, otros menos, por tres puntos:

  • Defensa de la soberanía estatal.
     
  • Defensa de los sectores sociales más postergados.
     
  • Política de integración.

Ratificamos una vez más, que nos quedamos a mitad de camino. Y posteriormente, errores propios, personalismos, y tareas pendientes empezaron a generar un retroceso de estos gobiernos en Nuestra América. El triunfo de Macri en la Argentina fue un laboratorio geopolítico para los EEUU y no dudamos que el golpe de estado en Brasil era imposible sin Macri en Argentina. Hoy, desapareció UNASUR.

Y por lo tanto, ¿que se juega en Brasil en las elecciones? Un triunfo de Bolsonaro pone nockaut a Nuestra América. Porque Bolsonaro representa el patrioterismo lacayo hacia EEUU.Y con una Argentina gobernada por el FMI. Sin embargo, un triunfo del PT es el triunfo de UNASUR, del Mercosur, de los BRICS, del Consejo Sudamericano de Defensa, de la defensa de la Amazonía, etc. Es decir, sería una oxigenación que nos pone en pie, lo otro es un nockaut.

Y más allá de toda la complejidad de la política brasileña, de la prisión a Lula, del papel dudoso del juez Moro-por decir algo leve-, de lo que se trata es, que se logra oxigenar el bolivarismo, porque más allá de todo LULA es un mito político verdadero. El lulismo es más grande que el PT.Y por lo tanto, en ningún lugar hay una figura como Lula (puede ser Mujica, desde otro contexto y cultura política) y nadie más, o sea a no confundir. No es hora de repetir errores.

Estos movimientos nacionales post-consenso de Washington deben, para nosotros tener tres prioridades:

  • La única política estratégica es la integración, por supuesto gradual. De la cooperación a la integración. No será fácil, por la agresividad norteamericana.
     
  • Reconocer y generar una política integral de seguridad.
     
  • Recuperar como sostiene la Doctrina Social de la Iglesia una «dimensión ética de la política».

Mientras tanto, el gran tornero en un aporte inconmensurable para la historia grande de Nuestra América Latina nos pone en pie cuando estábamos nockaut. La historia siempre nos brinda lindas sorpresas.

Miguel Ángel Barrios -Argentina-
Dr. en Educación
Dr. en Ciencia Política

Académico de Dossier Geopolitico
Autor de más de quince obras de Política Latinoamericana 

Participacion del Dr, Barrios en los Cursos de capacitación de la escuela superior de Guerra de Brasil